El corredor del laberinto [17687] · EL CORREDOR DEL LABERINTO ... Su eco se amplificó en el aire...

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Annotation

MEMORIZA,CORRE,SOBREVIVE«BienvenidoalClaro.Verásqueunavezalasemana,siempreelmismodíayalamismahora,nos

lleganvíveres.Unavezalmes,siempreelmismodíayalamismahora,apareceunnuevochicocomotú.Siempre un chico.Como ves, este lugar está cercado pormuros de piedra…Has de saber que estosmuros se abren por la mañana y se cierran por la noche, siempre a la hora exacta. Al otro lado seencuentraellaberinto.Denoche,laspuertassecierran…y,siquieressobrevivir,nodebesestarallíparaentonces».

Todosigueunorden…y,sinembargo,aldíasiguientesuenaunaalarma.Significaquehallegadoalguienmás. Para asombro de todos, es una chica. Su llegada vendrá acompañada de unmensaje quecambiarálasreglasdeljuego.

Capítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17Capítulo18Capítulo19Capítulo20Capítulo21Capítulo22Capítulo23Capítulo24Capítulo25Capítulo26Capítulo27Capítulo28Capítulo29Capítulo30

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Capítulo31Capítulo32Capítulo33Capítulo34Capítulo35Capítulo36Capítulo37Capítulo38Capítulo39Capítulo40Capítulo41Capítulo42Capítulo43Capítulo44Capítulo45Capítulo46Capítulo47Capítulo48Capítulo49Capítulo50Capítulo51Capítulo52Capítulo53Capítulo54Capítulo55Capítulo56Capítulo57Capítulo58Capítulo59Capítulo60Capítulo61Capítulo62Epílogo

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JAMESDASHNE

ELCORREDORDELLABERINTO

—oOo—

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ParaLynette.Estelibrofueunviajedetresañosenelquenuncadudastedemí.

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Capítulo1

Empezósunuevavidadepie,rodeadodefríaoscuridadyaireviciadoypolvoriento.Todo era de metal. Una agitada sacudida movió el suelo bajo sus pies. Se cayó ante aquel

movimientorepentinoyretrocedióacuatropatas,conunasgotasdesudorcubriéndolelafrenteapesardelairefrío.Suespaldachocócontraunadurapareddemetalysedeslizóporellahastaquedioconlaesquinadelahabitación.Searrellanóenelsuelo,conlaspiernasbienpegadasalcuerpoylaesperanzadequeprontoseleadaptaranlosojosalaoscuridad.

Conotrozarandeo,lahabitacióndiountirónhaciaarriba,comosisetrataradeunviejoascensorenelhuecodeunamina.

Unosdiscordantessonidosdecadenasypoleas,comoelmecanismodeunaantiguafábricadeacero,retumbaronenlahabitaciónyagitaronlasparedesconundiminutochirridoahogado.Elascensorsinluzsebalanceóhaciadelanteyhaciaatrásmientrasascendía,yalchicoleentraronnáuseas.Unoloraaceitequemadoleinvadiólossentidosylehizosentirsepeor.Queríallorar,peronolesalíanlaslágrimas;loúnicoquepodíahacereraquedarseallísolo,sentadoyalaespera.

«MellamoThomas»,pensó.Eso...esoeraloúnicoquepodíarecordardesuvida.Noentendíacómoeraposible.Sumente funcionabaa laperfecciónmientras tratabadeaveriguar

dónde se había metido. El conocimiento inundó sus pensamientos; le vinieron a la cabeza hechos eimágenes,recuerdosydetallesdelmundoydecómofuncionaba.Seimaginólanieveenlosárboles,lasensacióndecorrerporunacallecubiertadehojas,decomerunahamburguesa,elpálidobrillode lalunasobreunpradodehierba,nadarenunlago,laplazadeunaciudadconmuchomovimientoycientosdepersonascorriendodeaquíparaallá,ocupadasconsusasuntos.

Pero,aunasí,seguíasinsaberdedóndevenía,cómosehabíametidoenaqueloscuroascensorniquiénes eran sus padres. Ni siquiera sabía su apellido. Por un instante, le aparecieron en la cabezaimágenesdegente,perono reconocióanadieyunas inquietantesmanchasdecolores sustituyeron susrostros. No podía pensar en ninguna persona que conociera ni tampoco recordaba una simpleconversación.

La habitación continuó ascendiendo y balanceándose. Thomas acabó por hacerse inmune alincesante traqueteo de las cadenas que le llevaban hacia arriba. Pasó un largo rato. Los minutos seconvirtieronenhoras,aunqueeraimposibleestarseguroporquecadasegundoparecíaunaeternidad.No.Eramáslistoqueeso.Siconfiabaensuinstinto,sabríaquellevabamoviéndoseaproximadamentemediahora.

Porextrañoquepareciera,sintióqueelmiedoseretirabacomounenjambredemosquitosatrapadopor el viento y daba lugar a una intensa curiosidad. Quería saber dónde se encontraba y qué estabasucediendo.

Conuncrujidoydespuésungolpeseco,lahabitaciónascendentesedetuvo;aquelcambiorepentinohizoqueThomasdejaradeestaracurrucadoysalieradisparadocontra ladurasuperficie.Mientrasseponíadepiecondificultad,notóquelahabitacióncadavezsebalanceabamenos,hastaquealfinalnoseoyónada.Todoparecíaestarensilencio.

Pasóunminuto.Dos.Miró en ambasdirecciones, peronovionadamásqueoscuridad.Volvió atantear las paredes, buscando una salida, pero no había nada, sólo el frío metal. Gruñó, lleno defrustración. Su eco se amplificó en el aire como el angustioso gemido de lamuerte. Se desvaneció yvolvióareinarelsilencio.Gritó,pidiósocorroygolpeólasparedesconlospuños.

Nada.

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Thomasregresóaunrincón,cruzólosbrazos,seestremecióyelmiedovolvió.Notóunasacudidapreocupanteenelpecho,comosielcorazónquisieraescaparse,huirdesucuerpo.

—¡Que...alguien...meayude!—gritó,ylaspalabrasleirritaronlagarganta.Resonóunfuerteruidometálicoy,asustado,contuvoelalientoallevantarlavista.UnalínearectadeluzcruzabaeltechodelahabitaciónyThomasviocómoseexpandía.Unsonidochirrianterevelódospuertascorrederasqueseabríanalafuerza.Despuésdetantotiempoenlaoscuridad,sintióungrandolorenlosojosprovocadoporlaluz;apartólamiradaysecubriólacaraconambasmanos.

Oyóunosruidos—unasvoces—yelmiedoleoprimióelpecho.—Miradaesepingajo.—¿Cuántosañostiene?—Pareceunacloncconcamiseta.—Túsíqueeresimbécil,carafuco.—¡Tío,aquíabajohueleapies!—Esperoquehayasdisfrutadodelviajedeida,verducho.—Nohaybilletedevuelta,chaval.Thomasfueazotadoporunaoladeconfusiónrecubiertadepánico.Lasvoceseranraras,teníanalgo

deeco;algunasdelaspalabrasqueledecíaneranextrañasyotrasleresultabanmásfamiliares.Mientrasentrecerrabalosojoshacialaluzyhacialosqueestabanhablando,tratódeadaptarlavista.Alprincipiosólo vio unas sombras que se movían, pero no tardaron en tener forma de cuerpos, de gente que seinclinaba sobre el agujero del techo y lemiraba, señalándole.Y, entonces, como si las lentes de unacámarasehubiesenenfocado,comenzóaverlosrostrosmásnítidos.Todoseranchicos;algunos,jóvenesy otros, mayores. Thomas no sabía qué se había imaginado, pero, al ver aquellas caras, se quedódesconcertado.Eransóloadolescentes.Críos.Partedesumiedodesapareció,peronolosuficienteparacalmarleelcorazón,quelelatíaatodavelocidad.

Alguienbajóunacuerdadesdearriba,conelextremoatadoaunagranlazada.Thomasvaciló,luegosemetióenellaconelpiederechoyseagarróa lacuerdamientras tirabandeélhaciaelcielo.Unasmanos,muchasmanos,lecogierondelaropaparasubirle.Elmundoparecíadarvueltasenunremolinoneblinosodecaras,coloryluz.Untorrentedeemocioneslerevolviólastripas,selasretorcióytiródeellas.Queríagritar, llorar,vomitar.Elcorodevocessehabíaquedadoensilencio,peroalguienhablócuando tiraron de él para sacarlo por el borde afilado de la oscura caja. Y Thomas supo que nuncaolvidaríaaquellaspalabras:

—Encantadodeconocerte,pingajo—dijoelchico—.BienvenidoalClaro.

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Capítulo2

Lasmanosque le ayudabannodejaronde aferrarse a él hasta queThomas se pusoderechoy selimpióelpolvodelacamisetaylospantalones.Todavíadeslumbradoporlaluz,setambaleóunpoco.Semoría de curiosidad, pero aún se encontraba demasiado mal para observar con detenimiento dóndeestaba.Susnuevoscompañerosnodijeronnadaconformegirabalacabezaeintentabaasimilarlotodo.

Mientrasdabaunavueltadespacio,losotroschicosseloquedaronmirando,riéndoseporlobajo;algunosextendieronlamanoyleempujaronconundedo.Teníaquehaberporlomenosunoscincuenta.Ibanvestidos con ropa suciay sudada, como si hubieran estado trabajandomucho;habíade todas lasformas, tamaños y razas, y cada uno llevaba el pelo de distinto largo. De repente, Thomas se sintiómareado;parpadeómientrassumiradaibadeloschicosalsitioextrañoenquesehallaba.

Estabanenunpatioinmenso,muchomásgrandequeuncampodefútbol,rodeadoporcuatromurosenormes,hechosdepiedragrisy cubiertosdehiedrapor algunos sitios.Lasparedesdebíandemedirmuchísimosmetrosdealto,formabanuncuadradoperfectoasualrededory,justoenmedio,teníanunaaberturatanaltacomolosmismosmuros,que,segúnvioThomas,dabaapasadizosylargospasillosmásallá.

—Mira al judía verde—dijo unavoz ronca;Thomasnopudover a quiénpertenecía—.Seva arompersufucocuellointentandoaveriguardóndeestá.

Varioschicosserieron.—Cállatelaboca,Gally—respondióunavozmásgrave.Thomassevolvióacentrarenelmontóndeextrañosqueteníaasualrededor.Sabíaquedebíatener

cuidado; se sentía como si le hubiesen drogado. Un chico alto, con el pelo rubio y una mandíbulacuadrada,lemiróprimerocondesdény,después,inexpresivo.Unobajitoyregordetecaminóinquieto,adelanteyatrás,mirandoaThomasconlosojosabiertosdeparenpar.Unasiáticomuymusculososelequedóestudiandoconlosbrazoscruzados,bienremangadosparaenseñarlosbíceps.Unchicomorenolemiróconelentrecejofruncido;eraelmismoquelehabíadadolabienvenida.Otrostantosleobservaban.

—¿Dóndeestoy?—preguntóThomas, sorprendido al oír suvozporprimeravezdesdeque teníamemoria.Nosonabamuybien,eraalgomásagudadeloquehubieraimaginado.

—Enningúnsitiobueno—contestóelchicodepielmorena—quetehagasentiragustoyrelajado.—¿Quéguardiánlevamosaponer?—gritóalguienalfinaldelgrupo.—Ya te lo he dicho, cara fuco—respondió una voz chillona—. Es una clonc, así que será un

deambulante,sinduda—elmuchachoseriócomosihubieradicholomásgraciosodelmundo.Thomas sintió una vezmás una persistente angustia debida a la confusión por oír tantas frases y

palabrasquenoteníansentido.Pingajo.Fuco.Guardián.Deambulante.Salíandelasbocasdeloschicoscontantanaturalidadqueleparecíararonoentenderlas.Eracomosisupérdidadememorialehubieserobadounapartedesuidioma.Eradesorientador.

Diferentes emociones luchaban por el dominio en sumente y su corazón.Confusión.Curiosidad.Pánico.Miedo.Peroloquelasuníatodaseralaoscurasensacióndecompletadesesperanza,comosielmundohubieseacabadoparaél,comosihubierasidoborradodesumemoriayhubiesesidosustituidoporalgohorrible.Queríasalircorriendoyescondersedeesagente.

Elchicodelavozásperaestabahablando:—...inclusoesoesdemasiado,meapostaríaelhígado.Thomasaúnseguíasinverlelacara.—¡He dicho que os calléis la boca!—gritó el moreno—. ¡Como sigáis dándole a la lengua, la

siguienteinterrupciónlacortoporlamitad!

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Thomas sediocuentadequeaqueldebíade ser el líder.Comono soportabaque se lequedaranmirandoembobadosdeaquellamanera,seconcentróenexaminarellugarqueaquelchicohabíallamadoelClaro.

Elsuelodelpatioparecíaestarhechodeenormesbloquesdepiedra,muchosdeellosagrietados,llenosdecéspedyhierbajos.Unextrañoedificiodemaderaenruinas, juntoaunade lasesquinasdelcuadrado,contrastabamuchoconlapiedragris.Unoscuantosárboleslorodeaban.Susraíceserancomomanosnudosasqueseclavabanenelsueloderocaenbuscadecomida.EnotraesquinadelrecintohabíaunhuertoenelqueThomasdistinguió,desdedondeélestaba,maíz,tomaterasyárbolesfrutales.

Alotroladodelpatiohabíacorralesdemaderaenlosqueseguardabanovejas,cerdosyvacas.Unbosquecilloocupabalaúltimaesquina;allí,losárbolesmáscercanosparecíanestarenfermosyalbordedelamuerte.Elcielosobresuscabezaseraazulyestabadespejado,peroThomasnovionirastrodelsol,apesardelaclaridaddeldía.Lassombrasquesemovíanlentamenteporlasparedesnorevelabanlahoraniladirección;podríahabersidotempranoporlamañanaobienentradalatarde.Alrespirarhondoparaintentarcalmarsusnervios,leasaltóunamezcladeolores:tierrareciénremovida,estiércol,pino,algopodridoyalgodulce.Dealgúnmodo,supoqueesosolorescorrespondíanaunagranja.

Thomasvolvióamirarasuscaptores,incómodoperoalavezdesesperadoporhacerpreguntas.«Captores—pensó—.¿Porquéhaaparecidoesapalabraenmicabeza?».Examinó sus caras, repasó todas sus expresiones, los juzgó.Los ojos de unmuchacho reflejaban

odio,loqueledejóhelado.ParecíatanenfadadoqueaThomasnolehabríasorprendidosisehubieraacercadoaélconuncuchillo.Teníaelpelonegroy,cuandosusmiradassecruzaron,elchicosacudiólacabeza,sediolavueltaycaminóhaciaunpostedehierrograsientoconunbancodemaderaallado.Unabanderamulticolor colgabadébilmentede la puntadel poste y, al nohacer viento, no sedistinguía eldibujoqueladecoraba.Conmocionado,Thomaspermanecióconlavistaclavadaenlaespaldadelchicohastaqueestesediolavueltaparasentarsey,entonces,apartólamiradaenseguida.

Derepente,ellíderdelgrupo,quetendríaunosdiecisieteaños,diounpasoadelante.Llevabaropanormal: una camiseta negra, unos vaqueros, unas zapatillas de deporte y un reloj digital. Por algúnmotivo,laropaquellevabalesorprendió;eracomositodoelmundotuviesequellevarpuestoalgomásamenazador,comoeluniformedeunpresidiario.Elchicomorenoteníaelpelomuycortoylacarabienafeitada.Pero,apartedeunconstanteceñofruncido,nohabíanadamásenélqueleasustara.

—Esunalargahistoria,pingajo—dijoelchico—.Lairásaprendiendopocoapoco.TellevarédeVisita mañana. Hasta entonces... no rompas nada—extendió la mano—.Me llamo Alby—sin duda,esperabaqueleestrecharalamano.Thomassenegó.Unaespeciedeinstintodominabasusaccionesy,sindecirnada,lediolaespaldaaAlbyycaminóhaciaunárbolquehabíaallado,dondesedejócaerparasentarseconlaespaldaapoyadaenlaásperacorteza.Elpánicovolvióacrecerdentrodeélhastatalpuntoqueapenaspudosoportarlo.Perorespiróhondoyseobligóaintentaraceptarlasituación.

«Venga—pensó—,noaveriguarásnadasitedejasllevarporelmiedo».—Puescuéntamela—replicóThomas,esforzándosepornoalterarlavoz—.Cuéntameesahistoria

tanlarga.Albymiróalosamigosqueteníamáscercaypusolosojosenblanco.Thomasvolvióaexaminaral

grupo.Sucálculooriginalhabíaestadocerca.Habríaunoscincuentaosesentaadolescentesyotrosunpocomayores,comoAlby,queparecíaserdelosmásviejos,enaquelmomento,Thomassediocuentaconunestremecimientoticquenoteníani ideadecuántosañostenía.Alpensarlo, lediounvuelcoelcorazón.Estabatanperdidoquenisiquierasabíacuálerasuedad.

—Enserio—dijo,dejandodemostrarvalentía—,¿dóndeestoy?Albyfuehastaélysesentóasu ladocon laspiernascruzadas;elgrupodechicos lesiguióyse

quedó detrás. Se asomaron unas cuantas cabezas aquí y allá; los chavales se inclinaban en todas lasdireccionesparapoderverlomejor.

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—Sinoestuvierasasustado—respondióAlby—,noseríashumano.Comoactúesdiferente,tetiraréporelPrecipicio,porqueentoncessignificaráqueeresunpsicópata.

—¿ElPrecipicio?—preguntóThomasmientrasledesaparecíalasangredelacara.—Foder—contestóAlby,yserestrególosojos—.Novamosaempezaresetipodeconversación,

¿mecaptas?Aquínomatamosalospingajoscomotú,teloprometo.Tansóloevitaquetematen,intentasobreviviroloquesea—hizounapausa,yThomassediocuentadequesucaradebiódehabersepuestoaúnmás blanca al oír la última parte—. Tío—añadió, y luego se pasó lasmanos por su corto pelomientrassoltabaunlargosuspiro—,nosemedamuybienesto.TúereselprimerjudíaverdedesdequemataronaNick.

LosojosdeThomasseabrierondeparenpar.UnchicosaliódelgrupoylediounacollejaaAlby.—EsperaalapuñeteraVisita,Alby—dijoconunavozpastosayunacentoextraño—.Alchavalle

vaadarunataquealcorazónyaúnnohaoídonada—seagachóyleofreciólamanoaThomas—.MellamoNewt,verducho,y todosestaremosmuycontentos siperdonasanuestronuevo líder,quepor lovistotieneunacloncenvezdecerebro.

Thomas extendió el brazoy estrechó lamanodel chico.Parecíamuchomás simpáticoqueAlby.NewttambiéneramásaltoqueAlby,perotalvezunañooasímásjoven.Supelorubioylargolecaíaporlacamisetaylasvenasselemarcabanensusbrazosmusculosos.

—Cierraelpico,carafuco—gruñóAlby,ytiródeNewtparaquesesentaraasulado—.Almenosentiendelamitaddemispalabras.

Seoyeronunasrisasaisladasy,entonces, todosse reunierondetrásdeAlbyyNewt, inclusomásapiñadosqueantes,esperandoaverquédecían.Albyextendiólosbrazosconlaspalmashaciaarriba.

—Este lugar se llama elClaro, ¿vale? Es donde vivimos, donde comemos, donde dormimos... ynosotrosnosllamamoslosclarianos.Esoestodoloque...

—¿Quién me ha enviado aquí? —preguntó Thomas, y el miedo por fin dio paso al enfado—.¿Cómo...?

PeroAlby le interrumpió con lamano antes de que pudiera terminar y le agarró de la camisetamientrasseinclinabahaciadelantesobresusrodillas.

—¡Levántate,pingajo,levántate!AlbysepusodepieyarrastróaThomasconél.Elchicoselevantó,asustadodenuevo.Retrocedió

haciaelárbol,intentandoapartarsedeAlby,queestabapegadoasucara.—¡Nome interrumpas, chico!—gritóAlby—.Atontado, si te lo contamos todo, temorirás aquí

mismo,justodespuésdeconclarteenlospantalones.Losembolsadoressetellevaránarastrasyentoncesnonosservirásdenada,¿teenteras?

—Nisiquierasédeloquemeestáshablando—dijoThomasdespacio,sorprendidoaloírlofirmequesonabasuvoz.

NewtcogióaAlbyporloshombros.—Alby,relájateunpoco.Envezdeayudar,loestásestropeando,¿sabes?AlbysoltólacamisetadeThomasyretrocedió,conelpechomoviéndoseporsurespiraciónagitada.—Notengotiempoparaseramable,judíaverde.Tuantiguavidasehaacabadoyhasempezadouna

nueva.Aprenderápidolasreglas,escuchaynohables.¿Lopillas?ThomasmiróaNewt,esperandosuayuda.Todoensuinteriorserevolvíayledolía;laslágrimas

queaúnnohabíanbrotadohacíanqueleardieranlosojos.Newtasintió.—Verducho,leentiendes,¿verdad?—volvióaasentir.Thomasestabaqueechabahumo,queríadarleunpuñetazoaalguien.Peroselimitóacontestar:—Sí.—Muybien—dijoAlby—.ElPrimerDía.Esoesloqueeshoyparati,pingajo.Seestáhaciendo

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denocheyloscorredoresnotardaránenregresar.HoylaCajahallegadotardeynotenemostiempoparalaVisita.Ladejaremosparamañanaporlamañana,encuantonosdespertemos—sevolvióhaciaNewt—.Consígueleunacamayquesevayaadormir.

—Muybien—respondióNewt.LosojosdeAlbyvolvieronamiraraThomasyseentrecerraron.—Al cabo de unas semanas, estarás contento, pingajo. Estarás contento y nos servirás de ayuda.

Ningunodenosotros,aligualquetú,sabíanijotaelPrimerDía.Tunuevavidaempiezamañana.Albysediolavueltayseabriócaminoentrelosdemáshaciaelinclinadoedificiodemaderaque

había en la esquina. La mayoría de los chicos se dispersó, no sin antes detenerse un rato a mirar aThomas.

Elmuchacho se cruzó de brazos, cerró los ojos y respiró hondo. El vacío que le consumía pordentropronto fue reemplazadoporuna tristezaque leaguijoneabaelcorazón.Erademasiado.¿Dóndeestaba?¿Quéeraaquellugar?¿Eraalgúntipodecárcel?Loschicoshablabanraroyaningunodeellosparecíaimportarlesiélvivíaomoría.Laslágrimasamenazarondenuevoconinundarsusojos,perolascontuvo.

—¿Quéhehecho?—susurrósinpretenderquenadieleoyera—.¿Quéhehechoparaquememandenaquí?

Newtlediounapalmadaenelhombro.—Verducho, loqueestás sintiendoahora, lohemos sentido todos.Todoshemos tenidounPrimer

Día,cuandosalimosdelacajaoscura.Lascosasestánmal,sí,ysepondránmuchopeorparatipronto,esaeslaverdad.Pero,alfinal,lucharásbien.Séquenoeresunanenaza.

—¿Es esto una cárcel? —preguntó Thomas. Profundizó en la oscuridad de sus pensamientos,tratandodeencontrarunarendijaasupasado.

—Hashechoyacuatropreguntas,¿no?—contestóNewt—,Bueno,nohayrespuestasparati,aúnno.Serámejorqueporahoraestéscalladoyacepteselcambio.Mañanaseráotrodía.

Thomasnodijonadayagachólacabezaconlosojosclavadosenelsuelorocosoyresquebrajado.Unahilerademalezadehojaspequeñasrecorríaelbordedeunodelosbloquesdepiedra,conflorecitasamarillasasomándosecomosibuscaranelsol,queyahacíaratoquehabíadesaparecidodetrásdelosenormesmurosdelClaro.

—Chuckteirábien—dijoNewt—.Esunpingajounpocogordito,perocuandoseletrataesbuenchaval.Quédateaquí,ahoravuelvo.

Newtapenashabíaacabadolafrasecuando,deimproviso,seoyóungritodesgarradorenelaire.Agudoyestridente,elchillido,queapenaserahumano,retumbóenelpatiodepiedra;todosloschicosquehabíaalavistasevolvieronendirecciónalruido.AThomasselehelólasangrealdarsecuentadeque aquel horrible sonido provenía del edificio demadera. InclusoNewt pegó un brinco, como si sehubierasobresaltado,yarrugólafrenteporlapreocupación.

—Foder—exclamó—.¿Esquelospuñeterosmediquerosnopuedenocuparsedelchicodurantediezminutossinmiayuda?—negóconlacabezaylediounapatadasuaveaThomasenelpie—.VeabuscaraChuckieydilequeéleselencargadodeencontrarteunsitioparadormir—yentoncessediolavueltaysedirigióaledificio,corriendo.

Thomassedejócaerporlaásperasuperficiedelárbolhastaquevolvióasentarseenelsuelo;seencogiócontralacortezaycerrólosojos,deseandopoderdespertarsedeaquellaterriblepesadilla.

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Capítulo3

Thomaspermanecióallísentadounmomento,demasiadoabrumadoparamoverse.Alfinalseobligóamirarhaciaeldestartaladoedificio.Ungrupodechicossearremolinabafuera,mirandoconinquietudpor las ventanas superiores, como si esperaran que una horrible bestia saliera en una explosión demaderaycristal.

Unruiditometálicoqueproveníadelasramassobresucabezaatrajosuatenciónylehizoalzarlavista;vioundestellodeluzrojayplateadajustoantesdequedesaparecieraalotroladodeltronco.Sepusodepieenseguidaparadarlavueltaalárbolyestiróelcuelloparaversiveíaalgodeloquehabíaoído; pero sólo había ramas peladas, grises y marrones, que se bifurcaban como los dedos de unesqueletoyparecíanigualdevivas.

—Esaeraunadelascuchillasescarabajo—dijoalguien.Thomas se volvió hacia la derecha para ver al chico bajito y regordete que estaba a su lado,

mirándolo fijamente.Era joven, puede que elmás joven que había visto hasta ahora de todos los delgrupo;tendríaunosdoceotreceaños.Elpelocastañolecaíaporlasorejashastaelcuelloylerozabalos hombros; de no ser por aquellos brillantes ojos azules, sólo tendría una cara sonrojada, fofa ylastimera.

Thomaslehizoungestoconlacabeza.—¿Unacuchillaqué?—Unacuchilla escarabajo—repitió el chico, señalando la copadel árbol—.No te harádaño, a

menosqueseastanestúpidocomoparatocarla—hizounapausa—.Pingajo.Nopareciómuycómodoaldecirlaúltimapalabra,comositodavíanohubiesecaptadoelargotdel

Claro.Otrogrito,estemáslargoydesquiciante,cortóelaireyaThomaslediounvuelcoelcorazón.El

miedoeracomorocíocongeladosobresupiel.—¿Quéestápasandoahí?—preguntóaltiempoqueseñalabaeledificio.—Nolosé—contestóelchicorellenito,queaúnteníavozdeniño—.Benestáahí,másenfermoque

unperro.Lecogieron.—¿Lecogieron?AThomasnolegustóelmodomaliciosoenquelohabíadicho.—Sí.—Pero¿quiénes?—Esmejorquenuncaloaverigües—respondióelchaval,queparecíamuylejosdeestarcómodo

con aquella situación. Le ofreció la mano—. Me llamo Chuck. Yo era el judía verde hasta que túapareciste.

«¿Y este es el guía que voy a tener esta noche?», pensó Thomas. No podía quitarse de encimaaquellaextrema inquietud,a laqueahorase lehabíaunidoelenfado.Nada teníasentidoy ledolía lacabeza.

—¿Por qué todos me llaman «judía verde»?—inquirió mientras estrechaba rápido la mano deChuck;luegoselasoltó.

—Porqueereselnovatomásreciente.Chuck señaló a Thomas y se rió. Se oyó otro grito en la casa, un sonido como si estuvieran

torturandoaunanimalmuertodelumbre.—¿Cómo puedes reírte? —preguntó Thomas, horrorizado por el ruido—. Parece que se esté

muriendoalguienahídentro.

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—Sepondrábien.NadiemueresivuelveatiempoparaqueleponganelSuero.Estodoonada.Temueresonotemueres.Peroduelemucho.

AquelloledioaThomasquépensar.—¿Elquéduelemucho?LosojosdeChucksedesviaroncomosinoestuvierasegurodeloqueteníaquedecir.—Ummm,cuandoloslaceradorestepican.—¿Loslaceradores?Thomas cada vez estaba más confundido. «Unos laceradores que pican». Aquellas palabras le

provocaronterrory,derepente,noestuvosegurodesiqueríasaberdeloqueestabahablandoChuck.El niño se encogió de hombros y apartó la mirada con los ojos en blanco. Thomas suspiró de

frustraciónyserecostóenelárbol.—Porlovisto,nosabesmuchomásqueyo—dijo,aunquesabíaquenoeracierto.Supérdidadememoriaerarara.Recordababastantebiencómofuncionabaelmundo,peronotenía

detalles,carasninombres.Comounlibrocompletamenteintactocuyalecturaresultaconfusayhorriblealfaltarleunapalabradecadadoce.Nisiquierasabíacuántosañostenía.

—Chuck...,¿quéedadcreesquetengo?Elniñoleexaminódearribaabajo.—Diría que unos dieciséis. Y, en caso de que te lo estés preguntando, unmetro ochenta... pelo

castaño.Ah,ytanfeocomounhígadofritoenunpalo—soltóunacarcajada.Thomasestabatansorprendidoqueapenasoyólaúltimaparte.¿Dieciséisaños?¿Teníadieciséis?

Sesentíamuchomásviejo.—¿Lo dices en serio? —hizo una pausa para tratar de encontrar las palabras adecuadas—.

¿Cómo...?—nosabíanisiquieraquépreguntar.—Notepreocupes.Estarásatontadounosdías,pero luegoteacostumbrarásaestesitio.Yolohe

hecho.Vivimosaquí,yyaestá.Esmejorquevivirsobreunapiladeclonc—entrecerrólosojos,quizásanticipándosealapreguntadeThomas—.Cloncesotrapalabraparacaca.Eselsonidoquehacelacacaalcaerenlosbotesdondehacemospis.

ThomasmiróaChuck,sindarcréditoalaconversaciónqueestabanteniendo.«Estábien»,fuetodoloquepudodecir.Selevantóypasópordelantedelniñoendirecciónalviejoedificio;aunquelapalabrachozalodescribíamuchomejor.Parecíatenertresocuatropisosdealturayestarapuntodecaerseencualquiermomento.Eraunademencialcoleccióndetroncosytablas,cuerdagruesayventanaspuestasalazardelantedelsólidomuroderoca,cubiertodehiedra.Mientrasavanzabaporelpatio,elinconfundibleolora leñayaalgún tipodecarnequeestabancocinandohizoque le rugierael estómago.Ahoraquesabíaquelosgritoserandeunchicoenfermo,Thomassesintiómejor.Hastaquesepusoapensarenloquehabríaprovocadoaqueldolor...

—¿Cómotellamas?—lepreguntóChuck,corriendodetrásdeélparaalcanzarle.—¿Qué?—Tunombre.Aúnnonoslohasdicho,yséqueteacuerdasdeeso.—Thomas.Casinoseoyópronunciarlo;habíaempezadoapensarenotracosa.SiChuckteníarazón,acababa

dedescubrirunvínculoconelrestodeloschicos.Unpatróncomúnensupérdidadememoria.Todosrecordabansusnombres.¿Porquénoeldesuspadres?¿Porquénoeldesusamigos?¿Por

quénosusapellidos?—Encantadodeconocerte,Thomas—dijoChuck—.Notepreocupes,yocuidarédeti.Llevoaquí

yaunmesenteroyconozcoelsitiopordentroyporfuera.Puedescontarconmigo,¿vale?Thomasyacasihabía llegadoa lapuertaprincipalde lachozayalpequeñogrupodechicosque

habíaallíreunidos,cuandolevinounrepentinoysorprendenteataquedeira.Sediovueltaparamirara

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Chuck.—Pero¡sinomecuentasnada!Esoyonolollamaríacuidardemí.Sevolviódenuevohacialapuerta,decididoaentrarparaencontraralgunasrespuestas.Noteníani

ideadedóndehabíansalidoaquelinesperadovaloryaquelladeterminación.Chuckseencogiódehombros.—Nada de lo que te diga te beneficiará—contestó—. Básicamente, yo también soy todavía un

novato.Peropuedosertuamigo...—Nonecesitoamigos—leinterrumpióThomas.Alargó lamanohacia lapuerta,una fea tablademaderadescoloridaporel sol,y la abriódeun

empujónparavervarios rostrosestoicosa lospiesdeunaescalera llenadecurvas,cuyospeldañosybarandilla se retorcían y giraban en todas las direcciones. Un papel oscuro cubría las paredes delvestíbuloydelpasillo,aunquelamitadestabadespegada.Laúnicadecoraciónalavistaeraunjarrónpolvorientosobreunamesadetrespatasyunafotoenblancoynegrodeunamujermayorvestidaconuntrajeblancopasadodemoda.AThomaslerecordólacasaencantadadeunapelículaoalgoporelestilo.Hastafaltabantablonesdemaderadelsuelo.

Aquel sitio olía a polvo y amoho, un gran contraste con los agradables olores de afuera. Unastrémulaslucesfluorescentesbrillabaneneltecho.Aúnnoselohabíaplanteado,peroteníaquepensardedóndevenía laelectricidadenunsitiocomoelClaro.Sequedómirandoa laancianadelafotografía.¿Habíavividoalgunavezallí?¿Sehabríaocupadodeaquellagente?

—Anda, mira, es el judía verde—dijo uno de los chicos mayores. Con un sobresalto, Thomasadvirtióquesetratabadeltíodelpelonegroquelehabíalanzadoanteslamiradaasesina.Parecíatenerunosquinceaños,eraaltoyflaco.Sunarizeratangrandecomounpequeñopuñoyseasemejabaaunapatatadeforme—.EstepingajosegurosehacloncadoenlospantalonescuandohaoídoalbebédeBennygritarcomounaniña.¿Necesitasunpañallimpio,carafuco?

—MellamoThomas.Teníaquealejarsedeaqueltío.Sindecirnadamás,sedirigióalasescaleras,sóloporqueestaban

cerca, sólo porque no tenía ni idea de qué hacer o de qué decir. Pero elmatón se le puso delante ylevantóunamano.

—Paraelcarro,verducho—señalóconelpulgarelpisodearriba—.Losnovatosnopuedenveraalguienaquienhan...cogido.NewtyAlbynolopermitirían.

—¿Quéproblematienes?—espetóThomas,tratandodeapartarelmiedodesuvoz,tratandodenopensarenloqueelchavalqueríadecirconcogido—.Nisiquierasédóndeestoy.Loúnicoquequieroesunpocodeayuda.

—Escúchame, judíaverde—elchicoarrugó lacaraycruzó losbrazos—.Tehevistoantes.Hayalgosospechosoenelhechodequeestésaquíyvoyaaveriguardequésetrata.

UnaoleadadecalorlatióporlasvenasdeThomas.—Notehabíavistoenmivida.Notengoniideadequiéneresynopodríaimportarmemenos—

soltó.Pero¿cómoibaaconocerle?¿Cómopodíaesechicorecordarle?Elmatónserióporlobajo,unarisitamezcladaconunresoplidollenodeflemas.Entoncespusouna

caramásseriaeinclinólascejashaciadentro.—Tehe...visto,pingajo.Nohaymuchosdeporaquíalosquehayanpicado—señalóhaciaarriba

porlasescaleras—.Amí,sí.Sépor loqueestápasandoBenny.Yoyaheestadoahí.TeviduranteelCambio—ledioungolpeaThomasenelpecho—.YmeapuestotuprimeracomidadeFritangaaqueBennytambiéntehavisto.

Thomassenegóaromperelcontactovisual,perodecidiónodecirnada.Elpánicoleconsumiódenuevo.¿Dejaríanlascosasdeempeorarenalgúnmomento?

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—¿Loslaceradoreshanhechoquetehagaspisencima?—dijoelchicoconsorna—.¿Estásunpocoasustadoahora?Noquieresquetepiquen,¿eh?

Otravezaquelverbo.«Picar».Thomasintentónopensarenelloyseñalóhaciaarriba,haciadondeseoíanlosgemidosdelchicoenfermo,queretumbabanentodoeledificio.

—SiNewthasubidoahí,quierohablarconél.Elchiconodijonaday sequedómirando fijamenteaThomasunos segundos.Luegonegócon la

cabeza.—¿Sabesqué?Tienesrazón,Tommy,nodeberíasertanmaloconlosnovatos.Sube,estoysegurode

queAlbyyNewttepondránalcorriente.Enserio,vamos.Losiento.Lediounapalmadita aThomasenelhombro, luego se apartóy señalóhacia las escaleras.Pero

Thomassabíaqueelchavalsetraíaalgoentremanos.Elhechodehaberperdidopartedelamemorianoleconvertíaaunoenunidiota.

—¿Cómo te llamas?—preguntóThomasmientras hacía tiempo para decidir si, después de todo,debíasubir.

—Gally.Yno te lleves a engaños: yo soy el auténtico líder aquí, no esosviejospingajosde ahíarriba.Soyyo.TúpuedesllamarmecapitánGally,siquieres.

Sonrióporprimeravez;losdienteslehacíanjuegoconaquellanarizrepugnante.Lefaltabandosotresyniunoseacercabanisiquieraunpocoalcolorblanco.ElalientoseleescapólojustoparaqueaThomaslellegaraunhedorquelerecordóalgohorrible,aunquenosupodequésetrataba.Lerevolvióelestómago.

—Vale—asintió, tanhartodeaquel tíoquequisogritarydarleunpuñetazoen lacara—,capitánGally—exageróelsaludoynotóunasubidadeadrenalina,puessabíaquesehabíapasadodelaraya.

Se oyeron unas cuantas risas entre los del grupo de afuera yGally se dio la vuelta con la caracolorada.SevolvióparamiraraThomasconlafrenteyaquellamonstruosanarizarrugadasporelodio.

—Subelasescaleras—dijoGally—ymantentealejadodemí,gilipullo—señalóhaciaarribadenuevo,peronoapartólosojosdeThomas.

—Muybien.Thomasmiróa sualrededorunavezmás,avergonzado,confusoymolesto.Notabaelcalorde la

sangreensucara.NadiesemovióparaimpedirquehicieraloqueGallyleestabapidiendo,salvoChuck,queestabaenlapuertaprincipal,negandoconlacabeza.

—Sesuponequenopuedessubir—murmuróelniño—.Eresunnovato,nopuedesestarahí.—Ve—dijoGallycondesdén—.Sube.Thomasyaestaba lamentandohaberentrado,peroqueríahablarconNewt.Sequedómirando las

escaleras fijamente.Lospeldañossequejabanycrujíanbajo supeso.Sehabríadetenidopormiedoacaerdebidoaloviejaqueestabalamadera,denohabersedadounasituacióntanincómodaenlaplantabaja.Así que subió, estremeciéndose cada vez que oía cómo se astillaba lamadera.Las escaleras lellevaronaunrellano,giraronalaizquierdayluegodieronaunpasilloconbarandilladondehabíavariashabitaciones.Perosólodeunadeellassalíaluzporlarendijadelaparteinferior.

—¡ElCambio!—gritóGallydesdeabajo—.¡Yaverás,carafuco!ComosilaburlalehubieradadoaThomasunainyeccióndevalor,caminóhacialapuertailuminada

altiempoqueignorabaelcrujidodelastablasdelsueloylasrisasdeabajo,laavalanchadepalabrasquenoentendía,reprimiendolasespantosassensacionesqueprovocaban.Alargólamanoparagirarelpomodoradoyabriólapuerta.

En el interior de la habitación, Newt y Alby se hallaban agachados junto a alguien que estabatumbadoenunacama.

Thomasseacercóparaveraquéveníatantoescándalo,pero,cuandoviomejorlascondicionesdelpaciente,selehelóelcorazón.Tuvoquelucharcontralabilisquelesubióalagarganta.

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Elvistazofuerápido,tansólounpardesegundos,perobastóparaqueselequedaragrabadoenlamemoria.Unapálida figura se retorcía desesperada, con el pechodesnudoy espantoso.Los cordonestensosque eran sus repugnantesvenasverdes recorrían el cuerpodel chicoy sus extremidades, comocuerdas bajo su piel. El chaval estaba cubierto de moratones violáceos, urticaria roja y arañazossangrantes.Susojosrojosselesalíandelasórbitasysemovíandeunladoaotroatodavelocidad.LaimagenyasehabíaquedadograbadaafuegoenlacabezadeThomasantesdequeAlbyselevantaradeunsaltoparabloquearlelavista,peronolosgemidosylosgritos.SacóaThomasaempujonesdelcuartoycerrólapuertadegolpealsalir.

—¿Quéestáshaciendoaquíarriba,novato?—gritóAlby,con los labios tensospor la furiay losojosbrillantes.

Thomassesintiódébil.—Yo...eeeh...queríaalgunasrespuestas—murmuró,peronopudodarlefuerzaasuspalabras;ensu

interior,sehabíarendido.¿Quélepasabaaaquelchaval?Thomasseapoyóenlabarandilladelpasilloybajólavistaalsuelo,sinestarsegurodeloqueharíaacontinuación.

—Saca ahoramismode aquí tusmejillas de renacuajo y baja las escaleras—leordenóAlby—.Chuckteayudará.Sitevuelvoaverotravezantesdemañanaporlamañana,novivirásundíamás.TearrojaréyomismoporelPrecipicio,¿mecaptas?

Thomasestabahumilladoyasustado.Sesentíacomosilehubieranreducidoaltamañodeunratón.Sindecirniunapalabra,pasójuntoaAlbyysedirigióhacialosescalonesquecrujían,tanrápidocomoseatrevió.Ignorólasmiradasboquiabiertasdelosquehabíaenlaplantabaja,sobretodoladeGally,salióporlapuertaycogióaChuckdelbrazoparamarcharseconél.

Odiabaaaquellagente.Losodiabaatodos.ExceptoaChuck.—Aléjamedeestostíos—dijo,yentoncessediocuentadequequizáChuckerasuúnicoamigoen

elmundo.—Lohaspillado—contestóChuckconun tonoalegre,comosiestuvieraentusiasmadoporque le

necesitara—.PeroantescogeremosunpocodelacomidaquehahechoFritanga.—Nosésialgunavezpodrévolveracomer.Nodespuésdeloqueacababadever.Chuckasintió.—Sí,síquepodrás.Nosvemosenelmismoárboldeantesendiezminutos.

***

Thomasestabamásquesatisfechoporhabersealejadodelacasayvolveralárbol.Sólohacíaunratoquesabíacómoeravivirallíyyaqueríaqueacabara.Deseócontodassusfuerzasrecordaralgodesuvidaanterior,peronoleveníanadaalacabeza.Nisumadre,nisupadre,niunamigo,nielcolegio,niunaafición.Niunachica.

Parpadeóconfuerzavariasvecesparaintentardeshacersedela imagenqueacababadeverenlachoza.

«ElCambio»,GallylohabíallamadoelCambio.Hacíacalor,peroThomasvolvióasentirunescalofrío.

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Capítulo4

ThomasseapoyóenelárbolmientrasesperabaaChuck.RecorrióconlavistaelClaro,aquelnuevositio de pesadillas donde, al parecer, estaba destinado a vivir. Las sombras de los muros se habíanalargadoconsiderablementeyahorasubíanporlosladosdelasparedesderocacubiertasdehiedraquehabíaalotrolado.

Al menos aquello le ayudaba a orientarse. El edificio de madera se encorvaba en la esquinanoroeste, y al suroeste, enun rincón sombrío, habíaunbosquecillo.La zonade la granja, dondeunoscuantos trabajadores aún andaban con cuidado entre los campos, se extendía por toda la cuarta partenorestedelClaro.Losanimalesestabanenlaesquinasurestemugiendo,cacareandoyaullando.Justoenmediodelpatio,elagujerodelaCajaaúnestabaabierto,comosileinvitaraavolverametersedentrodeunsaltoparamarcharseacasa.Allado,atalvezseismetrosalsur,habíaunedificioachaparrado,hechode ásperos bloques de cemento, cuya única entrada era una puerta amenazadora de hierro, y no habíaventanas.Unpomograndeyredondo,queseasemejabaaunvolantedeacero,indicabaelúnicomododeabrirlapuerta,comosifueradelasqueseencuentranenelinteriordeunsubmarino.Apesardeloquehabía visto hacía un rato,Thomas no supoqué eramás fuerte, si la curiosidad de saber lo que habíadentrooelterrordeaveriguarlo.

Acababadecentrarsuatenciónenlascuatroaberturasinmensasquehabíaenmediodelosmurosprincipales delClaro, cuando llegóChuck con un par de bocadillos sostenidos contra el pecho, unasmanzanasydostazasdemetalconagua.LasensacióndealivioqueinundóaThomaslesorprendió.Noestabacompletamentesoloenaquelsitio.

—AFritanganolehahechomuchagraciaqueinvadierasucocinaantesdelahoradecenar—dijoChuck,quesesentójuntoalárbolylehizounaseñalaThomasparaquehicieralomismo.

Lehizocasoycogióunsándwich,perovacilóalvolverlealacabezalamonstruosaimagendeloquehabíavistoenlachoza.Sinembargo,elhambrenotardóenvencerleyledioungranmordiscoalbocadillo.Elmaravillososabordeljamón,elquesoylamayonesalellenólaboca.

—Jo,tío—dijoThomasconlabocallena—,meestabamuriendodehambre.—Yatelohabíadicho.Chucklediounbocadoasupropiosándwich.Después de un par de mordiscos más, Thomas finalmente le hizo la pregunta que había estado

pensandotodoelrato:—¿QuélepasaaesetalBen?Yanisiquieraparecíahumano.Chuckleechóunvistazoalacasa.—Laverdadesquenolosé—mascullódistraído—.Nolohevisto.Thomassabíaqueelchiconoestabasiendosincero,perodecidióquenoibaapresionarle.—Bueno,tampocoquerríasverle,esoseguro.Continuócomiendo,masticandolasmanzanas,mientrasestudiabalosenormescortesdelosmuros.

Aunquecostabadistinguirlodesdedondeélestabasentado,habíaalgoraroenlosbordesrocososdelassalidashacia lospasillosexteriores.Notóuna incómoda sensacióndevértigoalmirar las imponentesparedes,comosisecernierasobreellasenvezdeestarsentadoasuspies.

—¿Quéhayahífuera?—preguntó,rompiendoporfinelsilencio—.¿Esestopartedealgúncastilloenormeoalgoporelestilo?

Chuckvaciló.Parecíaincómodo.—Ummm,nuncahesalidodelClaro.Thomashizounapausa.

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—Estásocultandoalgo—contestópor fin; seacabóelbocadilloydiounbuen tragodeagua.Lafrustraciónpornorecibirrespuestasdenadieleestabaempezandoasacardequicio.Peroaúnerapeorpensarque,aunqueobtuvieralasrespuestas,nosabríasileestabandiciendolaverdad—.¿Porquésoistanreservados?

—Asísonlascosas.Todoesunpocoraroporaquíylamayoríanosabemosmucho.Nilamitaddemucho.

AThomaslefastidióqueaChucknoparecieraimportarleloqueacababadedecir.¿Quélepasabaaesagente?Thomassepusodepieyempezóacaminarhacialaaberturadeleste.

—Bueno,nadiehadichoquenopuedaecharunvistazo.Teníaqueaveriguaralgooibaavolverseloco.—¡Eh, espera!—gritó Chuck, y echó a correr para alcanzarle—. Cuidado, estas cositas están a

puntodecerrarse—parecíaquelefaltabaelaliento.—¿Decerrarse?—repitióThomas—.¿Dequéestáshablando?—Delaspuertas,pingajo.—¿Laspuertas?Yonoveoningunapuerta.Thomas sabía queChuck no estaba inventándose nada, sabía que estaba obviando algo evidente.

Empezóapreocuparseyadvirtióquehabíaaminorado lamarcha,queyanoestaba tan impacienteporllegaralosmuros.

—Entonces,¿cómollamaríasesasgrandesaberturas?—Chuckseñalólosenormeshuecosquehabíaentrelasparedes.Ahoraestabanatansólonuevemetrosdedistancia.

—Las llamaría grandes aberturas —respondió, intentando contrarrestar su incomodidad consarcasmo,perosintiéndosedesilusionadoalverquenofuncionaba.

—Bueno,puessonpuertas.Ysecierrancadanoche.ThomassedetuvoalpensarqueChuckteníaquehaberseequivocado.Alzólavista,miróaunladoy

a otro y examinó los inmensos bloques de piedramientras aquellamolesta sensación se convertía enterrorabsoluto.

—¿Aquéterefieresconquesecierran?—Loveráscontuspropiosojosenunmomento.Loscorredoresnotardaránenvolvery,luego,esos

grandesmurossemoveránhastaquesecierrenloshuecos.—Estás como una cabra—farfulló Thomas.No entendía cómo iban amoverse aquellas paredes

gigantescasy,comoestaba tansegurodequeera imposible, se relajóalpensarqueChuck tansólo leestabatomandoelpelo.

Llegaronaunaenorme separaciónquedabaaotros caminosdepiedra en el exterior.Thomas sequedóboquiabierto,conlamentelibredecualquierpensamientoalverlodirectamente.

—EstaeslaPuertaEste—dijoChuck,comosiestuvierarevelandoconorgullounaobradeartequeélmismohubiesecreado.

Thomasapenasleoyó,impactadoporlomuchomayorqueleparecíadecerca.Elcorteenlapared,dealmenosunosseismetrosdeancho,subíahaciaarriba,muyporencimadesuscabezas.Losbordesquerodeabanlainmensaaberturaeranlisos,salvoporunextrañodibujoqueserepetíaaamboslados.En laparte izquierdade laPuertaEstehabía taladradosen la rocaunosagujerosprofundosdevarioscentímetrosdediámetro, separados aunos treinta centímetrosdedistancia entre ellos, que empezabancercadelsueloycontinuabanhastaarribadeltodo.

Enlapartederechadelapuertasobresalíanunasbarrasdelbordedelapared,tambiéndevarioscentímetrosdediámetro,conlamismaformaquelosagujerosqueteníanenfrente.Estabaclaroparaquéservían.

—¿Estás de broma?—preguntó Thomas con el miedo golpeándole de nuevo las tripas—. ¿Noestabasengañándome?¿Deverdadsemuevenlasparedes?

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—¿Aquéotracosaibaareferirme?AThomasleestabacostandomuchoaceptaraquellaposibilidad.—Nosé.Meimaginabaquehabríaunapuertaquesecerraríadefuerahaciadentroounaminipared

quesaldríadelagrande.Pero¿cómovanamoverseestosmuros?Sonenormesyparecequellevenaquímilaños.

YeraespeluznantelaideadequeaquellasparedessecerraranyledejaranatrapadodentrodeaquelsitiollamadoelClaro.

Chuckechólosbrazoshaciaarriba,claramentefrustrado.—No lo sé, semuevenypunto.Encima,hacenun ruidochirrianteque resulta infernal.Lomismo

ocurreenelLaberinto,dondelasparedescambiantambiéntodaslasnoches.Thomas,cuyaatenciónderepentefueatraídaporunnuevodetalle,sevolvióhaciaeljoven.—¿Quéacabasdedecir?—¿Eh?—Loacabasdellamarlaberinto.Hasdicho:«Lomismoocurreenellaberinto».Chuckseruborizó.—Yamehehartadodeti.Mehehartado.Ysefuecaminandohaciaelárbolqueacababandedejar.Thomasleignoró,másinteresadoquenuncaenelexteriordelClaro.¿Eraunlaberinto?Delantede

él,atravésdelaPuertaEste,distinguióunospasillosqueibanalaizquierda,aladerechaytodorecto.LasparedeseransimilaresalasquerodeabanelClaro,yelsueloestabahechodelosmismosbloquesdepiedraenormesquehabíaenelpatio.Inclusoparecíahabermáshiedraallífuera.Alolejos,loscortesenlasparedesdabanaotrossenderos,ymásallá,quizásacienmetrosoasí,elpasillorectollegabaauncallejónsinsalida.

—Pareceunlaberinto—susurróThomas,casiriéndoseparasusadentros.Comosilascosasnopudieranponersemásraras.Lehabíanborradolamemoriaylehabíanmetido

enunlaberintogigante.Eraunalocuratangrandequehastalehacíagracia.Lediounvuelcoel corazóncuando,de improviso, aparecióunchicodoblandounaesquinapara

entrarenelpasillocentraldesdeunadelasdesviacionesaladerecha,corriendohaciaél,endirecciónalClaro.Sudoroso,conlacararojay laropapegadaalcuerpo,elchiconoaminorólamarchayapenasmiróaThomasalpasarporsulado.SedirigiódirectamentealedificioachaparradodecementosituadojuntoalaCaja.

Thomassediolavueltaconlosojosclavadosenelcorredoragotado,sinestarsegurodeporquélehabíasorprendido tantoaquelnuevoacontecimiento.¿Porquéno iba lagentea salirparaexaminarellaberinto?EntoncessediocuentadequeotrosentrabanporlastresaberturasrestantesdelClaro,todoscorriendoytanhechospolvocomoeltipoqueacababadepasaratodavelocidadporsulado.Nopodíahabernadabuenoenellaberintosiaquellostíosllegabantanrendidosyagotados.

Observóconcuriosidadmientrassereuníanenlagranpuertadehierrodelpequeñoedificio;unodelosmuchachosgirólaruedaoxidadaygruñóporelesfuerzo.Antes,Chuckhabíacomentadoalgosobreunoscorredores.¿Quéestaríanhaciendoallífuera?

Lagranpuertaporfinseabrióy,conunchirridoensordecedordelmetalcontraelmetal,loschicoslaabrierondeltodo.Desaparecierondentroylacerrarondeunportazo.Thomassequedóconlavistafija mientras su mente daba vueltas en busca de alguna posible explicación a lo que acababa depresenciar.Noseleocurriónada,perohuboalgoenaquelespeluznanteyviejoedificioquelepusolapieldegallinaconunescalofríoinquietante.

Alguien le tiró de la manga e interrumpió sus pensamientos; Chuck había vuelto. Antes de queThomaspudierapararseapensar,laspreguntaslesalieronenseguidaporlaboca:

—¿Quiénes son esos tíos y qué estaban haciendo? ¿Qué hay en ese edificio?—giró sobre sus

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talonesyseñalóhacialaPuertaEste—.¿Yporquévivísenelinteriordeunpuñeterolaberinto?Notóunavibrantepresióndeinseguridadquehizoquesesintiesecomosilacabezaselepartieraen

dosporeldolor.—Novoyadecirniunapalabramás—contestóChuck,conunanuevaautoridadensuspalabras—.

Creoquedeberías irteprontoa lacama.Necesitasdormir.Ah—secalló, levantóundedoyaguzóeloídoderecho—.Estáapuntodeocurrir.

—¿Elqué?—preguntóThomas,ypensóqueeraunpocoraroqueChuckderepenteactuaracomounadultoenvezdecomoelniñodesesperadoporhacerunamigoquehabíasidohacíasólounosmomentos.

Se oyó un gran estruendo en el aire que sobresaltó a Thomas. Le siguió un horrible crujidochirriante. Era como si la tierra temblara. Miró a su alrededor, aterrorizado. Los muros se estabancerrando, dejándole atrapado dentro del Claro.Una creciente sensación de claustrofobia le ahogó, lecomprimiólospulmones,comosielagualeinundarasuscavidades.

—¡Cálmate,verducho!—gritóChuckporencimadelruido—.¡Sólosonlasparedes!Thomas apenas le oyó; estaba demasiado fascinado, demasiado consternado por el cierre de las

puertas.Sepusodepieapresuradamenteyretrocedióunoscuantospasostemblorososparaverlomejor,aunquelecostóbastantecreerloqueestabaviendo.

Elenormemurodepiedraasuderechaparecíadesafiartodaslasleyesdelafísicaaldeslizarseporelsuelo,echandochispasypolvomientrassemovía,rocacontraroca.Elcrujidohizoquelevibraranloshuesos.Thomassediocuentadequesóloseestabamoviendoesapared,quesedirigíahaciasuvecinadelaizquierdaysepreparabaparasellarse,deslizandoaquellasbarrasquesobresalíanparameterseenlos agujeros taladrados al otro lado. Notó como si su cabeza girara más rápido que el cuerpo y elestómagose lerevolvieradelmareo.Enloscuatro ladosdelClaro,sólo lasparedesde laderechasemovíanhacialaizquierdaparacerrarelespaciodelaspuertas.

«Imposible—pensó—.¿Cómovanahacereso?».Reprimió las ganas de salir corriendo de allí, de deslizarse por los bloques de piedra en

movimientoantesdequesecerraranyhuirdelClaro.Ganóelsentidocomún.El laberintoera inclusomásdesconocidoque lasituacióndeallídentro. Intentóvisualizarcómofuncionabaaquellaestructura.Unas paredes de piedra inmensas, de variosmetros de altura, que semovían como puertas de cristalcorrederas, una imagen de su vida pasada que, por un instante, apareció en sus pensamientos. Intentóagarrarse a aquel recuerdo, retenerlo, completar la escena con caras, nombres, un lugar, pero sedesvanecióenlaoscuridad.Unapunzadadetristezaatravesóelrestodeemociones,quegirabancomounremolino.

Observó cómo el muro de la derecha alcanzaba el final de su trayecto y sus barras conectorasencontrabansuobjetivoparaentrarenél sinproblemas.Unestruendo retumbóenelClarocuando lascuatropuertas se cerraronherméticamentepor lanoche.Thomas sintióunúltimo instantede terror,unpocodemiedoenelcuerpoquedesapareciódeinmediato.

Unasorprendentesensacióndetranquilidadlecalmólosnerviosysoltóunlargosuspirodealivio.—Guau—dijo,sintiéndosecomounestúpidoporaquellaexclamaciónmonumental.—No es nada, como diría Alby —murmuró Chuck—. Te acostumbrarás cuando lleves aquí un

tiempo.Thomas miró a su alrededor una vez más y tuvo la impresión de que estaba en un sitio

completamentediferenteahoraqueaquellasparedessólidasestabancerradasynohabíasalida.Tratódeimaginarseelpropósitodetodoaquelloynosupoquéerapeor:quelesmantuvieranatrapadosallídentrooquelesprotegierandeloquehabíaafuera.Conaquellaideaterminósubreveinstantedetranquilidadyempezó a pensar en elmillón de aterradoras posibilidades de lo que podría vivir en el laberinto. Elmiedosevolvióaapoderardeél.

—Venga—dijoChuck, y tiró de lamanga de Thomas por segunda vez—.Confía enmí: cuando

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lleguelanoche,querrásestarenlacama.Thomassabíaqueno lequedabanmásopciones.Hizounesfuerzoporocultar todo loqueestaba

sintiendoylesiguió.

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Capítulo5

AcabaroncercadelaHacienda,elnombrequeChuckledabaalaestructurainclinadademaderaconventanas,enunasombraoscuraentreeledificioyelmurodepiedraquehabíadetrás.

—¿Adóndevamos?—preguntóThomas,que todavíaestabaagobiadoporhabervisto lasparedescerrándose,porpensarenellaberinto,porlaconfusión,porelmiedo.Seobligóapararporque,sino,ibaavolverseloco.Altratardecaptarelsentidodelarealidad,intentósinmuchoéxitohacerunchiste—:Siesperasunbesodebuenasnoches,olvídate.

Chuckcontinuóandando.—Cállateyquédatepegadoamí.Thomasdejóescaparunlargosuspiroyseencogiódehombrosantesdeseguiralniñoporlaparte

traseradeledificio.Caminarondepuntillashastaquellegaronaunaventanapequeñaypolvorientadesdelaquesalíauntenuerayodeluzqueiluminabalapiedracubiertadehiedra.Thomasoyóquealguiensemovíaenelinterior.

—Eselbaño—susurróChuck.—¿Y?UnhilodeinquietudcosiólapieldeThomas.—Meencantahacerleestoalagente.Esunverdaderoplacerhacerloantesdeirmeadormir.—Hacer,¿qué?—algoledecíaaThomasqueChucknosetraíanadabuenoentremanos—.Quizá

debería...—Cállateymira.Chucksesubióensilencioaunagrancajademaderaquehabíacolocadajustodebajodelaventana.

Seagachóparaquesucabezaquedaraabajoylapersonaquehabíadentronoleviera.Luegolevantólamanoydiounosgolpecitosenelcristal.

—Estoesunatontería—susurróThomas.Nohabíaunmomentopeorparahacerunabroma.NewtoAlbypodíanestarporallí—.Noquierometermeenproblemas.¡Acabodellegar!

Chuckreprimióunacarcajadatapándoselabocaconunamano.IgnoróaThomas,levantóelbrazoyvolvióadarunosgolpecitosenlaventana.

Una sombra cruzó por delante de la luz y, después, la ventana se abrió. Thomas saltó paraesconderseysepegóalapartetraseradeledificiotantocomopudo.Nopodíacreersequelehubieranembaucado para gastarle una broma a alguien. El ángulo de visión desde la ventana le protegía demomento,pero sabíaque lesverían siquien fueraqueestuvieseallídentro seasomabaparaecharunvistazo.

—¿Quiénandaahí?—gritóelchicodellavaboconuntonoásperoqueexpresabaenfado.Thomascontuvoungrito ahogadocuando sedio cuentadeque se tratabadeGally.Ya reconocía

aquellavoz.Sinavisar,Chuckasomóderepentelacabezaporlaventanaygritóaplenopulmón.Unestrépitoen

elinteriorrevelóqueeltrucohabíafuncionadoylaretahíladepalabrotasqueseoyóacontinuaciónleindicóqueGallynoestabanadacontento.AThomasleasaltóunaextrañamezcladehorroryvergüenza.

—¡Tevoyamatar,carafuco!—gritóGally,peroChuckyasehabíabajadodelacajaycorríahaciaelcentrodelClaro.

ThomassequedóheladocuandooyóqueGallyabríaunapuertadel interiorysalíacorriendodelbaño.Alfinalreaccionóysaliódetrásdesunuevoyúnicoamigo.AcababadedoblarlaesquinacitandoGallysaliógritandodelaHaciendacomounabestiasalvaje.EnseguidaseñalóaThomas.

—¡Venaquí!—chilló.

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A Thomas le dio un vuelco el corazón y obedeció. Todo parecía indicar que le iban a dar unpuñetazoenlacara.

—No he sido yo, te lo juro—dijo, aunquemientras estaba allímirándole se dio cuenta de que,despuésde todo,no teníaqueestar tanaterrorizado.Gallynoera tangrande;Thomaspodríaconélsiquisiera.

—¿Nohassidotú?—gruñóGally;seacercódespacioalchicoysedetuvojustodelantedeél—.Entonces,¿cómosabesquehayalgoquenohashecho?

Thomasnodijonada.Estabamuyincómodo,peronotanasustadocomohacíaunosinstantes.—Nosoyimbécil,verducho—soltóGally—.HevistolacaragordadeChuckenlaventana—le

volvióaseñalar,estavezalpecho—.Peroserámejorquedecidasrápidoaquiénquieresdeamigoydeenemigo,¿meoyes?Comosedéotrabromacomoesa,ymedaigualsihasidoideatuyaono,vaacorrerlasangre.¿Teenteras,novato?

Pero, antes de que Thomas pudiera contestar, Gally ya se había dado la vuelta para marcharse.Thomastansóloqueríaqueacabaratodoaquello.

—Losiento—dijoentredientes,ehizounamuecadedisgustoporlotontoquesonó.—Teconozco—añadióGallysinmiraratrás—.TevienelCambioyvoyaaveriguarquiéneres.ThomasobservócómoelabusóndesaparecíadenuevoenlaHacienda.Norecordabamucho,pero

algoledecíaquenuncalehabíagustadotanpocounapersona.Sesorprendióaldarsecuentadelomuchoqueodiabaaaqueltío.Leodiabadeverdad.SediolavueltaparaveraChuckallídepie,conlavistaclavadaenelsuelo,obviamenteavergonzado.

—Muchasgracias,colega.—Perdona;sihubiesesabidoqueeraGally,nosemehabríaocurridohacerlo,telojuro.Parasusorpresa,Thomasserió.Hacíaunahoranohubierapensadoquepudieravolveraoíraquel

sonidosaliendodesuboca.ChuckmiróaThomasdetenidamenteyensurostroaparecióunasonrisaincómoda.—¿Qué?Thomasnegóconlacabeza.—No te disculpes. El... pingajo se lo merecía, y ni siquiera sé lo que es un pingajo. Ha sido

impresionante.Sesentíamuchomejor.

***

Unpardehorasmástarde,Thomasestabadurmiendosobreelcéspedenunblandosacodedormir,juntoaChuck,cercade los jardines.Eraunextensopradoquenohabíaadvertidoantesyalgunosdelgrupolohabíanelegidocomolugarparadormir.Thomaspensóqueerararo,peroporlovistonohabíasitiosuficientedentrodelaHacienda.Almenoshacíacalor,loquelehizopreguntarsepormillonésimavez dónde estaban. A su mente le costaba mucho aferrarse a nombres de lugares, recordar países ogobernantes,cómoestabaorganizadoelmundo.YningunodeloschicosdelClaroteníatampoconiideao,almenos,silatenían,nolacompartían.

Se quedó en silencio durante un buen ratomientrasmiraba las estrellas y escuchaba los suavesmurmullos de varias conversaciones que flotaban por el Claro. El sueño parecía a kilómetros dedistanciaynopodíaquitarsedeencimaladesesperaciónyeldesalientoquelerecorríanelcuerpoyla

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mente.Laalegríapasajerade labromaque lehabíagastadoChuckaGallyyahacíaratoquesehabíadesvanecido.Habíasidoundíaextrañoeinterminable.

Era tan raro... Recordaba unmontón de cosas insignificantes de la vida: la comida, la ropa, losestudios,losjuegos,imágenesgeneralesdecómoeraelmundo.Pero,dealgúnmodo,lehabíanborradocualquierdetallequecompletaraelcuadroycrearaunauténticorecuerdo.Eracomomirarunaimagenatravésdelaguaturbia.Porencimadetodo,quizásesentía...triste.

Chuckinterrumpiósuspensamientos:—Bueno,verducho,hassobrevividoalPrimerDía.—Casi.«Ahorano,Chuck—quisodecirle—.Noestoydehumor».ChuckseincorporósobreuncodoymiróaThomas.—Aprenderásmuchoenlospróximosdíasyempezarásaacostumbrarteaesto.Estábien,¿no?—Ummm,sí,estábien,supongo.Porcierto,¿dedóndevienentodasestaspalabrasyfrasesraras?

Parececomosihubierancogidootroidiomaylohubieranmezcladoconelsuyo.Chucksedejócaerhaciaatrásdegolpe.—Nolosé...Sólollevoaquíunmes,¿recuerdas?Thomas se preguntó siChuck sabríamás de lo que estaba diciendo.Era un niño raro, extraño, y

parecíainocente,pero¿cómoestarseguro?Lociertoesqueeraunmisterio,comotodolodemásenelClaro.

Pasaronunoscuantosminutosy,porfin,Thomasnotócómolevencíaelsueño.Pero,comounpuñoque empujara su cerebro y lo soltara, una idea le vino a lamente.Algo que no esperaba y no estabasegurodedóndehabía salido.Depronto, elClaro, losmuros, elLaberinto, todo le resultó... familiar.Cómodo.Unacálidatranquilidadseextendióporsupechoy,porprimeravezdesdequehabíallegadoallí,nosintióqueelClarofueraelpeorsitiodeluniverso.Sequedócallado,notócómolosojosseleabríandeparenparylarespiraciónseledetuvoduranteunbuenrato.

¿Quéacababadepasar?,pensó.¿Quéhabíacambiado?Irónicamente,laimpresióndequetodoibaair bien le hizo preocuparse un poco.No entendía cómo sabía lo que tenía que hacer.No era posible.Aquella sensación, la revelación, era extraña, desconocida y familiar almismo tiempo. Pero estaba...bien.

—Quiero ser uno de los que salen ahí fuera—dijo en voz alta, sin saber si Chuck estaba aúndespierto—.DelosqueentranenelLaberinto.

—¿Eh?—fuelarespuestadeChuck,yThomasnotóundejedefastidioensuvoz.—Unodeloscorredores—aclaróThomas,ydeseósaberdedóndehabíasalidoeso—.Sealoque

sealoquehaganahíafuera,yoquieroparticipar.—Nisiquierasabesdeloqueestáshablando—sequejóChuck,ysediolavuelta—.Duérmete.Thomassintióqueleinvadíalaconfianza,aunqueeraciertoquenosabíadequéestabahablando.—Quieroseruncorredor.Chucksevolvióhaciaél,apoyadosobreuncodo.—Olvídatedeesoahoramismo.AThomaslesorprendiólareaccióndeChuck,perocontinuó:—Notratesde...—Thomas.Novato.Amigomío.Olvídalo.—MañanaselodiréaAlby.«Un corredor—pensó Thomas—.Ni siquiera sé lo que significa. ¿Me he vuelto completamente

loco?».Chucksetumbómientrassoltabaunacarcajada.—Eresuntrocitodeclonc.Duérmete.

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PeroThomasnolodejó:—Hayalgoahíquemeesfamiliar.—Duér-me-te.Entoncesviolaluz;fuecomosivariaspiezasdelpuzlehubiesenencajado.Nosabíacuálseríala

imagenfinal,perosussiguientespalabrasfueroncomosilasdijeraotrapersona:—Chuck,creo...creoqueheestadoaquíantes.Oyó que su amigo se sentaba y cogía aire. Pero Thomas se dio la vuelta y se negó a decir una

palabramás,porsiperdíaelánimo,porsieliminabalatranquilidadqueleinundabaelcorazón.Leentróelsueñoconmuchamásfacilidaddelaqueesperaba.

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Capítulo6

Alguien zarandeó a Thomas para despertarlo. Abrió los ojos de golpe, vio una cara demasiadopegada a la suya, con lamirada clavada en él, y todo en calma a su alrededor, ensombrecido por laoscuridaddelaprimerahoradelamañana.Abriólabocaparahablar,perounamanofríaselatapóyselacerró.Elpánicoseadueñódeélhastaquevioquiénera.

—Shh,verducho.NoquerrásdespertaraChuckie,¿no?EraNewt,elqueparecíaserelsegundoalmando;elairesellevósualientomatutino.Aunque Thomas estaba sorprendido, la inquietud desapareció al instante. No podía evitar tener

curiosidadysepreguntabaquéqueríaaquelchicodeél.Thomasasintió,esforzándosepordecirquesíconlosojos,hastaquealfinNewtretirólamanoyluegoseechóhaciaatrás,encuclillas.

—Vamos,verducho—susurróelchicoaltomientrasseponíadepie.Extendió lamanoyayudóaThomasalevantarse.Eratanfuertequecasiparecíaquelefueraadesencajarelbrazo—.Sesuponequetetengoqueenseñaralgoantesdequesedespierten.

CualquierresquiciodesueñopersistenteyahabíadesaparecidodelamentedeThomas.—Vale—se limitó a decir, y le siguió. Sabía que debería abrigar sospechas, pues aún no tenía

motivos para confiar en nadie, pero venció la curiosidad. Rápidamente se agachó para ponerse loszapatos—.¿Adóndevamos?

—Túsígueme.Ypégateamí.CaminaronahurtadillasentreloscuerposquedormíanesparcidosporelsueloyThomasestuvoa

puntodetropezarvariasveces.Lepisólamanoaalguieny,comorespuesta,recibióungritoagudodedoloryunpuñetazoenlapantorrilla.

—Perdón—susurró,eignorólamiradaasesinadeNewt.Encuantodejaronatráselpradoyalcanzaronlapiedragrisyduradelsuelodelpatio,Newtechóa

correrendirecciónalaparedoeste.Thomasalprincipiovaciló,preguntándoseporquésehabíapuestoacorrer,peroreaccionódeinmediatoylesiguióalamismavelocidad.

La luz era tenue, pero cualquier obstáculo aparecía como una sombra más oscura y, así, pudoavanzarrápidamente.SedetuvocuandoNewtlohizo,juntoalinmensomuroquedescollabaporencimadeelloscomounrascacielos,otraimagenalazarqueflotabaenelturbiocharcodesumemoriaborrada.Thomasviounas lucecitas rojasquebrillabanpor lapared: semovían, separaban, seencendíany seapagaban.

—¿Qué es eso?—susurró tan alto como se atreviómientras se preguntaba si su voz sonaba tantemblorosacomoéllanotaba.Eldestellorojotitilantedelaslucesteníauntrasfondodeadvertencia.

Newtsequedóamediometroenfrentedelaespesacortinadehiedradelmuro.—Cuandolotengasquesaber,losabrás,verducho.—Bueno,esunpocoestúpidomandarmeaunsitiodondenadatienesentidoynadierespondeamis

preguntas—Thomas se detuvo, sorprendido ante sus palabras—. Pingajo—añadió, vertiendo todo elsarcasmoposibleencadasílaba.

Newtsoltóunacarcajada,peroenseguidalacortó.—Megustas,verducho.Ahoracállateydejaqueteenseñealgo.Newtdiounpasoadelanteyhundiólasmanosenlaespesahiedrapararetirarlaenredaderadela

paredyrevelarunaventanallenadepolvo,uncuadradodeunossesentacentímetrosdeancho.Enaquelmomentoestabaoscura,comosialguienlahubierapintadodenegro.

—¿Quéestamosbuscando?—susurróThomas.—Agárratebienfuerte,chaval.Estáapuntodesaliruno.

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Pasóunminuto; luego,dos.Variosmás.Thomasempezóamover lospiesmientrassepreguntabacómoNewtpodíaestarallítanpacienteycallado,conlavistaclavadaenlaoscuridad.

Entonceslaescenacambió.Unaslucesextrañasbrillaronatravésdelaventanayproyectaronunespectrotemblorosodecolores

en lacarayelcuerpodeNewt,comosiestuviera juntoaunapiscina iluminada.Thomassequedóenabsolutosilencio,conlosojosentrecerrados,mientrastratabadeaveriguarquéhabíaalotrolado.Selehizounnudoenlagarganta.

«¿Quéeseso?»,pensó.—AhífueraestáelLaberinto—susurróNewtconlosojosabiertoscomosiestuvieraentrance—.

Todoloquehacemos(nuestravida,verducho)giraentornoaél.PasamoscadabonitosegundodecadabonitodíahonrandoalLaberinto,intentandoresolveralgoquenisiquierasabemossitieneunamalditasolución,¿sabes?Yqueremosenseñartequenoesunsitiodondequierasmeterte.Teenseñaremosporquécierranlospuñeterosmurostodaslasnoches.Teenseñaremosporquénodebesnunca,ydigonunca,sacartuculoahífuera.

Newtretrocedió, todavíasujetoalaenredadera.LehizounaseñalaThomasparaqueocuparasusitioymirara a travésde laventana.Thomas lehizo casoy se inclinóhasta que su nariz tocó la fríasuperficiedecristal.Tardóunossegundosencentrarlosojosenelobjetoquesemovíaalotrolado,enmirarmásalládelamugreyelpolvoparaverloqueNewtqueríaqueviera.Y,cuandoloconsiguió,notóqueelalientoselequedabaretenidoenlagarganta,comosiallísoplaraunvientoglacialquehubieracongeladosurespiración.

Unacriaturagrandeybulbosa,deltamañodeunavaca,perosinningunaformadefinida,seretorcíafuriosaenelsuelodelpasilloexterior.Trepóporelmurodeenfrenteyluegosaltóhacialaventanadegruesocristalconun fuertegolpe.Thomaspegóungritoantesdepodercontenerloy seapartódeallísobresaltado,peroaquellacosarebotóhaciaatrás,dejandoelvidriointacto.

Thomasrespiróprofundamentedosvecesyvolvióaasomarse.Estabamuyoscuroparadistinguirloconclaridad,perounaslucesextrañas,quesalíandenosésabíadónde,revelabanunamasadepinchosplateados y carne brillante.Unosmalvados apéndices con instrumentos en la punta sobresalían de sucuerpocomosifueranbrazos:lahojadeunasierra,unastijerasgrandesyunasbarraslargasqueasaberparaquéservían.

Lacriaturaeraunaespantosamezcladeanimalymáquina,yparecíadarsecuentadequelaestabanobservando, parecía saber loquehabía en el interior de losmurosdelClaro, parecíaquerer entrar ydarseunfestíndecarnehumana.Thomasnotóqueun terrorglacialcrecíaensupecho,expandiéndosecomoun tumorydificultando su respiración.Hasta con lamemoriaborrada estaba segurísimodequenuncahabíavistonadatanhorrible.

Retrocedió,yelvalorquehabíasentidolanocheanteriordesapareció.—¿Qué es esa cosa? —inquirió. Notó un escalofrío en sus tripas y se preguntó si alguna vez

volveríacomer.—Losllamamoslaceradores—contestóNewt—.Esunbichoasqueroso,¿eh?Alégratedequesólo

salgandenocheydalasgraciasporestosmuros.Thomastragósalivaypensóencómoibaasalirdeallí.Sudeseodeconvertirseencorredorera

demasiadoaventurado.Peroteníaquehacerlo.Dealgúnmodo,sabíaqueteníaquehacerlo.Eramuyraroquesintieraaquello,despuésdeloqueacababadever.

Newtsiguiómirandoporlaventana,distraído.—Ahorayasabes lasmierdasqueacechanenel laberinto,amigomío.Ahorayasabesquenoes

ningunabroma.TehanenviadoalClaro,verducho,yesperamosquesobrevivasynosayudesaconseguirelpropósitoporelquenoshantraídoaquí.

—¿Ycuáles?—preguntóThomas,aunqueleaterrabaconocerlarespuesta.

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Newtsevolvióparamirarledirectoalosojos.LeiluminabanlasprimeraslucesdelalbayThomaspudovertodoslosdetallesdelrostrodeNewt,supieltensaylafrentearrugada.

—Encontrar la salida, verducho —respondió Newt—, Resolver el puñetero Laberinto paraencontrarelcaminodevueltaacasa.

***

Un par de horasmás tarde, una vez que las puertas volvieron a abrirse, retumbando y haciendotemblar el suelo hasta que acabaron, Thomas se sentó en una vieja mesa de picnic que había en elexteriordelaHacienda.Sólopodíapensarenloslaceradores,encuálseríasuintenciónyenquéharíanallífueradurantelanoche.Encómoseríaseratacadoporalgotanespantoso.

Tratódesacarseaquellaimagendelacabezaypensarenotracosa.Enloscorredores.Sehabíanmarchadosindecirniunapalabraanadie,habíansalidodisparadoshaciaelLaberintoatodavelocidadyhabíandesaparecidoaldoblarlasesquinas.Selosimaginómientrascogíaloshuevosyelbeiconconuntenedor,sinhablarconnadie,nisiquieraconChuck,quecomíaensilencioasulado.ElpobrechavalsehabíacansadodeintentarentablarunaconversaciónconThomas,quesenegabaaresponder.Loúnicoquequeríaeraqueledejaranenpaz.

No lo entendía, su cerebro estaba sobrecargado intentando calcular la imposibilidad total de lasituación.¿Cómopodíaserunlaberinto,conlasparedestanaltasysólidas,tangrandequeunmontóndechicosnohubierapodidoresolverlodespuésdellevarintentándoloasabercuántotiempo?¿Cómopodíaexistirunaestructuracomoaquella?Ymásimportante:¿porqué?¿Cuáleraelpropósitodetalcosa?¿Porquéestabantodosallí?¿Cuántotiempollevabanallí?

Aunque trataba de evitarlo, su mente no dejaba de volver a la imagen del feroz lacerador. Sucompañerofantasmaparecíaasaltarlecadavezqueparpadeabaosefrotabalosojos.

Thomas sabíaqueeraunchico listo;de algúnmodo, tenía esa corazonada.Perono tenía sentidonadadeloqueocurríaenaquelsitio.Exceptounacosa.Sesuponíaqueéldebíaseruncorredor.¿Porquélosentíacontantafuerza?Inclusoahora,despuésdeverloquehabitabaenellaberinto.

Unosgolpecitosenelhombroleapartarondesuspensamientos.LevantólavistayvioaAlbydetrásdeél,conlosbrazoscruzados.

—¿Noparecesmuyfresco?—dijoAlby—.¿Hasvistoalgobonitoestamañanaporlaventana?Thomasselevantóconlaesperanzadequehubierallegadoelmomentodelasrespuestasodeque,

talvez,algoledistrajeralaatencióndeaquellospensamientoslúgubres.—Habastadoparaquequierasabermáscosassobreestelugar—repuso,esperandonoprovocarel

malgenioquehabíasacadoaqueltíoeldíaanterior.Albyasintió.—Túyyo,pingajo.LaVisitaempiezaahora—empezóamoverse,peroluegosedetuvoylevantóun

dedo—.Nohagaspreguntashastaelfinal,¿meentiendes?Notengotiempoparaestarcontigotodoeldíadecháchara.

—Pero...—Thomas se calló cuandoAlby arqueó las cejas. ¿Por qué aquel tío tenía que ser tancapullo?—,perocuéntamelotodo,quierosaberlotodo.

Lanocheanteriorhabíadecididonocontarleanadiemáslocuriosamentefamiliarqueleresultabaaquel sitio, que tenía la extraña sensación de haber estado allí antes, de que podía recordar cosas.Compartiraqueldatonoparecíamuybuenaidea.

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—Tediréloqueyoquiera,verducho.Vamos.—¿Puedoir?—preguntóChuckdesdelamesa.Albyleretorciólaorejaalniño.—¡Ay!—chillóChuck.—¿Esquenotienestrabajo,gilipullo?—espetóAlby—.Haymuchoquedeambular.ChuckpusolosojosenblancoyluegomiróaThomas.—Quetediviertas.—Lointentaré.Derepente,losintióporChuck,puesqueríaquelagentetrataramejoraaquelniño.Peronopodía

hacernadapararemediarlo,teníaquemarcharse.SealejóconAlbyyesperóquelaVisitahubieraempezadooficialmente.

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Capítulo7

EmpezaronporlaCaja,queenaquelmomentoteníacerradaslaspuertasdoblesdemetal,planasenelsuelo,pintadasdeblanco,descoloridasyagrietadas.EldíasehabíaaclaradoconsiderablementeylassombrassehabíanextendidoendireccióncontrariaaloqueThomashabíavistoeldíaanterior.Todavíano había localizado el sol, pero parecía como si fuera a asomar por el muro del este en cualquiermomento.

Albyseñalólaspuertas.—Esto de aquí es la Caja. Una vez al mes llega un novato, como tú; nunca falla. Una vez a la

semana, nos llegan provisiones, ropa, algo de comida. No necesitamos mucho, nos las arreglamosbastantebienenelClaro.

Thomasasintió;semoríaporhacerleunmontóndepreguntas.«Necesitocintaadhesivaparaponérmelaenlaboca»,pensó.—No sabemos ni jota sobre laCaja, ¿me entiendes?—continuóAlby—.De dónde viene, cómo

llegaaquíoquiénestáacargodeella.Lospingajosquenoslaenvíannonosdicennada.Tenemostodala electricidadquenecesitamos, cultivamosy criamos lamayoría de nuestra comida, hacemosnuestraropayesascosas.UnavezintentamosdevolverconlaCajaaunverduchogilipullo,perolacosanosemovióhastaquenolesacamos.

ThomassepreguntóquéhabíadebajodeaquellaspuertascuandolaCajanoestaba,peromantuvolaboca cerrada. Sentía una mezcla de emociones: curiosidad, frustración y asombro, unidas al horrorpersistenteporellaceradorquehabíavistoaquellamañana.

AlbysiguióhablandosinmolestarseenmiraraThomasalosojos:—ElClaroestádivididoencuatropartes—levantólosdedosparacontarlascuatrozonas—:los

Huertos,laCasadelaSangre,laHaciendaylosMuertos.¿Lopillas?Thomasvacilóynegócon la cabeza, confundido.Albyparpadeóun instantemientras continuaba.

Eracomosiestuvierapensandoenmilcosasquepreferiríaestarhaciendoenvezdeestarallí.Señalóelrincónnoreste,dondeestabansituadosloscamposylosárbolesfrutales.

—LosHuertos, donde tenemos los cultivos. El agua llega a través de unas tuberías en el suelo.Siempre han estado ahí o, si no, nos hubiéramos muerto de hambre hace mucho tiempo. Aquí nuncallueve.Nunca—señalóhaciaelrincónsureste,hacialosestablosyloscorralesdelosanimales—.LaCasadelaSangre,dondecriamosysacrificamosalosanimales—señalólalamentableresidencia—.LaHacienda, un estúpido lugar que es el doble de grande que cuando llegamos aquí, porque seguimosañadiéndolecosascuandonosmandanmaderayotrascloncs.Noesbonito,perohacesufunción.Aunquemuchosdenosotrosdormimosfuera.

Thomas se sintió mareado. Tenía tantas preguntas en la cabeza que no podía controlarlas. Albyseñalóhaciaelrincónsuroeste,lazonaboscosarevestidadebancosyvariosárbolesenfermos.

—AesolollamamoslosMuertos.Elcementerioestáenesaesquina,enlaespesuradelbosque.Yno haymuchomás. Puedes ir allí a sentarte y descansar, a pasar el rato o lo que sea—se aclaró lagarganta, como si quisiera cambiar de tema—. Pasarás las próximas dos semanas trabajando con unguardián diferente hasta que sepamos qué se te da mejor: ser un deambulante, un ladrillero, unembolsador,unexcavador...Seguroqueenalgotecolocamos.Vamos.

Alby caminó hacia la Puerta Sur, situada entre lo que había llamado losMuertos y la Casa deSangre.Thomaslesiguióyarrugólanarizalvenirleeloloraestiércoldeloscorralesdelosanimales.

«¿Un cementerio? —pensó—. ¿Por qué necesitan un cementerio en un sitio que está lleno deadolescentes?».

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Aquello le molestó incluso más que no conocer algunas de las palabras que Alby continuabadiciendo, como deambulante y embolsador y que no sonaban nada bien. De nuevo estuvo a punto deinterrumpiraAlby,peromantuvolabocacerrada.

Frustrado,centrósuatenciónenloscorralesdelaCasadelaSangre.Variasvacasmordisqueabanymasticabanelhenoverdosoquehabíaenuncomedero.Loscerdosholgazaneabanenunbarrizalydevezen cuandomovían el rabo, la única señal de que estaban vivos. En otro corral había ovejas; tambiénhabíaungallineroyjaulasconpavos.Lostrabajadoresibandeaquíparaalláyparecíaquellevarantodasuvidaenunagranja.

«¿Porquémeacuerdodeestosanimales?»,sepreguntóThomas.Noveíanadanuevoniinteresanteenellos.Sabíacómosellamaban,loquesolíancomeryquéaspectotenían.¿Porquéesetipodecosasaún estaban alojadas en sumemoria, pero no dónde había visto antes esos animales o con quién? Supérdidadememorialedesconcertabadebidoasucomplejidad.

Albyseñalóelgranestabloquehabíaenelrincón,cuyapinturarojadescoloridasehabíaquedadodeuntonomateoxidado.

—Allí es donde trabajan los cortadores. Eso sí que es desagradable. Asqueroso. Si te gusta lasangre,puedesconvertirteencortador.

Thomasnegóconlacabeza.Lodesercortadorteníamuymalapinta.Mientrasseguíancaminando,centrósuatenciónenelotroladodelClaro,enlapartequeAlbyhabíallamadolosMuertos.Losárboleseranmásespesosydensos conforme se adentrabanenaquella esquina, estabanmásvivosy llenosdehojas.Unassombrasoscurascubríanlasprofundidadesdelazonaboscosa,apesardelahoraqueera.Thomas alzó la vista, entrecerrando los ojos para ver el sol, que por fin era visible, aunque tenía unaspectoextraño;eramásanaranjadodelonormal.Ypensóqueaqueleraotroejemplodeloextrañaqueeralamemoriaselectivaquetenía.

VolviólamiradahacialosMuertos,conundiscobrillantetodavíaenlaretina.Parpadeóparaquedesaparecieray,derepente,volvióaverlaslucesrojasquetitilabanysedeslizabanenlaoscuridaddelbosque.

«¿Qué son esas cosas?», se preguntó, irritado porque Alby no le había contestado antes. Tantosecretolemolestaba.

AlbysedetuvoyThomassesorprendióalverquehabíanllegadoalaPuertaSur.Losdosmurosqueflanqueabanlasalidaseelevabanporencimadesuscabezas.Losgruesosbloquesdepiedragrisestabanagrietados y cubiertos de hiedra, tan antiguos como ninguna otra cosa que Thomas pudiera imaginar.Estiró el cuello para ver la parte superior de losmuros, pero sumente empezó a dar vueltas con laextrañasensacióndequeestabamirandohaciaabajo,nohaciaarriba.Retrocedióunpasotambaleándose,sobrecogidounavezmáspor la estructurade sunuevohogar, y luegovolvió a centrar su atención enAlby,queestabadeespaldasalasalida.

—AhífueraestáelLaberinto.Albyseñalóconelpulgarporencimadesuhombroy,después,secalló.Thomasclavólosojosen

aquelladirección,atravésdelespacioentrelosmurosqueservíacomosalidadelClaro.LospasillosdeallífueraparecíansimilaresalosquehabíavistoporlaventanadelaPuertaEsteaprimerahoradeesamismamañana.Aquellaidealeprodujounescalofríoysepreguntósiellaceradorpodríaatacarlos.Encualquiermomento.Retrocedióunpasoantesdedarsecuentadeloqueestabahaciendo.

«Cálmate»,sereprendió,avergonzado.Albycontinuó:—Llevodosañosaquí.Pocoshanduradotantotiempo.Casitodoshanmuerto—Thomasnotóque

losojos se le abríandepar enparyel corazón le latíamás rápido—.Hacedosañosque intentamosresolverestacosa,peronohahabidosuerte.Losfucosmurosdeallífuerasemuevenporlanoche,igualquelaspuertas.Hacerunmapanoesnadafácil,nadafácil—señalóconlacabezahaciaeledificiode

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cementoenelquehabíandesaparecidoloscorredoreslanocheanterior.OtrapunzadadedoloratravesólamentedeThomas;habíademasiadascosasquecalcularalavez.

¿Llevabanallídosaños?¿LasparedesdelLaberintosemovían?¿Cuántoshabíanmuerto?Caminóhaciadelante, con la intención de ver el Laberinto con sus propios ojos, como si las respuestas estuvieranescritasenlosmurosdeahífuera.

Albyextendióelbrazo,empujóaThomasenelpechoylehizotropezarhaciaatrás.—Novasasalirahí,pingajo.Thomastuvoquetragarsesuorgullo.—¿Porquéno?—¿Crees que hemandado aNewt antes de que los otros se despertaran nadamás que por pura

diversión?Pirado, esa es laReglaNúmeroUno, la únicaquenodebes infringir nunca.Nadie,y digonadie, puede salir al Laberinto, excepto los corredores. Como rompas esa norma, si no tematan loslaceradores,temataremosnosotrosmismos,¿teenteras?

Thomasasintió, refunfuñandoparasusadentros, segurodequeAlbyestabaexagerando.Esperabaqueasífuera.Detodosmodos,silequedabaalgunadudasobreloquelehabíadichoaChucklanocheanterior,ahoraloteníaclarísimo.Queríaseruncorredor.Seríauncorredor.Enlomásprofundodesusersabíaqueteníaqueirahífuera,alLaberinto.Apesardetodoloquelehabíancontadoyloquehabíavistodeprimeramano,lellamabatantocomoelhambreolased.

Unmovimiento arriba, en elmuro a la izquierda de la Puerta Sur, atrajo su atención.Reaccionóenseguida,asustado,ymirójustoatiempodeverundestelloplateado.Untrozodehiedraseagitócuandolacosadesaparecióporallí.

Thomasseñalóelmuro.—¿Quéeraeso?—preguntóantesdequelemandarancallardenuevo.Albynosemolestóenmirar.—Nohagaspreguntashastaelfinal,pingajo.¿Cuántasvecestengoquedecírtelo?—hizounapausa

ydejóescaparunsuspiro—.Soncuchillasescarabajo;asínosvigilanloscreadores.Serámejorque...Fueinterrumpidoporunaalarmaretumbantequesonabaentodaslasdirecciones.Thomassetapó

losoídosconlasmanos,mirandoasualrededormientraslasirenaatronabaysucorazónestabaapuntodesalírseledelpecho.Pero,alvolveramiraraAlby,sedetuvo.

Albynoestabaactuandocomosiestuvieraasustado.Parecía...confundido.Sorprendido.Laalarmaresonóenelaire.

—¿Quépasa?—preguntóThomas.Elalivioleinundóelpecho,puesalparecersuguíaturísticonopensabaqueseacabaraelmundo;

pero,aunasí,Thomasestabaempezandoahartarsedeserasaltadoporoleadasdepánico.—Quéraro—fuetodoloquedijoAlbymientrasexaminabaelClaroconlosojosentrecerrados.ThomasadvirtióquehabíagenteechandounvistazoenlaCasadelaSangre,porlovistoigualde

confundida.Unodeellos,unmuchachoflacoybajitoempapadodebarro,legritóalgoaAlby.—¿Quépasa?—preguntóelchico,mirandoaThomasporalgunarazón.—Nolosé—murmuróAlbyconvozdistante.PeroThomasnopudosoportarlomás:—¡Alby!¿Quéestáocurriendo?—¡LaCaja, cara fuco, laCaja!—exclamóAlby antes de salir a paso rápidohacia el centro del

Claro,yaThomaslediolaimpresióndequeestabaaterrado.—¿Qué?—preguntóaltiempoquecorríaparaalcanzarlo,peroenrealidadloquequeríagritarera:

«¡Háblame!».Albynocontestóniaminoró lamarchay,amedidaqueseacercabana laCaja,Thomasvioaun

montóndechicoscorrerporelpatio.SeencontróconNewtylellamó,mientrastratabadecontenerel

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miedoenaumentoysedecíaasímismoquetocioibaasalirbien,quedebíadehaberunaexplicaciónrazonable.

—Newt,¿quépasa?—gritó.Newt lemiró, lesaludócon lacabezayseacercóaél,extrañamentecalmadoenmediodeaquel

caos.LediounmanotazoaThomasenlaespalda.—Significaquevaa llegarunpuñeteronovatoenlaCaja—hizounapausacomosiesperaraque

Thomasestuvieraimpresionado—.Ahoramismo.—¿Y?CuandoThomasmiróaNewtconmásdetenimiento,sediocuentadequeloquehabíaconfundido

concalmaera,enrealidad,desconcierto.Quizás,incluso,entusiasmo.—¿Y?—repitióNewt,abriendounpocolaboca—.Verducho,nuncahemostenidoadosnovatosen

elmismomes,ymenosaúnendosdíasseguidos.Y,aldecireso,saliócorriendohacialaHacienda.

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Capítulo8

La alarma por fin paró, después de atronar durante dos minutos enteros. Una multitud se habíareunido en medio del patio, alrededor de las puertas de acero por las que Thomas, como advirtiósorprendido,habíallegadoeldíaanterior.

«¿Fueayer?—pensó—.¿Hacetansóloundía?».Alguienlediounosgolpecitosenelcodoy,almirar,vioqueChuckestabadenuevoasulado.—¿Quétal,judíaverde?—preguntó.—Muybien—contestó,aunquenopodíaestarmáslejosdelaverdad.SeñalólaspuertasdelaCaja

—.¿Porquéestátodoelmundoalucinando?¿Noesporesoporloquetodosestáisaquí?Chuckseencogiódehombros.—Nosé,supongoquesiemprehasidomuyregular.Unavezalmes,cadames,elmismodía.Alo

mejorelqueestáacargodetodoestohadecididoquetúerasungranerroryhamandadoaalguienparaquetesustituya.

Lediouncodazoenlascostillasysoltóunarisita,unarisaagudaqueinexplicablementehizoqueelchicolecayeramejor.Thomaslelanzóunamiradaasesinaenbroma.

—¡Estáshechounincordio!—Sí, pero ahora somos colegas, ¿no?—esta vez, Chuck se rió de verdad con una especie de

resoplidochillón.—Segúnparece,nomedejasmuchasmásopciones.PerolaverdaderaquenecesitabaunamigoyChuckleveníabien.Elniñosecruzódebrazos,conairedeestarmuysatisfecho.—Mealegrodequelohayamosaclarado,verducho.Todosnecesitamosuncolegaenestesitio.ThomasagarróaChuckdelcuelloysiguióbromeando:—Vale,colega,entoncesllámameporminombre:Thomas.Otetiraréalagujerocuandosemarche

la Caja—aquello desencadeno una idea en su cabeza cuando soltó a Chuck—. Espera un momento,¿algunavezlohabéis...?

—¿Intentado?—leinterrumpióChuckantesdequeThomaspudieraterminarlafrase.—Intentar,¿qué?—BajaralaCajadespuésdequedejelaentrega—contestóChuck—.Nohacenada.Nobajahasta

quenoestácompletamentevacía.ThomasrecordóqueAlbylehabíacontadolomismo.—Esoyalosé,pero¿quéhayde...?—Lohemosintentado.Thomastuvoquereprimirunquejido;aquelloleestabaresultandomolesto.—Tío,esdifícilhablarcontigo.¿Quéesloquehabéisintentado?—Atravesarelagujeroquequedacuandoseva laCaja.Nosepuede.Laspuertasseabren,pero

sólohayvacío,oscuridad,nada.Nohaycuerdasninada.Nosepuedehacer.¿Cómoeraposible?—¿Lohabéis...?—¿Intentado?Thomassísoltóungruñidoestavez.—Vale,¿qué?—Tiramosalgunascosasporelhuecoynuncalasoímosirapararaningúnsitio,sinoquecayeron

durantemuchorato.

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Thomashizounapausaantesderesponder;noqueríaqueleinterrumpieradenuevo.—¿Atiquétepasa,leeslamenteoalgoporelestilo?—pusotodoelsarcasmoquepudoenaquel

comentario.—Soybrillante,esoestodo—elniñoleguiñóelojo.—Chuck, no vuelvas a guiñarme el ojo—le dijo Thomas con una sonrisa. Chuck era un poco

pesado,perohabíaalgoenélquehacíaparecerlascosasmenosterribles.Thomasrespiróhondoymiróalgrupoqueestabareunidoalrededordelagujero—.¿Cuántotiempopasahastaquellegaelenvío?

—Normalmentetardaunamediahoradespuésdelaalarma.Thomassequedópensandounsegundo.Teníaquehaberalgoquenohubiesenintentado.—¿Estássegurodelodelhueco?¿Algunavezhabéis...?—secallóparaesperarunainterrupción,

peronolahubo—.¿Algunavezhabéisintentadohacerunacuerda?—Sí,lohanhecho.Conlaenredadera.Lamáslargaquesepodíahacer.Digamosqueesepequeño

experimentonosaliómuybien.—¿Aquéterefieres?«Ahora,¿qué?»,pensóThomas.—Yono estaba aquí, peroheoídoque el chicoque seofrecióvoluntario sólohabíabajado tres

metroscuandoalgopasóporelairezumbandoylepartióporlamitad.—¿Qué?—Thomasserió—.Nomelocreo.—¿Ah, no, chico listo? He visto los huesos de ese imbécil. Le cortaron por la mitad como un

cuchillocortalamantequillayloguardaronenunacajaparaadvertiraloschicosdequeenelfuturonofuerantanestúpidos.

ThomasesperóqueChuckserieraosonriera,puesaúncreíaqueeraunabroma.¿Quiénhabíaoídoalgunavezquehubierancortadoaalguienporlamitad?Peronoserió.

—¿Lodicesenserio?Chuckselequedómirandofijamente.—Yonomiento,verd...,eeeh,Thomas.Vamos,acerquémonosaverquiénviene.Nopuedocreerque

sólohayassidojudíaverdeporundía.¡Quégiliclonc!Mientrascaminaban,Thomashizolaúnicapreguntaquenohabíaplanteadohastaentonces:¿Cómosabesquenosonprovisionesocualquierotracosa?—Entonces,nohubierasonadolaalarma—contestóChuckSimplemente—.Lossuministrosllegan

todaslassemanasalamismahora.Eh,mira—Chucksecallóyseñalóaalguiendelgrupo.EraGally,queteníalosojosclavadosenellos—.Foder—dijo—.Nolegustasnienpintura,tío.

—Ya—mascullóThomas—.Mehedadocuenta.Yelsentimientoeramutuo.ChuckledioungolpecitoaThomasconelcodoyambossiguieroncaminandohaciaelgrupo;luego

esperaronensilencio.CualquierpreguntaquetuvieraThomasselehabíaolvidado.SelehabíanquitadolasganasdehablaralveraGally.

AChuck,porlovisto,no:—¿Porquénovasylepreguntasquéproblematiene?—preguntó,intentandosonarduro.Thomasqueríapensarqueeralobastantevalienteparahacerlo,peroenaquelmomentoleparecíala

peorideadelmundo.—Bueno,porlopronto,tienemásaliadosqueyo.Noesalguienaquienmequieraenfrentar.—Sí,perotúeresmásinteligente.Yseguroquemásrápido.Podríasconélycontodossuscolegas.Uno de los chicos que estaba delante de ellosmiró por encima del hombro con cara de enfado.

«DebedeserunodelosamigosdeGally»,pensóThomas.—¿Quierescallarte?—leespetóaChuckentredientes.Unapuertasecerróasusespaldas.ThomassediolavueltaparaveraAlbyyNewtacercándose

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desdelaHacienda.Ambosparecíanagotados.Alverlos,Benlevinoalacabeza,asícomolahorribleimagendeélretorciéndoseenlacama.

—Chuck,tío,metienesquecontarquéestodoesodelCambio.¿QuéhanestadohaciendoahídentroconelpobreBen?

Chuckseencogiódehombros.—No conozco los detalles. Los laceradores te hacen cosas malas y tu cuerpo pasa por algo

espantoso.Cuandoseacaba,eres...diferente.Thomassintióqueeralaoportunidadparaconseguirunarespuestaenfirme.—¿Diferente?¿Aquéterefieres?¿Yquétienequeverconloslaceradores?¿EsloqueGallyquería

decirconquete«pican»?—Shhh—Chucksepusoundedoenlaboca.Thomascasigritódefrustración,peropermanecióensilencio.YaharíaqueChuckselocontaramás

tarde,quisieraelniñoono.AlbyyNewthabíanllegadoalgentíoyseabrieroncaminohaciadelanteparaquedarjustoallado

delaspuertasquedabanalaCaja.Todoelmundoestabaensilencioy,porprimeravez,Thomasnotóloschirridosyel traqueteodelascensorquesubía, loque lehizo recordar lapesadillaquehabíasidosuviajeeldíaanterior.Leenvolviólatristeza,casicomosiestuvierareviviendoaquellosbrevesminutosterribles al despertar en laoscuridadyhaberperdido lamemoria.Sentía lástimaporquienquieraquefueseelchiconuevo,puesibaapasarporlomismoqueél.

Unruidosordoanuncióqueelextrañoascensorhabíallegado.Thomasobservó,alaespera,cómoNewtyAlbysecolocabanelunoenfrentedelotro,juntoalas

puertasdelhueco,paraseparar la rendijaquehabíaenelcuadradodemetal, justoenmedio.Losdostirarondelossencillosasiderosenformadeganchoquehabíapegadosaamboslados.Conunchirrido,laspuertasseabrieronyunapolvaredaselevantóenelaireporlapiedradealrededor.

Se hizo un silencio absoluto entre los clarianos. Cuando Newt se inclinó para mirar con másdetenimientoelinteriordelaCaja,eldébilbalidodeunacabraalolejosresonóenelpatio.Thomasseinclinóhaciadelantetodoloquepudoconlaesperanzadeecharleunvistazoalreciénllegado.

Conunarepentinasacudida,Newtvolvióaponersederecho,conlacaraarrugadaporlaconfusión.—Hostia...—musitó,mirandoasualrededornadaenconcreto.Paraentonces,Albytambiénhabíaechadounaojeadayhabíatenidounareacciónsimilar:—¡Quéfuerte!—murmuró,casientrance.Uncorodepreguntasinundóelairecuandotodosempezaronaecharsehaciadelanteparamirarpor

lapequeñaabertura.«¿Quévenahíabajo?—sepreguntóThomas—.¡¿Quéven?!».Sintióunaligerapunzadademiedo,parecidaalaquehabíaexperimentadoaquellamañana,cuando

caminóhacialaventanaparaverellacerador.—¡Esperad!—gritóAlbyparaquesecallaratodoelmundo—.¡Esperad!—Bueno,¿quépasa?—lepreguntóalguien.Albyselevantó.—Dos novatos en dos días—respondió casi en un suspiro—.Y ahora, esto. En dos años no ha

habidonadadiferente,yahoraesto—entonces,poralgunarazón,miródirectamenteaThomas—.¿Quépasaaquí,verducho?

Thomas se le quedó mirando, confundido, con la cara roja como un pimiento y el estómagoencogido.

—¿Cómovoyasaberloyo?—¿Porquénonosdicesquécoñohayahíabajo,Alby?—gritóGally.Hubomásmurmullosyotroempujónhaciadelante.

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—¡Callaos,pingajos!—chillóAlby—.Díselo,Newt.NewtbajólavistahacialaCajaunavezmásyluegomiróalamultitud,serio.—Esunachica—dijo.TodosempezaronahablaralavezyThomassólopudocaptaralgunosfragmentossueltos:—¿Unachica?—¡Melapido!—¿Cómoes?—¿Cuántosañostiene?Thomasseahogabaenunmardeconfusión.¿Unachica?Nisiquierasehabíaplanteadoporquéen

elClarosólohabíachicosynochicas.Lociertoesquenihabíatenidotiempodedarsecuenta.«¿Quiénes?—sepreguntó—.¿Porqué...?».Newtvolvióahacerlescallar:—Esonoestodo—dijo,yseñalóhacialaCaja—.Creoqueestámuerta.

***

UnpardechicoscogióunascuerdashechasdeenredaderasybajóaAlbyyaNewthaciaelinteriorparaquepudieranrescatarelcuerpodelachica.Unaatmósferadesorpresaafectabaalamayoríadelosclarianos,quedabanvueltasconcarasdecircunstancias,dandopatadasa lasrocassueltas,sinapenasdecirpalabra.Nadieseatrevíaaadmitirquesemoríadeganasdeveralachica,peroThomassuponíaquetodosteníantantacuriosidadcomoél.

Gallyeraunode los jóvenesque sujetaban las cuerdas,preparadopara sacar a losqueahora seencontrabanenlaCaja.Thomassefijóenél.Teníalosojosllenosdealgooscuro,casiunafascinaciónenfermiza,yaquelbrillohizoquederepenteThomasestuvieramásasustadoquehacíaunosminutos.

DesdeelfondodelhuecoseoyólavozdeAlby,queavisabadequeyaestabanlistos,yGallyyunoscuantosmásempezaronatirardelacuerda.Trasunosresoplidos,sacaronarastraselcuerposinvidadelachica,porelbordedelapuerta,haciaunodelosbloquesdepiedraqueformabanelsuelodelClaro.Deinmediato,todoscorrieronhaciadelanteyelgruposereunióasualrededor,dondeelentusiasmosepalpabaenelaire.PeroThomassequedóatrás.Aquelinquietantesilenciolepusolospelosdepunta,comosiacabarandeabrirunatumbareciéncavada.

Apesardesucuriosidad,Thomasnosemolestóenintentarabrirsecaminoparaecharunvistazo;loscuerposestabandemasiadopegadosentresí.Perohabíaalcanzadoaverlaantesdequelebloquearanelpaso.Eradelgada,peronomuypequeña.Porloquehabíavisto,quizámedíaunmetrosesentayocho.Parecíatenerunosquinceodieciséisañosyteníaelpelonegrocomolabrea.Peroloquemáslehabíallamadolaatenciónerasupiel:pálida,blancacomolasperlas.

NewtyAlbysalieroncomopudierondelaCajatraslamuchacha;luegoseabrieroncaminohastaelcuerposinvidaylamultitudvolvióaaglomerarsedetrás,impidiéndoleaThomasverlos.Tansólounossegundosmástarde,elgrupovolvióasepararseyNewtseñalóaThomasdirectamente.

—Novato,venaquí—dijo,sinmolestarseensereducado.ElcorazóndeThomaslesaltóalagargantaylasmanosleempezaronasudar.¿Quéquerríandeél?

Lascosasnoparabandeponersecadavezpeor.Seobligóacaminarhaciadelante,tratandodeparecerinocentesinactuarcornoalguienqueesculpableperointentaparecerlocontrario.

«Cálmate—sedijoasímismo—.Nohashechonadamalo».

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Noobstante,teníalaextrañasensacióndequequizásílohubierahechosindarsecuenta.LoschicosquebordeabanelcaminohastaNewtylachicalefulminaronconlamirabamientrasél

pasaba por su lado, como si fuera el responsable de todo aquel lío del Laberinto, el Claro y loslaceradores. Thomas se negó a mantener contacto visual con ninguno de ellos, por miedo a parecerculpable.

Se acercó a Newt y a Alby, que estaban arrodillados junto a la chica. Thomas, que no queríamirarlesalosojos,seconcentróenlamuchacha;apesardesupalidez,eramuyguapa.Másqueguapa.Preciosa.Depelosedoso,pielimpecable,labiosperfectosypiernaslargas.Leponíaenfermopensardeaquelmodosobreunachicaqueestabamuerta,peronopodíaapartarlavista.

«Notendráesteaspectodurantemuchomástiempo—pensóconelestómagorevuelto—.Notardaráenempezarapudrirse».Lesorprendiótenerunpensamientotanmorboso.

—¿Conocesaestachica,pingajo?—preguntóAlbycomosilefastidiara.Thomasnoseesperabaaquellapregunta.—¿Quesilaconozco?¡Desdeluegoqueno!Noconozcoanadie.Salvoavosotros.—Esonoes...—empezóadecirAlby,yluegosedetuvoconunsuspirofrustrado—.Merefieroa

quesiteresultafamiliar.¿Tieneslasensacióndehaberlavistoantes?—No.Nada.Thomascambiódepostura,bajólavistahaciasuspiesy,después,volvióamiraralachica.Alby

arrugólafrente.—¿Estásseguro?DabalaimpresióndequenosecreíaunapalabradeloqueThomasledecía.Casiparecíaenfadado.«¿Porqué se lehaocurridoque tengoalgoquever conesto?»,pensó.Miró tranquilo a losojos

llenosdeiradeAlbyycontestódelúnicomodoquesabía:—Sí.¿Porqué?—¡Foño!—refunfuñóAlbymientrasmirabaalachica—.Nopuedeserunacoincidencia.Dosdías,

dosverduchos,unovivoyotromuerto.EntonceslaspalabrasdeAlbycomenzaronatenersentidoyelpánicoseapoderódeThomas.—Nocreerásqueyo...—nisiquierapudoterminarlafrase.—Corta,verducho—intervinoNewt—.Noestamosdiciendoquehayasmatadoalapuñeterachica.AThomaslacabezaledabavueltas.Estabasegurodequenuncalahabíavistoantes,peroentonces

lesurgióunaligeraduda.—Osjuroquenomeresultanadafamiliar—insistióde todosmodos.Yahabía tenidosuficientes

acusaciones.—¿Estás...?Depronto,antesdequeNewtpudieraacabar,lachicasesentó.Mientrasrespirabahondo,susojos

seabrierondegolpeyparpadeó,mirandoalamultitudquelarodeaba.Albysoltóunchillidoysecayóhaciaatrás.Newtdioungritoahogadoyun saltoparaapartarsedeellaa trompicones.Thomasnosemovió;siguióconlavistaclavadaenlajoven,paralizadoporelmiedo.

Susbrillantesojosazulessemovíanarribayabajoalavezquerespirabahondo.Losrosadoslabiosle temblabanmientras no paraba de farfullar algo indescifrable. Entonces, dijo una frase con una vozapagadaeintranquila,peroclara:

—Todovaacambiar.Thomas permaneció mirando fijamente, asombrado, mientras los ojos de la joven se ponían en

blancoysecaíadeespaldasalsuelo.Supuñoderechosaliódisparadoalaire,rígido,despuésdequeellasequedaraensilencio,apuntandohaciaelcielo.Teníaasidountrozodepapelenrollado.

Thomas intentó tragar saliva, pero tenía la boca demasiado seca.Newt se acercó corriendo y leseparó losdedosparacogerelpapel.Con lasmanos temblorosas, lodesplegó; luegosedejócaerde

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rodillasyestirólanotasobreelsuelo.Thomassecolocóasuladoparaecharunvistazo.Garabateadasenelpapel,conletrasnegrasygruesas,habíasietepalabras:

Ellaeslaúltima.

Nollegaránmás.

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Capítulo9

Un extraño instante de completo silencio se cernió sobre el Claro. Fue como si un vientosobrenaturalhubierabarridoel sitioysehubiera llevadoconsigo todoel sonido.Newthabía leídoelmensajeenvozaltaparalosquenopodíanverelpapel,pero,envezdeestallarlaconfusión,todoslosclarianossequedaronsinhabla.

Thomas esperaba gritos y preguntas, discusiones. Pero nadie dijo ni una palabra.Todos los ojosestabanfijosenlachica,queahoraseencontrabaallítumbadacomodormida,conelpechosubiendoybajandoporsusuaverespiración.Alcontrariodeloquehabíanpensadoalprincipio,estabamuyviva.

Newt se puso de pie y Thomas esperó una explicación, una voz de la razón, una presenciatranquilizante.Peroloúnicoquehizofueestrujar lanotaensupuño; lasvenasse lehincharonbajolapiel mientras la apretaba. A Thomas se le cayó el alma a los pies. No sabía por qué, pero aquellasituaciónleinquietabamuchísimo.

Albyahuecólasmanosalrededordelaboca:—¡Mediqueros!Thomas se preguntó qué significaría aquella palabra; sabía que la había oído antes. Entonces le

apartaronconungolpebrusco.Doschicosmayoresseabrieronpasoentrelamultitud.Unoeraalto,conelpelocortadoalrasyunanarizdeltamañodeunlimóngordo.Elotroerabajoyunascanaslecubríanyalassienes.Thomasesperabaqueledieranunpocodesentidoatodoaquello.

—¿Yquéhacemosconella?—preguntóelmásaltoconunavozmuchomásagudadeloqueThomasesperaba.

—Yyoquésé—respondióAlby—.Vosotrosdossoislosmediqueros;averiguadlo.«Losmediqueros—repitióThomasensucabeza,yunaluzseapagó—debendeserlomásparecido

quetienenalosmédicos».El bajo ya estaba en el suelo, arrodillado junto a la chica, tomándole el pulso, inclinado para

escucharleellatidodelcorazón.—¿QuiénibaadecirqueClintibaaserelprimeroenmontárseloconella?—gritóalguienentreel

gentíoyseoyeronvariascarcajadas—.¡Yosoyelsiguiente!«¿Cómopuedenbromear?—pensóThomas—.Lachicaestámediomuerta».Selerevolviótodopor

dentro.Albyentrecerrólosojosysubocaesbozóunasonrisaapretadaquenoparecíatenernadaquever

conelhumor.—Si alguien toca a esta chica—dijo—, pasará la noche durmiendo con los laceradores en el

Laberinto. Está prohibido, no preguntéis —hizo una pausa y se dio la vuelta describiendo un lentocírculo, como si quisiera que cada uno de ellos le viera la cara—. ¡Más vale que no la toque nadie!¡Nadie!

FuelaprimeravezqueaThomaslegustóoíralgodeloquesalíadelabocadeAlby.Elchicobajoalquehabíanllamadomediquero—Clint,siestabaenlocierto—selevantóalacabar

deexaminarla.—Parecequeestábien.Larespiraciónylaspulsacionessonnormales.Aunqueellatidodelcorazón

esunpocolento.Vetetúasaber,perocreoqueestáencoma.Jeff,llevémoslaalaHacienda.Sucompañero,Jeff,seacercóparacogerlaporlosbrazosmientrasClint lasujetabaporlospies.

Thomasdeseópoderhaceralgomásapartedemirar.Conformepasabanlossegundos,cadavezdudabamásdequeloquehabíadichoantesfueracierto.Síqueleresultabafamiliar.Sentíaunaconexiónconella,aunqueeraimposiblequelevinieranadaalacabeza.Aquellaidealeponíanerviosoymiróasu

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alrededor,comosialguienhubiesepodidooírsuspensamientos.—A la de tres—estaba diciendo Jeff, elmediqueromás alto, con su largo cuerpo agachado de

formaridícula,comounamantisreligiosa—.Una...,dos...¡Tres!Laelevaronconunrápidomovimientoquecasilalanzóporlosaires—sinduda,pesabamenosde

loquecreían—yThomasporpocolesgritóquetuvieranmáscuidado.—Supongoque tendremosqueobservar loquehace—dijo Jeffanadieenparticular—.Sinose

despiertapronto,lepodemosdardecomerlíquidos.—Limitaosanoquitarleelojodeencima—replicóNewt—.Debedeteneralgoespecialo,sino,

nolahubiesenenviadoaquí.AThomasse le tensóla tripa.Sabíaquelachicayélestabanconectadosdealgúnmodo.Habían

llegado con un día de diferencia y ella le resultaba familiar. Tenía la necesidad de convertirse en uncorredor,apesardehaberseenteradodealgunascosasterribles...¿Quésignificabatodoaquello?

Albyseinclinóparamirarlelacaraantesdequeselallevaran.—PonedlaalladodelahabitacióndeBenyvigílaladíaynoche.Serámejorquenoocurranadasin

queyomeentere.Nomeimportasihablaensueñososisehaceclonc,contadmecualquiercosa.—Sí—dijoJeffentredientes.Luego Clint y él se fueron arrastrando los pies con el cuerpo de la chica rebotando mientras

caminaban,yelrestodeclarianosporfinempezóahablardeltema,dispersándosemientraslasteoríasbullíanenelaire.

Thomas lo contempló todo en absoluto silencio. No era el único que notaba aquella extrañaconexión.Lasacusacionesnomuydisimuladasquehabíanlanzadocontraélhacíatansólounosminutosdemostrabanque losdemás tambiénsospechabanalgo,pero¿elqué?Yaestaba totalmenteconfundido.Queleecharanlaculpasólolehacíasentirsepeor.Comosileleyeralamente,Albyseacercóaélyleagarróporelhombro.

—¿Nuncalahabíasvistoantes?—preguntó.Thomasvacilóantesdecontestar.—No...No,queyorecuerde—esperóquesuvoztemblorosanorevelarasusdudas.¿Ysilaconocía

dealgúnmodo?¿Quésignificaría?—¿Estásseguro?—insistióNewt,queestabaalladodeAlby.—Yo...no,nolocreo.¿Porquémeestáisacribillandoapreguntasdeestamanera?LoúnicoquequeríaThomasenaquelmomentoeraquesehicieradenocheparapoderestarsoloe

irseadormir.Albynegóconlacabeza,luegosevolvióhaciaNewtysoltóelhombrodeThomas.—Algonovabien.ConvocaunaReunión.Lodijo tanbajoqueThomascreyóquenadiemáslohabíaoído,perosonósiniestro.Después,el

líderyNewtsemarcharon,yThomassesintióaliviadoalverqueChuckseacercaba.—Chuck,¿quéesunaReunión?Chuckparecíaorgullosodesaberlarespuesta:—Escuandolosguardianessereúnen.Sóloconvocanunacuandoocurrealgorarooterrible.—Bueno, creo que hoy podría ser por las dos cosas —las tripas de Thomas sonaron e

interrumpieronsuspensamientos—.Nomeheacabadoeldesayuno.¿Podemoscogeralgoporahí?Meestoymuriendodehambre.

Chucklemiróconlascejasarqueadas.—¿Tehaentradohambrealvera lachavalaesaflipando?Debesdesermáspsicópatadeloque

pensaba.Thomassuspiró.—Túconsíguemealgodecomidaycalla.

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Lacocinaerapequeña,peroteníatodolonecesarioparahacerunabuenacomida.Unhornogrande,unmicroondas,unlavaplatosyunpardemesas.Parecíaviejaydestartalada,peroestabalimpia.Alverlos electrodomésticos y la distribución familiar,Thomas sintió como si los recuerdos, unos recuerdosreales y sólidos, estuvieran justo en el borde de su mente. Pero, una vez más, faltaban las partesesenciales:nombres,caras,lugaresyacontecimientos.Eraexasperante.

—Siéntate—dijoChuck—.Tetraeréalgo,perotejuroqueestaserálaúltimavez.AlégratedequeFritanganoestéporaquí.Odiaqueasaltemossunevera.

Thomas se sentía aliviado porque estaban solos.Mientras Chuck revolvía entre los platos y lascosasdelanevera,Thomassacóunasillademaderadedebajodeunamesitadeplásticoysesentó.

—Estoesunalocura.¿Cómopuedeserreal?Alguiennoshaenviadoaquí.Alguienmalo.Chucksedetuvo.—Dejadequejarte.Acéptaloynopiensesmás.—Sí,claro—Thomasmiróporlaventana.Parecíaunbuenmomentoparasacarunadelasmillones

depreguntasquerebotabanensucerebro—.¿Ydedóndevienelaelectricidad?—¿Aquiénleimporta?Seusaypunto.«Menudasorpresa—pensóThomas—.Nohayrespuesta».Chuck llevóa lamesadosplatosconsándwichesyzanahorias.Elpaneragruesoyblanco,y las

zanahorias,deuncolornaranjabrillante.ElestómagodeThomaslesuplicabaquesedieraprisa.Cogiósusándwichyempezóadevorarlo.

—Tío—mascullóconlabocallena—,almenoslacomidaestábuena.ThomaspudocomerloquelequedabasinqueChuckledirigieraniunapalabra.Ytuvosuertede

queelniñonotuvieraganasdehablar,porque,apesardetodaslascosasrarasquehabíanpasadodesdeque teníamemoria, estaba otra vez tranquilo. Con el estómago lleno, la energía renovada y lamenteagradecida por unos instantes en silencio, decidió que a partir de entonces dejaría de quejarse yafrontaríaloshechos.

Despuésdelúltimomordisco,Thomasserecostóenlasilla.—Bueno,Chuck—dijomientras se limpiaba la boca con una servilleta—, ¿qué tengo que hacer

paraconvertirmeenuncorredor?—Noempiecesotravez.Chuckalzólavistadelplatodelquehabíaestadocogiendomiguitas.Soltóuneructograveygutural

quehizoqueThomasseencogiera.—Albymedijoqueprontoempezaríanmispruebasconlosguardianes.¿Cuándometocaráircon

loscorredores?ThomasesperópacientementeparaobteneralgúntipodeinformaciónrealporpartedeChuck,pero

elniñopusolosojosenblancocondramatismo,dejandoclaroloestúpidaqueleparecíaaquellaidea.—Deberíanestardevueltaenpocashoras.¿Porquénolespreguntasaellos?Thomasignorósusarcasmoeindagóaúnmás:—¿Quéhacencuandovuelvencadanoche?¿Quéhayeneledificiodecemento?—Mapas.Sereúnenjustoalavuelta,antesdequeselesolvide.«¿Mapas?»,pensóThomas.—Perosiestán intentandohacerunmapa,¿no tendríanque llevarunpapelparaescribirmientras

estánahífuera?Mapas.Aquello le intrigabamás que todo lo demás que había oído. Era la primera cosa que le

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sugeríaunasoluciónpotencialasuaprieto.—Pues claro que lo llevan, pero, aun así, necesitan hablar, debatir, analizar y toda esa clonc.

Además—elchicopusolosojosenblanco—,pasancasitodoeltiempocorriendo,noescribiendo.Poresoselesllamacorredores.

Thomas reflexionó sobre los corredores y losmapas. ¿Podía ser el Laberinto tan increíblementeenormecomoparaquedespuésdedosañosaúnnohubiesenencontrado la salida?Parecía imposible.Pero entonces recordó lo que Alby había dicho sobre las paredes movibles. ¿Y si todos estabansentenciadosavivirallíhastaquemurieran?

«Sentenciados».Aquellapalabralehizosentirunaráfagadepánicoylapizcadeesperanzaquelehabíatraídolacomidaseesfumóconunsilbidosilencioso.

—Chuck,¿ysitodossomosdelincuentes?Merefieroasisomosasesinosoalgoporelestilo.—¿Eh?—Chucklevantólavistaparamirarlocomosiestuvieraloco—.¿Dedóndehavenidoese

pensamientotanpositivo?—Piénsalo.Noshanborrado lamemoria.Vivimosdentrodeun sitio quepareceno tener salida,

rodeadodeunosmonstruososguardiassedientosdesangre.¿Notepareceunacárcel?—aldecirloenvozalta,leresultóaúnmásposibleysintiónáuseasenelpecho.

—Seguramenteyo tengadoceaños, tío—Chuckseseñaló—.Trece,a losumo.¿Deverdadcreesquehehechoalgoparaquemeenvíenaprisiónelrestodemivida?

—Nomeimportaloquehicisteodejastedehacer.Deunmodouotro,tehanenviadoaunacárcel.¿Acasotepareceestounasvacaciones?

«Jo,tío—pensóThomas—,porfavor,quemeestéequivocando».Chucksequedóreflexionandounmomento.—Nolosé.Esmejorque...—Sí,ya,esmejorquevivirsobreunmontóndeclonc—Thomassepusodepieyvolvióacolocar

lasilladebajodelamesa.LegustabaChuck,perointentarmantenerunaconversacióninteligenteconéleraimposible.Pornomencionarlofrustranteymolestoqueresultaba—.Veahacerteotrosándwich.Yomevoyaexplorar.Nosvemosestanoche.

SaliódelacocinaysedirigióalpatioantesdequeChuckleofrecierasucompañía.ElClarohabíavueltoalaactividaddesiempre:lagentetrabajabaenlosuyo,laspuertasdelaCajaestabacerradasyelsol resplandecía.Cualquier rastro de una chica enloquecida con una nota de un terrible destino habíadesaparecido.

Comolehabíaninterrumpidolavisita,decidióiradarunpaseoasolasporelClaroparaecharunvistazoyconocerelsitio.Sedirigióalaesquinanoreste,haciaunasgrandesfilasdealtostallosverdesdemaízqueparecíanestarlistosparalacosecha.Tambiénhabíaotrascosas:tomates,lechugas,guisantesymuchomásqueThomasnosabíaidentificar.

Respiróhondoyleencantóelaromafrescoatierrayaplantasencrecimiento.Estabacasisegurodequeaquelolorletraeríaalgúntipoderecuerdoagradable,peronofueasí.Amedidaqueseacercaba,vioavarioschicosarrancando lasmalashierbasy recogiendo las frutasen loscampospequeños.Unodeelloslesaludóconlamanoyunasonrisa.Unasonrisadeverdad.

«Alomejorestesitionoestanmalo,despuésdetodo—pensóThomas—.Puedequenotodoslosquevivenaquíseanestúpidos».

Volvióarespirarhondoparadisfrutardeaquelairetanagradableyseapartódesuspensamientos.Habíamáscosasquequeríaver.

Alladoestabaelrincónsureste,dondeunasvallasdemaderamalhechasguardabanvacas,cabras,ovejasycerdos.Aunquenohabíacaballos.

«Menudorollo—pensóThomas—.Unosjinetesseríanmuchomásrápidosqueloscorredores».Alacercarse,supusoqueensuvidaanterioralClaro tuvoque tratarconanimales.Suolory sus

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sonidosleresultabanmuyfamiliares.Elolornoeratanagradablecomoeldeloscultivos,pero,aunasí, imaginóquepodíahabersido

muchopeor.Mientrasexplorabalazona,sefuedandocuentadelobienquecuidabanlosclarianosaquellugar, de lo limpio que estaba. Le impresionaba por lo organizados que debían de estar, lo duro quedebíandetrabajartodos.Yseimaginólohorrorosoquepodríallegaraserunsitiocomoaquelsitodoelmundofueravagoyestúpido.

Finalmente,fuehacialapartesuroeste,cercadelbosque.Se estaba acercando a los árboles pelados y esqueléticos que había enfrente del bosque más

frondoso, cuando le sobresaltó algoque semovió a suspies, seguidodeun traqueteo rápido.Bajó lavistajustoatiempodeverelsolreflejadoenalgometálico—unaratadejuguete—quepasabadelantedeélcorreteandohaciaelbosquecillo.Lacosaestabaaunostresmetroscuandoadvirtióquenoeraunarata.

Separecíamásaunlagarto,conalmenosseispatasquesalíandeaquellargotorsoplateado.Eraunacuchillaescarabajo.Albyhabíadichoqueeraasícómolesobservaban.Captóelreflejodeunaluzrojaquerecorríaelsuelodelantedelacriaturacomosisalieradesus

ojos.Porlógica,teníaqueserlamente,queleestabajugandounamalapasada,perohabríajuradoverlapalabra «CRUEL» garabateada en su redonda espalda, escrita con grandes letras verdes. Tenía queinvestigaraquellacosatanrara.

Thomasechóacorrerdetrásdelespía,quesaliódisparado,yencuestióndesegundosentróenlaespesaarboledayelmundosesumióentinieblas.

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Capítulo10

Nopodíacreerselorápidoquedesaparecíalaluz.DesdeelClaropropiamentedicho,elbosquenoparecía tan grande; quizás ocupaba una hectárea. Sin embargo, los árboles eran altos, tenían troncosrobustos,estabanmuy juntosy lashojascubríanelcielo.Elaireasualrededor teníaun tonoverdosoapagado,comosiaaqueldíasólolequedaranunosminutosdeatardecer.Dealgúnmodo,erahermosoyescalofriantealavez.

Thomassemovíatodolorápidoquepodía,chocabacontraeldensofollajemientraslasdelgadasramas ledabanenel rostro.Se agachópara esquivarunaquecolgabay estuvoapuntode caerse.Seagarróaotraramaysebalanceóhaciadelantepararecuperarelequilibrio.Untupidolechodehojasyramitascaídascrujióbajosuspies.

Susojospermanecieronentodomomentoclavadosenlacuchillaescarabajoquecorreteabaporelsuelo del bosque. Cuanto más se adentraba en la espesura, con más intensidad brillaba su luz rojaconformeseoscurecíanlosalrededores.

Thomas se había adentrado unos diez o doce metros en el bosque, esquivando y agachándose,perdiendoterrenoacadasegundo,cuandolacuchillaescarabajosaltóaunárbolespecialmentegrandeysubióa todaprisapor el tronco.Pero, cuandoThomas llegóallí, yanohabíani rastrode la criatura.Habíadesaparecidoentreelfollaje,casicomosinuncahubieraexistido.

Habíaperdidoalacabrona.—Foder—susurróThomas,casicomosilodijeraenbroma.Casi.Aunqueparecieseraro,aquellapalabraleresultabanaturalenloslabios,comosiseestuviera

transformandoenunclariano.Unaramitasepartióenalgúnsitioasuderechayélgirólacabezaenaquelladirección.Contuvola

respiraciónparaescuchar.Seoyóotrochasquido,estavezmásalto,igualquesialguienhubierarotounpaloensurodilla.

—¿Quién anda ahí? —gritó Thomas, y un cosquilleo provocado por el miedo le recorrió loshombros.Suvozrebotóenlascopasdelosárbolesyresonóenelaire.Sequedóhelado,clavadoenelsitio,mientrastodoquedabacadavezmásensilencio,salvoporelcantodeunospájarosalolejos.Peronadierespondióasupregunta.Nitampocooyómássonidosquevinierandeaquelladirección.

Sindetenerseapensarlo,Thomassedirigióhaciaelruidoquehabíaoído.Nosemolestóenocultarsuavanceyfueretirandolasramasmientrascaminaba,para luegodevolverlasasuposicióninicialalsoltarlas.Entrecerrólosojosparatratardeverenlaoscuridadenaumento,deseandotenerunalinterna.Pensóenlaslinternasyensumemoria.Unavezmás,recordabaunacosatangibledelpasado,peronopodíanombrarunmomentooun lugarespecíficoni relacionarloconalgunapersonaoacontecimiento.Erafrustrante.

—¿Hayalguienahí?—volvióapreguntarunpocomáscalmado,puestoqueel ruidono sehabíarepetido.Lomásseguroeraquefueseunanimal,quizásotracuchillaescarabajo.Pero,porsiacaso,dijo—:Soyyo,Thomas.Elnuevo.Bueno,elsegundomásnuevo.

Hizoungestodedolory sacudió lacabezacon laesperanzadequenohubieranadieallí.Habíasonadocomouncompletoidiota.

Denuevo,noobtuvorespuesta.Caminóalrededordeungranrobleyseparóenseco.Unescalofríoglaciallebajóporlaespalda.

Habíallegadoalcementerio.Noeraunespaciomuygrande, talvezdeunos treintametroscuadrados,yestabacubiertodeuna

capadensademalashierbasquecrecíancercadelsuelo.Thomasviovariascrucesdemaderadispuestas

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torpementequeasomabanentre losmatojos,conlapartehorizontalatadaconcuerdaa lavertical.Laslápidasdelastumbashabíansidopintadasenblancoporalguienquesindudateníaprisa,puesestabanllenasdepegotesgelatinososylucíanvetassinpintar.Losnombresestabantalladosenlamadera.

Thomasseacercó,vacilante,alamáspróximaysearrodillóparaecharunvistazo.Habíatanpocaluzqueparecíacomosimiraraatravésdeunanieblanegra.Hastalospájarossehabíancallado,comosisehubieranidoadormirporqueeradenoche,yelsonidodelosinsectosapenaseraperceptibleo,almenos,muchomenos de lo normal. Por primera vez, Thomas se dio cuenta de lo húmedo que era elbosque,delambientecargadoqueyalecubríadesudorlafrenteyeldorsodelasmanos.

Seacercómásalaprimeracruz.ParecíarecienteyenellaestabaescritoelnombredeStephen,conlanmuypequeñayenelbordeporqueelquelohabíatalladonohabíacalculadobienelespacioqueibaanecesitar.

«¿Atiquétepasó?¿Chucktemolestóhastamatarte?».Seincorporóyseacercóaotracruz,estacasitotalmentellenademaleza,conelsuelofirmeenla

base.Quienquieraquefuese,debíadehabersidounodelosprimerosenmorir,porquesutumbaparecíalamásvieja.ElnombrequeseleíaeraGeorge.

Thomasmiróasualrededoryvioquehabíaunadocenadetumbasmás.Unparparecíatanrecientecomo la primera que había examinado. Un destello plateado atrajo su atención. Era diferente al delescarabajoque,correteando,lehabíallevadohastaelbosque,peroigualdeextraño.Semovióentrelaslápidashastaquefueapararaunatumbacubiertaconunplásticoouncristalmugriento,conlosbordesllenosdeporquería.Entrecerró losojospara intentaraveriguarquéhabíaalotro ladoysoltóungritoahogadoalverloconclaridad.Eraunaventanaaotratumba,unaqueteníalosrestospolvorientosdeuncadáver en proceso de putrefacción.A pesar delmiedo y del asco que le daba, Thomas, curioso, seacercóaúnmásparaverlomejor.Latumbaeramáspequeñadelonormalyensuinteriorguardabasólola mitad superior de la persona fallecida. Recordó la historia de Chuck sobre el chico que intentódescenderporelagujerooscurodelaCajatrasbajarelascensor,paraacabarcortadoendosporalgoqueatravesóelaire.Habíaunaspalabrasgrabadasenelcristal;Thomasapenaspudoleerlas:

Quetodosveanlamitaddeestepingajo

Ysirvaparaqueotrosnoescapenporahíabajo.

Le entraron unas extrañas ganas de reírse. Le parecía demasiado ridículo para ser verdad. Perotambiénseindignóconsigomismoporsertansimplistaysuperficial.Negóconlacabezayseapartóparaleermásnombresdelosmuertos,cuandooyóotraramitaquesepartía,estavezjustodelantedeél,detrásdelosárbolesalotroladodelcementerio.

Luegohubootrochasquido.Yotro.Seestabaacercando,peroestabademasiadooscuro.—¿Quiénandaahí?—preguntóconunavoztemblorosayapagadaqueparecíaestarhablandodentro

deuntúnelvacío—.Enserio,estoesunaestupidez—odiabareconocerloaterrorizadoqueestaba.Envezderesponder,lapersonadejódeactuarconsigiloyechóacorrer,haciendoruidoportodoel

bosque alrededor del cementerio ymoviéndose en círculo hacia donde estabaThomas.Este se quedóinmóvil;elpánicosehabíaapoderadodeél.Ahoraqueelvisitanteestabaatansólounosmetros,seleoíacadavezmásfuerte,hastaquealcanzóaverlasombradeunchicoflacuchoycojoquecorríadeunaformaextraña,comodandosaltitos.

—¿Quiéndemo...?ElchicosaliódeentrelosárbolesantesdequeThomaspudieraacabarlafrase.Sóloviounapiel

pálida y unos ojos enormes, la imagen espeluznante de una aparición; gritó, intentó correr, pero erademasiadotarde.Lafigurasaltóenelaireyseabalanzósobreél.Legolpeóenloshombrosyunasmanos

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fuertesleagarraron.Thomassecayóalsueloynotócómounalápidaseleclavabaenlaespaldaantesdepartirseendosyarañarleprofundamentelapiel.

Empujó y le diomanotazos a su atacante, un implacable revoltijo de piel y huesos que brincabasobreThomasmientras trataba de hacerse con él. Parecía unmonstruo sacado de una pesadilla, perosabíaque teníaque serunclariano, alguienquehabíaperdido totalmente la cabeza.Oyóunosdientesentrechocando,unamandíbulaqueseabríaycerrabaconunespantosoclac,clac,clac.Entoncesnotóunairritante punzada de dolor cuando la boca del chico entró en contacto con el hombro deThomas y lemordióprofundamente.

Thomasgritóysintióeldolorcomounaoleadadeadrenalinaenlasangre.Plantólaspalmasdelasmanos contra el pecho del atacante y empujó, estirando los brazos y forzando losmúsculos contra lafiguraqueluchabaencimadeél.Alfinal,elmuchachocayóhaciaatrásyseoyóunfuertechasquidoenelairecuandootralápidaencontrósufin.

Thomasseescabullósobrelasmanosylospies,intentandorecuperarelaliento,yporprimeravezviobienasuatacanteenloquecido.Eraelchicoenfermo.

EraBen.

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Capítulo11

ParecíaqueBensehabíarecuperadosólounpocodesdequeThomaslehabíavistoenlaHacienda.Nollevabamásqueunospantalonescortos,ysupiel,másblancaqueelpapel,seextendíaporsushuesoscomounasábanabienenvueltaalrededordeunmontóndepalos.Unasvenascomocuerdaslerecorríanel cuerpoy latían,verdes,peromenosmarcadasqueeldía anterior.Susojos inyectadosen sangre seclavaronenThomascomosiestuvieranviendosupróximacomida.

Ben se agachó, listo para saltar y comenzar otro ataque. En algún momento había aparecido uncuchillo,queagarrabaconlamanoderecha.AThomasleembargóunasensacióndemareoymiedo;noseacababadecreerqueaquelloestuvieseocurriendodeverdad.

—¡Ben!ThomasmiróhaciaelsitiodedondeprocedíalavozysesorprendióalveraAlbyenellímitedel

cementerio,comounmerofantasmabajoaquellaluztenue.ElalivioinundóelcuerpodeThomas.Albysosteníaungranarcoconunaflechalistaparamatar,apuntandodirectaaBen.

—Ben—repitióAlby—,parayaonollegarásamañana.Thomas volvió a mirar a Ben, que tenía la vista clavada en Alby con fiereza y se pasaba

rápidamente la lengua por los labios para humedecerlos. «¿Qué le pasa a ese chaval?», se preguntóThomas.Elmuchachosehabíaconvertidoenunmonstruo.¿Porqué?

—Simematas—chillóBen,escupiendosalivaporlaboca,lobastantelejosparanosalpicarleaThomas en la cara—, te habrás equivocado de tío—volvió a clavar los ojos enThomas—,Él es elpingajoalquequieresmatar—teníalavozdominadaporlalocura.

—Noseastonto,Ben—dijoAlbyconvozcalmadamientrascontinuabaapuntándoleconlaflecha—.Thomasacabade llegar,no tienesporquépreocuparte.TodavíaestásmolestoporelCambio.Nodeberíashabertemovidodelacama.

—¡Noesunodenosotros!—gritóBen—.Lehevisto.Es...esmalo.¡Tenemosquematarlo!¡Déjamequeledestripe!

Thomasretrocedióunpasoinvoluntariamente,horrorizadoporloqueBenhabíadicho.¿Quéqueríadecirconquelehabíavisto?¿PorquépensabaqueThomaseramalo?

AlbynohabíamovidosuarmaniuncentímetroyaúnseguíaapuntandoaBen.—Esoyaloaveriguaremoslosguardianesyyo,carafuco—sujetabaelarcoconfirmeza,casicomo

silotuvieraapoyadoenunaramaparaaguantarlo—.AhoradevuelvetuesqueléticoculoalaHacienda.—Élquerrá llevarnosdevueltaacasa—dijoBen—.QuerrásacarnosdelLaberinto.¡Serámejor

quenostiremostodosporelPrecipicio!¡Serámejorquenossaquemoslastripaslosunosalosotros!—¿Dequéestáshablando...?—empezóadecirThomas.—¡Cállatelaboca!—gritóBen—.¡Asquerosotraidor!—Ben—intervinoAlby,tranquilo—,voyacontarhastatres.—Esmalo,esmalo,esmalo...—susurrabaahoraBen,encasiuncanturreo.Sebalanceabaadelante

yatrás,cambiandoelcuchillodeunamanoaotra,conlosojosfijosenThomas.—Uno.—Malo,malo,malo,malo,malo...Bensonrióysusdientesparecieronbrillar,verdososbajoaquellaluzpálida.Thomasquisoapartar

lamirada,marcharsedeallí,peronopudomoverse;estabademasiadoabsorto,demasiadoasustado.—Dos—Albyalzólavozamododeadvertencia.—Ben—dijo Thomas, intentando encontrarle sentido a todo aquello—, no soy... Ni siquiera sé

qué...

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Bendioungritoahogadodelocuraysaltóenelaire,agitandoelcuchillo.—¡Tres!—gritóAlby.Seoyóelsonidodelalambrealmoverse,elzumbidodeunobjetocortandoelaireyeldesagradable

ruido húmedo al encontrar su objetivo. La cabeza de Ben giró con violencia hacia la izquierda y sucuerposeretorcióhastaquecayósobresuestómago,conlospiesapuntandoaThomas.Nohizoningúnruido.

Thomas se puso de pie de un salto y avanzó a trompicones. La larga saeta de la flecha estabaclavada en la mejilla de Ben y había menos sangre de lo que Thomas hubiese esperado, pero salíaigualmente.Eranegraen laoscuridad,comopetróleo.SólosemovióeldedomeñiquedeBen,queseretorció.AThomasleentraronganasdevomitar.¿Benhabíamuertoporél?¿Eraculpasuya?

—Vamos—ordenóAlby—.Losembolsadoresseocuparándeélmañana.«¿Quéacabadepasaraquí?—pensóThomas,conelmundoinclinándoseasualrededormientras

contemplabaelcuerposinvida—.¿Quélehabíahechoyoaestechaval?».Alzólavista,queriendorespuestas,peroAlbyyasehabíamarchadoyunaramatemblorosaerala

únicaseñaldequehabíaestadoallí.

***

Thomasapretólosojosporlaluzcegadoradelsolalsalirdelbosque.Estabacojeando,eltobilloledolíamuchísimo,aunquenorecordabahabérselolastimado.Llevóunamanoconcuidadoalazonadondelehabíanmordidoyconlaotraseagarróelestómagocomosiaquellofueraaimpedirlevomitar,loqueahoracreíainevitable.LaimagendelacabezadeBenlevinoalamemoria,ladeadadeformaantinatural,lasangrebajandoporlaflechahastaacumularla,goteando,salpicandoelsuelo...

Aquellaimagenyahabíasidoelcolmo.Secayóderodillasjuntoaunodelosesmirriadosárbolesdelosalrededoresdelbosqueyvomitó,haciendoarcadasmientrastosíaysacabaelúltimorestodelaasquerosa bilis ácida que le quedaba en el estómago. Le temblaba todo el cuerpo y parecía que losvómitosnoibanacesarnunca.

Yentonces,comosisucerebroseburlasedeélparaempeorarlascosas,tuvounaidea.LlevabaenelClaro aproximadamente veinticuatro horas.Undía entero.Nadamás y nadamenos. ¡Y todo lo quehabíasucedido!Quémontóndecosashorribles.

Ahoraseguroquesólopodíairamejor.

***

Aquellanoche,Thomasestabatumbado,contemplandoelcielobrillante,preguntándosesivolveríaa dormir alguna vez. En cuanto cerraba los ojos, le venía a la cabeza la imagenmonstruosa de Bensaltandosobreél,conlalocurareflejadaenelrostro.Tantosiabríalosojoscomosino,podíajurarqueseguíaoyendoelsonidohúmedodelaflechaatravesandolamejilladeBen.

Thomassabíaquenuncaolvidaríaaquellosminutossobrecogedoresenelcementerio.

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—Dialgo—dijoChuckporquintavezdesdequehabíancolocadosussacosdedormir.—No—contestóThomas,igualquehabíadichoantes.—Todoelmundosabeloquehapasado.Yahasucedidoantesunaodosveces.Aunpingajoalque

hapicadounlaceradorselevalaollayatacaaalguien.Notecreasespecial.Porprimeravez,ThomaspensóquelapersonalidaddeChuckhabíapasadodeligeramenteirritante

ainsufrible.—Chuck,alégratedequeahoramismonotengaelarcodeAlby.—Sóloestoy...—Cállate,Chuck.Veteadormir.Thomasnopodíaconaquelloenesosmomentos.Porfin,suamigosequedódormidoytambiéntodoslosdemás,segúnelmurmulloderonquidosque

seoíaenelClaro.Unashorasmástarde,bienentradalanoche,Thomasseguíasiendoelúnicoqueestabadespierto.Queríallorar,peronolohizo.QueríaencontraraAlbyydarleunpuñetazo,sinningunarazónenespecial,peronolohizo.Queríagritar,darpatadas,escupir,abrirlaCajaysaltaralaoscuridadquehabíadebajo.Peronolohizo.

Cerró los ojos e intentó alejar aquellos pensamientos y las oscuras imágenes de su cabeza, y enalgúnmomentosequedódormido.

***

Porlamañana,ChucktuvoquesacararastrasaThomasdesusacodedormir,llevarloalasduchasyarrastrarlehastalosvestidores.

Todoelratoestuvodesanimadoeindiferente,ledolíalacabezaysucuerpoqueríadormirmás.Eldesayunofueborroso,yunahoradespuésdeacabaryanoseacordabadeloquehabíacomido.Estabatancansadoquenotaba el cerebro como si alguien se lohubiesegrapadoal cráneoporunmontóndesitios.Elardordeestómagolesubíahastaelpecho.

Pero,porloquesabía,lassiestasestabanmuymalvistasenlaenormegranjadelClaro.Se quedó conNewt delante del establo de la Casa de la Sangre, preparándose para su primera

sesión de aprendizaje con un guardián. A pesar de aquella dura mañana, lo cierto era que estabaentusiasmadoporsabermásyportenerlaoportunidaddequitarsedelacabezaaBenyelcementerio.Lasvacasmugían,lasovejasbalabanyloscerdoschillabanasualrededor.PorallícercaladróunperroyThomasesperóqueFritanganoledieraunnuevosignificadoalapalabraperritocaliente.

«Un perrito caliente—pensó—. ¿Cuándo fue la última vez que probé un perrito caliente? ¿Conquiénmelocomí?».

—Tommy,¿meestásescuchando?ThomassalióderepentedesuaturdimientoyseconcentróenNewt,quellevabahablandoasaber

cuántotiempo.Nohabíaoídoniunasolapalabra.—Sí,perdona.Nopudedormiranoche.Newttratódesonreír,perolesaliódepena.—Nomeextraña.Laspasastecanutas.Seguramentecreesquesoyunpingajogilipulloporsacarhoy

tuculoatrabajardespuésdeviviralgocomoaquello.Thomasseencogiódehombros.—Lomejorquepodíahacereraponermeatrabajar.Cualquiercosaparadistraerlamente.

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Newtasintióylededicóunasonrisamásauténtica.—Erestanlistocomopareces,Tommy.Esaesunadelasrazonesporlasquemantenemosestesitio

bonitoyconmuchomovimiento.Sieresholgazán,teponestriste.Comienzasarendirte.Asídesimple.Thomasasintióy,distraídamente,diounapatadaaunarocaquehabíaenelpolvorientoyagrietado

suelodepiedradelClaro.—Bueno,¿yquésesabedelachicadeayer?Sialgohabíapenetradoenlabrumadeaquellalargamañana,habíansidopensamientossobreella.

Queríasabermássobrelajovenyentenderlaextrañaconexiónquesentíaentreambos.—Sigueencoma,durmiendo.Losmediquerosleestándandodecomerconunacucharalassopas

quecocinaFritanga,lecompruebanlaspulsacionesytodoeso.Parecequeestábien,sóloqueporahorasiguemuertaparaelmundo.

—Fuemuyraro.SinohubiesesidoporelincidentedeBenenelcementerio,Thomasestabasegurodequesehabría

pasadotodalanochepensandoenellayquizánohubieradormidotampocoporunarazóncompletamentediferente.Queríasaberquiéneraysilaconocíadeverdad.

—Sí—dijoNewt—.Mefiguroqueraroesunapalabratanbuenacomocualquierotra.ThomasmiróporencimadelhombrodeNewtelgranestablorojodescoloridoydejóaunladolos

pensamientossobrelachica.—Bueno,¿yquévaprimero?¿Ordeñaralasvacasomataraunodelospobrescerditos?Newtserió,unsonidoqueThomasadvirtióquenohabíaoídomuchodesdequehabíallegado.—Siemprehacemosquelosnovatosempiecenconlosmalditoscortadores.Notepreocupes,cortar

enpedazoslasvituallasdeFritanganoesmásqueunaparte.Loscortadoreshacentodolorelacionadoconlasbestias.

—Quémalasuertequenopuedaacordarmedemivida.Alomejormeencantabamataranimales.Sóloestababromeando,peroNewt,porlovisto,nolocaptóyseñalóconlacabezahaciaelestablo.—Ah, lo sabrás en cuanto el sol se ponga esta noche. Vamos a presentarte aWinston. Él es el

guardián.

***

Winstoneraunchaval llenodeacné,bajoperomusculoso,yaThomas leparecióque legustabademasiadosutrabajo.

«Quizálehayanenviadoaquíporserunasesinoenserie»,pensó.Winstonleenseñóelsitiodurantelaprimerahora,indicándoledóndeestabanloscorralesdesegún

quéanimales,dóndeestabanlasgallinasylospavos,dóndeibacadacosaenlosestablos.Elpirro,unpesadolabradornegrollamadoGuau,demasiadorápidoparaThomas,estuvopegadoasuspieslahoraentera.ElchicopensódedóndehabríasalidoelperroyselopreguntóaWinston,quienlerespondióqueGuau siempre había estado allí. Por suerte, le debieron de poner el nombre en plan broma, porqueapenasladraba.

La segunda hora la pasaron trabajando con los animales de la granja: dándoles de comer,limpiándolos, arreglando una valla, quitando la clonc. Clone. Thomas se dio cuenta de que cada vezusabamáslostérminosdelosclarianos.

La tercera hora fue lamás dura para Thomas. Tuvo quemirar cómoWinstonmataba un cerdo y

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preparabasusdistintaspartesparacomerlasenelfuturo.Thomassejuróasímismodoscosasmientrassealejabadeallíparaalmorzar:laprimera,notrabajaríaconanimales;lasegunda,novolveríaacomernadaqueprocedieradelcerdo.

Winstonledijoquepodíaseguirsolo,queélestaríaporlaCasadelaSangre,loqueaThomasleparecióbien.Pero,mientrascaminabahacialaPuertaEste,nopudoevitar imaginarseaWinstonenunrincónoscurodelestabloroyendounospiesdecerdocrudos.Aqueltíoleponíalospelosdepunta.

ThomasestabapasandoporlaCajacuandolesorprendióverquealguiensalíadelLaberintoparameterseenelClaro,porlaPuertaOeste,asuizquierda.Unchicoasiáticodebrazosfuertes,conelpelocortoynegro,queparecíaunpocomayorqueThomas.Elcorredorseparótrasdartrespasos,luegoseinclinó y puso las manos en sus rodillas, jadeando mientras recuperaba el aliento. Parecía como siacabaradecorrertreintakilómetros;teníalacararoja,lapielsudadaylaropaempapada.

Thomas se quedómirándole fijamente, dominado por la curiosidad. Todavía no había visto a uncorredordecercaytampocohabíahabladoconninguno.Además,segúnlosúltimosdosdías,elcorredorhabía regresado a casa horas antes. Thomas avanzó, impaciente por encontrarse con él y hacerlepreguntas.

Pero,antesdequepudieraformularunafrase,elchicosedesplomóenelsuelo.

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Capítulo12

Thomasnosemovióduranteunossegundos.Elchicoyacíaenel suelosinapenasmoverse,peroThomas estabaparalizadopor la indecisión; temía involucrarse. ¿Y si a aquel tío le pasaba algomuymalo?¿Ysilehabían...picado?¿Ysi...?

Thomasreaccionó;eraevidentequeelcorredornecesitabaayuda.—¡Alby!—gritó—.¡Newt!¡Quealguienvayaabuscarlos!Corrióhastaelchicomayorysearrodillójuntoaél.—Oye,¿estásbien?Lacabezadelcorredordescansabasobresusbrazosextendidosmientrasresollabayelpechosele

movíaporelesfuerzo.Estabaconsciente,peroThomasnuncahabíavistoanadietanagotado.—Estoy...bien—dijoentrejadeos,yluegoalzólavista—.¿Quiéncloncerestú?—Soynuevo—derepente,seacordódequeloscorredoressalíanalLaberintoduranteeldíayno

habían presenciado ninguno de los recientes acontecimientos. ¿Sabría lo de la chica? Probablemente,seguroquealguienselohabíacontado—.SoyThomas.Llevoaquísólounpardedías.

Elcorredorseincorporóhastaquedarsentado,consupelonegropegadoalcráneoporelsudor.—Ah,sí,Thomas—resopló—.Elnovato.Túylachica.Albyseacercótrotando,claramentedisgustado.—¿Quéhacesyadevuelta,Minho?¿Quéhapasado?—No te sulfures,Alby—contestóelcorredor,queparecía recuperar las fuerzaspor segundos—.

Anda,hazelfavordetraermeunpocodeagua...Semecayólamochilaahífuera,nosédónde.Pero Alby no semovió. Le dio una patada aMinho en la pierna, demasiado fuerte para ser en

broma.—¿Quéhapasado?—¡Casinopuedohablar,carafuco!—gritóMinhoconvozronca—.¡Tráemeunpocodeagua!AlbyexaminóaThomas,queseasombródevercómoel rastrodeunasonrisa lecruzaba lacara

antesdequedesaparecieraparafruncirelentrecejo.—MinhoeselúnicopingajoquepuedehablarmeasísinqueletiredeunapatadaalPrecipicio.Entoncessediolavueltayechóacorrer,supuestamenteparairenbuscadeaguaparaMinho,loque

sorprendióaThomasaúnmás.ThomassevolvióhaciaMinho.—¿Tedejaqueledesórdenes?Minhoseencogiódehombrosyluegoselimpióunasgotasfrescasdesudorenlafrente.—¿Letienesmiedoaesedonnadie?Tío,tequedamuchoporaprender.Putosnovatos.LareprimendaledolióaThomasmásdeloquedebería,teniendoencuentaquehabíaconocidoa

aqueltíohacíatansólotresminutos.—¿Noesellíder?—¿El líder?—Minhosoltóungruñidoqueseguramentesesuponíaqueerauna risotada—.Sí, tú

llámalelídertodoloquequieras.Quizádeberíamosllamarleelpresidente.No,no,almiranteAlby.Eso—serestrególosojosmientrassereíaporlobajo.

Thomasnosupoquéconclusionessacardelaconversación.EradifícilsabercuándoMinhoestabaonodebroma.

—Y,entonces,¿quiénesellíder?—Verducho,mejorcállateantesdeque te confundasaúnmás—Minhosuspirócomosi estuviera

aburrido y, luego,masculló casi para símismo—: ¿Por qué los pingajos como tú siempre venís aquí

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haciendopreguntasestúpidas?Medaunarabia...—¿Quéesperasquehagamos?—Thomasnotóqueseponíarojodelenfado.«Comositúhubieras

actuadodiferentecuandollegasteaquí»,queríadecir.—Quehagáisloqueosdiganymantengáislabocacerrada.Esoesloqueespero.Trasaquellaúltimafrase,Minholemiróporprimeraveza lacaray,al instante,Thomasseechó

unos centímetros atrás, antes de poder detenerse. Inmediatamente, se dio cuenta de que acababa decometerunerror:nopodíapermitirqueaquelchicopensaraquepodíahablarledeesamanera.

Volvióaincorporarsesobresusrodillasdemodoqueahoralemirabadesdearriba.—Sí,seguroqueesofueloquetúhicistecuandoerasunnovato.MinhoobservóaThomasdetenidamentey,volviéndoleamirardirectoalosojos,dijo:—Yo fui uno de los primeros clarianos, gilipullo. Cierra el pico si no sabes de lo que estás

hablando.AThomasahoraleasustabaunpocoaquelchico,perosobretodoestabahartodesuactitud,asíque

semovióparaponersedepie,peroMinhoalargólamanoparaagarrarlodelbrazo.—Tío,siéntate.Sóloestoyjugandocontigo.Esmuydivertido.Yaveráscuandollegueelpróximo

novato...—secallóconunamiradadeperplejidada lavezquefruncíaelceño—.Supongoqueyanohabrámásnovatos,¿no?

Thomasserelajóyvolvióasentarse,sorprendidodelorápidoquesehabíatranquilizadodenuevo.Pensóenlachicayenlanotaqueafirmabaqueellaeralaúltima.

—Supongoqueno.MinhoentrecerróunpocolosojoscomosiestuvieseobservandoaThomas.—Túhasvistoalachavala,¿verdad?Todoelmundodicequeseguramentelaconocesoalgoasí.Thomasnotóqueseponíacadavezmásaladefensiva.—Lahevistoynomeresultanadafamiliar.Enseguidasesintióculpablepormentir,aunquetansólofueraunamentirijilla.—¿Estábuena?Thomas se calló un momento; no había pensado en ella de esa forma al verla en aquel estado,

entregandolanotaydiciendosuúnicafrase:«Todovaacambiar».Perorecordabalohermosaqueera.—Sí,supongoqueestábuena.Minhoseinclinóhaciaatráshastaquequedótumbado,conlosojoscerrados.—Sí,supones.Comositemolaranlaschicasencoma,¿no?—sevolvióareírporlobajo.—Exacto.AThomas leestabacostandomuchoaveriguarsi legustabaMinhoono.Supersonalidadparecía

cambiaracadaminuto.Despuésdeunalargapausa,Thomasdecidióarriesgarse:—Bueno...—dijoconprudencia—,¿hasencontradohoyalgo?LosojosdeMinhoseabrierondeparenparysecentróenThomas.—¿Sabesqué,verducho?Esanormalmenteseríalagilipullezmástontaquepodríaspreguntarleaun

corredor—cerrólosojosdenuevo—.Perohoy,no.—¿Aquéterefieres?—Thomasseatrevióaesperarinformación.«Unarespuesta—pensó—.¡Porfavor,dameunarespuesta!».—Esperaaquevuelvaelfinoalmirante.Nomegustacontarlascosasdosveces.Además,detodos

modos,nocreoquequieraquelooigas.Thomassuspiró.Nolesorprendíalomásmínimohabersequedadosinrespuesta.—Bueno,almenosdimeporquéparecestancansado.¿Nosalesacorrerahítodoslosdías?Minhosequejóalincorporarseysesentósobrelaspiernascruzadas.—Sí,verducho,salgoacorrerahífueratodoslosdías.Digamosquemeheentusiasmadounpocoy

hecorridomásdelohabitualparavenirvolando.

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—¿Porqué?—ThomasestabadesesperadoporsaberquéhabíasucedidoenelLaberinto.Minhosellevólasmanosalacabeza.—Tío,yatelohedicho.Paciencia.EsperaalgeneralAlby.AlgoensuvozatenuóelchascoyThomassedecidió.LegustabaMinho.—Vale,mecallaré.PeroasegúratedequeAlbymedejaoírloquevasacontar.Minhoselequedóobservandounsegundo.—Vale,verducho.Túmandas.AlbyllegóunratomástardeconungranvasodeplásticollenodeaguayselodioaMinho,quese

latragótodasindetenersearespirarniunasolavez.—Vale—dijoAlby—,yaestá.¿Quéhapasado?MinhoenarcólascejasyseñalóaThomasconlacabeza.—Nopasanada—contestóAlby—.Nomeimportaloqueoigaestepingajo.¡Habla!Thomas permaneció sentado en silencio, a la expectativa, mientras Minho se ponía de pie, con

gestosdedoloracadamovimiento;todoenélreflejabaextenuación.Elcorredorseapoyóenlaparedparamantenerelequilibrioyleslanzóaambosunamiradafría.

—Heencontradounomuerto.—¿Eh?—preguntóAlby—.¿Unmuerto?Minhosonrió.—Unlaceradormuerto.

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Capítulo13

Thomas estaba fascinado ante lamención del lacerador. Le aterrorizaba pensar en la repugnantecriatura, pero se preguntó por qué era tan importante que hubiera encontrado una muerta. ¿No habíasucedidonunca?

Albyparecíacomosilehubiesendichoquelehabíansalidoalasypodíavolar.—Noesunbuenmomentoparahacerbromas—dijo.—Mira—respondióMinho—,yo tampocomelocreeríasi fuese tú;peroconfíaenmí,escierto.

Eraunogordoyasqueroso.«Estáclaroquenuncahapasadoantes»,pensóThomas.—Hasencontradounlaceradormuerto—repitióAlby.—Sí,Alby—afirmóMinho,reflejandofastidioensuspalabras—.Aunoskilómetrosdeaquí,cerca

delPrecipicio.AlbymiróhaciaelLaberintoyluegovolviólavistahaciaMinho.—Bueno...¿Porquénolohastraídocontigo?Minhoserióotravez,conunamediorisita,mediogruñido.—¿TehastomadotodalasalseradeFritanga,oqué?Esosbichosdebendepesarmediatonelada,

tío.Además,notocaríaaunoniaunquemesacarasgratisdeestesitio.Albycontinuóhaciendopreguntas:—¿Quéaspectotenía?¿Laspuntasdemetalestabandentroofueradesucuerpo?¿Semovía?¿Tenía

lapieltodavíahúmeda?Thomas estaba llenodedudas: ¿Puntasdemetal? ¿Piel húmeda? ¿Qué era todo aquello?Pero se

mordiólalenguaparanorecordarlesqueestabaallíyquetalvezdeberíanseguirhablandoenprivado.—Cortaelrollo,macho—dijoMinho—.Tienesqueverloportimismo.Es...raro.—¿Raro?—Albyparecíaconfundido.—Tío,estoyagotado,muertodehambreydecalor.Pero,siquieresquelovayamosabuscarahora,

seguroquepodemosiryvolverantesdequelosmurossecierren.Albymirósureloj.—Mejoresperamosaquenosdespertemosmañana.—Es lo más inteligente que has dicho en una semana —Minho se despegó de la pared para

enderezarse,ledioaAlbyenelbrazoyempezóacaminarhacialaHaciendacojeandounpoco.Mientrasse alejaba arrastrando los pies (parecía que le dolía todo el cuerpo), dijo por encimadel hombro—:Deberíavolverahífuera,peroqueleden.VoyacomerunpocodelasquerosoguisodeFritanga.

Thomassintióunaoleadadedecepción.TeníaqueadmitirqueMinhosíparecíanecesitardescansarycomeralgo,peroqueríasabermás.

EntoncesAlbysediolavueltahaciaThomas,sorprendiéndole.—Sisabesalgoynomelocuentas...Thomasestabahartodequeleacusarandesabercosas.¿Acasonoeraeseelproblema?Elnosabía

nadaenabsoluto.Sequedómirandoalchicoalacarayselimitóapreguntar:—¿Porquémeodiastanto?ElrostrodeAlbyenaquelmomentofueindescriptible;eraenparteconfusión,enparteira,enparte

sorpresa.—¿Queyo teodio?Chico,¿esquenohasaprendidonadadesdequeaparecisteenaquellaCaja?

Esto no tiene nada que ver con odiar, gustar o querer, ni con ser amigos ni nada. Lo único que nospreocupaessobrevivir.Dejadeserunmariquitayempiezaausarelfucocerebro,siesquetienes.

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Thomassesintiócomosilehubiesendadounabofetada.—Pero...¿porquésiguesacusándome...?—¡Porquenopuedeserunacoincidencia,gilipullo!Aparecesaquí,aldíasiguientellegaunanovata

conunanotademencial,Ben intentamorderteyhayunos laceradoresmuertos.Algoestápasandoynovoyadescansarhastaqueaverigüequées.

—Yonosénada,Alby—leparecióbienponerunpocodepasiónensuspalabras—.Nisiquierasédónde estaba hace tres días y mucho menos por qué este tal Minho ha encontrado una cosa muertallamadalacerador.¡Asíqueparaya!

AlbyserecostóunpocoysequedómirandodistraídamenteaThomasduranteunossegundos.Luegodijo:

—Cortaelrollo,verducho.Madurayempiezaapensar.Notienenadaqueverconacusaranadieninadadeeso.Perosirecuerdasalgo,sialgoteresultafamiliar,serámejorquemelodigas.Prométemelo.

«No hasta que tenga un recuerdo consistente —pensó Thomas—. No a menos que quieracompartirlo».

—Sí,supongo,pero...—¡Prométemelo!Thomashizounapausa;estabahartodeAlbyydesuactitud.—Loquetúdigas—dijoalfinal—.Loprometo.Aloíraquello,Albysediolavueltaysemarchó,sindecirniunapalabramás.

***

ThomasencontróunárbolenlosMuertos,unodelosmásbonitosenlalindedelbosque,quedabamucha sombra.Temíavolver a trabajar conWinston, elCarnicero,y sabíaquenecesitaba ir a comer,peronoqueríaestarcercadenadieypretendíaseguirasíelmáximo tiempoposible.Se recostóenelgruesotroncoydeseóqueleacompañaraunabrisa,peronotuvoesasuerte.AcababadenotarcómoselecerrabanlospárpadoscuandoChuckleestropeólapazytranquilidad:

—¡Thomas! ¡Thomas!—chilló el niño mientras corría hacia él, moviendo los brazos de arribaabajo,conlacarailuminadaporelentusiasmo.

Thomasserestrególosojosyrefunfuñó;nodeseabanadamásenelmundoqueunasiestademediahora. No levantó la vista hasta que Chuck se detuvo justo delante de él, jadeando para recuperar elaliento.

—¿Qué?LaspalabrasfueronsaliendolentamentedelabocadeChuckentrejadeosenbuscadealiento:—Ben...Ben...noestá...muerto.TodoslossignosdecansanciosalieroncatapultadosdelorganismodeThomas.—¿Qué?—Noestá...muerto.Losembolsadoresfueronabuscarlo...Laflechanoledioenelcerebro...,los

mediqueroslehicieronunarreglo.Thomassediolavueltaparaclavarlavistaenelbosquedondeelchicoenfermolehabíaatacado

justolanocheanterior.—Tienesqueestardebroma.Levi...¿Noestabamuerto?Thomasnosabíaquésentíaconmásfuerza,siconfusión,alivio,miedodeque

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volvieraaatacarle...—Bueno,yyotambién—dijoChuck—.EstáencerradoenelTrulloyunaenormevendalecubrela

mitaddelacabeza.ThomassediolavueltaparavolveramiraraChuckalacara.—¿ElTrullo?¿Aquéterefieres?—El Trullo es nuestra cárcel. Está en la parte norte de la Hacienda—Chuck señaló en aquella

dirección—.Lemetierontanrápidoquelosmediquerostuvieronquecurarleallídentro.Thomassefrotólosojos.Laculpaleconsumiócuandosediocuentadecómosehabíasentidoantes

enrealidad.HabíasentidoalivioporqueBenestabamuerto,porqueyanotendríaquepreocuparsedesivolvíaatoparseconél.

—¿Yquévanahacerconél?—Los guardianes ya han tenido una Reunión esta mañana y, por lo que parece, la decisión fue

unánime.CreoquealfinalBenvaadesearquelaflechalehubieraatravesadoelfucocerebro.Thomasentrecerrólosojos,confundidoporloqueChuckhabíadicho.—¿Dequéestáshablando?—Levandesterrar.Estanoche,porintentarmatarte.—¿Adesterrar?¿Qué significaeso?—preguntóThomas, aunque sabíaquenopodía serbueno si

Chuckpensabaqueerapeorqueestarmuerto.Yentonces,Thomasvio loque talvez fue lomásperturbadordesdequehabía llegadoalClaro:

Chucknorespondió,sólosonrió.Sonrió,apesardetodo,apesardelosiniestroquesonabaloqueacabadeanunciar.Luego sedio lavueltay echóa correr,quizápara contarle a alguienmás la emocionantenoticia.

Aquellanoche,AlbyyNewt reunieronhasta al últimoclariano en laPuertaEsteunamediahoraantesdequesecerrara,cuandolasprimerassombrasdelocasoempezabanadeslizarseporelcielo.LoscorredoresacababanderegresaryentrabanenlamisteriosaSaladeMapas,haciendoungranestruendoalcerrarlapuerta;Minhoyahabíaentradoantes.Albylesdijoaloscorredoresquesedieranprisaconsusasuntos,puestoquequeríatenerlosfueraenveinteminutos.

AThomastodavíalemolestabacómohabíasonreídoChuckalcontarlelanoticiadequeaBenloibanadesterrar.Aunquenosabíaloquesignificabaexactamente,estabasegurodequenadabueno.Sobretodo,alestartodostancercadelLaberinto.

«¿Vanasacarleahífuera?—sepreguntó—.¿Conloslaceradores?».Losdemásclarianoshablabanentremurmullosyuna intensasensacióndehorribleexpectativase

extendíacomounaespesanieblasobresuscabezas.PeroThomasnodijonada; siguióallícruzadodebrazos,alaesperadequeempezaraelespectáculo.Sequedóensilenciohastaqueloscorredoresporfinsalieron de su edificio, todos con aspecto de agotados y con caras preocupadas y pensativas.Minhohabía sido el primero en salir, lo que hizo que Thomas se preguntara si sería el guardián de loscorredores.

—¡Traedle!—gritóAlby,yThomas,sobresaltado,seapartódesuspensamientos.Losbrazos lecayerona los ladosaldarse lavueltaybuscarenelClaroalgunaseñaldeBen;el

miedoibacreciendoensuinteriormientrassepreguntabaloqueleharíaelchicocuandoleviera.PorelpuntomásalejadodelaHaciendaaparecierontresmuchachos,arrastrandoliteralmenteaBen

por el suelo. Tenía la ropa hecha jirones, apenas se le aguantaba encima, y un grueso vendajeensangrentadoletapabalamitaddelacabezaylacara.Bienporquesenegabaacaminarporsímismoobienporquenoqueríacolaborardeningúnmodoenelavance,parecíatanmuertocomolaúltimavezqueThomaslehabíavisto.Salvoporunacosa:teníalosojosabiertosdeparenpar,llenosdeterror.

—Newt—dijoAlbyenvozmuybaja;Thomasnolehabríaoídosinohubieseestadoatansólounospasosdedistancia—,sacalapértiga.

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Newt asintió ya de camino a un pequeño cobertizo que usaban para losHuertos; sin duda, habíaestadoesperandosuorden.

Thomas volvió a centrarse en Ben y los guardias. El pálido y desgraciadomuchacho seguía sinhacerningúnesfuerzoporresistirse,lesdejabaquelearrastraranporelpolvorientosuelodepiedradelpatio. Cuando llegaron a lamultitud, pusieron a Ben de pie delante deAlby, su líder, y este bajó lacabezaparanomiraranadiealosojos.

—Tútelohasbuscado,Ben—afirmóAlby.LuegonegóconlacabezaymiróhacialachozaalaqueNewthabíaido.Thomassiguiósumirada

justoatiempodeveraNewtsaliendoporlapuertainclinada.Estabasujetandovariasbarrasdealuminioqueconectóporlosextremosparahacerunavaradealmenosseismetrosdelargo.Cuandoterminó,pusoalgo conuna forma extraña enunade las puntas y arrastró aquella cosahasta el grupo.Un escalofríosubióporlaespaldadeThomasaloírelchirridometálicodelabarrasobreelsuelodepiedramientrasNewtcaminaba.

Thomasestabahorrorizadoportodoaquelasunto.Nopodíaevitarsentirseresponsable,aunquenohubiera hecho nada para provocar a Ben. ¿Cómo iba a ser aquello culpa suya? No dio con ningunarespuesta,perosiguiósintiendolaculpacomounaenfermedadensusangre.

Finalmente,Newt llegóhastaAlbyy le pasó el extremode la barra que estaba sujetando.AhoraThomasveía aquel extrañoaccesorio.Erauna lazadadebasto cueropegadoalmetal conunaenormegrapa. Un gran botón de presión revelaba que la lazada se abría y cerraba, y su función le resultóevidente.

Erauncollar.

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Capítulo14

ThomasobservócómoAlbydesabrochabaelbotóndelcollarparaponérseloaBenenelcuello.Porfin,Ben levantó lamirada justo cuando la lazadade cuero se cerró conun fuerte sonido.Losojos lebrillabanporlaslágrimasylasfosasnasaleslemoqueaban.Losclarianosseguíanmirandosindecirniunapalabra.

—Por favor,Alby—suplicóBenconunavoz temblorosa tanconmovedoraqueThomasnopodíacreerquefueraelmismochicoqueintentóarrancarle lagargantadeunmordiscoeldíaanterior—.Tejuroqueseme fue laollaporelCambio.No lehabríamatado.Sóloperdí lacabezaunsegundo.Porfavor,Alby,porfavor.

Cadapalabraquepronunciabaelmuchachoeracomounpuñetazoenla tripadeThomas, lehacíasentirsemásculpableyconfundido.

Albyno respondióaBen.Tiródel collar tantoparaasegurarsedequeestababiencerradocomopara ver que estaba firmemente pegado a la larga barra.Cruzó por delante deBen, cogió el palo, lolevantóy se lopasócuan largoerapor lapalmade lamanoy losdedos.Cuando llegóa lapunta, loagarróconfuerzaysevolviódecaraalamultitud.Conlosojosinyectadosensangre,lacaraarrugadaporlairayrespirandocondificultad,aThomasderepentelepareciómalvado.

Yeramuyextrañoloqueveíaalotrolado:Bentemblando,llorando,conuncollardecueroviejocortadotoscamente,alrededordesupálidoyfamélicocuello,pegadoaunabarralargaqueseextendíadeélhastaAlby,aseismetrosdedistancia.Elastadealuminiosearqueabaporlamitad,perosólounpoco.InclusodesdedondeestabaThomas,parecíasorprendentementefuerte.

Albyhablabaenvozaltayceremoniosa,mirandoanadieyatodosalmismotiempo:—Ben de los constructores, has sido sentenciado al destierro por intentar asesinar a Thomas, el

novato.Losguardianeshanhabladoysupalabranocambiará.Ytúnovasavolver.Nunca—hubounalargapausa—.Guardianes,colocaosenlapértigadedestierro.

Thomas odiaba que hubiera hecho pública su relación con Ben, odiaba la responsabilidad quesentía. Volver a ser el centro de atención sólo podía acarrear más sospechas sobre él. Su culpa setransformóenvergüenzaycargodeconciencia.Másquenada,loquequeríaeraqueBensefueraparaquetodoterminase.

Uno a uno, los chicos fueron saliendo de la muchedumbre para acercarse a la larga barra; lacogieronconambasmanosylaagarraroncomosiseprepararanparaeljuegodeltirayafloja.Newterauno de ellos;Minho, otro, lo que confirmaba la sospecha de Thomas de que era el guardián de loscorredores.Winston,elCarnicero,tambiénocupósupuesto.

Una vez que estuvieron todos en su sitio, diez guardianes separados uniformemente entreAlby yBen,elambientesefuetranquilizandohastaquedartodoensilencio.Losúnicossonidoseranlossollozosapagados deBen, que seguía secándose la nariz y los ojos.Miraba a izquierda y derecha, aunque elcollarqueteníaenelcuelloleimpedíaverlabarraylosguardianesqueteníadetrás.

LossentimientosdeThomasvolvieronacambiar.EraevidentequenoestababienloqueleestabanhaciendoaBen.¿Porqué semerecíaesedestino?¿Nohabíanadaquepudierahacerporél?¿PasaríaThomaselrestodesusdíassintiéndoseresponsable?

«¡Vengaya!—gritóensucabeza—.¡Acabad!».—Porfavor—dijoBen,alzandolavozporladesesperación—.¡Porfavoooooooor!¡Quealguien

meayude!¡Nopodéishacermeesto!—¡Cállate!—rugióAlbydesdeatrás.PeroBenleignoróysiguiósuplicandoayudamientrasempezabaatirardelobjetoquelerodeabael

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cuello:—¡Quealguienlosdetenga!¡Ayudadme!¡Porfavor!Fuemirandoaloschicosunoauno,rogandoconlosojos.Todosycadaunodeellosapartaronla

vista.Deinmediato,ThomassepusodetrásdeunchicomásaltoparaevitarsupropioenfrentamientoconBen.

«Nopuedovolveraveresosojos»,pensó.—Sidejásemosquelospingajoscomotúhicieranestetipodecosas—dijoAlby—,nohabríamos

sobrevividotantotiempo.Guardianes,preparaos.—No,no,no,no,no—decíaBenenvozmediobaja—.¡Osjuroqueharécualquiercosa!¡Juroque

nuncamáslovolveréahacer!Pooooorfaaaaaa...Suagudochillido fue interrumpidoporelestruendode laPuertaEste,quecomenzabaacerrarse.

Unaschispassalierondelapiedramientraselsólidomurodeladerechasedeslizabahacialaizquierday crujía con un ruido atronador conforme realizaba su trayecto para cerrar el Claro y separarlo delLaberintodurantelanoche.LatierratemblóbajosuspiesyThomasnosuposipodríaverloqueestabaapuntodesuceder.

—¡Guardianes,ahora!—gritóAlby.Ben giró hacia atrás la cabezamientras los guardianes le empujaban con aquella barra hacia el

LaberintoenelexteriordelClaro.UngritoahogadosaliódelagargantadeBen,másaltoquelossonidosquehacíalapuertaalcerrarse.Sedejócaerderodillas,tansóloparaqueunguardián,untipogruesoconpelonegroycaraderefunfuño,tiraradeélhastavolveraponerlodepie.

—¡Nooooooooo!—aullóBen,saliéndolesalivaporlabocamientrasseretorcíaytirabadelcollarconlasmanos.Perolafuerzaconjuntadelosguardianeserademasiada,obligabaalchicocondenadoaacercarsecadavezmásallímitedelClaro,justocuandoelmuroderechoestabacasicerrado—.¡Noooo!—gritóunayotravez.Tratódeplantarlospiesenelumbral,perosóloaguantóunasdécimasdesegundo;labarralemetióenelLaberintodeunbandazo.EnseguidaestuvoacuatropatasfueradelClaro,conelcuerpo tambaleándosedeun ladoaotromientras intentaba librarsedelcollar.Faltabanunossegundosparaquesecerraranlosmurosdelapuerta.

Conunúltimoesfuerzoviolento,Benpor finpudogirar el cuelloenel arodecueroparaque sucuerpo entero se diera la vuelta de cara a los clarianos.Thomas no se podía creer que aún estuvieramirandoaunserhumanocuandoviolalocuraenlosojosdeBen,laflemaquesalíavolandodesubocaylapálidapielque se extendía tirante sobre susvenasyhuesos.Era lomásextrañoqueThomashabíavistoentodasuvida.

—¡Aguantad!—vociferóAlby.EntoncesBengritóconunsonidoincesanteytandesgarradorqueThomassetapólosoídos.Fueun

alarido lunático y bestial que seguro que le hizo pedazos las cuerdas vocales al chico. En el últimosegundo,elguardiándedelantesoltólagranbarradelapiezapegadaaBenyretrocedióhaciaelClaro,dejandoalmuchachoensudestierro.LosúltimosgritosdeBenseinterrumpieroncuandolosmurossecerraronconunterribleestruendo.

Thomasapretólosojosysesorprendióalnotarqueunaslágrimaslecaíanporlasmejillas.

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Capítulo15

ThomasllevabadosnochesseguidasyéndoseadormirconlaangustiosaimagendelacaradeBengrabadaen lamente,atormentándolo.¿Cómoseríandedistintas lascosassinofueraporaquelchico?Casisehabíaconvencidoasímismodequeseríatotalmentefelizyestaríaentusiasmadoporconocersunuevavidayalcanzarelobjetivodeconvertirseencorredor.Casi.EnelfondosabíaqueBensóloeraunapartedetodossusproblemas.

Peroahorayanoestaba, lehabíandesterradoalmundode los laceradores,que se lo llevaríanadondefueraquellevaranasuspresas;eraunavíctimadeloquefuesequesehicieraallí.AunqueteníamuchasrazonesparadespreciaraBen,másquenadasentíalástimaporél.

Thomasnopodía imaginarse cómo sería salir de esamanera, pero, por losúltimosmomentosdeBen, en los que se sacudió, escupió y gritó comoun psicótico, ya no dudaba de la importancia de lanormadelClaroquedecíaquenadiedebíaentrarenelLaberinto,salvoquefuerauncorredory,enesecaso,sóloduranteeldía.ABenyalehabíanpicadounavezy,seguramente,sabíamejorquenadieloqueleesperabaallífuera.

«Pobrechico—pensó—.Pobre,pobrechico».Thomasseestremecióysediolavueltasobreuncostado.Cuantomáslopensaba,peorleresultaba

laideadeconvertirseenuncorredor.Pero,inexplicablemente,todavíaleatraía.

***

A la mañana siguiente, apenas había amanecido antes de que los sonidos de los trabajadoresdespertaranaThomasdelsueñomásprofundoquehabíatenidodesdequehabíallegado.Seincorporóyserestregó losojos, tratandode librarsedelamodorramiento.Sedioporvencidoyvolvióa tumbarseconlaesperanzadequenadielemolestara.

Noduróniunminuto.AlguienlediounosgolpecitosenelhombroyThomasabriólosojosparaverqueNewtlemirabafijamente.

«Yahora,¿qué?»,pensó.—Levántate,torpe.—Sí,buenosdíasatitambién.¿Quéhoraes?—Lassieteenpunto,verducho—contestóNewtconunasonrisaburlona—.Tehabíascreídoque

ibaadejartedormirhastatardedespuésdeestosdosdíastanduros,¿eh?Thomassesentó,aunquenosoportaba la ideaqueno ledejaranquedarseallí tumbadounparde

horasmás.—¿Dormirhastatarde?¿Vosotrosquésois,unpuñadodegranjeros?¿Cómo se acordaba tan bien de los granjeros? Una vez más, su memoria le había dejado

desconcertado.—Eeeh...sí,ahoraquelomencionas—Newtsedejócaerenelsueloasuladoysesentósobrelas

piernascruzadas.Sequedóallíensilenciounosinstantes,contemplandotodoelajetreoyelbullicioqueempezabaalevantarseenelClaro—.Hoytevoyaponerconlosexcavadores,verducho.Aversiesotepegamásquecortarpuñeteroscerditosyesascosas.

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Thomasestabahartodequeletratarancomoaunbebé.—¿Nosesuponequeyanotendríasquellamarmeeso?—¿Elqué?¿Puñeterocerdito?Thomasforzóunasonrisaynegóconlacabeza.—No,«verducho».Yano soy elmásnovato, ¿no?Ahora lo es la chica en coma.Llámala a ella

«verducha».YomellamoThomas.Empezó a pensar depronto en la chicay se acordóde la conexiónque sentía.Una sensaciónde

tristeza le abordó como si la echara demenos y quisiera verla. «Eso no tiene sentido—pensó—.Nisiquierasécómosellama».

Newtserecostóyarqueólascejas.—¡Vaya!Tehancrecidoloshuevoshastaunbuentamañoestanoche,¿eh?Thomasleignoróysiguióhablando:—¿Quéesunexcavador?—Escomo llamamosa los tíosquecurranen losHuertos: labran,quitanhierbajos,plantanyese

tipodecosas.Thomasasintióenaquelladirección.—¿Quiéneselguardián?—Zart.Esbuentío,siempreycuandonoteescaqueesdeltrabajo.Eselqueibadelantedetodoayer

porlanoche.Thomasnodijonadadespuésdeaquello,puesesperabapasareldíaenterosinhablardeBenyel

destierro.Aqueltemasólolehacíaponerseenfermoysentirseculpable,asíquepasóaotracosa:—¿Yporquéhasvenidotúadespertarme?—¿Quépasa,notegustavermicaraantesquenada?—Noespecialmente.Bueno...Pero,antesdequepudieraterminarlafrase,leinterrumpióelestruendodelaspuertasabriéndose

poreldía.MiróhacialaPuertaEste,casiesperandoveraBenallídepie,alotrolado;pero,ensulugar,vioaMinhoestirándose.Entonces,Thomasobservócómoavanzabayrecogíaunacosadelsuelo.

Eralapartedelabarraqueteníapegadoelcollardecuero.Minhonopareciópensarennada;selolanzóaotrodeloscorredores,quefueadevolverloalcobertizoquehabíajuntoalosHuertos.

ThomassevolvióhaciaNewt,confundido.¿CómopodíaactuarMinhodeformatanindiferente?—¿Quédemonios...?—Sólo he visto tres destierros, Tommy. Todos fueron tan desagradables como el que viste a

hurtadillas ayer por la noche. Pero todas las puñeteras veces los laceradores dejaron el collar en elumbral.Nohaynadaquemepongalospelosmásdepunta.

Thomasnopudollevarlelacontraria.—¿Quéhacenconlosqueatrapan?—¿Deverdadloqueríasaber?Newtseencogiódehombrosconuna indiferencianomuyconvincente.Lomásseguroeraqueno

quisierahablardeello.—Cuéntamealgodeloscorredores—dijoThomasderepente.Nosabíadedóndehabíansalidoaquellaspalabras,peropermaneciótranquilo,apesardelasganas

queleentrarondedisculparseycambiardetema;queríasaberlotodosobreellos.Inclusodespuésdeloocurrido la noche anterior, incluso después de ver con sus propios ojos el lacerador a través de laventana, quería sabermás. Lo deseaba conmucha fuerza y no comprendía por qué. Le parecía habernacidoparaconvertirseenunodeloscorredores.

Newtsehabíaquedadocalladoyestabacomoconfundido.—¿Deloscorredores?¿Porqué?—Mepreguntabacómoserían.

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Newtlelanzóunamiradaderecelo.—Esostíossonlomejordelomejor.Tienenqueserlo.Tododependedeellos—cogióuntrozode

rocasueltaylotiró,contemplandodistraídamentecómorebotabahastaqueseparó.—¿Porquétúnoeresunodeellos?Deimproviso,lamiradadeNewtsevolvióhaciaThomas.—Loerahastaquemerompílamalditapiernahaceunosmeses.Nohevueltoaserelmismodesde

entonces—bajólamanoparafrotarseeltobilloderechoyunabreveexpresióndedolorleatravesóelrostro.AquellamiradalehizopensaraThomasqueeramásporelrecuerdoqueporeldolorfísicoqueaúnsentía.

—¿Cómo te lo hiciste? —preguntó, pues creía que, cuanto más hiciera hablar a Newt, másaprendería.

—Corriendoparaescaparde lospuñeteros laceradores,¿quéotracosa, sino?Casimepillan—hizounapausa—.TodavíasemeponelapieldegallinacuandopiensoquepodríahaberpasadoporelCambio.

ElCambio.Deentretodos,aqueleraeltemaqueThomascreíaquepodíadarlemásrespuestas.—¿Yesoquées?¿Quéesloquecambia?¿TodoelmundosevuelvelococomoBeneintentamatar

gente?—Benestabamuchopeorquelamayoría.Perocreíaquequeríashablardeloscorredores—eltono

devozdeNewtleavisódequelaconversaciónsobreelCambiosehabíaterminado,loquelehizosentirmáscuriosidad,aunqueestababienvolverahablardeloscorredores.

—Vale,teescucho.—Comotehedicho,sonlosmejoresdelosmejores.—¿Yquéhacéis?¿Comprobarlorápidoqueestodoelmundo?NewtmiróaThomas,furioso,ygruñó.—Estrújateunpocoelcoco,verducho,Tommyocomoquierasquetellame.Lorápidoquecorreses

sólounaparte.Unapartemuypequeña,enrealidad.AquellodespertóelinterésdeThomas.—¿Aquéterefieres?—Cuandodigo losmejoresde losmejores,me refiero a losmejores en todo.Para sobrevivir al

puñeteroLaberinto,tienesqueserlisto,rápidoyfuerte.Tienesqueserbuenotomandodecisionesysaberlacantidad justaderiesgosquesehadecorrer.Nopuedesser imprudenteni tampoco tímido—Newtestiró las piernas y se apoyó sobre susmanos—.Allí fuera es horrible, ¿sabes?No lo echo nada demenos.

—Creíaqueloslaceradoressólosalíandenoche.Fueraonosudestino,Thomasnoqueríatoparseconunadeaquellascosas.—Asíes,porlogeneral.—Entonces,¿porquéestanespantososalirahí?—¿dequémáscosasnoestabaenterado?Newtsuspiró.—Presión.Estrés.ElLaberintocambiacadadía.Intentamosimaginarnoscómoesparasalirdeaquí.

Tambiénnospreocupanlosmalditosmapas.Ylopeordetodoesquesiempretienesmiedoanovolver.Un laberintonormalyacostaría,pero, al ir cambiando, si cometesunpardeerroresmentales, te tocapasarlanocheconesasdespiadadasbestias.Nohaysitionitiempoparalostontosolosmocosos.

Thomas frunció el entrecejo, sin entender muy bien el instinto que en su interior le animaba acontinuar. Sobre todo, después de la noche anterior. Pero, aun así, seguía con aquella sensación quenotabaportodoelcuerpo.

—¿Porquéestástaninteresado?—preguntóNewt.Thomasvacilómientraspensabacontemoradecirloenvozalta.

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—Quieroseruncorredor.Newtsediolavueltaylemiróalosojos.—Nollevasaquíniunasemana,pingajo.Esunpocoprontoparaquerermorir,¿nocrees?—Lodigoenserio.Apenasteníasentido,nisiquieraparaThomas,perolosentíaensucorazón.Dehecho,eldeseode

convertirseencorredoreraloúnicoquelehacíaseguiradelante,queleayudabaaaceptarlasituaciónenqueseencontraba.

Newtnodejódemirarlealosojos.—Y yo también. Olvídalo. Nadie se ha hecho corredor en su primermes ymuchomenos en su

primerasemana.Antesdequeterecomendemosalguardián,tienesquepasarmuchaspruebas.Thomasselevantóyempezóaplegarsusbártulosdedormir.—Newt, lodigodeverdad.Nopuedoestar todoeldíaquitandohierbajos,mevolveré loco.No

tengoniideadeloquehacíaantesdequemeenviaranaquíenesacajametálica,peroalgomedicequesesuponequetengoqueseruncorredor.Puedohacerlo.

Newtsequedóallísentado,mirandofijamenteaThomas,sinofrecerseaayudarle.—Nadiehadichoquenopuedas,perodéjaloporahora.Thomasnotóqueleinvadíalaimpaciencia.—Pero...—Escucha, confía en lo que te digo, Tommy. Si vas por ahí fanfarroneando, diciendo que eres

demasiado bueno para trabajar de campesino, que se te da muy bien y estás preparado para ser uncorredor,vasacrearteunmontóndeenemigos.Déjaloporahora.

HacerseenemigoseraloúltimoqueThomasquería,pero,aunasí,decidiótomarotrocamino:—Muybien,hablaréconMinhosobreeltema.—Buenintento,malditopingajo.LaReunióneligealoscorredoresy,sicreesqueyosoyduro,ellos

setereiránenlajeta.—Porloquesabéis,podríaserbuenodeverdad.Esunapérdidadetiempohacermeesperar.NewtselevantóparaacercarseaThomasyledioconundedoenlacara.—Escúchame,verducho.¿Estásescuchandodeverdad?—porextrañoquepareciera,Thomasnose

sintióintimidado.Pusolosojosenblanco,peroluegoasintió—.Serámejorquedejesdedecirtonteríasantes de que los demás te oigan. Aquí las cosas no funcionan así y toda nuestra existencia dependeprecisamentedequefuncionencon...—Hizounapausa,peroThomasnodijonada,temiéndoselacharlaquelecaeríaacontinuación—.Orden—continuóNewt—.Orden.Terepitesunayotravezesamalditapalabraentufucacabeza.Larazónporlaquetodosestamoscuerdosporaquíesporquenosrompemosel culo a trabajar ymantenemosunorden.El orden es la razónpor la que sacamos aBen.Bueno, nopodemos tener chiflados que vayan por ahí intentando matar gente, ¿no? Orden. Lo último quenecesitamosesquevengastúaestropearlotodo.

LaobstinacióndesapareciódelacabezadeThomas.Sabíaqueerahoradecallarse.—Sí—fuetodoloquedijo.Newtlediounapalmadaenlaespalda.—Vamosahaceruntrato.—¿Qué?Thomassintióquesusesperanzasaumentaban.—Si no dices nada sobre el tema, te pondré en las listas de posibles aprendices en cuanto

demuestresquesirves.Comonomantengaselmalditopicocerrado,measegurarédequenoentresnunca.¿Tratohecho?

Thomasodiabalaideadeesperarsinsabercuántotiemposería.—Esunascodetrato.

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Newtenarcólascejasy,alfinal,Thomasasintió.—Tratohecho.—Venga,vamosacogeralgodecomidadeFritanga.Yesperaquenonosatragantemos.

***

Aquellamañana,Thomasporfinconoció,aunquesólodelejos,aFritanga,quetanmalafamatenía.El chaval estaba demasiado ocupado tratando de servir el desayuno a un ejército de clarianoshambrientos.Nodebíade tenermásdedieciséisaños,pero teníabarbayelcuerpocubiertodevello,comosicadafolículo intentaraescapara losconfinesdesuropamanchadadecomida.Thomaspensóquenoparecíaelchicomáslimpiodelmundoparasupervisartodaslascomidas.Seapuntómentalmentequedebíatenercuidadodenoencontrarseunasquerosopelonegroensuplato.

NewtyélseacababandesentarconChuckparadesayunarenunamesadepicnicjustoalasalidade la cocina, cuando un gran grupo de clarianos se levantó y corrió hacia la PuertaOeste, hablandoentusiasmadossobrealgo.

—¿Quéocurre?—preguntóThomas,sorprendidoporloindiferentequehabíasonado.LosnuevosacontecimientosdelClarohabíanpasadoaformarpartedesuvida.

Newtseencogiódehombrosmientrasmojabapanenloshuevosfritos.—VanaencontrarseconMinhoyAlby,quehanidoaecharunvistazoalpuñeterolaceradormuerto.—Eh—dijoChuck,yuntrocitodebeiconlesalióvolandodelabocacuandohabló—,tengouna

preguntasobreeso.—¿Sí,Chuckie?—preguntóNewt,untantosarcástico—.¿Ycuálestumalditapregunta?Chuckparecióreflexionar.—Bueno,hanencontradounlaceradormuerto,¿verdad?—Sí—contestóNewt—.Graciasporlanoticia.Chuckdiounosgolpecitosconeltenedorsobrelamesaduranteunossegundos.—Bueno,¿yquiénmatóaesamalditacosa?«Magníficapregunta»,pensóThomas.EsperóaqueNewt respondiera,peronodijonada.Estaba

claroquenoteníaniidea.

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Capítulo16

Thomaspasó lamañana con el guardiánde losHuertos, «rompiéndose el culo a trabajar», comoNewt habría dicho. Zart era el chico alto con el pelo negro que iba delante de la barra durante eldestierrodeBenyque,poralgunaextrañarazón,olíaalecheagria.Nohablabamucho,peroleenseñóaThomas cómo funcionaba todo hasta que supo hacerlo él solo. Quitar las malas hierbas, podar unalbaricoquero,plantarsemillasdecalabazasycalabacinesyrecogerverduras.Noleentusiasmabay,másbien,ignorabaalosotroschicosquetrabajabanconél,peronoloodiabatantocomoloquehabíahechoparaWinstonenlaCasadelaSangre.

ThomasestabadesherbandoconZartunalargafilademaíztiernocuandodecidióqueeraunbuenmomento,paraempezarahacerpreguntas.Esteguardiánparecíamuchomásaccesible.

—Oye,Zart—dijo.Elguardiánlevantólavistaparamirarley, luego,volvióasutrabajo.Elmuchachoteníalosojos

caídosyunacaralarga;poralgúnmotivo,parecíatanaburridocomopodíaestarloalguien.—¿Sí,verducho?¿Quéquieres?—¿Cuántosguardianeshayentotal?—preguntóThomas, intentandoparecerdespreocupado—.¿Y

cuálessonlasopcionesdetrabajo?—Bueno,tieneslosconstructores,losdeambulantes,losembolsadores,loscocineros,losmaperos,

losmediqueros, los excavadores, los de la Casa de la Sangre. Los corredores, por supuesto. No sé,quizásunoscuantosmás.Yonohablomuchoymeocupodemiscosas.

Lamayoríadelaspalabraserafácildeentender,peroThomassepreguntóquésignificaríaunpardeellas.

—¿Quéesundeambulante?—sabíaqueeraloquehacíaChuck,peroelniñonuncaqueríahablardeltema.Senegabaadecirlenada.

—Esoesaloquesededicanlospingajosquenopuedenhacerotracosa.Limpianloslavabos,lasduchas,lacocina,laCasadelaSangredespuésdelamatanza...todo.Sipasasundíaconesosimbéciles,setequitalaideadeirporesecamino;telodigoyo.

ThomassintióunapunzadadeculpabilidadhaciaChuck,sintiólástimaporél.Elchaval intentabacon todas sus fuerzas hacerse amigo de todo elmundo, pero a nadie parecía gustarle y ni siquiera leprestabanatención.Sí,eraunpoconerviosoyhablabademasiado,peroThomassealegrabadetenerleasulado.

—¿Ylosexcavadores?—preguntómientrassacabaunhierbajoenormeconunmontóndetierraensusraíces.

Zartseaclarólagargantaysiguiótrabajandoalavezquerespondía:—Son los que se encargan de lomás pesado en losHuertos.Hacen las zanjas y no sé quémás.

Cuando tienen tiempo libre, se dedican a hacer otras cosas por el Claro. La verdad es que muchosclarianostienenmásdeuntrabajo.¿Alguientelohabíacontado?

Thomasignorólapreguntaycontinuó,decididoaobtenerelmáximoderespuestasposibles:—¿Y los embolsadores? Sé que se ocupan de losmuertos, pero no puedemorir gente con tanta

frecuencia,¿no?—Esos tipos dan miedo. También actúan como guardias y policía. A todos les gusta llamarles

embolsadores. Ya verás qué divertido ese día, amigo—se rió por lo bajo. Era la primera vez queThomasleoyóhacerloyloencontrósimpático.

Thomas tenía más preguntas. Muchísimas más. Chuck y los demás del Claro nunca queríancontestarleanada.Yallí estabaZart,quepor lovistono teníaningúnproblemaal respecto.Pero,de

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repente,aThomasselequitaronlasganasdehablar.Poralgúnmotivo,lachicavolvióametérseleenlacabeza,sinveniralcaso,yluegoempezóapensarenBenyenellaceradormuerto,loquedeberíaseralgobueno,perotodoelmundoactuabacomosifueralocontrario.Sunuevavidaeraunasco.

Respiróhondo.«Limítateatrabajar»,pensó,yesofueloquehizo.Amedia tarde,Thomas estaba apuntodedesmayarsede cansancio.Estar todo el rato agachado,

arrastrándosederodillasenlatierra,eralopeorquehabía.«Corredor—dijoparasusadentrosmientrasseguíadescansando—.Dejadmesercorredor».Una vez más, pensó en lo absurdo que era desearlo con todas sus fuerzas. Pero, aunque no lo

entendierani supieradedóndeveníaaquella idea, lasganaseran innegables. Igualde fuerteseran lospensamientossobrelachica,perointentabaapartarlosdesucabezatodoloposible.

Cansadoydolorido,sedirigióalacocinaparacomeralgoybeberagua.Sepodríahaberzampadounalmuerzoentero,apesardequeyahabíacomidohacíadoshoras.Inclusoelcerdoempezabaasonarlebienotravez.

Lediounmordiscoaunamanzanay,después,sedejócaerenelsuelojuntoaChuck.Newttambiénseencontrabaallí,peroestabasentadosolo,ignorandoalresto.Teníalosojosinyectadosensangreylafrentearrugada,llenadesurcos.ThomasobservócómoNewtsemordíalasuñas,algoquenohabíavistonuncahaceraaquelchicomayor.

ChucksediocuentaehizolapreguntaqueThomasteníaenlacabeza:—¿Quélepasa?—susurróelniño—.SepareceaticuandosalistedelaCaja.—Nolosé—contestóThomas—.¿Porquénovasapreguntarle?—Puedooírtodaslasmalditaspalabrasqueestáisdiciendovosotrosdos—dijoNewtenvozalta

—.Nomeextrañaquelagentenosoportedormiravuestrolado,pingajos.Thomassesintiócomosilehubieranpilladorobando,peroestabamuypreocupado;Newterauno

delospocosenelClaroquedeverdadlegustaban.—¿Quétepasa?—inquirióChuck—.Noteofendas,peroestáshechounaclonc.—Todolomalodelmundo—contestó,yluegosequedócallado,conlavistaclavadaenelespacio

duranteunrato.Thomasestuvoapuntodeinsistirconotrapregunta,peroalfinalNewtcontinuóhablando—:LachicadelaCaja.Siguegimiendoydiciendotodotipodecosasraras,peronosedespierta.Losmediqueroshacentodoloposibleporalimentarla,perocadavezcomemenos.Oslodigoyo,hayalgomuychungoentodoesto.

Thomasbajó la vista hacia lamanzanaydespués le diounmordisco.Ahora sabía ácida.Sediocuentadequeestabapreocupadoporlachica,preocupadoporsubienestar.Comosilaconociera.

Newtdejóescaparunlargosuspiro.—Foder,peroesonoesloquemesacadequicio.—¿Yquées?—preguntóChuck.Thomas se inclinó hacia delante con tanta curiosidad que fue capaz de quitarse a la chica de la

cabeza.LosojosdeNewtseentrecerraronalmirarunadelasentradasdelLaberinto.—AlbyyMinho—farfulló—.Deberíanhabervueltohacehoras.

***

Cuando quiso darse cuenta, Thomas ya estaba otra vez trabajando, sacando de nuevo las malashierbas,contandolosminutosquelequedabanparaacabarenlosHuertos.Noparabademirarhaciala

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Puerta Oeste en busca alguna señal de Alby y Minho, pues la preocupación de Newt se le habíacontagiado.

Newt había dicho que tenían que haber vuelto amediodía, que ese era el tiempo suficiente parallegarhastael laceradormuerto,explorarunahoraodosyregresar.Noleextrañabaqueestuviera tandisgustado. Cuando Chuck sugirió que tal vez estaban investigando y divirtiéndose un poco, Newt lehabíalanzadounamiradatanduraqueThomaspensóqueelniñoarderíaporcombustiónespontánea.

NuncaolvidaríalacaraquepusoNewtacontinuación.CuandoThomaslepreguntóporquénosemetíanunoscuantosenelLaberintoparabuscara susamigos, la expresióndeNewtcambióaunadeterror absoluto: las mejillas se le hundieron en el rostro, que se le puso oscuro y cetrino. Se le fuepasando poco a poco, y le explicó que estaba prohibido enviar grupos de búsqueda, por si acaso seperdíamásgente,peronohabíadudadequeelmiedohabíaatravesadosurostro.

ANewtleaterrorizabaelLaberinto.Lo que fuera que le pasase ahí dentro—quizá incluso estaba relacionado con el dolor que tenía

desdehacíatantotiempoeneltobillo—habíasidoespantoso.Thomastratódenodarlemásvueltasmientrassevolvíaaconcentrarenarrancarmalashierbas.

***

Lacenadeaquellanocheresultóserbastantesombríaynoprecisamenteporlacomida.Fritangaysuscocinerossirvieronunmagníficobanqueteabasedebistec,purédepatatas,judíasverdesyrollitoscalientes. Thomas enseguida se dio cuenta de que los chistes que se hacían sobre lo que cocinabaFritangaeransóloeso,chistes.Todosengullíansucomiday,engeneral,pedíanmás.Peroaquellanochelosclarianoscomíancomohombresmuertosresucitadosparasuúltimacenaantesdequelosenviaranavivirconeldiablo.

LoscorredoreshabíanvueltoalahorahabitualyThomasseestabaalterandocadavezmásalvercómoNewtibadepuertaenpuertaconformeentrabanenelClaro,sinmolestarseenocultarsupánico.Pero Alby yMinho no aparecían. Newt obligó a los clarianos a seguir adelante y comer la cena deFritangatanbienmerecida,peroinsistióenquedebíanseguirpendientesdesillegabanlosdosperdidos.Nadielodijo,peroThomassabíaquelaspuertasnotardaríanencerrarse.

Thomas siguió las órdenes a regañadientes, como el resto de jóvenes, y compartió unamesa depicnic en laparte surde laHaciendaconChuckyWinston.Sólohabíadadounosbocadoscuandonopudoaguantarlomás:

—Nosoportoestaraquímientrasellosestánahífuera,perdidos—dijo,ydejócaereltenedorenelplato—.MevoyavigilarlaspuertasconNewt.

Selevantóysalióaecharunvistazo.Chuckibadetrásdeél,comoeradeesperar.SeencontraronconNewtenlaPuertaOeste;caminabadeunladoaotroysepasabalasmanosporelpelo.LevantólavistacuandoThomasyChuckseacercaron.

—¿Dóndeestán?—preguntóNewtconvozdébilyforzada.AThomasleconmovióqueNewtestuvieratanpreocupadoporAlbyyMinho,comosifuerandesu

familia.—¿Por qué no enviamos un grupo de búsqueda? —volvió a sugerir. Le parecía una estupidez

quedarseallísentados,preocupadísimos,cuandopodíansaliryencontrarlos.—Maldito...—empezóadecirNewt,perosecalló.Cerrólosojosunsegundoyrespiróhondo—.

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Nopodemos,¿vale?Nolorepitasmás.Vaalcienporcienencontradelasnormas.Sobretodoahoraquelaspuñeteraspuertasestánapuntodecerrarse.

—Pero¿porqué?—insistióThomas,sindarcréditoalaterquedaddeNewt—.¿Nolescogeránloslaceradoressisequedanahífuera?¿Nodeberíamoshaceralgo?

Newtsevolvióhaciaélconlacararojaylosojosbrillantesporlaira.—¡Calla la boca, verducho! —gritó—. ¡No llevas ni una maldita semana aquí! ¿Crees que no

arriesgaríamividaenestemismoinstanteporesostorpes?—No...,lo...siento.Nopretendía...—Thomasnosabíaquédecir;élsólointentabaayudar.LacaradeNewtserelajó.—Aúnnolohaspillado,Tommy.Sisalesahífueraporlanoche,teesperaunamuertesegura.Sólo

estaríamosmalgastandomás vidas. Si esos pingajos no consiguen volver...—hizo una pausa; parecíavacilarendecirloquetodosestabanpensando—.Amboshicieronunjuramento,igualqueyo.Igualquetodos.Tú también loharáscuando tengas tuprimeraReunióny teelijaunguardián.Nuncasalimosdenoche.Sinimportarloquepase.Nunca.

ThomasmiróaChuck,queparecíaestartanpálidocomoNewt.—Newtno lo va a decir—dijo el niño—, así que lo diré yo: si novuelven, significa que están

muertos.Minhoesdemasiadolistoparaperderse.Esimposible.Estánmuertos.NewtnodijonadayChucksediolavueltayvolvióalaHacienda,conlacabezagacha.«¿Muertos?»,pensóThomas.Lasituaciónsehabíapuestotangravequenosabíacómoreaccionary

notóunagujeroenelcorazón.—Elpingajotienerazón—asintióNewt,serio—.Esaeslarazónporlaquenopodemossalir.No

podemospermitirnosempeorarlascosasmásdeloqueyaestán.LepusolamanoaThomasenelhombroyluegoladejócaeralcostado.Laslágrimasempañaronlos

ojosdeNewt,yThomas supoque inclusoenel interiorde laoscuracámarade recuerdosqueestabacerradaconllave,fueradesualcance,nuncahabíavistoanadietantriste.Laoscuridadenaumentodelcrepúsculoeraperfectaparalodesalentadorasquesehabíanpuestolascosas.

—Faltan dosminutos para que se cierren las puertas—dijo Newt, una afirmación tan sucinta ycategóricaquepareció colgar en el aire comoun sudario alcanzadoporun soplodeviento.Luego semarchó,encorvadoyensilencio.

Thomasnegóconlacabezaydespuésechólavistaatrás,haciaelLaberinto.ApenasconocíaaAlbyyaMinho,peroelpecholedolíaalpensarenellosahífuera,muertosporculpadelahorrendacriaturaquehabíavistoporlaventanalaprimeramañanaquehabíapasadoenelClaro.

Un gran estruendo sonó en todas las direcciones, lo que sobresaltó aThomas y le apartó de suspensamientos.Entoncesseoyóelchirridodelapiedracontralapiedra.Laspuertasseestabancerrandoparatodalanoche.

Laparedderecharetumbóporelsuelo,soltandotierraypiedrasamedidaquesemovía.Lahileravertical de barras era tan larga que parecía llegar al cielo y se deslizaba hacia los agujeroscorrespondientesde lapared izquierda, listaparacerrarsehastapor lamañana.Unavezmás,Thomasmirócongranrespetoelenormemuroenmovimiento,quedesafiabacualquierleydelafísica.Parecíaimposible.

Entoncesalgoatrajosuatenciónalaizquierda.EnelinteriordelLaberinto,porelpasilloquehabíadelantedeél,algosemovía.Al principio, el pánico le recorrió el cuerpo; retrocedió, preocupado por que pudiera ser un

lacerador. Pero en esemomento vio dos formas que avanzaban a trompicones por el pasillo hacia lapuerta. Sus ojos por fin vieron con claridad tras la ceguera inicial provocada por elmiedo, y se diocuenta de que eraMinho con uno de los brazos deAlby colocado sobre los hombros, prácticamentearrastrandoalchicodetrásdeél.MinhoalzólavistayvioaThomas,quesabíaqueparecíaqueteníalos

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ojossaliéndosedelasórbitas.—¡Ledieron!—gritóMinhoconvozahogadaydébilporelcansancio.Cadapasoquedabaparecía

serelúltimo.Thomasestabatanatónitoporelcambiodelosacontecimientosquetardóunmomentoenreaccionar.

—¡Newt!—gritóporfin,mientrasseobligabaaapartarlamiradadeMinhoyAlbyparacentrarseenlaotradirección—.¡Yavienen!¡Losveo!

SabíaqueteníaquecorrerhaciaelLaberintoparaayudar,peroteníagrabadaenlacabezalaregladenoabandonarelClaro.

Newt ya estaba casi de vuelta en la Hacienda, pero el grito de Thomas le hizo darse la vueltaenseguidayechóacorrercomopudohacialapuerta.

Thomas se volvió para mirar hacia el Laberinto y el terror se apoderó de él. Alby se habíaresbaladodelosbrazosdeMinhoysehabíacaídoalsuelo.ThomasobservócómoMinho,desesperado,intentabaponerleotravezenpie,peroalfinalserindióycomenzóaarrastraralchicoporelsuelodepiedra.

Peroaúnlesquedabanunmontóndemetrosparallegar.Elmuroderechosecerraba rápidoyparecíacobrarmásvelocidadcuantomásdespaciodeseaba

Thomas que fuese. Sólo faltaban unos segundos para que se cerrara por completo.Era imposible quelograranllegaratiempo.Nopodríanhacerlonienbroma.

Thomas se volvió para mirar a Newt, que con su cojera tan sólo había avanzado la mitad delcamino.LuegomiróunavezmáshaciaelLaberinto,haciaelmuroquesecerraba.Tansólounosmetrosmásytodosehabríaacabado.

Minho se tropezó y se cayó al suelo. No iban a conseguirlo. Ya no quedaba tiempo. Se habíaacabado.

ThomasoyóaNewtgritaralgodetrásdeél:—¡Nolohagas,Tommy!¡Niseteocurra!Lasbarrasdelaparedderechaparecíanextendersecomobrazosqueseestirabanparaalcanzarsu

objetivo,paraacoplarseaaquellosorificiosqueeransulugardedescansodurantelanoche.Elsonidochirriantedelapuertainundóelairedeunmodoensordecedor.Unmetroymedio.Unmetro.Mediometro.Thomassabíaquenolequedabaotraopción.Semovió.Haciadelante.Semetióentrelasbarrasde

conexiónenelúltimosegundoyentróenelLaberinto.Losmuros secerrarondegolpe trasélyel ecodel estruendo rebotó sobre lapiedracubiertade

hiedracomolarisadeunloco.

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Capítulo17

Durantevariossegundos,Thomassintióqueelmundosehabíaquedadocongelado.Ungransilenciosiguióalruidoatronadorqueemitiólapuertaalcerrarseyunvelodeoscuridadpareciócubrirelcielo,comosihastaelsolsehubieraasustadodeloqueacechabaenelLaberinto.Elocasohabíallegadoylasgigantescasparedesparecían lápidasenuncementerioparagigantes,plagadodehierbajos.Thomasserecostósobrelarocaáspera,abrumadoporlaincredulidadanteloqueacababadesuceder.Aterrorizadoporlasconsecuenciasquepodíatener.

Entonces,unalaridoquesaliódeAlbypusoaThomas firme;Minhoestabagimiendo.Thomasseapartódelmuroycorrióhacialosdosclarianos.

Minhosehabíaincorporadoyestabaotravezdepie,peroteníaunaspectohorrible,inclusobajolatenueluzqueaúnlesacompañaba.Estabasucio,sudorosoyllenodearañazos.Alby,enelsuelo,parecíaencontrarsepeor; tenía la ropahecha jironesy losbrazoscubiertosdecortesycardenales.Thomasseestremeció.¿HabíaatacadounlaceradoraAlby?

—Verducho—dijoMinho—,sicreesquehassidovalienteporsaliraquí,escúchamebien:ereselfucocarafucomásfucoquehevistoenmivida.Estásmuerto,comonosotros.

Thomasnotócómolacaraselecalentaba.Esperabaalmenosunpocodegratitud.—Nopodíaquedarmeallísentadoydejarosaquífuera.—¿Yquévasahacerahoraparaayudarnos?—Minhopusolosojosenblanco—.Comotúquieras,

tío.RompelaNormaNúmeroUno,suicídate,medaigual.—Denada.Sólo tratabade echar unamano—Thomas se sentía como si le hubieranpegadouna

patadaenlacara.MinhoforzóunarisaamargayluegosearrodillójuntoaAlby.Thomassefijómejorenelchicoque

estabaenelsueloysediocuentadelomalquesehallabanlascosas.Albyparecíaencontrarsealbordede la muerte. Su piel morena perdía el color por momentos y el joven respiraba rápido y de formasuperficial.LaesperanzaabandonóaThomas.

—Noquierohablardeesto—dijoMinhomientrascomprobabaelpulsodeAlbyyseinclinabaparaauscultarleelpecho—.Digamosqueloslaceradoresnosetomandemasiadobienlamuerte.

AquellaafirmacióncogióaThomasporsorpresa.—Asíquelehan...¿mordido?Opicado,daigual.¿VaapasarporelCambio?—Tienesmuchoqueaprender—fuetodoloquedijoMinho.Thomasquisogritar.Sabíaquelequedabamuchoporaprender,poresohacíapreguntas.—¿Vaamorirse?—seobligóadecirantesdeavergonzarseporlovacíoysuperficialquesonaba.—Puestoquenohemosconseguidovolverantesdelapuestadesol,probablemente.Podríamoriren

unahora.NosécuántosetardasinotedanelSuero.Porsupuesto,nosotrostambiénmoriremos,asíquenotepongasallorarporél.Sí,todosestaremosmuertosbienpronto—lodijocontantanaturalidadqueThomasapenaspudoprocesarelsignificadodesuspalabras.PeroenseguidalaespantosarealidaddelasituacióncalóenThomasysintiócomosisusentrañascomenzaranapudrirse.

—¿De verdad vamos a morir? —preguntó, incapaz de aceptarlo—. ¿Me estás diciendo que notenemosningunaposibilidaddesobrevivir?

—Ninguna.ThomasestabahartodelaconstantenegatividaddeMinho.—¡Vengaya!Tienequehaberalgoquepodamoshacer.¿Cuántoslaceradoresnosatacaránalavez?Se asomó por el pasillo que se adentraba en el Laberinto, como si esperara que las criaturas

llegaranenaquelmomento,atraídasporelsonidodesunombre.

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—Nolosé.UnaideaasaltólamentedeThomasyledioesperanza.—Pero...¿yquéhaydeBen?¿YdeGally,ydelosdemásalosquepicaronysobrevivieron?Minholemiródeunaformaqueexpresabaqueeramástontoqueunacloncdevaca.—¿Nomehasoído?Consiguieronregresarantesdelapuestadesol,imbécil.Alvolver,lesdieron

elSuero.Atodos.Thomas se preguntó por el suero que había mencionado Minho, pero antes tenía muchos más

interrogantesqueresponder:—Peroyocreíaqueloslaceradoressólosalíandenoche.—Pues estabas equivocado, pingajo. Siempre salen de noche, pero eso no significa que no

aparezcannuncadedía.ThomasnoqueríadejarsellevarporladesesperanzadeMinho.Noqueríarendirsenimorirtodavía.—¿Algunavezhanatrapadodenocheaalguienfueradelosmurosyestehavividoparacontarlo?—Nunca.Thomasfruncióelentrecejo;deseabaencontrarunapizcadeesperanza.—¿Cuántoshanmuerto,entonces?Minho clavó la vista en el suelo, agachado con un antebrazo sobre la rodilla. Era evidente que

estabaagotado,casiaturdido.—Almenos,doce.¿Nohasestadoenelcementerio?—Sí.«Asíescomomueren»,pensó.—Bueno, esos sólo son losquehemosencontrado.Haymáscuyoscuerposnuncaaparecieron—

MinhoseñalódistraídamentehaciaelClarocerrado—.Esepuñeterocementerioestáenelbosqueporunmotivo.Nadamatamejoreltiempoquerecordarcadadíaatusamigosasesinadosbrutalmente—Minhose levantó,cogióaAlbypor losbrazosy luegoseñalócon lacabezasuspies—.Cogeesosmamonesapestosos.Le tenemosque llevarhasta lapuerta.Lesdejaremosuncuerpoparaque loencuentrenconfacilidadporlamañana.

Thomasnosepodíacreerlomorbosaqueeraaquellaafirmación.—¿Cómopuedeestarocurriendounacosaasí?—gritóalasparedesalavezquegirabaencírculo.

Sesintióapuntodeperderelcontroldefinitivamente.—Dejadelloriquear.Deberíashaberseguidolasnormasyhabertequedadodentro.Ahora,venga,

cógeledelaspiernas.Conunamuecadedolorporunretortijóndetripas,ThomasseacercóylevantólospiesdeAlby

comolehabíandicho.Llevaronmedioarastraselcuerpoinerteunostresmetroshastalagrietaverticaldelapuerta,dondeMinhoapoyóaAlbycontralaparedenunaposiciónenlaquecasiestabasentado.ElpechodeAlbysubíaybajaba,esforzándosepor respirar,ysupielestabaempapadaensudor;parecíaquenoibaadurarmuchomás.

—¿Dóndelehanmordido?—preguntóThomas—.¿Puedesverlo?—Notemuerden.Losjodidostepican.Yno,nopuedesverlo.Podríatenermontonesdepicotazos

portodoelcuerpo—Minhocruzólosbrazosyseapoyóenelmuro.Poralgunarazón,Thomaspensóquelapalabra«picar»sonabamuchopeorque«morder».—¿Tepican?¿Quésignificaeso?—Tío,tendrásqueverlosparasaberdeloqueestoyhablando.ThomasseñalólosbrazosdeMinhoy,luego,suspiernas.—Bueno,¿yporquéesacosanotehapicadoati?Minhoextendiólasmanos.—Quizásílohayahecho.Quizámedesplomeencualquiermomento.

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—Ellos...—empezóadecirThomas,peronosabíacómoterminar lafrase.NosabíasiMinholohabíadichoenserio.

—Noexisteningún«ellos»,sóloelquecreíamosqueestabamuerto.SevolviólocoypicóaAlby,pero luego salió corriendo—Minhovolvió la vista hacia elLaberinto, que estaba a oscuras casi porcompletoporquesehabíahechodenoche—.Peroestoysegurísimodequenotardaráenestaraquíconunpuñadodelosotrosparaliquidarnosconsusagujas.

—¿Susagujas?—aThomaslascosaslesonabancadavezmásalarmantes.—Sí,agujas—nodiomásdetallesy,porlacaraquepuso,tampocopensabahacerlo.Thomas levantó lavistahacia losenormesmuroscubiertosdeenredaderas.Ladesesperaciónpor

finlehabíapuestoenmodo«resolverproblemas».—¿No podemos trepar por esta cosa?—miró a Minho, que no dijo ni una palabra—. Por las

enredaderas,¿nopodemossubirporellas?Minhodejóescaparunsuspirodefrustración.—Telojuro,verducho,debesdecreerquesomosunhatajodesubnormales.¿Deveraspiensasque

nuncahemostenidolaingeniosaideadesubirporlasputasparedes?Porprimeravez,Thomasnotóquepocoapocole invadía la iraparacompetirconelmiedoyel

pánico.—Sólointentoayudar,tío.¿Porquénodejasdeponerpegasatodoloquedigoyhablasconmigo?MinhosaltóbruscamentesobreThomasyleagarróporlacamiseta.—¡No lo entiendes, cara fuco! ¡Túno sabes nada y lo único que haces es empeorarlo intentando

teneresperanza!Estamosmuertos,¿meoyes?¡Muertos!Thomasnosupoquésintióconmásfuerzaenaquellosmomentos,sienfadoconMinhoolástimapor

él.Seestabarindiendocondemasiadafacilidad.Minhobajólavistahaciasusmanos,queagarrabanconfirmeza la camiseta de Thomas, y la vergüenza le atravesó el rostro. Le soltó despacio y retrocedió.Thomasserecolocólaropaconactituddesafiante.

—Jo,tío—susurróMinho;luegosedejócaerenelsueloyhundiólacaraensuspuñosapretados—.Nuncaheestadotanasustado,macho.Nocomoahora.

Thomasquisodeciralgo,quemadurara,quepensara,quelecontaratodoloquesabía.¡Algo!Abriólabocaparahablar,perolacerróenseguidacuandooyóelruido.Minhoasomólacabezaymiróporunodelososcurospasillosdepiedra.Thomasnotócómoseleacelerabasupropiarespiración.

AquelsonidograveeinquietanteveníadelomásprofundodelLaberinto.Eraunzumbidoconstantequeemitíauntimbremetálicocadapocossegundos,comocuchillosafiladosrozandounoscontraotros.Cada vez se oíamás alto y, entonces, surgieron unos chasquidos sobrecogedores. Thomas se imaginóunaslargasuñasdandogolpecitoscontrauncristal.Ungemidoahogadollenóelaireyluegosonóalgoqueparecíaelruidodeunascadenas.

En conjunto, todo era horroroso, y la pequeña cantidad de valor que Thomas había conseguidoreunirestabaempezandoadesaparecer.

Minhoselevantó;apenasveíasurostrobajoaquellaluzmortecina.Pero,cuandohabló,Thomasseimaginóqueteníalosojosabiertosdeparenparporelterror:

—Tenemosquesepararnos.Esnuestraúnicaposibilidaddesupervivencia.Siguemoviéndote.¡Nodejesdemoverte!

Yentoncessediolavuelta,echóacorrerydesaparecióencuestióndesegundos,engullidoporelLaberintoylaoscuridad.

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Capítulo18

Thomas se quedó con la vista clavada en el sitio por donde Minho había desaparecido. Unarepentinaaversiónhaciaelchicocrecióensuinterior.Minhoeraunveteranoenaquellugar,uncorredor.Thomaseraunnovato,sólollevabaunosdíasenelClaroyunosminutosenelLaberinto.Sinembargo,delosdoshabíasidoMinhoelquehabíaperdidoelcontrol,elquesehabíadejadollevarporelpánicoyhabíaechadoacorreranteelprimerproblemaquesehabíapresentado.

«¿Cómohapodidodejarmeaquítirado?—pensóThomas—.¡Cómohapodido!».Losruidosseintensificaron.Elrugidodelosmotoresseintercalabaconunossonidosparecidosa

los de unamanivela enrollando las cadenas de unmecanismo de elevación en una vieja ymugrientafábrica.Yentoncesllegóelolordealgomuycalienteygrasiento.Thomasnoteníanilamásremotaideade loque leesperaba;habíavistoun lacerador,perosólo fugazmenteya travésdeunaventanasucia.¿Quéleharían?¿Cuántotiempoduraría?

«Basta», se dijo a sí mismo. Tenía que dejar de perder el tiempo esperando a que llegaran yacabaranconsuvida.

SevolvióparamiraraAlby,queaúnseguíaapoyadoen lapareddepiedra,ynoviomásqueunmontóndesombraenlaoscuridad.Searrodillóenelsueloybuscóelcuellodeljovenparatomarleelpulso.Teníaalgo.EscuchóloslatidosdesupechocomoMinhohabíahechoantes.

Pu-pum,pu-pum,pu-pum.Todavíaestabavivo.Thomasseechóhaciaatrássobresustalonesysepasóelbrazoporlafrenteparasecarseelsudor.

Yeneseprecisoinstante,enunosbrevessegundos,aprendiómuchodesímismo.SobreelThomasqueeraantes.Nopodíadejarmoriraunamigo.NisiquieraaalguientangruñóncomoAlby.

Se agachó hasta casi quedar sentado para agarrarle por los brazos y pasárselos por detrás delcuello. Se echó el cuerpo desmayado a la espalda y empujó con las piernas, con un resoplido por elesfuerzo.Peroerademasiado.Ambossecayeron,ThomasdebrucesyAlbydespatarradoaunlado,conunfuertegolpe.

Losespantosossonidosdeloslaceradoresseacercabanporsegundos,retumbandoenlosmurosdepiedra delLaberinto.Thomas creyóver unos destellos de luz a lo lejos que se reflejaban en el cielonocturno.Noqueríaencontrarseconlafuentedeaquellasluces,deaquellosruidos.

Probódeotraforma:volvióaagarraraAlbydelosbrazosyempezóaarrastrarloporelsuelo.Nopodíacreerloquepesabaelchicoytansólotardótresmetrosendarsecuentadequenoibaafuncionar.Además,¿adondeibaallevarlo?

Tiró de Alby para volver a colocarlo sentado, apoyado en la pared de piedra, en la grieta quemarcabalaentradaalClaro.Thomastambiénsesentóconlaespaldaapoyadaenelmuro,jadeanteporelesfuerzo, pensando.Mientras examinaba los oscuros recovecos delLaberinto, trataba de buscar en sumente una solución. Apenas veía nada y sabía, a pesar de lo queMinho había dicho, que sería unatontería echar a correr, incluso aunque pudiese cargar con Alby. No sólo estaba la posibilidad deperderse,sinoquepodíaacabarcorriendoendirecciónaloslaceradoresenvezdehuirdeellos.

Pensó en la pared, en la hiedra.Minho no se lo había explicado, pero, por lo que había dicho,parecíaqueeraimposiblesubirporaquellosmuros.Aunasí...

Un plan fue cobrando forma en su mente. Todo dependía de las desconocidas aptitudes de loslaceradores,peroeralomejorqueselehabíaocurrido.

Thomasanduvounospasosporlaparedhastaqueencontróunbuenmontóndehiedraquecubríalamayorpartederoca.Cogióunadelasenredaderasqueibanhaciaelsueloyselaenrollóenlamano.Era

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másdensay sólidade loquehabía imaginado; quizámedíaun centímetrodediámetro.Tiróy, con elsonidodeunpapelgruesorasgándose,laenredaderasedespegódelmuro;cadavezmás,amedidaqueThomas se alejaba de ella. Cuando ya había retrocedido tresmetros, no alcanzó a ver el final de laenredaderaqueteníaencima;desaparecíaenlaoscuridad.Perolaplantatrepadoraaúnnohabíacaído,porloqueThomassabíaqueseguíaenganchadaahíarribaporalgúnsitio.

Dudóalintentarlo,perosearmódevalorytiródelaenredaderacontodassusfuerzas.Aguantaba.Volvióatirar.Unayotravez,estirandoysoltandoconambasmanos.Entonceslevantólospies,secolgódelaplantaysucuerposebalanceóhaciadelante.Laenredaderaresistía.

De inmediato,Thomas se agarró a otras enredaderas, las separóde la paredy creóuna serie decuerdasparatrepar.Lasprobótodasyresultaronserigualdefuertesquelaprimera.Animado,volvióadondeestabaAlbyylearrastróhacialasplantas.

Un fuerte chasquido se oyó en el interior del Laberinto, seguido de un horrible sonido demetalabollado.Thomas,sobresaltado,sediolavueltaparamirar;estabatanconcentradoenlasenredaderasque por un momento había dejado de pensar en los laceradores. Escudriñó las tres direcciones delLaberinto.Nopudovernadaqueseestuvieraacercando,perolossonidos,loszumbidos,loscrujidosyelrepiqueteocadavezeranmásfuertes.Yelambientesehabíailuminadounpoco;ahorapodíadistinguirmásdetallesdelLaberintoquehacíatansólounosminutos.

Recordó las luces extrañasquehabíaobservadoconNewt a travésde laventanadelClaro.Loslaceradoresestabancerca.Teníanqueestarlo.

Thomassedeshizodelpánicoqueibaenaumentoysepusoatrabajar.CogióunadelaslianasylaenrollóalrededordelbrazoderechodeAlby.Laplantallegaríalojusto,asíqueteníaquelevantaraAlbytodoloquepudieraparaquefuncionara.Despuésdevariasvueltas,atólaenredadera.Luego,cogióotralianaylaenrollóalrededordelbrazoizquierdodeAlby;después,hizolomismoconlasdospiernasylasatóbienfuerte.Lepreocupabacortarlelacirculaciónalclariano,perodecidióquemerecíalapenaarriesgarse.

Tratódeignorarlasdudassobreelplanquesefiltrabanensumenteycontinuó.Ahoraletocabaaél.

Seagarróaunaenredaderaconambasmanosycomenzóatrepar justohastacolocarseencimadedondeacababadeataraAlby.Lasgruesashojasdehiedraleservíancomoasideros,yThomassepusoeufórico al ver que todas las grietas que tenía elmuro de piedra eran perfectas para apoyar los piesmientrassubía.Empezóapensarlofácilqueseríasin...

Senegóaterminaraquelpensamiento.NopodíadejaraAlbyallítirado.Unavezquellegaraaunpuntounosmetrosporencimadesuamigo,Thomasseenrollaríaalgunas

lianas alrededor del pecho y les daría unas cuantas vueltas hasta ceñírselas bien en las axilas parasostenerse.Despacio, se dejó caer, despegando lasmanos, pero con los pies bien firmes en una grangrieta.Elalivioleinvadiócuandolaenredaderasiguióaguantándole.

Ahoraveníalapartemásdifícil.LascuatrolianasqueatabanaAlbycolgabantirantesasualrededor.Thomascogiólaquesujetaba

lapierna izquierdadeAlbyy tiró.Tansólopudolevantarlaunoscentímetrosantesdesoltarla;pesabademasiado.Nopodíahacerlo.

BajódenuevoalsuelodelLaberinto,decididoaempujardesdeabajoenvezdetirardesdearriba.Paraprobarlo, intentó levantaraAlbysólomediometro,extremidadporextremidad.Primero,empujóhaciaarribalapiernaizquierdayatóotralianaasualrededor.Después,hizolomismoconladerecha.Cuandoasegurólasdos,repitiólaoperaciónconambosbrazos.

Retrocedió,jadeando,mientrasechabaunvistazo.Albyestabacolgado,aparentementesinvida,unmetromásaltodeloqueestabahacíacincominutos.

Ruidosmetálicos en el Laberinto. Zumbidos.Murmullos.Quejidos. Thomas creyó ver un par de

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destellosrojosasuizquierda.Loslaceradoresestabanacercándoseyahoraestabaclaroquehabíamásdeuno.

Volvióaponersemanosalaobra.UtilizóconsigoelmismométodoquehabíausadoparasubirlosbrazosylaspiernasdeAlbyunmetromásarribay,pocoapoco,fueavanzandoporlapareddepiedra.Trepóhastaqueestuvojustodebajodelcuerpo,seenrollóunalianaalrededordelpechoparasujetarse,luego empujó aAlby todo lo que pudo, extremidad por extremidad, y las ató con la hiedra.Después,repitióelprocesoentero.

«Sube, enrolla, empuja, ata. Sube, enrolla, empuja, ata». Al menos, los laceradores parecíanmoversedespacioporelLaberinto,loqueledabamástiempo.

Pocoapoco,ibansubiendocadavezmás.Elesfuerzoeraagotador;aThomaslecostabarespirarynotaba que el sudor le cubría cada centímetro de la piel. Lasmanos empezaron a resbalársele de laenredadera.Lospiesledolíandeapretarcontralasgrietasenlapiedra.Lossonidosseintensificaban;aquelloshorriblessonidos.Aunasí,Thomasseguíaavanzando.

Cuandollegaronaunosdiezmetrosporencimadelsuelo,Thomassedetuvo,sebalanceóenlalianaque se había enrollado alrededor del pecho y se dio la vuelta hacia el Laberinto, usando sus brazoscansadosyflexibles.Unagotamientoquenohabríacreídoposibleinundabacadadiminutapartículadesucuerpo.Ledolíatododelcansancioysusmúsculosloexpresabanagritos.NopodíaempujaraAlbyniuncentímetromás.Yahabíaacabado.

Allíseesconderían.Uopondríanresistencia.Sabíaquenopodíanllegararribadeltodo;sóloesperabaqueloslaceradoresnopudieranmiraro

quenomiraranporencimadeellos.O,almenos,esperabapodervencerlosdesdeallíarriba,unoauno,envezdeque le arrollaran todosenel suelo.No teníani ideade loque se le avecinaba,no sabía siestaríavivoaldíasiguiente.Peroallí,colgadosde laenredadera,ThomasyAlbyseenfrentaríanasudestino.

PasaronunosminutosmásantesdequeThomasvieraelprimerrayodeluzbrillarenlasparedesdelLaberintoqueteníaenfrente.Losterriblessonidosquehabíaoídointensificarsedurantelaúltimahoraseconvirtieronenunchirridoagudomecánico,comoelgritodemuertedeunrobot.

Una luz roja a su izquierda atrajo su atención.Al volverse, estuvo a punto de pegar un chillido;habíaunacuchillaescarabajoatansólounoscentímetrosdeél,consuspataslargasyflacasasomandopor entre la hiedray, de alguna forma, enganchadas a la piedra. La luz roja de su ojo era como unpequeño sol, demasiado brillante para mirarla directamente. Thomas entrecerró los ojos e intentócentrarseenelcuerpodelescarabajo.

Eltorsoerauncilindroplateadodeunossietecentímetrosdediámetroyveinticincodelargo.Docepatas articuladas le recorrían la parte trasera y se extendíande talmodoque aquella cosa parecía unlagarto dormido. La cabeza no resultaba visible porque el rayo de luz roja apuntaba en su dirección,aunqueparecíapequeña;talvezlesirvieraúnicamenteparaver.

Pero,enesemomento,Thomasviolapartemásescalofriante.Creíahaberlavistoantes,enelClaro,cuando la cuchilla escarabajo había pasado a toda prisa por delante de él hacia el bosque.Ahora loconfirmaba: la luzrojadesuojoproyectabaunespeluznante resplandorsobrecinco letrasmayúsculasquelecubríaneltorso,comosilashubiesenescritoconsangre:

CRUEL

Thomasnopodíaimaginarseporquéestabaestampadaesaúnicapalabraenlacuchillaescarabajo,amenosquesufunciónfueraindicaralosclarianosqueeramala.Cruel.

Sabíaqueteníaqueserunaespíadequienquieraqueleshubieseenviadoallí.Albylehabíacontadoqueloscreadoresutilizabanalosescarabajosparaobservarles.Thomasnohizoningúnruidoyaguantó

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larespiraciónconlaesperanzadequeelescarabajosólodetectaraelmovimiento.Lossegundospasaronlentamentemientrassuspulmonesansiabanelaire.

Conunchasquidoy luegoun ruidoseco,el escarabajo sedio lavueltay semarchócorreteando,desapareciendo entre la hiedra. Thomas cogió una gran bocanada de aire, después otra y notó que laenredaderaleapretabaalrededordelpecho.

Otro chillido metálico se oyó en el Laberinto, esta vez más cerca, seguido de una oleada demaquinaria acelerada.Thomas intentó imitar el cuerpo inanimadodeAlby,quecolgaba fláccidoen laenredadera.

Y,entonces,algodoblólaesquinadeenfrenteyavanzóhaciaellos.Algoquehabíavistoantes,peroatravésdelaseguridaddeungruesocristal.Algoindescriptible.

Unlacerador.

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Capítulo19

ThomassequedómirandoaterrorizadolacriaturamonstruosaqueseabríacaminoporelpasillodelLaberinto.

Parecíaunexperimentoquehubierasalidofatal,algosacadodeunapesadilla.Parteanimal,partemáquina, el lacerador rodaba y chasqueaba por el suelo de piedra. Su cuerpo era similar al de unababosa enorme, con un poco de pelo y brillante por la baba, que se hinchaba y desinflaba de formagrotescaalrespirar.Noseledistinguíaningunacabezaniningunacola,perodedelanteaatrásmediríaalmenosunosdosmetrosdelargoymásdeunodegrosor.

Cadadiezoquincesegundos,unospinchosafiladosdemetalsalíandesucarnebulbosaytodalacriaturaseconvertíaderepenteenunabolaquegirabahaciadelante.Después,seacomodabayparecíaorientarse,ylospinchosvolvíanahundirseensupielhúmedaconelnauseabundosonidodeunsorbo.Hizolomismounayotravez,desplazándosesólounospasosencadaocasión.

Peroelpeloylospinchosnoeranloúnicoquesobresalíadelcuerpodellacerador.Habíavariosbrazos mecánicos colocados aquí y allá, al azar, cada uno con una función distinta. A algunos lesacompañabanunaslucesbrillantes.Otrosteníanlargasagujasamenazadoras.Unoteníaunazarpadetresdedosqueseabríaysecerrabasinningunarazónaparente.Cuandolacriaturarodaba,estosbrazosseplegaban y maniobraban para evitar quedar aplastados. Thomas se preguntó qué—o quién— podríacrearunascriaturastanespantosasyrepugnantes.

Lafuentedelosruidosquehabíaestadooyendoahorateníasentido.Cuandoel laceradorrodaba,emitíaunchirridometálico,comolahojagiratoriadeunasierra.Lospinchosylosbrazosexplicabanlosescalofriantes chasquidos: era elmetal contra elmetal. Pero nada le poníamás los pelos de punta aThomas que los angustiosos gemidos mortales que se le escapaban a la criatura cuando se quedabaquieta,parecidosalossonidosdeunhombreagonizanteenelcampodebatalla.

Ahora que lo veía todo en conjunto—la bestia y los sonidos—,Thomas no pudo pensar en unapesadillaque igualara lahorriblecosaqueseacercabaaél.Combatióelmiedo,obligóasucuerpoapermanecertotalmenteinmóvil,colgandodelaenredadera.Estabasegurodequelaúnicaposibilidaddesalirvivoseraquenoadvirtieransupresencia.

«Quizánonosvea—pensó—.Sóloquizá».Pero la realidadde la situación sehundía comounapiedraensuestómago.Lacuchillaescarabajoyahabíareveladosuposiciónexacta.

Ellaceradorrodóyavanzóentrechasquidos,zigzagueandohaciadelanteyhaciaatrás,gimiendoychirriando.Cadavezqueseparaba,desplegabasusbrazosmetálicosygirabaaunladoyaotro,comounrobot errante en un planeta extraño, buscando señales de vida. Las luces proyectaban unas sombrasinquietantesporelLaberinto,Unvagorecuerdointentóescaparsedelacajacerradaquesehallabaensumemoria: cuando era niño, las sombras en las paredes le asustaban.Deseó volver a dondequiera quepasaseaquello,correrhastalamadreyelpadrequeesperabaqueaúnestuvieranvivos,enalgúnsitio,echándoledemenos,buscándole.

Unfuerteoloraquemadoleirritólasfosasnasales;unarepugnantemezclademotoresrecalentadosycarnechamuscada.Nopodíacreerquehubieragentecapazdecrearalgotanhorribleparaperseguiraunoschavales.

Thomastratódenopensarenello;cerrólosojosunmomentoyseconcentróenpermanecerquietoycallado.Lacriaturaseguíaacercándose.

Zzzzzzzzzzummm.Clic-clic-clic.Zzzzzzzzzzummm.

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Clic-clic-clic...Thomasmiróhacia abajo sinmover la cabeza.Finalmente, el laceradorhabía llegadoa lapared

dondeAlbyyélestabancolgados.SedetuvojuntoalapuertacerradaquedabaalClaro,tansóloapocosmetrosaladerechadeThomas.

«Porfavor,veteparaelotrolado»,suplicóThomasensilencio.«Datelavuelta».«Vete».«Poreselado».«¡Porfavor!».LospinchosdellaceradorsalieronysucuerporodóhaciaThomasyAlby.Zzzzzzzzzummm.Clic-clic-clic...Sedetuvoyluegorodóunavezmás,directoalapared.Thomas aguantó la respiración, sin atreverse a hacer el másmínimo sonido. El lacerador ahora

estabajustodebajodeél.Thomasteníamuchísimasganasdemirarhaciaabajo,perosabíaquecualquiermovimiento le delataría. Los rayos de luz que provenían de la criatura iluminaban toda la zona,totalmentealazar,sinpermanecermuchotiempoenunsitio.

Entonces,sinprevioaviso,seapagaron.Elmundo se quedó a oscuras y en silencio. Era como si la criatura se hubiera apagado. No se

movía, no hacía ningún ruido; hasta los gemidos inquietantes habían cesado por completo. Y sin luz,Thomasnopodíavernadaenabsoluto.Estabaciego.

Tomó un poco de aire por la nariz, puesto que su corazón bombeante necesitaba oxígeno conurgencia.¿Leoía?¿Leolía?Teníaelpelo,lasmanos,laropa,todoempapadodesudor.Unmiedohastaahoradesconocidoleinvadióhastaelpuntodelalocura.

Aun así, nada. No había ningún movimiento, ninguna luz, ningún sonido. El hecho de intentaradivinarsupróximomovimientoestabamatandoaThomas.

Pasaronsegundos.Minutos.LaplantafilamentosaseclavabaenlapieldeThomasyelpechoseleestabaentumeciendo.Queríagritarlealmonstruoqueteníadebajo:«¡Mátameovuelveatuescondite!».

Luego, con un repentino estallido de luz y sonido, el lacerador volvió a la vida, zumbando yemitiendochasquidos.

Yentoncesempezóasubirporelmuro.

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Capítulo20

Lospinchosdellaceradorsehundieronenlaroca,lanzandotrozosdehiedraypiedrecitasentodaslas direcciones. Sus brazos se movieron como las patas de la cuchilla escarabajo, algunos con púasafiladasquesemetíanenlapiedradelmuroparasujetarse.UnaluzbrillanteenlapuntadeunadelasarmasapuntódirectamenteaThomas,sóloqueestavezelhazdeluznoseapartó.

Thomassintiócómolaúltimapizcadeesperanzaabandonabasucuerpo.Sabíaquelaúnicaopciónquelequedabaeracorrer.

«Lo siento, Alby», pensómientras desenrollaba la gruesa enredadera de su pecho. Usó lamanoizquierda para agarrarse con firmeza al follaje sobre su cabeza y terminó de desengancharse paraempezaramoverse.Sabíaquenopodía subir,pues llevaríaal laceradorhaciaAlby.Ybajarera,porsupuesto,lamejoropciónsiqueríamorirloantesposible.Teníaqueirdelado.

Thomasalargólamanoparacogerunalianaamediometroalaizquierdadedondeestabacolgado.Selaenrollóenlamanoyestirómuyfuerte.Estababiensujeta,comolasotras.Conunvistazorápidohacia abajo, vio que el lacerador había reducido a lamitad la distancia que les separaba y ahora seestabamoviendorápido,sinpausasniparadas.

Thomassoltólacuerdaquelerodeabaelpechoysearrastróalaizquierda,rozandolapared.AntesdequesubalanceooscilanteledevolvieraadondeestabaAlby,cogióotraenredaderabiengruesa.Estavezseagarróconlasdosmanosysediolavueltaparaplantarlostalonesenelmuro.Arrastróelcuerpohacialaderechatantocomolaplantalepermitió;luego,sesoltóycogióotra.Después,otra.Comounmonotrepador,Thomasseencontrómoviéndosemásrápidodeloquejamássehubieraimaginado.

Los sonidos de su perseguidor continuaron sin cesar, sólo que ahora los acompañaban loschasquidosespeluznantesde lapiedraquesedesprendía.Thomassebalanceóhacia laderechavariasvecesmásantesdeatreverseavolverlavista.

El laceradorhabíaalteradosucursoyhabíapasadodeAlbyparadirigirsedirectamentehaciaél.«Porfin—pensóThomas—,algovabien».Seimpulsóconlospiestodoloquepudoy,columpiándose,huyódelahorriblecriatura.

Thomasnonecesitabamiraratrásparasaberqueellaceradorleganabaterrenoacadasegundoquepasaba.Lossonidosledelataban.Teníaquevolveralsuelodealgúnmodootodoterminaríaenseguida.

Enelsiguientecambio,dejóquelamanoresbalaraunpocoantesdeagarrarseconfuerza.Lacuerdadehiedralequemólapalma,peroahoraestabaunoscentímetrosmáscercadelsuelo.Hizolomismoconla siguiente enredadera. Y con la siguiente. Tres balanceos más tarde, ya estaba a medio camino dealcanzar el suelo del Laberinto.Un dolor infernal le estalló en los brazos; sintió las punzadas de lasmanosencarneviva.Laadrenalinaquelecorríaporlasvenasleayudóadeshacersedelmiedoysiguiómoviéndose.

Alsiguientebalanceo,laoscuridadimpidióveraThomaslanuevaparedqueselevantabafrenteaélhastaquefuedemasiadotarde;elpasilloterminabaygirabaaladerecha.

Segolpeóconlapiedraqueteníadelanteysoltólaenredaderaalaqueestabaagarrado.Agitólosbrazoseintentóagarrarseacualquiersitioparaimpedirlacaídaaldurosuelodepiedra.Enesemismoinstante,vioellaceradorporelrabillodelojo.Habíacambiadodedirecciónyestabacasiencimadeél,extendiendosuzarpadeagarre.

Thomas encontró una enredadera a mitad de camino del suelo, la cogió y los brazos casi se ledesencajaronporelparón.Seapartóde lapared, impulsándoseconambospies tanfuertecomopudo,balanceándosejustocuandoellaceradoratacóconlagarraylasagujas.Thomasdiounapatadaconlapiernaderechayalcanzóelbrazoqueteníalagarra.Unfuertechasquidorevelólapequeñavictoria,pero

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la euforia se acabócuando sedio cuentadequeel impulsode subalanceo lebajabahasta caer justoencimadelacriatura.

Llenodeadrenalina,Thomasjuntólaspiernasylassubiócontrasupecho.Tanprontocomoentróencontactoconelcuerpodel lacerador,encuyapiel sehundióunoscentímetrosdeunmodo repugnante,tomóimpulsoconlosdospies,retorciéndoseparaevitarelenjambredeagujasygarrasqueveníahaciaél en todas las direcciones. Balanceó el cuerpo hacia la izquierda y, luego, saltó hacia el muro delLaberintoparaintentaragarrarseaotraenredaderamientraslosdespiadadosinstrumentosdellaceradortratabandeagarrarlepordetrás.Sintióunprofundoarañazoenlaespalda.

Una vez más, Thomas agitó los brazos y encontró una nueva enredadera, que cogió con ambasmanos.Sesujetóalaplantalojustoparadisminuirlavelocidaddelacaídaaldeslizarsehaciaelsueloaltiempoqueignorabaelterribleardor.Encuantosuspiestocarontierrafirme,echóacorrer,apesardelagotamientodesucuerpo.

Unestruendosonódetrásdeél, seguidode loschasquidosy loszumbidosdel laceradormientrasrodaba.PeroThomassenegóadarselavuelta,puessabíaquecadasegundocontaba.

DoblóunaesquinadelLaberintoy,luego,otra.Pisandofuertesobrelapiedra,huyótanrápidocomopudo.Enalgúnlugardesumente,registrósuspropiosmovimientos,conlaesperanzadevivireltiemposuficienteparausaresainformaciónyregresaralapuerta.Derecha,despuésizquierda.Bajóporunlargopasilloyluegodoblóaladerechaotravez.Izquierda.Derecha.Dosalaizquierda.Otrolargopasillo.Lossonidosqueleperseguíannodisminuíannisedebilitaban,peroéltampocoperdíaterreno.

Continuócorriendo,conelcorazónapuntodesalírseledelpecho.Mediantegrandesbocanadasdeaireenbuscadealiento,tratabademeteroxígenoensuspulmones,perosabíaquenopodíadurarmuchomás.Sepreguntósiseríamásfácildarselavueltayluchar,acabardeunavezportodas.

Al doblar la siguiente esquina, derrapó hasta pararse debido a lo que tenía delante. Se quedómirandofijamente,resollandodeunmodoincontrolable.

Treslaceradoresrodabanenfrentemientrasclavabanlospinchosenlapiedraeibandirectoshaciaél.

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Capítulo21

Thomassediolavueltaparaverquesuperseguidorinicialaúnestabadetrásdeél,aunquehabíadisminuidounpocolavelocidad;abríaycerrabasugarrademetalcomosiestuvieraburlándosedeél,riéndose.

«Sabe que estoy acabado», pensó.Después de todo aquel esfuerzo, allí estaba, rodeado por loslaceradores.Sehabíaterminado.Trasnisiquieraunasemanadememoriasalvable,suvidaseterminaba.

Casiconsumidoporeldolor,tomóunadecisión.Ibaaluchar.Puestoquepreferíaunoenvezde tres, echó a correrhacia el laceradorque lehabíaperseguido

hastaallí.Aquellacosahorrendaseretrajounpardecentímetrosydejódemoversugarra,comosilehubieseimpresionadosuatrevimiento.Paraanimarseanteelmásmínimoindiciodevacilación,Thomasempezóagritarmientrascargabacontrasuenemigo.

El laceradorvolvióa laviday lospinchos salieronde supiel.Avanzó rodando,preparadoparachocardefrenteconelchico.AquelrepentinomovimientocasidetuvoaThomasysubreveinstantedeinsensatovalorsedesvaneció,perosiguiócorriendo.

Enel último segundoantesde la colisión, justo cuandoviode cerca elmetal, el peloy lababa,Thomasplantóelpieizquierdoytiróhacialaderecha.Incapazdedisminuirlavelocidad,ellaceradorpasó zumbando antes de detenerse con una sacudida; Thomas advirtió que la criatura semovía ahoramuchomásrápido.Conunaullidometálico,giróysepreparóparasaltarsobresuvíctima.Pero,ahoraquenoestabarodeado,Thomasteníaelcaminodespejadoporaquelladirección.

Sepusodepieenseguidayechóacorrer.Los sonidosque leperseguíanestavezerandecuatrolaceradores que se le estaban acercando. Seguro de que estaba apurando su cuerpo más allá de suslímitesfísicos,siguiócorriendo,intentandodeshacersedeladescorazonadorasensacióndequesóloeracuestióndetiempoquelealcanzaran.

Entonces,trespasillosmásabajo,dosmanostirarondeprontodeélhaciaunpasadizocolindante.AThomasselesubióelcorazónalagargantamientrastratabadesoltarse,peroparócuandosediocuentadequeeraMinho.

—¿Qué...?—¡Cállate y sígueme!—gritó Minho, llevando a Thomas a rastras hasta que este fue capaz de

ponersedepie.Sin ni siquiera un momento para pensar, Thomas recobró la calma. Juntos, corrieron por los

pasillos,girandounayotravez.Minhoparecíasaberexactamente loqueestabahaciendo,adondeiba;nuncaseparabaapensarquécaminodebíanseguir.

Aldoblarlasiguienteesquina,Minhointentóhablary,mientrastratabaderecuperarelaliento,dijoentrejadeos:

—Hevisto...elmovimientoquehashecho...ahíatrás...Mehadadouna idea...Sólo tenemosquedurar...unpocomás.

Thomasnosemolestóenmalgastarelalientohaciendopreguntas;selimitóaseguircorriendodetrásdeMinho. Sin necesidad de volver la vista, sabía que los laceradores estaban ganando terreno de unmodoalarmante.Ledolíacadacentímetrodelcuerpo,pordentroyporfuera;lasextremidadeslepedíanagritosquedejaradecorrer.Perocontinuócorriendoyesperóqueelcorazónnopararadelatir.

Unosgirosmásadelante,Thomasvioalgoenfrentedeellosquesucerebronoregistró.Parecía...estarmal.Ylatenueluzqueproveníadesusperseguidoreshizoquelararezadeaquelloresultaseaúnmásevidente.

Elpasillonoterminabaenotrapareddepiedra.Acababaennegrura.

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Thomasentrecerrólosojosmientrascorríanhaciaelmurodeoscuridadeintentócomprenderaloqueseestabanacercando.Lasdosparedescubiertasdehiedraaambosladosparecíannocruzarseconnadamásqueelcieloallíarriba.Podíaverlasestrellas.Conformeseacercaban,porfinsediocuentadequeeraunaabertura;elLaberintoseacababa.

«¿Cómo?—sepreguntó—.Despuésdeañosbuscando,¿cómopuedeserqueMinhoyyolohayamosencontradocontantafacilidad?».

Minhoparecióleerleelpensamiento:—Noteentusiasmes—dijo,casiincapazdeexpulsarlaspalabras.Unospasosantesdellegaralfinaldelpasillo,Minhosedetuvoycolocóunamanoenelpechode

Thomasparaasegurarsedequeélhacíalomismo.ThomasaminorólamarchayluegoseacercóadondeelLaberintoseabríahaciaelcielo.Lossonidosde laavalanchade laceradoresseaproximaban,peroteníaqueverlo.

EraciertoquehabíanllegadoaunasalidadelLaberinto,peroMinhohabíadichoquenoeranadaparaentusiasmarse.LoúnicoqueThomasveíaentodaslasdirecciones,arribayabajo,aunladoyaotro,eraaireyestrellasqueperdíanintensidad.Eraunavistararaeinquietante,comosiestuvieseenelbordedeluniverso.Porunmomento,elvértigoseapoderódeélylasrodillasleflaquearonantesderecobrarelequilibrio.

Estabaempezandoa romperelalba;elcieloparecíahaberse iluminadoconsiderablementeen losúltimosminutos.Thomaspermaneciómirandosindarcrédito,sinentendercómopodíaserposibletodoaquello.EracomosialguienhubieseconstruidoelLaberintoylohubieracolocadoenelcielo,flotando,paraquedarseallíenmediodelanadaelrestodelaeternidad.

—Noloentiendo—susurrósinsabersiMinhopodíaoírle.—Tencuidado—contestóelcorredor—.NoseríaselprimerpingajoquesecaeporelPrecipicio

—agarróaThomasporelhombro—.¿Tehasolvidadodealgo?—señalóconlacabezahaciaelinteriordelLaberinto.

Thomasseacordódequehabíaoídolapalabra«Precipicio»antes,peroenaquelmomentonosupodónde.Alverelcieloabiertoqueseextendíadelanteydebajodeél,habíaentradoenunaespeciedetrance.Seobligóavolveralarealidadygirólacarahacialoslaceradoresqueseaproximaban.Ahoratansóloestabanaunosdiezmetros,enfilaindia,ycargabanconganas,moviéndosesorprendentementerápido.

Entoncesloviotodoclaro,inclusoantesdequeMinholecontaraloqueibanahacer.—Puedequeesascosasseansanguinarias,peronosonmástontasporquenoseentrenan.Quédate

aquí,amilado,mirando...Thomasleinterrumpió:—Losé.Estoylisto.Arrastraronlospieshastaqueestuvieronpegadoselunojuntoalotrodelantedelabismoquehabía

enmediodel pasillo, enfrentede los laceradores.Sus talones estaban a tan sólounos centímetrosdelPrecipicio;detrásnolesesperabanadamásqueaire.Loúnicoquelesquedabaeracoraje.

—¡Tenemosqueestarsincronizados!—gritóMinho,casiahogadoporlosruidosensordecedoresdelospinchosretumbantesquerodabanporlapiedra—.¡Amiseñal!

Porquéloslaceradoressehabíanpuestoenfilaindiaeraunmisterio.AlomejorelLaberintoerademasiadoestrechoyseleshacíaincómodomoverseunosalladodeotros,asíqueavanzabanrodandouno tras otro por el pasillo de piedra, chasqueandoy gimiendo, listos paramatar.Los diezmetros seconvirtieronenapenascincoylosmonstruosyaestabanatansólosegundosdechocarcontraloschicosquelesestabanesperando.

—Preparado—dijoMinhoconfirmeza—.Aúnno...aúnno...Thomasodiócadamilésimadesegundodeaquellaespera.Sóloqueríacerrarlosojosynovolvera

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verningúnlaceradorjamás.—¡Ahora!—gritóMinho.Justocuandoelbrazodelprimerlaceradorseextendióparapincharles,MinhoyThomassalieronen

direcciones opuestas, cada uno hacia una de las paredes externas del pasillo. Aquella táctica habíafuncionadoantescuandoThomaslahabíaaplicadoy,ajuzgarporelhorribleaullidoqueseescapódelprimer lacerador, había vuelto a funcionar. El monstruo salió volando por el borde del Precipicio.Curiosamente,sugritodeguerrasecortódegolpeenvezdeirperdiendointensidad,comosicayeraenpicadoalasprofundidadesdelodesconocido.

Thomasfueapararcontralaparedysediolavueltajustoatiempodevercómolasegundacriaturacaíaporelborde,incapazdedetenerse.Laterceraplantóenlapiedraunfuertebrazoconpinchos,peroibaademasiadavelocidad.El ruidochirriantede lospinchoscortandoel suelohizoqueaThomas lerecorrieraunescalofríolaespalda,aunqueunsegundomástardeellaceradorcayóalabismo.

Comoelanterior,ningunodelosdosemitióningúnsonidoaldescender.Lacuartayúltimacriaturaenacercarsepudopararatiempo,tambaleándoseenelmismobordedel

precipiciomientrasunpinchoyunagarralasujetaban.Thomas supo qué hacer por instinto.Miró aMinho, le hizo un gesto y se dio la vuelta. Los dos

corrieronhaciaellacerador,saltaroncontralacriaturay,enelúltimosegundo,ledieronunapatadacontodas sus fuerzas para que perdiera el equilibrio. Ambos se coordinaron y enviaron almonstruo quequedabaaunamuertesegura.

Deinmediato,Thomasselevantóenelbordedelabismoyasomólacabezaparaverlacaídadeloslaceradores.Pero,porincreíblequepudieraparecer,habíandesaparecido;nisiquieraquedabaunrastrodeellosenelvacíoqueseextendíadebajo.Nada.

SumentenopudoprocesarlaideadeadóndeibaapararelPrecipiciooquéleshabíaocurridoalasterriblescriaturas.Lapoca fuerzaque lequedabadesaparecióyThomas seacurrucóhastahacerseunovilloenelsuelo.

Entonces,alfinal,rompióallorar.

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Capítulo22

Pasómediahora.NiThomasniMinhosemovieronuncentímetro.Thomas,porfin,habíadejadodellorar;nopodíaevitarpreguntarsequépensaríaMinhodeélosi

selocontaríaalosdemásylellamaríanmariquita.Peronolequedabaniunapizcadeautocontrol;nopodría haber impedido que le brotaran las lágrimas, de eso estaba seguro. A pesar de su falta dememoria,sabíaqueacababadepasar lanochemás traumáticadesuvida.Ysusmanosdoloridasysucompletoagotamientonoayudaban.

VolvióaarrastrarsehastaelbordedelPrecipicio,asomóotravezlacabezaparafijarsemejorahoraqueyahabíaamanecidodeltodo.Elcieloabiertodelantedeéleradeunfuertecolorpúrpuraque,pocoapoco,seibamezclandoconelazulintensodeldía,alqueacompañabantintesanaranjadosdelsolsobreelplanoydistantehorizonte.

SequedóconlavistaclavadaabajoyvioqueelmurodepiedradelLaberintoseguíahaciaelsuelo,convirtiéndoseenunescarpadoacantiladohastaquedesaparecíaenloquefueraquehubiesemuylejos,bajosuspies.Pero,inclusoconlaluzquecadavezeramásbrillante,continuabasinsaberloquehabíaallíabajo.ParecíacomosielLaberintoestuvieraposadosobreunaestructuraavarioskilómetrosdelsuelo.

Peroeraimposible,pensó.«Nopuedeser,tienequeserunailusión».Rodósobresuespaldamientrasemitíaunquejidoporelmovimiento.Ledolíancosasporfueray

pordentroquenisiquierasabíaqueexistieran.Almenos,laspuertasnotardaríanenabrirseypodríanregresaralClaro.EchóunvistazoaMinho,queestabaacurrucadoenlaentradadelpasillo.

—Nomepuedocreerqueaúnsigamosvivos—dijo.Minhonodijonada,sóloasintióconelrostrocarentedeexpresión.—¿Haymás?¿Olosacabamosdemataratodos?Minhoresopló.—Porsuerte,conseguimosllegaralamanecer,onohubiésemostardadoentenerdiezmásdetrásde

nuestrosculos—cambiódepostura,congestosdedolor,quejándose—.Nopuedocreérmelo,deverdad.Hemosaguantadotodalanoche.Nadielohabíahechoantes.

Thomassabíaquedeberíasentirseorgulloso,valienteoalgoparecido.Perosóloestabaexhaustoyaliviado.

—¿Quéhemoshechodiferente?—Nolosé.Esunpocodifícilpreguntarleauntíomuertoenquéseequivocó.Thomasnopodíadejardepreguntarseacercadelmodoenquehabíanacabadolosgritoscoléricos

de los laceradoresal caerporelPrecipicioypor quénohabía podidoverlos descender hastamorir.Habíaalgomuyextrañoeinquietanteentodoaquello.

—Hasidocomosidesaparecieranaltraspasarelborde.—Sí,unalocura.Habíaunpardeclarianosconlateoríadequeotrascosashabíandesaparecido,

perohemosdemostradoqueseequivocaban.Mira.ThomasobservócómoMinholanzabaunarocaalPrecipicioy,luego,siguiósutrayectoriaconlos

ojos. Bajó y bajó, sin que la perdiera de vista, hasta que se hizo demasiado pequeña para verla. SevolvióhaciaMinho.

—¿Cómodemuestraesoqueseequivocaban?Minhoseencogiódehombros.—Bueno,lapiedranohadesaparecido,¿no?—Entonces,¿quécreesquehapasado?

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Ahíhabíaalgosignificativo,Thomaslonotaba.Minhoseencogiódehombrosotravez.—Quizáseanmágicas.Medueledemasiadolacabezaparapensar.Conunasacudida,ThomasseolvidódetodolorelacionadoconelPrecipicio.Peroseacordóde

Alby.—Tenemosquevolver—hizounesfuerzoyseobligóalevantarse—.TengoquedespegaraAlby

delmuro.AlverlaexpresióndeconfusiónenelrostrodeMinho,enseguidalecontóloquehabíahechoconla

enredadera.Minhobajólavista,desanimado.—Esimposiblequeaúnestévivo.Thomassenegabaacreerlo.—¿Cómolosabes?Venga—empezóacojearporelpasillodevueltaalaentrada.—Porquenuncanadiehalogrado...—secalló,yThomassupoloqueestabapensando.—Esoesporqueloslaceradoressiempreloshabíanmatadoantesdequevosotroslosencontrarais.

AAlbysóloledieronconunadeesasagujas,¿no?MinhoselevantóparaacompañaraThomasensulentamarchadevueltahaciaelClaro.—Nolosé,supongoqueestonuncahabíasucedido.Aalgunoschicosleshabíanpicadoduranteel

día,yesossonalosquedieronelSueroylosquepasaronporelCambio.AlospobrespingajosquesequedabanatrapadosenelLaberintoporlanochenolosencontrábamoshastamástarde;aveces,inclusodíasmástarde,siesquedábamosconellos.

Thomasseestremecióalpensarlo.—Despuésdetodoporloquehemospasado,puedoimaginármelo.Minhoalzólavistaylasorpresatransformósucara.—Creoquehasencontradolasolución.Noshabíamosequivocado.Bueno,esperemosqueseaasí.

Porqueningunodeaquellosaquieneshabíanpicadoynoconsiguieronllegarantesdelapuestadesolhasobrevivido.HabíamossupuestoqueeraunpuntosinretornoyqueerademasiadotardepararecibirelSuero—parecíaestarentusiasmadoporsuformadepensar.

Doblaronotraesquinay,depronto,Minhosepusoalacabeza.Elchicoestabaacelerandoelpaso,peroThomassequedódetrásdeél,sorprendidoporlofamiliaresqueleresultabansusindicaciones;aveceshastagirabaantesdequeMinholemostraraelcamino.

—Vale...YaheoídohablardeeseSuerounpardeveces.¿Quées?¿Ydedóndeviene?—Puesyalodicelapalabra,pingajo.Esunsuero.ElSuerodelaLaceración.Thomasforzóunapenosasonrisa.—¡Justo cuando yo pensaba que ya había aprendido todo lo de este estúpido sitio! ¿Por qué lo

llamanasí?¿Yporquéloslaceradoressellamanlaceradores?MinhoseloexplicómientrasavanzabanporlosinterminablesgirosdelLaberinto,sinqueninguno

delosdosfueraahoraalfrente:—Nosédedóndesacamoslosnombres,peroelSueroprocededeloscreadoreso,porlomenos,

asíescomolesllamamos.VieneconlasprovisionesenlaCajacadasemana,siemprehasidoasí.Esunamedicinaounantídotooalgoquevadentrodeunajeringuilla,listoparaquelousemos—hizocomosisepincharaunaagujaenelbrazo—.Selepinchaesamalditacosaalquehanpicadoysesalva.PasanporelCambio,loqueesunamierda,perodespuéssecuran.

TranscurrióunminutoodosensilenciomientrasThomasprocesabalainformacióny,enesetiempo,giraronunpardevecesmás.Sepreguntópor elCambio,por loque significaba.Y,por alguna razón,siguiópensandoenlachica.

—Aunqueesraro—continuóMinhoporfin—.Nuncahemoshabladodeesto.Siestávivo,nohayningúnmotivo por el queAlby no pueda salvarse con el Suero. No sé por qué teníamos en nuestrascabezasdecloncque,unavezquelaspuertassecerraran,estabasacabado;findelahistoria.Tengoque

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verconmispropiosojosesoquehashechodecolgarleenlapared.Creoquemeestásfucando.Loschicossiguieroncaminando.Minhocasiparecíacontento,peroalgofastidiabaaThomas.Había

estadoevitándolo,negándoseloasímismo.—¿YsiotrolaceradoralcanzóaAlbydespuésdequeyoesquivaraalquemeestabapersiguiendo?Minholemiró,perplejo.—Loquequierodeciresquevayamosrápido—dijoThomas,conlaesperanzadequetodoloque

sehabíaesforzadoparasalvaraAlbynohubierasidoenvano.Intentaronacelerarelpaso,pero loscuerpos lesdolíandemasiadoydecidieronvolveracaminar

despacio,apesarde laurgencia.Lasiguientevezquedoblaronunaesquina,Thomasse tambaleóyelcorazónempezóalatirlemuydeprisacuandocaptóunmovimientodelante.ElalivioleinundóuninstantedespuésaldarsecuentadequeeranNewtyungrupodeclarianos.LaPuertaOestedelClarosealzabasobreellosyestabaabierta.Habíanconseguidovolver.

Encuantoaparecieronloschicos,Newtseacercócojeandohastaellos.—¿Quéhapasado?—preguntó,casienfadado—.¿Cómodemonios...?—Telocontaremosmástarde—leinterrumpióThomas—.TenemosquesalvaraAlby.Newtsepusopálido.—¿Quédices?¿Estávivo?—Venaquí.Thomas se dirigió a la derecha y estiró el cuello para mirar hacia la parte superior del muro,

buscandoentre lasespesasenredaderashastaqueencontróel lugardondeAlbyestabacolgadode losbrazosydelaspiernasmuyporencimadesuscabezas.Ensilencio,Thomasloseñaló;aúnnoseatrevíaarelajarse.Aúnestabaallí,ydeunapieza,peronohabíaseñalesdemovimiento.

Newt, al final, vio a su amigo colgandoen lahiedray sevolvióhaciaThomas.Si antesparecíaimpresionado,ahoraestabatotalmentedesconcertado.

—;Está...vivo?«Porfavor,queasísea»,pensóThomas.—Nolosé.Loestabaantes,cuandoledejéallíarriba.—Cuando ledejaste...—Newtnegócon lacabeza—.TúyMinho, llevaddentrovuestrosculosy

que losmediqueros comprueben si estáis bien.Tenéis un aspectohorrible.Quierooír toda la historiacuandohayanacabadoyhayáisdescansadounpoco.

Thomasquería esperarparaver siAlbyestababien.Empezóahablar, peroMinho le agarródelbrazoyleobligóacaminarhaciaelClaro.

—Necesitamosdormir.Yvendajes.Ya.YThomassupoqueteníarazón.Cedió,alzólosojoshaciaAlbyyluegosiguióaMinhohastasalir

delLaberinto.

***

ElcaminodevueltaalClaroyluegohastalaHaciendaparecíainterminable;aambosladoshabíauna fila de clarianos que lesmiraban boquiabiertos. Sus rostros reflejaban sobrecogimiento, como siestuvieran contemplando dos fantasmas paseándose por un cementerio. Thomas sabía que era porquehabíanconseguidoalgoquenadieanteshabíahecho,peroleavergonzabaatraertantaatención.

Casi se paró en seco cuando vio aGallymás adelante, de brazos cruzados, fulminándole con la

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mirada,perosiguiómoviéndose.Hizofaltatodasufuerzadevoluntad,perolemiródirectamentealosojos, sin perder el contacto ni por un momento. Cuando estuvo a un metro y medio de distancia, elmuchachobajólamiradaalsuelo.

AThomascasilemolestólobienquesesintió.Casi.Lossiguientesminutosfueronborrosos.UnpardemediquerosleacompañóalaHacienda;subiólas

escalerasy,porunapuertaentreabierta,alcanzóaveraalguiendandodecomeralachicacomatosa,queestabaenunacama; luego lesmetieronensupropiahabitación,en lacama, lesdieroncomida,aguayvendajes.Ledolíatodo.Porfinledejaronasolas,conlacabezaapoyadaenlaalmohadamásblandaquesumemoriapodíarecordar.

Pero,mientrassequedabadormido,doscosasnoseapartarondesumente.Laprimera,lapalabraquehabíavistogarabateadaeneltorsodedoscuchillasescarabajo,«CRUEL»,yquedabavueltasensucabezaunayotravez.

Lasegundaeralachica.

***

Horasmás tarde,díaspor loque luegosupo,Chuckaparecióallíy lezarandeóparadespertarlo.Thomastardóunossegundosenorientarseyverconclaridad.MiróaChuckyrefunfuñó:

—Déjamedormir,pingajo.—Creíaquetegustaríasaberlo.Thomassefrotólosojosybostezó.—Saber,¿qué?—volvióamiraraChuck,confundidoporsugransonrisa.—Estávivo—dijo—.Albyestábien,elSuerohafuncionado.ElestadosomnolientodeThomasleabandonóenseguidaylosustituyóelalivio.Lesorprendíala

alegría que le había traído aquella información. Pero, entonces, las siguientes palabras de Chuck lehicieronreconsiderarlo:

—ElCambioacabadeempezar.Comosilohubiesenprovocadoaquellaspalabras,ungritoquehelabalasangresaliódeunadelas

habitacionesdelpasillo.

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Capítulo23

Thomasestuvomucho tiempopensandoenAlby.Leparecíaunavictoriahaberlesalvado lavida,traerledevueltadespuésdeunanocheenelLaberinto.Pero¿habíavalidolapena?Ahoraelchicoestabapadeciendounintensodolor,estabapasandoporlomismoqueBen.¿YsiseconvertíaenunpsicóticocomoBen?Veíaproblemasportodaspartes.

ElocasocayósobreelClaroylosgritosdeAlbycontinuabanenelaire.Eraimposibleescapardeaquel terrible sonido, inclusodespuésdequeThomasal finalhablaracon losmediquerosparaque lesoltaran;estabacansado,doloridoyvendado,perohartodelosdesgarradoresgemidosdeangustiadesulíder.NewtsehabíanegadorotundamentecuandoThomashabíapedidoverenpersonaaaquelporelquehabíaarriesgadolavida.

«Sóloempeorarálascosas»,habíadicho,ynohabíacambiadodeopinión.Thomasestabademasiadoagotadoparaponerseapelear.Noteníaniideadequepudierasentirse

tanexhausto, apesarde todas lashorasquehabíadormido.Ledolíademasiadoel cuerpoparahacernadaysehabíapasadotodoeldíaenunbancodelosalrededoresdelosMuertos,regodeándoseenladesesperación.Laeuforiadesuhuidasehabíadesvanecidoenseguidaylehabíadejadollenodedolorypensamientosde sunuevavidaenelClaro.Ledolían todos losmúsculos, estabacubiertodecortesycardenalesdelacabezaalospies.Peronisiquieraesoeratanmalocomoelgranpesoemocionaldeloquehabíaexperimentadolanocheanterior.Eracomosilarealidaddevivirallíporfinhubiesecaladoensumente,comocuandoseoyeeldiagnósticodeuncáncerterminal.

«¿Cómo se podía ser feliz con una vida como aquella?—pensó—. ¿Cómo alguien podía ser tanmalvadoparahacerunacosaasí?».

EntendíamásquenuncalapasiónconlaquelosclarianosbuscabanlasalidadelLaberinto.Noerasólocuestióndeescapar.Porprimeravez,sintióganasdevengarsedelosresponsablesdeenviarleallí.

Pero aquellos pensamientos sólo le llevaban a la desesperanza que le había inundado ya tantasveces.SiNewtylosdemásnohabíansidocapacesderesolverelLaberintoendosañosdebúsqueda,leparecíaimposiblequehubieseunasolución.Elhechodequelosclarianosnosehubieranrendidodecíamásdeaquellaspersonasquecualquierotracosa.Yahoraéleraunodeellos.

«Estaesmivida—pensó—.Vivoenunlaberintogigante,rodeadodeunasbestiashorribles».Latristezaleinvadiócomounfuerteveneno.LosgritosdeAlby,ahoradistantesperoaúnaudibles,

sóloloempeoraban.Teníaquetaparselosoídosconlasmanoscadavezquelosescuchaba.Al final, el día se terminó y la puesta de sol trajo el familiar chirrido de las cuatro puertas al

cerrarse durante la noche. Thomas no tenía recuerdos sobre su vida antes de laCaja, pero sabía quehabíanacabadolaspeoresveinticuatrohorasdesuexistencia.

Justodespuésdequeoscureciera,Chucklellevóalgodecenayungranvasodeaguafría.—Gracias—dijoThomas, y sintió una oleada de cariñopor elmuchacho.Sacódel plato con la

cuchara la terneray los fideos tandeprisaque losbrazos ledolieronalmoverse—.Lonecesitabadeverdad—mascullómientrasdabaunbuenbocado.Bebióungransorbodeaguayluegovolvióaatacarlacomida.Nosehabíadadocuentadelohambrientoqueestabahastaqueempezóacomer.

—Eresasquerosocuandocomes—contestóChuck,sentadoenelbancoasulado—.Escomoveruncerdomuertodehambrecomiéndosesupropiaclonc.

—Quégracioso—replicóThomasconuntonodevozsarcástico—.Deberíasiraentreteneraloslaceradores,aversileshacesreír.

ThomassesintiómalalverporuninstanteenelrostrodeChuckquelehabíaherido,peroaquelsentimientodesapareciótanrápidocomohabíaaparecido.

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—Esomerecuerdaqueereslacomidilladelpueblo.Thomasseenderezó,sinestarmuysegurodecómolesentabaaquellanoticia.—¿Yquésesuponequesignificaeso?—Vaya,déjamepensar.Primero,salesalLaberintocuandosesuponequenotienesquehacerlopor

lanoche.Luego,teconviertesenunaespeciedetíorarodelajunglaquetrepaporenredaderasyataagenteporlasparedes.Después,eresunadelasprimeraspersonasensobrevivirunanocheenterafueradelClaro, ypara colmomatas cuatro laceradores. ¿Nopuedes imaginarte dequé estánhablando esospingajos?

Una oleada de orgullo invadió el cuerpo deThomas y luego se esfumó. Se puso enfermo por lafelicidad que acababa de sentir. Alby todavía estaba en cama, gritando con todas sus fuerzas,posiblementedeseandolamuerte.

—FueideadeMinhoengañarlesparaquefuesenhaciaelPrecipicio,nomía.—No,segúnél.Teviohaceresodeesperarymoverterápido,yentoncesfuecuandoseleocurrió

repetirlomismoenelPrecipicio.—¿Esperar y moverme rápido? —preguntó Thomas, poniendo los ojos en blanco—. Cualquier

idiotadelmundolohubierahecho.—Notehagaselmodestoconnosotros,loquehicisteesunapasada.Loquehicisteislosdos,túy

Minho.Thomastiróelplatovacíoalsuelo,enfadadoderepente.—Entonces,¿porquémesientocomounamierda,Chuck?¿Mequieresresponderaeso?ThomasbuscóenlacaradeChuckunarespuesta,pero,porlapintaquetenía,noselapodíadar.El

niñosequedóallísentadoconlasmanosjuntasmientrasseechabahaciadelantesobresusrodillas,conlacabezainclinada.Alfinal,murmuróbajito:

—Porlamismarazónporlaquetodosnossentimoscomounamierda.Sequedaronensilenciohastaque,unosminutosmás tarde,Newtseacercóconaspectodeser la

muerteandante.Sesentóenelsuelodelantedeellos, tan tristeypreocupadocomocualquierapudieraestar.Aunasí,Thomassealegródetenerleallí.

—Creoquelapeorpartehapasado—dijoNewt—.Elhijodeputaestarádurmiendounpardedíasyluegosedespertarábien.Quizádéalgúngritodevezencuando.

Thomas no podía imaginarse lo terrible que era aquella experiencia, pero todo el proceso delCambiotodavíaeraunmisterioparaél.Sevolvióhaciaelchicomayor,intentandohacertodoloposibleparaparecerdespreocupado.

—Newt,¿quéesloquepasaahíarriba?Enserio,noentiendodequévaesodelCambio.LareaccióndeNewtsobresaltóaThomas:—¿Ycreesquenosotrossí?—lesoltó,conlosbrazosalzados,yluego,albajarlos,segolpeólas

rodillas—.Loúnicoquesabemosesquelosmalditoslaceradorestepicanconsusasquerosasagujasy,sinoteinyectanelSuerodelaLaceración,temueres.SiteponenelSuero,tucuerposevuelvelocoysesacude,tupielbulle,seponedeuncolorverdemuyraro,ytevomitasencima.¿Esaexplicacióntebasta,Tommy?

Thomas frunció el entrecejo.Noquería alterar aNewtmás de lo que ya estaba, pero necesitabarespuestas.

—Oye,séqueesunamierdaveratuamigopasarporeso,peroquierosaberloquedeverdadestápasandoahíarriba.¿PorquélollamáiselCambio?

Newtserelajó,hastaparecióencoger,ysuspiró.—Tetraerecuerdos.Sólofragmentosaislados,peroseguroquesonrecuerdosdeantesdevenira

este horrible lugar. Todos los que pasan por eso se vuelven unos malditos psicóticos cuando acaba,aunque no suelen ponerse tanmal como el pobreBen.De todosmodos, es como si te devolviesen tu

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antiguavidasóloparaarrebatárteladenuevo.LamentedeThomasdabavueltasatodavelocidad.—¿Estásseguro?—preguntó.Newtparecíaconfundido.—¿Quéquieresdecir?¿Siestoysegurosobrequé?—¿Cambianporquequierenvolverasuantiguavidaoesporqueestánabatidosaldarsecuentade

quesuotravidanoeramejorquelaquetenemosahora?Newtselequedómirandounsegundoyluegoapartólavista,porlovistoreflexionando.—Los pingajos que lo han experimentado luego nunca hablan de eso. Se vuelven... diferentes.

Desagradables.HayunpuñadoporelClaro,peronosoportoestarconellos—suvozeradistanteysusojossehabíandesviadohaciaciertopuntoperdidoenelbosque.ThomassabíaqueestabapensandoenqueAlbyyanuncavolveríaaserelmismo.

—Dímeloamí—metióbazaChuck—.Gallyeselpeordetodos.—¿Sesabealgonuevodelachica?—preguntóThomas,cambiandodetema.Noestabadehumor

parahablardeGally.Además,seguíapensandoenella—.Hevistoalosmediquerosdándoledecomerarriba.

—No—contestóNewt—.Sigueenelpuñeterocomaoloqueseaeso.Devezencuando,farfullaalgo,cosassinsentido,comosiestuviesesoñando.Come,pareceseguirbien.Estodomuyraro.

Acontinuaciónhubounalargapausa,comosilostrestratarandeencontrarunaexplicaciónalodelachica.Thomassepreguntóotravezporquésentíaaquella inexplicableconexiónconella.Sehabíadebilitadounpoco,peroesopodríadeberseatodolodemásqueocupabasucabeza.

Finalmente,Newtrompióelsilencio:—Bueno,losiguienteesverquéhacemosconTommy.Thomasseespabilóaloíraquello,confundidoporlaafirmación.—¿Hacerconmigo?¿Dequéestáshablando?Newtselevantóyestirólosbrazos.—Haspuestoestesitiopatasarriba,malditopingajo.LamitaddelosclarianoscreequeeresDiosy

laotramitadquieretirartuculoporelagujerodelaCaja.Haymuchodequehablar.—¿Comoqué?—Thomasnosabíaquéeramásinquietante,quelagentepensaraqueeraunaespecie

dehéroeoquealgunosdesearanquenoexistiera.—Paciencia—respondióNewt—.Loaveriguaráscuandotedespiertes.—¿Mañana?¿Porqué?—aThomasnolegustabacómosonabaaquello.—HeconvocadounaReunión.Ytúestarásallí.Ereslaúnicapuñeteracosaenelordendeldía.Y,aldeciraquello,sediolavueltaysemarchó,dejandoaThomasconlapreguntadeporquéhacía

faltaunaReuniónparahablarsólodeél.

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Capítulo24

A lamañana siguiente,Thomas se encontró sentado enuna silla, ansiosoypreocupado, sudando,enfrentedeoncechicosquedescansabanenunosasientoscolocadosensemicírculoasualrededor.Encuanto secalmó, sediocuentadequeeran losguardianesy,para sudisgusto, aquello significabaqueGallyeraunodeellos.HabíaunasillajustoenfrentedeThomasqueestabavacía;nohacíafaltaqueledijeranquesetratabadeladeAlby.

EstabansentadosenunagransaladelaHaciendaenlaqueThomasnohabíaestadoantes.Apartedelassillas,nohabíamásmuebles,salvounamesitaenunrincón.Lasparedeserandemadera,igualqueelsuelo,ypor lovistonadie sehabíamolestadoenhacerqueaquel sitio fueramásacogedor.Nohabíaventanas;lahabitaciónolíaamohoyalibrosviejos.Thomasnoteníafrío,perotemblódetodosmodos.AlmenossesentíaaliviadoporqueNewtestabaallí,sentadoaladerechadelasientovacíodeAlby.

—Enrepresentacióndenuestrolíder,queestáenfermoenlacama,declarocomenzadaestaReunión—anuncióponiendolosojosenblancosutilmente,comosiodiaracualquiercosaqueseacercaraalasformalidades—.Comotodossabéis,losúltimosdíashansidounamalditalocura,ylamayorpartesehacentradoennuestrojudíaverde,Tommy,sentadoantenosotros.

Thomassesonrojódevergüenza.—Yanoesun judíaverde—repusoGallyconsuvoz ronca, tangraveycruelquecasi resultaba

cómica—.Ahoratansóloesalguienqueharotolasnormas.Aquello dio pie a un alboroto de murmullos y susurros, pero Newt les hizo callar. De pronto,

Thomasquisoestarlomáslejosposibledeaquellasala.—Gally—dijoNewt—,intentaguardarelpuñeteroorden.Sivasaabrirtufucabocacadavezque

digaalgo,másvalequetepires,porquenoestoydemuybuenhumor.AThomasleentraronganasdeaplaudiraloíraquello.Gallysecruzódebrazosyserecostóenla

silla,conelentrecejofruncidodeformatanforzadaqueThomascasisoltóunacarcajada.Cadavezlecostabamáscreerqueaquel tipo lehubieraaterrorizadohacía tansóloundía;ahora leparecía tonto,hastapatético.

NewtlelanzóunamiradaasesinaaGallyy,después,continuóhablando:—Mealegrodequelohayamosaclarado—volvióaponerlosojosenblanco—.Elmotivoporel

queestamosaquíesporquecasitodosloschicosdelClarohanvenidoamílosúltimosdíastantoparaquejarse de Thomas como para pedirme su puñetera mano en matrimonio. Tenemos que decidir quévamosahacerconél.

Gallyseinclinóhaciadelante,peroNewtleinterrumpióantesdequepudiesedecirnada:—Yatellegaráelturno,Gally.Cadacosaasutiempo.YTommy,nopuedesdecirnadahastaqueno

setepregunte.¿Teparecebien?—esperóaqueThomasasintieraparadarsuconsentimiento,quefuearegañadientes,yseñalóalchicosentadoenelextremoderecho—.Zart,alazar,puedesempezar.

Se oyeron unas risitas cuando Zart, el grandullón callado que vigilaba los Huertos, cambió deposturaensuasiento.MiróaThomascomosifueramásraroqueunazanahoriaenunatomatera.

—Bueno—empezóadecirZart,mirandoasualrededorcomosiesperaraquealguienledijeraloqueteníaquedecir—,nosé.Harotounadenuestrasnormasmásimportantes.Nopodemosdejarquelagentepiensequeesoestábien—hizounapausa,bajólavistahaciasusmanosysefrotólosojos—.Peroél...estácambiandocosas.Ahorasabemosquepodemossobrevivirahífuerayvenceraloslaceradores.

ElalivioinundóaThomas.Teníaaalguienmásdesulado.SehizolapromesadesermuysimpáticoconZart.

—¡Ah,nomefastidies!—soltóGally—.MeapuestoloqueseaaquefueMinhoelquesedeshizo

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deesasestúpidascosas.—¡Gally,cierraelpico!—gritóNewt,quesepusodepieestavezparadarlemásefecto;Thomas

volvióatenerganasdeaplaudir—.Ahoramismoyosoyelmalditopresidentey,comooigaotrapuñeterapalabrasalirdetubocacuandonotetocahablar,prepararéotrodestierroparati,infeliz.

—Porfavor—susurróGallyconsarcasmoyvolvióafruncirelceñodeformaridículamientrasserepantigabadenuevoensusilla.

NewtsesentóylehizoungestoaZart.—¿Esoestodo?¿Algunarecomendaciónoficial?Zartnegóconlacabeza.—Vale.Elsiguiente,Fritanga.Elcocinerosonrióatravésdesubarbaysesentómásrecto.—El pingajo tiene más huevos de los que he frito en el último año—hizo una pausa como si

esperaraquelosdemásserieran,peronadielohizo—.¡Estoesunatontería!LesalvalavidaaAlby,mataunparde laceradoresyestamosaquísentadosdándolea la lenguaparaverquéhacemosconél.ComodiríaChuck,estoesunmontóndeclonc.

ThomasquisoacercarseaFritangaparaestrecharlelamano.Habíadichoexactamentelomismoqueélpensabasobretodoaquello.

—¿Yquéesloquesugieres?—preguntóNewt.Fritangasecruzódebrazos.—MételoenelmalditoConsejoyhazquenosenseñetodoloquehizoahífuera.Las voces estallaron en todas las direcciones y Newt tardómediominuto en calmar a la gente.

Thomashizoungestodedolor.Fritanga había ido demasiado lejos con su sugerencia y casi había invalidado su buena opinión

sobretodoaquellío.—Muybien,anotado—dijoNewtmientraslaescribíaenunbloc—.¡Quetodoelmundosecalle,

vaenserio!Conocéislasreglas:seaceptantodaslasideasytodospodréisdecirloquepensáiscuandovotemos—terminódeescribiryseñalóaltercermiembrodelConsejo,unmuchachoalqueThomasnohabíaconocidotodavía,conelpelonegroylacarapecosa.

—Yonotengounaopinión—declaróeste.—¿Qué?—preguntóNewt, enfadado—. Puesmenuda elección hicimos contigo para el Consejo,

entonces.—Lo siento, de verdad que no la tengo —se encogió de hombros—. Si tengo que decir algo,

supongoqueestoydeacuerdoconFritanga.¿Porquévamosacastigaraunchicoporhaberlesalvadolavidaaalguien?

—Entonces,síquetienesunaopinión,¿no?—insistióNewtconellápizenlamano.ElmuchachoasintióyNewtloapuntóensulibreta.Thomascadavezestabamásaliviado.Parecía

quelamayoríadelosguardianesestabaasufavor,noensucontra.Aunasí,loestabapasandomuymalahí sentado. Tenía unas ganas terribles de hablar, pero se esforzó por seguir las órdenes de Newt ypermaneciócallado.

ElsiguienteeraWinston,elchicollenodeacné,elguardiándelaCasadelaSangre.—Creoquedeberíamoscastigarlo.Noteofendas,verducho,peroNewt,túsiempreestásinsistiendo

enquetienequehaberorden.Sinolecastigamos,daremosmalejemplo.HarotolaNormaNúmeroUno.—Vale—dijoNewt,escribiendoensubloc—.Entonces,tusugerenciaeselcastigo.¿Dequétipo?—CreoquedeberíamosmeterloenelTrulloduranteunasemanaapanyagua,ynos tenemosque

asegurardequetodoelmundoseentereparaquenoseleocurranideas.GallyaplaudióyrecibióunamiradaasesinadeNewt.AThomasselecayóelalmaalospies.Dos

guardianesmáshablaron,unoafavordeFritangayelotroafavordeWinston.AhoraletocabaaNewt.

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—Estoydeacuerdocontodosvosotros.Deberíamoscastigarlo,perotambiéntenemosqueencontrarunmododeutilizarlo.Mereservomisugerenciahastaoírladetodosvosotros.Siguiente.

Thomas soportaba todaaquella charla sobreuncastigomenosaúnquemantener labocacerrada.Pero, en el fondo, no podía llevarles la contraria. Por raro que pareciese después de lo que habíaconseguido,eraciertoquehabíarotolareglamásimportante.

Siguieron recorriendo la fila. Algunos pensaban que debían elogiarlo y otros que tenían quecastigarlo.Olasdoscosas.Thomasapenaspodíaseguirescuchandomientrasesperabaloscomentariosdelosdosúltimosguardianes,GallyyMinho.ElúltimonohabíadichoniunapalabradesdequeThomashabíaentradoenlasala;estabaallísentado,tiradoenlasilla,comosillevaraunasemanasindormir.

Gallyhablóprimero:—Creoqueyahedejadobienclaramiopinión.«Genial—pensóThomas—.Puessigueconelpicocerrado».—Bien—dijoNewt,yvolvióaponerlosojosenblanco—.Entonces,siguetú,Minho.—¡No!—chillóGally,haciendosaltarensusasientosaunpardeguardianes—.Quierodeciralgo.—Puesdilodeunapuñeteravez—respondióNewt.ThomassesintióunpocomejoralverqueelpresidentedelConsejodespreciabaaGallycasitanto

comoélmismo.AunqueThomasyanoleteníamiedo,todavíaodiabaaaqueltíohastalamédula.—Pensadlo—empezóGally—.Este gilipullo aparece en laCaja, haciéndose el confundido y el

asustado.Unos díasmás tarde, está corriendo por el Laberinto con los laceradores, como si fuera eldueñodeestesitio.

Thomas se hundió en la silla y esperó que los demás no hubieran pensado nada de eso. Gallycontinuódespotricando:

—Creo que todo ha sido un numerito. ¿Cómo ha podido hacer todo lo que ha hecho ahí fueradespuésdetanpocosdías?Nomelotrago.

—¿Quéintentasdecir,Gally?—preguntóNewt—.¿Porquénolodicesclarodeunamalditavez?—Creoqueesunespíadelagentequenospusoaquí.OtrotumultoexplotóenlasalayThomasnopudohacernadamásquesacudirlacabeza;nosele

ocurríadedóndesacabaGallyesas ideas.Porfin,Newtcalmóa todosdenuevo,peroGallynohabíaacabado:

—Nopodemosconfiarenestepingajo—continuó—.Aldíasiguientedequeapareciera,vieneunachica psicópata y suelta que las cosas van a cambiar, con esa nota tan rara agarrada en la mano.Encontramos un laceradormuerto.Thomas, convenientemente, pasa una noche en elLaberinto y luegotratadeconvencera todoelmundodequeesunhéroe.PeroniMinhoninadie leviohacer lode lasenredaderas.¿CómosabemosquefueelverduchoelqueatóaAlbyallíarriba?

Gallyhizounapausa.NadiedijoniunapalabradurantevariossegundosyelpánicocrecióenelpechodeThomas.¿EnseriocreíanloqueGallyacababadedecir?Estabaansiosopordefenderseycasirompióelsilencioporprimeravez,pero,antesdequepudierahablar,Gallysiguióconsudiscurso:

—Están pasando demasiadas cosas extrañas y todo empezó cuando este verducho cara fucoapareció.YdalacasualidaddequehasidolaprimerapersonaensobrevivirunanocheenelLaberinto.Algonovabieny,hastaque loaverigüemos, recomiendooficialmenteque loencerremosenelTrulloduranteunmesyluegovolvamosarevisarsucaso.

SealzóotroalborotoyNewtescribióalgoensulibreta,negandoconlacabezatodoeltiempo,loqueinfundióaThomasunpocodeesperanza.

—¿Hasterminado,capitánGally?—preguntóNewt.—Deja de ser tan sabihondo, Newt—soltó con la cara roja—. Lo digo muy en serio. ¿Cómo

podemos confiar en este pingajo enmenos de una semana?No rechacesmi propuesta sin ni siquierapensarenloqueestoydiciendo.

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Porprimeravez,Thomas sintióunpocodeempatíaporGally.Tenía razónsobrecómo leestabatratandoNewt.Alfinyalcabo,Gallyeraunguardián.«Peroaúnleodio»,pensó.

—Muybien,Gally—dijoNewt—.Losiento.Teheescuchadoytodostendremosenconsideracióntumalditasugerencia.¿Hasacabado?

—Sí,heacabado.Ytengorazón.SinmáspalabrasporpartedeGally,NewtseñalóaMinho.—Adelante.Ereselúltimo,peronoelmenosimportante.ThomasestabaeufóricodequeporfinletocaraaMinho,segurodequeesteledefenderíahastael

final.Minhoselevantóenseguidaycogióatodoelmundodesprevenido.—Yoestuveallífuerayviloqueestetíohizo.Élsemantuvofuertemientrasyoactuabacomoun

gallina conmedias.Nohablaré comouna cotorra comohahechoGally.Quierodecirmi sugerenciayacabarconestodeunavez.

Thomasaguantólarespiración,preguntándosequédiría.—Bien—convinoNewt—.Dínosla,entonces.MinhomiróaThomas.—Propongoqueestepingajomesustituyacomoguardiándeloscorredores.

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Capítulo25

Un silencio total invadió la habitación, como si el mundo se hubiera paralizado, y todos losmiembrosdelConsejosequedaronmirandoaMinho.Thomassequedósentado,atónito,esperandoqueelcorredordijeraqueeraunabroma.

Finalmente,Gallyrompióelhechizoallevantarse.—¡Esoesabsurdo!—miróaNewtyseñalóaMinho,quesehabíasentadodenuevo—.Deberíamos

echarledelConsejopordecirsemejantetontería.La pena que podía haber sentido Thomas porGally, aunque remota, desapareció del todo al oír

aquellafrase.AlgunosguardianesparecieronestardeacuerdoconlasugerenciadeMinho,comoFritanga,quese

puso aplaudir para ahogar la vozdeGally y gritó que empezara la votación.Otros, no.WinstonnegórotundamenteconlacabezaydijoalgoqueThomasnoalcanzóaoír.Cuandotodoelmundocomenzóahablar a la vez, Thomas apoyó la cabeza en las manos y esperó a que terminaran, aterrorizado eintimidadoalmismotiempo.¿PorquéMinhohabíadichoeso?

«Tiene que ser una broma—pensó—.Newt dijo que se tarda una eternidad sólo en llegar a sercorredor, y no digamos ya en convertirse en guardián». Volvió a levantar la vista, deseando queestuvieranamilkilómetrosdedistancia.

Porfin,Newtbajósublocysaliódelsemicírculo,gritandoparaque lagentesecallara.Thomascontemplócómo,alprincipio,nadieparecíaoíraNewtniadvertir supresencia.Sinembargo,pocoapoco,elordensefuerestableciendoytodossesentaron.

—¡Foder!—exclamó Newt—. Nunca había visto tantos pingajos actuando como bebés de teta.Puede que no lo parezcamos, pero por aquí somos adultos. Actuad como tales o disolveremos estemalditoConsejoyempezaremosdecero—caminódeunextremoaotrodelafilacurvadadeguardianessentadosymiróacadaunodeellosalosojosmientrashablaba—.¿Estáclaro?

Elsilencioseextendióporelgrupo.Thomasesperabamásarrebatos,perosesorprendióalverquetodosasentíanconlacabeza,inclusoGally.

—Bien—Newt caminó de vuelta a su silla, se sentó y puso el bloc en su regazo.Escribió unaslíneasenelpapelyluegomiróaMinho—.Esoesunacloncmuyseria,hermano.Losiento,perotendrásqueelaborarlounpocomássiquieresquesigaadelante.

Thomasnopudoevitar tenerganasdeoírsucontestación.Minhoparecíaagotado,peroempezóadefendersupropuesta:

—Seguroqueesmuyfácilparavosotros,pingajos,sentarosaquíparahablardealgodeloquenotenéisniidea.SoyelúnicocorredordeestegrupoyNewteslaotraúnicapersonaquehayaquíquehaestadofueraenelLaberinto.

—No,sitienesencuentaqueyo...—tercióGally.—¡No!—gritóMinho—.Ycréeme,ni túninadie tiene lamásremota ideade loqueesestarahí

fuera.AtisólotepicaronporquerompistelamismanormadelaqueestásculpandoaThomas.Esosellamahipocresía,carafuco,pedazode...

—Basta—interrumpióNewt—.Defiendetupropuestayacabaya.Latensiónerapalpable;Thomasnotabacómoelaireenlasalasehabíaconvertidoencristalque

podíahacerseañicosencualquiermomento.TantoGallycomoMinhoteníanlascarastantensasyrojasqueparecíaqueibanaexplotar,peroporfindejarondemirarse.

—Bueno, escuchadme —continuó Minho mientras volvía a sentarse—. Nunca había visto nadaparecido.Noleentróelpánico.Nosequejóni lloró, tampocoparecíaasustado.Tíos,sólo llevaaquí

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unosdías.Pensaden cómoestábamosnosotros al principio.Acurrucados enun rincón,desorientados,llorandoa todashoras, sin confiar ennadieynegándonos ahacer todo.Todos actuamos igualdurantesemanasomeses,hastaquenotuvimosmásremedioquefucarnosyvivir—MinhosevolvióalevantaryseñalóaThomas—.Justounosdíasdespuésdequeestetíoapareciera,salealLaberintoparasalvaradospingajosqueapenasconoce.Todaesacloncdequeharotounanormaesunaestupidez.Nisiquierasabecuálessonlasnormastodavía.PeromuchagentelehabíadichocómoeraelLaberinto,sobretodopor la noche, y aun así salió ahí fuera, justo cuando la puerta se estaba cerrando, porque había dospersonasquenecesitabanayuda—respiróhondocomosiganarafuerzasconsuspalabras—.Peroesofuesólo el principio.Después,mevio a abandonar aAlby, dejarlo allí para que semuriera.Yyo era elveterano, el que tenía toda la experiencia y el conocimiento. Así que, cuando Thomas vio que memarchaba, no debería habérselo cuestionado. Pero sí lo hizo. Pensad en la fuerza de voluntad y elesfuerzoqueledebiódesuponersubiraAlbyalapared,centímetroacentímetro.Nidecoña.Seríaunalocuratotal.

»Peronofueasí.Entoncesllegaronloslaceradores.LedijeaThomasquenosteníamosqueseparary empezar a poner en práctica las maniobras de evasión, según el procedimiento habitual. Thomas,cuandodeberíahabersemojadolospantalones,tomóelcontrol,desafiótodaslasleyesdelafísicaylagravedadparasubiraAlbyalmuro,esquivóaloslaceradores,derrotóauno,encontró...

—Yalopillamos—soltóGallybruscamente—.Tommyesunpingajoconsuerte.Minhosevolvióhaciaél.—¡No,fucoinútil,nolohaspillado!Llevodosañosaquíynuncahabíavistonadaigual.Paraquetú

ahoramevengas...Minhosecalló,sefrotólosojosygruñó,llenodefrustración.Thomassediocuentadequeteníala

bocaabierta.Sentíadiversasemociones:apreciabaaMinhoporhaberledefendidodelantedetodos,nosepodíacreerlaagresividadcontinuadeGallyyledabamiedocuálseríaladecisiónfinal.

—Gally—dijoMinhoconlavozmáscalmada—,noeresmásqueunmariquitaqueniunasolavezhapedidosercorredorosehapresentadoalaprueba.Notienesderechoahablarsobrecosasquenoentiendes.Asíquecállatelaboca.

Gallysepusodepieotravez,echandochispas.—Como vuelvas a decir algo así, te romperé el cuello aquímismo, delante de todos—le salía

salivadelabocamientrashablaba.Minhoserió;después,levantólapalmadelamanoyempujóaGallyenlacara.Thomassemedio

levantóalveralclarianocaerhaciaatrásyestrellarsecontra lasilla,quese rompióendos.Gallysequedódespatarradoenelsuelo,luegotratódeponersedepieeincorporarse.MinhoseacercóypisólaespaldadeGallyparaaplastarsucuerpocontraelsuelo.

Thomassedejócaerenlasilla,atónito.—Telojuro,Gally—dijoMinhoconsorna—,niseteocurraamenazarmeotravez.Nisiquierame

vuelvasadirigirlapalabra.Jamás.Silohaces,teromperétufucocuello,despuésdehacerlomismocontusbrazosytuspiernas.

Newt yWinston se habían levantado y, antes de que Thomas se diera cuenta de lo que sucedía,estabanagarrandoaMinho.LeapartarondeGally,que se levantódeunsalto, con lacara rojapor larabia. Pero no se movió hacia Minho; se quedó allí sacando pecho, agitándose por su respiraciónentrecortada.

Al final, Gally se retiró medio a trompicones hacia la salida que había detrás de él. Sus ojosrecorrieronatodaprisalasala,encendidosporelintensoodio.ThomasteníalaescalofriantesensacióndequeGallyparecíaalguienapuntodecometerunasesinato.Retrocedióhastalapuertayalargólamanoparaagarrarelpicaporte.

—Lascosasahorasondiferentes—dijo,yescupióalsuelo—.Nodeberíashaberhechoeso,Minho.

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Nodeberíashaberlohecho—ahorasumiradademaniacoestabafijaenNewt—.Séquemeodias,quesiempremehasodiado.Deberíandesterrarteportuvergonzosaincapacidadparadirigirestegrupo.Eresunavergüenza,ytodoelquesequedeaquínoesmejorquetú.Lascosasvanacambiar.Loprometo.

AThomasselecayóelalmaalospies.¡Comosilascosasnofueranyalobastanteviolentas!Gallyabriólapuertadeuntirónysalióalvestíbulo,pero,antesdequenadiepudiesereaccionar,

volvióaasomarlacabezaenlasala.—Ytú—espetó,fulminandoaThomasconlamirada—,eljudíaverdequesecreequeesunputo

dios,noteolvidesdequetehevistoantes,yohepasadoporelCambio.Loqueestostíosdecidannovaamisa—secallóparamiraratodoslospresentesenlasalay,cuandosumaliciosamiradasevolvióaclavarenThomas,dijounaúltimacosa—:Paraloqueseaquehayasvenido,tejuropormividaquevoyaimpedírtelo.Tematarésihacefalta.

Luegosediolavueltayabandonólasala,cerrandodegolpelapuertaasusespaldas.

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Capítulo26

Thomassequedóparalizadoenlasillamientraslasnáuseasaumentabanensuestómagocomounaplaga.Desde que había llegado alClaro, había pasado por todo tipo de emociones en un periodo detiempomuycorto.Miedo,soledad,desesperación, tristeza, inclusounapizcadealegría.Peroeraalgonuevooírdeciraalguienqueteodiabalosuficientecomoparaquerermatarte.

«Gallyestáloco—sedijoasímismo—.Estácompletamenteloco».Peroaquelpensamientosóloaumentabasuspreocupaciones.Lagentelocaeracapazdecualquiercosa.

Los miembros del consejo se quedaron de pie o sentados en silencio, por lo visto igual deasombradosqueThomaspor loqueacababandever.Alfinal,NewtyWinstonsoltaronaMinhoylostresfuerondemalhumorasentarseasussillas.

—Semerecíalapaliza—dijoMinho,casientresusurros.Thomasnosabíasiqueríaquelosdemásleoyeran.

—Bueno,túnoeresprecisamenteelsantodelasala—replicóNewt—.¿Enquéestabaspensando?Tehaspasadounpocodelaraya,¿nocrees?

Minhoentrecerrólosojosyechólacabezaatrás,comosiestuvieradesconcertadoporlapreguntadeNewt.

—Nomesueltesesamierda.Atodososhaencantadoveraesegilipullorecibiendosumerecidoylosabéis.Sóloeracuestióndetiempoquealguienlehicierafrenteasuclonc.

—EstáenelConsejoporunmotivo—respondióNewt.—¡Tío,haamenazadoconrompermeelcuelloymataraThomas!Esechavalestáhechopolvodel

tarroyserámejorqueenvíesaalguienahoramismoparaqueloencierreenelTrullo.Espeligroso.Thomas no pudo haber estadomás de acuerdo y se vio otra vez a punto de romper la orden de

guardarsilencio,perosecontuvo.Noqueríameterseenmásproblemasdelosqueyatenía,peronosabíacuántoratomásibaaaguantar.

—Quizáteníarazón—dijoWinstonentonobajito.—¿Qué?—exclamóMinho,reflejandoexactamenteloquehabíapensadoThomas.Winstonpareciósorprendidodequelosdemáshubiesenoídosuspalabrasyrecorriólasalaconla

vistaantesdeexplicarse:—Bueno...,élhapasadoporelCambio.UnlaceradorlepicóenplenodíajustofueradelaPuerta

Oeste.Esosignificaquetienerecuerdos,yhadichoqueeljudíaverdeleresultafamiliar.¿Porquéseibaainventareso?

ThomaspensóenelCambioyenelhechodequetraíarecuerdos.Laideanoselehabíaocurridoantes,pero¿mereceríalapenadejarsepicarporloslaceradoresypasarporaquelhorribleprocesopararecordaralgo?SeimaginóaBenretorciéndoseenlacamayrecordólosgritosdeAlby.«Nidecoña»,pensó.

—Winston, ¿es que no has visto lo que acaba de pasar?—preguntó Fritanga, sin dar crédito—.Gallyestápirado.Nopuedescreerteesasdivagacionessuyas.¿Qué,creesqueThomasesunlaceradordisfrazado?

Fueran o no las normas delConsejo, Thomas ya había tenido bastante.No podía permanecer ensilencioniunsegundomás.

—¿Puedohablarya?—preguntó,ylafrustraciónsubióelvolumendesuvoz—.Estoyhartodequehabléisdemícomosiyonoestuviera.

Newtlemiróyasintió.—Adelante.EstamalditaReuniónyanopuedeestropearsemás.

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Thomas ordenó enseguida sus pensamientos para escoger las palabras adecuadas de entre elremolinodefrustración,confusiónyenfadoquehabíaensumente:

—NoséporquéGallymeodia.Medaigual.Secomportacomounpsicóticoconmigo.Yrespectoaquiénsoydeverdad,sabéislomismoqueyo.Pero,simalnorecuerdo,estamosaquíporloquehiceenelLaberinto,noporqueunidiotacreaquesoymalo.

Alguiense riópor lobajoyThomasdejódehablar,puesesperabaqueya lehubieranentendido.Newtasintió;parecíacontento.

—Bien.AcabemosestaReuniónyyanosocuparemosmástardedeGally.—Nopodemosvotarsinqueesténtodoslosmiembros—insistióWinston—,amenosqueesténmuy

enfermos,comoAlby.—PorelamordeDios,Winston—replicóNewt—.YodiríaquehoyGallytambiénestáunpoquitín

enfermo,asíquecontinuaremossinél.Thomas,defiéndeteyluegovotaremosquédebemoshacercontigo.Thomassediocuentadequetenía lasmanosapretadasenpuñossobresuregazo.Lasrelajóyse

secóelsudordelaspalmasensuspantalones.Entoncesempezó,sinestarsegurodeloqueibaadecirantesdequelaspalabrassalierandesuboca:

—No he hecho nadamalo. Lo único que sé es que vi a dos personas esforzándose pormetersedentro de estosmuros y no pudieron conseguirlo. Ignorar aquello por una norma estúpidame parecióegoísta,cobardey...,bueno,unaidiotez.Simequeréismandaralacárcelporintentarsalvarlelavidaaalguien,adelante.Lapróximavez,prometoseñalarlesconeldedo,reírmeyluegoirmeacomerlacenade Fritanga—Thomas no intentaba ser gracioso. Sólo le dejaba atónito que aquello fueramotivo dediscusión.

—Esta es mi sugerencia —dijo Newt—: como rompiste nuestra maldita Norma Número Uno,pasarás un día en el Trullo. Ese es tu castigo. También recomiendo que te elijamos como corredor ytendráefectoencuanto terminemosesta reunión.Hasdemostradomásenunanocheque lamayoríadeaprendicesen semanas.Encuantoaque seaselpuñeteroguardián,olvídalo—miróaMinho—.Gallyteníarazóneneso,esunaideaestúpida.

Aquelcomentariohirió lossentimientosdeThomas,aunquenopudo llevarle lacontraria.MiróaMinhoparaversureacción.Elguardiánnoparecíasorprendido,peroprotestódetodosmodos:

—¿Porqué?Eselmejorquetenemos,telojuro.Elmejordeberíaserelguardián.—Muybien—respondióNewt—.Siescierto,haremosmástardeelcambio.Daleunmesparaque

lodemuestre.Minhoseencogiódehombros.—Bien.Thomassuspiróaliviado.Todavíaquería sercorredor, loque le sorprendía, considerando loque

acababadepasarenelLaberinto;peroleparecíaridículoconvertirseenelguardiánahoramismo.Newtechóunvistazoalasala.—Vale,tenemosvariassugerencias,asíquevamosadarlesvueltas...—Ay,vengaya—leinterrumpióFritanga—.Votemos.Yovotoporlatuya.—Yyo—afirmóMinho.Todoslosdemáscoincidieron,loquellenóaThomasdealivioydeciertoorgullo.Winstonfueel

únicoquenoaceptó.Newtlemiró.—Nonoshacefaltatuvoto,perodinosquéterondalacabeza.WinstonmiróaThomasconreceloy,luego,volvióacentrarseenNewt.—Pormíestábien,peronodeberíamosignorardeltodoloquehadichoGally.Noséporqué,pero

nocreoqueselohayainventado.Además,esverdadquedesdequeThomasllegóaquítodosehafucadoyyanoescomoantes.

—Está bien—dijoNewt—.Todos reflexionaremos sobre eso y, quizá, cuando todo vaya bien y

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estemosaburridos,podamostenerotraReuniónparahablarlo.¿Deacuerdo?Winstonasintió.Thomassequejóporloinvisiblequesehabíahecho:—Meencantacómohabláisdemícomosinoestuvieraaquí,tíos.—Mira, Tommy —repuso Newt—, te acabamos de elegir como puñetero corredor. Deja de

lloriquearysaldeaquí.Minhotienemuchoqueenseñarte.Thomasnosehabíapercatadohastaentonces.Ibaaseruncorredor,ibaaexplorarelLaberinto.A

pesardetodo,sintióunescalofríodeentusiasmo;estabasegurodequepodíaevitarquedaratrapadoallífueraotranoche.Quizáaquellahabíasidosuúnicayúltimavezdemalasuerte.

—¿Yquéhaydemicastigo?—Mañana—contestóNewt—.Desdeeldespertarhastalapuestadesol.«Undía—pensóThomas—,noserátanmalo».Lareuniónsedisolvióytodos,salvoNewtyMinho,abandonaronlasalaatodaprisa.Newtnose

habíamovidodelasilla,dondeestabasentadotomandonotas.—Bueno,quétiemposaquellos—murmuró.MinhoseacercóyledioaThomasunpuñetazoenbromaenelbrazo.—Estodoculpadeestepingajo.Thomasledevolvióelpuñetazo.—¿Guardián?¿Quieresqueseaelguardián?EstásmuchomáslocoqueGally.Minhofingióunasonrisamaligna.—Hafuncionado,¿no?Apuntaaltoydabajo.Yamedaráslasgracias.Thomasnopudoevitarsonreírante la inteligenteformadeactuardelguardián.Unosgolpesenla

puertaabiertalellamaronlaatenciónysediolavueltaparaverquiénera.Chuckestabaallí;parecíaquelehubieraperseguidounlacerador.AThomasledesapareciólasonrisadelacara.

—¿Quépasa?—preguntóNewt,yse levantó.El tonodesuvozsóloaumentólapreocupacióndeThomas.

Chuckseretorcíalasmanos.—Meenvíanlosmediqueros.—¿Porqué?—SupongoqueesporqueAlbyseestáagitandocomoun locoynoparadedecirlesquenecesita

hablarconalguien.Newtsedirigióhacialapuerta,peroChucklevantólamano.—Ummm...Noquierehablarcontigo.—¿Quéquieresdecir?ChuckseñalóaThomas.—Nodejadepreguntarporél.

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Capítulo27

Porsegundavezenaqueldía,Thomassequedómudo.—Bueno, pues venga—le dijo Newtmientras le agarraba del brazo—. No creas que no voy a

acompañarte.Thomaslesiguió,conChuckjustodetrás,paradejarlasaladelConsejoypasarporelpasillohacia

unaestrechaescaleraenespiralquenohabíaadvertidoantes.NewtsubióelprimerescalónylelanzóunamiradafríaaChuck.

—Tútequedas.Porunavez,Chuckselimitóaasentirconlacabezaynodijonada.Thomasseimaginóquealniño

leponíadelosnervioselcomportamientodeAlby.—Tranqui—le dijo Thomas aChuckmientrasNewt subía las escaleras—,me acaban de elegir

corredor,asíque,colega,ahoraestásconunsemental.IntentabahacerunchisteparanegarqueleaterrabaveraAlby.¿Ysihacíalasmismasacusaciones

queBen?¿Oalgopeor?—Sí,claro—susurróChuck,aturdido,conlavistaclavadaenlosescalonesdemadera.Thomasseencogiódehombrosycomenzóasubirlasescaleras.Elsudorlecubríalaspalmasdelas

manosynotóqueunagotalecaíaporlasien.Noqueríairallíarriba.Newt,serioyadusto,esperabaaThomasalfinaldelasescaleras.Estabaalotroladodellargoy

oscuropasillotraslasescalerashabituales,porlasquehabíasubidoelprimerdíaparaveraBen.Aquelrecuerdo le puso nervioso.Esperaba queAlby ya estuviera curado de la terrible experiencia para notenerquevolverapresenciaralgocomoaquello:lapielylasvenasasquerosas,lassacudidas.Perosetemíalopeorysepreparó.

SiguióaNewthastalasegundapuertaaladerechayviocómoelchicollamabaconunosgolpecitos;respondieronunosgemidos.NewtempujólapuertaparaabrirlayelchirridoqueemitiódenuevoletrajoaThomasa lamemoriaunvagorecuerdodesu infanciadepelículassobrecasasencantadas.Unavezmás, ahí estaba, un pedacito de su pasado.Se acordaba de las películas, pero no de las caras de losactoresnideconquiénlashabíavisto.Podíarecordarloscines,peronoelaspectodeunoenconcreto.Eraimposibleexplicaraquellasensación,inclusoasímismo.

NewthabíaentradoenlahabitaciónyestabacontrolandoqueThomaslesiguiera.Alentrar,elchicose preparó para el horror que quizá le esperaba. Pero, cuando alzó la vista, lo único que vio fue unadolescentedebilitado,tumbadoenlacama,conlosojoscerrados.

—¿Estádurmiendo?—susurróThomas,intentandoevitarlapreguntaquedeverdadlehabíasaltadoalamente:«Noestámuerto,¿no?».

—Nolosé—dijoNewtenvozbaja.Seacercóa lacamaysesentóenunasillademaderaquehabíaallícerca.Thomassesentóalotrolado—.Alby—susurró,yluegorepitióalzandolavoz—:Alby.ChuckhadichoquequeríashablarconTommy.

Los ojos deAlby se abrieron con varios parpadeos; eran unos globos inyectados en sangre quebrillaronbajolaluz.MiróaNewtyluegoaThomas,alotrolado.Conungemido,cambiódeposturaysesentó,conlaespaldaapoyadaenlacabecera.

—Sí—farfullóconvozronca.—Chuckhadichoqueestabasagitándoteyactuandocomounloco—Newtseinclinóhaciadelante

—.¿Quépasa?¿Aúnestásenfermo?LassiguientespalabrasdeAlbysalieronconunresuello,comosicadaunadeellaslequitarauna

semanadevida:

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—Todo...vaacambiar...Lachica...,Thomas...Loshevisto—lospárpadosselecerrarony,luego,selevolvieronaabrir;setumbóotravezenlacama,conlavistaclavadaeneltecho—.Nomesientomuybien.

—¿Aquéterefieresconqueviste...?—empezóapreguntarNewt.—¡YoqueríahablarconThomas!—chillóAlby,conunarepentinaexplosióndeenergíaqueThomas

no hubiera creído posible unos segundos antes—. ¡No he preguntado por ti, Newt! ¡Thomas! ¡HepreguntadoporelputoThomas!

NewtmiróaThomasconlascejasarqueadas.Thomasseencogiódehombros,encontrándosemalpormomentos.¿ParaquélequeríaAlby?

—Muybien,fucocascarrabias—contestóNewt—.Estáahímismo,hablaconél.—Márchate—dijoAlbyconlosojoscerrados,respirandocondificultad.—Nidecoña.Quieroescuchar.—Newt—hubounapausa—.Márchate.Ya.Thomassesentíamuyviolento;estabapreocupadoporloqueNewtestabapensandoyleaterrabalo

queAlbyquisieradecirle.—Pero...—protestóNewt.—¡Largo!—Albyse sentómientrasgritabay lavozse lepuso roncadelesfuerzo.Enseguida, se

recostóenlacabeceraotravez—.¡Largodeaquí!LacaradeNewtreflejóquehabíaheridosussentimientosyaThomaslesorprendiónovernirastro

deenfado.Entonces,trasunlargoytensomomento,Newtselevantódelasillaycaminóhacialapuertaparaabrirla.

«¿Enseriosevaamarchar?»,pensóThomas.—Noesperesquetebeseelculocuandovengasapedirmeperdón—dijo,yluegosalióalpasillo.—¡Cierralapuerta!—gritóAlbycomoinsultofinal.Newtobedecióylacerródeunportazo.ElcorazóndeThomasempezóalatiratodavelocidad.Estabaasolasconuntipoqueantesdeque

leatacaraunlaceradoryateníamalgenioyque,además,estabapasandoporelCambio.EsperabaqueAlbydijeraloquequeríayqueaquelloseacabarapronto.HubounalargapausaqueduróvariosminutosyaThomasletemblaronlasmanosporelmiedo.

—Séquiéneres—dijoAlbyalfinal,rompiendoelsilencio.Thomas no encontró palabras para contestarle. Lo intentó, pero no pudo más que farfullar algo

incoherente.Estabamuyconfundido.Yasustado.—Sé quién eres—repitióAlby despacio—.Lo he visto. Lo he visto todo.De dónde venimos y

quiéneres.Quiénesesachica.RecuerdoelDestello.«¿ElDestello?».Thomasseobligóahablar:—Nosédeloqueestáshablando.¿Quéhasvisto?Meencantaríasaberquiénsoy.—No te va a gustar —respondió Alby y, por primera desde que Newt se había ido, miró

directamenteaThomas.Susojoshundidosreflejabanpenayoscuridad—.Eshorrible,¿sabes?¿Porquéquierenesosfucosquerecordemos?¿Porquénopodemosviviraquíyserfelices?

—Alby...—Thomasdeseóecharunvistazoenlamentedelchicoparaverloquehabíavistoél—.ElCambio—insistió—.¿Quéhapasado?¿Quéhasrecordado?Estásdiciendocosassinsentido.

—Tú...—dijoAlby,peroluego,derepente,seagarrólagargantayemitióunossonidoscomosiseestuvieraahogando.Empezóadarpatadasysediolavueltasobreuncostado,sacudiéndoseadelanteyatrás,comosiotrapersonaintentaraestrangularle.Sacólalenguayselamordióunayotravez.

Thomas se levantó enseguida y retrocedió a trompicones, horrorizado. Alby se retorcía como siestuvierateniendounataquemientraslaspiernasdabanpatadasentodaslasdirecciones.Laoscurapiel

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desucara,quesehabíapuestoextrañamentepálidaunminutoantes,sehabíavueltomoradaylosojosselesalíandelasórbitasdetalmaneraqueparecíanresplandecientescanicasblancas.

—¡Alby! —chilló Thomas, sin atreverse a agarrarlo—. ¡Newt! —gritó, ahuecando las manosalrededordelaboca—.¡Newt,entra!

Lapuertaseabriódegolpeantesdequeterminaralaúltimapalabra.NewtcorrióhastaAlbyylecogióporloshombros,empujandocontodosucuerpoparainmovilizaralchicoqueseconvulsionabaenlacama.

—¡Cógelelaspiernas!Thomasavanzó,perolaspiernasdeAlbyseguíandandopatadasysesacudían,haciendoimposible

acercarse.Unpiealcanzó lamandíbuladeThomasyunapunzadadedolor leatravesó todoelcráneo.Volvióaretrocederatrompicones,frotándosedondeledolía.

—¡Hazlodeunamalditavez!—aullóNewt.Thomas se armó de valor y saltó encima del cuerpo de Alby para agarrarle las dos piernas e

inmovilizarleenlacama.RodeóconlosbrazoslosmuslosdelchicoyapretómientrasNewtponíaunarodillasobreloshombrosdeAlbyparaluegocogerlelasmanos,queaúnseguíanestrangulandosupropiocuello.

—¡Suelta!—gritóNewtmientrastiraba—.¡Teestásmatando,foder!ThomasviolosmúsculosdelosbrazosflexionadosdeNewtylasvenasquesobresalíanmientras

tirabadelasmanosdeAlby,hastaque,alfinal,centímetroacentímetro,fuecapazdesepararlasdesucuello.Empujóconfuerzasobreelpechodelchico,queseresistía.TodoelcuerpodeAlbysesacudióunpardevecesysutroncoseseparódelacama.Luego,pocoapoco,sefuecalmandoy,unossegundosmástarde,estabatumbadoquietoysurespiraciónseibaigualando;teníalosojosvidriosos.

Thomas sujetabacon fuerza laspiernasdeAlbypor temoramoverseyqueel chicoestallaradenuevo.Newt esperó unminuto entero antes de soltar lentamente lasmanos deAlby. Luego pasó otrominutohastaquelequitólarodilladelpechoyselevantó.Thomassetomóaquellocomounaseñalyélhizolomismo,conlaesperanzadequeelataquehubieraterminadodeverdad.

Alby alzó la vista, con los párpados caídos, como si estuviera a punto de entrar en un profundosueño.

—Perdona,Newt—susurró—.Noséquéhapasado.Eracomo...sialgocontrolasemicuerpo.Losiento...

Thomas respiróhondo, segurodequenovolveríaaviviralgo tanperturbadore incómodo.O,almenos,esoesperaba.

—Niperdónninada—respondióNewt—.Estabasintentandomatarte,foder.—Noerayo,telojuro—murmuróAlby.Newtalzólasmanos.—¿Quéquieresdecirconquenoerastú?—preguntó.—Nolosé.No...noerayo—AlbyparecíatanconfundidocomoThomassesentía.PeroNewtparecíapensarquenomerecíalapenaintentaraveriguarlo.Almenos,enaquelmomento.

Cogió lasmantasquesehabíancaídode lacamamientrasAlbysemovíay lascolocósobreelchicoenfermo.

—Ponteadormiryyahablaremosdeestomástarde—lediounaspalmaditasenlacabezay,luego,añadió—:Estáshechounlío,pingajo.

PeroAlby ya estaba quedándose dormido y asintió ligeramentemientras los ojos se le cerraban.NewtatrajolamiradadeThomasehizoungestohacialapuerta.Thomasnoteníaningúnproblemaensalirdeaquella locuradecasa.SalióconNewtalpasilloy, justocuandoatravesabanelumbralde lapuerta,Albyfarfullóalgodesdelacama.

Ambossepararonenseco.

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—¿Qué?—preguntóNewt.Albyabriólosojosuninstanteyrepitióunpocomásaltoloquehabíadicho:—Tenedcuidadoconlachica—ycerrólosojos.Allíestabaotravez,lachica.Nosabíaporquélascosassiemprellevabanalachica.Newtlanzóa

Thomasunamiradainquisitiva,peroélsólopudocontestarleencogiéndosedehombros.Noteníaniideadeloqueestabapasando.

—Vamos—susurróNewt.—¿Newt?—dijoAlbyotravezdesdelacama,sinmolestarseenabrirlosojos.—¿Sí?—Protegelosmapas—sediolavueltaysuespaldalesinsinuóquehabíaterminadodehablar.Thomas no pensó que aquello hubiera sonado muy bien. Nada bien. Newt y él salieron de la

habitaciónycerraronlapuertasinhacerruido.

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Capítulo28

ThomassiguióaNewtescalerasabajoysalierondelaHaciendahacialabrillanteluzdelatarde.Ningunode losdos jóvenespronunciópalabraduranteunrato.ParaThomas, lascosasseponíancadavezpeor.

—¿Tieneshambre,Tommy?—preguntóNewtcuandoestuvieronfuera.Thomasnopodíacreersequelepreguntaraaquello.—¿Hambre?Tengoganasdevomitardespuésdeloqueacabodever.No,notengohambre.Newtsólosonrióabiertamente.—Bueno,puesyosí,pingajo.Vamosabuscaralgunassobrasdelalmuerzo.Tenemosquehablar.—Noséporqué,perosabíaqueibasadeciralgoparecido.No importaba lo que hiciera, cada vez estaba más metido en los asuntos del Claro. Y estaba

acostumbrándoseaquefueraasí.Fueron directos a la cocina, donde, a pesar de las quejas de Fritanga, pudieron coger unos

bocadillos de queso y unas verduras crudas. Thomas no podía ignorar el modo extraño que tenía demirarleelguardiándeloscocineros,cuyosojosseapartabancadavezqueThomasmirabahaciaél.Algoledecíaqueaqueltipodetratoapartirdeahoraseríalanorma.Poralgunarazón,eradistintoalrestodelosclarianos.Sesentíacomosihubiesevividotodaunavidadesdequelehabíanborradolamemoria,perotansólohabíapasadounasemana.

Loschicosdecidieronsaliracomerafueray,unosminutosmás tarde, seencontraronen laparedoeste,contemplandolasmuchasactividadesqueteníanlugarenelClaro,apoyadosenunsitiodondelahiedra era muy espesa. Thomas se obligó a comer; por cómo se estaban desarrollando losacontecimientos,teníaqueasegurarsedetenerfuerzasparaenfrentarseacualquierlocuraqueocurrieseacontinuación.

—¿Algunavezhabíasvistoalgoparecido?—preguntóThomasalcabodeunminuto.Newtlemiróconunarepentinaexpresióndetristeza.—¿A lo queAlby acaba de hacer?No. Nunca. Pero es que nadie había intentado contarnos sus

recuerdosdelCambio.Siempreseniegan.Albytratóde...Debedeserporloquesevolviólocoduranteunmomento.

Thomas dejó de masticar. ¿Podía controlarlos de algún modo la gente que había detrás delLaberinto?Eraunaideaespeluznante.

—TenemosqueencontraraGally—dijoNewt,cambiandodetema,mientrasmordíaunazanahoria—. El cabrón se ha pirado para esconderse en algún sitio. En cuanto acabemos de comer, tengo queencontrarleparameterleenlacárcel.

—¿Enserio?Thomas no pudo evitar sentir una inyección de euforia al pensarlo. Estaría encantado de ser él

mismoquiencerraralapuertadegolpeytiraralallave.—Esepingajoamenazóconmatarteytenemosqueasegurarnosdequenovuelvaapasar.Esecara

fucovapagarbiencaroelactuardeesamanera.Tienesuertedequenoledesterremos.Recuerdaloquetedijesobreelorden.

—Sí.La única preocupación de Thomas era queGally no le odiara aúnmás porque lemetieran en la

cárcel.«Nomeimporta—pensó—.Yanomedamiedoesetío».—Estoes loqueharemos,Tommy—dijoNewt—:Estarásconmigoel restodeldía; tenemosque

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resolveralgunascosas.DejaremosparamañanaelTrullo.Después, te irásconMinho,yquieroque temantengasalejadodelosotrospingajosporuntiempo.¿Lopillas?

Thomasestabamásquedispuesto aobedecer.Estar casi todoel tiempo solo leparecíauna ideagenial.

—Mepareceperfecto.Entonces,¿Minhovaaentrenarme?—Exacto.Ahoraeresuncorredor.Minhoteenseñará.ElLaberinto,losmapas,todo.Tienesmucho

queaprender.Esperoqueterompaselculoatrabajar.A Thomas le sorprendía que la idea de entrar al Laberinto no le asustara tanto como esperaba.

Decidióhacer loqueNewt ledijo,con laesperanzadeque leayudaraamantener lamentedistraída;aunque, en su interior, loqueesperabaera salirdelClaro loantesposible.Evitar a losdemásera sunuevametaenlavida.

Losjóvenessequedaronsentadosensilencio,acabándosesusalmuerzos,hastaqueNewtempezóahablardeloquerealmentequería.HizounabolaconsubasuraymiróaThomasalosojos.

—Thomas—comenzó—,necesitoqueaceptesalgo.Lohemosoídodemasiadasvecesparanegarloyhallegadolahoradediscutirlo.

Thomassabíaaloqueserefería,peroestabaasustado.Teníapavoraaquellaspalabras.—Gally lo dijo.Ben lo dijo.Alby lo ha dicho—continuóNewt—.La chica, después de que la

sacáramosdelaCaja...,lodijo—hizounapausa,talvezesperandoqueThomaslepreguntaraaquéserefería.Peroyalosabía.

—Todosdicenquelascosasvanacambiar.Newtapartólamiradaunmomentoy,luego,sediolavuelta.—Escierto.Gally,AlbyyBenafirmanquetevieronensusrecuerdosdespuésdelCambio.Y,porlo

quededuzco,noestabasplantandofloresniayudandoaseñorasmayoresacruzarlacalle.SegúnGally,hayalgoentilobastantehorribleparaquequieramatarte.

—Newt,nosé...—empezóadecirThomas,peroNewtnoledejóterminar:—¡Sé que no te acuerdas de nada, Thomas! Deja de decir eso, ni siquiera vuelvas a repetirlo.

Ningunodenosotrosseacuerdadenadayestamoshartísimosdequenoslorecuerdes.Lacuestiónesquehayalgodiferenteentiyhallegadolahoradequeaverigüemosquées.

AThomasleinundóunaoleadadeira.—Muy bien, ¿y cómo vamos a hacerlo? Quiero saber quién soy, igual que todo el mundo. Por

supuesto.—Necesitoqueabrastumente.Sésincerosialgo,cualquiercosa,teresultafamiliar.—Nada...—empezóadecirThomas,perosecalló.Habíanpasadotantascosasdesdequellegóque

casihabíaolvidadolofamiliarqueleparecióelClaroaquellaprimeranochequehabíadormidoalladode Chuck. Se había sentido tan cómodo como en casa, muy lejos del terror que debería haberexperimentado.

—Puedovercómotefuncionaelcerebro—dijoNewt—.Habla.Thomasvaciló,asustadopor lasconsecuenciasde loqueestabaapuntodeconfesar.Peroestaba

hartodeguardarsecretos.—Bueno...Nopuedoseñalarnadaespecífico—hablódespacio,concuidado—.Perocuandollegué

aquísentícomosiyahubieraestadoantes—miróaNewt,esperandoverreconocimientoensusojos—.¿Alguienmáshapasadoporeso?

PeroNewtnoreflejabaningunaexpresiónysólopusolosojosenblanco.—Ah, no, Tommy. La mayoría de nosotros pasó una semana cloncándose en los pantalones y

llorandoamares.—Sí,bueno—Thomashizounapausa,disgustadoy,derepente,avergonzado.¿Quésignificabatodo

aquello?¿Eradiferentealresto?¿Lepasabaalgo?—.Puesamítodomeresultabafamiliarysabíaque

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queríasercorredor.—Qué interesante—Newt le examinóun segundo, sin ocultar sus sospechas evidentes—.Bueno,

sigueinvestigando.Estrújateelcerebro,pasatutiempolibrepensandosobreloquetienesenlacabezaysobreestelugar.Hurgaentumente,busca.Inténtalo,porloquemásquieras.

—Vale.Thomascerrólosojosyempezóabuscarenlaoscuridaddesucabeza.—Noahora,tontodelfuco—serióNewt—,Merefieroaquelohagasdeahoraenadelante.Entu

tiempo libre, en las comidas, cuando te vayas a dormir por la noche, cuando pasees por ahí, cuandoentrenes,mientrasestéstrabajando.Avísamecadavezquealgoteresultefamiliar.¿Lopillas?

—Sí,lopillo.Thomas no podía evitar que le preocupase que Newt desconfiara de él, que aquel chico mayor

estuvieraocultandoloquepensaba.—Bien—asintióNewt,quecasiparecíademasiadoagradable—.Paraempezar,vayamosmejora

veraalguien.—¿Aquién?—preguntóThomas,perosupolarespuestamientraslodecíayelterrorseapoderóde

élotravez.—A la chica. Quiero que la mires hasta que te sangren los ojos, a ver si provocamos alguna

reacciónenesecerebrotuyo—Newtcogiólabasuradesualmuerzoyselevantó—.Después,quieroquemecuentestodoloquetedijoAlby.

Thomassuspiróysepusodepie.—Vale.NosabíasipodríadecirletodalaverdadsobrelasacusacionesdeAlby,pornomencionarloque

sentíaporlachica.Porlovisto,noibaadejardeguardarsecretos.AmboscaminarondevueltaalaHacienda,dondelachicaaúnestabaencoma.Thomasnoreprimió

supreocupaciónporloqueNewtestuvierapensando.Queríasincerarse;aquelchicodeverdadlecaíabien.Sisevolvíaahoracontraél,nosabíasipodríasoportarlo.

—Si todo lo demás falla —dijo Newt, interrumpiendo los pensamientos de Thomas—, teenviaremosconloslaceradoresparaquetepiquenypasesporelCambio.Necesitamostusrecuerdos.

Thomassoltóunarisasarcásticaanteaquellaidea,peroNewtnoestabasonriendo.

***

Lachicaparecíaestardurmiendoenpaz,comosifueraadespertarseencualquiermomento.Thomascasihabíaesperadoverlosrestosdelesqueletodeunapersona,alguienalbordedelamuerte.Perosupechosubíaybajabaconunarespiraciónacompasadaysupielteníabuencolor.

Uno de los mediqueros, el más bajito—Thomas no podía recordar su nombre—, estaba allí ydejabacaerunasgotasdeaguaenlabocadelachicacomatosa.Unplatoyuncuencoenlamesilladenoche tenían los restos de su almuerzo: puré depatatas y sopa.Estabanhaciendo todo lo posible pormantenerlavivaysana.

—Oye,Clint—dijoNewt;sonabacómodo,comosihubierapasadoporallíavisitarlevariasveces—,¿creesquesobrevivirá?

—Sí—respondióClint—.Estábien,aunquehablaensueñostodoelrato.Pensamosqueprontosedespertará.

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Thomasseenfureció.Poralgunarazón,nosehabíaplanteadolaposibilidaddequelachicapudieradespertarseyestarbien.Dequepudierahablarconlagente.Noteníaniideadeporquéderepentesehabíapuestotannervioso.

—¿Habéisescritotodoloquehaidodiciendo?—preguntóNewt.Clintasintió.—Lamayoríanosepuedeentender.Perosí,lohemoshechocuandohemospodido.Newtseñalólalibretaquehabíaenlamesilladenoche.—Dameunejemplo.—Bueno,lomismoquedijocuandolasacamosdelaCajasobrequelascosasibanacambiar.Algo

de los creadores y de «cómo todo tiene que acabar». Y, eeeh...—Clint miró a Thomas como si noquisieracontinuarensucompañía.

—Nopasanada,puedeoírtodoloqueyooiga—leaseguróNewt.—Bueno...Nopudeentenderlotodo,pero...—ClintvolvióamiraraThomas—.Nodejadedecirsu

nombreunayotravez.Thomascasisecayóaloíraquello.¿Esquenoibanaacabarlasreferenciasaél?¿Cómoconocíaa

esachica?Eracomounpicordesesperantedentrodesucráneoquenosemarchabanunca.—Gracias,Clint—contestóNewt,yaThomaslesonócomosileestuvieradandopermisoparaque

seretirara—.Infórmanosdetodoeso,¿vale?—Loharé.Elmediqueroleshizoungestoconlacabezaaambosparadespedirseyabandonólahabitación.—Acercaunasilla—dijoNewtmientrassesentabaenelbordedelacama.Thomas, aliviado porque Newt no hubiera empezado con sus acusaciones, cogió la silla del

escritorioy lacolocójuntoa lacabezadelachica;sesentóyse inclinóhaciadelanteparamirarle lacara.

—¿Hayalgoquetesuene?—preguntóNewt—.¿Loquesea?Thomas no respondió; siguió mirando con el deseo de que su mente derribara la barrera de la

memoriaybuscaraalachicaensupasado.PensóenaquellosbrevesinstantescuandolajovenabriólosojosjustodespuésdequelasacarandelaCaja.

Eranazules,deuncolormásintensoquelosdecualquierotrapersonadelaqueseacordara.Intentóimaginarseaquellosojosenellamientrascontemplabasurostrodormido,fusionandolasdosimágenesensu mente. Su pelo negro, su perfecta piel blanca, sus labios carnosos... Con la vista clavada en lamuchacha,sediocuentaunavezmásdelohermosaqueera.

Poruninstante,lareconocióconmásfuerzaenunoscurorincóndesumente,ocultoperoqueestabaallí.Durósólounmomentoantesdedesvanecerseenelabismodelrestoderecuerdoscapturados.Perohabíasentidoalgo.

—Sílaconozco—susurró,recostándoseenlasilla.Erabuenoadmitirloporfinenvozalta.Newtselevantó.—¿Qué?¿Quiénes?—Notengoniidea.Peroalgomehahechoclic.Laconozcodealgúnsitio.Thomasserestrególosojos,frustradopornopodersolidificarelvínculo.—Bueno,siguepensado,foder,nolopierdas.Concéntrate.—Loestoyintentando,asíquecállate.Thomascerrólosojos,miróenlaoscuridaddesuspensamientosybuscósucaraenaquelvacío.

¿Quiénera?¡Quépreguntamásirónica!Nisiquierasabíaquiéneraél.Se inclinóhaciadelante, sentadoen la silla, respiróhondoy luegomiróaNewt,negandocon la

cabeza,rendido.—No...

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Teresa.Thomasse levantóde lasilladeunsalto, laechóhaciaatrásysedio lavuelta,buscando.Había

oído...—¿Quépasa?—preguntóNewt—.¿Hasrecordadoalgo?Thomasleignoró,echóunvistazoalahabitación,confundidoporquehabíaoídounavoz,yluego

volvióacentrarseenlachica.—Yo...—sesentóotravezyseinclinóhaciadelanteconlosojosclavadosenelrostrodelachica

—.Newt,¿hasdichoalgoantesdequemelevantara?—No.Porsupuestoqueno.—Ah.Sólohecreídooíralgo...Nosé.Quizásestabaenmicabeza.¿Ella...hadichoalgo?—¿Ella?—repitióNewtconlosojosiluminados—.No.¿Porqué?¿Quéhasoído?AThomasleasustabaadmitirlo.—Yo...juraríaqueheoídounnombre.Teresa.—¿Teresa?No,yonoheoídoeso.¡Hadebidodesoltarsedetusmalditosbloquesdememoria!Así

sellama,Tommy.Teresa.Tienequesereso.Thomas se sintió extraño. Era una incómoda sensación, como si acabara de suceder algo

sobrenatural.—Era...Tejuroqueloheoído.Peroenmimente,macho.Nopuedoexplicarlo.Thomas.Esta vez, pegó un brinco en la silla y se apartó de la cama enseguida todo lo que pudo.Tiró la

lámparade lamesilla, que aterrizó conun estrépito de cristales rotos.Unavoz.Lavozdeuna chica.Susurrante,dulce,seguradesímisma.Lahabíaoído.Sabíaquelahabíaoído.

—¿Quéesloquetepasa,foder?—preguntóNewtElcorazóndeThomasibaamilporhora.Sentíaloslatidosensucráneoylosácidoshervíanensu

estómago.—Me...estáhablando.Enlacabeza.¡Acabadedecirminombre!—¿Qué?—¡Telojuro!—elmundogiróasualrededor,presionando,aplastandosumente—.Estoy...oyendo

suvozenmicabeza.Oalgoasí...Noesunavoz,enrealidad...—Tommy,sientatuculo.¿Dequéfucoestáshablando?—Newt,vaenserio.No...noesqueseaunavoz...,perosíloes.Tom,noteasustes.Setapólosoídosconlasmanosyapretólosojos.Erademasiadoraro.Nopodíahacerquesumente

racionalaceptaraloqueestabaocurriendo.Misrecuerdosyaestánempezandoadesaparecer,Tom.Norecordarémuchocuandomedespierte.

PodemospasarlasPruebas.Tienequeacabar.Mehanenviadocomodesencadenante.Thomasnopodíamás.IgnorandolaspreguntasdeNewt,fuehacialapuertaatrompiconesylaabrió

deun tirón; salió alpasilloy echóa correr.Bajó las escaleras, saliópor lapuertadelanteray siguiócorriendo.Peronoconsiguióquesecallara:

Todovaacambiar—dijolachica.Queríagritar,correrhastaquenopudiesecorrermás.Fuehacia laPuertaEstey laatravesópara

salirdelClaro.Continuóavanzando,pasillo traspasillo,hasta lomásprofundodelLaberinto,hubieraunasnormasono.Peroseguíasinpoderescapardeaquellavoz:

Fuimostúyyo,Tom.Leshicimosestoaellos.Anosotros.

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Capítulo29

Thomasnoparóhastaquelavozdejódesonarensucabeza.Se asombró al darse cuenta de que llevaba corriendo casi una hora. Las sombras de los muros

habíanidohaciaeleste,elsolnotardaríaenponerseparadarpasoalanocheylaspuertassecerrarían.Tenía que volver. Y, entonces, de forma secundaria, advirtió que sin pensarlo había reconocido ladirecciónylahora.Susinstintoseranfuertes.

Teníaquevolver,peronosabíasipodríaenfrentarseaelladenuevo.Alavozensucabeza.Alascosasrarasquedecía.

Nolequedabaotraopción.Negarlaverdadnosolucionaríanada.Y,pormalaoraraquehubierasidolainvasióndesumente,nomerecíaotracitaconloslaceradores.

MientrascorríahaciaelClaro,aprendiómuchodesímismo.Sinpretenderloo,almenos,sinserconsciente,visualizóelrecorridoexactoquehabíaseguidoenelLaberintoalescapardelavoz.Nofallóniunavezensuvuelta;giróalaizquierda,aladerechaycorrióporlospasillosdesandandoelcaminoporelquehabíavenido.Sabíaloquesignificaba:Minhoteníarazón.Thomasnotardaríaenconvertirseenelmejorcorredor.

La segunda cosa que aprendió sobre sí mismo, como si la noche en el Laberinto no lo hubiesedemostradoya,fuequesucuerpoestabaenperfectaforma.Hacíajustoundíaquehabíapuestoallímitesuenergíayledolíatodo,depiesacabeza,perosehabíarecuperadorápidoyahoracorríasinapenasesfuerzo, apesarde llevar casi doshoras corriendo.Nohacía falta serungenio enmatemáticasparacalcular que, por la velocidad que llevaba y la hora que era, cuando regresara al Claro llevaríaaproximadamentemediamaratónhecha.

NuncasehabíapercatadodelverdaderotamañodelLaberinto.Kilómetros,kilómetrosykilómetros.Conaquellosmurosquesemovíancadanoche,porfinentendióporquéelLaberintoeratandifícilderesolver.Hastaentonceslohabíadudado,puestoquesepreguntabacómopodíanserloscorredorestanineptos.

Continuócorriendo,izquierdayderecha,recto,adelante,sinparar.CuandocruzóelumbralhaciaelClaro, faltaban tan sólo unosminutos para que las puertas se cerraran.Agotado, se dirigió hacia losMuertosyseadentróenelbosquehastaquellegóal lugardondelosárbolesseaglomerabancontralaesquinasuroeste.Másquenada,queríaestarsolo.

Cuandonooyómásquelossonidosdistantesdelasconversacionesdelosclarianos,asícomoeldébilbalidodelasovejasylosresoplidosdeloscerdos,sudeseoseviocumplido;encontróelpuntoenqueseuníanlosdosmurosgigantesysedesplomóenunrincónadescansar.Nadiefueamolestarle.Alfinal,lapareddelsursemovióparacerrarsedurantelanoche.Thomasseinclinóhaciadelantehastaqueparó.Unosminutosmástarde,conlaespaldaotravezcómodamenteapoyadaenlagruesacapadehiedra,sequedódormido.

***

Alamañanasiguiente,alguienlezarandeóconcuidadoparadespertarle.—Thomas,despierta.

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EraChuck.Porlovisto,aquelniñoeracapazdeencontrarleencualquiersitio.Gruñendo,Thomasseinclinóhaciadelanteyestirólaespaldaylosbrazos.Porlanochelehabían

tapadoconunpardemantas.AlguienestabahaciendodemadreenelClaro.—¿Quéhoraes?—preguntó.—Casillegastardeadesayunar—Chuckletiródelbrazo—.Venga,levántate.Tienesqueempezara

actuarconnormalidadolascosasempeorarán.Los acontecimientos del día anterior se colaron en la mente de Thomas y el estómago pareció

revolvérsele.«¿Quévanahacerme?—pensó—.Esascosasquehadicho...Algodequeellayyoleshabíamos

hechoestoaellos.Anosotros.¿Quésignifica?».Entoncesseleocurrióquetalvezestabachalado.AlomejorelestrésdelLaberintolehabíavuelto

loco.Fueracomofuera,sóloélhabíaoídolavozdentrodesucabeza.NadiemássabíalascosasrarasquehabíadichoTeresaoaquellasde lasque lehabíaacusado.Nisiquierasabíanquehabíadichosunombre.Bueno,nadieexceptoNewt.

Yasíharíaquecontinuaranlascosas.Yaestabatodobastantemalynoibaaempeorarlodiciéndolealagentequeoíavocesensucabeza.ElúnicoproblemaeraNewt.Thomasdebíaconvencerledealgúnmododequeelestrésal final lehabíasuperadoyunabuenanochededescansolohabíasolucionado.«Noestoyloco»,sedijoThomasparasusadentros.Seguroqueno.

Chuckleestabamirandoconlascejasarqueadas.—Perdona—dijoThomasmientrasselevantaba,actuandotannormalcomoleeraposible—.Sólo

estabapensando.Vamosacomer,memuerodehambre.—Bien—respondióChuck,yledioaThomasunapalmadaenlaespalda.SedirigieronalaHaciendayChucknodejódehablarentodoelrato.Thomasnosequejó.Eralo

másparecidoaalgonormalensuvida.—Newtteencontróayerporlanocheyledijoatodoelmundoquetedejaradormir.Ytambiénnos

contóloqueelConsejohabíadecididohacercontigo.Pasarásundíaenunaceldayluegoentrarásenelprograma de entrenamiento de los corredores. Algunos pingajos se quejaron, otros aplaudieron y lamayoríaactuócomosinoleimportaralomásmínimo.Enmiopinión,creoqueesimpresionante—Chuckhizo una pausa para coger aliento y, después, continuó—:Aquella primera noche, cuando te pusiste afanfarronear de que querías ser un corredor y toda esa clonc, ¡foder!, me reí por dentro a carcajadalimpia. No paraba de repetirme: «Este primo se va a llevar una sorpresa desagradable». Bueno, hasdemostradoquemeequivocaba,¿eh?

AThomasnoleapetecíahablarsobreeso.—Sólohiceloquecualquierahubierahecho.NoesculpamíaqueNewtyMinhoquieranquesea

corredor.—Sí,claro.Notehagaselmodesto.SercorredoreraloúltimoenloqueThomasestabapensando.Enloquenopodíadejardepensar

eraenTeresa,enlavozdesucabeza,enloquedecía.—Supongoqueestoyunpocoentusiasmado—Thomasforzóunasonrisaabierta,aunqueseencogió

alpensarenqueantesdeempezarestaríametidoenelTrulloundía.—Avercómotesientesdespuésdecorrerhastaecharelbofe.Bueno,mientrassepasloorgulloso

queestádetiChucky...Thomassonrióporelentusiasmodesuamigo.—Sifuerasmimadre—murmuróThomas—,lavidaseríaestupenda.«Mimadre», pensó.Elmundo pareció oscurecerse por un instante.No podía acordarse ni de su

propiamadre.Apartóaquelpensamientodesumenteantesdequeleconsumiera.Llegaronalacocina,cogieronalgorápidoparadesayunarysesentaronendossillasvacíasdeuna

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mesagrandeenelinterior.Cadavezqueentrabaosalíaunclarianoporlapuerta,sequedabamirandoaThomas;algunosseacercaronparafelicitarle.Salvoalgunaqueotramiradasucia,lamayoríadelagenteparecíaestardesulado.EntoncesseacordódeGally.

—Oye,Chuck—dijodespuésdedarleunbocadoaloshuevos,intentandosonardespreocupado—,¿encontraronaGally?

—No.Te lo iba a contar.Alguien dijo que lo vio salir corriendo hacia el Laberinto después demarcharsedelaReuniónynolehanvistodesdeentonces.

Thomasdejócaereltenedor,sinsaberloquesehabíaesperado.Detodosmodos,aquellanoticialedejóatónito.

—¿Qué?¿Lodicesenserio?¿EntróenelLaberinto?—Sí.Todo elmundo sabeque sevolvió loco.Unpingajo incluso te ha acusadodematarle ayer

cuandosaliste.—Nomelopuedocreer...Thomassequedóconlavistafijaensuplato, tratandodecomprenderporquéGallyhabíahecho

eso.—Notepreocupes, tío.Anadie lecaíabien,sóloasusfucosamigotes.Sonlosqueteacusande

esascosas.ThomasnosepodíacreerqueChuckhablaradeaquellocomosinada.—¿Sabes?, el chaval seguramente esté muerto y tú hablas de él como si se hubiese ido de

vacaciones.Chucklemiró,pensativo.—Nocreoqueestémuerto.—¿Eh?Entonces,¿dóndeestá?¿NosomosMinhoyyolosúnicosquehemossobrevividoahífuera

durantelanoche?—Esoesloquetedigo.Creoquesuscolegaslehanescondidoenel interiordelClaro,enalgún

sitio.Gally eraun idiota, perono creoque fuera tan tonto comoparapasar la noche en elLaberinto.Comotú.

Thomasnegóconlacabeza.—Alomejoreseeselmotivoporelquelohahecho.Quizáqueríademostrarquepodíahacerlo

mismoqueyo.Esetíomeodia—hizounapausa—.Meodia.—Bueno,daigual—Chuckseencogiódehombroscomosiestuvierandiscutiendosobreloqueiban

atomarparadesayunar—.Siestámuerto,al finalseguroque loencontráis.Sino, leacabaráentrandohambreytendráquesalirparacomer.Nomeimporta.

Thomascogiósuplatoylollevóalaencimera.—Loúnicoquequieroesundíanormal,undíapararelajarme.—Entonces,sehacumplidotumalditodeseo—contestóunavozdesdelapuertadelacocina,detrás

deél.ThomassediolavueltaparaveraNewtallídepie,sonriendo.Aquellaampliasonrisareconfortóa

Thomas,comosihubiesedescubiertoquetodoibabienotravez.—Vamos, puñetero delincuente—dijoNewt—. Te podrás relajarmientras estés encerrado en el

Trullo.Vamos.Chucktellevaráalgodecomeramediodía.Thomasasintióysalióporlapuerta,detrásdeNewt.Derepente,undíaenlacárcelleparecíauna

ideaexcelente.Undíaparaestarsentadoyrelajarse.AunquealgoledecíaquehabíamásposibilidadesdequeGallylellevarafloresquedepasarundíaenelClarosinquesucedieranadaextraño.

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Capítulo30

ElTrulloestabasituadoenunlugarrecónditoentrelaHaciendaylaparednortedelClaro,ocultodetrásdeunosmatorralesespinososydescuidadosque,alparecer,nohabíanpodadoensiglos.Eraungran bloque de cemento mal cortado, con una diminuta ventana con barras y una puerta de madera,cerradaconunamenazadorpestillodemetaloxidadoqueparecíasacadodelaEdadMedia.Newtcogióunallavedesubolsillo,laabrióyluegolehizoungestoaThomasparaqueentrara.

—Sólohayunasillaahídentroynadaquepuedashacer.Quetediviertas.Thomasrefunfuñóensuinterioralentraryverelúnicomueble,unasillafeaydestartaladaconuna

pataobviamentemáscortaquelasdemás,puedequeapropósito.Nisiquierateníauncojín.—Pásatelobien—añadióNewtantesdecerrarlapuerta.Thomassevolvióhaciasunuevohogaryoyóelpestilloylacerraduraquesecerrabandetrásdeél.

LacabezadeNewtasomóporlaventanitasincristalymiróporentrelasbarras,conunasonrisitaenelrostro.

—Menudarecompensaporromperlasreglas.Hassalvadoalgunasvidas,Tommy,peroaúntienesqueaprenderamantenerel...

—Sí,yalosé.Elorden.Newtsonrió.—Noerestanmalo,pingajo.Pero,seamosamigosono,tengoquehacerlascosascomoesdebido

paramantenernosconvida.Piensaenellomientrasestésaquísentadomirandolasmalditasparedes.Yluegosemarchó.

***

Pasólaprimerahora;Thomassentíacómoelaburrimientosearrastrabahastaallícomorataspordebajodelapuerta.Enlasegundahora,quisodarsedecabezazoscontralapared.Doshorasmástarde,empezóapensarquecenarconGallyyloslaceradoresseríamejorqueestardentrodelestúpidoTrullo.Se quedó allí sentado, intentando traer a lamente recuerdos, pero los esfuerzos se evaporaban en laolvidadizanieblaantesdequellegaranaformarse.

Porsuerte,amediodíallegóChuckconlacomidayliberóaThomasdesuspensamientos.Despuésdepasarleunostrozosdepolloyunvasodeaguaporlaventana,adoptósuhabitualpapeldecomerlelaorejaaThomas:

—Todoestávolviendoalanormalidad—anuncióelniño—.LoscorredoresestánenelLaberinto,todosestán trabajando; a lomejor sobrevivimos,despuésde todo.Todavíano se sabenadadeGally.Newtlesdijoaloscorredoresquevolvieranenunpispássiencontrabanelcuerpo.Ah,sí,yAlbysehalevantadoyandaporahí.Parecequeestábien.Newtestácontentoporqueyanotienequehacermásdejefazo.

LamencióndeAlbyhizoqueThomasdejaradeprestarleatenciónalacomida.Seimaginóalchicoretorciéndoseyestrangulándoseeldíaanterior.EntoncesrecordóquenadiemássabíaloqueAlbyhabíadichodespuésdequeNewtsalieradelahabitación,antesdelataque.PeroesonosignificabaqueAlbyloguardaraparaellosdosahoraquesehabíalevantadoyestabapaseándoseporallí.

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Chuckcontinuóhablandoydioungirototalmenteinesperado:—Thomas,estoyhechounlío,macho.Esraroestartristeyechardemenostucasa,peronotenerni

ideadeadondequieresregresar,¿sabes?Loúnicoqueséesquenoquieroestaraquí.Quierovolverconmifamilia.Sealoquesealoquemeespere,loquemehayanquitado.Quierorecordar.

Thomassesintióunpocosorprendido.NohabíaoídonuncaaChuckdeciralgotanprofundoytanauténtico.

—Séaloqueterefieres—murmuró.Chuck era demasiado bajito para que Thomas le vieramientras hablaban, pero, por su siguiente

frase,seimaginóqueteníalosojosllenosdeunadeprimentetristezay,talvez,inclusodelágrimas:—Anteslloraba.Todaslasnoches.AquellohizoqueThomasdejaradepensarenAlby.—¿Sí?—Comounbebéquemojalacama.Casihastaeldíaenquellegasteaquí.Luegosupongoqueme

acostumbré.Estoseconvirtióenmicasa,aunquetengamoslaesperanzadesaliralgúndía.—Yo sólo he llorado una vez desde que aparecí aquí, pero eso fue después de que casi seme

comieranvivo.Seguramenteseauncarafucosuperficial.ThomasquizánolohubieseadmitidosiChucknosehubierasincerado.—¿Lloraste?—oyóqueChuckdecíaporlaventana—.¿Allífuera?—Sí. Cuando el último por fin cayó por el Precipicio, me vine abajo y sollocé hasta que me

dolieronelpechoylagarganta—Thomaslorecordabademasiadobien—.Todosemeechóencimaalavez.Estoysegurodequemehizosentirmejor.Notesientasmalporllorar.Nunca.

—Tehizosentirmejor,¿eh?Esrarocómofunciona.Pasaronunosminutosensilencio;ThomasesperóqueChucknosehubiesemarchado.—Eh,¿Thomas?—lellamóChuck.—Sigoaquí.—¿Creesquetengopadres?¿Padresdeverdad?Thomas se rió, sobre todo para apartar la repentina oleada de tristeza que le provocó aquella

pregunta.—Puesclaroquelostienes,pingajo.¿Necesitasqueteexpliquelodelospájarosylasabejas?—le

dolióenelalma.Recordabaaquellacharla,peronoquiénselahabíadado.—Nomerefieroaeso—dijoChuckconlavoztotalmentefaltadealegría.Eragraveysombría,casi

como si hablara entre dientes—. Lamayoría de chicos que ha pasado por el Cambio recuerda cosasterriblesdelasquenisiquieraquierehablar,loquemehacedudardesitengoalgobuenoquemeespereencasa.Bueno,loquequierodeciressicreesqueesposiblequeyotengaunamadreyunpadreenalgúnlugar,quemeechendemenos.¿Creesqueelloslloraránporlanoche?

AThomasleimpactódarsecuentadequesusojosestabanllenosdelágrimas.Habíahabidotantoalboroto desde su llegada que nunca había pensado en los clarianos como personas de verdad, confamilias de verdad que les echaran demenos. Era raro, pero ni siquiera había pensado en él en esesentido.Sóloenloqueaquellosignificaba,enquiénleshabíaenviadoallíyencómopodríansalir.

Porprimeravez,sintióalgoporChuckquelehizoenfadarsetantocomoparaquerermataraalguien.Aquelniñodeberíaestarenel colegio,enunhogar, jugandocon loshijosde losvecinos.Semerecíavolveracasaporlanoche,conunafamiliaquelequisiera,quesepreocuparaporél.Unamadrequelehicieraducharsetodoslosdíasyunpadrequeleayudaraahacerlosdeberes.

Thomasodiabaalagentequehabíacogidoaaquelpobreniñoinocenteylohabíaapartadodesufamilia.Losodiabaconunaintensidadquenosabíaquealguienpudierasentir.Queríamatarlos,inclusotorturarlos.QueríaqueChuckfuerafeliz.Peroleshabíanarrebatadolafelicidaddesusvidas.Aligualqueelamor.

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—Escúchame,Chuck—Thomashizounapausaparacalmarsetodoloquepudoyasegurarsedequelavoznoselequebraba—.Estoyconvencidodequetienespadres.Losé.Suenafatal,peromeapostaríalo que fuera a que tu madre está sentada en tu habitación ahora mismo, sujetando tu almohada,contemplando el mundo que te apartó de ella. Y sí, seguro que está llorando. Mucho. Con los ojoshinchadosylanarizmoqueante.

Chucknodijonada,peroThomascreyóoírquesesorbíalanariz.—No te rindas, Chuck. Vamos a solucionarlo, vamos a salir de aquí. Ahora soy corredor y te

prometopormividaquetedevolveréa tuhabitación.Haréque tumadredejede llorar—lodecíadeverdad.Losentíacontodosucorazón.

—Espero que tengas razón —dijo Chuck con voz temblorosa. Asomó un pulgar alzado por laventanaysemarchó.

Thomasselevantóparacaminarunpocoporlapequeñahabitación,echandochispasporelintensodeseodemantenersupromesa.

—Telojuro,Chuck—susurróparasímismo—.Juroquetellevarédevueltaacasa.

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Capítulo31

Justodespuésdeoírelchirridoyelestruendode lapiedra rozando lapiedra,anunciandoquesecerrabanlaspuertasporaqueldía,Albyaparecióparaliberarle,loquefueunagransorpresa.Sonólallavedemetalenlacerraduray,luego,seabriólacelda.

—Noestásmuerto,¿no,pingajo?—preguntóAlby.TeníamuchísimomejoraspectoqueeldíaanterioryThomasnopudoevitarmirarlofijamente.Su

pielhabíarecuperadoelcolorylosojosyanoestabanllenosdevenasrojas.Parecíahaberengordadosietekilosenveinticuatrohoras.

Albyadvirtióqueteníalosojosabiertoscomoplatos.—Foder,chaval,¿quéestásmirando?Thomassacudióunpocolacabeza,comosihubieravueltodeuntrance.Sumentedabavueltasyse

preguntabaquérecordaríaAlby,quésabría,quéhabríadichodeél.—¿Qué...?Nada.Esimpresionantequetehayascuradotanrápido.¿Estásbienya?Albysacómúsculoconsubícepsderecho.—Nuncaheestadomejor.Sal.Thomassalióyesperóquesusojosnoparpadearanehicieranvisiblesupreocupación.Albycerró

lapuertadelTrulloysevolvióparamirarle.—La verdad es que es mentira. Me siento como un trozo de clonc cagada dos veces por un

lacerador.—Sí,asíestabasayer—cuandoAlbylefulminóconlamirada,Thomasesperóquefueseenbromay

enseguidaseaclaró—:Perohoyparecescomonuevo,telojuro.AlbyseguardólasllavesenelbolsilloyapoyólaespaldaenlapuertadelTrullo.—Menudacharlaquetuvimosayer,¿eh?ElcorazóndeThomaslatióconfuerza.—Eeeh...,sí,meacuerdo.—Yoviloquevi,verducho.Estáalgoborroso,peronuncaloolvidaré.Fuehorrible.Cuandointenté

contarlo,algoempezóaestrangularme.Lasimágenesvienenysevan,comosilamismacosanoquisieraquerecordara.

Thomas vio en su mente por un instante la escena del día anterior. Alby se retorcía, intentabaestrangularse.Thomasnosehabríacreídoquehabíapasadosinolohubiesevistoconsuspropiosojos.Apesardetemerlarespuesta,sabíaqueteníaquehacerlasiguientepregunta:

—¿Yquévistesobremí?Nodejabasdedecirminombre.¿Quéestabahaciendo?Albysequedómirandoalvacíoduranteunratoantesdecontestar:—Estabasconlos...creadores.Lesayudabas.Peroesonofueloquemásmeafectó.Thomas se sintió como si alguien le acabara de golpear con un puño en el abdomen. «¿Les

ayudaba?».Nopudopronunciarlaspalabrasparapreguntaraquéserefería.Albycontinuó.—Espero que el Cambio no nos dé recuerdos reales, que sólo nos implante imágenes falsas.

Algunoslosospechan,yosóloloespero.Sielmundoestalycomolohevisto...—dejódehablarydiopasoaunsilencioquenoaugurabanadabueno.

Thomasestabaconfundido,perocontinuóinsistiendo:—¿Nopuedesdecirmeloquevistesobremí?Albynegóconlacabeza.—Nidecoña,pingajo.Novoyaarriesgarmeaestrangularmeotravez.Puedequeseaalgoquenos

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hanpuestoenelcerebroparacontrolarnos...,comolodelapérdidadememoria.—Bueno,sisoymalo,alomejordeberíasdejarmeaquíencerrado—Thomaslodecíasólomedio

enserio.—Verdacho, tú no eresmalo. Puede que seas un gilipullo cara fuco, pero no eresmalo—Alby

mostró una ligera sonrisita, una mera rendija en su rostro normalmente adusto—. Lo que hicistearriesgandotuvidaparasalvarnoselculoamíyaMinhonolohubierahechonadiemalo,queyosepa.No,másbiencreoqueelSuerodelaLaceraciónyelCambiotienengatoencerrado.Portubienyporelmío,esoespero.

Thomasestaba tanaliviadodequeAlbyestuvierabienconélquesólooyó lamitadde loqueelchicoacababadedecir.

—¿Cómodemaloeraloquerecordaste?—Recordécosasdecuandoeraniño,dóndevivíayeso.YsiDiosbajaraahoramismoymedijera

quepuedoirmeacasa...—Albymiróalsueloynegóotravezconlacabeza—.Siesreal,verducho,tejuroquemeiréavivirconloslaceradoresantesdevolverallí.

Thomas se sorprendió al oír que era tan malo. Deseaba que Alby le diera detalles, que ledescribieraalgo,cualquiercosa.Perosabíaqueelestrangulamientoeraaúnmuyrecienteparahacerlecambiardeopinión.

—Bueno, a lomejorno son reales,Alby.A lomejor elSuerode laLaceración es algún tipodedrogaqueproducealucinaciones—sabíaqueseestabaagarrandoaunclavoardiendo.

Albyreflexionóduranteuninstante.—Unadroga...,alucinaciones...—luegonegóconlacabeza—.Lodudo.Merecíalapenaintentarlo:—Aúntenemosqueescapardeestesitio.—Sí,gracias,verducho—repusoAlbyconsarcasmo—.Noséquéharíamossintusánimos.Unavezmás,Thomascasisonrió.LoscambiosdehumordeAlbyleespabilaron.—Dejadellamarmeverducho.Lachicaeslaverduchaahora.—Vale,verducho—Albysuspiró;estabaclaroquelaconversaciónhabíaacabado—.Veabuscar

algodecena.Tuterriblesentenciadeundíaenlacárcelhaterminado.—Conunohetenidodesobra.A pesar de que quería respuestas, Thomas estaba listo para salir del Trullo. Además, se estaba

muriendodehambre.SonrióaAlbyysedirigióalacocinaenbuscadecomida.

***

Lacenafueformidable.FritangasabíaqueThomasiríatarde,asíquelehabíaguardadounplatollenodecarnealabrasa

con patatas, y una nota le avisaba de que había galletas en el armario. El cocinero estaba totalmentedecididoarespaldarelapoyoquehabíamostradohaciaThomasenlaReunión.Minhosesentóconélmientras comíaparaprepararle unpoco antes de suprimergrandíade entrenamiento comocorredor;quería darle algunas estadísticas y datos interesantes. Unas cuantas cosas en las que pensar al irse adormiraquellanoche.

Cuandoterminaron,Thomasregresóallugarsolitarioenelquehabíadormidolanocheanterior,enun rincóndetrás de losMuertos. Pensó en su conversación conChucky se preguntó cómo sería tener

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padresquetedieranlasbuenasnoches.VarioschicosdabanvueltasporelClaroaaquellashoras,peropor lodemásreinabaelsilencio,

comositodosquisieranirseadormiryacabareldíadeunavezportodas.Thomasnosequejaba;esoeraexactamenteloquelehacíafalta.

Lasmantasquealguienhabíadejadoparaéllanocheanteriortodavíaestabanallí.Lasrecogióyseacurrucó contra el cómodo rincón donde las paredes de piedra se encontraban en unmanto de hiedrablanda. Al respirar hondo para intentar relajarse, recibió una mezcla de olores del bosque. El aireparecíaperfectoy,denuevo,lehizopreguntarseporelclimadeaquellugar.Nuncallovía,nuncanevaba,nunca hacía demasiado calor ni demasiado frío. Si no fuera por el pequeñodetalle de que les habíanapartado de sus amigos y sus familias, y de que estaban atrapados en unLaberinto con un puñado demonstruos,podríaserelparaíso.

Algunascosaserandemasiadoperfectas.Losabía,peronoencontrabaningunaexplicación.Empezó a pensar en lo que Minho le había dicho en la cena sobre el tamaño y la escala del

Laberinto.Selocreía,sehabíadadocuentadeloenormequeeracuandohabíaestadoenelPrecipicio.Pero no sabía cómo podían haber construido una estructura como aquella. El Laberinto se extendíakilómetrosykilómetros.Loscorredoresdebíantenerunaformafísicacasisobrenaturalparahacerloquehacíancadadía.Y,aunasí,nohabíanencontradounasalida.Y,apesardeeso,apesardelacompletafaltadeesperanzaenaquellasituación,seguíansinrendirse.

Enlacena,Minholehabíacontadounaviejahistoria,unadelascosasextrañasyalazardelasquese acordaba, sobreunamujer atrapada enun laberinto.Había escapadoporno apartar nunca lamanoderecha de las paredes del laberinto y por deslizaría a lo largo de ellas durante todo el camino. Alhacerlo,sevioobligadaadoblaraladerechaencadagiro,ylassimplesleyesdelafísicaylageometríaleaseguraronalfinalencontrarlasalida.Teníasentido.

Peroaquí,no.Aquí,todosloscaminosllevabanalClaro.Teníanqueestarsaltándosealgo.Mañana comenzaría su entrenamiento.Mañana podría empezar a ayudarles a encontrar lo que se

estaban saltando.Enesepreciso instante,Thomas tomóunadecisión: seolvidaríade todo lo raro,detodolomalo.Detodo.Nopararíahastaresolverelpuzleyencontrarelcaminoacasa.

«Mañana».Aquellapalabraflotóensumentehastaque,porfin,sequedódormido.

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Capítulo32

MinhodespertóaThomasantesdequeamanecieray lehizounaseñalconla linternaparaquelesiguieraalaHacienda.Thomasenseguidasequitódeencimaelaturdimientomatutino,entusiasmadoporempezar su entrenamiento.Salió dedebajode lamantay siguió con ilusión a suprofesor, abriéndosecaminoentrelamultituddeclarianosdormidossobreelcésped,cuyosronquidoseranlaúnicaseñaldequenoestabanmuertos.Untenueresplandor iluminabaelClaroy lovolvía todoazuloscuro, llenodesombras.Thomasnuncahabíavistoaquellugartantranquilo.UngallocantóenlaCasadelaSangre.

Finalmente,enunrincón tortuoso juntoa laparte traserade laHacienda,Minhosacóuna llaveyabrió una puerta vieja que daba a un pequeño armario que servía como trastero.AThomas le dio unescalofríoantesdeverloquehabíaensuinterior.Distinguióunascuerdas,unascadenasyotroschismesmientras la linterna de Minho apuntaba al armario. Al final, la luz cayó sobre una caja abierta dezapatillasparacorrer.Thomascasiserió;parecíaalgotannormal...

—Ahí tienes lo mejor que recibimos —anunció Minho—. Al menos, para nosotros. EnvíanzapatillasnuevasenlaCajaconbastantefrecuencia.Sinoslasdierandemalacalidad, tendríamoslospiesquepareceríanMarte—seinclinóhaciadelanteyrebuscóenunapila—.¿Quénúmerocalzas?

—¿Número?—Thomassequedópensandounsegundo—.Yo...nosé—aveceseramuyraroloquepodíaonorecordar.Seagachó,sequitóunodeloszapatosquellevabadesdequehabíallegadoalClaroyechóunvistazopordentro—.Elcuarentaycinco.

—¡Dios, pingajo, sí que tienes unos pies grandes!—Minho se levantó con un par de zapatillasplateadasylustrosas—.Pero,porlovisto,síquetengounas.Tío,sepodríairenpiraguaconesto.

—Esassontodounlujo.Thomaslascogióyseapartódelarmarioparasentarseenelsuelo,conganasdeprobárselas.Minho

cogióunpardecosasmásantesdesalirareunirseconél.—Sólo los corredores y los guardianes tenemos de esto—dijoMinho, y, antes de que Thomas

pudieralevantarlavistamientrasseatabalaszapatillas,unrelojdeplásticolecayóenelregazo.Eranegroymuysimple,ysuesferatansólomostrabaunvisualizadordigitalconlahora—.Pónteloynoteloquitesnunca.Tuvidapuededependerdeél.

Thomassealegródetenerlo.Aunqueelsolylassombrasparecíanbastarparasabermásomenoslahoraqueera,probablementenecesitaríamásprecisiónahoraquesehabíaconvertidoenuncorredor.Sepusoelrelojenlamuñecay,después,siguiócalzándose.

Minhocontinuóhablando:—Aquítienesunamochila,botellasdeagua,unabolsaconelalmuerzo,algunospantalonescortosy

camisetas, yotras cosas—ledioun empujoncito aThomasy este levantó la cabeza.Minho le estabadandounpardemudasapretadas,hechasdeunmaterialblancobrillante—.Estossonlosgayumbosdeloscorredores.Temantienen,ummm,biencómodo.

—¿Biencómodo?—Sí,yasabes,cuandote...—Vale,lohepillado—Thomascogiólaropainteriorylasdemáscosas—.Tenéistodomuybien

pensado,¿eh?—Despuésdeunparde años corriendohasta romperte el culo cadadía, acabas sabiendo loque

necesitasylopides—empezóametercosasensupropiamochila.Thomasestabasorprendido.—¿Sepuedenpedircosas?¿Loquehagafalta?¿Porquélesibaaayudartantolagentequeleshabíaenviadoallí?

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—Puesclaroquesí.DejamosunanotaenlaCajayyaestá.Esonosignificaquesiemprerecibamosloquequeremosdeloscreadores.Aveces,síy,aveces,no.

—¿Algunavezhabéispedidounmapa?Minhoserió.—Sí,loprobamos.Tambiénpedimosuntelevisor,peronohubosuerte.Supongoqueesoscarafuco

noquierenqueveamoslomaravillosaqueeslavidacuandonovivesenunputolaberinto.Thomas dudó que la vida fuera tan estupenda en casa. ¿Qué clase de mundo permitía que unos

chavalesvivieranasí?Aquelpensamiento ledejódesconcertado, comosi suorigen fueraun recuerdoreal,unhilodeluzenlaoscuridaddesumente.Peroyahabíadesaparecido.Sacudiólacabezayterminódeatarselaszapatillas;luegoselevantó,trotóencírculosysaltóparaprobarlas.

—Estánmuybien.Supongoqueestoylisto.MinhoestabatodavíaagachadosobresumochilaylevantólavistaparamiraraThomasconcarade

indignación.—Parecesunidiotabrincandoporahícomounafucabailarina.Quetengasbuenasuerteahífuerasin

desayuno,almuerzoniarmas.Thomasyahabíadejadodemoversecuandounescalofríoheladolerecorrióelcuerpo.—¿Armas?—Armas—Minhosepusodepieyvolvióalarmario—.Venaquí,teloenseñaré.ThomassiguióaMinhohastaelpequeñocuartoyleobservósacarunascajasdelapareddelfondo.

Debajo había una trampilla.Minho la levantó para revelar unas escaleras demadera que daban a lanegrura.

—LasguardamosenelsótanoparaquelospingajoscomoGallynopuedancogerlas.Vamos.Minhobajóprimero.Laestructuracrujíaconcadapisadamientrasdescendíanporaquelladocena

deescalones.Elairefríoerarefrescante,apesardelpolvoyelfuerteoloramoho.LlegaronaunsuelosucioyThomasnovionadahastaqueMinhoencendióunaúnicabombillaalestirardeunacuerda.

Lahabitacióneramásgrandede loqueThomasesperaba;almenosmedía tresmetroscuadrados.Unasestanteríascubrían lasparedesyhabíavariasmesasdemaderaen formadebloque; todo loquehabía a la vista tenía encima unmontón de cachivaches que le ponían los pelos de punta. Postes demadera,pinchosdemetal,trozosgrandesdemallacomolaquetapalosgallineros,rollosdealambredeespino,sierras,cuchillos,espadas.Unaparedenteraestabadedicadaaltiroconarco:arcosdemadera,flechasycuerdasderepuesto.Encuantolosvio,enseguidaseacordódecuandoAlbydisparóaBenenlosMuertos.

—Vaya—murmuróThomas,ysuvozsonócomoungolpesordoenaquellugarcerrado.Alprincipioleasustóquenecesitaran tantasarmas,pero sintióalivioalverque lamayoríaestabacubiertadeunagruesacapadepolvo.

—Muchasnolasusamos—leinformóMinho—,peronuncasesabe.Loúnicoquesolemosllevaresunpardecuchillosafilados—señalóconlacabezaunbaúlgrandedemaderaquehabíaenunrincónconla tapa abierta, apoyada en la pared.Estaba hasta arriba de cuchillos de todas las formas y tamaños.Thomassóloesperabaqueaquellahabitaciónsiguierasiendosecretaparaelrestodeclarianos.

—Es un poco peligroso tener todo esto—dijo—. ¿Y si Ben hubiera bajado aquí justo antes devolverselocoyatacarme?

Minhosesacólasllavesdelbolsilloylasagitóconunclaqueteo.—Sólounpardesaposconsuertetienenunjuegodeestas.—Aunasí...—Deja de quejarte y coge un par. Asegúrate de que sean buenos y afilados. Luego iremos a

desayunarynosllevaremoselalmuerzo.QuieroestarunratoenlaSaladeMapasantesdesalir.Thomassedespertóaloíraquello.Había tenidocuriosidadporaqueledificioachaparradodesde

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que vio al primer corredor atravesar su amenazadora puerta. Eligió un puñal corto plateado con unaempuñaduradegomayotroconuna largahojanegra.Suentusiasmodecayóunpoco.Aunqueconocíamuybienloquevivíaahífuera,seguíasinquererpensarenporquénecesitabanarmasparaentrarenelLaberinto.

***

Una media hora más tarde, después de comer y hacer el equipaje, estaban delante de la puertametálicaconremachesdelaSaladeMapas.Thomassemoríaporentrar.Elamanecerhabíaestalladoentodosuesplendorylosclarianosdabanvueltas,preparándoseparaunnuevodía.Unolorabeiconfritoflotaba por el aire. Fritanga y su equipo intentaban seguir el ritmo de los montones de estómagoshambrientos.Minhoabriólapuerta,girólaruedaqueteníaporpicaportehastaqueseoyóunclicenelinteriory,entonces,tiró.Conunchirridoporelbruscomovimiento,elpesadotrozodemetalseabrió.

—Túprimero—dijoMinhoconunareverenciaburlona.Thomasentrósindecirnada.Unfríomiedo,mezcladoconunaintensacuriosidad,seapoderódeél,

ytuvoquerecordarsequedebíarespirar.Laoscurahabitaciónteníaunoloramohoyhumedad,ademásdeunaromaacobretanfuerteque

podíasaborearlo.Undistanterecuerdoborrosodechuparloscentavoscuandoerapequeñoaparecióensumente.

Minholedioauninterruptoryvariashilerasdefluorescentesparpadearonhastaqueseencendierondeltodoyrevelaronlahabitaciónaldetalle.

AThomaslesorprendiósusimplicidad.LaSaladeMapasmedíaunosseismetrosdeanchoyteníalasparedesdecementosinningúntipodedecoración.Habíaunamesademaderacolocadaenelcentro,conochosillasdispuestasalrededor.Enlasuperficiehabíaunosmontonesdepapelbienapiladosyunoslápices,unodelantedecadasilla.Losotrosobjetosdelahabitacióneranochobaúles,justocomoelqueconteníaloscuchillosenelsótanodelasarmas.Estabancerradosycolocadosdedosendosjuntoalapared.

—BienvenidoalaSaladeMapas—dijoMinho—.Unlugartantranquilocomocualquierotroquepudierasvisitar.

Thomassesintióunpocodecepcionado;esperabaalgomásprofundo.Respiróhondo.—Lomaloesquehuelacomounaminadecobreabandonada.—Pues amíme gusta este olor—Minho sacó dos sillas y se sentó en una de ellas—. Siéntate,

quierometerteunpardeimágenesenlacabezaantesdesalirahífuera.MientrasThomassesentaba,Minhocogióunahojadepapelyunlápiz,yempezóadibujar.Thomas

seinclinóparaecharunvistazoyvioqueMinhohabíadibujadoungrancuadradoqueocupabacasitodoelfolio.Luegolollenódecuadraditoshastaquetuvoelmismoaspectoqueuntresenrayacerrado,contres filas de tres recuadros, todos delmismo tamaño.Escribió la palabraCLARO enmedio y, luego,numeró los recuadros exteriores del uno al ocho, empezando por la parte superior de la esquinaizquierda,siguiendoladireccióndelasagujasdelreloj.Porúltimo,arrancóunostrocitosdepapelaquíyallá.

—Estassonlaspuertas—dijoMinho—.ConoceslasqueestánenelClaro,perohaycuatromásenelLaberintoquedana lasSecciones1,3,5y7.Sequedanenelmismositio,pero la rutacambiaalmoverse las paredes cada noche—terminó y deslizó el papel por la mesa hasta dejarlo enfrente de

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Thomas.Thomaslocogió,totalmentefascinadoporqueelLaberintoestuvieratanestructurado,yloestudió

mientrasMinhoseguíahablando:—AsíquetenemoselClaro,rodeadodeochosecciones;cadaunaesuncuadradoindependienteque

nosehapodidoresolverendosañosdesdequeempezóesteputojuego.LoúnicomásparecidoaunasalidaeselPrecipicio,yesanoesmuybuena,amenosquequierascaerhastaunamuertehorrible—Minhodiounosgolpecitossobreelmapa—.Lasparedessemuevenportodoelfucositiocadanoche,alamisma hora en que se cierran las puertas.Almenos, creemos que es cuando ocurre, porque nuncaoímosquesemuevanlasparedesenotromomento.

Thomasalzólavista,contentodepoderofreceralgodeinformación:—Noviquenadasemovieralanocheenquenosquedamosallíatrapados.—Lospasadizosprincipalesquehayjuntoalaspuertasnocambiannunca.Sonsólolosqueestán

másadentro.—Ah.ThomasvolvióalmaparudimentarioparaintentarvisualizarelLaberintoyverlosmurosdepiedra

dondeMinhohabíatrazadounaslíneasalápiz.—Siempre tenemos al menos ocho corredores, incluido el guardián. Uno para cada sección.

Tardamosundíaenteroenhacerunmapadenuestrazona,esperandocontratodopronósticoquehayaunasalida; luego regresamos y lo dibujamos en una hoja aparte cada día—Minhomiró hacia uno de losbaúles—.Esaeslarazónporlaqueesascosasestánllenasdefucosmapas.

Thomastuvounpensamientodeprimenteyaterrador:—¿Estoy...sustituyendoaalguien?¿Hamuertoalgúncorredor?Minhonegóconlacabeza.—No, sólo te estamos entrenando. Seguro que alguien quiere un respiro. No te preocupes, hace

muchotiempoquenomuereuncorredor.Por algúnmotivo, laúltima frasepreocupóaThomas, aunqueesperóqueno se le reflejara enel

rostroenaquelmomento.SeñalólaSección3.—Y...¿ospasáistodoeldíacorriendoporestoscuadraditos?—Quégracioso—Minhoselevantó,seacercóalbaúlquehabíajustodetrásdeellos,searrodilló,

levantólatapaylaapoyóenlapared—.Ven.Thomasyasehabíalevantado;seapoyóenelhombrodeMinhoparaecharunvistazo.Elbaúleralo

bastante grande para guardar cuatro sacos demapasy los cuatro estaban llenos hasta arriba. Los queThomasalcanzóavererantodosmuysimilares:unesbozodeunlaberintocuadradoocupabacasitodoelfolio.EnlaesquinasuperiordeladerechahabíaanotadoSección8,seguidodelnombreHank,luegolapalabraDíayunnúmero.Enlaúltimahojaponíaqueeraeldíanúmero749.

Minhocontinuó:—Al principio, averiguamos que las paredes semovían hacia la derecha. En cuanto lo hicimos,

empezamosamantenerunregistro.Siemprehemospensadoquecompararlosdíaadía,semanaasemana,nos ayudaría a descubrir la pauta que sigue.Y lo conseguimos.Los laberintos básicamente se repitencadames.Pero aún tenemosque encontrar una salidaquenos lleve fueradel cuadrado.Nuncahemosvistounasalida.

—Hanpasadodosaños—dijoThomas—.¿Nooshabéisdesesperadotantocomoparapasarallílanocheyversiquizásalgoseabremientrassemuevenlasparedes?

Minholemiróconundestellodeiraenlosojos.—Esoesunpocoinsultante,tío.Enserio.—¿Qué?—Thomassequedósorprendidoporquenopretendíaofenderle.—Llevamos rompiéndonos el culo dos años, y ¿sólo se te ocurre preguntar por qué somos

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demasiadomariquitasparapasarallífueratodalanoche?Algunoslointentaronalprincipio,perotodosaparecieronmuertos.¿Quierespasarotranocheahí?Comosituvieraslaposibilidaddesobrevivirotravez,¿eh?

Thomassesonrojódevergüenza.—No.Perdona.Derepente,sesintiócomountrozodeclonc.Ylaverdaderaqueestabadeacuerdo,preferíavolver

al Claro sano y salvo cada noche que asegurarse otra batalla con los laceradores. Se estremeció alpensarlo.

—Sí,bueno—MinhovolviólamiradahacialosmapasenelbaúlparagranaliviodeThomas—.LavidaenelClaropuedequenoseamaravillosa,peroalmenoses segura.Hayunmontóndecomidayestamosprotegidoscontra los laceradores.Nolespodemospedira loscorredoresquesearriesguenaquedarseahífuera,nihablar.Almenos,aúnno.No,hastaquetengamosunapistadedóndepuedeabrirseunasalida,aunqueseadeformatemporal.

—¿Estáiscerca?¿Habéisdescubiertoalgo?Minhoseencogiódehombros.—Nolosé.Esunpocodeprimente,peronosabemosquéotracosahacer.Nopodemosarriesgarnos

aqueundía,enalgúnsitio,puedaaparecerunasalida.Nopodemosrendirnos.Nunca.Thomas asintió, aliviado por aquella actitud. Pormal que estuvieran las cosas, rendirse sólo las

empeoraría.Minhosacóvariashojasdelbaúl: losmapasdelosúltimosdías.Mientras loshojeaba, leexplicó:

—Comotedecíaantes, loscomparamostodoslosdías, todaslassemanas, todoslosmeses.Cadacorredor se encarga de unmapa de su sección. Para serte sincero, todavía no hemos averiguado unamierda.Y,parasertemássinceroaún,nosabemosquéestamosbuscando.Esunasco,tío.Unputoasco.

—Pero no podemos rendirnos —dijo Thomas con un tono muy natural, como una repeticiónresignadadeloqueMinhohabíadichohacíaunmomento.

Habíadicho«podemos»sinnisiquierapensarlo,ysediocuentadequeyaformabapartedelClaro.—Esoes,colega.Nopodemosrendirnos—Minhovolvióacolocarconcuidadolospapelesenel

baúl, lo cerró y luego se incorporó—.Bueno, tendremos que darnos prisa porque aquí hemos estadomuchorato.Losprimerosdíassólotendrásqueseguirme.¿Listo?

Thomassintióunacorrientedenerviosismoensuinterior,pellizcándolelabarriga.Yahabíallegadoelmomento,ibanasalirdeverdad;sehabíaacabadohablarypensarsobreeltema.

—Ummm...,sí.—Aquínohay«ums»quevalgan.¿Estáslistoono?ThomasmiróalosojosdeMinho,quederepentereflejabandureza.—Estoylisto.—Entonces,vamosacorrer.

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Capítulo33

AtravesaronlaPuertaOestehacialaSección8yseabrieroncaminoporvariospasadizos,Thomasiba al lado de Minho mientras giraba a derecha e izquierda sin, por lo visto, pararse a pensarlo,corriendotodoeltiempo.Laluzdeprimerahoradelamañanateníaunfuertebrilloyhacíaquetodosevieraclaroyresplandeciente:lahiedra,losmurosagrietadosylosbloquesdepiedraenelsuelo.Aunquefaltaban unas horas para que el sol alcanzara su posición de mediodía, todo estaba muy iluminado.ThomasseguíaelritmodeMinholomejorquepodíay,devezencuando,aumentabalavelocidadparanoquedarseatrás.

Al final, llegaron a un corte rectangular en una larga pared al norte que parecía una entrada sinpuerta.Minholaatravesócorriendosindetenerse.

—EstollevadelaSección8(elcuadradodeenmedioalaizquierda)alaSección1(elcuadradodearribaalaizquierda).Comotehedicho,estepasadizoestásiempreenelmismositio,perolarutaapartirdeaquípuedequeseadiferenteporquelasparedessemueven.

Thomas le siguió, sorprendido por lomucho que le costaba respirar. Esperó que fueran sólo losnerviosyquesurespiraciónseestabilizarapronto.

Corrieron por un largo pasillo a la derecha y pasaron por varios giros a la izquierda. Cuandollegaronalfinal,Minhoredujoelritmohastacasicaminaryechóatráslamanoparasacarunblocyunlápiz del bolsillo lateral de sumochila. Anotó algo y luego lo volvió a guardar todo, sin detenerse.Thomassepreguntóquéhabríaescrito,peroMinholecontestóantesdequepudieseformularlapregunta:

—Confío...casisiempreenmimemoria—dijoelguardiánentrejadeos,conlavozmostrandoporfin un poco de esfuerzo—. Pero, cada cinco giros, anoto algo que me sirva de ayuda más tarde. Lamayoría tienequevercon lodeayer, enquésediferenciade lodehoy.Deestemodo,puedousarelmapadeayerparahacereldehoy.Estátirado,tío.

Thomassesintióintrigado.Minholohacíaparecermuyfácil.Corrieron durante un rato hasta que llegaron a una intersección. Tenían tres posibilidades, pero

Minhofuehacialaderechasindudarlo.Alhacerlo,sacóunodesuscuchillosdelbolsilloy,sinperderelritmo,cortóungrantrozodehiedradelapared.Lotiróalsuelodetrásdeélysiguiócorriendo.

—¿Miguitasdepan?—preguntóThomas.Elviejocuentodehadaslehabíasaltadoalamemoria.Aquellosextrañosretazosdelpasadocasihabíandejadodesorprenderle.

—Miguitasdepan—contestóMinho—.YosoyHanselytúeresGretel.ContinuaronsiguiendoelrecorridodelLaberinto,avecesgirandoaladerecha;otras,alaizquierda.

Después de cada giro,Minho cortaba un trozo de hiedra de unmetro de largo para tirarlo al suelo.Thomasnopodíaevitarestarimpresionado,puesaMinhonolehacíafaltapararseparahacerlo.

—Muybien—dijoelguardián,respirandoahoraconmásdificultad—.Tetoca.—¿Qué?—Thomasnoesperabaqueelprimerdía fueraahacerotracosaqueno fuesecorrery

observar.—Ahora,cortatúlahiedra.Tienesqueacostumbrarteahacerlocorriendo.Lasrecogeremoscuando

volvamosolasapartaremosdeunapatada.Thomassesentíamáscontentodeloquepensóquesesentiríaporteneralgoquehacer,aunquele

costóunpocoqueseledierabien.Lasprimerasvecestuvoqueirmásrápidopararecuperarelritmodespuésdecortarlahiedray,enunaocasión,secortóeneldedo.Pero,eneldécimointento,casiigualóaMinhoenaquellatarea.

Continuaron.Después de correr durante un rato—Thomas no tenía ni idea del tiempo que habíapasado ni de la distancia recorrida, pero suponía que unos cinco kilómetros—,Minho aflojó el paso

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hastacaminary,después,sedetuvo.—Haremosunapausa—sequitólamochilaysacóaguayunamanzana.Notuvoqueconvencera

Thomasparaqueleobedeciera.Elchicoempezóatragaragua,saboreandosufrescuramientrasbajabaporsusecagarganta—.¡Notelabebastoda,carapez!—gritóMinho—.Guárdateunpocoparaluego.

Thomas dejó de beber, respiró satisfecho y eructó. Le dio un mordisco a su manzana y,sorprendentemente, se sintiócomonuevo.Poralguna razón,volvióapensareneldíaenqueMinhoyAlbysehabíanidoaverallaceradormuerto,cuandotodosehabíaidoalaclonc.

—NuncamellegasteacontarloquelepasóaAlbyaqueldía,porquéestabatanmal.Estáclaroqueellaceradorsedespertó,pero¿quéocurrió?

Minhoyasehabíapuestolamochila.Parecíalistoparamarcharse.—Bueno,aquellafucacosanoestabamuerta.Comounidiota,Albyleempujóconelpieyelbicho,

derepente,recuperólavida,sacólospinchosyrodóconsugordocuerpo.Peroalgopasaba,porquenoatacó como lo suelen hacer. Parecíamás bien como si tratara de salir de allí y el pobreAlby se lehubierapuestoenmedio.

—Entonces,¿huyódevosotros?—despuésdeloqueThomashabíavistohacíatansólounpardenoches,nopodíaimaginárselo.

Minhoseencogiódehombros.—Sí,supongo...Quizánecesitabairarecargaroalgoporelestilo,nosé.—¿Qué le pasaría? ¿Viste alguna herida o algo así?—Thomas no sabía qué tipo de respuesta

buscaba,peroestabasegurodequeteníaquehaberunapistaounalecciónqueaprenderdeloquehabíasucedido.

Minhosequedópensandounminuto.—No.La fuca cosa parecíamuerta, comouna estatua de cera. Pero entonces, ¡bum!, volvió a la

vida.Thomasnodejabadedarlevueltas; intentaba llegar a algún sitio, sóloqueno sabíapordóndeo

haciaquédirecciónempezar.—Mepreguntoadondeiría.Adondevansiempre.¿Ytú?—sequedócalladounsegundo—.¿Nunca

haspensadoenseguirlos?—Macho,síquetienesganasdemorir,¿no?Vamos,tenemosquemarcharnos.Yconaquellaspalabras,Minhosediolavueltayempezóacorrer.MientrasThomasleseguía,seesforzóporaveriguarloquelerondabalamente.Teníaquevercon

queellaceradorestuvieramuertoyluegoyano,adondehabríaidoencuantovolvióalavida...Frustrado,apartódesíesospensamientosyechóacorrerparaalcanzarle.

***

ThomascorriójustodetrásdeMinhodurantedoshorasmás,conalgunaspequeñaspausasquecadavezparecíanmáscortas.Estuvieraonoenbuenaforma,aThomasledolíatodo.

Al final,Minho se paró y volvió a quitarse lamochila. Se sentaron en el suelo, apoyados en lablandahiedramientrascomíanelalmuerzoyningunodelosdoshablabademasiado.Thomassezampóelbocadilloy lasverduras,masticando lomásdespacioposible.SabíaqueMinho leharía levantarseencuantodesaparecieralacomida,asíquesetomósutiempo.

—¿Hasvistohoyalgodiferente?—preguntóThomas,curioso.

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Minhodiounaspalmaditasasumochila,dondeguardabasusnotas.—Sólolosmovimientoshabitualesdelasparedes.Nadaparaquetuflacuchoculoseentusiasme.Thomasdioungrantragodeaguaymirólaparedcubiertadehiedraquehabíaenfrente.Vislumbró

unreflejorojoyplateado,algoquehabíavistomásdeunavezaqueldía.—¿Qué pasa con esas cuchillas escarabajo? —preguntó. Al parecer, estaban por todos lados.

Entonces,ThomasrecordóloquehabíavistoenelLaberinto.Habíanpasadotantascosasquenohabíatenidolaoportunidaddemencionarlo—.¿Yporquétienenlapalabra«CRUEL»escritaenlaespalda?

—Nunca hemos podido coger una—Minho terminó la comida y tiró la caja del almuerzo—.Ytampocosabemosquésignificaesapalabra.Seguramenteseaalgoparaasustarnos,pero tienenqueserespíasquetrabajanparaellos.Esloúnicoquesemeocurre.

—¿Yquiénesson«ellos»?—inquirióThomas,listopararecibirmásrespuestas.OdiabaalosqueestabandetrásdelLaberinto—.¿Alguientieneunaidea?

—No sabemos ni jota sobre los estúpidos creadores —la cara de Minho enrojeció mientrasapretabalasmanoscomosiestuvieraestrangulandoaalguien—.Lesarrancaría...

Pero,antesdequeelguardiánacabaralafrase,Thomassepusodepieycruzóelpasillo.—¿Qué es eso?—le interrumpió, dirigiéndose a un reflejo gris sin brillo quehabía visto tras la

hiedradelapared,porencimadesucabeza.—Ah,sí,eso—dijoMinhoconuntonodevozindiferente.Thomasapartólacortinadehiedraysequedómirandosincomprendernadaunrectángulodemetal

clavadoenlapiedraconunaspalabrasgrabadasenmayúscula.Extendiólamanopararecorrerlasconlosdedos,comosinocreyeraloqueestabaviendo.

CATÁSTROFERADICAL:UNIDADDEEXPERIMENTOSLETALES

Loleyóenvozaltay,luego,miródenuevoaMinho.—¿Quéesesto?—lediounescalofrío.Debíadeteneralgoqueverconloscreadores.—Nolosé,pingajo.Estánportodaspartes,comopuñeterasetiquetasdeestebonitoLaberintoque

hanconstruido.Hacetiempoquedejédemolestarmeenmirarlas.Thomas se volvió hacia el cartel e intentó eliminar la sensación de fatalidad que se había

despertadoensuinterior.—Amínomesuenaanadabueno.Catástrofe.Experimentos.Muybonito.—Sí,muybonito,verducho.Vamos.A regañadientes, Thomas soltó la hiedra, que cayó en su sitio, y se colocó lamochila sobre los

hombros.Ysemarcharonconesaspalabrasgrabadasenlamente.

***

Una hora después del almuerzo, Minho se detuvo al final de un largo pasadizo. Era recto; lasparedes,sólidas,ynohabíabifurcaciones.

—Elúltimocallejónsinsalida—ledijoaThomas—.Eshoraderegresar.Thomasrespiróhondoytratódenopensarenquesólohabíanrecorridolamitaddelcamino.—¿Nohaynadanuevo?—Los cambios que siempre hay por aquí. El día está a punto de acabarse —contestó Minho

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mientrasmirabasureloj,impasible—.Tenemosquevolver—sinesperarunarespuesta,elguardiánsediolavueltayechóacorrerpordondeacababandellegar.

Thomas le siguió, frustrado por no tener tiempode examinar las paredes y explorar un poco.Alfinal,fuealmismoritmoqueMinho.

—Pero...—Cállate, tío. Recuerda lo que te he dicho antes: no puedes arriesgarte. Además, piénsalo. ¿En

seriocreesquehayunasalidaporalgúnsitio?¿Unatrampillasecretaoalgoasí?—Nolosé...alomejor.¿Porquémelopreguntasdeesemodo?Minhonegóconlacabezayescupióalgoasquerosoasuizquierda.—Nohayningunasalida.Esmásdelomismo.Unaparedesunapared.Essólida.Thomassabíaqueaquellaeralapuraverdad,perosiguióinsistiendo:—¿Cómolosabes?—Porquelosquemandaronaloslaceradorestrasnosotrosnonoslovanaponerfácilparasalir.AquellohizoqueThomasdudasedeporquéloestabanhaciendo,entonces.—¿Yporquénosmolestamosenveniraquí?Minholeechóunvistazo.—¿Queporquénosmolestamos?Porqueestáaquí...Tienequehaberunarazón.Pero,sicreesque

vamosaencontrarunabonitapuertecitaquedéalaCiudadFeliz,esquetehasfumadocloncdevaca.Thomasmiróalfrente;sesentíatandesesperanzadoqueredujoelritmocasihastadetenerse.—Estoesunasco.—Esoeslomásinteligentequehasdicho,verducho.Minhosoltóungranresoplidoysiguiócorriendo,yThomashizoloúnicoquesabía:seguirle.

***

Elrestodeldíafueagotador.MinhoyélvolvieronalClaro,fueronalaSaladeMapas,anotaronlarutadelLaberintoylacompararonconladeldíaanterior.Luegolosmurossecerraronyambosfueronacenar.Chuckintentóhablarconélvariasveces,peroloúnicoquepudohacerThomasfueasentirynegarconlacabeza;leoíaamedias;estabaexhausto.

Antesdequeelcrepúsculodieralugaralaoscuridad,yaestabaensulugarfavorito,enelrincóndelbosque,acurrucadocontralahiedraypreguntándosesipodríavolveracorrer,sipodríahacerlomismoal día siguiente. Sobre todo, ahora que no parecía tener sentido. Ser un corredor había perdido elatractivo.Despuésdeundía.

Todoelnoblevalorquehabíasentido,lasganasdehaceralgodiferente,lapromesaquesehabíahecho de reunir a Chuck con su familia..., todo se desvaneció en una agotada niebla de horriblecansancio.

Estaba en algún sitiomuy cercano al sueño cuando una voz habló en su cabeza, una bonita vozfemeninaqueparecíaperteneceraunareinadelashadasatrapadaensucráneo.Alamañanasiguiente,cuandotodoempezóadesmadrarse,sepreguntósilavozhabíasidorealopartedeunsueño.Perolaoyódetodosmodosyrecordócadaunadesuspalabras:

Tom,acabodeprovocarelFinal.

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Capítulo34

Thomassedespertóconunaluzdébilysinvida.Loprimeroquepensófuequedebíadehaberselevantadomásprontodelohabitual,quetodavíaquedabaunahoraparaqueamaneciera.Pero,entonces,oyólosgritos.Yluegolevantólavistaymiróatravésdelmantoderamasfrondosas.

Elcieloteníauntonogrisapagado,nolaluzblanquecinanaturaldeporlamañana.Sepusoenpiedeunsaltoyseapoyóenlaparedparamantenerelequilibriomientras,boquiabierto,

estiraba el cuello paramirar hacia arriba.No estaba azul, ni negro, ni había estrellas, ni tampoco elabanico purpúreo típico del alba. El cielo, en toda su extensión, era de un gris pizarra. Sin color ymuerto.

Bajó la vista a su reloj. Ya había pasado una hora desde que era obligatorio levantarse. Elresplandor del sol tenía que haberle despertado, como lo había hecho tan fácilmente desde que habíallegadoalClaro.Perohoy,no.

Miróotravezhaciaarriba,medioesperandoquehubieravueltoalanormalidad.Peroestabatodogris.Nohabíanubes,nipenumbra,nilosprimerosminutosdelamanecer.Sóloestabagris.

Elsolhabíadesaparecido.

***

ThomasseencontróalamayoríadelosclarianoscercadelaentradaalaCaja,señalandoalcielomuerto,hablandotodosalavez.Porlahoraqueera,yadeberíanhaberservidoeldesayunoylagentedeberíahabersepuestoatrabajar.Perohabíaalgosobreladesaparicióndelgranobjetodelsistemasolarquetendíaaperturbareldesarrollodelasactividadesnormales.

Laverdaderaque,mientrasThomasobservabaensilencioelalboroto,nosesentíatanasustadonile invadía tanto el pánico como su instinto le decía que debería reaccionar.Y le sorprendió ver quemuchosdelosotrosparecíanpollitosperdidosfueradelgallinero.Dehecho,eraridículo.

Sinduda,elsolnohabíadesaparecido;esoera imposible.Aunqueesoera loqueparecía.Noseveíanseñalesporningúnladodelaboladefuriosofuego,ylassombrasoblicuasdelamañanaestabanausentes. Pero él y todos los clarianos eran demasiado racionales e inteligentes para llegar a esaconclusión.No,teníaquehaberunaexplicacióncientíficaparaloqueestabanpresenciando.Yfueraloque fuera, para Thomas significaba una cosa: el hecho de que ya no pudieran ver el sol se debíaprobablementeaquenuncahabíanpodidoverlo.Unsolnopodíadesaparecer.Sucielodebíadehabersido—yaúnera—inventado.Artificial.

Enotraspalabras,elsolquehabíailuminadoaaquellagentedurantedosaños,quehabíadadocaloryvidaatodo,noeraelsolenabsoluto.Dealgúnmodo,teníaqueserfalso.Todoenaquellugarerafalso.

Thomasnosabíaloqueesosignificanitampococómoeraposible,perosabíaqueeraverdad;eralaúnicaexplicaciónquesumenteracionalaceptaba.Y,porlasreaccionesdelosotrosclarianos,ningunodeellossehabíadadocuentahastaaquelmomento.

Chuck le encontró, y cuando Thomas vio la cara de miedo del niño, sintió una punzada en sucorazón.

—¿Quécreesquehapasado?—preguntóChuckconuntemblorlastimero,sinapartarlosojosdel

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cielo.Thomaspensóqueelcuelloledebíadedolerhorrores—.Escomountechogrisenorme,tancercaquecasiparecequepuedastocarlo.

ThomassiguiólamiradadeChuckhaciaarriba.—Sí,tehacereflexionarsobreestelugar—eralasegundavezenveinticuatrohorasqueChuckdaba

enelclavo.Elcielosíqueparecíauntecho.Eltechodeunahabitaciónmuygrande—.Quizáseharotoalgo.Bueno,alomejorvuelve.

Porfin,ChuckdejódeestarembobadoymiróaThomasalosojos.—¿Roto?¿Yquésesuponequesignificaeso?Antes de que Thomas pudiera contestar, le vino el vago recuerdo de la noche anterior, antes de

quedarse dormido, las palabras de Teresa en sumente. Había dicho: «Acabo de provocar el Final».Podíaserunacoincidencia,¿no?Sintiócomosialgoselepudrieseenelvientre.Cualquieraquefueralaexplicación,loquefuesequehubieraenelcielo,unsolrealono,yanoestaba.Yaquellonopodíasernadabueno.

—¿Thomas?—lellamóChuck,dándoleunosgolpecitosenelbrazo.—¿Sí?—Thomasteníalamenteconfusa.—¿Aquéterefieresconqueseharotoalgo?—repitióChuck.Thomasnecesitabatiempoparapensarsobretodoaquello.—Ah, no sé. Deben de ser cosas sobre este sitio que no entendemos. Pero no se puede hacer

desaparecerelsoldelespacio.Además,todavíahayluzsuficienteparaver,aunqueseatenue.¿Dedóndeviene?

Chuckabriólosojosdeparenpar,comosileacabaranderevelarelsecretomásgrandeyoscurodeluniverso.

—Sí,¿dedóndeviene?¿Quéestápasando,Thomas?Thomasextendiólamanoparaapretarelhombrodelniño.Sesentíaincómodo.—Notengoniidea,Chuck.Niidea.PeroestoysegurodequeNewtyAlbyloaveriguarán.—¡Thomas!—Minhoseacercócorriendoaellos—.DejadeentretenerteconChuckyyvamos.Es

muytarde.Thomassesintióaturdido.Poralgunarazón,habíacreídoqueaquelcieloextrañotiraríatodoslos

planesnormalesporlaborda.—¿Vaisasalirahífuera?—preguntóChuck,queestabatambiénclaramentesorprendido.Thomassealegródequeelchicohubierahecholapreguntaporél.—Puesclaroquesí,pingajo—respondióMinho—.¿Notienesqueiradeambularporahí?—apartó

la vista de Chuck para centrarse en Thomas—. Ahora más que nunca, tenemos una razón para sacarnuestrosculosahífuera.Siesverdadqueelsolsehaido,notardaránmuchoenmorirselasplantasylosanimales.Creoqueladesesperaciónnohahechomásqueempezar.

La última frase le caló a Thomasmuy hondo. A pesar de todas sus ideas, todo lo que le habíasoltadoaMinho,noteníaganasdecambiarelmodoenquehabíanhecholascosaslosdosúltimosaños.UnamezcladeentusiasmoypavorleazotócuandosediocuentadeloqueMinhoestabadiciendo.

—¿Quieresdecirquevamosapasarahílanoche?¿Quevamosaexplorarlosmurosunpocomásdecerca?

Minhonegóconlacabeza.—No,aúnno.Aunquepuedequelohagamospronto.Venga,vamos.Thomas estuvo calladomientrasMinho y él preparaban las cosas y comían un desayuno rápido

comoelrayo.LeestabadandodemasiadasvueltasalcielogrisyaloqueTeresa—almenos,creíaquehabíasidolachica—lehabíadichoensumentecomoparaparticiparenunaconversación.¿AquésereferíaconelFinal?Thomasnopodíaignorarlasensacióndequeteníaquedecírseloaalguien.Atodos.

Peronosabíaloquesignificabaynoqueríaquesupieranqueteníalavozdeunachicaenlacabeza.

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Pensaríanqueselehabíaidolaollayhastapodríanencerrarle,estavezparasiempre.Despuésdemuchodeliberarlo,decidiómantenerlabocacerradaysefueacorrerconMinhoensu

segundodíadeentrenamiento,bajouncielosombríoysincolor.

***

VieronellaceradorinclusoantesdellegaralapuertadelaSección8quedabaalaSección1.MinhoibaunospasospordelantedeThomas.Acababadedoblarunaesquinaaladerechacuando

separódegolpe,conlospiescasiderrapando.DiounsaltohaciaatrásyagarróaThomasdelacamisetaparallevarlocontralapared.

—Shhh—susurróMinho—.Hayunpuñeterolaceradorahídelante.Thomasabriólosojosdeunmodoinquisitivoynotóqueelcorazónseleaceleraba,aunqueantesya

latía rápidoyaun ritmoconstante.Minhose limitóaasentiry,después, se llevóeldedo índicea loslabios.SoltólacamisetadeThomas,retrocedióunpasoy,luego,avanzósigilosamentehastaunaesquinadesde la que podía ver el lacerador. Muy despacio, se inclinó hacia delante para echar un vistazo.Thomasquisogritarquetuvieracuidado.Minhovolviólacabezaparamirarle.

—Estáahísentado—suvozaúneraunsusurro—.Casicomoelquevimosmuerto.—¿Qué hacemos? —preguntó Thomas tan bajo como pudo, intentando ignorar el pánico que

aumentabaensuinterior—.¿Vienehacianosotros?—No,tonto.Yatehedichoqueestáahísentado.—¿Ybien?—Thomaslevantólasmanosaloslados,llenodefrustración—.¿Quéhacemos?—estar

tancercadellaceradorleparecíamuymalaidea.Minhosequedócalladounossegundosaltiempoquepensabaantesdehablar.—Tenemosque ir por ahí para llegar a nuestra sección.Nosquedaremosobservandoun rato.Si

vienedetrásdenosotros,correremosdevueltaalClaro—sevolvióaasomary,entonces,rápido,miróporencimadesuhombro—.¡Mierda,sehaido!¡Vamos!

MinhonoesperóunarespuestaniviolaexpresióndehorrorquecruzólacaradeThomas.Echóacorrerhaciadondehabíavistoellacerador.Aunquesusinstintosledecíanquenolohiciera,Thomaslesiguió.

Corrió a toda velocidad por el largo pasillo detrás deMinho, giró a la derecha y, después, a laizquierda.EncadagiroaminorabanlamarchaparaqueelguardiánpudieraasomarseantesporlaesquinaysusurrarleaThomasquehabíavistolapartedeatrásdelbichodesapareciendoporelsiguientegiro.ContinuaronhaciendolomismodurantediezminutosmáshastaquellegaronallargopasilloqueacababaenelPrecipicio,dondemásallánohabíanada,salvoelcielosinvida.Ellaceradorsedirigíahaciaelcielo.

MinhosedetuvotandegolpequeThomascasiselollevópordelante.Entonces,ThomassequedóheladoalverqueellaceradorhundíalospinchosyrodabahaciaelbordedelPrecipiciohastacaerenelabismogris.Lacriaturadesapareciódelavista.Lassombrassehabíantragadounasombra.

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Capítulo35

—Estolodejamuyclaro—dijoMinho.Thomassecolocó juntoaélenelbordedelPrecipicio,con lavistaclavadaen lanadagris.No

habíanirastrodellacerador,niaizquierda,niaderecha,niarriba,niabajo,nidelante,hastadondesepodíaver.Nohabíanadamásqueunapareddevacío.

—¿Quéesloqueestáclaro?—preguntóThomas.—Yalohemosvistotresveces.Algopasa.—Sí—Thomassabíaaloqueserefería,peroesperódetodosmodossuexplicación.—Ellaceradormuertoqueencontramoscorrióenestadirecciónynuncallegamosaverloregresaro

adentrarse en el Laberinto. Luego vinieron esos cabrones a los que engañamos para que saltaran alPrecipicio.

—¿Lesengañamos?—dijoThomas—.Alomejornofueexactamenteeso.Minholemiró,pensativo.—Hmmm. Bueno, luego ha pasado esto—señaló el abismo—. Ya nome queda duda. De algún

modo,loslaceradorespuedenabandonarelLaberintoporaquí.Parecemagia,perotambiénloesqueelsoldesaparezca.

—Si pueden irse por aquí—añadió Thomas, continuando la línea de razonamiento deMinho—,nosotrostambién.

Unescalofríodeemociónlerecorrióelcuerpo.Minhoserió.—Yavuelvesadesearlamuerte.¿Quéquieres,salirporahíconloslaceradoresycomerosjuntos

unbocadillo?Thomasnotóqueselebajabanlosánimos.—¿Tienesunaideamejor?—Cadacosaasutiempo,verducho.Cojamosunaspiedrasparaexaminarestesitio.Tienequehaber

algunasalidasecreta.ThomasayudóaMinhoabuscarporlosrinconesdelLaberinto,recogiendotodaslaspiedrassueltas

posibles.Consiguieronmáspasandoeldedoporlasgrietasdelaparedhastaquecaíanalsuelo.Cuandoporfinobtuvieronunapilaconsiderable,lallevaronhastaelbordeysesentaronconlospiescolgando.Thomasbajólavistaynovionadamásqueundescensogris.

Minhosacósublocysulápizylosdejóenelsuelojuntoaél.—Muybien,vamosatomarnotas.Ytúmemorízalastambiénenesafucacabezaquetienes.Sihay

algúntipodeilusiónópticaqueestéocultandolasalidadeestelugar,noquieroserelúnicoquelahayacagadocuandoelprimerpingajosaltealvacío.

—Esepingajodeberíaserelguardiándeloscorredores—dijoThomas,intentandohacerunchisteparaescondersumiedo.Estarenunsitiodelqueloslaceradorespodríansalirencualquiermomentolehacíasudar—.Tequerrássujetaraunabonitacuerda.

Minhocogióunapiedradelapila.—Sí.Vale, turnémonos para tirarlas en zigzag. Si hay alguna clase de salidamágica, espero que

tambiénfuncioneconlaspiedras,quelashagadesaparecer.Thomas cogió una piedra y, con cuidado, la lanzó hacia su izquierda, justo enfrente de donde la

paredizquierdadelpasilloquedabaalPrecipicioseencontrabaconelborde.Eltrozoderocairregularcayó.Ycayó.Luegodesaparecióenelvacíogris.

Minhoibaacontinuación.TirósupiedramediometromáslejosqueThomas.Tambiéncayóhaciaabajo.Thomastiróotra,unpocomásallá.Después,Minho.Todaslaspiedrascaíanalasprofundidades.

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ThomassiguiólasórdenesdeMinho;continuaronhastaquemarcaronunalíneaqueseseparabaalmenostresmetros del Precipicio y, luego, cambiaba su objetivo amediometro a la derecha y empezaba aacercarsealLaberinto.

Todas las piedras caían.Una línea hacia fuera, otra línea hacia dentro. Todas las piedras caían.Tiraronpiedrassuficientesparatapartodoelladoizquierdoqueseextendíafrenteaellos,cubriendoasíla distancia que cualquier persona—o cualquier cosa—podría saltar.Conforme lanzaba las piedras,Thomassedesanimabacadavezmás,hastaqueempezóaverlocomounagrantontería.Nopodíaevitarreprenderse;habíasidounaideaestúpida.

Entonces, la siguientepiedraquearrojóMinhodesapareció.Fue la cosamásextrañaydifícil decreerqueThomashabíavistoensuvida.

Minhohabíatiradountrozograndederocaquesehabíacaídodeunagrietaenlapared.Thomashabíaobservado,muyconcentrado,cómocaíantodaslaspiedras.EstaabandonólamanodeMinho,salióhacia delante, casi en la misma línea central del Precipicio, y empezó su descenso hacia el sueloinvisibledeallíabajo.Pero,entonces,desapareció,comosihubiesecaídoenunasuperficiedeaguaoenlaniebla.

Estabaallí,cayendo,y,alsegundosiguiente,habíadesaparecido.Thomassequedósinhabla.—Antes habíamos tirado cosas al Precipicio—dijoMinho—. ¿Cómo no se nos había ocurrido

esto?Nuncahabíavistoquedesaparecieranada.Nunca.Thomastosió;notabalagargantairritada.—Repítelo.Quizáshemosparpadeadooalgoasí.Minholeobedecióytiróotrapiedraalmismositio.Unavezmás,sedesvaneció.—Alomejornoos fijasteisbien lasotrasvecesque tirasteiscosas—sugirióThomas—.Bueno,

debería ser imposible.A veces no nos fijamos en las cosas que no creemos que pasen o que puedanllegarapasar.

Lanzaron el resto de piedras, apuntando al lugar inicial y a varios centímetros alrededor. ParasorpresadeThomas, el sitiopor el que laspiedrasdesaparecían resultómedir sólounpardemetroscuadrados.

—Nome extraña que no nos diéramos cuenta—dijoMinho al tiempo que anotaba dimensionesfrenéticamente,esforzándoseporhacerundiagrama—.Esbastantepequeño.

—Loslaceradoresapenasdebendecaberporeseespacio—Thomasseguíaconlosojosclavadosenlazonadelcuadradoinvisibleflotante,intentandograbarensumemorialadistanciaylaubicación,recordar dónde estaba exactamente—. Y, cuando salen, tienen que mantener el equilibrio antes deatravesar el agujero y saltar en el espacio vacío hacia el borde del Precipicio.No está tan lejos. Sipudierasaltar...Estoysegurodequeparaellosesfácil.

Minhoterminódedibujary,después,alzólavistahaciaaquellugarconcreto.—¿Cómoesestoposible,tío?¿Quéestamosmirando?—Comohasdicho,noesmagia.Debedeseralgocomoqueelcielosehayavueltogris.Algúntipo

deilusiónópticauhologramaqueescondeunaentrada.Enestesitiopasaalgoraro.YThomasadmitióparasusadentrosque tambiéneramuyguay.Sumentesemoríaporsaberqué

tipodetecnologíapodíahaberdetrásdetodoaquello.—Sí, pasa algo raro.Vamos—Minho se levantó con un resoplido y se puso lamochila—.Será

mejorquecorramoslomásrápidoposibleporelLaberinto.Conlanuevadecoracióndelcielo,quizáshayan pasadomás cosas extrañas ahí fuera. Se lo contaremos aNewt y aAlby esta noche. No sé siservirádeayuda,peroalmenosahorasabemosadondevanlosfucoslaceradores.

—Yseguramentededóndevienen—dijoThomasal tiempoque le echabaunúltimovistazoa laentradaoculta—.ElAgujerodelosLaceradores.

—Sí,unnombretanbuenocomocualquierotro.Vamos.

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Thomas se quedó con la vista fija mientras esperaba a que Minho se moviera. Pasaron variosminutos en silencio y Thomas se dio cuenta de que su amigo debía de estar tan fascinado como él.Finalmente,sindecirniunapalabra,Minhosediolavueltaparamarchase.ThomaslesiguióasupesarycorrieronparaadentrarseenelLaberintogrisoscuro.

***

ThomasyMinhonoencontraronnada,salvomurosdepiedrayhiedra.Thomascortólaenredaderaytomónotas.Lecostabadistinguiralgúncambiodesdeeldíaanterior,

peroMinho,sindetenerseapensarlo,leseñalódóndesehabíanmovidolasparedes.Cuandollegaronalúltimocallejónsinsalidayeralahoradevolveracasa,Thomassintióunasganascasiincontrolablesdemetertodoenunabolsaypasarallílanocheparaverquéocurría.

Minhopareciópresentirloyleagarródelhombro.—Aúnno,tío.Aúnno.Yregresaron.EnelClarohabíaunambientesombrío,algológicocuandotodosehavueltogris.Latenueluzno

habíacambiadoniunápicedesdequesehabíandespertadoporlamañanayThomassepreguntósialgocambiaríaal«atardecer».

CuandoatravesaronlaPuertaOeste,MinhofuedirectoalaSaladeMapas.Thomassesorprendió.Pensabaqueeraloúltimoqueharían.

—¿NotemueresporcontarleaNewtyAlbylodelAgujerodelosLaceradores?—Oye, seguimos siendo corredores —respondió Minho— y tenemos un trabajo que hacer —

ThomaslesiguióhastalapuertadeacerodelbloquegrandedecementoyMinhosediolavueltaparadedicarleunasonrisalánguida—.Perosí,nosdaremosprisaparairahablarconellos.

Cuandoentraron,yahabíaotroscorredorespululandoporlasalaquedibujabansusmapas.Nadiedijoniunapalabra,comosi lasespeculacionessobreelnuevocielosehubieranagotado.Elambientedesesperanzador en la habitación hizo que Thomas tuviese la sensación de estar caminando por aguaenfangada.Sabíaquetambiénteníaqueestarcansado,peroseencontrabademasiadoentusiasmadoparasentirseasí;nopodíaesperaraverlasreaccionesdeNewtyAlbycuandosupieranlanoticiasobreelPrecipicio.

Se sentó a lamesa y dibujó elmapadel día, basándose en las notas y en lo que recordaba, conMinho mirándole por encima del hombro todo el tiempo, dándole ideas: «Creo que este pasillo secortabaaquíenvezdeallí»,«Tencuidadoconlasproporciones»y«Dibujamásrecto,pingajo».Aunquepesado,eraútily,alosquinceminutosdeentrarenlasala,Thomasexaminósuobraacabada.Elorgulloleinvadió;sumapaeratanbuenocomocualquieradelosquehabíavisto.

—Noestámal—dijoMinho—.Bueno,paraunverducho.Minhoselevantó,seacercóalbaúldelaSección1yloabrió.Thomassearrodillódelantedeél,

sacóelmapadeldíaanteriorylocolocóalladodelqueacababadedibujar.—¿Quéestoybuscando?—preguntó.—Pautas. Pero no vas a ver nada comparando dos días. Tienes que estudiar varias semanas e

indagarquépatronessiguen,nosé.Séquehayalgoahí,algoquenosayudará.Aunquetodavíanoloheencontrado.Comohedicho,esunasco.

Thomasestabadándolevueltasaalgoenlacabeza;sentíalomismoquelaprimeravezqueentróen

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aquella sala. Las paredes del Laberinto se movían. Unos patrones. Todas aquellas líneas rectas.¿Sugeríanunmapacompletamentedistinto?¿Apuntabanaalgo?Teníaunasensaciónmuyfuertedequeseestabasaltandounapistaevidente.

Minholediounosgolpecitosenelhombro.—Siemprepuedesvolveryseguirestudiandodespuésdecenar,despuésdehablarconNewtyAlby.

Vamos.Thomas guardó los papeles en el baúl y lo cerró. No soportaba la punzada de desasosiego que

sentía.Eracomounpinchazoenelcostado.Lasparedessemovían,líneasrectas,patrones...Teníaquehaberunarespuesta.

—Vale,vamos.AcababandesalirdelaSaladeMapasylapesadapuertasehabíacerradoconunsonidometálico

detrásdeellos,cuandoNewtyAlbyseacercaronnomuycontentos.ElentusiasmodeThomasenseguidasetransformóenpreocupación.

—Eh—saludóMinho—.Acabamosde...—Puesvenga—leinterrumpióAlby—.Notenemostiempoqueperder.¿Habéisencontradoalgo?

¿Loquesea?Minhoretrocedióantetalreprimenda,peroaThomassucaralepareciómásconfundidaqueherida

oenfadada.—Yotambiénmealegrodeverte.Laverdadesquesí,hemosencontradoalgo.Curiosamente,Albycasipareciódecepcionado.—Porqueestefucositiosecaeapedazos—lelanzóaThomasunamiradadesagradable,comosi

todofueseculpasuya.«¿Qué le pasa?», se preguntó Thomas, sintiendo cómo se encendía su propio enfado. Llevaba

trabajandodurotodoeldíay¿asíseloagradecían?—¿Aquéterefieres?—preguntóMinho—.¿Quémáshapasado?NewtseñalólaCajaconlacabezaycontestó:—Hoy no han llegado las malditas provisiones. Durante estos dos años, han venido todas las

semanas,alamismahora,elmismodía.Perohoy,no.Loscuatro sequedaronmirando laspuertasdeaceropegadasal suelo.AThomas leparecióque

sobreellosseextendíaunasombramásoscuraqueelairegrisquerodeabatodolodemás.—Ah,ahorasíqueestamosfucados—susurróMinho,ysureacciónalertóaThomasdelograveque

eralasituación.—Nohaysolparalasplantas—dijoNewt—nilleganprovisionesenlamalditaCaja.Sí,yodiría

queestamosfucados,exacto.AlbyestabacruzadodebrazosyseguíaconlavistaclavadaenlaCajacomosiintentaraabrirlas

puertasconlamente.ThomasesperabaquesulídernosacaraarelucirloquehabíavistoenelCambioo,enrealidad,cualquiercosarelacionadaconél.Sobretodo,ahora.

—Sí,bueno—comentóMinho—,encontramosalgoextraño.Thomas esperó que Newt o Alby reaccionaran positivamente ante aquella noticia; hasta podía

contenerinformaciónquearrojaraluzsobreelmisterio.Newtenarcólascejas.—¿Qué?Minhoestuvotresminutoscontándolo.Empezóporellaceradoralquehabíanseguidoyacabócon

losresultadosdesuexperimentodetirarpiedras.—Debedellevara...,yasabéis...,adondevivenloslaceradores—dijocuandoterminó.—ElAgujerodelosLaceradores—añadióThomas.Los tres lemiraronenfadados,comosino tuvieraderechoahablar.Pero,porprimeravez,no le

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importótantoqueletratarancomoaunverducho.—Tengoqueverlopormímismo—afirmóNewt,yluegomurmuró—:Cuestacreerlo.Thomasnopudoestarmásdeacuerdo.—No sé qué podemos hacer —declaró Minho—. A lo mejor podríamos construir algo para

bloquearelpasillo.—Ni de coña —replicó Newt—. Esas fucas cosas pueden subir por las malditas paredes,

¿recuerdas?Nadaquenosotrosconstruyamoslosmantendráalejados.PeroelalborotoquesehabíaformadofueradelaHaciendaapartósuatencióndelaconversación.

Habíaungrupodeclarianosenlapuertaprincipaldelacasa,gritandoparahacerseoír.Chuckestabaenelgrupoy,alveraThomasyalosotros,echóacorrerconlacaíallenadeentusiasmo.Thomasnopudoevitarpreguntarsequélocurahabíasucedidoahora.

—¿Quépasa?—preguntóNewt.—¡Estádespierta!—gritóChuck—.¡Lachicaestádespierta!AThomasselerevolviótodopordentroyseapoyóenlapareddecementodelaSaladeMapas.La

chica.Lachicaquehablabaensucabeza.Queríacorrerantesdequevolvieraaocurrir,antesdequelehablaraenlamente.Peroerademasiadotarde:

Tom,noconozcoaestagente.¡Venabuscarme!Estádesapareciendotodo...Meestoyolvidandodetodomenosdeti...¡Tengoquecontartecosas!Perosemeestáyendotodo...

Nopodíacomprendercómolohacía,cómoestabaensucabeza.Teresahizounapausay,luego,dijoalgoquenoteníasentido:ElLaberintoesuncódigo,Tom.El

Laberintoesuncódigo.

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Capítulo36

Thomasnoqueríaverla.Noqueríaveranadie.En cuanto Newt se dispuso a marcharse para hablar con la chica, Thomas se escabulló con la

esperanzadequenadie le viera entre tanto entusiasmo.Al estar todos concentrados en la extrañaqueacababadedespertardelcoma,resultaríafácil.BordeóelClaro, luegoechóacorrerysedirigióasulugaraisladodetrásdelbosquedelosMuertos.

Seagachóenunrincón,acurrucadoenlahiedra,yseechólamantaporencima,tapándosehastalacabeza.Dealgúnmodo,creíaqueeraunamaneradeescondersedelaintrusióndeTeresaensumente.Pasaronunosminutosy,porfin,sucorazónsecalmóhastanormalizarsuritmo.

—Olvidarmedetihasidolapeorparte.Alprincipio,Thomaspensóqueeraotromensajeensucabezayapretólospuñoscontrasusorejas.

Pero no, había sido... diferente. Lo había percibido con los oídos. Era la voz de la chica. Unosescalofríoslerecorrieronlaespalday,despacio,retirólamanta.

Teresa estaba a su derecha, apoyada en el sólido muro de piedra. Parecía muy distinta ahora,despierta y alerta.De pie.Llevaba una camiseta blanca demanga larga, unos vaqueros azules y unoszapatosmarrones.Aunquepareciera imposible,era inclusomásatractivaquecuando lahabíavistoencoma.Elpelonegroenmarcabasurostrodepielclarayunosojosazulescomollamas.

—Tom,¿deverdadnoteacuerdasdemí?—suvozsonósuaveencontrasteconelsonidofuerteyenloquecido que salió de ella la primera vez que la vio, cuando dio el mensaje de que «todo iba acambiar».

—Esque...¿merecuerdas?—preguntó,avergonzadoporelgalloquelesalióalpronunciarlaúltimapalabra.

—Sí.No.Quizás—alzólosbrazos,indignada—.Nopuedoexplicarlo.Thomasabriólabocay,después,lacerrósindecirnada.—Recuerdo recordar —masculló, y se sentó dando un gran suspiro. Flexionó las piernas para

rodearselasrodillasconlosbrazos—.Sentimientos.Emociones.Comosituvieratodasesasestanteríasenmicabeza,etiquetadasconrecuerdosycaras,peroestuvieranvacías.Comositodoloanterioraestoestuvieraalotroladodeunacortinablanca.Incluidotú.

—Pero¿cómosabesminombre?—notabacomosilasparedesdieranvueltasasualrededor.Teresasevolvióhaciaél.—No lo sé. Es por algo que pasó antes de que viniéramos al Laberinto. Algo relacionado con

nosotros.Comotehedicho,estácasitodovacío.—¿SabeslodelLaberinto?¿Quiéntelohacontado?Teacabasdedespertar.—Yo...Ahoratodoesmuyconfuso—extendióunamanohaciaél—.Peroséqueeresmiamigo.Casiaturdido,Thomasretirólamantadeltodoyseinclinóhaciadelanteparaestrecharlelamano.—MegustaquemellamesTom.Encuantolodijo,supoquenopodíahaberdichonadamástonto.Teresapusolosojosenblanco.—Asíescomotellamas,¿no?—Sí,perolamayoríamellamaThomas.Bueno,exceptoNewt;élmellamaTommy.Tommehace

sentir...comosiestuvieraencasaoalgoasí.Aunquenoséquéesmicasa—soltóunacarcajadaamarga—.Estamosmetidosenunbuenlío,¿eh?

Porprimeravez,laviosonreírycasituvoqueapartarlavista,comosialgotanbonitonopudieraperteneceraunsitiotangrisyapagado,comosinotuvieraderechoamirarsuexpresión.

—Sí,estamosenunbuenlío—convino—.Yyoestoyasustada.

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—Igualqueyo,deverdad—loquefueeleufemismodeldía.Ambossequedaronunratomirandoelsuelo.—¿Qué...?—empezó a decir él, sin estar seguro de cómo preguntarlo—. ¿Cómo... has hablado

dentrodemimente?Teresanegóconlacabeza.Niidea.Lohagoypunto—lecontestóconlamentey,luego,volvióahablarenvozalta:—Escomosiintentarasmontarenbiciaquí...,sihubiesealguna.Meapuestoloquequierasaque

podríashacerlosinpararteapensarlo.Pero¿teacuerdasdecuándoaprendisteamontarenbici?—No. Bueno..., recuerdomontar en una, pero no cuándo aprendí—hizo una pausa al sentir una

oleadadetristeza—.Niquiénmeenseñó.—Bueno—contestóella,parpadeando,comosiestuvieraavergonzadaporsurepentinamelancolía

—.Detodosmodos...,funcionaasí,másomenos.—Esoaclaralascosas.Teresaseencogiódehombros.—Noselohabráscontadoanadie,¿no?Creeránqueestamoslocos.—Bueno...,laprimeravezqueocurrió,sí.PerocreoqueNewtpensabaqueestabaestresadooalgo

porelestilo—Thomasse sintió inquieto, comosi fueraavolverse locosino semovía.Se levantóyempezóacaminardeunladoaotrodelantedeella—.Tenemosqueaveriguarquépasa.Aquellanotaquetrajistesobrequeeraslaúltimapersonaqueibaavenir,tucoma,elhechodequepuedashablarmeportelepatía...¿Algunaidea?

Teresaleseguíaconlamiradamientrascaminabadeunladoaotro.—Ahorraalientoydejadehacerpreguntas.Loúnicoquetengosonvagosrecuerdos...dequetúyyo

éramos importantes,dequenosusabandealgúnmodo.Dequevinimosaquíporalguna razón.SéqueprovoquéelFinal,sealoqueseaquesignifiqueeso—refunfuñó,yseruborizó—.Misrecuerdossontaninútilescomolostuyos.

Thomassearrodillóanteella.—No.Bueno,túsabesquemehanborradolamemoriasinpreguntármelo...ytodolodemás.Estás

porencimademíydelresto.Semiraronalosojosduranteunbuenrato.Eracomosilamentedelachicaestuvieradandovueltas,

intentandodarlesentidoatodo.Nolosé—dijoensumente.—Yaestásotravez—sequejóThomasenvozalta,aunqueestabaaliviadodequesutrucoyanole

pusieranervioso—.¿Cómolohaces?—Lohagoyyaestá.Meapuestoloqueseaaquetútambiénpuedes.—Bueno, no puedonegar quememuero de ganas de intentarlo—se sentó y flexionó las piernas

comoellahabíahecho—.Medijistealgo(enmicabeza)justocuandomeencontrasteaquí.Dijiste:«ElLaberintoesuncódigo».¿Aquétereferías?

Ellanegóconlacabeza,despacio.—Al principio, cuandome desperté, era como sime hubieran internado en unmanicomio. Esos

chicosextrañosalrededordemicama,elmundoinclinándosesobremí,losrecuerdosarremolinándoseenmimente...Tratédeagarrarunoscuantosyesefueunodeellos.Meacuerdodeporquélodije.

—¿Yhabíaalgomás?—Pueslaverdadesquesí—seremangólamangaizquierdaydejóelbrazoaldescubierto.Había

algoescritoconletrapequeñaytintanegra.—¿Quéeseso?—preguntóThomas,inclinándoseparaverlomejor.—Léelotúmismo.Laletraestababorrosa,peropudodistinguirloqueponíacuandoseacercó:

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CRUELesbuena

ElcorazóndeThomasempezóalatirconfuerza.—He visto esa palabra, «CRUEL»—buscó en su mente, tratando de averiguar qué significaría

aquellafrase—.Enlaspequeñascriaturasquevivenaquí.Lascuchillasescarabajo.—¿Quéson?—preguntólachica.—Unasmaquinitascon formade lagartoquenosespíanpara loscreadores, losquenosenviaron

aquí.Teresaloconsideróunmomentoconlavistafijaenladistanciay,después,secentróensubrazo.—Norecuerdoporquéescribíesto—dijomientrassechupabaelpulgaryempezabaafrotar las

palabrasparaborrarlas—.Peronodejesqueloolvide;debedesignificaralgo.AquellastrespalabrasrecorrieronlamentedeThomasunayotravez.—¿Cuándoloescribiste?—Cuandomedesperté.Teníanunbolígrafoyunblocal ladode lacama.Enmediodel jaleo, lo

apunté.Aquella chica tenía a Thomas desconcertado. Primero, la conexión que había sentido hacia ella

desdeelprincipio;luego,quelehablaramentalmentey,ahora,esto.—Todolorelacionadocontigoesraro.Losabes,¿no?—Ajuzgarporellugardondeteescondes,diríaquetútampocoeresmuynormal.Tegustaviviren

elbosque,¿eh?Thomas intentó poner mala cara y luego se rió. Le parecía patético y hasta se avergonzaba de

esconderseenelbosque.—Bueno,meresultasfamiliarydicesquesomosamigos.Supongoquepuedoconfiarenti.Leofreciólamanoparavolveraestrechársela,Teresalaaceptóy,estavez,sequedósujetándolaun

rato.UnescalofríosorprendentementeagradablerecorrióelcuerpodeThomas.—Loúnicoquequieroesvolveracasa—dijolachica,yalfinallesoltólamano—.Igualquetodos

vosotros.AThomasse lecayóelalmaa lospiesalvolvera larealidadyrecordar lodesalentadorquese

habíavueltoelmundo.—Sí,bueno,ahoralascosasestánbastantemal.Elsolhadesaparecidoyelcielosehapuestogris,

nonosenvíanlasprovisionessemanales...Parecequelascosasvanaterminardeunmodouotro.Pero,antesdequeTeresapudieraresponder,Newtllegócorriendoalbosque.—¿Cómo...?—exclamó cuando se paró delante de ellos.Alby y unos cuantosmás estaban justo

detrás.NewtmiróaTeresa—.¿Cómohas llegadohastaaquí?Elmediquerodijoqueestabasallíy,alsegundo,habíasdesaparecido.

TeresaselevantóconunaseguridadquesorprendióaThomas.—Supongoqueseleolvidólaparteenquelediunapatadaenlaentrepiernaysalíporlaventana.ThomascasiseriócuandoNewtsevolvióhaciaunchicomayorquehabíaporallícerca,alquese

lehabíasonrojadolacara.—Felicidades,Jeff—dijoNewt—.Oficialmente,ereselprimerchicodeaquíalqueunachicada

unapaliza.Teresanosedetuvo:—Siguehablandoasíytúseráselpróximo.Newtsediolavueltahaciaellos,perosucarareflejabacualquiercosamenosmiedo.Sequedóallí

ensilencio,observándolos.Thomaslemiró,preguntándosequélepasaríaalchicoporlacabeza.Albyseacercó.

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—Yamehehartado—señalóelpechodeThomas,casidándoleunosgolpecitos—.Quierosaberquiéneres,quiénesestapingajayporquéosconocéis.

Thomascasiseacobardó.—Alby,tejuro...—¡Havenidodirectaatinadamásdespertar,carafuco!LairaseapoderódeThomasytambiénlapreocupaciónporqueAlbysepusieracomoBen.—¿Yqué?Laconozco,meconoceo,almenos,antesnosconocíamos.¡Esonosignificanada!Nome

acuerdodenada.Niellatampoco.AlbymiróaTeresa.—¿Quéhashecho?Thomas, confundido por la pregunta, miró a Teresa para ver si ella sabía a lo que se estaba

refiriendo.Peronocontestó.—¡Quéhashecho!—gritóAlby—.Primero,elcieloy,ahora,esto.—Heprovocadoalgo—respondiócon lavozcalmada—.No lohehechoadrede, loprometo.El

Final.Noséquésignifica.—¿Qué pasa, Newt? —preguntó Thomas, sin querer hablar con Alby directamente—. ¿Qué ha

ocurrido?PeroAlbyleagarróporlacamiseta.—¿Quéhaocurrido?Yotediréloquehaocurrido,pingajo.¿Estásdemasiadoocupadomirandoatu

enamoradaparaverloquehayatualrededor?¡Paramolestarteendartecuentadelahoraquees!Thomasmirósurelojyadvirtióaterrorizadoalgoenloquenohabíacaído.SupoloqueAlbyestaba

apuntodedecirantesdequelodijera.—Losmuros,foder.Laspuertas.Nosecierranestanoche.

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Capítulo37

Thomas se quedó sin habla. Ahora todo sería distinto. No había sol ni provisiones, ni estabanprotegidos de los laceradores. Teresa había tenido razón desde el principio: todo había cambiado.Thomasnotócomosisurespiraciónsehubiesesolidificadohastaquedarseatascadaenlagarganta.

Albyseñalóalachica.—Quieroquelaencerremos.Ya.¡Billy!¡Jackson!MetedlaenelTrulloeignoradcualquierpalabra

quesalgadesufucaboca.Teresanoreaccionó,peroThomasyalohizoporambos:—¿Quédices?Alby,nopuedes...—secallócuando losencendidosojosdeAlby le lanzaronuna

miradadeiraqueafectóaloslatidosdesucorazón—.Pero...¿cómopuedesecharlelaculpadequenosecierrenlosmuros?

NewtdiounpasoadelanteycolocósuavementeunamanoenelpechodeAlbyparaempujarlehaciaatrás.

—¿Porquéno,Tommy?Lohaadmitidoellamisma.ThomassevolvióhaciaTeresa,pálidopor la tristezaquereflejabansusojosazules.Eracomosi

algoselehubierametidoenelpechoyleoprimieraelcorazón.—Alégratedenoacompañarla,Thomas—dijoAlby.Leslanzóunamiradaasesinaalosdosantes

demarcharse.Thomasnuncahabíatenidotantasganasdedarleunpuñetazoaalguien.BillyyJacksonavanzaronycogieronaTeresaporambosbrazosparallevársela,aunque,antesde

quecruzaranporentrelosárboles,Newtlesdetuvo.—Quedaosconella.Paseloquepase,nadievaatocaraestachica.Juradloporvuestrasvidas.Los dos guardias asintieron y, después, se marcharon con Teresa a la zaga. A Thomas le dolió

inclusomásverqueellanooponía resistencia.Nopodíacreerse lo tristeque se sentía;quería seguirhablandoconella.

«Perolaacabodeconocer—pensó—.Nisiquieraséquiénes».Sinembargo,élsabíaqueaquellonoeracierto.Sentíaqueteníanunaestrecharelaciónyesosólo

podíaserporquelaconocíadeantesdequeleborraranlamemoriaalenviarloalClaro.Venaverme—ledijoellaensumente.Nosabíacómohacerlo,cómohablarconelladeesemodo.Perolointentódetodasformas:Iré.Almenos,allíestarásasalvo.Nocontestó.¿Teresa?Nada.Lossiguientestreintaminutosfueronunestallidodeconfusiónenmasa.Aunquenosehabíaproducidoningúncambioperceptibleenlaluzdesdequeelsolyelcieloazul

nohabíanaparecidoaquellamañana,eracomosilaoscuridadseextendieraporelClaro.MientrasNewtyAlbyreuníanalosguardianesparaqueasignaranlastareasymetieranasusgruposenlaHaciendaenunahora,Thomasnosesentíamásquecomounespectador,sinestarsegurodesipodíaayudar.

A los constructores —sin su líder, Gally, que seguía perdido— les ordenaron que levantaranbarricadas a ambos lados de cada puerta abierta; obedecieron, aunqueThomas sabía que no quedabatiempo suficiente y no había materiales que sirvieran de mucho. Casi le parecía que los guardianesqueríanquelagenteestuvieraocupada,quequeríanretrasarlosinevitablesataquesdepánico.Thomasayudóa losconstructoresa reunir todas lascosassueltasquepudieronencontrarparaapilarlasen losespaciosvacíosylasasegurarontantocomofueposibleparaquenosecayeran.Teníanmuymalapintay

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leparecíanpatéticas,ademásdedarleunmiedodemuerte,puesdeningúnmodoibanaimpedirqueloslaceradoresentraran.

MientrasThomastrabajaba,alcanzóaverelrestodeactividadesqueteníanlugarenelClaro.Juntarontodaslaslinternasquehabíaylasrepartieronentretodoslosquepudieron;Newtdijoque

habíanprevistoquetodoelmundodurmieraenlaHaciendaesanocheyqueapagaríanlasluces,salvoencaso de emergencia. La tarea de Fritanga era sacar toda la comida no perecedera de la cocina yalmacenarlaenlaHacienda,encasodequesequedaranallíatrapados.Thomasseimaginólohorriblequeseríaaquello.Otrosestabanrecogiendoprovisionesyherramientas.ThomasvioaMinhollevandoarmas del sótano al edificio principal. Alby había dejado claro que no podían arriesgarse: iban aconvertirlaHaciendaensufortalezaydebíanhacerloquefuesenecesarioparadefenderla.

Alfinal,ThomasseescabullódelosconstructoresyayudóaMinhoallevarunascajasdecuchillosyunospalos envueltos en alambrede espino.EntoncesMinhodijoqueNewt lehabíamandadohaceralgoespecial;másomenos,leordenóaThomasqueseperdieraysenegóacontestaraningunadesuspreguntas.

AquellohiriólossentimientosdeThomas,perosemarchódetodosmodos,puesqueríahablarconNewtsobreotracosa.Finalmente,leencontrómientrascruzabaelClarohacialaCasadelaSangre.

—¡Newt!—lellamó,corriendoparaalcanzarle—.Tienesqueescucharme.NewtseparótandeprontoqueThomascasichocóconél.Elchicomayorsevolvióylemirócon

taldesdénqueselopensódosvecesantesdedecirnada.—Rapidito—dijoNewt.Thomascasienmudeció,puesnoestabasegurodecómodecirloqueestabapensando.—Tienesquesoltaralachica.Teresa—sabíaqueellasóloibaaayudaryqueaúnpodíarecordar

algovalioso.—Ah,mealegrasaberqueahorasoiscolegas—Newtempezóacaminar—.Nomehagasperderel

tiempo,Tommy.Thomasleagarródelbrazo.—¡Escúchame!Hayalgoenella...Creoquenosenviaronparaayudaraterminarcontodoesto.—Sí, ¿ayudar a que entren los laceradores y nos maten a todos? He oído planes malísimos,

verducho,peroestesellevalapalma.ThomasresoplóparaqueNewtvieralofrustradoquesentía.—No,nocreoqueelhechodequelosmurosesténabiertosseaparaeso.Newtsecruzódebrazos;parecíaexasperado.—Verducho,¿dequéestáshablando?Desde que Thomas había visto las palabras escritas en la pared del Laberinto, «CATÁSTROFE

RADICAL:UNIDADDEEXPERIMENTOSLETALES»,nohabíadejadodepensarenellas.Sabíaquesialguienpodíacreerle,eseeraNewt.

—Creo...Creoqueestamosaquícomopartedealgúnextrañoexperimento,pruebaoalgoparecido.Perosesuponequetienequeterminardealgúnmodo.Nopodemosviviraquíparasiempre.Losquenoshan enviado quieren que acabemos.De unmodo u otro—Thomas se sintió aliviado al sacárselo delpecho.

Newtsefrotólosojos.—¿Ysesuponequeasívasaconvencermedequetodoestábienparaquesueltealachica?¿Porque

latenemosaquíy,derepente,todoes«hazalgoomuere»?—No,nomeestásentendiendo.Nocreoquetenganadaqueverconquenosotrosestemosaquí.No

esmás que un peón.Nos la han enviado como nuestra última herramienta o pista, o lo que sea, paraayudarnosasalir—Thomasrespiróhondo—.Ycreoqueamítambiénmeenviaronconesepropósito.SóloporquehayaprovocadoelFinalnosignificaqueseamala.

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NewtmiróhaciaelTrullo.—¿Sabes qué?Ahoramismo nome importa una clonc. Puede pasar una noche ahí. En cualquier

caso,estarámásasalvoquenosotros.Thomasasintió;estabadeacuerdo.—Vale,pasaremosestanochecomosea.Mañana,cuandoseadedíayestemosasalvo,yaveremos

quéhacemosconella.Averiguaremosloquesesuponequetenemosquehacer.Newtresopló.—Tommy,¿quétendrámañanadediferente?Llevamosaquídosmalditosaños,¿sabes?Thomasteníaelpresentimientodequetodosaquelloscambioseranunestímulo,uncatalizadorpara

elfinal.—Queahoratenemosqueresolverlo.Noshanobligado.Nopodemosseguirviviendoasí,díaadía,

pensandoenque lomás importantees regresaralClaroantesdeque secierren laspuertasparaestarcómodosyseguros.

Newt lo pensó un segundo allí de pie, con el ajetreo de los preparativos de los clarianos a sualrededor.

—Tenemosqueirmásallá.Quedarnosahífueramientraslasparedessemueven.—Exacto —convino Thomas—. A eso me refería precisamente. Y quizá podamos levantar una

barricadaovolarporlosaireslaentradadelAgujerodelosLaceradores.HacertiempoparaanalizarelLaberinto.

—Albyeselúnicoquenopermitiráquesoltemosalachica—dijoNewt,yseñalóconlacabezahacia la Hacienda—. A ese tío no le moláis mucho vosotros dos. Pero ahora mismo tenemos quecallarnosyconseguirllegaramañana.

Thomasasintió.—Podemosvencerlos.—Yalohashechoantes,¿eh,Hércules?Sinsonreírniesperarunarespuesta,Newtsemarchóyempezóagritaralagentequeacabarayse

metieraenlaHacienda.Thomas se alegró de haber tenido aquella conversación. Había ido tan bien como podía haber

esperado.Decidió darse prisa e ir a hablar conTeresa antes de que fuese demasiado tarde.MientrascorríahaciaelTrullo,enlapartetraseradelaHacienda,observócómolosclarianosempezabanaentrar,lamayoríaconlosbrazoscargadosdecosas.

Thomasseparófueradelapequeñacárcelyrecobróelaliento.—¿Teresa?—lallamóporfinatravésdelosbarrotesdelaventanadelaceldasinluz.Surostroaparecióalotro lado,sobresaltándole.AThomasse leescapóungrititoantesdepoder

contenerseytardóunsegundoenrecuperarse.—¡Menudosustomehasdado!—¡Québonito!—replicóella—.Gracias—enlaoscuridad,susojosazulesbrillabancomolosde

ungato.—Denada—respondióél,ignorandosusarcasmo—.Oye,heestadopensando—sedejócaerenel

sueloparaponerenordensusideas.—MásdeloquesepuededecirdeesegilipollasdeAlby—masculló.Thomasestabadeacuerdo,perosemoríadeganasdecontarloquelehabíaidoadecir.—Tienequehaberunmododesalirdeestesitio.Sólotenemosqueseguirbuscando,quedarnosen

elLaberintomástiempo.Loqueescribisteentubrazoyloquedijistedelcódigotienenquesignificaralgo,¿verdad?

«Tienequeseralgo»,pensó.Nopodíaevitarteneresperanza.—Sí,heestadopensandolomismo.Pero,antesquenada,¿puedessacarmedeaquí?

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Susmanosaparecieronparaagarrarlosbarrotesdelaventana.Thomassintióunasganasridículasdealargarsuspropiasmanosparatocarlas.

—Bueno,Newthadichoquetalvezsalgasmañana—Thomasestabacontentoporhaberconseguidoaquellaconcesión—.Tendrásquepasarlanocheahídentro.PuedequeseaellugarmássegurodelClaro.

—Graciasporpreguntarle.Serádivertidodormirenestesuelofrío—señalódetrásdeellaconelpulgar—.Aunquesupongoqueloslaceradoresnopodránatravesarestaventana,asíqueestarébien,¿no?

Lamencióndeloslaceradoreslesorprendió.Norecordabahaberlehabladodeellostodavía.—Teresa,¿estásseguradequelohasolvidadotodo?Ellasequedópensandounsegundo.—¡Qué raro!Me imagino que recuerdo algunas cosas.Amenos que haya oído hablar a la gente

mientrasestabaencoma.—Bueno,supongoqueahoramismonotieneimportancia.Sóloqueríaverteantesdepasarlanoche

dentro.Peronosequeríamarchar,casideseabameterseenelTrulloconella.Sonrióparasusadentros;se

imaginabaloquediríaNewtanteaquellapetición.—¿Tom?—dijoTeresa.Thomassediocuentadequeestabaenlasnubes.—Ah,perdona.¿Sí?Ellaretirólasmanoshaciadentroyestasdesaparecieron.Loúnicoquepodíavereransusojosyel

brillopálidodesupielblanca.—Nosésipodrépasarlanocheencerradaenestacárcel.Thomas sintióuna tristeza increíble.Quería robar las llavesdeNewty ayudarla a escapar.Pero

sabíaqueeraunatontería.Tendríaquesufriryapañárselas.Sequedóconlavistaclavadaenaquellosojosbrillantes.

—Almenos,noestarástotalmenteaoscuras.Porlovisto,ahoraestamosatrapadosenestaespeciedecrepúsculolasveinticuatrohorasdeldía.

—Sí...—miródetrásdeél,hacia laHacienda,y luegovolvióacentrarseenThomas—.Soyunachicafuerte,estarébien.

Elchicosesintiófatalportenerquedejarlaallí,perosabíaquenolequedabaotraopción.—Measegurarédequeloprimeroquehaganmañanaseasacartedeaquí,¿vale?Ellasonrióparahacerlesentirmejor.—¿Meloprometes?—Prometido—Thomas sediounosgolpecitos en la sienderecha—.Y si te sientes sola, puedes

hablarmecontu...trucotodoloquequieras.Intentaréresponderte.Yalohabíaaceptadoycasiqueríaquelohiciera.Sóloesperabasabercómocontestarleparapoder

mantenerunaconversación.Notardarásenconseguirlo—leaseguróTeresaensumente.—Ojalá.Sequedóallí,sinningunasganasdemarcharse.Enabsoluto.—Serámejorquetevayas—dijolamuchacha—.Noquieroquetematenbrutalmentepormiculpa.Thomasselasarreglóparasonreíraloírsuspalabras.—Muybien.Hastamañana.Y,antesdequepudieracambiardeopinión,seescabullóporunaesquinahacialapuertaprincipal

de laHacienda, justo cuando el últimopar de clarianos entrabayNewt los empujaba como si fuesengallinasdescarriadas.Thomastambiénentró,seguidodeNewt,quecerrólapuertadetrásdeél.

Justo antes de que pasara el pestillo, Thomas creyó oír el primer gemido estremecedor de loslaceradores,queveníandealgúnsitiodelinteriordelLaberinto.

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Lanochehabíaempezado.

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Capítulo38

Normalmente, lamayoríadormíafuera,asíquemeter todosaquelloscuerposen laHaciendahizoquetodosestuvieranmuyapretados.Losguardianeshabíanorganizadoydistribuidoalosclarianosporlashabitaciones,conmantasyalmohadas.Apesardelnúmerodepersonasydelcaosquesuponíaaquelcambio,unsilencioinquietanteacompañabalasactividades,comosinadiequisierallamarlaatención.

Paracuandotodosestuvieroninstalados,ThomasyaseencontrabaarribaconNewt,AlbyyMinho,ypor finpudieron terminar ladiscusiónquehabían empezadoantes en el patio.AlbyyNewt estabansentadosenlaúnicacamadelahabitación.ThomasyMinhosesentaronjuntoaellosenunassillas.Losotrosmuebleseranuntocadordemaderainclinadoyunamesapequeñasobrelaquehabíaunalámparaquelesdabatodalaluzquetenían.Laoscuridadgrisparecíapresionarenlaventanadesdefuera,conpromesasdequealgomaloibaallegar.

—Eslomáscercaqueheestadodetirarlatoalla—estabadiciendoNewt—,demandarlotodoalacloncydarleaunlaceradorunbesodebuenasnoches.Nosquitanlasprovisiones,elmalditocielosevuelvegrisylosmurosnosecierran.Peronopodemosrendirnos,ytodoslosabemos.Loscabronesquenosenviaronaquíonosquierenvermuertosonosestándandounempujón.Seaunacosauotra,tenemosqueponernosacurrarhastaqueestemosmuertosono.

Thomas asintió con la cabeza, pero no dijo nada. Estaba totalmente de acuerdo, pero no teníaningunaideaconcretasobrequéhacer.Sisobrevivíanaaquellanoche,quizáTeresayélpudieranpensarenalgoparaayudar.

Thomas miró a Alby, que tenía la vista clavada en el suelo, al parecer perdido en sus propiospensamientossombríos.Surostroaúnreflejabauncansadoaspectodedepresión,conlosojoshundidosyvacíos.ElCambiohacíahonorasunombre,teniendoencuentaloquelehabíahecho.

—¿Alby?—lellamóNewt—.¿Vasaarrimarelhombro?Alby levantó la vista y la sorpresa le atravesó el rostro como si nohubiera advertidoquehabía

alguienmásenlahabitación.—¿Eh? Ah, sí. Bien. Pero ya habéis visto lo que pasa por la noche. Sólo porque ese puñetero

verduchoconsuperpodereslohayalogradonosignificaqueelrestodenosotrospodamos.ThomaspusolosojosenblancoendirecciónaMinho.EstabahartodelaactituddeAlby.SiMinho

sentíalomismo,consiguióocultarlomuybien.—EstoyconThomasyNewt.Tenemosquedejardelloriquearycompadecernosdenosotrosmismos

—serestrególasmanosyseinclinóhaciadelanteenlasilla—.Mañanaporlamañanaloprimeroqueharemosseráformarequiposqueestudienlosmapasdurantetodoeldíamientrasloscorredoressalimosal Laberinto. Prepararemos nuestras cosas y llenaremos nuestrasmochilas hasta los topes para poderpasarallíunoscuantosdías.

—¿Qué?—exclamóAlby,ysuvozporfinmostróalgunaemoción—.¿Aquéterefierescon«días»?—Puesadías.Conlaspuertasabiertasysinatardecer,notienesentidovolveraquí.Hallegadola

horadequedarseallíparaversiseabrealgocuandolasparedessemueven.Siesquesemueven.—Nihablar—espetóAlby—.Tenemos laHacienda para escondernos y, si eso no funciona, nos

quedan la Sala deMapas y el Trullo. ¡No podemos pedirle a la gente que salga ahí amorir,Minho!¿Quiénsevaaofrecervoluntario?

—Yo—respondióMinho—.YThomas.TodosmiraronaThomasyélselimitóaasentir.Aunqueledabaunmiedodemuerte,explorarel

Laberinto—explorarlo de verdad— era algo que quería hacer desde la primera vez que supo de suexistencia.

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—Yoirésitengoquehacerlo—seofrecióNewt,parasorpresadeThomas.Aunquenuncahablabade ello, la cojera del chico era un recordatorio constante de que algo horrible le había pasado en elLaberinto—.Yestoysegurodequetodosloscorredorestambiénloharán.

—¿Conlapiernaasí?—preguntóAlby,yunarisacruelescapódesuslabios.Newtfruncióelentrecejoymiróelsuelo.—Bueno,nolesvoyapediralosclarianosquehaganalgoqueyonoestédispuestoahacer.Albyretrocediósobrelacamaysubiólospies.—Medaigual.Hazloquequieras.—¿Que haga lo que quiera? —repitió Newt, levantándose—. ¿Qué te pasa, macho? ¿Me estás

diciendo que tenemos otra opción? ¿Acaso tenemos que quedarnos sentados y esperar a que loslaceradoressenoscepillen?

Thomas quiso levantarse y aplaudir; estaba seguro de que Alby al final dejaría aquella actitudpesimista.Perosulíder,porlovisto,noestabanadaafectadoniteníacargodeconciencia:

—Bueno,amímeparecemejorquecorrerhaciaellos.Newtvolvióasentarse.—Alby,tienesqueempezararazonar.Aunquelecostabamuchoadmitirlo,ThomassabíaquenecesitabanaAlbysiqueríanconseguiralgo.

Losclarianosleobservaron.Alfinal,Albyrespiróhondoylesmiróatodos,unoauno.—Tíos,sabéisqueestoyjodido.Enserio,lo...siento.Yanodeberíaservuestroestúpidolíder.Thomascontuvolarespiración.NopodíacreersequeAlbyacabaradedeciraquello.—Ay,maldito...—empezóaexclamarNewt.—¡No!—gritóAlby,ysucarareflejóhumildad,rendición—.Nomerefieroaeso.Escúchame.No

estoydiciendoquetengamosquecambiarninadadeesaclonc.Sólodigoque...Creoquetengoquedejarquetoméispormílasdecisiones.Nomefíodemímismo.Asíque...sí,hacedloquequeráis.

ThomasvioqueMinhoyNewtestabantansorprendidoscomoél.—Eh...vale—dijoNewtdespacio,comosinoestuvieseseguro—.Haremosque funciones, te lo

prometo.Yaloverás.—Sí—mascullóAlby.Despuésdeuna largapausa,hablóconunextrañoentusiasmoen lavoz—:

Eh,osdiréloqueharemos:Ponedmeacargodelosmapas.Haréquetodoslospuñeterosclarianossematenaestudiaresascosas.

—Pormí,bien—asintióMinho.Thomas quisomostrarse de acuerdo, pero no sabía si le correspondía decir algo. Alby puso de

nuevolospiesenelsueloyseincorporó.—¿Sabéis?, es una estupidez dormir aquí esta noche. Deberíamos estar en la Sala de Mapas,

trabajando.ThomaspensóqueaquellaeralacosamásinteligentequehabíaoídodeciraAlbyenmuchotiempo.

Minhoseencogiódehombros.—Seguramentetengasrazón.—Bueno...,puesiré—dijoAlbyconungestodeseguridad—.Ahoramismo.Newtnegóconlacabeza.—Olvídalo, Alby. Ya he oído a los laceradores gemir por ahí. Podemos esperar hasta que

despertemos.Albyseinclinóhaciadelanteconloscodosenlasrodillas.—Eh,soisvosotroslosquemeestáisanimando.Noempecéisalloriquearcuandoestoyescuchando

deverdad.Sivoyahacerlo,tengoquehacerlo,serelantiguoyo.Necesitoalgoenloqueconcentrarme.ElalivioinvadióaThomas.Sehabíahartadodetodaaquellacontroversia.Albyselevantó.—Enserio,necesitohacerlo—fuehacialapuertacomosideverdadquisieramarcharse.

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—¡Nopuedeshablarenserio!—exclamóNewt—.¡Nopuedessalirahora!—Voyairypunto—Albycogiólasllavesdesubolsilloylassacudióconsorna.Thomasnopodía

creerseaquelvalorrepentino—.Nosvemosporlamañana,pingajos.Ysemarchó.

***

Erararosaberqueavanzabalanoche,quelaoscuridadteníaquehabersetragadoelmundoquelesrodeaba,peroafuera tansóloseveíaunapálida luzgris.Thomassesentía raro,comosi lasganasdedormir,queaumentabansincesarconformepasabanlosminutos,dealgúnmodonofuesennaturales.

Los demás clarianos se instalaron y se acostaron con susmantas y sus almohadas para lograr laimposibletareadedormir.Nadiehablabamucho;losánimosestabanapagados,porlossuelos.Loúnicoqueseoíaeranpiesarrastrándoseysusurros.

Thomasintentócontodassusfuerzasponerseadormir,puesasípasaríaeltiempomásrápido,peroalcabodedoshorasseguíasintenersuerte.Estabatumbadoenelsuelodeunadelashabitacionesdelprimer piso, sobre unamanta gruesa, metido allí dentro con varios clarianos, casi pegados cuerpo acuerpo.LacamaselahabíaquedadoNewt.

Chuckhabíaacabadoenotrahabitacióny,poralgúnmotivo,Thomasseloimaginabaacurrucadoenun rincón oscuro, llorando, apretando las mantas contra su pecho como si fueran un oso de peluche.Aquellaimagenentristeciótantoalmuchachoqueintentóreemplazarla,perofueenvano.

Casitodosteníanunalinternaasuladoencasodeemergencia.Porotrolado,Newthabíaordenadoque apagaran todas las luces, a pesar del resplandor pálido ymortecino de su nuevo cielo; no teníasentidoatraermásatencióndelanecesaria.Todoloquesepodíaprepararcontanpocotiempocontraelataquedeloslaceradoressehabíahecho:sehabíancerradolasventanascontablas,sehabíancolocadolosmueblesdelantedelaspuertas,sehabíanrepartidocuchillosparausarloscomoarmas...

PeronadadeaquellohacíaqueThomassesintieraasalvo.Elhechodesaberloquepodíaocurrireraagobiante,unmantoasfixiantedemiedoysufrimientoqueempezabaacobrarvida.Casideseabaqueaquelloscabronesllegaranyacabarancontodo.Laesperaerainsoportable.Losgemidosdistantesdeloslaceradoresseibanacercandoamedidaquelanocheavanzaba,ycadaminutoparecíadurarmásqueelanterior.

Pasóotrahora.Yotra.Alfinal,lellegóelsueño,peroencondicioneslamentables.Thomassupusoqueeran lasdosde lamadrugadacuandosedio lavueltaparaponersebocabajopormillonésimavezaquella noche. Colocó lasmanos bajo la barbilla y se quedómirando los pies de la cama, casi unasombrabajoaquellaluztenue.

Entonces,todocambió.Unaavalanchademaquinariamotorizadaseoyóenelexterior,seguidadelosfamiliareschasquidos

de los laceradores rodandosobreel suelodepiedra,comosialguienhubieraesparcidounpuñadodeclavos.Thomassepusodepieenseguida,comocasitodoslosdemás.

PeroNewtselevantóantesquenadieyempezóahacerseñasconlosbrazos; luego,silencióalahabitación poniéndose un dedo en los labios. Sin forzar la piernamala, caminó de puntillas hasta laventana,queestaba tapadacon tres tablonesclavadosa todaprisa.Losespaciosentreellospermitíanasomarseparaverloqueocurríafuera.Concuidado,NewtechóunvistazoyThomasseacercóhastaallíparahacerlomismo.

SeagachójuntoaNewt,apoyadoeneltablóndemaderamásbajo,colocandoelojoenlarendija.

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Eraaterradorestartancercadelapared.PeroloúnicoqueviofueelClaro.Nohabíabastantesitioparamirararriba,abajooaloslados;sóloalfrente.Alcabodeunminuto,másomenos,sedioporvencidoyvolvióasentarseconlaespaldaapoyadaenlapared.Newttambiénseapartódelaventanaysesentóenlacama.

Pasaronunoscuantosminutosmás;variossonidosdeloslaceradorespenetrabanlasparedescadadiez o veinte segundos. El ruido de los motores venía seguido de un chirrido del metal girando. Elchasquidodelospinchoscontraladurapiedra.Cosasrompiéndose,abriéndoseypartiéndose.Cadavezque oía algo,Thomas se encogía lleno demiedo. Sonaba como si fuera hubiese tres o cuatro. Por lomenos.

Oíacómolosretorcidosanimales-máquinaseacercabantodavíamásyesperabanenlosbloquesdepiedraqueteníandebajo.Nohabíamásquezumbidosytraqueteosmetálicos.

AThomasselesecólaboca.Loshabíavistocaraacara,seacordabadetododemasiadobien;tuvoquerecordarserespirar.Losdemásenlahabitaciónestabancallados;nadiehacíaningúnruido.Elmiedoparecíaflotarenelairecomounatormentadenievenegra.

Unodeloslaceradoressonócomosiestuvieramoviéndosehacialacasa.Entonces,derepente,elchasquidodesuspinchoscontralapiedraseconvirtióenunsonidomásprofundoyapagado.Thomasseloimaginó:lospinchosdelacriaturahundiéndoseenloslateralesdemaderadelaHacienda,aquelbichoenormerodandosucuerpo,subiendoalahabitación,desafiandolagravedadconsufuerza.Thomasoyócómo los pinchos de los laceradores hacían añicos lamadera que se ponía en su caminomientras sedesenganchabanyrotabanparaagarrarsedenuevo.Todoeledificiotembló.

Los crujidos y chasquidos de la madera se convirtieron en los únicos ruidos del mundo paraThomas, que estaba aterrado. Cada vez eran más fuertes y estabanmás cerca. El resto de chicos sehallabaalotroladodelahabitación,lomásapartadoposibledelaventana.Thomasterminóporhacerlomismo conNewt a su lado. Todos se acurrucaron en la paredmás lejana, con la vista clavada en laventana.

Justocuandoyanoaguantabanmás, justocuandoThomasadvirtióqueel laceradorestabaalotroladodelaventana,todoquedóensilencio.Thomascasioíaloslatidosdesupropiocorazón.

Unaslucesparpadearonenelexterioryproyectaronunosrayosextrañosatravésdelasrendijasdelastablasdemadera.Entonces,unafinasombrainterrumpiólaluzysemovióadelanteyatrás.Thomassupo que las sondas y las armas del lacerador habían salido en busca de un festín. Se imaginó lascuchillasescarabajoahífuera,ayudandoalascriaturasaencontrarsucamino.Unosminutosmástarde,lasombrasedetuvo;laluzsequedóquieta,proyectandotresplanosinmóvilesdebrilloenlahabitación.

Había una gran tensión en el ambiente. Thomas no oía a nadie respirar. Pensó que en las otrashabitacionesdelaHaciendadebíadeestarproduciéndoselamismasituación.LuegoseacordódequeTeresaseencontrabaenelTrullo.

Estabadeseandoqueellaledijeraalgocuandolapuertaquedabaalpasilloseabriódegolpe.Unosgritosdesorpresainundaronlahabitación.Losclarianosesperabanqueentraraalgoporlaventana,nodetrás de ellos. Thomas se dio la vuelta para ver quién había abierto la puerta, esperando que fueraChuck,aterrorizado,o,quizás,Alby,quehubieserecapacitado.Pero,alverquiénestabaallí,elcráneopareciócontraérseleyestrujarleelcerebroporlaimpresión.

EraGally.

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Capítulo39

Los ojos deGally ardían de locura.Tenía la ropa hecha jirones y estaba sucio. Se dejó caer derodillasypermanecióallí,conelpechosacudiéndoseleporlaagitadarespiración.Echóunvistazoalahabitacióncomounperrorabiosoquebuscaaquiénmorder.Nadiepronunciópalabra.Eracomositodoscreyeran,aligualqueThomas,queGallysóloeraproductodesuimaginación.

—¡Osmatarán!—gritóGally,conbabasvolandoportodossitios—.¡Loslaceradoresosmataránatodos,unocadanochehastaquesehayaacabado!

ThomasobservóestupefactocómoGallyseponíadepietambaleándoseyavanzaba,arrastrandolapiernaderechaconunafuertecojera.Nadieenlahabitaciónmovióunmúsculomientraslemiraban,sindudademasiadoatónitosparahacernada.HastaNewtestababoquiabierto.Thomasteníacasimásmiedodelavisitasorpresaquedeloslaceradoresalotroladodelaventana.

Gally se detuvo a unos pasos frente aThomasyNewt, y señaló aThomas conundedo lleno desangre.

—Tú—espetóconunairedespectivotanacusadoquepasóporcompletodecómicoaperturbador—,¡estodoculpatuya!

Sin previo aviso, apretó la mano izquierda hasta convertirla en un puño para intentar pegar aThomasyledioenlaoreja.Elmuchachogritóysecayó,másporlasorpresaqueporeldaño.Sepusodepiecomopudoencuantotocóelsuelo.

Finalmente,Newt salió de su aturdimiento y empujó aGally, que retrocedió a trompicones hastacaerencimadelescritorioquehabíajuntoalaventana.Lalámparasevolcóycayóalsuelo,dondeserompióenmilpedazos.ThomassupusoqueGallycontraatacaría,peroseirguióymiróatodosconsusojosdeloco.

—Nopuederesolverse—dijoconunavozcalmadaydistantequedabamiedo—.ElfucoLaberintoosmataráatodos,pingajos...Osmataránloslaceradores...,unocadanochehastaqueseacabe...Yo...Esmejorasí...—bajólavistaalsuelo—.Sólomataránaunopornoche...SusestúpidasVariables...

Thomasescuchósobrecogido,intentandocontenersumiedoparapodermemorizartodoloquedecíaelchicodesquiciado.Newtdiounpasoadelante.

—Gally,cierraelmalditopico.Hayunlaceradoralotroladodelaventana.Siéntateycállate;talvezsemarche.

Gallyalzólavistaconlosojosentrecerrados.—No te enteras, Newt. Eres demasiado estúpido, siempre has sido demasiado estúpido.No hay

salida.¡Nohaymaneradeganar!¡Osvanamataratodos,unoauno!Al gritar la última palabra, Gally se arrojó contra la ventana y empezó a arrancar las tablas de

maderacomounanimalsalvajequeintentaescapardeunajaula.AntesdequeThomasocualquierotropudierareaccionar,yahabíasacadountablón,quetiróalsuelo.

—¡No!—gritóNewt,ycorrióhaciaél.Thomaslesiguióparaayudarle,sindarcréditoaloqueestabaocurriendo.GallyarrancólasegundatablajustocuandoNewtlealcanzó.Laechóhaciaatrásconambasmanos,

le dio aNewt en la cabeza y lo lanzó sobre la cama, donde un poco de sangre salpicó las sábanas.Thomassedetuvodegolpeysepreparóparaluchar.

—¡Gally!—gritóThomas—.¿Quéestáshaciendo?Elchicoescupióalsuelo,jadeandocomounperrosinaliento.—¡Cállate la fuca boca, Thomas! ¡Cállate! Sé quién eres, pero ya nome importa. Sólo hago lo

correcto.

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Thomasnotócomosituvieralospiespegadosalsuelo.SesentíatotalmentedesconcertadoporloqueGallyestabadiciendo.Viocómoelchicoarrancabalaúltimatabla.Encuantoeltrozodemaderadelquesehabíadeshechotocóelsuelo,elvidriodelaventanaexplotóhaciadentrocomounenjambredeavispasdecristal.Thomasse tapó lacaray se tiróal suelo,arrastrándosecon laspiernas lomáximoposible.Cuandochocócontralacama,sepreparóyalzólavistaparavercómoacababasumundo.

Elcuerpopalpitanteybulbosodeunlaceradorseretorcíaatravésdelaventanadestrozada,consusbrazosmetálicosrepletosdetenazasqueseabríanycerrabanentodaslasdirecciones.Thomasestabatanasustadoqueapenassehabíadadocuentadequelosqueestabanenlahabitaciónhabíansalidohuyendoporelpasillo;todos,exceptoNewt,quesehallabainconsciente,tumbadosobrelacama.

Paralizado, Thomas observó cómo uno de los largos brazos del lacerador se extendía hacia elcuerpo inmóvil.Eso fue todo loque lehizo faltapara librarsedelmiedo.Sepusodepieenseguidaybuscóunarmaenel sueloasualrededor.Loúnicoquevio fueroncuchillos,yahorano leservíandeayuda.Elpánicoleinundóyleconsumió.

EntoncesGally se puso a hablar de nuevo y el lacerador echó hacia atrás su brazo, como si lonecesitaraparaobservaryescuchar.Perosucuerposeguíaagitándose,paraseguiravanzandohaciaelinterior.

—¡Nadieloentiende!—gritabaelchicoporencimadelespantosoruidodelacriatura,queseabríacaminocadavezmáshaciael interiorde laHaciendaydestrozaba laparedenmilpedazos—.¡Nadieentiendeloquehevisto,loquemehizoelCambio!¡Novuelvasalmundoreal,Thomas!¡Noquerrás...recordar!

GallylelanzóaThomasunalargamiradadeangustia,conlosojosllenosdeterror;luegosediolavueltayseechóhaciaelretorcidocuerpodellacerador.Thomasdioungritomientrasobservabacómotodoslosbrazosextendidosdelmonstruoseretraíandeinmediatoparaagarrarlosbrazosylaspiernasde Gally, de modo que ni pudiera escapar ni ser rescatado. El cuerpo del chico se hundió varioscentímetros en la carne blanda de la criatura con un espantoso ruido de succión. Entonces, a unavelocidadpasmosa,ellaceradorsalióporelmarcorotodelaventanaycomenzóadescenderhaciaelsuelo.

Thomas corrió hasta el agujero irregular ymiró hacia abajo justo a tiempo de ver el laceradoraterrizar y desaparecer rodando. El cuerpo de Gally aparecía y desaparecía mientras aquel bichoavanzaba.Laslucesdelmonstruobrillabanconfuerza,proyectandounextrañoresplandoramarilloporlapiedradelaPuertaOeste,pordondeellaceradorsalióhacialasprofundidadesdelLaberinto.Después,unossegundosmástarde,varioslaceradoresfuerontrasél,zumbandoychasqueandocomosicelebrasensuvictoria.

Thomasseencontrabatanmalquehastateníaganasdevomitar.Empezóaapartarsedelaventana,peroalgoenelexterioratrajosuatención.Enseguidaseasomóparaverlomejor.UnafiguracorríaporelpatiodelClarohacialasalidaporlaquesehabíanllevadoaGally.

Apesardelapocaluzquehabía,Thomassediocuentainmediatamentedequiénera.Gritóparaquesedetuviera,peroerademasiadotarde.

Minho,corriendoatodavelocidad,desaparecióenelLaberinto.

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Capítulo40

LaslucesbrillabanportodalaHacienda.Losclarianoscorríandeunladoaotro,todoshablandoalmismotiempo.Unpardechicosllorabaenunrincón.Reinabaelcaos.

Thomasloignorótodo.Corrióhaciaelpasilloybajólosescalonesdetresentres.Seabriópasoentre un grupo que había en el vestíbulo, salió de laHacienda y se dirigió como una flecha hacia laPuertaOeste.SeparódegolpeenlaentradaalLaberintocuandosuinstintoleobligóapensárselodosveces.Asuespalda,Newtlellamóyretrasósudecisión.

—¡Minho ha ido ahí fuera! —gritó cuando Newt le alcanzó, con una toalla pequeña haciendopresiónsobrelaheridadelacabeza.Unamanchadesangresehabíafiltradoeneltejidoblanco.

—Lohevisto—dijoNewt,retirándoselatoallaparamirarla;hizounamuecayvolvióaponérsela—.Foder, esto duele un huevo.Minho debe de haber perdido su última neurona, por nomencionar aGally.Siemprehesabidoqueestabaloco.

ThomassólopodíapensarenMinho.—Voyabuscarle.—¿Eshoradevolveraserunmalditohéroe?ThomasmiróaNewtconcaradepocosamigos,dolidoporlareprimenda.—¿Creesquelohagoparaimpresionaros?Porfavor,pingajo.Loúnicoqueimportaessalirdeaquí.—Sí,bueno,eresuntipoduro.Peroahoramismotenemosproblemasmásserios.—¿Qué?—Thomassabíaque,siqueríaalcanzaraMinho,noteníatiempoparaaquello.—Alguien...—empezóadecirNewt.—¡Ahí está! —gritó Thomas. Minho acababa de doblar una esquina e iba directo hacia ellos.

Thomasahuecólasmanosalrededordesuboca—.¡¿Quéhaces,idiota?!Minhoesperóhastaquevolvióaatravesarlapuerta,luegoseinclinóhaciadelanteconlasmanosen

lasrodillasyrespirócondificultadantesdecontestar.—Sólo...quería...asegurarme.—¿Asegurartedequé?—preguntóNewt—.HastenidosuertedequenosetellevarancomoaGally.Minhoseirguióysepusolasmanosenlascaderas,todavíaconlarespiraciónafectada.—¡Cortad el rollo, chicos! Sólo quería ver si iban hacia el Precipicio.Hacia elAgujero de los

Laceradores.—¿Y?—dijoThomas.—¡Bingo!—Minhoselimpióelsudordelafrente.—Nomelopuedocreer—murmuróNewtcasienunsusurro—.Menudanoche.ThomastratódepensarenelAgujeroyenquésignificabatodoaquello,peronopodíaquitarsedela

cabezaloqueNewtestabaapuntodedecirantesdequevieraaMinhoregresar.—¿Quéestabasapuntodecontarme?—inquirió—.Hasdichoqueteníamosproblemas...—Sí—Newtseñalóconelpulgarporencimadelhombro—.Aúnpuedeverseelpuñeterohumo.Thomasmiróenaquelladirección.LapesadapuertametálicadelaSaladeMapasestabaentornada

yunafinaesteladehumonegroseelevabahaciaelcielogris.—Alguienhaquemadolosbaúlesdelosmapas—dijoNewt—.Hastaelúltimodeellos.

***

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Por alguna razón, a Thomas no le importabamucho lo de losmapas.De todosmodos, parecíaninútiles.EstabaalotroladodelaventanadelTrullo,despuésdesepararsedeNewtyMinho,quehabíanidoainvestigarelsabotajedelaSaladeMapas.Thomassehabíadadocuentadelaextrañamiradaquehabíanintercambiadoantesdemarcharse,casicomosisecomunicaranunsecretoconlosojos.Peroélsólopodíapensarenunacosa:

—¿Teresa?—lallamó.Sucaraapareció;serestrególosojosconlasmanos.—¿Hanmatadoaalguien?—preguntó,unpocodormida.—¿Estabas durmiendo?—inquirióThomas. Se sintió aliviado, relajado, al ver que parecía estar

bien.—Sí—respondió—,hastaqueoíquealgosehacíapedazosenlaHacienda.¿Quéhapasado?Thomasnegóconlacabeza,sindarcrédito.—Nosécómohaspodidodormirconelruidoquehacíantodosesoslaceradores.—Sialgunaveztedespiertasdeuncoma,yaveráscómopuedes.Respondeamipregunta—dijodentrodesucabeza.Thomas parpadeó, por un instante sorprendido por la voz, ya que hacía rato que la chica no le

hablabamentalmente.—Cortayaeserollo.—Dimeloquehapasado.Thomassuspiró.Eraunahistoriamuylargaynoleapetecíacontarlotodo.—NoconocesaGally,peroesunchavalqueestácomounacabrayhuyóhaceunosdías.Apareció,

saltóencimadeunlaceradoryentraronlosdosenelLaberinto.Fuemuyraro—todavíanopodíacreersequehubieraocurridodeverdad.

—Queyaesdecirmucho—añadióTeresa.—Sí—miró detrás de él, con la esperanza de ver a Alby por algún lado, seguro de que ahora

soltaríaalachica.Losclarianosestabanesparcidosportodoelcomplejo,peronohabíanirastrodesulíder.VolvióamiraraTeresa—.Noloentiendo.¿PorquésehanmarchadoloslaceradoresdespuésdellevarseaGally?Dijoalgodequemataríanaunchicopornochehastaqueestuviésemostodosmuertos.Lodijoporlomenosdosveces.

Teresapasólasmanosporentrelosbarrotesyapoyólosantebrazosenelalféizardecemento.—¿Sólounocadanoche?¿Porqué?—Nolosé.Tambiéndijoqueteníaquevercon...unaspruebas.Ounasvariables.Algoasí.Thomas sentía elmismo impulso que la noche anterior: quería cogerla de lasmanos, aunque se

contuvo.—Tom,heestadopensandosobreloquemecomentastequedije.QueelLaberintoerauncódigo.Al

estaraquíencerrada,elcerebroseponeafuncionar.—¿Quécreesquesignifica?Sumamenteinteresado,tratódeignorarlosgritosyelparloteoquecomenzaronaoírseportodoel

ClaroamedidaquelosdemásibandescubriendoquealguienhabíaquemadolaSaladeMapas.—Bueno,lasparedessemueventodoslosdías,¿no?—Sí.Parecíaquedeverdadhabíaaveriguadoalgo.—YMinhoopinaquesiguenunpatrón,¿verdad?

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—Sí.Losengranajesempezaronafuncionar tambiénenlacabezadeThomas,casicomosiunrecuerdo

empezaraadesatarse.—Bien,nomeacuerdodeporquétedijelodelcódigo.Séque,cuandoestabasaliendodelcoma,

dabanvueltasenmimentemuchasideasyrecuerdos,comosipudierasentircómoalguienmelavaciaba,absorbiéndolotodo.Ysentíqueteníaquedecirlodelcódigoantesdequeloperdiera.Asíquedebedehaberunarazónimportante.

Thomasapenaslaoía.Estabaesforzándosemuchoporpensar.—Siemprecomparanlasseccionesdelmapaconlasdeldíaanterioryeldíaanterioraese,yasí

sucesivamente,todoslosdías;cadacorredoranalizasusección.¿Ysisesuponequedeberíancompararlosmapasconlosdelasotrassecciones...?—secallóporquetuvolasensacióndeestarapuntodellegaraalgúnsitio.

Teresaparecíaignorarleycontinuabaconsuspropiasteorías:—Lapalabracódigomehacepensarenletras.Enlasletrasdelalfabeto.Alomejor,elLaberinto

estáintentandodeletrearalgo.TodoencajótanrápidoenlamentedeThomasquecasioyóunclic,comosilaspiezassecolocaran

ensusitiotodasalavez.—Tienesrazón,¡tienesrazón!Peroloscorredoreslohanestadomirandomaltodoestetiempo.¡Lo

hanestadoanalizandodeformaequivocada!Teresaseagarróalosbarrotesylosnudillosselepusieronblancos;apretólacaracontralasbarras

dehierro.—¿Qué?¿Dequéestáshablando?Thomasseaferróa lasdosbarrasquehabía juntoa lasqueellasujetabayseacercó lobastante

comoparaolería;unaromasorprendentementeagradableasudoryaflores.—Minho dijo que los patrones se repetían, sólo que no habían averiguado qué significaba. Pero

siempreloshabíanestudiadosecciónporsección,comparandoundíaconelsiguiente.¿Ysicadadíaesunapiezadistintadelcódigoysesuponequetienenqueusarlasochoseccionesjuntasdealgúnmodo?

—¿Creesquetalvezcadadíarevelaunapalabra?—preguntóTeresa—.¿Conlosmovimientosdelosmuros?

Thomashizoungestodeasentimiento.—Quizásunaletraaldía,nosé.Perosiemprehancreídoquelosmovimientosrevelaríanlamanera

deescapar,noquedeletrearíanalgo.Loestudiabancomounmapa,nocomolaimagendealgo.Tenemosque...—entoncessecallóalrecordarloqueleacababadedecirNewt—.Oh,no.

LosojosdeTeresabrillarondepreocupación.—¿Quépasa?—Oh,no,oh,no,oh,no...Thomassoltólosbarrotesyretrocedióunpasoatrompiconescuandosediocuenta.Sediolavuelta

hacia la Sala deMapas. El humo había disminuido, pero aún salía por la puerta, una nube oscura yneblinosaquetapabatodalazona.

—¿Quépasa?—repitióTeresa,quenoveíalaSaladeMapasdesdeaquelángulo.Thomasvolvióamirarla.—Nocreíaqueimportase...—¡Qué!—insistióella.—Alguienhaquemadotodoslosmapas.Sihabíauncódigo,yanoestá.

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Capítulo41

—Volveré—dijoThomas,ysediolavueltaparamarcharse.Sentíaelestómagollenodeácido—.TengoqueencontraraNewtyversialgunosdelosmapassehansalvado.

—¡Espera!—chillóTeresa—.¡Sácamedeaquí!Peronohabíatiempo,yThomassesintiófatalporello.—Nopuedo...Volveré,teloprometo.Sedio lavueltaantesdequeellapudieseprotestaryechóacorrerhacia laSaladeMapasy su

oscuraybrumosanubedehumo.Unasagujasdedolorlepincharonpordentro.SiTeresateníarazónyhabíanestadotancercadellegaraalgúntipodepistaparasalirdeallí,verloperderseliteralmenteenlasllamaseratanpreocupantequehastadolía.

LoprimeroqueThomasvioalllegarfueaungrupodeclarianosapiñadosjuntoalapuertadeacero,que aún estaba entreabierta y tenía el borde ennegrecidopor el hollín. Pero, al acercarsemás, se diocuentadequeestabanrodeandoalgoquehabíaenelsueloytodoslomiraban.AllíenmediovioaNewt,arrodillado,inclinadosobreuncuerpo.

Minhoestabadetrásdeél;parecíasucioyconsternado,yfueelprimeroenadvertirlapresenciadeThomas.

—¿Adondehasido?—preguntó.—AhablarconTeresa.¿Quéhapasado?Esperóansiosoelsiguientemontóndemalasnoticias.Minhoarrugólafrenteporelenfado.—NuestraSaladeMapasseincendia,¿ytútevascorriendoahablarcontufucanovia?¿Túdequé

vas?Thomas sabía que la reprimenda debería haberle afectado, pero su mente estaba demasiado

preocupada.—Nocreoqueesoimporteya.Sinohabíaisaveriguadoparaquéeranlosmapas...Minhoparecíaindignado,ylaluzpálidayelhumohacíanquesurostrofueracasisiniestro.—Sí,esjustoelmejormomentopararendirse.¿Quédemo...?—Losiento.Cuéntamequéhapasado.Thomasseapoyóenelhombrodeunchicodelgaduchoquehabíadelantedeélparaecharunvistazo

alcuerpotendidoenelsuelo.EraAlby;estababocaarriba,conunenormecorteenlafrente.Lasangrelecaíaporambosladosde

la cabeza y también hacia los ojos, donde se acumulaba. Newt se la estaba limpiando con un trapohúmedo, con cuidado, y le susurraba preguntas demasiado bajo para oírlas. Thomas, preocupado porAlbyapesardesurecientemalhumor,sevolvióhaciaMinhoyrepitiósupregunta.

—Winstonleencontróaquífuera,mediomuerto,yconlaSaladeMapasardiendo.Algunospingajosentraronysofocaronelfuego,peroerademasiadotarde.Todoslosbaúlessehanquemadohastavolversecenizas.Alprincipio,sospechédeAlby,perofueraquienfueraelquehizoestolegolpeólafucacabezacontralamesa,yavesdónde.Esasqueroso.

—¿Quiéncreesquelohahecho?ThomasdudósidebíacontarleelposibledescubrimientoqueTeresayélhabíanhecho.Sinmapas,

eradiscutible.—TalvezfueGallyantesdepresentarseenlaHaciendayvolverseloco.Oquizásloslaceradores.

Nilosénimeimporta.Daigual.AThomaslesorprendióelrepentinocambiodeactitud.—Yahora,¿quiéneselqueserinde?

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La cabezadeMinho se levantó con tanta rapidezqueThomas retrocedióunpaso.Viouna ligeraexpresióndeiraqueenseguidaseconvirtióensorpresaoconfusión.

—Nomerefieroaeso,pingajo.Thomasentrecerrólosojos,llenodecuriosidad.—¿Qué...?—Mantén el pico cerrado de momento —Minho se llevó los dedos a los labios y miró a su

alrededorparaversialguienleestabaobservando—.Túmanténelpicocerrado.Losabrásmuypronto.Thomas respiró hondo y se quedó reflexionando. Si esperaba que los demás fueran honestos, él

tambiénteníaqueserlo,asíquedecidiócompartirlodelposiblecódigodelLaberinto,hubieramapasono.

—Minho,necesitocontarosalgoatiyaNewt.YtenemosquesoltaraTeresa.Seguroqueseestámuriendodehambreypuedeservirnosdeayuda.

—Loúltimoquemepreocupaesesaestúpidachica.Thomasignoróelinsulto.—Danos unos minutos, tenemos una idea. Quizá funcione si hay suficientes corredores que

recuerdensusmapas.AquelloparecióatraerlaatencióndeMinho,peroseguíahabiendounaexpresiónraraensurostro,

comosiThomasestuvierasaltándosealgoevidente.—¿Quéidea?—VenidconmigoalTrullo.Newtytú.Minhosequedópensandounsegundo.—¡Newt!—lellamó.—¿Sí?Newtselevantóyvolvióadoblareltrapoensangrentadoenbuscadealgúntrozolimpio.Thomasse

diocuentadequeestabatotalmentemanchadoderojo.MinhoseñalóaAlby.—Dejemosquelosmediquerosseocupendeél.Tenemosquehablar.Newtlelanzóunamiradainquisidoray,después,ledioeltrapoalclarianomáspróximo.—VeabuscaraClintydilequetenemosproblemasmásgordosquechicosconastillasclavadas—

cuandoelchicosemarchócorriendoparahacerloquelehabíanmandado,NewtseapartódeAlby—.¿Dequétenemosquehablar?

MinhoseñalóaThomasconlacabeza,peronodijonada.—Venidconmigo—dijoThomas.LuegosediolavueltaysedirigióalTrullosinesperarunarespuesta.

***

—Sacadladeahí—Thomasestabajuntoalacelda,conlosbrazoscruzados—.Soltadlaydespuéshablaremos.Confiadenmí:vaisaquereroírlo.

Newtestabacubiertodehollínysuciedadyteníaelpeloapelmazadoporelsudor.Noparecíaestardemuybuenhumor.

—Tommy,estoes...—Porfavor.Túábrela,sácaladeahí—nopodíarendirseestavez.Minhoestabadelantedelapuertaconlasmanosenlascaderas.

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—¿Cómo vamos a confiar en ella?—preguntó—.En cuanto se despertó, todo este lugar se hizopedazos.Hastahaadmitidoquehaprovocadoalgo.

—Tienerazón—asintióNewt.ThomasseñalóaTeresaatravésdelapuerta.—Podemosconfiarenella.Cadavezquehablamos,essobrecómopodemossalirdeaquí.Lahan

enviadoigualqueatodosnosotros.Esunatonteríapensarqueeslaresponsabledeesto.Newtrefunfuñó.—Entonces,¿quécoñoqueríadecirconquehaprovocadoalgo?Thomasseencogiódehombros;senegabaaadmitirqueNewtteníarazóneneso.Teníaquehaber

unaexplicación.—Quiénsabe.Sumenteestabahaciendocosasmuyrarascuandodespertó.Quizátodospasamospor

lomismoenlaCajaydijimosincoherenciasantesdedespertarnosdeltodo.Túsácaladeahí.NewtyMinhointercambiaronunalargamirada.—Venga—insistió Thomas—. ¿Qué va a hacer, salir corriendo y apuñalar a todos los clarianos

hastamatarnos?Vamos.Minhosuspiró.—Muybien.Dejaquesalgaesatonta.—¡Yonosoytonta!—gritóTeresaconunavozamortiguadaporlasparedes—.¡Estoyoyendotodo

loquedecís,imbéciles!Newtabriólosojosdeparenpar.—Quéchicamásdulcehaselegido,Tommy.—Dateprisa—repusoThomas—.Estoysegurodequetenemosmuchoquehacerantesdequelos

laceradoresvuelvanestanoche,siesquenovienenporeldía.NewtresoplóyseacercóalTrullomientrassacabalasllaves.Unostintineosmástarde,lapuertase

abrió.—Vamos.TeresasaliódelpequeñoedificioyfulminóaNewtconlamiradaalpasar juntoaél.Lelanzóla

mismamiradadesagradableaMinhoy,luego,sedetuvoalladodeThomas.Subrazorozóeldelchico,quenotóuncosquilleoysesintiómuyavergonzado.

—Muybien,habla—dijoMinho—.¿Quéestanimportante?ThomasmiróaTeresamientrassepreguntabaquédecir.—¿Qué?—exclamóella—.¿Selohasdicho?Pero¡sicreenquesoyunaasesinaenserie!—Sí,parecesmuypeligrosa—farfullóThomas,perosecentróenNewtyMinho—.Vale;cuando

Teresasaliódesuprofundosueño,levinieronalgunosrecuerdosalamente.Ummm...—secallóantesdesoltarqueselohabíadichotelepáticamente—.MástardemedijoqueseacordabadequeelLaberintoerauncódigo.Que,quizás,envezderesolverloparaencontrarunasalida,estáintentandoenviarnosunmensaje.

—¿Uncódigo?—inquirióMinho—.¿Cómovaaseruncódigo?Thomassacudiólacabeza,deseandopodercontestar.—Noloséexactamente,túestásmásfamiliarizadoqueyoconlosmapas.Perotengounateoría.Por

esoesperabaquevosotrosrecordaraisalgo.MinhomiróaNewtconlascejasarqueadas,dudoso.—¿Qué?—preguntó Thomas, harto de que aún le ocultaran información—. Vosotros dos seguís

actuandocomosituvieraisunsecreto.Minhosefrotólosojosconambasmanosyrespiróhondo.—Hemosescondidolosmapas,Thomas.Alprincipio,noloentendió.

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—¿Eh?MinhoseñalóhacialaHacienda.—Hemosescondidolospuñeterosmapasenlasaladearmas;losguardamosallíporlaadvertencia

deAlby.YporelllamadoFinalquetunoviahaprovocado.Thomasseentusiasmótantoaloíraquellanoticiaque,poruninstante,seolvidódelohorriblesque

estaban las cosas.RecordóqueMinhohabía actuadodemanera sospechosa el día anterior, cuando ledijoquelehabíanencomendadounatareaespecial.ThomasmiróaNewt,queasintió.

—Estánsanosysalvos—afirmóMinho—.Todosycadaunodeesoscabrones.Asíque,si tienesunateoría,empiezaahablar.

—Llevadmehastaellos—dijoThomas,quesemoríaporecharlesunvistazo.—Vale,vamos.

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Capítulo42

Minho encendió la luz, lo que hizo a Thomas entrecerrar los ojos un instante hasta que seacostumbró a la iluminación. Unas sombras amenazadoras se aferraban a las cajas de las armasesparcidaspor lamesayelsuelo; loscuchillos, lospalosydemásartefactosdeaspectodesagradableparecíanestaresperandoallí,preparadosparaquitarle lavidaacualquieradeellosymataralprimerestúpidoqueseacercaselosuficiente.Elolorahumedadnohacíamásqueacrecentar laescalofriantesensaciónqueembargabaalentrarenaquelcuarto.

—Hayunarmarioocultoahídetrás—explicóMinhoalpasarporlasestanteríasdeunrincónoscuro—.Sólounoscuantossabemosqueexiste.

ThomasoyóelcrujidodeunaviejapuertademaderayMinhosacóarastrasunacajadecartón.Elsonidoquehacíaalrozarelsueloeracomouncuchillosobreunhueso.

—Puseelcontenidodelosbaúlesencajas,ochoentotal.Estántodasahí.—¿Cuálesesta?—preguntóThomas.Searrodillójuntoaella,ansiosoporempezar.—Ábrelayloverás.Lashojasestánmarcadas,¿recuerdas?Thomastiródelastapasentrecruzadashastaabrirla.LosmapasdelaSección2sehallabanenun

montóndesordenado.Thomasmetiólamanoysacóunapila.—Vale—dijo—. Los corredores siempre los han comparado día a día para ver si había algún

patrónquelesayudaraaaveriguardóndeestabalasalida.Túmismodijistequenosabíasloqueestabaisbuscando,peroseguíaisestudiándolosdetodasformas,¿no?

Minhoasintiódebrazoscruzados.Parecíacomosiestuvieraesperandoquealguienfueraarevelarelsecretodelavidaeterna.

—Bueno—continuóThomas—,¿ysitodoslosmovimientosdelasparedesnoteníannadaqueverconunmapa, un laberinto o algo por el estilo? ¿Y si en vez de un patrón deletreabanunas palabras?Algúntipodepistaparaayudarnosaescapar.

MinhoseñalólosmapasqueThomasteníaenlamano,dejandoescaparunsuspirodefrustración.—Tío, no tienes ni idea de cuánto hemos estudiado estos chismes. ¿No crees que nos habríamos

dadocuentasiestuviesendeletreandofocaspalabras?—Quizá cuestemucho verlo a simple vista si se compara un día con otro.Quizá no teníais que

compararundíaconotro,sinomirarlostodosalavez.Newtserió.—Tommy,puedequenoseaelmásperspicazdelClaro,peroloqueestásdiciendomepareceuna

chorrada.MientrasThomasibahablando,sucabezanodejabadetrabajar, inclusomásrápidoqueantes.La

respuestaestabaahímismo;sabíaqueyacasilatenía,sóloqueeramuydifícilexpresarlaconpalabras.—Vale, vale—dijo, volviendo a empezar—. Siempre has asignado una sección a un corredor,

¿verdad?—Sí—contestóMinho.Parecíarealmenteinteresadoydispuestoaentenderlo.—Yesecorredordibujaunmapacadadíaylocomparaconlosdelosdíasanteriores,deesamisma

sección.¿Ysihubieraiscomparadocadadíalasochoseccionesentreellas?¿Yquecadadíafueraunapistaporseparadoouncódigo?¿Algunavezhabéiscomparadounasecciónconotra?

Minhoserestrególabarbillayasintió.—Sí, algoparecido.Tratamosdever sihacíanalgocuando las juntábamos. ¡Claroque lohemos

hecho!Lohemosintentadotodo.Thomassesentósobrelaspiernasyestudiólosmapasqueteníaensuregazo.Apenaspodíaverlas

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líneas del Laberinto dibujadas en la segunda hoja a través de la que había arriba del todo. En aquelinstante,supoloqueteníanquehaceryalzólavistahaciaelresto.

—Papelencerado.—¿Eh?—balbuceóMinho—.¿Qué...?—Confíaenmí.Necesitamospapel enceradoyunas tijeras.Y todos los rotuladoresnegrosy los

lápicesqueencuentres.

***

AFritanganolehizomuchagraciaquelequitarandoscajasdepapelencerado,ymenosaúnahoraqueleshabíandejadodemandarsuministros.Dijoqueeraunadelascosasquesiemprepedía,quelousabaparacocinarenelhorno.Alfinal,tuvieronquecontarleparaquélonecesitabanyasíconsiguieronquesecallara.

Alcabodediezminutosdebuscar lápicesyrotuladores—antes, lamayoríaestabaen laSaladeMapas y el fuego los había destruido—, Thomas se sentó con Newt,Minho y Teresa en la mesa detrabajo del sótano de las armas. No habían encontrado unas tijeras, así que Thomas había cogido elcuchillomásafiladoqueencontró.

—Más vale que merezca la pena —dijo Minho con aire amenazador, pero sus ojos mostrabaninterés.

Newtseinclinóhaciadelanteyapoyóloscodosenlamesacomosiquisieraveruntrucodemagia.—Empiezadeunavez,verducho.—Vale—Thomasteníamuchasganasdehacerlo,peroledabamuchísimomiedoquealfinaltodose

quedara ennada.Lepasóel cuchillo aMinhoy, luego, señaló elpapel encerado—.Empiezaa cortarrectángulosdemásomenoseltamañodelosmapas.NewtyTeresa,podéisayudarmeacogerlosdiezprimerosmapasdelacajadecadasección.

—¿Quésontodasestasmanualidadesinfantiles?—Minholevantóelcuchilloylomiróconcaradeasco—.¿Porquénonosdicesporquéfoñoestamoshaciendoesto?

—Estoyenello—contestóThomas,puessabíaquesólonecesitabanverloqueteníaenlacabeza.Se levantó para rebuscar en el trastero—. Así es más fácil enseñártelo. Si me equivoco, pues meequivocoyvolveremosacorrerporelLaberintocomoratones.

Minhosuspiró, sinduda irritado; luegomascullóalgo.Teresa llevabacalladaunrato,perohablódentrodelacabezadeThomas:

Creoqueséloqueestáshaciendo.Dehecho,esbrillante.Thomassesobresaltó,perohizocuantopudoporocultarlo.Sabíaque teníaque fingirquenooía

vocesensucabezaporquelosdemáspensaríanqueestabaloco.Ven...a...ayudarme...—intentódecir,pensandolaspalabrasporseparado,tratandodevisualizarel

mensaje,deenviarlo.Perolachicanorespondió.—Teresa—dijoenvozalta—,¿puedesayudarmeunsegundo?—señalóhaciaeltrastero.Los dos entraron en el pequeño cuarto polvoriento, abrieron tollas las cajas y cogieron un

montoncito demapas de cadauna.Al volver a lamesa,Thomas se encontró conqueMinhoya habíacortado veinte trozos y hecho una pila desordenada a su derecha mientras seguía amontonando másencima.

Thomassesentóycogióunoscuantos.Pusounodelospapelesalaluzparavercómoloatravesaba

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unbrillolechoso.Eraexactamenteloquenecesitaba.Cogióunrotulador.—Muybien,quetodoelmundocalquelosúltimosdiezdíasenuntrozocomoeste.Aseguraosde

escribirlainformaciónenlapartesuperiorparaquesepamosquéesqué.Cuandohayamosacabado,talvezveamosalgo.

—¿Qué...?—empezóadecirMinho.—Túsiguecortando,foder—ordenóNewt—.Creoqueséadondequiereirapararconesto.Thomassesintióaliviadodequealguienporfinlohubieracaptado.Sepusieronacalcarlosmapasoriginalesenelpapelencerado,unoauno,tratandodequequedara

limpioybienalavezqueibanlomásrápidoposible.Thomasutilizóelladodeunatablasueltacomoreglaimprovisadaparaquenosetorcieranlaslíneas.Notardóencompletarcincomapasy,luego,otroscincomás.Losdemásllevabanelmismoritmo,trabajabanfebrilmente.

Mientras Thomas dibujaba, empezó a sentir cierto temor, una extraña sensación de que lo queestabanhaciendoeraunacompletapérdidadetiempo.PeroTeresa,queestabasentadaasulado,eraunmodelodeconcentración;sulenguaasomabaporunacomisuradelabocamientrastrazabalíneasarribayabajo,deunladoaotro.Parecíaestarsegurísimadequeibanaaveriguaralgo.

Continuaron,cajaporcaja,secciónporsección.—Yoyaestoy—anunciófinalmenteNewt,rompiendoelsilencio—.Meardenlosdedos.Miraaver

sifunciona.Thomasdejósurotuladorydoblólosdedosconlaesperanzadehaberacertado.—Vale,dadmelosúltimosdiezdíasdecadasección.Hacedmontonesordenadosenlamesa,desde

laSección1hastalaSección8.La1,aquí—señalóaunextremo—yla8,allí—señalóalotroextremo.Ensilencio,hicieronloquelespidió,revisandoloquehabíandibujadohastacolocarenfilaocho

montonesbajosdepapelenceradosobrelamesa.Nervioso,Thomascogióunahojadecadapila,seaseguródequetodasfuerandelmismodíaylas

mantuvo en orden. Entonces las puso unas encima de otras para que todos los dibujos del LaberintocoincidieranconlosdelmismodíaporarribayporabajohastaverlasochoseccionesdelLaberintoalavez.Loquevioledejóatónito.Casicomoporartedemagia,comounaimagendesenfocadaquepasaaverseconnitidez,algoempezóadistinguirse.Teresadejóescaparungrititoahogado.

Laslíneasseentrecruzaban,arribayabajo,demodoqueloqueThomassosteníaenlasmanoseraunaespeciedecuadrícula.Perohabíaunaslíneasenmedio,unaslíneasqueaparecíancasualmenteconmásfrecuenciaquelasdemásydibujabanunaimagenmásoscuraqueelresto.Erasutil,peronocabíadudadequeestabaallí.JustoenelcentrodelahojaestabalaletraE.

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Capítulo43

Thomas sintió un torrente de emociones distintas: alivio porque había funcionado, sorpresa yentusiasmo,perotambiénsepreguntóadondelesconduciría.

—Tío—dijoMinho,resumiendolossentimientosdeThomasconunapalabra.—Podríaserunacoincidencia—apuntóTeresa—Hazmás,rápido.Thomascontinuóponiendolasochopáginasdecadadíaenorden,desdelaSección1alaSección

8. En cada ocasión se formaba una letra con claridad en medio del montón de líneas entrecruzadas.DespuésdelaEvinolaM,luegolaE,despuéslaR,laGyunaE.Luego,A...T.

—Mira—exclamóThomas, señalando la fila demontonesquehabían formado, confundido, perocontentodequelasletrasestuvierantanclaras—.DiceEMERGEy,luego,AT.

—¿EmergeAt?—repitióNewt—.Amíesonomepareceuncódigoderescate.—Tenemosquecontinuar—dijoThomas.Alhacerunpardecombinacionesmás,sedieroncuentadeque,enrealidad,lasegundapalabraera

ATRAPA.EMERGEyATRAPA.—Definitivamente,noesunacoincidencia—aseguróMinho.—Esoestáclaro—afirmóThomas.Nopodíaesperaravermás.Teresaseñalóhaciaeltrastero.—Tenemosquerevisartodasesascajasdeahídentro.—Sí—asintióThomas—.Vamos.—Nopodemosayudar—dijoMinho.Lostreslefulminaronconlamiradayélhizootrotanto.—Almenos,Thomasyyo.TenemosquesaliralLaberintoconloscorredores.—¿Qué?—exclamóThomas—.¡Estoesmuchísimomásimportante!—Talvez—respondióMinho,tranquilo—,peronopodemosdejardesalirallíniundía.Ahora,no.Thomassintióunaoleadadedecepción.CorrerporelLaberintoleparecíaunapérdidadetiempo

comparadocondescifrarelcódigo.—¿Por qué,Minho?Dices que el patrón se ha estado repitiendo durantemeses...Un díamás no

significaránada.Minhogolpeólamesaconlamano.—¡Esoesunapatochada,Thomas!De todos losdías,estepuedequeseaelmás importantealno

cerrarselaspuñeterasparedes;creoquepodríamosprobartuidea,pasarallílanocheparaexplorarconmásdetenimiento.

AquellodespertóelinterésdeThomas;estabadeseandohacerlo.Indeciso,preguntó:—Pero¿quéhaydelcódigo?¿Qué...?—Tommy—dijo Newt con voz consoladora—,Minho tiene razón. Pingajos, salid y corred. Yo

reuniréaalgunosclarianosenlosquepodamosconfiaryseguiremostrabajandoenesto—sonómásquenuncacomounlíder.

—YomequedaréaquíytambiénayudaréaNewt—seofrecióTeresa.Thomaslamiró.—¿Estássegura?Semoríapordescifrarelcódigoélmismo,perodecidióqueNewtyMinhoteníanrazón.Lachica

sonrióysecruzódebrazos.—Si vais a descifrar un código secreto de un grupo complejo de laberintos diferentes, estoy

segurísimadequenecesitaréisqueunachica lleve lavozcantante—suampliasonrisaseconvirtióen

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unasonrisitadesuficiencia.—Sitúlodices...Cruzólosbrazos,sequedómirándolaconunasonrisay,derepente,noquisomarcharsedenuevo.—Bien—asintióMinho,ysediolavueltaparairse—.Estupendo.Vamos.Comenzóacaminarhacialapuerta,peroluegosedetuvocuandoadvirtióqueThomasnoibatrasél.—Notepreocupes,Tommy—dijoNewt—.Tunoviaestarábien.Thomasnotóquemillonesdepensamientoslepasabanporlacabezaenaquelmomento.Semoría

pordescifrarelcódigo,ledabavergüenzaloqueNewtpensabadeTeresayél,estabaintrigadoporloquepodíanencontrarenelLaberinto...yteníamiedo.

Perosedeshizodetodoaquello.Sinnisiquieradespedirse,acabóporseguiraMinhoysubieronlasescaleras.

***

ThomasayudóaMinhoareuniraloscorredoresparadarleslanoticiayorganizarelgranviaje.LesorprendióquetodosaccedierandebuenaganaaexplorarmásafondoelLaberintoypasarallílanoche.Aunqueestabanerviosoyasustado,ledijoaMinhoquepodíallevarunadelasseccionesélsolo,peroelguardiánsenegó.Teníanochocorredoresconexperienciaparadichatarea.Thomasibaaacompañarle,yparaélfueungranalivio,loquecasilehizosentirvergüenzadesímismo.

Minho y él metieron en sus mochilas más provisiones de las habituales, pues no sabían cuántotiempoestaríanallífuera.Apesardesumiedo,Thomasnopodíaevitarestartambiénentusiasmado,puesaquelpodíasereldíaenqueencontrasenunasalida.

Ambos estaban estirando las piernas junto a la Puerta Oeste cuando Chuck se acercó paradespedirse.

—Iríaconvosotros—dijoelniñoconuntonoqueestabalejosdeserjovial—,peronoquierotenerunamuertehorripilante.

Thomasserió,sorprendiéndosedesureacción.—Graciasporlosánimos.—Tened cuidado —pidió Chuck, y su tono de voz se transformó enseguida en auténtica

preocupación—.Ojalápudieraayudaros,tíos.AThomaslellegóalalma.Seapostócualquiercosaaque,sihiciesefaltayselopidieran,Chuck

saldríaalLaberinto.—Gracias,Chuck.Tendremosmuchocuidado.Minhoresopló.—Tenercuidadononoshaservidoenabsoluto.Ahoraestodoonada,chaval.—Serámejor que nos vayamos—dijo Thomas. Sentía un hormigueo en la barriga y sólo quería

moverse,dejardepensar.Alfinyalcabo,saliralLaberintonoerapeorquequedarseenelClaroconlaspuertasabiertas.Aunqueaquellaideanolehacíasentirsemuchomejor.

—Sí—respondióMinho,tranquilo.—Bueno—murmuróChuck, y bajó la vista hacia sus pies antes de volver amirar a Thomas—,

buenasuerte.Situnoviasesientesolasinti,yolaconsolaré.Thomaspusolosojosenblanco.—Noesminovia,carafuco.

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—¡Vaya!—exclamóChuck—.YaestásusandolaspalabrotasdeAlby—estabaclaroqueintentabafingirquenoestabaasustadoporlosúltimosacontecimientos,perosusojosrevelabanlaverdad—.Enserio,buenasuerte.

—Gracias, eso esmuy importante—contestóMinhoponiendo los ojos en blanco—.Nosvemos,pingajo.

—Sí,nosvemos—mascullóChuck,yluegosediolavueltaparamarcharse.Thomassintióunapunzadadetristeza.QuizáyanovolvieraaveraChuck,aTeresaoacualquiera

delosdemás,yderepentesintiólanecesidaddedecir:—¡Noolvidesmipromesa!—gritó—.¡Tellevaréacasa!Chuck se volvió y alzó el pulgar, con los ojos vidriosos por las lágrimas. Thomas alzó los dos

pulgares;luego,MinhoyélsepusieronlasmochilasyentraronenelLaberinto.

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Capítulo44

ThomasyMinhonopararonhastaqueestuvieronamediocaminodelúltimocallejónsinsalidadelaSección 8.Ahora que el cielo estaba gris, Thomas se alegraba de llevar su reloj de pulsera.Habíanconseguido llegarenpoco tiempoporqueenseguidafueevidenteque lasparedesnosehabíanmovidodesdeeldíaanterior.Todoestabaexactamenteigual.Nohabíanecesidaddedibujarmapasnidetomarnotas, suúnicodeberera llegarhastael finalydar lavueltaenbuscadecosasqueantesnohubieranadvertido, cualquier cosa. Minho permitió veinte minutos de descanso y, después, siguieron con sutrabajo.

Permanecieroncalladosmientrascorrían.MinholehabíaenseñadoaThomasquehablarnoeramásqueungastodeenergía,asíqueseconcentrabaensuritmoysurespiración.Regular.Uniforme.Inspirar,expirar. Inspirar, expirar. Cada vez más metidos en el Laberinto, acompañados tan sólo de suspensamientosylossonidosdesuspasossobreeldurosuelodepiedra.

Alcabodetreshoras,TeresalesorprendióhablandoensumentedesdeelClaro:Estamosprogresando.Yahemosencontradounpardepalabrasmás.Peroaúnnotienesentido.Elprimer impulsodeThomas fue ignorarla,negarunavezmásquealguien tenía lacapacidadde

entrarensucabeza,deinvadirsuprivacidad.Peroqueríahablarconella.¿Puedesoírme?—preguntó,imaginandolaspalabrasensumenteyenviándoselasmentalmentede

unaformaquenuncapodríaexplicar.Seconcentróyrepitió—:¿Puedesoírme?¡Sí!—contestóella—.Teheoídomuyclarolasegundavezquelohasdicho.Thomasestabaimpresionado,tantoquecasidejódecorrer.¡Habíafuncionado!Mepreguntoporquépodemoshaceresto—dijoconlamente.Lecostabamuchísimohablarconlachicayempezóanotarqueledolíalacabeza,comosituviera

unbultoenelcerebro.Alomejoréramosamantes—respondióTeresa.Thomassetropezóycayóalsuelo.SonrióavergonzadoaMinho,quesehabíadadolavueltapara

mirarsinaminorarlamarcha.Thomassepusodepieotravezylealcanzó.¿Qué?—preguntóalfinal.Percibiócómoellasereía,unaimagenllenadecolor.Estoesmuyextraño—dijoTeresa—.Escomosifuerasundesconocido,peroséqueteconozco.Thomassintióunescalofríoagradable,aunqueestabasudando.Siento desilusionarte, pero sí soy un desconocido. Nos vimos por primera vez hace poco,

¿recuerdas?No seas tonto, Tom. Creo que alguien nos alteró el cerebro, que nos puso algo para que

tuviéramosesterollotelepático.Antesdeveniraquí.Loquemehacepensarqueyanosconocíamos.Thomasreflexionósobreelloypensóqueprobablementeteníarazón.Almenos,loesperaba,porque

leempezabaagustarmucho.¿Quenoshanalteradoelcerebro?—preguntó—.¿Cómo?Nolosé,hayrecuerdosalosquenollego.Creoquehicimosalgoimportante.ThomaspensóenlaconexiónquesiemprehabíasentidohaciaelladesdequehabíallegadoalClaro.

Queríaprofundizarunpocomásparaverquédecíalachica.¿Dequéestáshablando?Ojalálosupiera.Sólotratodecompartirideascontigoparaversialgodespiertaentumente.ThomaspensóenloqueGally,BenyAlbyhabíandichosobreél;poralgúnmotivo,sospechaban

queestabaencontradeellos,quenoeraalguienenquiensepudieraconfiar.Pensótambiénenloque

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Teresalehabíacontadolaprimeravezquesehabíanvisto,queélyella,dealgúnmodo,leshabíanhechotodoaquelloalosdemás.

Esecódigotienequesignificaralgo—añadiólachica—.Yloqueescribíenmibrazo:«CRUELesbuena».

Alomejornoimporta—contestó—,alomejorencontramosunasalida.Quiénsabe.Mientras corría,Thomas cerró los ojos con fuerza durante unos segundos para concentrarse.Una

bolsade aire parecía flotar en supecho cadavezquehablaba, unahinchazónquemedio le enfadaba,medioleemocionaba.Abrióderepentelosojosaldarsecuentadequeellaquizápodíaleerlelamentehastacuandoélnointentabacomunicarse.Esperóunarespuesta,peronolarecibió.

¿Siguesahí?—preguntó.Sí,peroestosiempremedadolordecabeza.Thomassesintióaliviadoaloírquenoeraelúnico.Amítambiénmeduele.Vale—dijolachica—,hastaluego.¡No,espera!Noqueríaquesemarchara,leestabaayudandoaqueeltiempopasaramásrápido;dealgúnmodo,

hacíaquecorrerfuesemásfácil.Adiós,Tom.Teavisarésidescubrimosalgo.Teresa,¿quéhaydeloqueescribisteentubrazo?Pasaronvariosminutos.Nohuborespuesta.¿Teresa?Se había ido. Thomas sintió como si aquella burbuja de aire en su pecho hubiera estallado,

liberandotoxinasportodosucuerpo.Ledolíaelestómagoy,depronto,laideadepasarsetodoeldíacorriendoledeprimió.Enparte,queríacontarleaMinhocómohablabanTeresayélparacompartir loqueestabapasandoantesdequesucerebroexplotara.Peronoseatrevía.Noleparecíamuybuenaideaañadirlatelepatíaaaquellasituación.Yaeratodobastanteraro.

Thomasbajólacabezayrespiróhondo.Permaneceríaconlabocacerradayseguiríacorriendo.Dospausasmásadelante,Minhopor finaflojóelpasohastacaminarmientras recorríanun largo

pasilloqueacababaenuncallejónsinsalida.Sedetuvoysesentóconlaespaldaapoyadaenlapared.Lahiedraeraespecialmenteespesaenaquellazonayocultaba ladurae impenetrablepiedra.Thomashizolomismoyambosatacaronsumodestoalmuerzodebocadillosytrozosdefruta.

—Yaestá—dijoMinhodespuésde su segundomordisco—.Hemos corridopor toda la sección.Sorpresa,sorpresa:nohaysalida.

Thomasya losabía,peroaloírlose lecayó todavíamáselalmaa lospies.Sinmediarpalabra,terminósucomidaysepreparóparaexplorar;parabuscarquiénsabíaqué.

Minhoyéldedicaronlassiguienteshorasarastrearelsuelo,apalparlasparedesyatreparporlasenredaderasensitiosalazar.Noencontraronnada,yThomascadavezestabamásdesanimado.Loúnicointeresantefueotrodeaquellosextrañoscartelesenlosqueponía:CATÁSTROFERADICAL:UNIDADDEEXPERIMENTOSLETALES.Minhonisiquieraleechóunsegundovistazo.

Volvieronacomery, luego,buscaronunpocomás.Nohallaronnada,yThomasempezabaaestardispuestoaaceptarloinevitable:nohabíanadaqueencontrar.Cuandoseacercólahoradelcierredelaspuertas,comenzóabuscaralgunaseñaldeloslaceradores.Unaheladavacilaciónleasaltabaaldoblarcadaesquina.Minhoyélsiemprellevabancuchillosbienagarradosenambasmanos,peronoapareciónadahastacasimedianoche.

Minho vio un lacerador que desaparecía por una esquina delante de ellos y no volvía. Treintaminutosmástarde,Thomasviootrohaciendoexactamentelomismo.Unahoradespués,otroatravesóelLaberintoypasóasuladosinnisiquieradetenerse.Thomascasisedesplomóporlarepentinaoleadade

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terror.Minhoyélcontinuaron.—Creoqueestánjugandoconnosotros—dijoMinhounratomás tarde.Thomassediocuentade

quehabíadejadodebuscarenlasparedesycaminabadevueltaalClaro,alicaído.—¿Aquéterefieres?—preguntóThomas.Elguardiánsuspiró.—Meparecequeloscreadoresquierenquesepamosquenohaysalida.Lasparedesyanisiquiera

se mueven. Es como si esto sólo hubiese sido un estúpido juego y hubiera llegado el momento determinarlo.Quierenque regresemosyse lodigamosa losdemásclarianos.¿Cuánto teapuestasaque,cuandovolvamos,otro laceradorsehabrá llevadoaalguien,comoayerpor lanoche?CreoqueGallyteníarazón:vanaseguirmatándonos.

ThomasnorespondióysintiólaverdaddeloqueMinhoacababadedecir.Cualquieresperanzaquehubieraalbergadoalsalirsehabíadesvanecidohacíamuchorato.

—Vámonosacasa—dijoMinhoconvozcansada.Thomasodiabaadmitirladerrota,peroasintióparadarsuconsentimiento.Elcódigoparecíasersu

únicaesperanza,ydecidióconcentrarseeneso.MinhoyélregresaronensilencioalClaro.Novieronunsololaceradorentodoelcamino.

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Capítulo45

SegúnelrelojdeThomas,eramediamañanacuandoMinhoyélcruzaronlaPuertaOestederegresoalClaro.Thomasestabatancansadoquequeríatumbarseallímismoaecharunasiesta.LlevabanenelLaberintounasveinticuatrohoras.

Sorprendentemente,apesarde la luzmortecinaydeque todoestabadesbaratándose,eldíaenelClaroparecíadesarrollarsecomoerahabitual:setrabajabaenloscampos,enloshuertos,yselimpiaba.Nopasómuchotiempohastaquealgunoschicosnotaronsupresencia.AvisaronaNewtyesteenseguidafuehastaallícorriendo.

—Soislosprimerosenvolver—dijomientrasseacercaba—.¿Quéhapasado?—laexpresióndeesperanzainfantilensurostrolerompióaThomaselcorazón.Sinduda,creíaquehabíanencontradoalgoimportante—.Decidmequetenéisbuenasnoticias.

Minhoteníalosojosapagados,clavadosenalgúnpuntodeladistanciagris.—Nada—respondió—.ElLaberintoesunaputabroma.NewtmiróaThomas,confundido.—¿Quédiceeste?—Estádesanimado—contestóThomas,yencogiósuscansadoshombros—.Nohemosencontrado

nadadiferente.Lasparedesnosehanmovido,nohaysalidas,nada.¿Vinieronloslaceradoresayerporlanoche?

Newthizounapausayunasombraleatravesóelrostro.Alfinal,hizoungestodeasentimiento.—Sí.SellevaronaAdam.Thomasnoreconocióaquelnombreysesintióculpablepornosentirnada.«Sólounootravez—pensó—.QuizáGallyteníarazón».NewtestabaapuntodedeciralgomáscuandoMinhoperdióelcontrol,asustandoaThomas:—¡Estoy harto de todo esto!—escupió en la hiedra y las venas se le hincharon en el cuello—.

¡Estoyharto!¡Seacabó!—sequitólamochilaylatiróalsuelo—.Nohaysalida;nuncalahahabidoynuncalahabrá.Estamostodosfucados.

Conlagargantaseca,ThomasobservócómoMinhosemarchabapisandofuertehacialaHacienda.Sepreocupó.SiMinhoserendía,todostendríangrandesproblemas.

Newtnodijoniunapalabray,llevadoporsupropioaturdimiento,dejóaThomasallíplantado.LadesesperaciónflotabaenelambientecomoelhumodelaSaladeMapas,espesayácida.

Los otros corredores regresaron al cabo de una hora y, por lo que Thomas oyó, ninguno habíaencontrado nada, al final se habían rendido igualmente. Por todas partes en el Claro había rostrosapesadumbrados;lamayoríadelostrabajadoreshabíaabandonadosustareasdiarias.

ThomassabíaqueelcódigodelLaberintoeraahorasuúnicaesperanza.Teníaquedesvelaralgo.Teníaquehacerlo.Y,despuésdedeambularporelClarooyendolashistoriasdelosdemáscorredores,sequitóelmiedodeencima.

¿Teresa?—dijoensucabeza,cerrandolosojoscomosiasífueraaconseguirlo—.¿Dóndeestás?¿Hasaveriguadoalgo?

Trasunalargapausa,casisehabíarendido,puescreíaquenohabíafuncionado.¿Eh?Tom,¿hasdichoalgo?Sí —contestó, entusiasmado por haber contactado con ella otra vez—. ¿Me oyes? ¿Estoy

haciéndolobien?Avecessecorta,perofunciona.Esraro,¿eh?Thomassequedópensando.Lociertoeraqueseestabaacostumbrandoaaquello.

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No está tan mal. ¿Todavía estáis en el sótano? Antes he visto a Newt, pero ha vuelto adesaparecer.

Seguimosaquí.Newthatraídoatresocuatroclarianosparaquenosayudenacalcarlosmapas.Creoqueyatenemostodoelcódigo.

AThomaslesaltóelcorazónalagarganta.¿Enserio?Bajaaquí.Voy.Yaseestabamoviendocuandolodijo;derepente,habíadejadodeestartancansado.

***

Newtledejóentrar.—Minhoaúnnohaaparecido—comentómientrasbajabanlasescalerashaciaelsótano—.Aveces

selevalaolla.A Thomas le sorprendió que Newt perdiera el tiempo enfurruñándose, sobre todo con las

posibilidadesqueofrecíaelcódigo.Apartóaquellaideaalentrarenlahabitación.Variosclarianosquenoconocíaestabanreunidosalrededordelamesa,depie;parecíanagotados,teníanlosojoshundidos.Habíamontonesdemapasesparcidosportodoslados,incluidoelsuelo.Parecíaqueuntornadohubieraaterrizadoenmediodelsótano.

Teresaestabaapoyadaenunasestanterías,leyendounahojadepapel.Alzólavistacuandoentróelchico,peroluegovolvióaconcentrarseenloquefuesequeestuvierasosteniendo.Aquelloleentristecióunpoco;esperabaquesealegraraalverle,peroluegosesintióestúpidoporhabérseleocurridoqueellareaccionaríadeformadistinta.Sinduda,estabaocupadaintentandodescifrarelcódigo.

Tienes que verlo —dijo Teresa justo cuando Newt dio permiso a sus ayudantes para que semarcharan.

Losmuchachos subieron torpemente las escaleras, un par de ellos refunfuñando por haber hechotodo aquel trabajo para nada. Thomas se sobresaltó, preocupado durante un instante por que Newtsupieraloqueestabasucediendo.

NomehablesmentalmentemientrasNewtestécercademí.Noquieroquesepa lodenuestro...don.

—Venidaveresto—ordenóTeresaenvozalta,sinapenasocultarlasonrisitadecomplicidadqueleatravesóelrostro.

—Mearrodillaréparabesartusmalditospiessihasaveriguadoalgo—respondióNewt.ThomasseacercóaTeresa,impacienteporveradondehabíanllegado.Ellalesmostróelpapel,con

lascejasarqueadas.—Nocabedudadequeescorrecto—dijo—,peronotengoniideadeloquesignifica.Thomascogióelpapelyloexaminórápidamente.Habíacírculosnumeradosdelunoalseisentodo

elmargenizquierdo.Alladodecadauno,habíaunapalabraescritaenletrasmayúsculas:

EMERGE

ATRAPA

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SANGRA

MUERTE

DIFÍCIL

PULSA

Esoeratodo.Seispalabras.AThomasleenvolvióladecepción.Habíaestadosegurodequeelpropósitodeaquelcódigosería

evidenteencuantolodescifraran.LevantólavistahaciaTeresaconelcorazónenunpuño.—¿Esoestodo?¿Estáissegurosdequeestánenelordencorrecto?Lajovenvolvióacogerelpapel.—ElLaberinto llevamesesrepitiendoesaspalabras.Lodejamoscuandoestuvobienclaro.Cada

vez,despuésdelapalabraPULSA,vieneunasemanaenterasinaparecerningunaletrayluegoempiezaconEMERGEdenuevo.Asíquenosimaginamosqueesaeralaprimerapalabrayqueeseeraelorden.

Thomascruzólosbrazosyseapoyóenlasestanterías,al ladodeTeresa.Sinpensarlo,memorizólasseispalabras,grabándolasensumente.Emerge.Atrapa.Sangra.Muerte.Difícil.Pulsa.Nosonabamuybien.

—Alentador,¿nocrees?—dijoNewt,reflejandoexactamenteloqueestabapensando.—Sí—contestóThomasconungruñidodefrustración—.TenemosquehacerqueMinhobajeaquí.

A lo mejor él sabe algo que nosotros no sabemos. Si tuviésemos más pistas... —se quedó inmóvil,azotadoporunmareoquelehabríahechocaersealsuelosinohubiesetenidounasestanteríasenlasqueapoyarse.Seleacababadeocurrirunaidea.Unaideahorrible, terrible,espantosa.Lapeor ideadelahistoriadelasideashorribles,terriblesyespantosas.

Peroelinstintoledecíaqueteníarazón.Queeraalgoquedebíahacer.—¿Tommy?—lellamóNewt,yseacercóaélconunamiradadepreocupaciónquelehizoarrugar

lafrente—.¿Quétepasa?Tehaspuestoblancocomounfantasma.Thomasnegóconlacabezayrecuperólacompostura.—Ah..., nada, perdona.Me duelen los ojos, creo que necesito dormir—se frotó las sienes para

darlemásefecto.¿Estásbien?—lepreguntóTeresaensumente.ThomasadvirtióqueestabaigualdepreocupadaqueNewt,loquelegustó.Sí.Estoycansado,enserio.Sólomehacefaltadescansarunpoco.—Bueno—dijoNewt,queextendiólamanoparaapretarelhombrodeThomas—,hasestadotoda

lamalditanocheenelLaberinto.Veaecharteunrato.ThomasmiróaTeresayluegoaNewt.Queríacontarlessuidea,perodecidióhacerlocontrario.Se

limitóaasentirysedirigióhacia lasescaleras.De todosmodos,Thomasahora teníaunplan.Aunquefuesemalo,almenoseraunplan.

Necesitabanmáspistassobreelcódigo.Necesitabanrecuerdos.Asíqueibaahacerquelepicaraunlacerador.IbaapasarporelCambio.Adrede.

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Capítulo46

Thomassenegóahablarconnadieelrestodeldía.Teresa lo intentó varias veces, pero él no dejaba de repetir que no se encontraba bien, que le

apetecíaestarsolo,dormirensurincóndetrásdelbosquey,talvez,pasaruntiemporeflexionandoparaintentardescubrirunlugarsecretoensumentequelesayudaraasabercómoactuar.Perolaverdaderaqueestabamentalizándoseparaloquehabíaplaneadorealizaraquellanoche,convenciéndosedequeeralocorrecto.Loúnicoquepodíahacer.Además,estabaaterrorizadoynoqueríaquelosotrossedierancuenta.

Alfinal,cuandosurelojseñalóqueyahabíallegadoelatardecer,fuealaHaciendacontodoslosdemás.ApenasnotóqueteníahambrehastaqueviolacomidaqueFritangahabíapreparadoatodaprisa:galletasysopadetomate.Habíallegadoelmomentodeotranochesindormir.

Losconstructoreshabíancerradocon tablas losagujerosquehabíandejado losmonstruosquesellevaronaGallyyaAdam.ElresultadofinalaThomasseleantojabacomosiunacuadrilladeborrachoshubierahechoeltrabajo,peroalmenoseralobastanteresistente.NewtyAlby,queyaseencontrababienparaestarporahí,aunqueconlacabezallenadevendas,insistieronenquesedebíanhacerturnosparadormir.

ThomasacabóenelgransalóndelaplantabajadelaHaciendaconlasmismaspersonasconlasquehabíadormido lasdosnochesanteriores.Enseguida, el silencio reinóen lahabitación, aunquenosabíasieraporquetodossehabíandormidooporqueestabanasustados,esperandoensilencio,contratodaesperanza,queloslaceradoresnovolvieran.Adiferenciadelasdosnochesanteriores,permitieronaTeresaquedarseeneledificioconelrestodeclarianos.Estabajuntoaél,acurrucadaendosmantas.Dealgúnmodo,podíapercibirqueestabadurmiendo.Durmiendodeverdad.

Thomasnopodíadormir,aunquesabíaquesucuerpolonecesitabadesesperadamente.Lointentó,intentócontodassusfuerzasmantenerlosojoscerradosyseobligóarelajarse,peronohubosuerte.Lanocheselehacíainterminableylapesadasensacióndesaberloqueibaaocurrirleaplastabaelpecho.

Entonces, tal y como todos habían esperado, se oyeron los inquietantes sonidosmetálicos de loslaceradoresenelexterior.Habíallegadoelmomento.

Todoelmundoseapiñócontralaparedmásapartadadelasventanasyseesforzópormantenerelsilencio.ThomasestabaacurrucadoenunrincónalladodeTeresa,abrazándoselasrodillas,conlosojosclavadosenlaventana.Larealidaddelaterribledecisiónquehabíatomadolegolpeócomosiunamanoleestrujaraelcorazón.Perosabíaquetododependíadeaquello.

La tensiónen lahabitaciónaumentabaaun ritmoconstante.Losclarianosestabancallados;nosemovíaniunalma.Ellejanosonidodelmetalarañandolamaderaretumbóenlacasa.AThomaslesonócomosiunlaceradorestuviesesubiendoporlapartetraseradelaHacienda,alotroladodedondeellossehallaban.Unossegundosmás tarde,seoyeronmásruidos;veníande todaspartes,yelmáscercanoprocedíadesupropiaventana.Elairedelsalónpareciócongelarsehastaconvertirseenhielo,yThomasapretólospuñoscontrasusojos,conlaexpectativadelataqueponiéndoledelosnervios.

Una explosión retumbó cuando arrancaron la madera y rompieron el cristal en algún sitio de laplanta superior, lo que sacudió toda la casa. Thomas se quedó petrificado cuando se oyeron varioschillidos,seguidosporlaspisadasapresuradasdegentehuyendo.Unosfuertescrujidosanunciaronquetodaunahordadeclarianoscorríahacialaprimeraplanta.

—¡HancogidoaDave!—gritóalguienconlavozagudaporelterror.NadiemovióunmúsculoenlahabitacióndeThomas.Estesabíaquetodossesentíanprobablemente

culpablesporelaliviodenohabersidounodeellos.Deque,quizás,estabanasalvounanochemás.

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Durantedosdíasseguidos,sehabíanllevadoaunchicopornocheylagenteestabaempezandoapensarqueloquehabíadichoGallyeraverdad.

Thomassesobresaltócuandoseoyóunterribleestrépitojustoalotroladodelapuerta,acompañadodegritosydemaderaastillándose,comosiunmonstruoconfaucesdehierroseestuviesecomiendolaescaleraentera.Unsegundomástarde,seoyóotraexplosióndemaderaarrancada:lapuertaprincipal.Ellaceradorhabíaentradoenlacasayseestabamarchando.

UnaoleadademiedoatravesóaThomas.Eraahoraonunca.Sepusodepie,echóacorrerhacia lapuertadelsalóny laabriódeuntirón.OyógritaraNewt,

peroleignoróysiguiócorriendoporelpasillo,esquivandoysaltandotrozosdemaderapartida.Vioquedondehabíaestado lapuertaprincipalahorahabíaunagujerorecortadoquedabaa lanochegris.FuehastaallíysalióatodavelocidadhaciaelClaro.

¡Tom!—gritóTeresadentrodesucabeza—.¿Quéestáshaciendo?Laignoróycontinuócorriendo.EllaceradorquesehabíallevadoaDave,unchicoconelqueThomasnuncahabíahablado,rodaba

sobre sus pinchoshacia laPuertaOeste, agitándose y zumbando.Los demás laceradores ya se habíanreunidoenelpatioyseguíanasucompañerohaciaelLaberinto.Sindudarlo,asabiendasdequeelrestopensaríaqueestabacometiendounactodesuicidio,Thomascorrióensudirecciónhastaqueseencontróenmediodeaquellascriaturas.Alhaberlospilladoporsorpresa,loslaceradoresvacilaron.

ThomassaltósobreelquellevabaaDaveeintentósoltaralchicoconlaesperanzadequeelbichoreaccionara.ElgritodeTeresaenelinteriordesucabezafuetanaltoquesintiócomosileclavaranunpuñalenelcráneo.

Tres laceradores se echaron sobre él a la vez, con sus largas pinzas y agujas volando por todoslados.Thomassacudiólosbrazosylaspiernaspararetirarloshorriblesbrazosmetálicosmientrasdabapatadasaloscuerposvibrantesdeloslaceradores.Tansóloqueríaquelepicaran,noqueselollevarancomoaDave.SuincesanteataqueseintensificóyThomasnotóqueeldolorestallabaentodosucuerpo;lospinchazosdeunasagujasleavisarondequehabíatenidoéxito.Gritó,pataleó,empujóygolpeóhastahacerse un ovillo, intentando librarse de ellos. Forcejeó, lleno de adrenalina, y por fin encontró unespacioabiertoparameterlospies;después,echóacorrercontodassusfuerzas.

En cuanto escapó de los instrumentos de los laceradores, se dieron por vencidos, se retiraron ydesaparecieronenelLaberinto.Thomassedesplomóenelsuelo,quejándosededolor.

Newtapareciósobreélalcabodeunsegundo,seguidoinmediatamentedeChuck,Teresayotros.Newtlecogióporloshombrosylelevantóagarrándolepordebajodelosbrazos.

—¡Cogedlelaspiernas!—gritó.Thomas notó el mundo dando vueltas a su alrededor, le entraron náuseas y se puso a delirar.

Alguien,nosupoquién,obedeciólaordendeNewt.Leestabanllevandoporelpatio;cruzaronlapuertadelaHacienda,pasaronporelpasillohechopedazoshaciaunahabitación,dondelecolocaronsobreunsofá.Elmundocontinuabadandovueltas.

—¡Quéestabashaciendo!—exclamóNewtensucara—.¡Cómopuedessertanestúpido!Thomasteníaquehablarantesdedesaparecerenlaoscuridad:—No...,Newt...Noloentiendes...—¡Cállate!—gritóNewt—.¡Nomalgastestuenergía!Thomasnotóquealguien leexaminaba losbrazosy laspiernasy learrancaba laropadelcuerpo

para comprobar los daños.Oyó la voz deChuck y no pudo evitar sentirse aliviado porque su amigoestuvierabien.Unmediquerodijoalgosobrequelehabíanpicadounmontóndeveces.

Teresaestabaasuspiesyleapretabaeltobilloderechoconlamano.¿Porqué,Tom?¿Porquélohashecho?Porque...—noteníafuerzasparaconcentrarse.

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NewtgritóparaqueletrajeranelSuerodelaLaceracióny,unminutomástarde,Thomassintióunpinchazoenelbrazo.Elcalorseextendiódesdeaquelpuntoatodosucuerpo,calmandoyaliviandoeldolor. Pero el mundo parecía seguir derrumbándose, y sabía que todo se acabaría para él en unossegundos.

Lahabitacióndabavueltas,loscoloressefusionabanytodogirabacadavezmásrápido.Lecostómuchoesfuerzo,perodijounaúltimacosaantesdequelaoscuridadselollevara:

—Noospreocupéis—susurró,esperandoqueleoyeran—.Lohehechoapropósito...

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Capítulo47

ThomasnofueconscientedeltiempomientraspasabaporelCambio.Empezó,másomenos,comosuprimer recuerdoen laCaja, fríoyoscuro.Peroestavez tenía la

sensacióndequenisuspiesnisucuerpotocabannada.Flotabaenelvacío,conlavistaclavadaenlanegrura. No veía nada, no oía nada, no olía nada. Era como si alguien le hubiese robado sus cincosentidos,dejándoleenelvacío.

Eltiemposeextendíamásymás.Elmiedoseconvirtióencuriosidady,luego,enaburrimiento.Selevantóunvientodistante,quenosentíaperosíoía.Entonces,unremolinoblancoyneblinoso

aparecióalolejos,untornadodehumoquegirabacomounlargoembudoyseestirabahastaqueyanopudo ver ni la parte superior ni la inferior del torbellino blanco. Después, notó que el vendaval setransformabaenunciclón;soplópordetrásdeélytiródesuropaydesupelocomosifueranbanderascortadasatiras,atrapadasporlatormenta.

Latorredeespesanieblaempezóamoversehaciaél—oélseacercabaaella,nolosabía—aunavelocidadalarmante.Dondehacíaunossegundoshabíapodidodiferenciar laformadelembudo,ahorasóloveíaunaplanicieblancaqueleconsumió.

Notó que la neblina se llevaba sumente y los recuerdos flotaron en sus pensamientos. Todo lodemásseconvirtióendolor.

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Capítulo48

—Thomas—lavozeradistante,congorjeos,comounecoenunlargotúnel—,Thomas,¿meoyes?No quería contestar. Su mente se había cerrado al no poder soportar el dolor; tenía miedo de

recordartodosisepermitíavolveraestarconsciente.Percibiólaluzalotroladodesuspárpados,perosabíaquenopodíaabrirlosojos.Nohizonada.

—Thomas,soyChuck.¿Estásbien?Porfavor,notemueras,tío.Sumenterecuperó tododegolpe:elClaro, los laceradores, lasagujaspunzantes,elCambio.Los

recuerdos.ElLaberintonopodíaresolverse.Laúnicamaneradesalireraalgoquenoseesperaban.Algoaterrador.Seviodominadoporladesesperación.

Gruñóy se esforzópor abrir losojos, entrecerrándolos al principio.La cara regordetadeChuckestabaallí,mirándoleconunosojosasustados.Pero,entonces,seiluminaronyunasonrisaleatravesóelrostro.Apesardetodo,apesardetodaaquellaporquería,Chuckestabasonriendo.

—¡Sehadespertado!—gritóelniñoanadieenparticular—.¡Thomassehadespertado!ElestruendodesuvozprovocóqueThomashicieraungestodedoloryvolvieraacerrarlosojos.—Chuck,¿esnecesarioquegrites?Nomeencuentromuybien.—Losiento,essóloquemealegrodequeestésvivo.Tienessuertedequenotedéunbesazo.—Porfavor,nolohagas,Chuck—Thomasvolvióaabrirlosojosparasentarseenlacamayapoyó

la espalda en la pared mientras estiraba las piernas. El dolor le consumía las articulaciones y losmúsculos—.¿Cuántotiempohapasado?—preguntó.

—Tresdías—respondióChuck—.TemetíamosenelTrulloporlanocheparamantenerteasalvoyte volvíamos a traer aquí durante el día. Desde que empezaste, me pareció que estabas muerto unastreintaveces.¡Pero,mírate,estáscomonuevo!

Thomasseimaginóelmalaspectoquedebíadetener.—¿Hanvenidoloslaceradores?LaalegríadeChuckseestrellóvisiblementecontraelsuelocuandobajólavista.—Sí,sellevaronaZartyaunparmás.Unocadanoche.Minhoyloscorredoreshanregistradoel

Laberinto para intentar encontrar una salida o averiguar algún uso para ese estúpido código quedescubristeis.Peronada.¿Porquécreesqueloslaceradoresseestánllevandotansóloaunpingajopornoche?

AThomasselerevolvióelestómago.Ahorasabíalarespuestaexactaaaquellapreguntayaalgunasmás.Losuficienteparasaberqueaveceselconocimientodaasco.

—VeabuscaraNewtyaAlby—dijoalfinal—.DilesquenecesitamosconvocarunaReunión.Loantesposible.

—¿Enserio?Thomasdejóescaparunsuspiro.—Chuck,acabodepasarporelCambio.¿Túquécrees?Sindecirniunapalabramás,Chucksepusodepiedeunsaltoysaliócorriendodelahabitación

mientrassusgritosllamandoaNewtsedesvanecíanconformesealejaba.Thomascerrólosojosyapoyólacabezaenlapared.Entonces,lallamóconsumente:Teresa.Nocontestódeinmediato,peroluegosuvozaparecióenmediodesuspensamientos,tanclaracomo

silachicaestuviesesentadaasulado:Esohasidounaestupidez,Tom.Unaestupidezcomounacasa.Teníaquehacerlo—respondió.

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Teheodiadobastanteestosdosúltimosdías.Deberíashabertevisto.Tupiel,tusvenas...¿Mehasodiado?—leentusiasmabaqueellasepreocuparatantoporél.Lajovenhizounapausa.Esmiformadedecirtequetehabríamatadosihubierasllegadoamorirte.Thomassintióunestallidodecalorensupecho;levantólamanoyselotocó,parasusorpresa.Bueno...,gracias.Supongo.Ybien,¿quérecuerdas?Hizounapausa.Losuficiente.Loquedijistesobrenosotrosdosyloqueleshicimosaellos...¿Eracierto?Hicimoscosasmalas,Teresa.Percibiófrustraciónenella,comosituviesemillonesdepreguntasynosupierapordóndeempezar.¿Averiguastealgoquenosayudeasalirdeaquí?—preguntó,comosinoquisierasabercuálerasu

participaciónentodoaquello—.¿Paraquésirveelcódigo?Thomas se calló; no quería hablar de aquello todavía, no antes de aclarar su mente. Su única

posibilidaddeescapetalvezfueradesearlamuerte.Quizás—dijo al final—, pero no será fácil. Tenemos que reunimos. Pediré que te dejen estar

presente,notengoenergíaparacontarlotododosveces.Ningunodelosdosdijonadaduranteunrato;unsentimientodedesesperanzaflotabaentreambas

mentes.¿Teresa?¿Sí?ElLaberintonopuederesolverse.Lajovenpermaneciócalladaduranteunratoantesdecontestar:Creoqueesoyalosabemostodos.Thomasodióeldolorquetransmitíasuvoz;podíasentirloensumente.No te preocupes. Los creadores quieren que escapemos. Tengo un plan—quería darle algo de

esperanza,sinimportarloescasaquefuera.¿Deverdad?Sí.Eshorribleyalgunosdenosotrospuedequemuramos.Suenaprometedor,¿aquesí?Genial.¿Quées?Tenemosque...Antesdequeterminaralafrase,Newtentróenlahabitaciónyleinterrumpió.Telocontarémástarde—dijoThomasrápidamente.¡Dateprisa!—exclamólachica,yluegosefue.Newtsehabíaacercadoalacamayestabasentadoasulado.—Tommy,apenasparecesenfermo.Thomashizoungestodeasentimiento.—Estoyunpocomareado,pero,apartedeeso,meencuentrobien.Creíaqueseríamuchopeor.Newtnegóconlacabeza,conunamezcladeenfadoytemor.—Loquehicistefuemuyvaliente,perotambiénunamalditaestupidez.Parecequesetedamuybien

eso—hizounapausayvolvióanegarconlacabeza—.Séporquélohiciste.¿Quérecuerdoshastenido?¿Hayalgoquepuedaayudarnos?

—TenemosqueconvocarunaReunión—dijoThomas,cambiandolaspiernasdeposturaparaestarmáscómodo.Aunquepareciesesorprendente,nosentíamuchodolor,sóloestabaatontado—.Antesdequeempieceaolvidarmedetodo.

—Sí,Chuckmelohadicho;loharemos.Pero¿porqué?¿Quéhasaveriguado?—Esunaprueba,Newt.Todoesunaprueba.

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Newtasintió.—Comounexperimento.Thomasnegóconlacabeza.—No, no lo entiendes. Nos están eliminando, quieren ver si nos rendimos para encontrar a los

mejores.Nos tiran variables e intentan que nos rindamos. Ponen a prueba nuestra capacidad de teneresperanzayluchar.QueenviaranaTeresaaquíylodesconectarantodoerasólolaúltimaparte,peroaúnfaltaelanálisisfinal.Hallegadolahoradelaúltimaprueba.Ladeescapar.

Newtarrugólafrenteporlaconfusión.—¿Aquéterefieres?¿Sabescómosalir?—Sí.ConvocalaReunión.Ya.

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Capítulo49

Unahoramástarde,Thomasestabasentadoenfrentede losguardianesparacomenzar laReunión,igualquelohabíaestadohacíaunaodossemanas.NohabíandejadoentraraTeresa,loquelefastidiótantocomoaella.Ahora,NewtyMinhoconfiabanenella,perolosdemásteníansusdudas.

—Muy bien, verducho—dijoAlby, que estaba conmuchomejor aspecto, sentado enmedio delsemicírculodesillas,alladodeNewt.Losdemásasientosestabantodosocupados,salvodos,uncrudorecuerdodequeloslaceradoressehabíanllevadoaGallyyaZart—.Olvídatededarrodeosyempiezaahablar.

Thomas,todavíaunpocomareadoporelCambio,seobligóatomarseunsegundopararecuperarlacompostura.Teníamuchoquecontar,peroqueríaasegurarsedequeparecieralomenosestúpidoposible.

—Esunalargahistoria—comenzó—.Notenemostiempopararepasarlaentera,perooscontarélofundamental. Cuando pasé por el Cambio, vi imágenes, cientos de ellas, como una proyección dediapositivasenavancerápido.Mevinieronmuchas,perosólounasestánlobastanteclarascomoparahablardeellas.Lodemássehaidooestádesapareciendo—hizounapausayordenósusideasunaúltimavez—.Perorecuerdolosuficiente.Loscreadoresnosestánprobando.ElLaberintonuncafueparaqueloresolviéramos.Todohasidounaprueba.Quierenalosganadores,oalossupervivientes,paraquehaganalgoimportante—secalló,confundidoporquenosabíaenquéordencontarlascosas.

—¿Qué?—preguntóNewt.—Empezaré de nuevo—dijo Thomas, restregándose los ojos—.Nos escogieron cuando éramos

muy pequeños. No recuerdo cómo o por qué. Sólo tengo visiones y sensaciones de que las cosascambiaronenelmundo,dequepasóalgomuymalo.Notengoniideadequéfue.Loscreadoressenosllevaron,ycreoqueellospensaronquesusmotivosestabanjustificados.Dealgúnmodo,averiguaronquenuestrainteligenciaerasuperioralamediayporesonoseligieron.Nosé,casitodoestoesmuyvagoy,detodasformas,tampocotienetantaimportancia.

»No recuerdo nada de mi familia o de lo que le sucedió. Pero, después de que nos cogieran,pasamos unos años aprendiendo en escuelas especiales, viviendo una vida normal hasta que, por fin,fueroncapacesdefinanciaryconstruirelLaberinto.Nuestrosnombressonsóloapodosestúpidosqueseinventaron.AlbyporAlbertEins—tein,NewtporIsaacNewton,yyomellamoThomasporEdison.

ParecíaqueaAlbylehubierandadounabofetada.—Nuestrosnombres...¿Nisiquieranosllamamosasídeverdad?Thomasnegóconlacabeza.—Porloquesé,seguramentenuncahemossabidonuestrosnombresreales.—¿Qué estás diciendo? —preguntó Fritanga—. ¿Que somos unos putos huérfanos criados por

científicos?—Sí—contestó Thomas, esperando que su expresión no revelara lo deprimido que se sentía—

Supuestamente,somosmuyinteligentesyestudiantodoslosmovimientosquehacemos,nosanalizan.Paraverquiénserindeyquiénno.Paraverquiénsobreviveatodo.Nomeextrañaquehayatantascuchillasescarabajoenestesitio.Además,algunosdenosotrostienencosas...alteradasenelcerebro.

—Mecreoestacloncigualquecreoquetegusta lacomidadeFritanga—refunfuñóWinston,conairecansadoeindiferente.

—¿Porquéibaainventarmetalcosa?—exclamóThomas,subiendoeltonodevoz.¡Habíadejadoquelepicaranadredepararecordar!—.Mejoraún,¿cuálcreestúqueeslaexplicación?¿Quevivimosenunplanetaalienígena?

—Siguehablando—dijoAlby—.Peronoentiendoporquénadierecuerdaeso.Yohepasadoporel

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Cambioyloúnicoquevifue...—miróenseguidaasualrededor,comosiacabaradedeciralgoquenodebía—.Noaverigüénada.

—Ahoramismotediréporquécreoquemeheenteradodemáscosasquelosdemás—respondióThomas,temiendoesapartedelahistoria—.¿Sigoono?

—Habla—asintióNewt.Thomasrespiróhondo,comosiestuvieraapuntodeempezarunacarrera.—Vale. No sé cómo, nos borraron la memoria; no sólo nuestra infancia, sino también todo lo

referente a cómo entramos en el Laberinto. Nos metieron en la Caja y nos enviaron aquí arriba. Alprincipio,éramosungrangrupoyluegoenviaronunoalmesdurantelosúltimosdosaños.

—Pero¿porqué?—preguntóNewt—.¿Quésentidotiene?Thomasalzóunamanoparapedirsilencio.—Ya voy. Como he dicho, querían probarnos, ver cómo reaccionaríamos a lo que ellos llaman

Variablesyanteunproblemaquenotienesolución.Queríanversipodíamostrabajarjuntos,inclusosiconstruíamosunacomunidad.Nossuministrabandetodoyelproblemaplanteadoeraunodelospuzlesmáscomunesconocidosporlacivilización:unlaberinto.Atodoestoleañadimosquenoshicieroncreerquehabíaunasoluciónparaanimarnosatrabajarduroalmismotiempoqueaumentabannuestrodesánimoal no encontrar nada—hizo una pausa para mirar a su alrededor y asegurarse de que todos estabanescuchando—.Loqueestoydiciendoesquenohaysolución.

Todosempezaronahablara lavezy laspreguntassesolaparonunasconotras.Thomasvolvióaalzarlamano,deseandotransmitirsuspensamientosaloscerebrosdelosdemás.

—¿Veis?Vuestrareaccióndemuestra loqueacabodedecir.Lamayoríade lagenteyasehubierarendido.Perocreoquesomosdistintos.Nopodemosaceptarqueunproblemanopuedaresolverse,sobretodo cuando es algo tan simple como un laberinto. Seguimos esforzándonos sin importar que no hayaesperanza—Thomassediocuentadequesuvozseibaalzandocadavezmásynotóqueleardíalacara—.¡Seacualsealarazón,meponeenfermo!Todoesto,loslaceradores,lasparedesquesemueven,elPrecipicio... no son más que elementos de una estúpida prueba. Nos han usado y manipulado. Loscreadoresqueríanquenuestrasmentesbuscaranunasoluciónquenuncahaexistido.Ylomismorespectoa que enviaran aquí a Teresa, que la utilizaran como el desencadenante del Final, signifique lo quesignifique; que cerraran este sitio, que el cielo sevolvieragris, etcétera, etcétera.Nos lanzan locurasparavernuestrareacciónyprobarnuestravoluntad.Paraversinosvolvemoslosunoscontralosotros.Alfinal,quierenalossupervivientesparahaceralgoimportante.

Fritangaselevantó.—¿Matandogente?¿Esaeslapartebonitadelplan?Por un instante, Thomas sintiómiedo; le preocupaba que los guardianes se enfadaran con él por

sabertanto.Ylascosasseibanaponermuchopeor.—Sí,Fritanga,matandogente.Elúnicomotivoporelqueloslaceradoresloestánhaciendounoa

unoesparaquenomuramostodosantesdequeacabecomosesuponequetienequeacabar.Sobreviviránlosmásapropiados.Sólolosmejorespodránescapar.

Fritangalediounapatadaasusilla.—¡Bueno,puesserámejorqueempiecesahablardeesahuidamágica!—Lohará—dijoNewt,tranquilo—.Cállateyescucha.Minho,quehabíaestadoensilenciotodoeltiempo,seaclarólagarganta.—Algomedicequenomevaagustarloqueestoyapuntodeoír.—Probablemente, no—contestó Thomas. Cerró los ojos un segundo y se cruzó de brazos. Los

próximosminutosibanasercruciales—.Loscreadoresquierenalosmejoresparaloqueseaquehayanplaneado. Pero nos lo tenemos que ganar—la sala se quedó en absoluto silencio y todos los ojos seposaronsobreél—.Elcódigo.

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—¿Elcódigo?—repitióFritangaconunavoziluminadaporunrayodeesperanza—.¿Quépasaconelcódigo?

Thomaslemiróehizounapausaparadarlemásdramatismo.—EstabaocultoenlosmecanismosdelasparedesdelLaberintoporunarazón.Yodeberíasaberlo,

porqueestabaallícuandoloscreadoreslohicieron.

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Capítulo50

Duranteunbuen rato,nadiedijonaday loúnicoqueThomasvio fuecaras inexpresivas.Notóelsudorenlafrente,resbalandoporsusmanos;leaterrorizabacontinuarhablando.Newtparecíatotalmentedesconcertadoy,finalmente,rompióelsilencio:

—¿Dequéestáshablando?—Bueno,antesquierocompartirconvosotrosalgosobreTeresaysobremí.Existeunarazónporla

queGallymeacusóde todoaquelloypor laquemereconocen losquehanpasadoporelCambio—esperaba preguntas, un estallido de voces, pero la sala estaba en completo silencio—. Teresa y yosomos...diferentes—continuó—.ÉramospartedelasPruebasdelLaberintodesdeelprincipio,peroencontradenuestravoluntad,lojuro.

Minhofueelquehablóacontinuación:—Thomas,¿dequéestáshablando?—LoscreadoresnosutilizaronaTeresayamí.Siosdevolvieranvuestrosrecuerdos,seguramente

querríaismatarnos.Peroteníaquecontárosloparademostrarosqueahorapodéisconfiarennosotros.Asíquetendréisquecreermecuandoosdigalaúnicaformaquehaydesalirdeaquí.

Thomas estudió rápidamente los rostros de los guardianes y se preguntó por última vez si debíacontarlo, si lo entenderían. Pero sabía que tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo. Respiró hondo y,entonces,lodijo:

—TeresayyoayudamosadiseñarelLaberinto.Ayudamosacrearlotodo.Todos parecieron demasiado atónitos para responder y se le quedaron mirando otra vez

inexpresivos.Thomassefiguróquenolohabíanentendidooquenolecreían.—Yeso¿quésignifica?—preguntóNewtalfinal—.Tienesdieciséismalditosaños.¿Cómoibasa

crearunLaberinto?Thomasnopudoevitardudaréltambiénunpoco,perosabíaloquehabíarecordado.Aunquefuese

unalocura,sabíaqueeracierto.—Eramos...inteligentes.YcreoquepuedeserunapartedelasVariables.Perolomásimportantees

queTeresayyotenemos...undonquenoshizomuyvaliososmientrasdiseñabanyconstruíanestelugar—sedetuvo,puessabíaquetododebíadesonarabsurdo.

—¡Habla!—gritóNewt—.¡Desembucha!—¡Somos telépatas! ¡Podemos comunicarnos en nuestras puñeteras cabezas!—al decirlo en voz

alta, casi se sintió avergonzado, como si hubiera confesado ser un ladrón. Newt parpadeó por lasorpresa; alguien tosió—. Pero escuchadme—continuó Thomas, ansioso por defenderse—, ellos nosobligaronaquelesayudáramos.Nosécómoniporqué,perolohicieron—hizounapausa—.Quizáparaver si nos ganábamos vuestra confianza, a pesar de haber sido parte de ellos. Quizá nuestra funciónsiemprefuerevelarcómoescapar.Seacualseaelmotivo,convuestrosmapasdesciframoselcódigoyahoratenemosqueusarlo.

Thomas miró a su alrededor y vio que, sorprendente y asombrosamente, nadie parecía estarenfadado.Casitodoslosclarianossiguieronmirándolepasmadososacudieronlacabezasindarcréditoasusoídos.Y,poralgunaextrañarazón,Minhoestabasonriendo.

—Es verdad, y lo siento—continuóThomas—.Pero os diré una cosa: ahora estoy en elmismobarcoquevosotros.ATeresayamínosenviaroncomoalrestoypodemosmorirconlamismafacilidad.Los creadoreshanvisto suficiente, ha llegado lahorade la últimaprueba.Supongoquenecesitaba elCambioparaencajarlasúltimaspiezasdelpuzzle.Bueno,queríaquesupieraislaverdadyqueexisteunaposibilidaddesalirdeesta.

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Newtsacudiólacabezaadelanteyatrás,ysequedóconlavistaclavadaenelsuelo.Luego,levantólacabezaymiróalosguardianes.

—Los creadores son los que nos han hecho esto, no Tommy ni Teresa. Los creadores. Y searrepentirán.

—Loquetúdigas—replicóMinho—,aquiénleimportaunaclonctodoeso.Siguecontandocómoescapar.

AThomasselehizounnudoenlagarganta.Sesentíatanaliviadoqueapenaspodíahablar.Estabatansegurodequeseenfureceríanaloírsuconfesión,siesquenoletirabanporelPrecipicio,queahoraloquelequedabapordecirleresultabafácil.

—Hayunacentral informáticasituadaenunsitiodondenuncahemosmirado.Elcódigoabrirá lapuerta y podremos salir del Laberinto. También desconecta a los laceradores para que no puedanseguirnos,siesquepodemossobrevivirtantotiempocomoparallegarhastaallí.

—¿Unsitiodondenuncahemosmirado?—repitióAlby—.¿Quécreesquehemosestadohaciendodurantedosaños?

—Creedme,nuncahabéisestadoallí.Minhoselevantó.—Bueno,¿dóndeestá?—Es casi un suicidio —dijo Thomas, a sabiendas de que postergaba la respuesta—. Los

laceradoresirándetrásdenosotrosencuantodescubranloquepretendemoshacer.Todos.Eslapruebafinal.

Queríaasegurarsedequehabíanentendidoloqueestabaenjuego.Habíamuypocasprobabilidadesdequetodossobrevivieran.

—¿Ydóndeestá?—preguntóNewt,inclinándosehaciadelanteenlasilla.—EnelPrecipicio—respondióThomas—.TenemosqueatravesarelAgujerodelosLaceradores.

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Capítulo51

Alby se levantó tan deprisa que la silla se cayó hacia atrás. Sus ojos inyectados en sangredestacaban en contraste con el vendaje blanco de su frente. Dio dos pasos hacia delante antes dedetenerse,comosiestuvieraapuntodeatacaraThomas.

—Eresunfucoidiota—dijo,fulminandoaThomasconlamirada—ountraidor.¿Cómovamosaconfiarenti,siayudasteadiseñarestesitio?¡Sinospusisteaquí!Sinopodemosconunlaceradorennuestro propio terreno, mucho menos vamos a luchar contra toda una horda en su agujerito. ¿Quépretendes?

Thomassesintiófurioso.—¿Quépretendo?¡Nada!¿Porquéibaainventarmetodoesto?LosbrazosdeAlbysetensaronconlospuñosapretados.—Porloquesabemos,teenviaronparaquenosmataranatodos.¿Porquéíbamosaconfiarenti?Thomassequedóconlavistafija,sindarcréditoaloqueoía.—Alby, ¿tienes un problema de memoria a corto plazo? Arriesgué mi vida para salvarte en el

Laberinto.¡Estaríasmuertosinofuerapormí!—Alomejorfueuntrucoparaganartenuestraconfianza.Siestuvierasconchabadoconesosfucos

quenosenviaronaquí,nohabríastenidoquepreocuparteporqueloslaceradorestehicierandaño;quizáfuetodoteatro.

ElenfadodeThomasdisminuyóunpocoaloíresoyseconvirtióenlástima.Algoleextrañaba,erasospechoso.

—Alby—tercióporfinMinho,aliviandoaThomas—,esaeslateoríamástontaqueheoídoenmivida.Hacetresnochesledestrozaron.¿Creesqueesotambiénerateatro?

Albyasintióunavezdemaneracortante.—Quizás.—Lohice—dijoThomas,proyectandotodoelfastidioposibleensuvoz—paraobtenerrecuerdos,

para ayudarnos a salir de aquí. ¿Hace falta que te enseñe los cortes ymoradosque tengopor todo elcuerpo?

Albynodijonadaysurostrosiguiótemblandoporlacólera.Losojoslellorabanylasvenasselehinchabanenelcuello.

—¡Nopodemosregresar!—gritóporfin,ysevolvióparamiraratodoslospresentesenlasala—.Hevistocómoerannuestrasvidas.¡Nopodemosregresar!

—¿Setratadeeso?—inquirióNewt—.¿Estásdebroma?Albysevolvióhaciaélconfierezayhastalevantóunpuño.Perosedetuvo,bajóelbrazo,sesentó

enlasilla,hundiólacaraenlasmanosysederrumbó.Thomasnopodríahabersesorprendidomás.Elintrépidolíderdelosclarianosestaballorando.

—Alby,háblanos—lepresionóNewt,puesnoqueríaquedejaraeltema—.¿Quépasa?—Yolohice—respondióAlbyentreincontrolablessollozos—.Yolohice.—¿Quéhiciste?—preguntóNewt,queparecíatanconfundidocomosesentíaThomas.Albylevantólavistaconlosojosllenosdelágrimas.—Yoquemélosmapas.Yolohice.Megolpeélacabezaconlamesaparaquepensaraisquehabía

sidootrapersona;mentí,fuiyoelqueloquemótodo.¡Fuiyo!Los guardianes intercambiaron miradas; los ojos abiertos de par en par y las cejas enarcadas

dejabanclarasusorpresa.Aunque,paraThomas,ahora todo teníasentido.Albyrecordaba lohorriblequeerasuvidaantesdellegarallíynoqueríavolver.

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—Bueno,menosmalquelossalvamos—dijoMinhomuyserio,casiburlándose—.GraciasporelconsejoquenosdistedespuésdelCambioparaquelosprotegiéramos.

ThomasmiróavercómorespondíaAlbyalsarcasmodeMinho,asucomentariocasicruel,peroesteactuócomosinolehubieseoído.

Newt,envezdeenfadarse,pidióaAlbyqueseexplicara.ThomassabíaporquéNewtnoestabaenfadado:losmapasestabanasalvoyelcódigosehabíadescifrado.Noimportaba.

—Os lo digo yo —Alby sonaba como si estuviera suplicando, al borde de la histeria—: Nopodemos volver al sitio de donde vinimos. Lo he visto y he recordado cosas espantosas. La tierraquemada,unaenfermedadllamadaelDestello.Erahorrible,muchísimopeordeloquetenemosaquí.

—¡Sinosquedamosaquí,moriremostodos!—gritóMinho—.¿Espeorqueeso?AlbysequedómirandoaMinhofijamenteunbuenratoantesdecontestar.Thomassólopodíapensar

enlaspalabrasqueacababadedecir.ElDestello.Leresultabafamiliar,estabajustoenelbordedesumente.PeroestabasegurodequenohabíarecordadonadadeesocuandohabíapasadoporelCambio.

—Sí—contestóAlbyalfinal—,espeor.Prefieromoriraregresaracasa.Minhoserióyserecostóenlasilla.—Macho,déjamequetedigaqueereslaalegríadelahuerta.YoestoyconThomas.Estoyconélal

cienporcien.Sivamosamorir,quesealuchando.—EstemosdentroofueradelLaberinto—añadióThomas,aliviadoporqueMinhoestuvieradesu

parte.SevolvióhaciaAlbyylemiróconseriedad—,seguiremosviviendoenelmundoquerecuerdas.Albyselevantódenuevoysurostroreflejóderrota.—Hacedloquequeráis—suspiró—.Noimporta.Moriremosdetodasformas.Y,trasdecireso,sedirigióhacialapuertayabandonólasala.Newtresoplóysacudiólacabeza.—Nohavueltoaserelmismodesdequelepicaron.Debiódetenerunosrecuerdosmuychungos.

¿QuédemonioseselDestello?—Nomeimporta—dijoMinho—.Prefierocualquiercosaamoriraquí.Yanosocuparemosdelos

creadores cuando salgamos. Pero, de momento, haremos lo que ellos planearon. Atravesaremos elAgujerodelosLaceradoresyescaparemos.Sialgunodenosotrosmuere,queasísea.

Fritangaresopló.—Pingajos,meestáisvolviendo loco.NopodemossalirdelLaberinto,y la ideadeestarcon los

laceradoresensuapartamentodesolteromeparecelamayorgilipollezqueheoídoenmivida.Yadepaso,noscortamoslasvenas.

Losdemásguardianesempezaronadiscutir,hablandotodosa lavez.Finalmente,Newtgritóparaquesecallaran.Thomasvolvióahablarunavezquesetranquilizaron:

—Voyaatravesarelagujeroomoriré intentándolo.ParecequeMinhotambiénseapunta.YestoysegurodequeTeresaharálomismo.Sipodemoscombatiraloslaceradoreseltiemposuficienteparaquealguientecleeelcódigoylosdesconecte,podremoscruzarlapuertaporlaqueellosentran.Habremospasadolaspruebasypodremosenfrentarnosaloscreadores.

LasonrisadeNewtnoreflejabahumor.—¿Y crees que podemos combatir a los laceradores? Aunque no muramos, probablemente nos

piquen.TodosycadaunodeellosnosestaránesperandocuandolleguemosalPrecipicio.Lascuchillasescarabajoestánahíconstantemente.Loscreadoresseenterarándequehemosidohaciaallí.

Teníamiedodecontarlo,peroThomassabíaquehabíallegadoelmomentodecompartirlaúltimapartedesuplan:

—No creo que nos piquen. El Cambio era una Variable cuando vivíamos aquí. Pero eso ya seterminó.Además,puedequetengamosotraopción.

—¿Sí?—preguntóNewt,ypusolosojosenblanco—.Memueroporoírla.

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—Aloscreadoresnolesbeneficiaennadaquemuramostodos.Estotienequeserdifícil,peronoimposible.Creo que todos sabemos que los laceradores están programados paramatar sólo a uno denosotrosaldía.AsíquealguienpuedesacrificarseparasalvaralosdemásmientrascorremoshaciaelAgujero.Sesuponequetendríaqueserasí.

La sala se quedó en silencio hasta que el guardián de la Casa de la Sangre soltó una fuertecarcajada.

—¿Perdona?—espetóWinston—.¿Estássugiriendoquetiremosaunpobrechavalaloslobosparaqueelrestopodamosescapar?¿Esaestumagníficasugerencia?

Thomassenegóadmitirlomalquesonaba,peroseleocurrióunaidea:—Sí,Winston,mealegrodequeprestestantaatención—ignorólamiradaasesinaqueestelelanzó

—.Ycreoqueesobvioquiéndeberíaseresepobrechaval.—¿Ah,sí?—contestóWinston—.¿Quién?Thomassecruzódebrazos.—Yo.

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Capítulo52

Lareuniónestallóenuncorodediscusiones.Newtselevantómuycalmado,seacercóaThomasyleagarródelbrazoparallevarlehastalapuerta.

—Ahora,vete.Thomassequedóhelado.—¿Quemevaya?¿Porqué?—Creoqueyahasdichobastante.Necesitamoshablarparadecidirquéhacersinqueestésaquí—

yahabíallegadoalapuertayNewtlediounempujoncitoparasacarledelasala—.EspéramejuntoalaCaja.Cuandohayamosacabado,túyyohablaremos.

HabíaempezadoadarselavueltacuandoThomasleagarró.—Tienes que creerme, Newt. Es el único modo de salir de aquí. Podemos hacerlo, te lo juro.

Tenemosquehacerlo.Newtseleacercóalacaraylehabló,enfadado,conunavozásperaysusurrante:—Sí,mehaencantadolaparteenlaquetehasofrecidovoluntarioparaquetematen.—Estoydispuestoahacerlo.Thomaslodecíaenserio,perosóloporlaculpaqueleatormentaba.Sesentíaculpableporhaber

ayudadoadiseñarelLaberinto.Pero,enlomásprofundodesucorazón,seaferrabaalaesperanzadepoder resistir lo suficiente para teclear el código y desconectar a los laceradores antes de que lesmataran.Deabrirlapuerta.

—¿Ah,sí?—dijoNewtconairemolesto—.EreselseñorNoble,¿no?—Tengobastantesrazonesparahacerlo.Dealgúnmodo,esculpamíaqueestemosaquí—secallóy

respiróhondopara recobrar la compostura—.Bueno, voy a ir de todas formas, así quemejor quenodesaprovecheslaoportunidad.

Newtfruncióelentrecejoy,depronto,susojossellenarondecompasión.—SideverdadayudasteadiseñarelLaberinto,Tommy,noesculpatuya.Erasunniño,nopudiste

evitarloqueteobligaronahacer.Pero no importaba lo que Newt dijera. Lo que nadie dijera. Thomas cargaba con aquella

responsabilidadysehacíamáspesadacuantomáslopensaba.—Esque...escomosituviesequesalvarosatodos.Pararedimirme.Newtseapartóynegóconlacabezalentamente.—¿Sabesquéesgracioso,Tommy?—¿Qué?—contestóThomas,conrecelo.—Yotecreo.Tusojosnoreflejanniunapizcadementira.Ynopuedocreermequeestéapuntode

deciresto—hizounapausa—,perovoyaentrarahíparaconvenceraesospingajosdequetenemosqueatravesarelAgujerodelosLaceradores,comotúhasdicho.Puedequetengamosquelucharcontraloslaceradores envezdequedarnos aquí sentadospermitiendoque senos llevenuno auno—levantóundedo—.Peroescúchame:noquierooírniunapuñeterapalabramásdequevasamorirytodaesacloncheroica.Sivamosahacerlo,nosarriesgaremostodos.¿Meoyes?

Thomaslevantólasmanos,abrumadoporelalivio.—Altoy claro.Sóloquería quevierais quemerece la pena arriesgarse.Si de todosmodosva a

moriralguiencadanoche,deberíamosusarloparanuestrobeneficio.Newtfruncióelceño.—¡Vaya,quéalegre!Thomassediolavueltaparamarcharse,peroNewtlellamó:

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—¿Tommy?—¿Sí?Sedetuvo,peronosevolvió.—Siconvenzoaesospingajos,ysólosiloconsigo,elmejormomentoparasalirseráporlanoche.

Paraentonces,muchosdeloslaceradoresestaránporelLaberinto,noeneseAgujerosuyo.—Bien—estuvo de acuerdoThomas. Sólo esperaba que pudiera convencer a los guardianes. Se

volvióparamiraraNewtehizoungestodeasentimiento.Newtlededicóunasonrisaqueapenassedibujóensumuecadepreocupación.—Deberíamoshacerloestanocheantesdequematenanadiemás.Y,antesdequeThomaspudieradecirnada,Newtdesapareciódevueltaalareunión.Thomas,unpocoimpresionadoporaquellaúltimafrase,saliódelaHaciendayfuehastaunviejo

bancojuntoalaCaja,dondesesentóyempezóadarlevueltasalacabeza.NodejabadepensarenloqueAlbyhabía dichodelDestello y en lo que podría significar.El chico tambiénhabíamencionado algoacercadetierraquemadayunaenfermedad.Thomasnorecordabanadadeaquello,pero,sieracierto,elmundoalqueintentabanvolvernoteníamuybuenapinta.Aunasí,¿quéotraopciónlesquedaba?Apartedelhechodequeloslaceradoreslesestabanatacandotodaslasnoches,elClarobásicamentesehabíacerrado.

Frustrado,inquieto,hartodepensar,llamóaTeresa:¿Meoyes?Sí—contestóella—.¿Dóndeestás?AlladodelaCaja.Ahoravoy.Thomassediocuentadelomuchoquenecesitabasucompañía.Bien,tecontaréelplan.Creoqueyaestáenmarcha.¿Quétenemosquehacer?Thomasserecostóenelbancoycolocóelpiederechosobrelarodillamientrassepreguntabacómo

reaccionaríaTeresaaloírloqueibaadecirle.TenemosqueatravesarelAgujerodelosLaceradores,utilizarelcódigoparadesconectaralos

laceradoresyabrirunapuertaquehayahífuera.Hubounapausa.Yamehabíaimaginadoalgoparecido.Thomassequedópensandounsegundoy,luego,añadió:Amenosquetengasunplanmejor.No.Vaaserhorrible.Segolpeóconelpuñoderecholamanoizquierda,inclusoaunquesabíaqueellanopodíaverle.Podemoslograrlo.Lodudo.Bueno,tenemosqueintentarlo.Hubootrapausa.Thomaspodíasentirlaresolucióndelachica.Tienesrazón.Creoquesaldremosestanoche.Venaquíparaquehablemosmássobreeltema.Llegaréenunosminutos.AThomasselehizounnudoenelestómago.Larealidaddeloquehabíasugerido,elplandelque

Newt intentaba convencer a losguardianes, estaba empezandoa afectarle.Sabíaque erapeligroso; laideadelucharcontraloslaceradores,noúnicamenteescapardeellos,eraaterradora.Enelmejordeloscasos, sólo uno de los clarianosmoriría, pero ni siquiera podían confiar en eso.Quizá los creadoresreprogramaranalascriaturasy,entalcaso,notendríanningunaposibilidad.

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Intentónopensarenello.

***

Antesdeloqueesperaba,Teresaleencontróysesentóasulado,conelcuerpopegadoalsuyo,apesarde todoel espacio librequehabíaenelbanco.Extendióelbrazoy le agarró lamano.Él se laapretótanfuertequesupoquedebíadehaberlehechodaño.

—Cuéntame—dijoella.Thomasasílohizo,recitandocadaunadelaspalabrasqueleshabíadichoalosguardianes,yodió

cómoselellenaronlosojosdepreocupaciónydeterroraTeresa.—El plan ha sido fácil de contar—explicó una vez que hubo terminado—, peroNewt cree que

deberíamossalirestanocheyahorayanomesuenatanbien.Sobre todo, le aterrorizaba la idea de Chuck y Teresa ahí fuera. Ya se había enfrentado a los

laceradoresysabíacómoeraaquello.Queríaprotegerasusamigosdeaquellahorribleexperiencia,perosabíaquenopodía.—Podemoshacerlo—afirmóellaenvozbaja.Aloírladecireso,sepreocupóaúnmás.—Hostia,estoyasustado.—Hostia,ereshumano.Deberíasestarasustado.Thomasnorespondióysequedaronallíunbuenrato,cogidosdelamano,sinmediarpalabraensus

mentesoenvozalta.Porunbreveinstante,sintióunaligerapazytratódedisfrutarlamientrasduró.

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Capítulo53

ThomascasisepusotristecuandofinalmenteacabólaReunión.CuandoNewtsaliódelaHacienda,supoqueeltiempodedescansohabíaterminado.

Elguardiánlesvioyseacercóaelloscorriendocondificultadporlacojera.ThomassediocuentadequehabíasoltadolamanodeTeresasinpararseapensarlo.Finalmente,Newtsedetuvoycruzólosbrazossobreelpechomientraslesmirabaalosdossentadosenelbanco.

—Esunalocura;losabéis,¿no?—porsuexpresión,nosupieronloquehabíapasado,perosusojosreflejabanunrastrodevictoria.

Thomasselevantóysitióunaoleadadeentusiasmoqueleinundótodoelcuerpo.—Entonces,¿estándeacuerdo?Newthizoungestodeasentimiento.—Todos.Nohasidotandifícilcomoyopensaba.Lospingajosyahanvistoloquepasaporlanoche

cuandosequedanabiertasesasmalditaspuertas.NopodemossalirdelestúpidoLaberinto.Tenemosqueintentar hacer algo—se dio la vuelta paramirar a los guardianes, que empezaban a reunirse con susrespectivosgrupos—.Ahorasólotenemosqueconvenceralosclarianos.

Thomassabíaqueaquellocostaríamásquepersuadiralosguardianes.—¿Creesqueaceptarán?—preguntóTeresa,quealfinalselevantóparaunirseaellos.—Notodos—contestóNewt,yThomasviolafrustraciónensusojos—.Algunossequedarányse

arriesgarán,esoseguro.Thomas no dudaba de que la gente palidecería ante la idea de salir al Laberinto. Pedirles que

lucharancontraloslaceradoreserapedirlesmucho.—¿YAlby?—¿Quiénsabe?—respondióNewt,yechóunvistazoalClaro,observandoalosguardianesyasus

grupos—.Estoyconvencidodequeesecabrónledamásmiedovolverquelosmismoslaceradores.Peroconseguiréquevengaconnosotros,notepreocupes.

ThomasdeseabaacordarsedelascosasqueatormentabanaAlby,peronoleveníanadaalacabeza.—¿Cómovasaconvencerle?Newtserió.—Meinventaréalgunaclonc.Lediréqueencontraremosunanuevavidaenotrapartedelmundoy

seremosfelicesparasiempre.Thomasseencogiódehombros.—Bueno,talvezsí.LeprometíaChuckquelellevaríadevueltaacasa,¿sabes?O,almenos,quele

encontraríaunhogar.—Sí,bueno—murmuróTeresa—.Cualquiercosaserámejorqueestesitio.Thomas miró a su alrededor y vio las discusiones que estaban estallando en el Claro. Los

guardianeshacían loquepodíanparaconvencera lagentedequesearriesgaray lucharaparaabrirsecamino hasta el Agujero de los Laceradores. Algunos clarianos semarcharonmalhumorados, pero lamayoríaparecíaescuchary,porlomenos,seloestabaplanteando.

—Yahora,¿qué?—preguntóTeresa.Newtrespiróhondo.—Veremosquiénvayquién sequeda.Nosprepararemos.Cogeremos comida, armasy todo eso.

Luego,nosmarcharemos.Thomas,tepondríaalmandoporquefueideatuya,peroyaestásiendobastantedifícilconseguirquelagenteestédenuestroladosinteneralverduchocomolíder;sinánimodeofender.Pasa desapercibido, ¿vale? Os dejaremos lo del código a ti y a Teresa. Podrás llevarlo desde la

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retaguardia.Thomas estaba más que de acuerdo con lo de pasar desapercibido. Para él ya era suficiente

responsabilidadencontrarlacentralinformáticayteclearelcódigo.Ademásdeaquellacargasobreloshombros,teníaquelucharcontraunaoleadadepánicoenaumento.

—Lohacesparecerfacilísimo—dijoalfinal,intentandocontodassusfuerzasquitarleimportanciaalasituación.O,comomínimo,quesonaracomosiloestuviesehaciendo.

Newtsecruzódebrazosylemirócondetenimiento.—Comohas dicho, si nos quedamos aquí,morirá un pingajo cada noche. Si nos vamos, también

moriráunpingajo.¿Cuálesladiferencia?—señalóaThomas—.Siesquetienesrazón.—Latengo.Thomas sabía que no se equivocaba respecto alAgujero, el código, la puerta y la necesidad de

luchar.Peronoteníaniideadesiibanamorirunaomuchaspersonas.Sinembargo,loquesíledecíasuinstintoeraquenoadmitiesesusdudas.

Newtlediounapalmadaenlaespalda.—Bien,manosalaobra.

***

Lashorassiguientesfueronfrenéticas.La mayoría de los clarianos acabó estando de acuerdo, incluso más de los que Thomas habría

supuesto.HastaAlbydecidióunirseaellos.Aunquenadieloadmitía,Thomasestabasegurísimodequetodoscontabanconqueloslaceradoressólomataríanaunapersonayseimaginabanqueteníanbastantesposibilidadesdenoserel infelizdesafortunado.LosquedecidieronquedarseenelClaroeranpocos,peromanteníansuelecciónaltoyfirme.

Principalmente,deambulabanenfurruñados,tratandodedecirlealrestolotontosqueeran;pero,alfinal,sedieronporvencidosymantuvieronlasdistancias.

En cuanto a Thomas y los demás que querían escapar, tenían muchísimo trabajo por hacer.Repartieronlasmochilasylasllenarondeprovisiones.Fritanga—NewtlehabíadichoaThomasqueelcocinero había sido el último guardián en aceptar ir— estaba a cargo de reunir toda la comida ydistribuirla a partes iguales entre el grupo. Las jeringuillas con el Suero de la Laceración estabanincluidas, aunque Thomas pensaba que los laceradores no les iban a picar. Chuck se encargaba derellenarlasbotellasdeaguayderepartirlasatodos.TeresaleayudóyThomaspidióalachicaqueleendulzaraelviajealniñotodoloquepudiera,inclusositeníaquementirledescaradamente,yesefueelcaso.ChuckhabíaintentadohacerseelvalientedesdequesupoqueibanasaliralLaberinto,perolapielsudadaylosojosaturdidosrevelabanlaverdad.

MinhofuealPrecipicioconungrupodecorredoresycogieronpiedrasyenredaderasparaprobarpor última vez el invisible Agujero de los Laceradores. Tenían la esperanza de que las criaturasmantuvieransuscostumbresynosalierandurantelashorasdiurnas.ThomashabíaestadoconsiderandoelmomentoenquesaltaríahaciaelAgujeroeintentaríateclearelcódigorápidamente,peronoteníaniideade loquehabríaallí,de loquepodíaestaresperándole.Newt tenía razón:eramejoresperarhasta lanocheycruzarlosdedosparaquelamayoríadeloslaceradoresestuvieseenelLaberintoenvezdeenelAgujero.

CuandoMinhoregresósanoysalvo,Thomascreyóqueeramuyoptimistaalpensarquedeverdad

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habíaunasalida.Ounaentrada.Dependíadecómosemirara.Thomas ayudó a Newt a distribuir las armas y, ante la desesperación, se crearon unas más

innovadoras para prepararse contra los laceradores. Convirtieron postes de madera en lanzas yenrollaronalambredeespinoasualrededor.Afilaronloscuchillosyataroncáñamoenlosextremosderamas resistentes que habían cortado de los árboles del bosque; pusieron esparadrapo en trozos decristalesrotosparausarlosamododepalas.Alfinaldeldía,losclarianossehabíanconvertidoenunpequeño ejército.Un ejército ridículo y poco preparado, pensóThomas, pero un ejército, después detodo.

UnavezqueTeresayélacabarondeayudar,fueronallugarsecretoenlosMuertosparaplanearunaestrategia y saber qué hacer en la central, dentro del Agujero de los Laceradores, y cómo teclear elcódigo.

—Tenemos que hacerlo nosotros dos—dijo Thomas mientras apoyaban la espalda contra unosárbolesdeásperacorteza,cuyashojas,queanteseranverdes,empezabanavolversegrisesporlafaltadesolartificial—.Deesemodo,sinosseparamos,podemosseguirencontactoyayudarnos.

Teresahabíacogidounpaloyloestabapelando.—Peronecesitamosapoyoporsinospasaalgo.—Por supuesto. Minho y Newt conocen las palabras del código. Les diremos que tendrán que

teclearlasenelordenadorsinosotros...Bueno,yasabes.Thomasnoqueríapensarentodolomaloquepodíapasar.—Nohaymuchomásqueañadir.Teresabostezócomosilavidafueracompletamentenormal.—Puesno.Lucharemoscontraloslaceradores,teclearemoselcódigoyescaparemosporlapuerta.

Luegonosencargaremosdeloscreadores,cuesteloquecueste.—Elcódigo tieneseispalabras;a sabercuántos laceradoresnosesperan—Teresapartióelpalo

porlamitad—.Porcierto,¿quécreesquesignificaCRUEL?Thomassesintiócomosileacabarandedarunpuñetazoenelestómago.Poralgunarazón,elhecho

de oír esa palabra en boca de otro en esemomento golpeó algo en sumente que hizo clic. Se quedóheladopornohabervistoanteslaconexión.

—¿RecuerdaselcartelquevienelLaberinto?¿Aquelmetálicoqueteníagrabadasunaspalabras?ElcorazóndeThomashabíaempezadoaacelerarseporelentusiasmo.Teresaarrugó la frenteun

segundoporlaconfusióny,entonces,unaluzpareciótitilarensusojos.—¡Hala! Catástrofe Radical: Unidad de Experimentos Letales. CRUEL. En mi brazo escribí:

«CRUELesbuena».Yeso¿quésignifica?—Notengoniidea,yporesomedaunmiedodemuertequeloqueestamosapuntodehacerseauna

soberanaestupidez.Podríaserunacarnicería.—Todossabenenloqueseestánmetiendo—Teresalecogiódelamano—.¿Recuerdas?Nohay

nadaqueperder.Thomasseacordó,pero,poralgúnmotivo,laspalabrasdeTeresacayeronensacoroto,noledieron

esperanzas.—Nohaynadaqueperder—repitióelchico.

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Capítulo54

Justoantesdelmomentoenquesolíancerrarselaspuertas,Fritangapreparólaúltimacomida,quelesdaría fuerzasaquellanoche.El ambienteentre losclarianosmientrascenabannopodíahaber sidomássombríoollenodetemor.ThomasestabasentadoalladodeChucky,distraídamente,ibapicandodesuplato.

—Y...Thomas—dijoelchicomientrasengullíaunagrancucharadadepurédepatatas—,¿amíporquémepusieronesteapodo?

Thomasnopudoevitarsacudirlacabeza.Allíestaban,apuntodeembarcarseenprobablementelamisiónmásarriesgadadesusvidas,yChuckteníacuriosidadporsaberdedóndeveníasuapodo.

—Nolosé.¿Darwin,talvez?Eltíoquedescubriólodelaevolución.—Meapuestoloquequierasaquenadielehallamado«tío»antes—Chucksemetióotracucharada

en la boca y, por lo visto, creyó que era elmejormomento para hablar, incluso con la boca llena—.¿Sabes?, no estoy tan asustado. Bueno, las últimas noches, sentado en la Hacienda, esperando a quevinieraunlaceradorysellevaraaunodenosotros,fuelopeorquehabíahechonunca.Peroahoravamosaporellos,vamosaintentaralgo.Yporlomenos...

—Porlomenos,¿qué?—preguntóThomas,quenosecreíaniporunsegundoqueChucknotuvieramiedo;casiledolíavercómosehacíaelvaliente.

—Bueno,todoshacenconjeturassobrequesólopuedenmatarauno.Quizásuenecomouncarafuco,peromedaesperanza.Comomínimo, lamayoríaconseguiremospasardeestay sólomoriráunpobreimbécil.Esoesmejorquetodos.

AThomasleponíaenfermoquelagenteseaferraraalhechodequesóloibaamorirunapersona.Cuantomás lopensaba,menoscreíaque fueraverdad.Loscreadoresconocíanelplanypodíanhaberreprogramadoaloslaceradores.Perohastalasfalsasesperanzaseranmejorquenada.

—Quizátodossobrevivamos.Dependedesitodosluchamos.ChuckdejóporunsegundodemetersecomidaenlabocaymiróaThomascondetenimiento.—¿Lodicesenserioosóloparaanimarme?—Podemoshacerlo—Thomascomiósuúltimobocadoybebióunbuentragodeagua.Nosehabía

sentidotanmentirosoentodasuvida.Ibaamorirgente.PeroibaahacertodoloposibleparaasegurarsedequeChucknofueraunodeellos.NitampocoTeresa—.Noolvidesmipromesa.Aúnpuedescontarconella.

Chuckfruncióelceño.—¡Vaya!Noparodeoírqueelmundoestácomounaclonc.—Eh,talvezsí,peroencontraremosalaspersonasquesepreocupanpornosotros,yaloverás.Chuckselevantó.—Bueno,noquieropensareneso—anunció—.TúsácamedelLaberintoyyaseréuntíofeliz.—Bien—asintióThomas.Unalborotoqueproveníadelasotrasmesasatrajosuatención.NewtyAlbyestabanreuniendoalos

clarianos,lesdecíanquehabíallegadolahorademarcharse.Albyparecíacasiélmismo,peroThomasaúnestabapreocupadoporelestadomentaldelchico.Ensumente,Newtestabaalmando,peroesteavecestambiénpodíaserunpeligro.

ElmiedoglacialyelpánicoqueThomashabíavividocontantafrecuenciaaquellosúltimosdíasleazotarondenuevocontodassusfuerzas.Yaestaba.Se iban.Tratódenopensarenello,sóloactuar,ycogiósumochila.ChuckhizolomismoysedirigieronhacialaPuertaOeste,laquedabaalPrecipicio.

ThomasseencontróaMinhoyaTeresahablandocercadelaparteizquierdadelapuerta,repasando

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losplanesideadosatodaprisaparaintroducirelcódigodeescapeunavezqueentraranenelAgujero.—¿Estáis preparados, pingajos?—inquirióMinho cuando se acercaron—.Thomas, esto fue idea

tuya,asíqueserámejorquefuncione.Sino,temataréantesdequelohaganloslaceradores.—Gracias—contestó Thomas, pero no pudo quitarse el retortijón de sus tripas. ¿Y si se había

equivocado? ¿Y si los recuerdos que le habían venido a la mente eran falsos? ¿Y si se los habíanimplantadodealgúnmodo?Aquellaidealeaterrorizóylaapartódesumente.Nohabíavueltaatrás.

MiróaTeresa,quecambiólospiesdeposiciónyseretorciólasmanos.—¿Estásbien?—lepreguntó.—Muy bien—respondió ella con una sonrisita que dejaba claro lo contrario—. Tan sólo tengo

ganasdeacabarcontodoesto.—Amén,hermana—dijoMinho.MiróaThomasdelomástranquilo,muyseguroyapenasasustado.

Thomasleenvidió.CuandoporfinNewtlostuvoatodosreunidos,pidiósilencioyThomassediolavueltaparaoírlo

queteníaquedecir.—Somoscuarentayuno—tiródelamochilaquellevabaenloshombrosylevantóungruesoposte

demaderaconalambredeespinoalrededordelapunta.Teníaunaspectomortífero—.Aseguraosdequetenéisvuestrasarmas.Apartedeeso,pocomásmequedapordecir;yaoshancontadoelplan.Vamosaabrirnos camino hasta el Agujero de los Laceradores, Tommy tecleará el código mágico y luegosaldaremoscuentasconloscreadores.Asídesimple.

Thomas apenas había oído aNewt, pues había visto aAlby enfurruñado a un lado, apartado delgrupoprincipaldelosclarianos,solo.Estabapellizcandolacuerdadesuarco,conlamiradaclavadaenelsuelo.Unaaljabadeflechascolgabadesuhombro.Thomascadavezestabamáspreocupadoporlainestabilidad de Alby, por que pudiera fastidiarlo todo de alguna manera. Decidió que, si podía, lovigilaríadecerca.

—¿Nodeberíaalguiendarundiscursoparaanimarnos?—preguntóMinho,yatrajolaatencióndeThomas.

—Adelante—contestóNewt.Minhoasintióymiróalgrupo.—Tenedcuidado—dijosecamente—.Nomuráis.Thomassehabríareídosihubiesepodido,peroestabademasiadoasustadoparaquelesaliera.—Estupendo. Ahora estamos inspiradísimos —replicó Newt, y luego señaló por encima de su

hombro, hacia el Laberinto—.Todos conocéis el plan.Después de que nos trataran durante dos añoscomo a ratones, esta noche vamos a resistirnos.Esta noche se la devolveremos a los creadores.Estanochemáslesvalealoslaceradorestemernos.

Alguien aplaudió y, luego, otro más. No tardaron en oírse gritos de batalla, que aumentaron devolumenyllenaronelairecomountrueno.Thomassintióuncosquilleodevalorensuinterior.Loagarró,seaferróaély le instóacrecer.Newt tenía razón:aquellanoche lucharían.Aquellanocheopondríanresistenciadeunavezportodas.

Thomasestabapreparado.Rugióconlosdemásclarianos.Sabíaquedeberíanestarensilencioparanollamardemasiadolaatención,peronoleimportaba.Eljuegohabíaempezado.

Newtlanzósuarmaalaireygritó:—¡Oídesto,creadores!¡Vamosaporvosotros!Y,trasdecireso,sediolavueltaycorrióhaciaelLaberintoconsucojeraapenasperceptible.Hacia

el aire gris que parecía más oscuro que el Claro, lleno de sombras y oscuridad. Los clarianos querodeabanaThomas,aúnvitoreando,cogieronsusarmasycorrierondetrásdeél,inclusoAlby.ThomaslessiguióalineadoentreTeresayChuck,levantandounagranlanzademaderaconuncuchillosujetoenlapunta.Larepentinaresponsabilidadquesintióhaciasusamigoscasileabrumóehizoqueleresultara

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másdifícilcorrer.Perocontinuó,decididoaganar.«Puedeshacerlo—pensó—.SólotienesquellegarhastaelAgujero».

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Capítulo55

Thomasmantuvo un ritmo constantemientras corría con los demás clarianos por los caminos depiedra hacia el Precipicio. Se había ido acostumbrando a correr por el Laberinto, pero aquello eracompletamentedistinto.Lossonidosdelaspisadasretumbabanporlasparedesylaslucesrojasdelascuchillas escarabajobrillabanmásamenazadorasentre lahiedra.Nocabíadudadeque loscreadoresestabanobservando,escuchando.Deunmodouotro,ibaahaberunapelea.

¿Estásasustado?—lepreguntóTeresamientrascorrían.No,megustanlascosashechasdegrasayacero.Memueroporverlas.Nosintióalegríaniganasdereír,ysepreguntósienalgúnmomentovolveríaasentirseasí.¡Quégracioso!—respondióella.Lachicaibajustoasulado,peroteníalosojosclavadosalfrente.Nonospasaránada.TúquédatecercademíydeMinho.Ah,micaballerodelabrillantearmadura.¿Quépasa,nocreesquepuedaarreglármelaspormí

misma?Laverdaderaquepensabamásbienlocontrario.Teresaparecíatanfuertecomocualquieradelos

queestabanallí.No,sólointentoseramable.Elgrupoestabarepartidoportodoloanchodelpasilloycorríaaunritmoconstante,perorápido;

Thomassepreguntócuántotiempoaguantaríanlosquenoerancorredores.Comosifueraunarespuestaaaquelpensamiento,NewtretrocedióylediounosgolpecitosaMinhoenelhombro.

—Ahora,pontetúalacabeza—leoyódecir.Minhohizoungestodeasentimientoycorrióparaponersealfrenteyguiaralosclarianosportodos

losgirosnecesarios.ParaThomas,cadapasoquedabaeraterrible.Elvalorquehabíaconseguidoreunirse había transformado en terror y no dejaba de preguntarse cuándo empezarían a perseguirles loslaceradores.Cuándocomenzaríalabatalla.

Yasísiguiómientrascontinuaronavanzando.Losclarianosquenoestabanacostumbradosacorrertalesdistanciasjadeabancongrandesbocanadasdeaire.Peroningunoserindió.Continuaroncorriendo,sinrastrodeloslaceradores.Yconformeeltiempopasaba,Thomaspermitióqueunhilitodeesperanzaentraraensuorganismo,puesquizállegaranantesdequelesatacaran.Quizá.

Finalmente,despuésdelahoramáslargadelavidadeThomas,siguieronporellargocallejónquedabaalúltimogiroantesdelPrecipicio,uncortopasilloa laderechaquesebifurcabaenformadeT.Thomas,conelcorazónlatiéndoleconfuerzayelsudorresbalándoleporlapiel,sehabíacolocadojustodetrásdeMinhoyteníaaTeresaasulado.Minhoaminoróelpasoenlaesquina,luegoseparóylevantóunamanoparadecirlesaThomasyalosdemásquehicieranlomismo.Después,sediolavueltaconunaexpresióndehorrorenelrostro.

—¿Oíseso?—susurró.Thomasnegóconlacabeza,tratandodeeliminarelterrorquelehabíatransmitidolacaradeMinho.

Minho avanzó sigilosamente y se asomó por el borde de piedra para echar un vistazo al Precipicio.Thomasyalehabíavistohaceraquelloantes,cuandosiguieronaunlaceradorhastaaquelmismositio.Igualquelaotravez,Minhoretrocedióbruscamenteysevolvióhaciaél.

—Oh,no—dijoelguardiánconungemido—.Oh,no.EntoncesThomaslooyó.Lossonidosdeloslaceradores.Eracomosihubieranestadoescondidos,

esperando,yahorahubiesenvueltoalavida.Nisiquieratuvoquemirar;sabíaloqueMinhoibaadecirantesdequelodijera:

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—Hay,comomínimo,unadocena.Talvez,quince—sefrotólosojosconlaspalmasdelasmanos—.¡Nosestánesperando!

UnglacialescalofríodemiedoazotóaThomasconmásfuerzaquenunca.MiróaTeresayestuvoapuntodedecirlealgo,perosedetuvocuandoviolaexpresióndesupálidacara.Nuncahabíavistoqueelterrorsepresentasedeformatandescarnada.

NewtyAlbysehabíanacercadoalafiladelosexpectantesclarianosparaunirseaThomasyalosdemás.Porlovisto,ladeclaracióndeMinhoyasehabíasusurradoentrelasfilas,porqueloprimeroqueNewtdijofue:

—Bueno,sabíamosquetendríamosqueluchar—peroeltemblordelavozledelató;sólotratabadedecirlocorrecto.

Thomas también se sintióasí.Había sidomuy fácilhablarde la luchacuandonohabíanadaqueperder,delaesperanzadequesólosellevaríanauno,delaoportunidaddeporfinescapar.Yyahabíallegado;dehecho,lateníanliteralmentealavueltadelaesquina.Lasdudassobresipodríallevarloacabo comenzaron a filtrarse en su mente y su corazón. Se preguntó por qué los laceradores estabanesperándoles;sinduda, lascuchillasescarabajo leshabíanavisadodeque losclarianosseacercaban.¿Estabandisfrutandoloscreadorescontodoaquello?

Seleocurrióunaidea:—AlomejoryasehanllevadoaunchavaldelClaro.Alomejorpodemospasarasulado.Delo

contrario,¿porquéibanaestarahí...?Unfuerteruidoqueveníadeatrásleinterrumpió.Sediolavueltayviomáslaceradoresavanzando

porelpasadizohaciaellos,conlospinchossacadosylosbrazosdemetalestirados;veníandelClaro.Thomasestabaapuntodedeciralgocuandooyóunossonidosqueprocedíandelaotrapuntadelcallejónyvioaúnmáslaceradores.Elenemigoestabaportodoslados;losteníanacorralados.

Los clarianos se pegaron a Thomas, formando un grupo apretado, obligándole a salir hacia laintersección abierta donde el pasillo del Precipicio se encontraba con el largo callejón. Vio loslaceradores entre ellos y el Precipicio, con los pinchos extendidos y su húmeda piel latiendo. Lesesperaban,lesobservaban.Losotrosdosgruposdelaceradoressehabíanacercadoysedetuvieronatansólounospasosdelosclarianos,tambiénesperando,observando.

Thomassediolavueltadespacioyluchócontraelmiedomientrasasimilabalasituación.Estabanrodeados.Ahoranoteníanelección,noteníandóndeir.Sintióunapunzadadedolorenlosojos.

Losclarianosseapretaronaúnmásasualrededor,todosmirandohaciafuera,apiñadosenelcentrodelaintersecciónenformadeT.ThomasestabapegadoaNewtyTeresa;notabacómoNewttemblaba.Nadiedijoniunapalabra.Losúnicossonidoseranlosinquietantesgemidosyzumbidosdelmecanismodeloslaceradoresqueestabanallísentados,comosidisfrutarandelapequeñatrampaquehabíanpuestoaloshumanos.Susrepugnantescuerpossecontraíanconsurespiraciónmecánica.

¿Quéestánhaciendo?—lepreguntóThomasaTeresa—.¿Aquéestánesperando?Lachicanorespondió,loquelepreocupó.Extendióelbrazoparaapretarlelamano.Losclarianosa

sualrededorestabancalladosyasíanconfuerzasusarmasescasas.ThomasmiróaNewt.—¿Tienesalgunaidea?—No—respondióesteconlavozunpoquitotemblorosa—,noentiendoaquéestánesperando.—Nodeberíamoshabervenido—dijoAlby.Habíaestadotancalladoquesuvozsonabaextraña,

sobretodoporelecoquecreabanlasparedesdelLaberinto.Thomasnoestabadehumorparaoírquejas;teníanquehaceralgo.—Bueno,estoesmejorquelaHacienda.Odiodecirlo,peroprefieroqueunodenosotrosmueraa

quemuramostodos.Esperóquefueraciertolodeunapersonapornoche.Alvertodosaquelloslaceradorestancerca,

volviódeimprovisoalacrudarealidad.¿Podríanlucharcontratodos?

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PasóunbuenratoantesdequeAlbycontestara:—Quizá debería... —se calló y empezó a caminar hacia delante, en dirección al Precipicio,

despacio, como si estuviese en trance. Thomas le observó con un sobrecogimiento distante; no dabacréditoasusojos.

—¿Alby?—lellamóNewt—.¡Vuelveaquí!Envezderesponder,Albyechóacorrer,directohaciaelgrupodelaceradoresqueestabaentreély

elPrecipicio.—¡Alby!—gritóNewt.Thomasempezóadeciralgo,peroAlbyyahabíaalcanzadoalosmonstruosyhabíasaltadosobre

uno. Newt se apartó de Thomas y fue en dirección a Alby, pero cinco o seis laceradores se habíanactivadoyatacabanalchicoenunamasademetalypiel.ThomasagarróaNewtdelosbrazosantesdequefueramáslejosytiródeélhaciaatrás.

—¡Suéltame!—aullóNewt,retorciéndoseparalibrarsedeél.—¡Estásloco!—gritóThomas—.¡Nopuedeshacernada!Dos laceradoresmás salieron del grupo y se apiñaron sobreAlby, colocándose unos encima de

otros, partiendo y cortando, como si quisieran restregárselo por la cara, demostrarles su despiadadacrueldad. Por increíble que pareciera, Alby no gritó. Thomas perdió de vista el cuerpo mientrasforcejeabaconNewt,agradecidopor ladistracción.Al final,Newtsedioporvencidoysedesplomóhaciaatrás.

Albysehabíavueltolocodeunavezportodas,pensóThomasmientrastratabadequesuestómagonosedeshicieradesuscontenidos.Sulíderteníatantomiedodevolveraloquefuesequehubieravistoquehabíadecididosacrificarse.Sehabíaido.Yanoestaba.

ThomasayudóaNewtaponersedepie.Elclarianonopodíaapartarlamiradadellugardondesuamigohabíadesaparecido.

—Nomelopuedocreer—susurróNewt—.Nomepuedocreerquehayahechoeso...Thomassacudiólacabeza,incapazdecontestar.VeraAlbyderrumbarsedeaquellamanerahabía

llenado su interior de un nuevo tipo de dolor que no había sentido hasta aquel momento. Un dolorenfermoytrastornado.Erapeorqueeldolorfísico.YnisiquierasabíasiteníaalgoqueverconAlby,pues nunca le había gustado demasiado aquel tío. Pero la idea de que aquello le pasara aChuck o aTeresa...

MinhoseacercóasusdosamigosyleapretóelhombroaNewt.—No podemos desaprovechar lo que ha hecho—se volvió hacia Thomas—.Lucharemos contra

ellos si tenemos que hacerlo, os abriremos camino a ti y a Teresa hasta el Precipicio.Meteos en elAgujero y haced vuestro rollo. Lesmantendremos alejados hasta que nos hagáis la señal para que ossigamos.

Thomasmirólostresgruposdelaceradores—ningunosehabíamovidoaúnhacialosclarianos—yasintió.

—Espero que sigan inactivos un rato. Tan sólo necesitaremos un par deminutos para teclear elcódigo.

—Tíos, ¿cómo podéis tener tan poco corazón?—murmuró Newt, y a Thomas le sorprendió laindignaciónquereflejabasuvoz.

—¿Quéquieres,Newt?—espetóMinho—.¿Deberíamosvestirnosdelutoycelebrarunfuneral?Newtno respondióy siguiócon lavistaclavadaenel sitiodonde los laceradoresparecíanestar

alimentándosedeAlby.Thomasnopudoevitarecharunvistazo.Viounamanchadecolorrojobrillanteenelcuerpodeunadelascriaturas.Selerevolvióelestómagoyenseguidaapartólamirada.

Minhocontinuó:—Albynoqueríavolverasuvidaanterior.Sesacrificópornosotros.Noestánatacando,asíquetal

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vezhayafuncionado.Notendríamoscorazónsinoloaprovecháramos.Newtselimitóaencogersedehombrosycerrólosojos.Minhosediolavueltaymiróalgrupode

clarianosapiñados.—¡Escuchad!LaprioridadnúmerounoesprotegeraThomasyaTeresaparaquepuedanllegaral

Precipicio,atravesarelAgujeroyasí...Los sonidos de los laceradores volviendo a la vida le interrumpieron. Thomas alzó la vista,

aterrorizado. Las criaturas a ambos lados del grupo parecían haber advertido de nuevo su presencia.Sacabanymetíanlospinchosdesucarnefofa,suscuerpostemblabanylatían.Entonceslosmonstruosavanzaronalunísono,despacio,conlosapéndicesdesusinstrumentosdesplegados,señalandoaThomasyalosclarianos,listosparamatar.Loslaceradoresapretaronmássuformacióndeacorralamientocomounasogaycargaronhaciaellosaunritmoconstante.

Lamentablemente,elsacrificiodeAlbyhabíasidoenvano.

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Capítulo56

ThomasagarróaMinhodelbrazo.—¡Tengoqueatravesaresodealgúnmodo!—señalóconlacabezaelgruporodantedelaceradores

quehabíaentreellosyelPrecipicio.Parecíaunagranmoledegrasaestridenteconpinchosquebrillabapor losdestellosde luzque reflejabaelacero.Resultaban inclusomásamenazadoresbajoaquella luzgrisácea.

ThomasesperóunarespuestamientrasMinhoyNewtintercambiabanunalargamirada.Elhechodesaberqueibanaluchareracasipeorqueelmiedoquesentían.

—¡Yaestánaquí!—gritóTeresa—.¡Tenemosquehaceralgo!—Guíanostú—ledijoporfinNewtaMinhoconunavozqueapenaseraunsusurro—.Ábrelesun

malditocaminoaTommyyalachica.Hazlo.Minhohizoungestodeasentimientoyunafirmemiradadedeterminaciónleendureciólosrasgos.

Luegosevolvióhacialosclarianos.—¡Vamos directos al Precipicio! Luchad por el centro, empujad a esas fucas cosas hacia las

paredes.¡LomásimportanteesqueThomasyTeresalleguenalAgujerodelosLaceradores!Thomasdejódemirarleysecentróenlosmonstruosqueseaproximaban;tansóloestabanaunos

metrosdedistancia.Cogióconfuerzalalanzaquenomerecíatalnombre.Tenemosquemantenernosmuyjuntos—ledijoaTeresa—.Dejémosleslucharaellos;nosotros

tenemosqueatravesarelAgujero—sesintiócomouncobarde,perosabíaque la luchao lasmuertesseríanenvanosinotecleabanelcódigoparaabrirlapuertayllegaraloscreadores.

Losé—contestóella—.Tenemosqueestarpegados.—¡Listo!—legritóMinhoaThomas,levantandoalairesugarroteenvueltoenalambredeespino

conunamanoy,conlaotra,uncuchillolargoyplateado.Señalóconelcuchillolahordadelaceradoresylahojaproyectóundestello—.¡Ahora!

Elguardiánechóacorrersinesperarunarespuesta.Newtfuedetrásdeél,pisándolelostalones,ylessiguióelrestodeclarianos,ungrupoapretadodechicosrugiendo,directoaunabatallasangrienta,con las armasalzadas.Thomas ledio lamanoaTeresa,dejóque todospasaran,notócómochocabancontraél,oliósusudor,percibiósumiedoyesperólaoportunidadperfectaparasaliratodamecha.

Justocuandoinundaronelairelosprimerossonidosdeloschicoschocandocontraloslaceradores,junto con los gritos y rugidos de la maquinaria y la madera contra el acero, Chuck pasó al lado deThomas,queenseguidaleagarródelbrazo.

ChuckretrocedióatrompiconesylemiróconlosojostanllenosdeterrorqueaThomasselepartióelalma.Enaquellamilésimadesegundo,tomóunadecisión.

—Chuck,tútevienesconTeresayconmigo—dijoconenergíayautoridad,sindejarlugaradudas.Chuckmiróhacialabatallaqueyahabíacomenzado.—Pero...—secalló,yThomassupoquealniñolehabíagustadolaidea,aunqueledabavergüenza

admitirlo.Deinmediato,Thomastratódesalvarsudignidad:—NecesitamosquenosayudenenelAgujerodelosLaceradoresporsialgunadeesascosasestá

allídentroesperándonos.Al instante,Chuck hizo un gesto de asentimiento, demasiado rápido.De nuevo,Thomas notó una

punzadadetristezaenelcorazónysintiómásfuertequenuncalanecesidaddellevaraChuckacasasanoysalvo.

—Muybien—dijoThomas—,cogeaTeresadelaotramano.Vamos.

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Chuckhizoloqueledijo,esforzándosemuchoporparecervaliente,yThomasadvirtióque,quizáporprimeravezensuvida,elniñonopronuncióniunapalabra.

¡Handejadounaabertura!—gritóTeresaenlamentedeThomas,loquelelanzóunapunzadadedoloralcráneo.SeñalóalfrenteyThomasviocómolosclarianos,queluchabancomolocoscontraloslaceradoresparaempujarloshacialasparedes,dejabanunhuecoestrechoenmediodelpasillo.

—¡Ahora!—gritóThomas.Echóacorreratodavelocidad,tirandodeTeresaasusespaldas,queasuveztirabadeChuck,con

laslanzasyloscuchillospreparadosparalaguerra,avanzandohaciaelpasillodepiedra,ensangrentadoyllenodegritos.HaciaelPrecipicio.

Elfragordelabatallalesrodeaba.Losclarianosluchabanylaadrenalinaprovocadaporelpánicoles hacía continuar. Los sonidos que retumbaban en las paredes eran cacofonías de terror: alaridoshumanos, metal chocando contra metal, motores rugiendo, chirridos inquietantes de los laceradores,sierras girando, garras abriéndose y cerrándose y chicos gritando auxilio. Todo era una masaensangrentadaygriscondestellosdeacero.Thomasintentónomirarnia la izquierdania laderecha,sóloadelante,yatravesóelestrechohuecoquehabíandejadolosclarianos.

Inclusomientrascorrían,volvióarepasarlaspalabrasdelcódigo:EMERGE,ATRAPA,SANGRA,MUERTE,DIFÍCIL,PULSA.Sólolesfaltabanunospocospasosmás.

¡Algomeacabadehaceruncorteenelbrazo!—gritóTeresa.Mientrasloestabadiciendo,Thomassintióquelehacíanunfuertetajoenlapierna.Nosevolvió

paramirarnisemolestóencontestar.Lainquietanteimposibilidaddesuaprietoeracomosiestuviesetodoinundadodeunaguanegraquelearrastrabahacialarendición.Seresistióehizounesfuerzoporseguiradelante.

AllíestabaelPrecipicio,abiertoenmediodeuncielogrisoscuro,aunosseismetrosdedistancia.Avanzó,tirandodesusamigos.

Luchabanaamboslados.Thomasnoquisomirarniayudar.Unlaceradorapareciójustoenmediodesucamino;unchicoalqueno se leveía la caraestabaagarradoen suszarpasmientras,para intentarescapar,apuñalabasinpiedadlagruesapieldelacriatura,parecidaaladeunaballena.Thomasseechóalaizquierdaparaesquivarloysiguiócorriendo.Oyóungritoalpasar,ungemidodesgarradorquesólopodíasignificarqueunclarianohabíaperdidolabatallaysehabíaencontradoconunterriblefinal.Elgrito continuó rompiendo el aire por encima de los otros sonidos de guerra, hasta que desapareció.Thomasnotócómoletemblabaelcorazónyesperóquenofuesealguienaquienconociera.

¡Siguecorriendo!—dijoTeresa.¡Ya!—gritóThomas,estavezmuyfuerte.AlguienadelantóaThomascorriendoychocóconélalpasar.Unlaceradoratacabaporladerecha

conlascuchillasgirando.Unclarianolecortóelpaso,levantódoslargasespadasyelmetalrepiqueteócontraelmetalmientrasluchaban.Thomasoyóunavozenladistanciaquegritabalasmismaspalabrasunayotravez,algoque teníaqueverconél.Conprotegerlemientrascorría.EraMinho,cuyosgritosrebosabandesesperaciónycansancio.Thomascontinuó.

¡UnoporpococogeaChuck!—chillóTeresa,retumbandodeformaviolentaensucabeza.Los laceradores seguían acercándose, pero también los clarianos, para ayudarles.Winston había

cogidoelarcoylasflechasdeAlbyylelanzabaastasconpuntasdeaceroacualquiercosanohumanaquesemovía,fallandomásqueacertando.ChicosqueThomasnoconocíacorríanasulado,golpeabanlosinstrumentosdeloslaceradoresconsusarmasimprovisadas,saltabansobreellosylesatacaban.Lossonidos—el repiqueteo del metal, los gritos, los gemidos lastimeros, el rugido de los motores, lassierrasgiratorias,elchasquidodelascuchillas,elchirridodelospinchoscontraelsuelo,losruegosdeauxilioqueponíanlospelosdepunta—aumentaronhastavolverseinsoportables.

Thomasgritó,perosiguiócorriendohastaque llegaronalPrecipicio,dondeparóconunderrape,

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justo en el borde. Teresa y Chuck chocaron contra él y casi acabaron los tres en aquel descensointerminable.Enuna fraccióndesegundo,Thomascontempló lavistadelAgujerode losLaceradores.Allí,enmediodelanada,dondelasenredaderasseextendíanhacianingunaparte.

Antes,Minhoyunpardecorredoreshabíanhechocuerdasdehiedraylashabíanatadoalasqueestaban sujetas a losmuros.Habían tirado los extremos sueltos hacia el Precipicio, hasta elAgujero,dondeahoraseisosietelianascolgabandesdeelbordedepiedrahaciaelcuadradoinvisiblequeflotabaenelcielovacíohastadesaparecerenlanada.

Habíallegadoelmomentodesaltar.Thomasdudóysintióunúltimoinstantedeintensoterroraloírloshorriblessonidosdetrásdeélyverlailusiónqueteníadelante.Entoncesreaccionó.

—Túprimero,Teresa—queríapasarelúltimoparaasegurarsedequeningúnlaceradorlacogíaaellaoaChuck.

Parasusorpresa,lachicanodudó.TrasapretarlamanodeThomasy,luego,elhombrodeChuck,saltó del borde, tensó las piernas enseguida ymantuvo los brazos a los costados. Thomas aguantó larespiración hasta que lamuchacha se coló por el sitio de entre las cuerdas de hiedra y desapareció.ParecíacomosidegolpehubiesedesaparecidodelafazdelaTierra.

—¡Hala!—gritóChuck,ysalióunpocodelniñoquehabíasidoantes.—Tienes razón, ¡hala!—dijo Thomas—. Te toca—antes de que el chico se pusiera a discutir,

ThomaslecogiópordebajodelosbrazosyapretóeltorsodeChuck—.Empujaconlaspiernas,yoteimpulsaré.¿Preparado?¡Uno,dos...,tres!—gruñóporelesfuerzoylelevantóhaciaelAgujero.

Chuckgritómientrasvolabaporelaireycasiperdióelobjetivo,perosuspiesentraron;luego,suestómagoysusbrazosrozaronloslateralesdelhuecoinvisibleantesdequeelniñodesaparecieraensuinterior.La valentía de aquelmuchacho solidificó algo en el corazóndeThomas.Quería aChuck.Lequeríaigualquesifueranhermanos.

Thomasseajustólamochilaysujetóbienfuerteconlamanoderechalalanzaimprovisadaparalalucha.Lossonidosdetrásdeéleranhorribles,espantosos.Sesentíaculpablepornoayudar.

«Cumplecontuparte»,sedijoasímismo.Searmódevalor,diounosgolpecitosconlalanzaenelsuelodepiedra,plantóelpieizquierdoen

el borde del Precipicio y saltó, catapultándose hacia el cielo crepuscular. Se pegó la lanza al torso,flexionólosdedosdelospieshaciaabajoytensóelcuerpo.

LuegoentróporelAgujero.

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Capítulo57

UnfríoglacialatravesólapieldeThomasalentrarenelAgujerodelosLaceradores,comenzandodesdelosdedosde lospieshastasubirlepor todoelcuerpo,comosihubierasaltadoaunasuperficieplana de agua helada. El mundo se hizo aún más oscuro a su alrededor cuando aterrizó en un sueloresbaladizoy, luego, saliódisparado, cayéndosehacia atrás, en losbrazosdeTeresa.Chucky ella leayudaronarecuperarelequilibrio.EraunmilagroqueThomasnolehubierasacadounojoaalguienconsulanza.

ElAgujerodelosLaceradoreshabríaestadomásoscuroquebocadelobosinohubiesesidoporlailuminacióndelalinternadeTeresa.MientrasThomasseorientaba,sediocuentadequesehallabanenuncilindrodepiedradetresmetrosdealto.Estabamojado,cubiertodeunaceitebrillanteymugriento,yseextendíadelantedeellosvarioskilómetroshastadesaparecerenlaoscuridad.ThomasseasomóporelAgujeroatravésdelquehabíanentrado.Parecíaunaventanacuadradaquedabaaunprofundoespaciosinestrellas.

—Elordenadorestáporahí—dijoTeresa,captandosuatención.Habíaapuntadoconlalinternaunosmetrostúnelabajoauncuadradodecristalsucioquebrillaba

conuncolorverdeapagado.Debajohabíaincrustadountecladoenlaparedquesobresalíalosuficientepara que alguien pudiera usarlo con facilidad aunque estuviese de pie. Allí estaba, listo para queintrodujeranelcódigo.Thomasnopudoevitarpensarqueerademasiadofácil,demasiadobuenoparaserverdad.

—¡Teclealaspalabras!—gritóChuck,dándoleunapalmadaaThomasenelhombro—.¡Rápido!ThomaslehizoungestoaTeresaparaquelohicieraella.—Chuckyyonosquedaremosaquí,vigilandoparaasegurarnosdequeningúnlaceradoratraviesael

Agujero.Tansóloesperabaquelosclarianoshubierandejadodecentrarseencrearunespacioparaqueellos

pasaranyahoraestuvieranalejandoalascriaturasdelPrecipicio.—Vale—asintióTeresa.Thomas sabía que ella era demasiado inteligente para perder el tiempo

discutiendo.Lachicaseacercóalapantallay,luego,empezóateclear.¡Espera!—ledijoThomasensumente—.¿Estásseguradequesabeslaspalabras?Sevolvióhaciaélconelentrecejofruncido.—Nosoyidiota,Tom.Sí,soycapazderecordar...UnafuerteexplosiónencimaydetrásdeelloslainterrumpióysobresaltóaThomas.Sediolavuelta

y vio un lacerador cayendo por elAgujero, apareciendo como por arte demagia a través del oscurocuadradonegro.Aquelbichohabíaretraídolosbrazosylospinchosparaentrar.Cuandoaterrizóconungolpeblando,volvieronasalirunmontóndeobjetosdesagradablesyafilados,conunaspectomásletalquenunca.

ThomaspusoaChuckdetrásdeélyseenfrentóalacriatura,agarrandosulanzacomosiconellapudieraprotegerse.

—¡Siguetecleando,Teresa!—chilló.Unadelgadabarrametálicasaliódelacarnehúmedadellaceradorysedesplegóhastaconvertirse

enunlargoapéndicecontrescuchillasgiratoriasqueibandirectasalacaradeThomas.Agarró el extremode su lanza con ambasmanos y lo apretó con fuerzamientras bajaba hacia el

suelolapuntaconuncuchilloatado.Elbrazodelascuchillasavanzóunoscentímetrosmás,dispuestoacortarleen trocitos.Cuandoestabaapocoscentímetros,Thomas tensó losmúsculosy levantó la lanza

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haciaeltechotodolofuertequepudo.Dioalbrazodemetalyenvióaquellacosahaciaelcielo,girandoenarcohastaquesehundióenelcuerpodellacerador.Elmonstruopegóungritodefuriayretrocedióvariospasos,conlospinchosretraídos.Thomasresollabaporelesfuerzo.

Alomejorpuedoderrotarlo—ledijorápidamenteaTeresa—.Pero¡dateprisa!Yacasiheacabado—respondióella.Lospinchosdellaceradorvolvieronasalir.Avanzó,yotrobrazosaliódesucarneyseestiróhacia

delanteconunaszarpasenormesqueintentaroncogerlalanza.Thomasatacócontodassusfuerzas,estavezporencimadesucabeza.La lanzachocócon labasede lasgarras.Conungolpazometálicoyunsonidoviscoso,elbrazoenterosesoltódesucavidadycayóalsuelo.Entonces,poralgúntipodebocaque Thomas no llegaba a ver, el lacerador soltó un alarido alto y penetrante, y los pinchosdesaparecieron.

—¡Aestascosasselaspuedevencer!—gritóThomas.¡Nomedejaintroducirlaúltimapalabra!—dijoTeresaensumente.Sinapenasoírlanientenderla,soltóunrugidoyseabalanzósobreellaceradorparaaprovecharse

desudebilidad.Balanceólalanzaviolentamente,saltósobreelcuerpobulbosodelacriaturayaporreódos brazos de metal para quitárselos de encima con un fuerte chasquido. Levantó la lanza sobre sucabeza, apoyóbien los pies—notó cómo se hundían en aquella grasa repugnante—y, luego, clavó lalanza almonstruo.Un pringue amarillo y viscoso brotó de su carne y salpicó las piernas de Thomasmientrasclavabalalanzalomásprofundoposibleenelcuerpodelbicho.Después,soltólaempuñaduradelarma,saltóycorrióhastaChuckyTeresa.

Thomasobservóconuna fascinaciónmalsanacómoel lacerador se retorcía incontrolablementeyescupía el aceite amarillento en todas las direcciones. Los pinchos entraban y salían de su piel; losbrazosquelequedabansemovíanenunamasijodeconfusióne,incluso,atravesabansupropiocuerpo.Notardóencomenzararalentizarse,enperderlaenergíaporlapérdidadesangre—odecarburante—.

Unos segundosmás tarde, dejó demoverse por completo. Thomas no podía creérselo. No dabacrédito. Acababa de vencer a un lacerador, uno de los monstruos que llevaban aterrorizando a losclarianosmásdedosaños.

MiróaChuck,queestabadetrásdeélconlosojosabiertosdeparenpar.—Lohasmatado—dijoelniño,yseriócomosiaquelactohubieraresueltotodossusproblemas.—No ha costado tanto —farfulló Thomas, y luego se volvió para ver a Teresa tecleando

desesperadamente.Entoncessupoquealgoibamal.—¿Quépasa?—preguntó,casigritando.Seacercócorriendoparamirarporencimadelhombrode

lachicayvioqueestaescribíatodoelratolapalabra«PULSA»,peronoaparecíanadaenlapantalla.Teresaseñalóelcuadradosuciodecristal,enblancosalvoporelresplandorverdosoqueanunciaba

queestabaencendido.—Hepuestotodaslaspalabrasyunaaunahanidoapareciendoenlapantalla.Entonceshasonado

unpitidoyhandesaparecido.Peronomehadejadoescribirlaúltimapalabra.¡Nopasanada!ElfríoinundólasvenasdeThomasmientrasasimilabaloqueTeresaacababadedecir.—Bueno...¿Porqué?—¡Nolosé!Volvióaintentarlounayotravez,peronoaparecíanada.—¡Thomas!—gritóChuckdetrásdeellos.ThomassevolvióparaverqueelniñoseñalabaelAgujerodelosLaceradores,dondeotracriatura

estaba asomando.Mientras la contemplaba, esta cayó encima de su hermanomuerto y otro laceradorempezóaentrarporelAgujero.

—¡¿Por qué tardáis tanto?! —chilló Chuck, desesperado—. ¡Dijiste que se apagarían cuandoteclearaiselcódigo!

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Losdoslaceradoressehabíaenderezadoyhabíanextendidosuspinchos;estabanavanzandohaciaellos.

—NonosdejaponerlapalabraPULSA—respondióThomas,distraído;nohablabarealmenteconChuck,sinoquetratabadebuscarunasolución.

Noloentiendo—dijoTeresa.Los laceradores se acercaban; estaban a tan sólo unos metros. Al notar que su voluntad se

desvanecíaenlanegrura,Thomasclavólospiesenelsueloylevantólospuñossinganas.Sesuponíaqueteníaquefuncionar.Sesuponíaqueelcódigo...

—Quizásólotengasquepulsaresebotón—sugirióChuck.AThomaslesorprendiótantoaquellaafirmaciónalazarqueapartólavistadeloslaceradorespara

miraralniño.Chuckestabaseñalandounsitiocercadelsuelo,justodebajodelapantallaydelteclado.Antesdequeledieratiempoamoverse,Teresayasehabíaagachado.Muertodecuriosidadycon

una ligeraesperanza,Thomasseacercóaellayse tiróal sueloparaverlomejor.Oyóelgemidoyelrugido del lacerador detrás de él y notó un fuerte dolor cuando una zarpa afilada le agarró por lacamiseta.Sinembargo,susojosseguíanclavadosenaquelsitio.

Enlapared,a tansólounoscentímetrosdelsuelo,habíaunpequeñobotóndecolorrojocontrespalabrasescritasennegro.Estabatanclaroquenopodíacreerquenolohubieravistoantes.

ApagarelLaberinto

El dolor que sintió después le hizo salir de su estupor. El lacerador le había cogido con dosinstrumentosyhabíaempezadoaarrastrarlehaciaatrás.ElotrohabíaidoaporChuckyestabaapuntodeatacaralniñoconunalargacuchilla.

Unbotón.—¡Púlsalo!—gritóThomasmásaltodeloquecreíaquefueraposible.Teresalohizo.Pulsóelbotónytodosequedóenperfectosilencio.Entonces,dealgúnsitioalfinal

deltúnel,seoyóelsonidodeunapuertaqueseabría.

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Capítulo58

Casi en el mismo instante, los laceradores se desactivaron por completo, los instrumentos seintrodujeronensucarnefofa,suslucesseapagaronysusmecanismosinternosdejarondefuncionar.Yaquellapuerta...

Thomascayóalsuelodespuésdequelasgarrasdesucaptorlesoltarany,apesardeldolordetodaslas laceraciones que tenía en la espalda y en los hombros, le invadió tal euforia que no supo cómoreaccionar.Emitióungritoahogado,despuésserió,luegocomenzóasollozaryacabóporreírdenuevo.

Chuck se alejó pitando de los laceradores y chocó con Teresa, que le apretó contra ella en unintensoabrazo.

—Lo has conseguido, Chuck —dijo Teresa—. Estábamos tan preocupados por las estúpidaspalabrasdelcódigoquenopensamosenbuscaralgoquepulsar,quejustoeralaúltimapalabra,laúltimapiezadelpuzle.

Thomasvolvióa reírse, sincreersequeaquello fueraposibledespuésde todopor loquehabíanpasado.

—Tienerazón,Chuck.¡Noshassalvado,tío!¡Tedijequetenecesitábamos!—Thomassepusodepiecomopudoysefundióconlosotrosdosenunabrazo,locodealegría—.¡Chuckesunfucohéroe!

—¿Ylosdemás?—preguntóTeresa,señalandoelAgujerodelosLaceradoresconlacabeza.Thomasnotócómosueuforiadesaparecía;retrocedióysevolvióhaciaelAgujero.Comorespondiendoasupregunta,alguiencayóporelcuadradonegro.EraMinho,yparecíaquele

hubieranarañadooheridoenelnoventaporcientodesucuerpo.—¡Minho!—gritóThomas,llenodealivio—.¿Estásbien?¿Ylosdemás?Minhoavanzóatrompiconesporlaparedcurvadeltúnely,luego,seapoyóallímientrasresollaba.—Hemos perdido a un montón de gente... Ahí arriba está todo lleno de sangre... Y luego se

desconectaron—hizounapausaparacogerunagranbocanadadeaireylosoltóconfuerza—.Lohabéisconseguido.Nomepuedocreerquedeverdadhayafuncionado.

EntoncesllegóNewt,seguidodeFritanga.Después,Winstonyotros.Enseguida,dieciochochicossereunieronconThomasysusamigoseneltúnel,loquehizountotaldeveintiúnclarianos.Hastaelúltimodelosquesehabíanquedadoatrásparalucharestabacubiertodelaporqueríadeloslaceradoresydesangrehumana,ysusropasestabanhechasjirones.

—¿Yelresto?—preguntóThomas,temiendolarespuesta.—Lamitad—contestóNewtconvozdébil—hamuerto.Nadiepronunciópalabra.Nadiepronunciópalabraduranteunbuenrato.—¿Sabéisqué?—dijoMinho,irguiéndoseunpoco—,puedequemurieralamitad,perolaotrafuca

mitadhasobrevivido.Ynohanpicadoanadie,justocomoThomaspensaba.Tenemosquesalirdeaquí.«Demasiados»,pensóThomas.Habíansidodemasiados.Sualegríadesaparecióyseconvirtióenun

profundodueloporlasveintepersonasquehabíanperdidolavida.Apesardelaalternativa,apesardesaberque,sinolohubiesenintentado,puedequetodoshubieranmuerto,aunquenolosconocieraatodosmuybien...,aunasí,dolía.¿Cómopodíaconsiderarseunavictoriacontantamuerte?

—Larguémonosdeaquí—dijoNewt—.Ya.—¿Adondevamos?—preguntóMinho.Thomasseñalótúnelabajo.—Heoídoqueunapuertaseabríaporahí.Intentóapartareldolorque leproducía todo, loshorroresde labatallaqueacabandeganar.Las

pérdidas.Loapartódesumente,puessabíaqueaúnnoestabanasalvo.

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—Bien,vamos—ordenóMinho.Sediolavueltayempezóacaminarporeltúnelsinesperarunarespuesta.

Newthizoungestodeasentimientoeindicóalosdemásclarianosquelesiguieran.PasaronunoaunohastaquesóloquedaronThomasyTeresa.

—Yoiréelúltimo—dijoThomas.Nadieseopuso.PasóNewt,luegoChuckydespuésTeresahaciaelnegrotúnel.Hastalaluzdelas

linternasparecíaserabsorbidaporlaoscuridad.Thomaslessiguiósinmolestarseenmirarellaceradormuerto.

Alcabodeunosminutoscaminando,oyóunchillidodelante,seguidodeotroyotroy,después,otro.Losgritosseperdíancomosiestuvierancayendo...

Losmurmullosrecorrieronlafilay,alfinal,TeresasevolvióhaciaThomas.—Porlovisto,ahídelantehayuntobogánquetellevaabajo.AThomasselerevolvióelestómagoaloíraquello.Parecíaunjuego,almenosparaelquehabía

construidoeledificio.Unoauno,oyólosgritoscadavezmásdébilesdelosclarianos.EntoncesletocóaNewty,luego,a

Chuck.Teresailuminóconsulinternaundescensoempinado,unarampanegrademetalresbaladizo.Supongoquenonosquedaotraopción—ledijoensumente.Supongoqueno.Thomastuvolaimpresióndequeaquelnoeraelmododesalirdesupesadilla.Sóloesperabaque

nolellevaraaotrogrupodelaceradores.Teresa bajó por el tobogán con un chillido casi alegre y Thomas la siguió antes de poder

convencerseasímismodequecualquiercosaeramejorqueelLaberinto.Sucuerposedeslizóporelempinadodescenso,resbaladizoporunpringueaceitosoqueolíafatal,

comoaplásticoquemadoyamaquinariademasiadousada.Thomasgiróelcuerpohasta tener lospiesdelantey,después,tratódesujetarseconlasmanosparadisminuirlavelocidaddesubajada.Fueinútil,yaqueaquellacosagrasientacubríacadacentímetrodelapiedra;nosepodíaagarraranada.

Losgritosde losotrosclarianosresonabanenlasparedesdel túnelmientrassedeslizabanpor laaceitosarampa.ElpánicoalcanzóelcorazóndeThomas.Nopodíaquitarsedelacabezalaimagendequeunabestiagiganteseloshabíatragado,estabanbajandoporsulargoesófagoyencualquiermomentoaterrizaríanensuestómago.Y,comosisehubieranmaterializadosuspensamientos,losolorescambiaronhacia algo más enmohecido y putrefacto. Le empezaron a entrar arcadas y tuvo que reunir todas susfuerzasparanovomitarseencima.

Eltúnelempezóagirar,convirtiéndoseenunabruscaespiral,lojustoparaquefueranmásdespacio,y los pies de Thomas le dieron a Teresa en toda la cabeza. El chico retrocedió y una sensación desufrimientoinvadiótodosuser.Seguíancayendo.Eltiempoparecíaextenderseyhacerseinterminable.

Continuarondandovueltaseneltubo.Lasnáuseashacíanqueleardieraelestómago;elsonidodeaquelpringuecontrasucuerpo,elolor,elmovimientoencírculos...EstabaapuntodevolverlacabezaaunladoparavomitarcuandoTeresapegóunfuertechillido.Estavez,nohuboeco.Unsegundomástarde,Thomassalióvolandodeltúnelyaterrizósobrelamuchacha.

Había cuerpos esparcidos por todos lados, gente encima de gente, quejándose, retorciéndose,confundidosmientrastratabandeapartarselosunosdeotros.ThomasmoviólosbrazosylaspiernasparaapartarserápidamentedeTeresay,luego,gateóunospasosmásparavomitaryvaciarsuestómago.

Aúntemblandoporlaexperiencia,selimpiólabocaconlamanoysediocuentadequeestaballenade una porquería viscosa. Se incorporó, frotó ambasmanos en el suelo y, por fin, se fijó en adondehabían llegado. Boquiabierto, también se percató de que los demás se habían reunido en un grupomientras asimilabanelnuevoentorno.Thomashabía alcanzadoaverlodurante elCambio,perono seacordódeverdadhastaaquelmismomomento.

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EstabanenunaenormecámarasubterránealobastantegrandeparacontenernueveodiezHaciendas.Dearribaabajo,de ladoa lado,aquel lugarestaba llenode todo tipodemecanismosydecables,deconductosydeordenadores.Enunladodelasala,asuderecha,habíaunafiladeunascuarentavainasblancasqueparecíanenormesataúdes.Enlaotrapuntahabíaunasgrandespuertasdecristal,aunquelailuminaciónhacíaquefueraimposibleverloquehabíaalotrolado.

—¡Mirad!—gritóalguien,peroThomasyalohabíavistoyselehabíacortadolarespiración.Selepusolapieldegallinaentodoelcuerpoyunescalofríodeterrorlerecorriólaespaldacomounaarañamojada.

Justo delante de ellos, una fila de unas veinte ventanas oscuras se extendía por la salahorizontalmente,unadetrásdeotra.Detrásdecadaunadeellashabíaunapersona:hombresymujeres,todos pálidos y delgados. Estaban sentados, observando a los clarianos, mirando fijamente por loscristales con los ojos entrecerrados. Thomas se estremeció; todos parecían fantasmas. Unas enojadasaparicionessiniestrasyfamélicasdegentequenuncahabíasidofelizenviday,menosaún,muerta.

Pero,porsupuesto,Thomassabíaquenoeranfantasmas.EranlosqueleshabíanenviadoalClaro.Losqueleshabíanarrebatadosusvidas.Loscreadores.

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Capítulo59

Thomasretrocedióunpasoysediocuentadequeotroshacíanlomismo.Unsilenciosepulcraldejóellugardesprovistodevidamientrastodoslosclarianosteníanlavistaclavadaenlafiladeventanas,enlafiladeobservadores.Thomasvioqueunodeellosbajabalacabezaparaapuntaralgo;otrosepusounasgafas.Todosllevabanchaquetasnegrassobrecamisasblancasconunapalabrabordadaenlapartederecha del pecho; no podía distinguir lo que ponía. Ninguno de ellos mostraba una expresióndiscernible.Todosteníanunaspectocetrinoydemacrado;dabalástimamirarlos.

Continuaronobservandoa los clarianos;unhombrenegócon la cabezayunamujer asintió.Otrohombreserascólanariz,yesefueelgestomáshumanoqueThomaslesviohacer.

—¿Quiénessonesaspersonas?—susurróChuck,perosuvozretumbóenlasalaconuntonoronco.—Loscreadores—respondióMinho,y luegoescupióenel suelo—. ¡Osvoyapartir lacara!—

gritótanfuertequeThomascasisetapólosoídosconlasmanos.—¿Quéhacemos?—inquirióThomas—.¿Aquéestánesperando?—Lomásseguroesquehaganvolveraloslaceradores—dijoNewt—.Puedequeesténviniendo

ahora...Unpitidoaltoy lento le interrumpió,comoel sonidodeadvertenciadeunenormecamióndando

marcha atrás, pero mucho más potente. Provenía de todas partes, resonaba y retumbaba por toda lacámara.

—Yahora,¿qué?—preguntóChuck,sinocultarlapreocupaciónensuvoz.Poralgúnmotivo,todosmiraronaThomas;élseencogiódehombros.Yanorecordabanadamás;

estabatandespistadocomoelresto.Yasustado.Estiróelcuellomientrasexaminabaellugardearribaabajoparatratardeaveriguardedóndeprocedíaelpitido.Peronohabíacambiadonada.Entonces,porelrabillodelojo,advirtióquelosdemásclarianosmirabanendirecciónalaspuertasyélhizolomismo.Elcorazónseleacelerócuandovioqueunadelaspuertasseabríahaciaellos.

El pitido cesó y la sala se sumió en un silencio tan profundo como el espacio exterior. Thomasesperó, aguantando la respiración, y se preparó para cualquier cosa horrible que pudiese aparecervolandoporlapuerta.

Pero sólo entrarondospersonas en la sala.Unade ellas eraunamujer.Una adulta.Parecíamuynormal,conaquellospantalonesnegrosyunacamisablancaabotonadaconunlogoenelpechoenelqueseleíaCRUELescritoenazul.Llevabaelpelocastañocortadoporloshombrosyteníalacaradelgadaylosojososcuros.Alacercarsealgrupo,nosonriónifruncióelceño.Eracasicomosinoadvirtierasupresenciaonoleimportaraqueestuviesenallí.

«Laconozco»,pensóThomas.Peroeraunrecuerdoalgoborroso,nopodíaacordarsedesunombrenidequéteníaqueverconelLaberinto,peroleresultabafamiliar.Ynosóloporsuaspecto,sinoporcómocaminaba,porsusgestos...duros,sinrastrodealegría.Sedetuvoavariospasosenfrentede losclarianosymiródespaciodeizquierdaaderechaparacontemplarlosatodos.

Laotrapersona,queestabadepieasulado,eraunchicoquellevabapuestounchándaldemasiadograndeparaél,conlacapuchalevantada,ocultándoleelrostro.

—Bienvenidosdenuevo—dijofinalmentelamujer—.Hansidomásdedosañosysólohanmuertounospocos.Increíble.

Thomasnotócómosequedababoquiabiertoylarabialeenrojecíalacara.—¿Perdone?—balbuceóNewt.LosojosdelamujervolvieronaexaminaralgrupoantesdeposarseenNewt.—Todohaidodeacuerdoconelplan,señorNewton.Aunqueesperábamosqueunoscuantosmásse

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rindieranenelcamino.Miróasucompañeroylebajólacapuchaalchico,quelevantólacabeza,conlosojosllenosde

lágrimas.Todoslosclarianossequedaronatónitos.Thomasnotóquelefallabanlasrodillas.Era Gally. Thomas parpadeó y se frotó los ojos como si fuera un dibujo animado. Estaba

sorprendido,perotambiénenfadado.EraGally.—¡Quéestáhaciendoesteaquí!—gritóMinho.—Ahoraestáisasalvo—respondiólamujercomosinolehubieraoído—.Porfavor,tranquilizaos.—¿Que nos tranquilicemos? —soltó Minho—. ¿Tú quién eres para decirnos que nos

tranquilicemos?Queremosveralapolicía,alalcalde,alpresidente,¡aalguien!AThomaslepreocupabaloqueMinhopudiesehacer,pero,porotrolado,casiqueríaquelepegara

unpuñetazoalamujerenlacara.EllaentrecerrólosojosalmiraraMinho.—Notienesniideadeloqueestáshablando,niño.Esperabamásmadurezporpartedealguienque

hapasadolasPruebasdelLaberinto.Su tonocondescendiente impresionóaThomas.Minhosedispusoareplicar,peroNewt ledioun

codazoenlabarriga.—Gally—dijoNewt—,¿quépasa?El moreno le miró. Los ojos le brillaron un momento y sacudió un poco la cabeza. Pero no

respondió.«Lepasaalgo»,pensóThomas.Algopeorqueantes.Lamujerasintiócomosiestuvieraorgullosadeél.—Undíaestaréisagradecidosporloquehemoshechoporvosotros.Sólopuedoprometeroseso,y

confíoenquevuestrasmentesloacepten.Sinolohacéis,entoncestodohabrásidounerror.Sontiempososcuros,señorNewton.Tiempososcuros—hizounapausa—.Porsupuesto,hayunaúltimaVariable—retrocedió.

ThomasseconcentróenGally.Todoelcuerpodelchicoestabatemblandoyteníalacarapálida,loquehacíaquesusojosrojosyvidriososparecieranmanchasdesangresobreunpapel.Apretóloslabiosylapieldealrededortemblócomosiquisierahablar,peronopudiera.

—¿Gally?—lellamóThomas,tratandodecontenerelodioquesentíaporél.LaspalabrassalierondesopetóndelabocadeGally:—Pueden...controlarme...No...—losojosselesalierondelasórbitasyseechóunamanoalcuello

comosiquisieraestrangularse—.Tengo...que...—cadapalabraquedecíaeraconvozronca.Luegosetranquilizó:lacaraselecalmóysucuerposerelajó.

Era lomismo que le había pasado aAlby en la cama, cuando estaban en el Claro, después delCambio.Lomismolehabíapasadoaél.¿Qué...?

Pero Thomas no tuvo tiempo de seguir pensando porqueGally sacó algo largo y brillante de subolsillotrasero.Laslucesdelasalailuminaronlasuperficieplateadadeunpuñaldeaspectohorrorosoqueel chico sujetaba fuertementecon losdedos.Aunavelocidad inesperada, retrocedióy le lanzóelcuchilloaThomas.Mientraslohacía,Thomasoyóungritoasuderechaypercibióunmovimiento.Haciaél.

Thomas vio cómo el cuchillo giraba como si el mundo fuera a cámara lenta, como si su únicopropósitofuesehacerquesintieraelterrordevertalcosa.Conformeelarmaseacercaba,dandovueltassinparar,directaaél,ungritoahogadoseleformóenlagarganta.Queríamoverse,peronopodía.

Entonces, inexplicablemente,Chuckaparecióallíysepusodelantedeél.Thomasnotabalospiescomosiestuvierandentrodebloquesdehielo;sólopodíacontemplar,impotente,laescenadehorrorqueteníalugarantesusojos.

Conunescalofriantesonidohuecoymojado,elpuñalseclavóhastaelmangoenelpechodeChuck.

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Elniñogritóycayóalsuelo,conelcuerpoyasacudiéndose.Lasangresalíadelaherida,rojaoscura.Suspiernasgolpeabanelsuelo,lospiesdabanpatadasaltuntún,anunciandounamuerteinminente.Loslabiosrezumabansalivamanchadadesangre.Thomassintióqueelmundoasualrededorsederrumbabayledestrozabaelcorazón.

SetiróalsueloycogióensusbrazoselcuerpotemblorosodeChuck.—¡Chuck!—gritó,ynotólavozcomounácidodesgarrándolelagarganta—.¡Chuck!El niño se convulsionó descontroladamente y la sangre lo manchó todo, incluidas las manos de

Thomas.Susojossequedaronenblanco.Lasangrelesalíaporlanarizylaboca.—Chuck...—susurróThomas.Teníanquepoderhaceralgo.Podíansalvarle.Ellos...Elchicodejódemoverseysequedóquieto.Losojosvolvieronasuposiciónnormalymirarona

Thomas,aferrándosealavida.—Tho...mas.Loúnicoquepudodecirfueesapalabra.—Aguanta,Chuck—dijoThomas—.Notemueras,lucha.¡Quealguiennosayude!Nadiesemovióy,enelfondo,Thomassupoporqué.Yanopodíanhacernada.Sehabíaacabado.

UnasmanchasnegrasflotaronentrelosojosdeThomas.Lasalaseinclinóysebalanceó.«No—pensó—.Chuck,no.Chuck,no.Cualquiera,menosChuck».—Thomas—susurróChuck—,encuentraa...mimadre—una tossaliódesuspulmonesysalpicó

tododesangre—.Dile...Noterminólafrase.Susojossecerraronysucuerpoquedófláccido.Unúltimoalientosaliócon

dificultaddesuboca.Thomassequedómirandoelcuerpoinertedesuamigo.Algo ocurrió en el interior deThomas.Empezó en lomás profundo de su pecho, una semilla de

cólera. De venganza. De odio. Algo oscuro y terrible. Y, después, explotó, estalló en sus pulmones,atravesósugargantayserepartióporlosbrazosylaspiernas.Porsucabeza.

Soltó aChuck, se levantó tembloroso y se volvió hacia los nuevos visitantes. Entonces, Thomasestalló.Estallóporcompleto.

Echóa correr, se tiró encimadeGallyy tratóde agarrarle con losdedos como si fueranzarpas.Encontróelcuellodelchico,seloapretóysecayóalsuelosobreél.Sesentóahorcajadasensutorsoylesostuvoconlaspiernasparaquenopudieraescaparse.Luegoempezóadarlepuñetazos.

Mantuvo a Gally pegado al suelo con la mano izquierda, lo empujó hacia abajo por el cuellomientrassupuñoderechogolpeabaunayotravezlacaradeljoven.Lediounapalizaconlosnudillosenlasmejillasylanariz.Seoyeroncrujidos,hubosangreygritoshorribles.Thomasnosupocuáleseranmásfuertes,silosdeGallyolossuyos.Legolpeóhastaliberarlaúltimapizcadeiraquellevabadentro.

Y,entonces,MinhoyNewttirarondeél,aunquesusbrazosseguíansacudiéndoseinclusocuandoyasólodabaalaire.Learrastraronporelsuelo;élseresistió,seretorcióygritóqueledejaranenpaz.SusojoscontinuabanclavadosenGally,queestabaallítumbado,inmóvil.Thomassintiócómoelodiosalíaaraudales,igualquesiunavisiblelíneadellamaslesconectara.

Y,entonces,asícomoasí,todosedesvaneció.SólopudopensarenChuck.Se soltó deMinhoyNewt y corrió hasta el cuerpo fláccido e inerte de su amigo.Le cogió y lo

abrazó,ignorandolasangre,ignorandolagélidamiradadelamuerteenelrostrodelmuchacho.—¡No!—gritóThomasmientras le consumía la tristeza—. ¡No!—Teresa se acercóy le puso la

manoenelhombro.Elselaquitódeencima—.¡Selohabíaprometido!—aulló,ysediocuentadeque,mientraslodecía,asuvozlaacompañabaalgoquenoestababien.Casilalocura—.¡Lehabíaprometidoquelesalvaría,quelellevaríaacasa!¡Selohabíaprometido!

Teresanorespondió,tansóloasintió,conlosojosfijosenelsuelo.Thomas abrazó a Chuck contra su pecho y le apretó lo más fuerte posible, como si, de alguna

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manera, aquello pudiera revivirle o darle las gracias por haberle salvado la vida, por ser su amigocuandonadiemásloera.

Thomas llorócomonuncaantes lohabíahecho.Susgrandese incontrolablessollozosretumbaronporlasalacomoelsonidodeunatormenta.

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Capítulo60

Finalmente,volvióameterlotodoensucorazónyguardóladolorosaoleadadesufrimiento.EnelClaro,Chucksehabíaconvertidoparaélenunsímbolo,enunaseñaldequepodíanarreglarelmundo.Dormirencamas.Unbesodebuenasnoches.Desayunarbeiconyhuevoseirauncolegiodeverdad.Serfelices.

PeroahoraChuckyanoestaba.Ysucuerpofláccido,alquetodavíaseaferrabaThomas,parecíaunfríotalismánquenosóloledecíaqueaquelfuturooptimistanuncaibaasuceder,sinoquelavidanuncahabíasidodeaquelmodo.Que inclusoapesarde lahuida, lesesperabanunosdíasdeprimentes.Unavidadedolor.

Los recuerdos que volvían a sumemoria eranmuyvagos, pero no flotaba nada bueno entre todaaquellaporquería.

Thomasrecogióeldoloryloencerróenalgúnsitiodesuinterior.LohizoporTeresa,porNewtyporMinho.Fueracualfueralaoscuridadquelesaguardaba,estaríanjuntos,yenaquelinstanteesoeratodoloqueimportaba.

SoltóaChuckyretrocedió,intentandonomirarlacamisetadelniño,queestabanegraporlasangre.Selimpiólaslágrimasdelasmejillas,sefrotólosojosypensóquedeberíaestaravergonzado,aunquenosesentíaasí.Alfinal,levantólavista.MiróaTeresayasusenormesojosazules,llenosdetristeza;tantoporélcomoporChuck,deesoestabaseguro.

Lachicalecogiódelamanoyleayudóalevantarse.Encuantoestuvodepie,ellanolesoltóyéltampoco seapartó.Leapretó lamanoy, alhacerlo, intentó transmitir loque sentía.Nadiedijoniunapalabra; lamayoría estaba con lavista clavada en el cuerpodeChuck; sus rostros eran inexpresivos,comosiestuvieranmásalládelsentimiento.NadiemiróaGally,querespiraba,peronosemovía.

LamujerdeCRUELrompióelsilencio:—Todopasaporunarazón—dijosinningúnsignodemaldadensuvoz—.Tenéisqueentenderlo.Thomaslamiróylanzótodosuodioreprimidoenunamiradafulminante.Peronohizonada.Teresa

colocósuotramanosobreelbrazodelchicoyleagarróelbíceps.Ahora,¿qué?—lepreguntó.Nolosé—contestóél—.Nopuedo...Sufraseseviointerrumpidaporunaseriedegritosrepentinosyunalborotoqueproveníadelotro

ladodelapuertaporlaquehabíaentradolamujer.Elpánicodeestaresultóevidente,ysequedóaúnmáspálidacuandosevolvióhacialapuerta.Thomasmirótambiénenaquelladirección.

Varioshombresymujeresvestidosconvaquerosmugrientosyabrigosempapadosirrumpieronenlasalaconpistolaslevantadas,gritandounapalabrasobreotra.Eraimposibleentenderloquedecían.Susarmas —algunas eran rifles; otras, pistolas— parecían arcaicas, rústicas. Casi como juguetes quellevaranañosabandonadosenelbosqueylasiguientegeneracióndeniñosacabaradedescubrirlosparajugaralaguerra.

ThomassequedómirandocómodosdelosreciénllegadostirabanalamujerdeCRUELalsuelo.Luegounodeellosretrocedióylaapuntóconlapistola.

«Nopuedeser—pensóThomas—.No...».Elaireseiluminócuandovariosdisparossalierondelarmaeimpactaronenelcuerpodelamujer.

Estabamuerta,ytodoestaballenodesangre.Thomasretrocedióunospasos,casiatrompicones.Unhombreseacercóalosclarianosmientraslosdemáslesrodeabanydisparabandeizquierdaa

derecha con las armas a las ventanas de observación para romperlas. Thomas oyó gritos, vio sangre,

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apartólavistaysecentróenelhombrequeseacercabaaellos.Teníaelpelomorenoylacarajoven,peroconarrugasalrededordelosojos,comosihubiesepasadotodoslosdíasdesuvidapreocupadoporcómollegaralsiguiente.

—Notenemostiempoparaexplicarnos—dijoelhombreconunavoztancrispadacomosucara—.Seguidmeycorredcomosivuestravidadependieradeello.Porqueasíes.

Al decir aquello, el hombre hizo unas señas a sus compañeros, luego se dio la vuelta y saliócorriendoendirecciónalasgrandespuertasdecristalconlapistolasostenidarígidamentehaciadelante.Losdisparosy losgritosdeagonía todavíasacudían lasala,peroThomasseesforzópor ignorarlosyseguirlasinstrucciones.

—¡Vamos!—gritódesdeatrásunodelosrescatadores(oesoseimaginóThomasqueeran).Despuésdevacilarduranteunbreveinstante,losclarianoslessiguieron,casichocandounoscontra

otrosalecharacorrerparasalirdelacámara,tanlejosdeloslaceradoresydelLaberintocomofueraposible. Thomas, que aún le agarraba lamano a Teresa, corrió con ellos, al final del grupo. No lesquedabaotraopciónquedejaratráselcuerpodeChuck.

Thomasnosentíaningunaemoción;estabatotalmenteatontado.Corrióporunlargopasillohaciauntúnelpocoiluminado.Subióporunassinuosasescaleras.Todoestabaaoscurasyolíacomoasistemaselectrónicos.Bajóporotropasillo.Subiómásescaleras.Máspasillos.ThomasqueríaechardemenosaChuck, entusiasmarse por su huida, alegrarse de que Teresa estuviera allí con él. Pero había vistodemasiado.Ahorasólohabíaunenormevacío.Siguióavanzando.

Mientras corrían, algunos hombres ymujeres les guiaban por delante, y otros lanzaban gritos deánimodesdeatrás.

Llegaron aotras puertas de cristal y, al cruzarlas, vieronqueungran chaparrón caíadeun cielonegro.Noseveíanada,perolacortinadeaguareflejabaunosdestellosmates.

El líder no dejó de moverse hasta que llegaron a un autobús enorme, cuyos laterales estabanabolladosyconmarcasdearañazos,ylamayoríadelasventanas,llenadegrietas.LalluviachorreabaportodoelvehículoyThomasseloimaginócomounabestiagigantescasaliendodelocéano.

—¡Subid!—gritóelhombre—.¡Deprisa!Leobedecieronyformaronungrupoapretadotraslapuertaparaentrarunoauno.Aquellopareció

durarunaeternidad.Losclarianosseempujabanysetropezabanlosunosconlosotrosmientrassubíanlostrespeldañosysedirigíanalosasientos.Thomasestabaalfinal,conTeresajustodelantedeél.Alzólavistahaciaelcieloynotócómoelagualecaíaenlacara.Estabacaliente,casidemasiado,yteníaunextrañoespesor.Curiosamente,esolehizoquitarseelmiedodeencimaylepusoalerta.Quizánoeramásquelaferocidaddeldiluvio.Seconcentróenelautobús,enTeresa,enlahuida.

Estabacasienlapuertacuando,derepente,unamanolealcanzóyleagarródelacamiseta.Alguientiródeélhaciaatrás;élgritóysesoltódeTeresa.Laviogirarsejustoalcaerseélalsueloysalpicardeagua a los demás. Sintió un fuerte dolor en la espalda cuando la cabeza de unamujer apareció unoscentímetrosporencimadeél,bocabajo,bloqueandolavistadeTeresa.

El pelograsientoque colgabay rozaba aThomas enmarcabauna cara oculta en las sombras.Unhorribleolor,comoa lecheagriayhuevospodridos, le inundólasfosasnasales.Lamujerseretiró lobastanteparaquelalinternadealguienrevelarasusrasgos:unapielpálidayarrugadallenadehorriblesllagasquerezumabanpus.UnterrorenestadopuroinundóaThomasylodejóparalizado.

—¡Vasasalvarnosa todos!—dijoaquellaespantosamujermientrasescupíasalivaysalpicabaaThomas—.¡VasasalvarnosdelDestello!—serió,aunquenofuemásqueunatosáspera.

LamujerdioungritocuandounodelosrescatadoreslaagarróconambasmanosparaalejarladeThomas,queserecuperóysepusodepiecomopudo.VolvióconTeresaysequedómirandoalhombrequesellevabaarastrasalamujer,cuyaspiernasdabandébilespatadasmientrasnoapartabalosojosdeThomas.Ellaleseñalóygritó:

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—¡Notecreasunapalabradeloquetedigan!¡VasasalvarnosdelDestello,loharás!Cuandoelhombreestuvoavariosmetrosdelautobús,dejóalamujerenelsuelo.—¡Quédate aquí o te mato de un tiro!—le gritó, y luego se volvió hacia Thomas—. ¡Sube al

autobús!Thomas, tan aterrorizado por la terrible experiencia que hasta le temblaba el cuerpo, se dio la

vuelta, subió lasescalerasdetrásdeTeresayentróenelautobús.Unosojosabiertosdeparenpar leobservaron mientras caminaban hacia los asientos traseros, donde se dejaron caer y se acurrucaronjuntos.Elaguanegraresbalabaporelexteriordelasventanas.Lalluviagolpeabaeltechoconfuerzayuntruenoagitóelcielosobresuscabezas.

¿Quéhasidoeso?—preguntóTeresaensumente.Thomas no podía contestar y se limitó a negar con la cabeza. Los pensamientos sobre Chuck

volvieron a inundar su mente, reemplazando a la loca y calmando los latidos de su corazón. No leimportaba,nosentíaningúnalivioporhaberescapadodelLaberinto.«Chuck...».

Unamujer,unade los rescatadores,estabasentadacercadeThomasyTeresa.El líderquehabíahabladoconellosantessesubióalautobús,sesentóalvolante,arrancóelmotoryelvehículoempezóaavanzar.

Almoverse,Thomasviounmovimientofugazalotroladodelaventana.Lamujerllenadellagassehabía puesto de pie y corría hacia la parte delantera del autobús. Sacudía los brazos como una locamientrasgritabaalgoquenoseoyóporelruidodelatormenta.Susojosestabaniluminadosporlalocuraoelterror;Thomasnolosabíamuybien.

Seinclinóhacialaventanamientraselladesaparecíadesuvistapordelante.—¡Esperad!—chillóThomas,peronadieleoyó.O,silohicieron,leignoraron.Elconductoraceleróyelautobúsdiounbandazocuandogolpeóelcuerpodelamujer.Elporrazo

casitiróaThomasdelasientocuandolasruedasdelanteraspasaronporencimadelamujery,enseguida,lesiguióunsegundogolpedelasruedastraseras.ThomasmiróaTeresayvioensucaraunaexpresióndeascoqueseguramentereflejabalasuyapropia.

Sinmediar palabra, el conductormantuvo el pie en el acelerador y el autobús siguió avanzandohaciaunanochebarridaporlalluvia.

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Capítulo61

LasiguientehorafueuncúmulodevisionesysonidosparaThomas.Elchóferconducíaaunavelocidadtemerariaporpueblosyciudades,ylafuertelluviaocultabala

mayorpartedelpaisaje.Laslucesylosedificiosestabandistorsionadosyacuosos,comoalgosacadodeunaalucinaciónprovocadaporlasdrogas.Hubounmomentoenquelagentedefueraechóacorrertraselautobús.Llevabanlaroparaídayelpeloenmarañado,ysusaterradoresrostrosestabancubiertosdelasmismasllagasrarasqueThomashabíavistoenaquellamujer.Aporreabanloslateralesdelvehículocomosiquisieransubirse,comosiquisieranescapardelaespantosavidaquepodíanestarviviendo.

Elautobúsnodisminuyólavelocidad.TeresasiguiócalladaalladodeThomas.Porfin,élsearmódelsuficientevalorparahablarconlamujerqueestabasentadaalotroladodelpasillo.

—¿Quéocurre?—preguntó,sinestarsegurodecómoplantearlo.Lamujerlemiró.Unosmechonesdepelonegromojadolerodeabanlacara.Teníalosojosllenos

depena.—Esunahistoriamuylarga.LavozdelamujereramuchomásamabledeloqueThomassehabíaesperadoytuvolaesperanza

dequedeverdadfueraunaamiga,dequetodoslosrescatadoresfueranamigos,apesardequehabíanatropelladoasangrefríaaunamujer.

—Porfavor—dijoTeresa—.Porfavor,cuéntenosalgo.LamujermiróaThomasy,luego,aTeresa,ysoltóunsuspiro.—Tardaréisunpocoenrecuperarvuestrosrecuerdos,siesquelosrecuperáis.Nosotrosnosomos

científicos,notenemosniideadeloqueoshanhechoodecómooslohanhecho.A Thomas se le cayó el alma a los pies al pensar que tal vez había perdido la memoria para

siempre,peroinsistió:—¿Quiénesson?—inquirió.—Empezóconlaserupcionessolares—respondiólamujer,conlamiradacadavezmásdistante.—¿Qué...?—empezóapreguntarTeresa,peroThomaslahizocallar.Déjalahablar—ledijoensucabeza—.Parecequenoslovacontar.Vale.La mujer casi parecía estar en un trance mientras hablaba, y no apartaba los ojos de un punto

indefinidoenladistancia.—Laserupcionessolaresnopudieronpredecirse.Suelensernormales,peroestasfueroninauditas,

enormes,muyfuertes.Y,cuandosedieroncuenta, tansólopasaronunosminutosantesdequesucalorazotara la Tierra. Primero se quemaron nuestros satélites y miles de personas murieron al instante,millonesendías,einnumerableskilómetrosseconvirtieronentierrabaldía.Luegollególaenfermedad—sedetuvoparacogeraliento—.Conformeelecosistemaseveníaabajo,sehizoimposiblecontrolarlaenfermedad, incluso mantenerla en Sudamérica. Las selvas desaparecieron, pero los insectos, no. Lagenteahora lo llamaelDestello.Esunacosahorrible.Sólo losmás ricospueden recibir tratamiento,peronosepuedecuraranadie.AmenosquelosrumoresdelosAndesseanverdad.

Thomasporpoco rompió supropio consejo, pues las preguntas le inundaban lamente.El horrorcrecíaensucorazón.Sesentóyescuchómientraslamujercontinuaba:

—Encuantoavosotros,todosvosotros,nosoismásqueunoscuantosdelosmillonesdehuérfanos.Hicieronpruebasamilesyosescogieronparalomásimportante.Laúltimaprueba.Todoloquehabéisvivido fue calculado y planificado con detenimiento. Catalizadores para estudiar vuestras reacciones,vuestrasondascerebrales,vuestrospensamientos.Todoenunintentodeencontraraaquelloscapacesde

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ayudarnosadarconelremedioparacombatirelDestello—hizootrapausaysecolocóunmechóndepelodetrásdelaoreja—.Lamayoríadelasconsecuenciasfísicasestácausadaporotrascosas.Primeroempezaronlasideasdelirantesy,luego,losinstintosanimalesempezaronaimponersesobreloshumanos.Alfinal,elDestellolesconsumióydestruyósuhumanidad.Estátodoenelcerebro.ElDestelloviveensuscerebros.Esalgoespantoso.Esmejormorirquecontagiarse—lamujerdejódemirarlanadaysecentróenThomas;despuésmiróaTeresay,luego,aThomasotravez—.Nodejaremosqueleshaganestoa los niños. Hemos jurado arriesgar nuestras vidas para luchar contra CRUEL. No podemos perdernuestrahumanidad,noimportaelresultadofinal—juntólasmanosensuregazoylasmiró—.Yasabréismásensumomento.Vivimoslejos,alnorte.MilesdekilómetrosnosseparandelosAndes.LollamanlaQuemadura;estáentreaquíyallí.Estácentradaalrededordeloqueantesllamabanelecuador.Ahoranohaynadamásque calor y polvo, y está llenade salvajes consumidospor elDestello a los queno sepuede ayudar. Intentamos cruzar esa zona para encontrar una cura. Pero, hasta entonces, lucharemoscontraCRUELydetendremoslosexperimentosylaspruebas—miróconreceloaThomasy,después,aTeresa—.Tenemoslaesperanzadequeosunáisanosotros.

Entoncesapartólavistaymiróporlaventana.Thomasmiró aTeresa y arqueó las cejas amododepregunta.La chica se limitó a negar con la

cabeza;luego,laapoyóensuhombroycerrólosojos.Estoydemasiadocansadaparapensar—dijo—.Mantengámonosasalvoporahora.Alomejoryaestamosasalvo—contestó—.Alomejor.Oyó los suavessonidosqueellaemitíaaldormir,perosupoqueélnopodríaconciliarel sueño.

Sentía tal torrentedeemocionescontradictoriasquenopodía identificarlas.Aunasí, eramejorqueelvacíomonótonoquehabíaexperimentadoantes.Sólopudoquedarseallísentado,mirandofijamenteporlaventanalalluviaylanegrura,pensandoenpalabrascomo«Destello»,«enfermedad»,«experimento»,«Quemadura»y«CRUEL».TansólopodíaquedarseallísentadoyesperarquelascosasfueranmejoresahoraqueenelLaberinto.

Pero,mientras semovíaysebalanceabacon losmovimientosdelautobús,mientrassentíaque lacabezadeTeresalegolpeabaelhombrodetantoentantocuandohabíagrandesbaches,laoíamoverseyvolverseadormirotravez,yoíalosmurmullosdelasotrasconversacionesdelosclarianos,habíaunacosaquelevolvíaalamente:

Chuck.

***

Doshorasmástarde,elautobússedetuvo.Habíaparadoenunaparcamientocubiertodebarroquerodeabaunedificiosinnadadeparticular,

convariasfilasdeventanas.Lamujerylosotrosrescatadorescruzaronconlosdiecinuevechicosylachicalapuertaprincipalysubieronunasescalerashaciaundormitorioenorme,conunaseriedeliterasalineadasenunadelasparedes.Alotroladohabíaalgunasmesasycómodas.Unascortinastapabanlasventanasquehabíaportodalahabitación.

Thomas lo asimiló todo con un asombro ligero y distante. Ahora le costaba mucho que algo lesorprendieraolesuperara.

Aquel sitio se encontraba lleno de colores. Las paredes estaban pintadas de amarillo fuerte, lasmantas eran rojas y las cortinas, verdes. Después del gris soso del Claro, parecía que les hubieran

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llevadoaviviraunarcoiris.Alverlotodo,alverlascamasylascómodasnuevas,lasensacióndequetodoeranormalleresultócasisobrecogedora.Erademasiadobuenoparaserverdad.Minholoexpresómejoralentrarenaquelnuevomundoparaellos:

—Mehanfucadoyheidoalcielo.AThomas lecostabaestarcontento,comosiestuviera traicionandoaChuckalhacerlo.Peroallí

habíaalgo.Algo.Ellíderqueconducíaelautobúsdejóalosclarianosenmanosdeunpequeñogrupodeempleados:

nueveodiezhombresymujeresvestidosconpantalonesnegrosceñidosycamisetablanca,conelpeloinmaculadoylacaraylasmanoslimpias.Estabansonriendo.

Loscolores.Lascamas.Elpersonal.Thomassintióunafelicidadimposiblequetratabadeabrirsecamino en su interior.Aunque un abismo enorme se ocultaba enmedio, una oscura depresión que nopodíaabandonarle:elrecuerdodeChuckysubrutalasesinato.Susacrificio.Pero,apesardeaquello,apesarde todo, apesarde loque lehabía contado lamujerdel autobús sobre elmundoal quehabíanvuelto,ThomassesintióasalvoporprimeravezdesdequehabíasalidodelaCaja.

Lesasignaronunacama,lesrepartieronropaycosasparaelaseoylessirvieronlacena.Pizza.Unaauténticapizzarealygrasienta.

Thomas devoró hasta el último bocado, el hambre acabó con todo lo demás y un ambiente desatisfacciónyaliviosepalpóasualrededor.Muchosdelosclarianoshabíanpermanecidocalladostodoelrato, talvezpreocupadosporquealhablarsedesvanecieratodo.Peroahorahabíagentesonriendo.Thomas sehabíaacostumbrado tantoa ladesesperaciónquecasi ledesconcertabaver rostros felices.Sobretodo,cuandolecostabatantoaélsentirseasí.

Despuésdecomer,nadiediscutiócuandolesdijeronquehabíallegadolahoradeirseadormir.YmenosaúnThomas,quesesentíacomosipudieradormirunmesentero.

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Capítulo62

ThomascompartióliteraconMinho,queinsistióendormirenladearriba;NewtyFritangaestabanjustoenladeallado.LosempleadospusieronaTeresaenunahabitacióndistintayselallevaronantesdequepudieradespedirse.Thomaslaempezóaecharmuchísimodemenosalostresminutosdespuésdemarcharse.

Mientrasseacomodabaenelblandocolchónparapasarlanoche,leinterrumpieron:—Eh,Thomas—dijoMinhoporencimadeél.—¿Sí?—Thomasestabatancansadoqueapenaslesalíanlaspalabras.—¿Quécreesqueleshapasadoalosclarianosquesequedaronatrás?Thomasnoselohabíaplanteado.HabíatenidolamenteocupadaconChucky,ahora,conTeresa.—Nolosé.Perovistotodoslosquemurieronparaquellegáramosaquí,nomegustaríaestarensu

lugar ahora mismo. Los laceradores probablemente lo hayan invadido todo —no podía creer loindiferentequesonabasuvozmientraslodecía.

—¿Creesqueestamosasalvoconestagente?—preguntóMinho.Thomasreflexionósobreaquellapreguntaduranteunmomento.Sólohabíauna respuestaa laque

aferrarse:—Sí,creoqueestamosasalvo.Minhodijo algomás,peroThomasno leoyó.Leconsumíael agotamiento; sumentevagópor el

cortoperiodoquehabíapasadoenelLaberinto,porlosdíasenquehabíasidocorredorylomuchoquelohabíadeseado, inclusodesdeaquellaprimeranocheenelClaro.Parecíaquehubiesenpasadocienaños.Comosifueraunsueño.

Losmurmullosdelasconversacionesflotabanenlahabitación,peroaThomasleparecíaqueveníandeotromundo.Sequedómirandolostablonesdemaderacruzadosdelacamadearriba,notandocómolearrastrabaelsueño.PeroresistióporquequeríahablarconTeresa.

¿Quétaltuhabitación?—lepreguntómentalmente—.Ojaláestuvierasaquí.¿Ah,sí?—contestóella—.¿Contodosesoschicosapestosos?Creoquepaso.Supongoquetienesrazón.CreoqueMinhosehatiradotrespedosenelúltimominuto—Thomas

sabíaqueeraunchistemuymalo,peroeralomejorqueselehabíaocurrido.Notócómosereíalachicaydeseópoderhaceréllomismo.Hubounalargapausa.

LosientomuchoporChuck—dijoalfinallajoven.Thomassintióunafuertepunzadaycerrólosojosmientrassehundíaenelsufrimientodelanoche.Podía llegar a sermuy pesado—respondió. Hizo una pausa y pensó en aquella noche, cuando

ChucklehabíadadounsustodemuerteaGallyenelbaño—.Peroduele.Mesientocomosihubieseperdidoaunhermano.

Losé.Lehabíaprometido...Déjaloya,Tom.¿Qué?—quería que Teresa le hiciera sentirmejor, que le dijera algomágico para que el dolor

desapareciera.Dejadedecirqueseloprometiste.Lamitaddenosotrosloconsiguió.Habríamosmuertotodossi

noshubiéramosquedadoenelLaberinto.Pero Chuck no lo consiguió—repuso Thomas. La culpa le atormentaba porque sabía con toda

seguridadquehabríacambiadoacualquieradelosclarianosdeaquellasalaporChuck.Murióporsalvarte—contestóTeresa—.Eltomóladecisión.Noladesperdicies.

Page 220: El corredor del laberinto [17687] · EL CORREDOR DEL LABERINTO ... Su eco se amplificó en el aire como el angustioso gemido de la muerte. Se desvaneció y volvió a reinar el silencio.

Thomasnotóquelaslágrimasinundabansusojos;unaseescapóybajóporsusienderechahaciasucabello.Pasóunminutoenteroenelquenosedijeronniunapalabra.Entonceséllallamó:

¿Teresa?¿Sí?AThomasleasustabacompartirsuspensamientos,perolohizo:Quieroacordarmedeti.Acordarmedenosotros.Yasabes,antesdetodoesto.Yotambién.Alparecer,éramos...—nosabíacómodecirlo.Losé.Mepreguntoquéharemosmañana.Lodescubriremosenunashoras.Sí. Bueno, buenas noches—quería decirlemás cosas,muchasmás cosas, pero no se le ocurrió

nada.Buenasnoches—dijoellajustocuandoseapagaronlasluces.Thomas se dio la vuelta, contento por estar a oscuras y que nadie viera la cara que se le había

puesto.Noeraexactamenteunasonrisaniunaexpresióndefelicidad.Perocasi.Y,porahora,«casi»estababastantebien.

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Epílogo

MemorándumdeCRUELFecha:27/01/232;hora:22:45.Para:Misasociados.De:AvaPaige,ministra.Re:OPINIÓNSOBRELASPRUEBASDELLABERINTO,GrupoASegún los cálculos, creo que todos coincidimos en que las pruebas han sido un éxito. Veinte

supervivientes, todosbiencualificadosparanuestropropósito.Lasrespuestasa lasVariableshansidosatisfactorias y alentadoras. El asesinato del niño y el «rescate» han resultado ser un valioso final.Necesitábamos impactar sus sistemas, ver sus reacciones. Sinceramente, me sorprende que al final,despuésdetodo,hayamospodidoreunirtalnúmerodechicosquenuncallegaronarendirse.

Porextrañoqueparezca,verlesasí,elhechodequepiensenquetodovabienhasidoloquemásmehacostadoobservar.Peronohay tiempopara lamentaciones.Porelbiendenuestragente, seguiremosadelante.

Sé que tengo mi propia opinión respecto a quién escoger como líder, pero me abstengo decompartirlaenestemomentoparanoinfluirenningunadecisión.Aunque,paramí,estáclaro.

Todossomosconscientesdeloqueestáenjuego.Yo,porlopronto,estoyanimada.¿Recordáisloquelachicaescribióensubrazoantesdeperderlamemoria?¿Aloqueseaferró?«CRUELesbuena».

Los sujetos al final recordarán y entenderán la intención de las cosas duras que hemos hecho yplaneado hacerles. Lamisión deCRUEL es servir a la humanidad y preservarla, sin importar lo quecueste.Síquesomos«buenos».

Por favor, contestad con vuestras propias reacciones. Permitiremos que los sujetos duerman unanocheenteraantesdelaejecucióndelaFase2.Porelmomento,permitámonosseroptimistas.

LosresultadosdelGrupoBtambiénhansidoextraordinarios.Necesitountiempoparaprocesarlosdatos,peropodemoscomentarlosaprimerahora.

Hastamañana,entonces.

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