El bautisterio
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EL BAUTISTERIOEspacio complementario
HISTORIAAl principio, el bautismo se administró frecuentemente con el agua corriente de las fuentes, de los ríos o del mar. Más tarde se ha supuesto que, en las
domus-ecclesiae donde se congregaban los cristianos, habría un
baño que serviría para el rito bautismal. Aún en las catacumbas han
quedado restos evidentes del bautisterio.
La Didajé, dice:
“En cuanto al bautismo, bautizad deesta manera: Después que hayáis dicho todo lo que precede, bautizad en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo con agua viva. Si no tienes agua viva, bautiza con otra agua… si no dispones ni de la una ni de la otra, derrama sobre la cabeza tres veces el agua en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”
Este texto demuestra que la forma más normal era al principio la inmersión. Se comprende así que desde el siglo IV se construyeran estructuras especiales, al principio muy en conexión con el aula litúrgica, y luego, al menos en Occidente, aisladas de ellas, mas no totalmente independientes.
En cuanto a la forma, las estructuras eran muy diversas; y ni siquiera es posible
caracterizarlas por épocas. En los bautisterios autónomos se observan plantas rectangulares, cuadradas,
hexagonales, pero, sobre todo, rotondas, octogonales y circulares.
Las rotondas, generalizadas a partir de la segunda mitad del siglo IV, eran
especialmente aptas para el rito de inmersión: los bautizados bajaban por una
estrecha escalera de tres o más gradas y ascendían por otras tres gradas del lado
opuesto.
A partir del siglo VI, en Occidente empezó a generalizarse la infusión, mientras en
Oriente se mantenía la costumbre antigua. Cuando en el siglo VIII se
generalizó el bautismo de infantes, se fue renunciando a una instalación que había perdido utilidad: los grandes bautisterios
con piscina fueron remplazados por grandes pilas, puestas sobre un
basamento en un anexo o capilla de la iglesia.
Más recientemente se generalizó la costumbre de situar la pila bautismal en la parte baja de la iglesia, a la izquierda del ingreso, es decir, del lado del evangelio. Esta situación está incluso exigida por el ceremonial del bautismo. Actualmente, el Derecho canónico, es muy poco explícito en cuanto al bautisterio.
SISTEMAS GENERALES DE LA ESTRUCTURA BAUTISTERIAL
Podríamos distinguir tres métodos generales de concebir la administración
del bautismo en su relación con la arquitectura de Iglesia:
Edificar bautisterios separados, volviendo a la práctica de la era patrística en países como Italia y Francia
Combinar el bautisterio con el lugar de culto, adhiriéndolo a éste. El bautisterio puede considerarse como un lugar no separado, pero sí distinto del aula litúrgica, con su estructura propia, discernible en la arquitectura exterior.
Integrar totalmente el espacio destinado al bautismo en el área de la Iglesia
EMPLAZAMIENTO DEL BAUTISTERIO
La costumbre de los últimos tiempos es que el bautisterio o pila se coloque al fondo de la iglesia, del lado del evangelio y cerca de la puerta.
Algún autor señala el peligro de que, al situar el altar en la cabecera de la nave y
el bautisterio a sus pies, se sugiera inconscientemente la idea de que el
bautisterio es un lugar insignificante y de poca categoría, y prefiere situarlo en la
parte alta de la iglesia, p. ej., en la cabecera de una de las naves laterales.
Otros recalcan la vinculación del bautismo con la Eucaristía. Como escribe Santo Tomás, “por el bautismo el hombre se ordena a la Eucaristía…”. De hecho
vemos que a los antiguos bautisterios se les proveyó pronto de un altar, de manera
que, inmediatamente recibido el bautismo, los nuevos cristianos
participaran en el banquete eucarístico.
Fundándose en esta objetiva vinculación, en algunas construcciones modernas se ha preferido poner la pila bautismal junto al presbiterio, posición que tiene también sus ventajas desde el punto de vista pastoral
Se sitúa a la cabecera de la nave y cerca del altar mayor, el bautisterio debiera distinguirse de él por su distinto nivel; al altar le conviene una posición elevada; al bautisterio, una depresión del pavimento, que sugiera que hemos sido “sepultados con Cristo por el bautismo en su muerte”, para resucitar con Él a una nueva vida.
En algunos templos modernos se ha emplazado el bautisterio en el eje principal del espacio, junto a la puerta principal, de manera que todo el que entra tenga que pasar junto a él. Así se logra que, a lo largo de la vida, el cristiano recuerde con frecuencia el sacramento.
Los liturgistas actuales se inclinan cada vez más resueltamente a situar el bautisterio en la cercanía del altar. Afirman que los niños nacidos de padres cristianos pertenecen en cierta medida a la Iglesia. Han sido concebidos por una madre que el sacramento del matrimonio santificó no sólo para ella misma, sino para toda vida que de ella naciera.
En la actual disciplina, el emplazamiento del
bautisterio junto al altar parece recomendable
sobre todo por razones de orden pastoral. Es conveniente que los
fieles sean frecuentemente testigos
de este sacramento y que con ese fin se
busquen un lugar de máxima visibilidad.
LA PILA BAUTISMAL
En la antigüedad y a lo largo de la Edad Media, la pila bautismal fue considerada como una obra plástica monumental. En el románico se le dio una forma masiva y roqueña, una piedra que fuera símbolo de Cristo mismo. en el gótico se prefirió una forma de copa. Más tarde fue descuidada por el arte cristiano. Hoy, la pila bautismal vuelve a cobrar su verdadera dignidad. Este “vas sacrum” guarda el agua que nos hace hijos de Dios.