El Entrenamiento de Los Velocistas en Natación
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El Entrenamiento de los Velocistas en NataciónVladimir N Platonov1 y Maria M Bulatova1
1Instituto Estatal de Cultura Física, Kiev, Ucrania.
Artículo publicado en el journal PubliCE Standard del año 1992.
Resumen
Se exponen los resultados de una investigación en deportistas nadadores,
teniendo en cuenta también las particularidades morfológicas, funcionales y
psicológicas, la estructura de la actividad de competencia y el nivel de preparación
funcional de nadadores de nivel internacional especializados en las pruebas de
velocidad, con el fin de recabar información para el mejoramiento del sistema de
entrenamiento. Tales investigaciones evidencian que, en las diversas distancias
de la especialidad velocidad en la natación, el rol de los componentes de la
estructura de la actividad de competencia en los diversos atletas, no es uniforme;
en los 50 m son individualizables tres tipologías diversas de nadadores, que
obtienen resultados de nivel mundial con estructuras diversas en la actividad de
competencia. Tales diferencias estructurales son atribuibles, en elevada medida, a
variables morfológico-funcionales y psicológicas relevables entre los atletas. Por lo
cual la individualización del entrenamiento de nadadores de clase mundial debe
preveer una especialización de cada nadador, sobre la distancia que lees más
acorde, y la construcción de un modelo de actividad de competencia que respete
las particularidades individuales. De ésta deriva una correspondiente construcción
del entrenamiento. La estructura del proceso de entrenamiento comprende, en el
macrociclo, al inicio y hasta la mitad del período preparatorio, un
perfeccionamiento global de todos los componentes estructurales de la actividad
de competencia y del nivel de preparación funcional. En la segunda parte del
período preparatorio, en el pre-competitivo y de competencia, se pasa al máximo
desarrollo de los componentes que corresponden a la tipología a la que pertenece
el atleta.
Palabras clave:nadadores de velocidad, potencia anaeróbica, entrenamiento de la velocidad
INTRODUCCION
Una característica peculiar del entrenamiento actual es, siempre, la mayor
especialización, que se manifiesta sobre todo en la rígida coincidencia entre
contenido del entrenamiento y las necesidades específicas de la competencia,
determinada por la disciplina practicada, en el interior de un deporte específico.
Esta dirección ha encontrado una legitimación profunda, no solamente en trabajos
teóricos de carácter general (Bulatova, 1986; Lipskij, 1988; Platonov, 1985;
Pscennikova 1986), sino también en muchas investigaciones guiadas en varios
deportes, en particular en la natación (Absaljomov, 1988; Il'in, 1979; Timakova,
1983; Thornton et al., 1980).
La exigencia de una diferenciación metodológica entre 50 mts. y 100/200
mts.
La introducción en el programa de competencias internacionales de los 50 m
libres, disciplina que ha logrado ser popular rápidamente, ha hecho necesaria la
búsqueda y el desarrollo de nuevos medios, de métodos específicos y de nuevas
variantes originales en la construcción del entrenamiento en velocistas. La breve
duración de la competencia (de 21 a 23 s.), pone más exigencias particulares
desde el punto de vista de las características morfológico-funcionales de los
nadadores, que de la estructura de la actividad de competencia. Y es indudable
que estas se distinguen netamente de las características de los nadadores de 100
y 200, aunque estas distancias vengan clasificadas entre las disciplinas de
"velocidad", en el deporte natación.
Nuestras investigaciones tienen el fin de estudiar la estructura de la actividad de
competencia y el nivel de preparación funcional de los "velocistas" de la natación,
considerando también sus particularidades morfológico-funcionales y psicológicas.
Nuestro objetivo es el de recabar información para el perfeccionamiento del
sistema de entrenamiento.
En la realización de la investigación, hemos partido de la hipótesis que es
necesario elaborar un método original para el entrenamiento de los especialistas
sobre distancias en los 50 mts., esencialmente diversa a la de los especialistas en
100 y 200 mts.
Tal método debe partir de la constatación de que existen características
morfológico-funcionales y psicológicas diversas, típicas del velocista de alto nivel
que, a causa de la estructura de la actividad de competencia (de ahora en más,
EAC) y del estado de preparación funcional (de ahora en más EPF), determinan
las vías más racionales del proceso de entrenamiento.
Nuestras investigaciones, desarrolladas desde 1988 a 1990, han previsto tres
etapas:
En la primera etapa hemos estudiado la EAC de
los mejores nadadores mundiales en 50, 100 y 200
mts.
En la segunda etapa hemos realizado la
investigación sobre la EPF.
En la tercera etapa fue experimentada y probada
la eficacia de un acercamiento individual a la
construcción del entrenamiento, en velocistas de
clase elevada o élite.
ESTRUCTURA Y PARTICULARIDADES DE LA ACTIVIDAD DE COMPETENCIA DE LOS VELOCISTAS EN LA NATACIÓN
Se ha analizado la EAC en 200 nadadores de clase mundial, finalistas en
importantes competencias internacionales y en los Campeonatos de la URSS. A
través del análisis de videograbadores y cronometraje electrónico (Lipskij y
Abramov, 1988), fue evaluada detalladamente la eficacia de sus actividades de
competencia, según estos componentes relativamente independientes entre si: 1-
PARTIDA: el tiempo sobre los primeros 10 m ; 2- TRAMO DE COMPETENCIA:
tiempo de los primeros 30 m de la partida; 3-TRAMO FINAL: el tiempo en los
últimos 10 m. Para los nadadores de 50 mts. ha sido relevado también, el tiempo
de l era. y la 2da. mitad de la competencia. Sobre 100 y 200 mts. se ha analizado
también, la eficacia de la virada: tiempo sobre 15 m (7,5 m antes y 7,5 m después
de la virada), además del tiempo de la 2da., 3era. y 4ta. parte de la distancia para
los 200 m.
Resultados de la investigación y su interpretación
Del estudio de las relaciones entre nivel de resultado y eficiencia de los
componentes de la EAC se ha visto que la partida, el comportamiento sobre el
propio tramo verdadero de la competencia, las viradas y el tramo final, tienen
influencia distinta en el nivel resultado en los 50 m, 100 m y 200 m. (Tabla 1).
El análisis de los datos ha revelado que todos estos componentes tienen un rol
elevado, pero relativamente equivalente, en la obtención de grandes resultados en
los 50 m. Cuando la distancia aumenta, existe un cambio en el rol de los
componentes: aumenta gradualmente la importancia de la velocidad de nado en el
tramo central de la competencia y se reduce la eficacia en la distancia afectada al
tramo final; aunque en los 200 m, la relación y la importancia del tramo final es
todavía elevada (r = 0,558; r2 = 0.311), respecto al resultado global. Es natural
que la partida tenga un rol extremadamente elevado solo para el resultado en 50
m (r = 0,695; r2 = 0,483). Esta influencia es ligeramente menor para los 100 mts.,
pero los datos que poseemos no autorizan a dedicar menor atención a este
componente y a su continuo perfeccionamiento.
En los 200 m se puede decir seguramente que la partida tiene un rol relativamente
menor sobre el resultado final. Pero sobre 100 y 200 m, el grado de dependencia
de los resultados de la virada es significativo (ver Tabla 1).
Tabla 1. Relación entre los componentes principales de la estructura de la actividad de competencia y nivel de
las prestaciones sobre 50, 100 y 200 mts.
Nuestros datos son una expresión de la importancia, bastante homogénea, de los
componentes determinantes de la presentación que hemos citado: partida en los
50 m y en los 100 m, virada para los 100 y 200 m. Pero contemporáneamente,
muestran que existe una significativa diferencia de roles en los componentes,
entre los 50 y 200 m. Esto es confirmado no solamente por datos, sino también
por muchas referencias que se encuentran en la literatura sobre particularidades
antropométricas y morfológicas de nadadores con resultados de excepción sobre
las tres distancias (Bulatova, 1986; Counsilman, 1982), de datos sobre el grado de
desarrollo de sus capacidades físicas (potencial de fuerza rápida, resistencia,
destreza, coordinación, etc.), y sobre la particularidad y diversidad de la
producción de energía para la actividad física de elevada eficacia que tienen
diferente duración, desde los 20-25 seg. a 2 min. (Volkov, 1975).
En particular, los nadadores que obtienen los mejores resultados sobre los 50 m.,
se distinguen por un índice de talla/peso mayor (Rutemiller, 1990), por una
prevalencia en su tejido muscular de fibras rápidas del tipo IIa y IIb, (Fitts, Costill,
Gordetto 1989; Prins 1987), por una elevada potencia y capacidad de los procesos
anaeróbicos-alactácidos (Costill y King; 1983).
Correlativamente a ésto, disponen también de un mayor potencial de fuerza rápida
(Absaljamov, 1988). Los especialistas de los 200 m son un poco más bajos, tienen
menor masa muscular (Bulgakova, 1986; Timakova, 1983), pero valores elevados
de potencia y capacidad del proceso anaeróbico-láctico (Madsen y Lohbers, 1987;
Salo 1987), una mayor plasticidad y potencia de los procesos aeróbicos, con una
mayor economía funcional (Okuta et al., 1980; Troup, 1989, 1990).
Los especialistas de clase mundial en los 100 m tienen una posición intermedia
entre los 50 m y los de 200 m.
Es importante notar que en la natación actual, un elevado nivel de prestaciones
exige, siempre, una especialización mas rígida del atleta. Esto quiere decir, que no
es posible mezclar, eficazmente, la preparación sobre distancias que demuestran
tener una EAC distinta, y que en consecuencia requieren un nivel específico de
preparación funcional. Nuestros datos indican la posibilidad de combinar estas
especializaciones: 50 y 100 m, 100 y 200 m; pero no hay nada que nos autorice a
esperar grandes resultados sobre 50 m y sobre 200 m, o sobre las tres distancias,
simultáneamente.
Cuando se habla de orientar a un nadador hacia una de las tres distancias, se
debe considerar que los diversos medios de entrenamiento interaccionan sobre el
aumento de la eficacia de los diversos componentes de la EAC, es decir sobre el
efecto positivo o negativo de adaptación (Pscennikova, 1986; Platonov, 1991).
En particular, un gran e intenso volumen de trabajo sobre el mejoramiento de la
partida, lleva a un incremento de la reserva de fuerza rápida, de la potencia y de la
calidad de los procesos anaeróbicos-alactácidos. Pero es acompañado de una
disminución de la economía de los movimientos y de la potencia y capacidad de
los procesos aeróbicos; resulta en una menor eficacia en el tramo final, que
concierne también a la velocidad en las distancias finales de los 100 y 200 m.
Contrariamente, un trabajo fatigoso dirigido al mejoramiento de los procesos
aeróbicos tienen efectos negativos sobre la eficacia de la partida y sobre la
velocidad en la primera parte de la competencia. Una vez más, esto prueba la
necesidad de una estrecha especialización de los nadadores en los 50 m,
restando la posibilidad de unirlos a los de los 100 m. A este propósito, nuestras
investigaciones han demostrado que se pueden obtener resultados, también en
los 50 m, al prescindir de la estructura en línea de principio distinta a la de
competencia, si nos orientamos prevalentemente, sobre el mejoramiento de los
distintos componentes.
Las particularidades individuales de la actividad de competencia de los
especialistas en los 50 metros: tres grupos de velocistas
El estudio de las particularidades individuales de la actividad de competencia de
nadadores de 50 m de clase elevada nos ha permitido dividirlos en tres grupos,
según diferencias relevables en la eficacia de sus componentes.
Los nadadores del ler. grupo respecto a los de los otros dos grupos son mejores
en la partida y en los primeros 25 m, pero son menos veloces en los segundos 25
m.
En los nadadores del 2do. grupo encontramos un estado de preparación mas bien
homogéneo, que se manifiesta en el desarrollo proporcionado de todos los
componentes de la actividad de competencia.
Los nadadores de este grupo son mejores que aquellos del primer grupo, en el
tramo final y en la velocidad de los segundos 25 m, pero tienen claras desventajas
en la partida y en la velocidad de los primeros 25 m.
La estructura de la actividad de competencia de los nadadores del 3er. grupo se
caracteriza por una mayor velocidad en los segundos 25 m, y en el final,
componentes en los cuales están claramente en ventaja respecto a los nadadores
del 1er y 2do grupo; pero registran los menores valores en la eficacia de la partida
y en la velocidad de la lera. parte de la distancia de competencia. Es evidente
como, también en una actividad de competencia de duración muy breve como son
los 50 m, existen gran cantidad de vías que conducen a grandes logros. Pero, en
cada una de éstas, deben existir determinados modelos de la actividad de
competencia y un adecuado nivel de preparación funcional.
Esto exige, no solamente que cada nadador se oriente sobre el modelo de
competencia mas adaptado a él, respondiendo a sus particularidades individuales,
sino que tenga una construcción del entrenamiento que considere la realización
del modelo.
Figura 1. Estructura de la actividad de competencia sobre 50 m, de nadadores de clase elevada. 1- Tiempo
de partida (primeros 10 m); 2- Tiempo sobre los 25 primeros m; 3- Tiempo sobre la distancia de 30 m después
de la partida; 4- Tiempo de los segundos 25 m; 5- Tiempo del tramo final (últimos 10 m de la distancia de la
competencia); 6- Récords personales de los atletas examinados. Las tres columnas, de izquierda a derecha
indican la tipología de los atletas.
LA ESTRUCTURA DEL ESTADO DE PREPARACIÓN FUNCIONAL DE LOS VELOCISTAS Y SU RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD DE COMPETENCIA
Se ha analizado la estructura del estado funcional de preparación (EPF) de los
seis mejores "sprinters" del equipo nacional de la ex URSS que habían obtenido
resultados a nivel mundial en 50 y 100 m (fig. l). Según los resultados de la
precedente investigación sobre la actividad de competencia, dos pertenecían al
1er. grupo (con eficaz partida), dos al 2do. grupo (con equilibrio en los
componentes) y dos al 3er. grupo (con eficaz final). La investigación fue realizada
durante el período de competencia, con los atletas que poseían un elevado estado
de entrenamiento especial.
Para la evaluación del estado de preparación funcional (potencia, capacidad y
plasticidad de los sistemas energéticos) se han utilizado índices ergométricos,
fisiológicos, bioquímicos y psicológicos.
En condiciones específicas (nado máximo sobre 50 y 100 m) y de laboratorio
(carga de intensidad máxima de duración de 15 a 60 s. en ergómetro isokinético
específico para el nado, BIOKINETIK) (Thornton et al. 1980, Fasenko, 1989), han
sido registrados la potencia del trabajo alactácido y lactácido (Watts); el débito
global de oxígeno (ml/ kg); la concentración de ácido láctico en sangre arterial
izada (mM/l); l a fracción lactácida y alactácida de la deuda de O2 (mM/1); el pH
( en la unidad convencional); el exceso de base (BE, Meq/l); la velocidad de
aumento de consumo de O2 (según los valores durante los primeros 30 seg., de
una carga con duración de 1 min. en el ergómetro, respecto al nivel precedente a
la carga, en unidades convencionales). Para determinar las relaciones entre fibras
lentas y fibras rápidas (éstas últimas del tipo IIa y IIb) en los músculos de los
nadadores, se ha utilizado la biopsia del deltoides. Usando métodos
instrumentales se han estudiado las cualidades fundamentales del sistema
nervioso: 1. Intensidad de los procesos nerviosos, evaluada a través del período
de latencia de una reacción simple de movimiento (en ms), a la repetida
exposición a un estímulo óptico (70 señales)(Il'in 1979); 2. Plasticidad de los
procesos nerviosos, evaluada a través de la velocidad de elaboración de señales
de un estímulo condicionado y estereotipado con el registro del tiempo de trabajo
(seg), la duración media de la reacción (en ms) y el número de errores; 3.
Equilibrio de los procesos nerviosos después de la reacción a un objeto en
movimiento con registro de las reacciones anticipadas, correctas y tardías y de la
desviación media (ms) (Il'in y Malcikov 1979; Mariscuk et al., 1984).
Para obtener informaciones de absoluta confiabilidad, durante la temporada, cada
nadador ha sido examinado la mayor cantidad de veces durante el período de
competencia: 8 veces en el ergómetro, 7 veces después de 50 m de nado, 6 veces
después de 100 m. Para todos los datos de_ cada nadador se han calculado los
valores medios (X) y ds.
Tabla 2. Estructura de la actividad de competencia en 50 mts. de tres velocistas de clase mundial. Valores
medios de 7 resultados de competencia (+ - DS).
RESULTADOS DE LA INVESTIGACION Y SU DISCUSION
En las Tablas 2, 3 y 4 se muestran los resultados individuales de la actividad de
competencia y la energética de tres velocistas de alto nivel con distinta EAC.
En la fig. 2 están representados los resultados de las investigaciones sobre las
cualidades fundamentales del sistema nervioso de estos nadadores. Los datos
demuestran como la EAC depende del nivel de preparación funcional y de la
propiedad de su actividad nerviosa.
E. Katrjaga es un nadador que tiene una tipología de atleta dotado de fuerza
rápida explosiva, que debe sus grandes resultados en 50 m, a una partida eficaz y
a un nado intenso en el primer tramo de 25 m. Se caracteriza por una elevada
intensidad de los procesos energéticos alactácidos y lactácidos en el trabajo en el
ergómetro isokinético (Tabla 3), así como también en las pruebas en 50 y 100 m
de nado (Tabla 4). Desde este punto de vista sobrepasa a los representantes del
2do. y 3er. grupo. Una de sus características es el sistema nervioso vivaz, muy
excitable y débil. En la composición de los músculos prevalecen las fibras rápidas
(más del 65%), y esto también explica su elevada capacidad anaeróbica (Gollnik y
Matova 1984; Hollmann y Hettinger, 1978).
Los elevados resultados de V. Tkacenko, un representante del 2do. grupo, son
consecuencia de un nivel equilibrado de preparación de todos los componentes de
su actividad de competencia, que también se manifiesta en su nivel de
preparación funcional: dispone de una potencia bastante elevada de los procesos
lactácidos, sobre todo anaeróbico-lácticos, ya sea evidenciados por las cargas en
el ergómetro, sea por aquellas específicas del nado.
En todos los índices del potencial anaeróbico, Tkacenko se encuentra en ventaja
con respecto a los nadadores del 3er grupo, pero queda ligeramente atrás, en
relación a Katrjaga, sólo en pocos índices (ej. potencia lactácida, pH, registrados
en la carga del ergómetro) (Tabla 3). Pero dispone de un sistema nervioso fuerte,
equilibrado y vivaz (Fig. 2). La composición en fibras de su musculatura,
prácticamente muestra una relación casi equivalente entre fibras lentas y fibras
rápidas.
A. Borislavskij, en cuanto representante típico del 3er. grupo, se distingue por una
elevada velocidad en los segundos 25 m y por un final más fuerte. Tiene un
potencial anaeróbico relativamente escaso, pero supera a los otros dos nadadores
en la velocidad de aumento del consumo de O2, que se manfiesta en la
intervención activa del proceso aeróbico en la segunda mitad de la distancia
(Tabla 4). Tiene un sistema nervioso fuerte pero inerte, en el cual los procesos
inhibitorios prevalecen sobre aquellos de excitación (Fig. 2).
La composición en fibras de su musculatura muestran una prevalencia de fibras
lentas (60%). Por lo cual su menor potencial anaeróbico se compensa con una
utilización mas económica de la energía, de una utilización más intensiva de los
procesos aeróbicos y de otros factores del estado de entrenamiento técnico y
orgánico-muscular.
En consecuencia encontramos velocistas de clase mundial con EAC y EPF
diversos. Con estos atletas, la utilización de un plan de entrenamiento que prevea
el mismo programa, no permitiría descubrir las potencialidades, y por lo tanto,
sería ineficaz.
Por ello, el mejoramiento del proceso de entrenamiento de los velocistas debe
tomar una dirección en la cual, el contenido del entrenamiento este estrechamente
en conexión, ya sea con la especificidad de la distancia considerada, ya sea con
las particularidades individuales del atleta, que se expresan en la capacidad de
obtener elevadas prestaciones de "sprint", con componentes diversos de la EAC y
la EPF.
Tabla 3. Perfil de los sistemas energéticos de nadadores con diversas estructuras de la actividad de
competencia, evaluadas con el ergómetro isokinético BIOKINETIK (valores medios de 8 tests + - DS).
Figura 2. Características de las cualidades fundamentales del sistema nervioso de "sprinters" de clase
mundial con EAC distinta: I - l er. tipo (Katrjaga); II - 2do. tipo (Tkacenko); III- 3er. tipo (Borislavskij).
Tabla 4. Posibilidad de los sistemas energéticos de nadadores con diversas estructura de la actividad de
competencia en los 50 y los 100 m.
EFICACIA DE LA APROXIMACIÓN INDIVIDUAL EN EL ENTRENAMIENTO DEL "SPRINT"
El entrenamiento experimental fue desarrollado en el macrociclo primavera-
verano (Marzo-Agosto, 1989) durante la preparación de los Campeonatos de la
URSS (fin de Junio) y de los Campeonatos Europeos (fin de Agosto).
En éstos, tomaron parte los tres nadadores que hemos citado, como
representantes de las tres tipologías de sprinters. El principio fundamental del
proceso de entrenamiento fue que, la carga específica era directa sobre los
componentes delineados en la actividad de competencia y según el nivel funcional
de cada nadador.
Durante la etapa de desarrollo general (4 semanas) y en la primera mitad de la
etapa especial del período preparatorio (3 semanas), en los tres tipos de sprinters,
fue desarrollada una carga única, con caracter de base, que apuntaba al
mejoramiento de los sistemas energéticos, al incremento de las distintas
capacidades y al perfeccionamiento de los principales elementos técnicos-tácticos,
y del nivel de preparación psicológica. Globalmente, con un volumen elevado,
fueron perfeccionados los componentes principales, como la partida, la velocidad
en el tramo central de la distancia y en el tramo final. En la segunda mitad de la
etapa de preparación especial (5 semanas) y en el período de competencias (6
semanas) se pasó al entrenamiento individual, es decir a la máxima formación de
las capacidades condicionales de cada nadador, en cada uno de los componentes
funcionales y de la actividad de competencia específica, según sus aptitudes
personales.
En detalle, el entrenamiento de Katrjaga fue dirigido, principalmente, sobre los 50
m: perfeccionamiento de la eficacia de la partida, de la velocidad en el tramo
central de la distancia, aumento de la potencia y de la capacidad de los procesos
anaeróbicos-lactácidos, de la potencia de los procesos lactácidos, mejoramiento
de la eficacia final.
El entrenamiento de Tkacenko fue significativamente más variado (2do. grupo) y
fue dirigido sobre 50 y 100 m: perfeccionamiento proporcionado de todos los
componentes de la actividad de competencia, de la potencia y de la capacidad de
los procesos anaeróbicos, comprendida la plasticidad de los procesos aeróbicos.
El entrenamiento de Borislavskij fue dirigido sobre los 100 m, con el acento puesto
en el perfeccionamiento de la técnica de virada, del incremento de la potencia y de
la capacidad de los procesos anaeróbicos-lactácidos, el aumento del VO2 máximo
y el desarrollo de la resistencia especial para los 100 m.
Lo específico del entrenamiento de cada nadador se manifestaba en la
combinación de los medios y métodos de entrenamiento, en la elección de los
niveles de intensidad de los ejercicios, en el volumen global del trabajo fuera y
dentro del agua, en la relación entre cargas parciales con direcciones diversas,
etc.
Después de los Campeonatos de la URSS y de 5 días de reposo activo
posteriores a dicho Campeonato, fue planificada una etapa (6 semanas) de
preparación inmediata a los Campeonatos Europeos, en la cual se siguió el
esquema tradicional para nadadores de nivel mundial (Platonov y Vaicehovskij,
1985).
Los primeros 12 días tuvieron nuevamente un carácter de base, con un contenido
similar al que correspondía al de la etapa de preparación general del período
preparatorio. Los sucesivos seis días fueron dirigidos a la preparación especial
con un contenido de entrenamiento correspondiente al de la etapa de preparación
especial de los períodos preparatorio y de competencia.
En las dos partes de esta etapa las cargas eran elevadas, superaban en un 7-10%
a aquellas planificadas precedentemente. En las dos semanas, inmediatamente
anteriores a los Campeonatos, la carga global fue escasa, fueron introducidas
muchas medidas dirigidas a favorecer la recuperación, mientras que el acento
principal venía puesto sobre la preparación inmediata técnico-táctica, funcional y
psicológica. La eficacia de este método diferenciado se manifestó en manera
convincente en los resultados de los Campeonatos Europeos de 1989, en los
cuales los nadadores de los que hemos hablado participaron con notable suceso,
batiendo sus propios récords: Karrrjaga, 2 veces en 50 m, con un tiempo de 22 s
67 (mejorando en 0,50s); Tkacenko, 1 vez en 50 m, con un tiempo de 22 s 62
(mejorando en 0,36s); Borislavskij mejoró 0,33s en 100 mts, con un tiempo de 50s
3. Queremos recordar que entre 1987 y 1988 los tres nadadores se entrenaron
con un programa standard, dirigido sobre 100 m, que tenía poco en cuenta las
particularidades individuales de la EAC y de la EPF. En este período los tiempos
de Katrjaga y Tkacenko en 50 m eran de 23 s 20 y de 23 s 30.
La estrecha especialización de los sprinters y los elevados resultados por ellos
obtenidos en las principales distancias, fueron "pagados" con resultados
relativamente menores en las distancia más cercanas. Un ejemplo es la
confrontación entre los resultados de Katrjaga y Borislavskij sobre 50 y 200 m
(Tabla 5).
Tabla 5. Mejores resultados entre 1989 y 1990, de los 3 velocistas y sus velocidades medias sobre 50, 100 y
200 m de nado (en m/s).
Resumen y conclusiones
1. En las diversas distancias de las especialidades de
velocidad en la natación, el rol de los diversos
componentes del EAC no es uniforme. Los
resultados en 50 m están determinados, en la
misma medida, por la partida, el tramo final y la
velocidad del tramo central de la distancia. En las
distancias mas largas, sobre todo en los 200 m,
crece la importancia del tramo medio de la carrera,
las viradas y decrece la importancia del tramo final
y sobre todo de la partida. Los resultados en 100 y
200 m son determinados, en la misma gradación,
por la eficacia de la virada. Los factores que
determinan la prestación en 50 m y en 100 m, por
un lado, y en 200 m por otro, son bastante
comunes. Pero existen notables diferencias en el
rol de los distintos componentes entre los 50 y los
200 m.
2. En los 50 m existen diversas tipologías de
nadadores. El ler. tipo de nadadores obtienen
resultados, sobre todo gracias a una elevada
eficacia en la partida y en la primera mitad de la
distancia; el 2do. tipo, lo hace gracias a un relativo
equilibrio en la importancia de todos los
componentes estructurales de la actividad de
competencia; el 3er. tipo, a través sobre todo, de
una elevada eficacia en la segunda mitad de la
competencia y del tramo final. Estas diferencias
estructurales en los sprinters de clase elevada son
atribuibles, en gran medida, a sus diferencias
morfológico-funcionales y psicológicas, como a la
potencia anaeróbico-lactácida, plasticidad de los
procesos aeróbicos, la reactividad del sistema, la
composición en las fibras de la musculatura y las
cualidades de base de la actividad neviosa central.
3. La individualización del entrenamiento de los
nadadores de clase mundial, debe preveer una
especialización de cada nadador sobre las
distancias que le son más adecuadas y la
construcción de un modelo de la actividad de
competencia que tenga en cuenta las
particularidades individuales. De lo cual se deriva
una correspondiente construcción de
entrenamiento dirigido, y realizar un desarrollo de
un nivel funcional de acuerdo con el modelo.
4. La estructura del macrociclo en el proceso de
entrenamiento comprende, desde el inicio hasta la
mitad de los períodos preparatorios, un
perfeccionamiento global de todos los
componentes estructurales de la actividad de
competencia y del nivel de preparación funcional.
En la 2da. parte del período preparatorio y en el
período de competencia, se pone énfasis en el
máximo desarrollo de los componentes hacia los
cuales tiene una particular predisposición la
tipología de sprinter a la cual pertenece cada
atleta.
Notas
Los nadadores de los cuales se habla son: E. Katrjaga (año de nacimiento: 1968),
medalla de plata en los 50 m en los Campeonatos Europeos de 1989, vencedor de
etapa en la Copa del Mundo 1990; V. Tkacenko (año de nacimiento: 1965),
medalla de plata en la posta 4 x 100 m en los Juegos Olímpicos 1988, vencedor
en los Campeonatos Europeos de 1989 en 50 m; A. Borislavskij (año de
nacimiento: 1968), medalla de plata en la posta 4 x 100 m en los Juegos
Olímpicos de 1988.
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Cita Original
Vladimir N. Platonov y María M. Bulatova. El Entrenamiento de los Velocistas en Natación.
Revista de Actualización en el Deporte Vol. 1 Nº 4. 1993.
Cita en PubliCE Standard
Vladimir N Platonov y Maria M Bulatova (1992). El Entrenamiento de los Velocistas en
Natación. PubliCE Standard.
http://g-se.com/es/entrenamiento-en-natacion/articulos/el-entrenamiento-de-los-velocistas-en-
natacion-240
http://g-se.com/es/entrenamiento-en-natacion/articulos/el-entrenamiento-de-los-velocistas-en-natacion-240
Consideraciones relativas a las manifestaciones
de la fuerza en nataciónLicenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Universidad de León(España)
César Castro Martínezcesar.castro.martinez85@gmail
.com
Introducción
En general, y desde teorías populares y de las investigaciones pioneras en el
entrenamiento deportivo se había creído que dentro de los deportes de resistencia o
donde el metabolismo aeróbico era determinante; la manifestación de cualquier tipo de
fuerza era nulo. De esta manera, el entrenamiento de esta capacidad brillaba por su
ausencia dedicándose todos los esfuerzos al desarrollo de la capacidad de resistencia.
Este aspecto se ha aplicado durante años a deportes clasificados como de resistencia
entre ellos la natación, sin pararnos a pensar y a analizar las demandas físicas en
función de los distintos tipos de pruebas, distancias en las mismas y estilos de
natación.
Así dentro de la investigación actual autores como Cuadrado (2007) son de la
opinión de que todo en el deporte se basa en la fuerza y el resto de capacidades son
aplicaciones de la fuerza. En este caso, este autor define lo siguiente: el músculo es el
principal punto donde se produce y se elimina ácido láctico, por el contrario la
capacidad de resistencia no sólo depende la eficiencia respiratoria y la capacidad
aeróbica sino que también es muy importante la especialización funcional del músculo.
De esta manera, en este trabajo vamos a abordar el entrenamiento de la fuerza en
la natación desde diferentes prismas y aplicaciones dentro del rendimiento deportivo,
apoyándose en las investigaciones más específicas al respecto, con el fin de englobar
el entrenamiento de esta capacidad física dentro del ciclo de trabajo del nadador como
un elemento clave dentro de su preparación de cara a la mejora del rendimiento en
competición.
El objetivo de este trabajo no es otro sino que plantear una visión del entrenamiento
de la fuerza en natación desde una perspectiva analítica aplicada a las demandas
funcionales del nadador; en resumen, idear la clave para la aplicación de las
capacidades de fuerza del nadador a sus necesidades competitivas.
Evolución histórica del entrenamiento de fuerza en natación
En los últimos 30 años hemos asistido a un giro radical en la mentalidad sobre el
entrenamiento de la fuerza en natación.
En los años cincuenta y sesenta se aconsejaba a los nadadores que no realizaran
trabajo de pesas ya que este originaba una musculatura muy voluminosa y además
producía una pérdida de flexibilidad. Durante estos años gran número de estudios
realizados por entrenadores e investigadores acerca del trabajo de la fuerza y la
resistencia fuera del agua concluyeron que prácticamente no existían mejoras en la
transferencia al nadar, es decir, no existían diferencias con la preparación tradicional,
por lo que el entrenamiento debía basarse únicamente en el entrenamiento en agua
(Costill y cols., 1979; Counsilman,1980; Dudley y Fleco, 1987; Harre, 1988; Hickson y
cols., 1988; Blimkie, 1989; Verjoshansky, 1991; Reib, 1992; Platonov y Fessenko,
1994). A partir de estos estudios, donde lógicamente falló la investigación, surgieron
numerosas investigaciones en un intento de probar la eficacia del entrenamiento de la
fuerza de cara a la obtención del éxito deportivo.
En este sentido, gran número de entrenadores y especialistas norteamericanos
estaban convencidos de que sólo el entrenamiento de la fuerza a gran velocidad, con
utilización de ejercicios isocinéticos influía de forma significativa sobre el aumento de
la fuerza, sin provocar al mismo tiempo un aumento de la masa muscular. Debido a
que este tipo de entrenamiento no solo reforzaba los músculos, sino que también hacia
que fueran capaces de contraerse rápidamente. Por el contrario, pensaban que si se
entrenaban los músculos con ejercicios de fuerza fuera del agua mediante
movimientos de carácter lento, estos podrían manifestar una mayor fuerza sólo con la
natación a poca velocidad.
Posteriormente, en los años setenta, se hizo popular la preparación orientada a
desarrollar la resistencia de fuerza mediante la utilización de mecanismos de
entrenamiento de muelles tipo Mertens-Huttel, y otros dispositivos que permitían imitar
los movimientos de la brazada en todos los estilos de natación en condiciones de
régimen isotónico y de régimen de resistencias alternas. Esto provoco un gran
aumento en los resultados en las distancias medias y largas así como una reducción
significativa en las de velocidad. Este fenómeno se observo de forma muy notable en la
preparación de los velocistas de la antigua URSS y la ex RDA. La preparación de estos
nadadores casi durante todo el año se realizaba mediante la utilización de las citadas
máquinas de musculación, prestando especial atención al desarrollo de la resistencia
de fuerza.
Gozaban de una popularidad excepcional los programas de sesiones intensivas,
caracterizados por la ejecución repetida de ejercicios de 1-2 minutos con una carga
que suponía entre un 45-60% de las posibilidades máximas de fuerza en un ejercicio
concreto. En las sesiones se programaban con frecuencia hasta 20-40 series. De este
modo se entrenaron numerosos nadadores muy conocidos entonces. En los programas
de otros se recurría con frecuencia a las repeticiones prolongadas de hasta 3-5 e
incluso 8-10 minutos. Además a menudo no se prestaba atención al desarrollo de otros
tipos de fuerza y los ejercicios con pesas fueron prácticamente excluidos del arsenal de
la preparación de la mayoría de nadadores.
Al mismo tiempo en EEUU adquirió una amplia difusión el entrenamiento en régimen
isocinético. Las máquinas de musculación isocinéticas tipo Mini-Gym fueron utilizadas
en la preparación de nadadores de la Universidad de Indiana, en donde durante
muchos años dirigió el trabajo el destacado entrenador Counsilman y donde se
prepararon destacados velocistas de los setenta como Spitz, Montgomery, Murphy y
otros (Platonov y Fessenko, 1994)
Subrayando las ventajas del entrenamiento con máquinas de musculación
isocinéticas, los entrenadores norteamericanos señalaron sobretodo la posibilidad de
efectuar movimientos de un amplio diapasón de velocidades, de realizar esfuerzos
máximos o próximos a estos prácticamente en cualquier fase del movimiento, lo que
permitía desarrollar la resistencia de fuerza especial de los nadadores especializados
en diferentes distancias. Y precisamente en este periodo adquirió una gran popularidad
en EEUU la preparación de la velocidad muy intensa con utilización de ejercicios
isocinéticos, la cual, en una medida significativa, determinó la superioridad de los
velocistas estadounidenses a nivel internacional. Precisamente a esta metodología de
preparación de fuerza deben sus éxitos grandes nadadores.
Enfoques similares son habituales entre nadadores y especialistas de la natación de
EEUU, incluso en la actualidad. Así, por ejemplo, en los últimos años se han vuelto muy
populares las máquinas de musculación del tipo biocinetic, las cuales permiten tener el
control efectivo sobre la potencia y el volumen del trabajo en el proceso de los
ejercicios de carácter isocinético. No obstante la gran publicidad que se ha dado a
estas máquinas de musculación y a la metodología de aplicación tuvo como resultado
una utilización injustificada por una serie de nadadores en detrimento de la
preparación de fuerza especial (Platonov y Fessenko, 1994).
No obstante el progreso de la natación deportiva a dependido en gran parte de la
ampliación de los medios no tradicionales, máquinas de entrenamiento y musculación
que permiten desarrollar conjuntamente las distintas capacidades físicas y lograr el
perfeccionamiento técnico, del material y de las técnicas metodológicas utilizadas que
han permitido revelar las reservas funcionales y superar niveles más rápidamente
accesibles de las capacidades motoras. En este sentido, en los últimos años,
especialistas de distintos países del mundo (Costill y cols, 1992; Platonov y Fessenko,
1994; etc.) han conseguido resultados considerables en la orientación del método de
entrenamiento hacia un desarrollo conjunto de las capacidades físicas y hacia el
perfeccionamiento de las técnicas, utilizando mejor el potencial funcional para nadar.
En definitiva, la eficacia del proceso de preparación de la fuerza de los nadadores
depende en gran parte del pertrechamiento técnico del proceso de entrenamiento. En
los últimos 20 años en la práctica de la preparación de la fuerza de los nadadores,
junto con la utilización de sobrecargas y resistencias tradicionales (pesas, superación
del peso del propio cuerpo y oposición de un compañero, etc.), se han empezado a
utilizar varios mecanismos para el desarrollo de la fuerza, la cual ha estado regida por
los siguientes factores:
Posibilidad de soportar los requisitos metodológicos básicos para
desarrollar una u otra forma de fuerza.
Aumento de la eficacia de la dirección y el control del proceso de
preparación de la fuerza.
Posibilidad de hacer realidad el principio de conjugación del desarrollo de
los distintos tipos de fuerza y de la consecución de un grado de maestría
técnica.
Las soluciones técnicas y metodológicas de más éxito están relacionadas con estos
tres factores. Precisamente estos mecanismos y los ejercicios de entrenamiento
basados en su utilización, se han hecho populares por un periodo breve de tiempo en
la preparación de nadadores de diferentes países del mundo.
Hoy por hoy, se piensa que el entrenamiento de la fuerza es una de las llaves que
abre las puertas del éxito deportivo, y que todos los nadadores que quieran tener un
óptimo rendimiento deben someterse de modo obligatoria a dicho entrenamiento.
Ahora bien, la experiencia demuestra que sólo la aplicación compleja de diferentes
máquinas de musculación y la combinación racional de diferentes métodos y
regímenes de trabajo constituye la base del sistema efectivo de la preparación de la
fuerza (Platonov y Fessenko, 1994).
Aspectos generales del entrenamiento de la fuerza
Antes de profundizar acerca del entrenamiento de la fuerza en natación es preciso
señalar algunos aspectos básicos referidos a la misma de forma resumida. En primer
lugar para saber aplicar de forma coherente un entrenamiento de fuerza es preciso
saber los distintos factores que intervienen en la fuerza así como las manifestaciones
de esta.
Factores que intervienen en la fuerza
Son de 4 tipos:
1. Estructurales: mecanismos de hipertrofia muscular
2. Nerviosos: mecanismos de reclutamiento de fibras musculares y
coordinación intramuscular.
3. Elásticos: estiramiento y reflejo miotático.
4. Hormonales: Regulación de la testosterona y otras hormonas anabólicas.
Manifestaciones de la fuerza
1. Fuerza Máxima: máxima capacidad de fuerza que puede desarrollar el
sistema neuromuscular.
2. Fuerza- Velocidad: es la capacidad que tiene el sistema neuromuscular
para superar cargas con la mayor velocidad posible. (Navarro y cols,
1990)
3. Resistencia a la fuerza: es la capacidad para resistir acciones de fuerza
que se prolongan en el tiempo.
Para el trabajo de todas estas manifestaciones de la fuerza existen diversos métodos
de trabajo que en otros apartados de este trabajo expondremos para su aplicación a la
natación.
Otros autores como Ramírez y Cancela (2001) proponen un trabajo de fuerza
aplicado a natación atendiendo al régimen de contracciones:
1. Manifestación activa de la fuerza
A. Ejercicios en régimen isométrico (estático).
B. Ejercicios en régimen anisométrico.
Ejercicios en régimen anisométrico concéntrico. Ejercicios en régimen anisométrico excéntrico.
C. Ejercicios en régimen isocinético.
2. Manifestación reactiva de la fuerza
A. Pliometría.
Figura 1. Propuesta metodológica de las distintas manifestaciones de fuerza
en función del régimen de contracción muscular (Ramírez y Cancela, 2001)
Para optimizar el entrenamiento de los nadadores, actualmente existen un
verdadero arsenal de medios y métodos para la aplicación en su trabajo diario; pero
ante todo lo más necesario para realizar un correcto entrenamiento es en primer lugar
saber lo que hay que entrenar y para ello es necesario estudiar las pruebas y la
competición.
Resistencia de Duración Corta (35”- 2 min) ----- 50 y 100 metros Resistencia de Duración media (2 min – 10 min)--- 200 y 400 metros Resistencia de Duración Larga I (10 min -35 min) --- 800 y 1500 metros Resistencia de Duración Larga II (35 min- 90 min) Travesías Resistencia de Duración Larga III (90 min- 6 h.) Resistencia de Duración Larga IV ( + de 6 h.)
Pruebas de fondo en mar abierto
50 y 100 metros----------------------- Fuerza máxima y explosiva.
200 y 400 metros----------------------- Fuerza máxima y resistencia a la fuerza.
800 y 1500 metros--------------------- Resistencia a la fuerza
Travesías de más de 1500 metros
y pruebas de gran fondo -------------- Resistencia a la fuerza
Figura 2. Clasificación de las demandas de resistencia en las principales pruebas de natación basados
en la duración de la carga
competitiva así como las demandas de fuerza requeridas en cada caso. Basado en Cuadrado 2007 &
Navarro y cols, 1990.
Si analizamos la Figura 2, observamos que si bien la natación en cualquiera de la
distancia de sus pruebas tiene un gran componente de resistencia, por otro lado ese
factor de resistencia lleva asociado otro de manifestación de fuerza, de ahí la
justificación de la inclusión de este tipo de trabajo dentro de la preparación del
nadador (Counsilman, 1999; Navarro y cols, 1990 & Wilke y Madsen,1990). De esta
manera se puede ver como, salvo en el caso de los velocistas puros de 50 (incluyo a
los de 100 también dentro de este grupo aunque el componente de resistencia a la
fuerza ya es bastante alto); casi todas las manifestaciones de fuerza que se llevan a
cabo en natación son del tipo de resistencia a la fuerza, y por lo tanto es un aspecto a
tener en cuenta a la hora de planificar el entrenamiento.
Y es que las demandas de fuerza en natación son en sí mismas peculiares con
respecto a otros deportes solamente ya en el mismo medio donde se desarrolla este
deporte hace que la resistencia a vencer sea diferente que en otros deportes
desarrollados en el medio terrestre. Dada la mayor densidad del agua con respecto al
aire la resistencia al avance en natación por ejemplo es mayor que en atletismo sino el
ejemplo más claro es comparar los tiempos de un 100 metros lisos en atletismo y un
100 en natación a estilo libre, las diferencias son abismales; de ahí que el componente
fuerza cobre una gran importancia en natación y dentro de el como específico de este
deporte la manifestación de la resistencia a la fuerza.
La fuerza como capacidad demandada en natación
En natación, los tipos de fuerza requeridos por el nadador para desplazarse por el
agua están condicionados principalmente por el medio en donde se desarrolla la
práctica deportiva. En efecto, el medio provoca que la acción motriz del nadador tenga
que adaptarse al mismo debido a que:
Al nadar a velocidad competitiva, los esfuerzos del nadador no superan el 70%
de sus posibilidades máximas de movimiento.
El carácter de aplicación de los esfuerzos va a ser rítmico y relativamente largo.
Los esfuerzos se desarrollan en el marco de la estructura motriz y, para ser más
eficaz, deben alcanzar un perfeccionamiento en dicha estructura.
La eficacia de las brazadas realizadas por el nadador depende del nivel de
desarrollo de la fuerza resistencia mucho más que del nivel de desarrollo de la
fuerza máxima.
Además de la fuerza resistencia podemos decir que las diferentes manifestaciones
activas de la fuerza condicionan el rendimiento del nadador en momentos concretos de
la prueba, así por ejemplo, el desarrollo de la fuerza máxima y de la fuerza explosiva
determinan en gran medida la magnitud de la fuerza de tracción que el nadador
desarrolla al nadar, así como la calidad del salto al iniciar la prueba y la impulsión en la
pared después de cada viraje. El entrenamiento de estas dos modalidades de fuerza
activa será de gran relevancia en pruebas de 50, 100 y 200 metros
Conforme aumenta la longitud de la distancia de competición, la influencia de la
fuerza máxima y explosiva disminuye de forma constante a la vez que aumenta el
papel desempeñado por la fuerza resistencia, teniendo una mayor influencia en las
distancias de 800 y 1500 metros
Suponiendo que la frecuencia de ciclo del nadador permanece constante durante
toda la prueba, el nadador podrá duplicar su potencia de brazada aumentando su
fuerza de tracción en cada brazada o aumentando la velocidad de nado. Obviamente
es mas fácil aumentar la fuerza de tracción que la velocidad de nado, ya que esta
última esta condicionada por diferentes parámetros como la técnica, la posición
hidrodinámica, resistencia de forma, etc. (Navarro, 1998)
No obstante, aunque estos dos parámetros (fuerza y velocidad de nado) en
nadadores noveles no guardan una alta correlación, en nadadores expertos muestran
un paralelismo destacable. Así un estudio realizado por Sharp y cols. (1986) demostró
que la potencia desarrollada durante una tracción máxima sobre un banco de natación
y la velocidad de nado desarrollada en una distancia de 22,75 metros mostraban una
alta correlación. Los resultados sugieren que los valores de fuerza y potencia que un
nadador logre en un banco de natación, determinará las posibilidades de dicho
nadador para alcanzar unos resultados brillantes en pruebas de velocidad (Sharp y
cols., 1986).
En definitiva, podemos concluir que las capacidades de fuerza requeridas en las
diferentes especialidades de natación son distintas. En este sentido, la proporción de
trabajo orientado a desarrollar cada una, predeterminará el éxito en una u otra
distancia. Por ello, los nadadores especializados en pruebas cortas (50 y 100 metros)
deberán prestar gran atención al desarrollo de la fuerza máxima y explosiva, mientras
que los nadadores especializados en pruebas de fondo (800 y 1500 metros) lo harán en
el desarrollo de la resistencia a la fuerza.
Por otro lado, la manifestación de la fuerza, también varía de unos estilos a otros.
En el estilo de mariposa es en el que la manifestación de fuerza se presenta más
rápida y con los mayores registros, mediante un solo pico de máxima fuerza, lo que
indica elevados niveles de fuerza máxima y de fuerza explosiva.
En el estilo de braza, la manifestación de la fuerza se presenta de forma menos
rápida que en el estilo de mariposa, mediante dos picos de fuerza separados por una
ligera disminución, alcanzando en ambos, altos valores de fuerza, lo que pone de
manifiesto la importancia de unos buenos niveles de fuerza máxima y no tanto de
resistencia a la fuerza.
Por último, en los estilos de crol y espalda las manifestaciones de fuerza se
presentan más tarde que en el resto de los estilos con dos picos de fuerza, siendo el
segundo ligeramente mayor que el primero, posteriormente disminuyen de forma
progresiva alcanzando niveles medios de fuerza, lo que pone de manifiesto la
importancia de buenos niveles de resistencia a la fuerza y no tanto de fuerza máxima
ni de fuerza explosiva.
El entrenamiento de la fuerza en natación
Es momento ahora de desarrollar el grueso de este trabajo, en relación a aspectos
derivados de la preparación física para el desarrollo de la capacidad de fuerza en sus
diferentes manifestaciones como factor de rendimiento en la natación de competición
en todas las especialidades.
Métodos de entrenamiento de la fuerza en natación
Todos los métodos de entrenamiento de fuerza son diferentes y producen unos
efectos significativamente distintos en el rendimiento neuromuscular (Siff y
Verkohansky, 2000). Sin embargo siempre han existido discrepancias a la hora de
escoger unos u otros métodos de trabajo muscular.
De forma general podemos destacar la existencia de dos corrientes metodológicas
en el entrenamiento de fuerza. Una de ellas defiende la especificidad del
entrenamiento, es decir, se deberían estimular gestos deportivos de la forma más
parecida posible al modelo de movimiento, velocidad, curva fuerza-tiempo, tipo de
contracción, etc…, mientras que en la vertiente opuesta encontramos la otra
tendencia, la cual mantiene que es suficiente entrenar los músculos relevantes sin
tener en cuenta la especificidad del entrenamiento muscular, es decir, atendiendo a
esta última corriente metodológica, una práctica separada de las habilidades técnicas
permitiría a posteriori transmitir la ganancia de fuerza en el entrenamiento a los
movimientos deportivos específicos.
Ambos métodos de entrenamiento mejoraran el rendimiento, sin embargo en la
actualidad la investigación científica mantiene la superioridad del entrenamiento
específico por diversas razones, tales como:
Tipo de contracción muscular.
Modelo, región, velocidad de movimiento.
Fuerza de contracción.
Reclutamiento de las fibras musculares.
Metabolismo.
Adaptación biomecánica.
Flexibilidad.
Fatiga.
La especificidad a la que hace referencia esta corriente metodológica significa que
se debe ejercitar de una forma muy específica la expresión de todos los factores
anteriores expuestos para lograr una mejora en este deporte concreto (Siff y
Verkohansky, 2001):
Manifestación activa de la fuerzao Método isométrico (estático).
o Método isotónico (dinámico): concéntrico y excéntrico.
o Método isocinético: de RFE y de fuerza explosiva.
o Método de contraste: método búlgaro.
Manifestación reactiva de la fuerzao Pliometría.
Las características más relevantes de cada uno de los métodos de entrenamiento
que constituyen la manifestación activa de la fuerza son las siguientes:
Método isométrico
Los entrenamientos isométricos fueron muy populares a mediados de la década de
los 50 debido a la búsqueda de métodos económicos y eficaces para desarrollar la
fuerza. La contracción estática o isométrica tiene como definición la forma de
contracción muscular sin producción de movimiento. Este tipo de entrenamiento puede
ser más eficaz que los ejercicios dinámicos en aquellos casos en los que los ejercicios
específicos requieren contracciones musculares de gran magnitud durante cierto
período de tiempo para un movimiento o durante los estadios iniciales de la
rehabilitación de una lesión.
El conjunto de ejercicios estático-isométricos pueden ejecutarse a diario o en días
alternos con una cantidad relativamente pequeña de repeticiones (hasta 15), siendo la
duración de cada una de ellas de 6 hasta 12 segundos, con un desarrollo de la fuerza
máxima y de 15 hasta 40 segundos, con un desarrollo de resistencia de fuerza.
El objetivo del entrenamiento isométrico es desarrollar la fuerza absoluta. En este
régimen de entrenamiento el aumento de las capacidades de fuerza, se acompaña de
una reducción de las posibilidades de rapidez, dicho efecto se manifiesta al cabo de
pocas semanas de su entrenamiento. Por lo que si no queremos perder este parámetro
físico (rapidez) será necesario combinar dicho método de trabajo con ejercicios que
impliquen una mejora en la fuerza veloz/explosiva (Platonov y Verjoshansky, 1985;
Fleco y Kraemer, 1999). Weineck (1999) añade que dicho método es altamente eficaz
cuando se combina con el entrenamiento auxotónico (excéntrico y concéntrico), ya que
se produciría una activación intensa de la musculatura.
Entre las ventajas más características están la posibilidad de dirigir el entrenamiento
para cada grupo muscular, de acuerdo con un ángulo de flexión. El aumento de la
fuerza está condicionado por la angulación de la ejecución y es muy utilizado para la
rehabilitación.
Como desventajas más características están las que pueden inducir a la monotonía
del entrenamiento, de ahí que no se muy aconsejado con niños y que como
consecuencia de provocar rápidamente el desarrollo de la contracción máxima se
produzca un rápido aumento del diámetro transversal, pero no de la capilarización de
los músculos, resultando poco adecuado para el sistema circulatorio y del respiratorio
cuando afecta a grandes grupos musculares.
Bosco (2000) señala que el entrenamiento isométrico, obedece a la falta de
especificidad. Es un fenómeno bien demostrado, en la actualidad, que los
entrenamientos específicos determinan y produce adaptaciones específicas tanto en
función de la velocidad de movimiento como de la amplitud articular utilizada.
Asimismo, Platonov y Fessenko (1994) justifican el empleo de este método de
entrenamiento ya que el objetivo de la preparación de los nadadores exige el
desarrollo de las diferentes manifestaciones de fuerza aplicada a fases diferentes del
movimiento, lo que provoca la necesidad de aplicar una serie de ejercicios afines para
cada una de estas fases.
Conviene destacar que el método isométrico se utiliza de forma relativamente
infrecuente en la natación moderna. Sin embargo, algunos destacados deportistas,
especialmente los que entrenan en los centros de natación de EEUU (Furniss, Bruner,
Spitz, Montgomery, Murphy, Naber, Rocca, Babashoff, etc.), han utilizado con éxito las
tensiones estáticas de corta duración (5-10 segundos), para aumentar el nivel de
fuerza máxima, y las demás larga duración, para el desarrollo de la resistencia de
fuerza.
Método Isotónico
Este método puede dividirse en función del tipo de contracción que tenga lugar. Así
surge: el método isotónico concéntrico, basado en la ejecución de acciones motoras
insistiendo en el carácter concéntrico del trabajo y el método isotónico excéntrico, que
prevé la ejecución de acciones motoras de carácter excéntrico con resistencia a las
cargas.
La combinación de los regímenes de trabajo de carácter concéntrico y excéntrico de
los músculos crea las condiciones para la realización de movimientos con una amplitud
bastante grande, lo que constituye un factor positivo para la aparición y desarrollo de
las capacidades de fuerza.
Counsilman (1986) indica que si se aplican grandes sobrecargas, con una cantidad
pequeña de repeticiones y a una velocidad de movimiento baja, la masa muscular y las
posibilidades de fuerza aumentan a costa de la hipertrofia de las fibras musculares de
contracción lenta, no aptas para el trabajo de velocidad. Estos cambios son negativos
para el nadador en todos los sentidos: por regla general provocan la reducción de
resistencia y a la vez contribuyen e incluso obstaculizan la aparición de capacidades de
fuerza durante la ejecución de un trabajo de velocidad, ya que éstas últimas se
desarrollan sobretodo gracias a las fibras de contracción rápida.
Sin embargo Platonov y Fessenko (1994) consideran las afirmaciones realizadas por
Counsilman como equivocas, ya que se ha demostrado que la participación de las
fibras musculares rápidas en el trabajo muscular está relacionada no con la velocidad
de movimientos sino con la intensidad de trabajo. Según estos autores, los
movimientos realizados a velocidad máxima pero sin sobrecargas importantes se
ejecutan mediante la contracción de las fibras musculares lentas. Las fibras de
contracción rápidas se incorporan al trabajo a medida que aumentan las sobrecargas, y
no a medida que aumentan la velocidad de los movimientos.
No obstante debemos recordar que la aplicación de una elevada fuerza, solo será
posible cuando desarrollemos una acción motriz a baja velocidad, ya que la resistencia
que debe ser movilizada será muy alta. Dentro de esta misma línea de raciocinio, el
movimiento rápido solamente será posible cuando la resistencia al movimiento sea
mínima (Maglischo, 1995).
Una de las ventajas de este método es que la variedad de recursos del
entrenamiento de fuerza dinámico tradicional influye de forma multilateral sobre el
aparato muscular y contribuye a perfeccionar las capacidades de fuerza y los
elementos básicos de la maestría técnica.
Conviene decir que el entrenamiento en este régimen puede ser muy variado si se
utilizan las máquinas de musculación que suponen diferentes variantes de ofrecer
resistencia (Cargas, palancas, etc.).
En el desarrollo de la fuerza máxima se lleva a cabo un trabajo con sobrecargas
grandes (75-80% del máximo), con una cantidad pequeña de repeticiones (6-8 en una
serie) a ritmo lento (en la parte concéntrica del trabajo se invierten 1”- 2”; en la
excéntrica de 2”- 4”). El ritmo de los movimientos y la duración de las pausas puede
variar: cuando se marca como objetivo aumentar la fuerza mediante el incremento de
la masa muscular, se aplica un ritmo lento con pausas prolongadas entre series (20”-
40”). Los intentos de aumentar la fuerza mediante la perfección de la coordinación
intermuscular e intramuscular están relacionados con el aumento del ritmo (0.8”- 1.0”
en la parte concéntrica del trabajo, 1”- 2” en la excéntrica) y en la duración de las
pausas: hasta 2´-3´.
En el entrenamiento de los nadadores el trabajo en régimen excéntrico se aplica de
forma muy limitada por una serie de causas:
Los movimientos en estos casos se ejecutan a la velocidad reducida, lo que no
se corresponde con las exigencias de la natación deportiva.
Los ejercicios en régimen excéntrico se relacionan con cargas excesivas para el
nadador a nivel de ligamentos y articulaciones y con llevan peligro de lesiones.
Resultan difíciles de organizar, ya que requieren una maquinaria especial o la
ayuda de un compañero para devolver las sobrecarga a la posición inicial.
No obstante, conviene decir que el trabajo de carácter excéntrico resulta efectivo si
se estiran al máximo los músculos que trabajan en los movimientos de retorno, lo que
contribuye al desarrollo conjunto de las capacidades de fuerza y flexibilidad. Por ello,
se puede recomendar utilizar el trabajo en el régimen indicado de forma episódica, en
un volumen pequeño, en la primera etapa del periodo de preparación.
Método Isocinético
El método isocinético estuvo muy de moda a finales de la década de los 60 y a
comienzos de los años 70, sobre todo en los EEUU. En esencia, este método
comprende el empleo de un aparato isocinético el cual controla la velocidad de
movimiento de forma que permite al nadador esfuerzos máximos o próximos a estos,
prácticamente en cada fase del movimiento. Ello hace posible que los músculos
trabajen con una carga óptima en el recorrido de todo el diapasón de movimientos.
Muchos autores (Grosser, 1986; Wilson y cols., 1991; Platonov y Fessenko, 1994;
Bosco, 2000) consideran que los ejercicios isocinéticos deben ser un recurso básico de
la preparación de fuerza, sobre todo en el desarrollo de la RFE y de la fuerza explosiva.
Este punto de vista se basa en una serie de ventajas que posee el régimen de trabajo
isocinético frente a otros regímenes. Entre las mismas se encuentra la posibilidad de
una carga óptima que corresponda a las posibilidades de fuerza del nadador en
cualquier fase del movimiento dinámico o la posibilidad de variar la velocidad de los
movimientos en un amplio diapasón, lo que contribuye al incremento de la cantidad de
fibras que participan en el trabajo, así como aproximar la velocidad del movimiento al
realizar ejercicios de fuerza a la velocidad característica de la actividad competitiva.
Otras ventajas son también la considerable reducción del tiempo necesario para
ejecutar los ejercicios, la disminución de posibles lesiones músculo-articulares, la no
necesidad de un calentamiento intenso, la rápida recuperación tras los ejercicios y la
recuperación efectiva durante el proceso del mismo trabajo.
El entrenamiento isocinético fue elegido como la respuesta a las deficiencias de los
métodos de resistencia constante y variable, en los que el deportista podía llegar a una
sobrecarga máxima en cada punto, en todas las fases de los movimientos de un
ejercicio, en velocidades que “imitaban” a las utilizadas en competición, lo que
conllevaba un alto riesgo de lesión (Maglischo, 1995).
Al examinar las ventajas del entrenamiento isocinético de gran velocidad, conviene
destacar que cumple de forma bastante importante con las exigencias específicas de la
natación deportiva en comparación con otros métodos. Si el programa de fuerza se
realiza con máquinas de musculación especiales, que permitan imitar los movimientos
de trabajo característicos de la natación, el entrenamiento de fuerza provocará
directamente (sin periodo “de adaptación” de las capacidades de fuerza a la específica
de la natación mediante la aplicación de ejercicios en el agua), el aumento de los
resultados deportivos. En caso de aplicación de otros regímenes, por regla general,
esto no se consigue (Platonov, 1991).
Los estudios de laboratorio demuestran que con un entrenamiento isocinético es
posible obtener un amento más significativo de la fuerza muscular en un periodo mas
corto de tiempo, además de acortar las sesiones de entrenamiento (Good, 1973). Sin
embargo, no se ha probado que se produzca una transferencia de este efecto a la
actividad deportiva funcional multidimensional, como tampoco se ha demostrado su
eficacia con deportistas de distinto nivel (Siff y Verjoshansky, 2000).
Métodos de contraste
Cada vez son mas utilizados este tipo de métodos, caracterizados por la utilización
de diferentes regímenes de contracción.
Entre ellos, destaca el método búlgaro definido por Verjoshansky (1990), como un
método concéntrico para el trabajo de fuerza en el que se alternan en una misma
sesión carga pesadas y ligeras a gran velocidad, buscando dos objetivos fisiológicos:
utilizar una carga pesada o semipesada para obligar al músculo a que reclute muchas
fibras y contrarrestarlo con una carga ligera, para que el músculo desarrolle la máxima
velocidad. Este contraste provoca que el músculo se desarrolle unos momentos con
muchas fibras y otros momentos con pocas fibras pero a muy alta velocidad, lo que
genera la adaptación neuromuscular.
Para aumentar la eficacia de este método, conviene previamente a llevarlo a cabo,
seleccionar los músculos que mas vamos a ejercitar en las distintas especialidades de
natación (Comettí, 1991).
Otro método de contraste es, la combinación en un trabajo de contracciones de tipo
concéntrico-isométrico-excéntrico. Se ha observado que se consigue una mayor mejora
de la fuerza, cuando se mezclan estos tres tipos de contracción, en cuyo caso, la
mejora es de un 25% para el primero y segundo respectivamente y de un 50% para el
tercero (Huttinger, 1970).
Orientaciones del entrenamiento de la fuerza
La estructuración del entrenamiento de fuerza en natación, según Navarro (1995),
va a estar orientada a desarrollar los diferentes tipos de capacidades de fuerza: fuerza
máxima, fuerza explosiva y resistencia a la fuerza.
Fuerza Básica: Cuyo sistema de trabajo va dirigido a mejorar la fuerza general
del nadador, de manera que nos sirva para consolidar una capacidad de fuerza
que nos permita posteriormente, desarrollar la específica y de competición para
facilitar el rendimiento deportivo. Esta capacidad debe ir acompañada del
desarrollo a nivel general de otras. En sentido, se recomienda introducir
ejercicios de desarrollo de fuerza máxima mediante el trabajo de hipertrofia
primeramente y posteriormente ejercicios de fuerza máxima con incidencia en
la coordinación intramuscular (sincronización de las unidades motoras).
Fuerza específica: Cuyo objetivo es desarrollar aquel tipo de fuerza en aquellos
grupos musculares que con el tiempo facilitaran la mejora en el rendimiento
competitivo. Un ejemplo de ejercicios para trabajar este tipo de fuerza en un
nadador de 400 metros libres puede ser el trabajo de fuerza explosiva de los
músculos implicados en la competición e igualmente el trabajo de resistencia a
la fuerza, que es otro de los componentes de la fuerza que se van a dar en este
tipo de competición.
Fuerza competitiva: Cuyo objetivo es adaptar el organismo del nadador a las
exigencias de fuerza propias de la competición, teniendo en cuenta la duración
del esfuerzo, la dirección de las fuerzas y los grupos musculares implicados, así
como el tipo de tensiones propias de la competición. Como ejemplo de ejercicios
para el desarrollo de este tipo de fuerza podría ser la resistencia a la fuerza con
distancias similares a la competición.
El entrenamiento en seco
Dentro del bloque de preparación física en seco del nadador y en base al nivel de
fuerza que busquemos desarrollar en los nadadores, deberemos seleccionar uno u otro
tipo de método de entrenamiento, en función de los objetivos y de su potencialidad.
Esto hace que a la hora de planificar el desarrollo de la fuerza de los nadadores dentro
de su plan de entrenamiento, tengamos en cuenta los distintos niveles que tiene esa
capacidad, los cuales nos permitirán organizarlo de una manera progresiva,
posibilitándonos la obtención de la mayor fuerza posible en relación con la actividad
para alcanzar un óptimo rendimiento deportivo. Del mismo modo, tenemos que tener
en cuenta que la planificación de la fuerza se debe hacer de manera conjunta con el
resto de las capacidades y aspectos técnicos.
Los aspectos del entrenamiento físico en seco del nadador vienen referenciados a
los métodos de desarrollo de la fuerza determinados en apartados anteriores.
Valoración funcional de la fuerza
Un problema añadido al entrenamiento moderno de la natación de competición,
reside en el control y evaluación de los niveles de fuerza de los nadadores. Evaluar
dichos niveles de fuerza “en seco” es relativamente sencillo, ya que existen
metodologías e instrumentos altamente fiables y de uso habitual. Sin embargo, sigue
existiendo el problema de lo inespecífico de dicha evaluación en el agua, incluso
cuando se utilizan aparatos que simulan el gesto técnico (Isern, 1998).
Consecuentemente, cada vez son más los intentos por medir la fuerza que el nadador
aplica durante el nado, puesto que es una variable mucho más relacionada con el
rendimiento de estos (Zatsiorski, 1992; Arellano, 1993). No obstante, este tipo de
mediciones son mucho más complejas y requieren un mayor esfuerzo económico por
parte del grupo investigador.
Son muchos los autores que han intentado idear una forma de evaluación de la
fuerza específica en natación, entre los que destacan nombres muy conocidos en el
mundo de la natación de elite, tales como: Smith y Whitley, 1966; Clarys, 1979; Costill
y cols., 1980; Tihany, 1989; Platonov, 1988; Arellano, 1993; Aunque todavía no se ha
sistematizado una metodología adecuada que nos permita valorar objetivamente esta
cualidad específica.
Según gran número de prestigiosos en el mundo de la natación y de la fuerza
(Grosser, 1986; González, 1987; Kuznetsov, 1989; Ming, 1994; Cancela y Ramírez,
2001), la valoración de la fuerza de los nadadores requiere del registro de la Fmáx,
Fexp, y de la RFE, parámetros considerados relevantes en el rendimiento de las
distintas especialidades de natación. La objetividad de esta valoración dependerá de
elección de un régimen de trabajo de los músculos óptimos, así como del carácter de
los ejercicios utilizados en las pruebas.
Valoración de la fuerza máxima
El nivel de fuerza máxima se manifiesta en la magnitud de las resistencias externas
que el nadador debe superar con la total movilización de las posibilidades del sistema
neuromuscular. La fuerza máxima con frecuencia, se determina al trabajar tanto en
régimen dinámico como estático. Desde el punto de vista del diagnostico de las
posibilidades de fuerza, el régimen estático es poco aceptado.
La valoración de la fuerza máxima al ejecutar un movimiento dinámico con una
sobrecarga máxima tiene un defecto importante. La resistencia en el régimen de
trabajo isotónico es constante, ya que se utiliza una sobrecarga estándar en todo el
diapasón del movimiento, aunque la fuerza de los músculos como consecuencia de las
particularidades biomecánicas de sus diferentes fases oscila de forma significativa y se
manifiesta, por regla general, en forma de curvas ascendentes y descendentes (Siff y
Verjoshansky, 2000).
No obstante, la determinación de la carga correspondiente a una repetición máxima
(1RM) es la forma más popular y el método más simple para determinar la fuerza
máxima dinámica de cada grupo muscular o movimiento deportivo (García Manso y
cols. 1996). Existen diferentes formas a la hora de aplicar dicho test. Cada entrenador
seleccionará aquella que más se adapte a las características de sus nadadores, siendo
unas de las más extendidas la realización de 6-8 repeticiones al 60 % del máximo
obtenido en el test anterior; 3 repeticiones al 85% del máximo obtenido en el test
anterior y una repetición máx. De esta última obtendremos el 100%. La primera vez
que se realiza el test, la referencia en cuanto a las cargas las marca el entrenador de
manera aproximada.
Valoración de la fuerza explosiva
Al valorar la fuerza explosiva resulta muy útil utilizar un índice de velocidad y fuerza
que represente la relación de la magnitud máxima de la fuerza (Fmáx) y el tiempo de
su aparición (tmáx). Cuento mayor es el nivel del nadador, tanto mayor es su
capacidad para conseguir grandes magnitudes de fuerza en un menor espacio de
tiempo. El método indicado puede aplicarse en la ejecución de las fases principales de
los movimientos de trabajo tanto con los brazos como con las piernas.
La fuerza explosiva puede valorarse, indirectamente, por el tiempo de ejecución por
parte del nadador de uno u otro movimiento, con una resistencia determinada. Con
este objetivo, se utiliza con frecuencia la máquina de musculación Mertens-Huttel. Así
mismo, es posible valorar la fuerza explosiva de los brazos imitando el movimiento de
brazada.
Presenta interés también el registro de la fuerza explosiva, en conjunto con
diferentes formas de salto y teniendo en cuenta las posibilidades técnicas de la salida y
del viraje. En este sentido, existe una amplia variedad de test de salto utilizando
plataformas de contacto, limitando o no el ángulo previo de flexión de rodillas, con la
ayuda o no de los miembros superiores con o sin sobrecarga. De todas estas
posibilidades la que más información nos puede aportar del nadador son el test de
Bosco y, en concreto, los siguientes tipos de saltos: el SJ (salto sin contramovimiento),
el CMJ (salto en vertical con contramovimiento) y el ABK (salto con brazos libres).
En todos ellos, se suele estandarizar la prueba 90º de flexión de rodillas. El resultado
de estos test se mide en forma de distancia. Es la distancia a la que se eleva el centro
de gravedad. Se han visto altas correlaciones entre la altura de vuelo en ambos saltos
y el pico de potencia obtenido en un cicloergómetro isocinético (Aguado, 1995).
Valoración de la resistencia de fuerza
Aunque la relación con la velocidad es elevada, los nadadores nunca ejercen niveles
máximos de potencia en ningún momento de la prueba. Incluso las pruebas tan cortas
como las de 50 requieren un mínimo de 18-20 trayectorias de cada brazo. Esto es
análogo a realizar 18-20 repeticiones de un ejercicio de entrenamiento con pesas.
Cualquiera que posea un mínimo conocimiento sobre el entrenamiento con pesas, sabe
que no puede ejercerse fuerza máxima cuando el número de repeticiones es tan
elevado. De acuerdo con esto, los nadadores intuitivamente escogen aplicar una parte
de su fuerza a un ritmo y niveles óptimos hasta la finalización de la prueba. En pruebas
cortas, dicha porción de fuerza se acercará mucho al máximo mientras que en pruebas
más largas será considerablemente menor.
Sin tener en cuenta la distancia de la prueba, los nadadores que puedan mantener el
porcentaje más alto de fuerza máxima obviamente deberían tener ventaja. Miyashita y
Kanehisa (1983) registraron una relación significativa entre los aumentos de la
potencia muscular y de la velocidad natatoria en pruebas tan cortas como de 50
metros. ¿Qué ocasionó esta mejora? ¿Fue un alto nivel de potencia, mejora de la
capacidad aeróbica o un incremento de la capacidad amortiguadora de los músculos?.
Todos estos mecanismos fisiológicos seguramente tuvieron algo que ver. De acuerdo
con esto, un entrenamiento que combine elementos aeróbicos y anaeróbicos, y
ejercicios de resistencia que mejoren la fuerza y la potencia, deberían incrementar
adecuadamente la resistencia muscular. Para aumentar esta capacidad los atletas no
deberían necesitar entrenamientos especiales en seco.
El nivel de resistencia de la fuerza se manifiesta con la capacidad del nadador de
superar la fatiga, al ejecutar una gran cantidad de repeticiones de movimientos con
una resistencia significativa. Por ello, resulta oportuno valorarla durante la ejecución de
movimientos de carácter imitativo, similares por forma y particularidades de
funcionamiento del aparato neuromuscular a los ejercicios de competición. Para el
nadador esto supone la imitación de los movimientos de trabajo con máquinas de
musculación de fuerza. Los aparatos de musculación y diagnostico utilizados en la
actualidad permiten regular el ritmo de los movimientos, la magnitud de las
sobrecargas y tener en cuenta la calidad y el número de las repeticiones.
La valoración de la resistencia de fuerza se realiza de formas diferentes:
Por la duración del trabajo estándar propuesto.
Por la capacidad de trabajo registrada al ejecutar los programas de las pruebas.
Por el índice de relación de la capacidad de trabajo al final del esfuerzo previsto
por la correspondiente prueba y su nivel máximo.
En el entrenamiento sobre tierra firme se utiliza de forma muy generalizada la
prueba siguiente: el nadador ejecuta movimientos de imitación de brazadas en un
aparato de musculación consistente en un carro móvil de superficie inclinada. El ritmo
de los movimientos se selecciona individualmente y corresponde al desarrollado por el
nadador al nadar la distancia de competición. El esfuerzo se selecciona también de
forma individual y constituye entre un 50-70% de la máxima posible (en función de la
longitud de la distancia de entrenamiento). La duración y la dirección de los
movimientos se determinan con las barras guía y los limitadores. La valoración de la
resistencia de fuerza específica se lleva a cabo por el número máximo de repeticiones
que el nadador puede ejecutar en una serie. De forma análoga, se valora la resistencia
de fuerza específica al ejecutar los movimientos con las piernas, característicos del
estilo de braza.
Se utiliza mucho también la prueba realizada con la máquina de musculación
Mertens-Huttel, en la cual el nadador esta estirado sobre un banco especial inclinado y
ejecuta un número máximo de movimientos de imitación de la brazada. Además la
resistencia y la duración del trabajo dependen de la longitud de la distancia elegida. A
partir de los resultados de la prueba, se determina el índice de resistencia de fuerza
(unidades convencionales), que es igual a la producción de la magnitud de la
resistencia, fijada en la máquina de musculación (Kg), por el número de movimientos
(Maglischo, 1993).
Para valorar la resistencia de fuerza de los nadadores especializados en las
distancias de 100 y 200 metros se aplica un test que supone un trabajo en régimen
isocinético: estirado sobre el banco inclinado el nadador ejecuta movimientos de
imitación al ritmo propuesto (correspondiente al ritmo óptimo para recorrer una
distancia competitiva) y con esfuerzos máximos. La duración del trabajo es de uno o
dos minutos. El ritmo de los movimientos se marca con un líder luminoso o acústico, la
dinámica de los esfuerzos al ejecutar los movimientos se registra en un oscilógrafo. La
resistencia de fuerza se valora por el índice de correlación del nivel de fuerza al imitar
los últimos movimientos, con el nivel registrado en los primeros movimientos. Para
aumentar la valoración es útil registrar los datos medios de los 5 primeros y últimos
movimientos. Con esta prueba es posible examinar también la dinámica de la
capacidad de trabajo del nadador al realizar su trabajo, lo que aporta una información
adicional sobre el desarrollo de la fatiga y sobre los factores que limitan el nivel de la
resistencia de fuerza (Platonov y Fessenko, 1994).
En diferentes centros de natación del mundo, ha adquirido una gran difusión el
método de valoración de la resistencia de fuerza específica al realizar un trabajo fuera
del agua con el aparato de musculación y diagnostico biocinetic. La duración del
trabajo, el ritmo de los movimientos y la potencia representan los resultados de la
edición de la resistencia de fuerza específica de los nadadores especializados en las
diferentes distancias (Good, 1973).
Para valorar la resistencia de fuerza, directamente al nadar, pueden recomendarse
pruebas diferentes. Una de estas consiste en nadar en el sitio (con traíllas) durante 30-
35” a la intensidad máxima de trabajo que pueda conseguir el nadador. La resistencia
de fuerza se valora por la relación existente entre la fuerza de tracción registrada
durante dicho tiempo de trabajo, y la fuerza máxima de tracción. Cuanto mayor sea
este índice, mayor será el nivel de resistencia de fuerza.
Una segunda prueba se diferencia de la anterior por el hecho de que el nadador no
nada en el sitio (de ahí la ventaja de este tipo de test). La velocidad viene establecida
por el correspondiente mecanismo dinamográfico, que permite “lanzar” al nadador con
la velocidad fijada, independientemente de los esfuerzos que este realice. Si esta
prueba se lleva a cabo en una piscina de 25 metros la velocidad óptima es de 0,5 m/s.
De este modo, al recorrer un tramo de 25 metros (los 5 primeros, necesarios para
ejecutar los movimientos de preparación, no se cuentan) el nadador ejecutara el
trabajo durante 40 segundos. La valoración de la resistencia de fuerza se realiza de la
misma manera que en el test anterior; se determina el índice de relación entre la
fuerza de tracción, desarrollada en los últimos cinco segundos de trabajo, y la fuerza
registrada en los primeros 5 segundos.
El tercer tipo de prueba se lleva a cabo en las mismas condiciones que la primera. La
diferencia consiste en que el nadador durante el trabajo no desarrolla una fuerza de
tracción máxima sino una fuerza de tracción de un 50-70% de la máxima. La intensidad
del trabajo se determina individualmente, a partir de la magnitud característica para el
deportista concreto de la fuerza de tracción absoluta y se regula con un mecanismo
especial que emite diferentes señales acústicas y luminosas al nadador cuando éste
desarrolla una fuerza de tracción un 5% mayor o menor que la programada. La
valoración de la resistencia de fuerza se realiza valorando el tiempo durante el cual el
nadador es capaz de soportar la fuerza de tracción propuesta (Persyn, 1985).
Conclusiones
Partiendo del objetivo final del entrenamiento de fuerza y considerando los
requisitos intensos y físicamente exigentes a que se someten los nadadores que
compiten en las distintas especialidades, se determina que mediante un correcto
trabajo de fuerza adaptado a las características de los nadadores, vamos a poder
mejorar la eficiencia propulsiva, lo que nos va a posibilitar aumentar de forma notable
su rendimiento deportivo.
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