El bosón de Higgs y las partículas del Universo
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Del bosón de Higgsy las
partículas
elementales
del Universo
38 - PIEDRA LIBRE | jULIO 2012
ESTO QUEMA
Ha sido la estrella de este último
año, saltando del anonimato de la
árida física teórica a la fantasía del
ciudadano común, bajo el pomposo
título de ‘la partícula de Dios’.
Rápidamente los muy recelosos
científicos se han apresurado a acla-
rar que ese concepto salió de la
afiebrada imaginación de un editor
que, quizás buscando mayor impac-
to, se atrevió a poner este título a
un libro que hablaba sobre él, esca-
pando de cualquier compromiso
metafísico que comprometa el
purismo científico. Se trata del
bosón de Higgs, que ha circulado
profusamente por todos los medios
de comunicación mundiales, con
gran impacto, pero del cuál, a fin de
cuentas, nada sabemos.
Simplemente estamos al tanto, y
quizás hasta aquí llega nuestra com-
prensión profana, que un complejo
experimento realizado en un labora-
torio costosísimo, por medio de un
acelerador de partículas (otro pom-
poso título incomprensible), final-
mente parece dar cuenta de esta
partícula elemental, que fue produc-
to de la gran explosión inicial que
dio lugar al universo.
El término “bosón” tiene su origen
en un homenaje al físico indio
Satyendra Nath Bose y se utiliza, en
física de partículas, para denominar
a un tipo de partícula elemental de
la naturaleza. Las partículas ele-
mentales son los constituyentes
esenciales de la materia: son partí-
culas que no están constituidas por
partículas más pequeñas ni se sabe
que posean estructuras internas. Los
bosones tiene la peculiaridad de ser
mediadores de fuerza o partículas
portadoras de las interacciones fun-
damentales. El bosón de Higgs reci-
be su nombre de Peter Higgs, quien
junto a un grupo de científicos pro-
puso un mecanismo, un modelo
matemático, para explicar el origen
de la masa de las partículas elemen-
tales. La existencia del bosón de
Higgs sería el método más simple
para intentar explicar la existencia
de masa en las partículas elementa-
les. En términos muy simplificados,
los bosones son partículas que
transmiten información y el bosón
de Higgs es el pegamento que ser-
viría para que se formase la mate-
ria. En palabras del físico español
Pablo García Abía: “Estamos
hablando del campo de Higgs. Si
visualizamos este campo como una
gelatina que, de forma apenas per-
ceptible, ocupa todo el espacio
podemos interpretar la inercia como
la interacción de las partículas ele-
mentales con esta “sustancia”.
Es evidente que se trata de elemen-
tos y de conceptos, que se alejan
mucho del lenguaje del uso diario,
por mucho que los científicos se
esfuercen por volverlos casi colo-
quiales. Pero sí se reconoce su
importancia, así en términos muy
generales, en la forma como estas
partículas componen la definición
de una identidad. Entre pasar del
caos o de la indefinición de materia
a la deriva, a una configuración de
cuerpos o formas determinadas, hay
un paso sideral. Y desde este punto
de vista, más allá de la intención
comercial en el ojo de un editor, sí
podríamos ocupar el campo de la
metafísica e intentar ver, al menos,
la sombra de Dios presente en todo
esto, en la configuración de un
orden cósmico, que sea como sea,
se puede elucidar y llega a permitir-
nos elaborar modelos para una
comprensión cabal del orden uni-
versal.
Pero ya aquí entramos en un campo
que comienza a moverse más a
nivel de las creencias, de las ideas,
las imágenes, los símbolos, más que
en lo fáctico. Es probable que con
el tiempo, con la posibilidad de
manejar ciertas condiciones, estos
descubrimientos tengan un impacto
sobre la vida cotidiana de los indi-
viduos.
Por ahora los trabajos y descubri-
mientos del Laboratorio Europeo de
Física de Partículas han servido
básicamente para insuflar ese sano
espíritu curioso tan propio del ser
humano.
En un mundo cada vez menos pro-
penso a la sorpresa, más llamado a
la gris complacencia, ha sido capaz
de llamar al interés, quizás un poco
apoyado en esa incansable búsque-
da de probar del árbol del conoci-
miento. Claro: para horror de unos
cuantos fundamentalistas, que no se
cansan de pregonar los peligros de
divulgar ciertos secretos y que
insisten en montar guardia junto al
árbol con relucientes espadas.
Mauricio Jaime Goio
Infografía: El Diario de Nicaragua
ESTO QUEMA
jULIO 2012 | PIEDRA LIBRE - 39