El Gráfico (1904-08-16)

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Eseemo. Sr. D. Antonio Maura, Presiden- te del Consejo de Ministros. Mi ilustre y respetable amigo: Sería en muy grande injusticia y no 'menor ingratitud el subrayar por cualquier palabra reticente ó irónica la leyenda de su altivez. Altiva es, sin duda, por naturaleza su persona: ya ello se ad- vierte en el busto erguido, en la cabeza inclinada hacia atrás, en el ademán de tedio ó de agresión para el adversario, en la mirada, fija é insistente, con el duro resplandor del acero... Altiva es, sin duda, su elocuencia: ya ello se decla- ra por el espíritu absoluto de definición, por el carácter sistemático y casi palin- gehésico del programa, por el rictus ge- neralmente opuesto á las convicciones ajenas, por la misma voz, que insinúa suave y armoniosa y acaba colérica y vibrante como un grito de guerra. Pero ni en esa ni en aquella altivez haj r nada que permita disminuir, con notas de vulgar orgullo ó de liviana fatuidad, al hombre, al ministro, ni al artista. ; Yo doy personal testimonio de su lla- neza y de su cortesía: ni una sola vez, eiv las varías'en que imprevistamente vié- rame yo al alcance de sus poderosos me- dios acción parlamentaria, necesité dblerme de desdén ni aspereza; tuvo us- ted para réplicas vivas, pero sin acri- monia; contradicción firme, pero sin equívocos. Supe 3'0 acertar con la me- dida de sus altos respetos. No negó usted ninguno de los que se deben á la mo- destia. \u25a0 A'la llora misma'en que perdíamos un imperio colonial, una escuadra y una historia, el Gobierno (no estaba usted le- jos de él en aquéllos momentos) encon- traba un remedio, á. la calamidad. ¿Có- mo? Denunciando periódicos. Y denun- ciando periódicos cómo entonces, como antes, como después, se quiere hoy des- hacer victoriosamente una siniestra le- yenda. . -',;"/. ; hablar á usted el lenguaje de la sinceri- dad, no daré al empleo de ese arcaico procedimiento de persecución una im- portancia de esencia ni de fondo. Es esa de las denuncias y de los secuestros una vieja miseria y una vieja ruindad, seme- jantes á las salpicaduras del barro ca- llejero... Asunto de cepillo. Todavía no ha habido un Gobierno que cuente en- tre sus verdaderas proezas la. muerte de un periódico. Los que debiendo vivir, desaparecieron, tienen en su historial una de estas dos notas: conveniencia ó incuria de sus fundadores. Los Gobiernos no mataron los gran- des periódicos que se llamaron La Ibe- ria, La Discusión, Las Novedades, Él Progreso, El Resumen... Fueron los par- tidos que había detrás de "ellos; tal vez fueran los propios periodistas... Yo no conozco más que un periódico muerto á manos de un ministro de la Goberna- ción: El Español, órgano ilustre de usted en la Prensa. Pero el ministro de la Go- bernación que acabó con él, pudo ha- cerlo; se llamaba Maura: No, señor pre- sidente; yo no extremaré con usted mi duelo por la persecución. Estas débiles hojas de papel suelen tener una consis- tencia superior á la fortuna un mi- nistro. El Sr. Romero Robledo, podero- so y acometedor, enviaba á las Redac- ciones de ios periódicos carros de mu- danza, y se llevaba las imprentas, las me- sas, y las sillas, y los tinteros.. Han pasado los años, y aquel hombre poderoso y acometedor ha visto desfilar satisfechas todas las ambiciones, menos la su3 ra: hoy es resignado auxiliar de un hombre que vagaba en los limbos de la política c-Uandó el tronaba como la tem- pestad y.-hería -y. deslumhraba como el rayo... ¿Qué me dirán á las; denun- cias que pueda sorprenderme ó pueda alarmarme? . -. q. b. s. m., JULIO BURELL. Y por si aún es tiempo, yo digo á us- ted, señor presidente, que nada sería tan digno de sus fuerzas y de su nombre como el dirigirla de una vez, comenzan- do por hacer de Alcalá del Valle el sím- bolo de una gran justicia. Con toda consideración es de usted amigo y admirador afectísimo, Esa revolución está hecha hoy en to- das partes, y en el más alto grado la simboliza Inglaterra haciendo saber al mundo que, allí donde está un inglés, hay un juez que hace justicia, ó un bu- que, ó un ejército que la imponen Des- graciadamente, esa revolución se de- tiene... . . ' ¡La cuestión, señor presidente, es muy sencilla! ¿Se puede declarar previamen- te calumnioso un inmenso rumor que tiene por origen la declaración reitera- da de noventa y tantas personas? ¿Pue- de desdeñarse, por temeraria y fortuita, una acusación que ofrece testimonios indelebles y materiales de posible in- mediata investigación? Hay una revolución, Sr. Maura, más grande que la de las leyes: cuando en este asunto de Alcalá del Valle se ade lantó Vd. á proponer los indultos de va ríos presos, yo creí llegada esa revolu- ción—revolución consistente en dar se- guridad á los españoles de que su liber tad, su honor, su vida, su hogar, su ha- cienda, su oficio, no han de estar ence- rrados, á la manera de Fez, en el replie- gue frontal del califa ó en el ceño tem- pestuoso del eadí. Nada absolutamente. La Guardia civil continuaría representando para todos los hombres honrados una fuerza social y un gran amparo del derecho. Guardia civil», dice el fiscal que es la petición de luz. Y por creer en esas injurias usted y el ministro de Gracia y Justicia padecen una intermitencia de generosidad. Nada menos i'azonable que ese escrú- pulo. El honor de la Guardia civil, su grande y noble historia, su carácter aus- tero, su misma poesía moral, que hace de dos hombres en medio de las sendas y de los campos símbolos de la fuerza social y del derecho que no prescribe, ¿han perdido jamás sus respetos ni su brillo porque la individualidad aislada haya roto ó interrumpido, en momentos de humana crisis, la férrea disciplina del Cuerpo? He sido gobernador; he tenido á mis órdenes la Guardia civil. No decir de ella sino que de ella me servía para per- seguir el juego de verdad; para imponer el respeto de las leyes al caciquismo con vara de justicia; para cuanto era serio, bueno y urgente. No he conocido sino caballeros y hombres de ley en la Guardia civil. Pero en la Guardia civil, ni en ninguna cor- poración de fines humanos, se entra con el pensamiento puesto en los altares: ¿Qué ocurriría si se descubriese que unos cuantos individuos del instituto benemérito habían delinquido en Alcalá del Valle? NO QUEREMOS SOMBRAS No puedo explicarme en todo este asuntó omisión de su autoridad y de su palabra. ¿Que desconfianza infundirá en su ánimo la colaboración de la Pren- sa en una obra reparadora, cuyos felices comienzos llevan indisputablemente la huella fecunda y luminosa usted? Es tiempo de decirlo y de publicarlo á to- dos los vieritosj'üsted, Sr. Maura, es quién más distante puede hallarse de cuanto suena y recuerda á Alcalá del Valle. No. era usted en él día de los sucesos presi- dente ni ministro; desempeñaba las altas funciones de Gobierno el Sr. Villaverde. Viajaba usted entonces por Europa; con aquella situación, á pesar de cuanto de-' jaran decir Cobián y San Bernardo, no tenía usted otro lazo que el puesto pasi- vo de Sánchez Guerra en el Banco de España. Honradamente escribo, y honrada- mente será esa siempre la verdad, aun para los más tenaces en desconocerla. Encontróse usted, pues, con el asunto de Alcalá del Valle en condiciones excep- cionales de serenidad. El Consejo de guerra, celebrado en su tiempo, le pro- porcionó medios de juicio que él ante- rior Gobierno no había podido tener. La sentencia, firme en bastantes casos, brin- dóle ocasión de aconsejar varios decre- tos de indulto... No rechazó usted en favor de la clemencia ninguna de las . No lo ignora usted. Varios periódicos madrileños—y con ellos una parte con- siderable de la Prensa provincial—se han empeñado en que sea hecha luz, mucha luz, sobre ciertas denuncias for- muladas por 94 ciudadanos españoles á propósito de sucesos y disturbios acae- cidos un año ha en aquel modesto lugar de Andalucía. Entre esos órganos de publicidad cuén- tase El Gráfico, periódico que yo diri- jo; y El Gráfico, que no. está escrito por libertarios ni demagogos, que, aun iri-eductible á cualquier disciplina de grupo ó de partido, pone, sin embargo, en toda política de orden una decidida simpatía, ve con tristeza llegado el mo- mento de renunciar á propagandas y reivindicaciones de paz y de serena jus- ticia, porque, según'claras señales, no se quiere, señor presidente del Consejo, sino el silencio envilecido y medroso, ó acaso el escándalo sonando de una y otra parte sus voces de sinrazón y de in- juria. Las denuncias contra El Gráfico son diarias: se produce diariamente también él secuestro de los ejemplares en las esta- fetas. Si yo he de hablar á usted el len- guaje que merece y en el que mejor aco- modo yo mi espíritu, es decir, si he de ¡Oh! Acaso el epígrafe de nuestras de- nuncias lo expliqué todo: «Injurias á la Precisamente el rasgo de generosidad de usted, indultando á varios de los con- denados y disponiéndose á libertar los restantes, obligábale al esclarecimiento de. las. sombras amontonadas. Treinta y'tantos años'transcurrieron para el in- dulto de los amotinados en Montilla y Aleoy:.más'.de veinte,para la misma me- dida favorable á: ios" reos de «La Mano Negra.» ¿Qué somb'rarnayor puede flotar sobre Alcalá del Valle que esa diligen- cia y esa celeridad del Gobierno en abrir las puertas de la prisión á gente acaba- da de condenar? ¿Qué indicios, qué eo- *as tan extrañas han debido sor- prenderse en el fondo de ese proceso para que esta complicada máquina del expedienté y de Iqs Consejos y de los informes, sacuda en un momento su len- titud y ponga alas" delicadas y"alígeras á su aplastante pesadumbre? El ministro de Gracia y Justicia, que con usted comparte la responsabilidad moral é histórica del Gabinete, intentó dar en el'Congreso uña "explicación:— Indultaremos á los'presos de Alcalá del Valle, para que puedan determinar, sin presión alguna, sus denuncias.—Difícil- mente el Sr. Sánchez de Toca aplicaría en tales proporciones el sentido de equi- dad á los asesinos de Melilla ó Ceuta. Y no.porque pudieran faltar en'caso ne- cesario las más terminantes y calurosas protestas de inocencia. Vendrían á mi- llares. Es qué el señor ministro de Gra- cia y Justicia no se allanaría á descorrer cerrojos y romper cadenas, y sobre todo para una determinada colectividad de penados, sólo porque con voces desespe- radas la palabra inocencia llamara á las puertas de su piedad ó de su justicia. El indulto otorgado rápidamente, el indulto concedido en términos de peren- toriedad nunca vistos, traía de .la mano una ansiedad mayor por un acto de re- paración solemne y definitiva. Y, sin embargo, usted y el Sr. Sánchez de Toca, que libertan á unos, que con- suelan con la esperanza á todos, se de- tienen en el hermoso camino.. En el caso exclusivo de que al'señor Maura importara advertir que la expre- sión donde se consigna no gustar de las sombras, como el concepto que seme- jante frase encierra, se ha visto con des- agrado en Ontáneda, cabría explicar hoy una nueva denuncia de El Gráfico, Imaginamos que por el título que acá bamos de escribir, seguido tan sólo del desarrollo que esas palabras requieren, ni el Gobierno se estimará en el caso de excitar el celo del ministerio público; ni este por espontáneo impulso habrá de .enunciarnos. j. Marqués de /a Ensenada, 8 Doce páginas: DIEZ CÉNTIMOS Martes 16 Agosto de 1904 " - DE LA OLA A LA ROCA - De Enero á Junio ha sido un reguero de pólvora: millares de artículos, de fo- lletos, de discursos, han repetido en to- das las lenguas el relato terrible de los jornaleros de Alcalá... ¿Cómo atajar se- mejante incendio con un soplo? ¿Cómo acabar eso con dos docenas de indultos? En este punto ha comenzado nuestra acción, la acción de los periódicos, y coincidiendo., con.- este movimiento de Prensa; las grandes .iniciativas de usted se recatan, desaparecen y son sustitui- das por las denuncias del fiscal... No conozco cosa menos explicable ni menos acomodada á su indudable supe- rioridad de espíritu. Desde Enero último, en que pública- mente los presos hablan y son oídos, y en que un defensor militar formula de- nuncias de tormento, Alcalá del Valle va tomando las proporciones de una desdi- cha nacional: en París se funda.¿a Es- paña Inquisitorial; Clemenceau y Jaurés recogen la leyenda de los martirios, y estremecen y alarman con sus acusacio- nes la conciencia de Europa; uña inmen- sa muchedumbre se congrega en Lon- dres y lanza en-Trafalgar-sguare una en- sordecedora maldición .sobre nuestro nombre, sobre nuestras instituciones de justicia y sobre las fatalidades históricas de nuestra raza. ventajas puestas por las circunstancias al alcance de su mano y de su rectitud. Pero, ¿es que el asunto de Alcalá dei Valle y todo cuanto encierra ese nombre para el mundo, todo lo que quiere decir si se tienen en cuenta las denuncias falsas ó verdaderas, pero insistentes y clamorosas—de noventa y tantos espa- ñoles, podía hallar término definitivo con sólo un poco de piedad espolvorea- da en la Gaceta? Inútil, por tanto, sería que nadie in- tentase vencer ni-mi pluma ni .mi ánimo á la leyenda de su altivez; y así, yo, sin otro preámbulo, digo á usted, señor presidente, que si en ese rincón apaci- ble de Ontaneda hay señalada para los negocios públicos una hora de generosa preocupación, urge que, muy luego, ella sea por usted invertida en sacar de las sombras en que ya se ennegrece y de la atmósfera curialesca en que se envenena, esta cosa informe y amarga, conocida en el mundo con el nombré de Alcalá /?<??. Valle._ t .. 4 \ \ \u25a0 ., i emm M sEfion MMim

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Eseemo. Sr. D. Antonio Maura, Presiden-te del Consejo de Ministros.

Mi ilustre y respetable amigo:Sería en mí muy grande injusticia y

no 'menor ingratitud el subrayar porcualquier palabra reticente ó irónica laleyenda de su altivez. Altiva es, sin duda,por naturaleza su persona: ya ello se ad-vierte en el busto erguido, en la cabezainclinada hacia atrás, en el ademán detedio ó de agresión para el adversario,en la mirada, fija é insistente, con elduro resplandor del acero... Altiva es,sin duda, su elocuencia: ya ello se decla-ra por el espíritu absoluto de definición,por el carácter sistemático y casi palin-gehésico del programa, por el rictus ge-neralmente opuesto á las conviccionesajenas, por la misma voz, que insinúasuave y armoniosa y acaba colérica yvibrante como un grito de guerra. Peroni en esa ni en aquella altivez hajr nadaque permita disminuir, con notas devulgar orgullo ó de liviana fatuidad, alhombre, al ministro, ni al artista.; Yo doy personal testimonio de su lla-neza y de su cortesía: ni una sola vez, eivlas varías'en que imprevistamente vié-rame yo al alcance de sus poderosos me-dios dé acción parlamentaria, necesitédblerme de desdén ni aspereza; tuvo us-ted para mí réplicas vivas, pero sin acri-monia; contradicción firme, pero sinequívocos. Supe 3'0 acertar con la me-dida de sus altos respetos. No negó ustedninguno de los que se deben á la mo-destia.

\u25a0 A'la llora misma'en que perdíamos unimperio colonial, una escuadra y unahistoria, el Gobierno (no estaba usted le-jos de él en aquéllos momentos) encon-traba un remedio, á. la calamidad. ¿Có-mo? Denunciando periódicos. Y denun-ciando periódicos cómo entonces, comoantes, como después, se quiere hoy des-hacer victoriosamente una siniestra le-yenda. . -',;"/.

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hablar á usted el lenguaje de la sinceri-dad, no daré al empleo de ese arcaicoprocedimiento de persecución una im-portancia de esencia ni de fondo. Es esade las denuncias y de los secuestros unavieja miseria y una vieja ruindad, seme-jantes á las salpicaduras del barro ca-llejero... Asunto de cepillo. Todavía noha habido un Gobierno que cuente en-tre sus verdaderas proezas la. muerte deun periódico. Los que debiendo vivir,desaparecieron, tienen en su historialuna de estas dos notas: conveniencia óincuria de sus fundadores.

Los Gobiernos no mataron los gran-des periódicos que se llamaron La Ibe-ria, La Discusión, Las Novedades, ÉlProgreso, El Resumen... Fueron los par-tidos que había detrás de "ellos; tal vezfueran los propios periodistas... Yo noconozco más que un periódico muerto ámanos de un ministro de la Goberna-ción: El Español, órgano ilustre de usteden la Prensa. Pero el ministro de la Go-bernación que acabó con él, pudo ha-cerlo; se llamaba Maura: No, señor pre-sidente; yo no extremaré con usted miduelo por la persecución. Estas débileshojas de papel suelen tener una consis-tencia superior á la fortuna dé un mi-nistro. El Sr. Romero Robledo, podero-so y acometedor, enviaba á las Redac-ciones de ios periódicos carros de mu-danza, y se llevaba las imprentas, las me-sas, y las sillas, y los tinteros..

Han pasado los años, y aquel hombrepoderoso y acometedor ha visto desfilarsatisfechas todas las ambiciones, menosla su3 ra: hoy es resignado auxiliar de unhombre que vagaba en los limbos de lapolítica c-Uandó el tronaba como la tem-pestad y.-hería -y. deslumhraba como elrayo... ¿Qué me dirán á mí las; denun-cias que pueda sorprenderme ó puedaalarmarme? . -.

q. b. s. m.,JULIO BURELL.

Ypor si aún es tiempo, yo digo á us-ted, señor presidente, que nada sería tandigno de sus fuerzas y de su nombrecomo el dirigirla de una vez, comenzan-do por hacer de Alcalá del Valle el sím-bolo de una gran justicia.

Con toda consideración es de ustedamigo y admirador afectísimo,

Esa revolución está hecha hoy en to-das partes, y en el más alto grado lasimboliza Inglaterra haciendo saber almundo que, allí donde está un inglés,hay un juez que hace justicia, ó un bu-que, ó un ejército que la imponen Des-graciadamente, esa revolución se de-tiene... . . '

¡La cuestión, señor presidente, es muysencilla! ¿Se puede declarar previamen-te calumnioso un inmenso rumor quetiene por origen la declaración reitera-da de noventa y tantas personas? ¿Pue-de desdeñarse, por temeraria y fortuita,una acusación que ofrece testimoniosindelebles y materiales de posible in-mediata investigación?

Hay una revolución, Sr. Maura, másgrande que la de las leyes: cuando eneste asunto de Alcalá del Valle se adelantó Vd. á proponer los indultos de varíos presos, yo creí llegada esa revolu-ción—revolución consistente en dar se-guridad á los españoles de que su libertad, su honor, su vida, su hogar, su ha-cienda, su oficio, no han de estar ence-rrados, á la manera de Fez, en el replie-gue frontal del califa ó en el ceño tem-pestuoso del eadí.

Nada absolutamente. La Guardia civilcontinuaría representando para todoslos hombres honrados una fuerza socialy un gran amparo del derecho.

Guardia civil», dice el fiscal que es lapetición de luz. Y por creer en esasinjurias usted y el ministro de Gracia yJusticia padecen una intermitencia degenerosidad.

Nada menos i'azonable que ese escrú-pulo. El honor de la Guardia civil, sugrande y noble historia, su carácter aus-tero, su misma poesía moral, que hacede dos hombres en medio de las sendasy de los campos símbolos de la fuerzasocial y del derecho que no prescribe,¿han perdido jamás sus respetos ni subrillo porque la individualidad aisladahaya roto ó interrumpido, en momentosde humana crisis, laférrea disciplina delCuerpo?

He sido gobernador; he tenido á misórdenes la Guardia civil. No sé decir deella sino que de ella me servía para per-seguir el juego de verdad; para imponerel respeto de las leyes al caciquismo convara de justicia; para cuanto era serio,bueno y urgente.

No he conocido sino caballeros yhombres de ley en la Guardia civil. Peroen la Guardia civil, ni en ninguna cor-poración de fines humanos, se entra conel pensamiento puesto en los altares:

¿Qué ocurriría si se descubriese queunos cuantos individuos del institutobenemérito habían delinquido en Alcaládel Valle?

NO QUEREMOS SOMBRAS

No puedo explicarme en todo esteasuntó lá omisión de su autoridad y desu palabra. ¿Que desconfianza infundiráen su ánimo la colaboración de la Pren-sa en una obra reparadora, cuyos felicescomienzos llevan indisputablemente lahuella fecunda y luminosa dé usted? Estiempo de decirlo y de publicarlo á to-dos los vieritosj'üsted, Sr. Maura, es quiénmás distante puede hallarse de cuantosuena y recuerda á Alcalá del Valle. No.era usted en él día de los sucesos presi-dente ni ministro; desempeñaba las altasfunciones de Gobierno el Sr. Villaverde.Viajaba usted entonces por Europa; conaquella situación, á pesar de cuanto de-'jaran decir Cobián y San Bernardo, notenía usted otro lazo que el puesto pasi-vo de Sánchez Guerra en el Banco deEspaña.

Honradamente escribo, y honrada-mente será esa siempre la verdad, aunpara los más tenaces en desconocerla.Encontróse usted, pues, con el asunto deAlcalá del Valle en condiciones excep-cionales de serenidad. El Consejo deguerra, celebrado en su tiempo, le pro-porcionó medios de juicioque él ante-rior Gobierno no había podido tener. Lasentencia, firme en bastantes casos, brin-dóle ocasión de aconsejar varios decre-tos de indulto... No rechazó usted enfavor de la clemencia ninguna de las

. No lo ignora usted. Varios periódicosmadrileños—y con ellos una parte con-siderable de la Prensa provincial—sehan empeñado en que sea hecha luz,mucha luz, sobre ciertas denuncias for-muladas por 94 ciudadanos españolesá propósito de sucesos y disturbios acae-cidos un año ha en aquel modesto lugarde Andalucía.

Entre esos órganos de publicidad cuén-tase El Gráfico, periódico que yo diri-jo; y El Gráfico, que no. está escritopor libertarios ni demagogos, que, auniri-eductible á cualquier disciplina degrupo ó de partido, pone, sin embargo,en toda política de orden una decididasimpatía, ve con tristeza llegado el mo-mento de renunciar á propagandas yreivindicaciones de paz y de serena jus-ticia, porque, según'claras señales, no sequiere, señor presidente del Consejo,sino el silencio envilecido y medroso, óacaso el escándalo sonando de una yotra parte sus voces de sinrazón y de in-juria.

Las denuncias contra El Gráfico sondiarias: se produce diariamente tambiénél secuestro de los ejemplares en las esta-fetas. Si yo he de hablar á usted el len-guaje que merece y en el que mejor aco-modo yo mi espíritu, es decir, si he de

¡Oh! Acaso el epígrafe de nuestras de-nuncias lo expliqué todo: «Injurias á la

Precisamente el rasgo de generosidadde usted, indultando á varios de los con-denados y disponiéndose á libertar losrestantes, obligábale al esclarecimientode. las. sombras amontonadas. Treintay'tantos años'transcurrieron para el in-dulto de los amotinados en Montilla yAleoy:.más'.de veinte,para la misma me-dida favorable á: ios" reos de «La ManoNegra.» ¿Qué somb'rarnayor puede flotarsobre Alcalá del Valle que esa diligen-cia y esa celeridad del Gobierno en abrirlas puertas de la prisión á gente acaba-da de condenar? ¿Qué indicios, qué eo-*as tan extrañas nó han debido dé sor-prenderse en el fondo de ese procesopara que esta complicada máquina delexpedienté y de Iqs Consejos y de losinformes, sacuda en un momento su len-titud y ponga alas" delicadas y"alígeras ásu aplastante pesadumbre?

El ministro de Gracia y Justicia, quecon usted comparte la responsabilidadmoral é histórica del Gabinete, intentódar en el'Congreso uña "explicación:—Indultaremos á los'presos de Alcalá delValle, para que puedan determinar, sinpresión alguna, sus denuncias.—Difícil-mente el Sr. Sánchez de Toca aplicaríaen tales proporciones el sentido de equi-dad á los asesinos de Melilla ó Ceuta.Yno.porque pudieran faltar en'caso ne-cesario las más terminantes y calurosasprotestas de inocencia. Vendrían á mi-llares. Es qué el señor ministro de Gra-cia y Justicia no se allanaría á descorrercerrojos y romper cadenas, y sobre todopara una determinada colectividad depenados, sólo porque con voces desespe-radas la palabra inocencia llamara álas puertas de su piedad ó de su justicia.

El indulto otorgado rápidamente, elindulto concedido en términos de peren-toriedad nunca vistos, traía de .la manouna ansiedad mayor por un acto de re-paración solemne y definitiva.

Y,sin embargo, usted y el Sr. Sánchezde Toca, que libertan á unos, que con-suelan con la esperanza á todos, se de-tienen en el hermoso camino..

En el caso exclusivo de que al'señorMaura importara advertir que la expre-sión donde se consigna no gustar de lassombras, como el concepto que seme-jante frase encierra, se ha visto con des-agrado en Ontáneda, cabría explicar hoyuna nueva denuncia de El Gráfico,

Imaginamos que por el título que acábamos de escribir, seguido tan sólo deldesarrollo que esas palabras requieren,ni el Gobierno se estimará en el caso deexcitar el celo del ministerio público;ni este por espontáneo impulso habrá de.enunciarnos.

j.Marqués de /a Ensenada, 8 Doce páginas: DIEZ CÉNTIMOSMartes 16 Agosto de 1904

" -DE LA OLA A LA ROCA

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De Enero á Junio ha sido un reguerode pólvora: millares de artículos, de fo-lletos, de discursos, han repetido en to-das las lenguas el relato terrible de losjornaleros de Alcalá... ¿Cómo atajar se-mejante incendio con un soplo? ¿Cómoacabar eso con dos docenas de indultos?

En este punto ha comenzado nuestraacción, la acción de los periódicos, ycoincidiendo., con.- este movimiento dePrensa; las grandes .iniciativas de ustedse recatan, desaparecen y son sustitui-das por las denuncias del fiscal...

No conozco cosa menos explicable nimenos acomodada á su indudable supe-rioridad de espíritu.

Desde Enero último, en que pública-mente los presos hablan y son oídos, yen que un defensor militar formula de-nuncias de tormento, Alcalá del Valle vatomando las proporciones de una desdi-cha nacional: en París se funda.¿a Es-paña Inquisitorial; Clemenceau y Jaurésrecogen la leyenda de los martirios, yestremecen y alarman con sus acusacio-nes la conciencia de Europa; uña inmen-sa muchedumbre se congrega en Lon-dres y lanza en-Trafalgar-sguare una en-sordecedora maldición .sobre nuestronombre, sobre nuestras instituciones dejusticia y sobre las fatalidades históricasde nuestra raza.

ventajas puestas por las circunstanciasal alcance de su mano y de su rectitud.

Pero, ¿es que el asunto de Alcalá deiValle y todo cuanto encierra ese nombrepara el mundo, todo lo que quiere decirsi se tienen en cuenta las denuncias —falsas ó verdaderas, pero insistentes yclamorosas—de noventa y tantos espa-ñoles, podía hallar término definitivocon sólo un poco de piedad espolvorea-da en la Gaceta?

• Inútil, por tanto, sería que nadie in-tentase vencer ni-mi pluma ni .miánimoá la leyenda de su altivez; y así, yo, sinotro preámbulo, digo á usted, señorpresidente, que si en ese rincón apaci-ble de Ontaneda hay señalada para losnegocios públicos una hora de generosapreocupación, urge que, muy luego, ellasea por usted invertida en sacar de lassombras en que ya se ennegrece y de laatmósfera curialesca en que se envenena,esta cosa informe y amarga, conocidaen el mundo con el nombré de Alcalá

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La ilurqinacióriSAN SEBASTIÁN

NOTA DEL DÍA

Por eso—agregó el ministro—hay quedistinguir y proceder según los casos...En tesis general puede declararse lícitala exhibición de todo emblema regio-nalista. Sería injusto ahogar un senti-miento que es una de las pocas cosas vi-vas que nos quedan, y sobre la cual pue-den levantar los Gobiernos obras deprovecho...

El ideal de la patria—terminó dicien-do—es sagrado. Pero no vayamos por laexaltación de ese sentimiento á herirotros no menos dignos de respeto...

El Sr. Sánchez Guerra tiene razón. Elsentimiento de la patria es una prolon-gación del sentimiento regional, y do latotalidad de éstos se forma aquél.

Pero, ¿cómo es que en ninguna regiónespañola se repiten los lamentables inci-dentes de los bizkaitarras y catalanistas?

Muy justo es que el holocausto á lapatria no excluya el de la región. Perolo que ocurre con los catalanistas y biz-kaitarras es sospechoso, y parece comoque en ellos el culto á la región pre-tende anular el de la patria.

A juicio del Sr. Sánchez Guerra nohay nada punible en la simple exhibi-ción de emblemas regionales, que sonencarnación de nobilísimos sentimien-tos colectivos. Para juzgar la licitud óilicitud de dichos actosüs preciso aten-der á la finalidad de los mismos y álas circunstancias de lugar y momento.

La ostentación de uña bandera cata-lana ó bizkaitarra, si no va acompañadade otros alardes, no puede considerarsecomo pecaminosa. Sin embargo, en al-gún momento puede serlo, convirtién-dose de homenaje al sentimiento regio-nal en- provocación á la idea de la pa-tria...

Un poco de charla con ef ministrode la Gobernación

Los periodistas, en su entrevista dehoy con el ministro de la Gobernación,lo han preguntado sobre la noticia que,desde San Sebastián, telegrafían á ElImparckd de haber aparecido en Pasa-jes un barco de la matrícula de Bilbaoenarbo lando bandera bizkaiíarra.

El Sr. Sánchez Guerra no tenía cono-cimiento del suceso, pero ha repetidocon tal motivo las declaraciones quehizo días pasados á propósito del inci-dente ocurrido en San Felíu de Guixols,por negarse la autoridad marítima delpuerto á que un barco izase la banderacatalana.

Pero nunca es tarde si la justicia esbuena. Ya el Sr. Maura, cuando el in-cidente desagradabilísimo suscitado enel Congreso entre los Sres. Soriano ySánchez Grerra, á pesar de haber mani-festado que no continuaría sin una re-probación unánime de la Cámara parael primero de estos señores, acertó conlas indispensables flexibilidades de cri-terio que el gobierno aconseja. Con oca-sión de los suplicatorios también hallómedio de concertar su voluntad y ei de-seo de las minorías. ¿Será mucho pedir-le lioyj en nombre de" la justicia, que poroficio y desde mozo él pide, una peque-

Si el caso era otro y se averiguabaque, en efecto, muchas declaraciones die-táralas la tortura, con cumplir la lej7"

el Gobierno habría prestado inmenso,señaladísimo servicio á la Justicia.

Hoy ya la situación del Sr. Maura yde sus ministros no es tan llana. Hoy,con las denuncias á la Prensa, cuandoésta limita su acción á pedir esclareci-mientos; con las frases del Sr. SánchezGuerra, de humilde é inoportuna inge-niosidad; con su propuesta de una in-formación en cada Juzgado (proposi-ción que, siendo cosa tan grande, hamerecido, no obstante, un éxito de risaque apetecieran para sí las produccio-nes del género chico); las palabras delSr. Maura asegurando que «todo eso deAlcalá del Valle es muy bonito»... el si-lencio que se advierte en Ontaneda so-bre ei asunto, desde que se habló de élen San Sebastián, rechazando las som-bras; la resistencia, en fin, á una medidaque pide la opinión pública en más deveinte naciones cultas y progresivas,que solicita casi toda España y que encierto modo ordena el Key, son obs-táculos que entorpecen una acción des-embarazada ygallarda por parte del Go-bierno.

Por lo visto eso era ilícito, eso estabavedado, eso debía quedar en la sombra.Veremos si, al dirigirnos hoy al Gobier-no en solicitud de meditación sobre estegrave asunto, incurrimos también en loque el fiscal considera materia de delito.

No queremos sombras, como no lasquiere el pueblo español, según eviden-cian los mitins, la Prensa; el acuerdo delos obreros que pertenecen al Institutode Reformas sociales; como no las quiereel Rey, que con manifestación pública,solemne, hermosa, elocuentísima, lo hanotificado así al Gobierno.

Pues bien; si han de disiparse esasnieblas densas que flotan sobre lo acon-tecido en aquella casa-cuartel cuandofueron invitados á declarar los jornale-ros de Alcalá del Valle, es menester queel Sr. Maura consagre una. porción, si-quiera sea pequeña,-' de su esclarecidainteligencia á considerar la excepcional,la suprema importancia que materia tanenojosa entraña.

Hasta ha poco, la situación del Go-bierno era fácil y diáfana; sus resolucio-nes pudieron ser tan sencillas como cla-ras. No ya ante el continuo rumor demedia España, que viene comentando lode Alcalá del Valle: bastaba lo acaecidoen el extranjero; los mitins celebra-dos en Inglaterra, Alemania, Francia,Bélgica, Austria y en buena parte deAmérica; lo escrito por hombres de laaltura moral ó intelectual de Mr. Hano-taux, pai-a haber acordado la inmediataformación de un procedimiento, desig-nando á tal fin un juez especial, de gran-de y prestigiosa Hombradía.

Establezcamos la hipótesis de que altérmino del sumario poníase en claroc; "1-3 los presos faltaban con todo descaro,; ... verdad; que en vez de hombres pro-picios á servirse del tormento, había en¿1 cuartel de Alcalá del Valle verdaderosfilántropos, que tomaron á su cuidado latarea de pedir y consignar declaraciones,obtenidas con halagos y deleites: ¿po-dría nadie hacer cargos al Gobierno? Sile arguyeran que no debió tenerse encuenta (siguiendo la moda de algunospolíticos) el criterio de los periódicos,siempre podría responder victoriosa-mente el Sr. Maura, afirmando que la at-mósfera creada en todo el mundo civili-zado, exigía la iniciación del procedi-miento para destruir errores que tantose habían extendido.

No creemos haber realizado nada pe-'caminoso dando publicidad á las mani-festaciones que los presos de Alcalá delValle consignan en reiterados y unáni-mes testimonios, tocante al procedimien-to seguido con ellos al tiempo de obte-ner sus declaraciones.

—Con él todos —dijo—; quedo bien sola.Y-casi sola, ó con algunas escogidas amigas

fieles, quedó el poco tiempo que sobrevivió á soesposo.

Las verjas de la ffaería, cerradas desde 5amuerte de su .e&poso, no se volvieron á abrirmás que para dejar paso á su cadáver, y en unamañana de Agosto se unieron en el panteón delos Osrn'as los que en otra mañana de Agosto sehabían separado

La esposa, que no habia reposado desde eltrágico momento, veló aquella noche dolorosa,y cuando llegó al día siguiente la hora solemnede conducir el cadáver á la última morada, ellasalió de la casa detrás del féretro.

Pálida, llorosa, envuelta la gentil figura en loscrespones de amplísimo velo, parecía la imagendel dolor. Lentamente acompañó al cadáver porlas enarenadas calles del jardín, deslumbranteen aquella abrasadora mañana de Agosto.

Al llegar á la verja se detuvo y permanecióinmóvil hasta que colocaron el féretro en la ca-rroza mortuoria. Al ponerse ésta en movimien-to hizo la afligida viuda una profunda reveren-cia de Corte, y cubriéndose después el rostrocon el velo, se volvió hacía la casa más lenta-mente que había salido, sin aceptar el acompa-ñamieruo de nadie.

Aquellas venturas duraron poco; á los triun-fos y las alegrías de Junio sucedieron los duelosya nunca interrumpidos de Agosto.

Aquella esposa se hizo sublime en su dolor, yel viaje en que acompañó á Madrid el cadáverdel esposo adorado para que pasase bajo el te-cho conyugal su última noche de este mundo,tuvo notas conmovedoras.

La recepción del día de San Antonio que pre-cedió á la tragedia de Santa Águeda, fué unamanifestación brillante.del triunfo de la señorade Cánovas del Castillo.

Joaquina Osma, como señora de Cánovas,ocupó con gran dignidad su puesto de esposade uno de los hombres políticos más importan-tes de España, presidente del Consejo de minis-tros gran parte del tiempo que estuvo casada.

En la suntuosa residencia de la iiuerta sevivía con esplendidez, y allí iba Europa, re-presentada por los más notables diplomáticos, árendir homenaje á la noble dama, y allíse cele-braban en la intimidad aquellos banquetes nota-bles, en que se unían en e! ocaso de su vida doshombres que se encontraron en la juventud, yque, siguiendo distintos rumbos, más influyeronen la suerte de Cánovas.

Una americana de alpaca negra, no muy fla-mante; el pantalón, negro también, como la cor-bata, estrecha, que anudaba en un lazo, y elsombrero de castor de! mismo color que la ropa,le daban, en verdad, un aspecto respetable, perono seductor en manera alguna.

Un día se dejó olvidado en un banco el libroque llevaba, y pude ver que trataba de la Prin-cesa de Eboü, aquella mujer que, sin ser un por-tento de belleza, ni mucho menos, pues la falta-ba un ojo, subyugó á hombres tan superiorescomo relipe II y Antonio Pérez.

¿Buscaba el Sr. Cánovas en estos ejemplosdel predominio del talento y del ingenio sobrela figura, en lances de amor, aliento para su•atrevida empresa?

No tuvo nunca las timideces de la niña solte-ra; vestía á su gusto, usaba joyas, y dentro dela familia hacía una vida independiente, no tra-tando á más gente que la que le agradaba.

Todos la consideraban como incasable, has-ta que, rotas las reservas, se hicieron públicas,con general asombro, sus relaciones con D. An-tonio Cánovas, mucho mayor que ella, y que sídebía á Dios un gran talento, no había sido favo-recido con ¡as gallardías ni atractivos de lafigura, ni con las distinciones de la elegancia.

Yo le recuerdo cuando, en la época culminan-te de sus amores, iba al Puerto Viejo, de Biarritz,á ver entrar y salir del mar á su adorado tor-mento, á la hora del baño.

La menor, Joaquina, no imitó á sus hermanasen lo de casarse pronto, y no fué, ciertamente,porque la faltaran partidos, pues la solicitaronlos que se consideraban como los mejores de laCorte.

Las tres niñas crecieron en la opulencia, y encuanto las mayores estuvieron en edad de ca-sarse, contrajeron matrimonio: laprimera, Blan-ca Rosa, con el marqués de Malpica, duque deArión, padre del actual poseedor de este títuloy del ducado de Cánovas; la segunda, con elvizconde del Pontón, que lleva hoy el título deconde de Casa-Valencia.

La duquesa de CánovasNo hace muchos días, en los primeros de este

mes que liega á su mitad, se recordó la trágicamuerte del gran estadista D. Antonio Cánovasdel Castillo, vilmente asesinado hace siete añosen el balneario de Santa Águeda. Hoy viene á mimemoria la figura interesantísima de la que fuésu esposa, y no tardó mucho en seguirle al se-pulcro, pues murió el 16 de Agosto de 1901.4 ~ 1 i — ~a —¿Joaquina Osma, como se la llamó de soltera,se destacó desde niña por rasgos muy determi-nados de su carácter. Sus padres ocupaban enla sociedad de Madrid una posición muy bri-llante.

E! Sr. Osma había venido de América con elprestigio que dan las grandes riquezas y lospuestos diplomáticos. Su esposa era una Zava-la, hermana del general, enlazado con la aristo-crática é ilustre familia de los condes de Oñate.Cuando se instalaron en la Corte eran niñas sustres hijas-

Unos farolillos japoneses colgaban delos balcones; unas bombillas eléctricasformaban luengas franjas á lo largo delas alamedas. Una iluminación fantásti-ca, polícroma, abundante y bella res-plandecía en todo lo ancho de la ciudad.

¿Se organizó aquella fiesta de lucespor una corporación única y fué co-menzada por una sola mano? No. Milesde voluntades intervinieron en la pre-paración, y miles de manos encendíanlos farolillos. Fué una iluminación co-lectiva; y un vecino adornaba un balcón,otro vecino adornaba una tienda, unaSoeiedad de recreo adornaba una facha-da, y el Municipio á su vez, con esplén-dida prodigalidad, formaba en los pa-seos, en las calles y en los edificios pú-blicos notables combinaciones do luces.

¿Cuáles eran las luces más bonitas? Noeran, ciertamente, las de la parte nuevade la ciudad, sino aquellas de la partevieja. Aquéllos arcos simétricos que seatravesaban en las estrechas calles, yque resplandecían en los solitarios callé-jones, y que llenaban de viva claridadlos lugares íntimos de los barrios anti-guos y callados. Y bajo aquella sucesiónde luces, colocadas como arcos triunfa-les, iba la muchedumbre admirada, esamuchedumbre de tres naciones que aquísuele congregarse en los grandes domin-gos del verano.

Al llegar la noche se encendieron lasluminarias.

ningúnEL GRÁFICO no admitirá

trabajo de colabora-ción que directamente no so-licite KASABAL.

MartesPá* 2 EL GRÁFICO Núm. 6516 Agosto 1904

RECORDANDO

Pero, ¿qué luces eran las más feas?Eran seguramente aquellas que ilumi-naban lo alto de la torre de un templo.La torre estaba hueca y dominaba todala ciudad; dentro de la torre había lám-paras eléctricas, y entre la luz interior yla sombra externa se señalaban briosa-mente las aristas de la obra ojival. Detal modo, que parecía la alta torre uninmenso esqueleto, cuya osamenta er-guíase sobre la ciudad, pálidamente ilu-minada...

Pero todas las luces eran bonitas. Aquíformaban gallardas combinaciones decolores, bajo la enramada de la Plaza deGuipúzcoa, conbombillas verdes, rojas,amarillas, blancas; allá delineaban lacurva irreprochable de la Concha; allícoronaban lo largo del puente, sobre lassolemnes y pasajeras aguas de la ría; enla otra parte lucían en lo alto de unatorré, y en lo espacioso de las calles ba-lanceaba la multitud de faroles, de losfaroles japoneses, rayados de varios co-lores, oscilantes y temblorosos, disemi-nados en largas filas.

Y bajo la linda iluminación pasaba laalegre muchedumbre. ¿Cuántos eran losforasteros? Seguramente pasarían de20.000. ¿Y cuáles eran sus procedencias?Ved: grupos de franceses, una pareja in-glesa, una cuadrilla de bilbaíno?, una fa-milia de aragoneses, otra de riojanos,otrade madrileños, otra de salamanquinos. Ylos automóviles pasaban veloces y ru-gientes. ¿Cuántos? Sólo por ei puente deBehobia, en la frontera, vinieron deFrancia más de 60... .

BI1MTALH1S Y CATALANISTASJ. M.a SALAVERRLA.

Para sosiego .de los ánimos entre losobreros españoles, que comienzan á pro-testar ruidosamente en sus reuniones;para tranquilidad del espíritu de justi-cia, alarmado por la clamorosa y cons-tante denuncia de los presos; para res-ponder al movimiento que se advierteen casi toda Europa y que da origená la iniciativa de un bochornoso boicco-tage; para que cerebros perturbados nopuedan engendrar actos' de violenciacohonestando en el hervor de sus ideasde fiebre la parte criminal con lo queestiman castigo de la injusticia triun-fante; para satisfacer los notorios y ge-nerales anhelos de la opinión pública;para cumplir, en fin, augustas, genero-sas y consoladoras indicaciones que des-de la cumbre se hicieran, es urgente, esindispensable que se escriba muy lue-go el primer folio de esas actuaciones.

Por eso plagiamos al Rey de España,y por eso decimos con segura concien-cia de cumplir un deber: «No queremossombras.»

En ellas ha de concluir España unasiniestra leyenda, ó de castigar enérgi-camente la triste, la nefanda historia deun proceso escrito con sangre, dondelas declaraciones se arranearon concuerdas que oprimen, con manos quetorturan, con lenguas que ofenden.

Sobradamente se nos alcanza que nocorresponde á la Prensa hacer designa-ción alguna; pero estamos ciertos de noproducir el menor daño consignandoque el juicio do muchas gentes~señalacomo fiel é inteligente representante dela justicia al magistrado Sr. Landeira,de quien en días bien próximos hizopública y solemne apología ei Gobierno.

Fuera de la leve pesadumbre que cre-yera recibir un amor propio en demasíasusceptible, ¿hajr algún inconvenientepara que se proceda á instruir ese suma-rio, dirigido por un juez especial?

El'camino es ese y no otro alguno.Acu¿a, y acuda pronto, á Sevilla, á'Ron-da, á Alcalá del Valle el magistrado quese nombre. Allí tiene las denuncias es-critas; allí están los presos que se pro-claman víctimas de crueles, de inicuastorturas; allí pueden oírse y compulsar-se los testimonios, que, según nuestrosinformes, abundan; allí cabe examinarlas cicatrices que los obreros encarcela-dos exhiben.

ña transacción con la realidad, para que,abandonando la actitud pasiva del Go-bierno y el feliz pensamiento del minis-tro de la Gobernación, acuerde la aper-tura de un sumario, confiando sus prác-ticas á un juez especial de notoria com-petencia é integridad?

Page 3: El Gráfico (1904-08-16)

estaba concurridísimo. Habían acudidoá él más de mil moros de las montañaspara verificar transacciones.

Los alrededores de Tetuán son bellí-simos y están adornados por multitudde huertas.

SEXTO CONGRESO ITEIÁGIÍAL

LOS SOCIALISTAS

Luis TABOADA

P. D. Si el gato te resulta gravoso,aun sintiéndolo mucho, puedes "regalár-selo á la señora del principal, que siem-pre tuvo predilección por él.— Vale.

Si pudieras mandarnos unos cuantossellos, nos vendrían muy bien. Yo estu-ve por pedírselos á Lisardo de un modoindirecto, pues teniendo estanco no leresultaríamos muj' gravosas; pero no mehe atrevido mientras no sepa de unmodo terminante cuáles son sus inten-ciones respecto á nuestra hija.

Concluyo por hoy, enviando recuer-dos á la portera y un abrazo de la niñay mío para ti. Tu esposa, que te quie-re, — Ceferina.

Te digo que por poco ocurre unadesgracia, pues. Lisardo estaba ciego, yal ver caer á la niña tiró lo que tenía enla mano, que era el acordeón, y se fuék ella como un loco, para evitar que sediera un golpe. Todo esto prueba queestá verdaderamente enamorado, y es-pero que entre ho}r y mañana fije la fe-cha de la boda, aunque á mí nada mehabló todavía.

Bénova

—En Barcelona se ha estrenado últimamenteuna zarzuela que lleva por título. Els Allotjats,adaptada al idioma castellano por D. JacintoCapella. La obra es indecorosa.

El fracaso fué ruidosísimo.

—Anoche cerró sus puertas el teatro Apolocon las últimas representaciones de El barqui-llero, Elpobre Valbuena, Los picaros celos yElterrible Pérez.

—Hoy celebra su función de beneficio la hermo«sa tiple Srta. Surano, que trabaja en los Jardinesdel.Buen Retiro. Se pondrá en escena La Masco-ta, y en uno de los entreactos la beneficiadacantará La mugnoria.

La obra, que está admirablemente hecha, vie-ne á romper lanzas en pro del modernismo enel teatro.

Se estrenará en la Princesa durante la próxi-ma temporada.

La Compañía dramática que dirige el prime!actor García Ortega' ha comenzado en Segoviala serie de estrenos con el de la preciosa come-dia de! ingenioso autor cómico Enrique LópezMarín, titulada La condesa X, que obtuvo ungran triunfo desde las primeras escenas.

El Sr. García Ortega y la señorita Bremón«bordaron» materialmente sus papeles, recibien-do muchas ovaciones de! público.

—El eminente médico D. Manuel de TolosaLatour ha entregado un drama original, que setitula Camino adelante, al simpático artista Emi-lio Thuilüer.

Méjico

Próximamente se verificará la primera repre-sentación del hermoso drama Signorina Bom-bóles'.

Nombráronse seis comisiones para in-formar sobre los temas siguientes:

Táctica en la política colonial. Laemigración. Huelgas generales. Segurospara obreros. Trusts y paros. Validaciónde mandatos por secciones.

A propuesta de Vailíant acuérdase so-meter la cuestión al fallo del comité or-ganizador.

Yandervelde opónese, porque, á sujuicio, la triple representación podríacontribuir al*fraccionamiento del par-tido.

Allemane solicita que de los tres vo-tos que corresponden á Francia se ad-judiquen dos al partido socialista revo-lucionario, reservándose el tercero parael gubernamental.

POR TELÉGRAFO

La sesión.—Ei debate.—ComisionesAinsterdam 15.

El congreso socialista ha celebradosu primera sesión.

Se promueve un incidente entre losdelegados Vailíant, Allemane y Vander-velde, por pretender el primero que seconfieran tres votos á cada país para surepresentación en la Comisión que hade informar sobre las huelgas gene-rales.

El proyecto para dicho tapiz fué dibuja-do por el distinguido artista D. SebastiánAguado, profesor de la clase de Cerámicade aquella Escuela, premiado por sus tra-bajos con medalla de oro en la última Exposición nacional.

UNA ESCUELA MODELOLa clase librede Blondas y encajes de la

Escuela Superior de Artes industriales, deToledo, compuesta de un gran número deseñoritas de aquella población, acaba depresentar un magnífico tapiz de encaje,que, á juzgar por lo que dicen los periódi-cos de Toledo, es una verdadera" mara-villa.

Mi querido Ramón: Te escribo, sin es-perar ia tuya, para contarte lo muchoque nos hemos divertido en una jiracampestre organizada en la tertulia dela señora del diputado, que, como sabes,nos quiere muchísimo.

La otra noche se habló de ir al campo,para que conociéramos estos alrededo-res, y de juntar las comidas, y así lo luci-mos. Nosotrss llevamos una tortilla depatatas, de cuatro huevos, y un cuarto dekilo de escabeche de besugo, habiendosido muy felicitadas por los dos platos.Cada cual contribuyó con lo suyo, resul-tando una merienda muy abundante.

No te puedes figurar, querido Ramón,cuánto me acordé de tí, sobre todo alcomer la asadura de carnero con cebollaque llevó la familia del juez municipal.

Estaba riquísima y muy tierna, por-que estos carneros no son como los deMadrid, y consiste más que nada en lospa.-tos.

Después-de la merienda hubo baile,.con el acordeón, que tocó Lisardo, elnovio de la niña, y al final se jugó á lascuatro esquinas y á las prendas, ni másni menos que en el Casino de San Se-bastián, donde, como es sabido, haysiempre esta clase de diversiones.

Alfinal pidieron todos á la niña quebailara sevillanas; pero yo me opuse,pretextando que le dolía el estómago;pero fué porque aquel día llevaba lasbotas viejas, que tienen algo torcidos lostacones, y no quise dar dos cuartos alpregonero.

E:i medio de la alegría general pudohaber habido un serio disguto, porqueLisardo está celoso del otro joven quete dije estudia para notario, y entre iosdos se cruzaron palabras fuertes sobre sila niña come mucho ó come poco. Pare-ce que el notario se dejó decir que ellavenía á este pueblo á sacar la tripa demal año, porque la vio comer mucho hl-gado, á lo cual replicó Lisardo que élno debía meterse en ciertas cosas, máxi-me cuando la niña había contribuidocon su parte alícuota á la merienda. Enpoco estuvo que no se agarraran, y en-tonces la niña, como es tan nerviosa,empezó á soltar carcajadas histéricas, yhubo que darla caldo del cocido, que ha-bía llevado á prevención la señora deljuez.

La correspondencia de carácter ad-minisfrafivo, ó que contenga fotogra-

fías, será dirigida al señor ñdminisfra-dor de EL G7¿ñEI60.El Zoco, como todos los domingos,

. Hemos visitado cuanto de notable en-cierra la ciudad santa de Marruecos.

Fuimos á saludar á nuestro cónsul ydespués nos dirigimos al convento delos misioneros franciscanos.

La Aduana marroquí esta intervenidapor el agente del Banco de París, mon-sieur Duran, á quien he visitado. Díjo-me que del total de los derechos recau-dados queda un 60 por 100 para el Ban-co de París y un 30 para el Sultán. Alprincipio hubo algunas dificultades, quepudieron subsanarse.

Nos dirigimos, en caballerías -, á laplaza.

El camino estaba custodiado por as-karis y soldados del Rey.

El número de turistas españoles as-cendió á 64.

Verificamos el desembarco en el ríoMartín.

POR TELÉGRAFO

Una excursión á Teluán.—La Aduana.—El 2cco.— Aspecto de la población.—España y Marruecos.

Ceuta lo (10,45 noche).Hemos hecho una excursión á Tetuán,

cuyo resultado no pudo ser más agra-dable.

folletín de 6L- 6RHfICO U2

DEUDA SAGRADAPAÚL ROUGETNOTABLE Y POPULAR NOVELISTA DIBUJOS DE MEDINAVERA—TRADUCTOR: ¿3ÜAN DE CASTRO

FRANCÉS

.. ¡En ella pensaba ahora también!... ¡Por ella uní-.íiorir!

Tenía el aspecto de un reo á quien hubiesen atormentado.

Así proseguía el sueño, cada vez más atormentador, y á unashoras amargas sucedían otras aún más crueles.

Cuando á la mañana siguiente Simony, cumplida su delicadí-sima misión, fué á dar cuenta á su amigo de! resultado, le hallótendido en el lecho, sin conciencia de sí mismo, con los ojos desa-tentados, extraviada la vista y las sienes bañadas de un sudorfrío.

¡Su Genoveva'casada con otro!.!Y había pasado cerca de él sin mirarle... fría, altanera, desde-

ñosa!...

Aquella desposada tan blanca, tan gentil, tan hermosa, eraGenoveva.

El joven se veía en una iglesia presenciando un casamiento.Los novios avanzaban hacia elaltar. El, derecho, altivo, arro-gante, con su vistoso uniformé de oficial. Ella blanca', -lilia!,

Pedro, al reconocerla, lanzaba un grito de desesperación, deidealmente hermosa bajo su velo de desposada.

agonía.

Luego á esta pesadilla sucedía otra.

emociones, rendido por una laxitud inmensa, sus párpados secerraron y cayó en un sueño pesado y febril... en una pesadillahorrible, poblada de espantosas visiones.

A veces le parecía que Armando estaba a! lado suyo y que unalucha implacable se había entablado entre los dos... El artistasentía clavarse en.su garganta los dedos forzudos del gigantey el peso formidable de su rodilla le oprimía poderosamente elpecho.

Desde allí se dirigieron. a! Parque de los Príncipes

A\edia hora más tarde los dos artistas salían de la calle deOrset. Tomaron un coche que pasaba, y dieron las señas del se-gundo testigo, el cua! debían encontrar en su casa, así como áun médico á quien Simony .había avisado.

—Muy bien, amigo mío... Concédame usted unos instantes... eltiempo necesario para vestirme á escape, y me tiene usted á sudisposición.

A la llegada del músico, Pedro se había puesto de pie. Ovócon perfecta serenidad su relato, y cuando supo la hora fijadapara el duelo, dijo simplemente:

Dada la reconocida destreza de entrambos adversarios, el en-cuentro sería fatalpara uno de los dos.

Bien pronto haría ya veinticuatro horas que la señora de Tre-manzey descansaba en un nicho de! cementerio Montmartre, di-chosa tal vez, si es cierto que los muertos no presencian losactos de ios vivos.

De común acuerdo, los cuatro testigos habían decidido queel encuentro tendría lugar aquel mismo día, á las tres de la tar-decen el Parque de los Principes.

El arma elegida era la pistola.

dentro de los límites de la más estricta corrección, y, acto segui-do, les había puesto al habla con dos de sus amigos: De la Rochey el conde d'Esclabert;

Una segunda detonación se dejó oir en seguida.Armando había hecho fuego á su vez... Pedro, alcanzado ea

mitad del pecho, giró sobre sí mismo y cayó desplomado alsuelo...

El brazo de Pedro no había bajado á buscar la línea... El ar-tista había tirado al aire.-

La sonrisa de dolorosa melancolía que vagaba en los labios dePedro no se borró ante el tremendo aviso.

—¡Dos!... —volvió á gritar el juez de campo.Al elevarse su voz por tercera vez, fué apagada por el ruido

de un dicparo.

Y, sin embargo, acaso valía, más que así sucediera... ¿No lahabía perdido para siempre?... ¿Y no había perdido con ella todaesperanza de felicidad? Bastante era io que ya había sufrido..¿Por qué no desear el descanso eterno de tantas amarguras?..

En aquel momento se dejó oir la voz de d'Esclabert:—¡Uno!:..

camente sentiría >•

¡Genoveva!.

También estaba pálido el artista, pero no era ciertamente detemor. Su mirada, franca y lea!, sostenía con firmeza la miradarencorosa de su enemigo, yél permanecía inmóvil, sin un estre-mecimiento, en actitud, dig.¡a de altivez y de nobleza.

En aquel momento estaba realmente hermoso, y se compren-día muy bien que Genoveva se hubiese enamorado de él ardien-temente.

¿Adivinaba Pedro lo que Armando pensaba?... Quizá no esta-ba muy lejos de adivinado.

Conocía el pulso sereno, la puntería casi infalible de su ad-versario... ¡Quién sabe si, como éste le había dicho, iba á seraquella la hora de su castigo!... .

contracción de sus labios y en el brillo salvaje de su mirada serevelaba e! odio sin límites que llenaba su alma.

Sin embargo, no estaba libre de cierta inquietud... de ciertotemor acaso.

A la hora prefijada, Armando y Pedro, frente á frente, y cadacual con una pistola en la mano, esperaban, rígidos é inmóviles,la señal de fuego.

El encargo se había cumplido sin dificultadalguna. Acompaña-do de! pintor, su amigo, Simony se había presentado en la es-pléndida casa de! boulevard Courcelles. - .

Armando los había recibido con marcada frialdad, aunque

• Les separaba una distancia de veinte pasos.Habían sorteado las armas que habían de emplearse, y la

suerte se había decidido por las de Armando.El conde d'Esclabert tenía ia dirección del combate.Armando, aunque sereno, estaba ligeramente pálido. En la

Kúrn. 65 EL GRÁFICOMartes

EL VERANEO DE LAS DE PÉREZ

16 Agosto 1904

VII

En el teatro ¿Juárez, de Toluca, se preparanpara -muy en breve los estrenos de Malas he-rencias, María Victoria y Los hijos artificiales.

9~— — r~-. —^^—Todos los intérpretes fueron ovacionadísimos.Milán

Acaba de estrenarse con muy buen éxito unacomedia de G. Antona-Traversi, que se titula/ giorni pai lieti.

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Madrid y provincias

OBRAS Y ARTISTAS/ICTZmLIDñT) CÓMICñ

La colonia hebrea y los moros nos dis-pensaron una afectuosa acogida.

Es lamentable que estos viajes no seanmás frecuentes, pues nos serían muy be-neficiosos y ganaríamos la confianza delos marroquíes, que sienten por nos-otros simpatías más vivas que por otranación cualquiera, según han demostra-do el domingo al vernos pasar por laspintorescas calles de Tetuán, la hermosaciudad española un tiempo.

Page 4: El Gráfico (1904-08-16)

Aquí, que toda obra caritativa encuen-tra albergue y toda buena idea prontarealización, debiera intentarse el funcio-namiento de estas instituciones, que tangrande beneficio^ reportarían á la claseproletaria; necesítase para realizarlo lavolúntad'de una mujer que con la obra seidentifique, y la brillante pluma de unaescritora que sepa mover el ánimo de lasdamas qiiéá tal fin"cooperen. Nadie comousted para.paladín 'de tan buena causa;su inteligencia sabrá salvar obstáculos yvencer, inconvenientes, y su persuasivoestilo aunará convencidos y sumará fuer-zas. El éxito es entonces seguro.

Dk.JosÉI. ELEIZEGLT

3.° Que la mortalidad infantil dismi-nuye en cifras verdaderamente notables.

¿No entrañan importancia social gran-de estas cuestiones?

En España no se le presta, sin embargo,la debida atención, pues aun cuando, res-pecto á la asistencia médica, nada dejaque desear, y no debo ser yo quien de-ellose ocupe, carece la mujer de los elementosnecesarios para que la imposición del tra-bajo no la obligue á prescindir pronto delnecesario descanso cuando su función dematernidad se cumple. Donde el míserojornal del esposo no alcanza á cubrir lasmás exiguas atenciones, se requiere el tra-bajo de la mujer en tal taller ó en aquellaindustria, y cada día que descansa es ácosta de aumentar su déficit ó de caer enmanos de la usura

í.° Que la^ mujer no acuda al trabajoh^rsta que está totalmente restablecida.

2.° Que se evitan gran número de en-fermedades de la mujer, cuya causa radi-ca en dedicarse al trabajo antes de estarsu organismo en condiciones de resis-tirlo.

Por este orden existen en el extranjerogran- número de Sociedades, cuyos resul-tados son:

cantidad proporcional que daba el pa-trono.

En París funciona la Mutualidad Mater-nal, donde lá cuota es de 5") céntimosmensuales y la indemnización de 18 fran-cos por semana durante las cuatro conse-cutivas al parto, con la formal obligaciónde no dedicarse durante este período áningún trabajo, y concediéndole luegouna prima á la mujer que amamante á suhijo.

En las modernas corrientes de feminis-mo, bajo todos sus aspectos y compren-diendo entre ellos el mejoramiento inte-lectual y material de la mujer, debieraatenderse como cuestión preferente y. deinnegable trascendencia .á cuanto sé. re-laciona'con ella en' sus ocupaciones indus-triales, puesto que hoy más que nunca uti-liza la industria su trabajo,, y-lós peligrosé insalubridades inherentes á ella tienenque agrandarse necesariamente cuandoejercen su acción sobre el organismo fe-menino, más escaso en resistencias, débilen sí. y apto para vulnerarse por cualquie-ra de aquellos sus perjudiciales elementos.

En las estadísticas; la mujer obrera al-canza el número mínimo de años de vida;sus hijos, en los primeros años, dan el con-tingente de defunciones; la patología delpecho suma casos en grande; interrúmpe-se su función de gestación con el máxi-mum de frecuencia, y, en suma, sufrepresto y muere prontoTa mujer que consu-me sus actividades en la fábrica y el ta-ller. Cierto que muchas veces no es inhe-rente la causa mortífera al trabajo en sí,;ino que se "origina del-desconocimiento ólescuido de la higiene industrial, qué enmúltiples manufacturas da al patrono laclave de garantir la salud, de sus obreros,mostrándole el medio de prevenir el elec-to nocivo de tal manipulación ó de aque-ja industria, formando un cuerpo de doc-trina interesante y práctico, cuya vulga-rización se impone por muy diversos me-dios; cierto es, también, que desmedidasambiciones ó no regulares deseos de lu-cro, imponiendo á la mujer excesivas jor-nadas, mina unas fuerzas que ya se en-carga de restar á la vez la misión huma-na que ella en la vida cumple; pero sea loque quiera, el hecho es que merece aten-ción y cuidado cuanto se refiera al mejo-ramiento higiénico social del trabajo dela mujer en las industrias.

En las hilanderías en grande escala secomprueba la esterilidad de la hembra,originándose una notable despoblación,puesto que unido á la esterilidad de unasva la frecuencia del aborto en otras, y lahigiene, en su escudriñadora misión, lle-gó á establecer estos hechos y la índoledel trabajo que en las grandes comarcashilanderas ejecuta la mujer. En las fábri-cas de tabaco sufre la obrera diversas ygraves afecciones del sistema nervioso ydel aparato respiratorio, ya por los efec-tos dé la nicotina, que es un alcaloide tó-xico, ya por la inhalación de partículaspulverulentas que, irritando sus bronquiosy pulmón, ocasiona lesiones crónicas, quecomo estigmas de su profesión lleva laobrera en los restantes años de su vida;

Pero en el trabajo de la mujer hay otroproblema aún, de innegable importancia,y que se relaciona con su misión de ma-ternidad, la cual es necesario garantiratendiendo no sólo á lo que pudiéramosllamar el factor fisiológico, sino el- ele-mento social, que consiste en subvenir ála mujer de todo aquello, necesario paraque la lucha por la vida no pueda agotardos existencias, dadas las especiales con-diciones de receptividad á que entoncesse halla sometida. En distintas legislacio-nes se prohibe el trabajo de la mujer encinta en los últimos tiempos de gestación,lo mismo que en un plazo más ó menoslargo subsiguiente al acto del parto; perocorno con la ley tan sólo no se resuelve elproblema, puesto que hay que atender ála fase económica de la cuestión; en otrasnaciones funciona ya el seguro;.unas.ve-ces con carácter oficial; otras respondien-do á iniciativas particulares. En'Alsáciáfundó Dolfus la Asociación de MujeresParidas, cuyos ingresos consistían en 15céntimos quincenales por obrera y una

Comprendiendo esto, en todos los paísesy por todos los legisladores se reglamen-te el trabajo, asignándose en Inglaterraun máximum de sesenta horas de dura-ción por semana, prohibiéndoles en Ale-mania toda clase de ocupación subterrá-nea y en indusirias insalubres, ejemploque siguió también Italia. Bajo este aspec-to de la cuestión se impone, pues, ade-más de una reglamentación ventajosa-mente fundamentada, la inspección rigu-rosa de los talleres, por lo que respecta ásus condiciones higiénicas, haciendo pu-nible el descuido de aquel que no rodee altrabajo de todas las condiciones necesa-rias para que su morbosidad disminuya, yllevando la educación de la mujer las en-señanzas necesarias para que sepa sor-tear el peligro, haciéndola ver con la pres-cripción higiénica, no el capricho del sa-bio, sino la palmaria realidad de los he-chos, y así sé conseguirá que la industriahigiénicamente se mejore, merced á lainiciativa del patrono y á la acción colec-tiva de la obrera.

los talleres de modistas, insalubres en mu-chos casos, sin ventilación suficiente, conatmósfera impregnada y mefítica, dondese mezclan las emanaciones humanas conlos vapores de las planchas y braseros; laposición violenta en que el trabajo some-te al cuerpo de la mujer, la duración délajornada, todos son factores par¿i que deallí salga la anémica y la clorótica, quemás tarde se hará tuberculosa, siendouna víctima del trabajo que á él sucumbe;las hilanderías de seda y el cardado de lalana, operaciones que están á cargo de lamujer, originan densas nubes de partícu-las orgánicas y minerales, que si no seneutralizan en"sus efectos con una venti-lación oportuna, tienen que dejar indele-bles huellas en el aparato respiratorio dela obrera.

«Yo creo—terminó diciendo—que laproposición del diputado Briand- es- lamejor base para la solución legislativadel problema.»

Respecto al Concordato, Combes creeimposible mantenerlo. «El Gobierno•francés—dijo—lo ha respetado, mien-tras la Iglesia lo ha infringido siempreque ha convenido á sus intereses.»

A juicio del presidente del Consejo,la separación de la Iglesia y del Estadoes inevitable. En ün principió Combesno era partidario de ella; pero-la ideaseha abierto camino en Francia, y hay yaun estado de opinión que abona lá re-forma.

El periodista le preguntó si Franciaestaba dispuesta á transigir con Austriaen la cuestión del protectorado de loscatólicos de Oriente, que, al parecer, pre-tendía asumir la última potencia.

Combes abstúvose de dar una respues-ta categórica.

«No* comprendo —dijo--qué interéstendrá Austria en ejercer ese protecto-rado. De Francia solo sé decir que esehonor le-ha costado no pocas contrarie-dades y peligros, sin reportarle ningunaventaja positiva.

»La cuestión —agregó —ha cambiadode aspecto después de la ruptura del Es-tado francés con la Santa Sede. Antes,Francia, en su condición de hija mayorde la Iglesia, podía ejercer, sin recelosde nadie, aquel protectorado. Hoy, lasolución mejor sería que cada Estado seencargase de la defensa de sus subditosen Oriente.»

París lo (10,15 noche).El periódico de Viena La Nueva Pren-

sa Libre, llegado hoy á París, publicauna interesante interviú, celebrada poruno de sus redactores con Mr. Combes,que se halla actualmente veraneando enPons.

SACERDOTE CRIMINAL• En Torrechiva ha ocurrido un lance san-griento entre dos sacerdotes.

. El día 10 se presentó en casa del párrocodé dicho pueblo, Sr. Llopis, otro cura deValencia llamado José Challado, amigo vcompañero de estudios de! anterior, quese hall-aba veraneando en Torrechiva.

Discutieron animadamente, hasta que

EL AMOR DE GENOVEVA

ital é

No, no... aquello no podía confesarlo..E! comandante permanecía aún en actitud de escuchar, con el

entrecejo terriblemente fruncido y la mirada sombría y amena-;

¡Jamás lo confcaría!

En el momento de revelar su visita al escultor, allá, en el apartado estudio de la calle de Orset, Genoveva, acometida de un espanto repentino, creyendo ya ver alzarse fieramente e! brazo dfcsu padre sobre ella para matarla, se detuvo en su confesión >sus labios enmudecieron. -'•— ;".-.-\u25a0,

Como todas las habitaciones de la casa, el despacho era exce-sivamente modesto; cosa natural, puesto que el comandante noposeía otros recursos que su reducida"pensión de retiro.

Sin embargo, mediante una' rigurosa economía de muchosaños había logrado ahorrar, para dote de Genoveva, 30.000francos, que tenía depositados en casa de un banquero.

Cuando su hija compareció comenzó á interrogarla con un tonoirritado y severo, nuncio de la tempestad que rugía en su espí-ritu y que parecía pronta á desbordarse.

Sorprendida por aquel .interrogatorio inesperado, débil parala defensa, incapaz para la mentira, la pobre niña contó entre:sollozos el encantado poema de sus amores... |. El encuentro con Pedro en el Museo del Louvre.;. la airacciór.

mutua é irresistible de sus dos almas... los ardientes juramento?de! artista... los ensueños de felicidad que juntos habían forjado... El militaroía con estupor aquella historia de una pasiónque su instinto paterna! no había sabido prever ni adivinar, y'que acaso toda su autoridad sería ya impotente para arrancarde raíz... La joven, abierto á la confesión el misterioso sagrariode su alma, dejó correr el impetuoso^ raudal de sus sentimientos,y lo contó todo...

Es decir, todo no.

zante...

-. Su rostro, después de haber pasado alternativamente de! color-de la ira al.de la vergüenza, estaba ahora espant'sámente amo-:ratado... Las venas de su cuello, tan hinchadas que parecía queiban á ¿altar, se mostraban, como huellas de latigazos,". ey. grue-.sos verdugones^a/.uládo5... Parecía que iba á a!iogars¿... Duranteunos instantes se hubiese.creído que la apoplegía ¡b.a á descargarsobre él su golpe de muerte...

Sufrido, sin embargo, el primer ímpetu áú c .Cr.flii.ini

Por otra parte, ella tenía confianza en el porvenir... seguridadabsoluta en el cariño de Pedro Creía p.n él s¡n dudas, sin razo-

¿Jamás se.había atrevido á confesarlo á su padre. Sabía queel comandante había proyectado casarla con un, subteniente de.Caballería, hijo de un compañero suyo... Con un muchacho, enfin, á quien "ella ni siquiera conocía, pero á quien había cobra-do repugnancia desde el momento en que supo que su padre selo destinaba para esposo.

Era una adorable criatura, cuya alma, sensible y confiada, sereflejaba en la soberana delicadeza de su rostro y se descubríaá través de los ojos, claros y magníficos. .

Su cuerpo, flexible y admirablemente proporcionado, teníauna belleza tan incomparable, una tan absoluta y hechicera co-rrección de líneas, que traía involuntariamente al espíritu el re-cuerdo de las más puras obras maestras de la estatuaria. \u25a0 ;

En luminoso nimbo de alborada, los cabellos de un hermosocolor de oro,' diademaban aquella frente virginal, cuya serenatransparencia parecía revelar el candido reposo de! espíritu...

Y, sin embargo, bajo la tersa limpidez de aquella frente habíancruzado ya pensamientos tormentosos y sobre la diáfana clari--áad de aquellos ojos puros había pasado una sombra... •

¡Genoveva estaba enamorada!

El comandante Berandier, ó, para hablar con propiedad, eíexcomandahte Berandier, puesto que estaba retirado desde dosaños antes, era uno de esos soldadotes de gesto autoritario y.palabra dura, que, bajo una apariencia áspera y terrible, son áveces los hombres más buenos y más débiles del mundo.

Aunque en !a forma trataba á su hija como otras -veces en elcuartel había tratado á !os soldados, en el fondo la quería contoda su alma, y así lo había demostrado siempre.

Genoveva tenía diez y siete años.

A la mañana siguiente hizo llamar á la ¡oven á su despacho.

Aquella noche no pudo dormir. Poseído de un furor indes-criptible, se la pasó toda entera blasfemando y preguntándosecon rabioso despecho quién podría ser.aquel Pedro á quien él no.había oído nombrar nunca, y á quien, en cambio, Genovevaparecía conocer demasiado.

Aquella revelación anonadó al comandante... ¡Pedro!... El sub-teniente, su candidato, no se llamaba así...

¿Quién era, pues, aquel Pedro?... Y no pudiendo resolver elenigma, el militar ahogó un terrible juramento, y salió, á pasode lobo, de la estancia.

—Pedro... Pedro... ¡Amor mío!.

- Sus labios, apenas entreabiertos, dejaban escapar tenues sus-piros perfumados, y su voz temblorosa hablaba con tiernas in-flexiones de infinita dulzura.

Lleno de curiosidad se dirigió hacia allá de puntillas, y vio áGenoveva dormida, con una sonrisa de éxtasis en los labios.

Sin duda soñaba... y sin duda también era aquel sneño el queiluminaba su rostro con tan dulce expresión de alegría ine-fable...

Se engañaba al pensarlo así. Llegó una hora en que el miste-,rio de aquel amor fué sorprendido por el comandante.

Fué una noche en que éste, absorto en la lectura de las gue-rras napoleónicas, había dejado pasar sin acostársela hora acos-tumbrada. De repente le pareció oir una voz en la alcoba de suhija. , '\u25a0.'•":

¡El la había rogado que esperase!... Pues esperaría paciente-mente, confiadamente, hasta e! día en que pudiera ser suya álos ojos del mundo... Y aquel día habría asegurado para siem-pre la dicha absoluta, el bien supremo de su vida...

Durante mucho tiempo el secreto de su amor permaneció es-.condido en !o más hondo de su alma,-y ella creía que jamás ile-garía nadie á sorprenderle.

namientos... ¡Como se cree en Dios! ¡Oh, es que su Pedro teníaun alma tan franca, tan sincera, tan leal!... ¡Se reflejaba en susojos una ternura tan apasionada, tan ardiente!...

recía...

Además, ella misma, buena y de nobles sentimientos, no sehubiese enamorado de él con toda su alma si no hubiese sidodigno de ta! amor... Puesto que ella le amaba, era que él lo me-

Pág. 4 Martes EL GRÁFICO 16 Agosto 1904 Küm. 65

DE CASTELLÓN

El trabajo de Ja mujer ante la HigieneCUESTIONES SOCIALES

Para María de Atocha \u25a0 Ossorio

El estado del párroco es muy grave.

Al ruido de los disparos y los gritos delherido acudió mucha gente, siendo dete-nido el agresor por el secretario del Ayun-tamiento. "

Cuallado sacó un revólver y disparó trestiros sobre su interlocutor, que le produje-ron otras tantas' heridas, una de ellas enla región torácica.

Quiso huir el agredido; pero Cualiado lepersiguió con una faca, que le. clavó en laespalda. ;' - \u25a0

LA CUESTIÓN RELIGIOSA EN FRANCIA

DECLARACIONES DE COMBES

Page 5: El Gráfico (1904-08-16)

A reserva de dedicar otro dia toda la ex-tensión que se merece al interesante libro Ru-sia por dentro, quenuestro querido compa-ñero Cristóbal de Castro ha publicado re-cientemente, ¡i del que ha hecho ¿a Prensalos más entusiastas elogios, reproducimos ácontinuación un capitulo, entendiendo que elmejor homenaje que puede rendirse al escri-tor es ofrecer las cicas pruebas de su ta-lento.

Tomamos el capitulo al azar. No es elmejor ni el peor del libro. Es sencillamenteuna de las muchas páainas bellas que el li-

bro atesora. // que dan gallarda prueba de las dotes de escritorbrillante i¡ ameno que adornan d Cristóbal de Castro.

Y se fué, y allá quedó solo, dolorido, triste en su candidez filial,este Zar de Rusia, este pregonadísimo autócrata, sobre cuya bondadcasera se ciernen, como cuervos, los Jorge Pitillas de uniforme.

¿Qué ha ocurrido entre el Zar y la Empera-triz? Las sabandijas de palacio se recrean con-tándolo de este modo: Al día siguiente de la ca-tástrofe del Petropaulcsk fué el Zar, como decostumbre, al Palacio Anitovich, residencia dela Emperatriz viuda. Apenas entró, la madre, do-minantona, habló del relevo de Alexeieff, di-ciendo:

—Si relevas á Alexeieff, faltarás al amigo ydesatenderás á tu madre.

El Zar entonces, con su natural cariñoso, seesforzó en convencerla. Expúsola el disgusto ge-neral contra Alexeieff, la actitud delAlmirantaz-go y de los periódicos, los consejos del propiogran duque Alexis Alejandrowitch.Sín embargo,todo fué inútil. María Fedorowna, hecha á do-

minar á Alejandro III, acostumbrada hasta hoy á imponerse á Nico-iás II,con hábito de medio siglo imperador, se puso furiosa y cortó la

\ entrevista saliendo de la estancia, no sin decir:¡ —Está bien. Cuando Alexeieff vuelva, Dios me hará justicia. En-I tre tanto, tu madre se va.

No hay fiesta palatina sin un séquito de embustes; no hay revistamilitar, ni baile, ni ópera á que asista la Corte, sin que los cortesa-nos siembren de chismes la población.

fieaquí un tema delicioso que brindo á Rodrigo Soriano para susmitins, y á Valentín Gómez para sus conferencias en los Luises. Deambas maneras —por el republicanismo ó por el monarqnismo—pue-de estudiarse y aun defenderse, según las creencias ó el temperamen-to, tal y tan curiosa contradicción. ¿Será que el alemán, el inglés yel ruso —todos á cual más religiosos —respetan en la persona de sussoberanos las religiones de que son jefes?

Sea de ello !o que quiera, es lo cierto que en Rusia, como en todaspartes, las sabandijas de Palacio maldicen que no acaban jamás.Aquí, más que en parte alguna, el ministerio de la Corte es un menti-dero; las damas de entrambas Emperatrices, los innumerables ayu-dantes del Zar, los infinitos agregados al servicio de tanto y tantogran duque como ei país sostiene, convierten el Palacio de Inviernoen la camarilla más chismosa.

;.í>5 cortesanos, «única plaga que, según Voltaire, no ha citado laBiblia», tienen, en todas las literaturas, sabrosas páginas de humoris-mo. Los pueblos latinos, especialmente, mostraron su burlona pre-dilección por esta clase; y el epigrama y las anécdotas escribieron,entre sonrisas, todas las decadencias sobernas.

Las razas del Norte, por el contrario, tienen el VIRUS monárquicoen la sangre; el inglés, el alemán y el ruso se jactan de respetar á susSoberanos y, seguramente —si Villon, en lugar de haber nacido enParís, hubiese nacido en Londres; si Boccacio, en vez de escribir enItalia, hubiese escrito en Rusia; si Jorge Pitillas, en lugar de pasearsus coplas por Madrid, las hubiese pregonado en San Petersburgo —la burlona osadía de los tres no hubiera hallado el menor eco.

—¿Por qué tal diferencia política entre las razas del Norte y lospueblos meridionales?

CRISTÓBAL DE CASTRO. AUTOR DEL LIBRO

Izarskoif-Selo está de San Petersburgo un paso. En media hora, átravés de una larga calle de hoteles —donde el incomparable confortruso ha puesto, ya que no su arte, su fabulosa comodidad —, un trencorto y rápido me ha llevado a! imperial sitio esta mañana.

En la estación un' sinnúmero de garadawis, de policías secretosy de sirvientes imperiales hacían de cedazos políticos, no dejandopasar ni á las ratas. Mi pasaporte y mi tarjeta de identidad como pe-riodista extranjero, revisados escrupulosamente, me abrieron el in-franqueable camino, y un iztvoschicht ladrón, luego de sacarme dosrublos por la carrera, me dejó en el vestíbulo del Castillo Grande.

Por sus parques, de tempranos verdores, remando en las barqui-chuelas del gran lago, curioseando estatuas y fuentes, una legión deseñorones paseaban por el Versalles ruso.

Yo contemplé al meditabundo Pouckine que, hecho mármol y oro,soñaba, desde el trono de su pedestal, nuevos primaverales amores.Y recordando su martirio y sus celos, poeta y enamorado yo tam-bién, dejé que el pájaro de mi corazón saliese de su jaula...

Mas he aquí que mi soledad se interrumpe por cuchicheos. Ungrupo de damas elegantes trae, con. el lazo de sus gracias, una es-colta de relucientes uniformes, y detrás —del brazo, como un matri-monio burgués, cuchicheando, como una pareja del Retiro—, el Zary la Zarina avanzan á pocos metros. ¡Oh, dolor! Hasta la soledadde estos parques es intervenida por la etiqueta, hasta el apartamien-to de estas frondas llega el formulismo cortesano, y aquí —como enSan Petersburgo, ce mo en Peterhof, como en todas partes dondevayan —el Zar y laZarina tienen queir por donde la eti-queta ordena. UnTirteafueía, consombrero de tres

picos, adelanta por la calle de árboles, hablacon los Emperadores un minuto, y los Empe-radores tuercen á la izquierda, y yo, pecadorde mí, que esperaba verlos de cerca el rostro,tengo que contentarme con miiar de lejos en-trambas espaldas imperiales .. Nunca perdonarétal desaguisado al antipático señor con som-brero de tres picos.

¿Por qué han venido los Emperadores áIzarskoif-Selo, cuando no fueron la SemanaSanta á Moscou? ¿Por qué. de pronto, deja el

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Sabido, pues, que íay hablillas é historias, lacuestión es averiguó r si son ciertas.

Ya en anteriores crónicas hablé de la tirantezde relaciones entre el Zar y su madre la Empe-ratriz viuda.

A consecuencia del relevo de Alexeieff, el Zary su madre se han disgustado seriamente, y átal extremo llegó el disgusto, que Nicolás II sa-iió ayer con su esposa para Izarskoif-Selo, de-

tina-

—Aquí—me de-cía anoche un fun-cionario palatino— hablan mal decortesanos hastadurmiendo.

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COSTUMBRES MOUJ1K&—TOCANDO LA BALALAIKA COSTUMBRES MOUJIKS —JUGANDO AL SIEVER

Núm. 65 Martes EL GRÁFICO 16 Agosto 1904

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Pág. 5

£= 6 @ S ® 7: T i.s a :: s sBIS IZARSKOIF-SBLO

urólogo de CTXJXvIO BXJRK^IvIv

Del libro de Cristóbal de Castro EUSIá FOE DENIEO

MUJERES RUSAS.—UNA RUBIA DE LAUNIVERSIDAD

MÜ3ERE8 RUSAS.—UNA MORENA DEL«AQUARIUM»

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Page 6: El Gráfico (1904-08-16)

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Treinta hombres contra dos

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GRUPO DE MODISTAS QUE ACUDIERON A VISITAR EL MUSEO DE HISTORIA NATURAL EL ÚLTIMO DOMINGO(Fot. L. Sánchez.)

¡Hermosa alianza la que se da en estasinteresantes criaturas, de la juventud, labelleza, inteligencia, amor ai trabajo yla cultura!

¡Qué contraste forma con la conductode aquéllos la de las modistas!

En cuanto obtuvieron el descanso do-minical dedicaron ese día al cultivo desu espíritu visitando los Museos, y nocomo paseantes, sino fijándose en los ob-jetos, hasta donde esto es posible, en ex-cursiones rápidas.

En el grabado que hoy publicamosaparecen agrupadas en torno de personainteligente que les describe las instala-ciones del Museo Arqueológico.

Uno de los efectos de la conquista dela jornada de ocho horas apreciase en lastabernas por el aumento de concurren-tes. No ha podido tener resonancia algu-na en las Escuelas de Artes y Oficios, cu-yas enseñanzas se hallan organizadas pre-cisamente para esos obreros que han con-quistado la jornada de ocho horas. Niun obrero más acude á sus clases, dondeapenas figuran en un 2 por 100 de losasociados en Madrid.

las modistas y el descanso dominicalLa conquista de la jornada de ocho ho-

ras hubiera sido para los trabajadoresun bien inestimable, de haberse encon-trado en situación de emplear el tiempolibre en cultivar su espíritu ó adquirirconocimientos y prácticas para el mayorperfeccionamiento del oficio; no ha sidoasí.

—Si la Emperatriz no da á luz un. varón, en-tonces, ¿para qué sirve la Emperatriz?

Porque es lo que me decía anoche un ruso fa-nático:

—¿Será niño ó niña? —Esta es, hoy por hoy,la comidilla cortesana, y esto, á falta de noti-cias de la guerra, preocupa al pueblo grande-mente.

Zar sus abrumadoras tareas enPetersburgo, y se viene aquí,como todos los años, como siestuviéramos en circunstanciasnormales, como si no hubieraguerra, en fin? El pueblo res-ponde á estas preguntas vol-viendo á relatar la escena enel palacio de la Newsky: el buenvulgo piensa que el Zar haceeste viaje repentino huyendode los disgustos que su madrele proporciona.

Pero ¿qué sabe el vulgo deestos misterios imperiales?

Los cortesanos, las sabandi-jas palaciegas son los únicosque están en e! secreto. ¿Cuáles el secreto' ¡Ah! Es sabrosí-simo, de lo mas novelero y delo más curioso de saber.

Sí, lector; la Zarina, comouna mujer cualquiera, está desiete meses. Con éste son cincolos embarazos imperiales, yéste, como los cuatro anterio-res, es la comidilla cortesana.Resulta que por haber dado áluz siempre hembras, el Tronoimperial no tiene heredero di-recto: Rusia está sin Zarewitch,y los rusos no perdonan talfal-ta á la Zarina. ¿Que' es eso deparir siempre hembras? —diceel pueblo. Y la pobre Zarina, con su figurilla li-gera, con su aire plácido y melancólico, vieneá airear su embarazo por estos parques, en de-manda de un hijo varón.

UN FÁJAEO DI CUENTAMiguel Martínez Vázquez fué detenido

en el paseo del Gran Capitán la nochedel 13 de este mes por el sargento de laGuardia civil José Retamosa Montes y

En las cercanías de Gor, pertenecienteal partido de Guadix, se cometió el día6 un atentado que revela una barbarieincreíble.

Dos hermanos, llamados Nicolás yBienvenido Pérez, de veinte y veintidós

-^JSS^ÉtíSSSl

La relación de los barcos veleros hacediferir bastante la escala anterior.

rridos.

Inglaterra y sus colonias ocupan el pri-mer puesto por la navegación á la vela;en segundo lugar figuran los Estados Uni-dos de América, siguiendo ya por este or-den: Noruega, Alemania, Italia, Francia,Rusia, Suecia, Dinamarca, Turquía, Gre-cia, Portugal, Holanda y España.

El total de los vapores que surcan losmares en todo el globo es de 18.467, con28.632.684 toneladas, y el de los barcos dovela 10.823, que desplazan 6.156.505 tone-ladas, que hacen un total de 29.290 em-barcaciones mercantes, con 34.789.189 to-neladas. En 1900 estas últimas cifras erarde 28.422 barcos, con 29.043 728 toneladaslo cual revela un incremento bastante no-table en los últimos cuatro años transcu-

España ocupa el quinto lugar en las es-tadísticas marítimo-comerciales, figuran-do tras ella Japón, Holanda, Rusia, Aus-tria, Suecia, Dinamarca é Italia. En losúltimos años, Austria ha conseguido pa-sar desde el duodécimo al noveno lugar,en tanto que Italia ha retrocedido del sex-to al duodécimo

La marina mercantedel mando entero

Según los datos publica-dos por el Llogd's Registerof Shipping para 1901-905,la Marina mercante delReino Unido de la GranBretaña é Irlanda se com-pone de 7.699 barcos de va-por, con un desplazamien-to total del3.999.218 tonela-das, y 1.537 embarcacionesde vela, que representan1.392.132 toneladas. Si á

estas cilrasse agregan las correspondien-tes á la Marina de las; colonias británi-cas, ó sean 1.088 vapores, con 867.309 to-neladas, y 926 barcos de vela con 322.186,resulta un total de 8.787 embarcacionesde vapor, con 14.866.527 toneladas, y 2.463veleras, con un desplazamiento de1.714.318, cuya suma constituye el Imperiomercantil británico.

A continuación de Inglaterra y sus co-lonias viene Alemania, que cuenta 1.483vapores, con 2.891.869 toneladas; siguién-dole en importancia están los EstadosUnidos del Norte América, con 1.266 bar-cos de vapor, de 2.440.794 toneladas.

Desde hace algunos años Noruega se hacolocado sobre Francia en la Marina mer-cante, pues en tanto la primera de dichasnaciones tiene 1.038 vapores, con 1.017.248toneladas, la segunda sólo aparece en losregistros mercantiles con 1.252.457 tonela-das, distribuidas en 755 embarcaciones devapor.

Nicolás, que escapó me-jor, presenta también ero-siones en todo el cuerpo.

El origen del atentadoparece arrancar de laspreferencias de que en unbaile dado la noche an-terior hicieron varias mo-zas del pueblo objeto áBienvenido.

De éstos, Bienvenidotiene graves heridas enla cabeza, varias erosio-nes y contusiones y un es-pantoso magullamiento.

LAS MODISTAS ANTE UNA INSTALACIÓN DEL MUSEO{Fot. L. Sánchez.)

UN CRIMINAL

Esta pudo capturar hasta nuevo de losagresores y conducir á Guadix á los do.*desventurados hermanos.

Los hermanos Pérez, haciéndose losdesentendidos, trataron de esquivar laagresión; pero ésta no se hizo esperar,teniendo los agredidos que emprenderla fuga atravesando á todo correr sem-brados y barrancos, llevando siempreen pos de sí á los perseguidores, que hi-cieron sobre ellos cerca de cuarenta dis-paros de armas de luego.

Rendidos de cansancio, los fugitivosfueron alcanzados al fin, y acorraladosen un campo, se vieron tan bárbara-mente acometidos á bofetadas, pedra-das, palos y puñaladas, que no tardaronen caer ai suelo, donde fueron patalea-dos con tanta saña, que , sobre todoBienvenido, hubiera perecido de allí á"poco sin la oportuna aparición do la Po-licía.

Alregresar, y encontrándose en la sa-lida del pueblo, viéronse sorprendidospor un grupo de mozos de Gor, com-puesto por veinticinco ó treinta, quetrataban de cerrarles el paso, insultán-doles y amenazándoles.

años, respectivamente, vecinos de Gua-dix y fabricantes de sombreros, salieronde esta población para pasar en Gor losdías de feria.

BIENVENIDO PÉREZ, QUE AL BEGRESAKDE GOR CON SU HERMANO, FUÉ ACOME-TIDO POR TREINTA MOZOS Y HERIDO

POR ELLOS GRAVEMENTE(Fot. S. Madrid.)

Miguel Martínez ha cumplido otracondena de presidio por robo en el pe-nal de Granada

El Miguel Martínez Vázquez, que hausado diferentes nombres y tiene unahistoria penal tremenda, se halla recla-mado por la comandancia de la Guardiacivil de Sevilla, por haber tomado parteen diferentes robos, entre ellos el reali-zado en cuadrilla en el molino llamadode la Pasada, en Jilena, provincia de Se-villa. Realizaron este robo de noche, en-trando por la piquera del molino y sor-prendiendo y atando al mulero, que fuéobligado á llamar al amo, D. Juan Zona.

Encontrábase éste con su señora en sushabitaciones, y en cuanto abrió las puer-tas fueron apaleados los esposos y bárba-ramente maltratados, hasta obligarles ámanifestar dónde tenían el dinero, quelos ladrones se llevaron, en cantidad deunos 30.000 duros.

Por no tener con qué amarrarle lle-vaban suelto al detenido, que trató deescapar huyendo y tirando, al correr,puñados de duros, esperando que losguardias se detuvieran á cogerlos; éstosle hicieron varios disparos,y, por último,alcanzáronle, dándole un sablazo que lehizo caer en tierra.

el guardia de segunda Santiago CorzoPenilla.

MIGUEL MARTÍN VÁZQUEZ, LICENCIADODE PRESIDIO Y PROCESADO POR VARIOSROBOS, QUE HA SIDO PRESO EN CÓRDOBA

(Fot. p. MontUla.)

UNA VICTIMA

......

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Í6 Agosto 1904EL GRÁFICO Húnic 65MartesPág. 6

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Page 7: El Gráfico (1904-08-16)

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'cL GRÁFICO

RGEN DE LA PALOMA

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LA FUNDADORA DEL CULTO A LA VIRGENDE LA PALOMA, DOÑA ISABEL TINTERO EN LA CAPILLA DE LA PALOMA

IMAGEN DE LA VIRGEN QUE SE VENERA

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PARÍS

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LA CAPILLA EDIFICADA CON LOS DONATIVOSDE LOS FIELES

LA VIRGEN DE LA PALOMA

Inspirándose un artista en este tiernoepisodio, compuso un cuadro, en el queaparecía la paloma batiendo sus alas al-rededor de la Virgen de la Soledad.

Pasó el tiempo, y en un corral cárga-lo de leña, propiedad de las monjas, en-30ntraron unos niños el cuadro del pin-tor, que, llevado á su abuela por uno delos chicos, llamado Juan Antonio Salce-io. fué vendido después oor cuatro cuar-

La venerada imagen, popular en Ma-drid, particularmente entre los numero-sos vecinos de los clásicos barrios bajos,tiene en su leyenda la poética dulzuraque tan bien cuadra á la Reina del Cielo,y que de modo tan conforme se adaptaá la fe religiosa de los madrileños.

En los comienzos del siglo xvm lasmonjas de San Juan de Alcaraz cuida-ban en su convento unas cuantas palo-mas. Una de ellas, blanca como la nieve,apenas veía á las religiosas, posábase ensus hombros, dando muestras de alegríay queriendo demostrar con sus arrullosla gratitud que sentía hacia las santasmujeres que con tanto cariño le propor-cionaban el diario alimento.

Refiere la tradición que cuando laVirgen de las Maravillas fué trasladadadesde el convento al santuario de sunombre, la blanca palomita preferidade las monjas siguió á la imagen hastaposarse en el nuevo altar en que quedóinstalada.

Historia de su advocación

senta. Ni saben eso los aristócratas y losmillonarios que son agasajados y mima-dos, y oyen decir—sin que lo sientaquien lo dice—miles de elogios de lagalantería española, cuando hay una ga-lantería, y ésta es francesa.

Eso lo saben, eso lo sabemos los quevivimos del trabajo, los que convivimoscon la masa, los que somos simplementeun cualquiera, los que, tomados, pornuestro modo de pronunciar, ya comoamericanos, ya como hijos de Italia, te-nemos muchas veces que callar al pari-siense que nos habla de España, dicién-dole con tono entre desafiante y dolori-do: «Yo, señor, yo soy un español».

Somos para esta gente lo último delmundo. Unas fotografías que están sobremi mesa esperando que les añada unascuartillas para marchar á El Gráfico,os probarán con qué grotesto traje —tra-je de España de Alejandro Dumas—tie-nen que presentarse aquí, si quierentrabajar, ciertos artistas populares nues-tros. Nuestras derrotas últimas han aca-bado, sin razón, con nuestra fama de va-lor colectivo. Nuestra peseta, con un 38y un 40 de pérdida, afianza nuestro motede pueblo niendiant. A mí me han pre-guntado varias veces—y sería triste gra-cia decirlo sin haberlo escuchado—-quesi gasto navaja.

Claro que estos extremo.-; son cosadel vulgo; pero el vulgo es quien forjalas leyendas, que, siempre exageradas,siempre tienen el punto de partida doun hecho. No incurráis en la torpeza delhecho si no queréis la exageración de laleyenda.

Tan fausto acontecimiento concluyóde entusiasmar á los fieles. Los Reyesenviaron buenos regalos, la gente pia-dosa fué pródiga en ofrendas, y pocodespués se levantaba una capilla, cuyocoste se elevó á 500.000 reales vellón ycuya obra fué encomendada al arqui-tecto D. Francisco Sánchez.

En el altar mayor fué colocado el cua-dro adquirido por doña Isabel Tintero.

Desde entonces muchos madrileñosde la «buena cepa» acuden al santuariode la Virgen de la Paloma con gran de-voción, acrecentado este culto cuandollega el tiempo de la clásica verbena,en que se ven todavía «ejemplares» de-

liciosos de la chula de ru-mbo, pudiéndose admirarlas «notas de color» típicasde nuestra tierra.

Poco á poco empezó la devoción po-pular á rendir cuito á la imagen.

Una cura, que el conde de TorresCartas atribuía á milagrosa por haberseencomendado á la Virgen, hizo que losprodigios de la imagen llegaran hastaPalacio. La Reina María Luisa presentóá la Virgen á su hijo (que había de rei-nar con el nombre de Fernando VII),enfermo de escorbuto, rogando con fer-vor que curara de la grave dolencia. Alsiguiente día estaba el Príncipe total-mente curado.

tos á doñaIsabel Tin-tero, tenidapor beata.

Limpió el lienzo la compradora, y.adornándolo de cintajos y papeles de co:lores, lo colocó en el portal de su casa,situada en donde hoy se encuentra lacalle de la Paloma, esquina á la de So-lana.

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No hace mucho, conside-rando en Londres el amplioy, cuando yo lo vi, apacible,Trafalgar-square, manifesta-ba mi sentimiento por nohaber llegado en ocasión depresenciar un mitin en esaplaza, donde la amplia liber-tad británica deja que ten-gan eco las aspiraciones, losdolores, las iracundias de losoprimidos de la tierra.

Ignoraba yo al hablar asíque el motivo para un actode esos podría hallarse muypronto. Ignoraba tambiénque si tal reunión se celebra-ba sería el nombre de Espa-ña una vez más, otra vez más,lo que diera materia para elanatema yla indignación uni-versales. Porque otra vez so-mos sangrienta y depresivaactualidad. Otra vez los ins-

ALTAR MAYOR DE LA CAPILLA DE LA PALOMA(Fots. E. Vela.\

PORTADA DE LA «KERMESSE» INSTALADAEN EL SOLAR DE LA LATINA

Lo que la multitud en cólera de Ger-minal hace con el burgués -que aprove-cha sus medios para ultrajar hijas y mu-jeres, va á decirse y «á probarse» otravez que acontece en España, merced áfuncionarios que llevan uniforme, querepresentan la autoridad, y casi casi lasuprema austeridad de la justicia. ElGráfico que he recibido hoy—«espejoque no hay por qué arrojar»—, va a darque hacer en todos los periódicos ingle-ses y franceses, á los talleres de gra-bado; y el instrumento de tortura queviene en la primera plana de nuestro pe-riódico va á dar la vuelta al mundo y áprovocar maldiciones de todos. Y nue-vamente va á correr la frase, que ignorocómo será en inglés, pero que desdicha-damente sé bien cómo se dice en Fran-cia: — «Ali, l'Espagne, l'Espagne! L'Es-pagne est un pays brutal!»

¿Que hay exageración en esto, ó queesto es «agarrarse» á un temaque se brinda como buenopai'a hacer mi artículo? Pre-guntádselo á Bonafoux, queparece que habla mal de Es-paña, cuando lo que hace esindignarse contra ésta cuan-do ofrece motivo para., queotros hablen mal. Preguntád-selo á Gómez Carrillo, á Mar,á Blasco, á todos los españo-les que llevan aquí tiempobastante para conocer Fran-cia. Y si queréis creerme, yyo no tengo otro bagaje lite-rario que la sinceridad demis cuartillas, preguntádme-lo á mí, que en los meses quevivo alejado de España heconocido un sentimiento queno sospechaba, el patriotis-mo, y una amargura que esconsiderable, la de ver hu-millada y despreciada esaporción geográfica, siempretan cara, siempre tan amada,en que nacimos.

Eso no lo saben ni Sírvela,ni Rodríguez San Pedro, niMaura, aunque quizá lo sepael Sr. León y Castillo, quetiene que luchar aquí, nocontra lo que puede Francia,sino contra aquello que nopuede el país que él repre-

tru mentó sde torturade los inqui-sidores son

reproducidos gráficamente en ese pue-blo inglés, donde los descontentos detodas las naciones del mundo puede quese pregunten si tienen razón para que-jarse, cuando no han sido procesados deMontjuich ni prisioneros de Alcalá delValle. Nuevamente, ante las miradas yel asombro de todos los países de Amé-rica y de Europa, los libertados de nues-tras torturas están mostrando, junto ásu dignidad de ciudadanos, ultrajada yherida, su virilidad de hombres, irrepa-rablemente rota.

Martes Pág. 7~Kúm. 6o

Ib Agosto 1904

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Page 8: El Gráfico (1904-08-16)

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Alprincipio Duray^ con un Darrack, teníael num. 1, ganándole el puesto Henry Fer-man á la sesunda vuelta. A la tercera-.

últimos momentos, pues habiéndose retra-sado hasta el cuarto lugar, ganó de nuevoel primero, alcanzando una victoria queprodujo verdadero entusiasmo en todoslos presentes.

na de fuego y de fuerza, y que sólo difieredel motor.de Rigolli en unos cuantos kiló-metres de velocidad.

También concurrieron coches de LeBlond, Fournier, que debía cubrir en el cir-cuito la hazaña más extraordinaria quepueda soñarse: 120 kilómetros y 9 me-tros en una hora, y 120 kilómetros por ca-

Pocos lugares existen que puedan com-pararse á Houfflize, á 15 kilómetros delcircuito; San Hubert, en medio de los cé-lebres bosques donde el famoso santo ca-zador vio aparecer el ciervo místico; Neuf-challan y Hebay-la-Neuve, en medio delinmenso bosque de Aulier.

Por medio de esos tranquilos pueblos y

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Surge lo de Alcalá del Valle, y creedque estos días quisiera uno no encontrar-se en París, por no sufrir dos mil bo-chornos y dos mil cuestiones.

Tomando la excepción como regla, nose dice que España es un buen pueblodonde á las veces surge un Torquemada,un Pedro Arbués ó un «cabo Botas»,sino que somos el país de los Arbués yde los Torquemadas. Eso del Monjuitch,eso de Alcalá, no son casos aislados—piénsase aquí—, sino lo diario en unpaís cuya salvaje mitad dominadora,martiriza á la otra—pobre y tambiénbestia mitad—, sometida y oprimida.

Se nos representa navajeando en lastabernas; mantándonos, después^ de ro-barnos, por las carreteras; dejándonossacar las tripas en las plazas de toros.

No hace muchos días que Le Matin nosllamaba salvajes por lo de San Sebas-tián, sin recordar que había allí muchosfranceses que fueron por su gusto á lafiesta taurina. Ahora nos llaman nueva-mente asesinos. ¿Y quién pone puertasal campo ni valladares á la fantasía?

Mas descontemos las exageraciones.Descontemos que los periódicos socia-listas y anarquistas han de abultar loshechos, por hacer más simpáticos á suscompañeros españoles. Descontemos elodio de los que no quieren á España.Descuéntese cuanto se quiera. Pero nose rectifica el se dice sino con la calidadde lo que se hizo. Y aquí el hecho aplas-tante, brutal, señores gobernantes nues-tros, es que Europa nos llama nueva-mente salvajes y asesinos, basándosepara la injuria y el desprecio en el casode ese obrero andaluz que pregona aho-ra en Londres la barbarie española conel testimonio irrecusable de un cuerpomutilado.

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Claudio FROLLO

«KERMESSE» ORGANIZADA POR EL CENTRO INSTRUCTIVO DE OBREROS REPUBLICANOS DEL DISTRITO DE LA LATINA

Heath se ponía delante de Clement y LeBlond, en'la mitad de la vuelta en Neu-fhalles; pero á este último le estalló el mo-tor al fin de la cuarta vuelta.

Teste era el corredor favorito, seguidode Clement. Rigolli venía un poco des-pués, con Le Blond, cuya marcha fué ámenudo suspendida por estallidos, en tan-to que Heath daba su última vuelta á te-rrible velocidad, poniéndose á la cabe-za, batiendo á Teste cerca del --Postes sólopor unos segundos.

Clement llegó el tercero, seguido de Ri-golü. Le Blond, Ferman y Duray fueronllegando muy cerca uno dé otro.j Ferman y Gabriel tuvieron malísimasuerte.

G. P.

En definitivallegó para Heath lavictoriaque valientemente persigue desde 1898.

El tnapier» de Mark Mayhed puedeconsiderarse á la cabeza denlas marcasextranjeras, y le siguen en utilidad é im-portancia la Fíat y la Woldley; Darrackse llevó la palma en coches ligeros, dirigi-do por de La Toulouse, el excelente chauf-feur denominado Tant que ca peut, sport-man de corazón.

minos donde subidas, bajadas, paso porpueblos, recodos de carretera, etc., le obli-gaban á moderar su marcha, y que, sinembargo, alcanzó una velocidad de 101kilómetros 500 metros por hora.

¿Quién no recuerda, de los que desde elprincipio seguían los adelantos de auto-movilismo, el famoso coche Fenalzi, de101 la hora, primera é inolvidable impre-sión de veloc'idad?

La carrera ha sido de las más intere-santes que se han visto hasta hoy y lamás llena de episodios inesperados.

A cada minuto el aspecto de ella se mo-Ño se permiten más detenciones oue las

Autornovilfs rrj oEscribo desde el centro de las Ardennes

belgas, al Norte de Arlon y al Sur de Spá,es decir, desde un sitio admirable, llenode salvaje y pintoresca poesía, donde aca-ban de verificarse las celebres carreras deautomóviles conocidas entre los sporlmencon el nombre de ¿El circuito de las Ar-dennes belgas»

Todos los que de sport se ocupan cono-cen el objeto de esta carrera, que no esotro que probar la resistencia continua,sin hacer "alto, de los motores y de los di-versos mecanismos de transmisión, asícomo los neumáticos.

aldeas se vieron pasar ios monstruos quetomaron parte en la carrera, á una velo-cidad ele 160kilómetros por hora. Se seña-laron velocidades fantásticas, y con segu-ridad nunca se habrá visto tal locura.

Sin duda alguna asistieron á esta carre-ra monstruosa los vehículos más rápidosinventados hasta el día.

El que primero llamó la atención fué elautomóvil monstruo de Rigolli, de 170 ki-lómetros de marcha por hora, larga y te-rrible máquina de cuatro cilindros, conocho pistones, bajo una presión infernal,que semejaba un verdadero cráter contí-

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Spá, 7 de Agosto de 1904-i. "* * 1\u25a0ama.- -\u25a0\u25a0£ l~-:~<Z'f'P "̂lilffs ' :- k

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LAS FIESTAS DE LA PALOMA

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DOS .KERMESSES»

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REPARTO DE BONOS EN LA «KERMESSE» ORGANIZADA CON ¡MOTIVO DE LAS FIESTAS DE LA VIRGEN DE LA PALOMA(Fots. L. Sánchez.)

También se ha visto muy animada lakermesse celebrada en el solar del anti-guo hospital de la Latina, habiéndoseverificado con gran afluencia de gente,y ante las autoridades, el solemne actode repartir bonos á los pobres.

Los bailes, en esta kermesse, tampocodejan nada que desear, viéndose en unay otra fiesta infinidad de mujeres boni-tas que lucen la gracia peculiar en lasmadrileñas de aquella populosa ba-rriada.

La tómbola resultó espléndida. Losaficionados á probar fortuna saldríansatisfechos, pues pocas veces el éxito leshabrá sido tan propicio. Grande fué élnúmero de objetos valiosos que corres-pondieron al público. La Comisión harecibido de nuevo otra gran remesa deregalos, debidos á la generosidad inago-table de los correligionarios y sociosdel Centro.

No obstante la enorme aglomex-aciónde personas, el orden fué completo, rei-nando una compostura no frecuente enfiestas de esta clase.

Brillante aspecto presentaba anteano-che la kermesse organizada por el Centroinstructivo de obreros republicanos deldistrito de la Latina.

nuamente en erupción y que transporta alviajero con velocidad tal, que, si pudiesesostenerse, colocaría á París á cinco ho-ras de Marsella y Berlín á ocho horas deParís.

También tomó parte la máquina de Ba-ras, cuyo motor gira con una rapidez, te-rrible y desconcertante, verdadera furbi-

jcasionadas por causas de fuerza mayor.Todo está previsto en las carreras, has-

ta los más pequeños detalles y las inci-dencias probables que pudieran ocurrir.

Pocas carreras hay tan interesantes ytan concurridas y que prometan tantosresultados, pues en los deportes la senci-llez es y será siemnre el ideal.

diíicaba, y hasta el último momento estu-vo indecisa la victoria.

El vencedor, Heath, que salió con el nú-mero 1, conservó su puesto casi todo eltiempo, perdiéndolo sólo durante algunoskilómetros.

Lentamente al principio,aumentósu ve-locidad de una manera vertiginosa en los

Í6 Agosto 1904EL GRÁFICOMartesPáer. 8 Núm. 65

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pronto la ocasión favorable á sus espe-ranzas. •>

Es indudable que el patriotismo ¡aponeses inmenso. Todos los ciudadanos de aquelpaís cumplen sus deberes, por pequeños ylejos que estén del fin prineinal,y la Pren-sa de todos matices, aun erí las más ni-mias cuestiones, jamás desafina.Muchos inventores se han preocupado

de este asunto, y han; construido ambu-

AMBULANCIA BLINDADALas balas y las granadas hieren lo mis-

mo la gente sana que los heridos, los com-batientes que los transportados en cami-llas por ios individuos de la Cruz Roja, vcomo ahora el.fuego alcanza uno ó doskilómetros, la inmunidad de las ambu-lancias es ilusoria. ."

EL DISCURSO DE LA CORONAPOLÍTICA INGLESA

Don Tancredo, que hizo ó medio hizo dos ve-ces su experimento ó lo que sea, salió del pasoentre aplausos y protestas; no me meteré á de-cir de qué parte.estaba la razón, pero sí que meva chocando mucho, y como á mía bastantesaficionados, esos fueras aislados que salen dealgunos tendidos apenas el toro dirige la vista áotro lado, aun cuando no haya llegado á la es-tatua ni con mucho, y que son como la señalpara que el señor que actúa de quitador aban-done su escondite flameando el capóte. '

Hay quien dice que todo es combinación, ¡riodiré yo lo mismo!; pero...

Megía, Crispinito y Havitas, banderillearonbien.

Banderilleando con cortas al sexto, muy bien.Toreando de capa no estiró los brazos lo de-

bido.

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mas, demostración de una sobriedad he-roica.El presupuesto no incluye diversio-nes, ni tabaco, ni vino, ni siquiera las en-fermedades, y con todo resulta en déficitmayor ó menor, según el jornal, pero

siempre indefectible. " ' '

Lo cubre la casa de préstamos. Con elpréstamo muda de dolor el obrero, sa-tisface una necesidad momentánea, la decomer un día, y desatiende una necesi-dad continua, la de dormir sobre un le-cho, la de abrigarse contra la intempe-rie... Y cuando nada le queda que pio-no-rar ó mal vender, el déficit le impone lareducción de sus gastos, ya inverosími-les; le impone el hambre, la extenua-ción, la enfermedad y la muerte prema-tura. - ; •

CLARIDADES

EL CONFLICTO RUSO-JAPONÉS'\u25a0 LjM

Pero... ¿qué sería de este pobre vehícu-lo si le alcanzase una grana'da?

lancias.blindadas, según el modelo quepresentamos.-

El vehículo está movido, por un motor:pero tiene, el grave inconveniente de nopoder transportar más de dos ó tres he-ridos. -\u25a0\u25a0• *\u25a0.'

Fiestas en Mallorca

Hallamos en una revista económicaotra cuenta, que contrasta con los gua-rismos trágicos del presupuesto delobrero.

Al precio á que se vende hoy el pan,una tahona que expenda 1.250 kilos aldía, con todo el peso, en perfecta coc-ción, con los requisitos de elaboraciónapetecibles, gana diariamente 103,40 pe-setas; al año, 37.741, líquidas.

;Ycomo una tahona, para elaborar esoskilos en esas condiciones, puede funcio-nar con 15.000 pesetas, el tahonero ob-tiene de su capital un rédito de 251,60por 100. '

El discurso termina llamando la atención delParlamento sobre la importancia que tiene la-reorganización del Ejército para aumentar lafuerza y la resistencia del Imperio británico.—Fabra.

Espera que todos los subditos del Transvaalse esforzarán por merecer y alcanzar el self-go-vernement._ Las negociaciones con los tibetanos produ^cirán indudablemente una inteligencia favora-ble al desarrollo comercial.

Añade que la reorganización de la gendarme-ría en Macedonia no podrá menos de producirresultados satisfactorios.

Londres 15.

POR TELÉGRAFO

El discurso imperial declarando-terminada lalegislatura parlamentaria hace constar que lasrelaciones con las potencias extranjeras conti-núan siendo satisfactorias; recuerda la conclu-sión del convenio anglo-francés y los acuerdoscon España, Italia y Alemania confiando ai ar-bitraje la resolución de ciertos litigios.

Dice que las operaciones militares en Somalí-landia terminaron con la derrota completa delMullah. 'Lamenta que haya estallado la guerra ruso-japonesa y espera que puedan arreglarse amis-tosamente las dificultades surgidas con las na-ciones neutrales.

Sin embargo, dicen las autoridadesque la cuestión de subsistencias no tienecompostura, que no es posible abaratar-las, ni reprimir á los abastecedores, nien modo alguno salvar la vida de tantagente mísera.

La oowllíada de a^er No se trata de un cañón de nuevo mo-delo. Esta pieza de artillería es, al contra-rio, muy antigua, pues bajo el nombre de(destructor.», se utilizaba por los america-

Un cañón doble

La corrida ha sido buena, sin queocurriesen accidentes graves.

Por la noche se ha quemado una co-lección de fuegos dé artificio, dándosefin á la velada con una traca.

Han terminado las ferias y las fiestas.La traca era de. seis kilómetros.

Se disparó á las dos de la noche.A pesar de la gran afluencia de foras-

teros, especialmente el domingo y lunes,por ser días festivos, no ha ocurridoninguna desgracia.

Luego se improvisó un baile, que es-tuvo concurrido 3r animado.

Se ha cantado en la catedral un so-lemne Te-Deum, asistiendo el Ayunta-miento, autoridades y todas las personasque han contribuido á la organizaciónde las fiestas.

POR TELÉGRAFO

La Exposición de muñecas.—Un baile.—La corrida de toros.—La traca

Palma de Mallorca 16.El alcalde, las autoridades y la Junta

de señoras han cerrado la Exposición demuñecas, repartiendo las recompensasadjudicadas por el "Jurado.

La Junta obsequió á los invitados conun refresco.

nos durante su guerra de la independen-cia (1774-1783).

El inventor de este cañón fué la prime-ra víctima de este arma, cuya primeradescarga salió antes de tiempo.

Este híbrido tiene de león la cabeza, yde tigre el cuerpo. Es maravillosamenteágil y de una sin igual ferocidad.

Se llama «Pririce», y está evaluadoen 50.030 francos.

Un híbrido de tigre y de león¿Qué animal apocalíptico representa la

fiera aquí retratada?¿Es la famosa Tarasca ú otro animal

salvaje desconocido?Este producto, fruto de una leona y de

un tigre, puede verse en el Jardín Zooló-gico de Ilámburgo. célebre como provee-dor de las casas de fieras del mundoentero.

La huelga de VinarozLas noticias oficiales de la huelga son

hoy más satisfactorias.Él gobernador civil de Castellón leie-

gríifía desde Vinaroz, comunicando elcurso pacífico del conflicto y su impresiónde que éste se resuelva satisfactoriamen-te, merced á las activas negociacionesque con tal objeto se realizan!;

Diplomacia femeninacPor qué tú, que tienes tan buen carácter,

te complaces en hacer rabiar á tu marido, quees tan bueno?

—Pues, mira, cada vez que reñimos me traealgún regalo para hacer las paces.

El pie masculino de hace veinte siglos teníaunas veinte pulgadas de largo. El de hoy sólomide, como término medio, 10 314 pulgadas.

Un conocido escultor asegura que el pie hu-mano disminuye cada día.

»Es verdad que elpresente estado de co-sas es un poco delicado (!), y que las rela-ciones entre ambos pueblos han de resen-tirse de sus diversas" posiciones, una másfuerte y otra más débil; pero jamás nos-otros nos mostraremos insoportables niexigentes para .con los coreanos. Todoslos japoneses han de penetrarse bien dela idea de que nuestro Gobierno ha de vi-gilar sus actos en Corea, porque esta pre-caución y este espíritu forman la base denuestra política corean a.»

Así, de un modo vago, tienen que decla-rar que en Corea hay un verdadero esta-do rusófilo, lo cual explica cómo puedenhacer excursiones tan fácilmente y contanta frecuencia los cosacos, por el paíscoreano, donde, al parecer, dominan lastropas japonesas, y en realidad la inmen-sa mayoría del pueblo son afectos á Ru-

_>Esta es la verdad del estado de rela-ciones del Japón con estos dos países.Desgraciadaníente, no llegará nunca eltiempo en que pudiéramos'japonizar to-talmente toda el Asia Oriental.»

Este mesurado artículo, que no deja en-trever hasta las últimas líneas finales laaspiración constante de los nipones, cau-sará muy buen efecto en Europa, y se vela mano habilísima de la diplomacia ja-ponesa, que no descuida detalles para en-cauzar su política, aun aquellos ¿orno lasinformaciones de los periódicos, de tandifícil manejo.

Véase á este efecto lo que dice otro granperiódico de aquel país que pasa por ser-órgano de la oposición constitucional, elNichi-Nichi, hablando de la agitación an-tijaponesa, cada día mayor en Corea:

«¡Esta agitación no estotra que la des-graciada tentativa de las facciones quearrojamos del poder y que quieren reco-brarlo. La actitud del Japón en Corea esabsolutamente clara, corno un libro abier-to a los ojos de todos, porque no tratamosmasque de.proteger eldesenvolvimientó,la seguridad y la prosperidad de la CasaReal coreana, así como el bienestar de supueblo.

»China seguirá sus propias vías y la In-dia su natural camino, que á nosotros nonos puede ni nos debe preocupar. Es más:China no sabrá nunca aliarse con la In-dia.

a Es verdad que estas naciones, geográ-ficamente, están más cerca de nosotros;pero eso es todo. Los japoneses .no repre-sentamos ni queremos representarla razaamarilla, ,y el Imperio del Mikado no as-pira de ninguna manera á ponerse á lacabeza de una Liga pan-asiática. Es más,lo rehusará siempre.. »Nuestro gran padre Confucio dijo que:«No igualarás nunca á ti á tu amigo pe-queño •>, y siguiendo su máxima en losasuntos exteriores, jamás tomaremos elpapel de matamoros, jefes de una cuadri-lla de chicos revoltosos.

La PrensajaponesaEl último número llegado á Europa del

Kokumin, periódico el más importante deTokio,' hace declaraciones interesantesdescubriendo.cuál es el verdadero estadode alma del pueblo japonés ante la pre-sente guerra.

. Titúlase el artículo El Japón es el Japón,y dice:

(iEl Japón es el Japón, como Chinaes China, y la India es la India. Si' el Ja-pón sale victorioso de la guerra; estos dosúltimos países no deberán preocuparsenada.de ello, como á la recolección dearroz en Japón no le afecta una inunda-ción del Nilo. -

El director del mismo jardín ha llegadoá obtener por. medio de cruces otro híbri-do, medio cebra y medio caballo, excelen-tes para tiro.

—¿Desea usted alguna vez la muerte? —lepreguntaba un joven tonto y romántico á unaseñora joven, muy práctica, á la que había he-cho cuatro interminables visitas y quien estabamuerta de sueño y de hastío.

—¿La muerte de quién?—le contestó ella, enun tono muy acentuado.

China bate el record en ejecuciones.Se hacen anualmente más de 12.000 ejecucio-

nes legales.

La Ciencia estima que si pudiese concentrarsela fuerza que da el calor del sol, ">0 acres de estaconcentración darían suficiente fuerza para mo-ver toda la maquinaria del mundo.

sia.El Asahi, gran periódico liberal de To-kio, dedica también un largo artículo á

comentar la situación de Finlandia, com-padeciéndola y alegrándose de que losespíritus separatistas surjan potentes enaquel gran ducado

¡>La guerra actual proporcionará muy

Asi dice, finalizando su editorial del nú-mero del 29 de Junio: «.Las simpatías delmundo entero van hacia esos infortuna-dos finlandeses, y el voto más ardienteque nosotros hacemos es que se acelere laépoca ya muy próxima de que se emanci-pen de su sumisión ser.vil.

1/idas miserablesVan desfilando, en la información de

SI Imparcial sobre la vida obrera, las an-gustias horribles del jornalero, contadasescuetamente, sin frases, con guarismos.

El jornalero consigna su haber diario,de dos á tres pesetas en-casi todas lasprofesiones; y al céntimo detalla sus gas-tos por día, el presupuesto do un matri-monio con dos hijos.

Alquiler]carbón, luz, almuerzo, comi-da, cena, vestido, todo por céntimos, oncantidades inverosímiles por lo míni-

En su primero, que llegó al último tercio muyreparado de la vista, salvo el que no procurótantearle primero por la cara, metiéndole en ellala muleta para arrancarse á volapié, estuvoacertado y demostró que va aprendiendo á estudiar las condiciones de las reses.

Como mató Mazantinito ese toro, mató mu-chos burriciegos el gran torero que se llamóFrascuelo, y conste, por si acaso, que no buscosímil de ninguna clase, y sí sólo hacer constarque aguantó con mucha serenidad la acometida.

El público apiudió con justicia la faena.

Mazzantinito. —Fué el que dio la nota de latarde; salió un toro noble, el sexto, y lo supoaprovechar. La primera parte de su faena demuleta fué buena, y no tuvo otro pero que el deno haberse llegado con ella en la mano izquier-da á la cara de la res.

Después se movió algo, si bien estuvo cerca.Al arrancarse á matar, muy bien, sobretodo lasegunda vez.

Al arrancar á matar, en vez de hacerlo sobrecorto, y con muchos pies, como era necesario,se distanció y cuarteó bastante, dando variospinchazos, entre sustos, achuchones y vueltasde rostro.

En su segundo,, que llegó manejable á sus ma-nos, dio algunos pases incompletos con la iz-quierda y estuvo más breve con el pincho, aun-que no bien.

Dirigiendo, bastante descuidado.

Banderilleando el sexto, con más voluntadque arte.

Platerito.—¡El de siempre! Pasó la muleta porla cara de los toros como diciéndoles: la verás,pero no la catarás; se dejó torear por ellos, bai-ló, dudó, nos hizo pasar los sustos consiguien-tes y puso constantemente de relieve su igno-rancia; valiente al pinchar, pero nada más.

Toreando de capa, siguió elevando los brazosalfirmamento. ¿Dónde habrá visto eso?

Juicio críticoSi en vez de mandar el Sr. Patricio los toros

de ayer á nuestra Plaza se los vende á un ha-cendado labrador, hubiese obtenido dos venta-jas: primero, contribuir poderosamente al des-arrollo de la agricultura, y después no desacre-ditar su nombre como criador de reses bravas.

Sus toros de ayer fueron bueyes hasta en eltipo, huesudos, y bastos de remos y cabeza.

No salió el fuego á relucir, poraue eso de pi-car acosando y con todo el personal á la dere-cha está hoy ú la orden del día, y que, además,á_ los lanceros de tanda debió darles mucha lás-tima hacerles daño sin motivo, que si no, hav máspólvora que en una fiesta valenciana.

Tuvo que "salir un toro de otro ganadero (elsexto, que fué de Palha) para que pudiésemosver en toda la tarde un animal bravo. El dePalha estuvo'muy bien presentado y dio muchojuego.

los toreros: Regaterín—Estuvo tan desacer-tado como en la anterior tarde. -

Bien es verdad que con mansos nadie haceprodigios; pero Antonio debió ir ayer más deci-dido, sobre todo estando en vísperas de docto-rarse; en su primero, que achuchaba por los doslados, lo toreó muy despegado, lo que hizo queel animal se hiciera dueño absoluto de la si-tuación.

Núm. 65 Martes16 Agosto 1904EL GRÁFICO Pág. 9

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Page 10: El Gráfico (1904-08-16)

Todos estos aparatos son de grande im-portancia y muy útiles en las" épocas deepidemias "é infecciones, y el Laboratoriodebía poseerlos ya hace mucho tiempo.

Conflicto entre autoridadesEI alcalde ha dirigidouna comunicación

al gobernador con objeto de que se depurelo que haya ocurrido con motivo de la de-tención de un inspector de Policía urbana,efectuada por una pareja de Orden públi-co en uno de estos últimos días.

Uña estufa, de vapor de baja presíóu.Diez aparatos para formo!, sistema Mo-

tón, para desinfección de habitaciones.Diez aparatos para pulverizaciones de

substancias antisépticas.Cuatro coches para desinfectar ropas

(dos para recoger y dos para entregar).También ha comunicado el Dr. Chicote

al alcalde que está para llegar una má-quina destructora de basuras é inmundi-cias.

Material de desinfecciónPor el Ayuntamiento se ha autorizado

al Laboratorio Municipal para que, acar-do de la parte que le corresponde de los"dos millones que el Estado concedió á Ma-drid, adquiera el siguiente material dedesinfección:

DE VALLADOLID El Sr. Rodríguez San Pedro-ha dichoá los periodistas, refiriéndose á la noti-cia de que el Rey asistirá á una caceríaen La Granja, que es inexacta, y queaunque fuera D. Alfonso á esa cacería noalteraría la jornada.

Añadió que el presidente de la Comi-sión internacional dé los ferrocarilestranspirenaicos no volverá á París, ápesar de lo que se ha dicho.

Ha sido recibida en Palacio la Comi-sión de la Diputación de Vizcaya.

Después de la audiencia almorzarácon el gobernador en el Hotel Conti-nental.-

POR TELEFONÓ

Pláticas de San PedroLa familia rea!.—Comisión de Vizcaya.

San Sebastián 16 (2 tarde).La familia real ha paseado embarcada

por la bahía hasta las dos de la tarde,que se trasladó á Miramar.

El Rey ha visitado el Marg y es in-exacto que S. M. haga excursión algunaen ese barco, como se ha dicho. En elcaso que saliera para hacer algún estu-dio en alta mar, el Rey lo presenciaríadesde el Giralda.

OíradenunciadeELGRAFICOEl número de anoche de El Gráfico

también ha sido denunciado.

-Su estado es grave.

Alregresar de Múdela en el tren Dio-nisio Garrido, vecino do Laguna deDuero, se apeó del coche, en marcha,caj-endo á la vía y siendo arrollado porlas ruedas, que le quebraron el pie de-recho.

Los hay con graves fracruras y punta-zos, con conmociones cerebrales, y uno,Victoriano Cascajo, con cornadas en elpecho.

POR TELEGR.

Valhídolid 16 (8 tarde).Novillada sangrienta

En Mudóla de Duero han resultadojúñenos heridos en las capeas de novi-llos.

F0ITAIIEB1EA1J, ARDIENDOmuerto

Contusos y heridos.—El capitán Prevot,

Ei Temerario ha variado de fondeade-ro; para evitar accidentes como el quecomuniqué el otro día.

Esto recibió un garrotazo y acometiópuñal en mano á Gándara, hundiéndose-lo dos veces en el pecho.

El agresor se fugó y el herido estágravísimo.

Una riña.—El <• i emerario^Barcelona 16 (2 tarde).

Esta madrugada, en la calle del Condedel Asalto, cuestionaron el teniente re-tirado Sr. Gándara y el Sr. Issa, subditoitaliano.

París 16.En Fontainebleau están ardiendo los

bosques en una gran extensión.Se atribuye el incendio á la impruden-

cia !de uno de los numerosos turistasque frecuentan aquella hermosa tierra.Los monteros y la tropa rivalizan en he-roísmo para extinguir el fuego.

Hay heridos y contusos.El capitán Prevot, perteneciente á

Dragones, se acercaba á caballo al lugardel siniestro, cuando una bocanada dehumo espantó al animal, que partió des-bocado, y al pasar entre dos árbolesquedó destrozado el capitán.

Los soldados, que lo presenciaron,quedaron horrorizados.

La pérdidas son enormes y grande laaflicción.Fiestas en La Coruña

T5M BILBAOPOR TELÉGRAFO

Una colisión.—Entre republicanos y so-cialistas.—Varios disparos.—Un heri-do.—Ei agresor.

El primer premio de carrozasCoruüa 16 (2,30 madrugada).

El Jurado de artistas,' presidido por elpintor Ferrant, ha adjudicado el primerpremio de carrozas de la retreta militará la del Sporting Club, hermosa obradel escultor González Pola.

El premio, consistente en 1.000 pese-tas, se ha repartido entre los soldadosque asistieron á la retreta;

res dramáticos.—Una censuraEi teatro en España.—Npvélistá"S y auto-_ En el número de Le 1'e'nips llegado hoyá Madrid aparece una crónica teatral delmaestro Galdós. Es-.su trabajo un trabajoante todo do vulgarización, destinado áhacer ver al lector francés cuáles sonnuestras orientaciones en lo que al artedramático respecta.

El maestro se mantiene cu su artículoen prudente generalización. No aparecenen sus líneas los nombres de nuestros auto-res dramáticos; tampoco se ve cu ellas lostítulos de las obras dramáticas que en es-tos úllimos tiempos han gozado del mayor.éxito. Y esto, que le llevaría á hablar deEl abuelo—(A éxito mayor y más justo dela anterior temporada—, es una gallardamuestra de discreción, pero acaso dejeincompleto su trabajo.

El nombre.que, ante todo, se echa demenos en el estudio de Galdós es el nom-bre de Jacinto Benavente, y las obras dra-máticas cuyos títulos son'documentos in-dispensables, si se ha de hablar de lo quees hoye] teatro en España, son las obrasde Jacinto Benavente. Bien es verdad queGaldós promete que de todo esto ha de ha-blarnos, desde las columnas de Le Temps.el distinguido crítico del Heraldo ManuelBueno, cuya crítica-justa é imparcial, vcuyo estilo noble y castizo! robustecidopor una cultura de las más positivas, tie-ne toda nuestra admiración.

La Crónica Teatral, de Galdós, está pocodocumentada. Pero triunfa en ella, sobe-rano, el pensamiento del maestro ilustre,señalando la característica del espíritunacional, de nuestra vigorosa vida j>asa-da. más intensa, más compleja, más inve-rosímil, si se quiere, que la vida, reflejadaen las tablas del escenario.

El cuadro está presentado de modo ma-gistral. La evocación no puede ser másnoble, y se experimenta un regocijo inte-lectual y sentimental al ver de entre laspalabras de lengua extranjera destacar-se el nombre, claro, sonoro, castizo, quenos trae el aliento de una edad pretérita,de fuerzas'acaso hoy un tanto apagadas,y que dice así: Lope" de Vega.

El maestro hace una declaración. Paraser autor dramático en España, es precisoser autor dramático tan sólo. Si antes deestrenar el drama que todo español ha es-crito no ha publicado su autor libro algu-no de versos ó de prosa, de poesías ó denovela, el autor es acogido con las mavo-res muestras de regocijó. ;Pobre del queen la novela ó en la poesía lírica haya al-canzado alguna notoriedad si quiere, es-trenar un drama!_ Nadie le tolera la osa-día, pues aquí y sólo aquí se cree que exis-te entre la novela y el drama absoluta in-compatibilidad.

Creemos que es el maestro injusto. Lacrítica toda de España ha declarado sinvacilación su entusiasmo ante la mavorparte de las obras dramáticas de Galdós.A raíz del estreno de El abuelo se trató dehacer al maestro de nuestra novela unhomenaje nacional, quesería el más justode los homenajes.

Nos duele leer en un periódico francésesos reproches, y ante ellos experimenta-mos un profundo posar.

Galdós, maestro admirado de la novelay del drama, portentoso creador de Ara/elGuerra y de La de San Quintín,, de Tor-quernada y de Álma'tj vida, ha sido un pococruel: nos ha presentado á los ojos de Eu-ropa en una sorda lucha, en un combatirincesante, yha formulado esta acusación:

E! resto de la Cróníea Teatral va dedica-do al género chico.

din España la falta de hospitalidad enla república de las letras adquiere un ca-rácter que se explica por el hecho de,queen nuestra raza se da una extraordinariaimportancia á todo lo que toca á los inte-reses de asociaciones y cofradías, ya reli-giosas, ya profanas »"

Rusia se encuentra cada vez en más pe-ligrosa situación.

Las tropas enviadas llegaron e'n malísi-mas condiciones, una persona muy bienenterada afirma que no pasó nunca de unT5 por 10D el contingente de fuerzas expe-dicionarias que pudo entraren combato,y asi sólo pueden llegar diariatuenie 1.500hombresválidosal tealro.de laguerra.pueslos siete ú ocho trenes militares que partencada día para Mandchuria no puedentransportar más que 3.000; pero hay quereducirlos si se quieren llevar caballos,material de artillería y municiones.

Tales son las últimas y fehacientes no-ticias.

Bajo el pretexto de ayudar á sus cama-radas que fueron á campaña, el Gobierno,de oficio, les ha sometido á descuento, yresulta que no pueden vivir,pues cobran,el que más, 13 rublos mensuales, y no hayqué decir, por lo tanto, que son pasta-fá-cil todos estos proletarios militares, porsu descontento y por la situación materialinsostenible en que viven, obligados átoda clase de conspiraciones y golpes demano.

Como si esto fuera poco, ahora resultaque el ferrocarril Transiberiano no tienetoda la seguridad apetecible, ni muchomenos. Según la opinión científica de losmás expertos ingenieros, este ferrocarrilno podrá funcionar, por el estado en quese encuentra, arriba de dos meses, porquese le impone un trabajo superior á su so-lidez. Construido sobre terraplenes impro-visados, y con un fondo arenoso y movi-ble, no tiene seguridad la línea más queen invierno cuando las grandes heladasde 30 grados bajo cero forman del piso unaínasa rígida como piedra berroqueña.

Pero en esta época en que las lluviasincesantes lo inundan todo, puede decirseque. la vía se liquida, y con los fuertes hu-racanes los railes van de izquierda á de-recha, como espigas. Hay- que tener encuenta además que las traviesas son depino, que resisten poco, pues bien sabidoes de todos que la construcción del Tran-síberiano fué un ncgociazo escandalosopara los contratistas."

Efecto de ello e= laconstante disidencia,casi enemistad, entre Kuropatkine y Ale-xeiff, siendo el primero combatido pornumerosos enemigos en San Petersburgo,incluso por el procurador del Santo Sínodo,que siempre quepuede

>aconseja su relevo,

y así se hubiera verificado á no ser porla alta consideración que le tiene el Zar-Toda la Corte está contra él.

Y si en el teatro de la guerra hay mu-chos oficiales incapaces, también hayotros muchos inteligentes y patriotas, queestán trabajados por el espíritu revolucio-nario y comienzan á hablar, sin recatarse,de que un cambio de régimen es lo únicoque'podría salvar la situación. Es más;hay un número grande que supone urgen-te para el bienestar público este cambiode régimen.

Han quedado en las guarniciones delpaís un número crecido de oficiales subal-ternos pobres, cuya situación económicaes de las más precarias;

Existen entre las fuerzas rusas, al ladode los hombres serios y.cumplidores de sudeber, algo raros, en verdad, corno el ilus-tre Kuropatkine, una enorme multitud dooficiales aristócratas riquísimos, que hanido á ia Mandchuria como á una partidade caza, y que hoy, por fuerza de las cir-cunstancias,, se encuentran en.un mediosevero y ordenancista, que, no sólo les esdesagradable, sino que les obliga á sufrirtoda clase de privaciones y humillaciones,á que no están acostumbrados.

Pertenecientes á la nobleza del Impe-rio, y teniendo en la Corte amigos y pa-rientes, so creen fuera del alcance de susjefes directos -y envían.cartas é informescompletamente hostiles contra ellos, cri-ticando todas las operaciones y creandoasí una atmósfera ficticia y falsa de todopuntó alrededor del Emperador, y á tra-vés déla cuales imposible distinguir laverdad. .De este modo contribuyen á fo-mentar una deplorable anarquía en elmando superior'dcl ejército de operacio-nes. .

El espíritu del Ejército.—Kuropatkine >Alexeieff.—Los oficiales subalternos.—Ei ferrocarril Transiberiano.—Lastropas expedicionarias.

No es ciertamente-mejor, entre la masainmensa de aquel Ejército, su estado deánimo que el del pueblo de que dimos yacuenta á nuestros lectores.

Persona imp'arcial y conocedora al de-talle de las intimidades de aquellas tropassuministra noticias veraces, dignas de lo-marse en cuenta.

Ha sido detenido el agresor, que es elrepublicano Rafael Herrera Aguirre.

Existe gran agitación.

Ha ingresado en el Hospital de SanFrancisco.

Alencontrarse de nuevo, á eso de lasonce de la noche, en el Paseo del Arenal,individuos'de los diferentes grupos po-líticos, trabaron una cuestión; separá-ronse por fin los contendientes'y se di-rigieron los republicanos hacia su Círcu-lo, seguidos de algunos socialistas quese encaminaban hacía el suyo.

En la callo de Hurtado de Amézagase reanudó la discusión, llegando á to-mar graves proporciones.

Se oyeron cinco detonaciones de armade fuego, y un joven socialista resultócon una herida de gravedad en la regiónglútea.

Por la tarde habían tenido un encuen-tro algunos individuos de los partidossocialista y republicano en la romeríade Begoña, encuentro de poca impor-tancia por el momento, pero que fué elprólogo de los sucesos que habían dedesarrollarse más tarde.

Ha ocurrido anoche, en la calle deHurtado de Amézaga, una colisión, cu-yos incidentes fueron altamente des-agradables.

Para evitar enojosas reclamaciones,

debemos de advertir que no serán de-vueltos los originales que se nos envíen.

Ordenes caballerescas en el JapónEi Imperio japonés, que tiene gran

empeño en ser una nación joven y se-ria, no ha podido sustraerse á las pre-ocupaciones europeas, y creó hace trein-ta años, al mismo tiempo que hizo suprodigiosa revolución, toda clase de tí-tulos de nobleza y Ordenes de Caballe-ría, á usanza del viejo continente, sin te-ner en cuenta que aquí era producto deuna añeja tradición, y allí sólo obedecíaal espíritu imitador, tan desarrollado enfcddos 1osjpueblos a mari 11os.

En 18S5 arregló definitivamente todala jerarquía nobiliaria, estableciendo losátalos de príncipe, marqués,conde, viz-conde ybarón.

La denominación de duque no existe,y se repartieron entre las familias másconspicuas de los viejos samurai, y á loshombres más eminentes por sus servi-cios.

Las Órdenes de Caballería existentesson cinco. La primera y más importantede ellas es la Imperiaí del Crisantemo,que no comprende más que una sola ca-

Ministerio de la Guerra. —Real decreto reorga-nizando las tropas del Ejército y servicios conellas relacionados en las islas Baleares.

Real orden circular dictando las instruccio-nes necesarias para llevar á la práctica las pres-cripciones contenidas en.el real decreto anterior.

GACETAE! diario oficial publica las disposiciones si-

guientes:

Pág. 10 Martes EL GRÁFICO

EN RUSIA

Núm. "16 Agosto 1904

AFO

11 BABGSLQHA

Bilbao 16.

LA REYOLUCIÓN SE PREPARADEL .AYUNTAMIENTO Hacienda. —Real orden declarando que el tipo

medio del cambio en la primera quincena del mesactual ha sido el de 38,02 por 100, correspon-diendo en su consecuencia una reducción de 28por 100 en las liquidaciones que se efectúen enlas Aduanas durante la segunda quincena del co-rriente mes.

Para las clamas existe la banda de laCorona Sagrada.

Sigúela en importancia la Orden dePauíownia, la más conocida del Sol Na-ciente; la del Sagrado Tesoro y la OrdenMilitar del Milano de Oro.

tegoría y, al igual que nuestros caballe-ros del Toisón, se considera á los quela ostentan como primos del Mikado.Fuera de la familia imperial, no la poseemás que el marqués de Ito. Los extran-jeros que la tienen son casi todos los je-fes de Estado.

Saldos en "Le 'Cemps"

Page 11: El Gráfico (1904-08-16)

00 0098 2500 00

1 0576 9696 8748 7081 5500 0000 0038 2034 9000 00

Bilbao (clausura)00 0000 0000 00

164 0000 0000 0000 0000 00

Un herido

RECREO SALAMANCA.—(Ayala, 1, y Castellana, !0.)

"~ —Patines, columpio mági-FRONTON CENTRAL. --A co, cinematógrafo y diver

lascincodelatarde.—San- sas atracciones.'Abiertchez y Beraza contra Ajz- por las noches. Los tuiérpuru y Goenaga. coles, moda.

irriorentay tal:

Núm, 65

FIUSIA Y J&PÚMSERVICIO ESPECIAL DE «EL GRÁFICO»

El almirante Togo, según despachosde Tokio, dice que en lá batalla del 10se fue a pique un barco del tino del Pa-llada,

, ,Esí^ Próximo á llegar á VladivostokAlexeieíf para, reemplazar al almiranteRresolasof.

ban los almirantes Skrydlof y Bresola-sof.

Temperaturas registradas hoy en Madrid:Máxima al so! 42,8 grados.Máxima á ¡asombra... 38,8 —Mínima 17,9 —Temperaturas extremas en provincias:

La máxima, en Badajoz, 42 grados á la som-bra; en Sevilla y Córdoba, 41 grados.

La mínima, en Orense, 15 grados.El día es extremadamente caluroso, más aún

que los pasados; á última hora tenemos amagosde tormenta.

4 por 100 interior, contado* » fin corriente.. . ," " al próximo.. . . ,

5 por 100 amortizable ,Cédulas hipotecar-ai a¡ 4 por 100.. .Banco de España "... ', ]Compañía Arrendataria de Tabacos!Banco Hispanoamericano.......Banco Hipotecario de España.Banco de Castilla '.Oblig. Vaüadolid Ariza. Serie A. ..Obiig. :<\. Z. A.•! por 100. Serie C. .París, á la vistaLondres, á la vista.. . .París exterior (apertura]

1 París exterior (clausura!LondresRenta francesa..

Azucareras de España

Reclamación á ChinaWashington 16.

Petición de refuerzosParís 16.

El ministro americano en Pekín tele-grafía que el representante de Rusia haentregado al Gobierno chino una notaenérgica acusando al almirante chinoSha de cobardía ó traición, y exigiendoexplicaciones completas sobre iaoeaptu-ra del contratorpedero Raisüiclng y unsevero castigo para el comodoro chino.

El Gobierno de China exige á su vezdel de Tokio la devolución del barco.

Durante los últimos días los sitiadoresno han cesado en sus asaltos, apoderán-dose de importantes puntos de Jas líneasde defensa.

(de la agencia fabra)Buques desarmados

Los japoneses reciben constantemen-te refuerzos de hombres, cañones y ma-terial de guerra, y han fortificado formi-dablemente el cerro del Lobo, empla-zando más de cien cañones.

Todos los manantiales que surtían deagua potable á la plaza los han desviado.

Kiaot-Cheu 16.Los buques de guerra rusos han sido desar-

mados.

Londres.16.En despacho de Chefú se dice que la

situación de Puerto Arturo es verdade-ramente crítica.

Interior. . . .Amortizable.NortesAlicantes:. .Coloniales..Catalanes.. .Francos.. . .LibrasOreases

Barcelona (clausura)

PreferesitesObligaciones .. .Acciones ordinarias

Fortuna repartida

Denuncia por bigamia

Esta tarde se presentó en el Juzgado de guardia un joven, llamado José Sanche/ Manzano,denunciando que su padre lia contraído nuevasnupcias viviendo aún su primera esposa.

El juez de guardia, Sr. Azopardo, tomó enconsideración ia denuncia, pasándola al Juzga-do del distrito del Centro, en cuya demarcaciónse ha cometido e! delit o.

Interior.Amortizable . .Altos Hornos .'Resineras •Ferrocarril Bilbao a Santander. ..ExplosivosHispanosBanco de Vizcava

Hilario Barroso, Alberto Llórente, Jacinto yBernardo García, chicos de diez á once años,fueron ayer al caudaloso Manzanares, con inten-ción de bañarse; pero ia diosa Fortuna íes sallóal encuentro, haciéndoles variar de pensamiento.

En un árbol encontraron los muchachos, re-costado, un gran talego lleno de monedas de cin-co pesetas.

Los muchachos cargaron con él hallazgo, lle-gando á los Cuatro Caminos.

Las familias de los afortunados muchachos serepartieron las pesetas; pero alguno, más vivoque los demás, se guardó mayor cantidad. .

El juego fué observado por uno de los chicosafortunados, que no contento con lo que le ha-bía tocado en el reparto, denunció á ia Guardiacivilcuanto había ocurrido.

Wueva salida de la escuadra rusaChefú 16(2 tarde).

Los buques rusos quo regresaron á Puerto Ar-turo han hecho en la mañana de hoy una nuevasalida, siendo perseguidos por la escuadra ja-ponesa.

Espérase un combate.

Bajas en Puerto ArturoSan Petersburgo 16.

Las bajas de la guarnición de Puerto Arturodel día 8 al 10 del corriente, han sido siete ofi-ciales y 248 soldados muertos, 35 oficiales v1.553 soldados heridos, un oficial y 83 soldadosdesaparecidos.

CULTOS PñP.ñ MñftñfVñSantos Pablo, Liberato, Bonifacio, Severo, Anastasio vSanta Juliana.La Misa y oficio divino son de la Octava de San Lorenzo,

con rito doble y color encarnado.Jubileo de 'las Cuarenta Horas.— Religiosas do SanPlácido en ¡as Salesas (Sarita Engracia).Visiía de la Corte de María.—Nuestra Señora de laFlor de.Lis en Santa .María ó de Lourdes en San José.

ga.— Gírcúió de hierro. —Entrada, una peseta.

ESPECTÁCULOS PñW MñfilfitfA3ARD1N DELBUEN RETIRO. SALÓN DE ACTÜAL1DA-

—A las nueve.. —41 de abo- DES.—Divettesgeniales.—no. —Turno impar. — La Artistas sevillanas. — Ma-Mastota. rieta Bilbao, notable guí-Intenneciios por la banda tarrista.

Él autor de tan bárbara agresión no ha podi-do ser capturado.

Según dijo el herido, esta madrugada salieronde su domicilio, en el Arroyo Abroñigal, su mu-jer é hijo con objeto de dirigirse al trabajo.

Después de ausentarse su familia, él se volvióá acostar, durmiéndose profundamente. Transcu-rridos algunos momentos se despertó sobresal-tado al sentir en la cabeza dos golpes. Sin pér-dida -de momento se levantó de la cama, salien-do á la puerta de su casa, desde donde vio queun hombre, que no ha podido reconocer, se ale-jaba velozmente.

El herido fué conducido al Hospital Provincialen grave estado.

Ignacio García Mora fué curado esta mañanaen la Casa de Socorro del distrito de Buenavistade dos heridas situadas en el cuello y de bastan-te gravedad.

La citada señorita es mayor de edad.

Si el juez, Si\ Azopardo, comprobaseque la citada señorita se encuentra enel convento contra su voluntad, ordena-rá inmediatamente que la secuestrad;!salga de é|f quedando depositada en eldomicilio de su tío, que ha formuladola denuncia.

Recluida en un convento. A última hora de la tarde se ha diri-gido el Juzgado de guardia al conventode ia Santísima Trinidad, donde se en-cuentra recluida la señorita de quienhablábamos ayer con motivo de una de-nuncia.

almirantes muertos.—-Alexeieff TogoParís 16.

Se asegura que á bordo del Ruric,¿pliádó á pique por los japoneses, esta-

Ataque decisivoParís 16.

Se confirma que á las cuatro de lamadrugada del día 14 comenzó el ata-que de'cisivo de los japoneses sobrePuerto Arturo,}' se da por inminente larendición de esto plaza.\ Desde Shanghai dicen que el coman-dante de la flota japonesa que bloquea áPuerto Arturo ha notificado á Ios-rusosque, si ochan á pique los buques refu-giados en el puerto, él bombardeará lapoblación con provócales cargados de.lilita.

El general Stoessel dirigió personal-mente los combates y mantiene á granaltura el ánimo de sus soldados. La pla-za, según el mismo telegrama, puede re-sistir mucho tiempo, porque está bienabastecida de todo.

Anoche se recibió un despacho opti-mista de Mukden sobre el particular,anunciando que los defensores de Puer-ro Arturo rechazan á los japoneses entoda la línea.

La situación en Puerto ArturoParís 16.

El elemento militar de San Petersbur-igo no niega que pueda ser desesperada lasituación de los sitiados de Puerto Ar-turo.

El general Kuropatkine, según dicende -San Petersburgo, lia dirigido á suGobierno mi enérgico telegrama, pi-iiendo que le manden generales parareemplazar á los muertos, heridos y en-fermos.

sres ce fotograbado, galvanoplastia yestereotioiatíe £L GRAFÍCO

Calle ce! Marqués dé la Er.senaSa, núm. 3.

Novela por ñjND'RÉ LñUPjE

Folletón de EL GRÁFICO 8

Ilustraciones de TflOU

sometió á su examen esas admirables jovas de que todoel mundo habla?

—Justamente, señora.—¡Pues sabe usted que aquel fué un día célebre! Se mefigura ahora que tengo una parte directa en el asunto.

¡Qué sorpresa tendrá Mr. Ruthven cuando sepa todoesto!

Los primeros acordes del vals interrumpieron estasefusiones. El Sr. Desroches se llevó su pareja.

Gran diferencia había en verdad entre la acogida en-tusiasta de ia madre y la glacial reserva de la hija. Nosin sorpresa, y después de cambiar algunas frases sinimportancia, notó el joven francés que en el rostro demiss Duncan se dibujaba un gesto displicente v altivo.Tal descubrimiento era para desconcertar áuríhombretímido y desconfiado de sí mismo; pero Olivier Desro-ches no era de éstos, y los acontecimientos le habíanhecho adquiruna conlianza grande en sí mismo.

Sin preocuparse gran cosa de la actitud do miss Dun-can, daba libre curso á su natural verbosidad. Su tálen-lo era tan claro, su alegría tan comunicativa, lo cómicode su ademanes tan irresistible, que, al cabo de diez mi-nutos, con la dichosa flexibilidad de sus pocos años,Ethel había olvidado que tenía una porción de cuen-tas sin pagar, citas judiciales, una multitud de acreedo-res, y so dejaba arrastrar por la alegría de bailar, decharlar con una pareja tan amable. Así, pues, euaiidoel Sr.' Desroches la volvió á su sitio y la suplicó suscri-biera de nuevo su nombre en su tarjetero para otrobaile,ella consintió con no disimulado placer. La mirada triun-fante de lady Duncan la trajo de nuevo á la realidad.—¡Dios mío!—se dijola joven, consternada—. ¿Qué hehecho? ¿Xo era bastante mostrarme política, como ha-bía prometido? /.Era necesario emplear este degradasteapresuramiento? Seguramente... seguramente'él habrácreído que yo le tendía la red... ¡Yo, que vituperaba á.Min-iei y a las demás! ¡Oh, querría ocultarme! -Y cuando, más tarde, el Sr. Desroches vino á roelamar su rigodón, en vez de la franca sonrisa que le ha-bía encantado, encontró un rostro petrificado é hizo ¡nútiles esmeraos para volver á la conversación de ante*.

.—rA.Ii! ¿Qué es esto?—so di jo.sorprendido—. ¿Será pre-ciso empezar siempre de nuevo con miss Duncan. Estoes demasiado... por mi fe... ¡Qué lástima! Xo es posibleser nuts encantadora.y más amable cuando ella quiero.

\ sin tomar como agravio los caprichos de la bellaEUicl, renuncio á invitarla más á bailar aquella noche.

A la vista de Ethel, su sonrisa adquirió un grado másJe cordialidad.Vr-^Veamps, querida... ¡Déjeme usted que la admire!—dijo con aire lisonjero, y teniéndola con la mano á. al-guna distancia—. ¡Divina! ¡Toda ¡be Illanco! . ¡Una per-la! Xos encontraremos en el salón azul—añadió diri-giendo una mirada de inteligencia á lady Duncan.

Yésta, tomando el brazo de lord Zemple, se dirigióhacia el sitio indicado, con el paso triunfal de una ma-dre que espera que su hija consiga un éxito grande

ia él fondo con aquellas frases. La pobre joven sentíael-mas ardiente cariño por su padre, al que apenas co-nocía.

—Yo liaré cuanto pueda para satisfacer tus deseos—respondió pausadamente, reprimiendo un sollozo.—¡Querida hija!—exclamó lady Duncan, en el colmodo la alegría.—El carruaje espera—dijo la voz de un criado en el

salón vecino.Alpir estas palabras cado uno tomó su aspecto oficial.

Lady Duncan, llena de tranquila majestad, avanzó consu lujoso traje de baile. Ethel, más pura v más blancaque las pcrlas.que adornaban sus rubios cabellos, se en-volvió en un manto blanco, que le dio el aspecto de unhermoso cisne. Ambas subieron al coche, dirigiéndosea la fiesta.

Llegaron bien pronto á Saini-James-Square. Habíaya una gran multitud, pero no embarazo alguno.La inorada de lord Zemple no era de las en que para

recibir es preciso mudarlo todo. Semejante á su dueño,el lugar era hermoso, imponente, majestuoso. LadyZemple, llevando sus reías valiosas alhajas, de pife en loalto de la escalera, recibía á sus convidados con aire degraciosa condescendencia.

—"¡Divina, en efecto!—repitió detrás de lady Zemple.Acababa de reconocer en miss Duncan á la*joven quehabía visto á la puerta del joyero Cooner. y, como en-

tonces, le emocionaba la mezcla de suavidad y de amar-gura que, unida á la admirable regularidad de líneas,hacia aquella cara única é inolvidable.

Cuando la mayor parte de Jos_convidados hubo llega-do, lady Zemple se volvió como si buscase á alsuno, yhabiendo visto al Sr. Desroches, le hizo con el abanicosena para que se aproximase. El avanzó, apresurado vrespetuoso.

—Déme usted el brazo, señor Desroches, para llevar-me junto á una de mis mejores amigas, á quien voy ápresentarle.x-. ~-.—.™. v.

—¡El Sr. Desroches, lady Duncan, miss Duncanl— de-cía un momento después— Ethel, le presento á, ustedun caballero que tiene la cualidad más rara en nuestrosdías. Le gusta el baile y sabe bailar muy bien.

El Sr. Desroches solicitó y obtuvo el líonor de ser ins-cripto para el próximo vals. Lady Duncan comenzó áabrumarle de cumplimientos.

—¡Ah, caballero'—dijo después de algunos minutos deconversación—. Lamento en el alma no haberle conoci-do á usted antes. No tiene uno derecho..para conocercuando quiere á un hombre del que tanto habíala famay tan ocupado como usted. Mas tenemos bastantes ami-gos comunes, para que desde la primera vez que nosvemos nos consideremos como antiguos amicos. Supli-co á usted no olvide que los martes recibo en mi casa,

—No lo olvidaré—dijo Olivier inclinándose—. Peropermítame usted, señora, que la contradiea. Xo es éstala primera vez que tengo el honor de verla á usted.

—Imposible—exclamó lady Duncan..—¿Cómo lo hu-biese yo olvidado?

—Xo me extraña que un tan leve accidente hava pa-sado inadvertido para usted—dijo no sin malicia (Oli-vier, que recordaba perfectamente el aire arrogante yla altiva mirada conque la señora había recibido supequeño servicio. Fué en Bond-Street, delante de la jo-yería de Cooper. Usted había dejado caer un pequenño estuche... * '

—¡Cómo! ¡Me acuerdo perfectamente de ello!—excla-mó la señora, gozosa de encontrar un lazo de unión, porfrágil que éste fuera, con aquel extraño personaje—.¿Era usted? ¡Qué casualidad! Querida Ethel, tú lo recor-darás también. Pero, ahora que recuerdo... ¿En casa <leCooper?... ¿Sería, por casualidad, el día en que usted

- Algunos jóvenes que se agrupaban no lejos de la en-trada observaban el desfile. Ulivier Desroches estabaentre ellos.

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l'ag. 12

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