EL HOMBRE QUE FUE A LA UNIVERSIDAD Y CAYÓ EN EL MANICOMIO

No has venido, el reloj ha sonado envano hoy, me ha despertado en vano hoy.

He querido rezar, estoy seguro de que Dios no me va escuchar, nunca lo ha hecho, sólo tú lo hacías.

Nada importa, el reloj sigue avanzando.

La historia, sin ti, no es más que la simple repetición del todo, ese tiempo circular, que nos deja sin concluir nasa.

No has venido, sé que la mente humana es complicada, supongo muchas cosas, imagino muchas cosas, nada es cierto o quizá todo lo sea.

Te espero, creo que tú no lo sabes, es poco probable, creo que a ti no te importa.

Leer, a Freud, no ayuda. Nada me ayudado desde ese 20 de marzo.

Las noticias me deprimen, lo sé.

Va a ganar un candidato ladrón, nos gobernará.

Me volveré vegetariano, quizá también me afeite.

Yo no te importaba, ni madre al tratarle de explicar

que en el cielo aún no hay Internet ni Facebook, que no va a poder ver los fotos actuales de la abuela y charlar un rato con ella.

Se fue, ¿Sabías? Ya no está al cruzar el río. Nos ha dejado con los cubiertos puestos en la mesa.

A veces hablo más de la cuenta, ¿Será que a veces creo que en realidad te interesa charlar Contigo?

La ortografía y todo lo que he aprendido no ha servido para que me entiendas.

Que se vaya al diablo todo antes de soñarte una vez más.