El club de los que leen y escriben

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Alumna: Ana Patricia Bernal Rojas Grado: 2° Grupo: “B” Asignatura: 3.2 La enseñanza del Español 1 Maestra: Abigaid Gonzales Perez Bibliografía: Smith, Frank (1994) “El club de los que leen y escriben” en De como la educación aposto al caballo equivocado. Buenos Aires. Pág. 11-29 Titulo propuesto por ti: Leer por el sentido de pertenencia Titulo Resumen Conclusión El club de los que leen y escriben Las personas que leen y escriben, no son resultado de una educación formal. Muy rápidamente los niños aprenden a hablar de la forma en que hablan sus familiares y sus amigos. Aún más rápidamente aprenden a comprender lo que las demás personas dicen. Pero los niños no aprenden a hablar como aquellos a quienes más tiempo pueden oír (los maestros, por ejemplo). Mi argumento en este ensayo es que los niños sólo aprenden eficazmente a leer y escribir si son admitidos en una comunidad de usuarios de la lengua Es común que las personas busquemos un sentido de pertenencia, en todas las situaciones aprendemos cosas de los que nos rodean. El análisis de la lectura nos dice que podemos aprender a leer y escribir basándonos en lo que vemos, leeremos como leen nuestros padre incluso escribiremos igual. Es importante crear un ambiente que proporcione cierta pertenencia a nuestros estudiantes, para

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Alumna: Ana Patricia Bernal Rojas Grado: 2° Grupo: “B”Asignatura: 3.2 La enseñanza del Español 1 Maestra: Abigaid Gonzales PerezBibliografía: Smith, Frank (1994) “El club de los que leen y escriben” en De como la educación aposto al caballo equivocado. Buenos Aires. Pág. 11-29Titulo propuesto por ti: Leer por el sentido de pertenenciaTitulo Resumen Conclusión

El club de los que leen y escriben

Las personas que leen y escriben, no son resultado de una educación formal. Muy rápidamente los niños aprenden a hablar de la forma en que hablan sus familiares y sus amigos. Aún más rápidamente aprenden a comprender lo que las demás personas dicen. Pero los niños no aprenden a hablar como aquellos a quienes más tiempo pueden oír (los maestros, por ejemplo). Mi argumento en este ensayo es que los niños sólo aprenden eficazmente a leer y escribir si son admitidos en una comunidad de usuarios de la lengua escrita, a la que daré el nombre de “club de los alfabetizados”, al cual ingresan antes de poder leer y escribir una sola palabra por su cuenta.El ingreso al club rápidamente convierte a alguien en un miembro pleno, tanto en la lengua escrita como en la alfabetización y en muchos otros terrenos.Los niños se integran a un club de hablantes mediante un único acto de aceptación

Es común que las personas busquemos un sentido de pertenencia, en todas las situaciones aprendemos cosas de los que nos rodean.El análisis de la lectura nos dice que podemos aprender a leer y escribir basándonos en lo que vemos, leeremos como leen nuestros padre incluso escribiremos igual.Es importante crear un ambiente que proporcione cierta pertenencia a nuestros estudiantes, para que así aprendan lo que tienen que aprender y de la mejor manera posible.Si tenemos unos estudiantes que leen y escriben bien quiere decir que están en condiciones óptimas de aprender. Lo que es nuestra finalidad.

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recíproca. No hay que pagar cuota de ingreso, no hay que cumplir requisitos específicos ni se solicitan referencias del nuevo socio. Todo lo que hace falta es un reconocimiento mutuo de aceptación en el grupo.Los bebés ingresan, por supuesto, en nuestros clubes. El lenguaje hablado está a mucha distancia de todo lo demás que aprenden en esos primeros y nutridos años de vida cuando, extranjeros en territorio extraño, se van pareciendo más y más a aquellas personas –no necesariamente las que les dieron la vida-- entre las cuales crecen. Siempre se da la misma selectividad: ingresamos a clubes de personas a las que vemos y que nos ven como semejantes. Y siempre la misma exclusividad: rechazamos los clubes si no nos percibimos como pertenecientes a ellos, y nos diferenciamos de otras personas a quienes no aceptamos como pertenecientes a nuestro club. Ninguno de esos aprendizajes se detiene con la infancia. Continúan durante la vida adulta, y de un modo tan poco llamativo que, en general, no somos conscientes de que está ocurriendo y hasta quizá nos resistimos a considerarlo un aprendizaje cuando alguien nos lo hace notar.

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En la vida adulta las personas siguen afiliándose a clubes. Pero nuestras adhesiones más duraderas son aquellas, por lo general, que vienen desde la infancia.