El Discurso Pedagógico o El Lenguaje de Las Idolas. Tarea Epistemología

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UNIVERSIDAD DE ORIENTE NÚCLEO DE SUCRE COORDINACIÓN DE POSTGRADO DOCTORADO EN EDUCACIÓN ¿El discurso pedagógico para la educabilidad del hoy o del mañana? Lic. Aníbal Galicia Lic. María Carreño Lic. Joamel Rivas

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Las idolas de Bacon

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UNIVERSIDAD DE ORIENTE NCLEO DE SUCRECOORDINACIN DE POSTGRADODOCTORADO EN EDUCACIN

El discurso pedaggico para la educabilidad del hoy o del maana?

Lic. Anbal GaliciaLic. Mara CarreoLic. Joamel RivasLic. Carolina VelsquezCuman, mayo de 2015

El discurso pedaggico para la educabilidad del hoy o del maana?

Un camino andado El Discurso Pedaggico en su concepcin primigenia se remonta a los aos 2700 y 2050 A.C con obras de la literatura egipcia que plasman esencialmente una serie de preceptos de orden religioso con miras a una configuracin del ser educado. En este contexto histrico el Discurso Pedaggico se orientar hacia la bsqueda de la verdad a travs del dilogo. En tal sentido, la educacin distancia al ser de la ignorancia y en consecuencia, un ser educado dentro de los principios de la polis Griega adquiere el status de Ciudadano. Lo cual le confiere, un valor tico y poltico. En ella residir el principio para la organizacin social y la salvacin de las almas.El ideal Griego del ser educado se debate entre la formacin guerrera epopyica donde la excelencia se combinaba con la incesante bsqueda de la perfeccin, conformada por la trada: Belleza - Sabidura- Justicia en todos los espacios de vida. El ideal Romano bajo una formacin guerrera y poltica profundamente matriarcal se mantuvo hasta el Cristianismo, el cual transversa discurso pedaggico de la Edad Media privilegiando la individualidad ocasionando una visin reduccionista del lenguaje al relegarlo a aspectos de orden teolgico y metafsico. El ser educado se pase por varios estadios: monstico, caballeresco y gremial o corporativo. Tras profundos cambios espirituales, cientficos, sociales y artsticos inherentes al Renacimiento, emerge la concepcin Humanista del ser educado. Aunado a la debilidad de la Iglesia frente al poder del Estado se asume una educacin laica la cual privilegia el desarrollo de la ciencia, sin embargo, esta reforma, no cal en los sectores populares dando paso a la llamada Contrarreforma. A partir de este proceso y de la creacin de la Compaa de Jess, se impregna gran parte de Europa y Amrica del vasto legado de la Pedagoga Jesuita. Su discurso pedaggico se proyecta hacia la conformacin de un ser dotado de una slida formacin en la fe cristiana y un vasto conocimiento del mundo. Tras el Enciclopedismo y la Ilustracin la educacin, la discursividad educativa, se impregnar de secularizacin y racionalismo tamizados por los aportes de Rousseau, Montessori y Dewey quienes propugnan una pedagoga activa. En Venezuela, desde el Siglo XIX imper un discurso pedaggico profundamente positivista, pese a reformas profundas en este contexto, es notoria la discrepancia entre la teora que la sustenta y la praxis. Un discurso pedaggico estigmatizante, sesgado, parcial, violento, agresivo, aunado al desequilibrio social y econmico, sin obviar la desvalorizacin de la figura del maestro y del docente.El quehacer educativo, como todo trabajo, se inscribe en un marco legitimador que le confiere una determinada legalidad. Dicha legitimizacin es configurada a partir de unas determinadas relaciones de poder entre los distintos grupos que entretejen la trama social (Zaccagnini). Esta reflexin conduce a repensar en una nueva discursividad conducente a la formacin de un ser educado para coexistir con la particular realidad de nuestro Pas.

De la evolucin del lenguaje al discurso pedaggicoLa gramtica tradicional se remonta a la Grecia del siglo V antes de Cristo. Para los griegos la gramtica era una parte de la filosofa, lo que se traduce en una parte de la naturaleza del mundo y las instituciones sociales. Naci bajo este panorama la prctica de la etimologa, es decir como la forma de una palabra poda hacerse naturalmente apropiada a su correspondiente significado. Es bien sabido, entonces, que la cultura y el arte tiene mucha influencia griega. Los romanos siguieron tambin esta tradicin de Grecia en cuanto al lenguaje y la gramtica.Ms adelante, en el perodo medieval, el latn ocupaba un lugar importante en el sistema educativo. El latn no solo era la lengua de la liturgia, sino de la diplomacia, la erudicin y la cultura. Esta lengua deba aprenderse en las escuelas con fines prcticos y culturales. Le debemos al latn lo que hoy se conoce como gramtica tradicional, sus presupuestos introdujeron el estudio del lenguaje. Les debemos a los filsofos escolsticos y estoicos los modos de significar, donde se insertan las categoras gramaticales, de la lgica y la epistemologa.Interesa llegar al punto de cmo el lenguaje se transform en un trmino especulativo, aludiendo a la metfora de ver el lenguaje como un espejo. Si tratramos de comprender esta metfora entenderamos el por qu mirar el lenguaje como un hecho prctico y objetivo acarrea ms problemas que soluciones. Si el hombre es el nico que puede educarse pensamos en el poder de la palabra misma como origen de un discurso pedaggico, entendiendo que fue la oralidad el primer mtodo que adopt la pedagoga para encausar al hombre. Es la oralidad la fuente natural del lenguaje y las sociedades han conducido al hombre a dejar asidero a travs de la escritura porque la sociedad as lo demanda. En este sentido el lenguaje ha estado impregnado de cultura y ha impregnado la cultura. Es el lenguaje tan cambiante como la cultura misma, es innegable que al transformarse las sociedades se moviliza y se transforma tambin el lenguaje, se puede afirmar tambin que el lenguaje es racional, pero no objetivo.Volviendo a la metfora del espejo diremos que el lenguaje es aquello donde nos podemos ver, donde nos vemos reflejados, aquello que dice algo de nosotros desde el punto de vista de la racionalidad, de la objetividad y de la subjetividad. El hombre necesita verse reflejado en algo, ese algo es el lenguaje. Este puede ser oral, escrito, iconogrfico. En definitiva es lo que nos representa. El poltico hace uso del discurso, ese discurso es el reflejo como el espejo- de lo que l es o lo que aparente ser. El maestro tambin hace uso del lenguaje, es su herramienta, dice mucho de sus conocimientos, de lo que piensa, de lo que es o aparenta ser. El aparentar tambin se refleja en ese espejo que es el lenguaje.Como el lenguaje se transforma, algunos discursos se ponen de moda y como moda todos quieren figurar, reflejarse y aparentar algunas veces- estar a la moda. Surgen discursos pedaggicos impuestos por la dinmica cultural misma como el discurso del positivismo pedaggico que se mantuvo en Venezuela desde el siglo XIX hasta casi todo el siglo XX. Ese discurso que marc una poca, una historia, una verdad que form una episteme deja relegada la metfora del lenguaje como un espejo. Pudieran surgir preguntas como: Es el discurso positivista enmarcado en la educacin lo que realmente quiere reflejar el hombre? O es solo una especie de identidad no revelada la que se intenta imponer con este discurso?Pareciera que con el discurso positivista no se advierte la esencia misma de la palabra, lo creativo de un lenguaje que es producto de la racionalidad sensible del ser. Ese discurso que no interpela la realidad, que no dialoga con lo cotidiano, que no deja fluir veladamente la irona y la determinacin de la palabra dicha para que exista la refutacin la argumentacin y la dialogicidad entre iguales. Este discurso que se aleja mucho de la tradicin de la palabra marc la historia que permite hoy darle asidero sensible, cultural, ideolgico a nuevos horizontes tericos y discursivos.

Cul epistemologa necesitamos?Si bien es cierto que hay un camino que se ha transitado a lo largo de la historia con el cual se ha enriquecido el espectro epistemolgico para la formulacin de un discurso pedaggico, cada sociedad, cada contexto exige una construccin discursiva para los fines educativos. Estos marcos discursivos se han restringido a discursos de orden conductista, constructivista y positivista encasillando al sujeto pedaggico en un cubo sin posibilidad de expandir su formacin, sino a muy pocas posibilidades de subjetivacin cognitiva y de razonamiento. En torno a ello el razonamiento y las teoras educativas se han orientado a marcos metodolgicos tradicionales que cuesta an desprenderse de ellos. Sin embargo, poco a poco, ha resonado una revisin a cada uno de ellos y una nueva estrategia para abordar la enseanza. La perspectiva no est centrada ahora en visiones psicolgicas o cientficas, ha sido la sociologa reflexiva o la filosofa sociolgica la que ha servido para pensar el hecho educativo a partir de los grandes conflictos socioeconmicos, culturales y polticos del planeta. Es as como la sociologa reflexiva o la filosofa sociolgica nos ha ofrecido una serie de observaciones que an enriquecen la descripcin, conceptualizacin y nueva definicin de la sociedad, del sujeto y de la educacin. Es esta sociologa reflexiva o la filosofa sociolgica la que ha permitido abrir paso a la teora crtica como un nuevo marco metodolgico enriquecido con estrategias que giran en torno a la deliberacin para hallar la verdad de las cosas y despertar la criticidad en el sujeto.Esta perspectiva ha sido de difcil acceso para la materializacin de un marco epistemolgico educativo actual, ya que la dbil formacin docente no permite una construccin de un discurso pedaggico coherente con los planteamientos propios de una teora critica. Esa ha sido la gran desventaja para los fines de una educatividad eficiente en trminos de la enseanza-aprendizaje. Ello hace pensar que la educabilidad se ver resquebrajada y reproduzca la misma visin tradicional de la enseanza y del aprendizaje. Ser necesario reconocer, entonces una nueva construccin o autoconstruccin del sujeto docente en miras a la integralidad, amplitud, pericia y adecuada actuacin en contextos diversos para orientarlos hacia un verdadero aprendizaje que pueda ser estimulado posteriormente en el espacio educativo. Esas perspectivas tradicionales mencionadas ms arriba fueron construidas bajo un esquema de interaccin unidireccional lo que condicionaba la actuacin en trminos de accin-conductas esperadas, sin embargo la deliberacin permite una interaccin bidireccional, la reciprocidad, es la verdadera comunicacin constructora de saberes, contrastadora de saberes y estimuladora de la bsqueda de la construccin de saberes.