El fundamentalismo democrático de Ignacio Solares · ... después de pagar el aran cel de todo...
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El fundamentalismo democráticode Ignacio Solares
Ficción histórica y ficción polltica
La estructura anecdótica de Lo noche de Ángeles es la que sigue. El General abandonasu exilio en Texas una noche cerrada de1918, y cruza el Rio Bravo en una barca infernal con el propósito de unirse a losjirones de la División del Norte. La breve tra-
democracia, el reclamo elemental de la tierra y los agravios populares. Separados porlos artículos especificas de sus códigosrespectivos, los Ifderes de esta actitud compartieron un hecho definitivo: la derrota. Laotra actitud, la de Carranza y la de los vencedores finales de la guerra, construyó lamáscara contemporánea de la vida polfticaen nuestro país. Entre una y otra actitud,el fusilamiento del General Felipe Ángeleses una frontera elocuente.
El Felipe Ángeles de Ignacio Solares,aquejado por una tentación moral, resultauna suerte de Bautista de la Revolución: sumuda noticia transformada en elocuenciagracias a su fusilamiento determina el fin deun tiempo y el inicio de otro, la urgenciade un regreso a las causas primeras de lasarmas, y el examen amargo de ocho ar'\osde lucha. Adelanto que la anécdota quefunda la novela (el General atraviesa el RioBravo en medio de la oscuridad y de suspensamientos para reunirse con Villa)adquiere la densidad poética de un infiernoclásico o dantesco, pero también frecuentadeliberadamente el martirio cristiano.
El padecimiento trágico que anima al protagonista de la novela denuncia el partidodesde el cual Solares interviene en el concilio apasionado de las inteligencias en tornode la Revolución Mexicana. Su lectura moralno sólo indica su simpatía por los románticos de nuestra Revolución y su reproche alas consecuencias del desenlace de losacontecimientos, sino además abre sugerencias invaluables para la afiebrada meditación contemporánea del hecho fundador dela historia mexicana en el siglo xx.
En el próximo númerode
,César Vallejo
Universidadde México
con motivo de la detención del General Ángeles: "-[".] Quiere [Ángeles] dejarnos suvida y su muerte como uno de sus planesde batalla, perfectamente trazados, y cadatrozo con una explicación, para que mañanase pueda leer como se lee un hermosotexto." El comentario atribuido a Diéguez estambién el plano de la obra: en La noche deÁngeles, Solares no ha hecho otra cosa quearticular y mostrar su propia lectura deltexto contenido en la vida de Felipe Ángeles. Articulación que no es ajena al historiador. En profundidad, ¿no se trata de lamisma tarea?
Por otro lado, la novela de Ignacio Solaresse inscribe inmediatamente en los debatescontemporáneos sostenidos por la inteligencia profesional en torno de la RevoluciónMexicana. Es imposible dejar de atribuir unagran importancia al escenario histórico deLo noche de Ángeles.
La vida revolucionaria del General FelipeÁngeles recreada por Ignacio Solares en sunovela tiene como extremos en el tiempoel desastre del maderismo y las tensionespoliticas entre Carranza y los generalessonorenses. El tránsito del espléndido estratega y artillero de la División del Nortea través de la Revolución Mexicana sirve aSolares para sancionar, al menos, dos proyectos o dos actitudes en el movimiento de1910. La romántica y la clásica, por dar'nombre a los bandos de una oposiciónmoral en la definición de un proyecto deconvivencia pública para el país. La primeraactitud, la de Madero, la de Villa y Zapata,quiso remover la máscara de la vida mexicana y sacar a la luz los hábitos prístinos de la
Leonardo Martínez Carrizales
Diálogo de la historia en la novela
En la "Nota" que aparece al final de lanovela ganadora del certamen convoca
do por Novedades y Editorial Diana en 1991,Lo noche de Ángeles, su autor, Ignacio So/ares, anuncia que la obra "surgió más de losimbólicamente verdadero que de lo históricamente exacto [.. .]". Un párrafo adelante,Solares sigue su elogio de los recursos de laliteratura y desestima los de la historia. "Supongo que la ventaja del novelista es quepuede llenar con la imaginación los huecosque deja la historia [.. .]". La querella entre laimaginación literaria y el oficio del historiador, alimentada quizá de modo involuntariopor la "Nota" de Ignacio Solares, merececiertos puntos de reflexión en virtud de lanoticia que ofrece sobre los procedimientosdel escritor al redactar Lo noche de Ángeles,asi como también por su arbitrariedad. Laquerella habrla indignado a los historiadoresde la antigüedad grecolatina, de la mismamanera que a los miembros más conspicuos de la Escuela de los Anales.
La exactitud es una palabra injusta parahablar de historia. Al menos, una palabra insuficiente. Su dominio designa el trabajomás elemental, las buenas maneras en lamesa del historiador. Edmundo O'Gormanlo dice con la sencillez de un sentido comúnrigurosamente educado: sin la evidencia deldocumento no hay historia, pero el documento mismo no es la historia. Luego depracticar la obligada aritmética de su oficio,comienza el vértigo del historiador. Junto a
la inteligencia especializada, la imaginación.O para decirlo con palabras que fmportaránen estos apuntes: después de pagar el arancel de todo gremio, comienza el ejercicio dela pasión humana que justifica la entregade un individuo al trabajo historiográfico.
El historiador proyecta las inquietudes desu inteligencia, de sus emociones y de suentorno, sobre la materia de estudio. Nopuede ser de otro modo, lo demás son meras anotaciones al margen de los documentos, o inventarios.
Sin querer admitir/o, Ignacio Solares haincurrido en procedimientos cercanos a unhistoriador, a un verdadero historiador.En alguna página de su novela, atribuye aManuel M. Diéguez las siguientes palabras
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Julio Patán
Un hombre solitariovesla se ha~ inmensa en la imaginación ylos sentimientoS' de Felipe Ángeles: recuerda el desastre de Madero, la amarguraveloz de su primer exilio en Europa, su regreso a las filas del constitucionalismo, lagloria junto a Villa en Torreón y laeatecas,la derrota de Celaya, de León, el nuevoexilio; adivina. según el capricho literario de .Solares, las condiciones de su regreso conun Villa agotado, su aprehensión y su fusilamiento.
(...] noche que le parece anterior a todascuantas vivió, primordial y única. Pozociego y barboteante que lo fascina y loconduce.
En ese suefto. que lo es y no lo es,duermevela que difumina la frontera entre vigilia Ydormir, se le agolpan nuevasimágenes. acuciantes, impostergables,reveladoras.
La enorme noche de Ángeles es tan delicada que termina por disolverse. Su mayorvirtud no es anecdótica. sino simbólica.También es una suerte de engaste: sobre sucuerpo Ignacio Solares monta los productosde su reflexión. 'SU imaginación y su recuento histórico. En dicho producto, Solareshace suyas las ventajas que ofrege, argumentalmente. el destino trágico del que seocupa, asl como las dimensiones panorámicas de su conflicto con el entorno.
Las operaciones de la inteligencia de Ignacio Solares practicadas sobre su materia detrabajo se revelan en las inflexiones de sulenguaje. Las voces gramaticales que se alternan en La noche de Ángeles cumplen conexponer la serie de acontecimientosque constituyen la narración, asl como la reflexión en torno de esa misma serie-o Solaresparece querer enunciar su novela por mediode interrogaciones, de dudas, de preteriblesreveladores. De ahl esa suerte de juicio noctumo en una barcaza instruido por la voznarrativa a Felipe Ángeles.
Junto a la imaginación literaria. IgnacioSolares ha practicado el ensayo. Sus páginas pertenecen menos a la ficción históricaque a la ficción poIltica. Me refiero a la postuIaci6n. en el terreno de la literatura. de unacrftica de los acontecimientos. de las ideasy de las actitudes vitales involucradas en losmateriales históricos. Me refiero también auna postulación no menos necesaria encualquier ficción polltica perdurable: lade las inquietudes que habitan los d1as delautor. O
Ignacio Solares. La noche de ÁngeItJs. EditorialDiana. 1991, 188 pp.
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ya "ruidosa soledad" del titulo es la deLHanta, encargado desde hace ya treintay cinco ar'los de poner en funcionamientouna inmensa máquina prensadora en algúnsubterráneo de Praga.
Hanta es, en efecto, un hombre solitario.Su trabajo le obliga a ensamblar grandesfardos de papel viejo que habrá de convertirse en materia reciclable. Sus contactoscon el hombre se limitan a las peleas con sujefe y a la convivencia esporádica con dosprostitutas gitanas: Hanta vive en y por elpapel. Yes que, pese a todo, es feliz.
El trabajo entre libros (los libros son lasprincipales vlctimas de la prensadora) hahecho de Hanta un hombre -él suele decirio- culto. Ha leido a Hegel, a los clásicosgriegos y a Lao Tse, a Nietzsche, a Camusya Sartre, y ahora está convencido de quela vida nace de la destrucción, y de que elvértigo es inmanente al hecho de existir, yde que la paciencia y la resignación han de
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ser, por lo tanto, patrones de vida y paliativos de la pérdida. Por eso es feliz en su trabajo; por eso es capaz de condenar a ladestrucción a tantos libros y de resignarse asalvar sólo unos pocos; por eso -plausiblemente- puede vivir sin el hombre.
Hanta tiene dos claros antecedentes literarios en el Mersault de El extranjero deCamus, y en Kien, el solitario erudito retra
tado por Canetti en Auto de fe: comparte.por lo menos. la apatla moral del primero yla soledad bibliófila del segundo. Hay quereconocer. sin embargo. que la originalidadno parece ser la inquietud primera de Hra·bal. No podrla ser de otra forma: hay pocascosas tan ajenas a la aridez existencial deHanta como e1lmpetu de un amante de lasrevoluciones literarias. Ufl8 sol«1«1 (j ms·si8do ruidosa es una novela tan quieta comola vida de su personaje: cualquier sen ci6nde movilidad la destruirla del mismo modoen que la vida de Hanta termina cuando d j
de poder ser rutinaria; su principal virtudesté. precisamente, en la capac dad d suautor para impregnar cada momento d I
texto con una atmósfera de monotonla ydesinterés francamente desoladora, induda compatible con el hombre que lapadece. Si Hrabal tenia intenciones detransmitir aburrimiento al lector. Un8 soI«1addemssisdo ruidoss debe considerarseun éxito.convertirse en uno. La insensibilidad quepriva en su ser social es, en definitiva. unpoco menos triste que el contexto que le hadado cabida. Históricamente, es vlctima dela Segunda Guerra Mundial y -hecho siempre expresado de una forma más sutil- delgobiemo comunista checo; vivencialmente.de la incomunicación. propia y ajena.
Hrabal (Bmo. Checoslovaquia. 1914) fue.en su momento, vfctima de las prohibiciones gubernamentales de su pals. Su obranovenstica es, no obstante, de una respetable amplitud. Incluye, además de la obra quenos ocupa, Trenes rigurosamente vigilados yYo que he servido si rey de InglBterrs. también editada en espanol. O
Bohumil Hrabal: Una soledad delTl8Si8do ruidosaTraducción de M6nika Zgustova. Ediciones Destino. colecci6n "Ancora y DeIfin", vol. 647. México.
1991, 160 páginas.
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