El Fugitivo
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LOS EVENTOS EN ESTE LIBRO SON REALES.
NOMBRES Y LUGARES HAN SIDO CAMBIADOS PARA
PROTEGER A LOS DE LORIEN QUE PERMANECEN
ESCONDIDOS.
EXISTEN OTRAS CIVILIZACIONES.
ALGUNAS BUSCAN DESTRUIRNOS.
Archivo Perdido #10:
El Fugitivo Pittacus Lore
Traducido por:
ELLOS CAMINAN ENTRE NOSOTROS
www.facebook.com/ecenmexico
CAPÍTULO UNO
Eres un idiota Mark James.
Este es el pensamiento que grita a través de mi
cabeza cada cien kilómetros más o menos en la carretera
cuando tengo un momento de duda en mí mismo. ¿O tal
vez es un momento de claridad? Realmente no sé cuál de
los dos. Pero cuando me enfrento a los hechos: que he
robado el portátil de un agente del FBI, he enojado
algunos malvados alienígenas y ahora estoy conduciendo
por todo el país con el fin de tratar de encontrar a mi ex
novia desaparecida, Sarah, que resulta está saliendo con
un alienígena bueno, no puedo dejar de pensar que es
verdad. Soy un idiota o estoy loco. O ambos.
Lo que sea que soy, es demasiado tarde para volver
a ser quien era antes de que los extraterrestres volaran mi
escuela y tomaran mi ciudad. No hace mucho tiempo yo
era una mierda ardiente en la Preparatoria de Paraíso,
con un brillante futuro por delante de mí. Ahora soy el
tipo que está siendo buscado por las agencias
gubernamentales y los extraterrestres malos del planeta
con cara de tiburón.
Tiro una bebida energética y la aplasto con mi puño, la
arrojo al suelo del asiento del pasajero donde encuentra su
hogar con otro bonche de hermanas vacías. He estado en la
carretera por unas diecinueve horas, y no empecé exactamente
en una noche completa de sueño. La única cosa que me
mantiene en marcha es una mezcla de adrenalina, la
preocupación por Sarah y lo que probablemente son suficientes
bebidas energéticas para matar a un elefante. Una mirada en el
espejo retrovisor me dice que estoy encamino de ser vencido
por el sueño, los ojos inyectados en sangre y la mirada oscura,
pero no tengo tiempo para tomar las cosas fácilmente. Sarah
está en Dulce, o al menos, eso es lo que el correo electrónico
que he leído en la computadora portátil robada del FBI decía.
Antes de que yo tratara de acceder a un archivo llamado
ProMog, y todo el equipo se apagara. Ahora, el equipo ni
siquiera enciende. Está sentada en mi mochila nueva en el
suelo, envuelta en mi chaqueta.
Trato de no pensar en lo que el FBI o los Mogs
podrían estar haciéndole a Sarah. Casi no puedo darle
vuelta en mi cabeza alrededor del hecho de que el FBI, o
al menos los agentes en Paraíso, están trabajando con los
alienígenas. En su lugar, me centro en el hecho de que
estoy en mi camino para salir hacia ella. . .de alguna
manera. Después de unas cuantas horas de carreteras
vacías en mis mil quinientos kilómetros en un día de viaje
de Ohio a Nuevo México, voy a estar allí para tratar de
salvarla. Yo. Sólo. Contra un montón de extraterrestres
de trasero pálido y, probablemente, el FBI, la NASA y los
Ilumínati o lo que sea.
Mi teléfono timbra, uno que compré en una parada
de camiones a una hora fuera de Paraíso. El sonido me
recuerda que no estoy técnicamente sólo en mi misión de
salvar a Sarah. Hay alguien ayudándome. Es la única
persona que tiene este número.
Miro el mensaje:
GUARD: ¿Acercándote a la frontera de NM?
Echo un vistazo para ver una señal en el lado de la
carretera que me dice que la carretera del estado de
Colorado 17 se convertirá en la Carretera Estatal de
Nuevo México 17 en diez kilómetros. GUARD ha sido
extrañamente bueno en adivinar donde estoy desde que
voy en camino. Le contesto de regreso, diciendo que
estoy a unos diez minutos. Casi tan pronto como envío el
mensaje, suena otro timbre.
GUARD: Hay una gasolinera en el lado de la
frontera de NM. A la derecha. Sal de ahí: tengo
algunas cosas para ti.
Mi cerebro prácticamente explota cuando leo eso.
De hecho voy a estar cara a cara con GUARD: la cabeza
de las teorías conspiratorias del sitio web llamado Ellos
Caminan Entre Nosotros, un hacker extraordinario,
amable y mi único amigo ahora que Sarah se ha ido. A
pesar de que nunca me he reunido con él. A pesar de que
nunca he hablado con él por teléfono, porque él está tan
obsesionado con su propia privacidad, mientras está con
los Mogadorianos y Lorics. Bien, tal vez no seamos
amigos exactamente. Supongo que somos más bien
socios en toda esta mierda extraterrestre. Él es el cerebro
en informática y yo soy la fuerza muscular, bien parecido,
que va a salvar a la chica y luego encontrar una forma de
mantener lo que pasó en Paraíso de marcharse a
cualquier otro sitio.
La idea de estar cara a cara con GUARD envía mis
pensamientos a toda marcha y empiezo a imaginarnos
haciendo algunos movimientos de patea traseros de
película de acción mientras que asaltamos la base
alienígena en Dulce. Liberando a cualquier persona que
ha sido tomada como rehén por el Mogs en un montaje
de explosiones. Entonces los golpes en mi pecho
comienzan a galopar más rápido, y me acuerdo de que se
trata de la vida real, no importa lo extraño que todo
parezca. Pienso en el inmenso tipo Mog que vi mientras
estaba actuando como espía en la estación de policía en
Paraíso. Era un gigante de ojos negros, construido como
un linebacker profesional. Fácilmente tenía 200 kilos
más que yo y probablemente cargando todo tipo de
armas alienígenas. Entonces pienso en todos los Mogs
brutos como la mierda a los que nos enfrentamos en la
escuela. Quiero decir, me las arreglé para luchar a mi
manera, salir de todo ese lío y protegiendo Sarah en el
proceso, pero la idea de ir en contra de esos chicos hace
que de nuevo me den ganas de dar la vuelta y regresar a
casa.
Subo el volumen de la radio y me digo que todo
saldrá bien.
Estaré bien. Salvaré a Sarah. GUARD y yo lo
haremos juntos, él sabrá que hacer.
Son las dos de la mañana cuando cruzo la frontera
de Colorado en Nuevo México. Efectivamente hay una
estación de gas muy vieja en la primera salida. A esta
hora de la noche parece desértica.
Sólo cuando giro hacia la estación es que mi cabeza
palpita y me pregunto si estoy en peligro por alguna
razón. Pero eso es imposible. He sido súper cuidadoso, y
Dios sabe que GUARD no va a meter la pata al final
cuando se trata de volar bajo el radar. Todavía me siento
incómodo, a pesar de ello.
Culpo a la paranoia súbita por mi falta de sueño.
Aparco en una de las bombas, porque es el único
lugar que está iluminado, luces industriales ruidosas,
zumbando por encima. Estar bajo la luz hace que todo lo
demás parezca mucho más oscuro, así que parpadeo mis
faros dos veces, en parte para obtener una mejor visión
de la zona a mí alrededor y en parte porque he visto
bastantes películas sobre las pandillas y las reuniones
secretas para saber que esto es a veces es una señal.
Nadie aparece, sin embargo, salto hacia afuera y empiezo
a cargar gas hasta que pare, manteniendo mis ojos alertas
a cualquier movimiento.
Estoy a cinco galones cuando una figura alta emerge
de la oscuridad del lado de la estación.
— ¿GUARD?—Llamo.
La figura no responde, lo que no es exactamente
una buena señal.
De repente me gustaría tener un arma que no sea
mi lanzamiento de brazo, pese a ser perfecto, no me va a
proteger si este tipo es un Mog. Mi corazón late tan fuerte
que supongo que la otra persona lo puede oír sobre el
zumbido de las luces. Agarro mis dedos alrededor de la
bomba de gas. Si las cosas van mal para mí, tal vez pueda
regar el tipo hacia abajo y sacarlo fuera de balance el
tiempo suficiente para tomar descanso para ello.
Afortunadamente la suerte queda fuera. Es obvio desde el
momento en que la persona entra en la luz que ella no es
Mog. En primer lugar, yo ni siquiera sé si hay mujeres
Mog. En segundo lugar, ella es de piel oscura, a
diferencia de cualquier Mog que he visto. Ella tampoco
grita FBI exactamente. Ella tiene un casco de motocicleta
que deja sólo su cara expuesta. Entre eso y la chaqueta de
cuero ceñida al cuerpo, supongo que ella tiene una
motocicleta escondida en el otro lado de la gasolinera. No
puedo llegar a estar demasiado aliviado, porque ella se ve
como si estuviera enojada mientras se acerca. Ahí es
cuando me doy cuenta de que hay una caja debajo de uno
de sus brazos. Dejo mi mano en la bomba de gasolina.
No me doy cuenta de que ella es más alta que yo, a
razón de una cabeza, hasta que ella está a pocos metros
de distancia. No creo haber conocido a una chica jamás
que me haya hecho sentir tan pequeño. En realidad ella
no es exactamente una chica. Supongo que está en sus
treinta y tantos años, pero con la luz de mierda y su
casco, es difícil decir exactamente.
—Uh… —Murmuro, no muy seguro de que decir—.
No estoy seguro…
— ¿Jolly Roger? —pregunta.
Me toma un segundo para contestar porque nadie
me llama así en la vida real. Caray, yo creo que ni
siquiera he dicho alguna vez las palabras en voz alta.
Técnicamente yo soy JOLLYROGER182, al menos
cuando estoy blogueando en la página de Ellos Caminan
Entre Nosotros.
— ¿Sí? —Pregunto, como si fuera una pregunta.
Todavía estoy tratando de darle vueltas en mi
cabeza sobre lo que está pasando cuando ella empuja la
caja en mi pecho.
—Firma aquí —ella dice, sosteniendo una pluma
hacia a mí con una mano y apuntando a una hoja de
papel en la parte superior de la caja con otra.
Hago lo que me han dicho, sólo registrando la mitad
del servicio de mensajería que aparece en la parte
superior de la página. Bastante seguro de que este
paquete estaba destinado a JOLLYROGER. Esta debe ser
la forma de GUARD de mantener mi nombre real fuera
de la ecuación, lo cual es inteligente, supongo. Sin
embargo, no puedo evitar sentirme desanimado porque
envió un mensajero en vez de venir a la estación él
mismo.
Pensé que finalmente conocería a GUARD, pensé
que haríamos equipo.
La mujer mantiene sus ojos enfocados en mí, sin
parpadear. Su intensidad me asusta un poco,
impidiéndome revolcarme demasiado en el hecho de que
GUARD no está aquí. Ella toma la última página después
de que yo he firmado por el paquete, pero sigue
mirándome fijamente, como si sus ojos de color marrón
oscuro estuvieran tratando de leer mi mente. Finalmente
ella habla.
—Deberías salir del camino y tratar de dormir un
poco —su voz es severa, más una orden que una
sugerencia—, luces como mierda.
Y entonces ella camina de regreso hacia la
oscuridad.
Me arrojo a abrir la puerta del auto y entrar,
desgarrando la caja. Saco todo tipo de cosas que no
reconozco: equipos informáticos, mapas, pequeños
aparatos electrónicos. Hay un teléfono inteligente en la
caja, junto con una pila de dinero en efectivo que tiene
que ser al menos de los grandes. Incluso hay una
acolchada mochila mensajera, adivinando es para llevar
todas estas cosas en ella.
¿Qué está pasando?
De repente, la pantalla del teléfono vuelve a la vida,
encendiéndose. Después de unos segundos, un mensaje
de texto aparece.
GUARD: Pensé que podrías utilizar algunos
suministros. Las instrucciones están en el
teléfono. Atención: van a auto-eliminarse
después de haberlos leído. Buena suerte. –G
GUARD me envió un paquete de atención.
No hay dirección de retorno en la caja. Salto de la
cabina de la camioneta, pero es demasiado tarde, ya
puedo escuchar el gemido de la motocicleta de
mensajería desapareciendo en alguna parte abajo de la
carretera.
La bomba de gas hace clic. Estoy a punto de
empacar todo de nuevo en la caja cuando me doy cuenta
de un último elemento en la parte inferior de la misma.
Lo recojo: un cilindro de metal de alrededor de la mitad
de una pulgada de ancho y cuatro pulgadas de alto que
está cubierto de marcas extrañas que nunca he visto
antes. (1 pulgada = 2.4cm). Cerca de la cima hay lo que
parece ser un botón. Hay una nota que dice ―no me
presiones‖ escrito en ella. De repente estoy asustado de
estar sosteniendo una especie de bomba de nueva
generación.
Mirando hacia atrás y hacia adelante entre la
posible arma y la pila de dinero en efectivo, hay una gran
pregunta que es más fuerte que todas los demás que
pasan por mi cabeza: ¿Quién demonios es GUARD?
Capítulo Dos
Empaco todo y vuelvo a la autopista. Estoy solo a unas horas
de Dulce, y ahora que tengo un montón de equipo raro y
dinero, el último lugar donde quiero estar es estacionado fuera
bajo las luces de una estación de gasolina. Así que conduzco,
peleando con la urgencia de ir sobre las notas del teléfono. Una
vez que estoy cerca de donde se supone que esta la base secreta
de Dulce, me rindo y me estaciono a lado de la carretera para
juntar mi mierda. No podía exactamente entrar en una base
secreta del gobierno y demandar hablar con Sarah Hart.
Comienzo tomando un completo inventario de las cosas que
GUARD me envió, cuidadosamente leyendo las notas del
teléfono nuevo, el cual se supone que usaría para comunicarme
con mi nuevo no visto compañero.
La mayoría de las cosas en la caja parecen relacionadas
con computadoras. Hay una pequeña computadora que tiene un
cuidadoso lugar con wifi instalado dentro que podría mandar
una señal con mi locación a satélites alrededor del mundo, que
hace que todo lo que haga sea imposible de rastrear. De esa
forma seré capaz de comunicarme con personas y subir cosas a
Ellos Caminan Entre Nosotros sin que me tenga que preocupar
sobre un montón de helicópteros negros volando sobre mí.
También hay una memoria USB que se supone
ayudará a burlar la computadora del FBI y la dejará
funcionando otra vez. GUARD piensa que los archivos
que vi desaparecieron antes de que la pantalla se pusiera
en negro, y pueden estar escondidos en alguna parte del
disco duro.
La cosa que parece un gatillo cubierto con símbolos
raros es algo como una granada de vanguardia. GUARD
dice que solo debe ser usado en una situación de vida o
muerte. Lo único que tengo que hacer es presionar el
botón y lanzarlo. No hay explicación de lo que realmente
hace o que significan los símbolos. No parecen como
ningún alfabeto que haya visto, y no puedo evitar
preguntarme si GUARD de alguna forma manejó un
arma alienígena.
Como deseo que también hubiera mandado una
pistola de laser o algo.
El dinero es auto explicable. Bueno, no en realidad.
El hecho de que GUARD solo se levantara y enviara
quince mil dólares –lo conté- a alguien que medio conoce
me hace preguntar si él es como un hacker billonario
operando fuera de una mentira secreta que parece algo
sacado de Matrix.
Empujo todo dentro de la bolsa de mensajero,
incluyendo mi antiguo teléfono. Tan genial como los
dispositivos fueran, la cosa más servible en la caja para
mí justo ahora es el montón de imágenes de satélite y
planos azules de la base de Dulce. Todos los mapas que
encontré en línea no muestran más que el desierto donde
deberían estar, pero las cosas que GUARD envío son
comprensibles, dejando fuera el gran trasero del
complejo y dejándome una buena idea del tamaño de la
cosa y donde puedo ser capaz de escurrirme dentro.
Incluso hay planos azules de que lugares del nivel
subterráneo se parecen.
Es intimidante como el infierno.
Volviéndome loco por los mapas, no sé cómo voy a
ser capaz de encontrar a Sarah en este desastre. Ella
podría estar en cualquier lugar. Ella podría ni si quiera
estar ahí nunca más. Mi cuerpo se siente como si
estuviera hundiéndose en él mismo mientras considero
que tan imposible es la misión. Que tan estúpido soy por
pensar que puedo entrar y rescatarla.
Destapo otra bebida energizante, bebiéndola.
Sé un hombre, Mark.
Pongo mi camioneta en marcha y regreso a la carretera.
Tendré una mejor idea de cuál es mi plan una vez que llegue
ahí. Seguro.
Después de quince minutos manejando. Tomo un
camino sin marcar que está circulado en el mapa que
GUARD envío. La base no puede estar lejos ahora. Apago
mis luces y manejo despacio. Hay suficiente luz de luna
para mí para que sea capaz de ver. Por unos minutos, no
veo nada más que desierto frente a mí, pero entonces
finalmente veo una alta cerca de alambre a la distancia
que se remata en alambre de púas.
Eso tiene que ser.
No parece haber ninguna puerta o camino que lleve
al perímetro de la base, así que digo una rápida oración,
lanzo un beso al tablero de mi camioneta y salgo a
atravesar el desierto, dando lo mejor de mí para evitar
cualquier arbusto y rocas y pretendiendo no
preocuparme del hecho que, por todo lo que se, podrían
haber minas o cosas alrededor de aquí.
Pero no hay ninguna, o al menos no golpeo ninguna
de ellas. En su lugar, logro ponerme a unos pasos de la
cerca y el parque. Solo en caso de que haya cámaras
ocultas alrededor, saco una gorra de baseball detrás de
mi camioneta y me la pongo bastante bajo, tratando de
ocultar mi cara lo más que pueda.
La cerca es al menos tres veces más alta que yo, y no
puedo ver la mayoría de la base por una meseta o colina o
lo que sea que la oculta. No hay ninguna luz o al menos
no afuera. Desearía haber comprado unos lentes de
visión nocturna o que GUARD me hubiera mandado algo.
Doy un vistazo tratando de averiguar que son todas las
formas oscuras con la luz de la luna. Parece que están
quemando humvees y otra clase de vehículos militares
iluminando el desierto alrededor de la base. Por lo que
puedo decir. Algo loco sucedió recientemente aquí. Algo
épico.
Me recuerda a Paraíso y la forma en que mi escuela
se vio después de que John, Henri y Seis, después de que
todos peleáramos y escapáramos de los Mogs. Esta es la
clase de mierda que pasa cuando buenos alienígenas y
malos alienígenas chocan. ¿Dónde está la Garde? ¿John
Smith estuvo aquí? Tal vez Sarah no necesita ser salvada
ahora.
Pero ella se hubiera puesto en contacto conmigo si
estuviera libre, ¿Verdad? ¿Y qué si ese estúpido John y su
otro ET amigo intentaron salvar a Sarah pero fueron
capturados?
¿Qué tal si soy la única persona que los puede sacar
ahora?
Tengo que entrar ahí. Ahora.
—Muy bien, Mark —digo— Es hora de salvar el día.
Camino alado de la cerca por unos minutos, tratando de
ver más de la base mientras al mismo tiempo me pregunto si
tenía algo en mi camioneta que pudiera hacer un agujero en la
cadena. Pero mi suerte se acaba, porque llego a una sección de
la cerca que había sido tirada abajo. Tal vez eliminada,
juzgando por las pequeñas piezas de metal tiradas en el suelo.
Esa es mi entrada.
Pienso sobre regresar a mi camioneta para agarrar
la cosa granada que GUARD envió conmigo, pero estoy
un poco asustado de que la active accidentalmente en mi
bolsillo desde que aparentemente solo hay un botón para
hacerla estallar. Probablemente la cosa más patética de la
noche seria tratar de ser un héroe y volarme a mí mismo
en su lugar, dejando a Sarah sola en una celda.
Así que en su lugar, tomo un profundo respiro y doy
un paso a través de el hoyo de la cerca.
Una vez que estoy dentro del perímetro de la base,
troto hacia unos puntos destruidos en la colina del
desierto y mirando una manera de entrar al lugar, el
cual, según los mapas de GUARD, es en su mayoría
localizado bajo el suelo. Intento mantenerme bajo y fuera
de la vista, escondiéndome detrás de un muro medio
destruido y deseando haber pensado en comprar ropa
oscura desde que mi playera Blanca probablemente me
hace destacar en la oscuridad. Pero me mantengo
moviéndome, eventualmente agachándome detrás de lo
que parece ser una torre de vigilancia colapsada.
¿Qué demonios pasó aquí?
Algunos de los edificios y vehículos alrededor del
lugar parece que han explotado todos quemados,
mientras otros parecen haber sido volados aparte por
otro tipo de fuerza. ¿Tal vez telequinesis? ¿Tal vez John u
otro de la Garde realmente estuvo aquí? El lugar parece
completamente vacío. Decomisado. La mitad de mi
cerebro dice que solo debería olvidar de intentar
encontrar una forma de entrar y volver a mi camioneta
desde que parece que no hay forma de que un mayor del
FBI o una operación Mog pudiera seguir funcionando en
esta base rota. Pero no puedo hacer eso. He llegado
demasiado lejos. Y si hay alguna oportunidad de que
Sarah siga dentro...
Creo ver una sombra moverse en la esquina de mi
ojo. Aguanto la respiración y me mantengo congelado por
lo que se siente como un largo rato, tratando de averiguar
si hay alguien alrededor. Buscando con la luz de la luna.
Pero no hay nada. El viento sopla, y yo exhalo.
Corro a uno de los Humvees quemados,
manteniéndome cerca del piso, y rodo detrás de él.
Capítulo Tres
Es extrañamente reconfortante ver a la agente Walker en
lugar de a un Mog, pero no estoy seguro de que tan
suertudo soy por la manera en la que se está burlando.
Después de haber sido arrastrado hasta la base con una
bolsa sobre mi cabeza no puedo hacer que mis manos
dejen de temblar. Las cadenas en mis muñecas no dejan
de temblar.
Es algún tipo de burla cósmica que ella sea quien
esté aquí. Como si yo hubiera viajado todo este camino
para terminar justo donde empecé. Trató de pensar en la
última vez que la vi, cuando fue a casa de mi abuela a
preguntar si sabía algo acerca de Sarah –la mañana en la
que supe que Sarah había desaparecido. Walker había
sido su rudo ser, pero hubo un momento o dos mientras
hablábamos en los que parecían dejar un poco a su rudo
ser y actuaba como un humano real. Alguien a quien le
importaba que la chica a quien tenía bajo protección
había desaparecido. Había parecido… comprensiva.
Pero no tengo ni idea de que tanta bebida-de-Mog
ha tomado desde entonces, y sé que no puedo contar con
que ella me ayude un poco. Estoy en problemas por
allanamiento, pero hay una posibilidad de que ella aun
no sepa de la computadora que tomé. Aún hay una
posibilidad de que pueda salir de esta hablando.
Tal vez.
—Uh, hola —alzo mis manos para saludar, pero eso
solo nos recuerda a ambos que mis manos están
encadenadas a la mesa.
— ¿Qué diablos estás haciendo aquí? —pregunta. Su
voz suena tanto enojada como impresionada, así que al
menos tengo esa ventaja.
—Estoy de vacaciones —digo. Estoy dolorosamente
consciente de lo patética que es esta excusa, así que
continúo hablando—. Bueno, no precisamente de
vacaciones. La Universidad de Arizona me ofreció una
beca de fútbol, así que voy de camino para allá y pensé en
parar a checar esta base de la que había escuchado en
Antiguos Ovnis o alguno de esos programas y…
—No me mientas, Mark—me interrumpe—. Eres
terrible en ello.
Intento reírme.
—No, no. Solo estoy algo nervioso por las bolsas y
eso, ¿Sabes? Este lugar parecía abandonado desde
afuera. No pensé que hubiera nadie aquí.
Su sonrisa regresa. La que siempre tenía en Paraíso.
Aquella falsa sonrisa que dice, No importa lo que
pienses, yo estoy a cargo aquí.
—Claro —dice ella—. Y ese nerviosismo no tiene
nada que ver con, oh, no sé ¿una computadora del FBI
robada?
Bueno hasta ahí llegó mi intento de hablar a mi
manera fuera de esto. Estoy arruinado. Esto me
sobrepasa tanto que apenas puedo respirar. Este hecho
debe notarse en mi cara porque ella continúa hablando.
— ¿Sabes cuál es el castigo por robar ese tipo de
información?
—No sé de qué estás hablando —murmuro. Mi voz
se quiebra un poco, como si fuera un condenado niño de
trece años. Me aclaro la garganta y trato de controlarme.
Ella sacude la cabeza.
— ¿Por qué viniste?
—Se lo dije, Estado de Arizona…
—Antes dijiste Universidad de Arizona. Los dos
sabemos que no es verdad.
Trato de mantener la calma.
—Probablemente debería llamar a alguien para
hacerle saber que estoy aquí —digo, tratando de recordar
todos los procesos que he aprendido de mi papá a lo largo
de los años—. Si me está arrestando por allanamiento,
aún recibo una llamada ¿No es así? ¿Y no debería tener
un abogado o algo así aquí?
Ante esto comienza a reír. Empieza con una risa
genuina, como si le acabara de contar el mejor chiste que
hubiera escuchado, pero hacía el final se vuelve más
triste.
—Empieza a hablar —dice—. O tendré que traer a
alguien menos comprensivo que yo para interrogarte.
Nos miramos fijamente. A estas alturas creo que no
hay nada de malo en decirla la verdad, o parte de ella. No
tengo nada más que perder.
—Estoy aquí por Sarah, sé que ustedes la tomaron.
Walker aprieta los labios. Mantiene los ojos fijos en
mí, juro que no ha parpadeado desde que se sentó.
— ¿Y piensas qué Sarah está aquí por algo que leíste
en una computadora que robaste?
—Supuestamente tú la estabas cuidando —digo
alzando la voz. Ahora lo único que puedo pensar es en lo
mucho que Walker y sus amigos agentes nos mintieron
en Paraíso. Como nos observaron, trabajaron con los
Mogs, en la manera en la que le quitaron el trabajo a mi
papá y secuestraron a la única persona que mantenía mi
cordura—. ¿Acaso no es esa la mierda que nos dijiste a mí
y a Sarah? ¿Qué te asegurarías que nada malo nos
sucediera? Debí haber sabido que todos ustedes
trabajaban para esos malditos Mogs y…
Walker estampa su puño contra la mesa que está
entre nosotros. Me callo. Deja salir una respiración y
empieza a caminar por la habitación.
—No sabía a dónde llevarían a Sarah —dice—.
Cuando pasé por tu casa buscándola, es porque
realmente estaba preocupada.
— ¿Preocupada por ella o por qué acabas de perder
una pista potencial hacia John Smith?
—Ambas —dice, volteando hacia a mí—. Si estás
aquí, significa que sabes mucho más de lo que está
pasando en el mundo que la mayoría. Al menos lo
suficiente como para saber lo malas que se podrían poner
las cosas para todos nosotros. Demonios, hasta podrías
saber más que yo en este momento después de haber
robado esa computadora.‖
Me encojo de hombros.
—La computadora prácticamente se autodestruyó.
No sé nada importante.—Estoy tan obviamente fuera de
liga, y no hay nada que pueda hacer más que disculparme
y tratar de convencer a esta mujer que solo soy un atleta
tonto. Tal vez aún no han encontrado mi camioneta y
buscado en ella—. No la tengo conmigo. Pero si me dejas
ir, puedo conseguirla y regresársela al tipo que se la
quité, ¿cómo era su nombre? Agente…
—Purdy—dice Walker. Hay un peso en su voz
cuando dice su nombre. Algo en su rostro cambia.
—Claro —digo—. El tipo parecido a un cerdo.
Me lanza una mirada que me recuerda a una de mi
abuela que solo reservaba para las peores ofensas.
—Él ya no la necesita —dice lentamente—. Está
muerto.
Guarda silencio por unos segundos, como si
intentara maquinar algo en su cabeza. Tal vez estoy
desesperado por no ser lanzado en una prisión del FBI
pero la agente Walker parece alterada porque Purdy no
esté.
—Lo lamento —digo. Porque es lo único que se me
ocurre decir.
Asiente pero se mantiene callada.
— ¿Hubo algún tipo de ataque o algo? —pregunto.
Esta suena como una pregunta acerca de Purdy, pero lo
que reamente quiero saber es algo de Sarah. Juntar
información.
—Mucho ha cambiado aquí desde hace unos días —
dice finalmente—. No estoy segura de que las cosas serán
normales de ahora en adelante. Para el buró. Para
nosotros. Rayos, incluso para la Tierra. Las cosas que he
visto…—Su mente se pierde por un momento.
— ¿Cómo qué? —pregunto.
Sacude la cabeza.
— ¿Qué voy a hacer contigo? Tengo asuntos mucho
más grandes de que encargarme e increíblemente
limitados recursos. —Se ajusta el cabestrillo y hace una
pequeña mueca—. Ya debimos haber dejado este lugar.
Es solo cuestión de tiempo antes de que ellos se den
cuenta de lo que estamos haciendo.
No sé quiénes son ―ellos‖ pero es mi oportunidad.
—Bueno…—empiezo reluciente—. Siempre puedes
fingir que nunca estuve aquí y dejar a Sarah y a mi irnos.
Empieza a rodear la mesa ignorando mi propuesta.
—Leí tu archivo en Paraíso, Mark. Eras un atleta.
No eras el mejor académicamente, pero eras excelente en
lo que te interesaba.
— ¿Gracias?
—Realmente nunca pensamos que estabas
involucrado en nada de esto. Pero entonces fuiste y
robaste la computadora de Purdy. Te has metido en un
gran predicamento. Hay otros agentes del buró tratando
de cazarte mientras hablamos. —Se para a mi lado.
—Solo tomé la computadora porque trataba de
encontrar a Sarah. —Digo. Lo que es verdad pero
también deja fuera la parte en la que soy un editor de
Ellos Caminan Entre Nosotros y en la que soy alguien
tratando de descubrir toda la información sobre los Mogs
y filtrarla al público. Lo último que quiero Es que el
gobierno se dé cuenta de que también soy
JOLLYROGER182. Como adolescente tratando de
rastrear a su ex, soy excusable, como bloguero rebelde
soy un gran y gordo blanco.
—Me imaginé eso. Pero no creo que los demás
agentes, o las personas para las que ahora trabajan, les
importe realmente. Si pensara que pudiera realmente
garantizar tu seguridad te pondría en custodia
inmediatamente. Pero ahora mismo eso estaría a la par
con aventarte a los lobos. Y no tengo necesariamente
hombres extras aquí…—Ella parece estar hablando más
consigo misma, apenas mirándome.
Trato de comprender todo lo que me acaba de decir.
— ¿Entonces usted… no está trabajando con los
Mogs?
Ella tuerce los labios en un pequeño ceño.
—Trabajo para la gente Americana —dice
firmemente—. Por un tiempo eso significó trabajara con
los Mogadorianos. Ahora no estoy tan segura.
La puerta que está detrás de mí se abre y entra otro
agente. Uno que recuerdo era sirviente de Walker en
Paraíso. Creo que su nombre es Noto. Él le susurra algo a
Walker y su postura se vuelve rígida.
—Nos moveremos a las cero ochocientas horas —
dice ella—. Quiero a todo activo que podamos quitar aquí,
cargado para entonces. No podemos no estar preparados
si las cosas van mal.
— ¿Qué hay de los agentes aún fieles a los
Mogadorianos?—pregunta Noto—. ¿Los liberamos?
—Los Mogs o el buró mandaran a un equipo una vez
que se den cuenta que esta base se ha apagado. Los
agentes estarán bien. Déjalos que se sienten y piensen
donde están sus lealtades.
— ¿Y él?
Walker regresa la mirada a mí, frunciendo un poco
los labios.
—Yo lidiaré con él—dice Walker.
Noto asiente y se apresura a salir de la habitación.
Inspiro profundamente y pruebo mi suerte de
nuevo.
—Llévame con Sarah y déjanos ir—suplico,
inclinándome hacia delante en el escritorio—. Por favor.
Solo quiero asegurarme de que está bien, si no puedes
protegernos aquí, déjanos protegernos a nosotros
mismos. Desapareceremos.
La agente Walker me mira unos segundos antes de
asentir.
—Sarah está bien —dice ella. Y dejo salir un gran
respiro de alivio—. O lo estaba cuando la sacaron de este
lugar con facilidad y destruyeron la mayoría de la base.
— ¿Ellos?—pregunto.
Ella bufa un poco.
— ¿Quiénes crees? Tus antiguos amigos que
causaron una gran escena en la secundaria de Paraíso.
John. Sarah está con John.
Capítulo Cuatro
Walker me dice que debo mantener un perfil bajo y que si
ella me ve de nuevo, ella se asegurará personalmente de
enviarme de vuelta a Paraíso. Por suerte, todo lo que ella
y los demás agentes leales a ella están a punto de hacer
debe ser más importante que mantenerse al tanto de mí.
Antes de que pueda tratar de forzar alguna información
sobre lo que está sucediendo externo a Walter, dos
agentes me empujan a través del primer nivel medio en
ruinas de la instalación. Quiero hacerles un millón de
preguntas acerca de lo que está pasando y de a dónde
quieren ir, pero el hecho de que estoy siendo liberado en
absoluto me ha sorprendido y dejado en silencio, como si
una pregunta me pudiera enviar directamente a otra sala
de interrogatorios.
Los agentes son sólo manchas negras en mi espejo
retrovisor, una silueta contra el sol naciente, en ese
momento, finalmente respiro. Entonces estoy gritando y
sacudiendo el volante y tratando de calmarme por el
hecho de que con toda seguridad podría estar siendo
torturado en una prisión secreta en vez de estar
alejándome de ella. Arrojo la mochila mensajero de
GUARD al asiento trasero, feliz de que los agentes de
Walker, o bien no les importaba que yo tuviera la
computadora de Purdy o simplemente no tuvieron
tiempo de revisar mis cosas. Estoy tan aliviado de salir de
allí, que a unos 15 kilómetros de distancia es el momento
cuando empiezo a darme cuenta de lo que eso significa.
Sarah ha sido rescatada por John, pero en realidad eso no
significa que esté a salvo, ya que su novio es un objetivo
andante ¿Qué está haciendo la Garde en estos
momentos? Todavía hay un montón de malvados
alienígenas disparando hacia ellos, por no mencionar de
los seres humanos idiotas que han decidido trabajar con
los chicos malos.
¿Qué diablos se supone debo hacer ahora?
Me dirijo a la única persona que podría tener una
pista. Le envío un mensaje a GUARD.
YO: Dulce es un fraude. El FBI lo está
abandonando. Sarah se ha ido. Creo que John y
los otros la sacaron.
Me contesta casi inmediatamente.
GUARD: ¿Entraste y saliste y nadie te vio?
Estoy impresionado.
YO: Nah, corrí hacia la agente Walker de
Paraíso. Ella me dejó ir. Creo que ella se volvió
contra los Mogs.
GUARD: Eso podría ser útil. ¿A dónde vas
ahora?
YO: No tengo ni maldita idea. No puedo ir a
casa. El FBI malo sigue buscándome.
Todo este tiempo he estado concentrado en tratar
de salvar a Sarah que lo único que vi realmente eran dos
posibles resultados: quedarme encerrado con ella, o yo
rescatándola y luego ir en una campaña anti-Mog para
ayudar a salvar el mundo. Ahora que se ha ido, mi única
opción real es tratar de encontrarla, una vez más. Le
prometí a John, cuando todo esto empezó, que la
mantendría a salvo, pero estoy haciendo esto por mí, no
por él. Quiero asegurarme de que esté bien. Además, si
ella está con la Garde, ella es la mejor conexión que tengo
con todo lo que está pasando. Lo que ella sabe puede ser
utilizado en Ellos Caminan Entre Nosotros para ayudar a
advertir a todos sobre lo que está sucediendo entre los
Mogs y la Garde. Demonios, tal vez yo podría incluso
mostrar fotos o videos de John y sus otros amigos
extraterrestres que hacen cosas locas para convencer a la
gente que lo que estamos posteando de estos malditos
aliens es real.
Pero primero tengo que encontrar a Sarah.
Y no sé ni por dónde empezar. Ella podría estar en
cualquier lugar y no tengo de otra que seguir fuera.
Mi nuevo teléfono vibra.
GUARD: Si todavía vas en serio en la lucha
contra los Mogs, dirígete hacia Alabama. Puedo
establecer una base para que puedas trabajar en
ella. Puedes tener más tiempo y hacer la
búsqueda más fácil de Sarah y John que si estás
en la carretera pasando todo el tiempo
conduciendo.
GUARD: Basta con tomar el camino largo y
permanecer fuera de vista por unos días, así
tengo un tiempo para trabajar en todo.
Y ahí está de nuevo: un Ave María pasa
impidiéndome sentirme como un ser humano
completamente inútil. Dándome mi siguiente tarea.
Le mando un mensaje de regreso.
YO: Gracias hombre.
Miro de nuevo el texto, tengo uno de esos
momentos de claridad, cuando me doy cuenta de que
estoy viajando por todo el país por la sugerencia de un
tipo que nunca he conocido con el fin de ayudar a detener
una invasión alienígena. Envío otro mensaje.
YO: ¿Me reuniré contigo en Alabama?
Estoy a unos pocos minutos antes de conseguir una
respuesta esta vez.
GUARD: No estoy seguro. Tengo algunos
asuntos personales por cuidar. Mientras tanto
deberías tratar de cambiar de auto, si puedes. El
FBI tendrá toda tu información.
Claro, solo voy a conducir hasta la próxima
concesionaria que vea y compraré uno, porque es así
como funciona exactamente el mundo.
Sacudo mi cabeza.
Conduzco hasta que encuentro un gran camino que
va hacia el este y lo tomo. Después de un rato me dirijo
más al sur que nada, pero no me importa, sólo quiero
escapar antes de que Walker decida que realmente que yo
estaría más seguro bajo su protección y envíe a sus
secuaces vestidos de negro por mí. Además, suena como
si GUARD necesita algo de tiempo para establecer
nuestra base.
Después de unas horas de conducir me empiezo a
sentir realmente extraño y un poco como que estoy
soñando, a pesar de que estoy haciendo un esfuerzo por
mantener los ojos abiertos, lo más amplio posible para
mantenerme despierto. Finalmente acepto el hecho de
que tengo que salir de la carretera y empezar a sopesar
los pros y los contras de dormir al lado de la carretera
cuando veo una señal que me dice que sólo quedan 20
kilómetros hasta Santa Fe, que sinceramente me pareció
que estaba en Nevada o Arizona y no en Nuevo México.
La geografía nunca fue uno de esos temas a los cuales les
tomé mucho interés. Por el lado positivo, Santa Fe es una
ciudad de la que realmente he oído hablar, lo que
significa que tiene que ser lo bastante grande.
Al menos, lo suficientemente grande para
mantenerme en el anonimato y encontrar un lugar para
dormir.
Antes de llegar a la frontera de la ciudad veo las
señales para los cuartos de treinta y nueve dólares de un
sitio llamado Desert Oasis, que es una sola línea de
habitaciones de motel que parecen haber visto días
mejores. Es una especie de edificio de estuco de color
rosado-marrón con esquinas en ruinas y largas filas de
camas de flores fuera de las habitaciones que están llenas
de palos y arbustos marrones que parecen como si se
fueran a desintegrar en cuanto los toques.
Teniendo en cuenta que soy una persona de interés
para el FBI, parece el lugar perfecto para refugiarse por
algunos días.
La oficina en el interior es una pequeña sala de
espera con sillas de vinilo verde rasgadas. Hay un tipo
con un gran bigote castaño, mal peinado, con lentes de
moldura de un centímetro de espesor, leyendo un libro
de bolsillo en el mostrador.
—Yo, eh, me gustaría una habitación —digo.
—Seguro —responde el hombre, apenas levantando
la vista del libro—. ¿Nombre?
—Um… –digo, porque me siento un poco fuera de
mi mente y al parecer quiere que sea bastante obvio que
estoy tratando de pasar de incógnito. Pienso en la
mensajera que me ha llamado por mi otra identidad—.
Roger.
El tipo me mira un segundo y luego niega con la
cabeza, señalando el libro sobre la mesa frente a él.
—Quiero decir, tienes que registrarte allí —dice—.
También voy a necesitar una tarjeta de crédito para
gastos imprevistos y una identificación con ella.
— ¿Qué si no tengo una? —trato de decir
casualmente mientras firmo con el nombre de ―Jolly
Roger‖ en letra cursiva, como no lo hago normalmente.
Se encoge de hombros, finalmente baja su libro
—Entonces será mejor que tengas algún otro tipo de
garantía.
Paso el pulgar a través de mi cartera,
manteniéndola por debajo del mostrador, así el tipo de
recepción no puede verla. Entonces saco ciento cincuenta
dólares, más de cien dólares de lo que cuesta la
habitación. Le deslizo los proyectos de ley en el
mostrador. El chico mira adelante y hacia atrás entre el
dinero en efectivo y yo. Entonces, finalmente me lanza
una llave.
—Habitación número cuatro —dice.
Por supuesto.
—Gracias —murmuro.
Al salir, él llama detrás de mí.
—Si haces demasiado ruido llamaré a la policía.
Malditos chicos vienen aquí a beber y siempre terminan
arriba…
Azoto la puerta detrás de mí y no escucho el final de
lo que me tiene que decir.
Además, yo no voy a hacer ningún ruido, e incluso si
lo hiciera tenía serias dudas de que el tipo fuera a llamar
a la policía. Lo más probable es que terminara
exigiéndome otros cien dólares.
La habitación es sólo una cama, una mesa y un
televisor cuadrado con falsa madera en los laterales como
la Nana mantiene la oficina de mi abuelo. El lugar es
lúgubre, y la colcha marrón es áspera, pero estoy feliz de
no estar sentado en mi camioneta o una celda de
detención. Estoy agotado, pero todavía estoy acelerado
por todo lo que ha pasado en las últimas horas, por lo que
después de asegurarme de que las cortinas estén
cubriendo totalmente las ventanas y esté puesto el
pestillo y las cadenas de la puerta, enciendo la netbook
ilocalizable de GUARD. Es más elegante que cualquier
equipo que haya visto nunca. Incluso hay un pequeño
escáner de huellas dactilares en ella. Sigo las
instrucciones que aparecen cuando el sistema se ha
iniciado y fijo que el equipo solo responda a mi huella
digital, entonces puedo acceder a mi cuenta de correo
personal. Buscando por algo de Sarah, diciéndome que
ella está a salvo. Que ella escapó y quiere hacer contacto
porque ella sabe que yo sé lo que está pasando y que
estaría preocupado por ella.
Pero no hay nada de ella. Hay algunos mensajes
spam, algunas cadenas de mensajes de mis antiguos
compañeros en Paraíso y media docena de mi familia, lo
cuales se llenan cada vez con más letras mayúsculas y
más signos de interrogación por el tiempo que he estado
fuera. Niego con la cabeza y suspiro. Yo sabía que iba a
hacer que se preocuparan cuando salí de Paraíso en
medio de la noche, pero esperaba haber estado de vuelta
pronto. O por lo menos que yo sería capaz de hacerles ver
que yo estaba con Sarah y que los dos estábamos a salvo,
tal vez incluso inventar una historia sobre cómo nos
escapamos juntos.
Pero ahora, no sé qué decirles, todas mis esperanzas
anteriores parecen estúpidas, como si nunca hubieran
funcionado realmente. ¿Cómo voy a tratar de explicar a la
gente cuando vuelva a mi ciudad natal, que recorrí medio
país tratando de localizar a mi ex novia y a un grupo de
gente de otro planeta? Empiezo a responder un mensaje
a mi padre para contarle de los Mogs y de cómo tiene que
cuidar su espalda y que probablemente deba dejar
Paraíso completamente. Pero sé que si le digo que hay
extraterrestres malvados y oficiales gubernamentales
corruptos husmeando alrededor de su pueblo,
instalándose inclusive en su oficina, el indagaría.
Comenzaría a hurgar tratando de ser el héroe. Y eso es
peligroso. Yo no quiero que se involucre. Y si los Mogs o
el FBI interceptan mis correos electrónicos o algo por el
estilo, una mención de ellos con papá, y estarían sobre él.
No quiero que resulte herido por algo estúpido que
haya hecho.
Y así contesto una respuesta que no es exactamente
una mentira, pero que en realidad no es toda la verdad.
Papá Estoy persiguiendo a Sarah para tratar de
traerla a Paraíso donde pertenece. He perdido mi teléfono. Lo siento si los asusté. Estaré en casa pronto. No te preocupes estoy bien.
Mark.
No es mucho, pero eso va a tener que ser. Lo envío y
abro un nuevo correo electrónico, uno que dirijo a Sarah,
y entonces me pongo a escribir. Todo lo que ha pasado,
todo lo que me preocupa. Al final, después de mil
palabras, le digo que si lee esto, me escriba de vuelta. Por
favor.
Envío el correo electrónico sin saber si alguna vez le
llegará a ella. Miedo de que no haya Sarah por la cual ir
detrás. Y que, al final voy a estar solo tratando de advertir
a la gente de los extraterrestres con cara de tiburón que
podrían aparecer y destruir sus vidas. Sólo seré eso, un
loco al que nadie le cree.
Sé que si me siento a esperar una respuesta, me
volveré loco. Tengo que mantener mi mente ocupada. Y
así abro mi cuenta de correo electrónico
JOLLYROGER182 que está conectado a Ellos Caminan
Entre Nosotros. Esto es algo en lo que me puedo enfocar.
Algo para ocupar mi tiempo y energía cuando no estoy
conduciendo o tratando de averiguar cómo comunicarme
con Sarah. Además si puedo ayudar a correr la voz acerca
de los Lorics y los Mogs, de una manera en la que
realidad podría estar ayudando. Marcando la diferencia.
Hay alrededor de doscientos mensajes no leídos,
consejos y comentarios en mi bandeja de entrada. Me
hago paso a través de quince, pero encuentro un correo
descabellado de una comunidad de aspecto extraño en un
suburbio de súper ricos en Maryland, quiero darle
seguimiento antes de pasar a la cama.
Duermo por el resto del día y la noche,
completamente agotado. Me levanto un poco antes del
mediodía, tomo una muy necesaria ducha, y luego paso
una hora o dos tratando de darle sentido a lo que GUARD
me envío. Enchufo la unidad de salto en la computadora
de Purdy y golpeo el botón de encendido. El equipo
realmente empieza a hacer ruido por primera vez desde
que murió en el restaurante y mi pulso se empieza a
acelerar.
Sí, GUARD, tu genio hijo de…
Pero lo único que aparece es una pantalla completa
de comandos que parece estar en un idioma extranjero
mezclado con grandes listas de números. Tengo miedo de
que hurgar demasiado acabará haciendo que la cosa se
bloquee de nuevo, así que sigo las instrucciones de
GUARD cuidadosamente, ejecutando una serie de
pruebas o algo en la máquina utilizando la unidad de
salto. Pero no pasa nada, sólo una serie de galimatías que
no puedo entender.
Mientras tanto, vuelvo a la netbook y escribo en el
blog un post sobre lo que he estado pensando desde que
vi el Mog en la oficina de mi papá y descubrí que el FBI
estaba trabajando con los alienígenas equivocados. No
tengo ninguna prueba, sólo una dura historia, pero puedo
exponer a los lectores ECEN todas las cosas que sé que
son verdad.
Al segundo después de publicar en el blog suena un
golpe en la puerta. Salto sobre mis pies, en busca de la
granada rara que GUARD me había enviado, cuando
escucho una voz de fuera.
—Oye Roger —dice el tipo del motel—, la salida es
en diez minutos, a menos que quieras pasar otra noche
con los mismos honorarios.
Recojo mis cosas y salgo a la carretera.
Capítulo Cinco
Viajo por un par de días, formando una especie de rutina.
En El Paso, cambio mis matrículas del auto por unas de
Texas cuando veo una camioneta parecida a la mía en un
estacionamiento de McDonald’s, recojo suministros; un
cepillo de dientes, una caja de bebidas energéticas,
algunas ropas oscuras en caso de que termine
escabulléndome en la noche de nuevo; en una farmacia
en una ciudad Podnuk cerca de la frontera. Los moteles
se vuelven mi nuevo hogar, porque allí las personas no
hacen preguntas o parece importarles que me registre a
horas extrañas. También dinero en efectivo ha sido
bastante bueno para comprar mi anonimato con ello.
Conduzco hacia Alabama intentando evitar ir a grandes
ciudades, o a cualquier lugar donde pienso que podrían
asentarse los agentes del FBI. Mantengo mi radio
encendida en las estaciones de noticias las 24 horas,
escuchando por cualquier cosa que podría estar
relacionado con Mogs. Cuando no estoy conduciendo
intento encontrar información de la computadora de
Purdy, pero ninguno de los sistemas en el pendrive de
GUARD ha sido capaz de hacer que la maldita funcione.
Cada noche antes de dormir le envío un email a Sarah.
Ella no ha respondido.
Cuando estoy en la carretera tengo un ojo en el
espejo retrovisor porque no importa cuán cauteloso creo
que estoy siendo o cuan buenos sé que son los
dispositivos de GUARD, no puedo evitar sentir que estoy
siendo seguido. Paso mucho tiempo diciéndome a mí
mismo que estoy delirando. A veces extraño ser
simplemente el quarterback idiota que no tenía idea de
qué sucedía en el resto del mundo, o incluso en mi propio
patio trasero. Al menos no estaba conteniendo mi
respiración cada vez que alguien me sobrepasaba en la
vía por miedo a que fueran Mogs o el FBI intentando
sacarme de la carretera.
Paso mucho tiempo deambulando por Texas,
enviando mensajes a GUARD en ocasiones para darle
noticias de dónde estoy. Él arregla que me llegue otro
paquete de cuidado, o a Jolly Roger, más específicamente
y lo recupero del mostrador principal de un motel en
Abilene. Suficiente para mantenerme alimentado y
protegido por un poco más. Además de eso él ha estado
en silencio radial, respondiendo los mensajes o emails en
momentos extraños, si es que los responde. Lo que sea
que le está pasando, su vida debe ser bastante frenética.
Sólo espero que pueda tener lista la base pronto para que
podamos empezar a hacer trabajo de verdad.
Y para que pueda saber quién es.
Apesta tener que estar atrapado en mi camioneta o
en el mohoso cuarto de motel la mayor parte del tiempo,
así que salto entre cafeterías y restoranes algunas horas
en la tarde para poder pretender que tengo una especie
de vida normal, e incluso entonces, sólo paro en lugares
que están vacíos y tienen mesas recluidas atrás. Media
semana o algo así después de empezar mi camino hacia
Alabama campo fuera de una parada de camiones a la
salida de Dallas, ese tipo de lugar con asientos de bar
pegados a una barra y una docena de pies diferentes en
exhibición. En una cabina de la esquina hago múltiples
tareas: viendo la tv en mute que está sobre el mostrador y
que muestra un canal de noticias, respondiendo a los
emails de ECEN en mi portátil y manteniendo un ojo en
los sistemas de GUARD trabajando en la computadora de
Purdy. No estoy seguro de todo lo que tenía GUARD
instalado en el USB que me envió, pero la pantalla de la
laptop robada sigue pestañando con líneas de código que
no significan nada para mí. Espero que eso signifique que
los programas están funcionando y podré usar la
computadora de nuevo pronto para poder indagar por
información.
La mesera viene.
— ¿Puedo traerle algo más? —pregunta ella.
—Tomaré un relleno —digo asintiendo hacia mi taza
de café pero manteniendo mis ojos en la pantalla.
— ¿Estás seguro de ello? —Pregunta.
Hago una pausa y la observo. Es lo suficientemente
mayor para ser mi madre y sus cejas están arrugadas
juntas.
—Es sólo que, esta es tu quinta taza y…—no sigue,
pero sus ojos se posan en mis dedos. Ellos descansan en
mi teclado, pero están temblando por la cafeína. Y puedo
sentir la sangre pulsando detrás de mis ojos.
—Tengo mucho trabajo que hacer —digo—. Tomaré
otra.
Ella se encoge de hombros y se va, me froto los ojos.
Probablemente parezco una persona loca o alguna clase
de adicto que merodea las calles. He estado quedándome
despierto hasta que literalmente ya no puedo mantener
mis ojos abiertos, luego despertando ante sueños de
Mogs y agentes del FBI irrumpiendo en mi cuarto de
motel a sólo unas horas de dormir.
Empiezo a volver a mi computadora cuando noto las
noticias exprés que se reportan en la TV. Algún edificio
en Chicago, llamado el John Hancock Center está en
llamas. Casi ignoro todo el hecho para seguir trabajando
en cosas del blog de ECEN. Y luego lo veo, en la esquina
inferior del cuadro. Allí en el techo de edificio en llamas,
evidente para cualquiera que lo haya visto antes: un arma
Mogadoriana. La que parece un cañón e hizo estragos en
una escuela de Ohio.
Este no es un incendio accidental. Los Mogs son
responsables por lo que sea que esté pasando en Chicago.
Eso sólo puede significar dos cosas: o los Mogs
estaban usando el edificio como base, o sus enemigos lo
estaban haciendo. Lo que significa: la Garde estaban ahí.
Lo que significa que Sarah podría haber estado allí.
—Súbale el volumen a eso —le digo a nadie en
particular. Cuando nadie responde, hablo de nuevo, más
fuerte—. ¿Puede alguien subirle el volumen?
El puñado de personas sentadas en el mostrador me
mira como si fuera un idiota.
— ¡Esto es una emergencia!
—Oye chico —dice un tipo grande usando una gorra
de camionero. Parece una copia de Larry de Cable Guy.
Asiente hacia mi cabina—. ¿Por qué no simplemente lees
de ello en una de tus computadoras y nos dejas aquí que
disfrutemos la tarde?
La ira se extiende en mí, y por un breve segundo,
pienso en saltar de mi cabina y gritarle al tipo, pero hay
cosas más importantes sucediendo ahora.
Además, tiene un buen punto.
Mis dedos vuelan por el teclado mientras escaneo
las noticias en desarrollo por nuevas historias de lo que
sucede en Chicago. Aunque hay poca información.
Eventualmente, encuentro un video en vivo y conecto mis
audífonos con la esperanza de que lo que digan me dé
más detalles de la situación. Lo que muestra el video
tomado desde un helicóptero es humo saliendo del
edificio de nuevo, y desearía saber cómo grabar un video
desde mi pantalla. Guardo un montón de fotos antes que
el video se corte y vaya de nuevo a una mujer hablando
en un estudio de televisión acerca de que los informes
iníciales sugieren que el incendio es resultado de un
problema eléctrico.
Claro, eso definitivamente explica por qué hay una
pistola alienígena en el techo.
Tengo que decirles a mis lectores la verdad. El
mundo necesita saberlo. Si los Mogs tienen las bolas
suficientes para atacar un edificio en medio de Chicago
¿Quién sabe lo siguiente que nos tienen preparado?
Me conecto a Ellos Caminan Entre Nosotros, y
escribo lo que es probablemente un post lleno de errores
de escritura acerca de lo que está sucediendo en Chicago,
o al menos lo que he podido reunir de lo que están
diciendo los medios y los videos que he visto. Incluyo un
par de capturas de la pistola Mog diciendo que es más
que obvio que todo esto es más que una falla eléctrica o
algo. Y al final del post pido a cualquiera que esté leyendo
que tenga cuidado y empiece a buscar cualquier actividad
sospechosa en sus propios pueblos y ciudades. Porque
por lo que sabemos, esto podría ser el comienzo de una
invasión a gran escala. Luego subo el post con un título
que espero llame la atención de la gente. ―Ataque Mog en
Chicago: ¿Es esta la hora cero?‖
Al segundo que aprieto publicar, alguien toca mi
hombro. Estaba tan en la zona que ni siquiera noté que
alguien estaba detrás de mí, salto tan alto que mis
piernas golpean la mesa. Mi taza de café tiembla y
algunos cubiertos caen al piso. La mesera se aleja unos
pasos de mi antes de lentamente pasarme la cuenta.
Me doy cuenta que hay otras personas en el lugar
mirándome. Quizás porque acabo de saltar. Quizás
porque grité que subieran el volumen ates.
Jesús, Mark, relájate y sal de aquí antes que causes
una escena.
Tomo un respiro profundo y comienzo a reunir mis
cosas, dejando un poco de dinero en la mesa. Mientras
me voy, le mando un mensaje a GUARD, diciéndole que
mire lo que he posteado, las cosas se están yendo al
demonio.
Es sólo después de que he mandado el mensaje que
mi adrenalina empieza a bajar y es remplazada por un
sentimiento diferente, el miedo de que Sarah pudiera
haber estado en Chicago. Podría haber estado en esa
batalla.
De vuelta en mi camioneta, abro mi portátil para
enviarle un email rápido.
Sarah, por favor, sólo encuentra una
manera de hacerme saber que estás a salvo.
Capítulo Seis
La historia de Chicago crece en el transcurso de unas
pocas horas. La sección de comentarios esta que explota.
Un tipo en las afueras de Oregon postea las capturas de
pantalla de lado-a-lado de la filmación original del
noticiero y las más recientes transmisiones que tienen de
las armas Mog digitalmente eliminadas, como si nadie a
se diera cuenta de que editaron el material del archivo.
Pero los seguidores de ECEN si lo han notado. Y como las
visitas al artículo continúan aumentado, el mundo se
muestra. El mundo "encubierto" comienza a ser arrojado
a luz. Y la gente empieza a cuestionarse porque los
medios de comunicación editarían el material del
archivo. Todo debido a la publicación del blog.
Hice algo bueno.
Nadie en las noticias ha mencionado porque el
material del archivo ha sido alterado. Obviamente.
Supongo que los Mogs también se han infiltrado en los
medios de comunicación. Todas las cabezas parlantes
siguen diciendo que no hubo víctimas, pero yo no les
creo. Me preocupa la Garde, nuestra única real esperanza
está en contra de los Mogs, se han ido y Sara ha sido
arrastrada con ellos. Y cuando pienso en ello, toda la
emoción que tengo con las publicaciones del blog va
desapareciendo poco a poco. Eso solo un tiro en la lucha
intergaláctica. Un juego de niños.
Me las he arreglado para ponerme en contacto con
GUARD. El piensa que la historia de Chicago es genial y
me dice como mantener el buen trabajo.
Mi suerte continúa más tarde después de pasar la
noche en la parada de camiones cerca a Dallas en el
centro de Luisiana. En un motel a las afueras de un
suburbio de Shreveport. Hay un gran avance con el
computador del FBI, el parpadeo, los códigos de
funcionamiento han desaparecido, y de repente el
computador muestra un escritorio normal. El archivo
ProMog sigue desaparecido, pero el computador por sí
mismo está en marcha y desbloqueado entonces puedo
leer todos los últimos mensajes del Agente Purdy ha
recibido en su computador, la cosa que me llevo a Sara
para empezar. Solo que, nunca tuve tiempo para revisar
la mayoría de los mensajes antes de que cerré la
computadora.
Esto es algo de la vida real de un hacker
impresionante que realmente puede hacer la diferencia.
Copio tantos archivos de la base de datos como
puedo. Una y otra vez Purdy mantiene una conversación
sobre un secretario, y por primera vez en veinte emails o
más, estoy bastante convencido de que está golpeando a
su asistente o a algo. Entonces me golpeo con una cadena
de oro entre Purdy y alguien de que nunca he oído que
firma sus correos con una simple ―D‖. D escribe:
El secretario de Sanderson está reaccionando extraordinariamente a los procedimientos. Intel sugiere que muchos objetivos de alto perfil se unirán a la causa cuando vean los resultados.
Ah, ¿qué?
Busco en línea Secretario Sanderson y me siento
como un total imbécil cuando me doy cuenta que no era
un ―secretario‖ lo que Purdy mantuvo referenciado en sus
emails, sino a la letra capital –S: ―Secretario‖. Como el
secretario de defensa Bud Sanderson.
La corrupción Mog va más arriba en el gobierno,
que lo que pensábamos.
Leo rápidamente los otros mensajes, cuál era la
referencia de las más raras inyecciones que Sanderson
tenía para parecer más joven. Al principio no pude
entender porqué todo el mundo está preocupado por la
cirugía plástica, hasta que leo bastantes mensajes donde
me puedo dar cuenta de que estos procedimientos deben
involucrar a los Mogs. Sanderson se está llenando con
mierda alienígena que aparentemente lo hace ver veinte
años más joven que lo que realmente es. Busco imágenes
de Sanderson en internet y no puedo encontrar ninguna
foto de hace un año o dos. En la más reciente que puedo
encontrar, es de aspecto viejo, como un tipo que parece
que no ha visto el interior de un gimnasio desde los 50.
Trato de darle sentido a lo que esto significa. Si
alguien de lo alto de la cadena alimenticia del gobierno
está involucrado, me pregunto si el presidente puede
estar en esto. O incluso líderes de otros países. ¿Podrían
los Mogs estar trabajando encima de otras naciones como
lo hacen con Estados Unidos?
Le envió un mensaje a GUARD sobre esto,
preguntándole si él tiene alguna manera de hackear la
computadora del secretario, aunque supongo que debe
estar escondido detrás de millones de servidores de
seguridad del gobierno o lo que sea. Tal vez él sea capaz
de encontrar una foto reciente del secretario para así
poderla comparar. GUARD últimamente no ha sido el
mejor respondiéndome, pero esto podría ser enorme.
Empiezo a estar preocupado de que GUARD de alguna
manera haya sido capturado, y sin él… ¿Qué podía
empezar a hacer? Estaría jodido, que si ellos encontraron
a GUARD, seguro me encontrarían como el infierno.
Y luego está Sara. Mi única otra amiga en este lío. A
pesar de que tengo miedo que haya sido capturada en lo
que sea que pasó en Chicago, espero lo mejor y escribo mi
mensaje diario para ella, contándole sobre el secretario.
Espero que ella esté recibiendo estos mensajes. Espero
que esté en algún lugar segura y que esté usando la
información que le envío para ayudar a la Garde. Para
ayudar a la Tierra. Incluso si ella no puede volver a mí.
Después de escribirle, empiezo a leer más mensajes
de Purdy hasta que me quedo dormido con mi portátil
bajo mi pecho. Luego, a mitad de la noche, estoy
despierto sacudido por un chirrido electrónico. Al
principio pienso que viene del computador encima de mí,
pero toco las teclas unas cuantas veces y me doy cuenta
de que el computador está muerto porque nunca la
enchufé para cargar. Entonces reconozco el ruido: es la
alerta de un mensaje de texto en mi quemado y viejo
teléfono, el que ha estado flotando en el fondo de mi
maleta desde que GUARD me envió uno nuevo. Voy hacia
afuera y doy un suspiro de alivio.
GUARD finalmente me escribió.
GUARD: Hey
Yo: Amigo. ¿Dónde has estado? ¿Porque has
estado enviando mensajes de este teléfono?
GUARD: Larga historia. Perdí todos mis
contactos. ¿Dónde estás?
Yo: Fuera de Shreveport.
GUARD: Perfecto. No estoy lejos. Reúnete
conmigo.
Me: ¿Qué? ¿Cuándo?
GUARD: lo antes posible.
Y luego en el siguiente mensaje viene una dirección.
Es un lugar en el otro lado de Shreveport, junto a la
autopista.
Son las tres de la mañana, pero estoy de repente
despierto con el alivio de que GUARD está bien, y
avivado porque al fin voy a conocerlo en persona. Tengo
todas mis cosas juntas, me dirijo a la camioneta y acelero
hacia el otro lado de la ciudad. Como siempre, mantengo
un ojo fuera por cualquiera que tenga la intención de
seguirme, tomo unos desvíos y giros adicionales antes de
eventualmente parar en frente de la dirección que
GUARD me envió. El edificio luce como un almacén
abandonado, las ventanas en su mayoría rotas o con
pintas. El exterior es de ladrillo de color claro cubierto
con una capa tras otra capa de grafiti.
Esto es muy rudo, pienso. Apuesto a que tiene un
refugio de alta tecnología aquí o algo así.
Me estaciono, deslizo mi maleta por encima de mi
hombro y salgo. Estoy a unos pasos del edificio cuando
mi bolsillo empieza a sonar. Es mi nuevo celular, el que
GUARD me envió. La llamada entrante esta como
bloqueada, que, teniendo en cuenta quien debe estar
llamándome, no es una sorpresa.
Golpeo el botón de contestar y troto hasta el
almacén.
—Tú, hombre.—Digo. Tiro de la gran puerta de
metal de la entrada. Hago ruido, el sonido desgarrador
del eco a través del oscuro edificio—. ¿Dónde estás?
—Nuestra conversación ha sido comprometida—una
voz dice. Es electrónica, computarizada. GUARD debe
estar enmascarando su identidad, otro altavoz del
teléfono la ha cagado. La voz esta tan extraña que me
tomo un segundo para registrar lo que él dice.
—Amigo, ¿sobre qué estás hablando? —doy unos
pasos dentro del almacén, usando la linterna del viejo y
quemado teléfono. Solo ilumino el espacio donde delante
de mis pies. Retrocedo totalmente a las casas embrujadas
y los paseos en carruaje por los maizales de Halloween en
Paraíso—. ¿Aun estas ahí? ¿Hay algún interruptor algo
así? Estoy aquí para…
—Escúchame: alguien está vinculado a tu antiguo
teléfono, —dice la voz electrónica—. Nunca envié un
mensaje. Es una trampa. Necesitas salir. ¡Ahora!
Estoy congelado. No solo porque mi cerebro está
intentando procesar las palabras de GUARD, sino porque
la luz del otro lado del quemador ha iluminado un par de
botas negras. Alguien parado a pocos metros delante de
mí. Como el teléfono contra mi oreja está en silencio,
levanto mi mano desocupada hasta que ya estoy mirando
el cañón que sostiene una mano. El mismo tipo de arma
de fuego que vi en el techo del edifico en Chicago. Un
hombre de traje negro lo sostiene. Su dedo oprime algo a
un lado del arma, y la pistola se enciende con un
profundo color púrpura. Me rodea, media docena de
luces idénticas encendidas.
Estoy jodido.
Todo sucede realmente rápido. De repente hay una
gigante sobrecarga de luces a lo largo del almacén. Siete
agentes de pie me rodean en un círculo. Supongo que
debe ser el FBI que me ha encontrado, o los Mogs tienen
una buena jugada humana.
—Deja lo que está en tus manos—alguien grita.
Vacilo, pero luego siento algo frío y metálico contra la
parte posterior de mi cabeza, y abro mis dedos, dejando
caer ambos celulares al suelo.
—Mark James —uno de ellos, un hombre, no dice
nada y da un paso adelante, manteniendo su arma en mi
dirección—. Estas en el fondo de la mierda.
Mi cabeza comienza a dar giros, un millón de
pensamientos y preguntas y miedos explotan todos de
una vez. ¿Cómo pudieron encontrarme? ¿Qué saben ellos
que yo no sé?
—Pareces sorprendido —dice el hombre—. Pero has
sido descuidado, niño. Encontramos un video tuyo
comprando un celular desechable. Esas grabaciones
fueron muy útiles, pero qué fácil puedes ser
comprometido y rastreado una vez que tenemos el
modelo y numero de celular.
—Los mensajes… —murmuro.
—¿Piensas que el FBI no puede enviar algunos
mensajes de texto falsos? Para alguien que quería robar
los mejores materiales secretos, nos imaginamos que
sería más inteligente.
Maldición. Debí haber eliminado la grabación
afuera. ¿Cómo puede ser tan estúpido?
Me pregunto si ellos leyeron todos mis viejos
mensajes del celular. Intento pensar en mis
conversaciones pasadas con GUARD. Mierda, ellos deben
saber que soy también JOLLYROGER182.
Nunca debí haber respondido a esos textos desde el
portátil.
—No sé de lo que esta… —empiezo.
—Guárdalo para el interrogatorio—dice el hombre.
Sus labios se curvan en una sonrisa de satisfacción.
La palabra interrogatorio enciende algo en mi
cabeza, y hago un intento desesperado por salir de esta
cosa. Doy gritos, sacudiendo mi cabeza.
— ¿Tiene alguna idea de lo que realmente está
pasando aquí? —Pregunto, dando un paso hacia el
hombre que habla conmigo. Veo su dedo apretado el
gatillo, trago saliva y trato de no ensuciar mis
pantalones—. Estoy trabajando encubierto para el equipo
de la Agente Walker. Ella me reclutó en Paraíso. Estoy
siguiendo un… ciberterrorista. Toda esta cosa con el
computador era para demostrar que no estoy trabajando
con ustedes. Van a arruinar mi infiltración.
Puedo ver algo en sus ojos que me dice que él está
realmente pensando que probablemente sea verdad. Aun
así, no baja su arma.
—La Agente Walker ha estado fuera de contacto por
días. Ella está siendo etiquetada como una traidora a…
—No tienes idea de lo que pasó en Dulce—digo,
interrumpiéndolo—. Purdy está muerto. Ella está
llevando a su equipo encubierto para hacer algo... —
Lucho—trabajan en una operación en la oscuridad.
Rezo para que algo oscuro sea una cosa real.
La sonrisa del agente se desvanece, y puedo ver
algunos de los otros viendo para atrás y así
sucesivamente el uno con el otro hasta donde me permite
mi visión periférica. La cosa es, que probablemente
podrían solo tomar, como, una llamada telefónica para
averiguar que los estoy tomando del pelo. Necesito salir
de esto lo más rápido posible como pueda.
Únicamente, actuando como un imbécil alrededor
de estos tipos mi pulso sube. Estoy empezando a sentir
un poco como mi viejo yo de nuevo. Como cuando estaba
en la escuela de Paraíso y molestaba a los de primer año o
hacia tropezar a chicos nuevos. Cuando nadie se atrevía a
meterse conmigo.
—¿Dónde está Walker ahora? —pregunta el agente.
Hay una atisbo de sonrisa en su cara, y me
desmorono cuando me doy cuenta de que si compra mi
historia, si el gobierno piensa que Walker es una traidora,
este agente probablemente imagina todos los premios y
honores que le habrían dado a él por entregarla.
—Eso es información clasificada. —Digo, intentado
no flaquear mi voz.
—Está bien. Tengo el presentimiento que vas a ser
desclasificado muy pronto. —El agente asiente hacia uno
de los otros—. Sácalo de aquí.
Eso es cuando veo algo grande, una camioneta
negra se parquea al otro lado del almacén, cerca de la
puerta.
—Espere—prácticamente grito mientras dos de los
agentes agarraron mis brazos. Intento quitármelos de
encima, pero uno de ellos clava un arma en mi espalda.
El otro tira mi maleta de mi hombro y se la entrega a
alguien. No puedo creer que ellos vayan a tener en sus
manos mis computadores, mis notas, la extraña
granada...
—Guárdalo, niño —alguien dice.
—No —digo. Mi mente está corriendo. Aunque yo
lucho con los agentes que me sostienen, hay demasiados
aquí. No hay manera de regresar a mi camioneta. No, sin
que algo loco ocurra.
Así que me pongo un poco loco.
—Hay un radiofaro direccional—digo—. En mi
maleta. Es una señal de emergencia en caso de que me
inmovilizaran. Todo lo que tiene que hacer es
presionarlo, y Walker estará aquí en una hora. Ella le
contara la misma historia.
El líder me mira, luego algunos otros agentes.
Después de algunos segundos, él camina y coge mi bolso
de otro de traje.
—Eso, uh, tecnología Mog, por lo que parece un
poco raro —digo y empieza a hurgar en mis cosas. Tomo
nota de que no se ve confundido en absoluto cuándo digo
Mog. Claro que no. Él está usando sus armas, después de
todo. Me preocupa si no se da cuenta que ellos son los
chicos malos de verdad, o simplemente no le importa.
Finalmente, se saca un pequeño cilindro cubierto de
símbolos extraños.
—Sólo tienes que oprimir en parte superior.—
Agrego.
Él mira hacia abajo con el objeto en sus manos por
unos segundos y luego se mueve hacia la furgoneta.
—Llévalo de regreso a la sede. —Dice él—. Llama a
los refuerzos. Quiero que esté asegurado el perímetro.
Estamos hablando de la Agente Walker para interrogar.
Los dos agentes a mis lados empiezan a arrastrarme
hacia la furgoneta.
— ¡No!‖—Grito. Si me meten en la camioneta, nunca
podré ver el mundo de afuera de nuevo—. ¡No pueden
hacerme esto! Déjenme estar aquí para esperar por…
Algo duro golpea la parte de atrás de mi cabeza y me
calla. Mi visión empieza a nublarse.
Niego con la cabeza y miro hacia atrás al agente que
tomó la granada. El únicamente siente curiosidad. Y
luego lo hace, presiona el botón. Escucho el clic, seguido
por unos bips electrónicos. Empieza a alejarse de la
granada confundido.
—Que demo…—empieza.
Reúno toda la fuerza dentro de mí, cada peso
levantado y cada enojo y el placaje que practiqué, y me
libero de los apretones de los agentes.
Me golpeó en el piso de cemento justo cuando la
granada se apaga.
Capítulo Siete
La onda de conmoción pasa sobre mí y me presiona sobre
el piso de concreto con tanta fuerza que temo que mis
costillas vayan a romperse. No hay fuego, sólo presión,
como una fuerza telequinética empujando cualquier cosa
lejos de la explosión. Agentes vuelan por el aire. Las luces
se apagan casi de inmediato. Todo a mí alrededor, está el
sonido de cristales rompiéndose conforme la fuerza de
las armas hace añicos las ventanas del edificio y de las
camionetas.
Y entonces se acaba. Probablemente hubiera creído
que todo aquello era bastante impresionante si no
hubiera estado en medio de ello.
Me pongo de pie lo más rápido que puedo y corro
hacia el rectángulo de luz de la luna, dónde habían estado
antes las puertas delanteras, la explosión debió haber
soplado hacia afuera. Todo en mi cabeza es borroso,
como si me hubiera golpeado dentro de una bocina.
Puedo oír a la gente gimiendo y moviéndose por el resto
del edificio, pero no puedo decir en dónde están algunos
de ellos o qué tipo de heridas tienen. Todo lo que puedo
hacer es correr.
Estoy casi en la puerta cuando me doy cuenta de
que no puedo irme sin mi mochila. Tiene mis
computadoras y mis notas, realmente todo, en ella.
Incluyendo mis llaves.
Afortunadamente la explosión reventó todas las
ventanas sucias y las tablas que habían estado cubriendo
la mitad de ellas, por lo que por lo menos hay un poco de
luz de la luna y solo me lleva un minuto localizar la
mochila mensajera. Aparece amontonada con un montón
de escombros. Pero este desvío es tiempo suficiente para
que algunos de los agentes se pongan de pie, puedo oír
sus botas golpeando el suelo de cemento. Lo cual es
genial porque eso significa que no maté a nadie por
accidente, pero también significa que estoy un paso más
cerca de recibir un disparo, ser detenido o ambos. Corro
hacia la puerta. Sólo tengo que salir y llegar a la
camioneta.
El agente de pasos de plomo se pone delante de la
puerta cuando estoy a pocos metros de distancia. Él
sostiene su arma apuntando directamente hacia mi
pecho.
—Tú, petulante pequeño imbécil —dice—. ¿No
sabías que robar inteligencia clasificada se considera
traición?
Él baja la pistola a mis piernas y aprieta el gatillo.
Me preparo para el impacto listo para que mi rodilla sea
destruida. Todo se ha terminado ahora.
Sólo que no pasa nada. Lo veo apretar el gatillo una
y otra vez, pero no hay ninguna bala o láser o, incluso,
alguna voluta de humo. Sólo un clic cada vez que intenta
asesinarme. Es entonces cuando me doy cuenta que la
pistola no se ilumina más. Doy una mirada rápida
alrededor y no veo ninguna de las luces moradas por
ningún lugar. Lo que haya sido esa granada debió
haberse metido con las armas Mogs.
Lo que significa que lo único que se interpone entre
la libertad y yo, es un hombre desarmado.
El agente principal todavía está tratando de apretar
el gatillo cuando me lanzo hacia adelante. Puede que no
sea el mejor espía o geek de la computadora o mentiroso,
pero lanzo endemoniadamente bien un gancho derecho.
Todas las peleas que me metía en Paraíso me enseñaron
eso. Y mientras John Smith pudo haber sido capaz de
patear un trasero con su kung fu alienígena, este tipo en
gran medida es un ser humano. Él trata de moverse pero
es demasiado lento y mi puño conecta con la parte
inferior de su mandíbula. Cae como una piedra y al
tiempo en que realmente golpea el suelo, ya estoy
saltando sobre sus piernas y luego corriendo por las
escaleras, hurgando en mi mochila con una mano
mientras hago una línea recta hacia mi camioneta.
Estoy encendiendo el motor cuando se dispara el
primer tiro, el resto de los agentes debió darse cuenta que
las armas Mogs no funcionaban y tomaron sus armas
normales. Escucho el rebote de la bala en el capo de
metal. Luego hay otro y rompe mi parabrisas trasero.
—¡Mierda! —grito, agachándome tanto como me es
posible. Cambio de velocidad y piso el acelerador con mi
pie derecho conforme escucho que más tiros pasan
zumbando a través de mi puerta trasera. Creo que estoy
fuera de peligro cuando de repente siento un dolor
ardiente en mi brazo izquierdo, haciendo que gire y casi
choque contra un poste de cemento. Miro hacia abajo y
veo sangre fluyendo a través de la manga de mi camisa.
Oh por Dios. Acabas de recibir un disparo Mark.
Santa mierda.
Creo que la bala sólo me rozó, pero todavía duele
como el infierno y hay una gran cantidad de sangre.
Mientras derrapo en la carretera, mantengo un ojo en el
espejo retrovisor, encuentro una playera sucia de la parte
trasera de la cabina y la envuelvo para tratar de detener
la hemorragia. Me alegro de que el sol no haya salido
todavía. Es primera hora de la mañana, no hay casi nadie
en la carretera que note mi terrible forma de conducir
mientras trato de averiguar qué tan lesionado estoy
mientras el viento ruge dentro de mi camioneta gracias al
parabrisas trasero roto.
Después de diez minutos más o menos, tomo una
salida al azar y entro a un vecindario. Me imagino que si
el FBI pidió refuerzos o la policía o cualquier cosa la
carretera es el primer lugar en el que buscarán y una
camioneta llena de balas, que le falta el parabrisas trasero
no es exactamente el tipo de cosas que puedes ocultar
fácilmente de un helicóptero de la policía en una
carretera desierta. Paso zumbando por las calles oscuras,
tratando de llegar los más lejos del centro de la ciudad
que pueda.
Conduzco y trato de no enloquecer por completo.
Mi corazón late en mi pecho tan duro que temo tener un
ataque al corazón, lo que sería la mayor broma jamás
vista, ya que he sobrevivido a peleas con el FBI e
invasores alienígenas; pero al final la emoción era
demasiada para mí y mi corazón explotó en algún
pueblito de mala muerte en Luisiana.
Quiero mandarle un texto a GUARD para decirle
que estoy bien, pero justo me he dado cuenta que he
dejado mis dos teléfonos atrás, en el almacén. Además mi
netbook está muerta.
Estoy completamente solo ahora.
La camisa alrededor de mi brazo al menos parece
haber detenido la hemorragia, por ahora, así que puedo
seguir conduciendo y tratar de darle sentido a lo que
acaba de suceder y no vomitar, que parece ser algo que
podría hacer en cualquier momento. Walker tenía razón:
no todo el mundo en el FBI es tan inteligente como lo es
ella. No está luchado dentro de la Oficina. Y si el FBI se
está rompiendo en facciones podría ser como otras
agencias gubernamentales a través del país ¿verdad? Tal
vez incluso del mundo. En primera instancia este
pensamiento me emociona, saber que personas no sólo
están siguiendo ciegamente a los Mogs. Pero luego me
doy cuenta de que si estamos luchando entre nosotros,
les va a ser más fácil hacerse cargo de la Tierra cuando
terminen con los Lorics. Lo que necesitamos es una
defensa sólida. Un frente humano unido.
Necesitamos el soporte de la Garde.
Sarah. ¿Dónde estás?
En algún lugar a las afueras de un suburbio noto el
primer indicio de humo saliendo de debajo del capó de la
camioneta. Me digo a mí mismo que probablemente es
polvo o algo así, pero después de unos cuantos kilómetros
hay más humo o vapor saliendo de los agujeros de bala.
El hecho de que incluso tengo agujeros de bala en mi
capo es un buen indicador que algo se ha arruinado en el
interior.
—No, no, no, no. —Digo. Inicio en un susurro pero
cada palabra se hace más fuerte hasta que me encuentro
gritándole a la camioneta.
Cuando el motor comienza a hacer un ruido empujo
hasta un estacionamiento de un centro comercial
siguiendo el camino hasta que consigo llegar a la parte
trasera de una tienda de licores y la camioneta muere.
Tengo suficiente impulso para ocultarla detrás de una
pared de contenedores de basura. Cuando levanto el capo
empieza a arrojar humo hacia afuera.
No hay manera de que sea capaz de arreglar esto.
Estoy completamente abrumado. Perdido. No hay
teléfono, ningún ordenador. Con una herida de bala.
Y nadie en el mundo sabe dónde estoy.
Dejo caer el capo hacia abajo. La ira, el miedo, la
confusión, mi sangre está hirviendo. Llevo mi puño
derecho hacia abajo, sobre el capó y lo abollo un poco. Se
siente bien hacerlo. Y luego, de repente estoy pateando
los faros y golpeando con los nudillos el costado de la
camioneta una y otra vez. La herida en el brazo me duele
con cada impacto, pero estoy tan abrumado por la ira que
continúo golpeado, sacando la mierda en el vehículo, esta
cosa me ha defraudado y me ha dejado varado en medio
de la nada. Ni siquiera me importa el ruido que estoy
haciendo, todos los gruñidos, gritos y golpes.
Por último, me detengo, exhausto, dejo mi cabeza
apoyada en la puerta del lado del conductor. Mi
respiración es rápida y superficial, haciéndome sentir un
poco mareado. Los nudillos de mi mano derecha están
ensangrentados y mi piel se siente fría y húmeda.
Cálmate Mark. Recompón tu mierda.
Tomo una respiración profunda. A lo lejos veo una
señalización de un hotel, eso al menos me da un destino.
No puedo entrar exactamente con un brazo
ensangrentado, así que tomo mi chaqueta del asiento
trasero, haciendo una mueca cuando deslizo mi brazo
lastimado a través de ella. Recojo todas mis pertenencias
importantes y las meto en mi mochila mensajera, luego
comienzo a ir a pie, caminando una docena de cuadras
hasta el hotel. Antes de entrar, camino de puntitas por la
puerta lateral donde hay una piscina y tomo agua fría con
las manos para lavarlas. Una nube de color rojo oscuro se
aleja de mis manos mientras ellos se rozan y me pregunto
cómo diablos terminé en esta situación.
En el interior, alimento a la chica de recepción con
una historia acerca de cómo fui asaltado justo a la
izquierda de la estación de policía por lo que no tengo
ninguna identificación, pero que por suerte tenía un
montón de dinero en efectivo en el zapato que podía
pagar la noche. Ella parece vacilante al principio, pero
puse mi mejor cara de aflicción y prácticamente le rogué
para conseguir una habitación. Esto debe funcionar
porque ella cede y de repente estoy dentro de una
habitación de hotel decente que parece el Cielo después
de algunos moteles de mierda en los que me he estado
alojando en los últimos tiempos. Tengo una habitación
exterior, es decir, la puerta principal se abre a la zona de
aparcamiento y una ventana en el baño se abre a una
zona boscosa en la parte trasera. Después de la última
hora de mi vida es bueno saber que tengo múltiples vías
de escape por si las necesito.
En la cama, pongo todo lo que hay en mi mochila.
Las computadoras se ven un poco raspadas en la parte de
arriba pero no están muy dañadas. Enchufo la pequeña
netbook en el botón de arriba e inicio sesión como cliente
en un chat seguro de ECEN e inmediatamente me
aparecen mensajes GUARD.
GUARD: Pensé que eras un fracasado.
YO: ¿Cómo sé que este es el verdadero tú?
GUARD: Vengo del planeta Schlongda.
De hecho, me reí, no pude evitarlo. El planeta
Schlongda apareció en uno de los primeros números de
Ellos Caminan Entre Nosotros, lo recuerdo de la antigua
impresión que saqué de la casa de Sam Goode y se
suponía era la casa de un montón de krakens o algo así.
Cuando leí el nombre del planeta, le envié
inmediatamente un análisis del artículo a GUARD y me
reí por el hecho de que alguien lo inventó para joder a los
editores de ahí.
Este es el verdadero GUARD.
Le doy una breve historia de lo que pasó,
asegurándome de señalar el hecho de que yo sólo me
enfrente a media docena de malvados agentes del FBI y
sobreviví mientras él se escondía detrás de un ordenador
en alguna parte. Finalmente llego al verdadero problema:
Estoy un poco atascado aquí, ahora mismo, y tan pronto
como alguien encuentre mi camioneta, empezarán a
buscarme en esta área.
GUARD: Quédate ahí esta noche. Te tendré
instrucciones en la mañana, trabajaré en algo.
YO: ¿Qué demonios era la granada?
GUARD: Combinación de EMP especializada
y una onda expansiva de conmoción cerebral.
Me quedo mirando la computadora,
preguntándome una vez más quién es el que está al otro
extremo de este chat. Todo lo que se de GUARD es su
nombre de pantalla y que él es alguien que puede ofrecer
un montón de dinero en efectivo y armas de uso militar,
por el momento es lo que sé.
GUARD nota que no he respondido.
GUARD: ¿Estamos bien?
YO: Sí, por supuesto.
Cierro la netbook y con cuidado me quito la
chaqueta. La manga izquierda está manchada de sangre.
Arruinada, supongo. Pero está bien. No es como si la
preparatoria de Paraíso aun existiera.
En el baño, inspecciono la herida en el brazo, lo
limpio un poco usando agua fría y una taza de plástico del
hotel. Hay una herida de unos 5 centímetros justo debajo
de mi deltoides. Un poco más y habría jodido totalmente
mi hombro. Probablemente necesita puntos, pero lo
último que puedo hacer es ir a un hospital en este
momento. No aquí, donde el FBI está seguramente
buscándome. Así que me ato una toalla del hotel en ella y
espero lo mejor.
Al menos no es tu brazo lanzador, me dice una voz
dentro de mí, como si eso importara ahora.
Me siento en la cama, necesito dormir, necesito
descansar tanto como sea posible. Pero todo lo que puedo
hacer es mirar hacia la puerta, escuchando los sonidos de
la gente que me ha localizado y han venido a arrastrarme
a un infierno del cual nunca seré capaz de escapar.
Capítulo Ocho
Me despierto al sonido de alguien golpeando la puerta de
mi cuarto de hotel, estoy de pie y poniéndome la ropa en
tiempo record, listo para volar por la ventana del baño y
desaparecer en el bosque. Olvido que tengo una maldita
herida de bala en mi brazo hasta que pongo mi mochila
sobre mi hombro y termino contrayéndome de dolor,
presionando mis dientes para evitar gritar. Estoy a punto
de hacer una carrera hasta la ventana del baño cuando
noto que sigo conectado al chat del blog de clientes,
recuerdo mantener la computadora enchufada esta vez, y
GUARD me ha mandado una docena de mensajes
diciéndome que espere a alguien, y que cuando vengan a
tocar que no use mi nombre o información real cuando
pregunten por ello.
A regañadientes veo por la mirilla de la puerta. Hay
un hombre con un portapapeles, está usando el tipo de
camisa que tiene su nombre cosido en un parche en su
pecho. Lentamente abro la puerta, manteniéndola con la
cadena.
—Hey —Digo a través de los centímetros de espacio.
— ¿Esperas una gran entrega? —Pregunta. Huele a
cigarrillos y sudor, aunque no puede estar muy caluroso
afuera.
— ¿Uh… sí? —Este debe ser otro de los paquetes de
cuidado de GUARD.
Él sostiene el portapapeles frente a sí, obviamente
esperando que yo abra la puerta para que pueda
entregármelo. En cambio yo meto mi brazo derecho y lo
tomo, deslizándolo por la abertura. El hombre suspira
audiblemente y murmura algo acerca de que dolor de
culo ha sido el trabajo hoy.
—Necesito que firmes la de arriba y llenes de la
abajo —dice.
—Está bien, dame un segundo.
La forma de arriba del portapapeles es de algún
servicio de remolque y carga que quiere la firma como
prueba de la entrega.
La otra hoja tiene algo que ver con un título, y
quiere mi nombre y la dirección de mi hogar.
El mensaje de GUARD de repente tiene sentido.
Aun tratando de comprender en mi cabeza lo que
está sucediendo, confío en el nombre que GUARD usó en
su primera entrega y el que he estado usando en moteles.
Firmo ―Jolly Roger‖ en las formas. En cuanto a mi
dirección, pienso en los perros esperando en casa: 182
Abby St. en Dozer, OH, con un surtido al azar de
números como el código postal.
Cuando devuelvo las formas de hecho abro la
puerta. El hombre le echa un vistazo a las páginas.
—Interesante nombre. –Dice.
—Es una cosa familiar —digo encogiéndome de
hombros.
Estoy esperando que me entregue una caja, pero en
vez de ello me entrega un par de llaves.
—Está lleno —Dice mientras tomo las llaves y lo
miro idiotamente—. Según las instrucciones que
recibimos.
— ¿Instrucciones? —Pregunto, pero el hombre ya
está a mitad de camino a un gran camión de remolque
estacionado justo frente a mi cuarto.
—Asegúrate de asegurarlo —Me dice de vuelta—. No
se supone que te dejen conducirlo sin pruebas de que
tiene seguro, pero… demonios, lo que sea que le hayas
dicho al jefe en el concesionario debe haber sido bastante
convincente para sacarme de la cama tan temprano.
Él comienza a caminar lejos mientras me quedo
parado, embobado en la puerta de mi cuarto de hotel.
Presiono el botón de ―abrir‖ en las llaves de mi mano y
una brillante camioneta azul de cabina extendida suena
la bocina en el estacionamiento.
Corro adentro a la computadora.
Yo: ¿bromeas con esto cierto?
GUARD: Debería llevarte a donde necesitas
ir.
Yo: Esto es una locura
GUARD: ¿Tan loco como invasores de
Mogadore?
GUARD: Me di cuenta que probablemente te
lo debía, después de todo lo que has pasado.
Yo: ¿Qué hay de mí otra camioneta?
GUARD: Otra empresa de remolque la
recogerá en una hora y la llevará a una locación
segura. Saca todo lo que necesites de ella ahora.
Algo hace clic en mi cerebro, incluso sobre el
aceleramiento del hecho que tengo una camioneta
nueva.
Yo: Espera. ¿Cómo sabes dónde estoy?
GUARD: He estado monitoreando el portátil
que te envié. Puedo rastrearlo, incluso si está
apagado. Una vez que supe el lugar donde te
estabas quedando sólo tuve que preguntar en la
recepción por tú número de habitación.
Un sentimiento extraño se cierne en mí, algo que no
he sentido desde que Sarah comenzó a salir con John. Un
enfado particular, que sólo puede venir de darme cuenta
que he sido traicionado por alguien que pensé estaba
cuidando de mí.
GUARD ha estado manteniendo un ojo en mí todo
este tiempo. ¿Por qué? Empiezo a preocuparme de que
toda esta cosa de ―conducir a Alabama‖ sea sólo una
broma.
Yo: ¿Qué demonios hombre?
GUARD: Disculpa, tenía que asegurarme
que trabajábamos hacia la misma meta. Hay
mucha doble fachada sucediendo en el mundo
ahora.
GUARD: Si hace alguna diferencia, confío en
ti.
Antes de que pueda responder, me envía una
dirección en Alabama.
Yo: ¿Es allí donde estás?
GUARD: Lo tengo todo instalado para ti.
Hogar, dulce hogar. Pasaré a verte pronto.
GUARD: Ahora si fuera tú, saldría corriendo
de Lousiana.
Me desconecto. Estoy a punto de empacar el portátil
cuando me doy cuenta que no le escribí a Sarah ayer, así
que me siento de nuevo en la cama y abro mi email.
Sarah— Ni sé qué decir acerca de las últimas veinticuatro horas. ¿Sabes qué es lo gracioso? Cuando aún estábamos los dos en Paraíso, en serio pensé que quizás iríamos a la fiesta de graduación juntos. No saliendo ni nada, sólo juntos. Estaba preocupado de la graduación. Conseguir un traje y un corsage y mierdas. Ayer me dispararon unos agentes del FBI. Sarah, espero que estés bien…
No estoy diciendo que mi antigua camioneta fuera
un pedazo de mierda, pero esta nueva es como lo mejor.
Sigo molesto de que GUARD haya estado secretamente
rastreándome todo este tiempo, pero mis nuevas ruedas
compensan por eso.
Conecto la dirección que GUARD me envió en el
sistema GPS de la camioneta y me dirijo hacia Alabama.
Mi destino está a aproximadamente ocho horas. Puedo
llegar a mi nueva base central al final de la tarde. Eso me
deja bastante tiempo para averiguar qué demonios ha
sucedido en los últimos días. Tiempo para digerir, sólo
yo, una bebida energética, ocho horas en la carretera
abierta y las noticias en la radio.
Algunos del FBI trabajan con Mogs. No sé cuántos
agentes, o qué porcentaje. De hecho si el FBI está
trabajando con ellos, probablemente hay otras agencias
también. Y algunos del gobierno están dentro también.
Sanderson es prueba suficiente de ello. Hay algunas
personas rebelándose, pero de nuevo, podría ser sólo
Walker y su equipo o la mitad del FBI. Hay tantas
variables que es imposible para mí empezar a imaginar
las posibilidades o estadísticas. Todo lo que sé es que la
mayor parte del mundo no sabe nada de lo que reamente
está sucediendo. Si lo hicieran…
Ahí es donde debe esta mi nuevo foco. Intentar
convencer a la gente de que hay una amenaza aquí. Que
hay aliens que no pensarán nada en destruir nuestro
planeta si es que les significa obtener lo que quieren, lo
que sea que es eso. Quienes incluso podrían estar
planeando una invasión a escala total o algo así. Necesito
encontrar más pruebas de lo que está sucediendo.
Necesito convertir a Ellos Caminan Entre Nosotros en
un movimiento. Quizás incluso en un ejército.
Y todo vuelve a Sarah de nuevo. No sólo porque
prometí y porque quiero protegerla, pero porque la
necesitamos para llegar al otro Garde. Ella es nuestra
conexión. Pero aún no tengo idea de cómo encontrarla.
Necesito subir mi búsqueda de ella al siguiente nivel.
Pienso en postearle un mensaje en ECEN pero me doy
cuenta que la cosa más tonta que podría hacer es poner
su cara o nombre ahí afuera donde algún idiota podría
verla e intentar decirme dónde está sólo para alertar a las
autoridades.
Debería discutir opciones con GUARD. Quizás él
puede hacer algunos movimientos hacker y entrar a su
cuenta de email o algo. Quizás incluso él puede rastrear
su rostro usando cámaras de seguridad.
Tenemos que encontrarla. No por su bien, ni por el
mío, pero por el del mundo. Para que podamos crear un
frente unido con los Lorics.
Y sería genial tener a alguien ayudándome. En
persona. Alguien que conozco, confío y cuido. Alguien
para evitar que esté totalmente perdido y solo en todo
esto.
En una pequeña farmacia, justo cruzando la
frontera de Alabama me paro a comprar vendas de
mariposa. Intento recordar un tiempo donde no tenía
problemas como cuidar de una herida de bala o huir de
agencias gubernamentales. No fue hace tanto. Sólo unos
meses. Algo extraño sucede cuando pienso en los viernes
por la noche bajo las luces de un estadio, saliendo con
mis amigos luego de los partidos. Usualmente cuando
hago esto, deseo volver atrás y disfrutar sin saber qué
está sucediendo en el mundo. Pero ahora estoy feliz de
tener un propósito más grande. Puedo hacer grandes
cosas.
No que no fuese grande antes. Sólo que ahora estoy
en una posición donde puedo hacer realmente, con letras
mayúsculas mierda Asombrosa.
La dirección que GUARD me da me lleva a través de
Huntsville, la cual parece como una ciudad de buen
tamaño, luego a la nada y una serie de rutas alternativas y
caminos de tierra me llevan cada vez más cerca del límite
del parque nacional. Me comienzo a preocupar de que el
GPS haya fallado totalmente en su trabajo de llevarme a
la base hasta que una estructura finalmente salta a la
vista. Está casi completamente escondida entre colinas y
árboles, lejos del camino terroso. El GPS dice que he
llegado a mi destino justo cuando paro frente a una reja
de metal que arriba dice las palabras ―Yellowhammer
Ranch‖.
La casa es una historia y parece una gran cabaña de
madera.
Genial, estoy ingresando al Campo Fugitivo.
Me mantengo alerta, no haré lo que hice en el
almacén que fue simplemente entrar, aunque a este
punto, el FBI o Mogs habría ido bastante lejos para poder
localizarme en este lugar tan remoto. Golpeo la puerta
principal, ya que no tengo idea si estoy en el lugar
correcto o no. Cuando nadie responde circulo por
alrededor de la casa sólo para asegurarme que no hay
ningún ranchero afuera esquilando ovejas o lo que sea
que hacen las personas en lugares como este. Pero sólo
hay campos que han crecido demasiado, marcados por
rejas con alambre de púas y un granero que le falta casi
completamente un lado y está obviamente vacío. Un gran
pedazo de pasto frente a él ha sido arrancado y quemado
en algunas partes, como si algo realmente grande
estuviese encima y hubiese sido removido recientemente,
me encojo y miro alrededor, adivinando que había un
tractor o algo que fue acarreado lejos.
De vuelta al frente intento con el pomo de la puerta.
La casa está abierta.
— ¿Hola? —Digo, pero no hay sonido ni
movimiento, así que entro y busco el interruptor de luz.
El lugar se ve como esperaría que se viera un lugar de
campo. Hay muchos muebles grandes, hechos de madera.
Un cráneo de vaca cuelga sobre la chimenea. Un sofá de
cuero está frente a una tv gigante como de proyector que
es probablemente tan vieja como yo y adivino que pesa
una tonelada. Abro el refrigerador en la cocina de
curiosidad y veo que está llena de lo esencial: leche, agua
e incluso algunos filetes. Las despensas tienen un montón
de comida también.
Gracias GUARD, por asegurarte que no muera de
hambre.
Reviso algunos dormitorios, pero no hay nada
realmente interesante hasta que paro frente a un edredón
colgado al final del pasillo cerca de la parte de atrás de la
casa. Hay una nota que dice ―Mira atrás de mí”
¿Eh?
Quito el edredón y encuentro una placa de metal
sólida que tiene un pequeño rectángulo de vidrio rojizo
en el lado derecho, donde generalmente estaría la manilla
o el pomo. Luce exactamente como el pequeño escáner de
huellas digitales que tenía en mi portátil.
—No puede ser —Murmuro mientras levanto mi
pulgar hacia el pequeño rectángulo.
Hay un sonido de beep, y el vidrio se enciende de
color verde. La puerta empieza a hacer clic sonoramente
y doy unos pasos hacia atrás, preocupado de lo que
encontraré en el otro lado.
Luego de algunos segundos, el grueso metal se abre
un poco, y empujo un poco más para entrar al cuarto.
Inmediatamente veo una docena de monitores de
computador cubriendo las paredes. Cada uno de ellos
mostrando archivos de distintas áreas de la casa y
alrededor de ellas. Debe haber cámaras localizadas en
todo el terreno.
Hasta ahí quedó reírme de la falta de seguridad.
Hay una computadora que se pulcra en un
escritorio opuesto a los demás monitores. Hay un par de
teléfonos desechables al lado de ella. Prendo uno para
encontrar que el número de GUARD ya está programado
en él, luego lo guardo en mi bolsillo.
— ¿Qué demonios es…? —Digo mientras intento
entender. Pero luego me doy vuelta y nunca termino la
pregunta.
La pared detrás de mí está alineada con estantes.
Hay muchas armas de mano, rifles, cuchillos en ellas,
junto con otras cosas que asumo son armas, pero no
reconozco inmediatamente. En el centro hay una carpeta
con algo escrito encima con marcador negro. La levanto
Espero que estés listo para la guerra.
-G
Capítulo Nueve
Me pongo cómodo, bueno, lo más cómodo que se puede
estar en una casa donde me siento completamente fuera
de sitio.
Limpio la herida de mi brazo usando un kit de
primeros auxilios que encontré en uno de los baños. Las
curas con mariposas no parecen estar haciendo un gran
trabajo en mantener la herida cerrada, así que trato de
encontrar otra manera de resolverlo. Después de pasar
como una hora mirando recomendaciones en internet,
excavo entre un montón de dibujos en la casa hasta que
encuentro un tubo con pegamento y luego pongo una
capa sobre la herida. Se siente extraño, pero es lo mejor
que puedo hacer. Tan valiente como he sido últimamente
no creo que sea capaz de coser la herida por mí mismo,
las agujas nunca han sido lo mío.
Luego me pongo a trabajar de inmediato.
Cualquier asunto personal en el que GUARD estaba
trabajando debió de haber sido resuelto ya porque ahora
siempre está conectado. Consigo el computador de Purdy
conectado a un gran escritorio en la habitación trasera, y
GUARD usa sus habilidades como hacker para tratar de
salvar cualquier clase de documentos que estén ocultos
en el disco duro, como los documentos de ProMog que
desaparecieron cuando se apagó por primera vez. Él
básicamente sube todo desde mi computador a un
servicio de la red. Empezamos a recolectar evidencia de
lo que está sucediendo detrás de escena. Leemos
documentos sobre las especificaciones de armamento
Mog que ha sido obviamente escrito para humanos –una
prueba que necesitamos para demostrar que el FBI y los
Mogs están trabajando juntos, tomo algunas capturas de
pantalla y luego las subo a ECEN bajo el título de
“Descubierto: Manual del FBI para usar Armas
Mogadorianas” también hay toneladas de
transcripciones que podría tomar meses el ordenar,
muchos de los usuarios han sido anotados por solamente
sus iníciales.
Lo más espantoso que encuentro repetidamente son
las próximas “conversaciones de paz” con líderes
alrededor del mundo, ¿Estarán los Mogadorianos
buscando exponerse y darle a la tierra un ultimátum? ¿O
ya han convencido a suficientes líderes mundiales que
ellos están confiando en los humanos para que hagan eso
por ellos?
Mientras GUARD se enfoca en recuperar
documentos del disco duro, yo paso a través de los viejos
correos de Purdy, actualizo el blog y trato de mantenerme
al día con la increíble cantidad de correos que estoy
recibiendo en mi cuenta de JOLLYROGER182 desde que
la historia de Chicago fue subida. Pero desde ese
momento y hasta ahora he recibo algunas cosas que valen
la pena seguir. Una pandilla de personas tatuadas en los
Everglades, animales raros que han sido vistos volando
sobre Illinois, esa clase de cosas. Trato de conseguir la
mayor cantidad de información de las fuentes, luego
busco historias locales, llamo a la policía anónimamente
o cualquier cosas que se me ocurra para respaldar lo que
me han dicho.
Nuestra historia más prometedora es este tipo de la
India llamado Grahish Sharma, recibo docenas de
correos de diferentes fuentes, todas hablando de este
comandante o sacerdote de unos grupos religiosos que
han tenido algo que ver con la Garde. No estoy seguro de
que tan válido sea esto ya que recibo muchos correos
contradictorios, lo que supongo tiene que ver con
problemas de traducción. Aun así todos los mensajes
tienen algo en común: Todos dicen que Sharma derribó
una nave espacial Mog y capturó a los bastardos pálidos
vivos.
Cuando le muestro esto a GUARD, él se pone
realmente emocionado con la idea de ver una de esas
naves Mogadorianas de cerca, sin mencionar que
podríamos conseguir material de Mogs vivos, respondo
todos los correos que mencionan a este tipo Sharma,
esperando que alguno sea capaz de ponerme en contacto
con él.
Nuestro descubrimiento más importante es cuando
GUARD logra encontrar una foto reciente del secretario
de defensa, Bud Sanderson, el tipo viejo, gordo y calvo
que estaba recibiendo inyecciones Mog y cirugía plástica.
Es bastante obvio que el tipo que se veía más como un
zombi que como humano hace algunos años ahora tiene
toda la cabeza cubierta de cabello plateado, piel lisa y una
gigante sonrisa, si no fuera por sus ojos y su nariz torcida
no podría creer que se trata de la misma persona.
Escribo un artículo corto y lo subo al blog, una vez
más siento que estoy haciendo algo para ayudar en la
batalla, pero desearía poder conseguir pruebas más
sólidas, algo para mostrarle al mundo que los Mogs son
reales, que estamos en peligro. Es por eso que
necesitamos a Sharma, o a Sarah.
Trabajo por la noche, leyendo, especulando y
tomando notas, para el momento en que sale el sol,
necesito salir de la habitación trasera para conseguir algo
de aire para lograr seguir concentrado. Así que tomo un
arma con silenciado y salgo, encuentro unas latas de
aluminio vacías en el viejo granero y empiezo a disparar y
derribarlas una por una. No soy tan malo disparando,
aunque probablemente sería mejor si no estuviera tan
inquieto por la cafeína.
Lo único malo de haber disparado es que hizo que
me doliera la herida del brazo, solo espero que el
pegamento ayude como debería hacerlo.
Disparar me hace recordar a papá y al resto de mi
familia, me pregunto que estarán haciendo, si aún están
preocupados. No abro sus correos porque sé que querría
respóndeles, y lo último que quiero hacer es ponerlos en
peligro o ponerme a mí en peligro diciendo algo que no
debería. Pero es difícil no mantenerlos en mente cuando
practico con las armas, papá me enseñó a usar el arma y
me llevaba a cazar cada año, él es la única razón por la
cual sé cómo disparar, espero que no tenga que usar estas
habilidades en ningún momento cercano, pero si lo hago,
en una extraña manera pienso que mi papá estaría
orgullo de mí.
No ha pasado mucho tiempo desde que dejé Paraíso
en medio de la noche pero se siente como una eternidad.
Eso me asusta un poco, lo que quiero decir es que estoy
fuera, escondido en medio de la nada tratando de
contactar a un cazador de extraterrestres en India en
lugar de estar sentado en la cocina de mi abuela
comiendo tocino mientras realizo trabajo escolar o algo
por ese estilo, el colegio parece un chiste en estos
momentos teniendo en cuenta lo que está sucediendo. El
futuro en general es demasiado para ponerme a pensar
en él. Demasiado lejos e impredecible, incluso tal vez no
podamos salvar el futuro, o al mundo. GUARD y yo
estamos atascados buscando a través de datos de hace
semanas. ¿Qué pasa si todo se ha salido de control y no
somos capaces de detener a los Mogs?
Trato de concentrarme, en Paraíso, después de todo
lo que pasó en la escuela, tenía a Sarah para hablar con
ella, para mantenerme cuerdo, después de tomar mi
descanso, vuelvo dentro y le envío un mensaje a ella por
millonésima vez, sabiendo ahora que no debo esperar
respuesta.
Sarah. No sé por qué sigo enviando estos correos,
una parte de mi espera que los estés leyendo, usándolos para ayudar a los Lorics, y que no puedes responder por tu propia seguridad. Otra parte de mí se preocupa de que tal vez tú ya no estés ahí fuera, que te hayas ido, me rehúso a creer eso pero…
Necesito saber de ti.
Empiezo a escribir acerca de Walker pero
pensándolo mejor, incluso si ella era una medio mog, me
dejó ir en Dulce, ella está trabajando en contra de ellos
ahora, y si de alguna manera los Mogs están
interceptando mi correo con Sarah no quiero arruinar la
cuartada de Walker si los alienígenas aún no han
descubierto que es una traidora. Así que en lugar de eso,
escribo sobre mi viaje en el desierto.
Creí seguirte la pista a Nuevo México, pero sólo encontré una base militar desierta, donde parece que sucedió una batalla más grande y desagradable que la de Paraíso. Espero que hayan podido salir a salvo. Espero no ser el único que queda para combatir a estos idiotas. Apestaría si fuera así.
Un amigo mío me montó una casa segura bastante alejada de la civilización, un lugar donde podemos trabajar para exponer a esos fenómenos pálidos al mundo. Si puedes ponerte en contacto, encontraré una forma de enviarte las coordenadas. Descubrimos algo grande. Algo internacional. Ni siquiera sé qué hacer con ello.
Si estás leyendo esto, si sigues en contacto
con John, ahora sería un momento muy bueno para aparecer.
Necesito tu ayuda. Mark.
Me sorprende que mi corazón no explotara cuando
mi correo suena y veo que ella finalmente respondió,
nada largo, solo es una nota diciendo que lamenta no
haberse contactado antes y que ella está con John y
dónde diablos estoy yo de todos modos.
Escribo más rápido de lo que alguna vez lo he hecho
en mi vida, estoy a punto de enviar el correo detallando
exactamente donde puede encontrarme… hasta que me
detengo.
Pienso de nuevo sobre como cuidadosamente no he
dado mucha información sobre donde he estado o qué he
estado haciendo desde que deje Paraíso en la mitad de la
noche. GUARD tiene mi dirección IP completamente
bloqueada, pero eso no ayudaría si le estoy enviando mi
dirección por correo. Mi dirección JOLLYROGER182 en
Ellos Caminan Entre Nosotros es un servidor seguro que
GUARD diseñó el mismo, pero mi correo personal es solo
un correo normal, cómo también lo es el de Sarah, los
Mogs o el FBI podrían estar rastreándolo, lo mismo pasa
con el teléfono, si ella no ha sido cuidadosa, decirle
donde he estado sería lo mismo que decirle a los Mogs o
al FBI.
Hay otra posibilidad, una que no he considerado,
¿Qué si ni siquiera es Sarah?
Piensa Mark, no caigas en una trampa de nuevo.
Le respondo.
Estoy bien, estaba a punto de hacer una pizza, ¿qué quieres que ponga en tu mitad?
-Mark Es lo primero que se me ocurre para descubrir si es
la real Sarah Hart. Cuando estábamos saliendo teníamos
un orden estándar en el lugar donde comíamos pizza en
Paraíso, cada domingo nos sentábamos en una mesa y
ordenábamos lo mismo.
Espero, mirando mi bandeja de entrada, respirando
pesadamente mientras espero que el mensaje salga en la
pantalla, finalmente lo hace.
Mark, Las cosas han sido un poco locas por aquí,
pero suena como si tampoco hubiera sido fácil para ti. Vegetariana para mí, por favor. No dejes que nada de tu asquerosa parte llena de carne toque la mía. ¿DÓNDE ESTÁS?
Sarah.
Es ella, esa es nuestra orden, nuestra pizza mitad
vegetariana, mitad carne, soda para mí, soda dietética
para ella.
Pero no puedo dejar que mi entusiasmo sobre esto
me convierta en una clase de idiota que revela mi
locación. Respiro profundo, tratando de enfocarme y
luego busco en el mapa de Hunstville, la ciudad más
cercana, encuentro una casa de Waffles que parece como
una intersección bastante transitada y le envío la
dirección a Sarah.
¿Podemos encontrarnos aquí? Tengo que asegurarme que seas real o algo por ese estilo, estoy algo así como siendo buscado por un montón de tipos malos, ven todos los días a las 2pm, estaré observando, cuando esté seguro de que todo está bien te llevaré a mi base.
Pasan diez minutos, me pregunto si ella está
dudando sobre si venir o no, o si está discutiendo con
John sobre qué hacer.
Sea lo que sea, ella finalmente responde.
Estaré ahí, partiré esta noche.
Me río, sonriéndome a mí mismo en la parte trasera
de la habitación en medio de la nada.
Sarah está viva y luchando, ella está bien.
Y está viniendo a Alabama.
Sé que le dije que iba a estar viniendo a la casa de
waffles algunas veces antes de llevarla a la base, pero tan
pronto como la veo salir del taxi al día siguiente sé que
eso no va a suceder. Toma todo el control que tengo el no
lanzarme de la camioneta –que esta parqueada en una
tienda de dulces al otro lado de la calle- y cruzar seis
líneas de tráfico para llegar hasta ella. En lugar de eso,
trato de mantenerme calmado, porque sé que no puedo
apresurar esto, tenemos que hacer esto de la manera más
segura posible.
Así que espero diez minutos y luego llamo a la casa
de Waffles, le describo a Sarah a la mujer que responder
y consigo que le lleve el teléfono hasta donde esta ella.
— ¿Hola? —dice la voz de Sarah, y es gloriosa.
—Hola —digo
—Mark, ¿en dónde estás?
— ¿Cuál es el apodo que te dieron en Helena? —
Preguntó, tengo que estar seguro.
— ¿Qué?
—Creo que eran de tu clase de biología.
—Oh —ella dice—. ¿Sarah Sangrante Hart?
Sonrío.
—Hay un parqueadero a dos calles del norte de
aquí, estaré en el segundo piso, busca una camioneta
azul.
—Puedes simplemente…—Pero ella sabe lo
importante que es mantener una fachada, el estar de
incognito, si ella ha estado con John desde que se fue de
Dulce, ella debe de estar advertida ahora—. Está bien, te
veré pronto.
Le envío un mensaje a GUARD diciéndole que
finalmente apareció.
La espera es terrible, he tratado de rescatar,
encontrar o aunque sea estar en contacto con Sarah por
semanas desde que ella desapareció. Pero los minutos
que le toma caminar desde la casa de waffles hasta el
parqueadero se sienten como años, con cada segundo que
pasa, no puedo dejar de pensar que algo terrible hace que
no pueda llegar hasta mí, o que de alguna manera he
arruinado esto para ambos.
Finalmente, la veo subiendo la rampa hacía el
segundo piso del garaje, enciendo mis luces y ella se
apresura a llegar hasta donde estoy.
Y luego estoy fuera de la camioneta y corriendo, es
como si mi cuerpo no estuviera bajo el control de mi
cerebro, todo en mi cabeza está diciendo “vuelve a la
camioneta, pónganse ambos seguros, mantengan sus
cabezas bajas y no hablen hasta que lleguen a la base”
pero mis piernas se están moviendo por cuenta propia y
llevándome hacía Sarah.
Prácticamente colisionamos en medio del garaje,
envolviendo nuestros brazos en el otro.
Finalmente no estoy solo en esto solamente, no es
solo yo y los mensajes de GUARD.
—Mark —dice ella en mi hombro.
La manera en que ella se mueve hace que mi brazo
duela como el infierno, pero lo ignoro, siento como si un
gran peso que llevaba dentro finalmente ha sido vaciado.
—Jesús, Mark. —Dice ella de nuevo, sus brazos aún
a mi alrededor—. ¿Qué has estado haciendo?
—Pensarías que estoy bromeando si te lo dijera. —
Le digo, tocando la parte trasera de su cuello.
—Inténtalo.
—Ni siquiera sé por dónde comenzar.
Ella se aleja de mí y me mira por un momento, veo
preocupación en su mirada mientras me mira a los ojos.
—No lo tomes a mal —dice ella—. ¿Pero has
dormido si quiera? Parece que…
Pero ella se detiene y carraspea. Automáticamente
volteo y miro a nuestro alrededor.
— ¿Qué? —Pregunto, mierda, lo sabía, debí de
habernos metido en la camioneta y sacarnos de aquí—
¿Qué pasa?
—Mark. —Ella dice apuntando mi brazo derecho,
hay sangre filtrándose desde la manga de mi camisa—.
¿Estás bien?
Presiono el algodón de mi camiseta en la herida
esperando que deje de sangrar hasta que lleguemos a la
base.
— ¿Me creerías si te dijera que me dispararon
mientras escapaba de un montón de agentes del FBI?
Ella asiente, con sus ojos muy abiertos.
—Me han disparado muchas veces —dice ella
lentamente—. El otro día fui apuñalada por un Mog.
Y luego nos miramos el uno al otro, este es el
momento cuando, hace unos meses o semanas,
probablemente hubiera tratado de besarla, o al menos
deseado haber estado haciendo eso, pero en este garaje,
la miro a ella y ella me mira a mí, y hay una clase de
entendimiento mutuo, la dinámica ha cambiado entre
nosotros, nosotros hemos cambiado, yo no puedo ser esa
estrella del futbol tratando de volver con su ex novia
cuando el destino del mundo podría depender de
nosotros, y ella… hay algo diferente en ella, algo feroz,
ella parece más un soldado que la chica que solía caminar
por el campus tomando fotos de flores.
—Estoy tan feliz de que estés aquí —digo—. Y de que
estés bien, estoy bien, nos llevaré de regreso a la base.
—Esa herida está infectada Mark —dice, si nariz
moviéndose un poco—. Deberías ver un doctor…
Su voz se detiene, sabe que esa no es una opción.
—Tenemos mucho por hacer y decir. —Digo
mientras la guío con mi brazo a la camioneta.
—Empecemos con el por qué estás en Alabama.
—Um, esa es una larga historia. —Abro el asiento
del pasajero para ella, está en medio cuando se detiene y
se voltea hacia mí.
— ¿Dónde conseguiste esta camioneta?
Empiezo a responder, pero un gran pájaro aterriza
sobre el techo de la camioneta con un sonoro graznido,
salto, instintivamente alzando mi puño.
—Jesús, ¿Qué diablos es eso? —Pregunto.
—Oh —dice Sarah, sonriendo—. ¿Recuerdas a
Bernie Kosar?
Capítulo Diez
Sarah me sorprende con lo que ha cambiado desde que
fue raptada de Paraíso. Ella pasa por alto el haber estado
prisionera en Dulce. Me mata pensar que ellos pudieron
haberla torturado o algo peor, pero no la presiono por
saber del tema, porque, como puedes preguntar
casualmente ―Oye entonces, ¿qué clase de cosas terribles
te pasaron cuando el FBI te capturo en una base militar
secreta?‖ Ella entraría en más detalles acerca de todo lo
que paso después de eso, me diría como escapo de Nuevo
México hasta lo que paso en el John Hancock Center en
Chicago, con ello, que yo tenía totalmente toda la razón
respecto al ataque Mogadoriano y de como ellos tuvieron
que esconderse temporalmente en Maryland, donde ella
finalmente vio los emails que yo le había enviado. Ella me
contó acerca del equipo Garde que había ido a Florida,
mientras mi cabeza daba vueltas pensando en todos los
mensajes que me habían sido enviados acerca de
pandillas en Everglades y de niños con poderes
telekineticos.
Un Garde murió en esa misión, cuando ella dejo a John y
los demás, ninguno de ellos sabia aun quien había sido.
Esa mierda se ha hecho sentirme muy real en la tierra.
Entre más hablamos, más piezas comienzan a unirse. A
unir la forma más grande de la historia. Notas y
pequeños cables empiezan a conectarse, y de repente
tengo información acerca de personas y lugares que antes
solo estaba tratando de adivinar. Aprendí nombres como
Setrákus Ra y Adam, que hay una base Mogadoriana
gigante en algún lugar de Virginia Occidental, que los
Mogs han estado experimentando con los Garde que han
muerto y con algunos de sus animales alienígenas. No es
que eso haya sido una verdadera sorpresa considerando
las locuras que le han estado haciendo a Bud Sanderson.
Tecleo notas en una de las computadoras del cuarto
oculto tan rápido como puedo, tratando de mantenerme
al día mientras habla.
—Estas cosas son increíbles, —digo—. Nunca
hubiera podido descubrir todo esto yo solo.
— ¿Cuál es tu plan Mark? —Mira fijamente los
monitores de seguridad en la pared. Sarah todavía
vuelve su cabeza alrededor del lugar pensando que
estoy escondido en un tipo de base espía. Sobre su
hombro, reflejado en el monitor veo a BK; una
mascota de otro planeta que siempre está
cuidando y revisando su perímetro de seguridad.
Hago una pausa antes de contestar, he estado yendo
totalmente acelerado, sólo, tratando de absorber todo.
Realmente no he tenido tiempo para tratar de expresar
en palabras mi misión o lo que sea que es.
—Le hemos dicho al mundo entero qué es lo que
realmente está pasando, —digo, escogiendo
cuidadosamente mis palabras—. Los hemos hecho
despertar y traerlos de nuestro lado.
Sarah me sonríe extrañamente, como si ella no hubiese
esperado que algo así saliera de mi boca. Finalmente
responde:
—La siguiente vez que hable con John veré que
clase de evidencia puede enviarnos.
A medida que trabajamos, le hablo de cuando irrumpí en
casa de Sam y de todos los viejos boletines que encontré,
de cuando robe el equipo de Purdy y de mi viaje en
carretera por todo el país, primero buscándola a ella y
después siguiendo las órdenes de GUARD a Alabama.
Ella me escucha cuidadosamente mientras hablo, su cara
se tuerce e ilumina mientras me llama ―Suertudo‖ y
―Estúpido‖ e incluso ―Heroico‖. Mark James héroe, ¡eso
quedaría bien en un anillo!
Estoy bastante seguro de que me sonrojo cuando ella lo
dice, porque después ríe fuertemente y gira sus ojos. Pero
se siente bien. Especialmente desde que esta es la
primera vez que me siento con calma y pienso en todas
las diferentes cosas que he hecho en las últimas semanas.
Estaba tan concentrado en lo que he fallado, como caer
en una trampa del FBI o no ser capaz de ponerme en
contacto con Sharma o encontrar a Sarah, que me había
olvidado por completo que recientemente estoy viviendo
como James Bond con Aliens. Soy el 007
John nos manda algunas fotografías de mierda, de
documentos que recuperó de algún agente del FBI,
incluido mi vieja amiga la agente Walker, quien
aparentemente ha cambiado completamente de bando, y
ahora está ayudando a los Lorienses. Al menos por ahora.
Estoy feliz de que ella me dejara ir, pero no puedo
imaginarme confiar mi vida o cualquier cosa a Walker o
sus agentes. Espero que John y los demás sepan lo que
están haciendo. Puedo decir que estas cosas combinadas
con algunos documentos que salvamos de la
computadora de Purdy, podemos hacer alguna noticia de
última hora bastante épica. Estoy hablando de cosas
como fotografías de Mogs dándose un apretón de manos
con políticos y una lista de quienes del gobierno están
jugando a la pelota con los Mogadorianos cara de
tiburón. Prácticamente mojo mis pantalones de emoción
cuando Sarah me los envía, antes de mandarlo a GUARD
por una segunda opinión. Una historia como esta puede
ser grande, por lo cual deberíamos de estar totalmente
seguros de que no lo vamos a arruinar cuando lo
publiquemos. Esta cosa es incluso más grande que todos
nosotros. Es la verdad, y el mundo necesita ser capaz de
poder verla.
Comencé a trabajar en artículos: mensajes que
incorporan toda la nueva información que recientemente
ha caído en mis pies.
—Esta mierda va a ser Viral, —le digo a Sarah.
—Definitivamente va a molestar a los Mogs— dice
vacilante—. ¿Estás seguro de que no pueden
atraparnos aquí?
—Definitivamente. GUARD tiene este lugar
bloqueado.
—Mejor que así sea, — dice.
Suena como que ha estado teniendo dudas acerca de esto.
No es exactamente una fanática del equipo GUARD y
pregunta demasiadas cosas, acerca de dónde vienen
todas las cosas de la casa de seguridad, como fue que él
me contacto, cualquier cosa de su actual vida personal,
eso no puedo contestarlo, porque no tengo ni la más
remota idea de quién es él. Le dije que debería solamente
confiar en él y terminar con eso, pero ese no es
exactamente su estilo especialmente con todo lo que ha
pasado. Realmente no la culpo. Ni si quiera yo estoy
totalmente seguro de porque confió tanto en él. Quizá es
porque después que Sarah desapareció, él ha sido lo
único constante que tengo.
Después que Sarah lee el artículo, lo subo al nuevo blog
de Ellos Caminan Entre Nosotros, he inmediatamente se
dispara el contador de visitas. Mi publicación detalla a
MogPro, que es sinónimo de Proceso Mogadoriano, atrae
un montón de atención gracias a la información que John
pudo obtener de Walker. Algunos comentaristas
comienzan a suponer que todo el blog es un marketing
viral para promover una nueva película de ciencia ficción.
Otros usuarios anónimos mandan amenazas de muerte.
Vistas y comentarios llegan de todo el mundo, tantos que
tengo que darle a Sarah mi cuenta de JOLLYROGER182
para que podamos trabajar en ellos.
Hacemos buen equipo. Las cosas se están viendo bien.
El siguiente día, cuando desperté de mi siesta me sentí un
poco apagado. Solo desperté con un ligero dolor de
estómago. Y también sudaba mucho. Mientras me
cepillaba el cabello después de levantarme, me doy
cuenta de que mi brazo izquierdo esta todo rígido y
dolorido. Mientras espero el café en la cocina, me levanto
mi manga de la camisa para poder echar un buen vistazo
al lugar donde la bala me rozó. No se ve bien. La herida
esta hinchada y de color rojo oscuro terrible. Esta
caliente cuando la toco, parece estar enojado conmigo
por no cuidar mejor de ella.
Sarah entra en la cocina mientras yo estoy revisando mi
brazo.
— ¡Maldita sea Mark!
—No se ven tan mal, — le dijo
—No, —Y mueve la cabeza en desaprobación—. Se
ve terrible.
—Solo voy a rosear un poco más de alcohol sobre
ella, algo de cinta y… —Tengo que detenerme
porque parece que en cualquier momento ella va
vomitar sobre mí.
—Está infectado. Tenemos que hacer algo respecto
a eso antes de que se ponga peor.
—Tenemos demasiado trabajo por hacer, — Y
comienzo a caminar al cuarto trasero.
—Puedes perder tu brazo completo, Mark, —Sarah
me dice parándose enfrente de mí, y cerrándome
el paso. Pone su mano sobre mi frente—. ¡Jesús,
tienes fiebre! Puedes tener Sepsis. Debemos de…
Tenemos que hacer algo. Al menos consigamos
alguna cosa antibacterial.
Cedo un poco. Nos vendría bien un poco más de
comestibles de todos modos. Tomo mis llaves, pero Sarah
se aclara la garganta y extiende la mano.
—Yo conduzco, —dice.
—Uh, de ninguna manera, —le contesto, De
repente estoy muy sobre protector con mi nueva y
brillante camioneta y Sarah hasta donde sé, o al
menos sabía cuando estábamos en Paraíso, no
tiene el mejor historial de manejo.
—Mark.
—Sarah, —le digo. Y nos miramos a los ojos por
algunos segundos—. Me siento bien para manejar,
te lo prometo, confía en mí.
Sarah no responde inmediatamente pero a final de
cuentas accede.
—Está bien, —dice—. Está bien.
Huntsville es la ciudad grande más cerca de nosotros,
pero hay unos cuantos pueblos pequeños entre ahí y el
rancho. Trato de ir a uno diferente cada vez que recojo
suministros. Así que esta vez que conduzco, Sarah decide
que lleguemos a un lugar llamado Moulton, que es
pequeño pero al menos tiene Walgreens y un
supermercado. BK viaja en el asiento trasero así que yo
bajo una de las ventanillas para que él pueda sacar su
cabeza. El sol comienza a ponerse en el oeste. A medida
que vamos manejando hacemos una lista de las cosas que
necesitamos.
—Quizá BK pueda tomar la forma de una serpiente
y entrar a la farmacia para tomar un poco de
penicilina, —Sugiere Sarah—. Pero no estoy segura
de que él sepa leer.
—Estoy bastante seguro de que soy alérgico a la
penicilina, —le respondo.
— ¡No lo sabes!
Me encojo de hombros—. Estoy como, 90% seguro.
Ella mueve la cabeza en desaprobación
— ¿Qué? —Pregunto—, He ido con el mismo
doctor desde que era bebé, Él siempre me
prescribe las medicinas y yo solo las tomo.
—Dame una lista de embajadores de las Naciones
Unidas, —me dice.
No sé a dónde quiere llegar con eso, pero yo comienzo a
nombrar personas de las que hemos visto en los
documentos que encontramos. Ella me detiene después
de una docena.
—Puedes nombrar a todas esas personas, —dice—.
Pero no sabes si eres alérgico a la penicilina, si eso
puede matarte. Si no te conociera mejor, diría que
fuiste remplazado por un clon Mog mientras
estábamos en Paraíso.
Tiene razón. Comienzo a reírme de cuan absurdo es todo
eso. Entonces ella se ríe también. Es como si no hubiera
reído desde hace mucho tiempo y ahora tuviera que
sacarlo todo de mi sistema mientras pueda. Encajo
perfectamente con la risa. Y se siente maravilloso.
Tan maravilloso que termino por acelerar después de una
señal roja.
Me doy cuenta porque de repente hay luces intermitentes
y un policía de motocicleta está detrás de mí, pidiéndome
que salga por la calle lateral de Moulton.
—Oh mierda, — digo—. Oh mierda, mierda,
mierda, mierda.
Eres tan estúpido Mark
— ¿Qué vamos a hacer? —Dice Sarah, se sienta
derecha, y su mano izquierda se aferra a la consola
entre nosotros—. Por favor dime que tu amigo
GUARD te dio al menos una identificación.
—No, —muevo mi cabeza y no es como si pudiera
mostrar al oficial mi verdadera licencia. Elimine
todas las cosas con mi nombre para que el FBI no
tuviera rastro que seguir—. Déjame pensar.
Nunca tuve que preocuparme por las multas en Paraíso.
Gratificación de ser el hijo del Comisario. Incluso en una
ocasión hablé de mi manera de salir a beber en un lugar
con la entrada prohibida para menores porque este chico
Tood, un ex jugador de Fútbol de Paraíso, era el oficial
que mis amigos y yo habíamos capturado con una caja de
cerveza en un campo de maíz. Pero ahora estábamos
totalmente arruinados, todo por una estúpida señal roja.
El oficial bajo de su motocicleta. Me pidió que bajara
sosteniendo mis manos tan alto como pudiera y donde él
pudiera verlas.
—Puedo perderlo si voy lo suficientemente rápido
mientras él está afuera.
—Está en una motocicleta Mark, —dice Sarah—. Y
tú no tienes idea de donde estas, ¿o sí? Él puede
atraparnos fácilmente.
Tiene razón. Claro que tiene razón.
Echo un vistazo a la parte de atrás de la camioneta. BK
está a la expectativa, pero sus ojos están grandes y
oscuros listo para salir entre Sarah y yo.
—El peor de los escenarios. ¿BK puede hacer algo
para asustarlo?
Sarah me mira encogiéndose de hombros. BK deja
escapar un gemido. Ni siquiera puedo decir si el maldito
perro me puede entender.
Y entonces el oficial da golpecitos en la ventana.
—Licencia y registro, —dice mientras me recorro
hacia abajo.
—Oh, si… —empiezo.
Pongo en marcha en toda esta historia acerca de cómo
estamos de vacaciones, por lo mismo las placas eran de
Luisiana y acabábamos de ir a la ciudad a comprar unos
comestibles y ups dejamos nuestras identificaciones en el
agujero para nadar de rancho en el que nos estamos
quedando.
En realidad usé el término ―agujero para nadar‖.
El oficial suspira y me pregunta si la camioneta es mía. Le
digo que lo es y me dice que espere mientras va a su
motocicleta. Uso el tiempo para tomar unas pocas
respiraciones profundas e intentar no perder
completamente mi mierda.
—Todo está bien, —murmuro—. Tal vez sólo me
dará una infracción, le daré un nombre falso.
Sarah mira fijamente los agujeros a través de mí.
— ¿Qué? —Pregunto—. ¿Quieres que haga un
descanso para ello ahora?
— ¿Esta camioneta es robada? —Dice levantando
una ceja mientras habla.
—Por supuesto que no, —paro de hablar porque…
podría serlo. Supongo, en realidad no tengo idea.
Miro los espejos laterales nerviosamente mientras el
policía se pasea de nuevo por mi lado de la camioneta. No
parece estar tratándonos como delincuentes al menos.
—Muy bien, —dice—. El vehículo no está en la lista
de desaparecidos al menos. No veo porque tengo
que arruinar sus vacaciones por unas pocas
multas. Voy a dejarte ir con una advertencia, pero
lo he informado, así que no lo conviertan en un
hábito, el conducir por ahí sin licencia o
definitivamente van a tener una cita la próxima
vez, —sonríe—. Sólo asegúrate de ver las señales
de alto, hijo.
Estoy tan aliviado que podría vomitar.
Él empieza a caminar cuando se da la vuelta.
—Divertido primer nombre, —dice—. No creo
haberlo escuchado antes.
— ¿Eh? —Pregunto confuso.
—De tu registro. Jolly, Jolly Roger, —lo piensa por
un segundo y ríe un poco. Mientras tanto mis
pulmones se dividen en mis entrañas.
—Es un nombre de familia, —mascullo.
Pero todo lo que puedo pensar es como acaba de tomar
las placas de una camioneta que resulta estar registrada
con el nombre de Jolly Roger. Una camioneta adquirida
por la mañana después de un tiroteo entre
JOLLYROGER182 y el FBI en la misma ciudad. Y como,
en estos momentos los Mogs están probablemente
babeándose a ellos mismos tratando de averiguar quién
es este imbécil que está destapando todos sus secretos en
internet.
Eres un idiota, Mark. ¿Cómo pudiste ser tan estúpido al
usar ese nombre?
—Luces como si te fueras a desmayar, —dice
Sarah—. ¿Te sientes bien?
Trago saliva. Que se jodan los suministros, que se joda mi
brazo.
—Creo que será mejor que regresemos al rancho.
Capítulo Once
Sarah trata de decirme que estoy alucinando sobre todo
esto, pero puedo decir que está preocupada también. Ella
sabe las consecuencias que los Mogs irán a fin de obtener
lo que quieren, después de todo, ella era uno de sus
prisioneros. Conmigo como piloto, ella entra en más
detalles sobre el rebelde Mog que John reclutó a su
equipo. Al parecer, él es un genio de las computadoras de
núcleo duro, y hay un montón de extraterrestres
malvados que han sido entrenados en los ordenadores al
igual que lo ha hecho él.
No es buen presagio para nosotros. Ojalá hubiera
sabido esto un poco antes. No tengo forma de saber quién
ganaría una batalla informática entre GUARD y una nave
espacial llena de Mogs altamente capacitados.
Tengo Sarah enviando mensajes a GUARD,
diciéndole lo que pasó, más sobre Adam, y pedirle su
consejo. Ella lee y responde por mí ya que nos dirigimos
de nuevo hacia el rancho.
GUARD: Si los Mogs no tenían idea de dónde
estabas, tal vez nunca serán capaces de
rastrearte basados en tu dirección IP o ninguna
de tus comunicaciones desde el rancho.
GUARD: pero si saben que estás en algún
lugar cercano de un pequeño pueblo de Alabama,
eso podría ser un problema.
Yo: MIERDA. ¿Qué debemos hacer?
GUARD: Es tu decisión. Deberá llevarles un
tiempo para identificar un área para buscarte.
Podría tomarles horas. Podría tomarles
semanas. No sé cómo de habilidosos son sus
hackers.
GUARD: Es más que probable que acabaran
de arrasar toda el arca a buscarte.
Yo: todas mis notas y esas cosas están en el
rancho. Necesitamos esa información, ¿Pero tal
vez sería mejor si abandonamos la base? ¿Puedes
conseguir todas las cosas del equipo?
Unos minutos después.
GUARD: No, está muerto o apagado. Puedo
realizar un seguimiento de su ubicación, para
obtenerla de forma remota.
No está cargada mi electrónico va a matarme.
Sarah me mira.
—Todo el trabajo lo hemos estado haciendo en tu
computador, ¿verdad? —Pregunta.
—Sí, pero…—Comienzo.
—Podemos pasar y tomar todo. Luego, no lo sé, ir a
uno de esos moteles de mierda que te has vuelto tan
bueno explorando.
—Esto es peligroso —digo.
Ella se ríe un poco.
—Tú no tienes que decírmelo.
Ella le envía un texto a GUARD de nuevo,
diciéndole lo que estamos haciendo.
GUARD: Eres un verdadero patriota para la
Tierra. Mantenme informado. En comunicación
constante.
La noche ha caído completamente en el momento
en que regresamos al rancho. Todo luce justo como lo
dejamos. Tranquilo y aburrido.
—Bernie —dice Sarah, dejando al perro en el asiento
trasero—. Ve a echar un vistazo alrededor, ¿está bien?
Pero ten cuidado.
Supongo que él lo entiende, porque estando todo
tan apagado será mejor que nos apresuremos dentro. Me
dirijo directamente a la trastienda para empacar mis
notas y computadoras mientras Sarah agarra algunas de
nuestras ropas, comida y otras cosas al azar que serán
útiles de noche en el camino. Es casi como si nos
estuviéramos preparando para ir de vacaciones en vez de
correr a escondernos de los extraterrestres y sus secuaces
del gobierno.
Yo solo he tirado mi bolsa de mensajero grande
encima de mi hombro cuando todas las luces se apagan.
Oigo romperse el cristal en la cocina.
— ¡Sarah!—grito.
Ella grita hacia mí que está bien desde la cocina. Me
tropiezo con una silla para llegar a ella, la habitación sin
ventanas está completamente oscura ahora que están
apagadas las luces. Maldigo cuando golpeo el duro suelo,
con mi palpitante brazo izquierdo. Hay un sonido como
cuando el aire acondicionado se pone en marcha y de
repente las luces regresan de nuevo. Vagamente recuerdo
haber visto un generador en la parte posterior de la
casa… gracias de nuevo, GUARD. A medida que me
pongo de pie, pateo la silla fuera del camino. Justo
cuando estoy a punto de salir de la habitación, los
monitores de seguridad arrancan.
Hay por lo menos veinte Mogs acercándose a la casa
del rancho.
Hay una fracción de segundo cuando me congelo,
no puedo ni siquiera hacer que mis piernas se muevan. Y
la adrenalina se estrella sobre mí y me restablece. Agarro
dos pistolas de los estantes de armas y el perno de la
cocina, donde Sarah se agacha sobre unos vasos que tiró
al suelo cuando las luces se apagaron.
—Que fue… —ella comienza.
— ¡Mogs! —susurro.
Antes de que ella pueda responder, una explosión
golpea la puerta.
Ambos nos agachamos detrás de la cocina. Estoy a
punto de decirle a Sarah que se mantenga abajo cuando
ella agarra una de las pistolas que traje de la trastienda y
dispara dos tiros a través de la ventana de la cocina, y le
da a un Mog directo en la frente. Este se convierte en
cenizas y desaparece.
Guau.
— ¿Trajiste municiones? —Pregunta mientras
dispara a través de la puerta delantera y yo apoyo mi
agarre a la escopeta.
Mierda. Municiones.
—No —admito.
— ¿Puedes usar eso? —Ella mira mi arma.
—Sí.
—Entonces cúbreme—dice ella.
A medida que los disparos y las explosiones de los
Mogs rompen el salón y la cocina, salgo desde mi
escondite y disparo oleadas de balas a través de las
puertas y las ventanas, disparo a todos los lugares
posibles donde los Mogs podrían estar. Me pregunto qué
tan jodidos estamos… ¿Cuántos Mogs estaban fuera en
las cámaras en los monitores? Sarah se mueve al cuarto
de atrás, agarrando un gran cuchillo de carnicero de un
bloque en el camino y manteniéndolo en posición a nivel
del pecho, lista para atacar.
No puedo dejar de maravillarme de la chica mala
que se ha convertido mi ex-novia.
Ella reaparece con una bolsa de supermercado
repleta de municiones. Nos agachamos de nuevo detrás
de la cocina para reagruparnos y volver a cargar.
Mantengo mi escopeta apuntando a la ventana de la
cocina.
—Podríamos ir al bunker hacia abajo en la parte
posterior. —digo—. Las puertas de espesor.
—De ninguna manera. —Ella sacude la cabeza—.
Estaríamos atrapados.
—Entonces tenemos que llegar a la camioneta—Me
acaricio el bolsillo para asegurarme que mis llaves siguen
ahí—. Si no la han hecho explotar o algo.
Asentimos entre sí estando de acuerdo. Hemos
estado en este mismo tipo de lío antes, como en la
Secundaria de Paraíso. Solos de regreso en el campus, ahí
tuvimos alienígenas con súperpoderes de nuestro lado.
Ahora estamos solos contra un puñado de Mogs.
Pero entonces, tiendo a olvidar que tengo amigos
que siempre parecen pasar por mí.
Hay un potente rugido afuera, como un maldito
dragón que ha aparecido de repente del cielo.
—Mierda —digo, imaginando una especie de
enorme criatura Mog que puede romper el techo de la
casa en cualquier momento—. ¡Estamos muertos!
—No —dice Sarah mientras carga de nuevo. Su
rostro en realidad se ilumina—. Estamos a salvo.
La mayor parte de los disparos Mog que se han
centrado en la casa de repente desaparecen. Están
disparando a algo más. El rugido suena otra vez, pero
esta vez hay algo casi familiar al respecto… algo que
reconozco. No es como un aullido de un beagle.
Bernie-Maldito-Kosar está destruyendo a los Mogs
en el patio delantero.
Sonrío.
— ¿Puede BK detener a los bastardos de afuera? —
pregunto.
—Por un rato —dice Sarah—. Probablemente.
—Ahora. Ve. Esta es nuestra oportunidad.
Nos movemos al unísono, corriendo agachados
hasta que nos ponemos a cubierto en los lados opuestos
de la puerta frontal. Me asomo, veo varios montones de
cenizas alrededor del césped, así como al menos una
docena de caras de tiburón atacando a BK. En realidad
no estaba tan lejos cuando pensé que había un dragón en
el patio. El perro de John Smith ahora es una bestia
enorme, es todo músculo y garras y dientes encajados a
presión. Uno de los Mogs le dispara en la pierna con su
cañón y en respuesta BK lo empala con uno de sus dos
cuernos que le han crecido en la cabeza.
—Santo infierno—murmuro.
—Vamos —grita Sarah—. BK nos alcanzará.
Y así corremos. Por suerte, la mayoría de los Mogs
se centran en BK, y con lo que nos encontramos en el
camino están distraídos por el rugido de la bestia y los
gritos de sus compañeros pálidos imbéciles tomados por
sorpresa. Unos pocos disparos y no son nada más que
polvo. Subimos a la camioneta de forma rápida, y antes
de que alguno de ellos lo piense, he puesto el motor en
marcha y disparo por el pequeño camino que conduce a
la calle.
Un solitario Mog se interpone entre nosotros y la
puerta abierta de Yellowhammer Ranch. Sosteniendo un
desintegrador con él.
— ¡Agáchate! —le grito a Sarah mientras dispara.
Viro, perdiendo el control de la camioneta durante
unos segundos, pero escapando de la explosión del arma
del Mog. Recupero el control justo a tiempo para chocar
contra él. El extraterrestre rueda sobre el cofre y el techo,
cayendo en el cauce de la camioneta, donde intenta
ponerse nuevamente en pie. Sarah se inclina por la
ventana y le dispara, y juro por Dios que parecemos los
héroes de una película de acción.
—Bernie —ella grita, con su cabeza todavía en la
ventana.
En el espejo retrovisor, puedo ver cambiar a Bernie,
y de repente está surcando el aire como un pájaro de oro
de gran tamaño. Deja escapar un estridente sonido
mientras bate contra el viento con sus alas gigantes,
impulsándose hacia adelante. Aterriza en la parte trasera
de la camioneta, volviendo al perro familiar antes de que
recargarse. Pasa un segundo y medio antes de que su
nariz húmeda esté contra el parabrisas trasero. Ladra por
los paneles y parece aun preocupado, pero totalmente
normal, las orejas le cuelgan al pasar por la puerta de
Yellowhammer Ranch.
—¡Demonios!—dice Sarah respirando
profundamente—. Bien. Estamos bien. Guau.
—No lo sabemos a ciencia cierta. —Le entrego mi
grabadora a Sarah—. Escríbele a GUARD. Dile que
acabamos de escapar de los Mogs.
Le toma unos segundos escribir el texto porque sus
manos están temblando un poco. Mantengo mis ojos
recorriendo la carretera, los campos y el cielo,
aterrorizado por que más Mogs aparezcan en cualquier
momento.
—Bien, esta… —comienza, pero es cortada por el
teléfono que suena.
GUARD está llamando.
— ¡Mierda!—es cómo contesto el teléfono.
— ¿A qué distancia están tú y Sarah de la casa?—
pregunta GUARD. Su voz es la misma un poco
distorsionada, de sonido electrónico de la noche en la que
me advirtió de la trampa del FBI.
Echo un vistazo en el espejo retrovisor.
—No losé. ¿Tal vez un kilómetro y medio? Todavía
puedo verla en…
Soy interrumpido por el sonido de una explosión.
Piso el freno por un instante de pura confusión e instinto,
tanto que volteo mi cabeza para verlo por mí mismo. El
Rancho, ha explotado, todo lo que rodea nuestra casa de
seguridad, se ha ido en una enorme bola de fuego. Tengo
proteger mis ojos.
—Eso se debe encargar de cualquier Mog que se
haya quedado en la propiedad y de limpiar nuestras
huellas —dice GUARD.
Sarah me mira a mí con la boca abierta.
—GUARD, amigo—digo—. ¿Acabas de volar nuestra
casa de seguridad?—Empiezo a gritar—. ¡¿Estuvimos
trabajando encima de una bomba todo este maldito
tiempo?!
—Puedo garantizar que la única manera de que la
bomba explotara era si yo quería, y solo ocurriría en un
caso como este. Estaban perfectamente seguros.
No sé qué decir. Me quedo con el teléfono en
silencio, casi sin respirar. Tratando de entender esto.
—Pon la camioneta en movimiento de nuevo —dice
GUARD—. Ustedes dos están viniendo a mi hogar.
De repente, el GPS de mi camioneta se activa, traza
el camino a un lugar fuera de Atlanta.
—Nos vemos en unas horas —dice GUARD.
Luego de eso, cuelga.
Capítulo Doce
Pasamos junto a otras pocas casas mientras nos alejamos
del rancho. Están aisladas, de igual manera como estaba
la de Yellowhammer, y separadas por kilómetros y
kilómetros de campos y tierra. Todas ellas tienen
pequeños senderos de humo alzándose desde sus patios y
azoteas. No completamente destruidas como mi base,
pero definitivamente dañadas.
Los Mogs seguramente han cercado nuestra
ubicación a una sola área y entonces, sistemáticamente
han buscado casa por casa. Mi cerebro se hermetiza
mientras comienzo a preguntarme quién vivía en esas
casas. A quiénes los Mogs han asesinado en su afán de
encontrarnos.
Toma todo el esfuerzo que tengo para no vomitar.
Conducimos en silencio por un tiempo, escuchando
a BK jadear en el asiento trasero. Creo que ambos
estamos en shock. Finalmente, el silencio se rompe
cuando el móvil de Sarah suena. Es John.
—Antes de que digas nada —dice ella cuando
responde—. Sólo quiero decir que estoy bien.
Ella habla con John en el teléfono, y yo me esfuerzo
por intentar oír qué está diciendo él. Ella le cuenta un
poco de lo que ha pasado y a donde estamos yendo. Me
alegra que no le dé datos específicos, porque no sé qué
tan nuevo es su quemador o qué tan cuidadosos han sido
John y los otros al usarlo.
Casas de seguridad no nos mantendrán con vida,
aparentemente. Pude ser paranoia. Pienso que no sé si
incluso puedo llamar a alguien de nosotros paranoico,
desde que nuestros miedos están totalmente justificados.
—Dile a John que patee algunos traseros Mogs —
digo.
Cuando ella ha colgado el teléfono le pregunto cómo
está su novio extraterrestre.
—Bien —dice ella.
— ¿Estás preocupada por él?
—Cada segundo.
Cruzamos la línea estatal a Georgia cerca del
amanecer. Sarah bosteza demasiado pero no duerme. Le
ofrezco una bebida energética de mi alijo en el asiento
trasero, pero ella niega con la cabeza. Yo me trago una
lata de un golpe.
No mucho tiempo después mi fiebre regresa, y
comienzo a sentirme un poco mareado. Mi brazo está tan
lastimado que difícilmente puedo usarlo para manejar,
Sarah me hace salir de la autopista para estacionarnos
fuera de una farmacia. Ella entra con algo de dinero y
regresa unos pocos minutos después, demandando que
me mueva al asiento del pasajero. Saco algunas pastillas
Tylenol ante la insistencia de Sarah, y a pesar de la
bebida energética que he bebido, las trago.
Me levanto después de un golpe de Sarah en un lado
de mi cara. Estamos casi ahí. El paisaje luce
misteriosamente similar como lo hacía en la casa del
rancho. GUARD definitivamente tiene maña para
encontrar refugios aislados. Llegamos ante una puerta
entre un puñado de árboles, y el GPS suelta el beep de
que hemos llegado a nuestro destino. Sólo puedo ver
unas pocas estructuras a través de la densa espesura de
increíbles árboles verdes. Un antiguo letrero decía algo
acerca de este lugar sobre ser un huerto de duraznos y
nueces.
Ese debe ser el sitio. La base de GUARD.
—No puedo creer que finalmente voy a conocer al
hombre en persona —digo mientras entramos a un
antiguo camino cortado por filas de árboles delgados y
muertos. Me siento mareado y agotado, pero saber que
GUARD deber estar sólo a un par de metros me llena de
adrenalina.
— ¿Estás seguro que aquí es donde tu amigo está? —
Sarah pregunta. Puedo oír el escepticismo en su voz.
—Él fue quien lo puso en el GPS —digo.
—Es sólo que parece muy... ordinario.
Puedo ver algunos destellos argentados escaparse
por entre las ramas-cámaras. Naturalmente. Se las señalo
a Sarah y le digo que fue lo mismo que pensé de la casa
en el rancho antes de entrar. Supongo que las cámaras
están en todo el lugar, justo como en Alabama. Incluso
posiblemente con armas operadas remotamente también.
No me extrañaría de GUARD.
Eventualmente, todos los árboles dan paso a
grandes prados abiertos alrededor de una casa de campo
blanca y a una construcción enorme de metal detrás de
ella que parece como si soliera ser algún tipo de pequeño
molino o fábrica o algo.
—Él está aquí —digo, más para mí mismo que para
Sarah. Él tiene que estar aquí. Todo empieza a resolverse.
Nos encontraremos con GUARD y pensaremos qué hacer
para abatir a esos Mogadorianos bastardos.
Salto fuera de la camioneta cuando paramos frente
a la casa y soy un poco tambaleante de pie. Mi fiebre está
empeorando. BK me mira con ojos humedecidos igual
que si estuviera realmente preocupado por mí o algo,
pero volteo hacia arriba y sigo caminando. Hay una nota
en la puerta frontal de la cada que sólo dice ―Estoy
Atrás,‖ garabateado en letra confusa. Así que damos un
rodeo a la casa hacia la enorme construcción de metal.
Entramos a través de la puerta del frente y activamos
algún tipo de alarma invisible, porque, repentinamente la
puerta se cierra detrás de nosotros y hay cuatro armas
montadas en brazos robóticos apuntando hacia nosotros.
— ¡Mierda! —Grito mientras intento abrir la puerta.
—Mark —dice Sarah tranquilamente, puedo decir
que ella está flipando.
Me muevo hacia ella pero las armas me siguen,
manteniendo su puntería en cada paso que doy. Así que
doy unos cuantos pasos hacia la derecha y me planto
enfrente de Sarah. A nuestros pies, BK empieza a crecer.
Las orillas de su cuerpo comienzan a contorsionarse,
como si estuviese a punto de transformarse en un
monstruo.
—Yo no me movería más que eso si no quieren
terminar llenos de agujeros —dice una voz sorda.
Ahí hay una figura parada frente a nosotros que es
alta, tan alta como yo, y usando overoles holgados y un
brillante y robótico casco. Algo en eso me es familiar,
pero no sé por qué. Mi mente está confundida por mi
fiebre. Un puñado de herramientas cuelga de un cinturón
alrededor de la cadera de la persona, pero estoy más
preocupado por lo que está en sus manos, que, basado en
lo que puedo recordar acerca de las armas en la vieja
oficina de mi padre, es una pistola de combate
semiautomática.
Docenas de escenarios me llegan a la mente,
ninguno de ellos termina bien para nosotros. Mi
pensamiento más ruidoso grita que he sido engañado
otra vez. Que he sido un gran imbécil y de alguna manera
terminé comunicado con otro falso GUARD. O tal vez
GUARD nunca estuvo de nuestra parte para empezar.
Esta vez no hay una granada misteriosa para salvarme.
Con toda la seguridad en todos lados, suponiendo que
consigamos salir, seguiremos estando muertos.
Detrás de mí, la respiración de Sarah es pesada, y
mi cuerpo entero se estremece por haberla metido en
esto.
Estoy aliviado cuando la figura baja el arma, pero
ese sentimiento es rápidamente remplazado por
confusión cuando el raro casco es quitado. La persona
frente a nosotros es una mujer negra con fuertes y leves
características masculinas. Su cabello afeitado a los lados
que se desvanece en un corto y plano Mohawk en la parte
alta de su cabeza. Un brillo de sudor yace en su cara. Ella
parece una guerrera ruda, pero también es totalmente
atractiva.
Ella mira a BK y musita algo en una lengua que
nunca he oído. Su voz es dominante. Repentinamente,
BK se pone en sus talones.
Demasiado para esa línea de defensa.
—Una chimæra. Maravilloso —dice ella. Luego
desvía su atención hacia mí—. Mark James. Te miras
incluso peor que la última vez que nos vimos.
Es entonces cuando me doy cuenta por qué el casco
me parecía tan familiar. Había visto a esa persona antes.
En nuevo México.
Ella era la mensajera que me entregó el primer
paquete.
—Espera… —digo—. ¿Tú eres GUARD?
Ella asiente, alzando una de sus cejas como si
pensara que de alguna manera me habría dado cuenta de
esto ya. Como si yo tuviera una razón para suponer que la
persona con la que he estado en contacto todo este
tiempo no hubiera sido un conspirativo-obsesivo hacker
introvertido sino una mujer que parece como si estuviera
igualmente cómoda en una portada de revista o un
campo de batalla.
—Puedes llamarme Lexa. Ese era mi nombre en
Lorien.
¿Lorien?
Mi cabeza duele mientras mi cerebro intenta
encontrarle sentido al hecho de que GUARD no es sólo
una chica, sino una alienígena.
¿Qué demonios está sucediendo?
—Mark —dice Sarah, sin aliento. Sus ojos están muy
abiertos y ven hacia algo más allá de la enorme
construcción de metal, detrás de la mujer.
Y entonces veo qué tiene atrapada su atención.
—Bienvenidos al hangar —dice Lexa—. Necesitamos
conseguir arreglarlo. Espero que sean buenos con las
herramientas. Estoy intentando conseguir que esta cosa
ande con los primitivos sistemas de combustible
disponibles en este planeta.
Ella se aleja de nosotros y camina hacia la
destartalada nave espacial plateada estacionada en la
parte trasera del hangar.
FIN.
Agradecimientos
Primero que todo quiero empezar diciendo que no sé cómo se da un agradecimiento (aunque creo que ya empecé).
Quiero agradecer a todos nuestros colaboradores: Laura Caicedo, Mayra Marín, Enya Strobbe, Anairam Mayorga, Josefa Gómez, Andrea Corona, Paula Salvo, Carlos Pavez, Magalli Domínguez, por prestarnos un poco de su tiempo y su disposición para soportar algunos spoilers.
Pero especialmente quiero agradecer a Isaac Crespo y a Cith Moreno (agradézcanle a ella por el archivo) por apoyarme y darme ese extra que se necesita para poder terminar esto en tan poco tiempo. También hago mención honorífica a Josefa G., por prestarse a apoyarme un poco más.
Sin embargo, sin ustedes esta traducción jamás se habría hecho, gracias a ustedes podemos decir que lo hemos hecho por segunda ocasión. Y sé que no es una traducción perfecta, ni se asemeja a nada que ustedes estén acostumbrados a leer, pero, al final de cuentas lo hacemos con muchas ganas de querer compartirlo.
Gracias a Mahe Galván por haber emprendido este proyecto conmigo hace muchos meses, aunque no haya estado, y, fin. Nos vemos hasta la próxima, Lorics.
Ya saben que los hamo.
-Samuu.
También puedes leer:
„La Venganza de Siete‟. Libro Quinto de Los Legados
de Lorien:
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„La Contingencia de la Tierra‟: Pittacus Lore:
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