EL DALIT CRISTIANO: UNA APROXIMACIÓN AL...

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EL DALIT CRISTIANO: UNA APROXIMACIÓN AL DILEMA DE LA EXPRESIÓN DE SU FE EN LA REALIDAD SOCIO-RELIGIOSA DE LA INDIA HÉCTOR MANUEL CALDERÓN MUÑOZ, OAR UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA FACULTAD DE TEOLOGÍA BOGOTÁ 2008

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EL DALIT CRISTIANO:

UNA APROXIMACIÓN AL DILEMA DE LA EXPRESIÓN DE SU FE EN LA

REALIDAD SOCIO-RELIGIOSA DE LA INDIA

HÉCTOR MANUEL CALDERÓN MUÑOZ, OAR

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

BOGOTÁ

2008

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EL DALIT CRISTIANO:

UNA APROXIMACIÓN AL DILEMA DE LA EXPRESIÓN DE SU FE EN LA

REALIDAD SOCIO-RELIGIOSA DE LA INDIA

HÉCTOR MANUEL CALDERÓN MUÑOZ, OAR

Trabajo para obtener el título de Licenciado en Teología

Director disciplinar

MARTIN BELLEROSE Doctor en Teología

Director metodológico

JOSÉ FERNANDO RUBIO

Magíster en Patrología

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA FACULTAD DE TEOLOGÍA

BOGOTÁ

2008

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Nota de aceptación:

_________________________________________

_________________________________________

_________________________________________

_________________________________________

_________________________________________

___________________________

Firma del presidente del jurado

___________________________

Firma del jurado

___________________________

Firma del jurado

Bogotá, Octubre 31 de 2008

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Dedicado a todos aquellos dalits, para quienes el sufrimiento ha dejado de

ser sólo una realidad social y se ha convertido en la causa por Cristo Jesús.

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AGRADECIMIENTOS

A Dios manifestado en Jesucristo, a cuya imagen y semejanza ha sido creado

todo ser humano y por quien la dignidad cobra verdadero sentido. A la Orden de

Agustinos Recoletos, por permitirme la vivencia de su carisma según el espíritu de

nuestro Padre san Agustín y, por quienes ha sido posible este proceso formativo,

poniendo todo su empeño en el progreso educativo de sus formandos, buscando

el bien de la comunidad; a los religiosos formadores, por cuya animación se dieron

pasos firmes para llegar a valiosos resultados; así mismo, a mis hermanos del

seminario de Suba, en cuya compañía he alcanzado copiosos frutos a lo largo de

este año. A mi familia, especialmente a mi madre, por sus constantes oraciones y

motivación permanente. Al Doctor Martin Bellerose, primer orientador en la

realización de este proyecto; por su diligencia, aportes y disponibilidad en cada

etapa de esta investigación. A los profesores del seminario de Agustinos

Recoletos de Suba y de la Universidad de san Buenaventura, principalmente a la

Dra. Ángela María Sierra. Al Magíster José Luís Meza, de quien pude adquirir un

breve comentario de Raymond Panikkar respecto a este trabajo. A Fr. Juan De

Dios Tibocha, por cuyo medio establecí comunicación con las Misioneras de la

Caridad en Cartagena, de quienes obtuve valiosos datos de primera mano sobre

la realidad cristiana de la India. Finalmente, a mis amigos y amigas, por cuya

plegaria y animación contribuyeron al éxito de los logros esperados.

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RESUMEN ANALÍTICO (RAE)

1. TIPO DE DOCUMENTO: Proyecto de investigación en teología 2. TÍTULO: EL DALIT CRISTIANO: APROXIMACIÓN AL DILEMA ENTRE LA EXPRESIÓN DE SU FE Y LA REALIDAD SOCIORELIGIOSA DE LA INDIA 3. AUTOR: Héctor Manuel Calderón Muñoz, oar. 4. PALABRAS CLAVES: Asia, la india, hinduismo, dalit, religiones, sistema de castas, cristianismo en la india, cristianos dalit, Dios dalit, dignidad, conversión, persecución, liberación, teología dalit, teología asiática, el Cristo roto, teología del sufrimiento, teología de la liberación, dalit como sacramento, martirio. 5. DESCRIPCIÓN: el presente trabajo es una propuesta teológica que identifica el fenómeno religioso en la experiencia de los cristianos dalit, sujetos a la realidad sociológica del sistema de castas hindú; por eso se parte de la comprensión de los elementos sociales, cristológicos y vivenciales, inherentes a la reflexión de la teología cristiana asiática contemporánea. Consiguientemente, se percibe el sustrato antropológico, social y religioso del dalit, con base en la doctrina y los fundamentos del hinduismo; además, se establecen las principales características del cristianismo en la India y las consecuencias de la persecución que enfrentan los cristianos dalit en cuanto a la manifestación de su fe; de ahí surge la propuesta de una teología cristiana asiática contemporánea en el marco de la visión liberadora de la teología dalit. 6. LÍNEA DE INVESTIGACIÓN: el presente trabajo se inscribe dentro de la línea Dios, Iglesia y mundo. 7. FUENTES: para la realización de este proyecto, se vio pertinente tomar como fuentes principales: AMALADOSS, Michael. Vivir en libertad: Las teologías de la liberación del continente asiático. Navarra: Verbo Divino, 2000. 263 p.; BALASUNDARAM, Franklyn J. Teología cristiana asiática contemporánea. Navarra: Verbo Divino, 1999. 293 p.; PANIKKAR, Raimundo. Misterio y revelación. Hinduísmo y cristianismo: encuentro de dos culturas. Madrid: Marova, 1971. 279 p.; PIERIS, Aloysius. El rostro asiático de Cristo. Salamanca: Sígueme, 1991. 219 p.; NIRMAL, Arvind. A reader in dalit theology. Madrás: Gurukul, 1991. 180 p.; TAMAYO, Juan José. Nuevo Diccionario de teología. Madrid: Trotta, 2005. 989 p. 8. CONTENIDO: después de una introducción, formulación del problema y la respectiva justificación, el segundo capítulo expone la religión hinduista como contexto socioreligioso del dalit; ahí se aborda la problemática del sistema de castas hindú y una primera visión liberadora, desde la definición del dalit, inmerso en el régimen opresor de dicho sistema social. Seguidamente, se ubica el cristianismo en la India, y la forma en que los dalits han hecho parte de esta religión; con esto se fundamenta la perspectiva de la dignidad en la Sagrada Escritura y el tema de la conversión como una nueva experiencia de vida en Cristo. Finalmente, se pasa de la experiencia de la fe a la formulación teológica. Aquí se describen los presupuestos para la comprensión de una teología dalit en el marco de la teología de la liberación asiática, y se proponen la teología del sufrimiento y la sacramentalidad dalit como derroteros para las nuevas reflexiones teológicas. 9. METODOLOGÍA: se aborda el tema desde los principales autores respecto a esta investigación y de ahí se sigue el método analítico reflexivo, por el cual, establecidas las características fundamentales del fenómeno religioso del cristiano dalit en la India, se procedió a identificar las razones y causas que lo sostienen, desarrollando una mirada crítica según los presupuestos de la teología cristiana asiática contemporánea. 10. CONCLUSIONES: es posible pensar en una teología dalit que proclama el Cristo roto como la verdadera identidad de Jesús con los dalit y la urgente necesidad de una teología de la liberación en Asia, aplicada a los modelos que emergen constantemente. La dignidad del dalit cristiano se construye a partir de la convicción de haber sido hecho a imagen de Dios, lo cual le permite conocerse, poseerse, darse libremente y entrar en comunión con otras personas; en este sentido es llamado por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y amor que ningún otro ser puede dar en su lugar. El cristiano dalit debe identificar y experimentar evangélicamente en la proclamación de la cruz, la liberación que de ella procede: la cruz es pobreza, despojamiento, abajamiento radical para confundir la sabiduría del mundo y revelar la sabiduría de Dios.

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8

CONTENIDO

pág.

INTRODUCCIÓN .............................................................................................................. 11

1. PROYECTO DE INVESTIGACIÓN .......................................................................... 17

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA .................................................................... 17

1.2 ANTECEDENTES ...................................................................................................... 18

1.3 JUSTIFICACIÓN ......................................................................................................... 19

1.4 OBJETIVOS ................................................................................................................ 21

1.5 METODOLOGÍA ........................................................................................................ 21

2. EL HINDUISMO: CONTEXTO SOCIORELIGIOSO DEL DALIT ....................... 24

2.1 APROXIMACIÓN AL HINDUISMO: ¿RELIGIÓN O RELIGIONES? ................. 27

2.2 EN TORNO A LA SOCIEDAD HINDÚ Y EL SISTEMA DE CASTAS ................ 33

2.3 VISIÓN LIBERADORA DESDE EL HINDUISMO: EL DALIT, ¿QUIÉN ES? .... 45

3. SER CRISTIANO EN LA INDIA: UNA EXPERIENCIA CONTADA POR EL

DALIT ................................................................................................................................. 56

3.1 IRRUPCIÓN DEL CRISTIANISMO EN LA INDIA Y HORIZONTE DE LAS

MISIONES ......................................................................................................................... 56

3.2 LOS CRISTIANOS DALITS: RECHAZADOS EN SU PROPIA PATRIA .......... 68

3.3 EL DIOS DALIT Y EL ESTATUTO DE LOS SIN DIGNIDAD EN LA

SAGRADA ESCRITURA ................................................................................................. 79

3.4 EL DALIT, UNA APUESTA A LA TRILOGÍA: CONVERSIÓN, PERSECUCIÓN,

LIBERACIÓN .................................................................................................................... 87

3.4.1 La conversión: nueva experiencia de vida en Cristo ........................................ 87

9

3.4.2 Ser perseguidos a causa de Cristo ................................................................... 91

3.4.3 Sentido de la liberación del dalit .......................................................................... 93

4. EL DALIT CRISTIANO: DE LA EXPERIENCIA DE LA FE A LA

FORMULACIÓN TEOLÓGICA ...................................................................................... 98

4.1 PRESUPUESTOS PARA LA COMPRENSIÓN DE UNA TEOLOGÍA DALIT .. 99

4.1.1 Realidad del cristianismo en Asia: ¿realidad del dalit cristiano? ................... 101

4.1.2 La teología dalit en el contexto de la teología cristiana asiática ................... 109

4.2 LINEAMIENTOS PARA LA DEFINICIÓN DE LA TEOLOGÍA DALIT ............. 114

4.2.1 Hacia una definición de la teología dalit ........................................................... 117

4.2.2 Método y pertinencia de la teología dalit .......................................................... 123

4.2.3 La teología del Cristo roto y la conciencia histórica: rasgos fundamentales de

la teología dalit. ............................................................................................................... 126

4.3 HORIZONTES DE LA PERSPECTIVA TEOLÓGICA DALIT ........................... 133

4.3.1 Teología dalit, ¿teología del sufrimiento? ¿En qué sentido se considera

teología de la liberación? .............................................................................................. 134

4.3.2 Hacia una presencia sacramental del dalit ...................................................... 142

4.3.3 Cristianos dalit: mártires del siglo XXI .............................................................. 146

CONCLUSIONES ........................................................................................................... 153

BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................. 159

ANEXO. GLOSARIO DE TÉRMINOS INDIOS ......................................................... 166

10

ÍNDICE DE FIGURAS Y TABLAS

pág.

Tabla 1. Amenazas, abusos y ataques contra los cristianos dalits ........................... 71

Figura 1. Escala piramidal de castas ............................................................................. 42

Figura 2. Mapa de la India ............................................................................................... 66

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INTRODUCCIÓN

Con el paso del tiempo, tras el conocimiento vertiginoso de las nuevas formas de

investigación, se ha evidenciado cómo todas las ciencias, buscando una

autodefinición y un campo específico de estudio para ser útiles y favorables al

gran proyecto de la humanidad, se han dado a conocer y han actualizado su

presencia en el mundo, orientando las nuevas perspectivas de la vida y brindando

horizontes que abren las puertas a retos insospechados para los hombres y

mujeres de hoy.

La teología, haciendo eco de este propósito y no con pocos reparos de ser

catalogada como ciencia, se ha constituido a lo largo de la historia y

principalmente en las últimas décadas, al menos en lo que se refiere al

cristianismo, como una herramienta propicia, a través de la cual, hombres y

mujeres han podido no sólo gestionar tratados sistemáticos sobre la revelación de

Dios en la humanidad, sino construir verdaderas experiencias de fe a partir de su

contexto determinado.

Muchos han puesto en duda la validez de una teología contextual, argumentando

la probabilidad de tener poca competencia frente a la llamada ―teología clásica

universal‖, ya que sólo podría tratarse de la vivencia de una situación tan pequeña,

tan ―poco relevante‖, que no tendría mucho que decir a los cristianos de todas las

generaciones. Pero precisamente desde este proyecto se ha intentado demostrar

todo lo contrario.

Es verdad que tímidamente se habla de una teología de la liberación, del

feminismo, de la política, de los indígenas, del tercer mundo, etc., pero también es

cierto que todas ellas han sabido sortear diversas realidades y, sobre todo, han

tenido la capacidad de argumentar su fe, a la luz de la misma revelación dada en

Jesucristo. En otras palabras, se trata de una teología en contexto, expresada

como un método de reflexión del mensaje cristiano que tiene en cuenta la

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situación vital, social y cultural del tiempo y del lugar en que es elaborada. Es una

reflexión teológica que recoge la sensibilidad del momento, que lee los signos de

los tiempos y que intenta responder a los problemas que hay que afrontar en el

ámbito de la Iglesia y de la sociedad.

La teología contextual supone consiguientemente, una opción metodológica y

hermenéutica que atribuye un significado a la historia concreta, a la cultura de los

destinatarios del anuncio cristiano y a las inquietudes y preocupaciones

personales o sociales. No es posible por lo tanto, hacer la misma teología en

Europa occidental que en Asia y no se puede hablar de Cristo de la misma manera

en América del Norte que en América del Sur.

Frente a la pregunta sobre las formas más características que asume hoy esta

teología, ha tomado gran importancia la teología en el contexto de las religiones,

punto de partida de este trabajo, a través del cual, se ofrece una visión más del

heterogéneo, fascinante y misterioso mundo de las grandes religiones, que según

Küng1, se organizan desde tres prototipos fundamentales: indo-místicas, chino-

sapienciales y semítico-proféticas, a las cuales se añaden las religiones tribales,

que en cierta manera constituyen el suelo nutricio de todas las religiones y siguen

existiendo en distintos lugares de la tierra.

Hoy, el mundo de las religiones parece inarmónico y contradictorio; sin embargo,

pese a las muchas divergencias entre las religiones, las cuales no habría que

minimizar en materia de fe, doctrina o ritos, se pueden apreciar semejanzas, y

coincidencias. Pero no sólo porque en todas las civilizaciones las personas se han

visto confrontadas con las preguntas fundamentales relativas al origen y el fin del

mundo y del hombre, a la superación del dolor y la culpa, a las normas del vivir y

del obrar, al sentido de la vida y de la muerte, sino también porque en ámbitos

1 Cf. KÜNG, Hans. En busca de nuestras huellas: la dimensión espiritual de las dimensiones del

mundo. 2ed. Barcelona: Debolsillo, 2006. p. 20.

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culturales distintos, los seres humanos han recibido de sus religiones respuestas

parecidas.

Un caso concreto se arroja sobre Asia, lugar agreste con la masa continental más

vasta de la tierra, cuyos pueblos se han destacado por sus valores religiosos y

culturas típicas. La situación contemporánea contextual de este continente es

inestable, y varía grandemente de unos países a otros, puesto que en ellos existen

trasfondos y situaciones diversas y complejas. En Asia puede corroborarse la

permanencia de los aspectos negativos de la globalización, extendidos

implacablemente en el resto del mundo, no solamente porque hay intereses y

poderes que atienden únicamente a sus beneficios, y tienden al dominio absoluto,

sino también por el deseo de vivir desde criterios predominantemente

individualistas y egoístas, basados en el afán de posesión, en extender los

poderes ilimitadamente y en considerar todo desde la perspectiva del disfrute

propio, olvidando a los demás, teniendo la falsa pretensión de que la sociedad

democrática es igualitaria y que concede las mismas oportunidades, derechos y

deberes para todos.

El objetivo de este proyecto va más allá del análisis de la globalización en Asia,

puesto que se busca más bien, el estudio de todo un fenómeno religioso con un

legado histórico, tradicional y ritual, que cada vez adquiere más relevancia y

grandes connotaciones en el país de la India. Se trata de los cristianos dalits, una

categoría prácticamente desconocida en Occidente e irreconocida en Oriente,

incluso confundida con palabras afines como Dalai, pensando en el lama espiritual

budista o Dalí, haciendo referencia al gran pintor, cineasta y escritor español.

El nacimiento de esta investigación fue realmente interesante. Se suscitó

indirectamente desde la espiritualidad de Madre Teresa de Calcuta, cuya vida y

ejemplo transformó muchas realidades que parecían infranqueables,

permaneciendo inherentes al país de la India. En diversas ocasiones la Madre

Teresa describió la manera como acogía numerosos dalits en estado próximo de

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muerte, no tanto para enseñarles el cristianismo, sino para que sintieran en el

último momento de sus vidas que eran amados por alguien y que estaban

muriendo según lo pedía su religión. Después, la idea se fue cristalizando en un

seminario de teología asiática con el Dr. Martín Bellerose, en el que se analizaron

las diversas religiones, siendo muy llamativa la del hinduismo por toda su

complejidad religiosa y social. Al comienzo la palabra ―dalit‖ parecía extraña, pero

después hubo tanta familiaridad con ella que se fue originando la necesidad de

hacer algo más que una simple consulta.

Una vez irrumpido este proyecto, se comprobó que hasta el día de hoy, en la India

pervive el sistema de castas, una forma de organización social fuertemente

arraigada. Generalmente la casta se define como un grupo endógamo que prohíbe

realizar alianzas matrimoniales fuera del mismo rango social. La casta se hereda,

se nace para una casta determinada; entre ellas se podrían catalogar cuatro

categorías llamadas varnas. Los más puros desde el punto de vista ritual son los

sacerdotes y estudiosos, conocidos como los brahmanes; luego están los chatrias

o guerreros, dedicados al gobierno; seguidamente los vaisías, quienes son los

encargados del comercio; y por último los sudras, ampliamente conocidos como

siervos y campesinos. Pero sorpresivamente se encontró que fuera de estos

límites están los parias o intocables, designados como impuros; son los dalits,

nombre que manifiesta expresamente ―roto o despedazado‖. Aunque no le ha

bastado a la sociedad ortodoxa hindú el hecho de dejarlos fuera de la clasificación

piramidal, sino que ha tomado fuertes represa lias contra ellos, haciendo más

notable la situación de persecución, ocasionándoles toda clase de maltratos y

marginación, principalmente cuando se enteran de su pertenencia a otras

denominaciones religiosas como el cristianismo.

Se confirma el movimiento de masivas conversiones dalit al cristianismo, suscitado

en las últimas décadas, según el cual, muchos dalits han abandonado el

hinduismo y han conocido el Evangelio de Jesucristo adoptando la vida cristiana,

pero con la esperanza de ser eximidos de esta cruenta persecución que cada vez

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con mayor intensidad cobra más vidas. Sin embargo, la experiencia ratifica que

contrariamente de lo que podrían esperar, se ha suscitado más discriminación por

haber renunciado a su religión y por defender su nuevo nombre de cristianos,

hasta el punto de procurar reconversiones forzosas. Esto deja en evidencia la

doble causa de la persecución a los dalits, que si antes era por cuestión social y

ritual, ahora se suma el hecho de ser cristianos. Es así como podría pensarse que

los cristianos dalits enfrentan un gran dilema y crisis ideológica, dado que es

imposible conciliar la concepción de un Cristo liberador, viviendo el rechazo de

una mítica jerarquía que los relega.

Frente a este complejo religioso, la teología contextual ha querido responder

desde la reciente aparición de la teología dalit, tomando como punto de partida la

misma teología de la liberación asiática, que se siente deudora de la teología de la

liberación latinoamericana, pero que se ha separado de ella en connotaciones que

le dan su propia identidad, a la luz de una realidad concreta.

En las siguientes páginas se intenta responder a la concepción que tiene el indio

cristiano que por ser dalit es considerado como no perteneciente a la sociedad; del

mismo modo, hay unos elementos básicos que demuestran de qué forma puede la

teología indicar al dalit cristiano que Cristo libera al hombre y le restaura su

dignidad. La teología dalit promulgará que no se puede permanecer más tiempo

en silencio, que hay apelar y denunciar la incoherencia más absurda que

emergente hasta hoy, en la cual sigue enérgica la lógica de desigualdad e

indignidad causadas por el sistema de castas y agravada por el incumplimiento de

la constitución de la República India, puesto que la ley no aborda eficazmente la

cuestión de las castas ni de los intocables.

Con base en las ideas mencionadas, se ha construido esta investigación desde

tres aspectos fundamentales. En primer lugar, se presenta el contexto socio-

religioso del dalit vislumbrado por la concepción del hinduismo y el sistema de

castas. Seguidamente se realiza un análisis del cristianismo en la India y los

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rasgos que enmarcan al dalit cristiano, sobre todo las características que los

muestran como rechazados en su propia patria y que los simbolizan desde la

trilogía conversión, persecución y liberación. En un tercer momento, se trata de

condensar toda su experiencia de fe en la formulación de la reciente teología dalit,

de la cual se despliegan nuevos horizontes en clave del sufrimiento y de

liberación, que apuntan al reconocimiento del dalit como un lugar teológico y como

una de las nuevas perspectivas de la sacramentalidad primordial.

Finalmente, antes de abordar la presente investigación es necesario que el lector

tenga presente algunas observaciones. Ciertamente, lo que se hace es una

teología contextual, pero fundamentada en los planteamientos de dos autores que

en las últimas décadas han seguido de cerca toda esta realidad y han formulado

no sólo sus impresiones y reflexiones teológicas, sino que manifiestan la manera

personal y directa en la que han sido testigos y han vivido la fe cristiana en el

contexto de las luchas dalit ante el régimen opresor hinduista; se trata de Aloysius

Pieris y Arvind Nirmal. Aquí debe considerarse que cuando se hable del

cristianismo, no lleva consigo una referencia exclusiva al catolicismo, que si bien

es abanderado en varias citaciones, no por eso se subestiman las demás

denominaciones del mismo credo cristiano.

Por otra parte, cada vez que se mencione la expresión ―dalit‖, se referirá

implícitamente a hombres y mujeres (niños, jóvenes, adultos y ancianos) que

toman esta autodenominación, de lo cual se desprende que no puede darse

ningún tipo de exclusión. Ahora bien, lo que aquí se busca no es atacar la religión

hindú, ni su doctrina, ni sus ritos, sino el nefasto sistema de castas como fruto de

una inexpugnable tradición milenaria. Se espera que el lector, siguiendo esta

investigación descriptiva y analítica, descubra un nuevo campo de reflexión sobre

el fenómeno religioso, específicamente el de los cristianos dalits y así valore los

nuevos horizontes de la teología contemporánea, asumiendo los retos inherentes

a cualquier contexto y que continuamente se lanzan al cristiano de hoy.

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1. PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Realizando un recorrido desde la historia y la Sagrada Escritura en torno a la

primitiva comunidad cristiana, se ha percibido que desde sus orígenes, ella se

encuentra ligada a un ambiente particular, dadas las circunstancias de la realidad

religiosa judía que se rehusaba a la aceptación de un movimiento que promulgaba

a Jesús de Nazaret como verdadero Hijo de Dios.

A causa de la fortaleza del naciente cristianismo y la conciencia de ser una

comunidad particular congregada en la fracción del pan, pero sobre todo por el

aumento exponencial del número de adeptos, se desata una fuerte persecución

judía, que en su intento por aminorar el problema, ocasionó la expansión del

cristianismo y la predicación del Evangelio fuera de Jerusalén, llegando pronto a

todas las regiones del continente asiático.

Hoy, veinte siglos después, cuando la teología ha tomado gran fuerza en

Occidente por diversas circunstancias históricas, sociales, políticas y religiosas, se

vuelve a lanzar la mirada sobre los pueblos de Asia, en donde cada vez se

contemplan situaciones ineludibles frente a las cuales la sociedad actual no puede

ser indiferente ni la teología hacer caso omiso. Sin escatimar la importancia del

conflicto entre Israel y Palestina no sería menos úti l reflexionar sobre un nuevo

escenario de constantes ataques e intimidaciones a las comunidades cristianas

que han nacido en el país de la India, un Estado gobernado por la coalición de un

partido regional y el Partido Popular Indio que promulgan un país teocrático hindú.

La sociedad hindú obedece al sistema de castas, una forma de organización social

fuertemente arraigado. Una casta es un grupo endógamo, esto significa que quien

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pertenece a ella no puede hacer alianzas matrimoniales fuera de sí. La casta se

hereda, se nace para una casta determinada. Hay cuatro categorías llamadas

varnas. Los más puros desde el punto de vista ritual son los brahmanes

(sacerdotes y estudiosos), luego están los chatrias (guerreros y gobernantes),

seguidamente los vaisías (dedicados al comercio) y por último los sudras (siervos

y campesinos). Pero fuera de los límites están los parias e intocables,

completamente impuros, los dalits, discriminados continuamente en todos los

niveles, siendo víctimas de la violencia por parte de miembros de castas

superiores.

Muchos dalits, sin alejarse de su realidad social, han conocido el Evangelio de

Jesucristo y han abandonado el hinduismo adoptando la vida cristiana; desean

vivir según Cristo resucitado, en quien no hay judío ni griego, hombre ni mujer,

esclavo ni libre (Gál 3,28). Pero lamentablemente su conversión al cristianismo no

les ha liberado del orden sociocultural opresor, dado que los hindúes integrantes

de una ideología extremista e intolerable de odio y violencia contra las minorías,

no admite la libertad de los dalits y mucho menos la manifestación y expresión de

su fe cristiana.

Consiguientemente, en este proyecto se tomó en consideración la concepción que

tiene el hindú cristiano que por ser dalit no pertenece a la sociedad, presentando

la posibilidad de conciliar el pensamiento de un Cristo liberador, viviendo el

rechazo de una mítica jerarquía de castas que relega las minorías. En definitiva,

se ha respondido a las características y repercusiones del fenómeno religioso en

la experiencia de los cristianos dalits sujetos al sistema de castas en la India.

1.2 ANTECEDENTES

La teología dalit se circunscribe en el marco de la teología cristiana asiática

contemporánea, en la cual, desde hace varios años, diversos pensadores

19

cristianos de Asia han reflexionado sobre la formulación de fe de sus pueblos,

especialmente sobre los pobres, oprimidos y marginados.

Se realizó una minuciosa consulta en facultades de teología y otros centros de

investigación teológica y no se encontraron trabajos sobre teología cristiana

asiática, aún menos teología desde el dalit. Sin embargo, como teólogos

contextuales no occidentales, en las últimas décadas se han perfilado

principalmente el Dr. Franklyn Balasundaram (profesor adjunto y jefe del

departamento de Historia del cristianismo en el United Theological College de

Bangalore, India), quien hace un valioso aporte desde la obra Teología cristiana

asiática contemporánea retomando las palabras de Arvind P. Nirmal, pensador

cristiano de la India contemporánea, en el escrito perspectivas teológicas dalit; su

contribución a la teología dalit es hasta la fecha, quizá la más original, constructiva

y destacada. Mucho más reciente, Michael Amaladoss, jesuita de Tamil Nadu,

India en su obra Vivir en libertad: Las teologías de la liberación del continente

asiático, texto en el cual presenta ampliamente la teología de los dalits de la India;

y finalmente Aloysius Pieris, en el tratado sobre el rostro asiático de Cristo.

1.3 JUSTIFICACIÓN

El cristianismo llegó a la India muy probablemente en el siglo I gracias a la

actividad misionera del apóstol Tomás; desde entonces los misioneros han

evangelizado los miembros de las castas inferiores y los sin casta, es decir, los

dalits, teniendo preferencias por los más pobres.

Pero hoy, dado el aumento de adeptos dalits al cristianismo, la situación de las

minorías religiosas ha pasado a ser una historia de martirio en la India. Es decir,

aumentaron los ataques en contra de los cristianos desde finales de los años 90 a

causa de la proliferación del partido popular Indio, situación ante la cual el

gobierno permanece inmóvil para no desagradar a la mayoría hindú. De esta

manera, los fundamentalistas se sienten libres para irse en contra de las minorías

20

cristianas, a quienes acusan de impuros por su condición dalit, siendo repudiados,

insultados e incluso expulsados de lugares públicos. En definitiva, se trata de una

doble causa: cristiana y social.

De frente a esta problemática, los pensadores cristianos contemporáneos de Asia

han ofrecido puntos de vista aplicables que surgen de las reflexiones de la fe del

pueblo; expresan lo que el pueblo siente, piensa, dice y hace, aquello por lo cual

sufre y por lo que espera en el contexto de su situación existencial; se han

adherido a la lucha dalit por la identidad y la proclamación de su dignidad,

vislumbrando una batalla por la independencia a modo de éxodo. En el fondo se

percibe una apertura comprometida con la verdad y la justicia, aspecto

fundamental en la misión del teólogo.

Consiguientemente, se partió de la visión de teólogos como Arvind Nirmal, Michael

Amaladoss, Franklyn Balasundaram y Aloysius Pieris. Desde sus reflexiones se

elaboró este proyecto, primordialmente, para continuar la investigación que está

incursionando en diversos ámbitos teológicos con base en la realidad sociológica

del dalit que se ha convertido a Cristo y que constantemente interpela la teología

que se construye en Occidente.

Puesto que en América Latina por seguir afanosamente un modelo europeo, aún

las teologías contextuales parecen anónimas y porque tímidamente se ha llegado

a la teología cristiana asiática, se vio necesario construir segmentos de

investigación que aportaran a una reflexión generalizada. La expresión de la fe en

las diversas culturas latinoamericanas debe llevar a la pregunta sobre la expresión

de fe de muchos otros cristianos, en sus propias culturas; por lo tanto, fue

pertinente el análisis de la situación del cristiano dalit a partir del sustrato

antropológico y social que lo enmarca, así como las repercusiones que vive en el

ámbito religioso.

21

Finalmente, este trabajo es importante no sólo porque hay que incursionar en

otros campos de la teología, sino porque ayudará a identificar otras formas de la

vivencia del cristianismo según una cultura determinada y porque contribuirá a la

valoración del ser cristiano y a la concientización de que mientras unos luchan por

su fe en medio de la persecución, otros reniegan de ella teniendo mejores

posibilidades de ser auténticos cristianos.

1.4 OBJETIVOS

Objetivo general

Comprender el fenómeno religioso en la experiencia de los cristianos dalits sujetos

a la realidad sociológica del sistema de castas hindú, a partir de la comprensión de

los elementos sociales, cristológicos y vivenciales inherentes en la reflexión de la

teología cristiana asiática contemporánea, para presentar un nuevo campo de

investigación desde la construcción de la teología latinoamericana.

Objetivos específicos

Identificar el sustrato antropológico, social y religioso del dalit, con base en

la doctrina y los fundamentos del hinduismo.

Establecer las principales características del cristianismo en la India y las

consecuencias de la persecución que enfrentan los cristianos dalits en

cuanto a la manifestación de su fe.

Reconocer la construcción de la teología cristiana asiática contemporánea

en el marco de la visión liberadora de la teología dalit.

1.5 METODOLOGÍA

a. Enfoque o tipo de investigación

22

El esquema metodológico que se siguió para este proyecto fue de tipo analítico

reflexivo; es decir, una vez se establecieron las características fundamentales del

fenómeno religioso del cristiano dalit en la India, se procedió a identificar las

razones y causas que lo sostienen, desarrollando una mirada crítica según los

presupuestos de la teología cristiana asiática contemporánea. En primer lugar, se

consideraron algunas premisas históricas, sociales y culturales del dalit en el

contexto del hinduismo para comprender su fenómeno religioso; seguidamente,

hubo una identificación sobre las características de la llegada del cristianismo a la

India, indagando sobre la conversión del dalit y la problemática posterior que ha

causado persecución. En tercer lugar, se analizó la manera como ha incursionado

la teología cristiana asiática, sobretodo el nuevo fenómeno de una visión

liberadora. A partir de ahí se construyó una definición de la teología dalit y se

matizó la sacramentalidad dalit, la comprensión del martirio en este contexto y las

repercusiones para todos los demás cristianos. En síntesis, se intentó hacer un

recorrido contextual en la teología cristiana asiática contemporánea, retomando

elementos cristológicos y eclesiológicos que fundamentan la fe en Cristo sin

importar las reprimendas del régimen social.

b. Plan de trabajo

Una vez evaluado el proyecto:

1. Se Leyeron las fuentes principales, señalando los elementos esenciales

para trabajar.

2. Se rescataron los elementos clave en cada una de las temáticas de los

autores, confrontando diversas opiniones y legitimando las fuentes.

3. Fue necesario mantener comunicación constante con el director disciplinar

y el asesor metodológico.

4. Se esquematizó cada capítulo del proyecto según las directrices

metodológicas y disciplinares.

5. Inició la redacción de los capítulos.

23

6. El director disciplinar valoró y confrontó cada capítulo, haciendo las

observaciones pertinentes.

7. Simultáneamente se iban presentando los informes respectivos de avance

al director disciplinar.

8. Se elaboraron las correcciones disciplinares y metodológicas indicadas en

cada capítulo y parte del proyecto.

9. Se llegó a una serie de conclusiones respecto a cada una de las temáticas

y se redactó el elenco de ideas pertinente.

10. Se entregó el documento final a la coordinación de investigación.

24

2. EL HINDUISMO: CONTEXTO SOCIORELIGIOSO DEL DALIT

Hablar del dalit lleva consigo no sólo la explicación de una raíz etimológica o el

proceso evolutivo de este vocablo, sino la asunción de una palabra que evoca

realidad, experiencia, existencia. Es por eso que sería inútil indagar cualquier tipo

de cuestión en la persona de dalit, sin antes proporcionarle un lugar en el tiempo y

en el espacio, un contexto propio, un marco situacional en el ámbito político,

geográfico, cultural y principalmente religioso, dentro de lo que comúnmente se ha

definido como el hinduismo, categoría inherente al complejo, misterioso e

inabarcable país de la India.

La India es un estado cuyo territorio abarca una superficie de 2.287.263 km2 que

se extiende desde las majestuosas cimas nevadas del Himalaya hasta las selvas

tropicales del Sur2. Y tiene una población no inferior a 1000 millones de

habitantes, razón por la que se comprende como el séptimo país más grande del

mundo, que podría considerarse incluso un verdadero subcontinente. India posee

gran riqueza en ambientes, tanto naturales como artificiales, manifestadas

principalmente en la majestuosidad de sus templos y en la expresividad de sus

deidades. Gracias a 5000 años de historia, cultura y civilización, se convirtió en

epicentro del arte, arquitectura y gastronomía. El idioma oficial es el hindi, hablado

aproximadamente por el 30% de la población. El inglés se utiliza generalmente

para asuntos oficiales y comerciales, aunque también la constitución india

reconoce 17 idiomas regionales. Entre otros se destacan: pujabí, bengalí, gujerati

2 Cf. OFICINAS DE TURISMO DEL GOBIERNO DE LA INDIA. India. New Jersey: Zeno

comunications Inc., 2001. p. 1.

25

y oriya que se hablan sobre todo en la parte norte del país y, el tamil y telegu, que

se hablan en el sur3.

En pleno siglo XXI, cuando la sociedad no gratuitamente tiende a ser una aldea

global, gran parte de la cultura oriental está lejana del conocimiento occidental;

bien sea por el escaso interés que despierta el acercamiento a otro modo de vida

o porque conociendo algo, prefiere usurparse a fin de hacerlo parecer como

propio. Aunque la India posea una gran riqueza y variedad en su fauna, en la

celebración festiva de colores, música y danza, en el uso avanzado de especias

medicinales y alimenticias, siendo un referente de paz, tranquilidad y relajación y

fusionando espiritualmente las grandes religiones del mundo, muchos prefieren

limitarla al tema de la reencarnación, del karma y de la vaca sagrada , lo cual es

quizás sólo el 2% de lo que podría ser toda una civilización. Aunque los siglos XX

y XXI han sido epicentro de grandes revoluciones, y la India se ha perfilado como

uno de los mayores países industrializados, la expectativa exagerada de lograr el

bienestar humano-económico con el desarrollo tecnocientífico, ha traído como

consecuencia la pérdida del sentido vital, producto de la ética de la sociedad de

consumo que suplanta los valores humanos con intereses comerciales y marca

aún más las diferencias entre ricos y pobres4.

La embajadora de la India en España, Suryakanthi Tripathi5, afirma que su país

debe hacer un gran esfuerzo para garantizar la libertad política, el desarrollo social

y la justicia económica de más de mil millones de personas. Por una parte se

destaca la economía de crecimiento rápido, pero mucha gente vive el umbral de la

pobreza; se encuentran las peores carreteras en un país con los mejores satélites

de detección a distancia, un país donde todavía no hay un sistema adecuado de

3 Cf. AGENCIA OPERADORA SECONTUR. La India, 1999. http://www.secontur.com/destinos/

programas/india/ india.htm. [Consulta: viernes, 23 de mayo de 2008]. 4 Cf. CELY GALINDO, Gilberto. El horizonte bioético de las ciencias . Bogotá: 3R editores, 5 ed.,

2001. p. 370. 5 TRIPATHI, Suryakanthi. La India entre la tradición y la modernidad. En: Hola Namaste, Embajada

de la India. No. 007. Madrid, 2006. p. 6.

26

educación en todas las zonas rurales, pero sus ingenieros conforman el 30% de la

planta de personal de Microsoft y de la NASA6.

Ahora bien, como el presente capítulo no consiste en vislumbrar cada elemento

constitutivo de la sociedad india, sino en ofrecer una pincelada sobre el ambiente,

realidad y perspectivas que salen al paso del dalit en sus diversas situaciones ; por

eso, a lo largo del proyecto se indicarán diversos aspectos para conjugar una

visión acerca del subcontinente indio.

Aún no se ha indicado el marco religioso que pervive en la sociedad india, la cual

ha dado origen y refugio a varias de las religiones más grandes del mundo. Por lo

pronto, es pertinente saber que de los mil millones de indios que hay en todo el

mundo, más de 980 millones viven en la India y un 80% de ellos son hindúes 7. En

el principio ―hindú‖ e ―indio‖ eran lo mismo, ya que los griegos que habían l legado

al valle del Indo con Alejandro Magno (326 a.C.) comenzaron a llamar a los

residentes junto a ese río ―indios‖, conocidos así también por los persas y los

romanos. Pero hoy se distingue entre indios e hindúes; es a partir del siglo XX que

―hinduismo‖ se empieza a designar como la religión india, aunque haya una

diferencia diametral con la cultura, el modo de vida y el imaginario de los indios8.

En todo caso, estos vocablos deben su nombre al gran río Hindu, que en sánscrito

se refería también al país por el que fluye. Y como el plural del nombre de la

región indicaba además al pueblo que vivía allí, se denominaron desde entonces

―hindúes‖ a la gente del Indo o el pueblo de la India, los indios9.

El cambio de significado de la palabra ―hindú‖ comenzó relativamente tarde, se

efectuó lentamente, aunque fue consumado por los europeos. Desde que los

musulmanes entraron en el año 712 en el valle del Indo, había en la India grupos

árabes y persas que no fueron incluidos entre los hindúes. Así, los indios

6 Cf. Ibid., p. 7.

7 KÜNG. Op. Cit., p. 83.

8 Cf. Ibid., p. 83.

9 KÜNG, Hans. El cristianismo y las grandes religiones. Madrid: Libros Europa, 1987. p.180.

27

convertidos al islam se empezaron a considerar como musulmanes y no como

hindúes. Desde el año 1000 d.C., cuando los musulmanes irrumpieron en la India

para crear un nuevo reino y saquear la población, sometieron grandes zonas, pero

sólo pudieron convertir una pequeña parte a la religión de Mahoma. Aquellos

indios que no se adhirieron al Islam y que tampoco eran budistas, comenzaron a

ser designados en adelante con la antigua palabra ―hindúes‖.

Aunque les dieron nombres diversos, siguieron uti lizando la palabra ―hindú‖ para

todos los seguidores de estas religiones extrañas de la India 10. Ya en el siglo XVI

fueron los europeos quienes por primera vez separaron los términos, aplicando la

expresión ―indio‖ para el ámbito secular e ―hindú‖ para el ámbito religioso, y de lo

cual se deriva el hinduismo. Siguiendo la pregunta de Küng, ―quién es hindú‖,

sería más fácil explicar quién no lo es. En otras palabras, es el indio que no es

musulmán, ni cristiano, ni judío; pero tampoco sij, ni jainí, ni budista. Dado esto, se

tendría un primer atisbo sobre el origen y contexto del dalit, quien no será definido

con exactitud, sin antes precisar los constitutivos de su marco socioreligioso: el

hinduismo, y del cual no puede aislarse sigilosamente.

2.1 APROXIMACIÓN AL HINDUISMO: ¿RELIGIÓN O RELIGIONES?

Panikkar coincide en la afirmación con diversos autores, que sostienen que el

hinduismo es tan amplio y complejo, que no podría delimitarse a una simple

definición; fundamentalmente, porque no es una religión, sino un grupo de

diversas religiones que van desde el más primitivo animismo hasta el más

abstracto advaitismo11. Se señalarán dos rasgos primordiales:

a. Debe considerarse el hinduismo como una religión que no puede ser definida,

dada la carencia de límites para circunscribirse. No tiene dogmas específicos ni

ritos particulares, ni siquiera organización propia. Sus ideas más relevantes como

10

Cf. Ibid., p.181. 11

PANIKKAR, Raimundo. El Cristo desconocido del hinduismo. Madrid: Marova, 1971. p. 26.

28

moksa (salvación), karma (acción) y dharma (deber) pueden ser interpretadas de

formas distintas.

b. El hinduismo no es una idea y por lo tanto, no quiere ser una idea coherente.

Como no es doctrina tampoco tiene necesidad de sujetarse a ninguna. Es más, el

mismo nombre de ―hinduismo‖ le es impropio, puesto que oscurece su naturaleza

real. El verdadero hindú nunca se llamará a sí mismo hindú. El mejor nombre que

podría darse es el de sanatana-dharma, en el sentido del famoso verbo del

Mahabharata: ―aquello que sostiene, que mantiene unidos al los pueblos es el

dharma‖12.

Con lo anterior quiere decirse, además, que la concepción ortodoxa del hinduismo

no apunta a una idea sino a una realidad viviente; no se trataría del campo de las

esencias, sino de la esfera de las existencias. Según Panikkar, el hinduismo

requiere una especie de metanoia, de conversión y penitencia para captar lo que

el sanatana-dharma sostiene respecto a su naturaleza. El hinduismo no pretende

mostrarse como verdadero, sino como la verdad desde un punto de vista

existencial13.

Dicha categoría existencial puede constatarse en una religión alegre, en la que

hay gente alborozada que se rocía mutuamente agua roja y polvos perfumados.

Celebran bajo la luz de la luna llena el festival holi, la última fiesta del calendario

hindú. Hay intercambio de regalos y un festejo de renovación de la vida en el que

las barreras sociales parecen eliminarse por algún momento 14. Sin necesidad de

profundizar mucho, porque el cometido de este proyecto no es el análisis

fenomenológico del hinduismo, podrían delinearse como ejes básicos de su

doctrina:

12

Cf. Ibid., p. 27. 13

Cf. Ibíd., p.27 14

KÜNG. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las dimensiones del mundo. Op. Cit., p. 95.

29

a. La literatura sagrada de los hindúes: el estudio del Veda o saber sagrado es el

primer testimonio de una cultura aria que se desarrolló a lo largo de un vasto

período de tiempo, aproximadamente desde el año 1500 a.C., en torno a ciertas

familias sacerdotales. Los ritos eran aprobados y compilados, y simultáneamente

armonizados, sistematizados y completados con las propias ideas. Así fueron

transmitiéndose oralmente de generación en generación. El Veda se divide en

cuatro colecciones15:

Rig-Veda: himnos a los dioses, surgidos en su mayor parte en el valle del

Indo entre 1700 y 1200 a.C.

Sama-Veda: manual para la formación del cantor durante el sacrificio.

Yajur-Veda: colección de textos de sacrificios.

Atarva-Veda: colección de textos y rituales mágicos y ocultistas.

b. Dioses del hinduismo: los hindúes consideran que todo surgió del Om, y el Om

es Dios. Del Om surgieron la Diosa Madre y la Divinidad, que está dividida en tres

partes, una especie de trinidad, si se quiere explicar a modo cristiano. Son Brahma

(Dios de la creación), Vishnú (Dios de la preservación) y Shiva (Dios de la

aniquilación). Habrían algunos consortes de estos dioses: las diosas, como

Saraswathi, diosa de la sabiduría, el arte, la cultura y la música; Lakshmi, esposa

de Vishnú y diosa de la prosperidad, y Parvathi, esposa de Shiva y diosa de la

energía y la fuerza. En el hinduismo suele repetirse que hay un solo Dios. Los

Vedas lo identifican con Brahmán16. Aquí también vale la pena resaltar la

importancia del rio Ganges, popularmente conocido como la Madre Ganga.

Algunos hindúes creen que es el espíritu de Shiva el que mora allí y mueve sus

aguas17. Dicen que si un hombre moribundo bebe agua del Ganges asegura su

15

Cf. Ibid., p. 96. 16

MOHANAMBAL, S. Vida y filosofía en la India. Barcelona: Srshti, 2001. p. 77. 17

Cf. Ibid., p. 94.

30

entrada al cielo cuando muera, y no sólo eso, el ritual del baño garantiza limpieza

de los pecados y restauración del karma18.

Guerra Gómez afirma sin mayor reparo que el hinduismo es politeísta y que sólo

en los 1028 himnos del Rig-Veda figuran 3339 dioses, pero suele hablarse de

unos 330 millones de deidades hindúes19. Esto resulta contrario a la explicación de

Mohanambal en su obra:

―krishna ha prometido que incluso si adoráis a mil formas de Dios,

mediante todas estas formas en realidad le estáis adorando a Él: no a Krishna, el avatar, sino a Krishna el Todopoderoso. Cuando rezáis a Jesucristo no estáis rezando a Cristo el hombre, sino a Cristo el Espíritu, el Todopoderoso‖

20

c. Reencarnación y fe en el karma: los indios nunca desarrollaron la creencia en la

reencarnación cíclica de los difuntos o la transmigración de las almas. En la

primera época védica se creía que los muertos con la incineración, llegaban

directamente a la condenación eterna del infierno o a la eternidad del cielo, pero

se pensó que quizá en el cielo había otra muerte y que los difuntos tendrían que

regresar a la tierra, llevar una nueva existencia, morir y subir otra vez al cielo.

Después, a juicio de los brahmanes se afirmó que son las obras lo que determinan

el destino después de la muerte. Con la palabra ―obra‖ surgió la famosa teoría del

karma (en sánscrito es obrar, hacer). Así, el modo de obrar, decidiría la forma de

la reencarnación21.

d. Rituales hindúes: existe una gran variedad de rituales que no habría espacio

para mencionarlos y menos aún, explicarlos todos aquí. En el Ganges, por

ejemplo, los fieles ofrecen flores de día, simbolizando el perfume de su

personalidad y una vez al año, las mujeres cuyo marido nunca volvió, envían

18

OPINIÓN VERBAL. Martin Bellerose (Doctor en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana)

ve en este párrafo una cercanía con las religiones mistéricas griegas. Bogotá, Octubre 7 de 2008. 19

Cf. GUERRA GÓMEZ, Manuel. Historia de las religiones. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1999. p.154. 20

Cf. MOHANAMBAL. Op. Cit., p. 95. 21

Cf. KÜNG. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las dimensiones del mundo. Op. Cit., p.100.

31

nostálgicamente río abajo luces flotantes para que el marido si aún vive regrese o

si murió, reciba un último saludo. Como si fuera poco, millones de personas viajan

a Varanasi para arrojar al Ganges las cenizas de sus familiares; otros prefieren

incinerar los cadáveres en el mismo río, ceremonia bastante costosa, originadas

en la ley del karma, con la esperanza de salir del ciclo de las reencarnaciones22.

No en vano se han puesto los datos anteriores, ya que guardan una estrecha

relación con el dalit y se retomarán posteriormente en modo comparativo. De igual

manera, sería útil recordar que al interior del hinduismo se han dado malas

interpretaciones. Por ejemplo, hay quienes huyen de sus responsabilidades y se

consideran Sannyasins o Shadhus23, llevando vidas de vagabundos, pero el Gita24

declara que nadie alcanzará la estabilidad y la paz rehuyendo de sus deberes,

porque el hombre debe estar haciendo siempre algo. Del mismo modo, es erróneo

asimilar el hinduismo a la túnica de un monje color azafrán (lo más visto en

Occidente) y nunca con un traje de tres piezas. Otros, supeditados al karma, se

niegan a hacer cualquier acto de elección y viven como gusanos de tierra25 bajo la

apariencia de un total sometimiento a Dios. También, hay quienes se comportan

mal y utilizan las Escrituras para apoyar sus acciones.

Algunos de los jóvenes hindúes ven su religión como un tabú que debe practicarse

a partir de los 60 años mínimo, y la consideran solamente una serie de dogmas,

aun sin haber leído ni una línea de los Vedas. Y otro de los errores más comunes

22

Cf. Ibid., p.122. 23

Un shadhu (Saa-dhu) es un asceta hindú o un monje. Es supuestamente la cuarta fase de la vida

de un hindú, después de estudiar, de ser padre y de ser peregrino. La tradición shadhu consiste en renunciar a todos los vínculos que los unen a lo terrenal o material en la búsqueda de los verdaderos valores de la vida. Por norma general un shadu vive incluido en la sociedad, pero

intenta ignorar los placeres y dolores humanos. Dedican la mayor parte de su tiempo a la meditación. Muchos de éstos se reúnen en determinadas fiestas como es el Kumba-Mela. Los shadhus son la respuesta en India para el sistema de valores. Han dejado atrás todas las ataduras

materiales y sexuales, y viven en cuevas, bosques y templos por toda la India. Existen alrededor de 4 ó 5 millones de shadhus hoy en día en el país, y son personas respetadas, veneradas e incluso temidas. Son mantenidos por todos los ciudadanos que les donan alimentos. Hay muchas

clases de shadhus. Algunos llegan a vivir en las montañas solos durante muchos años. 24

Cf. BAGAVAD GITA 18,47. 25

Cf. MOHANAMBAL. Op. Cit., p. 213.

32

es la afirmación de la vaca como una diosa. De ninguna manera. En la era védica,

las vacas eran una verdadera bendición para la comunidad, ya que le

proporcionaba la leche, la mantequilla y el yogurt; por eso se sentían en deuda

con ellas y les tenían cierta devoción, además por ser los únicos animales

domesticados. La mitología habla de una vaca celestial llamada Kamadhemu y de

hecho, Krishna fue vaquero y pasó la mayor parte de su infancia cuidando vacas;

pero lo que hoy debe entenderse es más bien el signo de maternidad y

fecundidad26.

Cuando se compara el hinduismo con otras religiones, tal como argumenta Von

Stietencron, quien conoce el islam y no lo acepta es tenido por obstinado y merece

el infierno; quien conoce el cristianismo y no lo sigue, acarrea la pérdida de su

alma; pero según los visnuítas del hinduismo, si una persona se entrega a otro

dios, no por eso queda privada de la gracia del Dios supremo, quien además, no

considera rivales a los demás dioses porque todos ellos existen por él y reciben de

él la plenitud del poder27. Es más, un hombre puede no creer en Dios y llamarse

hindú28, es decir, que el hinduismo quiere ir más allá de la simple creencia en un

dios. Pero el hinduismo no consiste en comer o no comer alguna cosa; su esencia

radica en una conducta recta, en la perfecta observancia de la verdad y en la no

violencia.

Una persona que come carne, pero observa las virtudes de compasión y verdad,

viviendo en el temor de Dios, es mejor hindú que un hipócrita que se abstiene de

comerla. Dice Gandhi que el hinduismo y todas sus religiones han sido pesadas

en la balanza y en definitiva, la verdad eterna es una, Dios es uno; cada uno siga

el camino de la verdad. ―Only then shall be true hindus‖29.

26

Cf. Ibid., p.197. 27

Cf. KÜNG. El cristianismo y las grandes religiones. Op. Cit., p.185. 28

Cf. GANDHI, Mahatma. What it is Hinduism? New Delhi: National Book Trust, 1994. p. 1. 29

Cf. Ibid., p. 26.

33

2.2 EN TORNO A LA SOCIEDAD HINDÚ Y EL SISTEMA DE CASTAS

Definitivamente, más de 200 años del gobierno colonial británico y un sistema

democrático de medio siglo no fueron suficientes para resolver el problema central

de la India: la pobreza que sigue siendo aterradora, sumándole el analfabetismo y

el fatalismo de las masas. Hay quienes proponen como causa principal el

incremento de la población, pues en los últimos 50 años desde la independencia,

se ha dado un aumento de más de 500 millones de personas 30.

Efectivamente, ya no hay grandes hambrunas y junto a las clases sociales ricas ha

crecido una clase media urbana acomodada, que tiene frente a sí, la clase baja,

pobre, analfabeta y desamparada, sobre todo en los barrios urbanos. Sería más o

menos un 30%. A esto se suma la contaminación del aire y la destrucción de

bosques y ríos que van alcanzando peligrosas dimensiones. ¿Será responsable

de esto la religión? ¿O la política? Quizás no tanto como sus dirigentes, quienes

se han despreocupado de las necesidades del pueblo. Esa misma clase

gobernante, que tiene una visión global de la India, que habla inglés y que

mantiene un poderoso gobierno central, una India políglota y pluricultural, es

culpable también de la pobreza y el retraso indio31.

Siguiendo las palabras de Küng, el proceso de modernización, urbanización y

democratización que en Europa eliminará la estructura estamental, también altera

en la India el sistema de castas. El primer gobierno indio, después de la

independencia en 1947 estableció la igualdad de todos ante la ley, suprimió las

desventajas legales de la estructura de castas y posibilitó en un comienzo el libre

acceso de todas las personas a cualquier institución de la nación. Pero antes de

30

Cf. KÜNG. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las dimensiones del mundo. Op. Cit., p.129. 31

Cf. Ibid., p.130.

34

profundizar el sistema de castas, sería conveniente un análisis fenomenológico de

la sociedad hindú como tal, tomando tres categorías de personas32.

En primer lugar los letrados. Hasta hace poco las estadísticas indicaban unas 67

universidades en la India, tres de las cuales tienen más de 100 años de

antigüedad; aditivamente unos 42 institutos de carácter técnico y científico. En

1947 el número de estudiantes universitarios superaba los 230.000 y en 1965

aproximadamente 1.300.000. No obstante esta minoría no es el grupo dirigente, ni

el destino del país está en sus manos, lo cual no quiere decir que no sean tenidos

en cuenta, sino que en la actualidad el gobierno indio está formado por varios

estamentos que no son totalitariamente letrados.

Este tipo de hombre o mujer podría asimilarse a un desarraigado porque ha sido

separado de su tradicional cultura india; da la impresión de querer más bien una

mentalidad y cultura occidental. Se consideran a sí mismos como personas

eruditas y adoctrinadas, que si mantienen algo de su cultura tradicional, preferirían

quitar esos sentimientos para dejar de lado unas costumbres que creen

deplorables y que han causado más bien retraso y problemas a la India. Ven la

grandeza de la India como un campo utópico, útil como símbolo de poesía y de

arte, pero ineficaz como factor real para la estructuración del presente33; esto

llevaría a una visión más teórica, a comprender todo lo indio con categorías de

intelectualidad, dejando sin menoscabo todo un conjunto de tradiciones eximias.

Para los letrados la religión carece de importancia, es trivial y superficial. Podría

asimilarse más bien como un asunto individual. Si la persona tiene necesidad de

un culto que se adhiera, pero según ella, para la construcción de una sociedad es

casi irrelevante. La religión se puede sustituir por los valores del mundo: la

democracia y la ciencia. Ellos entienden la democracia como justicia, la cual

32

Propuesta elaborada por Panikkar en su obra: Misterio y revelación. Hinduísmo y cristianismo:

encuentro de dos culturas. 33

Cf. PANIKKAR, Raimundo. Misterio y revelación. Hinduísmo y cristianismo: encuentro de dos culturas. Madrid: Marova, 1971. p. 31.

35

requiere más atención que la misma religión. En general, la actitud de este grupo

es de indiferencia o falta de interés. Puede verse que sus aspiraciones están

concentradas en otra cosa, donde no se respire una presencia divina.

En segundo lugar están los ortodoxos. No es fácil establecer una cifra sobre la

cantidad de instituciones religiosas hindúes que hay actualmente en la India, de

cualquier forma son miles las que enseñan esta sagrada doctrina. Apuntando a un

asram34 por decena de pueblos se tendrían aproximadamente 70.000 baluartes de

la ortodoxia35, diciendo que además hay unos 7.500.000 religiosos (sadhu) cuya

presencia indica que el hinduismo tradicional no es cosa del pasado. Aunque no

todos los que se ven vestidos de color azafrán cumplan los requisitos de

desprendimiento y santidad que deben cumplir y aunque no están completamente

iniciados en el hinduismo, muchos de ellos poseen un conocimiento profundo de

su grupo religioso particular.

En el fondo, estos grupos ortodoxos que representan la inteligencia hinduista

temen una profunda crisis, no tanto en el sentido de degradación cuanto de saber

sortear los diversos caminos que le salen al paso a su experiencia religiosa.

Afirman que el hinduismo ha sobrevivido a toda clase de ataques y también ahora,

podrá adaptarse a los nuevos cambios generados en la cultura. Pero hay quienes

mantienen una conciencia de ultraderecha, que se niegan a cualquier apertura en

34

Un āśrama, en el hinduismo, es un lugar de meditación y enseñanza hinduista, tanto religiosa como cultural, en el que los alumnos conviven bajo el mismo techo que sus maestros. En idioma

sánscrito, ā-śrama significa ‗lo que lleva al esfuerzo‘ (siendo ā un aumentativo, y śrama: ‗esfuerzo, ejercicio [tanto físico como mental], mortificación corporal, austeridad‘). En los áshram se suelen impartir clases de meditación y pueden realizarse también talleres y cursos de terapias orientales.

Además son el lugar donde deben vivir los sannyasis (hinduistas que han decidido retirarse de la vida mundana y que no viven en un punto fijo, sino que van de áshram en áshram). Su funcionamiento es parecido al de los monasterios en la Edad Media ya que funcionan a la vez

como lugar de retiro, hospedería, comunidad, escuela y dispensario público. 35

Cf. PANIKKAR, Misterio y revelación. Hinduísmo y cristianismo: encuentro de dos culturas. Op. cit., p. 35.

36

los tiempos modernos y contrariamente los de izquierda, que no ven dificultad en

que el hinduismo genere una nueva conciencia religiosa36.

Tomando esa actitud ortodoxa hinduista, puede creerse que progresivamente, en

el marco cultural de la India está desapareciendo la fe para dar su lugar a la

ciencia, y que aquello que el pueblo siempre ha creído, se está catalogando como

pura superstición y fe ciega. Sin embargo, es una doctrina que entiende que la

verdadera fe no es más que otro nombre de la razón y la ciencia. De ahí que un

primer aspecto de la antinomia es la consideración de la fe como la misma ciencia

y en segundo lugar, la ciencia elevada al nivel de la fe. La actitud religiosa de este

grupo podría resumirse en optimismo, con la convicción firme de que el hinduismo

sobrevivirá y continuará floreciendo. No basta con creer que es eterno, sino que la

experiencia lo demuestra. La fe científica no puede padecer un complejo de

inferioridad, puesto que ella ha previsto lo que la ciencia ahora está conquistando.

Finalmente sería necesaria una actitud conciliatoria, dado que según ellos, el

hinduismo, bien comprendido, es superior a cualquier otra forma de religión

porque es universal en su doctrina, más no por eso condena las otras formas de

culto.

Y en tercer lugar se encuentra el pueblo. India tiene casi 600.000 pueblos y más

del 80% de la población total vive en ellos, es decir, unos 700 millones de

personas, cuya gran mayoría es analfabeta, pues no sabe leer ni escribir. Hay

algunas diferencias entre hombres y mujeres, principalmente, que hay unos

valores determinados para el ser masculino y otros propios del ser femenino.

Existe un valor inconsciente del pueblo, por el cual aceptan como verdadero que la

vida es un don dado sin previa consulta y que la existencia está ahí y eso es lo

que en definitiva importa. Con frecuencia se ha dicho que el indio no tiene

sensibilidad ante la naturaleza; pero lo que sucede es que carece de ella porque

no la necesita, porque él mismo es naturaleza, él es una cosa más en el cosmos,

36

Cf. Ibid., p. 36.

37

no es un extranjero ni peregrino; tampoco es el dueño, sino un fragmento del

todo37. Por eso su religión es cósmica y actúa al ritmo de la tierra por el dinamismo

del universo entero.

Dicha actitud también consiste en una toma de posición frente a los principales

problemas de la vida. Hay un conocimiento del significado de las cosas, pero no

una reflexión sobre el significado del significado; es decir, ni siquiera una crisis de

fe en el sentido cristiano. Si la vida tiene una finalidad, la tiene por sí misma y no

hay que atormentarse buscándola. Con todo, el núcleo fundamental de su religión

no serían apelaciones dogmáticas al entendimiento, ni una ética que exige el

asentimiento de la voluntad, sino más bien, una consagración de todo ser, al Único

que es, aunque adopte muchas formas.

Por otra parte, Panikkar recuerda que en un pueblo indio todo está regulado como

en un monasterio. No sólo hay castas y subcastas, por lo que nadie puede vivir

aislado, sino que también hay jerarquía para todos38. Hay quien saluda primero y

tiene una forma propia de debe hacerlo; hay quien puede llamar a una mujer por

su nombre o el del esposo; quien debe comer primero, quien puede realizar este

trabajo y quien otro. Cuando se le pregunta a alguien quién es, es preguntarle de

dónde viene, quién es su padre, cual es su casta, cuál su formación, su riqueza.

Así pues, la jerarquía penetra toda la vida y por supuesto la religión. De esta forma

se ha llegado al tema de las castas, bastante controvertido, no sólo en la India

sino en el mundo entero, ¿cuánto más lo será el dalit?

La palabra sánscrita significativa de casta es ―varna‖ (masculino). Significa ―color‖,

―cualidad‖ o la naturaleza particular de un ser, su individualidad, que en parte se

confunde con el nama (nombre). La identificación de ―color‖ y ―casta‖ es una

designación de resonancia racial y también social, pues el color blanco, rojo, azul

y negro son el distintivo tradicionalmente correspondiente a cada una de las cuatro

37

Cf. Ibid., p. 43. 38

Cf. Ibid., p. 47.

38

castas. Pero ―casta‖ es el nombre dado por los portugueses y se deriva del latín

―casta‖, es decir, puro, no mezclado39. Siguiendo el Bhagavad gita, “las cuatro

divisiones de la sociedad humana fueron creadas por Mi conforme a las tres

modalidades de la naturaleza material y al trabajo atribuido a ellas. Y aunque soy

el Creador de este sistema de trabajo, debes saber que siendo inmutable, Yo no

trabajo” 40.

El Señor es el Creador de todo. Todo nace de Él, Él lo sustenta todo y después de

la aniquilación, todo reposa en Él. Por lo tanto, Él es el Creador de las cuatro

divisiones del orden social, las cuales comienzan con la clase de hombres

inteligentes llamados técnicamente brahmanes, debido a que están situados en la

modalidad de la bondad. Después está la clase administrativa, llamada

técnicamente los ksatriyas, debido a que están situados en la modalidad de la

pasión. Los comerciantes llamados Vaisyas, están situados en la mezcla de la

pasión e ignorancia, y los sudras, o sea la clase obrera, están situados en la

modalidad de la ignorancia de la naturaleza material.

A partir del Bhagavad Gita, se orienta el sistema de las cuatro castas

fundamentales:

a. Los brahmanes: o sacerdotes intelectuales. Por ellos se lleva a cabo la

realización y transmisión de la doctrina y de los ritos tradicionales. En la

actualidad no tienen el poder político como sucedía antes, ni el de los

medios de comunicación social, ni el pecuniario; pero su influjo social es

muy grande, quizá ahora mayor que antes por la vigencia de sus creencias

y el sistema de vida (vegetarismo, no violencia, respeto a la vaca, etc.). Sus

ocupaciones se limitan a estudiar, enseñar e interpretar los escritos

sagrados y ofrecer sacrificios por la comunidad41. En ellos se habla de un

39

Cf. GUERRA GÓMEZ. Op. Cit., p. 165. 40

SWAMI PRABHUPADA, Bhaktivedanta. El Bhagavad-gita tal como es. Sydney: 1971. p. 93-94. 41

Cf. DHAVAMONI, M. El cristianismo y las sociedades basadas en un sistema de castas. En: Concilium, revista internacional de teología No.147. Verbo Divino, Pamplona. 1999. p. 536.

39

segundo nacimiento que tiene lugar entre los 12 y 13 años de edad cuando

reciben el mantra de la iniciación y el cordón sagrado que los diferencia de

las demás castas. Generalmente, un brahmán dedica unas tres horas

diarias a la celebración de sus ritos peculiares, de reglas muy complicadas

y minuciosas. Se dice que si abandona sus ritos bajo el pretexto de haber

perdido la fe, sería despojarse de su ser social y causar un daño a la misma

sociedad42.

b. Los ksatriyas: o nobles y guerreros. Podrían definirse como los detentores

del poder temporal, de las funciones administrativas, judiciales y de

gobierno. A esta casta pertenecieron los fundadores del budismo y el

jinismo; a ellos se les encomienda proteger al pueblo mediante el buen

gobierno y una buena administración43. Normalmente aparecen como

médicos en farmacias ayurvédicas que siguen curando con certeza

ancestral a base de plantas y minerales, o también como profesores de la

universidad de Benarés, la más grande de Asia y uno de los pocos lugares

en los que la enseñanza del yoga e incluso la astrología se consideran

como parte del currículo académico44.

c. Los vaisías: cuya función y competencia de casta abarca la agricultura, la

ganadería y el comercio. Ellos tenían la misión de emprender negocios y

cultivar la tierra. Pero en sí, son comerciantes con bazares y mercados que

se organizan por oficios.

d. Los sudras o menestrales servidores: son encargados de los trabajos

necesarios que aseguran lo puramente material de la comunidad y cuyo

destino natural es servir a las tres castas superiores. Guerra dice que

42

Cf. GUERRA GÓMEZ. Op. Cit., p. 166. 43

Cf. DHAVAMONI. Op. Cit., p. 536. 44

CAMINO, Hari. Varanasi, el Aleph, 2001. En: http://www.babab.com/no09/varanasi.htm. [Consulta: viernes, 23 de mayo de 2008].

40

descienden de los matrimonios mixtos entre los indoeuropeos vencedores y

los vencidos. Pero la participación en la tradición hindú sólo es plena para

las tres primeras castas, los únicos que han nacido dos veces. La

participación de los sudras es únicamente virtual e indirecta45, de manera

que su injerencia en el culto es prácticamente nula. Pueden ser

barrenderos, albañiles o porteadores que no hablan hindi, pero mantienen

una devoción por sus dioses46.

Retomando las ideas anteriores, el sistema de castas en la India es un fenómeno

complejo, estrechamente vinculado a las instituciones sociales, económicas,

políticas y religiosas del país. Así, una casta es un grupo endógamo, con un

nombre común, y cuyos miembros, más vinculados entre sí que con los demás

sectores sociales, se dedican a una sola ocupación o a varias análogas y forman

una unidad homogénea. Si se pregunta acerca del origen de las castas habrá

quien dirá que viene de la especialización de los oficios, pero a decir verdad, no es

más que un fenómeno social, por mucho que determine la opción profesional. Otro

dirá que es un orden estamental inventado por los sacerdotes, aunque resulta que

el sistema de castas no es sólo un fenómeno religioso al que los brahmanes han

contribuido en su estructuración47.

Según Küng, la explicación estaría más bien en el conjunto del desarrollo histórico,

ya que no puede negarse que los invasores arios quisieron mantenerse apartados

de la población autóctona de piel oscura y conservar su pureza, y fue ahí cuando

se formaron esas varnas o agrupaciones que pronto se concibieron a sí mismas

como instituciones religiosas con un orden jerárquico y una denominación común.

Más arriba se indicaba cómo en el Bhagavad Gita había una explicación al

sistema de castas, un mandato de Krishna; pero también en el Rig Veda, podría

45

Cf. GUERRA GÓMEZ. Op. Cit., p.167. 46

Cf. CAMINO, Op. Cit., [Consulta: sábado, 24 de mayo de 2008]. 47

Cf. KÜNG. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las dimensiones del mundo. Op. Cit., p. 91.

41

darse una explicación a este movimiento piramidal; se trata de un himno a

Purusha, un ser cósmico primigenio, del que salió todo el universo.

El uno El ser primigenio con miles de cabezas,

con miles de ojos, miles de pies, cubre, por completo todos los lugares de la tierra… sólo él es este mundo entero

y lo que había en él y lo que perdura en el futuro, él es dueño de la inmortalidad…

Cuatro vedas de él, la víctima ofrecida en holocausto,

han surgido los himnos y cánticos… y las fórmulas que hay de sacrificio. Animales de él proviene el corcel y todo lo que hay

Con dientes cortantes en ambos lados, De él han surgido las variedades de vacas, Las especies de las cabras y las ovejas.

Clases de hombres En Brahmán se convirtió su boca, Los brazos se han vuelto soldados, El comerciante salió entonces de los muslos,

De los pies el siervo… Cielo y tierra el reino del aire salió de su ombligo, El cielo de la cabeza,

La tierra de los pies, Del oído los polos, Así fueron hechos los mundos

48.

En la edad media es cuando comienza a predominar el rigorismo de las castas, lo

cual predetermina no sólo el matrimonio sino la profesión y el prestigio social del

individuo. De igual modo, pasa con la pureza ritual. Una persona se tiene por

impura a causa de un simple roce corporal con castas inferiores, incluso la comida

en común y el comercio sexual. En este caso, tendrá que purificarse cuanto antes,

y para eso los diversos preceptos, ritos, mandamientos o también la excomunión.

Como ya se había dicho, una casta implica la idea de especialización hereditaria.

Por lo tanto, el hijo del herrero será herrero, y el del guerrero, guerrero; sea

competente o no lo sea, quiera o no. La ocupación de la familia no es un derecho

sino un deber que tienen los hi jos. Es como una desigualdad con iguales derechos 48

RIGVEDA, Himno a Purusha. En: KÜNG. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las dimensiones del mundo. Op. Cit., p. 92.

42

y privi legios49. Por citar un caso concreto, los brahmanes no comerían comida

cocida por no brahmanes50.

Ahora bien, desde los análisis de la pureza ritual se ha evidenciado un quinto

grupo que no hace parte de la escala piramidal de castas: los parias51 o

descastados. Se dice que en la actualidad ascienden a unos 105 millones. Los

miembros de castas superiores no pueden entrar en la casa de un paria, ni en un

lugar donde éste se encuentre, ni comer en su presencia, ni beber el agua sacada

por él, ni recibir nada de sus manos, ni utilizar algo usado por ellos, etc. En

algunas regiones de la India pueden salir de sus chozas y andar por las calles solo

de noche, además de ser explotados en sus trabajos, servicios e incluso en sus

cuerpos. Aquí se ha llegado a un punto álgido de este proyecto, a la comprensión

que se tiene del paria, del intocable y descastado, pero especialmente aquel que

se ha convertido al cristianismo y sin embargo vive dolorosamente la opresión del

régimen hinduista: el dalit. Juntando las categorías sociales se podría construir el

esquema piramidal:

Figura 1. Escala piramidal de castas

¿Dalit?

49

Cf. DHAVAMONI. Op. Cit., p. 537. 50

Cf. THAROOR, Shashi. India from midnight to the millennium. New Delhi: Penguin Books, 2000. p. 104. 51

Paria es un término tamul, nombre europeo de los llamados asprisya o intocables por los indios.

Brahmán

Ksatriyas

Vaisías

Sudras

43

Es claro que la función del Brahmán teóricamente consiste en rezar, y la del sudra

en trabajar y servir a las castas superiores, ¿cuál será la del intocable? Pero como

dice Panikkar, la igualdad no es un concepto igualitario sino relativo. Significa que

cada uno será juzgado o se le pedirá cuentas proporcionales a lo que haya

recibido o se esperaba de él. Es decir, que todos los códigos y costumbres

judiciales en la India, empezando por las leyes de Manu52, tienen reglas y castigos

diversos para los mismos delitos, de acuerdo a las castas que los cometan53.

Dado que hay una conciencia que respeta el karma de cada uno, las castas

inferiores estaban convencidas de que se puede alcanzar la perfección

cumpliendo los deberes de la propia casta, sin salirse de ella; así que era más

importante observar las obligaciones propias que la exigencia de derechos y

privilegios, y quizá esa sea una de las razones de supervivencia del nefasto

sistema de castas hasta hoy, a pesar de sus aspectos negativos como el rígido

concepto de jerarquía social, la teoría y la práctica de la contaminación, el

nacimiento como hecho determinante para seleccionar ocupaciones y darle una

posición social estática.

Sostiene Wadia: “lo peor de todo es que la India se ha convertido en la patria de la

intocabilidad e inaccesibilidad, rasgos que la han marcado con la maldición de

Caín”54. La cuestión de la contaminación55 alcanzó tales proporciones que se llegó

a considerar el contacto y la mirada de los intocables como contaminante, hasta el

punto que ellos se vieron privados de todos los servicios comunitarios, como la

52

El Manu Smriti también llamado Mānavá śāstra dharma y Manu Samhitā, traducido como Leyes

de Manu, se considera un texto importante de la ley hindú y de la sociedad antigua de la India. Es uno de los 18 smritis del Dharmashastra (no es parte de la literatura shruti, ―directamente revelada por los dioses‘). Contiene 2031 (o 2648) versos, divididos en 18 capítulos, que presentan reglas y

códigos de conducta que debían ser aplicados por los individuos y la sociedad. Algunas de esas leyes codifican el sistema de castas y las etapas de la vida de los ―nacidos dos veces‖ (miembros de las tres castas superiores). 53

Cf. PANIKKAR, Raimundo. Misterio y revelación. Hinduismo y cristianismo: encuentro de dos culturas. Op. Cit., p. 47. 54

WADIA, A.R. Contemporary Indian Philosophy. New Delhi: Macmillan, 1936. p. 238. 55

La contaminación hace parte de las fuertes tradiciones del hinduismo. Con ella se señala un grado de impureza presente en los intocables o descastados, lo cual les impide tener contacto con las personas de casta.

44

utilización de vehículos, entrada en los templos, escuelas y asistencia médica y

otras más por temor a ser contaminado56.

La realidad dalit es cada vez más discutida en la sociedad actual. Es

prácticamente inconcebible el abismo existente entre la cuestión legal y el

contexto social. Hoy, en las zonas rurales es quizá donde más se enfrenta la

cuestión, pues a menudo en el centro de la aldea viven los brahmanes y las clases

superiores, en torno a ellos los sudras, y en la periferia o en poblados propios, los

―sin casta‖. Pero si se habla de proceder a la total eliminación de las castas, se

llegaría consigo también a la eliminación de un sistema económico que si bien no

es el mejor, se mueve en niveles de ayuda y solidaridad mutuas.

Por su parte dice Küng que en las ciudades más pobladas, donde afluye cada vez

más gente, parecen borrarse progresivamente los límites de las castas, dado el

estrecho contacto a nivel laboral57. Por citar un caso, un brahmán puede vivir en la

pobreza y ganarse la vida como cocinero o guía turístico, mientras que hay clases

superiores que se han enriquecido llevando diversos negocios. De hecho, no son

los brahmanes sino los vaisías o comerciantes, los que están mejor situados

económicamente. Pero también es cierto que los descastados e intocables han

logrado un liderazgo político propio bastante interesante, aunque no lejano a la

batalla mezquina, que marca dimensiones sorprendentes.

Hoy el sistema de castas tiene que ser revisado profundamente, ya que si bien en

una época determinada hizo parte de una sociedad floreciente, las actuales

generaciones pregonan unánimemente su inviabilidad. Se requiere por tanto, una

urgente reforma educativa y social para reducir con prontitud los abismos entre la

élite de habla inglesa y las masas indias, pero p rincipalmente los grupos que se

consideran de linaje, como aquellos que se sienten relegados. Realmente, es un

signo de esperanza que el intocable (y con una esposa cristiana) elegido con una 56

Cf. DHAVAMONI. Op. Cit., p. 538. 57

Cf. KÜNG. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las dimensiones del mundo. Op. Cit., p. 131.

45

inmensa mayoría presidente del Estado, K.R. Narayanan, en agosto de 1997 en el

quincuagésimo aniversario de la Independencia, apelara a la gran tradición ético-

religiosa de la India:

―India tiene el singular honor de mostrar al mundo que no sólo de pan vive el hombre. Los valores culturales, morales y espirituales fueron

siempre los pilares de la sociedad. Y es precisamente aquí, donde India se enfrenta con el mayor reto, debido al debilitamiento en la vida pública de esa estructura básica, moral y espiritual. Los males del comunalismo,

de la estructura de castas, de la violencia y sobre todo de la corrupción, son la ruina de la sociedad india actual‖

58.

2.3 VISIÓN LIBERADORA DESDE EL HINDUISMO: EL DALIT, ¿QUIÉN ES?

Partiendo de la situación aberrante del sistema de castas, dentro de la misma

sociedad hindú, han surgido fuertes movimientos de oposición a las ideas de

discriminación y separación social por razón de la casta. En el fondo, se busca

invocar el valor de la fraternidad universal, la racionalidad, el liberalismo y las

nociones de igualdad y justicia. Esto ya lo hacían los grandes bahktas59

repudiando el sistema de castas y predicando la unidad y fraternidad de la raza

humana basado en la paternidad de Dios.

Al paso del tiempo se fue imponiendo entre los no brahmanes el cambio de un

nivel social a otro, ya que el único criterio para clasificar a los brahmanes era el

nacimiento. Del mismo modo se registró en las castas inferiores una tendencia

gradual a atribuir la condición brahmánica a sus propios grupos por razones de

superioridad social. En los estudios de M.N. Srinivas es lo que se ha denominado

―sanscritización60‖, lo que alude a cambios culturales y estructurales de la

sociedad61.

58

Ibid., p. 133. 59

Bhaktas significa amantes de Dios. vaisías y Saivas del sur de la India. 60

Se conoce como sanscritización al proceso de incorporación de los grupos tribales a los escalones bajos del sistema de castas de la religión hindú, adoptando su tradición clásica escrita

en sánscrito. 61

Cf. SRINIVAS, M.N. Caste in modern India: and other essays. Bombay: Asia publishing house, 1962. p. 58.

46

A este respecto, fue quizá Gandhi quien más fuertemente luchó por la abolición

del sistema de castas:

―La casta no tiene nada que ver con la religión. Estoy convencido de que

es nociva para el progreso natural y espiritual. La ley del varna nos enseña que cada uno de nosotros debe ganar su pan siguiendo la profesión ancestral. Pero no define nuestros derechos sino nuestros

deberes. No hay profesión demasiado baja ni demasiado alta. Todas, son buenas, justas y absolutamente iguales en categor ía. La profesión del brahmán y la del barrendero son iguales; su fiel desempeño tiene el

mismo mérito ante Dios. la esencia del hinduismo es su afirmación de un único Dios como Verdad, y en su audaz aceptación del ahimsa

62 como

ley de la familia humana‖63

En otro apartado Gandhi también afirma que la intocabilidad no era parte del

hinduismo y si lo era, tal hinduismo no era para él64. Hay también un gran

personaje que ha consagrado su vida a la eliminación de la intocabilidad y la

injusticia social derivada de ella: B.R. Ambedkar65. Supuestamente el cambio

radical del sistema de castas surgió con la implantación de la constitución india,

62

Concepto hindú traducido habitualmente como no violencia y que es central en el pensamiento gandhiano, resume la vocación de absoluto respeto hacia toda entidad viviente, ya sea humana o animal, pues la vida es considerada como Una y Sagrada. Expandido y enriquecido a través d la

historia, equivale a un estado moral que inhibe todo acto que pueda perjudicar a cualquier criatura. Gandhi no sólo llevó los principios de la ahimsa a su mayor expresión dinámica, sino que la expandió hacia la sathyagraha (sostenimiento de la verdad, el resistir la ignominia mediante

recursos no violentos). (En: GANDHI. Reflexiones sobre la no violencia). 63

GANDHI, M.K. Caste must go and the sin of untouchability (compiled by R.K. Prabhu). Ahmedabad: Navajivan, 1964. p. 10-11. 64

Cf. GANDHI, Mahatma. What it is Hinduism? New Delhi: National Book Trust, 1994. p. 39. 65

Bhimrao Ramji Ambedkar (14 de abril, 1891—6 de diciembre, 1956) Fue un jurista, académico y político hindú, conocido por su larga lucha en favor de los derechos de la casta intocable a la que

pertenecía, as í como por su conversión al budismo. Tras superar numerosos obstáculos sociales y económicos, Ambedkar se convirtió en uno de los primeros intocables que consiguieron una educación universitaria. Tras ello, viajaría a los EE. UU. e Inglaterra, donde obtendría diversos

títulos de licenciado y doctor en leyes, economía y ciencias políticas. Siendo un conocido académico, Ambedkar pasó varios años ejerciendo la abogacía antes de empezar a publicar en artículos periodísticos llamando a un reconocimiento de los derechos sociales y políticos de los

intocables. Así, pasó a convertirse en un organizador y agitador político, construyendo partidos y organizaciones de los intocables, ocupando puestos legislativos en los conejos del Raj. Con el tiempo iría radicalizando sus críticas tanto en contra de la ortodoxia social hinduista como contra el

islam. A pesar de ser también un severo crítico del Partido del Congreso, fue designado como ministro de leyes durante la primera legislatura de la India independiente y presidente de la comisión encargada de redactar la constitución. Su labor abriría un marco legal el camino para la

consecución de derechos políticos, sociales y económicos para los intocables y otras comunidades étnicas sociales y religiosas del país. En los años cincuenta, Ambedkar, junto con cientos de miles de sus seguidores, se convirtió al budismo, condenando la filosofía hindú por su división de castas.

47

promulgada el 26 de Enero de 1950 por el Doctor Ragendra Prasad, electo primer

presidente de la República India. Comprende esta constitución en su forma

original 395 artículos distribuidos en dos partes, a las que se suman 8 anexos, y

resulta una de las constituciones más largas del mundo. Con ella, la India deja de

ser un dominio, el respeto a los derechos fundamentales y el objetivo de una

política de progreso según las orientaciones dadas en el preámbulo de la

constitución, dan legitimidad al nuevo régimen66; entonces, se comprendió que la

libertad está destinada por igual a todos los sectores de la sociedad.

Todos los ciudadanos son iguales, sin importar la pertenencia a una casta

determinada; esto implica el trato equitativo de los ciudadanos en el uso de sus

derechos. El artículo 19 se refiere a la libertad que garantiza la constitución; el 14

afirma la igualdad, y el 17 proclama la abolición de la intocabilidad, de lo cual

lastimosamente no se ha enterado el dalit.

Dalit67 puede significar:

a. Roto, despedazado, dividido.

b. Abierto en canal, distendido.

c. Partido en dos.

d. Dispersado.

e. Pisoteado, aplastado, destruido.

f. Expuesto, manifiesto.

En palabras más sencillas el dalit es el intocable, el paria. Es completamente

impuro, especialmente por su ocupación. A ellos les toca retirar los cadáveres de

animales, trabajar el cuero, realizar labores de limpieza, etc. Ante la pregunta por

el origen será más factible creer que posiblemente los dalits fueron pueblos

66

Cf. DORÉ, Francis. Los regímenes políticos en Asia. 2 Ed. México: siglo veintiuno, 1997. p. 34. 67

La palabra dalit en Marathi literalmente significa ―roto‖. Primero fue usada por Tjotiba Phule y luego popularizado por Ambedkar.

48

conquistados y reducidos a la esclavitud. Quizá se trató simplemente de pobres

obligados a ganarse la vida realizando trabajos de baja categoría 68.

Es difícil definir el dalit sin expresar que su punto de referencia es ser lo más bajo

de los verdaderamente oprimidos y aplastados, además de ser una opresión

acumulativa. Como se ha mencionado, sus trabajos son de baja categoría, a no

ser jornaleros esclavos de un señor por razón de los préstamos injustos de los

terratenientes. Los servicios comunes como los pozos de las aldeas, los templos y

parques están fuera de su alcance en la práctica, cuando en la teoría se indica

todo lo contrario. En cuanto a lo religioso son ritualmente impuros69. Sus dioses y

diosas son siervos de los dioses importantes de la mitología popular.

Como puede verse, no es más que una cultura de discriminación que marca

diferencias nefastas y que siempre ubicará a una persona en una casilla

determinada. Como si fuera poco, las mujeres dalits son las más vulnerables al

tener que someterse a toda clase de abusos. El dalit, inmerso en su cruel realidad

no hace más que moverse entre la sumisión contra su voluntad y la ira impotente.

Ha sido un sistema social tan fuerte que muchos dalits intentan escapar de él,

refugiándose en otras religiones con la esperanza de probar mejor suerte. Pero

este es un cometido delicado, que se puntualizará en el siguiente capítulo,

tomando como categoría teológica el dalit cristiano. Ahora bien, la cuestión se

68

Cf. AMALADOSS, Michael. Vivir en libertad: las teologías de la liberación del continente asiático. Navarra: Verbo Divino, 2000. p. 46. 69

Juergensmeyer observa que aunque los intocables observan realmente las costumbres de

deferencia y reserva ritual hacia las personas de castas más altas y bajas que la suya, a menudo conceptúan estas costumbres en términos de tabúes ordenados por dios o de naturaleza totémica más que de contaminación. Además, entre ellos no observan (y siguiendo una lógica estricta no

pueden hacerlo) los tabúes de contaminación, incluso en asuntos no ligados directamente a los aspectos contaminantes de sus ocupaciones tradicionales. Juergensmeyer concluye que debido a que otros consideran que todo lo que tocan (los intocables) se contamina con el mero acto de

tocar, la diferencia entre lo puro y lo impuro apenas tiene algún significado para ellos. En este sentido el estigma de la intocabilidad los ha liberado del concepto de impureza. ritual totalmente. Por otra parte, el hinduismo considera que la muerte y el nacimiento están relacionados

con la impureza ritual, la cual es más severa durante la muerte que en el nacimiento. De ahí que una muerte requiere 12 días de impureza ritual (aplicada a todos los familiares directos), mientras que un nacimiento sólo requiere 10 días (aplicados a los padres del niño recién nacido).

49

agudiza cuando el dalit converso descubre que a pesar de que su credo religioso

tenga un nuevo matiz, no podrá evadirse de la realidad social opresora.

En la historia, el sistema de castas no se ha aceptado pasivamente. Surgieron

algunos movimientos de protesta como en el siglo IV a.C. en el que Buda propuso

un estilo de liberación independientemente de la casta a la que perteneciesen. Él

afirmaba que “un hombre no se hace brahmán por dejarse el pelo largo, ni por la

familia, ni por el nacimiento. El hombre en quien habita la verdad y la santidad

exulta de alegría y es Brahmán”70.

Un poeta bhakti de Maharashtra, llamado Chockhamela, se lamenta:

―para qué nacer as í, ¿Por qué me hiciste nacer? Me desechaste al nacer, fuiste cruel.

Oh Dios, soy de baja casta, ¿cómo te veré? Cuando toco a alguien se ofende. Chockhamela ansía tu misericordia‖

71.

En el tiempo de la lucha por la independencia del colonialismo, la búsqueda de

democracia orientó nuevas esperanzas de liberación para los dalits y, por fortuna,

el movimiento de Ambedkar, un dirigente dalit, abolió, al menos legalmente la

intocabilidad de los dalits en la constitución democrática de la República India.

Aunque si bien resultó beneficiada una pequeña minoría sobre todo en su

condición económica, en la práctica no es sino un escrito más o una especie de

pacto burlesco a la constitución de su nación, dado que se sigue viviendo la

misma marginación y quizás en los últimos meses, en mayor proporción. Citando

unas estadísticas generales, con base en un folleto de IDSN (International Dalit

Solidarity Network) se muestran claramente los ámbitos en los que los dalits

sufren discriminación:

70

Siddhartha BUDA. (Dhammapada 393). En: AMALADOSS, Op. cit., p. 47. 71

CHOKHAMELA (Zelliot, 1992,5). En: Ibid., p. 48.

50

a. IN GOVERNMENT SERVICES72

37.8% of the villages: Dalits made to sit separately in government schools 27.6% of the villages: of Dalits: prevented from entering police stations

25.7% of the villages: of Dalits: prevented from entering ration shops 33% of the villages: public health workers refuse to visit Dalit homes 23.5% of the Dalit villages: don‘t get mail delivered to their homes

14.4% of the Dalit vil.: Dalits not permitted to enter the ‗panchayat‘ Local Government building 12% of the Dalit vil.: Dalits denied access to or forced to form separate

lines at polling booths 48.4% of the Dalit villages: denied access to water sources

b. IN MARKET ACCESS 35% of villages surveyed: Dalits barred from selling produce in local

markets 47% of villages with milk cooperatives prevent Dalits from selling milk, and 25% prevent Dalits from buying milk

c. IN WORK

25% of villages: Dalits paid lower wages than non-Dalits, work longer hours, have more delayed waged and suffer more verbal and physical abuse

37% of villages: Dalit workers paid wages from a distance to avoid physical contact

d. IN RELIGION AND RITES

64% of Dalits: restricted from entering Hindu temples Almost 50% of villages: Dalits prevented from accessing cremation grounds

e. IN THE PRIVATE SPHERE

73% of villages: Dalits not permitted to enter non-Dalit homes 70% of villages: Dalits and non-Dalits cannot eat together 35.8% of Dalits: denied entry into village shops

También podría decirse que:

Hay aproximadamente un millón de personas dalits que limpian letrinas

públicas y disponen los restos de animales.

El 80% de los dalits viven en áreas rurales y el 86% de las familias dalits no

tienen propiedad privada. 72

International Dalit Solidarity Network (IDSN) 2007. En: http://www.idsn.org/Documents/asia/pdf/ CastAnEye.pdf. [Consulta: Lunes, 20 de octubre de 2008].

51

El 60% de los dalits son empleados.

Sólo el 37% de los dalits son preparados académicamente en los cursos

básicos.

3 mujeres dalits son golpeadas cada hora.

Un crimen es cometido contra un dalit cada 18 minutos.

Por su parte, Pérez Escudero hace otra descripción de esta misma realidad:

…en muchos sitios se utiliza a los niños de castas bajas como mano de obra barata en hoteles y restaurantes (también a pesar de la legislación especial que lo prohíbe); en los banquetes de boda a los dalits se les

sirve la comida aparte; en muchas escuelas los niños se sientan separados o incluso fuera de la clase; las familias normalmente viven fuera del pueblo, incluso a uno o dos kilómetros; en las teterías tienen

que utilizar tazas distintas, y no pueden beber agua de los mismos pozos (hasta el punto de tener que instalar grifos aparte); la mayoría de los conductores de rickshaws y de los empleados domésticos son dalit; en el

sur de la India, las devadasi, adolescentes dalit, se ven forzadas a prostituirse en virtud de una costumbre religiosa con hombres de castas superiores (y aquí no se pone en cuestión la impureza de tocarlas), y

luego ya no pueden casarse; tienen restringidos los derechos sobre la tierra, el acceso a peluqueros y lavanderos y la atención sanitaria y educativa

73.

Analizadas estas aproximaciones es claro que el dalit tiene un mundo limitado

pese a tantos esfuerzos por darle un vuelco a su identidad, tanto así que Gandhi

tuvo la osadía de llamarlos harijans (hijos de Dios) y luchó fuertemente por su

emancipación74. En las últimas décadas los atentados directos contra los dalits

han venido en aumento; a continuación se presentarán sintéticamente algunos

para generar un nivel de reflexión más amplio ante un paradigma opresivo, latente

en pleno siglo XXI, cuando se creía que la sociedad ya habría superado los

grandes conflictos sociales:

a. Una mujer dalit es golpeada y desnudada en plena calle del pueblo porque

su hijo se atrevió a robar en una casta superior Thakur. Luego fue obligada

73

PÉREZ ESCUDERO, Francisco. Los dalits de la India: 3000 años de discriminación. En: http://www.paraphrasis.com/investigacion/Dalits.pdf. [Consulta: domingo 19 de octubre de 2008]. 74

Cf. MOHANAMBAL. Op. Cit., p.196.

52

a tener relaciones sexuales con el ofendido, sin llegar el caso a ninguna

audiencia.

b. Una joven de una casta alta se enamoró con un joven dalit y fue

sorprendida tratando de escapar con él. Ellos y su cómplice, otro dalit,

fueron apresados, golpeados y torturados en frente de sus familias.

Después los colgaron y fueron quemados75.

c. Halki Bai, una mujer dalit de Mahya Pradesh, no tiene idea de dónde están

su marido y su hijo. Sólo recuerda que el pueblo Thakur atacó su casa.

Pero a ellos los golpearon brutalmente y les pidieron que abandonaran la

aldea cuanto antes. Además los Thakur no les permiten tomar agua de su

pozo y cuando pasan frente a sus casas, deben ponerse los zapatos en la

cabeza. La provocación fue porque el dalit se puso a fumar en una

ceremonia fúnebre.

d. En algunas zonas de Bihar las personas viven en colonias separadas según

las castas. Pero el agua se divide también según la casta. Kulhara tiene

seis pozos de agua potable pero las familias dalits en tiempo de verano, no

tienen derecho a una sola gota de agua porque priman las castas

superiores.

e. Si un hindú de casta superior toca un dalit, o tan solo pisa su sombra al

pasar por su lado, ya debe someterse a un riguroso rito de purificación76.

f. En Varanasi, una de las ciudades más importantes de la India, la ciudad del

Ganges, vive un pequeño clan dalit, llamado ―Don‖ y lleva muchas

generaciones dedicado únicamente a la cremación de cadáveres. Como es 75

Cf. THAROOR. Op. Cit., p. 106. 76

MARSH, Ben. Dalit freedom network. Washington, 2006. En: http://www.dalitnetwork.org/ [Consulta: viernes, 13 de Junio de 2008].

53

el lugar más propicio para morir, los Dons viven cada día y noche

incinerando al resto de las castas. Para el ritual, todo el cortejo carga al

muerto en una camilla de Bambú desde cualquier punto de la ciudad hasta

el Ghat y una vez encima de la pila crematoria un clérigo dirige la oración;

mientras tanto familiares y amigos se despiden sin dar muestras de dolor.

No suele haber lágrimas ni lamentos, únicamente contemplación. La

esperanza se alumbra con fuego y este consume la carne para que el alma

pueda ir al Más Allá. Una vez concluido, los Dons apagan la hoguera con

agua y tiran los restos en la orilla para que las tortugas se alimenten de

ellos y se concluya el círculo. Al atardecer la gente le hace una ofrenda al

Ganges.

g. En el año 2007, la noche del 26 de octubre, varias docenas de hombres con

los rostros ocultos con pasamontañas, asaltaron al pueblo de Maipur, en

Bihar. Escogieron a los ancianos, niños y mujeres y los ejecutaron uno a

uno de un disparo en la frente. Y dejaban claro su mensaje: el sistema de

castas, la clasificación social más antigua y probablemente más desigual

del mundo, debe seguir vigente en la India. La mayoría de los 35 fallecidos

eran de la casta de los intocables77.

h. Un dirigente político de izquierda, Ragavulu y sus seguidores, se decidieron

a entrar a la fuerza a los templos hindúes que les tenían prohibido; además

de romper las cosas, ayudó a los dalits a entrar en el Sancta Sanctorum78

77

Cf. JIMÉNEZ, David. La rebelión de los intocables de la India. Washington, 2002. En: http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=200&id=572&tema=34P. [Consulta: jueves, 17 de Julio de 2008]. 78

Sólo los hindúes pueden entrar en su sancta sanctorum, el templo original al que no se le permitió el paso ni siquiera a Sonia Gandhi, que tuvo que esperar fuera a que su marido terminara la visita. Se conoce en las tradiciones hindúes como el "Garbha grija" (literalmente útero-casa); es

el santuario interior de un templo donde la principal deidad está instalada en una zona que está en un edificio separado de sí mismo en el interior del complejo y es el sitio más sagrado. E l garbha griha generalmente contiene la murti (ídolo o icono), el objetivo principal de la oración. En los

templos con una espiral o vímana, esta cámara se coloca directamente debajo de ella, y los dos ejes principales que forman un eje vertical del templo. Estos juntos pueden ser entendidos para representar el eje del mundo a través del monte Meru.

54

hindú. Esto hizo que las castas superiores reaccionaran rápidamente y

luego de una fuerte reprimenda, tuvieron que purificar los templos con leche

de vaca y ceremonias especiales para quitar la deshonra que le habían

dejado los intocables.

Se trata de una de las más horrendas persecuciones en la humanidad, ser

despreciado y maltratado en el propio país. A raíz de esto se explican los nuevos

movimientos de liberación de los parias, desobedeciendo a las autoridades y

respondiendo con más violencia a la violencia que les ocasiona una casta,

supuestamente ―noble‖. Pero lo cierto es que los superiores hindúes han formado

ejércitos privados como la guerrilla de Ranvir Sena, que en los últimos cinco años

ha matado a más de 400 miembros de las castas más bajas en 21 masacres. Los

intocables temen que lo peor esté por llegar, ahora que han aumentado sus

movilizaciones. Buta Singh dice que hay que terminar con la mentalidad de las

castas, que todavía rige la forma de actuar de tanta gente, los dalits deben

independizarse de las clases altas como la India lo hizo de Inglaterra.

Para finalizar este capítulo vendría bien una referencia más explícita a la figura de

Gandhi, gran abanderado de los intocables. Admite, no sin grandes discusiones

con los suyos a una familia intocable en el asram y es ahí donde comienza a

llamarlos ―hijos de Dios‖. Indica que el trato que se da a los intocables es ―la úlcera

gangrenosa que devora las vísceras del hinduismo‖79. Pero no se quedó solo en

palabras, tuvo gestos significativos: en Bombay acudió a una reunión convocada

para mejorar la situación de los intocables. Dicen que al levantarse para

pronunciar su discurso preguntó: ¿hay aquí algún intocable? Nadie alzó la mano.

Entonces Gandhi se negó a hablar; insistía que la condición de intocable no

formaba parte del hinduismo. Fiel a sus principios trató de vivir como intocable, los

defendió en la seguridad de que todos nacen dotados de forma desigual, pero con

79

Cf. MARTÍNEZ, Emilio. Gandhi: experiencia de Dios y exigencia ética. Bilbao: Desclée de Brouwer, 1999. p. 41.

55

derechos iguales y la sociedad debe concederlos, o al menos no quitarles

oportunidades de desarrollar sus habilidades congénitas y de vivir libres.

56

3. SER CRISTIANO EN LA INDIA: UNA EXPERIENCIA CONTADA POR EL

DALIT

3.1 IRRUPCIÓN DEL CRISTIANISMO EN LA INDIA Y HORIZONTE DE LAS

MISIONES

Si en el primer capítulo se indagaron las categorías socio-religiosas del dalit,

tomando como punto de partida el fenómeno del hinduismo, en las siguientes

líneas se intentará describir cómo un gran conjunto de las agrupaciones dalits, ha

reconocido en el cristianismo el camino para salir de la esclavitud y opresión que

ha trastocado no sólo su vida comunitaria, pervivencia y desarrollo en la sociedad,

sino además su dignidad personal, al versen tratados como algo menos que

humanos.

Pero antes de comprender las diversas características del cristiano dalit, debe

estudiarse el origen del mismo cristianismo al interior de la India, la manera como

irrumpió la concepción de un Cristo liberador en una sociedad compleja y

hermética en torno al sistema de castas, preocupada únicamente por alcanzar el

dharma. Diversos autores contemporáneos han compartido que en Kerala, al sur

de la India, residía una antigua pero pequeña comunidad cristiana de sirios que se

remonta al apóstol Tomás, quien llegó a la costa de Malabar (la Kerala de hoy) en

el año 52 y murió martirizado veinte años más tarde cerca de Madrás80.

Históricamente se ha comprendido que el cristianismo llegó a la India fue a partir

del año 1500 cuando los portugueses se dedicaron a convertir el país; y desde

entonces se remontan las misiones en estas tierras asiáticas.

Claro que sería insensato analizar las misiones cristianas sin tomar como punto de

partida el significado de los patronatos ibéricos, español y lusitano, que habrán de

80

Cf. SEBBA, Anne. Madre Teresa de Calcuta, más allá de la imagen. Barcelona: Herder, 1998. p. 40

57

llevar desde sus primeros tiempos casi todo el peso de la misma evangelización81.

El patronato portugués fue el de mayor importancia en toda la evolución de las

misiones, sobre todo en la mitad del siglo XV, y con él se inició la magna obra

cristiana en la India.

Efectivamente Portugal invadió con factorías y guarniciones todo el litoral

occidental y oriental de la India, adueñándose de los mares y del comercio en

aquellas regiones. En la primera expedición de Vasco de Gamma, de 1484, iban

dos religiosos trinitarios, uno de los cuales murió durante la travesía en

Mozambique; el otro, llamado Cobilham, predicaría en evangelio en Calicut, donde

poco después hubo una segunda expedición, dirigida por Cabral en 1500; iban

además del vicario otros ocho sacerdotes del clero secular, más ocho religiosos,

franciscanos todos ellos y a las órdenes de Fray Enrique de Coimbra.

Una vez comenzada la predicación, lograron convertir un brahmán y a varios

naires82. Cabral consiguió firmar un tratado de amistad con el zamorín, y obtuvo la

concesión de una fortaleza militar que sería destruida tres meses después a causa

de una insurrección repentina de los nativos, en la que cayeron también 3 de los

franciscanos y el superior escapó, pero gravemente herido. Entonces Cabral se

dirigió a Cochín83, donde se estableció definitivamente84. En 1503 llegó a la India

una nueva expedición con el gran Alburquerque, llevando consigo cinco

dominicos. Finalmente, en 1510 los portugueses tomaron la ciudad de Goa. Debe

precisarse además, que ya desde 1505 se dio la jurisdicción y organización

eclesiástica bajo el gobierno del primer virrey Almeida.

81

Cf. SANTOS HERNÁNDEZ, Ángel. Las misiones católicas, historia de la Iglesia. Valencia: Edicep, 1978. p. 57. 82

NAIRE. m. El que cuida los elefantes y los adiestra. También se entiende como un t ítulo de

dignidad entre los malabares. 83

Cochin, oficialmente Kochi, es una localidad en el estado indio de Kerala. Fue fundada en el segundo viaje de Vasco da Gama en 1502, t ras el descubrimiento de la ruta que bordea África por

el cabo de Buena Esperanza. En Cochín murió el navegante el 24 de diciembre de 1524.Tiene 1.336.954 de habitantes. 84

Cf. SANTOS HERNÁNDEZ. Op. Cit., p. 64.

58

Simultáneamente se produjo uno de los acontecimientos más significativos de la

historia eclesiástica: la fundación de la Compañía de Jesús, que tendría un efecto

inmediato y muy duradero en la India. Los jesuitas estaban vinculados al Papa por

medio de un voto directo de obediencia personal y se dedicaron a convertir a los

paganos a la fe católica. Toda una serie de esfuerzos se cristalizaron en la

fundación de un seminario en el sur de la India, que ofrecía una excelente

instrucción tanto en sirio como en latín; pero además de eso, fue brillante la obra

de Francisco Javier, un vasco de los seguidores de Ignacio de Loyola , de quien

tuvo influencia cuando fue educado en París. Después fue enviado a la India, su

primera expedición misionera85, a la cual llegó en 1542 como representante del rey

de Portugal y con el beneplácito del Papa. Para algunos será el misionero más

importante de todos los siglos, mientras otros lo acusan de demasiada movilidad a

través del oriente entero sin fi jar sitio en ninguna parte 86.

En todo caso, Francisco Javier estuvo en Goa, centro del poder portugués en la

India. En aquel entonces Goa era una ciudad floreciente, con muchas iglesias y

monasterios, pero sus habitantes eran cristianos sólo de nombre, y según creía

Javier, estaban muy necesitados de una reforma moral. Los europeos, que hacían

ostentación de su riqueza de un modo extravagante, no veían problema en tener

amantes indias y engendrar hijos a ultranza para después ignorarlos. Como si

fuera poco, gran parte de la población hindú se había convertido por una fuerte

presión, pero en la realidad no mostraban mayor interés por los ritos cristianos 87.

Luego de un breve período en la ciudad, Javier se trasladó al Sur, a la costa de

Coromandel, para atender a una extensa población de pescadores a la que había

bautizado en masa unos años antes y después abandonado. Se trataba de

analfabetas que no sabían nada del cristianismo, pero se habían convertido con la

condición de obtener protección contra los ataques musulmanes. Un historiador

85

Cf. PANIKKAR, K.M. Asia and western dominance. New Delhi: Somaiya publications PVT, 1999.

p. 280. 86

Cf. SANTOS HERNÁNDEZ, Op. cit., p. 66. 87

Cf. SEBBA. Op. Cit., p. 41.

59

contemporáneo de las misiones cristianas afirma que al llegar, Javier se encontró

una muchedumbre carente de toda instrucción y, al marcharse dejó una auténtica

Iglesia. Actualmente se venera el cadáver de san Francisco Javier en Goa, pero a

principios del siglo XVII sus brazos fueron trasladados a Roma.

Después de Javier llegaron otros misioneros a la India. Muchos desfallecieron a

causa del clima o por la naturaleza del trabajo y por la falta de un verdadero

apoyo. El viaje de Europa a la India tardaba unos seis meses y a veces se tardaba

al menos otro mes para ir de una ciudad a otra. Otro impedimento importante

desde el siglo XVIII fue la insistencia de Roma en suprimir las prácticas que los

jesuitas habían tolerado, ya que eran consideradas por la Santa Sede demasiado

cercanas a las supersticiones hindúes. Por eso, en 1773, tras acusarlos de

arrogantes y de emplear métodos inadecuados, el Papa Clemente XIV suprimió la

Orden de los jesuitas, produciéndose efectos desastrosos para la Iglesia católica,

en tanto que implicó la retirada de al menos 3.000 misioneros 88. En este contexto

llegaron los misioneros protestantes. Al principio luteranos alemanes y

presbiterianos holandeses. Su gran ventaja fue la no imposición del latín y tan

pronto llegaron, empezaron a traducir la Biblia en diversas lenguas vernáculas.

Pero la gran expansión de la actividad misionera se produjo en el siglo XIX,

coincidiendo con la difusión del poder colonial británico por toda la India y con

diversos intentos de los demás gobiernos europeos de cristianizarla. Ya desde el

siglo XVIII habían llegado los primeros misioneros británicos a la India y muchos

comerciantes ingleses habían amasado grandes fortunas. El gobernador general

entre 1798 y 1805, Lord Wellesley, prohibió expresamente la presencia de

misioneros hasta que descubrió la utilidad como educadores de los baptistas de

Serampore, quienes habían llegado en 180089. Posteriormente los anglicanos

recibieron permiso para actuar directamente como misioneros y ya no sólo como

capellanes de los británicos. Pero hasta 1833, cuando se renovaron los estatutos

88

Cf. Ibid., p. 41. 89

Cf. Ibid., p. 42.

60

de la Compañía, la India se abrió sin restricciones a la actividad misionera de

todas las naciones, de lo cual había ya bastante en Bengala.

Por la ilusión de llevar el cristianismo a los paganos, los protestantes y los

católicos prefirieron enviar a sus misioneros más preparados a la India, en lugar

de enviarlos a África o a China. Esto se dio a causa del reconocimiento de la

espiritualidad inherente al hinduismo, que requería algo más que la habitual

persuasión para convertir a la gente. Entre los misioneros se había difundido la

idea de que la India poseía un elevado nivel de civilización; por eso, a finales del

siglo XVIII con la caída del imperio mogol90, el cristianismo tuvo la opción de llenar

todo vacío y los misioneros estaban realmente convencidos de que lo que más

necesitaba la India a comienzos del siglo XX era el poder del Espíritu del Señor 91.

Y fue a causa del gran impulso evangelizador que se dieron conversiones

masivas, sobre todo en los pobres, los miembros de las tribus, los parias y las

castas más bajas, los dalits, para quienes el cristianismo representaba un sistema

de movilidad social. No obstante, dicha actividad misionera masiva no fue

suficiente para erradicar los valores profundamente arraigados e inherentes al

sistema de castas, y muchos conversos cristianos se dieron cuenta que lo único

que había cambiado era el nombre de su fe y la manera de adorar a Dios, pero no

su estilo de vida. Esta es una de las premisas que justifica la elaboración del

presente trabajo. Se sabe que en la actualidad la Iglesia católica ha reconocido,

que la continuación del sistema de castas dentro del cristianismo es una

90

El imperio mogol (Urdú: ہ شا اد Mughal Baadshah) del subcontinente indio fue fundado por ,مغل بel líder mongol Babur en 1526, tras derrotar al último de los sultanes de Delhi, Ibrahim Lodi, en la

batalla de Panipat. La palabra "mogol" es una versión indo-aria de la palabra "Mongol". El imperio fue prácticamente conquistado por el líder afgano Sher Shah durante el reinado de Humayun. Más tarde, con Akbar en el poder, el imperio creció de forma considerable y siguió creciendo hasta el

final del reinado de Aurangzeb. A la muerte de Aurangzeb en 1707, el imperio inició un lento pero imparable declive, aunque mantuvo el poder en el subcontinente indio durante 150 años más. El Imperio Británico terminó con el mogol en 1857. Este Imperio mogol (que dominó la India entre

principios del siglo XVI a mediados del siglo XIX) no se debe confundir con el Imperio mongol (que dominó toda Asia entre el siglo XIII y el XIV). 91

Cf. SEBBA. Op. Cit., p. 43.

61

aberración, que no pudieron combatir Mahatma Gandhi desde el hinduismo ni la

madre Teresa de Calcuta, a pesar de su espíritu liberador92.

En este punto nace la cuestión que tiene en estado de shock a las minorías

cristianas presentes en la India. Es decir, desde el siglo XIX el hinduismo comenzó

a defenderse, anteponiendo sus tradiciones, que consideraba amenazadas por el

cristianismo, aunque no necesariamente en forma pacífica. Este movimiento se

origina con el rajá Rammohun Roy93, considerado el intelectual indio más

importante del siglo XIX. En un intento de eliminar lo que consideraba tradiciones

apócrifas del hinduismo, reinterpretó los Vedas, las primeras escrituras hinduistas.

Él tuvo muchos herederos espirituales como el joven bengalí Swami

Vivekenanda94, quien en 1983 tomó por asalto el parlamento de las religiones en

la exposición universal de Chicago y reivindicó el reconocimiento mutuo de la

espiritualidad de Oriente y Occidente, ambas tenían que confraternizar pero sin

92

Cf. Ibid., p. 43 93

Ram Mohan Roy (1772-1833), reformador religioso indio. Es más conocido por su oposición al sati (práctica de arrojar a las viudas a las piras funerarias de sus esposos), pero, ante todo, por ser uno de los pioneros del movimiento político para la independencia india que evolucionó y ganó

adeptos a lo largo del siglo XIX. Nacido en Radhnagar, Roy estudió bengalí, árabe e inglés, y a través de sus amigos europeos, lat ín, griego y hebreo, pero se especializó en sánscrito. Procedente de un ambiente hindú tradicional, el contacto con un amplio círculo de eruditos, entre

ellos musulmanes, cristianos y judíos, le amplió conocimientos y le alejó del hinduismo ortodoxo. Se vio especialmente atraído por los profundos conceptos filosóficos de la vedanta, y ayudó a recuperar su estudio mediante sus traducciones de los grandes Upanisad en bengalí y sánscrito.

Roy también publicó algunas obras originales sobre religión, de entre las cuales destaca el Tuhfat-ul-Muwahiddin (en lengua persa, 1805), en defensa del monoteísmo, y Los preceptos de Jesús (1820), defendiendo la ética de la enseñanza cristiana sin aceptar otros aspectos de sus doctrinas.

Escribió en persa, hindi, bengalí, sánscrito e inglés, ante todo libros sobre religión comparativa, pero también varios poemas y canciones. Roy condenó el sistema de castas y la bárbara costumbre del sati que se había convertido en algo normal en la India, exigiendo su abolición.

Publicó dos libros sobre esta práctica en 1818 y 1819. 94

Swami Vivekananda fue un místico indio (1863-1902), propagador de la escuela de Advaita Vedanta y fundador de la Ramakrishna Mission en 1887. Aventajado discípulo del gran místico

Ramakrishna durante seis años, Vivekananda viajó a Chicago en 1893 para participar del Congreso Mundial de las Religiones, donde causó una profunda impresión a toda la asamblea. Tras el Congreso se dedicó a difundir su mensaje por varias ciudades de EE. UU. y escribió

algunos libros sobre el mensaje de la escuela Vedanta. En 1902, por propia voluntad, inmerso en el estado de samadhi, abandonó su cuerpo. Además de ser ampliamente reconocido por haber elevado su propia nación, la India, también introdujo simultáneamente el Yoga y el Vedanta en

América e Inglaterra con sus conferencias, seminarios y discursos privados de filosofía vedantin a. Vivekananda fue el primer sabio hindú en venir al oeste, donde introdujo el pensamiento del este en el Parlamento de las Religiones del Mundo de la Feria Mundial de Chicago de 1893.

62

caer en el proselitismo. Simultáneamente, Annie Besant95, una inglesa excéntrica

adepta a la teosofía, expresaba que la India era víctima de los daños causados

por los misioneros cristianos, por eso intentaba convencer a los indios de que

volvieran con sus dioses y despertaran el respeto de la grandeza de sus

religiones. Uno de los que más reflejó la ambivalencia entre los valores de oriente

y occidente fue Rabindranath Tagore96, el escritor de poesía y prosa, músico,

artista y reformista religioso bengalí cuyo padre era partidario de Brahmo Samaj y

que creía, al igual que muchos bengalíes cultos, que el poder colonial británico era

beneficioso para reformar una sociedad decadente.

Pero por otra parte, a pesar de que los misioneros fueran altruistas y se

preocuparan por los intereses de los nativos, por lo menos hasta el final de siglo

XIX, su creencia en la supremacía colonial sustentó toda la estructura de su

labor97. Y quizá esa fue una de las razones de la incitación al motín indio, ya que

pretendían forzar a toda la población a convertirse al cristianismo, precisamente

en una etapa en la que hay mayor ausencia de obispos nativos. Si en el siglo XV y

XVI el jesuita Roberto Nobili se valió de la inculturación para captar la mentalidad

hindú y por eso se vestía como ellos y estudiaba sus lenguas 98; ya en el siglo XIX

95

Annie Wood Besant (Clapham, Londres, 1 de octubre de 1847 – Adyar, India, 20 de septiembre de 1933) fue una militante feminista, activista a favor de la independencia de Irlanda y de La India, llegando a ocupar la presidencia del Congreso Nacional Indio. Sucedió a Henry Olcott en la

presidencia de la Sociedad Teosófica y fue iniciada en la masonería en 1902. En 1911 se convirtió en vicepresidenta de la Comasonería mundial y alcanzó el grado de Gran Maestre del Consejo Supremo de la Orden Internacional de la Comasonería, una obediencia masónica que permite la

iniciación de mujeres. En 1912, junto a Marie Russak y James Wedgwood fundó la Orden del Templo de la Rosa Cruz inspirada en las enseñanzas del esoterismo occidental. 96

Rabindranath Tagore (en idioma bengalí, ), nacido el 7 de mayo de 1861, y muerto el 7

de agosto de 1941) fue un poeta bengalí, filósofo del movimiento Brahmo Samaj (posteriormente convertido al hinduismo), artista, dramaturgo, músico, novelista y autor de canciones que fue premiado con el Premio Nobel de literatura en 1913, convirtiéndose en el primer asiático laureado

con este reconocimiento. Tagore, también conocido como Gurudev, revolucionó la literatura bengalí con obras tales como El hogar y el mundo y Gitanjali. Tagore extendió el amplio arte bengalí con su multitud de poemas, historias cortas, cartas, ensayos y pinturas. Tagore fue también

un sabio y reformador cultural que modernizó el arte bengalí desafiando las severas críticas que hasta entonces lo vinculaban a unas formas clasicistas. Dos de sus canciones son ahora los himnos nacionales de Bangladesh e India: el Amar Shonar Bangla y el Jana Gana Mana. 97

Cf. SEBBA. Op. Cit., p. 45. 98

Cf. PATIÑO F. José Uriel. Historia de la Iglesia. La Iglesia comunidad e institución, protagonista de la historia. Bogotá: san Pablo, 2004. p. 79.

63

parecía más una imposición en la que habían unos veinte obispos católicos pero

todos europeos, pese a las ordenaciones del Papa León XIII de que se asignaran

más responsabilidades al clero autóctono. Fue hasta mediados del siglo XX

cuando el número de sacerdotes se igualó y luego se superó a los extranjeros.

Entretanto, las voces indias no dieron espera y decidieron defender rotundamente

la cultura india. En 1905, frente al orgullo indio de movimientos patrióticos como

Swadeshi, los misioneros europeos empezaron a mostrarse inseguros e incluso a

cuestionar por primera vez el sentido de su labor. Para entonces los jesuitas se

habían restablecido completamente y muchas órdenes y hermandades nuevas,

algunas específicamente misioneras se encontraron con un número de adeptos

que parecía inagotable. Los protestantes misioneros, cuyas iglesias se habían

aliado con el Raj y con los constructores del imperio, empezaron a inspirar menos

confianza que los católicos, cuyas escuelas, sobre todo en Calcuta, gozaban de

un gran éxito por su enseñanza y por sus vínculos con la élite del país.

No por ello dejaba de ser preocupante el que los misioneros, aunque eran

elegidos por ser los más cultos de la sociedad europea, no dieran cabida a las

tradiciones religiosas nativas y por eso, en sus informes anuales, cuando hablaban

de cualquier oposición a la actividad misionera decían que se trataba de la

intervención del Diablo. Eran totalmente incapaces de analizar los conflictos

culturales en un contexto local y se negaban a ver algo bueno en las culturas

nativas. O ¿cómo interpretar la mentalidad colonial de una Iglesia en Goa que

permitió la destrucción de varios templos hindúes y contribuyó al resentimiento

perpetuo hacia los extranjeros? O también, cuando se intentó destruir diversos

libros sobre el hinduismo99.

Quizás Gandhi tenía razón en su rechazo a las misiones cristianas. Siempre

recordaba con nostalgia cómo los misioneros acostumbraban a situarse en una

esquina próxima al instituto, predicando su religión e insultando a los hindúes y

99

Cf. SOUZA, Teotonio. Goa to me. New Delhi: concept publishing, 1994. Pág. 46.

64

sus dioses100. Para el Mahatma, los predicadores de la fe cristiana socavaban la fe

del pueblo en lugar de fortalecerla al presentar su religión desde una posición de

rechazo a otras creencias, y esta pretensión del cristianismo de ser la única

religión verdadera se convierte en el auténtico caballo de batalla de Gandhi, a la

hora de aceptar a Jesucristo101. Constataba cómo los misioneros veían en la India

poco más que un país de idólatras102. Pero la crítica de Gandhi hacia los

misioneros no le impide reconocer lo admirable de su misión en muchos casos103,

y por eso les pide receptividad, capacidad para aceptar lo bueno que la India y el

hinduismo puedan aportarles. El Mahatma identificó uno de los vicios que

enmarcaron la predicación cristiana: por más que la misión esté impregnada de

deseos de ayudar y promocionar a los pobres y a los huérfanos, esos deseos

estarán llenos de fracasos si tras de ellos se esconde el paternalismo y, peor aún

el colonialismo mostrándose como una clase distinta y más elevada que los

demás104. Estos y otros puntos de vista gandhianos se tomarán posteriormente.

Si se hiciera un balance frente a los vastos recursos económicos que la Europa

cristiana dedicó a la conversión de la India a lo largo de cuatro siglos, no podría

decirse que el cristianismo haya tenido mucho éxito, dado que al final del milenio,

se calcula que tan sólo el dos por ciento de la población es cristiana, cifra

incomparable casi al cincuenta por ciento del África 105. Miles de misioneros habían

seguidos los pasos coloniales de san Francisco Javier, pero en la segunda mitad

del siglo XX empezaron a cuestionar si su actividad, fundamentada en la

conversión, era defendible como actividad moral. Esto se hacía con base en el

precepto evangélico: ―id y haced discípulos a todas las naciones bautizándolos,

100

Cf. MARTÍNEZ, Emilio. Gandhi: experiencia de Dios y exigencia ética. Bilbao: Desclée de

Brouwer, 1999. p. 48. 101

Cf. Ibid., p. 112. 102

Gandhi sufría cada vez que recordaba la absurda descripción que un obispo llamado Heber

hacía de la India: país donde cada paisaje es agradable y sólo el hombre vil. 103

Refiriéndose a unos amigos misioneros con los que mantenía constantes conversaciones afirma que eran unos auténticos ejemplos de humanismo. 104

Cf. MARTÍNEZ, Emilio. Gandhi: experiencia de Dios y exigencia ética. Bilbao: Desclée de Brouwer, 1999. p. 88. 105

Cf. SEBBA. Op. Cit., p. 46

65

enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado‖ (Mt 28, 19; Hch

1,8). Sin embargo, tras estudiar otras religiones y ver la manera como

enriquecieron a sus comunidades, diversos teólogos modernos han concluido que

no hay un sólo camino para llegar a Dios, y que quizá el límite de la actividad

misionera debería ponerse en dar ejemplo trabajando bien y con eficacia106;

aunque la Iglesia ya no se considera una sociedad perfecta que está por encima y

es independiente del mundo107, pero como señaló el Card. Ratzinger, no se trata

de un proceso fácilmente aplicable en todos los casos.

El enfoque puede tener sentido si la fe cristiana y la otra religión, junto con la

cultura de la que vive, no se contradicen la una a la otra. Anne Sebba108 afirma

que el misionero moderno no debe desear ir a un país menos desarrollado tan

solo para hacer el bien, sino para estar allí y trabajar con la gente. Puede que

haga el bien, pero es sólo una consecuencia y después ya podrá irse. Hoy en día,

a un misionero se le enseña a entrar en contacto con la cultura y los mitos de la

religión de las personas con las que está trabajando para buscar la chispa divina

dentro de él y los demás; aprende a ayudar a la gente a encontrar lo trascendente

tal y como lo interpreta su propia cultura109.

Teniendo claro que desde las misiones cristianas se forjó lo que hoy se conoce

como el cristianismo en la India, es pertinente complementar que, sin embargo, las

condiciones de los cristianos en el sur de este país, difieren de las del norte. Los

programas de algunas iglesias parecen más preocupados de la existencia del

mismo templo, dejando de lado la dinamicidad cristiana que debe orientar cada

106

Cf., Ibid., p. 47. 107

Esto afirma el Discurso del Card. Ratzinger, de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la

Fe a los presidentes de las conferencias de Obispos asiáticos, Hong Kong, marzo de 1995. 108

Anne Sebba es periodista y biógrafa, y vive en Londres. Licenciada en historia por el King College de Londres, fue corresponsal para la agencia Reuters International, en Londres y Roma,

de 1972 a 1978. Ha sido profesora invitada en la Facultad de periodismo y comunicación de numerosas universidades del Reino Unido. 109

Cf. SEBBA, Op. Cit., p. 48.

66

comunidad. Un líder de una iglesia en el sur dijo: ser cristiano en el norte indio

significa ropa occidental, hablar inglés y comer ternera110.

Figura 2. Mapa de la India.

Fuente:http://asiaviaje.com/viaje-a-la-india-guia-de-viajes-a-la-india-y-recomendaciones/ (consulta: lunes 14 de julio de 2008).

Siguiendo el mapa, pueden verse los Estados de Kerala y Tamilnadu en el sur, y

Arunachal Pradesh en el norte, los cuales cuentan con el 60% de la población

india cristiana. Un cuarto de todos los de Kerala son cristianos, siguiendo una

variedad de denominaciones como nestorianos, católicos romanos, sirios

ortodoxos y la Iglesia anglicana del sur de la India. Las iglesias de Kerala están

pintadas con brillantes colores; su arquitectura es una mezcla de la portuguesa,

alemana y británica. Goa y Maharastra también tienen un número importante de 110

Cf. EMBAJADA DE LA INDIA, Nueva Delhi, 2004. En: h t t p: / / i nd i a re li g i on. i es pana. es / c ris t i an is m o. h tm l [Consulta: jueves 17 de julio de 2008].

67

católicos romanos. Mizoram y Nagaland en el noreste, tienen un amplio sector de

protestantes. Los católicos de la India están organizados en comunidades locales

y cuerpos regionales como diócesis, con sus respectivos obispos. Para entrar en

la Iglesia hay que dejar los zapatos fuera, y los hombres y mujeres se sientan en

lados diferentes de la nave. Generalmente las iglesias católicas tienen imágenes y

pinturas en los techos y pasillos.

Actualmente, los católicos indios son unos 18 millones, apenas el 1,8% de

población, pero su relevancia social en campos como la educación, la salud o la

promoción de los sectores marginados es enorme, según se ha manifestado por

ejemplo, en la organización de la ayuda a los damnificados del tsunami, o la lucha

social y política para lograr el reconocimiento de los derechos civiles de los

intocables, es decir, los dalits, cuyo tema se profundizará a continuación. Ha sido

llamativo que el actual presidente de la Conferencia episcopal india, el Cardenal

Toppo pertenezca a una etnia tribal (adivasi) y haya testimoniado personalmente,

la manera como el Evangelio ha sido una experiencia de liberación para su

pueblo, llegando a una nueva conciencia de la propia dignidad. Hoy se sigue

viendo un gran dinamismo de la Iglesia india que se ha manifestado con

numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas111.

Finalmente, es rescatable que en muchas comunidades cristianas de la India se

vive un dinamismo evangelizador que no está lejos del fenómeno religioso del

hinduismo. Es curioso ver allí, cómo se entreteje la forma y utilidades de los

objetos y lugares sagrados, la disposición de las iglesias y capillas, las

innumerables imágenes y estatuas con velas y flores, los sahumerios o

incensarios, el agua bendita y la música, entre otros. Como en todo el mundo, los

cristianos indios no desconocen la devoción a los santos protectores, los exvotos,

las medallas en los vehículos, en el cuello y en las manos, y toda clase de signos

religiosos. Y no lejos está el hinduismo.

111

Cf. RESTÁN, José Luis. Madrid, 2005. En: http://iglesia.libertaddigital.com/articulo.php/ [Consulta: viernes 11 de julio de 2008].

68

Es allí en la India, donde precisamente puede evidenciarse cómo en ambas partes

hay tiempos sagrados y grandes fiestas religiosas populares, celebradas en las

casas, en la iglesia y en las calles, así como las procesiones con imágenes y

rogativas. También se dan juntamente las multitudinarias peregrinaciones en

medio de ancianos y enfermos, sacerdotes y laicos, ricos y pobres. Y eso que no

se ha mencionado nada acerca de las posibles formas de veneración a María. Con

estas ideas no se quiere desviar el tema del cristianismo en la India, sino todo lo

contrario, indicar que muchas de esas tradiciones milenarias son compartidas en

un mismo país en el que se perfilan totalmente opuestas. No es preciso, por lo

tanto, legitimar esas comparaciones frente al catolicismo, de lo cual saldrán

seguramente variadas objeciones. Lo que sí es más evidente es el

cuestionamiento sobre la manera como han actuado los hinduistas extremistas

que atacan a los cristianos dalits por lo que ellos llamarían una doble causa: ser

cristianos y descastados. Este fenómeno será ampliamente analizado en el

siguiente apartado.

3.2 LOS CRISTIANOS DALITS: RECHAZADOS EN SU PROPIA PATRIA

Ya en el segundo capítulo se habían indicado los casos más comunes de opresión

social al dalit. Ahora, quedando claro que gran parte de ellos se ha convertido

masivamente a varias religiones con la esperanza de probar mejor suerte, ha sido

el cristianismo uno de los grandes focos sobre los cuales, han depositado su fe

para dar una respuesta urgente que les ayude a reconocer en Jesús el gran

liberador que podría ofrecerles nuevamente su dignidad y, abrirles las puertas

hacia horizontes impensables de trascendencia en camino hacia la salvación. Pero

habiéndose comprobado numerosas conversiones a otras religiones, la historia y

la experiencia manifiestan que en ninguna de ellas ha sido fácil eludir un sistema

caracterizado por ser más social que religioso, el cual no escatima en el momento

de oprimir y subyugar al más débil. ¿De qué liberación podría hablarse entonces?

¿Dónde está la esperanza escatológica del dalit?

69

Es doloroso comprobar que desde el ámbito social, los dalits no han tenido

oportunidades de promoción personal y puestos de trabajo, y lo que es más

cuestionante, cómo dentro de la Iglesia, a pesar de la retórica de igualdad que se

proclama en la Sagrada Escritura112 y se celebra en la Eucaristía, perviven las

discriminaciones sociales, no sólo en la participación en una Iglesia o cementerio,

sino en la negación del derecho a participar en los niveles de autoridad y la

negación de acceso a los recursos comunes. Frente a todo esto, se han dado

movimientos de reforma que tampoco han tenido éxito dentro del hinduismo. Así

como la discriminación y la opresión social van acompañadas de opresión política

y económica, el desarrollo económico y la participación política son requisitos

necesarios para el cambio social. Sin embargo, no traerán consigo el cambio

social automáticamente, como han podido comprobar por experiencia propia los

dalits que han progresado en el terreno económico y político113. De modo que uno

de los grandes objetivos de la liberación es el cambio social; ahora bien, ¿cómo

podría incentivarse este propósito desde el cristianismo?

Pero todavía no podrían delinearse algunas soluciones, sin tener claros los

acontecimientos concretos acaecidos contra los cristianos dalits. Por ejemplo, en

los últimos meses, los estados de Orissa, Bihar, Rajasthan, Karnataka y Madya

Pradesh han sido escenario de agresiones, quema de iglesias, asaltos a

conventos y destrucción de casas de cristianos. En las últimas noticias114 aparece

atacada la Iglesia de Goa, la histórica ciudad a la que arribó Francisco Javier para

comenzar la epopeya misionera que lo llevó a extremo oriente. Toda esta

violencia, apenas investigada y menos castigada, tiene el telón de fondo de

algunas leyes anti-conversión aprobadas por diferentes estados de la República

112

San Pablo afirma que en Cristo resucitado no hay judío, ni griego, ni hombre, ni mujer, esclavo o

libre (Gál 3,28). 113

Cf. AMALADOSS, Op. Cit., p. 50. 114

Cf. BECCAR VARELA, Cosme. Persecución y crímenes contra los católicos en la India: informe

de la agencia católica Iesu.org. Buenos Aires, 24 de septiembre de 2008. En: http://www.labotellaalmar.com/vercorreo_ lector.php?id=2390. [Consulta: lunes 6 de octubre de 2008].

70

India, gobernados por el Bharatiya Janata Party (BJP)115, un partido nacionalista

hindú cuya política fundamentalista ha sembrado la semilla de la violencia contra

los cristianos durante los últimos cinco años116.

No hace mucho, un grupo de cristianos, en su mayoría dalit, se vieron instigados

por las acciones i legales de los hindúes y en un acto de protesta, las turbas

violentas hinduistas, haciendo caso omiso, arremetieron contra la Iglesia, llevando

hachas, cuchillos, barras de hierro, piedras y ladrillos, gritando consignas como:

hindú hindú-Bhai – Bhai, Christian Dharma Rahiba Nahim y Samasta cristiana

manonku maro (todos somos hermanos hindúes, eliminar la religión cristiana y

matar a todos los cristianos). A ellos se les unió la policía, uti lizando gases

lacrimógenos; por eso, los cristianos huyeron para salvar sus vidas y fue ahí,

cuando los fundamentalistas tuvieron la oportunidad de entrar al templo rompiendo

la puerta principal, aun en presencia de la policía: “Ellos profanaron la Iglesia,

orinándose en el altar, destruyeron imágenes y otros artículos sagrados.

Rompieron muebles, instrumentos musicales y las instalaciones eléctricas;

quemaron los ornamentos sagrados y la Biblia”117.

Aunque el Padre Alphonse, cura párroco de la iglesia católica de Raikia solicitó

ayuda, no se han minimizado las ocasiones de disturbios que llegan a la Iglesia

gritando consignas y amenazando con asesinar a los sacerdotes. Además

destruyeron casas de cristianos y agredieron a un periodista por trabajar para el 115

El Bharatiya Janata Party (BJP), que traducido significa Partido Popular Indio, fue fundado en 1980 y es uno de los dos mayores partidos políticos de la India. Se presenta a sí mismo como adalid de los valores socio-religiosos de la mayoría hinduista del país, así como de las políticas

sociales conservadoras y de una fuerte inversión en defensa. Su respaldo se ve fortalecido por un amplio abanico de organizaciones nacionalistas hindúes, informalmente denominadas como Sangh Parivar (Liga de organizaciones nacionalistas), donde el Rashtriya Swayamsevak Sangh juega un

importante papel. Desde su creación, el BJP ha sido el principal oponente de Congreso Nacional Indio, formando alianzas regionales para contrarrestar las corrientes de izquierda apoyadas frecuentemente por el mismo. El principal banderín de enganche del BJP es el Hindutva, que

significa literalmente hinduidad. El BJP, junto a una coalición de otros partidos, encabezó el gobierno indio entre 1998 y 2004, con Atal Bihari Vajpayee como Primer Ministro. Actualmente este partido encabeza la oposición como cabeza de la Alianza Democrática Nacional. 116

Cf. RESTÁN. Op. Cit., [Consulta: viernes 11 de Julio de 2008]. 117

Cf. ALL INDIA CHRISTIAN COUNCIL. Andhra Pradesh, 2004. En: http://indianchristians.in/ news/content/view/55/45/. [Consulta: lunes 4 de agosto de 2008].

71

Christian Oriya. Los cristianos más pobres, que viven con ínfimos ingresos, fueron

los que más sufrieron perdiendo sus artículos del hogar y siendo blanco de fuertes

lluvias; pero sin recibir la mínima ayuda del Estado o alguna ONG.

Por otra parte, el pasado 27 de marzo de 2007, la policía del Estado meridional de

Andrea Pradesh118 arrestó a 22 misioneros cristianos, acusados de proselitismo y

conversiones forzosas. Se declaró que su delito era convertir hacia Cristo la

población del distrito de Dharwad, dado que los habitantes de la aldea de Bada,

los acusaron de haber distribuido hojas con propaganda a favor del cristianismo y

contra los dioses del hinduismo. Los 22 misioneros terminaron ante el juez, quien

los acusó de acuerdo con los artículos 298 (declaraciones que hieren los

sentimientos religiosos), 448 (violación de domicilio) y 504 (ofensas intencionadas

con el fin de destruir la paz). Finalmente fueron liberados bajo una fianza, pero

con el recelo de la ofensiva anticristiana que no se detiene en la misma zona.

Para un mayor conocimiento del lector, se indicarán como ejemplo, a continuación

y en orden cronológico, algunos de los principales acontecimientos referentes a

los ataques contra cristianos119, en su mayoría dalit, sucedidos en los últimos

meses.

Tabla 1. Amenazas, abusos y ataques contra los cristianos dalits.

AMENAZAS Y ABUSOS120

Fecha Acontecimiento

118

Cf. ACPress.net. Arrestados 22 misioneros cristianos en India. Nueva Delhi, 2007. En:

http://www.noticiacristiana.com/news/newDetails.php?idnew=82973. [Consulta: sábado 5 de abril de 2008]. 119

El pasado 2 de septiembre de 2008 se comprobaron nuevos disturbios con quema de Iglesias y

ataque a los hogares. Durante la semana, bandas hinduistas han destruido más de una docena de iglesias y atacado a cristianos en el estado oriental de Orissa después del asesinato de un líder hindú en el distrito de Kandhamal, una zona tribal en la que los misioneros cristianos han estado

activos desde hace años. 120

ALL CHRISTIAN COUNCIL. Andhra Pradesh, 2008. En: http://indianchristians.in/news/. [Consulta: lunes 20 de octubre de 2008].

72

Miércoles, 8 octubre 2008

NSCS decide investigar la violencia en Orissa.

Jueves, 2 de octubre 2008

Se exige la reconversión de los cristianos al hinduismo en kandhamal.

Sábado, 30 de agosto de 2008

Culpan a los cristianos por asesinato a un líder de VHP.

Jueves, 31 de julio de 2008

Ostracismo contra los cristianos dalits en Puducherry.

Miércoles, 9 julio

2008 Tensión en el distrito de Khandamal.

Martes, 6 mayo

2008

Análisis de la realidad de los dalits cristianos y dalit musulmanes en Nueva Delhi.

Jueves, 10 de abril de 2008

Consejo cristiano en contra de la difamación de la oración de los cristianos en el centro de Kerala.

Lunes, 7 abril 2008

Los cristianos expresan su preocupación en Orissa, a causa de los disturbios comunales.

Domingo, 6 abril 2008

Amenaza de demolición de la Iglesia en Andhra.

Viernes, 4 abril 2008

Un pastor acusado falsamente de vandalismo en Andhra Pradesh.

Sábado, 15 de

marzo de 2008

Grupos mafiosos armados amenazan a los cristianos en la celebración del domingo de ramos en Orissa.

Jueves 15 de noviembre de

2007 Carta abierta por la causa de los dalits cristianos.

Lunes, 8 octubre 2007

Un grupo de cristianos es atacado por la policía local de Gunupur.

Miércoles, 8 agosto 2007

Mujeres cristianas son atacadas en Andhra Pradesh.

Domingo, 8 de

julio 2007 Dos pastores son encarcelados injustamente.

Martes, 5 junio 2007

Dos cristianos son detenidos en Amaravati.

Lunes, 19 de marzo de 2007

Dos iglesias incendiadas en Andhra Pradesh.

Sábado, 20 de

enero de 2007 Hindúes radicales protestan contra los cristianos en Himachal.

Sábado, 23 de diciembre de

2006 Iglesia es incendiada en la celebración de navidad en Orissa.

Lunes 20 de

noviembre de 2006

Incendian dos iglesias en Andhra Pradesh.

ATAQUES

Fecha Acontecimiento

Viernes, 17 de octubre de 2008

Dos iglesias fueron atacadas y destruidas en Herode.

Viernes, 10 de octubre de 2008

Una imagen de Jesús es destrozada en el cementerio de Tamil Nadu.

73

Martes, 07 octubre 2008

La hermana Nirmala, superiora general de las Misioneras de la Caridad, denuncia los ataques en Kandhamal.

Domingo, 05 de

octubre 2008

Los ataques fuerzan las tribus en Orisa para que abandonen sus casas. Hay aproximadamente 50.000 cristianos refugiados en otros lugares.

Sábado, 04 de octubre 2008

Fuerzas extremistas atacan una Iglesia en Nueva Delhi.

Martes, 30 de septiembre de

2008 Una monja fue violada y un sacerdote brutalmente asaltado.

Lunes, 29 de septiembre de

2008

Fuerzas extremistas hindúes organizan un plan para pedir al estado que actúe contra los cristianos dalits.

Viernes, 26 de

septiembre de 2008

Ataques contra cristianos en Orissa.

Viernes, 26 de septiembre de

2008 Ataques a iglesias en Tamil Nadu.

Lunes, 22 de septiembre de

2008 Un sacerdote y una religiosa son asesinados en Uttarakhand.

Domingo 21 de

septiembre de 2008

Atacan iglesias en Karnataka.

Miércoles, 17 de septiembre de

2008 Iglesia atacada en Nueva Delhi.

Martes, 16 de septiembre de

2008 Intento forzoso de reconversión de cristianos.

Lunes, 15 de

septiembre de 2008

14 iglesias y salas de oración son atacadas en Karnataka.

Sábado, 13 de septiembre de

2008 Dos cristianos asesinados en el distrito de Orissa.

Domingo, 07 de

septiembre 2008

Un niño de cuatro años es secuestrado y asesinado presuntamente por sacrificio humano.

Viernes, 05 septiembre 2008

Asalto armado a monjas en Chhattisgarh.

Domingo, 17 de

agosto de 2008 Una iglesia es demolida en Hyderabad.

Sábado, 16 de agosto de 2008

Un sacerdote católico es asesinado Nizamabad.

Lunes, 04 agosto 2008

Un pastor y su esposa son detenidos en Jabalpur.

Breves ejemplos de ataques en años anteriores

Haryana Un cementerio de 200 años que pertenecía a la comunidad cristiana fue irrumpido ilegalmente, haciendo diversas profanaciones de sepulcros.

74

Gujarat Aldea de Tembrum del Divan. Los jefes de la aldea, el policía Patel Ramesh Avasu y Suresh Mahru, atacaron con palos a los cristianos mientras se encontraban en oración.

Gujarat

Un grupo de gente distribuía prospectos para una próxima reunión cristiana, pero algunos hombres de Durga Vahini los acometieron seriamente. Golpearon a una mujer embarazada y los obligaron a cantar los nombres de dioses hindúes.

Bihar Lucas Putaniyil de los misioneros de la caridad, es asesinado en Noeada, un lugar de Patna.

Gujarat Activistas hindúes profanaron el cuerpo de un cristiano en Gandhinagar.

Gujarat En la aldea de Darapada, una creyente, Ulus Ramji Pawar, fue atacada y asesinada vilmente.

Jhabua En Madhya Pradesh, cuatro hermanas religiosas fueron asaltadas y violadas.

Ayodhya El consejo del BJP presenta una resolución que prohíbe a los cristianos el entierro de los cuerpos dentro de los límites municipales de esta ciudad histórica.

Fuente: http://indianchristians.in/news/

Para algunos quizá la lista anterior no es suficiente, precisamente porque se ha

dejado fuera un indefinible número de ataques reprobables que han llegado hasta

la propia muerte121. Ante esto, ¿dónde se pronuncian los derechos humanos que

contrarrestan tantos abusos? Entonces se tendrían como inconcebibles los

artículos de la Constitución de India de 1950, que proporcionan los derechos

básicos de cada ciudadano. Y esa es la razón que manifiesta claramente que los

cristianos dalits son rechazados en su propia patria. Sólo para la reflexión

121

Últimas noticias de lostiempos.com –septiembre 22 de 2008- Dos ciudadanos indios de religión cristiana han sido asesinados en la región oriental de Orissa, en un episodio más de violenc ia entre

las comunidades hindú y cristiana del país, informó hoy la agencia vaticana AsiaNews. La primera de las víctimas fue capturada el pasado día 20 por "extremistas hindúes" cuando intentaba huir de un campo de refugiados en el distrito de Kandhamal, y posteriormente fue asesinado. Su cuerpo

fue descuartizado, como el de la otra víctima, de la que no se precisa la fecha del fallecimiento y que procedía del mismo distrito, origen de esta ola de violencia, según las mismas fuentes. Además, afirma Asianews, los radicales hindúes han destruido en los últimos días cuatro iglesias

católicas en diferentes regiones del país. Los choques entre ambas comunidades se iniciaron tras la muerte del l íder hindú Laxmanananda Saraswati, que los radicales hindúes atribuyeron a las minorías cristianas de la región de Orissa, algo que éstas negaron. Según datos del Consejo

Cristiano de la India difundidos por Asianews, 37 cristianos han sido asesinados en dicha región, incluidos dos pastores protestantes, 4.000 casas de personas de esta religión han sido incendiadas y 50.000 de ellos han huido de sus hogares.

75

ténganse en cuenta 3 artículos, sin decir que los otros sean menos importantes o

se cumplan más:

a. Artículo 15: prohibición de la discriminación122 por razones de la religión, la

raza, la casta, el sexo, el lugar de nacimiento o cualquiera de ellos.

b. Artículo 17: Se suprime la intocabilidad y su práctica en cualquier forma se

prohíbe.

c. Artículo 25: hay libertad de la conciencia y de la profesión libre, práctica y

propagación de la religión.

Por su parte, la Iglesia católica no se ha quedado estática; en la memoria de la

reunión de la conferencia católica de los obispos de la India en Chennai, en el año

2000, fue unánime el deseo de acentuar que la opresión y las discriminaciones

sufridas por los cristianos dalits son tan serias que se trata de un problema

ineludible, que implica la mayoría de la población católica. Por eso, debe hacerse

frente al problema de la intocabilidad y marginación, cuyo más grande infortunio

es estar presente aun entre los mismos cristianos, ya que monjas y sacerdotes se

han visto implicados en el apoyo a cristianos de casta alta para que practiquen

actos inhumanos contra los cristianos dalits.

De forma impresionante se manifestó el movimiento cristiano de la liberación dalit,

señalando que la marginación en las mismas instituciones cristianas, ha afectado

seriamente su movilidad y progreso social y económico. De ahí que llaman la

atención sobre el hecho de que si el gobierno no actúa a favor de los cristianos

dalits, la Iglesia debe hacerlo; primero, porque hace parte de su compromiso

evangélico, y segundo, porque la marginación se ha dado al interior de la misma

Iglesia. Por eso el movimiento cristiano de liberación dalit pide:

122

Cf. DEVASAGAYARAJ, Z. Tamil Nadu. En: http://www.dalitchristians.com/Html/dalitrights.htm. [Consulta: martes 12 de agosto de 2008].

76

a. Que los religiosos y sacerdotes paren el apoyo de los cristianos de casta

alta contra los cristianos dalits.

b. Que el número de los obispos dalits sea proporcional al número de

cristianos que viven la misma situación.

c. Que se nombren en las congregaciones superiores y provinciales de entre

los sacerdotes, religiosos y monjas dalits.

d. Que se dé un considerable número de cupos para los cristianos dalits en la

universidad médica de san Juan, Bangalore y en otras universidades

católicas.

e. Que no haya discriminación en la vocación al sacerdocio y a la vida

consagrada por ser cristiano dalit.

Este movimiento también señaló en sus conclusiones, manteniendo el respeto y la

cordialidad, que los obispos en su mayoría, no han hecho uso juicioso de su

autoridad, capacidad administrativa y potencial institucional para solucionar los

problemas de los cristianos dalits; en otras palabras, hay que decir con dolor que

la Iglesia católica india no ha tomado medidas para favorecerlos. Porque si bien

es cierto que el cuerpo supremo de la Iglesia católica en la India declaró que la

discriminación de castas es un pecado contra Dios y la humanidad y que por lo

tanto debe ser erradicada de la comunidad cristiana, la realidad demuestra que

los intentos han sido efímeros y poco consistentes, y que la autoridad de la Iglesia

reacciona inmediatamente sólo cuando se ven afectados los intereses de los

cristianos de casta superior.

Las cosas tuvieron tal alcance, que los propios dalits se habían manifestado un

año antes (en 1999) frente al mismo Papa Juan Pablo II. Afirmaron cómo a pesar

de ser la mayoría católica en la India, viven oprimidos por la pérdida de sus

derechos civiles y la violación de sus derechos humanos y dignidad aún dentro de

la Iglesia. Dijeron que sus problemas no se pueden solucionar a punta de

reflexiones teológicas, sino que los cambios deben ser radicales y puestos en

práctica. Con esto, ya es ineludible la responsabilidad de la Iglesia en las luchas

77

anticristianas; ahora, si el gobierno se rehúsa a actuar a favor de los cristianos

dalits, ¿cuáles son los argumentos?

a. Que el status de intocabilidad está esencialmente ligado a la religión hindú

y no a ninguna otra religión. Un dalit que adopta una religión no hindú deja

de ser dalit. Pero esto es FALSO, la intocabilidad fue basada en la raza y

no en la religión, y por más que haya cambio de religión seguirá siendo

intocable debido a su raza.

b. Que si se incluyen a los cristianos dalits en las reservas, se hará daño a los

dalits hindúes, cortándoles los recursos limitados disponibles. Eso es

FALSO. Porque los dalits cristianos forman un porcentaje pequeño de la

población India (1,4%. Sólo el 9.5% de la población total del dalit).

c. Los cristianos dalits están recibiendo ayudas de fuentes cristianas y no

necesitan la urgente inclusión. Eso es FALSO, porque las mismas

comisiones del Estado han descrito la pobreza extrema de los cristianos

dalits. Y las estadísticas muestran que las ayudas del extranjero han sido

dadas en un 80% a poblaciones no cristianas123.

Finalmente, se podrían establecer como acciones concretas de parte de los

estamentos eclesiásticos:

a. Para los obispos:

Que aseguren la igualdad y la fraternidad en la Iglesia.

Que se impulsen las comisiones diocesanas y las diversas

organizaciones para la ejecución de los planes.

Que se faciliten las vocaciones dalits al sacerdocio y a la vida

religiosa.

Hacer de la teología dalit un programa en los seminarios.

123

Cf. Ibid., [Consulta: miércoles 6 de agosto de 2008].

78

b. Para los sacerdotes:

Implicarse en la liberación y capacitación de los dalits.

Motivar a la gente con la liturgia, predicación y acción por la igualdad

y la justicia.

Establecer consejos parroquiales con representación de los dalits.

c. Para los religiosos:

Adoptar las aldeas dalits como áreas especiales de misión.

Seguir la política de educación y empleo a los dali ts.

Ayudar a los más pobres y menos favorecidos.

d. Para los laicos:

No establecer ninguna clase de discriminación en las comunidades

cristianas.

Contribuir en acciones de caridad a favor de los cristianos dalits124.

Como se ha sobreentendido, si resulta imposible generar cambios desde el

Estado, ¿no debería pensarse lo mismo desde la Iglesia? Los cristianos de la

India y entre ellos, los cristianos dalits, no deben sentirse relegados, sino más

bien, preocupados de su vivencia evangélica en medio de las relaciones con los

adeptos a otras tradiciones religiosas. Se trata entonces, de una universalidad

evangélica que es predominantemente espiritual, porque es la universalidad de la

gracia irresistible de Dios125. El mensaje de Jesús no aísla a los cristianos, sino

que los relaciona en un encuentro dialogal con aquellas personas de las demás

religiones. Tanto hindúes como cristianos deben pensar en una realidad kenótica

y no hegemónica, que los capacite para crear nuevas relaciones cargadas de

respeto hacia el prójimo de otra religión, algo que obviamente exigirá un haz de

valores y actitudes desde el espíritu evangélico.

124

Cf. Ibid., [Consulta: jueves 7 de agosto de 2008]. 125

Cf. WILFRED, Félix. Una manera de vivir nuestro cristianismo. En: Concilium, revista internacional de teología No.279. Verbo Divino, Navarra. 1999. p. 65.

79

Los modos de persecución que se han mencionado son realmente dolorosos,

ilegítimos e inaceptables, pero si no hay paz en las naciones para que haya paz

en las religiones126, entonces los cristianos, primordialmente los dalits, deberán

abogar por una universalidad transparente y sincera, capaz de elevar, transformar

y liberar de cualquier transgresión social.

3.3 EL DIOS DALIT Y EL ESTATUTO DE LOS SIN DIGNIDAD EN LA

SAGRADA ESCRITURA

Siguiendo el hilo conductor de esta pequeña investigación, es cada vez más firme

la hipótesis de que la opresión del régimen hinduista hacia el dalit se sitúa en el

plano de la dignidad e indignidad. En otras palabras, se refiere a lo categorizado

como casta superior y los outcastes o intocables, es decir, los dalits. Pero ahora

muchos de ellos han conocido a Jesucristo, asumiendo su propio estilo de vida, y

es así que su dignidad, que nunca estuvo perdida, ha revivido con nuevos

matices, a partir de la convicción de que por haber sido hechos a imagen de Dios,

el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien.

Es capaz de conocerse, poseerse y darse libremente y entrar en comunión con

otras personas; y es llamado por la gracia, a una alianza con su Creador, a

ofrecerle una respuesta de fe y amor que ningún otro ser puede dar en su

lugar127. Por consiguiente, en este apartado se quiere resignificar el tema de la

dignidad a la luz de la Sagrada Escritura, llegando a la comprensión y experiencia

del Dios cristiano dalit.

Dignidad y liberación vuelven a converger hoy en las distintas teologías de la

liberación: negra, asiática, latinoamericana, indígena, feminista, de las religiones,

etc. Su punto de partida es el hecho mayor de la negación de la dignidad humana

y de la marginación a la que se ven sometidos naciones, pueblos, comunidades o

grupos sociales, por razones de género, raza, etnia, cultura, clase, lengua y 126

Cf. KÜNG. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las dimensiones del mundo. Op. Cit., p. 23. 127

Cf. JUAN PABLO II. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, 1992. Nº. 357.

80

religión. Hay continentes excluidos a causa del huracán de la globalización

neoliberal128; culturas anegadas bajo el peso del pensamiento único; etnias y

razas que son objeto de xenofobia y racismo por la cultura dominante; clases

sociales sometidas al imperio del capital; religiones acusadas de idolátricas;

mujeres dobles y triplemente marginadas y la infame lucha antihumana contra los

dalits. Cada vez que se habla de dignidad humana salen al paso diversas

cuestiones que intentan poner en tela de juicio, por una parte, la expresión de lo

verdadero, lo bello y lo bueno; y por otra, la difícil fundamentación en una

sociedad que con mayor fuerza se proclama secularizada.

También se deben tener en cuenta los cambios acontecidos en la imagen

predominante del ser humano y en su correspondiente antropología. Por ejemplo,

en la ilustración europea sobresalía la idea de hombre como ―blanco y cristiano‖,

pero las cosas cambiaron cuando la sociedad se dio cuenta de que no todos eran

blancos ni cristianos, ni tenían por qué serlo, porque su dignidad residía en el

hecho de ser humanos. En el siglo XIX el desarrollo cultural y económico puso en

tela de juicio la idea de ser humano como burgués y propietario. Y en el siglo XX

ser humano significaba ser varón y el otro es lo que ahora se llama el sexo

opuesto129. Pero en la actualidad, en el marco de la apertura al nuevo milenio,

continúan pendientes de forma alarmante, las cuestiones sobre la dignidad en las

otras culturas, religiones y clases sociales, las cuales se plantearon durante los

tres siglos anteriores y que históricamente sostienen un gran debate. Es el caso

del sistema de castas.

Tan alta importancia se le reconoce a la dignidad humana, que aparece escrita en

las constituciones de los Estados, pero al mismo tiempo puede ser tan frágil, que

se reacciona obligando a que se la respete con la fuerza de la ley. La dignidad es

128

Cf. TAMAYO, Juan José. Dignidad y liberación: perspectiva teológica y política. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 300. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 262. 129

Cf. AMICHT, Regina. ¿es sagrada la dignidad? El ser humano, la máquina y el debate sobre la dignidad. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium Nº. 300. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 218.

81

algo que no tiene precio, y por consiguiente, no puede comprarse ni venderse 130.

Kant entiende la dignidad como expresión del carácter absoluto del ser humano

que prohíbe totalmente su instrumentalización. Para una sociedad secularizada,

este momento aparece como un supuesto dogmático incuestionable que sólo vale

para el creyente. El catecismo de la Iglesia católica presenta la dignidad de la

persona humana enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios; se

realiza en su vocación a la bienaventuranza divina y corresponde al ser humano

llegar libremente a esta realización131.

Puesto que la dignidad se presenta como vulnerable, queda en claro la exclusión

a los débiles, a quienes no son eficientes o son tenidos como cargas para la

sociedad132. La India por ejemplo, se reserva el derecho de admisión al sistema

de castas, convirtiendo a la humanidad en un club que tiene tarifas y requisitos de

ingreso. Paul Valadier133 reconoce que la dignidad de todo ser humano queda

establecida como un ideal común para todos los pueblos y todas las naciones, no

sólo por conveniencia moral o religiosa, sino con vistas a un desarrollo pacífico y

justo de la comunidad humana134.

Siguiendo el tema de la dignidad y antes de precisar las características del Dios

cristiano dalit, se construirá un pequeño camino, que desde la Sagrada Escritura

muestre las acciones de Dios en la historia, a favor de un pueblo indigno y sin

clase, pero en quien ha puesto su mirada.

El éxodo es la experiencia que constituye el primer momento en que convergen la

dignidad del ser humano y la liberación a través de un largo y complejo proceso

130

Cf. Ibid., p. 221. 131

Cf. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, 1992. No. 1700 132

Cf. AMICHT, Op. Cit., p. 224. 133

Paul Valadier nació en 1933. Sacerdote de la compañía de Jesús. Doctorado de Estado de París X Nanterre con una tesis sobre Nietzsche. Redactor jefe de la revista Études. Profesor de filosofía en las facultades jesuitas de París. Decano de la facultad de filosofía. Tam bién enseñó en

el instituto de estudios políticos de París y en la universidad católica de Lyon. 134

Cf. VALADIER, Paul. La persona en su indignidad. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 300. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 232.

82

en el que Dios aparece como telón de fondo. Puesto que el pueblo hebreo vive un

estado de esclavitud e inhumanidad bajo la dictadura de los faraones, Yahveh

toma conciencia de la situación y muestra su indignación135, asumiendo el

compromiso de liberarlo para que recupere la dignidad que había perdido.

Entonces, el Dios invisible se vuelve visible en sus obras; el Dios silencioso entra

en comunicación con el pueblo; el Dios ausente se hace presente con gestos

liberadores; el Dios lejano entra en la escena de la cotidianidad. Así, el Dios

aparentemente impasible, se muestra sensible al sufrimiento humano, al grito de

las víctimas136.

La dignidad de los seres humanos y de la tierra se encuentra al borde de los

diferentes cuerpos legislativos del Pentateuco (código de la alianza, dodecálogo

siquemita, Deuteronomio, ley de santidad, etc.). El sentido de la dignidad lleva a

reconocer y a formular con nitidez los derechos de las personas excluidas, de los

colectivos más desprotegidos y de la naturaleza. En estos grupos están los

emigrantes, los huérfanos, las viudas, los esclavos y los trabajadores137.

Los historiadores de la religión de Israel y los exegetas del Antiguo Testamento,

indican que la religión de Israel se caracteriza por el monoteísmo ético138, es decir

que, la cátedra desde donde Dios se revela son los excluidos; la gloria de Dios se

manifiesta a través de las acciones liberadoras; el conocimiento de Dios se

traduce en la práctica de la justicia. Para los profetas, la revolución empieza con

el reconocimiento de la dignidad de los seres humanos humillados por el peso de

las estructuras políticas, económicas, injustas, y por el legalismo religioso. La

dignidad no se logra a través del culto o los sacrificios, sino consolando a los

sufrientes, anunciando la Buena noticia de la liberación a los pobres y pregonando

135

Cf. Ex. 3, 7-10. 136

Cf. TAMAYO, Juan José. Dignidad y liberación: perspectiva teológica y política. En: Concilium,

revista internacional de teología Concilium No. 300. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 254. 137

―No vejarás a viuda alguna ni a huérfano, si los vejas Yahveh escuchará su clamor‖. Ex 22,20. 138

TAMAYO, Op. Cit., p. 256.

83

la libertad a los cautivos139. El otro excluido recupera su dignidad cuando hay

sensibilidad ante su exclusión, cuando se responde compasivamente a su grito.

Jesús anuncia el Reino como buena noticia para los pobres140, lo cual en palabras

de Jon Sobrino no será solo un símbolo universal de esperanza utópica, sino en

concreto, la esperanza de grupos de hombres que sufren bajo un tipo de opresión

material y social141. La buena noticia será en primer lugar, lo que hoy se denomina

liberación y que encuentra su paralelismo bíblico más en la línea profética, que en

la concepción apocalíptica de la historia universal. Con todo, Jesús de Nazaret

coloca en el centro de su mensaje y en el horizonte de su acción, el

reconocimiento de la dignidad humana a aquellas personas y colectivos sociales

excluidos por razones religiosas, sociales, políticas, étnicas o de género. Esto lo

hace de palabra y con hechos142. Sus milagros son gestos compasivos y

solidarios a través de los cuales devuelve la dignidad y la integridad a quienes

habían sido privados de ella (es la presencialidad del Reino en el ahora);

reconoce como personas a quienes eran tratados como animales, los integra en

la comunidad de los que habían sido excluidos y reconstruye el tejido social

destruido por el código de su pureza143. La comida con pecadores y publicanos,

con gente descreída y marginada, es signo de la presencia del Reino de Dios en

el mundo de la exclusión, y significa comunidad de vida con quienes se situaban

fuera de la ley, con el correspondiente escándalo para los judíos, que eran sus

cumplidores y por eso evitaban todo trato con gente impura 144. Ahora bien, se

trata de una rehabilitación no sólo en el plano individual o del propio grupo de

seguidores, sino a nivel público, ante los dirigentes religiosos y ante la sociedad.

A las personas y grupos a quienes la sociedad y la religión consideraban indignos,

139

Cf. Is 1,16-17; 61,1-3; Am 5,14-15. 140

Cf. Lc 4,18; Lc 7,22; Mt 11,5; Lc 6,20. 141

Cf. SOBRINO, Jon. Relación de Jesús con los pobres y desclasados. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 150. Cristiandad, Madrid. 1979. p. 465. 142

Cf. Mt 21,31. 143

Cabe recordar que el principal motivo de exclusión a los dalits es porque son considerados ritualmente impuros. De ahí viene el nombre de intocable. 144

Cf. TAMAYO, Juan José. Dignidad y liberación: perspectiva teológica y política. Op. Cit., p. 258.

84

Jesús los declara dignos ante Dios y ante los seres humanos. Podría indagarse,

¿Habrá alguna relación con este proyecto? ¿Judíos ortodoxos e hinduistas de

extrema derecha? ¿Pecadores publicanos y dalits? ¿Cristianos de la diáspora y

dalits convertidos al cristianismo? Quizá totalmente.

Puesto que la categoría ―dalit‖ suele ser desconocida, podría pensarse

paralelamente en Bartolomé de las Casas y la defensa de la dignidad de los

indios, en perspectiva teológica y política desde la doble dimensión religiosa y

humanitaria145; o en Dietrich Bonhoeffer, el teólogo mártir que experimentó la

lucha contra el nazismo y la elaboración de una ética de la resistencia desde su

experiencia religiosa radical146.

No obstante, la incoherencia más absurda que emergente hasta hoy sigue siendo

la lógica de desigualdad e indignidad causadas por el sistema de castas y

agravado por el incumplimiento de la constitución de la República India, puesto

que la ley no aborda eficazmente la cuestión de las castas ni de los intocables.

Con la lista de magnicidios analizados es patente que no se han erradicado los

asesinatos por dote, ni tampoco el sati147. Al respecto Linda Hogan se pronuncia

diciendo que ―las leyes personales han fomentado el nativismo y el comunalismo,

y la derecha hinduista se ha apropiado de la propuesta de un código civil uniforme

en nombre de la supremacía hinduista‖148.

Las realidades sociales de la casta en la India contemporánea muestran un

sistema caracterizado por tensiones y contradicciones filosóficas y políticas. Pero

también se ha visto que los rasgos de la vida urbana moderna, han socavado las

líneas divisorias tradicionales y se han echado abajo las barreras entre castas

145

Cf. GUTIÉRREZ, Gustavo. En busca de los pobres de Jesucristo. El pensamiento de Bartolomé

de las casas. Salamanca: Sígueme, 1993. 146

Cf. BONHOEFFER, D. Resistencia y sumisión. Barcelona: Ariel, 1969. 147

Se entiende como la inmolación de la viuda en la pira funeraria del marido. 148

HOGAN, Linda. La construcción de la dignidad humana en el diálogo interreligioso. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 300. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 272.

85

adyacentes, aunque no por eso se aminora el maltrato y la marginación, cuando

lo importante es priorizar los intereses personales.

Sólo cuando el cristiano dalit es consciente de la realidad que vive y la forma en

que debe interactuar con ella, comprenderá que el Dios en quien espera los

bienes salvíficos interviene en la historia, asumiendo el peso y el dolor de la

humanidad, sufriendo con ella y superando todos los fracasos y padecimientos

que son inherentes al ser humano149. El cristiano dalit debe identificar y

experimentar evangélicamente en la proclamación de la cruz, la liberación que de

ella procede: la cruz es pobreza, despojamiento, abajamiento radical para

confundir la sabiduría del mundo y revelar la sabiduría de Dios (1Cor 1,17). Y él

es el primer destinatario de este mensaje de liberación.

Ya desde la Sagrada Escritura se muestra la preocupación por la gente sin

dignidad que pisa el suelo de Israel150. El esclavo (´ebed), el extranjero inmigrado

(ger), el mísero y abandonado (miskén), el hombre que inspira vergüenza (ras), el

débil (dal), el necesitado (anaw), el oprimido (ebyón), el que sólo puede decir sí al

amo (aní) y por qué no el roto y pisoteado (dalit).

Para llegar a la concepción del Dios dalit, sería pertinente recordar la propuesta

del Dios crucificado, obra de Moltmann admirada por Ignacio Ellacuría pero

transformada en una teologización más urgente: el pueblo crucificado. Y

ciertamente los cristianos dalits son un pueblo crucificado, un auténtico siervo

sufriente de Yahveh151. Claro está que se trata de una propuesta teológica de J.

Sobrino para los pueblos latinoamericanos, pero aquí podría hablarse no

ilegítimamente de los dalits como pueblos crucificados, lenguaje fáctico-real,

porque cruz significa muerte, y muerte es aquello a lo que están sometidos de mil

149

Cf. MC DONAGH. La dignidad de Dios y la dignidad de los sin dignidad. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 147. Cristiandad, Madrid. 1979. p. 572. 150

Cf. BIANCHI, E. El estatuto de los sin dignidad en el Antiguo Testamento. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 150. Cristiandad, Madrid. 1979. p. 452. 151

Cf. Isaías 42, 1-4.

86

maneras, numerosos pueblos, no sólo los de América Latina. Es una muerte lenta

pero real, causada por la pobreza y las estructuras opresoras, pero al mismo

tiempo es muerte violenta por la represión y las guerras. También es cruz porque

evoca pecado y gracia, acción de los hombres y acción de Dios. Es Dios quien se

hace presente en esas cruces y, los pueblos crucificados son signo de la

presencia de Dios en el mundo152.

Aunque en las líneas de este apartado se ha matizado un poco quién es el Dios

dalit, sencillamente podría resumirse en que es el Dios que actúa situacional y

liberacionalmente. Si se dice que los dalits son los siervos de la sociedad, con

ellos se identifica el Dios cristiano, un Dios que sirve; por eso la imagen de Isaías

acerca del Siervo sufriente. Los dalits de la India no han probado mejor suerte que

servir, y Jesucristo también sería un dalit en ese sentido. Siendo Hijo del Hombre

no tiene dónde reclinar la cabeza (Mt 8,20) y su suerte es el sufrimiento y la

muerte (Mc 8,31; 9,12; 10,45). Él se identificó con los dalits de su tiempo: come y

bebe con publicanos y recaudadores de impuestos (Mc 2,15-16). Su calidad de

dalit es atestiguada en el manifiesto de Nazaret (Lc 4,16-29) y la defensa que

hace de los derechos de los gentiles en la expulsión de los mercaderes del templo

(Mc 11, 15-19). El símbolo definitivo será Jesús en su pasión y en la cruz, que se

siente totalmente abandonado, incluso por Dios153.

Dhyanchard Carr sugiere que en el Evangelio de Mateo se presenta un Jesús que

opta por la multitud galilea despreciada en contra de la élite sofisticada y farisaica

de judea y de la diáspora154, por eso podría señalarse como el evangelista que

152

Cf. SOBRINO, Jon. El principio misericordia. Bajar de la cruz a los pueblos crucificados. Bilbao:

Sal Terrae, 1992. p. 86. 153

Cf. AMALADOSS, Op. Cit., p. 55. 154

San Mateo también es el Evangelio que deja patente el tema de las persecuciones (Mt 10,16-

33), lo cual guarda una especial relación con los dalits, ya que si en ese entonces muchos vivían múltiples vejámenes por la llamada sociedad de clase, hoy no lejos se está de padecer la misma realidad. Por boca de Jesús Mateo alude a los sufrimientos y las contradicciones por las que

estaban pasando sus comunidades, signo de lo que ocurrirá a todo cristiano comprometido con el Evangelio. Mateo no dramatiza retóricamente. La comparecencia ante tribunales, los azotes, los desgarros familiares después de la expulsión de la comunidad cristiana de la sociedad judía en el

87

proporciona paradigmas para una teología dalit155, para un Dios dalit que se hace

uno más y nunca se queda impasible ante el rostro crucificado de un oprimido.

3.4 EL DALIT, UNA APUESTA A LA TRILOGÍA: CONVERSIÓN,

PERSECUCIÓN, LIBERACIÓN

Pese a que ya se dieron algunos elementos claves sobre la manera en que han

sido y siguen siendo perseguidos los cristianos dalits, todavía se considera

oportuno indagar sobre un movimiento dialéctico y dinámico en la lógica de

interacción entre las fuerzas extremistas hindúes y las masas inermes cristianas,

denominadas intocables. Es decir, que los cristianos dalits no podrían ser

perseguidos si antes no se hubieran convertido, ni podrían ser liberados sin

sentirse perseguidos.

3.4.1 La conversión: nueva experiencia de vida en Cristo

Un pensador cristiano, llamado Yohannan, cuenta la historia de un indio nativo

llamado Anand, quien era un ferviente devoto de su diosa en el hinduismo. Pero

empezó a ver que luego de 10 años, no podía encontrar la curación para una

parálisis que lo tenía postrado. Las medicinas no le funcionaban y sentía que su

diosa no lo escuchaba. Y como si fuera poco, llevaba una vida de intocable por

haber nacido en uno de los grupos dalits. Una vez, un vecino llamado Chapa

empezó a hablarle de Jesús y él escuchaba atentamente. Pasado el tiempo,

sentía en su vida un alivio a la desesperación y una inconmovible alegría y paz en

su corazón. Y cuando Chapa comenzó a orar por él, de repente se fue curando de

la parálisis156, hasta gozar de un excelente estado de salud.

año 70, el odio, etc. Pero también es un discurso de aliento y esperanza. La causa de la Buena

noticia no es una causa perdida, aunque a veces lo parezca, no es un proyecto humano, sino de Dios, quien dará fortaleza y confianza a los que se comprometan con ella. En: SCHÖKEL, Luis Alonso. La Biblia de nuestro tiempo: Biblia del peregrino. Bilbao: Mensajero, 2006. p. 1850. 155

Cf. Ibid., p. 56. 156

Cf. YOHANNAN, K.P., USA, 2007. http://www.gfa.org/healing-for-a-paralyzed-heart [Consulta: martes 19 de agosto de 2008].

88

Como este, muchos otros casos han ilustrado diversas maneras de conversión al

cristianismo, no tanto en el sentido como aconteció en el edicto de Milán en el año

313, donde se permitía al cristianismo y a los habitantes libres del imperio, entera

libertad de seguir la religión que quisieran157, sino que en una experiencia

profunda y personal, muchos han decidido adherirse plenamente al Señor Jesús.

Y para eso se requiere la fe como opción del creyente por el Dios que se le ha

revelado y a quien quiere entregarle su vida 158. El dalit ha puesto una fe que le

pide la aceptación de un riesgo, una orientación diferente en la que debe buscar

con empeño la entrega radical a Dios para quererlo sobre todas las cosas.

Conversión significa cambiar la manera de pensar y de actuar al modo de Dios, es

decir, revolucionarse interiormente. Por eso Jesús dice: ―convertíos porque el

Reino de los Cielos está cerca‖ (Mt 3,2; 4,17). Convertirse no consiste en hacer

ejercicios piadosos, sino en un nuevo estilo de comprender y definir

auténticamente la vida delante Dios y ante la novedad por Jesús. A Jesús no le

interesa tanto si el hombre ha cumplido las prescripciones legales de la religión, o

si ha pagado el diezmo; sino más bien, si el hombre está dispuesto a vender sus

bienes para adquirir el campo donde se encuentra el tesoro escondido (Mt 13, 44-

46) y si para obtenerlo tiene el valor de abandonar familia y fortuna (Mt 10,37) o

incluso, si debe poner en peligro su propia vida (Lc 17,33)159.

El dalit que ha comenzado a ser cristiano, podría tomar las palabras de san Pablo

y anunciar también de viva voz, que ―juzga todo como pérdida ante la sublimidad

del conocimiento de Cristo Jesús, el Señor, por quien se pierden todas las cosas,

y se tienen por basura para ganar a Cristo (Fil 3,8); también, que ha ―encontrado el

tesoro y las piedras preciosas‖ (Mt 14,44-46) por las que vale la pena dejarlo todo

y seguir el camino descubierto. Esta confesión del dalit podría entenderse como

157

Cf. PATIÑO F. José Uriel. Historia de la Iglesia. La Iglesia comunidad e institución, protagonista de la historia. Bogotá: san Pablo, 2004. p. 111. 158

Cf. LOPEZ AZPITARTE, Eduardo. Nuevo Diccionario de teología. Madrid: Trotta, 2005. p. 179. 159

Cf. BOFF, Leonardo. Jesucristo el liberador: ensayo de cristología crítica para nuestro tiempo. Santander: Sal Terrae, 1985. p. 78.

89

eminentemente cristiana, ya que no incluye títulos mesiánicos de Jesús, ni recoge

discusiones o matices sobre el contenido ontológico de su realidad huma na o

divina, sino que implica un encuentro con Su persona y un compromiso a favor de

Su reino, expresado desde la realidad de exclusión y marginación del sistema. Es

una confesión de vida160.

Ahora bien, la identidad cristiana del dalit tendrá fuerza y autenticidad en tanto

haya un seguimiento de Jesús161 y mientras procure rehacer en su historia la vida,

actividad, actitudes y destino de Jesús de Nazaret con el convencimiento de que

eso también es bueno y salvífico para toda la historia de la humanidad. De ahí

que debe encarnarse trascendental e históricamente; después realizar una

práctica salvífica que se concretiza en la misericordia y finalmente tomar su propia

cruz, no en sentido doloroso, sino con la esperanza puesta en la resurrección. En

síntesis, la identidad cristiana del dalit consiste en asemejar su propio ser humano

como el ser de Jesús, parecerse a Él, y adecuarse a lo que Él realmente es 162.

Es por esas razones y convicciones profundas, por las que muchos dalits no han

vacilado en redireccionar sus vidas en clave de Jesús. El 15 de Octubre de 2006,

miles de dalits organizaron una marcha para convertirse masivamente al

cristianismo y al budismo, protestando contra las nuevas leyes que prohíben

abandonar el hinduismo. Las ceremonias de conversión tuvieron lugar en Nagpur

y se realizaron para celebrar el 50º aniversario de la conversión al budismo de

Ramji Ambedkar, un dalit que fue uno de los redactores de la Constitución

política.

160

Cf. PIKAZA, Xabier. Nuevo Diccionario de teología. Madrid: Trotta, 2005. p. 195. 161

El punto delicado aquí, es que muchos, no todos los dalits, se convirtieron al cristianismo con la esperanza de liberarse del régimen opresor hinduista. 162

Cf. SOBRINO, Jon. Nuevo Diccionario de teología. Madrid: Trotta, 2005. p. 450.

90

Ese día, monjes budistas y sacerdotes cristianos administraron los votos

religiosos en ceremonias separadas a unos 10.000 dalits163. Y aquí podría

cuestionarse nuevamente la autenticidad cristiana de esa conversión, ya que

puede tratarse de una simple forma de protesta política contra la discriminación.

Lo cierto es que desde entonces se iniciaron nuevos episodios de violencia contra

los convertidos al cristianismo, en los que aparte de atentar física y moralmente,

los movimientos radicales o hindúes, persuaden a los nuevos cristianos para

volver a la religión hindú. Algunos obispos locales subrayan que un medio para

poner fin a este fenómeno es la educación, a fin de que los cristianos dalits sean

informados sobre su derecho a elegir libremente y en conciencia, el propio culto

religioso.

En algunos estados indios existe en vigor una ley sobre la libertad religiosa que

requiere en cada conversión el examen y la autorización oficial de un magistrado.

La Iglesia ha visto esta medida como discriminatoria y lesiva para la libertad de la

conciencia. El periódico Asia News cita fundamentalistas hindúes como el Vishwa

Parishad (ala religiosa del Bharatiya164) y el Rashtriya Swayam Sang (grupo

paramilitar hindú) quienes son los responsables, desde hace varios años, de la

campaña de ataques, violencia e intimidación contra los cristianos.

Es en dicha dialéctica, en la que muchos cristianos dalits han decantado su fe, en

tanto que han visto en Jesús no un superhéroe, sino un hombre que vivió en

plenitud por los demás, abriendo un cuerpo de comunión de humanidad

163

Cf. WIKINOTICIAS, 2006. http://es.wikinews.org/wiki/ Los_intocables_de_la_India_se_ convierten_masivamente_al_cristianismo_y_al_budismo. [Consulta: miércoles 20 de agosto de 2008]. 164

The Bharatiya Janata Party (BJP) (Hindi: , translation: Indian People's

Party), founded in 1980, is a major political party of India. Alleged to represent the country's majority community and Centre-right in nature, the party advocates conservative social policies, self

reliance, robust economic growth, foreign policy driven by a nationalist agenda, and strong national defense. The party has a strong relation with the Sangh Parivar, in which the Rashtriya Swayamsevak Sangh plays a leading role. The BJP, in alliance with several other parties, was in

power from 1998 to 2004, with Atal Bihari Vajpayee as the Prime Minister and Lal Krishna Advani as his deputy. It is the biggest constituent of the National Democratic Alliance which currently is in the opposition.

91

compartida165. Es decir, que Jesús murió como tantos millones y millones de

asesinados en la historia, siendo uno de tantos (Fil 2,6-11), pero el único en quien

muchos han descubierto la gracia de Dios y la comunicación de amor, dada a los

hombres, para que todos fueran uno sólo. Él no instituyó un culto, sino que hizo

algo más: predicó un nuevo ser.

Por lo tanto, es más fácil confesar una religión que convertirse 166, y lo que Jesús

tiene en la mente es una conversión total; por eso son pocos los que hasta ahora,

han podido ser verdaderamente sus discípulos. El dalit que se convierte al

cristianismo debe pensar no en una religión a la que se adhiere, sino a una

persona, a Jesús de Nazaret. Esa conversión es muy radical y conlleva un cambio

en el comportamiento y en la afectividad del individuo hasta el punto que arrastra

con su ejemplo a otras personas para transformar la sociedad. Dicho seguimiento

se podría concebir como el anuncio permanente de la persona del Señor Jesús,

sin importar las consecuencias, incluso bajo el riesgo de perder la vida, como se

verá más adelante.

3.4.2 Ser perseguidos a causa de Cristo

Las estadísticas de una lista publicada por Open Doors`2008 World Watch, un

portal web, indican que siendo cristiano, el peor lugar que se puede escoger para

vivir en el mundo es Corea del Norte; se confirmó que este país estuvo por seis

años consecutivos en la posición número 1 de los países con más persecución de

cristianos, señalando que en el 2007 hubo más arrestos que en el año anterior.

Allí, los ciudadanos tienen estrictamente prohibido adorar a otros dioses que no

sean los impuestos por la religión del Estado; por eso los cristianos son vistos

como una amenaza. Y es debido a las grandes torturas, a las que se ven

expuestos los cristianos que son encontrados profesando su fe, que se han visto

en la obligación de vivir prácticamente en el anonimato. 165

Cf. PIKAZA, Xabier. Violencia y diálogo de religiones un proyecto de paz. Santander: Sal Terrae, 2004. p. 192. 166

Cf. ONIMUS, Jean. Jesús en directo. Santander: Sal terrae, 2000. p. 138.

92

Un artículo en the Christian post estima que en Corea del Norte hay por lo menos

200.000 cristianos que viven en la clandestinidad, y cerca de 500.000 creyentes

que practican su religión en secreto. En la segunda posición se encuentra Arabia

Saudita, en donde la apostasía es castigada con pena de muerte si el acusado no

se retracta. Y en la lista continúan Irán, Maldivas, Bután, Yemen, Afganistán,

Laos, Uzbequistán, China y hasta la India, que con demasiada frecuencia ha sido

campo de horrorosos actos de violencia entre miembros de distintas

denominaciones religiosas.

La razón está en que muchos han tomado fuertes actitudes fanáticas, reafirmando

con un fundamentalismo religioso, una reacción conservadora para mantener la

lealtad a unos valores y creencias propias que creen en peligro167; mientras tanto

para otros el hogar ha dejado de ser un lugar de refugio que se ha convertido en

un campo de exterminio.

Por detrás de la apariencia de civilidad, el odio hace explosión y se deja ver en las

viviendas incendiadas, cuerpos caídos, las manos extendidas implorando ayuda y

las manos cruzadas de quienes atentan el poder y cínicamente juegan con el

destino de las personas. Hoy por hoy, las Iglesias de la India, ortodoxa y católica,

así como las Iglesias protestantes y una amplia gama de Iglesias pentecostales

están sumidas en el desconcierto y la tristeza, preguntándose cuál sería la mejor

forma de ejercer el llamado a ser comprometidos artífices de la paz en el contexto

de la violencia religiosa. ¿Qué significa proclamar el Evangelio de la paz y la

reconciliación en ese contexto? ¿Cómo pueden las Iglesias demostrar su caridad

y al mismo tiempo decir la verdad al poder?

Y mientras unos pocos dedican su intelecto a divagar sobre estas cuestiones,

otros viven la cruel realidad de la persecución. Cuatro monjas misioneras fueron

violadas por militantes hindúes en el distrito de Jhabua de Madhaya Pardesh, el

167

Cf. MENAMPARAMPAR, Thomas. La dimensión cultural de la conversión. En: Omnis terra No. 381. 2008. p. 235.

93

23 de septiembre de 1998. Mons. Rafael Cheenat, quien dirige una de las

diócesis más golpeadas, Cuttack y Bhubaneswar en el golfo de Bengala, afirmó

que había seis fallecidos y 5.000 personas sin hogar, además de daños

materiales como la destrucción de cerca de 70 iglesias, 600 casas, 6 conventos y

3 seminarios. Nirmala Joshi, superiora de las Misioneras de la Caridad, hizo un

llamado a los cristianos a perdonar los actos violentos, teniendo en cuenta que los

actos de amor son también actos de paz.

En general, un 85% de los cristianos dalits continúan viviendo en tugurios y no

pueden darse el lujo de cambiar de ambiente. Un dalit trabaja en la misma aldea,

por el mismo salario al mismo patrón, soportando la misma tiranía, abuso e

incluso la muerte; y esto se ve sobredimensionado cuando se trata de un

cristiano. Para ellos la persecución se ha convertido en una pesadilla de la que

hay que despertar cuanto antes. No obstante, en la medida en que esta ignominia

se traduzca en gestos de amor verdaderamente cristianos, se evidenciará que la

radicalidad por el Reino aún sigue siendo paradigmática y que cobra sentido,

pese a los múltiples e inciertos avatares que atraviesa el cristianismo del siglo

XXI.

3.4.3 Sentido de la liberación del dalit

La expresión ―liberación‖ en sí, representa la esencia misma del mensaje

revelado, y efectivamente, el Evangelio de Cristo es un mensaje de libertad y una

fuerza de liberación. No es propiamente algo recibido de la tradición y referido a

una determinada situación histórica; es más bien, una interpelación de la realidad

histórica a personas de fe168. Hay que tener en cuenta que la liberación es ante

todo, de las necesidades básicas, sin cuya satisfacción asegurada no puede

hablarse de vida humana ni menos de vida humana digna, tal como corresponde

a los hijos de Dios. Ya se dijo que el dalit tuvo una conversión al cristianismo,

168

Cf. ELLACURÍA, I. Nuevo Diccionario de teología. Madrid: Trotta, 2005. p. 529.

94

pero luego empezó a vivir el fenómeno de la opresión, y ahora desde su ser

cristiano, debe construir el camino de la liberación.

Pero la liberación para el dalit lo será también de las realidades que atemorizan y

aterrorizan al ser humano, y en ella va incluida la superación de todas aquellas

instituciones jurídicas o ideológicas que mantienen a los individuos y a los pueblos

movidos más por el temor del castigo o el terror del aplastamiento, que por el

ofrecimiento de ideales y de convicciones humanas; es lo que debería llamarse

liberación de la represión169, que histórica y socialmente se puede presentar en

variadas formas, que se mencionarán posteriormente.

Para no perder el horizonte, debe mantenerse la figura de Jesucristo como el

verdadero liberador de la conciencia oprimida. Él alza su voz para hacer oír su

impresionante protesta contra toda forma de esclavizar al hombre en nombre de

la ley; la conversión que Jesús pide y la liberación que alcanzó para la

humanidad, conducen a hacer del amor la norma de vida. Y como si fuera poco, la

liberación de Jesús se efectúa en clave del Reino de Dios, lo cual supone una

revolución del mundo de la persona; en este caso el dalit cristiano podrá sentirse

liberado de los convencionalismos absurdos, del autoritarismo y de las fuerzas y

potestades que sojuzgan al hombre170.

Desde la teología de la liberación, que será explicitada en el cuarto capítulo, cabe

la posibilidad de pensar en ciertos niveles fundamentales y que fácilmente podrían

aplicarse al dalit por ser cristiano, a saber: la liberación socioeconómica de clases

y pueblos oprimidos; la liberación interior del hombre en la historia, por la que

169

Cf. Ibid., p. 536. 170

Cf. BOFF. Jesucristo el liberador: Ensayo de cristología crítica para nuestro tiempo. Op. Cit., p. 86.

95

asume un propio destino y finalmente, la liberación del pecado y por la que entra

en comunión con Cristo en un único proceso de sentido171.

Cuando se dice, desde el contexto de la comunidad primitiva, que los marginados

están más cercanos del Reino de Dios que los demás, implica que se rompan

todos los convencionalismos sociales de la época, y en ese entonces se

observaban estrictamente las diferencias de clase social entre ricos y pobres,

familiares y extraños, sacerdotes del templo y levitas de las pequeñas aldeas,

fariseos, saduceos y publicanos. Los que practicaban las profesiones

despreciables eran evitados en lo posible y maldecidos; era el caso de los

pastores, los médicos, los sastres, los barberos, los carniceros y sobre todo, los

publicanos (recaudadores de impuestos), considerados como colaboradores de

los romanos172.

Pero Jesús ante esta estratificación social se comporta con absoluta indiferencia,

es decir, sin importar quien sea, tal como lo haría hoy con un dalit que estuviera

dispuesto a seguirlo, y eso es ciertamente liberación. Él no se atiene a los

convencionalismos religiosos, como lavarse las manos antes de comer o de entrar

en una casa, no respeta la división de clases y habla con todos. Busca el contacto

con los marginados y despreciados y a los que se escandalizan les afirma que no

vino a llamar a justos sino a pecadores, y que no necesitan de médico los sanos,

sino los que están enfermos (Mt 9, 12-13). Nada mejor para comprender esto que

evocar el testimonio de los primeros siglos. Torres Queiruga dice que si hay algo

que fascina en las cartas de Pablo es justamente esa sensación de liberación, ese

ancho respiro, de quien en Cristo se siente, por fin, libre de una carga opresiva e

insoportable. ―Para que seamos libres, nos liberó Cristo‖. (Gál 5,1)173.

171

Cf. VIVES, Joseph. Sobre la teología de la liberación. Contribución a un tema en conflicto. En: Selecciones de teología. No 92. 1894. p.254. 172

JEREMIAS J. Jerusalén en tiempos de Jesús. Madrid, 1997. p. 23. 173

Cf. TORRES QUEIRUGA, Andrés. Recuperar la salvación. Para una interpretación liberadora de la experiencia cristiana. Bilbao: Sal Terrae, 1995. p. 56.

96

Decir que el dalit cristiano experimenta la liberación es reconocer que Jesús le

confiere una nueva identidad, por la cual se transforma en un hombre nuevo que

ha superado las profundas alienaciones que tenía en él y en su historia. Sólo así

comprenderá que ya no son esenciales a la vida del ser humano las estructuras

sociales y religiosas, sino la fuerza de su decisión interior y de la autonomía

responsable que busca lo que quiere y conoce para lo que vive 174. Este es quizá

uno de los puntos de llegada del presente trabajo, luego del recorrido planteado,

que como se indicó, a la luz de la teología de la liberación asiática adquirirá

nuevas dimensiones.

Finalmente, se podrán reafirmar las dimensiones que cobra con más fuerza el

movimiento de liberación dalit cristiano, con un elenco de fechas que demuestran

acciones eclesiales conjuntas y concretas para propiciar el diálogo sobre el

fenómeno de los cristianos dalits en la India. Para ello se han seleccionado las

reuniones públicas entre 1988 y 1998:

24 de septiembre de 1988: Una reunión enTrichy

17 de agosto de 1990: Reunión masiva en Nueva Delhi

28 de octubre de 1992: reunión en Hyderabad

21 de noviembre de 1992: reunión en Vijayawada.

1 de marzo de 1994: Reunión cristiana que exige igualdad de derechos.

3 de marzo de 1994: Memorando de veinte arzobispos y obispos de la India

para el gobierno.

12 de marzo de 1994: Conferencia cristiana unida llevada a cabo en Madurai.

25 de octubre de 1994: reunión en la región de Karnataka.

6 de marzo de 1994: reunión en Tamilnadu.

29 de octubre de 1994: Huelgas de hambre en las regiones de Andhra

Pradesh.

174

Cf. BOFF. Jesucristo el liberador: ensayo de cristología crítica para nuestro tiempo. Op. Cit., p. 92.

97

24 de abril de 1995. Huelgas de hambre en muchos lugares en Tamil Nadu y

Andhra Pradesh.

27 al 28 de abril de 1995: reunión en Nueva Delhi.

18 de noviembre de 1995: Reunión en Madrás.

18 de noviembre de 1995: reunión en Nueva Delhi.

21 de noviembre de 1995: Cierre de las instituciones educativas cristianas.

7 de julio de 1996: delegación de obispos cristianos para un memorándum al

gobierno.

27 de noviembre de 1996: discusión por igualdad de derechos.

27 de noviembre de 1997: Conferencia nacional sobre derechos humanos

3 de octubre de 1998: REUNIÓN SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS .

7.000 personas efectuaron una reunión en Nueva Delhi, la capital nacional,

exigiendo el cumplimiento de los derechos constitucionales para los cristianos

dalits.

Recogiendo este capítulo, podría decirse que ha sido el cristianismo, desde su

irrupción en la India, una ventana no sólo para vislumbrar la liberación sino que es

necesario atravesar para alcanzar el verdadero significado de Jesucristo. A este

gran reto se han unido mayoritariamente los dalits, quienes con un nuevo ardor

religioso y apostólico vienen enfrentando hace varias décadas la violencia

extremista del hinduismo hasta el riesgo de perder su propia vida, la cual se

debate constantemente en un dilema de conversión y persecución, pero que se

transformará en la liberación plena y definitiva, a través del gran evento: Jesús de

Nazaret.

98

4. EL DALIT CRISTIANO: DE LA EXPERIENCIA DE LA FE A LA

FORMULACIÓN TEOLÓGICA

Llegados a esta cuarta parte del proyecto, es imprescindible que se haya asumido

cierta claridad, en primer lugar, respecto a la comprensión socioreligiosa del dalit,

y seguidamente, frente al contexto emergente del dalit cristiano en la India, a la luz

de tres categorías fundamentales: conversión, persecución y liberación. Ahora

bien, no podrían dilucidarse ni plantearse reflexiones en torno a estos temas, si no

es, efectivamente, desde los instrumentos de la teología, concretamente de la

teología asiática, la cual será un referente ineludible cada vez que se quiera llegar

a la teología del dalit.

Consiguientemente, la premisa de la identidad cristiana del dalit (objeto del tercer

capítulo) encarna una experiencia propia de fe, que puede verse, juzgarse,

traducirse y plasmarse gracias a la teología. Es decir en otras palabras, que lo que

se vivió y se sigue viviendo, se escribió y se sigue escribiendo; pero como la

teología no es literatura, cada teólogo, y aun más, cada fiel puede descubrir su

vivencia cristiana, iluminada por la revelación, en su propia historia, a través de los

acontecimientos del dalit cristiano.

En primer lugar, se definirán unos presupuestos para la comprensión de una

teología dalit, haciendo hincapié en la misma realidad asiática; después se

indicarán los lineamientos que definen y fundamentan la teología dalit, dejando

claro lo que es y lo que no es. Y finalmente, se tomarán en consideración los

horizontes que señalarán la trayectoria de la teología dalit.

99

4.1 PRESUPUESTOS PARA LA COMPRENSIÓN DE UNA TEOLOGÍA DALIT

La aparición de una teología dalit en la India, es necesariamente un

acontecimiento significativo en la historia del cristianismo indio, constituido

principalmente desde la experiencia histórica de la opresión. Algunos podrían

concebirla en el contexto de las luchas de una comunidad contra el sistema de

castas, pero su trasfondo implica algo más que eso: un proceso interior de

apropiación y seguimiento de Jesús con base en un marco situacional concreto.

Hay que tener en cuenta sin embargo, que la preocupación por formular una

teología dalit emergió dentro del movimiento cristiano de la liberación dalit, y ese

movimiento de la liberación subyace en el contexto indio, y la India es un Estado

inherente al continente asiático. Por esto, la teología dalit no se puede circunscribir

al marco de la India solamente, sin reconocer sus lazos de unión a todo el

constructo de la teología asiática.

Así, es interesante la identificación de un proceso no tanto mancomunado como

simultáneo, y esto se explica no solo desde la teología dalit de la India, sino desde

los minjung de Corea, o la teología de la lucha en Filipinas. Por estas razones se

pondrán en cuestión la realidad cristiana de Asia y hasta qué punto se conjuga con

la realidad del dalit cristiano; de igual manera podría suceder con la teología dalit

en el contexto de la teología asiática.

Balasundaram sugiere que los pensadores cristianos contemporáneos merecen

una escucha comprensiva e inteligente175, porque sus expresiones de fe brotan del

dolor y el sufrimiento, lo cual es latente en la teología dalit. Sus puntos de vista

son aplicables porque surgen de las reflexiones de fe del pueblo; los pobres, los

oprimidos y los marginados presentes en toda la circunscripción asiática. Tanto los

teólogos dalit como el resto de teólogos contemporáneos asiáticos expresan lo

que el pueblo siente, piensa, dice y hace, aquello por lo que sufre y espera, según

175

Cf. BALASUNDARAM, Franklyn J. Teología cristiana asiática contemporánea. Navarra: Verbo Divino, 1999. Prefacio a la obra.

100

su situación existencial; por esto sus reflexiones de fe se centran en el sufrimiento

y la esperanza. Claro está, dice Balasundaram, los teólogos contextuales podrían

significar movimientos en sí mismos y tomar diferentes direcciones en las que se

percibe convicción, valentía, apertura y una postura comprometida con la verdad y

la justicia, todo ello unido a su compasión y amor por los marginados. La pregunta

central de la teología asiática, también apropiada por la teología dalit es ¿Cómo

ser fiel y dar testimonio del poder liberador del evangelio de Jesús, el Cristo y el

Señor?

Como es claro, la situación contemporánea contextual de Asia es inestable176 y

cambia enormemente de unos países a otros, pues en los países asiáticos hay

trasfondos y situaciones variadas y complejas como el caso de la India. De ahí

que no es posible hablar de Asia en una sola palabra, porque siempre que se

intentan abordar realidades asiáticas, hay un enfrentamiento a una pluralidad de

tradiciones, culturas, lenguas y religiosidad que harían imposible decir nada en

absoluto sin hacer injusticia a su riqueza y diversidad 177. Y realmente, cada Iglesia

en Asia tiene una historia diferente, influencias diferentes, santos o mártires

distintos y experiencias diversas. Por eso, se abordará a continuación lo propio de

la teología dalit y qué contribución le hace a la teología asiática.

Finalmente, siguiendo a Abesamis178 se indicarán al menos tres elementos

primordiales para elaborar la reflexión teológica desde la situación asiática, los

cuales también serían propicios en la teología de los cristianos dalits. En un primer

momento, la experiencia y el compromiso. Abesamis afirma que un teólogo no

puede reflexionar e interpretar el significado de una concreta situación vital

176

Cf. Ibid., p. 12 177

Cf. NICOLÁS, Adolfo. El Cristianismo en crisis: Asia. En: Concilium, revista internacional de teología No.311. Verbo Divino, Navarra. 2005. p. 354. 178

El P. Carlos Abesamis, S.J. recibió su formación teológica en Innsbruck (Austria) donde tuvo como profesor a Karl Rahner. Hizo estudios bíblicos en el Pontificio Bíblico de Roma. En la actualidad es profesor de Sagrada Escritura en la facultad de teología Loyola de Manila, en el

seminario S. Francisco Xavier de Davao; también trabaja como teólogo bíblico para el secretariado Nacional de acción social, Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal y es miembro de la EATWOT.

101

humana, a no ser que la haya experimentado. Pero no sólo se necesita la

experiencia, sino que el teólogo se comprometa con la vida y la salvación, con la

gente. Comprometerse es tomar parte en la historia común de los demás, luchar

por la vida y por la salvación individual y social179. En segundo lugar, el análisis,

para entender e interpretar el conjunto de la experiencia vital, el cual debe ser

riguroso frente al conjunto de la situación específica. Se abarcan los factores

interpersonales, históricos y sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos.

Y finalmente, los textos de la Sagrada Escritura permiten situar el presente dentro

de una historia de salvación que tiene un pasado, un presente y un futuro.

4.1.1 Realidad del cristianismo en Asia: ¿realidad del dalit cristiano?

Si se quiere matizar el cristianismo asiático contemporáneo para llegar al dalit

cristiano, valdría la pena sentar las bases fundamentales que han construido este

gran continente. Efectivamente, Asia es la masa continental más vasta de la tierra

y está habitada por cerca de dos tercios de la población mundial, lo que sólo en

China e India constituyen prácticamente la mitad de los habitantes del mundo.

Este continente mantiene su atractivo gracias al variado mosaico de sus

numerosas culturas, lenguas, creencias y tradiciones, que abarcan una parte

realmente notable de la historia y del patrimonio de la familia humana 180; además,

por considerarse la cuna de las mayores religiones del mundo, como el judaísmo,

el cristianismo, el islam y el hinduismo. Allí también han nacido muchas otras

tradiciones espirituales como el budismo, el taoísmo, el confucianismo, el

zoroastrismo, el jainismo, el sijismo y shintoísmo; además, millones de personas

siguen otras religiones tradicionales o tribales con variados grados de ritos,

estructuras y enseñanzas religiosas formales.

Los pueblos de Asia han descollado por sus valores religiosos y culturas típicas,

como por ejemplo la contemplación, la sencillez, la armonía, el desapego, la no- 179

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 285. 180

Cf. JUAN PABLO II. Exhortación apostólica postsinodal ECCLESIA IN ASIA. Nueva Delhi, 1999. No. 6.

102

violencia, el espíritu de trabajo y de disciplina y la sed de conocimiento e

investigación filosófica181. La situación en el ámbito del desarrollo económico en el

continente asiático es muy diversa y no puede reducirse a clasificaciones

simplificadoras; algunos países están muy desarrollados, otros llevan políticas

económicas eficaces; y otros permanecen en una gran pobreza182. A esto se suma

la infiltración del materialismo y el secularismo con una visión marxista,

especialmente en las áreas urbanas, convirtiéndose en ideologías que no han

hecho más que minar los valores tradicionales, sociales y religiosos, lo cual pone

en grave peligro a la cultura asiática. También el éxodo rural y la formación de

enormes ciudades, a menudo con grandes áreas de miseria, donde prosperan el

crimen organizado, el terrorismo, la prostitución y la explotación de los sectores

más débiles de la sociedad. A esto se suma la realidad política, cuyo panorama es

sumamente complejo, con un vasto conjunto de tendencias que inspiran formas de

gobierno que van desde la democracia (caso del Japón) hasta la teocracia (como

sucede en Irán).

Por desgracia, existen aún dictaduras militares e ideologías ateas. Algunos países

reconocen una religión oficial del Estado que permite poca libertad de religión a las

minorías y a los seguidores de otras religiones, y a veces, ni siquiera la permite.

Otros Estados, aunque no sean explícitamente teocráticos tienen a las minorías

como ciudadanos de segunda clase, con muy poco respeto a los derechos

humanos fundamentales. En algunos lugares los cristianos son considerados

traidores con respecto a su país183; son perseguidos y se les niega su legítimo

lugar en la sociedad, como acontece en China e India, ya expuesto ampliamente.

En este contexto es que se debe propiciar una acción inmediata por parte de la

Iglesia, ya que ningún otro estamento se ha decidido a mantener la iniciativa. Y

esa es la razón de ser, de la teología cristiana asiática contemporánea. Los

181

Cf. ASAMBLEA ESPECIAL PARA ASIA DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS, Lineamenta, 3. En:

JUAN PABLO II. Exhortación apostólica postsinodal ECCLESIA IN ASIA. Nueva Delhi, 1999. 182

Cf. Ibid., Nº. 7. 183

Cf. Ibid., Nº. 8.

103

hombres y mujeres nacen para vivir, para amar y para interaccionar, luchar,

esperar y morir en un contexto histórico dado, en el cual Dios interviene. Entonces,

la reflexión se realiza sobre esa vida específicamente, sobre la experiencia

humana de hoy desde la fe cristiana, lo cual significa, no de forma exclusiva, a la

luz del contexto de la historia de salvación184.

En este magno complejo es que han ido tejiendo su fe los cristianos dalits. Es

evidente que en todos los países asiáticos, con excepción de Filipinas y Timor

Oriental, los cristianos constituyen una pequeña minoría, a la vez minorías

sociológicas por el hecho de que los misioneros tenían más fácil acceso a los

grupos marginales, como las minorías étnicas, de casta o tribu dentro de cada

país. Ello vino a reforzar su conciencia de minoría, la mentalidad defensiva,

apologética, y su dependencia con respecto al clero y las iglesias madres

occidentales185. La iglesia se entregó con mucha intensidad al servicio social de

los enfermos, los huérfanos y los necesitados; esa era su manera de expresar en

la práctica el amor de Dios y el amor al prójimo que Jesús enseñó. Las escuelas

regentadas por las Iglesias cristianas como en el caso de la India, se han hecho

acreedoras a un cálido reconocimiento y a veces han causado envidia en todos los

países asiáticos.

Dice Balasuriya que en las últimas décadas se ha producido un cambio

significativo en las iglesias asiáticas, el cual fue preparado por algunos sabios

occidentales y por unos cuantos pensadores asiáticos renovadores, a partir ya del

siglo pasado. En el fondo, buscaban que el cristianismo y los cristianos se hicieran

más genuinamente asiáticos y a la vez más abiertos a todos los valores

humanos186; de ellos, los cristianos dalits han preferido encarnar el evangelio

decididamente en su cultura y Estado, participando en los procesos de liberación

humana en los ámbitos personal y social, aunque esto no es de forma exclusiva

184

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 284. 185

Cf. BALASURIYA, Tissa. Las nuevas teologías de la liberación en Asia. En: Concilium, revista internacional de teología No.219. Cristiandad, Madrid. 1988. p. 217. 186

Ibid., p. 218.

104

propio de los dalits. Tanto en el cristianismo asiático en general, como en la

vivencia propia del dalit puede verse un trabajo con personas y grupos que

persiguen los mismos objetivos, es decir, que atraviesan la situación propia en el

mismo contexto; incluso esto pasa aunque pertenezcan a creencias y confesiones

diferentes. Estos grupos cristianos, si bien han profundizado mucho en sus

reflexiones, no han logrado hacer un aporte a las causas nacionales tan profundas

como en Filipinas y Corea del Sur. Por su parte, en la India y en casi todos los

países del sur y sudoeste de Asia, se da una fuerte conciencia del impacto de las

religiones y de la necesidad de articular un pensamiento liberador en su propio

contexto187.

Para profundizar un poco más la realidad cristiana de Asia habría que tener en

cuenta distintos puntos de vista acerca de la situación actual. Algunos elementos

acerca del papel y el futuro de la Iglesia asiática podrían verse muy optimistas,

pero habría otros que incluso obispos, protestantes y católicos cuestionan como

una visión triunfalista. Ahora se verán algunas tentativas de obispos y ministros de

la Iglesia, católicos y protestantes.

En primer lugar, el obispo Lakshman188 dice que a pesar de un sentimiento de

extrañeza y de la confusión y el miedo subyacente ante la revolución política,

cultural y socioeconómica de Asia, el triunfalismo de la Iglesia permanece.

Sostiene que hasta entonces hay dinero procedente de los organismos

occidentales para las Iglesias oficiales, para las órdenes religiosas y para quienes

promuevan proyectos de desarrollo. Según este obispo, la Iglesia oficial de Asia es

rica y esto incluye a la Iglesia de la India. A este parecer se une Abesamis, cuando

indica que el hecho de que la Iglesia sea pobre, no significa que las instituciones y

ciertos sectores del clero y congregaciones religiosas no sean ricas; esto daría la

posibilidad de pensar que la mayoría de los cristianos asiáticos son pobres,

mientras que la Iglesia oficial no lo es.

187

Cf. Ibid., p. 222. 188

Antiguo obispo de la diócesis anglicana de Kurunekala. Sri Lanka. Falleció en 1983.

105

Pieris, sacerdote católico de Sri Lanka y autoridad sobre el budismo 189, dice que la

Iglesia en Asia no es de Asia, sino un establecimiento monárquico y feudal de otro

continente, que mantiene una alianza con el neocolonialismo para sobrevivir190.

Por su parte, Luie Hechanova, sacerdote redentorista, encuentra en la predicación

de la Iglesia asiática una distorsión. A su parecer no se presenta el rostro total de

Cristo, sino la mitad, aduciendo la dramatización de las estaciones del viacrucis,

pero sólo en los últimos momentos de la vida de Jesús, en los cuales estuvo

callado, humilde, pasivo, paciente, sufrido y resignado 191. Por eso también Tissa

Balasuriya añade que lo que allí se hace es una teología importada de Occidente,

carente de sentido crítico en lo social y marcadamente preocupada por mantener

el statu quo. Lo que es peor aún y que se puede constatar en las comunidades

cristianas dalit, es que la preocupación de la Iglesia asiática se centra en las

instituciones de servicio social, más drásticamente función a modo de ONG.

Enfatiza Balasuriya que la Iglesia ha sido irrespetuosa con las demás religiones y

culturas asiáticas:

¿Qué ha aprendido la Iglesia asiática del budismo, el islam, el hinduismo o el confucianismo en 500 años? Espiritualmente nos hemos sentido

demasiado satisfechos de nosotros mismos y demasiado orgullosos para aprender de los demás. Incluso los cristianos asiáticos han quedado cegados demasiado fácilmente por la teología occidental, la fuerza del poder occidental o incluso las sanciones de la disciplina eclesiástica

192.

Lynn de Silva, sacerdote metodista y compatriota de Balasuriya, afirma que

cualquier cosa que se haga compasivamente para eliminar lo que separa a una

persona de otra, lo hagan personas llamadas religiosas o personas seculares, es

espiritual. Supuestas así las cosas, el cristianismo de la India y las demás

189

Aloysius Pieris es el primer católico que ha conseguido el doctorado en estudios budistas en una universidad budista. 190

BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 24. 191

Cf. Ibid., p. 24. 192

BALASURIYA, Tissa. Jesus and human liberation. En: BALASUNDARAM. Op. Cit., p. 71.

106

religiones allí presentes, han hecho caso omiso de las ideologías seculares como

el marxismo, el gandhismo, los sarvodhaya, etc.193.

La conclusión de Balasundaram respecto a la Iglesia católica oficial de Asia es

bastante dura. Es rica y triunfalista; está en alianza con el capitalismo y la

estructura neocolonial; se encuentra innecesariamente enfrascada en batallas

ideológicas con el marxismo; distorsiona el mensaje del Evangelio al presentar

una imagen parcial de Jesucristo; carga con el lastre de una teología importada,

anticuada e inadecuada; se interesa sólo por su supervivencia y su propia

conservación; se preocupa por el servicio social y no por la justicia social; no

intenta entender ni buscar el diálogo con sus anfitrionas, las religiones, las culturas

e ideologías asiáticas; es una minoría diminuta. En otras palabras, significa que la

Iglesia asiática no ha encarnado el Evangelio; más bien lo ha traicionado. Significa

que no fue profética en el pasado y que ni siquiera ahora lo es 194.

Ante esto podría preguntarse: ¿Qué evoca la presencia física de la Iglesia en sus

contemporáneos de Asia? ¿Siente la gente que la Iglesia viaja con ellos

compartiendo sus alegrías y tristezas cotidianas? ¿Qué experiencias de

inmediatez, gratificación o realización puede ofrecer la religión cristiana en medio

de una sociedad de consumo que tiende a excluir a los necesitados? ¿Cómo

responden los cristianos de casta alta ante los cristianos dalits, suponiendo que la

categoría ―dalit‖ sea aceptada al interior del cristianismo? 195

Especificando aún más y tomando palabras de Ecclesia in Asia, se encontraría

que las comunidades católicas en Asia, muestran una espléndida variedad por

origen y desarrollo histórico, así como por las diversas tradiciones espirituales y

litúrgicas de los diferentes ritos196. Sin embargo, todas están unidas para

193

Cf. BALASUNDARAM, Op. cit., p. 26. 194

Cf. Ibid., p. 27. 195

Cf. PUTHENKALAM, John Joseph. Asia. En: Concilium, revista internacional de teología

No.282. Verbo Divino, Navarra. 1999. p.576. 196

Cf. JUAN PABLO II. Exhortación apostólica postsinodal ECCLESIA IN ASIA. Nueva Delhi, 1999. Nº. 9.

107

proclamar la Buena Nueva de Jesucristo mediante el testimonio cristiano y las

obras de caridad y solidaridad humanas. Esto indica que la Iglesia, en su realidad

presente, tiene que estar con todos sus miembros al servicio del mundo para

salvarlo, para conducirlo a su fin, que es precisamente la Iglesia en su realidad

futura y en su forma definitiva197. Se dice que mientras unas iglesias particulares

cumplen su misión en condiciones de paz y libertad, otras se debaten en

situaciones de violencia y conflicto, o se sienten amenazadas por varios grupos a

causa de motivos religiosos u otras razones (caso de los dalits de la India).

Pese a cualquier circunstancia, Juan Pablo II anunció que la Iglesia en Asia se

encuentra insertada entre pueblos que muestran un intenso anhelo de Dios y sabe

que ese anhelo puede ser plenamente satisfecho por Jesucristo, Buena Nueva de

Dios para todas las naciones; pero también es consciente que hay iglesias que

viven en circunstancias dificilísimas y están sufriendo intensas pruebas en la fe198.

Joshua Russell Chandran199, haciendo mención de la Iglesia en la India, en el

contexto de la lucha dalit, pide a la Iglesia que reformule su teología, de manera

que la proclamación de Jesucristo como buena nueva, llegue a ser

sugestivamente útil. La teología de la Iglesia debe enraizarse en la afirmación de

que en Jesús se revela de manera distintiva y suprema la justicia de Dios para el

hombre. A la Iglesia se le pide en la India tres tipos de identificación: con Cristo, su

encarnación, muerte y resurrección; con la nación, contra las tendencias

comunistas; con los oprimidos y con las víctimas de la injusticia y la explotación200.

A este respecto Russell Chandran entiende el bautismo como la incorporación a la

197

DE LUBAC, Henri. Paradoja y misterio de la Iglesia. Salamanca: Sígueme, 2002. p. 59. 198

Cf. JUAN PABLO II, Op. Cit., Nº. 9. 199

Joshua Russell Chandran fue profesor de teología y ética cristiana en el United theological College de Bangalore (India) de 1950 a 1983. Fue el primer rector indio de esta institución

ecuménica desde 1954, y siguió siéndolo hasta su jubilación. Tras su graduación continuó sus estudios en Oxford y fue profesor visitante en muchas universidades occidentales. En 1962, el claustro de Serampore College, la única universidad teológica protestante de la India, le confirió el

grado de doctor en teología. Chandran fue el primer presidente de la EATWOT de 1976 a 1981. Ha escrito algunos libros e innumerables artículos. 200

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p.186.

108

nueva humanidad que Cristo crea. El cristiano dalit sería el mismo cristiano de

Asia en tanto que su compromiso es el seguimiento de Jesús, y la Iglesia en la

que vive es la comunidad de los seguidores de Jesús 201. Pero esta Iglesia debe

liberarse de ejercer sólo actividades de servicio social, del individualismo y de

otros pecados mundanos; de su comprensión de la salvación y también, de una

asociación de la Buena Nueva con propaganda anticomunista202. En vez de poner

toda su confianza en los donantes occidentales, debe confiar en el poder de Dios y

manifestarse en las luchas dalits.

Chandran describe a la Iglesia como pre-símbolo del Reino de Dios y como

compañera del oprimido, más que como lugar tranquilo donde se encuentra lo

santo. En el fondo, esta invitación es sugerente a toda la Iglesia de Asia, a la cual

Labayen ve demasiado preocupada de su propia supervivencia, además de estar

asociada con la élite y con los opresores. Por eso, la Iglesia asiática debe tener en

cuenta algunas prioridades: el desarrollo y la liberación, la indigenización, el

trabajo con la juventud, convertirse en la Iglesia de los pobres y dialogar con las

demás religiones. Debe apoyar las organizaciones populares como a las

comunidades cristianas de base, las cuales en la India, apenas empiezan a ser

conocidas por los dalits. La participación del pueblo sólo es posible, dentro y fuera

de la Iglesia, a través de las comunidades cristianas de base como modelo, en

sociedades pluralistas y divididas en religiones no cristianas 203.

Con todo, al hablar de una realidad cristiana de Asia, efectivamente se habla de

una realidad cristiana dalit. Sólo que cuando desde el continente asiático se

presenta un tipo de Iglesia, la opresión dalit podría considerarse tan insignificante

o tan compleja, que prefiere dejarse de lado. Pero debe asumirse la idea de que

las dos están estrechamente relacionadas, además porque la Iglesia dalit

201

Cf. CASALDÁLIGA, Pedro y VIGIL, José María. Espiritualidad de la liberación. Santander: Sal

Terrae, 1992. p. 149. 202

Cf. CHANDRAN. The Christian style of living. En: BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 187. 203

CASALDÁLIGA, Op. Cit., p.151.

109

proclama una sola voz con la Iglesia de Corea, China, Filipinas, etc. , para formar

la Iglesia total de Asia.

Finalmente, los cristianos dalits y los cristianos de Asia en general tienen algo en

común: el oficio profético. Esto consiste en la definición de la Iglesia dalit a partir

de la vida y la misión del Jesús de la historia. Es un oficio profético por el cual los

cristianos de la teología de la lucha, los minjung, los del tercer mundo y los dalits

deben vivir para los ideales y valores del Reino; procuran insertarse en la vida y la

vocación del Jesús de la historia en lugar del Cristo del dogma; optan por los

pobres y se hacen pobres, para encontrar su aplicabilidad en el campo de la

política, yendo más allá de los designios de conservación propia, de la orientación

de clase media, de la neutralidad y de su riqueza y triunfalismo 204; y en última

instancia, se incorporan a las corrientes liberadoras de la religiosidad asiática.

4.1.2 La teología dalit en el contexto de la teología cristiana asiática

Para sentar aún más el contexto de la teología cristiana asiática, es adecuado

reunir en algunos elementos básicos, las realidades socioeconómicas y políticas

como antesala de la comprensión de la teología de Asia: la experiencia colonial y

las debilitantes estructuras de dominación; la pobreza de la mayoría y la opulencia

de unos pocos; la creciente marginación de sectores de colectividades nacionales;

la categoría inferior y oprimida de las mujeres y el incremento del militarismo

internacional y de los regímenes opresivos205.

Es en este ambiente asiático, como se ha insinuado de muchas maneras, en

donde se encuentra un mundo de religiones y una pluralidad de cosmovisiones, de

las cuales, aparece muy popular y más extendida en Asia la doctrina del budismo.

El hinduismo tiene fama de serlo en el subcontinente indio. Estas religiones

también contienen elementos de liberación; un sentido de comunión con el

204

Cf. Ibid., p. 28. 205

Cf. Ibid., p. 15.

110

cosmos, una viva conciencia de la unidad de lo múltiple y una búsqueda de lo

interior de la realidad, como en el hinduismo. No obstante, estas religiones han

legitimado y siguen legitimando el poder, el privi legio y las prácticas explotadoras

de las castas y clases superiores (ver capítulo 2).

Una nueva interpretación liberadora de los principios religiosos está empezando a

aparecer en todas las grandes tradiciones espirituales de la India, y se están

realizando intentos para ir a las raíces de la herencia religiosa y cultural de la India

y sacar de ellas la inspiración para la lucha por la humanización206. Pero lejos de

este excluyente sistema se encuentra la lucha de los cristianos dalits, un pequeño

movimiento para la construcción de las nuevas teologías asiáticas, elaboradas

desde la extrema pobreza de sus regiones y la profunda y plural religiosidad207. Es

a partir de estos fenómenos, que se elaboran las teologías asiáticas de la

liberación, las cuales recurren a las ciencias sociales en torno a dos ejes

fundamentales: economía-política y persona-comunidad, por una parte; y por otra,

la antropología cultural, para descubrir la relación entre religión y cultura en toda

su complejidad.

Se ha notado cómo a pesar de que la teología asiática constata el carácter

totalmente occidental de la teología de la liberación latinoamericana, asume e

integra algunas de las principales líneas de su metodología: aspiración a liberar la

realidad de la opresión, el recurso al análisis sociológico, la primacía de la praxis,

la cruz como base de todo conocimiento, el seguimiento dinámico de Cristo, la

correcta articulación entre gratitud del Reino de Dios y el desarrollo de las

potencialidades humanas. Esto confirma que la abrumadora pobreza,

denominador común del tercer mundo y la religiosidad polifacética,

específicamente en Asia, constituyen las dos juntas, la matriz de la teología

206

Cf. Ibid., p.20. 207

Cf. TAMAYO, Juan José. Nuevo Diccionario de teología. Madrid: Trotta, 2005. p. 943.

111

asiática de la liberación, no dependiente de la teología moderna ni de la teología

latinoamericana208.

Entre las teologías cristianas asiáticas de la liberación están la del minjung (el

pueblo común, la gente corriente) en Corea, surgida en la época de los 70`a partir

de la participación de los cristianos en la lucha contra la dictadura de Park Chung-

hee; actúa con una hermenéutica que emana de la experiencia del pueblo coreano

caracterizado por el han: estado de abatimiento y de ira contenida, pero al mismo

tiempo, voluntad de vivir y aspiración a un mundo mejor. También subyace la

teología de la lucha de Filipinas, una reflexión nacida de la militancia de los

cristianos a favor de la justicia social y contra la dictadura de Marcos209. La lucha

entonces, se convierte en el contexto primordial de la reflexión teológica, que tiene

en la pasión y la muerte de Jesús de Nazaret un paradigma fundamental como

símbolo de resistencia. Y en tercer lugar, la propia de este proyecto, la teología

dalit, que como se dirá más adelante, se encuentra en periodo de formación, y

como ya se sabe, mantiene un régimen de aplastamiento a más de 125 millones

208

Cf. Ibid., p. 944. 209

Ferdinand Emmanuel Edralin Marcos. (Sarrat, Filipinas, 1917-Honolulú, Hawai, 1989) Político y abogado filipino. Presidente la República de Filipinas (1965-1986). En 1965, Marcos, que había alcanzado un gran prestigio en el Partido Liberal fundado por Roxas, consiguió ser nombrado

candidato a la presidencia y se enfrentó al representante del partido nacionalista, Diosdado Macapagal. Elegido presidente, durante su primer mandato logró algunas mejoras en la agricultura, la industria y la educación. Anticomunista convencido, envió tropas a combatir en apoyo de

Vietnam del Sur, al principio gobernó democráticamente, pero paulatinamente fue siendo más autoritario hasta instaurar una fuerte dictadura en 1972, lo cual propició la aparición en el país de una guerrilla comunista y otra musulmana, contrarias a su política. Reelegido presidente en 1969, a

lo largo de su segundo mandato tuvo que hacer frente al recrudecimiento de la guerrilla urbana y a las revueltas estudiantiles. En 1972 impuso la ley marcial, gracias a lo cual pudo encarcelar sin mayor trámite a sus adversarios políticos, entre los cuales se encontraba Benigno Aquino. En 1973

promulgó una nueva Constitución en la que pasaba a ejercer tanto las funciones de jefe de Estado como las de primer ministro. Las organizaciones populares de masas, integradas por campesinos y agricultores de minorías indígenas, trabajadores industriales, maestros, periodistas, funcionarios

públicos, estudiantes, mujeres, artistas, trabajadores pro derechos humanos, abogados y religiosos ha crecido a pesar de la campaña de terrorismo de Estado. Durante el vigésimo aniversario del derrocamiento en 1986 del dictador Marcos, decenas de millares de personas desafiaron el estado

de emergencia y desfilaron en Manila y en ciudades a lo largo y ancho del país. Más de 10.000 mujeres desafiaron la prohibición impuesta por la policía para marchar en el Día Internacional de la Mujer.

112

de personas en la India; su objetivo es el reconocimiento de la plena dignidad de

los dalits como personas y como imagen de Dios210.

La teología de las religiones descubre dimensiones liberadoras en las grandes

tradiciones religiosas y espirituales, tanto cósmicas como metacósmicas. Su

principal representante es el jesuita de Sri Lanka, Aloysius Pieris, quien elabora su

reflexión en diálogo con las religiones orienta les y en contacto con grupos

interreligiosos comprometidos en la liberación de los oprimidos. Otros de los

grandes teólogos al respecto son G. Soares – Prabhu, exegeta indio que interpreta

la Biblia con categorías religioso-culturales indias; S. Kappen, jesuita indio, que

estudia la importancia de las transformaciones culturales en los procesos de

liberación integral y destaca la aportación contracultural de Jesús; M. Mammen

Thomas, protestante indio, comprometido en la acción política y en el movimiento

ecuménico, que centra su reflexión en la relación Iglesia-sociedad y salvación

cristiana-humanización211.

Volviendo a las ideas de Pieris, es sorprendente cómo en su concepción, la Iglesia

de Asia, al menos por el momento, no tiene una teología propia a pesar de que las

culturas que la hospedan cuentan con abundantes teologías 212. Esta afirmación

dilucidará las diferencias entre iglesias en Asia e iglesias de Asia. Pieris habla de

la teología clásica europea y la teología latinoamericana de la liberación. La

primera parte del intento kantiano de liberar la razón de la autoridad, mientras que

la segunda se basa en el intento marxista de liberar la realidad de la opresión,

pero no busca tanto explicar como cambiar. De aquí la importancia de la praxis,

respecto al compromiso radical con los pobres y los oprimidos. Pero la conclusión

de Pieris no es aceptar incondicionalmente la teología de la liberación, la cual es

totalmente occidental, aunque tan radicalmente renovada por los desafíos del

tercer mundo, que es más conveniente y apropiada en Asia que la teología

210

Cf. TAMAYO, Op. Cit., p. 944. 211

Cf. Ibid., p. 945. 212

Cf. PIERIS, Aloysius. El rostro asiático de Cristo. Salamanca: Sígueme, 1991. p.11.

113

clásica. El punto de partida es entonces el hecho de que de las dos grandes

teologías presentes en Asia, es la teología de la liberación la que más cercana se

encuentra, a pesar de ser tan occidental como la clásica, a la realidad asiática.

Efectivamente, la teología dalit no encaja en la clásica, de lo cual se deduce la

opción de pensar en el plano de la teología de la liberación. Sin embargo, la

cultura asiática se ha desarrollado en torno a un núcleo soteriológico que la

conciencia cristiana aún no ha asimilado. Dice Pieris que la teología asiática de la

liberación está allí escondida, esperando que la descubran213. Por eso la tarea de

los teólogos asiáticos es mucho más difícil y compleja.

En este contexto es en el que ha sentado sus bases la teología dalit, y por eso el

reconocimiento de la teología asiática es un presupuesto fundamental. Por lo

tanto, para que sea aún más sistemático, se tendrán en cuenta dos aspectos de la

teología en Asia que constituyen su metodología y que posteriormente podrán ser

confrontados cuando se expongan los de la teología dalit. En primer lugar, debe

haber una aplicación del análisis social, que lleva a una opción a favor de los

pobres, y después, el diálogo entre las distintas religiones, lo cual conduce a una

revisión del cristianismo en sus dogmas y prácticas. Siguiendo a Balasuriya,

partes de este método son el estudio, la investigación y la contemplación, lo cual

influye en la liturgia y el estilo de vida de los cristianos214.

De cara al siguiente escrito, sobre el planteamiento de una teología dalit sería

conveniente tener presente las diferentes concepciones que ha suscitado el

hinduismo en la confrontación con la figura de Cristo, las cuales se palpan poco

distantes de la experiencia de fe del dalit cristiano.

En Asia, hay quienes vieron al cristianismo como una simple religión de gente

extranjera que llegaba en plan de conquista; por lo cual, Cristo no era más que un

213

Cf. PIERIS, Aloysius. An Asian theology of liberation. New York: Orbis books, 1988. p. 76. 214

Cf. BALASURIYA, Tissa. Las nuevas teologías de la liberación en Asia. En: Concilium, revista internacional de teología No.219. Cristiandad, Madrid. 1988. p. 219.

114

invasor y suponía una grave amenaza para la fe tradicional y para las estructuras

sociales de la nación. Otros acogieron al Cristo del sermón de la montaña, un

Cristo ético, radicalmente distinto del que presentaban los dogmas metafísicos y la

nebulosa de un etéreo misticismo215. Hubo quienes reconocieron a Jesús como un

asiático y se sintieron cercanos a Él. Era un Cristo muy diferente de la figura

desarraigada de los misioneros europeos con sus denominaciones belicistas.

Cristo como la encarnación de Dios era inadmisible para la mayoría de los

hindúes, mientras podrían aceptar a Visnú como una encarnación de Dios.

Algunos reconocieron a Cristo como salvador, incluso como Hijo de Dios, claro

que era una interpretación distinta de la que daba el cristianismo ortodoxo

tradicional. Finalmente, hubo quienes veían en Cristo al liberador de toda la

opresión social y religiosa, tal como la naciente experiencia cristiana de los dalits.

4.2 LINEAMIENTOS PARA LA DEFINICIÓN DE LA TEOLOGÍA DALIT

En las perspectivas de Chandran, profesor de teología del College de Bangalore,

la teología tiene dos dimensiones: la de universalidad y la de particularidad o de

carácter indígena. Él entiende la teología como una función esencial de la Iglesia,

porque el teólogo es un servidor de la Iglesia y está dedicado a la tarea teológica

sólo en nombre de ella. La teología tiene una dimensión universal, por cuanto el

evangelio es universal; pero ninguna formulación particular de la teología puede

pretender una validez universal y perenne, ya que no sería aplicable a todos los

contextos posibles. En la perspectiva de Chandran, hablar de teología contextual

quizá no resulte apropiado216. Sin embargo, la teología debe tomar en serio el

contexto de la gente para la que procura interpretar la fe. La teología contextual se

justifica si la interpretación del Evangelio universal se aplica a situaciones

particulares.

215

RAYAN, Samuel. Concepciones hindúes de la figura de Cristo en el siglo XIX. En: Concilium,

revista internacional de teología No.246. Verbo Divino, Navarra. 1999. p. 220. 216

CHANDRAN, Joshua Russell. The authority of the Bible for Christian social action. En: BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 199.

115

Por otra parte Arvind Nirmal217, de quien se hablará en adelante respecto a la

teología dalit, dice que la teología debe estar orientada a la vida, y cualquier

teología apropiada debe ser tal, que suscite una respuesta de adoración en quien

la elabora y en quienes viven junto a ella. Dios como tal, nunca es objeto de

estudio de ninguna reflexión teológica, pues de lo que se ocupa principalmente

ella, es del concepto de Dios. Entonces, primordial tarea de la teología, en este

caso la dalit, es encontrarle sentido a la vida humana y darle cierta dirección y

finalidad218. Una vez se aclara este concepto, permanecen en la investigación

algunas cuestiones problemáticas. La teología confesional tradicional afirma que

Dios es inmutable y que se ha revelado plena, definitiva y únicamente en Jesús, a

quien se confiesa el Cristo, y que todas las cosas necesarias para la salvación se

encuentran dadas en la Sagrada Escritura; pero Nirmal objeta que esto sería

inaceptable puesto que cualquier investigación teológica así, parecería un ejercicio

inútil destinado al fracaso, sin ni siquiera haber tenido la oportunidad de

emprenderlo.

Al evaluar los aportes realizados por los cristianos indios a la teología cristiana

india en el pasado, asegura Nirmal, que proceden en su mayoría de las castas

altas convertidas al cristianismo. Por lo tanto, es una teología de tradición

brahmánica, cuya labor se orienta a la intuición y la interioridad y de ahí, q ue

ninguno de esos intentos haya tenido ningún atractivo para las masas.

Como pregunta Balasundaram, si los datos de la teología cristiana tradicional no

son normativos, ¿cuáles serían entonces los criterios para hacer teología hoy,

teología en Asia, teología dalit? Y Nirmal responde vehemente que el Evangelio se

217

El profesor Arvind P. Nirmal es uno de los pensadores más creativos y originales del ámbito teológico cristiano de la India contemporánea. Tras su investigación en Oxford, ha enseñado teología en el United theological college de Bangalore durante unas dos décadas. Es ministro

ordenado de la Iglesia del norte de la India, y en la actualidad enseña teología sistemática y es también jefe del departamento de teología dalit en el Gurukul Lutheran Theological college and Research Institute de Madrás. Ha publicado algunos libros, recensiones y numerosos artículos. Su

contribución a la aparición de la teología dalit es hasta la fecha, la más original, constructiva y destacada, sin comparación posible. 218

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 211.

116

debe discernir con base en lo original y lo dado en este contexto, en su situación,

en su propia historia, en las luchas, aspiraciones y miedos, así como en las

esperanzas.

Para esto se requiere además, una educación teológica apropiada, una ontología

dinámica y procesual de la educación teológica como un ministerio por el cual, la

Iglesia se educa a sí misma219. El ministerio cristiano nunca se puede identificar

con oficios, órdenes, profesiones, programas y proyectos, sino que debe partir de

una actitud de diaconía cristiana que se aplique a cualquier tarea.

Entrando más en materia, deben situarse las reflexiones de los teólogos cristianos

de la India en el contexto amplio de la misma tradición india. La teología dalit aún

está en período de formación y muchos se han hecho notar: Prabhakar, Nirmal,

Irudayaraj y Massey, entre otros. Algunos como Nirmal sugieren, que sólo pueden

hacer teología dalit, los dalits que han sufrido la opresión; y que los cristianos que

incurren en esta teología, son exclusivamente los dalits220. En dicho sentido se

puede cuestionar si es o no un enfoque adecuado la división de todos en dalits y

no dalits y la idea de que Dios, que es Dios de todos, realiza una opción no sólo

preferencial, sino exclusiva por los dalits221. Se podría tomar como punto de

partida para la elaboración de una teología dalit el credo de Dt 26,5-12:

Tú pronunciarás estas palabras ante Yahveh tu Dios: "Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y residió all í como inmigrante siendo

pocos aún, pero se hizo una nación grande, fuerte y numerosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre. Nosotros clamamos a Yahveh Dios de nuestros padres, y

Yahveh escuchó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestras penalidades y nuestra opresión, y Yahveh nos sacó de Egipto con mano fuerte y tenso brazo en medio de gran terror, señales y prodigios. Nos trajo aquí

y nos dio esta tierra, tierra que mana leche y miel y ahora yo t raigo las primicias de los productos del suelo que tú, Yahveh, me has dado." Las depositarás ante Yahveh tu Dios y te postrarás ante Yahveh tu Dios.

Luego te regocijarás por todos los bienes que Yahveh tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, y también se regocijará el levita y el forastero que

219

Cf. Ibid., p. 213. 220

Cf. AMALADOSS, Op. Cit., p. 53 221

Cf. Ibid., p. 54.

117

viven en medio de ti. El tercer año, el año del diezmo, cuando hayas

acabado de apartar el diezmo de toda tu cosecha y se lo hayas dado al levita, al forastero, a la viuda y al huérfano, para que coman de ello en tus ciudades hasta saciarse (26,5-12).

Ver la figura del arameo errante evoca el hecho de que los dalits carecen del

status de pueblo y se hacen pueblo de Dios. Puesto que el arameo representa a

todo el pueblo, es la imagen que los dalits deben tener de sí mismos en cuanto

comunidad. Cuando el pueblo sufre, se recuerda la opresión de los dalits, la cual

da una luz para comprender la teología dalit como el pathos222. El brazo poderoso

y el temor del Señor señalan la necesidad que tienen los dalits de hacer campaña

a favor de sus derechos. La tierra que mana leche y miel se puede considerar

como la recompensa de la lucha por la liberación, pero el objetivo es la dignidad

humana como personas creadas a imagen de Dios223. Sin más preámbulos, se

identificarán a continuación los aspectos básicos de la teología dalit.

4.2.1 Hacia una definición de la teología dalit

Si bien la expresión ―dalit‖ ya fue identificada y comprendida desde el primer

capítulo, será pertinente traerla nuevamente, ya que desde su misma filología y las

connotaciones que ha tenido esta expresión, es que se han tomado las categorías

fundamentales para definir lo que se conoce como ―teología dalit‖. Ya se dijo que

el dalit es el excluido del sistema de castas; no tiene parte en ellas, aún en la

categoría más baja, son declarados ritualmente impuros, sucios e intocables. Han

estado subyugados durante unos tres mil años, es decir, casi toda la historia del

hinduismo, en los aspectos sociales, culturales, políticos, económicos y por

supuesto religiosos. En los aportes de James Massey224 se ha entendido el

222

Cf. Ibid., p. 55. 223

Cf. Gn. 1:26. Y dijo Dios: ―Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves del cielo, y en las bestias y en todas las alimañas

terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la tierra‖. 224

James Massey is a leading Dalit Christian theologian, one of the pioneers in the field. He has written several books on Dalit Christian theology. He has been the general secretary of the Indian

118

término ―dalit‖ como uno de los más antiguos, que no sólo ha sobrevivido hasta la

fecha, sino que es compartido por algunos de los lenguajes más antiguos del

mundo, a saber, el hebreo y el sánscrito; y aunque se diferencien en

connotaciones gramaticales y lexicográficas, los dos lenguajes tienen la misma

raíz y sentido. La raíz bíblica de la palabra dalit es ―dall‖225, verbo que significa

―colgar abajo, ser lánguido, debilitado‖. Massey afirma que casi todas las

traducciones inglesas de la Biblia han mostrado esta expresión hebrea con el

mismo significado con el que se ha interpretado en las lenguas indias. Elza

Tamez226, teóloga de la liberación, enumerando los principales términos hebreos

para referirse a los pobres; también ha incluido el ―dal‖, que podría tener dos

sentidos: referirse a la debilidad física o a la posición insignificante en la

sociedad227. De ahí que se haya entendido el dalit no sólo económicamente débil o

pobre, sino también pobre en su capacidad sicológica, hasta quedar

completamente marginado. Pero Massey dice que ese término hebreo da un

Society for the Promotion of Christian Knowledge and a member of the National Minorities Commission. In this interview with Yoginder Sikand he talks about the Dalit Christians, Dalit ways of understanding Christianity and the challenges posed before the Dalit movement by Hindutva

fascism. 225

Cf. MASSEY, James. Christian dalit: a historical perspective. Delhi: Journal of Dharma, 1991. p. 44. 226

Elsa Tamez nace en México en 1951 y reside en Monterrey hasta la edad de quince años. Tanto al nivel personal como académico los años setenta y ochenta son muy importantes en su vida. En 1973 obtiene el título de Bachiller de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica. Poco

más tarde, en 1975, se casa con José Duque y juntos viven intensamente la historia de la revolución en Centroamérica. En 1979 se licenció en Teología y en 1985, termina sus estudios en Literatura y Lingüística, con la defensa de su tesis acerca del Cantar de los Cantares desde una

perspectiva secular. En el mismo año, 1985, publica su libro de entrevistas a teólogos de la liberación sobre el tema de la mujer. Unos años más tarde, la iglesia Presbiteriana le concede una beca para estudiar el doctorado y se traslada con su esposo a Suiza para asistir a la Universidad

de Lausanne durante los años 1987-1990. Para su tesis doctoral escribe Contra toda condena: La justificación por la fe desde los excluidos que más tarde fue publicada por la editorial del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI). En 1990 obtiene el doctorado en Biblia,

Teología Metodista de la Facultad de Teología en Lausana, Suiza y seguidamente se trasladan a Costa Rica. En general, se considera como una de las mujeres pioneras de la Teología Feminista que interpreta y reflexiona sobre la Biblia bajo su perspectiva de mujer fijándose especialmente en

las heroínas bíblicas. Es indudable que sus numerosos escritos teológicos y su interpretación de la Biblia contribuyeron enormemente a lograr cambios dentro de la Teología de la Liberación consiguiendo que admitieran la perspectiva de la mujer en la teología. Según ella, la Biblia pueden

leerla juntos tanto católicos como protestantes: ―no existe una Biblia católica, ni una Biblia protestante sino una sola Biblia‖. 227

TAMEZ, Elsa. Biblia del oprimido. Maryknool: prensa de orbis. 1982.

119

carácter más profundo al dalit, ya que no se puede cubrir con el sólo hecho de

decir ―los pobres‖. Por eso es importante tener en cuenta que “Dalit,” in Sanskrit is

both a noun and an adjective. As a noun, Dalit can be used for all three genders,

masculine, feminine and neuter. It has been derived from the root “dal” which

means to crack, open, split, etc. “Dalit,” has come to mean, things or persons burst,

split, broken or torn asunder, downtrodden, scattered, crushed, destroyed, etc 228.

En el contexto indio, el término ―dalit‖ se viene utilizando desde épocas antiguas,

pero el uso actual comenzó realmente desde el siglo XIX. El primero en hacerlo

fue Jyotirao Phule (1827-1890), un reformador social que describe al intocable y a

los parias como las víctimas oprimidas y rotas de la sociedad hindú229. Lo más

interesante aún, es que este título se lo han dado los dalits a sí mismos para

describir su estado verdadero de privación. Pero fue hasta la época de los 70, que

los seguidores del movimiento ―dalit pantera‖ le dieron modernidad al término

como recordatorio de la constante opresión histórica y su estado oprimido:

In the first half of this century, during the colonial rule, the Dalit began to organize themselves and demand their civic and political rights. Dr.

Babasaheb Ambedkar played an important and unique role in articulating the political consciousness of the Dalit during the Independence struggle. After the Independence, he was the brain behind the affirmative action for

the Dalit and the Adivasis230

that is enshrined in the Constitution of India. From 1970s on wards, the social, political and cultural awareness has been forcefully expressed by the Dalit in the country in the form of Dalit

literature, Dalit organizations, and Dalit political parties. This awareness positively influences the Christian Dalit to organize themselves into various grass-root movements and to struggle against discrimination

within the Churches and against the Government that denies the constitutional rights on the basis of religion. In the last two decades the Dalit consciousness was accelerated by various historical factors, and

this awareness is growing very fast within the country and in the Churches. Dalit theology is one of the expressions of this emerging Dalit consciousness

231.

228

MASSEY, James. Roots: a concise history of dalit. New Delhi: the Indian Society for promoting

Christian knowledge, 1997. p. 6. 229

Cf. ZELLIOT, Eleanor. From untouchable to dalit. New Delhi: Manohar publication, 1992. p. 271. 230

Los Adivasi son parte de los habitantes indígenas de la India, sometidos por las invasiones

arias. 231

SHELKE, Christopher. Dalit Theology: Emergence and Emergency. Neue Zeitschrift für Missionwissenschaft 41, 1994. p. 263.

120

Entre las nuevas connotaciones prevalece la idea de que muchos dalits se

autodenominan así, porque es una expresión de la esperanza que los llevará a

identificarse auténticamente. Ahora bien, ¿cuál es la necesidad de una teología

dalit que se proclama diferente de la clásica teología cristiana india? Para ello es

preciso analizar las tendencias dominantes que han prevalecido en el

pensamiento teológico indio. Por lo menos, es un hecho que por tratarse de

convertidos al cristianismo que antes eran de casta alta, podría entreverse una

teología cristiana india que fácilmente se asocia a la cultura e ideología de los

brahmanes. Esto indica que eran pensadores con experiencias diferentes a la

mayoría de los cristianos, que eran pobres y pertenecientes a los estratos más

bajos de la sociedad.

Consiguientemente, el pensamiento teológico en la India ha dejado de lado la

realidad de las masas, sobre todo a la comunidad cristiana, cuya mayoría está

compuesta por los dalits y grupos tribales. Por su parte, Arvind Nirmal observa que

la teología cristiana india en el pasado intentó resolver sus sistemas teológicos en

términos de advaita vedanta232 o Vishista Advata. De ahí el adjetivo de ―tradición

brahmánica‖. Ya en los años 70 como indicaba Shelke, cambió la línea del

pensamiento teológico, pues empezaron a referirse a la noción de desarrollo,

pobreza, liberación y otras similares. Los teólogos indios comenzaron a tomar en

mayor seriedad la cuestión de la justicia socioeconómica.

232

El término ―Vedânta‖ significa literalmente ―fin del Veda‖. En la tradición filosófica india, se refiere a las enseñanzas de las Upanishad, de los Brahma Sûtra y de la Bhagavadgîta, al igual que a los varios sistemas filosóficos elaborados con base en estos textos. El Advaita Vedânta es la doctrina no-dualista

del Vedânta, expuesta originalmente por Samkara (788-820). Fue y continua siendo, el sistema de pensamiento más ampliamente aceptado entre las filosofías indias y constituye una de las filosofías más desarrolladas que se puede encontrar tanto en Oriente como en Occidente. Pero al mismo tiempo

el Advaita Vedânta representa mucho más que un sistema filosófico en el sentido en el que se comprende hoy en día en Occidente. Es una guía práctica de experiencia espiritual, íntimamente ligada a la experiencia espiritual individual como tal. El adepto advaitin piensa que «conocer» es la

misma cosa que «ser»; él cree que sólo se adquiere conocimiento verdadero en el acto de ser consciente, el cual está íntimamente ligado con el objeto mismo del conocimiento y constituye el contenido de la experiencia.

121

Con las ideas precedentes, ya podría darse una triple definición a partir de las

intuiciones de John Webster233. En primer lugar, es una teología sobre los dalits

aquella que reflexiona acerca de la responsabilidad cristiana frente a las clases

oprimidas. Como segunda medida, es una teología que intenta responderle al

dalit, haciendo reflexión de su realidad. Y finalmente, es una teología de las clases

oprimidas, la que elaboran los mismos dalit y quisieran exponer. Arvind Nirmal,

considerado él mismo como un dalit, cree que la teología auténtica del dalit es la

que se basa en sus propias experiencias, sufrimientos, aspiraciones y esperanzas;

será la historia de su patetismo y de su protesta contra las injusticias

socioeconómicas que le han causado234. En síntesis, la teología dalit es el

resultado de la reflexión de los cristianos dalits sobre el Evangelio, a partir de sus

propias circunstancias.

La teología dalit se puede describir a la luz de diversos caminos. De acuerdo con

Prabhakar, es una teología particular de la gente: es de los dalits, por los dalits y

para los dalits235. Además, es una teología en comunidad, que comparte el

sufrimiento y la lucha a través del diálogo y una reflexión crítica para la

construcción de un nuevo orden de vida236; no es sólo una teología profética

llamada a identificarse con la opresión de los dalits y su lucha por la igualdad y la

justicia, a transformar la injusticia, la antidemocracia y las estructuras opresivas.

Tomando parecidas ideas William Madtha dice: it is a theology of the riff-raff, the

underside of history. God is encountered in the struggles for the rights of human

beings through thick and thin237. Como si fuera poco, el obispo M. Azariah

sostiene: “any theology will have to be a theology of liberation and a theology of

hope”.

233

Cf. WEBSTER, John C.B. The dalit Christians: a history. New Delhi: Indian society for promoting Christian knowledge, 1994. p. 242-243. 234

NIRMAL, Arvind. A reader in dalit theology. Madrás: Gurukul, 1991. p. 143. 235

PRABHAKAR, M.E. The search for a dalit theology. En: MASSEY, James. Indigenous People: dalit, dalit issues in today´s theological debate. Delhi: ISPCK. p. 202. 236

WEBSTER, John. C.B. The dalit Christian: a history. Delhi: Indian society for promoting Christian knowledge, 1994. p. 242-243. 237

MADTHA, William. Dalit theology: voice of the opressed. Journal of Dharma 16 (1991). p. 74-75

122

Aunque más adelante se enunciarán dos rasgos fundamentales de esta teología,

ahora es importante tener presente también que se trata de una nueva ―contra-

teología‖; esto significa que la teología dalit representa una discontinuidad radical

con la clásica teología cristiana india de tradición brahmánica238, pero es una

nueva teología porque se elabora desde el lenguaje y las expresiones de las

agrupaciones dalits a partir de historias y canciones de sufrimiento y de triunfo, de

la sabiduría popular que incluye valores, proverbios y mitos, y así interpretan su

historia y cultura para articularla a la fe y al Evangelio de Jesucristo. De manera

que no se trata de una teología elitista, de una disciplina meramente académica o

intelectual que no tiene contacto con la realidad de la gente, sino que Dalit

theology is people`s self-affirmation of doing their theology from within their own

situations, wich they want to transform, with an alternative consciousness of

economics of equality, politics of justice, and a religion of God`s freedom239

Algunos teólogos dalit como Nirmal, dicen que la teología dalit sólo puede ser

hecha por los dalits, quienes han experimentado los sufrimientos y quienes

entienden el dolor de la gente; pero no todos aceptan este acercamiento de virtual

exclusión. Balasundaram dice que la teología dalit no puede ser exclusiva, porque

una teología que es exclusiva no puede ser cristiana 240. Así, la teología dalit debe

construirse en apertura a todas las reflexiones, críticas y discusiones, bien sea de

los mismos dalits o para los dalits.

Por otra parte, una vez determinado el concepto de teología dalit cobra simultánea

importancia la cristología que lleva implícita, la cual se desarrolla en el encuentro

dialéctico entre el Cristo de la fe y el contexto propio del dalit. Pero esta cristología

no se reduce a conferencias teológicas, sino a la vida de las comunidades

cristianas que experimentan a Jesús de Nazaret. Para los dalits, el Dios que reveló

Jesucristo y de quien los profetas predicaron es un Dios dalit; se afirma la

238

NIRMAL, Arvind. Towards a Christian dalit theology. En: NIRMAL, Arvind P. A Reader in Dalit

Theology. Madrás: Gurukul, 1991. p. 58. 239

PRABHAKAR, M.E. Hacia una teología Dalit. Nueva Delhi: Printsman, 1990. p. 50. 240

BALASUNDARAM. Op. Cit., p. 225.

123

humanidad y la divinidad de Jesús en su ser dalit. La solidaridad de Jesús con los

pobres y los dalits encuentra su símbolo cristológico en la encarnación. Nirmal

precisa que el título ―Hijo del hombre‖ implica la identidad dalit de Jesús; sus

sufrimientos, desprecio, rechazo, y finalmente la muerte, son indicativos para

desarrollar una auténtica cristología dalit. En contraste con la teología de la

liberación, la teología dalit reconoce la identificación total de Jesús con los pobres,

pero en un contexto determinado; es decir, más que hacer una opción preferencial

por los pobres, Jesús mismo era pobre, era el hambriento, sediento, el

descubierto, encarcelado y marginado. Él era dalit.

Finalmente, en este momento histórico, la Iglesia debería dar la bienvenida a la

teología dalit como una gracia transformante para la Iglesia india241.

4.2.2 Método y pertinencia de la teología dalit

Toda teología tiende a mantener unos fundamentos epistemológicos. Nirmal habla

de tres diferentes modos de conocimiento: conocimiento patético, conocimiento

empático y conocimiento compasivo242. Haciendo teología en una perspectiva

dalit, todo conocimiento, incluido el conocimiento de Dios, está caracterizado por

el pathos, es decir, el sufrimiento.

It is only the first hand Dalit experience of their suffering that leads to

what Nirmal calls, pathetic knowing, which exclusively belongs to the Dalit. Because they alone ―live‖ Dalit existence. However, there are other oppressed people and people like Shudras who also experience

suffering. Their suffering is not Dalit pathos, but is akin to it. They can therefore, empathize with the Dalit people. Their knowing is empathetic knowing. There are people who though not Dalit themselves are inclined

to identify themselves with the cause of the Dalit - and help in the process of removing the Dalit suffering. If they really side with the Dalit, then their way of knowing can be called a sympathetic knowing

243.

241

Cf. JOHNSON, Elizabeth. She who is: the mystery of God in feminist theological discourse. New York: Crossroad, 1996. p. 8. 242

NIRMAL, Arvind. Doing theology from a dalit perspective. En: NIRMAL, Arvind P . A Reader in Dalit Theology. Madrás: Gurukul, 1991. p. 140. 243

Cf. Ibid., p. 140.

124

El conocimiento patético es la prerrogativa de los dalits. ¿Cómo conocen ellos a

Dios? ¿Cómo experimentan a Jesús? La teología clásica respondería que ellos lo

conocen a través de su propia revelación, o por medio de la fe y la razón o por

medio de la Sagrada Escritura; pero estas repuestas manifiestan principalmente

una prioridad teórica sobre la práctica, aunque la teología de la liberación prefiere

más bien afirmar la unidad básica entre teología y práctica. El conocimiento es

entonces convertido en práctica y la teoría nace de la práctica. La teología dalit

quiere mostrar que el patetismo y el sufrimiento son una prioridad anterior a la

lucha por la liberación. El dalit conoce a Dios a través de su sufrimiento, por lo

cual, ese dolor o patetismo es el comienzo del conocimiento, y como si fuera poco,

Dios participa en ese dolor humano a través de la pasión de Jesús, culminada en

su crucifixión244.

Cuando Nirmal esboza la teología dalit pide un exclusivismo metodológico. Esto

no implica sin embargo, exclusivismo comunitario, pues los dalits deben estar

abiertos y recibir ayuda de todas las fuentes posibles. Por lo general, todas las

teologías dominantes tienen la tendencia a acomodar, incluir, asimilar, y

finalmente conquistar otras teologías. Y la teología dalit debe preservarse de este

peligro, puesto que es una contra-teología y para desempeñar su papel como tal,

debe adoptar una postura exclusivista y cerrarse a la influencia invasora de las

teologías dominantes, lo cual es necesario para mantener la identidad distintiva de

la teología dalit245.

Ahora bien, la teología dalit como cualquier teología local, rechaza la asunción de

que una teología formulada en Europa o América tendría significación universal y

relevancia para todos los lugares. El método adoptado por la teología dalit es

absolutamente diferente de la teología tradicional pero con algunas similitudes a la

teología de la liberación y a la del tercer mundo.

244

Cf. Ibid., p. 141. 245

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 225.

125

La teología dalit tiene una dimensión sociológica que había faltado en el

pensamiento cristiano indio tradicional, preocupado más por las verdades

teológicas como proposiciones lógicas, coherentes y sistemáticas; pero el cambio

fue tal que se dio una des-sistematización y entonces la gente se convirtió en el

punto de partida para hacer la teología. El método de la teología dalit es ser un

movimiento de abajo que aboga por las relaciones horizontales más que las

verticales. De hecho, las afirmaciones de la teología dalit se formulan con base en

la experiencia de los cristianos dalits. Según Kuruvilla246, como la teología de la

liberación, la teología dalit corre el riesgo de ser más preocupada por las

dimensiones socioeconómicas y políticas; la cuestión teológico-religiosa podría ser

descuidada totalmente, por eso la teología dalit debe actuar desde ambos

aspectos para responder más genuinamente a las masas oprimidas.

El sentido histórico, aunque se ampliará en el siguiente apartado, es un elemento

fundamental para la construcción del método de esta teología. La cuestión es que

ahora el dalit se ha interesado por descubrir que su condición deplorable no se da

a causa de su dios o su karma, sino que su razonamiento ha tomado más fuerza

al verse considerado como intocable en el orden social hindú. La consolidación de

un proyecto histórico lleva a los dalits a ser agentes de su propia historia, y a dejar

de ser objetos de explotación en una historia manipulada. Por lo tanto, la historia

―desde abajo‖ ayudará a estructurar esta misma teología en pro de la recuperación

de la dignidad perdida247. Aquí se comprenderá primordialmente que el método de

la teología dalit es la praxis liberadora.

La teología dalit es significativa y pertinente porque afirma la fe bíblica de que los

pobres son los siervos sufrientes de hoy, los pueblos crucificados de hoy; además

246

K.P. Kuruvilla fue consagrado obispo del Norte de Kerala en la Diócesis de la Iglesia del Sur de la India, el miércoles 16 de mayo de 2007, en la Catedral de Mananchira. Ha servido como profesor en diferentes seminarios del país y era el director del seminario teológico de Kerala antes

de ser escogido para la diócesis. 247

Realmente los dalits no tienen ninguna tradición histórica escrita. Sus historias son historias orales, basadas en tradiciones orales.

126

porque su lucha por la vida y la dignidad humanas, anuncia la esperanza de un

nuevo mundo, la humanidad redimida.

Kuruvila sostiene que la teología dalit propugnada por los misioneros que

evangelizaron y siguen evangelizando en pro de la conversión del dalit hindú al

cristianismo, proporciona solamente el primer paso para la salvación, porque ellos

no tuvieron mayor esfuerzo en relacionar las enseñanzas de la fe cristiana con la

vida real de las personas248. Pero la teología dalit ayuda al dalit cristiano a vivir en

solidaridad con los ―dalits de otras religiones‖, puesto que asume un pluralismo

religioso que aporta a los dalits en su lucha común por la liberación, la justicia y la

solidaridad. Desde el método de la teología dalit se hacen ineludibles un

sinnúmero de preguntas que aportan en gran manera a la reflexión final de este

proyecto: ¿No es la teología cristiana una sola para todos los cristianos,

independiente de la situación de casta, raza y diversos contextos históricos? ¿No

hay peligro de crear divisiones o polarizaciones que pongan en peligro la unidad

cristiana dándole prioridad a una teología dalit? Lo cierto es que es una teología

en contexto que intenta enfrentar las situaciones de la opresión perpetuadas por

las tradiciones religiosas dominantes sin descuidar la preocupación ecuménica, y

cierto también es que muchos cristianos dalits han cedido importancia a la única

liberación dada por Cristo, desde la cual recurren a la esperanza como verdadero

camino para obtener la liberación del sistema opresor y alcanzar la plenitud del

Reino de Dios.

4.2.3 La teología del Cristo roto y la conciencia histórica: rasgos

fundamentales de la teología dalit

Nirmal parte de la afirmación de que todas las teologías populares son en realidad

teologías de la identidad. Tanto la teología dalit como la teología tribal y la teología

negra, son teologías que intentan buscar el modo de expresar la identidad

248

Cf. KURUVILA, K.P. Chicago, 2006. En: http://www.csichurch.com/article/dalit.htm [Consulta: viernes 18 de julio de 2008].

127

característica de esas gentes. En el caso de los dalits, ya es claro que fueron los

arios quienes históricamente les infligieron un doble perjuicio: sometieron a los

dalits para explotar su mano de obra y les negaron todo derecho de culto,

utilizando la doctrina explotadora del karma samsara, para hacerles creer que su

condición como dalit estaba determinada por el karma de sus vidas pasadas249.

Balasundaram comenta que en la India, fue la tradición teológica brahmánica la

que se impuso a la mayoría cristiana dalit; de manera que la cuestión de la

identidad distintiva de la teología dalit, está inseparablemente unida a la identidad

del pueblo dalit.

El rasgo fundamental de esa identidad dalit es la teología del Cristo roto, que

tendría como antesala el Jesús desfigurado de Asia. Para Balasuriya, Jesús es

una de las personas más desfiguradas y peor interpretadas en Asia. Afirma que

Jesús fue presentado en Asia en la época moderna a la manera en que era

concebido en la Europa occidental moderna y después en Norteamérica. Los

católicos llevaron a Asia un Cristo tal como lo entendían los españoles, los

portugueses, y más tarde los franceses, italianos, belgas, irlandeses y

norteamericanos250. Por eso, Jesús vino a ser considerado como aquél que debía

redimir a la raza humana de las consecuencias del pecado original. Su vida y su

muerte fueron entendidas principalmente como un acto de obediencia a Dios, y no

como el resultado lógico de sus propias opciones personales en el contexto de la

sociedad de su tiempo. Su amor por las personas en situaciones de opresión, y el

consiguiente proceso liberador, fue dejado a un lado casi por completo.

La vida personal del Jesús de Nazaret histórico se veía como una combinación del

celo evangélico por convertir a la gente y por un servicio social activo. La misión

de Cristo estaba exclusivamente en relación con la Iglesia, y ésta a su vez era

considerada como el único medio de salvación. Asia recibió la imagen de un Jesús

dulce, manso y apacible, obediente ante la muerte como un cordero; era un Jesús

249

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 225. 250

Cf. Ibid., p. 69.

128

conformista, domesticado y apolítico251. Ni el Vaticano II dio una valoración de

Cristo en perspectiva de liberación personal y social. A esto se suma el hecho de

haber considerado a menudo a Jesús como el enemigo de la ciencia, de la

modernidad, de la democracia, del socialismo, de la lucha de los trabajadores por

la justicia social y de la lucha de los pueblos explotados por su liberación.

Cuando Pieris se pregunta si hay lugar para Cristo en Asia, responde dura pero

claramente que en Asia no hay lugar para ningún Cristo, aunque por razones muy

diversas. El testimonio de la historia muestra que el continente asiático ha

resultado impenetrable para el cristianismo252. En dos milenios de evangelización

no ha logrado más que un escaso 3% de conversiones, aunque eso no se ha

debido necesariamente a la apariencia colonial de Cristo, por lo que tampoco cabe

pensar que una adaptación de la figura de Cristo a las condiciones indígenas

hubiera podido embaucar a los asiáticos para que aceptaran la fe cristiana 253. A

continuación se especificarán las principales visiones de Cristo que han llegado a

Asia, y la que se está gestando como Cristo roto, concretamente desde la teología

dalit.

En primer lugar, se tendría un Cristo euro-eclesiástico de la Iglesia oficial que no

logró cautivar a Asia. Esto se explica desde la presuposición de dos tipos de

religiosidad: una cósmica y otra metacósmica. La primera abarca todas las

culturas tribales cuya religiosidad se basa en el culto de la naturaleza y sus

fuerzas primarias, y la segunda se refiere a las llamadas grandes religiones que

postulan la existencia de un horizonte inmanente y a la vez trascendente254. Dicho

mecanismo por el que el continente asiático ha rechazado la fe cristiana se podría

explicar por lo denominado popularmente: ―teoría del helicóptero y expansión

religiosa‖. Esta teoría tiene cuatro observaciones; a saber: que las religiones

251

Cf. Ibid., p. 40. 252

PIERIS, Aloysius. Liberación, inculturación, diálogo religioso, un nuevo paradigma desde Asia.

Estella: Verbo Divino, 2001. p. 113. 253

Cf. Ibid., p. 114. 254

PIERIS, Aloysius. Asian theology of liberation. New York: Orbisbooks, 1988. p. 98-100.

129

metacósmicas se comparan a un helicóptero, mientras que las religiones cósmicas

serían como la plataforma de aterrizaje. La confluencia de ambas lleva a su

plenitud recíproca, ya que son magnitudes complementarias 255; en la segunda

observación se tendría que el primero en llegar es el primero en servirse , por

ejemplo, el budismo llegó a Tailandia antes que el cristianismo, lo que no pasó en

Filipinas. En la tercera observación, normalmente cuando un helicóptero ya ha

llegado a tierra, es difícil que otro pueda aterrizar en la misma plataforma; esto

quiere decir que Filipinas difícilmente se hará budista, por lo cual, la conversión

masiva de una religión metacósmica a otra es altamente improbable. Finalmente,

no se excluye absolutamente que un helicóptero pueda ser forzado a abandonar

su plataforma de aterrizaje. Como puede verse, estas son razones válidas,

explicadas muy gráficamente por Pieris, pero que evidencian los argumentos por

los que el cristianismo no ha podido echar raíces en la mayor parte de Asia.

En segundo lugar, se podría hablar del Cristo no occidental de los intelectuales.

Aquí se identifican los esfuerzos de algunos cristianos individuales o de grupos

comunitarios por romper los moldes teológicos establecidos, para poder transmitir

el acontecimiento Cristo en el contexto de las otras religiones y culturas asiáticas.

Sólo por citar un caso, el de la India, en el cual surgió una nueva figura de Cristo

llamada ―Cristo gnóstico‖256, elaborado por el renacimiento hindú del siglo XIX: un

dios hombre en el que lo divino y lo humano se fundían en una sola unidad de tipo

moral, más bien que ontológico.

En suma, ninguna de estas dos presentaciones de Cristo, ha encontrado un

puesto de relieve en el corazón de las masas indias, o en la mente de la mayoría

de los pensadores más selectos del hinduismo.

El tercero es propiamente el Cristo asiático, que en palabras de Pieris, es

abreviatura del Cristo de Asia. De ahí penden cuatro visiones fundamentales: el 255

Cf. PIERIS, Liberación, inculturación, diálogo religioso, un nuevo paradigma desde Asia. Op. Cit., p. 115. 256

Cf. Ibid., p. 120.

130

cuerpo roto del Cristo indio; el cuerpo de Cristo sometido al han en Corea; la

Crista amamantadora del feminismo asiático y el Cristo del tercer mundo en Asia.

De ellas se tomará la primera, para continuar una adecuada relación con los

objetivos de este proyecto.

La suma de humillaciones sufridas por el Cristo roto de la India, ha ido tejiendo

desde 1970 lo que ya se conoce como teología dalit. La situación de los dalits es

clara pero compleja a la vez: su verdadera identidad reside en la marginación de la

que son objeto y no en su condición de cristianos, lo cual redunda al mismo tiempo

en su práctica del cristianismo257. Por consiguiente, en la perspectiva dalit, la

figura del Cristo gnóstico no es más que un fantasma creado por cristianos afectos

a la religión hindú, pero que pisotean el cuerpo del auténtico Cristo indio. La

inmensa mayoría de los cristianos se proclaman dalits, mientras que el 90% de la

autoridad eclesiástica es una minoría perteneciente a las castas altas. Puede ser

entonces, que para el Cristo roto no haya lugar ni siquiera en la Iglesia, que

precisamente por eso, no puede ser cuerpo de ese Cristo.

El libro del Éxodo cede su puesto a la fórmula de Dt 26,5-12 en la que el israelita

hace profesión pública de su fe con relación a sus raíces históricas. Como el

constitutivo intrínseco de esa teología es su carácter dalit, el Cristo roto con el que

la población se identifica, al que sigue y al que venera, es fundamentalmente un

Cristo no cristiano, de manera que su participación en el movimiento dalit, es

generalmente una parte constitutiva de su práctica del cristianismo. Pieris añadiría

que al Cristo elaborado por los dalits, se le niega un puesto no sólo en la sociedad

civil, sino incluso en las comunidades cristianas, y por eso es lógico que se desate

una lucha dalit contra el Cristo euro-eclesiástico de la Iglesia oficial y contra el

Cristo hindú de los ashramitas.

Se ha dicho que algunos grupos cristianos, como algunas congregaciones

religiosas, piensan optar oficialmente por la postura dalit, tanto en el ejercicio

257

Cf. Ibid., p. 122.

131

práctico de su ministerio como en su labor de buscar adeptos para el

cristianismo258. La Madre Teresa de Calcuta es uno de los más grandes

paradigmas contemporáneos que testimonian la proclamación de la dignidad de

cada ser humano, articulada en torno a la noción del cuerpo roto de Cristo259. La

vida de aquel que se ha convertido en pan de vida es idéntica a la del que muere

en la calle; por eso en el trabajo de Madre Teresa es fácil encontrar el cuerpo roto

en personas de carne y hueso. Realmente se toca el cuerpo de Cristo en los

pobres y sólo cuando de verdad se entiende la Eucaristía, será fácil ver la

dimensión sufriente del cuerpo de Cristo en medio de la historia humana260. Los

cuerpos rotos por el amor, unidos a los cuerpos rotos de los pobres, se hacen uno

en el Cuerpo roto de Cristo.

En el fondo de la cuestión, el rasgo del Cristo roto es la ocasión propicia para

recapitular la concepción de Dios original del dalit cristiano. Nirmal propone que

precisamente en y a través del más débil, el pisoteado, el aplastado, el oprimido y

el marginado, se manifiesta o se hace presente la gloria salvadora de Dios. Esto

lleva a la idea de que lo roto pertenece al ser mismo de Dios. Él es uno con el

hombre roto, sufre cuando su pueblo sufre, muere en la muerte de los suyos y

resucita en su resurrección261. Al decir que se es cristiano dalit y no simplemente

dalit, significa que ante todo, se proclama y afirma que Cristo fue un dalit, que su

humanidad y divinidad se deben entender en función de esa condición. Cuando el

Hijo de Dios se siente abandonado por Dios, permanece un sentimiento de

abandono que está en el corazón de las experiencias dalits; lo que simboliza la

cruz de Cristo es la condición dalit de la divinidad y la humanidad262. Desde los

estudios de Nirmal, también se ha elaborado una pneumatología dalit, tomando

como referencia el relato del valle de los huesos secos (Ez 37), los cuales se

258

Cf. Ibid., p. 124. 259

Cf. IZUZQUIZA, Daniel. Enraizados en Jesucristo, ensayo de eclesiología radical. Santander: Sal Terrae, 2008. p. 241. 260

Cf. Ibid., p. 243. 261

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 230. 262

Cf. Ibid., p. 233.

132

refieren a Israel pero en circunstancias dalit, es decir, secos, muertos y sin vida.

Pero el Espíritu Santo los revive, les da vida, los unifica y hace de ellos un ejército.

Siendo efectivamente el Cristo roto uno de los rasgos fundamentales de la

teología dalit, con el cual quedó aún más firme la propia concepción de Dios, se

podrían unir otros dos elementos que aportan enormemente a la identidad del dalit

cristiano. En un primer momento ―la mesa‖, puesto que el hecho de que Jesús

invite a compartir la mesa con Él a los marginados de su tiempo, indica el símbolo

de que la acción salvífica de Jesús alcanza especialmente a los dalits. El amor

salvador de Dios llega a todo tipo de personas sin tener en cuenta su posición

económica, social ni ritual263. En segundo lugar, habría que pensar en una

comunidad nueva, en la que todos son iguales y no hay discriminación. Si Dios

opta por los dalits, es con la intención de conducirlos a una comunidad nueva, a la

de su reino, y la función de los dalits, es desafiar proféticamente a sus opresores,

buscando siempre el sentido comunitario en su identidad con Dios.

Finalmente, se reflexionará sobre la conciencia histórica de los cristianos dalits, el

segundo rasgo preponderante. Las raíces del pueblo dalit van ligadas a su

conciencia histórica. La historia es importante para los dalits, pero el historiógrafo

habitualmente no está de su lado porque se requieren fuentes históricas, sobre

todo, escritos de hallazgos arqueológicos. Ellos también fueron un pueblo

conquistado, de tal forma que su historia y su cultura fueron sistemáticamente

destruidas264. Nirmal indica que esta historia es importante para hacer teología

dalit, aunque no será suficiente. Consiguientemente, la conciencia histórica del

dalit es el dato primario de una teología dalit cristiana. Ella presenta un patetismo

mayor y más profundo, incluso, que el hallado en el credo deuteronómico, pues no

263

cf. AMALADOSS, Op. Cit., p. 56. 264

Cf. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 226.

133

podían dejar huellas impuras, no podían escupir, ni aprender sánscrito. No

solamente fueron no-pueblo, sino también no-seres humanos265.

En suma, la conciencia histórica del dalit es un relato de aflicciones, cautiverios,

trato cruel y de fatigas y lágrimas. No es tan sólo una experiencia pasada de los

antepasados dalits, sino también una realidad presente que se halla enraizada en

la psique y en la realidad social. Nirmal declara que los cristianos dalits afirman su

propia experiencia de éxodo. Del mismo modo que los dalits deben ser

conscientes de su memoria histórica, también deben serlo de su actual conciencia

cristiana, pues no son sólo dalits, sino dalits cristianos266.

4.3 HORIZONTES DE LA PERSPECTIVA TEOLÓGICA DALIT

Como toda teología, la dalit también debe proyectarse hacia el futuro. Nirmal opina

que la teología dalit puede ser plural, es decir, que personas diferentes pueden

hacer teologías diferentes, pero dependiendo de su contexto y experiencia

particular. Si se tienen en cuenta los movimientos dalits, principalmente los de la

década de los años veinte del siglo XX, podrá verse en ellos un carácter de

autoafirmación de los dalits y su confianza en sí mismos y Nirmal piensa que esta

es la dirección correcta que debe seguir la teología dalit267. Respecto a la tipología

de los movimientos dalits, se podrían distinguir dos tipos: el reformista,

representado por Gandhi, y el alternativo, adoptado por Ambedkar; pero quizá se

necesiten ambos. Los dalits necesitan afirmarse y hacer valer sus derechos, y los

hindúes de casta necesitan un cambio de ideología.

Nirmal agrega que la liberación que los dalits buscan en la India es diferente de la

liberación que la teología latinoamericana de la liberación se propone conseguir,

puesto que su punto de partida no es necesariamente el combate por la opresión

socioeconómica; y por otra parte, afirma que aún en medio de las atrocidades

265

Cf. Ibid., p. 228. 266

Cf. Ibid., p. 229. 267

Cf. Ibid., p. 234.

134

contra los dalits, se prevé un futuro brillante para ellos, fundado en los aportes de

la educación y el desarrollo económico para el cambio social, pero principalmente

en la autenticidad de su seguimiento cristiano.

En la última parte de este proyecto se analizarán tres aproximaciones teológicas

en torno al dalit que son deducidas de las numerosas reflexiones que muchos

cristianos, teólogos y no teólogos han querido plasmar implícita o explícitamente

en su afán por tener un acercamiento a la condición dalit. Muchas veces se ha

pensado respecto a la teología dalit y en general a las teologías asiáticas que

hacen parte, o que sus argumentos tienen fuerza desde la teología de la liberación

en América Latina. Por eso se describirán algunas intuiciones para dilucidar sobre

la identidad de estas dos teologías y la manera en que se hacen compatibles.

Ahora bien, puesto que en las teologías emergentes se han descubierto diversos

lugares teológicos, se intentará presentar la comprensión del dalit como

sacramento, realidad palpable y fuente de gracia para el pueblo de Dios.

Finalmente, se tomarán en consideración algunos apuntes en torno a la

resignificación de la persecución a los cristianos dalits como verdaderos mártires

del siglo XXI.

4.3.1 Teología dalit, ¿Teología del sufrimiento? ¿En qué sentido se considera

teología de la liberación?

En primer lugar, para identificar la teología dalit como teología de la opresión, es

conveniente retomar la categoría de ―pueblo crucificado‖ ya señalada en el tercer

capítulo. Traduciendo en categorías asiáticas esta expresión de Ellacuría se

tendría que la opresión que vive el pueblo crucificado viene de una necesidad

histórica en la que es conveniente que muchos sufran para que unos pocos gocen

y que muchos sean desposeídos para que unos pocos posean268. La situación de

268

Cf. SOBRINO, Jon. Ignacio Ellacuría, aquella libertad esclarecida. Santander: Sal Terrae, 1999. p. 191.

135

los pueblos crucificados se puede leer en clave del Siervo de Yahveh, pues el

pueblo tiene objetivamente determinadas condiciones que son esenciales del

Siervo doliente, él es el lugar histórico más adecuado para continuar la redención

de Jesús, el Siervo. El pueblo crucificado ilumina lo que históricamente puede y

debe ser la utopía, la cual no puede ser otra cosa que la vinculación de la

pobreza269, el compartir todos austeramente los recursos de la tierra y la

civilización del trabajo, que ha de prevalecer sobre el capital.

Michael Amaladoss, hablando de las imágenes de Jesús en Asia, lo presenta

entre otras denominaciones como el ―Satyagrahi‖ (la verdad) y afirma que la

opresión y el sufrimiento tienen un significado cuando se comprende desde la cruz

de Cristo270. El sufrimiento es una manifestación de su compromiso con la verdad

y la justicia y por eso, una persona que sufre por una causa no debe atraer la

conmiseración sino la admiración. Así, el dolor se convierte en algo transformador

y cambia a la persona que sufre271. En este orden de ideas es que la teología dalit

se podría ver como una teología de la opresión, es decir, que si algunos sufren en

función de una manifestación de amor y compromiso, no hay por qué tener miedo

a presentar a Jesús como una figura sufriente, a la que muchos han seguido,

llevando consigo el mismo sufrimiento.

Nirmal llama patetismo a la perspectiva mencionada, considerado base de la

teología dalit272. Esta teología afirma la unidad básica entre teoría y práctica, entre

pensamiento y acción. Todo conocer es praxiológico, pero el patetismo es anterior

a la praxis.

Los dalits conocen a Dios en y a través de su sufrimiento. Para una teología dalit el dolor o patetismo es el comienzo del conocimiento. Es en y a través de ese patetismo como conoce a Dios quien sufre. Esto se debe

a que quien sufre sabe, en y a través de su dolor – patetismo, que Dios participa en el dolor humano. Esa participación de Dios en el dolor

269

Cf. Ibid., p.193. 270

AMALADOSS, Michael. Jesús asiático. Nueva Delhi: Mensajero, 2007. p.146. 271

Cf. Ibid., P. 147. 272

CF. BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 223.

136

humano la describe el Nuevo Testamento como la pasión de Jesús

simbolizada en su crucifixión... la pasión de Cristo es la pasión del mundo. El corazón de la experiencia dalit es el patetismo; solo la experiencia dalit

conduce al conocimiento patético, modo exclusivo de los dalits273

En su carta encíclica Spe Salvi, Benedicto XVI, presenta el actuar y el sufrir como

lugares de aprendizaje de la esperanza. Reconoce que aquello que orienta y

anima la actividad del ser humano, tantos en los momentos buenos como en los

malos, es la gran esperanza fundada en las promesas de Dios274 y por lo tanto, el

sufrimiento también forma parte de la existencia humana; se podría limitar o luchar

contra él, pero no se puede suprimir275.

Cuando los hombres y las mujeres intentan evitar toda dolencia, tratan de alejarse

de todo lo que podría significar aflicción, cuando quieren ahorrarse la fatiga, el

dolor de la verdad, del amor y del bien, caen en una vida vacía en la que quizás ya

no existe el dolor, pero en la que la oscura sensación de la falta de sentido y de la

soledad es mucho mayor aún. De ahí que lo que cura al hombre no es esquivar el

sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación,

madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, quien

ha sufrido con amor infinito.

El Papa afirma que una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es

capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y

sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana 276.

Consiguientemente, no basta ver al dalit y hablar de él, sino que hay que sufrir con

él, por él; sufrir por amor de su verdad y su justicia. Hay que sufrir a causa del

amor y con el fin de convertirse en una persona que ama realmente, elemento

fundamental de humanidad y cuya pérdida destruiría al hombre mismo 277.

273

NIRMAL, Arvind. A reader in dalit theology. En: BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 224. 274

BENEDICTO XVI. Carta Encíclica Spe Salvi, Roma, 2007, 35. 275

Ibid., 37. 276

Cf. Ibid., 38. 277

Cf. Ibid., 39.

137

Ahora bien, puesto que no basta con reconocer el patetismo y escribir de nuevo la

historia de los dalits, debe comprenderse que esa teología dalit requiere una visión

social liberadora y transformadora278. Nirmal toma como ejemplo la visión social

liberadora del Doctor B.R. Ambedkar, basada en los principios de libertad,

igualdad y fraternidad. Dicha intuición coloca al hombre y la dignidad humana en el

centro de su pensamiento filosófico y sociológico; por eso sus escritos, que forman

parte del dalit Sahitya279, son una protesta contra la desigualdad y la injusticia

sociales280.

A partir de esta realidad se vislumbra en primer lugar, que la teología dalit debería

liberarse de la teología occidental, a la cual Balasuriya critica duramente porque

pretendía una clara universalidad y estaba determinada por potencias y grupos del

mundo dominante. Es una teología tradicional que ha estado muy centrada en la

Iglesia y ha tendido a equiparar el Reino universal de Dios y el bien común

humano con la expansión de la Iglesia281. Este pensamiento teológico y la

actividad eclesiástica estaban influenciadas por la composición clasista del

personal de la Iglesia, y por eso tenía poco que ver con las circunstancias de la

clase trabajadora y estaba desconectada de los problemas que afectaban a los

pobres del medio rural y a los muchos millones de pobres del medio urbano de

todas partes.

Balasuriya también sostiene que es una teología no revolucionaria que acepta el

modelo urbano y tecnológico occidental como patrón normal del desarrollo

nacional282, a lo cual se suma una desprovisión del análisis social. Y finalmente, la

comprende como demasiado teórica, puesto que no tiene en cuenta las exigencias

de las situaciones reales, ni los esfuerzos requeridos para cambiarlas.

278

Cf. Ibid., p. 227. 279

El Gobierno indio ha creado la Sahitya Akademi para fomentar y coordinar las actividades literarias en las distintas lenguas de la India, con vistas a promover la unidad cultural del Estado. 280

Cf. NIRMAL, Arvind. Towars a Dalit theology. En: BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 227. 281

Cf. Ibid., p. 55. 282

Cf. Ibid., p. 56.

138

Así, muchos elementos de esa construcción y complejos globales de la

teología europea occidental no proceden necesariamente de Jesús; más bien son elaboraciones realizadas debido a la dominación europea sobre el Evangelio y sobre la teología cristiana. Es necesario, por tanto,

examinar esta teología para ver qué hay en ella procedente de Jesús y qué hay en ella debido a la cautividad europea del Evangelio

283.

Todo esto explica las razones por las cuales Balasuriya tiene gran aprecio por la

teología latinoamericana de la liberación, pues estos teólogos, utilizan el análisis

social para entender su sociedad y para discernir las luchas de sus pueblos por la

liberación de la opresión socioeconómica. Es un esfuerzo que recurre a las

categorías de análisis marxistas. Una vez critican las teorías y la práctica del

desarrollo socioeconómico que no liberaban realmente a los pobres, éstos

teólogos procedieron a una relectura de la Biblia y a una valoración nueva de la

vida de la Iglesia, de su historia y de las doctrinas cristianas. El éxodo, la misión

de liberación, la postura profética y la muerte de Jesús son temas claves en su

teología. Se basa en un compromiso previo con la tarea real de la liberación

humana, principalmente respecto a la injusticia social284. En otras palabras, se

podría entender como una evolución teológica de Latinoamérica que exige una

opción cristiana a favor de los oprimidos en el mundo cruel de la realidad

socioeconómica. De estos fundamentos se nutre la teología dalit.

Ya desde la instrucción romana sobre la teología de la liberación se acepta que la

teología de la liberación es totalmente válida285. Liberación es equivalente

contemporáneo a la clásica fórmula teológica oeconomia salutis, que es la

aspiración de todos los humanos y la meta perseguida por todas las religiones.

Entendida de esta manera, liberación es la única liberación de Cristo y de su

283

Cf. BALASURIYA, T. methodologies in third world theology. En: BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 57. 284

Cf. Ibid., p. 58. 285

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Libertatis conscientia: Instrucción sobre libertad cristiana y liberación. Roma, 1986. Nº. 2.

139

Iglesia. Y así la teología de la liberación es el intento, por parte de la Iglesia, de

analizar detalladamente esa preocupación en la teoría y en la práctica286.

La teología será además, siempre válida si origina, desarrolla, y culmina en una

praxis/proceso de liberación. Pero según Pieris, sería una herejía eclesiológica el

suponer que una teología se convierte en asiática cuando las blancas caras de su

episcopado van gradualmente remplazándose por caras negras, morenas o

amarillas287. Un clero indígena no es necesariamente signo de una iglesia

indígena, lo que hace indígenas o locales a esas comunidades cristianas es su

compromiso activo y arriesgado con la historia cultural asiática.

Consiguientemente, una teología de la liberación válida en Asia, nace primero

como una fórmula de vida que refleje una praxis eclesial de liberación que sea

continuamente interiorizada y simbólicamente representada.

Ahora bien, Nirmal considera que la teología latinoamericana de la liberación sigue

siendo una teología importada. Cuestiona que se le acepte sin crítica. Y aunque la

cuestiona no denigra de ella porque de hecho cree que toda la teología cristiana

debe adoptar un carácter dialogal que no debe excluir el diálogo con la teología de

la liberación288. Pero esta teología latinoamericana y su tradicional análisis

doctrinario marxista son insuficientes en el contexto de las realidades

socioeconómicas de la India, aún más, de los cristianos dalits, en tanto que no

opina nada frente al sistema de castas, que acrecienta la complejidad de las

realidades socioeconómicas indias. A su modo, Julio Labayen289 tampoco acepta

el modelo de la teología de la liberación aplicado al contexto asiático, porque al

286

PIERIS, Aloysius. El rostro asiático de Cristo. Op. Cit., p.175. 287

Cf. Ibid., p. 176. 288

NIRMAL, Arvind. A dialogue with dalit literature. En: BALASUNDARAM, Op. Cit., p. 209. 289

El Obispo Julio Xavier Labayen, O.C.D., doctor en teología, obispo de Infanta (Filipinas), nació

el 23 de Julio de 1926. Estudió filosofía en Holy Hill, Wisconsin (EE.UU.) y teología y derecho canónico en Roma. Fue ordenado sacerdote en 1955 y consagrado obispo de Infanta en 196 6. Entre 1971 y 1979 ocupó el cargo de presidente ejecutivo de la oficina para el desarrollo humano,

de la Federación de Conferencias episcopales asiáticas, con sede en Manila. También es el director nacional del secretariado nacional de acción social y de la comisión de Justicia y paz de la conferencia católica de Filipinas desde 1966 hasta la fecha.

140

basarse en el análisis marxista, tal vez no tenga en cuenta los valores culturales

de los pueblos asiáticos. Sostiene que una teología asiática, sea de la lucha,

minjung o dalit, debe tomar los elementos de su cultura y hablar de liberación,

misericordia y perdón, de los males de la pobreza forzosa, y del valor positivo de

la pobreza religiosa290.

Eso no quiere decir que no exista ni sea necesaria una teología de la liberación en

Asia, propiamente una teología de la liberación dalit, sino que ella se ha criticado

por no ser sino una burda imitación del modelo latinoamericano291.

Con todo, no queda alternativa que apuntar a una propia teología de la liberación

dalit, que sin distanciarse completamente, sepa responder en forma genuina y de

acuerdo a las múltiples vicisitudes y realidades de los cristianos dalits. La palabra

clave es, entonces, la liberación.

La propuesta teológica de la liberación dalit no debería entenderse exclusiva de

las agrupaciones dalits o proletarios, sino que es la élite de la clase ociosa, y los

mismos líderes religiosos los que necesitan ser liberados en y a través de la propia

acción redentora de las masas, los dalits, quienes han sido investidos con una

misión mesiánica para la liberación total de la humanidad292. Esto cambia la

perspectiva de la teología latinoamericana de la liberación, dado que si ella acudía

a un lenguaje basado en categorías bíblicas aplicadas a un contexto cultural que

no difiere mucho del europeo, en la India, y en Asia en general se debe tener claro

que no es una población cristiana y que por lo tanto debe hacer liberación en otras

perspectivas. Pero también es claro que el cristianismo encierra en sí mismo la

semilla liberadora, la cual se encuentra paradójicamente no sólo en la pobreza

forzada del campesino asiático o en la pobreza voluntaria de los monjes y monjas,

sino también en la opresión dalit.

290

Cf. NIRMAL, Op. Cit., p.143. 291

AMALADOSS, Michael. Vivir en libertad: las teologías de la liberación del continente asiático. Op. Cit., Prólogo a la obra. 292

Cf. PIERIS, Aloysius. El rostro asiático de Cristo. Op. Cit., p.186.

141

En últimas, la novedad de esta liberación, es lo que Pieris llama religiosidad de los

pobres293 o lo que podría señalarse como religiosidad de los dalits, en la cual se

intenta integrar la experiencia religiosa asiática en la perspectiva bíblica de un no-

pueblo que lucha por ser pueblo, de una indignidad dalit que merece ser valorada

como dignidad cristiana. Pensar en una espiritualidad en clave de liberación dalit,

es orientar la religiosidad cristiana dalit hacia la li turgia de la vida, de frente a la

teología de la cruz y en el contexto del Jesús histórico y su humanidad, que de

hecho, son tres modos de percibir el mismo misterio de la redención294.

El dalit que se proclama seguidor de Jesucristo debe entender la liberación como

un componente radical que permite hablar de servicio y entrega, de privilegiar al

otro y hacerse su prójimo y cuando exige la libertad, no es mera proclamación de

derechos humanos o un intento vano de abolir el sistema de castas, sino sobre

todo fidelidad a Cristo en el amor al otro que también vive la opresión, cuya

defensa exige el riesgo del martirio295.

De esta manera se comprenderá que no se puede concebir lo cristiano sin que

sea liberador, pues este es el gran mensaje de la antigua y la nueva alianza; es el

ser cristiano, lo que hace que la liberación sea integral y universal296. Con base en

este argumento, se vislumbrará la liberación del dalit en todas sus dimensiones,

toda su historia política, social y económica, y sumándole la visión de Boff, sería

también liberación de su realidad de pecado y de toda forma de dominación y

esclavitud297. A causa de esto, la espiritualidad liberadora no es espíritu de

libertinaje o anarquía; el dalit cristiano es libre cuando sabe afrontar el día a día y

293

Cf. Ibid., p. 17. 294

Cf. Ibid., p. 133. 295

Cf. HERRERO, Juan León. Recuperar la Iglesia: recuperar la utopía. Valencia: Tirant lo Blanch, 2007. p. 133. 296

Cf. SOBRINO, Jon. Ignacio Ellacuría, aquella libertad esclarecida. Santander: Sal Terrae, 1999.

p. 191. 296

Cf. Ibid., p. 168. 297

Cf. Ibid., p. 170.

142

vive la realidad concreta de la lucha, cuando tiene la capacidad de contraponer sin

escándalos insuperables y sin cansancios derrotistas, la miseria y opresión298.

Finalmente, la teología de la liberación dalit, no opuesta a la teología

latinoamericana de la liberación, pero sí con unos matices particulares, reconoce a

Jesús como asombrosamente libre, de lo cual se desprende una teología de la

identidad que genera la protesta de los cristianos dalits contra el trato desigual y

opresor, pero que conlleva una libertad radical de confianza que permite amar sin

reservas, incluso al opresor, aceptarse en su propia situación y principalmente

proclamarse en hechos y palabras como fieles seguidores del mensaje liberador

de Cristo299.

4.3.2 Hacia una presencia sacramental del dalit

Desde la doctrina de la Iglesia se han entendido los sacramentos como signos

eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia 300. Ellos están

ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo,

y en definitiva, a dar culto a Dios301.

Cristo es el sacramento fundamental, y en Él, la sacramentalidad tiene un sentido

pleno, pues su presencia es presencia total del Padre (Jn 14,7-9) que se realiza

por el acto redentor, a través del cual se comunica la vida en los sacramentos que

son dispensados al hombre. San Agustín afirmó muchas veces que Cristo es

auténtico autor de los sacramentos, de lo cual se desprende una conexión

sacramental con el sacrificio de la cruz302. Cristo subyace en todo acto liberador y

salvador realizado dentro y fuera de la Iglesia y a su vez, todo acto de salvación y

liberación se constituye como verdadero sacramento. Al decir que Él es

298

Cf. CASALDÁLIGA, Op. Cit., p.108-109. 299

Cf. NOLAN, Albert. Jesús, hoy: una espiritualidad de libertad radical. Santander: Sal terrae, 2007. p. 232. 300

JUAN PABLO II. Catecismo de la iglesia católica, 1994. N. 1131. 301

Cf. Ibid., Nº. 1123. 302

Cf. MORIONES, Francisco. Teología de san Agustín. Madrid: BAC, 2005. p. 403.

143

sacramento fundamental se quiere significar que es anterior a todo sacramento,

porque todo sacramento se realiza y tendrá como origen a Él mismo.

Históricamente el Concilio de Trento es el punto de referencia para ubicar el

clásico septenario sacramental; pero cuando se empezó a aplicar la denominación

a Cristo y a la Iglesia, se volcó la mirada sobre la naturaleza, la humanidad, la

historia, la Palabra y además sobre el pobre como sacramento privilegiado y

preferente de Cristo303 y de ésta última bebe su sacramentalidad el dalit. De ahí se

forja lo que hasta hoy se conoce como sacramentos fundamentales.

Cuando se afirma que Cristo es sacramento fundamental, o más bien,

protosacramento y que la Iglesia es sacramento efectivo de Cristo, no se dice

solamente lo del adagio popular Ubi ecclesia ibi Christus o Ubi Christus ibi

Ecclesia, sino que Cristo, en cuya compañía se encuentra la Iglesia verdadera, es

percibido claramente como el Cristo encarnado en la historia que continúa estando

presente, de un modo sacramental en la carne y la sangre de los seres humanos

que lloran, si es que no luchan, por el amanecer del Reino de justicia, y no un

Cristo, primordialmente gnóstico que está legítimamente presente en una

comunidad institucionalizada304. De ahí que entender la Iglesia como sacramento

no resulta ciertamente ninguna novedad. La novedad surge cuando se habla de la

Iglesia como sacramento histórico de salvación y de liberación305, en lo cual tiene

total cabida la imagen del dalit, y un primer atisbo de lo que sería su

sacramentalidad.

Por consiguiente, la Iglesia realiza su sacramentalidad histórico salvífica

anunciando y realizando el Reino de Dios en la historia. Así se comprenderá que

la Iglesia no es en absoluto un fin en sí misma, sino que toda ella está para

303

Cf. MALDONADO, Luis. Praxis sacramental y compromiso de fe. Madrid: PPC ediciones, 2001. p. 113. 304

Cf. PIERIS, Aloysius. El rostro asiático de Cristo. Salamanca: Op. Cit., p. 145. 305

Cf. SOBRINO, Jon. Ignacio Ellacuría, aquella libertad esclarecida. Santander: Sal Terrae, 1999. p. 194.

144

cumplir el objetivo por el cual se fundó: el servicio al Reino de Dios306. De esta

manera, cuando la Iglesia como signo visible se ponga al servicio de la justicia, en

pro de la dignidad dalit y luche contra todo aquello que la impida, realizará su

misión esencial de quitar el pecado del mundo y de anunciar verdaderamente que

Dios es la salvación del hombre.

Volviendo a la perspectiva de que Cristo es el sacramento original del encuentro

de los hombres con Dios en la historia, los pobres son el lugar privilegiado del

encuentro con Cristo, y consecuentemente los dalits, no sólo por ser oprimidos

económica y socialmente, sino en su dignidad y en la lucha por el seguimiento de

Cristo. En un mundo caracterizado por la conflictividad y la injusticia, la Iglesia se

convierte en sacramento histórico de liberación en la medida en que actúa a favor

de la dignidad de los cristianos dalits y en su lucha como parte de los destinatarios

privilegiados del anuncio evangélico307.

Elaborando una teología de la liberación dalit a la luz de la teología

latinoamericana de la liberación, se podría comprender que Cristo asume su

destino hasta morir en la cruz, y se afirmaría la presencia real de Cristo en los

dalits, hasta el punto de sostener que los oprimidos constituyen nada menos que

el Cuerpo de Cristo en la historia.

La Lumen Gentium, en uno de sus primeros apartados, sostiene que la Iglesia

reconoce en los pobres y sobre todo en los que sufren, la imagen de su Fundador

pobre y doliente308. No obstante, el punto álgido de la sacramentalidad del pobre

se encuentra en el sermón de Jesús sobre el juicio (Mt 25,31-46), lo que se

considera como culmen del llamado discurso escatológico (Mt 24-25). Las

diversas manifestaciones de opresión son situaciones del propio Jesús que se

identifica con las personas que viven la misma realidad. Es el Hijo hecho hombre,

306

Cf. Ibid., p. 195. 307

Cf. Ibid., p. 199. 308

CONCILIO VATICANO II, 1965. Constitución dogmática Lumen Gentium, 8.

145

quien comparte el destino más trágico de esa humanidad 309 que ha hecho suya y

asume la radicalidad de la opresión e injusticia que vive el dalit.

A la base del tratado de sacramentalidad de Jon Sobrino, se podría reflexionar

sobre un cuestionamiento paralelo al cristiano dalit: ¿dónde está la verdadera

Iglesia: en la comunidad manifestada a través de la Palabra y el sacramento o en

la fraternidad latente del juez universal oculto en los dalits? González Faus

concreta que los pobres revelan la debilidad de Dios. Dios se revela como débil

porque su ser es amor, y el amor no tiene otra fuerza distinta que la de su misma

realidad, que como tal, llama y solicita, pero no fuerza ni impone 310. Así, podría

afirmarse que en lugar de aparecer Dios en el dalit como el Todopoderoso, se

revela como el Todo debilidoso, o como se decía antes, en forma de Cristo roto a

causa del patetismo que vive.

Luis Maldonado, tomando el documento de Puebla, reafirma que la situación de

extrema pobreza generalizada adquiere en la vida real rostros muy concretos en

los que se debería reconocer los rasgos sufrientes de Cristo 311, que cuestiona e

interpela; rostros de indígenas, de campesinos, de obreros, desempleados, de

jóvenes desorientados y frustrados, de niños golpeados y vagabundos, de mujeres

maltratadas, de ancianos, y por qué no, de los minjung y los dalits. En el rostro del

dalit también puede verse el rostro del crucificado, de un crucificado roto, en quien

reside su sacramentalidad última. En Cristo no hay reparo de hacer suyos los

rasgos de quienes padecen el dolor y la miseria, cuyos rostros reflejan y expresan,

la pasión de Cristo, su efigie doliente. El Cuerpo de Cristo habla directamente a

través del dalit, en su indignidad y persecución, haciéndose presente en él, para

denunciar la injusticia y proclamar la igualdad y solidaridad312. Teniendo estas

309

MALDONADO, Op. Cit., p.134. 310

Cf. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Los pobres como lugar teológico. En: Revista latinoamericana de teología. Vol.1., 1984. p. 275. 311

Cf. MALDONADO, Luis. Sacramentalidad evangélica. Santander: Sal terrae, 1987. p.148. 312

Cf. IZUZQUIZA, Daniel. Enraizados en Jesucristo, ensayo de eclesiología radical. Santander: Sal Terrae, 2008. p. 205.

146

ideas claras, se tendrá en el dalit como sacramento, la acción gratuita de la gracia

de Dios.

En síntesis, la fuente de lo sacramental es la actualización del misterio pascual de

Cristo que consiste en una presencialización de la persona y la acción vivificante

del Señor Jesús313. Dicha presencia se hace efectiva en el dalit cristiano, en quien

se ofrece el don salvífico, que debe ser acogido y aceptado por el creyente a

través de la confesión de fe, la reconciliación, las acciones concretas y el don del

Espíritu entre los suyos. A través del dalit como sacramento, no sólo se pide que

venga el Señor, sino que además se confiesa que está viniendo; pero esa venida

sacramental no tiene un sentido estático314 puesto que no tiene un punto de

llegada; al contrario, desencadena un movimiento nuevo que interpela a todo

aquel que lo contempla; es un nuevo camino del pueblo de Dios: la realización del

Reino.

4.3.3 Cristianos dalits: mártires del siglo XXI

Una reciente publicación de la agencia alemana Idea315, afirma que ninguna otra

religión en el mundo afronta tanto sufrimiento como el cristianismo, ya que cerca

del 90% de todos los mártires que mueren por sus convicciones son seguidores de

Jesús. Según la oficina de prensa alemana, se estima que anualmente 90 mil

cristianos son asesinados. El informe mártires 2006 sobre persecución, revela que

los cristianos sufren tres cuartas partes de todas las heridas infligidas contra

personas debido a sus convicciones religiosas.

El reporte agrega que de los aproximadamente 2.000 millones de cristianos en el

mundo, cerca de un 10% es perseguido o desfavorecido a causa de su creencia.

Como se ha descrito implícitamente, en muchos países africanos y asiáticos, los

313

Cf. MALDONADO, Sacramentalidad evangélica. Op. Cit. p. 236. 314

Cf. Ibid., p. 237. 315

Oficina de prensa alemana. Esta parte corresponde al relato de las características del martirio en Asia. 2003.

147

gobiernos apoyan las religiones tradicionales como parte de una estrategia

nacionalista; por eso usan el sistema legal y la fuerza para intimidar y discriminar

al cristianismo por considerarlo una religión extranjera. Vietnam, Indonesia,

Pakistán, e India, son algunos de los países donde esto ocurre.

El mundo de hoy puede analizarse como un mundo de víctimas y victimarios. Pasó

Auschwitz, Hiroshima, los Gulags, pero millones de seres humanos siguen

sufriendo masiva, injusta, e inocentemente muertes violentas en represión,

guerras y masacres. Varios millones más sufren una muerte lenta a causa de la

pobreza, sobre todo mujeres y niños, que son los más débiles del sistema,

además de la muerte de su dignidad y de sus culturas.

Lo que se ha conocido como globalización no ha cambiado las cosas, sino que ha

hecho aumentar el número de los excluidos. Por citar un ejemplo, unos 1.300

millones de personas tienen menos de un dólar al día para vivir; esas son las

víctimas; y los victimarios son las instituciones y estructuras, que pudiendo

eliminar dichas tragedias, no se inmutan en lo mínimo.

Cuando se mira, no propiamente en los cristianos, que muchos padecen la muerte

por mantener un compromiso testimonial y de amor, podría reconocerse un mundo

de compasión. Por ejemplo, hay personas que se auto-infligen la muerte por causa

de liberación, inmolándose316, como los monjes budistas en Vietnam, o lo

acontecido en el festival Thaipusam317 de la India, o suicidándose para dar muerte

a los opresores con la motivación de liberar a los oprimidos y la esperanza de

316

El tema de los terroristas suicidas ha sido condenado desde varios estamentos. 317

El Thaipusam es un festival hindú celebrado principalmente por la comunidad Tamil en la luna

llena del mes Tamil (Enero / Febrero). Pusam se refiere a la estrella que se encuentra en el punto más alto durante el festival. Dicha celebración conmemora tanto el nacimiento de Lord Murugan (también llamado Subramaniam), el hijo más pequeño de la Diosa Shiva y de Parvati, y el momento

en que Parvati le dio a Murugan un arma para que pudiera combatir al demonio Soorapadman. La celebración incluye la presentación de un Kavadi a los dioses. Muchas veces, este sacrificio puede tomar la forma de ofrendas y, otras, de automortificación corporal, previo ayuno y oración. Muchos

de los fieles se perforan las mejillas y la lengua con objetos punzantes. Otros creyentes se autoflagelan y caminan sobre fuego mientras entran en un trance que, en teoría, elimina cualquier dolor, sangrado o las cicatrices que deberían quedar tras dichos martirios.

148

recibir alguna recompensa en otra vida. Pero también hay muertes (físicas y

mentales) por fidelidad a la fe, a una religión o Iglesia, como ha sido tradicional en

la historia y en los antiguos países socialistas, por citar un caso. Así pues, el

martirio en este tiempo, toma una forma novedosa que parece romper la

concepción tradicional respecto a su significado.

Muchos hombres y mujeres han sufrido una muerte violenta y no precisamente por

el testimonio de la fe, sino por su compasión consecuente; en la Iglesia, desde

obispos y religiosas hasta catequistas y ministros de la palabra; en la sociedad,

desde campesinos e indígenas, hasta estudiantes, abogados y periodistas. De una

u otra forma han desenmascarado la mentira y luchado contra el injusto sistema

social318.

Se aprecia con novedad el hecho de que cientos de miles de seres humanos

hayan sido asesinados indefensivamente en grandes masacres, sin libertad de

poder huir siquiera. Ejemplo son las poblaciones campesinas de El Mozote

(Guatemala), o los indígenas en el Quiché (El Salvador); en África, los millones de

refugiados en situación infrahumana; en América Latina, donde se contempla con

nostalgia cómo los victimarios en su mayoría han dicho ser cristianos, pero

realmente constituyen los cuerpos oligarcas, miembros de gobierno y fuerzas

armadas. Y para este proyecto, en Asia, especialmente la India, en la que el

nefasto sistema de castas no vacila en oprimir irreprensiblemente a quienes no

sean hindúes.

Si se analiza con más detenimiento, todo esto podría ser una novedad histórica en

tanto que hace repensar el martirio, porque antes y en otras partes los mártires no

morían así319. Y esa es la realidad del tercer mundo, lo que el mismo Ellacuría

designaría como el pueblo históricamente crucificado y en el que se hace presente

Dios. El dilema se aumenta cuando se tiene en cuenta que muchas de estas 318

SOBRINO, Jon. Nuestro mundo: Crueldad y compasión. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 299. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 16 319

Cf. Ibid., p. 17.

149

víctimas pasan bajo el silencio y el anonimato. Todos recuerdan las víctimas

norteamericanas del Vietnam, cuyos nombres están grabados en monumentos; y

aún más en el caso de Nueva York, el pasado 11 de septiembre; pero ¿quién

recuerda el 7 de octubre, día en que se comenzaron los bombardeos contra

Afganistán? ¿Será que los países pobres no tienen derecho a calendario? ¿Quién

conoce a los dalits? Muy pocos, aun menos en Occidente. Cuando se llama a

esas mayorías pueblo crucificado, Siervo sufriente de Yahveh, es un acto de

reparación que debería haber ocurrido hace mucho tiempo320. Y también es un

acto de fe, porque no sólo se le da dignidad a sus muertes, sino que se ve en ellos

un potencial salvífico: llaman a la conversión, traen luz y salvación, como lo han

captado teólogos del tercer mundo (caso de Pieris en Asia).

Para precisar un poco la definición de martirio, González Faus indica que se ha

dado un desplazamiento en la noción de mártir. Y por eso, se centra el martirio,

principalmente en los motivos del que muere y no exc lusivamente en los motivos

del que mata321. Dado esto, cuando se atiende a la víctima más que al verdugo, se

recupera la terminología de la Iglesia primitiva, por la cual el mártir es ante todo,

un testigo. Testigo de la verdad de Dios que es el amor, en un mundo en el que

reinan el desamor y el egoísmo. En otras palabras, el martirio también puede ser

definido como una plenitud de sentido que brota precisamente de la renuncia a

eso que parece ser el sentido elemental: la vida, pero también es un regalo de

Dios para el mártir y él a su vez es un regalo de Dios para el pueblo de Dios322.

Se cuenta que en Ceará, Brasil, estaban en un encuentro bíblico de cuatro días

para agricultores. Finalizando el tercer día se organizó un debate para dialogar

sobre el problema del sufrimiento del pueblo. Uno de ellos dijo: ―acepto cargar con

la cruz, pero solo aquella que trae liberación para el pueblo‖. Doña Dalva

respondió: ―Señor Raimundo, estoy de acuerdo, pero ¿cuál es la cruz que trae

320

Cf. Ibid., p. 22. 321

Cf. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Testigo del amor, muerto por odio al amor. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium Nº. 299. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 71. 322

Cf. Ibid., p. 74.

150

liberación para el pueblo? Tengo un hijo que vive conmigo y está paralítico. Es

deficiente síquico, no habla ni anda. Yo sola lo cuido todo el tiempo. ¿Qué pasa

con ese sufrimiento? ¿Trae liberación para el pueblo? ¿Hay un lugar para mí en

su comunidad, para mi hijo?” Raimundo no supo responder323.

Carlos Mesters quiere mostrar a partir de esta historia que el sufrimiento de Dalva

tiró por tierra las ideas bien ordenadas de Raimundo. Sus preguntas constituyen la

clave para entender los cánticos del Siervo de Yahveh e iluminan el problema del

sufrimiento del pueblo. Porque precisamente el Siervo es el pueblo. Pero, ¿qué

pueblo? Es el pueblo del cautiverio, descrito en el cuarto cántico como un pueblo

oprimido, sufriente, desfigurado, sin apariencia de personas y sin un mínimo de

condición humana; pueblo explotado, maltratado y silenciado, sin gracia ni belleza;

evitado por todos como si fuera un leproso, condenado como un criminal, sin juicio

ni defensa (Is 53,2-8)324. Ahora, ¿se podría ser tan egoísta limitado pensando que

esta imagen se aplicaría sólo al contexto latinoamericano? ¿No sufren

humanamente igual en Asia? ¿No se atenta contra la misma dignidad humana?

¿Es de menor categoría el cristianismo asiático? De ninguna manera.

Luego el cristiano dalit también es el Siervo sufriente y por supuesto un lugar de

salvación y manifestación de Dios. La razón de esto se da desde la identidad de

Dios con el dolor humano, de toda la humanidad, no el dolor de un país o de un

grupo de habitantes. Y ese dolor de Dios se constata en la presencia de Jesús que

libera al hombre tanto de la miseria que lo oprime, es decir, el pecado, como de su

consecuencia, o sea, la enfermedad, el hambre, el desprecio325.

Hoy la característica descollante de las Iglesias asiáticas es que pueden volver la

mirada a una multitud de mártires. Eso se aplica a la Iglesia de Japón, Vietnam,

323

Cf. MESTERS, Carlos. El siervo de Yahvé: la sufrida resistencia de los pobres, espejo de la justicia de Dios. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 299. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 75. 324

Cf. Ibid., p. 77. 325

Cf. TORRES QUEIRUGA, Andrés. Recuperar la salvación: para una interpretación liberadora de la experiencia cristiana. Bilbao: Sal Terrae, 1995. p. 129.

151

Corea, China, India y muchos otros países asiáticos. Tomando el caso de

Vietnam, la cifra de mártires que se calcula, sólo en el siglo XIX es de 125.000. En

la rebelión bóxer326 de 1900, se dio muerte en China a más de 30.000 católicos a

causa de su fe. En el siglo XVII, los cristianos japoneses demostraron que pese a

las atroces torturas por parte de las autoridades estatales, se mantenían por

millares aferrados a su fe, y por ello pagaron con su vida. La Iglesia coreana

también es la Iglesia de los mártires, que pese al tributo de sangre de cientos de

testigos de la fe, ha seguido existiendo como Iglesia de la clandestinidad327. Y

sobre la India ya se ha expuesto ampliamente en este trabajo.

Precisamente, en víspera de su muerte, Karl Rahner pidió con toda razón una

ampliación del concepto del martirio en el contexto de las luchas activas por la

verdad, la justicia y la paz en el mundo. Tal demanda está cada vez más

justificada en el contexto de las numerosas luchas que están teniendo lugar dentro

de Asia por la vida y la dignidad, y eso es lo que acontece en la lucha de los dalits

contra los movimientos extremistas hindúes, porque aunque este continente tiene

la suerte de albergar en su seno grandes religiones, culturas y tradiciones, la vida

humana sigue amenazada por muchas maneras de proceder que generan

injusticias sociales, discriminaciones, violencias y guerra.

J. Emmanuel328 sostiene que aunque los gobiernos de estos países y sus

dirigentes tal vez disfruten del reconocimiento de la comunidad internacional y de

sus homólogos del primer mundo, gran parte de la población asiática todavía se ve 326

El Levantamiento de los bóxers (義和團之亂 o 義和團匪亂), conocido en China como el

«Levantamiento Yihétuán» (chino tradicional: 義和團起義,), fue un movimiento contra la influencia

comercial, política, religiosa y tecnológica foránea en China durante los últimos años del siglo XIX, desde noviembre de 1899 hasta el 7 de septiembre de 1901. Para agosto de 1900, cerca de 230

extranjeros, miles de chinos cristianos, un número desconocido (entre 50.000 y 100.000) de rebeldes, sus simpatizantes y otros chinos habían muerto en la revuelta y su represión. 327

Cf. EVERS, Georg. El problema del martirio en los países de misión. En: Concilium, revista

internacional de teología Concilium No. 299. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 100. 328

S. J. Emmanuel nació en Jaffna, Sri Lanka, en 1934. Graduado en física por la universidad de Colombo y el filosofía y teología por la pontifical Universidad Urbaniana de Roma. Fue ordenado

sacerdote católico en 1966 y enseñó teología dogmática en Kandy y Jaffna. Ha sido víctima y testigo de la guerra étnica en Sri Lanka. Desde 1997 vivió exiliado en Alemania, donde es Pastor y profesor invitado de teología.

152

enfrentada a numerosas amenazas a la vida y a la dignidad humana, y ahí es

donde se desencadenan grandes luchas en las que la gente se enfrenta a sus

propios gobiernos buscando su supervivencia, dignidad humana y liberación329.

En síntesis, los dalits también toman parte en los millones de asiáticos que son

víctimas de estos regímenes, uniéndose a largas filas de mártires para el siglo

XXI. Ellos se han defendido contra las amenazas a su vida, a su dignidad y a su

nueva fe en Cristo. Han muerto en defensa de sus derechos inalienables, en

defensa de su tierra y herencia india, que no debe ser confundida con la religión

hindú. Han tenido el coraje de identificarse como cristianos y con el riesgo de

perder la vida, pero con la certeza y esperanza de que sus vidas han sido nuevas

por la acción de Cristo, quien ha venido a liberarlos en plenitud, es decir,

totalmente y para siempre.

329

Cf. EMMANUEL, S.J. El martirio en el marco de una lucha asiática por la vida y la dignidad de los tamiles de Sri Lanka. En: Concilium, revista internacional de teología Concilium No. 299. Verbo Divino, Navarra. 2003. p. 26.

153

CONCLUSIONES

Tomando en consideración el fenómeno religioso de los cristianos dalits, según el

cual viven un dilema entre la expresión de su fe y la opresión del régimen social

hinduista, e intentando dar respuesta al planteamiento del proyecto, se señalarán

a continuación un elenco de conclusiones que permitan un acercamiento y un

conocimiento objetivo del contexto socio-religioso del dalit y las diversas

repercusiones que lleva consigo la expresión de esta fe y su formulación teológica.

En primer lugar, respecto al sustrato antropológico, social y religioso del dalit,

originado en la doctrina y los fundamentos del hinduismo, es fácil concluir que Asia

sigue siendo un continente mayoritariamente pobre y que prácticamente todos los

países han adoptado un modelo liberal para su desarrollo económico, de lo cual se

pueden percibir pequeños grupos de ricos, muchos pobres y una separación cada

vez más grande entre ellos. Es de destacar que muchos teólogos han reaccionado

críticamente, tanto ante el capitalismo liberal como ante el socialismo marxista.

En esta complejidad asiática subyace la India y su religión milenaria: el hinduismo,

tradición tan amplia y compleja que no podría delimitarse en una simple definición;

en primer lugar, porque no debería señalarse no como una religión, sino como un

grupo de diversas religiones que van desde el más primitivo animismo hasta el

más abstracto advaitismo. En este sistema religioso permanece inherente la

clasificación social de las castas, cuya fundamentación más cercana se explica

siguiendo el conjunto de su desarrollo histórico, según el cual, los arios quisieron

mantenerse apartados de la población autóctona de piel oscura y conservar su

pureza; fue entonces, cuando se formaron esas varnas o agrupaciones, que

pronto se concibieron a sí mismas como instituciones religiosas con un orden

jerárquico y una denominación común.

154

Siguiendo a Michael Amaladoss, la realidad revela que el verdadero problema de

los dalits no es la casta, sino el derecho a ser reconocidos humanos en su suelo

nativo de la India. Por esto, se debe enfrentar el problema dalit como condición

humana cambiante, y no ciertamente como un problema de casta designado a

perpetuidad. Es un derecho humano de todo individuo, vivir con la dignidad propia

que le confiere su humanidad, por eso una vez más se afirma que no es preciso

erradicar el sistema de las varnas, sino plantear la opción ineludible por los

derechos humanos, valor inalienable de los cristianos dalits; de aquí se deduce la

tarea de descubrir la participación en el Reino de Dios que todo ser humano lleva

dentro de sí y que compete a los teólogos cristianos cara a cara con los dalits.

Hoy el sistema de castas tiene que ser revisado profundamente, ya que si en una

época determinada hizo parte de una sociedad floreciente, las actuales

generaciones pregonan unánimemente su inviabilidad. Se requiere, por ende, una

urgente reforma educativa y social para reducir con prontitud los abismos entre la

élite que se considera de linaje con aquellos que han sido relegados.

Un segundo momento corresponde al cristianismo en la India y a las

consecuencias de la persecución de los cristianos dalits en la manifestación de su

fe, de lo cual se concluye en primera medida, que una vez los dalits se han

convertido masivamente a varias religiones con la esperanza de probar mejor

suerte, ha sido el cristianismo uno de los grandes focos sobre los cuales han

depositado su fe para dar una respuesta urgente que les ayude a reconocer en

Jesús el gran liberador que podría ofrecerles nuevamente su dignidad y abrirles

las puertas hacia horizontes impensables de trascendencia en camino hacia la

salvación. Pero también han evidenciado, la historia y la experiencia, que en

ninguna de ellas ha sido fácil eludir un sistema caracterizado por ser más social

que religioso, el cual no escatima en el momento de oprimir y subyugar al más

débil, manteniendo como utópicos e inconcebibles los artículos de la Constitución

India de 1950, que proporcionan los derechos básicos de cada ciudadano. Y esa

155

es la razón que manifiesta claramente que los cristianos dalits son rechazados en

su propia patria.

Los cristianos de la India y entre ellos, los cristianos dalits, no deben sentirse

relegados, sino más bien, preocupados de su vivencia evangélica en medio de las

relaciones con los adeptos a otras tradiciones religiosas. El mensaje de Jesús no

aísla a los cristianos, sino que los relaciona en un encuentro dialogal con los

miembros de las demás religiones. Tanto hindúes como cristianos deben pensar

en una realidad kenótica y no hegemónica, que los capacite para crear nuevas

interacciones cargadas de respeto hacia el prójimo de otra religión, algo que

obviamente exigirá un haz de valores y actitudes desde el espíritu evangélico.

La dignidad del dalit cristiano se construye a partir de la convicción de haber sido

hecho a imagen de Dios, lo cual le permite conocerse, poseerse y darse

libremente y entrar en comunión con otras personas; en este sentido es llamado

por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y

amor que ningún otro ser puede dar en su lugar.

El dalit cristiano no debe vivir su fe desde la experiencia del victimismo, una

tendencia a considerarse víctima y lamentarse de la propia suerte, lo que según

Bruckner, es una de las patologías del individuo contemporáneo. La auténtica

víctima no padece de victimismo, sino que sufre la injusticia. Y para ser

auténticamente víctima hay que ser inocente, hay que permanecer incontaminado

por el sistema o excluido de él, sin complicidad con su maquinaria idolátrica

sacrificadora, y ésta es la realidad del dalit. De este modo se concluye, que se

hace frente al problema de la intocabilidad y marginación cuando hay una

experiencia auténtica en clave de conversión, persecución y liberación.

En tercer lugar, existe una teología dalit en el marco de la teología cristiana

asiática contemporánea. Sólo cuando el dalit cristiano es consciente de la realidad

que vive y la forma en que debe interactuar con ella, comprenderá que el Dios en

156

quien espera los bienes salvíficos interviene en la historia, asumiendo el peso y el

dolor de la humanidad, sufriendo y superando todos los fracasos y padecimientos

que son inherentes al ser humano. El cristiano dalit debe identificar y experimentar

evangélicamente en la proclamación de la cruz la liberación que de ella procede:

la cruz es pobreza, despojamiento, abajamiento radical para confundir la sabiduría

del mundo y revelar la sabiduría de Dios.

Se concluye también que cuando el dalit cristiano experimenta la liberación,

reconoce que a través de Jesús él es un ser humano nuevo que ha superado las

profundas alienaciones que tenía y que por lo tanto, debe configurarse delante de

Dios y de la sociedad. Entre las nuevas connotaciones prevalece la idea de que

los dalits se autodenominan así, porque es una expresión de la esperanza que los

llevará a identificarse auténticamente.

La teología dalit es el resultado de la reflexión de los cristianos dalits sobre el

Evangelio, a partir de sus propias circunstancias; pero la teología dalit no puede

ser exclusiva, porque una teología que es exclusiva no puede ser cristiana; más

bien es significativa y pertinente porque afirma la fe bíblica de que los pobres son

los siervos sufrientes y los pueblos crucificados de hoy, además porque su lucha

por la vida y la dignidad humanas anuncia la esperanza de un nuevo mundo, la

humanidad redimida. Rasgo fundamental de esa identidad del dalit es la teología

del Cristo roto, que tendría como antesala el Jesús desfigurado de Asia.

Ahora bien, no se puede concebir lo cristiano sin que sea liberador, pues este es

el gran mensaje de la antigua y la nueva alianza; es el ser cristiano, lo que hace

que la liberación sea integral y universal. La teología de la liberación dalit, no se

opone a la teología latinoamericana de la liberación, pero sí conserva unos

matices particulares en los que reconoce a Jesús como asombrosamente libre, de

lo cual se desprende una teología de la identidad que genera la protesta de los

cristianos dalits contra el trato desigual y opresor, pero que conlleva una libertad

radical de confianza que permite amar sin reservas, incluso al opresor, aceptarse

157

en su propia situación y principalmente proclamarse en hechos y palabras como

fieles seguidores del mensaje liberador de Cristo.

A través del dalit como sacramento, no sólo se reclama que venga el Señor, sino

que además se confiesa que está viniendo, lo cual, no tiene un sentido estático,

sino que desencadena un movimiento nuevo, un nuevo camino del pueblo de

Dios: la realización del Reino.

Finalmente, se podría concluir que esta investigación se proyecta a un conjunto de

retos pastorales surgidos en la perspectiva dalit para los demás cristianos de

todos los contextos. Tomando palabras de Juan León Herrero, ―decidirse a formar

parte del discipulado de Jesús es aceptar el desafío y la responsabilidad de

reivindicar la utopía sin importar el contexto particular que cada uno tuvo que

vivir”330. Se requiere una actitud cristiana coherente, al menos de denuncia, ya que

todo lo demás sería complicidad y actitud colaboracionista. Ser cristiano no es

eludir el riesgo, sino afrontarlo, como han hecho muchos dalits cristianos,

mostrando la inconformidad con el sistema social, y reclamando el rompimiento de

todas las estructuras que pretenden alienar la sociedad. Querer ahorrarse la

inquietud al asumir esa responsabilidad sería en cierta manera traicionar el

Evangelio, renunciar a Él y a la misión de la Iglesia.

El cristiano de hoy tendrá que partir de la solidaridad como único modo de relación

con el resto de la humanidad, indicativo de la opción preferencial de Jesús por los

que sufren. Puesto que el dalit no puede quedarse en el conformismo, es decir, la

satisfacción con el modo de vida de su sociedad, sin importarle las secuelas del

sistema, generalmente inevitables, con menor razón, los demás cristianos deben

ceder al fatalismo y la sensación de impotencia, fruto de la resignación conformista

frente a un mundo y una realidad social que se considera inexpugnable, y que

nada pudiera hacer la voluntad humana para cambiarla.

330

Cf. HERRERO, Op. Cit., p. 187.

158

En la fraternidad de discípulos, en el seguimiento que hacen los cristianos de hoy,

no puede existir una casta sacerdotal, no puede haber lucha por el poder, nadie

puede pretender una vocación individual a la santidad por encima de los demás.

Por eso es preciso recuperar el origen del mensaje de Jesús, con el que Dios

apuesta por una nueva humanidad, desafiando cualquier perspectiva de utopía,

porque sólo así se puede acceder al Misterio y se hace posible la incorporación

definitiva con Él.

Dadas estas conclusiones, quedarían sin embargo muchas preguntas y

posteriores análisis que llevarían al lector y a otros teólogos al reto de abri r nuevas

líneas de investigación en perspectiva de la teología dalit. Entre las cuestiones

más sobresalientes, aún quedan por dirimir: ¿sería posible permitir las castas al

interior de cualquier Iglesia cristiana?, pues hay una sensación de cierta exclusión

al interior del mismo cristianismo en la India. Por otra parte, cuando se analizan los

distintos niveles de vulnerabilidad dalit, se ha notado que las mujeres han sido las

más expuestas en esta persecución, ¿qué elementos serían esenciales a una

teología feminista dalit? Ahora bien, como la teología dalit es una parte de la

variada gama de teologías contextuales que se vienen elaborando en Asia, ¿Qué

reflexión teológica podría suscitarse de las relaciones entre la teología dalit, la

teología de la lucha en Filipinas, la teología minjung de Corea y la teología del

tercer mundo? Si se ha considerado la doctrina cristiana como un modelo

típicamente occidental, ¿De qué manera se podrían poner en diálogo los

lineamientos de la Iglesia católica con las perspectivas liberadoras de la teología

asiática? ¿De qué forma se acoplan la teología clásica tradicional India con los

nuevos horizontes de la teología de la liberación dalit? Como la teología dalit no se

reduce a una cristología, ya que al ser sistematizada abre los horizontes de la

investigación, ¿Qué elementos podrían ser fundamentales en el momento de

señalar una escatología y soteriología de la teología dalit? Y pensando en un

plano eminentemente sociológico, ¿Bajo qué perspectivas se relaciona la teología

de la liberación dalit con la declaración de los derechos humanos?

159

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166

ANEXO

GLOSARIO DE TÉRMINOS INDIOS

ADIVASI: son los habitantes indígenas de la India, sometidos por las invasiones

arias. Como los Dalit, constituyen una casta inferior. Su coordinación por toda la

India está a cargo de al menos dos organizaciones: All India Coordinating Forum

for Adivasis and Indigenous Peoples (AICFAIP) e Indian Confederation of

Indigenous and Tribal Peoples (ICITP), ambas con sede en Nueva Delhi.

AGRAHARAM: es un nombre usado para referirse a calles o pueblos en los que

solo residen brahmanes.

AHIMSA: no violencia, no injuria contra las criaturas vivientes, amor universal.

AICC: All India Christian Council. Es una coalición de más de tres mil indios.

Existe para proteger y servir a los intereses de la comunidad cristiana, las minorías

y las castas oprimidas.

AICU: All India Catholic Union. Fundada en 1919. Representa los 18 millones de

católicos laicos de la India.

ARIOS: la palabra ―raza aria‖ significa real o noble. Cuando ellos llegaron a la

India hace más de 3.000 años, ellos se consideraban racialmente superiores a

todos los demás, incluidos los habitantes originarios de la India (dravidianos y

aborígenes).

ASHRAM: cenobio, eremitorio, monasterio.

ASRAMA: períodos de la vida.

ATISUDRA: literalmente menos que sudra. Podría ser un sinónimo de dalit.

167

ATMAN: alma, el sí mismo. También el Yo cósmico: Ser supremo.

BAHUJAN: es una de las comunidades oprimidas en el sistema de castas.

BHAGAVAD GITA: literalmente ―canción celestial‖. Poema incluido en la epopeya

Mahabharata en el que el Dios Krishna dialoga bajo la forma de cochero con el

príncipe Arjuna, revelándole las vías de liberación.

BHAKTA: el devoto, amante de Dios.

BHANGI: podría ser una subdenominación aun entre los dalits. Son

tradicionalmente los funcionarios en la limpieza de letrinas y manejo de los

cadáveres de humanos y animales. A veces la palabra bhangis se refiere a los

dalits en general.

BJP: Barantya Janata Party. Traducido significa Partido Popular Indio, fue

fundado en 1980 y es uno de los dos mayores partidos políticos de la India. Se

presenta a sí mismo como adalid de los valores socio-religiosos de la mayoría

hinduista del país, así como de las políticas sociales conservadoras y de una

fuerte inversión en defensa.

BRAHMA: es el Dios Creador.

BRAHMÁN: no debe confundirse con Brahma, el Dios Creador hindú. Los

brahmanes son las personas de clase sacerdotal, la más alta de las cuatro

divisiones sociales de la India. Literalmente hablando, un brahmán es aquél que

sabe y escribe los Vedas.

BSP: Bahujan Samaj Party. Partido de la sociedad mayoritaria. Es un partido

político en la India con inclinaciones socialistas. Se formó principalmente para

representar a los dalits, proclamando la filosofía de Ambedkar. El BSP fue fundado

por el líder carismático Kanshi Ram en 1984.

168

CASTA: cada una de las cuatro divisiones tradicionales del sistema social de la

India: Brahmanes, guerreros, comerciantes y campesinos.

CHAITYABHOOMI: es un lugar en Bombay a donde peregrinan los dalits.

CHATRIA: segunda de las castas, la de los guerreros.

DALIT: palabra que viene del hebreo y el sánscrito y significa literalmente ―roto‖.

Se refiere exclusivamente a las personas que son social, religiosa, económica y

políticamente oprimidas, maltratadas y explotadas en la India. Es una expresión

que se usa a menudo para definir a los individuos descastados; son considerados

ritualmente impuros.

DEC: dalit education center. Centro de educación dalit.

DEVADASI: en sánscrito significa ―siervo de Dios‖, es una práctica religiosa aún

presente en algunas comunidades hindúes, por la cual, algunas mujeres están

casadas o consagradas a una deidad o a un templo.

DHARMA: ley, rectitud, deberes morales y religiosos. Virtud, justicia, lo que es

conforme a la naturaleza de las cosas.

DHOTI: paño que cubre la parte inferior del cuerpo del hombre.

DIGAMBRAS: literalmente ―monjes de aire‖. Eran ascetas jainas llamados así por

peregrinar desnudos.

DRAVIDIANOS: son los habitantes originarios de la India. Vivían en la parte norte

y fueron empujados hacia el Sur cuando llegaron los arios.

GANGES O GANGA: es el principal río del norte de la India y Bangladesh. Este

río tiene una larga historia de veneración y a menudo es llamado el ―santo

Ganges‖. Su longitud es de unos 2.510 kilómetros. En el hinduismo, el río ganga

169

es personificado con una diosa, que ocupa un lugar importante en el panteón

hindú. Se dice que el baño en este río provoca la remisión de los pecados y

alcanza la salvación.

GOMUTRA: es la orina de la vaca, utilizada por las castas superiores para

purificar los dalits y ahuyentar los malos espíritus. Es un acto degradante cuando

rocían esta orina sobre los dalits o en las zonas que creen contaminadas por su

presencia.

GURÚ: es un maestro en el hinduismo, budismo y sikhismo.

HARIJAN: hijo de Dios. es el nombre que Gandhi le dio a los intocables o dalits.

HARTAL: huelga con trasfondo religioso.

HINDUTVA: es la filosofía de la extrema derecha fundamentalista del hinduismo.

Se cree que la India es para los hindúes y debe ser gobernada sólo por ellos.

HOLI: gran festival hindú que es dedicado a Krishna en algunas partes de la India

y en otras partes es dedicado a Kama, dios del placer.

JÑANA: gnosis, conocimiento verdadero, sabiduría liberadora.

KALI: nombre de la Diosa madre.

KAMA: deseo, placer, amor sensual. Es el Dios del amor.

KARMA: acción, observancia ritual. Efecto de los actos morales, ley eterna de la

retribución.

KARMA-YOGI: el que busca la salvación por el camino del desapego de los actos

sin dejar de realizarlos.

170

KRISHNA: encarnación del Dios Visnú, es la manifestación suprema del amor y

preocupación de Dios por el hombre.

MAHABHARATA: epopeya sagrada del hinduismo.

MAHATMA: literalmente ―alma grande‖. Es el nombre que Tagore le dio a Gandhi.

MANTRA: es una oración corta (estribillo) hindú y budista que se repite muchas

veces. Existen mantras para casi todo: para alejar los malos pensamientos,

relajarse, prepararse para el trabajo, realizar deportes, aumentar el amor, etc. La

palabra sánscrita mantra proviene de las raíces manas (‗mente‘) y traiate ‗ liberar‘;

por tanto, el mantra se considera un liberador de la mente.

MANU: mítico legislador del hinduismo.

MANUSMRTI: leyes escritas por Manu.

MITRA: Dios del hinduismo védico.

MOKSA: liberación definitiva del alma del ciclo transmigratorio; salvación eterna.

PANDIT: literalmente ―erudito‖. Era el sobrenombre que los indios le dieron

PRAKTRI: material primordial, naturaleza.

PURUSARTA: finalidad de la vida humana.

RAMA: encarnación del Dios Visnú.

RAMAYANA: poema épico que narra la vida de Rama.

RIG VEDA: es uno de los textos sagrados de la India compuesto alrededor del

1.200 a.C. El himno 90 del libro 10 contiene un interesante mito de la creación;

todo cuanto existe surgió del sacrificio de un ser llamado Purusha.

171

SAMKHYA: una de las escuelas filosóficas del hinduismo.

SAMSARA: transmigración.

SANATANA DHARMA: se dice que este es el auténtico nombre de la religión

hindú. Es la religión eterna, el eterno camino de vida.

SÁNSCRITO: es un idioma de la familia indoeuropea. Es una lengua clásica de la

India y un lenguaje litúrgico del hinduismo, el budismo y el jainismo. Es uno de los

22 idiomas oficiales de India. Su posición en la cultura de la India y del sudeste asiático es similar a la del latín y el griego en Europa. Literalmente quiere decir ‗perfectamente hecho‘: sam: ‗completamente‘; kritá: ‗hecho, obra‘ (de la raíz kri;

está emparentado con la palabra karma: ‗acción‘, y con el latín crīmen: ‗hecho discernible‘). Se escribe en el silabario devánagari. El sánscrito es utilizado

principalmente como lenguaje ceremonial en los rituales hindúes, en la forma de himnos y mantras. Su forma pre-clásica, el sánscrito védico (el lenguaje ritual de la religión védica) es uno de los miembros más antiguos de la familia indoeuropea.

Su texto más antiguo conocido es el Rig Veda. En este idioma fueron escritos todos los textos clásicos del hinduismo. También es el lenguaje del yoga.

SATI: es la inmolación de la viuda en la pira funeraria del marido. Nombre

alternativo para la deidad hindú Dakshayani, primera mujer de Shiva.

SATYAGRAHA: persistencia o firmeza en la verdad.

SHASTRAS: tratado, escritura.

SHET: jeque, jefe, musulmán.

SIKHISMO: es una religión monoteísta basada en las enseñanzas de 10 gurús

que han vivido en el noreste indio durante 16 o 17 centurias.

SRUTI: lo que se oye, revelación. Nombre genérico de las escrituras védicas.

SUDRA: casta de los siervos u obreros.

SVABHAVA: naturaleza, disposición connatural.

172

SVADHARMA: el dharma personal.

SVETAMBRAS: monjes blancos; ascetas jainas que llevaban hábito blanco.

VAISYA: tercera casta hindú, la de los comerciantes.

VALLE DEL INDO: principal río de Pakistán.

VANAPRASHTA: el hombre que se sitúa al margen de las preocupaciones

familiares para servir.

VARANASI: ciudad del Estado de Uttar Pradesh, donde está situado el santo

Ganges.

VARNA: es una palabra sánscrita que significa ―escoger‖ de un grupo. El sistema

de varnas es lo que se traduce como sistema de castas.

VARUNA: Dios del vedismo.

VEDA: conocimiento sagrado; escrituras sagradas con carácter de revelación.

VHP: Vishwa Hindu Parishad. Es una de las muchas organizaciones extremistas

hindúes y alrededor del mundo. Ellos han atacado a las minorías cristianas y

musulmanes en la India.

VISHNÚ: Dios védico cuyo culto se fortaleció durante la etapa clásica. Es el

creador bondadoso, amante de las criaturas, que se ha encarnado para revelar la

liberación a los hombres.

YOGA: unión, conjunción, disciplina espiritual; concentración del pensamiento y su

práctica en aras de la unión del alma con el Yo cósmico.