El Artículo de Stalin Sobre La Revolución Mundial

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El artculo de Stalin sobre la revolucin mundial[1]9 de marzo de 1938En febrero, la prensa mundial prest mucha atencin a un artculo de Stalin que trataba el problema dela dependencia de la Unin Sovitica del apoyo delproletariado internacional. El artculo fue interpretado como una negativa de Stalin a cooperar pacficamentecon las democracias occidentales, en nombre dela revolucin internacional. La prensa de Goebbelsanunci, "Stalin ha arrojado su mscara y ha demostrado que sus objetivos no difieren de los de Trotski", etctera. El mismo pensamiento fue desarrollado incluso en las publicaciones ms crticas de los pases democrticos.Es necesario hoy refutar esta interpretacin? Los hechos son ms elocuentes que las palabras. SiStalin intentaba regresar a la senda de la revolucin no habra exterminado y desmoralizado a los revolucionarios. En ltimo anlisis, Mussolini tiene razn cuando dice en elGiornale dItaliaque hasta ahora nadie ha golpeado tanto a la idea de comunismo (revolucin proletaria) y ha exterminado comunistas con tanto odio como Stalin.Visto desde un plano puramente terico, lo cual no es difcil, el artculo del 12 de febrero es una simple repeticin de las frmulas que Stalin introdujo por primera vez en el otoo de 1924, cuando rompi con la tradicin del bolchevismo: dentro de la Unin Sovitica "nosotros" hemos introducido el socialismo, en cuanto liquidamos la burguesa nacional y organizamos la cooperacin del proletariado y del campesinado; pero la Unin Sovitica est rodeada de estados burgueses que amenazan con la intervencin y la restauracin del capitalismo; es por lo tanto necesario reforzar la defensa y asegurar el apoyo del proletariado mundial. Stalin nunca abandon estas frmulas abstractas, sino que gradualmente les ha dado una nueva interpretacin. En 1924, la "ayuda" del proletariado occidental se entenda ocasionalmente como la revolucin internacional. En 1938 comenz a significar la cooperacin poltica y econmica de la Comintern con aquellos gobiernos burgueses que podran ayudar directa o indirectamente a la Unin Sovitica en caso de guerra. Es verdad que esta frmula presupone, por otro lado, una poltica revolucionaria de los llamados partidos "Comunistas" de Alemania y del Japn. Pero precisamente en estos pases la importancia de la Comintem es casi nula.Sin embargo no fue slo por casualidad que Stalinpublic su "manifiesto" el 12 de febrero. El artculo en s y los ecos que evoc fueron un elemento esencialsimo en la preparacin del actual juicio. Al renovar la campaa en las cortes contra los restos de la vieja generacin bolchevique, despus de un descanso de un ao, naturalmente Stalin hizo lo posible para dar la impresin a los trabajadores de la Unin Sovitica y del mundo de que actuaba no en inters de su propiacamarilla sino en inters de la revolucin internacional. De ah la ambigedad deliberada de algunas de las expresiones del artculo: sin asustar a la burguesa conservadora, deben tambin tranquilizar a los obreros.As, la afirmacin de que Stalin arroj su mscara pacifista en este artculo es completamente falsa. En realidad se puso temporalmente una semirrevolucionaria. Para Stalin la poltica internacional est subordinada a la interna. Esta significa para l, sobre todo, la lucha por la autopreservacin. Por lo tanto los problemas polticos son secundarios a los policacos. Solamente en este campo trabaja el pensamiento de Stalin ininterrumpida e infatigablemente.En 1936, mientras preparaba secretamente la purga masiva, Stalin lanz la idea de una nueva constitucin "la ms democrtica del mundo". No faltaron elogios para un giro tan afortunado de la poltica del Kremlin! Si se publicara ahora una coleccin de artculos escritos por los amigos patentados de Mosc sobre la "constitucin ms democrtica" muchos de los autores no podran hacer otra cosa que arder de vergenza. La alharaca sobre la constitucin sirvi a varios fines a la vez; pero el principal, el que prevalece completamente sobre los otros, fue el de manipular a la opinin pblica antes del juicio Zinoviev-Kamenev.El 1 de marzo de 1936, Stalin concedi una famosa entrevista a Roy Howard. Un pequeo punto de esta conversacin escap a la atencin del pblico de la poca: Las libertades democrticas futuras, dijo Stalin, estn destinadas a todos, pero los terroristas no sern perdonados. La misma reserva ominosa fue hecha por Molotov en una entrevista dada al director deLe Temps, Chastenet. "La generacin actual", dijo el jefe del gobierno, "hace ms y ms innecesarias ciertas estrictas medidas administrativas tomadas en el pasado. Sin embargo", aadi Molotov siguiendo a Stalin, "el gobierno debe continuar fuerte contra los terroristas..." (Le Temps, 24 de marzo de 1936). "Terroristas"? Pero despus del asesinato episdico de Kirov, con el consentimiento de la GPU, el 1 de diciembre de 1934, no se haban presentado actos terroristas. Planes "terroristas"? Pero nadie sospechaba nada todava sobre los "centros" trotskistas. La GPU descubri estos "planes" y "centros" solamente a travs del testimonio. Mientras tanto, Zinoviev, Kamenev y los dems empezaron a confesar sus crmenes ficticios solamente en julio de 1936; Len Sedov lo prob en ese tiempo basndose en material oficial en suLibro Rojo(Pars, 1936).As, en las entrevistas mencionadas antes, Stalin y Molotov mencionaron a los terroristas por "previsin", es decir, preparacin inquisitorial de las confesiones venideras. Las efusiones sobre libertades democrticas eran solamente una cscara vaca. El meollo era una referencia a duras penas perceptible para "terroristas" annimos. Esta fue aclarada muy pronto con el fusilamiento de varios rniles de personas.Paralelos a la ostentosa preparacin de la "constitucin " hubo una serie de banquetes en el Kremlin, en los cuales miembros del gobierno abrazaban a miembros de la aristocracia obrera y campesina ("stajanovistas"). Se anunci en todos los banquetes, que haba comenzado por fin la poca de una "vida feliz". Stalin fue confirmado con el nombre de "padre de los pueblos", que ama al hombre y se preocupa tiernamente por l. Y creo que se puede perdonar ms de una vez a mis amigos por decir despus de ver estas fotografas idlicas: "Evidentemente se fragua algo terrible."La idea del director de escena era dar al mundo un cuadro de un pas que, despus de aos amargos de lucha y privaciones, entraba finalmente en el camino de la constitucin "ms democrtica", creada por "el padre de los pueblos", que ama a la gente, especialmente a los nios... y que sobre este atractivo teln de fondo sbitamente presenta las figuras diablicas de los trotskistas, que sabotean la economa, organizan el hambre, envenenan a los trabajadores, atentan contra la vida del "padre de los pueblos" y que entregan el pas feliz para que lo destruyan en pedazos los tiranos fascistas.Apoyado por el aparato totalitario e ilimitados recursos materiales, Stalin concibi un plan original: atraer la conciencia mundial y con la aprobacin de toda la humanidad librar para siempre de toda oposicin a la camarilla del Kremlin. Cuando se expres estepensamiento en 1935-1936 en forma de advertencia, muchas personas lo explicaron como "el odio deTrotsky a Stalin ". El odio personal en problemas de escala histrica es un sentimiento absolutamentemezquino y despreciable. Pero en la poltica, corno en la vida personal, no existe nada ms terrible que la ceguera. Mientras ms difcil la situacin, ms necesario seguir el consejo de Spinoza: "Ni llorar, ni reir, sino comprender."En el curso de la preparacin del presente juicio, "la constitucin ms democrtica" se las ingeni para revelarse como una farsa burocrtica, como un plagio provinciano a Goebbels. Los crculos liberales y democrticos occidentales comenzaron a darse cuenta del engao. La desconfianza hacia la burocracia sovitica, que a menudo haba coincidido desgraciadamente con frialdad hacia la Unin Sovitica, comenz a alcanzar ms y ms amplios estratos. Por otro lado, una grave decepcin comenz a penetrar a las organizaciones obreras. En la prctica poltica la Comintern se halla a la derecha de la Segunda Internacional. En Espaa, el Partido Comunista ahoga al ala izquierda de la clase obrera con mtodos de la GPU. En Francia los comunistas se volvieron, de acuerdo a una expresin deLe Temps, los representantes de "chauvinistas en vacaciones". Esto tambin puede verse ms o menos en losEstados Unidos y en otros pases. La poltica tradicionalde la colaboracin de clases, contra la cual se levant la Tercera Internacional, se ha vuelto ahora, en una forma exagerada, la poltica oficial del stalinismo, con una represin sangrienta de la GPU en defensa de estapoltica. Discursos y artculos se usaron exclusivamente para enmascarar este hecho. Esa es la razn por la cual en boca de los acusados se ponen monlogos teatrales, sobre cmo ellos, los trotskistas, eran reaccionarios, contrarrevolucionarios, fascistas, enemigos de la clase obrera, por un perodo de veinte aos y cmo finalmente en una prisin de la GPU, entendieron el carcter salvador de la poltica de Stalin. Por otro lado ste, en vsperas de una nueva hecatombe sangrienta, encontr necesario decir a la clase trabajadora: "Si estoy obligado a destruir la vieja generacin bolchevique, es solamente en inters del socialismo. Extermin a los leninistas en base a la doctrina de Lenin."Este es el verdadero sentido del artculo del 12 de febrero. No tiene ningn otro. Estamos frente a unarepeticin abreviada de la maniobra de la "constitucindemocrtica". La primera extorsin (llamemos las cosas por sus nombres verdaderos) fue dirigida principalmente contra los crculos democrticos occidentales. La ms reciente tena en mente principalmente a los obreros. Los gobiernos conservadores de Europa y Amrica no tienen por qu preocuparse. Para una poltica revolucionaria es necesario un partido revolucionario. Stalin no lo tiene. El Partido Bolchevique ha sido asesinado. La Comintern est completamente desmoralizada. Mussolini tiene razn a su manera: nadie ha asestado a la idea de la revolucin proletaria golpes semejantes a los del autor del artculo del 12 de febrero.

[1]El artculo de Stalin sobre la revolucin mundial. Biulleten Opozitsi, N 65, de abril de 1938. Traducido para la primera edicin primera edicin [norteamericana] de Escritos 1937-38 por John Fairlie.