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El Último Hombre Volumen I Por Mary Shelley

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ElÚltimoHombreVolumenI

Por

MaryShelley

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CAPÍTULOI

Soyelhijodeunconfín rodeadopor elmar,deuna tierra ensombrecidaporlasnubesque,sienmimenterepresentolasuperficiedelplaneta,consusvastos océanos y sus continentes vírgenes, aparece sólo como una motadesdeñableenlainmensidaddeltodo,yquesinembargo,cuandoladepositoen las balanzas de lamente, supera con creces el peso de países demayorextensiónypoblaciónmásnumerosa,puesciertoesquelamentehumanahasido la creadora de todo lo bueno y lo grande para el hombre, y que lanaturaleza ha actuado sólo como un primer ministro. Inglaterra, alzada enmediodelturbulentoocéano,muyalnorte,visitaahoramissueñosadoptandolaformadeunbuqueinmenso,biencomandado,quedominabalosvientosynavegabaorgullososobrelasolas.Enmisdíasinfantiles,ellaeramiuniversotodo. Cuando, en pie sobre las colinas de mi país natal, contemplaba lasllanurasylosmontesqueseperdíanenladistancia,salpicadosdelasmoradasdemispaisanos,queconsuesfuerzohabíanhechofértiles,elcentromismodelatierrasehallaba,paramí,ancladoenaquellugar,yelrestonoeramásqueunafábulaquenomehabríacostadotrabajoalgunoolvidarenmiimaginaciónnienmientendimiento.

Mi suerte ha sido, desde un buen principio, ejemplo del poder que lamutabilidadejercesobreelvariadotenordelavidadeunhombre.Enmicaso,ellomevienedadocasiporherencia.Mipadreeraunodeesoshombressobrequieneslanaturalezaderramacongranprodigalidadlosdonesdelingenioylaimaginaciónparadejarluegoqueesosvientosempujenlabarcadelavida,sinponerdetimonelalarazón,nialjuiciodepilotodelatravesía.Laoscuridadenvolvía sus orígenes. Las circunstancias lo arrastraron pronto a una vidapública,yno tardóengastarelpatrimoniopaternoenelmundodemodasylujosdelqueformabaparte.Durantelosañosirreflexivosdesujuventud,losmás distinguidos frívolos de su tiempo lo adoraban, lomismo que el jovenmonarca,queescapabadelasintrigasdepalacioydelosarduosdeberesdesuoficiorealyhallabaconstantediversiónyesparcimientodelalmaensudondegentes.Losimpulsosdemipadre,quejamáscontrolaba,lometíansiempreenunosaprietosdelosquenoeracapazdesalirrecurriendosóloasuingenio.Yasí, la acumulación de deudas de honor y peculio, que hubieran supuesto elderrumbamiento de cualquiera, las sobrellevaba él con gran ligereza eimplacable hilaridad; entretanto, su compañía había llegado a resultar tanimprescindible en las mesas y reuniones de los ricos que sus desmanes seconsiderabanveniales,yélmismolosrecibíacomoembriagadoreselogios.

Esaclasedepopularidad, comocualquierotra, resulta evanescente,y lasdificultades de toda condición con que debía contender aumentaban en

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alarmante proporción comparadas con los escasosmedios a su alcance paraeludirlas.Enaquellasocasioneselrey,queprofesabagranentusiasmoporél,acudía a su rescate, y amablemente lo ponía bajo su protección. Mi padreprometíaenmendarse,perosudisposiciónsociable,laavidezconquebuscabasuracióndiariadeadmiracióny,sobretodo,elviciodeljuego,queloposeíaporcompleto,convertíanenpasajerassusbuenas intencionesyenvanassuspromesas.Conlaagudezaylarapidezpropiasdesutemperamento,percibióquesupoder,enelcírculodelosmásbrillantes,comenzabaadeclinar.Elreysecasó.

Y la altiva princesa de Austria, que como reina de Inglaterra pasó aconvertirse en faro de las modas, veía con malos ojos sus defectos y condesagradoelaprecioqueelreyleprofesaba.Mipadrepercibíaquesucaídaseavecinaba,perolejosdeaprovecharesacalmafinalanterioralatormentaparasalvarse, se dedicaba a ignorar un mal anticipado realizando aún mayoressacrificiosaladeidaddelplacer,árbitroengañosoycrueldesudestino.

El rey, que era hombre de excelentes aptitudes, pero fácilmentegobernable,pasóaconvertirseenabnegadodiscípulodesuconsorteysevioinducido por ella a juzgar con extrema desaprobación primero, y condesagradodespués,laimprudenciaylaslocurasdemipadre.Ciertoesquesupresencia disipaba los nubarrones. Su cálida franqueza, sus brillantesocurrenciasysuscomplicidadeslohacíanirresistible.Ysólocuando,distanteél, nuevos relatos de sus errores llegaban a oídos reales, volvía a perder suinfluencia. Los hábiles manejos de la reina sirvieron para dilatar aquellasausencias y acumular acusaciones. Finalmente el rey llegó a ver en él unafuente de perpetua zozobra, pues sabía que habría de pagar con tediosashomilíaselplacerbrevedesufrecuentación,yqueaélseguiríanllegandolosrelatosdolorososdeunosexcesoscuyaveracidadnoeracapazderefutar.Así,el soberano decidió concederle un último voto de confianza; si le fallaba,perderíasufavorparasiempre.

Laescenahuboderesultardegraninteréseintensamenteapasionada.Unmonarca poderoso, conocido por una bondad que hasta entonces le habíallevado a mostrarse voluble, y después muy serio en sus admoniciones,alternandolasúplicaconlareprimenda,rogabaasuamigoqueseocuparadesusverdaderosintereses,queevitararesueltamenteesasfascinacionesque,enrealidad, desertaban de él con rapidez, y dedicara sus inmensos dones acultivar algún campo digno, en el que él, su soberano, sería su apoyo, susostén, su seguidor. Toda aquella bondad alcanzó ami padre, y durante unmomento ante él desfilaron sueños de ambición: pensó que sería buenocambiar sus planes presentes por deberes más nobles. De modo que, consinceridad y fervor, prometió lo que se le requería. Como prenda de aquelfavorrenovado,recibiódesuseñorrealunasumadedineroparacancelarsus

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apremiantesdeudasycomenzarsunuevavidabajobuenosauspicios.Aquellamisma noche, todavía henchido de gratitud y buenos propósitos, perdió eldoble de aquella suma en la mesa de juego. En su afán por recuperar lasprimeraspérdidas,realizóapuestasadobleonada,conloqueincurrióenunadeudadehonor quedeningúnmodopodía asumir.Demasiado avergonzadopararecurrirdenuevoalrey,sealejódeLondres,desusfalsasdeliciasysusmiserias duraderas y, con la pobreza por única compañía, se enterró en lasoledadde losmontesy los lagosdeCumbria.Su ingenio, susbonmots, elrecuerdo de sus atractivos personales, perduraron largo tiempo en lasmemoriasysetransmitíandebocaenboca.Sisepreguntabadóndesehallabaaquel paladín de lamoda, aquel compañero de los nobles, aquel haz de luzsuperiorquebrillabaconesplendorultraterrenoenlasreunionesdelosalegrescortesanos, la respuesta era que se encontraba bajo un nubarrón, que era unhombreextraviado.Nadiecreíaque lecorrespondieraprestarleunservicioacambiodelplacerqueélleshabíaproporcionado,niquesulargoreinadodeingenio y brillantezmereciera una pensión tras su retiro. El rey lamentó suausencia; le encantaba repetir sus frases, relatar las aventuras que habíanvividojuntos,ensalzarsustalentos.Peroahíconcluíasutributo.

Entretanto,olvidado,mipadrenoconseguíaolvidar.Lamentabalapérdidadeloquenecesitabamásqueelaireoelalimento:laemocióndelosplaceres,laadmiracióndelosnobles,lavidadelujoyrefinamientodelosgrandes.Laconsecuenciadetodoellofueronunasfiebresnerviosas,quelecurólahijadeungranjeropobre,bajocuyotechosecobijaba.Lamuchachaeraencantadora,amabley,sobretodo,buenaconél.Nohadesorprenderqueunídolocaídodealcurniaybellezapudiera,aunenaquelestado,resultarelevadoymaravillosoaojosdelacampesina.Suunióndiolugaraunmatrimoniocondenadodesdeelprincipio,delqueyosoyelvástago.

Apesardelaternuraylabondaddemimadre,suesposonopodíadejardedeplorar su propio estado de degradación. Nada acostumbrado al trabajo,ignoraba de qué modo podría contribuir al mantenimiento de su crecientefamilia.Avecespensabaenrecurriralrey,peroelorgulloylavergüenzaseloimpedían. Y, antes de que sus necesidades se hicieran tan imperiosas comopara forzarlo a trabajar, murió. Durante un breve intervalo, antes de lacatástrofe,pensóenelfuturoycontemplóconangustialadesoladasituaciónenquedejaríaasuesposayasushijos.Suúltimoesfuerzoconsistióenunacarta escrita al rey, conmovedora y elocuente, salpicada de los ocasionalesdestellosdeaquelespíritubrillanteinseparabledeél.Enellaponíaasuviuday sus huérfanos a merced de su regio señor y expresaba la satisfacción desaber que, de ese modo, su prosperidad quedaría más garantizada tras sumuertedeloquehabíaestadoenvidasuya.Confiólacartaaunnobleque,nolodudaba,leharíaelúltimoynadacostosofavordeentregarlaalmonarcaenmano.

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Así, mi padre murió endeudado, y sus acreedores embargaroninmediatamentesuescasahacienda.Mimadre,arruinadayconlacargadedoshijos, aguardó respuesta semana tras semana, mes tras mes, con crecienteimpaciencia,peroéstanollegójamás.Carecíadetodaexperienciamásalládela granja de su padre, y la mansión del dueño de la finca en que ésta seencontrabaeralomásparecidoallujoqueeracapazdeconcebir.Envidademipadresehabía familiarizadocon losnombresde la realezayde lacorte.Pero aquellas cosas, perniciosas según su experiencia personal, le parecían,traslapérdidadesuesposo-queeraquienlesotorgabasustanciayrealidad-vagasyfantásticas.Si,bajocualquiercircunstancia,talvezsehubieraarmadodelsuficientevalorcomoparadirigirsealosaristócratasqueéstemencionaba,elpocoéxitoobtenidoporélensuintentolellevabaadesterrarlaideadesumente.Así,noveíaescapatoriaalapenuria.Sudedicaciónperpetua,seguidadel pesar por la pérdida del ser maravilloso por el que seguía profesandoardiente admiración, así como el trabajo duro y una salud delicada pornaturaleza, terminaron por liberarla de la triste repetición de necesidades ymiserias.

La condición de sus hijos huérfanos era particularmente desolada. Supropio padre había emigrado desde otra zona del país y llevaba bastantetiempomuerto.Carecíandeparientesque los llevarande lamano;sehabíanconvertido en seres descastados, paupérrimos y sin amigos, para quienes elsustento más parco era cuestión del favor de otros y a quienes se tratabasimplemente como a hijos de campesinos, aunquemás pobres que los máspobres,unoscampesinosque,almorir,loshabíandejado-herenciaingrata-amerceddelaavaracaridaddelatierra.

Yo, el mayor de los dos, tenía cinco años cuando murió mi madre. Elrecuerdode las conversacionesdemis progenitores y el de las palabras queellaseesforzabaporinculcarmeenlamemoriaenrelaciónconlosamigosdemipadre,conlapobreesperanzadeque,algúndía, llegaraasacarprovechodeaquelconocimiento, flotabancomounsueñoindefinidoenmimente.Mefigurabaqueyoerasuperioramisprotectoresycompañeros,peronosabíanienquémodoniporqué.Lasensacióndeherida,asociadaalnombredelreyyalanobleza,perdurabaenmí,perodeaquellossentimientosnopodíaextraerconclusiones que me sirvieran de guía para mis acciones. El primerconocimiento verdadero demímismo fue, así, el de un huérfano indefensoentrelosvallesypáramosdeCumbria.Mehallabaalserviciodeungranjeroy,conuncayadoenlamanoymiperrojuntoamí,pastoreabaunrebañodeovejasnumerosoenlastierrasaltasdelasinmediaciones.Nohedecantarlasexcelenciasdedichavida,pueslossufrimientosqueinfligesuperanconcreceslosplaceresqueproporciona.Existía,sí,unalibertadenella,lacompañíadelanaturaleza,yunasoledaddespreocupada.Peroesascosas,pormásrománticasque fueran, se compadecían poco con el deseo de acción y el afán de ser

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aceptadopor losdemásquesonpropiosde la juventud.Nielcuidadodemirebaño ni el cambio de las estaciones bastaban para domesticar mi espírituinquieto;mividaalaire libreyel tiempoquepasabadesocupadofueron lastentaciones que no tardaron en llevarme al desarrollo de unos hábitosdelictivos.Measociéconotrosque,comoyo,tambiéncarecíandeamistadesyconellosforméunabandadelaqueyoeracabecillaycapitán.Pastorestodos,mientraslosrebañospacíandiseminadosporlosprados,nosotrosplaneábamosy ejecutábamos numerosas fechorías, que nos granjeaban la ira y la sed devenganzadelospaisanos.Yoeraeljefeyprotectordemiscamaradas,ycomodestacabasobreellos,muchasdesusmalasobrassemeatribuíanamí.Perosibien soportaba castigosydolor por salir en sudefensa con espíritu heroico,tambiénexigía,amododerecompensa,suselogiosyobediencia.

Con semejante escuela, fui adquiriendo un carácter rudo y firme. Elhambredeadmiraciónymipocacapacidadparacontrolar lospropiosactos,quehabíaheredadodemipadre,alimentadaspor laadversidad,mehicieronatrevido y despreocupado. Era duro como los elementos, y poco instruidocomolasbestiasalasquecuidaba.Confrecuenciamecomparabaconellas,yal hallar que mi principal superioridad se basaba en el poder, no tardé enconvencermedequeeraúnicamenteenpoderenloqueyoera inferiora losmayores potentados de la tierra. Así, ignorante de la refinada filosofía yperseguido por una incómoda sensación de degradación producto de laverdadera situación social en que me hallaba, vagaba por las colinas de lacivilizada Inglaterra tan indómito y salvaje como aquel fundador de Romaamamantadoporunaloba.Obedecíasóloaunaley,queeraladelmásfuerte,ymimayorvirtuderanosometermejamás.

Permítaseme,contodo,retractarmedelafrasequeacabodeenunciarsobremímismo.Mimadre,almorir,ademásdesusotrasleccionesmedioolvidadasy jamás puestas en práctica, me hizo prometerle con gran solemnidad quevelaríafraternalmenteporsuotroretoño,yyocumplíaconesedeberlomejorquepodía, con todo el celo y el afecto del quemi naturaleza era capaz.Mihermanaeratresañosmenorqueyo.Meocupédeelladesdesunacimiento,ycuandonuestradiferenciadesexos,quenosllevóarecibirdistintosempleos,nos separó en gran medida, ella siguió siendo objeto de mi amor y miscuidados.Huérfanosentodalaextensióndelapalabra,éramoslosmáspobresentre los pobres, los más despreciados entre los olvidados. Si mi osadía yarrojomevalíanciertaaversiónrespetuosa,sujuventudysusexo,yaquenomovían a la ternura, al hacerla débil eran la causa de sus incontablesmortificaciones. Además, su carácter le impedía atenuar los efectosperniciososdesubajaextracción.

Se trataba de un ser singular y, como yo, había heredado mucha de ladisposiciónpeculiardenuestropadre.Surostro,todoexpresión;susojos,sin

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ser oscuros, resultaban impenetrables, por lo profundos. En su miradainteligenteparecíandescubrirse todos losespacios,yuno sentíaqueel almaquelahabitabaabarcabatodoununiversodepensamiento.Detezmuyblanca,los cabellos dorados le caían por las sienes y la intensidad de su tonocontrastabaconelmármolvivientesobreelqueseposaban.Sutoscovestidodecampesina,quepareceríadesentonarconlossentimientosrefinadosquesurostroexpresaba,lesentabasinembargo,ycuriosamente,delomásbien.EracomounadeesassantasdeGuido,conelcieloenelcorazónyenlamirada,demaneraque,alverla,sólopensabasenelinterior,ylasropaseinclusolosrasgos se tornaban secundarios ante la inteligencia que irradiaba de susemblante.

Y,sinembargo,apesardetodosuencantoynoblezadesentimientos,mipobre Perdita (pues tal era el fantasioso nombre que le había impuesto supadre moribundo) no era del todo santa en su disposición. Sus modalesresultaban fríos y retraídos. De haber sido criada por quienes la hubierancontemplado con afecto, tal vez habría sido distinta, pero sin amor,abandonada,pagabacondesconfianzaysilenciolabondadquenorecibía.Semostraba sumisa con aquellos que ejercían la autoridad sobre ella, pero unanubeperpetuafruncíasuceño.Parecíaesperarlaenemistaddetodoelquesele acercaba, y sus acciones se veían instigadas por el mismo sentimiento.Siemprequepodíapasabasutiempoensoledad.Llegabaaloslugaresmenosfrecuentados, escalaba hasta peligrosas alturas, con tal de hallar en losespacios más recónditos la ausencia total de compañía de la que gustabaenvolverse. Solía pasar horas enteras caminando por los senderos de losbosques.Trenzabaguirnaldasdefloresyhiedrasycontemplabaeltemblordelassombrasyelmecersedelashojas;avecessesentabajuntoalosarroyosy,con el pensamiento detenido, se dedicaba a arrojar pétalos o guijarros a lasaguasyavercómoéstossehundíanyaquéllos flotaban.También fabricababarquitoshechosdecortezasdeárbol,odehojas,conplumasporvelas,ysededicaba a observar su navegación entre los rápidos y los remansos de losriachuelos.Mientras lo hacía, su desbordante imaginación creabamil y unacombinaciones:soñaba«conterriblesdesgraciasenelmaryencampaña»,seperdía con delicia en aquellos caminos por ella inventados, para regresar aregañadientesalanodinodetalledelavidaordinaria.

La pobreza era la nube que ocultaba sus excelencias, y todo lo que erabueno en ella parecía a punto de perecer por falta del rocío benefactor delafecto.Nisiquieragozabade lamismaventajaqueyoenel recuerdodesuspadres;seaferrabaamí,suhermano,comoasuúnicoamigo,peroesauniónle valía aún más el rechazo que le profesaban sus protectores, quemagnificaban sus errores hasta convertirlos en crímenes. De haber sidoeducadaenesaesferadelavidaalaque,porherencia,sudelicadamenteysupersonacorrespondían,habríasidoobjetocasideadoración,puessusvirtudes

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resultabantaneminentescomosusdefectos.Todoelgenioqueennoblecíalasangredesupadreilustrabalasuya;unagenerosamareacorríaporsusvenas;el artificio, la envidia y la avaricia se hallaban en los antípodas de sunaturaleza. Sus rasgos, cuando los alumbraban sentimientos benévolos,podrían haber pertenecido a una reina; sus ojos brillaban y, en aquellosmomentos,sumiradadesconocíatodotemor.

Aunquepornuestrasituaciónydisposicionesnoshallábamoscasideltodoprivados de las formas usuales de relación social, formábamos un fuertecontraste el uno respecto del otro. Yo siempre precisaba del estímulo de lacompañíayelaplauso,mientrasquePerditasebastabaasímisma.Apesardemis malos hábitos, mi disposición era sociable, a diferencia de la suya,retraída.Mivida transcurríaentre realidades tangibles, lasuyaeraunsueño.Demípodríadecirseinclusoqueamabaamisenemigos,puesalespolearme,ellos,enciertomodo,meproporcionabanfelicidad.APerdita,encambio,casile desagradaban sus amigos, pues interferían en sus estados de ánimovisionarios. Todos mis sentimientos, incluso los de exultación y triunfo, setornabanenamargurasideellosnoparticipabanotros.Perditahuíahacia lasoledad incluso estando alegre, y podía pasar undía y otro sin expresar susemocionesnibuscarsentimientosafinesalossuyosenotrasmentes.Ynosóloeso:eracapazdeadorarelaspectoylavozdealgunaamigaydemorarseenella con ternura,mientras sugestoexpresaba lamás fríade las reservas.Enella, una sensación se convertía en sentimiento, y jamás hablaba hasta quehabía mezclado sus percepciones de objetos externos con otros que erancreacióndesumente.Eracomounsuelofértilqueseimpregnabadelosairesylosrocíosdelcieloylosdevolvíaalaluztransformadosenfrutosyflores.Pero, comoel suelo, también semostrabacon frecuenciaoscuraydesolada,arada,sembradaunavezmásconsemillasinvisibles.

Perditavivíaenunagranjadecéspedbiencortado,quedescendíahastaellagodeUllswater.Unbosquedehayastrepabacolinaarriba,traslacasa,yunarroyomurmurantecorríamanso, siguiendo lapendiente, sombreadopor losálamosqueflanqueabansusorillashastael lago.Yovivíaconuncampesinocuyacasasehallabamásarriba,entrelosmontes.Trasellasealzabaunriscoen cuyas grietas, expuestas al viento del norte, la nieve perduraba todo elverano.Antes del alba conducíami rebaño de ovejas hasta los pastos, y locustodiabadurantetodoeldía.Setratabadeunavidamuydura,pueslalluviay el frío abundabanmás que los días soleados. Pero yome enorgullecía dedespreciarloselementos.Miperrofielseocupabadelrebañomientrasyomeescapaba para reunirme con mis camaradas, con los que perpetraba misfechorías. Al mediodía volvíamos a encontrarnos, y tras deshacernos denuestros alimentos de campesinos, encendíamos una hoguera quemanteníamosvivaparaasarenellalaspiezasdeganadoquerobábamosenlaspropiedadesvecinas.Despuéscontábamoshistoriasdehuidasporlospelos,de

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combates con perros, de emboscadas y fugas, mientras, como los gitanos,compartíamoslacazuela.Labúsquedadealgúncorderoperdido,olosmediosporlosqueeludíamosopretendíamoseludirloscastigos,ocupabanlashorasdelatarde.Alcaerlanochemirebañoregresabaasucorralyyomedirigíaacasademihermana.

Eran raras lasocasionesenqueciertamenteescapábamossanosysalvos,comosueledecirse.Nuestroexquisitomanjarsolíacostarnosgolpesycárcel.Enunaocasión,contreceaños,meenviaronunmesalaprisióndelcondado.Si moralmente salí de ella tal como había entrado, mi sentimiento de odiohaciamisopresoressemultiplicópordiez.Nielpannielaguaaplacaronmisangre, y la soledad de mi encierro no llegó a inspirarme buenospensamientos. Me sentía colérico, impaciente, triste. Mis únicas horas defelicidaderanlasquededicabaaurdirplanesdevenganza,queperfeccionabadurantemisoledadforzosa,demodoquedurantetodalaestaciónsiguiente-me liberaron a principios de septiembre- no dejé nunca de obtener grandescantidadesdeexquisitosalimentosparamíyparamiscamaradas.Aquel fueun invierno glorioso. La fría escarcha y las intensas nevadas aturdían elganado y mantenían a los ganaderos junto a sus hogares. Robábamos máspiezasdelasquepodíamoscomer,yhastamiperrofielsepusomáslustrosoafuerzadedevorarnuestrassobras.

De esemodo fueron transcurriendo los años. Y los años no hacían sinoañadiramiexistenciaunamorrenovadoporlalibertad,asícomounprofundodesprecio por todo lo que no fuera tan silvestre y tan rudo como yo.A losdieciséisañosmiaspectoeraeldeunhombrehechoyderecho.Altoyatlético,me había acostumbrado a ejercer la fuerza y a resistir los embates de loselementos.Elsolhabíacurtidomipielyandabaconpasofirme,conscientedemipoder.Ningúnhombremeinspirabatemor,perotampocosentíaamorporninguno. En épocas posteriores, al volver la vista atrás contemplaría conasombro lo que entonces era, lo indigno que hubiera llegado a ser de haberperseveradoenmividadelictiva.Miexistenciaeraladeunanimalymimentese hallaba en peligro de degenerar hasta convertirse en lo que conforma lanaturaleza de los brutos. Hasta ese momento, mis hábitos salvajes no mehabían causado daños irreparables, mis fuerzas físicas habían crecido yflorecido bajo su influencia ymimente, sometida a lamisma disciplina, sehallabacurtidaporlasvirtudesmásduras.Contodo,laindependenciadequehacía galame instigaba a diario a cometer actos de tiranía, ymi libertad seconvertíaen libertinaje.Mehallabaen los límitesdelhombre.Laspasiones,fuertes como los árboles de un bosque, ya habían echado raíces en mí yestabanapuntodeensombrecer,consudesbordantecrecimiento,lasendademivida.

Ansiaba dedicarme a empresas que fueran más allá de mis hazañas

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infantilesymeformabasueñosenfermizosdeaccionesfuturas.Evitabaamisantiguoscamaradasynotardéenperdersuamistad.Todosllegaronalaedaden que debían cumplir con los destinos que la vida les deparaba. Yo, undesheredado, sin nadie que me sirviera de guía o tirara de mí, me hallabaestancado.Losviejosempezaronaseñalarmecomomalejemplo,losjóvenesavermecomoaunserdistintoaellos.Yolosodiabaatodos,yenlaúltimaypeordemisdegradaciones,empecéaodiarmeamímismo.Meaferrabaamishábitos feroces, aunque al tiempo los despreciaba a medias. Proseguía miguerracontralacivilizaciónyalavezalbergabaeldeseodeperteneceraella.

Regresabaunayotravezal recuerdode todo loquemimadremehabíacontado sobre la existencia pasada de mi padre. Contemplaba las pocasreliquias que conservaba de él, y que hablaban de un refinamiento muchomayor del que podía hallarse en aquellas granjas demontaña. Pero nada detodo ello me servía de guía para conducirme a otra forma de vida másagradable.Mipadresehabíarelacionadoconlosnobles,peroloúnicoqueyosabíadeaquellarelacióneraelolvidoquelehabíaseguido.Sóloasociabaelnombre del rey -al que mi padre, agonizante, había elevado sus últimassúplicas,bárbaramentedesoídasporél-alasideasdecrueldadeinjusticia,asícomoalresentimientoqueéstasmecausaban.Yohabíanacidoparaseralgomás grande de lo que era, ymás grande habría de ser. Pero la grandeza, almenosparamipercepcióndistorsionada,noteníaporquéidentificarseconlabondad, ymis ideasmás descabelladas no se detenían ante consideracionesmoralesdeningunaclasecuandoseagolpabanenmisdeliriosdedistinción.Así,yomehallabaenloaltodeunpináculo,sobreunmardemaldadqueseextendía a mis pies, a punto de precipitarme y sumergirme en él, deabalanzarme como un torrente sobre todos los obstáculos queme impedíanalcanzarelobjetodemisdeseos,cuandolainfluenciadeundesconocidovinoa posarse en la corriente de mi fortuna, alterando su indómito rumbo,transformándoloenalgoque,porcontraste,eracomoel fluirapacibledeunriachueloquedescribierameandrossobreunprado.

CAPÍTULOII

Yovivíaalejadodelostráfagosdeloshombres,yelrumordelasguerrasylos cambios políticos llegaba a nuestras moradasmontañesas convertido endébil sonido. Inglaterra había sido escenario de importantes batallas durantemiprimerainfancia.Enelaño2073,elúltimodesusreyes,elancianoamigodemipadre, había abdicado en respuesta a la serena fuerzade las protestasexpresadasporsussúbditos,ysehabíaconstituidounarepública.Almonarcadestronadoy a su familia se les aseguró la propiedaddegrandeshaciendas;

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recibió el título de conde de Windsor, y el castillo del mismo nombre,perteneciente desde antiguo a la realeza, con sus extensas tierras, siguióformando parte del patrimonio que conservó.Murió poco después, dejandohijoehija.

La que fue reina, princesa de la casa deAustria, llevabamucho tiempopersuadiendoasuesposoparaqueseopusieraalosdesigniosdelostiempos.Setratabadeunamujerdesdeñosayvaliente,apegadaalpoderyquesentíaundesprecio amargopor el hombreque sehabíadejadodesposeerde su reino.Sóloporelbiendesushijosconsintióenconvertirse,desprovistadesurangoreal, en miembro de la república inglesa. Tras enviudar, dedicó todos susesfuerzosa laeducacióndesuhijoAdrian,segundocondedeWindsor,paraque éste llevara a la práctica sus ambiciosos fines; la leche con que loamamantó le transmitió ya el único propósito para el que fue educado:reconquistar la corona perdida. Adrian había cumplido ya los quince años.Vivíadedicadoalestudioydemostrabaunosconocimientosyuntalentoqueexcedíanlospropiosdesusaños.Sedecíaqueyahabíaempezadoaoponersealasideasdesumadreyquecompartíaprincipiosrepublicanos.Peropormásque así fuera, la altiva condesa no confiaba a nadie los secretos de sueducación. Adrian se criaba en soledad, apartado de la compañía que esnatural en los hombres de su edad y de su rango. Pero entonces algunacircunstanciadesconocidaindujoasumadreaapartarlodesututeladirecta;yhastanuestrosoídos llegóquesedisponíaavisitarCumbria.Abundaban lashistoriasenlasquesedabacuentadelaconductadelacondesadeWindsorenrelaciónconsuhijo.Probablementeningunadeellasfueracierta,peroconelpasodelosdíasparecíaclaroqueelnoblevástagodelúltimomonarcainglésviviríaentrenosotros.

EnUllswatersealzabaunamansiónrodeadadeterrenoquepertenecíaasufamilia.Unodesusanexosloformabaungranparque,diseñadoconexquisitogustoybienprovistodeanimalesdecaza.Yohabíaperpetradoconfrecuenciaenaquellospagosmisactosdedepredación;elestadodeabandonodellugarfacilitabamisincursiones.CuandosedecidióqueelcondedeWindsorvisitaraCumbria, acudieron obreros dispuestos a adecentar la casa y sus aledañosantesdesullegada.Devolvieronalosaposentossuesplendororiginaly,unavez reparados los desperfectos, el parque comenzó a ser objeto de cuidadosanómalos.

Aquellanoticiameturbóengradosumo,despertandotodosmisrecuerdosdurmientes,missentimientosdeultraje,quesehallabanensuspenso,yque,alavivarse,dieronorigenaotrosdevenganza.Noeracapazdehacermecargodemisocupaciones;olvidétodosmisplanesyestratagemas.Parecíaapuntodeiniciar una vida nueva, y no precisamente bajo los mejores auspicios. Elembate de la guerra, pensaba yo, no tardaría en producirse. Él llegaría

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triunfantealatierraalaquemipadrehabíahuidoconelcorazóndestrozado.Yenellahallaríaasusinfortunadoshijos,confiadosenvanoasurealpadre,pobres y miserables. Que llegara a saber de nuestra existencia, y que nostrataradecercaconelmismodesdénquesupadrehabíapracticadodesdeladistanciaylaausencia,meparecíaamílaconsecuenciaciertadetodoloquehabía sucedidoantes.Asípues,yoconoceríaaese jovendealtaalcurnia, elhijodel amigodemipadre.Llegaría rodeadode sirvientes; sus compañeroseran los nobles y los hijos de los nobles. Toda Inglaterra vibraba con sunombreysullegada,comolastormentas,seoíadesdemuylejos.Yo,pormiparte,iletradoysinmodales,sientrabaencontactoconél,meconvertiríaenla prueba tangible, a ojos de sus cortesanos, de lo justificado de aquellaingratitudquemehabíaconvertidoenelserdegradadoqueera.

Con la mente ocupada por entero en esas ideas, se diría que inclusofascinadopor el proyectode asaltar lamorada escogidapor el joven conde,observabaelavancedelospreparativosymeacercabaaloscarrosdelosquedescargaban artículos de lujo traídos desde Londres, que entraban en lamansión.Rodearasuhijodeunamagnificenciaprincipescaformabapartedelplan de la que fue reina. Yo observaba mientras disponían las gruesasalfombras y las cortinas de seda, los ornamentos de oro, los metalesprofusamentecincelados,losmueblesblasonados,todoacordeasurango,demodoquenadaquenoserevistieradeesplendorregiollegaraaalcanzarelojodeundescendientede reyes.Sí, loobservaba todoy luegovolvía lamiradahaciamisraídasropas.¿Dedóndenacíaesadiferencia?¿Dedónde,sinodelaingratitud,de la falsedad,del abandono,porpartedelpadredelpríncipe,detoda noble simpatía, de todo sentimiento de generosidad? Sin duda a éltambién, pues por sus venas circulaba asimismo la sangre de su orgullosamadre, a él, reconocido farode la riquezay lanoblezadel reino, le habríanenseñado a repetir con desprecio el nombre demi padre, y a desdeñarmisjustas pretensiones de protección. Me esforzaba en pensar que toda esagrandezanoerasinounainfamiaindigna,yque,alplantarsubanderabordadaenorojuntoamigastadoydeshilachadoestandarte,noestabaproclamandosusuperioridad,sinosucaída.

Y aun así lo envidiaba. Sus preciosos caballos, sus armas de intrincadosrelieves,loselogiosqueleprecedían,laadoración,laprontitudenelservicio,elaltorangoylaaltaestimaenquelotenían,yoconsiderabaquedetodoellomehabíandespojadoamípor lafuerza,y loenvidiabatodoconrenovadayatormentadaamargura.

Para coronar la vejación de mi espíritu, Perdita, la visionaria Perdita,pareció despertar a la vida real cuando, transportada por la emoción, meinformódequeelcondedeWindsorestabaapuntodellegar.

-¿Yellotecomplace?-lepregunté,ceñudo.

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-Por supuesto que sí, Lionel -me respondió ella-. Ansío verle. Es eldescendiente de nuestros reyes y el primer noble de nuestra tierra.Todos leadmiranyleamanysedicequesurangoeselmenordesusméritos;queesgeneroso,valienteyafable.

-Has aprendidouna lección,Perdita -le dije- y la repites tan al pie de laletra que olvidas por completo las pruebas de las virtudes del conde; sugenerosidad semanifiesta sin duda en nuestra abundancia, su valentía en laprotecciónquenosbrinda, y su afabilidad en el casoquenosdispensa. ¿Surangoeselmenordesusméritos,dices?Todassusvirtudesderivansólodesuextracción; por ser rico lo llaman generoso; por ser poderoso, valiente; porhallarse bien servido se lo considera afable. Que así lo llamen, que todaInglaterracreaqueloes.Nosotrosloconocemos.Esnuestroenemigo,nuestropenoso, traicionero y arrogante enemigo. Si hubiera sido agraciado con unasola partícula de todas las virtudes que le atribuyes, obraría justamente connosotros, aunque sólo fuera para demostrar que, si ha de luchar, no ha dehacerlo contra un enemigo caído. Su padre hirió a mi padre; su padre,inalcanzableen su trono,osódespreciarlo, a élque sólo se inclinabaante símismo, cuando se dignó asociarse con el ingrato monarca. Nosotros,descendientesdeunoydeotro,debemossertambiénenemigos.Éldescubriráquemeduelenlasheridasyaprenderáatemermivenganza.

Elcondellegódíasmástarde.Loshabitantesdelascasasmásmiserablesfueronaengrosarlamuchedumbrequeseagolpabaparaverle.InclusoPerdita,apesardemi reciente filípica, seacercóalcaminoparaverconsuspropiosojosalídolodetodosloscorazones.Yo,medioenloquecidoalcruzarmecongruposymásgruposde campesinosque, con susmejoresgalas, descendíanpor las colinas desde cumbres ocultas por las nubes, observando las rocasdesiertas que me rodeaban, exclamé: «Ellas no gritan “¡Larga vida alConde!”»Cuandollególanoche,acompañadadefríoydellovizna,noregreséacasa.PuessabíaqueentodaslasmoradasseelevaríanloasaAdrian.Sentíamismiembrosentumecidosyhelados,peroeldolor servíadealimentoamiaversióninsana;casimeregocijabaenél,puesparecíaconcedermemotivoyexcusaparaodiaralenemigoqueignorabaqueloera.Todoseloatribuíaaél,yaqueyoconfundíahasta talpunto lasnocionesdepadreehijoquepasabaporaltoqueéstepodíaignorardeltodoelabandonoenquenoshabíadejadosupadre.Así,llevándomelamanoalacabeza,exclamé:«¡Pueshadesaberlo!¡Me vengaré! ¡No pienso sufrir como un spaniel! ¡Ha de saber que yo,mendigoysinamigos,nomesometerédócilalescarnio!»

Elpasode losdías,de lashoras,nohacía sino incrementar losagravios.Las alabanzas que le dedicaban eran mordeduras de víbora en mi pechovulnerable.Siloveíaalolejos,montandoalgúnhermosocorcel,lasangremehervía de rabia. El aire parecía emponzoñado con su sola presencia y mi

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lenguanativasetornabajergavil,puescadafrasequeoíaconteníasunombreysualabanza.Yo resoplabaparaaliviaresedolorenmicorazón,yardíaendeseosdeperpetraralgúndesmánquelehicierapercatarsedelaenemistadquesentía.Erasumayorofensaque,causándomeesassensacionesintolerables,nosedignarasiquierademostrarquesabíaqueyovivíaparasentirlas.

NotardóenconocersequeAdriansecomplacíagrandementeensuparqueysuscotosdecaza,aunquenuncalapracticaba,ysepasabahorasobservandolasmanadasdeanimalescasidomesticadosquelospoblaban,yordenabaquese les dedicaran los mayores cuidados. Allí vi yo campo abonado para miofensiva,ehiceusodeélcontodoelímpetubrutalderivadodemimododevida.Propusealosescasoscamaradasquemequedaban-losmásdecididosymalhechoresdelgrupo- laempresadecazar furtivamenteensusposesiones;pero todos ellos se arredraron ante el peligro, de modo que tendría queconsumar la venganza en solitario. Al principio mis incursiones pasarondesapercibidas,por loqueempecéamostrarmecadavezmásosado:huellasen la hierba cuajada de rocío, ramas rotas y rastros de las piezas libradasacabarondelatándomeante loscustodiosde losanimales,que incrementaronlavigilancia.Alfinmedescubrieronymellevaronaprisión.Entréenellaenun arrebato de éxtasis triunfal: «¡Ahora ya sabe de mí! -exclamé-. ¡Y asíseguirá siendo una y otra vez!»Mi confinamiento duró apenas un día ymeliberaron por la noche, segúnme dijeron, por orden expresa delmismísimoconde.

Aquella noticiame hizo caer desde el pináculo de honor que yomismohabíaerigido.«Medesprecia-pensé-;perohadesaberqueyolodesprecioaél,yque sientoelmismodespreciopor suscastigosquepor suclemencia.»Dosnochesdespuésdemiliberaciónvolvieronasorprendermeloscustodiosde los animales, que me encarcelaron de nuevo. Y de nuevo volvieron asoltarme.Taleramipertinaciaque, transcurridascuatronoches,mehallaronde nuevo en el parque. Aquella obstinación parecía enfurecer más a losguardianes que a su señor. Habían recibido órdenes de que, si volvían asorprenderme,debíanllevarmeanteelconde,ysulenidadleshacíatemerunaconclusión que consideraban poco acorde con mi delito. Uno de ellos, quedesde el principio se había destacado como jefe de quienes me habíanapresado, resolvió dar satisfacción a su propio resentimiento antes deentregarmeasusuperior.

La luna se había ocultado tarde y la precaución extrema que me viobligadoaadoptarenmiterceraexpediciónmeconsumiótantotiempoque,alconstatarquelanegranochedabapasoalalba,eltemorseapoderódemí.Mehinqué de rodillas y avancé a cuatro patas, en busca de los recodos másumbríos del sotobosque; los pájaros despertaban en las alturas y trinabaninoportunos, y la brisa fresca de la mañana, que jugaba con las ramas, me

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llevaba a sospechar pasos a cada vuelta del camino. Mi corazón latía másdeprisaamedidaquemeaproximabaalcercado;yateníaunamanoapoyadaen él, ymebastaba apenas un salto para hallarmedel otro lado cuandodosguardianes emboscados se abalanzaron sobremí. Uno de ellosme abatió yempezóaazotarmeconunlátigo.Yomeincorporésosteniendouncuchillo,seloclavéenelbrazoderecho,queteníalevantado,yleinfligíunaheridaanchayprofundaenlamano.Losgritosiracundosdelherido,lasimprecacionesdesucamarada,queyorespondíaconigualfuriaydescaro,resonabanenelclarodelbosque.Lamañana se acercabamásymás, incongruente, en subelleza,con nuestra batalla tosca y ruidosa. Mi enemigo y yo seguíamos peleandocuandoaquélexclamó:«¡Elconde!»Deunsaltomezafédelabrazohercúleodel guardián, jadeando a causa del esfuerzo y dedicandomiradas furiosas amiscaptores,ymesituédetrásdeltroncodeunárbol,resueltoadefendermehasta el final. Llevaba las ropas hechas jirones y, lomismo que lasmanos,manchadas de la sangre del hombre al que había herido. Con la izquierdasosteníalasavesquehabíaabatido-mispresascontantoesfuerzoobtenidas-yconladerechaelcuchillo.Llevabaelpeloenmarañadoyamirostroasomabala expresión de una culpa que también goteaba, acusadora, desde el filo delarmaalaqueseguíaaferrado;miaparienciatodaeradesmañadayescuálida.Alto y fornido como era, debía parecerles -y no se equivocaban- el mayorrufiánquehubieraholladolatierra.

La mención al conde me sobresaltó, y toda la sangre indignada queencendíamicorazónfueaagolparseenmismejillas.Eralaprimeravezqueloveíaysupusequesetrataríadeunjovenaltivoeinflexibleque,sisedignabadirigirmelapalabra,zanjaríalacuestiónconlaarroganciadelasuperioridad.Yoyateníalistalarespuesta:unreprocheque,segúncreía,seleclavaríaenelcorazón.Peroentoncesseacercóanosotrosysuaspectodesterróalinstante,como un soplo de brisa de poniente,mi sombría ira: antemí se hallaba unmuchachoalto,delgado,de tezmuyblanca,queen sus rasgosexpresabaunexcesodesensibilidady refinamiento.Los rayosmatutinosdel sol teñíandeoro sus sedosos cabellos, esparciendo luz y gloria sobre su rostroresplandeciente.

-¿Qué es esto? -gritó. Los hombres se aprestaron a iniciar sus defensas,pero él los apartó-.Dos a la vez contra unmuchacho. ¡Qué vergüenza! -Seacercóamí-.Verney-gritó-.LionelVerney.¿Esésta laprimeravezquenosvemos?Nacimosparaseramigos,yaunquelamalafortunanoshaseparado,¿noreconoceselvínculohereditariodeamistadqueconfíoenque,deahoraenadelante,noslleveaunirnos?

Amedidaquehablaba,consusojossincerosfijosenmí,parecíaleermeelalma;mi corazón,mi corazón salvaje y sediento de venganza, sintió que elmanto de una calmadulce se posaba sobre él.Mientras, su voz apasionada,

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comolamásdulcedelasmelodías,despertabaunecomudoenmiinterioryconfinabaa lasprofundidades toda la sangredemi cuerpo.Hubieraqueridoresponderle,reconocersubondad,aceptarlaamistadquemeproponía;peroelrudomontañés carecía de palabras a la altura de las suyas; hubiera queridoextenderlelamano,perolasangreacusadoraquelasmanchabameloimpedía.Adrianseapiadódemimenguanteaplomo.

-Venconmigo-medijo-.Tengomuchoquecontarte.Venconmigoacasa.¿Sabesquiénsoy?

-Sí-lerespondí-.Ahoracreoconocerte,yqueperdonarásmiserrores...midelito.

Adriansonrióamablementey,despuésdetransmitiralgunasórdenesalosguardianes del coto, se acercó a mí, entrelazó su brazo al mío y partimosjuntoshacialamansión.

Nofuesurango;trastodoloquehedicho,nocreoquenadiesospechequefueraelrangodeAdrianloque,desdeelprimermomento,sedujomicorazónde corazones y logró que todomi espíritu se postrara ante él. Ni yo era elúnico en sentir con tal intensidad sus perfecciones, pues su sensibilidad ycortesía fascinaban a todos. Su vivacidad, inteligencia y espíritu benévoloculminabanlaconquista.Apesardesujuventuderaunhombremuyinstruidoe imbuido del espíritu de la más alta filosofía, que confería un tono deirresistible persuasión a su trato con los demás y lo asemejaba a unmúsicoinspirado que tañera, con absoluta maestría, la «lira de la mente» y de esemodo causara una divina armonía. En persona apenas parecía ser de estemundo: a su delicada figura se imponía el alma que la habitaba; era todomente:«Dirigesólounjunco»contrasupechoyconquistarássufuerza;peroelpoderdesusonrisahubierabastadoparaamansaraun leónhambrientooparalograrqueunalegióndehombresarmadosposaralasarmasasuspies.

Pasétodoeldíaconél.Alprincipionomencionóelpasadoniserefirióaningúnhechopersonal.Talvezdesearainspirarmeconfianzaydarmetiempoparaponerenordenmispensamientosdispersos.Mehablódetemasgeneralesy expresó ideas que yo jamás había concebido. Nos hallábamos en subibliotecaymecontócosassobre lossabiosde laantiguaGreciayelpoderque habían llegado a ejercer sobre las mentes de los hombres graciasexclusivamente a la fuerza del amor y la sabiduría.La sala estaba decoradaconlosbustosdemuchosdeellos,yfuedescribiéndomesuscaracterísticas.Amedidaquehablabayoibasometiéndomeaél,ytodomiorgulloymifuerzaquedaban subyugados por los dulces acentos de aquel muchacho de ojosazules.Elordenadoyvalladocotode lacivilización,quehastaentoncesyo,desdemidensajungla,habíaconsideradoinaccesible,meabríasuspuertasporintercesión suya, y yome adentré en él y sentí, al hacerlo, que hollabami

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suelonatal.

Avanzadalatardeserefirióalpasado.

-Hederelatartealgo-medijo-,ydebodartemuchasexplicacionessobreelpasado.Talveztúpuedasayudarmeaacotarlo.¿Teacuerdasdetupadre?Yonogocénuncade ladichadeverlo,perosunombreesunodemisprimerosrecuerdos; y permanece escrito en las tablillas de mi mente comorepresentación de todo lo que, en un hombre, resulta galante, cordial yfascinador.Suingenionosehacíanotarmenosqueladesbordantebondaddesucorazón,ycontalprodigalidadlaesparcíasobresusamigosque,¡ah!,bienpocalequedabaparasímismo.

Alentadoporsupanegírico,procedí,enrespuestaasupregunta,arelatarlelo que recordaba de mi progenitor, y él me refirió el relato de lascircunstanciasquehabíanllevadoalextravíodelamisivatestamentariademipadre.Cuando,enmomentosposteriores,elpadredeAdrian,alasazónreydeInglaterra, sentía que su situación se tornaba más peligrosa y su línea deacciónmáscomprometida,unayotravezdeseabacontarconlapresenciadesu amigo, que hubiera supuesto un parapeto contra las iras de su impetuosareina y habríamediado entre él y el Parlamento.Desde elmomento en quehabía abandonado Londres, en la noche fatal de su derrota en la mesa dejuego,elreynohabíarecibidonoticiasdeél.Ycuando,transcurridoslosaños,se empeñó en saber de su paradero, todo rastro se había borrado ya.Lamentándolomásquenunca,seaferróasurecuerdoyencomendóasuhijoque,sijamásdabaconsuapreciadoamigo,lebrindaraennombresuyotodoelauxilioquepudieraprecisary leaseguraraque,hastaelúltimomomento,suvínculohabíasobrevividoalaseparaciónyelsilencio.

PocoantesdelavisitadeAdrianaCumbria,elherederodelnoblealquemipadrehabíaconfiadosuúltimapeticióndeayudadirigidaasurealseñor,puso enmanos del joven conde aquella carta, con el lacre intacto.La habíaencontradoentreunmontóndepapelesviejos,ysóloelazarlahabíasacadoalaluz.Adrianlaleyóconprofundointerésyenellahallóelespírituvivientedel genio y el ingenio de aquél de quien en tantas ocasiones había oídoelogios.Descubrió el nombre del lugar en quemi padre se había retirado ydondehabíamuerto.Supodelaexistenciadesushuérfanosy,duranteelbreveintervaloquetranscurrióentresullegadaaUllswaterynuestroencuentroenelcoto,seocupóderealizaraveriguacionessobrenosotros,asícomodeponerenmarchaplanesqueredundaranennuestrobeneficio,antesdepresentarseantenosotros.

Elmodoenquesereferíaamipadrehalagabamivanidad:elveloconquecubría su benevolencia, alegando el cumplimiento de un deber para con lasúltimas voluntades delmonarca, constituía un alivio parami orgullo. Otros

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sentimientos,menosambiguos,losconcitabansusmanerasconciliadorasylagenerosacalidezdesusexpresiones,unrespetoraravezdemostradopornadiehacia mí hasta ese momento, admiración y amor; había rozado mi pétreocorazón con su poder mágico y había hecho brotar de él un afectoimperecederoypuro.Nosdespedimosalatardecer.Meestrechólamano.

-Volveremosavernos.Regresamañana.

Yoapretélasuyaytratéderesponder,peromiferviente«Diostebendiga»fuelaúnicafrasequemiignoranciamepermitiópronunciar,ymealejéatodaprisa,abrumadopormisnuevasemociones.

Nohubierapodidodescansar,demodoquevaguéporlascolinas,barridasporunvientodeloeste.Lasestrellasbrillabansobreellas.Corrí,sinfijarmeenlas cosas queme rodeaban, con la esperanza de aplacar la inquietud demiespíritumediantelafatigafísica.

«Eseeselverdaderopoder-pensaba-.Noserfuertedemiembros,durodecorazón,ferozyosado,sinoamable,compasivoydulce.»

Me detuve en seco, entrelacé las manos y, con el fervor de un nuevoprosélito,grité:

-¡Nodudesdemí,Adrian,yotambiénllegaréasersabioybondadoso!

Yentonces,abrumado,lloréruidosamente.

Unavezpasadoesearrebatodepasiónmesentímásentero.Metumbéenel suelo y, dando rienda suelta amis pensamientos, repasémentalmentemivida pasada. Pliegue a pliegue, fui recorriendo los muchos errores de micorazónydescubrílobrutal,losalvajeyloinsignificantequehabíasidohastaesemomento.Contodo,eneseinstantenopodíasentirremordimientos,puesme parecía que acaba de nacer de nuevo;mi alma expulsó la carga de suspecados anteriores para iniciar un nuevo camino de inocencia y amor. Noquedabanadadurooásperoenellaquenublaralossentimientosdulcesquelastransaccionesdeldíamehabían inspirado;eracomounniñobalbuceando ladevociónquesienteporsumadre,ymialmamaleablecambiabapormanodelmaestro,sindesearnipoderresistirseaello.

AsícomenzómiamistadconAdrian,ydeborecordaresedíacomoelmásafortunado de mi vida. Ahora empezaba a ser humano. Era admitido en elinterior del círculo sagrado que separa la naturaleza intelectual ymoral delhombrede aquelloque caracteriza a los animales.Mismejores sentimientoshabían sido convocados para responder convenientemente a la generosidad,sabiduríaycordialidaddeminuevoamigo.Él,poseedordeunanoblebondad,seregocijabainfinitamentealesparcir,generoso,lostesorosdesumenteysufortunasobreellargamenteolvidadohijodelamigodesupadre,elvástagode

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aquelserexcepcionalcuyasexcelenciasy talentoshabíaoídoensalzardesdesuinfancia.

Desdesuabdicación,eldifuntoreysehabíaretiradodelaesferapolítica,aunquehallabapocoplacerensuentornofamiliar.Lareinadestronadacarecíadevirtudesparalavidadoméstica,yelvalorylaosadíaquesíostentabanoleservían de nada tras el derrocamiento de su esposo, al que despreciaba y aquiennosemolestabaenocultarsussentimientos.Elrey,parasatisfacersusexigencias, se había alejado de sus viejas amistades, pero bajo su guía nohabía adquirido otras nuevas. En aquella escasez de comprensión, habíarecurrido a su hijo de tierna edad. El temprano desarrollo de su talento ysensibilidadhizodeAdrianundepositariodignodelaconfianzadesupadre.Nuncasecansabadeescucharlosrelatos-confrecuenciareiterados-queésterefería sobre los viejos tiempos, en los quemi padre representaba un papeldestacado;lerepetíasuscomentariosagudos,yelniñolosretenía;suingenio,su poder de seducción, incluso sus defectos, se magnificaban al calor delafecto perdido, una pérdida que lamentaba sentidamente. Ni siquiera laaversión que la reina sentía por su favorito bastaba para privarle de laadmiración de su hijo: era amarga, sarcástica, despectiva, pero a pesar devertersuimplacablecensuratantosobresusvirtudescomosobresuserrores,sobresuamistaddevotaysobresusamoresextraviados,sobresudesinterésysugenerosidad, sobre la atractivagraciade susmanerasy sobre la facilidadconquecedíaalastentaciones,sudobledisparoserevelabapesadoenexcesoynoalcanzabaelblancodeseado.AqueldesdéniracundodelareinatampocohabíaimpedidoaAdrianidentificaramipadre,comoélmismohabíadicho,conlapersonificacióndetodoloque,enunhombre,resultabagalante,cordialyfascinador.Así,noeradeextrañarquealsaberdelaexistenciadeloshijosdeaquellapersonalidadcélebre,hubieraideadounplanparaconcederlestodoslos privilegios que su rango le permitiera. Y ni siquiera flaqueó su bondadcuando me halló vagabundeando por las colinas, pastor y cazador furtivo,salvaje iletrado.Además de considerar que su padre era, hasta cierto punto,culpabledelabandonoenquenosencontrábamos,ydequesu intenciónerareparar la injusticiaen lamedidade loposible, secomplacíaenafirmarquebajo toda mi rudeza brillaba una elevación de espíritu que no podíaconfundirseconelmerovaloranimal,yquehabíaheredadolaexpresióndemipadre,loquedemostrabaquesusvirtudesytalentosnohabíanmuertoconél.Fueranlosquefuesenlosquemehabíansidodados,minobleyjovenamigoestabaempeñadoenquenoseperdieranpornocultivarlos.

Actuando según su plan, en nuestro siguiente encuentro logró que yodesearaparticipardeunaculturaque revestíacongracia supropio intelecto.Mimenteactiva,unavezsubyugadaporesanuevaidea,sededicóalempeñoconavidezextrema.Alprincipiolagranmetademiambiciónerarivalizarconlosméritos demi padre, para hacermemerecedor de la amistad deAdrian.

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Perolacuriosidadyunsincerodeseodeaprendernotardaronendespertarenmí,ymellevaronapasardíasynochesdedicadoalalecturayelestudio.Yoya estaba familiarizado con lo que podría denominar el panorama de lanaturaleza,elcambiodelasestacionesylosaspectosdiversosdeloscielosylatierra.Peronotardéenvermesorprendidoyencantadoantelaampliaciónrepentinademisnociones,cuandosealzóeltelónquemeprivabadelgocedelmundo intelectualycontempléeluniversono sólo tal comosepresentabaamis sentidos externos, sino como aparecía ante los hombresmás sabios. Lapoesía con sus creaciones, la filosofía con su investigación y susclasificaciones,despertabanporiguallasideasquesehallabandormidasenmimenteydesencadenabanotrasnuevas.

Mesentíacomoelmarineroque,desdeelpalomayordesucarabela,fueelprimeroendescubrirlascostasdeAmérica;y,comoél,meapresuréahablaramiscompañerosdemisdescubrimientosenlasregionesignotas.Contodo,nologréexcitarenotrospechoselmismoapetitodesbocadoporelconocimientoque existía en el mío. Ni siquiera Perdita era capaz de comprenderme. Yohabía vivido en lo que generalmente se llama mundo de la realidad, ydespertaba en un nuevo país para descubrir que existía un significado másprofundoentodoloquepercibía,másalládeloquemisojosmemostraban.La visionaria Perdita veía en todo aquello sólo un nuevo barniz para unalecturavieja,ysumundoeralobastanteinextinguiblecomoparacontentarla.Me escuchaba como había hecho cuando le narraba mis aventuras, y enocasiones se mostraba interesada por la información que le proporcionaba;pero,adiferenciadeloquemesucedíaamí,noloveíacomoparteintegraldesu ser, como algo que, una vez obtenido, no podía ignorarsemás de lo quepodíaignorarse,porejemplo,elsentidodeltacto.

Los dos conveníamos, eso sí, en adorar a Adrian, aunque como ella nohabía salido de la infancia no podía apreciar, como yo, el alcance de susméritos ni sentir la misma comprensión por sus metas y opiniones. Yofrecuentabasiempresucompañía.Habíaunasensibilidadyunadulzuraensudisposición que proporcionaban un tono tierno y elevado a nuestrasconversaciones. También era alegre como una alondra que cantara desde sualtatorre,yseelevabasobrelospensamientoscomounáguila,yerainocentecomounatórtoladeojosmansos.EracapazdeconjurarlaseriedaddePerditaydeextraerelaguijónquetorturabaminaturalezaactivaenexceso.Yovolvíala vista atrás y veía mis deseos inquietos y mis dolorosas luchas con misantiguos compañeros como quien recuerda un mal sueño, y me sentía tancambiado como si hubiera transmigrado a otra forma cuyo sensorio ymecanismonerviosohubiesenalteradoelreflejodeununiversoaparenteenelespejodelamente.Peronoeraasí.Seguíasiendoelmismoenfortaleza,enlabúsqueda sincera de la comprensión de los demás, en mi anhelo de unejercicio activo.Nomehabían abandonadomisvirtudesmasculinas, por las

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queUraniahabíacortadosulargacabelleraaSansónmientraséstereposabaasuspies;perotodoseveíaaplacadoyhumanizado.Adriannomeinstruíasóloenlasfríasverdadesdelahistoriaylafilosofía.Atravésdeellasmeenseñabaa dominar mi espíritu despreocupado e inculto, plantaba ante mi visión lapágina viviente de su propio corazón y me dejaba sentir y comprender sumaravillosocarácter.

La reina de Inglaterra, ya desde lamás tierna infancia de su hijo, habíaperseguido la implantacióndeplanes arriesgadosy ambiciosos en sumente.Veía que poseía genio y un talento desbordante, y se había dedicado acultivarlosparapoderusarlos luegoenbeneficiodesuspropiasvisiones.Loalentaba a adquirir conocimientos y a propiciar su impetuoso valor; inclusotolerabasuindomableamoralalibertad,conlaesperanzadequeéste,comosucedeen tantasocasiones, lecondujeraaunaambicióndepoder.Perseguíainculcarleunresentimientohaciaquieneshabíanpropiciadolaabdicacióndesu padre, así como un deseo de venganza. Pero en ambas cosas fracasó.Aunquedistorsionadas, al joven le llegabannoticiasdeunanacióngrandeysabíaque ejercía suderecho agobernarse a símisma, y aquello excitaba suadmiración.Yaatempranaedadseconvirtióenrepublicanoporprincipio.Contodo,sumadrenodesesperaba.Alansiadepoderyalaltivoorgullodecunaañadía perseverancia en la ambición, paciencia y autocontrol. Se entregó alestudio de la naturaleza de su hijo. Mediante la aplicación del elogio, lacensuray la exhortación, tratabadehallarypulsar las cuerdasadecuadas;yaunquelamelodíaqueobteníaleparecíadiscordante,construíasusesperanzassobrelabasedelostalentosdesuhijoysemostrabaconvencidadequealfinlograría sus propósitos. El ostracismo que ahora experimentaba él nacía deotrascausas.

Lareinateníatambiénunahija,dedoceañosdeedad.Suhermanahada,comoaAdrian le gustaba llamarla, era una criatura encantadora, animadaydiminuta,todasensibilidadyverdad.Consusdoshijos,lanobleviudaresidíaenWindsorynorecibíavisitas,salvolasdesuspropiospartidarios,viajerosllegadosdesuAlemanianatalyalgunosministrosextranjeros.Entreellos,yaltamentedistinguidoporella,seencontrabaelpríncipeZaimi,embajadorenInglaterradelosEstadosLibresdeGrecia.Suhija,lajovenprincesaEvadne,pasaba largas temporadasenelcastillodeWindsor.Encompañíadeaquellavivaze inteligentemuchachagriega, lacondesase relajabayabandonabasutensiónhabitual.Lavisiónqueteníadesuspropioshijoslallevabaacontrolartodassuspalabrasylasaccionesrelativasaellos,peroEvadneeraunjuguetealquenotemíaenmodoalguno,ylostalentosyalegríadelaniñaconstituíannopocoalivioenlamonótonavidadelacondesa.

Evadne tenía dieciocho años. Aunque pasaban mucho tiempo juntos enWindsor,laextremajuventuddeAdrianimpedíacualquiersospechasobrela

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naturaleza de su relación. Pero él mostraba una pasión y una ternura decorazón que excedían en mucho las comunes del hombre, y ya habíaaprendido a amar. La hermosa griega, por su parte, dedicaba al muchachosonrisasbondadosas.Amí,queaunquemayorqueAdrianjamáshabíaamado,me resultaba extraño presenciar el sacrificio del corazón de mi amigo. Nohabíacelos,inquietudnidesconfianzaensussentimientos.Eratododevocióny fe. Su vida se consumía en la existencia de su amada y su corazón sólopalpitabaalunísonoconloslatidosquevivificabanelcorazóndeella.Aquellaeralaleysecretaqueregíasuvida:amabayeraamado.Eluniverso,paraél,era la morada en la que habitaba con ella, y ningún ardid de la sociedad,ningúnencadenamientodehechos,eracapazdecausarlefelicidadoinfligirledesgracia.¡Quéjunglainfestadadetigreseralavida,aunqueéstayelsistemade relaciones sociales fuera un erial! A través de sus errores, en lasprofundidadesdesusinhóspitassimas,existíauncaminodespejadoyllenodeflores,atravésdelcualpodríanviajarsegurosyfelices.SucaminoseríacomoelpasodelmarRojo,quecruzaríansinmojarselospies,aunqueunmurodedestrucciónsealzaraamenazanteaamboslados.

¡Ah!¿Porquéhederecordareltristeengañodeeseinigualableespécimendelahumanidad?¿Qué,ennuestranaturaleza,nosllevasiemprehaciaeldoloryladesgracia?Noestamoshechosparaelgoce,ypormásquenosabramosala recepcióndeemocionesplacenteras, ladecepcióneselpilotoeternode labarcadenuestravida,ynosconduceimplacablehacialosbajíos.¿Quiénpodíaestar mejor dotado para amar y ser amado que ese joven de talento, paracosechar la dicha inalienable de una pasión pura? Si su corazón hubieraseguido adormiladounos añosmás, tal vez sehabría salvado; perodespertódurante su infancia; tenía poder, pero no conocimiento; y quedó arrasadocomolaflorquebrotaprematurayselallevalaescarchaasesina.

NoacusoaEvadnedehipocresíanidedeseodeengañarasuamante,perola primera carta que leí de ella me llevó al convencimiento de que no loamaba.Estaba escrita con gracia y, considerando que era extranjera, con ungrandominiodel lenguaje.La letra era exquisita, hermosa; había algo en elpapelyensusplieguesqueinclusoamí,quenoamabayeradeltodolegoenaquellos asuntos, me parecía elegante. Había mucha amabilidad, gratitud ydulzura en su expresión, pero no amor. Evadne era dos años mayor queAdrian;¿quién,alosdieciocho,amabaaalguienmuchomásjoven?Comparésusserenasmisivasconlascartaspasionalesquelehabíaescritoél.ElalmadeAdrianparecíadestiladaenlaspalabrasqueescribía,palabrasquerespirabansobreelpapel, llevandoconsigounaporcióndelavidadelamor,queerasuvida.Sumeraescrituralodejabaexhaustoyllorabasobreellas,porelexcesodelasemocionesquedespertabanensucorazón.

Adrian llevaba el alma pintada en el semblante, y el ocultamiento y el

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engañosehallabanenlosantípodasdelaatrevidafranquezadesudisposición.Evadne le pidió que no revelara a sumadre el relato de sus amores y, trascierta discusión, él se lo concedió.Mas la concesión fue en vano, pues sumododeproceder revelóel secretoaojosde la reina.Con lacautelaque lacaracterizaba, no comentónada sobre sudescubrimiento, pero se apresuró aapartarasuhijodelaesferadelabellagriega.LoenvióaCumbria.Contodo,lo que sí lograron ocultarle fue la intención, promovida por Evadne, deintercambiar correspondencia. Así, la ausencia de Adrian, concebida con laideadesepararlos, sirvióparaestrecharmássus lazos.Amímehablabasincesar de su amada jonia.Supaís, sus antiguashazañas, sus recientes luchasmemorables, todo participaba de su gloria y excelencia. Él había aceptadosepararse de ella, pues ella le había ordenado tal aceptación pero bajo suinfluenciadelmismomodohubieraproclamadosuuniónantetodaInglaterrayhubieraresistido,conconstanciainquebrantable, laoposicióndesumadre.LaprudenciafemeninadeEvadnepercibíalainutilidaddecualquierdecisiónque pudiera tomarAdrian, almenos hasta que algunos añosmás añadieranpesoasupoder.Talvezlaacecharatambiénciertodesagradoantelaideadecomprometerseconalguienaquiennoamaba;aquiennoamaba,almenos,con el entusiasmo apasionado que su corazón le decía que tal vez llegara asentir por otro hombre. Él acató sus restricciones y aceptó pasar un añoexiliadoenCumbria.

CAPÍTULOIII

Felices,tresvecesfelicesfueronlosmeses,lassemanasylashorasdeeseaño. La amistad, de la mano de la admiración, la ternura y el respetoconstruyeronunaenramadadedichaenmicorazón,hastaentonces silvestrecomounbosquenoholladodeAmérica,comounvientosinmorada,comounmardesierto.Misedinsaciabledeconocimientosymiafectosin límitesporAdrian se unían para mantener ocupado mi corazón y mi intelecto y, enconsecuencia, era feliz. No hay felicidad más verdadera y diáfana que laalegríadesbordanteyhabladoradelosjóvenes.Ennuestrabarca,surcandoellago de mi tierra natal, junto a los arroyos y los pálidos álamos que losflanqueaban;enunvalle,sobreunacolina,yasinmicayado,puesahorameocupaba de un rebañomuchomás noble que el compuesto por unas tontasovejas,unrebañodeideasreciénnacidas,leíaoescuchabahablaraAdrian;ysudiscursome fascinabapor igual, ya se refiriera a suamoroa sus teoríassobrelamejoradelhombre.Avecesregresabamiánimoindomable,miamorporelpeligro,miresistenciaalaautoridad.Peroerasiempreensuausencia.Bajoelbenévoloinflujodesusojos,eraobedienteybuenocomounniñode

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cincoaños,quehaceloqueleordenasumadre.

TrascasidocemesesresidiendoenUllswater,AdriansetrasladóaLondresyregresóllenodeunosplanesquehabíandebeneficiarnos.«Debesempezaravivir-medijo-:tienesdiecisieteaños,yretrasarmáselmomentosóloserviríaparaqueelnecesarioaprendizajeteresultaramásfarragoso.»Anticipabaquesuvidaibaaserunasucesióndeluchasydeseabaquecompartieraconélsusesfuerzos.Afindeprepararmemejorparalatarea,debíamossepararnos.Creíaqueminombrepodríaabrirmepuertas,ymeprocuróelpuestodesecretariodel embajador enViena, donde ingresaría en la carrera diplomática bajo losmejoresauspicios.Transcurridosdosaños,regresaríaamipaísconunnombrelabradoyunareputaciónsólida.

¿YPerdita?Perdita se convertiría en pupila, amiga y hermanamenor deEvadne.Consutactohabitual,Adriansehabíaaseguradodequemihermanamantuviera su independencia en tal situación. ¿Cómo rechazar losofrecimientosdetangenerosoamigo?Yo,almenos,nodeseabarechazarlos,yenmicorazóndecorazonesprometídedicarmivida,misconocimientosymipoder-sienalgovalían,suvaloreraelqueélleshabíaconcedido-,aélysóloaél.

Esomeprometíamímismomientrasmedirigíaamidestinocongrandesexpectativas:lasexpectativasdecumplirtodoloque,sobrepoderydiversión,nos prometemos a nosotros mismos, durante la infancia, alcanzar en lamadurez.Yocreíaquehabíallegadolahoradeingresarenlavida,unavezlasocupaciones infantileshabíanquedadoatrás. Inclusoen losCamposElíseos,Virgiliodescribelasalmasdelosdichososávidasdebeberdelaolaquehabíadedevolverlesasucírculomortal.LosjóvenesapenassehallanenelElíseo,pues sus deseos, que desbordan lo posible, los vuelvenmás pobres que unacreedor arruinado. Los filósofosmás sabios nos hablan de los peligros delmundo,de losengañosde loshombresyde las traicionesdenuestropropiocorazón. Pero aun así, sin temor ninguno zarpamos del puerto a bordo denuestra frágil barca, izamos la vela y remamos, para resistir las turbulentascorrientes del mar de la vida. Qué pocos son los que, en el vigor de lajuventud,varansusnavessobre las«doradasarenas»ysededicana recogerlasconchasdecoloresquelassalpican.Casitodos,almorireldía,conbrechasen el casco y las velas rasgadas, se dirigen a la costa y naufragan antes dealcanzarla o hallan una ensenada batida por las olas, alguna playa desiertasobrelaquesetiendenymuerensinquenadielesllore.

¡Treguaalafilosofía!Lavidaseextiendeantemí,yyomeaprestoatomarposesióndeella.Laesperanza,lagloria,elamoryunaambiciónsinculpasonmisguías,ymialmanoconocetemoralguno.Loquehasido,pormásdulcequesea,yanoes;elpresentesóloesbuenoporqueestáapuntodecambiar,yloqueestáporvenirmeperteneceporcompleto.¿Temoacasoellatidodemi

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corazón?Altasaspiracioneshacencorrermisangre;misojosparecenpenetrarenlabrumosamedianochedeltiempoydistinguirenlasprofundidadesdesuoscuridadelgocedetodoslosdeseosdemialma.

Pero,¡detente!Durantemiviajetalvezsueñe,yconligerasalasalcancelacumbredel altoedificiode lavida.Ahoraquehe llegadoa subase, con lasalas plegadas, los macizos peldaños se alzan ante mí y, paso a paso, deboascenderporelimponentetemplo.

¡Hablad!¿Quépuertaestáabierta?

Miradmeamíenminuevopuesto.Diplomático.Partícipedeunasociedadque va en busca del placer, residente en una ciudad alegre. Un joven confuturo,protegidodelembajador.Todoera raroyadmirableparaelpastordeCumbria. Con mudo asombro hice mi entrada en la alegre escena, cuyosactores eran los lirios del campo, gloriosos como Salomón que no tejen nihilan.

Tardémuypocoenincorporarmealamareanterueda,olvidandomishorasde estudio y la amistad de Adrian. El deseo apasionado de compañía, laardientebúsquedadeunobjetoansiado,seguíancaracterizándome.Lavisiónde la bellezame arrebataba, y lasmaneras atractivas de hombres ymujeresacaparabanmienteraconfianza.Cuandounasonrisahacíalatirmicorazónyolollamabarapto;ysentíaquelasangredelavidahormigueabaenmicuerpocuandomeaproximabaalídoloquetransitoriamenteveneraba.Elmerocorrerde las emociones era el paraíso, y al caer la noche sólo deseaba que sereanudaran aquellos engaños embriagadores.La luz cegadora de los salonesornamentados; las esculturas encantadoras alineadas con sus espléndidosropajes; los movimientos de una danza, los tonos voluptuosos de músicasexquisitas,acunabanmissentidos,induciéndolosaundeliciososueño.

¿Acasonoeseso,ensímismo,lafelicidad?Apeloalosmoralistasyalossabios.Lespreguntosienelsosiegodesusmesuradasensoñaciones,sienlasprofundas meditaciones que llenan sus horas, sienten al joven lego de laescuela del placer. ¿Pueden los haces tranquilos de sus ojos, quebuscan loscielos, igualar los destellos de las pasiones combinadas que les ciegan, o lainfluenciade la fría filosofía sumerge su almaenunadicha igual a la suya,inmersaenesaamadaobradejovialensoñación?

Pero en realidad ni las solitarias meditaciones del eremita ni los raptostumultuososdelsoñadorbastanparasatisfacerelcorazóndelhombre.Puesdeunas obtenemos turbadora especulación y de los otros, hartazgo. La menteflaqueabajoelpesodelpensamientoysehundeencontactoconaquelloscuyasolametaes ladiversión.Noexistegoceensuamabilidadhueca,ybajo lassonrientesondasdeesasaguaspocoprofundasacechanafiladasrocas.

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Así me sentía yo cuando la decepción, el cansancio y la soledad medevolvíanamicorazón,paraextraerdeéllaalegríadelaqueestabaprivado.Mifatigadocorazónpedíaquealgolehablaradeafectosy,alnohallarlo,mederrumbaba. De ese modo, y a pesar de la delicia inconsciente que meaguardaba en los inicios, la impresiónque conservodemivida enViena esmelancólica.ComodijoGoethe,ennuestrajuventudnopodemosserfelicesamenosqueamemos.Yyonoamaba.Peromedevorabaundeseoincesantedeseralgoparalosdemás.Meconvertíenvíctimadelaingratitudylacoqueteríafría,yentoncesmedesesperéeimaginéquemidescontentomedabaderechoaodiarelmundo.Regreséamisoledad.Mequedabanmislibros,ymideseorenovadodegozardelacompañíadeAdrianseconvirtióensedardiente.

La emulación, que en su exceso casi adoptaba las propiedades de laenvidia, espoleaba esos sentimientos. En aquel periodo, el nombre y lashazañasdeunodemiscompatriotascausabangranadmiraciónenelmundo.Losrelatosdesuséxitos,lasconjeturassobresusaccionesfuturas,constituíanlos temas recurrentes delmomento.No era pormí por quienme enfurecía,peromeparecíaquelasloasqueaquelídolocosechabaeranhojasarrancadasdeunoslaurelesdestinadosaAdrian.Perohededejarconstanciaaquí,ahora,deeseamantedelafama,deesefavoritodeunmundoquebuscaasombrarse.

LordRaymondera el únicodescendientevivodeuna familianobleperovenida amenos.Desde una edadmuy temprana se había complacido en sulinaje,ylamentabaamargamentesusestrechecesmateriales.Sumayordeseoeraenriquecerse,ylosmediosquepudieranllevarleaalcanzaresefinnoeransino consideraciones secundarias. Altivo y a la vez ávido de cualquierdemostraciónderespeto;ambiciosoperodemasiadoorgullosoparademostrarsuambición;dispuestoaalcanzarhonores,yaltiempodevotodelplacer;asíhizo su entrada en la vida. Apenas en el umbral oyó un insulto proferidocontra él, real o imaginario; alguna muestra de repulsa donde menos laesperaba;ociertadecepción,difícildetolerarparasuorgullo.Seretorcíabajounaheridaquenopodíavengar;yabandonóInglaterraconlapromesadenovolverhastaque,llegadoelmomento,supaísreconocieraenélunpoderqueahoralenegaba.

Se convirtió en aventurero de las guerras griegas. Su arrojo y su genioabsoluto atrajeron la atención demuchos. Se convirtió en héroe amado poraquel pueblo alzado en armas. Sólo su origen extranjero y su negativa arenegar de los lazos con su país natal le impidieron alcanzar los puestos demayorresponsabilidadenelEstado.Pero,aunquetalvezotrosfiguraranmásaltoentítuloyceremonia,lordRaymondhabíaalcanzadounrangosuperioralde todos ellos. Condujo a los ejércitos griegos hasta la victoria y todos sustriunfossedebieronaél.Cuandoaparecía,pueblosenterossalíanalascallesarecibirlo; se escribían nuevas letras de los himnos nacionales para glosar su

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gloria,suvalorymunificencia.

Entre turcos y griegos se firmó una tregua. Entre tanto, lord Raymond,gracias aun azar inesperado, heredóuna inmensa fortuna en Inglaterra, a laqueregresó,coronadodegloria,pararecibirelméritodelhonoryladistinciónqueantes lehabían sidonegados.Suorgullosocorazón se rebelócontra esecambio. ¿En qué era distinto al despreciadoRaymond?Si la adquisición depoderenformaderiquezaeralacausante,esepoderhabríandesentirlocomoun yugo de hierro. El poder era, al fin, la meta de todos sus actos; elenriquecimiento, el blanco contra el que siempre apuntaba. Tanto en laambiciónclaramentemostradacomoenlaveladaintriga,sufineraelmismo:llegaralomásaltoensupropiopaís.

Amí, aquel relatome llenabadecuriosidad.Los acontecimientosque sesucedieronasullegadaaInglaterramesirvieronparaaclararmásmispropiossentimientos.Entresusotrasvirtudes,lordRaymonderaextraordinariamenteapuesto;todoelmundoloadmiraba.Eraelídolodelasmujeres.Semostrabacortés, se expresaba con dulzura y era ducho en artes fascinantes. ¿Qué nohabíadelograrunhombreasíenlaajetreadaInglaterra?Auncambiosucedeotro cambio. La historia completa no me fue revelada, pues Adrian habíadejadodeescribir,yPerditasemostrabalacónicaensuscartas.SedecíaqueAdriansehabíavuelto-cómoescribirlapalabrafatal-loco;quelordRaymonderael favoritode la reina,yel esposoescogidoporellapara suhija.Yaúnmás: que aquel noble aspirante planteaba de nuevo la pretensión de losWindsor de ocupar el trono. De ese modo, si la enfermedad de Adrian serevelabaincurableyélsecasabaconsuhermana,lafrentedeRaymondpodríaceñirlacoronamágicadelarealeza.

Aquelrelatocorríadebocaenbocapropagandosufama;aquelrelatohacíaintolerablemipermanenciaenViena, lejosdelamigodemijuventud.Ahorayodebíacumplirmipromesa,acudirensuayudayconvertirmeensualiadoyensuapoyo,hastalamuerte.Adiósalplacercortesano,alaintrigapolítica,allaberintodepasionesylocuras.¡Salud,Inglaterra!¡Inglaterranatal,recibeatuhijo!Túereselescenariodetodasmisesperanzas,elpoderosoteatrodondeserepresenta el acto del único drama que puede, con el corazón y el alma,llevarmeconélensuavance.Unavozirresistible,unpoderomnipotente,mellevaba hacia ella. Tras una ausencia de dos años, arribé a sus orillas sinatrevermeapreguntarnada,temerosodehacercualquiercomentario.Primerovisitaría ami hermana, que vivía en una pequeña casa de campo, parte delregalodeAdrian,yquelindabaconelbosquedeWindsor.Porellaconoceríala verdad sobre nuestro benefactor. Sabría por qué se había alejado de laprotección de la princesa Evadne yme enteraría de la influencia que aquelRaymond,cadavezmáspoderoso,ejercíaenlosdesigniosdemiamigo.

NuncahastaentoncesmehabíahalladoenlasinmediacionesdeWindsor.

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La fertilidad y la belleza del campo que lo rodeaba me llenaron de unaadmiraciónque aumentaba amedidaqueme aproximaba al antiguobosque.Las ruinas de los majestuosos robles que habían crecido, florecido yenvejecidoalolargodelossiglosindicabanlaextensiónquehabíallegadoaalcanzar,mientrasquelasvallasdestartaladasylasmalashierbasdemostrabanqueaquellazonahabíasidoabandonadaenfavordeplantacionesmásjóvenesque habían visto la luz a principios del siglo xix y que ahora se alzaban entodoelesplendordesumadurez.LahumildemoradadePerditasehallabaenlos límites de aquel territoriomás antiguo; ante ella se extendíaBishopgateHeath,quehaciaelesteparecíainterminable,yporeloestemoríaenChapelWood y el huerto de VirginiaWater. Detrás sombreaban la casa los padresvenerablesdeaquelbosque,bajoloscualeslosciervosseacercabanapacer,yque, en su mayor parte huecos por dentro y resecos, formaban gruposfantasmales que contrastaban con la belleza regular de los árboles másjóvenes.Éstos,retoñosdeunperiodoposterior,sealzabanerectosyparecíandispuestos para avanzar sin temor hacia los tiempos venideros. Aquéllos,rezagadosyexhaustos,quebrados, se retorcíany seaferraban losunosa losotros, con sus débiles ramas suspirando ante el azote del viento, batallóngolpeadoporloselementos.

Unaverjadiscretacercabael jardínde lacasade techobajo,queparecíasometerse a la majestad de la naturaleza y acobardarse ante los restosvenerablesdeuntiempoolvidado.Lasflores,hijasdelaprimavera,adornabanaqueljardínylosalféizaresdelasventanas.Enmediodeaquellarusticidadserespirabaunairedeeleganciaquerevelabaelbuengustodesuocupante.Elcorazónme latía con fuerza cuando franqueé la verja. Permanecí junto a laentradayoísuvoz,tanmelodiosacomosiempre,queantesdepoderverlamepermitiósaberqueseencontrababien.

AlcabodeunmomentoPerditaaparecióantemí,lozana,conelfrescordesujovialfeminidad,distintayalavezlamismamuchachamontañesaalaquehabíadichoadiós.Susojosnopodíansermásprofundosdeloquehabíansidoen su infancia,ni su rostromásexpresivo.Pero sugesto síhabíacambiado,paramejorar.Lainteligenciahabíahechonidoensufrente.Cuandosonreía,lasensibilidadmás fina embellecía su semblante y su voz, grave ymodulada,parecíahechaparaelamor.Sucuerpoeraunejemplodeproporciónfemenina.No era alta, pero su vida en las montañas había conferido libertad a susmovimientos, por lo que apenas oí sus pasos ligeros cuando se acercó alvestíbulo para recibirme.Cuando nos separamos, la había estrechado contramipechocongranafecto,yahoraquevolvíamosavernossedespertaronenmí nuevos sentimientos. Nos observamos mutuamente: la infancia habíaquedadoatrásyéramosdosactoreshechosyderechosdelacambianteescena.Lapausaduróapenasunmomento:eltorrentedeasociacionesysentimientosnaturales que se había detenido, retomó su pleno avance en nuestros

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corazones,yconlaemociónmástiernanosentregamosalabrazo.

Una vez amansada la pasión del momento, nos sentamos juntos con lamenteserenayconversamossobreelpasadoyelpresente.Yolepreguntéporlafrialdaddesuscartas,perolosescasosminutosquehabíamospasadojuntosbastaronparaexplicarelorigendesureserva.Enellahabíanafloradonuevossentimientos,quenopodíaexpresarporescritoaalguienaquien sólohabíaconocidoenlainfancia;peroahoravolvíamosavernos,ynuestraintimidadserenovaba como si nada hubiera intervenido para detenerla. Yo le relaté losdetallesdemiestanciaenelextranjero,yacontinuación lepreguntépor loscambios que se habían producido en casa, por las causas de la ausencia deAdrianyporlavidaretiradaquellevaba.

Laslágrimasqueasomaronalosojosdemihermanacuandomencionéanuestroamigo,asícomoelruborquetiñósurostro,parecíanavalarlaverdaddelasnoticiasquehabíanllegadohastamí.Perolasimplicacionesdeelloerantanterriblesquenoquisedarcréditoinstantáneoamissospechas.¿Reinabadeveras la anarquía en el universo sublime de los pensamientos de Adrian?¿Había dispersado la locura sus otrora bien formadas legiones, y ya no eradueñoyseñordesupropiaalma?Queridoamigo:estemundoenfermonoeraclima propicio para tu espíritu amable. Entregaste su gobierno a la falsahumanidad,que lodespojódesushojasantesqueelmismoinvierno,ydejódesnudasuvidatemblorosaalpairomalignodelosvientosmásfuertes.¿Hanperdidoaquellosojos,aquellos«canalesdelalma»susentido,osóloasuluzaclararíanel relatohorriblede susaberraciones?¿Esavozyano«pronunciamúsica tan elocuente»? ¡Horrible, horribilísimo!Me cubro los ojos con lasmanos,aterrorizadoanteelcambio,ymislágrimassontestigosdeldolorquemecausaesaruinainimaginable.

En respuesta a mi pregunta, Perdita me detalló las circunstanciasmelancólicasquecondujeronaesoshechos.

Lamente franca e inocente deAdrian, dotada como estaba de todas lasgraciasnaturales,poseedoradelospoderestrascendentesdelintelecto,carentede la sombra de defecto alguno (amenos que su valiente independencia deideaspudiera considerarse como tal), vivía entregado -incluso comovíctimadesacrificio-aEvadne.Leconfiaba los tesorosdesualma,susaspiracionesuna vez alcanzada la excelencia, sus planes para el mejoramiento de lahumanidad.Amedidaquedespertabaalaedadadulta,susproyectosyteorías,lejos de modificarse en aras de la prudencia y los motivos personales,adquirían nueva fuerza otorgada por los poderes que sentía crecer en suinterior.YsuamorporEvadneseconsolidabamásymás,comosiconelpasodelosdíasadquirieramáscertezadequeelsenderoqueperseguíaestaballenodedificultadesyquedebíahallarsurecompensanoenelaplausoolagratitudde sus congéneres, ni en el éxitode susplanes, sino en la aprobaciónde su

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propio corazón y en el amor y la comprensión de su amada, que había deiluminartodossustrabajosyrecompensartodossussacrificios.

Ensoledad,lejosdeloslugaresmásfrecuentados,madurabasusideasparalareformadelgobiernoinglésylamejoradelpueblo.Todohabríaidobiensihubiera mantenido ocultos sus sentimientos hasta que se hubiera visto enposesióndelpoderqueaseguraríasudesarrollopráctico.Peroeraimpacienteantelosañosquedebíaesperarysincerodecorazón,ynoconocíaelmiedo.Nosólosenegódeplanoalosplanesdesumadre,sinoquedioaconocersuintención de usar su influencia para minimizar el poder de la aristocracia,alcanzar una mayor igualdad en riquezas y privilegios e introducir enInglaterra un sistema perfecto de gobierno republicano. En un primermomentosumadreconsideróaquellasteoríascomolossueñosdesbocadosdelainexperiencia.Perolosexponíatansistemáticamenteylosargumentabacontalcoherenciaque,aunqueaúnparecíamostrarseincrédula,empezóatemerle.Tratóderazonarconélpero,alsaberloinflexible,aprendióaodiarlo.

Por raro que parezca, aquel sentimiento resultó ser contagioso. Suentusiasmo por un bien que no existía; su desprecio por lo sagrado de laautoridad; su ardor e imprudencia, se hallaban en los antípodas de la rutinahabitualdelavida;losmásmundanoslotemían;losjóveneseinexpertosnocomprendíanlaférreaseveridaddesusopinionesmorales,ydesconfiabandeélporconsiderarlodistintoaellos.Evadneparticipaba,aunquefríamente,desus teorías. Creía que hacía bien en manifestar su voluntad, pero hubierapreferidoque ésta resultaramás inteligible a lasmultitudes.Ella carecía delespíritu del mártir y no le entusiasmaba la idea de tener que compartir lavergüenzayladerrotadeunpatriotacaído.Conocíalapurezadesusmotivos,lagenerosidaddesucarácter, laverdadyelardordelossentimientosqueleprofesaba,yella,asuvez,leteníagranafecto.Élledevolvíaaquelladulzuracon lamayor de las gratitudes y la convertía en custodia del tesoro de susesperanzas.

Fueentoncescuando lordRaymondregresódeGrecia.Nopodíanexistirdos personas más distintas que Adrian y él. A pesar de todas lasincongruencias de su carácter, Raymond era, enfáticamente, un hombre demundo. Sus pasiones eran violentas, y como solían dominarlo, no siemprelograbaajustarsuconductaalcaucedesupropiointerés,aunquejustificarseasímismoera,ensucaso,suobjetivoprimordial.Veíaen laestructurasocialpartedelmecanismoenqueseapoyabalaredsobrelaquetranscurríasuvida.Latierraseextendíacomoanchocaminotendidoparaél:elcieloerasupalio.

Adrian,porsuparte,sentíaquepertenecíaaungrantodo.Nosólosesentíaafínalahumanidad,sinoatodalanaturaleza.Lasmontañasyelcieloeransusamigos; los vientos y los vástagos de la tierra, sus compañeros de juegos;siendoapenaselfocodeesepoderosoespejo,sentíaquesuvidasefundíacon

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eluniversodelaexistencia.Sualmaeracomprensiónysededicabaavenerarlabellezaylaexcelencia.AdrianyRaymondentraronentoncesencontactoyun espíritu de aversión mutua se alzó entre ellos. Adrian rechazaba lasestrechasmirasdelpolíticoyRaymondsentíaunprofundodespreciopor lasbenévolasvisionesdelfilántropo.

ConlaaparicióndeRaymondseformólatormentaquearrasódeunsologolpelosjardinesdelasdeliciasylossenderosprotegidosqueaAdriantantole gustaban y que se había asegurado como refugio contra la derrota y laofensa. Raymond, el salvador de Grecia, el soldado dotado de todas lasgracias,queensusmanerasexhibíarasgosdetodoloque,característicodesuclima natal, Evadne más apreciaba; Raymond obtuvo el amor de Evadne.Desbordada por sus nuevas sensaciones, no se detuvo a examinarlas ni amodelar su conducta conmás sentimientos que los delmás tirano de todosellos,quesúbitamenteusurpóelimperiodesucorazón.Sucumbióasupoder,ylaconsecuencianaturalparaunamentepocoacostumbradaaesasemocionesfue que las atenciones de Adrian empezaron a desagradarle. Se volviócaprichosa. La amabilidad que le había demostrado hasta entonces se tornóasperezayfrialdadrepulsiva.Cuandopercibíaladesbocadaopatéticasúplicaensuexpresivosemblante,seapiadaba,yporuntiempobreveregresabaasuantigua amabilidad. Pero esas fluctuaciones hundían el alma de aquel jovensensibleenlassimasmásprofundas.YanoleparecíaqueporposeerelamordeEvadnedominabaelmundo;ahorasentíaencadaunodesusnerviosquelasmás funestas tormentas del universomental estaban a punto de cernirsesobresufrágilser,quetemblabaantelavisióndesullegada.

Perdita,queporentoncesresidíaconEvadne,eratestigodelatorturaquesoportabaAdrian.Ellaloamabacomoaunhermanomayor,unfamiliarquelaguiaba, protegía e instruía pero sin ejercer la tiranía tan frecuente de laautoridad paterna. Adoraba sus virtudes y, con una mezcla de desprecio eindignación,veíacómoEvadnelehacíasufrirporotroqueapenassefijabaenella.Enladesesperacióndesusoledad,Adrianibaconfrecuenciaenbuscademihermanayconcircunloquioslehablabadesutristeza,mientraslafortalezay la agonía dividían el trono de su mente. ¡Una de las dos no tardaría enconquistarla! La ira no formaba parte de sus emociones. ¿Con quién iba amostrarseairado?NoconRaymond,queerainconscientedelatristezaqueleocasionaba.Tampoco conEvadne, pues su alma lloraba lágrimas de sangre;pobremuchacha confundida, que era esclava y no tirana. Así, en su propiaangustia, Adrian lloraba también por lo que el destino pudiera deparar a laprincesa griega.En una ocasión, un escrito suyo cayó enmanos dePerdita.Estabahúmedodelágrimasycualquierahubieraañadidolassuyasalleerlo.

«Lavida-asíempezaba-noescomoladescribenenlasnovelas;pasarporlasmedidasdeunadanzay, trasvarias evoluciones llegar aunaconclusión,

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traslocuallosbailarinessesientanyreposan.Mientrasexistevidaexistenlaacciónyelcambio.Seguimosadelante,ycadapensamientosevinculaalquelesirviódepadre,ycadaacciónsevinculaaunactoprevio.Ningunaalegría,ningunatristezamueresindescendencia,quesiempregeneradaygenerándose,tejelacadenaqueformanuestravida.

Undíallamaaotrodía

yasíllama,yencadena

llantoallanto,ypenaapena.

»Enverdad,ladecepciónesladeidadcustodiadelavidahumana;tienesusede en el umbral de un tiempo no nacido y dirige los acontecimientos amedida que aparecen. En otro tiempo mi corazón reposaba, ligero, en mipecho; toda la hermosura del mundo me era doblemente hermosa, puesirradiabadelaluzdelsolquebrotabademipropiaalma.¡Oh!¿Porquérazónel amor y la ruina se unen eternamente en este nuestro sueñomortal? Puescuando hacemos de nuestros corazones guarida para la bestia de aspectoamable,sucompañeraentraconellaysinpiedaddestruyeloquepodríahabersidounhogaryunrefugio.»

Gradualmente su tristeza fue minando su salud, y después fue suinteligencialaquesucumbióalamismatiranía.Susmodalesseasilvestraron;en ocasiones se mostraba feroz y en ocasiones absorto en una melancolíamuda.Sinprevioaviso,EvadneabandonóLondresparatrasladarseaParís.Élfuetrasellayledioalcancecuandosunaveestabaapuntodezarpar.Nadiesabequésucedióentreellos,peroPerditayanovolvióaverlo.Adrianvivíaenreclusión, nadie sabía dónde, servido por personas que su madre habíacontratadoatalefecto.

CAPÍTULOIV

PRIMERAPARTE

Un día después lord Raymond se detuvo en casa de Perdita camino delcastillodeWindsor.Elruborenelrostrodemihermana,yelbrillodesusojosmerevelaronamediassusecreto.Congrancontenciónyhaciendogaladeunagrancortesíasedirigióanosotros,yalmomentoparecióhacerseunsitioennuestrossentimientosyfundirseconellayconmigo.Medediquéaobservarsufisonomía, que variaba mientras hablaba y que, en todos sus cambios, semostraba hermosa. La expresión habitual de sus ojos era dulce, aunque en

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ocasionesbrillabanconfiereza.Depielmuypálida,todossusrasgoshablabandeungrandominiodesímismo;susonrisaagradable,exhibíasinembargo,confrecuencia,lacurvadeldesdénensuslabios;labiosqueaojosfemeninosrepresentabanelmismotronodelabellezayelamor.Suvoz,porlogeneralsuave,sorprendíaenocasionesconunanotasúbitaydiscordante,queindicabaquesutonogravehabitualeramásobradelestudioquedelanaturaleza.Llenode contradicciones, inflexible y altivo, amable pero fiero, tierno y a la vezdesdeñoso,poralgúnextrañoarte le resultabafácilobtener laadmiracióndelas mujeres, tratándolas con dulzura o tiranizándolas según su estado deánimo,perodéspotaentodossuscambios.

Enaquelinstante,sinduda,Raymonddeseabamostrarseamigable.Ensuconversación se alternaban el ingenio con la hilaridad y la profundaobservación,ypronunciaba todassus frasescon la rapidezdeundestellodeluz.Notardóenconquistarmidistantereticencia.Mepropuseobservarlosaély a Perdita y tener presente todo lo que había oído en su contra. Pero todoparecía tan ingenioso, y tan fascinante, que me olvidé de todo excepto delplacerqueelcontactoconélmeproporcionaba.ConlaideadeintroducirmeenloscírculospolíticosysocialesdeInglaterra,de losqueprontohabríadeformar parte, me relató algunas anécdotas y me describió a muchospersonajes. Su conversación, rica y entretenida, impregnabamis sentidos deplacer.Habríatriunfadoentodo,menosenunasolacosa:serefirióaAdrianconeltonodeabsolutodesprecioquelossabiosmundanosvinculansiemprealentusiasmo.Percibíaqueelnubarrónseaproximabaytratabadedisiparlo.La fuerza demis sentimientos nome permitía pasar a la ligera sobre aqueltemasagrado,demodoquelehablécongranaplomo.

-Permíteme declarar que me siento devotamente unido al conde deWindsor,queesmimejoramigoybenefactor.Reverenciosubondad,coincidocon sus opiniones y lamento amargamente su actual, y espero que pasajera,enfermedad. Lo peculiar de su dolencia hace que me resulte especialmentedoloroso oír que se habla de él en términos que no son los del respeto y elafecto.

Raymond respondió, aunqueen su respuestanohabíanadaconciliatorio.Comprendí que, en su corazón, despreciaba a quienes se entregaban a otrosídolosquelosmundanos.

-Todohombre-dijo-sueñaconalgo,conamor,honoryplacer; túsueñascon la amistady te entregas a un loco;muybien, si esa es tu vocación, sindudaestásentuderechodeseguirla...-supensamientoparecióazuzarlo,yelespasmo de dolor que por un momento atormentó su semblante, sirvió defreno ami indignación-. ¡Felices los soñadores! -prosiguió-. ¡Que nadie losdespierte!¡Ojalápudierasoñaryo!Peroellargoyluminosodíaeselelementoenelquehabito;eldeslumbrantebrillodelarealidadinvierte,enmicaso,la

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escena.Inclusoelfantasmadelaamistadmehaabandonado,yelamor...-selequebrólavoz.Yonosabíasieldesdénquecurvabasuslabioslomotivabalapasiónquesentíaosiibadirigidocontrasímismo,porsersuesclavo.

LanarracióndeesteencuentropuedetomarsecomomuestrademirelaciónconlordRaymond.Noshicimosíntimos,ylosdíasquepasábamosjuntosmepermitíanadmirarmásymássuspoderososyversátilestalentos,quejuntoconsuelocuencia,ingeniosaysutil,ysufortuna,ahorainmensa,loconvertíanenunsermástemido,amadoyodiadoquecualquierotroensueloinglés.

Miascendencia,quedespertabainterés,sinorespeto,mianteriorvínculoconAdrian,elfavordelembajador,dequienhabíasidosecretario,yahoramiintimidadconlordRaymondmefacilitaronelaccesoaloscírculossocialesypolíticosde Inglaterra.Acausademi inexperiencia, al principiomeparecióquenoshallábamos envísperas deunaguerra civil; las partes semostrabanviolentas,vehementeseinflexibles.ElParlamentosehallabadivididoentresfacciones: los aristócratas, los demócratas y los realistas. Después de queAdriandeclararasupreferenciaporlarepúblicacomoformadegobierno,estaformaciónestuvoapuntodedesaparecer,puessequedósinjefe,singuía.Perocuando lordRaymonddecidióencabezarla, revivióconfuerza.Algunoseranrealistas por prejuicio y antiguo afecto, y muchos de sus partidarios másmoderadostemíanporiguallacaprichosatiraníadelpartidodelpuebloqueeldespotismo férreo de los aristócratas.Más de un tercio de losmiembros seagrupaba con Raymond, y la cifra no dejaba de aumentar. Los aristócratasbasaban su esperanza en el poder de sus riquezas y en su influencia, y losreformistas, en la fuerza de la naciónmisma. Los debates eran violentos, ymásviolentosaúneran losdiscursospronunciadosporunospolíticosquesereunían para medir sus fuerzas. Se proferían epítetos oprobiosos, seamenazaba incluso con la muerte. Las concentraciones del populachoalterabanelordendelpaís.Sinoaunaguerra,¿aquéotracosapodíaconducirtodo aquello? Pero aunque las llamas de la destrucción estaban listas paraprender,yomismolasviarredrarse,sofocadasporlaausenciadelosmilitares,por la aversión de todos a cualquier forma de violencia que no fuera la deldiscursoyporlaamabilidadcordialyhastalaamistaddeloslíderescuandosereunían en privado. Por mil motivos me sentía atraído a presenciaratentamente el desarrollo de los acontecimientos, y observaba cada uno deellosconextremaansiedad.

NopodíadejardeconstatarquePerditaamabaaRaymond,ymeparecíaqueélveíaconadmiraciónyternuraalahijadeVerney.YsinembargosabíabienqueseguíaadelanteconsusplanesdecasarseconlasupuestaherederaalcondadodeWindsor,sabedordelasventajasqueelenlacelereportaría.Todoslos amigosde la reinadestronadaeran amigos suyos, ynohabía semanaenquenosereunieraconellaensucastillo.

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YonohabíavistonuncaalahermanadeAdrian.Habíaoídoquesetratabade una joven encantadora, dulce y fascinante. ¿Cómoharía para verla?Haymomentos en los que nos asalta la sensación indefinible de que un cambioinminente,paramejoroparapeor,vaa surgirdeunhecho.Y,paramejoroparapeor,tememosesecambioyevitamoselhecho.Eseeraelmotivoquemellevabaamantenermealejadodeaquelladamiseladealtacuna.Paramíellaloera todo y no era nada. Su nombre, pronunciado por cualquier otro, mesobresaltaba yme hacía temblar. El interminable debate sobre su unión conlordRaymonderaparamíunaverdaderaagonía.Meparecíaque,ahoraqueAdrian vivía apartadode la vida activa, y de aquella hermosa Idris, víctimaseguramentedelasambicionesdesumadre,yodebíaacudirensuprotección,librarladelasmalasinfluencias,impedirsuinfelicidadygarantizarsulibertadde elección, derecho de todo ser humano. Pero, ¿cómo iba a hacerlo? Ellamismarechazaríamiintromisión.Si lohacía,meconvertiríaenobjetodesuindiferenciaosudesprecio,porloquemejorseríaevitarla,noexponermeanteellanianteelmundo,representandoelpapeldeunÍcarolocoyentregado.

Undía,variosmesesdespuésdemiregresoaInglaterra,abandonéLondresparavisitaramihermana.Sucompañíaeramiprincipalsolazydelicia.Ymiánimo siempre se elevaba cuando pensaba en verla. Salpicaba siempre suconversación de comentarios agudos y razonados; en su agradable sala, queolía a flores y estaba adornada conmagníficos bronces, jarrones antiguos ycopiasdelasmejorespinturasdeRafael,CorreggioyClaudepintadasporellamisma, yo me deleitaba en la lejanía fantástica de lugar, inaccesible a lasruidosaspolémicasdelospolíticosyalosvaivenesfrívolosdelasmodas.Enaquella ocasión mi hermana no estaba sola. Reconocí al punto a suacompañante: se tratabade Idris, elobjetohastaentoncesveladodemi locaidolatría.

¿Qué términos de asombro y delicia serán los más adecuados, quéexpresiones he de escoger, qué flujo suave del lenguaje me permitiráexpresarmeconmásbelleza,conmásconocimiento,mejor?¿Cómo,mediantelapobreunióndeunaspalabras,podrérecrearelhalodegloriaquelarodeaba,lasmilgraciasqueperdurabanintactasenella?Loprimeroquesorprendíaalcontemplar aquel encantador rostro era su bondad y sinceridad perfectas; elcandor habitaba en su frente despejada, la simplicidad en sus ojos, labenignidad celestial en su sonrisa. Su figura alta y esbelta se combaba congraciacomounálamoalabrisadeloeste,ysusmovimientos,divinos,eranlosdeunángelaladoiluminadodesdeloaltodeloscielos.Lablancuraperladadesupielestabasalpicadadepureza;suvozparecíaelgraveyseductortañidodeunaflauta.Talvezseamásfácildescribirlaporcontraste.Hedetalladoyalasperfeccionesdemihermana.Ysinembargoellaeraen tododistintaa Idris.Perdita,apesardeamar,semostrabareservadaytímida;Idris,encambioerafrancayconfiada.Aquéllase retirabaasussoledadesparaguarecersede las

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decepciones y las heridas; ésta avanzaba en pleno día, segura de que nadiepodíalastimarla.Wordsworthhacomparadoaunamujeramadacondosbellosobjetos de la naturaleza, pero sus versos siempreme han parecidomás unaexpresióndecontrastequedesimilitud.

Violetajuntoapiedra

porelmusgocubierta

medioocultaalavista,

radiantecomounaestrella

cuandosolaenelcielobrilla.

EsavioletaeraladulcePerdita,quetemblabainclusoalasomarsealaire,que se acobardaba ante la observación, y sin embargo, a su pesar, a lasuperficie asomaban todas sus excelencias, y pagaba con susmil gracias elesfuerzo de quienes se acercaban a su jardín solitario. Idris era la estrella,esplendor único de la tenue guirnalda del anochecer balsámico; dispuesta ailuminar y deleitar al mundo sometido, protegida de toda mancha por suinimaginabledistanciadetodoloquenoseacomoella,celeste.

Y yo hallé esa visión de la belleza en la sala de Perdita, en animadaconversaciónconsuanfitriona.Cuandomihermanamevio,sepusoenpiealmomentoy,tomándomedelamano,dijo:

-Aquíestá,solícitoanuestrosdeseos;esteesLionel,mihermano.

Idristambiénsealzóyposóenmísusojosdeunazulceleste.

-Apenasnecesitapresentación-dijoconpeculiargracia-.Contamosconunretrato, venerado pormi padre, que declara almomento cuál es su nombre.Verney, supongo que reconoce el vínculo, y en tanto que amigo de mihermano, siento que puedo confiar en usted. -Entonces, con lágrimas en losojosyvoztemblorosa,prosiguió-.Queridosamigos,noosparezcaextrañoquehoyqueosvisitoporprimeravezvengaasolicitarvuestraayudayosconfíemisdeseosytemores.Sóloavosotrosmeatrevoahablar.Heoídohablarbiendevosotrosaespectadoresimparciales,ysoisamigosdemihermano,porloque habéis de ser también amigos míos. ¿Qué puedo decir? Si os negáis aayudarme, ¡estoy perdida! -Alzó la vista, mientras sus interlocutorespermanecían mudos de asombro. Y entonces, como transportada por sussentimientos,exclamó:

-¡Mi hermano, mi amado y desdichado Adrian! ¿Cómo hablaros de susdesgracias? Sin duda ya habréis oído contar lo que de él se dice, y tal vezhabéiscreídoesosinfundios.¡Peronoestáloco!AunqueunángeldescendieradesdelosmismospiesdeltronodeDiospararevelármelo,niasílocreería.Hasidoengañado, traicionado,encarcelado, ¡Salvadlo!Verney,debehacerlo;dé

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conél allí donde seencuentre, enel rincónde la isla enque sehallepreso;encuéntrelo,rescátelodesusperseguidores,logrequevuelvaaserquienera,puesentodoelmundonotengoanadiemásaquienamar.

Su sincera súplica, expresada con tal dulzurayvehemencia,me llenódeasombro y comprensión; y cuando añadió con voz arrebatada ymirada fija:«¿Consiente en asumir la empresa?», yo prometí, sincera y fervientemente,dedicar mi vida y mi muerte a restaurar el bienestar de Adrian. Entoncesconversamossobreelplanquehabríadeseguir,yabordamoscómopodríamosdar con su paradero.Mientras seguíamos hablando, lordRaymond entró sinquenadieloanunciarayviquePerditatemblabaypalidecía,yqueelruborseapoderaba de las mejillas de Idris. Lord Raymond debió de sentir granasombroalpresenciarnuestrocónclave,ogran turbación,mejordicho.Peronopermitióquenadadeelloafloraraasugesto:saludóamisacompañantesyse dirigió a mí con gran cordialidad. Idris pareció quedar suspendida unosinstantes,yentonces,consumadulzura,dijo:

-LordRaymond,confíoensubondadyensuhonor.

Esbozandounasonrisaaltiva,élinclinólacabeza.

-¿Deverasconfíaenellos,ladyIdris?-preguntó.

Ellatratódeleerleelpensamiento,antesderesponderlecondignidad.

-Comoguste.Sindudasiempreesmejornocomprometerseaocultarnada.

-Discúlpeme-dijoél-,silaheofendido.Tantosiconfíaenmícomosino,harétodoloqueestéenmimanoparacumplirsusdeseos,seancualessean.

Idrislediolasgraciasconunasonrisa,yselevantóparamarcharse.LordRaymondsolicitósupermisoparaacompañarlaalcastillodeWindsor,aloqueellaconsintió.Salieronjuntosdelacasa.Mihermanayyonosquedamosallícomodosneciosqueimaginanquehanencontradountesorodeorohastaquelaluzdeldíalesconvencedequenoerasinoplomo,dosmoscastontasysinsuerteque,jugandoconlosrayosdelsol,sevenatrapadasenunatelaraña.Meapoyéenelalféizardelaventanayobservéaaquellascriaturasgloriosashastaque se perdieron en el bosque. Sólo entoncesme volví. Perdita no se habíamovido. Los ojos clavados en el suelo, pálidas lasmejillas, los labiosmuyblancos, rígida e inmóvil, seguía sentada, la zozobra impresa en todos susgestos. Algo asustado, hice ademán de tomarle de la mano, pero ella,temblando, retiró la suya,esforzándoseporcomponerel semblante.Tratédequemehablara.

-Ahorano-replicó-,ynomehablestútampoco,queridoLionel.Nopuedesdecirnadaporquenosabesnada.Teverémañana.Hastaentonces,adiós.-Sepusoenpieparaausentarse,sedirigióalapuertayalllegaraellasedetuvoy,

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apoyándose en el quicio, como si el peso de sus pensamientos le hubieraprivadode la fuerzapara sostenersepor símisma, añadió-:Esprobablequelord Raymond regrese. ¿Le dirás que me disculpe hoy, pues no me sientobien?Silodesea,lorecibirémañana,ytambiénati.SerámejorqueregresesaLondres con él. Allí podrás iniciar las averiguaciones sobre el conde deWindsoralasquetehascomprometido,ymañanapuedesvolveravisitarmeantesdeproseguirtuviaje.Hastaentonces,medespido.

Le costaba hablar, y al terminar emitió un profundo suspiro. Con unmovimientodecabezaaceptéloquemeproponía.Mesentíacomosi,desdeelorden del mundo sistemático, hubiera descendido hasta el caos, oscuro,opuesto, ininteligible.QueRaymond pudiera casarse con Idrisme resultabamás intolerable que nunca.Y aun asími pasión, gigante desde elmomentomismo de su nacimiento, era demasiado extraña, indómita e impracticablecomoparasentiralinstantelatristezaquehabíapercibidoenPerdita.¿Cómodebíaactuar?Ellanomehabíaconfiadoloquesucedía;aRaymondnopodíapedirle explicaciones sin arriesgarme a traicionar lo que tal vez fuera susecretomáspreciado.Aldíasiguientesabríalaverdad.Ymientrasmehallabaocupado en aquellos pensamientos, lordRaymond regresó. Preguntó pormihermanayyoletransmitísumensaje.EntoncesmepreguntósimedisponíaaregresaraLondresymeinvitóaacompañarle.Yoacepté.Parecíapensativoypermanecióensilenciodurantegranpartedeltrayecto.

-Debesdisculparquemehalletanabstraído-dijoalfin-.LociertoesquelamocióndeRylandsepresentahoymismoyestoyconsiderandocuálhadesermirespuesta.

Ryland encabezaba el partido popular. Se trataba de un hombre muyobstinado y a sumaneramuy elocuente. Se había salido con la suya en suintento de presentar a votaciónuna ley que convirtiera en traición cualquierplan para alterar el estado del gobierno inglés y las leyes vigentes de larepública. Ese ataque iba dirigido contra Raymond y sus maquinacionesencaminadasalarestauracióndelamonarquía.

Raymondmepidióque leacompañaraalParlamentoesanoche.RecordéquedebíarecabarinformaciónsobreAdriany,conscientedequelamisiónmellevaríamuchotiempo,medisculpé.

-Entiendo-dijomiacompañante-,yyomismovoyaliberartedeloqueteimpide acompañarme. Sé que pretendes averiguar el paradero del conde deWindsor.DemodoqueyomismotediréqueseencuentraencasadelduquedeAthol,enDunkeld.Durantelasprimerasfasesdesutrastornosededicóaviajar de un lugar a otro, hasta que, al llegar a aquel romántico refugio, senegó a abandonarlo.Nosotros lodispusimos todo, de acuerdo con el duque,paraquepudieraquedarseallí.

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Medolióeltonoinsensibleconquemefacilitólainformación.

-Debo agradecerte el dato -le respondí fríamente-, que ha de serme deutilidad.

-Lo será, Verney -dijo él-, y si perseveras en tu empeño, yo mismo tefacilitaré el camino. Pero antes te pido que presencies el combate de estanoche, y el triunfo que estoy a punto de obtener, sime permites que así loexprese, aunque temoque esavictoria seaunaderrota paramí. ¿Quépuedohacer?Mismayores esperanzas parecen estar a punto dematerializarse. Lareiname concede a Idris;Adrian es del todo incapaz de asumir el título deconde,yelcondado,enmismanos,seconvierteenreino.PorelDiosdeloscielosqueescierto.ElexiguocondadodeWindsornobastaaquienheredarálos derechos que pertenecerán para siempre a la persona que los posea. Lacondesanoolvidaránuncaque fue reina,yno soportadejar a sushijosunaherenciatanexigua.Consupoderymiingenioreconstruiremoseltrono,ylacoronarealceñiráestafrente.Puedohacerlo,puedocasarmeconIdris...

Callósúbitamente,elsemblanteoscurecidodepronto,ysugestocambió,movidoporsupasióninterna.

-¿YladyIdristeama?-lepregunté.

-Quépregunta-exclamóélentrerisotadas-.Meamará,porsupuesto,comoyolaamaréaella,cuandoestemoscasados.

-Puesempezarás tarde-observéyo, irónico-.Normalmenteelmatrimonioseconsidera la tumbadelamor,nosucuna.¿Demodoqueestásapuntodeamarla,perotodavíanolaamas?

-Nomesermonees,Lionel.Cumplirémideberconella,no lodudes. ¡Elamor!Contraélhedeprotegermicorazón, sacarlodesu fortaleza, rodearlocon barricadas. La fuente del amor debe dejar de fluir, sus aguas han desecarse,y todas las ideaspasionalesquedependendeélhandeperecer.Merefieroalamorquemegobernaríaamí,noalqueyopuedagobernar.Idrisesunajovenamable,dulceyhermosa.Esimposiblenosentirafectoporella,yelque yo le tengo es sincero. Pero no me hables de amor, de ese tirano quesometealtirano;elamor,hastaahoramiconquistador,eshoymiesclavo.Elfuegohambriento,labestiaindomable,laserpientedeafiladoscolmillos...No,no,noquierosabernadadeeseamor.Ydime,Lionel,¿consientestúquemecaseconlajoven?

Posósusojosvivacesenmí,ymicorazón,incontrolable,diounvuelcoenmipecho.Lerespondíconvozsosegada,aunquelaimagenquemispalabrasconformabancarecieradetodososiego.

-¡Nunca!JamásconsentiréqueladyIdrisseunaaalguienquenolaama.

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-Porquelaamastú.

-Puedesahorrartelaburla.Yonolaamo,nomeatrevo.

-Almenos-prosiguióél,altivo-,ellanoteamaati.Nomecasaríaconunasoberanaamenosquesupierasindudaquesucorazóneslibre.Pero,¡Lionel!Lapalabrareinoespoder,ylostérminosquecomponenelestilodelarealezase presentan con sonidos amables. ¿Acaso no eran reyes los hombres máspoderososdelaantigüedad?Alejandroloera.Salomón,elmássabioentreloshombres, lo era también. Napoleón fue rey. César murió en su empeño dellegaraserlo,yCromwell,elpuritanoyasesinodeunmonarca,aspirabaalacorona. El padre de Adrian ostentó el cetro de Inglaterra, ya roto. Pero yodevolveréalavidaelárbolcaído,unirésuspiezasseparadasyloensalzaréporsobre todas las flores del campo...No debe extrañarte que te haya reveladolibrementeelparaderodeAdrian.Nosupongasquesoymalvadooqueestoytanlococomoparafundarmisoberaníasobreunfraude,ymenossilaverdado la falsedad sobre la locura del conde puede saberse tan fácilmente. Yomismo acabo de estar con él.Antes de decidirmimatrimonio con Idris, hedecidido ir a verle una vezmás para dilucidar si su restablecimiento resultaprobable.Perosulocuraesirreversible.

Aspiréhondo.

-No te revelaré -prosiguió Raymond-, los detalles de su melancolía. Túmismolosverásyjuzgarásapartirdeellos.Aunquemetemoqueesavisita,que a él va a serle del todo inútil, ha de causarte a ti un sufrimientoinsoportable.Amímeha afectado grandemente.Apesar de que semuestracorrecto y amable aun habiendo perdido la razón, yo no lo venero como lovenerastú,ysinembargorenunciaríaatodaesperanzadealcanzarlacoronayamimanoderechaporverloaéleneltrono.

Suvozexpresabaunacompasiónprofunda.

-Eresunserenigmático-exclamé-.¿Adóndeteconducirántusacciones,entodoeselaberintodeintencionesenelqueparecesperdido?

-Ciertamente, adónde. A una corona, a una corona de oro y piedraspreciosas, espero, y sin embargo no me atrevo a confiar en alcanzarla, yaunque sueño con una corona y despierto pensando en ella, una vocecilladiabólicanodejadesusurrarmequeloquebusconoesmásqueelsombrerode un loco, y que si fuera listo lo que haría sería pisotearla y tomar, en sulugar, lo que vale por todas las coronas de oriente y las presidencias deoccidente.

-¿Aquéterefieres?

-Simedecantoporello,losabrás.Porelmomentonomeatrevoahablar,

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nisiquieraapensarenello.

Permaneciódenuevoensilenciounosinstantesydenuevo,trasunapausa,volvió a hablarme entre risas. Cuando no era la burla la que inspiraba suregocijo, cuando era una alegría sincera la que iluminaba sus gestos conexpresiónfeliz,subellezadivinaseapoderabadetodo.

-Verney -prosiguió-, mi primera acción, cuando me convierta en rey deInglaterra, será unirme a los griegos, tomar Constantinopla y someter todaAsia.Pretendoserguerrero,conquistador;elnombredeNapoleónseinclinaráanteelmío.Losmásentusiastas,enlugardevisitarsutumbarocosayexaltarlosméritos de los caídos, adoraránmimajestad ymagnificaránmis ilustreshazañas.

YoescuchabaaRaymondconvivointerés.¿Podíanohacerlo,antealguienque parecía gobernar la tierra con su imaginación, y que sólo se arredrabacuandotratabadegobernarseasímismo?Desupalabrayvoluntaddependíami felicidad, el destino de todo lo que me era querido. Me esforzaba poradivinar el significadooculto de sus palabras.Nomencionó aPerdita, y sinembargonomecabíadudadequeelamorquesentíaporellaeraelcausantedelasdudasquemostraba.¿Yquiéneramásdignadeamorquemihermana,aquella mujer de nobles pensamientos? ¿Quién merecía la mano de eseautoproclamado rey más que ella, cuya mirada pertenecía a una reina denaciones, que lo amaba como él la amaba? A pesar de ello, la decepciónasfixiabalapasióndePerdita,ylaambiciónlibrabaundurocombateconladeRaymond.

AcudimosjuntosalParlamentoaquellanoche.Raymond,apesardesaberquesusplaneseideassediscutiríanydecidiríanduranteeldebateprevisto,semostraba alegre y despreocupado. Un rumor como el causado por diezmilpanalesdeabejaszumbadorasnossorprendiócuandoentramosenelsalóndelcafé.Corrillosdepolíticosdeexpresiónnerviosaconversabanconvozgraveyprofunda.LosmiembrosdelPartidoAristocrático, formadopor laspersonasmásricaseinfluyentesdeInglaterra,parecíanmenosalteradosquelosdemás,pues la cuestión iba a discutirse sin su intervención. Junto a la chimenea sehallabanRylandysuspartidarios.Rylanderaunhombredeorigeninciertoeinmensa fortuna, heredada de su padre, que había sido fabricante.De jovenhabía sido testigo de la abdicación del rey, así comode la unión de las doscámaras, laCasa de losLores y la de losComunes.Había simpatizado conaquellosmovimientos populares y había dedicado su vida y sus esfuerzos aconsolidarlosyextenderlos.Desdeentonceslainfluenciadelosterratenienteshabía aumentado; en un primer momento Ryland no observaba conpreocupación lasmaquinacionesde lordRaymond, que atraían amuchosdesus oponentes. Pero las cosas estaban llegando demasiado lejos. La noblezaempobrecidareclamabaelretornodelamonarquía,considerandoqueelloles

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devolvería supodery susderechosperdidos.Elespíritumedioextintode larealeza resurgía en las mentes de los hombres que, esclavos voluntarios,sujetos hechos y derechos, estaban dispuestos a dejarse uncir el yugo.Quedaban todavía algunos espíritus rectos y viriles, que eran los pilares delEstado. Pero la palabra «república» había perdido frescura al oído vulgar ymuchos-elactodeesanochedemostraríasieranmayoría-añorabaneloropelyelboatodelarealeza.Rylandsealzabaenresistenciayafirmabaquesólosusufrimientohabíapermitidoelcrecimientodesupartido.Peroeltiempodelaindulgenciahabíapasado,yconunsolomovimientodesubrazoapartaríalastelarañasquecegabanasusconciudadanos.

CuandoRaymondentróenelsalóndelcafésupresenciafuesaludadaporsusamigoscasiconungrito.Congregándoseasualrededorcontaroncuántoseran,ycadaunoexpusolosmotivosquelesllevabanapensarquesunúmeroaumentaría, pues éste o aquel miembro no había mostrado aún suspreferencias.Trasdarporconcluidosciertosasuntosmenoresenlacámara,loslíderes tomaron asiento en sus respectivos puestos. El clamor de vocesproseguía,hastaque,cuandoRylandsepusoenpieparatomarlapalabra,sehizo un silencio tan absoluto que podían oírse hasta los susurros. Todos losojosseclavaronenélque,sinseragraciado,resultabaimponente.Yoapartélavista de su rostro severo y la posé en el de Raymond que, velado por unasonrisa, ocultaba su preocupación. Con todo, sus labios temblabanligerísimamenteysumanoseaferrabaaintervalosconfuerzaalbancoenquesesentaba,loquehacíaquesusmúsculossetensaranydestensaran.

Ryland inició su discurso ensalzando el estado del imperio británico.Refrescó la memoria de los asistentes sobre los años pasados; las tristescontiendasque,entiemposdesuspadres,habíanllevadoalpaísalbordedelaguerracivil,laabdicacióndeldifuntoreyylafundacióndelarepública,quepasóadescribir;expusoqueInglaterraeramáspoderosa,sushabitantesmásvalerososysabios,graciasalalibertaddequegozaban.Mientrashablaba,loscorazones se henchían de orgullo y el rubor teñía las mejillas de quienesrecordabanqueallí todoelmundoera inglés,yqueapoyabaycontribuíaalfeliz estado de las cosas que ahora se conmemoraba. El fervor de Rylandaumentóy,conojosencendidosyvozapasionada,siguiórelatandoquehabíaunhombrequedeseabaalterartodoaquelloydevolvernosanuestrosdíasdeimpotencia y contiendas, un hombre que osaba arrogarse el honor quecorrespondía a quien demostrara haber nacido en suelo inglés, y situar sunombre y su estilo por encima del nombre y el estilo de su país. En esemomentome fijé en que el rostro deRaymondmudaba de color.Apartó lavista del orador y la clavó en el suelo.Los asistentes dejaronde observar aRyland para mirarlo a él, aunque sin dejar de oír la voz que atronaba sudenunciayllenabasussentidos.Lagranfranquezadesuspalabrasleconferíaautoridad:todossabíanquedecíalaverdad,unaverdadconocida,aunqueno

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reconocida.Arrancó lamáscaraqueocultaba la realidady lospropósitosdeRaymond, que habían avanzado hasta entonces agazapados en la penumbra,asomaroncomounciervoasustado,acorralado,evidenteelcambiodesugestopara quienes lo miraban. Ryland acabó declarando que todo intento derestablecer el poder real debía ser declarado traición, y traidor a quienpersiguiera el cambio de la forma de gobierno vigente. Al término de suintervención,losasistentesestallaronenvítoresyaplausos.

Unavezdefendidasumoción,lordRaymondsepusoenpieinexpresivo,lavozmelodiosa, susmaneras delicadas, su gracia y su dulzura semejantes altañer de una flauta que llegara tras la voz poderosa de su adversario, queatronabacomounórgano.Dijoalzarseparahablara favorde lamocióndelhonorable miembro, aunque deseando introducir una ligera enmienda. Nodudóéltambiénenrecordarlosviejostiempos,enconmemorarlasluchasdenuestros padres y la abdicación de nuestro rey. Con gran nobleza ygenerosidad, dijo, nuestro ilustre y último soberano de Inglaterra se habíasacrificadoporelbienaparentedesupaísysehabíadespojadodeunpoderquesólopodíamanteneracostadelasangredesussúbditos.Yesossúbditossuyos que ya no lo eran, sus amigos e iguales, en señal de gratitud habíanconcedidociertosfavoresydistincionesaélyasufamiliaaperpetuidad.Selesentregóunaespaciosafincayselesreconocióelrangomáselevadoentrelos pares de Gran Bretaña. Sin embargo, podía conjeturarse que no habíanolvidadosuantiguaherencia.

Yeramuyduroque suheredero sufrieradelmismomodoquecualquierotro pretendiente si trataba de obtener de nuevo lo que por herencia lepertenecía.Noesqueélopinaraquehubieradefavorecersesemejanteintento.Lo que afirmaba era que un intento semejante resultaría venial, y que si elaspirantenollegabaadeclararlaguerraniaizarunabanderaenelreino,sufalta debía tomarse con cierta indulgencia. Por lo tanto, en su enmiendaproponíaque la leycontemplaseunaexcepciónafavordecualquierpersonaquereclamaraelpodersoberanoparaloscondesdeWindsor.

Raymond no concluyó su intervención sin pintar con colores vivos ybrillantes el esplendor de un reino en oposición al espíritu comercial delrepublicanismo. Afirmó que todo individuo, amparado bajo la monarquíainglesa,era,comoloeraahora,capazdealcanzaraltorangoypoder,conunaúnica excepción, el cargo demáximo gobernante; un rangomás alto ymásnoble del que podía ofrecer una comunidad timorata y dedicada al trueque.¿Merecía la pena sacrificar tanto para evitar apenas aquella excepción? Lanaturaleza de la riqueza y la influencia reducía forzosamente la lista decandidatosaunospocosentrelosmásricos.

Ypodíatemersequeelmalhumoryeldescontentocausadosporesaluchaqueserepetíacadatresañoscontrarrestaranlasventajasobjetivas.Nopuedo

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dar constancia exacta de las palabras y los elegantes giros del lenguaje quedabanvigoryconvicciónasudiscurso,suingenioysugracia.Susmaneras,tímidasalprincipio,setornaronfirmes,ysurostrocambianteseiluminóconunbrillosobrenatural.Suvoz,variadacomolamúsica,causaba,comoésta,elencantamientodequienesloescuchaban.

Sería inútil reproducir el debate que siguió a su arenga. Los partidospronunciaronsusdiscursos,querevistieronlacuestióndejergayocultaronsusimple significado tras un viento de palabras tejidas. La moción no fueaprobada. Ryland se retiró presa de una mezcla de cólera y desazón. YRaymond,felizyexultante,seretiróasoñarconsufuturoreino.

SEGUNDAPARTE

¿Existe el amor a primera vista? Y, de existir, ¿en qué difiere del amorbasadoenlalargaobservaciónyellentocrecimiento?Talvezsusefectosnosean tan permanentes, pero mientras duran resultan al menos igualmenteviolentoseintensos.Transitamossinalegríaporloslaberintossinsenderosdelasociedadhastaquedamosconesapistaquenosconducealparaísoatravésde esa maraña. Nuestra naturaleza se oscurece como bajo una antorchaapagada,duermeenlanegrurainformehastaqueelfuegolaalcanza.Esvidadelavida,luzparalalunaygloriaparaelsol.¿Quéimportanciatienequeelfuego se encienda con sílex y acero, que se alimente con esmero hastaconvertirlo en llama, en lenta comunicación con la mecha oscura, o quesúbitamenteelpoderradiantedelaluzysucalorsetransmitandesdeunpoderafínyprendanalinstanteelfaroylaesperanza?Enlafuentemásprofundademicorazón,mipulsosehabíaagitado;amialrededor,porencima,pordebajo,laMemoria se aferraba amí comounmantoquemeenvolviera.Enningúnmomento del tiempo venidero me sentiría como me había sentido en elpasado.ElespíritudeIdrissehallabasuspendidoenelairequerespiraba;susojosmemiraban siempre; su sonrisa recordada cegabami vagomirar ymeobligabaacaminarcomositambiényofueraunespíritu,noporcausadeuneclipse, de la oscuridad o el vacío, sino de una luz nueva y brillante,demasiadoreciente,demasiadodeslumbranteparamissentidoshumanos.Encadahoja,encadapequeñadivisióndeluniverso(comosobreeljacintoenelque aparece grabado el « »), el talismán demi existencia aparecía impreso:¡ELLA VIVE! ¡ELLA EXISTE! Todavía no tenía tiempo para analizar misentimiento,paraponermemanosa laobrayencadenarmi indómitapasión.Todoeraunaúnicaidea,unúnicosentimiento,unúnicoconocimiento:¡eramivida!

Perolasuerteyaestabaechada:RaymondsecasaríaconIdris.Lasalegrescampanadas de boda resonaban enmis oídos; oía ya las felicitaciones de lanacióntraselenlace.Elambiciosonobleseelevabaconvelozvuelodeáguiladesde el suelo raso hasta la supremacía real, hasta el amor de Idris. Y sin

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embargo,¡noseríaasí!Ellanoloamaba.Mehabíallamadoamigo.Mehabíasonreído.Yamíhabíaconfiadolamayoresperanzadesucorazón,elbienestardeAdrian.Eserecuerdoderretíamisangrehelada,yunavezmáslamareadelavidayelamor fluían impetuososenmi interior,para retirarsedenuevoamedidaquemiatribuladamentevacilaba.

Eldebateterminóalastresdelamadrugada.Mialmasehallabaengranzozobra.Cruzabalascallescongrandesprisas.Adecirverdad,aquellanocheestabaloco.Elamor,alquehedeclaradogigantedesdesunacimiento,luchabacontraladesesperación.Micorazón,sucampodebatalla,recibíalaheridadelacerodeuno,laslágrimastorrencialesdelaotra.Amanecióelnuevodía,quemeresultabaodioso.Meretiréamisaposentos.Meechésobreunsofáymedormí;¿dormírealmente?,puesmispensamientosseguíanvivos.Elamoryladesesperación proseguían su combate y yo me consumía en un dolorinsufrible.

Desperté medio aturdido. Sentía una fuerte opresión en mi ser, pero nosabíadedóndeprocedía.Accedí,porasídecirlo,alcónclavedemicerebroypregunté a varios ministros del pensamiento allí reunidos: no tardé enrecordarlotodo.Mismiembrosnotardaronentemblarbajoelpesodelpoderquemeatormentaba.Pronto,demasiadopronto,supequeyaeraunesclavo.

De pronto, sin anunciarse, lord Raymond entró en mi estancia y, muyalegre, se puso a cantar el himno tirolés a la libertad. Me saludó con unelegantemovimientodecabezaysedesplomósobreunsofádispuestojuntoala reproducción de un busto del Apolo de Belvedere. Tras uno o doscomentarios intrascendentes, a los que respondí parcamente, exclamó,mirandolaescultura:

-Meharé llamarcomoeseVíctor.Noesmala idea.Esebustomeserviráparaacuñarnuevasmonedasyseráunanunciodemifuturoéxitoatodosmissumisos súbditos. -Lo dijo en el tono más alegre y benévolo, y sonrió, nodesdeñoso, sino como burlándose de sí mismo. Pero casi de inmediato susemblante se ensombreció,y conaquel tonoagudoque le era característico,añadió-:Ayernochelibréunabuenabatalla,unaconquistaquelasllanurasdeGrecia no me vieron alcanzar. Ahora soy el hombre más importante delEstado, temade todas lasbaladas,objetodedevociónde todas lasancianas.¿Enquépiensas?Tú,quetecreescapazdeleerelalmahumana,comovuestrolagonatalleetodosycadaunodelosplieguesylascavidadesdelascolinascircundantes,dimequépiensasdemí.¿Aspirantearey?¿Ángel?¿Demonio?¿Cuáldelasdoscosas?

Su tono irónico no convenía ami corazón acelerado y en ebullición. Suinsolenciameespoleó,ylerespondíconamargura.

-Existeunespírituquenoesniángelnidemonioyquesevemeramente

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condenadoal limbo. -Palidecióalmomentoy sus labios sincolor temblaronligeramente.Su irano logrósinoencendermemás,yclavécondecisiónmisojosenlossuyos,quemefulminaban.Deprontolosretiró,bajolavistaycreíver que una lágrima asomaba a sus oscuras pestañas. Aquella muestra deemoción involuntaria me aplacó-. No digo que el tuyo lo sea, mi queridoseñor.

Meinterrumpí,algosorprendidoporlaagitaciónqueevidenciaba.

-Sí-dijoalfin,poniéndoseenpieymordiéndoseellabio,enunintentodedisimular su estado-: ¡Ése soy yo! Tú no me conoces, Verney; ni tú ni laaudiencia de anoche, ni toda Inglaterra sabe nada demí. Pareciera que aquíestoy,yareyelecto.Estamanoestáapuntodeaferrarsealcetro.Losnerviosde esta frente se anticipan a la imposición de la corona. Parece que soyposeedor de la fuerza, el poder, la victoria. Erguido como se yergue unacolumnaquesoportaelpesodeunacúpula.¡Ynosoysinounjunco!Tengoambición, y la ambición persigue su meta; mis sueños nocturnos se hacenrealidad, mis esperanzas de vigilia se cumplen. Un reino aguarda miaceptación,misenemigossonvencidos.Peroaquídentro-ysegolpeóelpechoconfuerza-habitaelrebelde,elobstáculo;estecorazónquemedomina,ydelque,pormásqueextraigadeéltodalasangre,mientrasquedeenélunadébilpulsación,seréesclavo.

Hablóconvozentrecortada.Alterminarbajólacabezay,ocultándolaentrelas manos, se echó a llorar. Yo aún estaba recuperándome de mi propiadecepción, y sin embargo aquella escename llenabade terror y nomeveíacapazdedetenersuarrebatodepasiónque,detodosmodos,acabóporremitir.Se echó de nuevo en el sofá y permaneció en silencio, inmóvil. Sólo loscambiosdesuexpresiónevidenciabanunprofundoconflictointerior.Alcabosepusoenpieymehablóconsutonodevozhabitual.

-El tiempo se nos echa encima, Verney, y debo irme. Pero no quieroolvidar la razón por la que he venido a verte. ¿Quieres acompañarme aWindsormañana?Micompañíanotevaadeshonrar,yésteesseguramenteelúltimoservicio,oflacofavor,quepuedeshacerme.¿Meconcederásloquetepido?

Me tendió la mano con gesto casi tímido. Al momento pensé: «sí, serétestigodelaúltimaescenadeldrama».Ademássuzozobrameconquistó,yunsentimientodeafectohaciaélvolvióaapoderarsedemicorazón.Lepedíquemecondujerahastaallí.

-Sí,esoharé-dijoélalegre-;ahorahabloyo.Reúneteconmigomañanaalassiete;sédiscretoyleal.Ynotardarásenconvertirteenayudadecámara.

Tras pronunciar aquellas palabras se ausentó apresuradamente,montó en

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sucaballoy,extendiendolamanocomosipretendieraqueselabesara,volvióadespedirsedemíentrerisas.Unavezsolomeesforcéporadivinarelmotivode su petición y prever los acontecimientos del día siguiente. Las horaspasaban lentamente. Me dolía la cabeza de tanto pensar y la zozobra meatenazaba los nervios.Me sujeté la frente, como si mi mano febril pudieraservirdealivioaldolor.

Llegué puntual a la cita al día siguiente, y hallé a lord Raymondesperándome.SubimosasucarruajeynosdirigimosaWindsor.Yomehabíaaleccionado bien a mímismo y estaba decidido a nomostrar ningún signoexternodelaemociónqueagitabamiinterior.

-¡Qué error cometió Ryland -dijo Raymond- al pensar que podíaderrotarmelaotranoche!Hablóbien,muybien,unaarengaconlaquehabríalogradosupropósitoenmayormedidasimelahubieradirigidosóloamí,ynoa los necios y mentirosos allí congregados. De haberme encontrado allí yosolo, le habría escuchado con el deseo de oír sus razones, pero al intentardesbancarme en mi propio territorio, con mis propias armas, me infundióvalor,yeldesenlacefueelquecualquierahubieraesperado.

Sonreíincrédulo,antesderesponder.

-Yopienso lomismoqueRylandy, siasí lodeseas, te repetiré todossusargumentos. Veremos hasta qué punto te convencen y cambias la visiónmonárquicaporlapatriótica.

-La repetición sería inútil -dijo Raymond-, pues recuerdo bien losargumentos,ycuentoconmuchosotrosdemipropiacosecha,quehablaríanconirrebatiblepersuasión.

Noseexplicómásniyoapostillénada.

Nuestrosilencioseprolongóalgunasmillas,hastaqueelpaisaje,consuscampos abiertos, sus densos bosques, sus parques, se asomó, agradable, anuestra vista. Tras varias observaciones sobre el paisaje y los lugares,Raymonddijo:

-Los filósofoshan llamadoalhombre«microcosmosde lanaturaleza»,yen la mente interior hallan un reflejo de toda esta maquinaria que vemosfuncionar a nuestro alrededor. Esta teoría ha sido con frecuencia fuente dediversiónparamí,yhepasadomásdeunahoraociosaejercitandomiingenioen la búsqueda de similitudes. ¿No dice lord Bacon que «el paso de ladiscordanciaalaconcordancia,queproducegrandulzuraenlamúsica,sedatambién en nuestras afecciones, que resultan mejores tras algún disgusto»?¡Quéotracosasinounmares lamareadepasióncuyasfuentessehallanennuestrapropianaturaleza!Nuestrasvirtudessonarenasmovedizas,queconlasaguas sosegadas y bajas se muestran a sí mismas. Pero cuando las olas

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regresanylosvientoslasabofetean,elpobrediabloqueesperabaquefueranduraderas,descubrequesehundenbajosuspies.Lasmodasdelmundo,susexigencias, educaciones y metas, son los vientos que manejan nuestravoluntad, como las nubes que avanzan todas en la misma dirección. Perocuandosurgeuna tormentaenformadeamor,odiooambición,elengranajegiraensentidocontrarioeimpulsatriunfanteelairequeloempuja.

-Ysinembargo-repliqué-lanaturalezasiempreapareceantenuestrosojosconun aspectopasivo,mientrasque en el hombre sedaunprincipio activocapazdegobernar la fortunay,almenos,deresistir lagalerna,hastaquedealgúnmodologravencerla.

-Hay más de plausible que de cierto en tu distinción -observó miacompañante-.¿Acasonosformamosanosotrosmismos,escogiendonuestrasdisposiciones y nuestros poderes? Yo, por ejemplo, me siento como uninstrumento, con sus cuerdas y sus trastes, pero sin el poder de girar lasclavijasodeadaptarmispensamientosaunaclavemásaltaomásbaja.

-Talvezotroshombres-apunté-seanmejoresmúsicos.

-No hablo de los demás, sino de mí, y soy tan buen ejemplo comocualquier otro.No puedo acoplarmi corazón a unamelodía determinada niaplicar cambios deliberados a mi voluntad. Nacemos. No escogemos anuestros padres ni nuestra posición social. Nos educan otras personas o lascircunstancias del mundo, y esa formación, al combinarse con nuestradisposición innata, es el suelo en el que crecen nuestros deseos, pasiones ymotivos.

-Haymucha razón en lo que dices -admití-. Y sin embargo nadie actúasegúnesateoría.¿Quién,altomarunadecisión,dice:«Asíloescojoporquelonecesito»?¿Acaso,porelcontrario,nosienteensuinteriorunlibrealbedríoque, aunque pueda considerarse falaz, lo mueve a actuar mientras toma ladecisión?

-Exacto -dijo Raymond-, otro eslabón de la cadena. Si yo fuera ahora acometerunactoqueaniquilaramisesperanzas,queapartaraelmantorealdemismiembrosmortalesparavestirloconlasfibrasmásvulgares,¿creestúqueactuaríamovidopormilibrealbedrío?

Mientrasasíconversábamos,percibíquenonosdirigíamosaWindsorporel camino habitual, sino a través de Englefield Green, en dirección aBishopgateHeath.Empecéasospecharque Idrisnoeraelobjetodenuestroviaje, sinoqueme llevabaapresenciar la escenaquedecidiría eldestinodeRaymondyPerdita.SindudaRaymondhabíavaciladoduranteeltrayecto,yladudaseguíamarcadaentodosycadaunodesusgestoscuandonosacercamosa la casa de mi hermana. Yo lo observaba con curiosidad, decidido, si su

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vacilación se prolongaba, a ayudar a Perdita a sobreponerse, a enseñarle adesdeñarelpoderosoamorquesentíaporalguienquedudabaentreposeerunacoronayposeerlaaella,cuyaexcelenciayafectotrascendíaelvalordetodounreino.

La hallamos en su saloncito salpicado de flores. Leía en el periódico lanoticiasobreeldebateparlamentario,yalparecerelresultadolahabíasumidoen ladesesperanza.El sentimientosedibujabaensusojoshundidosyensuapatía.Unanubeocultabasubellezaysusfrecuentessuspiroseranseñaldesuinquietud. Aquella visión tuvo en Raymond un efecto inmediato: la ternurailuminó sus ojos y el remordimiento revistió sus maneras de franqueza yverdad.Sesentójuntoaellay,quitándoleelperiódicodelasmanos,ledijo:

-Mi dulce Perdita no debe leer ni una palabra más de esa contienda deneciosydelocos.Nopermitiréqueseinformedelalcancedemiengaño,nofuera a despreciarme; aunque, créame, el deseo de aparecer ante usted noderrotado,sinvictorioso,meinspiródurantemiguerradepalabras.

Perdita lo miró asombrada. La expresión de su semblante brilló condulzura un instante. Pero un pensamiento amargo nubló su alegría; clavó lavista en el suelo, tratando de controlar las lágrimas que amenazaban condesbordarla.Raymondseguíahablándole.

-No pienso representar un papel con usted, querida niña, ni pretendoaparecer más que como lo que soy, un ser débil e indigno que sirve paradespertarmássudesprecioquesuamor.Ysinembargoustedmeama.Sientoyséqueesasí,yportantomantengomismásnoblesesperanzas.Silaguiaraelorgullo,oinclusolarazón,deberíarechazarme.Hágalo,sisucorazónpuro,incapaz de soportarmi inconstancia, rechaza someterse a la bajeza delmío.Aléjese de mí si quiere, si puede. Si su alma entera no la empuja aperdonarme, si todo su corazón no abre de par en par sus puertas paraadmitirmehastalomásprofundodeél,abandóneme,novuelvaahablarnuncamásconmigo.Yo, aunquehepecadocontrausted sin remisión, también soyorgulloso.Nodebehaberreservaensuperdónnireticenciaenelregalodesuafecto.

Perdita bajó la vista, confusa pero complacida. Mi presencia laincomodabatantoquenoseatrevíaagirarseparamiraralosojosdesuamadoniaconfirmarconpalabraselafectoqueletenía.Elruborcubríasusmejillasy su aire desconsolado se convirtió en una expresiva y profunda dicha.Raymondlerodeólacinturaconelbrazoyprosiguió.

-No niego que he dudado entre usted y la más alta esperanza que losmortales pueden albergar. Pero ya no dudo más. Tómeme, moldéeme a suantojo,poseamicorazónymialmaparalaeternidad.Siseniegaacontribuiramifelicidad,abandonoInglaterraestamismanocheyjamásvolveréapisarla.

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-Lionel, tambiénustedlohaoído.Seamitestigo.Persuadaasuhermanaparaqueperdonelaheridaqueleheinfligido.Persuádalaparaqueseamía.

-Nomehace faltamáspersuasión -pronuncióPerdita, ruborizada-que ladesusqueridaspromesasy lademicorazón,másquepredispuesto,quemesusurraquesonverdaderas.

Aquella misma tarde los tres paseamos juntos por el bosque y, con lalocuacidad que la alegría inspira,me relataron condetalles la historia de suamor.MedivertíaveralaltivoRaymondyalareservadaPerditaconvertidos,porobradelamor,enniñosparlanchinesycontentos,perdidaenamboscasossucaracterísticaprudenciagraciasalaplenituddesudicha.Hacíaunaodosnoches,lordRaymond,conelgestocompungidoyelcorazónoprimidoporlospensamientos,habíadedicadotodassusenergíasasilenciaropersuadira loslegisladoresdeInglaterradequeelcetronoeraunacargademasiadopesadapara sostenerla él entre sus manos, mientras visiones de dominio, guerra ytriunfoflotabananteél.Ahora,juguetóncomoelniñotraviesoquesemueveante lamirada comprensiva de sumadre, las esperanzas de su ambición secompletaban cuando acercaba a sus labios la mano blanca y diminuta dePerdita. Ella, por su parte, radiante de felicidad, contemplaba el estanqueinmóvilnoparaverenélsureflejo,sinopararecrearsecondeliciaenlavisióndesuamadojuntoaella,unidosporprimeravezenhermosaconjunción.

Mealejédeellos.Sielraptodeunauniónconfirmadalespertenecíaalosdos, yo disfrutaba de una esperanza restaurada. Pensaba en los torreonesregiosdeWindsor:«AltossonlosmurosyfuerteslasbarrerasquemeseparandemiEstrelladeBelleza.Peronoimpasibles.Ellanoserádeél.Moraunosaños más en tu jardín nativo, dulce flor, hasta que yo, con el tiempo y elesfuerzo, adquiera el derecho de reunirme contigo. ¡No desesperes ni mehundas a mí en la desesperación! ¿Qué debo hacer? En primer lugar, ir enbuscadeAdrianylograrquesereúnaconella.Lapaciencia,ladulzurayunafecto constante lo sacarán de su locura, si es cierto que la sufre, tal comoafirma Raymond. Y si su confinamiento es injusto, la energía y el valor lorescatarán.»

Unavez losenamoradosacudieronamiencuentro,cenamos juntosenelsalón.Enverdadsetratódeunacenadecuentodehadas,puesaunqueenelaire flotaban los perfumes del vino y las frutas, ninguno de nosotros probóbocadonibebió,einclusolabellezadelanochepasóinadvertida.Suéxtasisno podían aumentarlo objetos externos, y yo me veía envuelto en misensoñaciones. Hacia la medianoche, Raymond y yo nos despedimos de mihermanapararegresaralaciudad.Éleratodoalegría.Desuslabiosbrotabanfragmentos de canciones, y todos los pensamientos de su mente, todos losobjetosquenosrodeaban,brillabanbajoelsoldesudicha.Amímeacusódemelancólico,malhumoradoyenvidioso.

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-Enabsoluto-lerespondí-,aunqueconfiesoquemispensamientosnomeresultan tan gratos como a ti los tuyos. Me prometiste facilitar mi visita aAdrian.Ahorateinstoacumplircontupromesa.Nopuedodemorarmeaquí.Ansío aliviar, tal vez curar, la dolencia demi primer ymejor amigo.DebopartirdeinmediatoparaDunkeld.

-Tú,avenocturna-replicóRaymond-,quéeclipsearrojassobremisalegrespensamientosquemeobligaa recordaresa ruinamelancólicaquesealzaenmediodeladesolaciónmental,másirreparablequeunfragmentodecolumnalabradaqueyacesobreuncampo,cubiertaporlahierba.¿Sueñasconcurarlo?Dédalonunca tejióunerrormás inextricablealrededordelMinotauroqueelquelalocurahatejidoalrededordesurazónencarcelada.NitúniningúnotroTeseopuedesalirdel laberintodelque talvezalgunaAriadnacruel tenga laclave.

-HaaludidoaEvadneZaimi.¡PeronoseencuentraenInglaterra!

-Yaunqueaquísehallara-dijoRaymond-,nolerecomendaríaqueloviera.Es mejor marchitarse en el delirio absoluto que ser víctima de la sinrazónmetódicadeunamornocorrespondido.Talvezladuracióndesuenfermedadhayaborradodesumentetodovestigiodelagriega.Yesmuyposiblequenovuelvaagrabarseenella.LohallarásenDunkeld.Amableytratable,vagaporlascolinasylosbosquesosesientaaescucharjuntoaalgunacascada.Talvezloveas-elpeloadornadoconfloressilvestres-,losojosllenosdesignificadosincomprensibles, lavozrota,supersonamalgastadayconvertidaensombra.Recogefloresyplantasytejeconellasguirnaldas,ohacenavegarhojassecasyramasporlosarroyos,ysealegracuandoflotan,ylloracuandonaufragan.Elmero recuerdode todoellocasimeenerva. ¡Por los cielos!Lasprimeraslágrimasquehederramadodesdequeeraniñobrotaronamisojoscuandolovi.

Este último relato no hizo sino espolearmi deseo de visitarlo.Mi únicaduda era si debía tratar de ver a Idris antes de mi partida. Y mi duda seresolvióaldíasiguiente.AprimerahoradelamañanaRaymondvinoaverme.LehabíanllegadonoticiasdequeAdrianseencontrabagravementeenfermo,y parecía imposible que sus mermadas fuerzas fueran a permitirle larecuperación.

-Mañana-medijo-sumadreyhermanaviajaránaEscociaparaverleunavezmás.

-Y yo parto hoy mismo -exclamé-. Ahora mismo contrataré un globo yestaréallíencuarentayochohorasamástardar,talvezmenossielvientoesfavorable.Adiós,Raymond.Alégratedehaberescogido lamejorpartede lavida. Este vuelco de la fortuna me resucita. Yo temía la locura, no laenfermedad.PresientoqueAdriannovaamorir, talvezsudolenciaseauna

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crisisyserecupere.

Todosealióamifavorduranteelviaje.Elgloboseelevóunamediamillaporencimadelatierrae,impulsadoporelviento,navegóporelaire,susaspasrecubiertas de plumas surcando la atmósfera propicia. A pesar del motivomelancólicodemiviaje,mesentíaelevadoporunacrecienteesperanza,porelavance veloz del vehículo aéreo, por la balsámica visita del sol. El pilotoapenasmovía el timón plumado, y el finomecanismo de las alas, del tododesplegadas, emitía un murmullo suave y sedante. Abajo se distinguíanllanurasycolinasmientrasnosotros,sinresistencias,avanzábamossegurosyrápidos, como el cisne silvestre en su migración primaveral. La máquinaobedecíaelmenormovimientodeltimóny,conelvientoconstante,nohabíaimpedimentoningunoanuestroavance.Taleselpoderdelhombresobreloselementos;unpoderlargamenteperseguidoyalfinalcanzado;ysinembargoyaanticipadoentiemposremotosporelpríncipedelospoetas,cuyosversoscitabayoparaasombrodemipilotocuandolerevelélossiglosquellevabanescritos:

Oh,ingeniohumano,capazdemuchosmalesinventar.

Buscasextrañasartes:quiénhabíadepensar

queharíascomoaunaveligera

aunhombrepesadovolar

ysucaminoporcielosdespejadosencontrar.

Aterricé en Perth. Y aunque me sentía muy fatigado por la exposicióncontinuadaalaire,noquisedescansar,sinoquecambiéunmediodetransportepor otro. Seguí por tierra lo que había iniciado por el aire y me dirigí aDunkeld.Amanecíacuandolleguéalpiedelascolinas.Traslarevolucióndelas eras, la colina de Birnam volvía a estar cubierta de vegetación joven,mientrasquealgunospinosmásviejos,plantadosaprincipiosdelsigloxixporelduquedeAthol,conferíansolemnidadybellezaalpaisaje.Elsolnacientetiñóprimerolascopasdelosárboles.Ymimente,quemiinfanciatranscurridaenlasmontañashabíavueltosensiblealasgraciasdelanaturaleza,yahoraapuntodereunirseconmiamadoytalvezagonizanteamigo,seconmovióalmomento con la visión de aquellos rayos distantes: sin duda eran un buenpresagio,ycomotalloscontemplaba;buenospresagiosparaAdrian,decuyavidadependíamifelicidad.

¡Pobrecompañeromío!Tendidoenellechodesuenfermedad,lasmejillasencendidas por el rubor de la fiebre, los ojos entrecerrados, la respiracióninconstante y difícil. Y sin embargo seme hizomenos difícil verlo así quehallarlo satisfaciendo ininterrumpidamente las funciones animales, con lamenteenferma.Meinstaléjuntoasucamayyanoloabandonénidedíanide

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noche.Tareaamargaladecontemplarcomosuespíritusedebatíaentrelavidaylamuerte;sentirsusmejillasardientesysaberqueelfuegoquelasabrasabaconfierezaeraelmismoqueconsumíasufuerzavital;oírloslamentosdesuvoz, que tal vez no volviera a articular palabras de amor y sabiduría; sertestigo de los movimientos inútiles de sus miembros, que tal vez prontoacabaran envueltos en sumortaja.Y así, durante tres días y tres noches fueconsumiéndomelafatigaqueeldestinohabíapuestoenmicamino,ydetantosufrirytantoobservarmiaspectoempeoró,yyomismoparecíaunespectro.Al fin, transcurrido ese tiempo, Adrian entreabrió los ojos y miró como sivolvieraalavida.Pálidoymuydébil,lainminenteconvalecenciasuavizabalarigidezdesusfacciones.Supoquiénerayo.¡Quécoparebosantededichosaagonía fue contemplar su rostro iluminado por aquel destello dereconocimiento, sentir que se aferraba a mi mano, ahora más febril que lasuya, oír que pronunciabami nombre!En él noquedabani rastro de locuraparateñirdepesarmialegría.

Esamismatardellegaronsumadreysuhermana.LacondesadeWindsorerapornaturalezaunamujerllenadesentimientosyenergía,peroalolargodesuvidaapenashabíapermitidoquelasemocionesconcentradasdesucorazónasomaranasurostro.Laestudiadainmovilidaddesusemblante,susmaneraslentaseinmutables,suvozsuaveperopocomelodiosa,eranunamáscaraqueocultaba sus pasiones desbocadas y la impaciencia de su carácter. No separecía ennadaa susdoshijos.Susojosnegrosycentelleantes, iluminadosporelorgullo,diferíanen todode losdeAdriane Idris,queeranazules,deexpresión franca y benévola. Había algo aristocrático y majestuoso en suporte,peronadapersuasivo,nadaamigable.Alta,delgadaysevera,surostroaún elegante, su pelo negro azabache apenas salpicado de gris, su frentearqueada y hermosa, las cejas algo despobladas, era imposible no sentirseimpresionadoporella,temerlacasi.Idrisparecíaelúnicosercapazderesistirasumadre,apesardelaextremadulzuradesudisposición.Perohabíaenellaciertoarrojoyfranquezaquerevelabaquenoarrebataríalalibertaddenadieyquedefenderíalasuyapropiacomoalgosagradoeinexpugnable.

Lacondesanocontemplóconindulgenciamicuerpofatigado,aunquemástarde agradeció fríamentemis atenciones.No así Idris, cuyaprimeramiradafue para su hermano. Le tomó lamano, le besó los párpados y permaneciójuntoaélmirándoloconcompasiónyamor.Susojossebañarondelágrimascuando me dio las gracias, y la hermosura de su gesto, lejos de disminuir,aumentóconsufervor,quelallevabacasiatartamudearmientrashablaba.Sumadre, toda ojos y oídos, no tardó en interrumpirnos. Y yo vi que deseabaecharme discretamente, como a alguien cuyos servicios, ahora que losfamiliareshabíanllegado,yanoerandeutilidadasuhijo.Mesentíaexhaustoy enfermo, pero decidido a no abandonar mi puesto, aunque dudaba sobrecómo mantenerme en él. Y entonces Adrian pronunció mi nombre y,

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cogiéndome de la mano, me rogó que no me ausentara. Su madre, enaparienciadistraída,comprendióalinstanteloquepretendía,yviendoelpoderqueteníamossobreella,nosconcedióelpunto.

Los días que siguieron estuvieron llenos de dolor paramí, tanto que enocasioneslamenténohabercedidodeinmediatoalaspretensionesdelaaltivadama, que escrutaba todos mis movimientos y convertía la dulce tarea decuidar demi amigo en una irritante agonía. Jamás he visto a unamujer tandeterminadacomolacondesadeWindsor.Suspasioneshabíansometidoasusapetitose inclusoasusnecesidadesnaturales.Dormíapocoyapenascomía.Eraevidentequecontemplabasupropiocuerpocomounameramáquinacuyasalud requería para el cumplimiento de sus planes, pero cuyos sentidos noparticipaban de su diversión. Hay algo temible en quien conquista de esemodo laparte animalde sunaturaleza cuando lavictorianoes resultadodeunavirtudconsumada.Nosinalgodeesetemorcontemplabayolafiguradelacondesa,despiertacuandolosdemásdormían,ayunandocuandoyo,frugalencondicionesnormales,atacadoporlafiebrequesecebabaenmí,meveíaobligadoaingeriralimentos.Ellasemostrabadecididaaimpedirodificultarentodomomentomiinfluenciasobresushijosyobstaculizabamisplanesconunadeterminacióncallada,secaytestarudaquenoparecíapropiadeunserdecarne y hueso. Al fin parecía haberse declarado la guerra entre nosotros.Libramos muchas batallas soterradas en las que no mediaban palabras yapenasnosmirábamos,peroenlasquelosdospretendíamossometeralotro.La condesa contaba con la ventaja de su posición, de modo que yo eraderrotado,aunquenosometido.

Micorazónenfermó.Mirostroseteñíaconlostonosdemimalestarymivejación. Adrian e Idris se percataban de ello. Me instaban a reposar y acuidarme,peroyo les respondía con toda sinceridadquemimejormedicinaeran sus buenos deseos, así como la feliz convalecencia de mi amigo, quemejorabadíaadía.Elcolorregresabatímidamenteasusmejillas.Lapalidezcenicienta que amenazaba con matarlo abandonaba su frente y sus labios.Taleseranlasrecompensasdemisinfatigablesatenciones,yelcielo,pródigo,añadía un premiomás sime concedía también las gracias y las sonrisas deIdris.

TrasunlapsodevariassemanasabandonamosDunkeld.IdrisysumadreregresarondirectamenteaWindsor,mientrasqueAdrianyyoemprendimoselviajeconmáscalma,realizandofrecuentesparadasdebidoaladebilidaddesuestado.MientrasrecorríamoslosdistintoscondadosdelafértilInglaterra,todoadoptaba un aspecto novedoso a ojos demi acompañante, tras tanto tiempoapartado,porcausadesuenfermedad,de losplaceresdelclimayelpaisaje.Atrás quedaban pueblos bulliciosos y llanuras cultivadas. Los granjerosrecogían suscosechasy lasmujeresy losniños,ocupadosen tareas rústicas

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más livianas, formaban grupos de personas felices y saludables, cuya meravisión llenaba de alegría nuestros corazones. Un atardecer, tras abandonarnuestra posada, paseamos por un camino umbrío y ascendimos una lomacubierta por la hierba, hasta alcanzar la cima, desde la que se divisaba unavistadevallesycolinas,ríossinuosos,densosbosquesyaldeasiluminadas.Elsolseponíaylasnubes,quesurcabanelcielocomoovejasreciénesquiladas,recibíanel tonodoradodelosrayosdelocaso.Lastierrasaltas,máslejanas,captabanaún la luz,y el rumorajetreadode lanoche llegabahastanuestrosoídos,unificadoporladistancia.Adrian,quesentíaqueelnuevofrescordesusaludrecobradainundabasuespíritu,uniólasmanos,dichoso,yexclamóconarrobo:

-¡Oh, tierrafeliz!¡Oh,habitantesfelicesdela tierra!¡Ungranpalaciohaconstruido Dios para vosotros! ¡Oh, hombre! ¡Digno eres de tu morada!Contemplaelverdordelaalfombraqueseextiendeatuspiesyelpalioazulsobre tu cabeza. Los campos de la tierra que crean y nutren las cosas, elsenderodecieloquelocontieneyloengarzatodo.Yahora,enestahoradelcrepúsculo,enestemomentopropicioparaelreposoylareflexión,parecequetodosloscorazonesrespiranunhimnodeamoryagradecimiento,ynosotros,como sacerdotes antiguos en lo alto de las colinas, damos voz a susentimiento.

»Sindudaelpodermásbondadosoerigiólamajestuosaconstrucciónquehabitamosyredactólasleyesporlasqueserige.Silameraexistencia,ynolafelicidad, hubiera sido el fin último de nuestro ser, ¿qué necesidad habríahabidodecrearlosprofusoslujosdequegozamos?¿Porquénuestramoradahabría de ser tan encantadora, y por qué los instintos naturales habrían dedepararnos sensaciones placenteras? El mero sostén de nuestra maquinariaanimalsenoshaceagradable.Ynuestrosustento,lasfrutasdeloscampos,sepintandetonalidadestrascendentes,seimpregnandeoloresgratosyresultandeliciosas a nuestro gusto. ¿Por qué habría de ser así si él no fuera bueno?Necesitamos casas para guarecernos de los elementos, y ahí están losmaterialesquesenosproporcionan;lagrancantidaddeárbolesconeladornodesushojas.Ylasrocasqueseapilansobrelasllanurasconfierenvariedadalatareaconsuagradableirregularidad.

»Nosotros no somos meramente objetos, receptáculos del Espíritu delBien.Fijémonosenlamentedelhombre,dondelasabiduríareinaensutrono;donde la imaginación, pintora, toma asiento, con su pincel impregnado deunoscoloresmáshermososquelosdelatardecer,adornandolavidaqueleesconocidacon tonosbrillantes. ¡Quénoble es la imaginación,dignadequiennos la entrega! Extrae de la realidad los tonosmás oscuros. Envuelve todopensamientoysensaciónenunveloradiante,yconunamanodebellezanosconducedesdelosmaresestérilesdelavidahastasusjardines,suspérgolasy

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suspradosdedicha.¿Ynoesacasoelamorunregalodivino?Elamorysuhija, la Esperanza, que puede infundir riqueza a la pobreza, fuerza a ladebilidadyfelicidadalsufrimiento.

»Mi sinonoha sidoafortunado.Hedepartido largamentecon la tristeza,meheinternadoenellaberintotenebrosodelalocurayheresurgido,aunquesólomedio vivo.Y aun así doy gracias aDios por haber vivido; le doy lasgraciasporhabervistoloscambiosdesudía;porpodercontemplarsutrono,queeselcielo,ylatierra,queessusede;porpodercontemplarelsol,fuentedeluz,yladulcelunaviajera;porhabervistoelfuegoquemanadelasfloresdelcieloylasestrellasfloreadasdelatierra;porhaberpresenciadolasiembraylacosecha;mealegrodehaberamadoydehaberconocidolacomprensióndemis congéneres en la alegría y en la pena;me alegro de sentir ahora eltorrente de ideas que recorren mi mente como la sangre recorre lasarticulaciones de mi cuerpo. La mera existencia es un placer y yo le doygraciasaDiosporestarvivo.

»Yvosotras, criaturas todasde lamadre tierra, ¿no repetísmispalabras?Vosotras que vivís unidas por los lazos afectivos de la naturaleza;¡compañeros, amigos, amantes! Padres que trabajáis alegres para vuestrosretoños;mujeresquealcontemplarlasformasvivasdevuestroshijosolvidáislosdoloresdelamaternidad;niñosquenotrabajáisniosesforzáis,sinoqueamáisysoisamados.

»Oh,quelamuerteyelodioseandesterradosdenuestrohogarenlatierra.Queelodio,latiraníayelmiedonohallenrefugioenelcorazónhumano.Quetodosloshombresencuentrenunhermanoensuprójimoyunnidodereposoenlasvastasllanurasdesuherencia.Quesesequelafuentedelaslágrimasyqueloslabiosnovuelvanaformarexpresionesdedolor.Asídormidosbajoelojobenevolentedeloscielos,¿puedeelmalvisitarte,oh, tierra?¿Oeldolormecerensus tumbasa tusdesdichadoshijos?Susurremosqueno,yque losdemonios lo oigan y se regocijen. La decisión es nuestra. Si lo deseamos,nuestra morada se convertirá en paraíso. Pues la voluntad del hombre esomnipotente, esquiva las flechas de la muerte, alivia el lecho de laenfermedad,secalaslágrimasdelaagonía.¿Yquévalecadaserhumano,sino aporta sus fuerzas para ayudar a su prójimo? Mi alma es una chispamenguante,minaturaleza frágil comounaola tras romper.Perodedico todomi intelectoy la fuerzaquemequedaaunaúnicamisiónyasumo la tarea,mientraspueda,dellenardebendicionesamiscongéneres.

Con voz temblorosa, mirando al cielo, las manos entrelazadas, algoencorvado como por el peso excesivo de su emoción, el espíritu de la vidaparecía pervivir en su persona, como una llama moribunda, en un altar,parpadeaenlasbrasasdeunsacrificioaceptado.

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CAPÍTULOV

Cuando llegamosaWindsor supequeRaymondyPerditahabíanpartidorumboaEuropa.Toméposesióndelacasadecampodemihermana,felizporpoderverdesdeallíelcastillodeWindsor.Resultacuriosoqueenesaépoca,cuando por el matrimonio demi hermana había entroncado con una de laspersonasmás ricasde Inglaterraymeuníauna íntimaamistadconsunoblemás destacado, me hallara en la más grave situación de pobreza que heexperimentadojamás.MiconocimientodelosprincipiosdelordRaymondmehubiera impedido recurrir a él por difíciles que hubieran sido miscircunstancias.YenvanomerepetíaamímismoqueAdrianacudiríaenmiayudasiselopedía,puessumonederoestabaabiertoparamíy,hermanosdelalma como éramos, también debíamos compartir nuestras fortunas. Porque,mientras siguiera a su lado, jamás podría pensar en su abundancia comoremedio a mi pobreza. Así, rechazaba al punto todos sus ofrecimientos deayudaylementíaalasegurarlequenolanecesitaba.¿Cómoibaadecirleaeseser generoso: «Mantenme ocioso. Tú, que has dedicado los poderes de tumentey tu fortuna al beneficiode tu especie, errarás en tu empeñohasta elpuntodeapoyarensuinutilidadalosfuertes,sanosycapaces?»

Tampocomeatrevíaapedirlequerecurrieraasuinfluenciaparaayudarmeaobteneralgúnpuestohonorable,puesenesecasomehubieravistoobligadoaabandonarWindsor.Merodeabasiempreen tornoasusmuros,vagabaa lasombra de sus matorrales. Mis únicos compañeros eran mis libros y mispensamientosamorosos.Estudiabalasabiduríadelosantiguosycontemplabalosmuros felices tras losque sehallabami amada.Mimente, sin embargo,seguía ociosa. Yo la llenaba con la poesía de épocas antiguas; estudiaba lametafísicadePlatónydeBerkeley; leía las historiasdeGreciayRoma, asícomoladelosperiodosanterioresdeInglaterra,yobservabalosmovimientosdelaseñorademicorazón.Denochedistinguíasusombraenlasparedesdesus aposentos; de día la divisaba en su jardín o montando a caballo en elparque con sus acompañantes habituales. Creía que el encantamiento seromperíasimeveían,perohastamíllegabalamúsicadesuvoz,ymesentíafeliz. Ponía su rostro, su belleza y sus inigualables excelencias a todas lasheroínassobrelasqueleía;aAntígonacuandoguiabaaEdipo,ciego,hastaelrecintosagradodelasEuménides,ycuandocelebrabaelfuneralporPolinices;aMirandaenlacuevasolitariadePróspero;aHaidee,enlasarenasdelaislajónica. El exceso de devoción pasional me hacía perder el juicio, pero elorgullo, indómito como el juego, formaba parte de mi naturaleza, y meimpedíaponermeenevidenciaconpalabrasomiradas.

Porentonces,mientrasmedeleitabadeaquelmodoconesosricoságapes

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mentales,hastauncampesinohubieradesdeñadomiescasísimoalimento,queen ocasiones robaba a las ardillas del bosque.Admito que amenudome vitentadoderecurriralastravesurasdemiinfanciaparaabatiralosfaisanescasidomesticadosquepoblaban los árbolesyposaban susojos enmí.Pero eranpropiedad de Adrian y estaban protegidos por Idris. Y así, aunque miimaginación, aguzada por las privaciones, me llevaba a pensar que másservicioharíanasándoseenmicocinaqueconvirtiéndoseenhojasdelbosquesinembargoreprimímialtivavoluntadynocomí.

Me alimentaba de sentimientos y soñaba en vano con «esos dulcespedazos»quenolograbadurantelavigilia.

Peroenesaépocatodoelplandemiexistenciaestabaapuntodecambiar.HijohuérfanodeVerney,mehallabamuypróximoaunirmealengranajedelasociedad colgado de una cadena de oro, de acceder a todos los deberes yafeccionesdelavida.Losmilagrosibanaobrarseamifavor,ylamaquinariade la vida social, con gran esfuerzo, empezaría a girar en sentido inverso.Atiende,¡oh,lector!,mientrasterelatoestecuentodemaravillas.

Un día, mientras Adrian e Idris estaban cabalgando por el bosque, encompañíadesumadreydeloshabituales,Idris,llevándoseconsigoaAdrianaparteyhaciéndoseacompañarporélduranteelrestodelpaseo, lepreguntódepronto:

-¿Yquéhasidodetuamigo,LionelVerney?

-Desdeestemismolugardondenosencontramosveosucasa.

-¿Deveras? ¿Ypor qué, si está tan cerca, noviene a vernosy frecuentanuestrocírculodeamigos?

-Yo lo visito con frecuencia -le informó Adrian-. Pero no te costaráadivinar losmotivosque lomantienenalejadodel lugarenquesupresenciapodríadisgustaraalgunodenosotros.

-Los adivino -dijo Idris-, y, siendo los que son, no me atrevería acombatirlos.Dime,con todo,¿enquéocupasu tiempo?¿Quéhaceyenquépiensaenelretirodesucasa?

-No lo sé,hermanamía -respondióAdrian-,mepreguntasmásde loquepuedoresponderte.Perosisientesinterésporél,¿porquénovasavisitarlo?Élsesentirámuyhonrado,ydeesemodopodrásdevolverlepartedeladeudaque contraje con él, y le compensarás por las heridas que la fortuna le hainfligido.

-Te acompañaré a sumorada con gran placer -dijo la dama-, aunque nopretendosaldarconmivisita ladeudaqueconél tenemos,pues,siendoéstanada menos que tu vida, no podríamos cancelarla nunca. Pero vayamos.

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Mañanasaldremosacabalgarjuntosy,acercándonosaesapartedelbosque,leharemosunavisita.

Así,latardesiguiente,apesardequeelcambianteotoñohabíatraídofríoylluvia,AdrianeIdrissellegaronhastamicasa.MehallaroncomoaCurioDentato, cenando frugalmente, aunque los regalosqueme llevaronexcedíanlossobornosdeorode los sabinos;además,yonopodía rechazarelvaliosocargamento de amistad y delicia que me proporcionaron. Sin duda losgloriosos gemelos de Latona no fueron mejor recibidos en la infancia delmundo, cuando fueron alumbrados para embellecer e iluminar este«promontorioestéril»,queaquellaencantadoraparejacuandoseasomóamihumildemoradayamialegrecorazón.Conversamosdeasuntosajenosalasemociones que claramente nos ocupaban, pero los tres adivinábamos lospensamientos de los demás, y aunque nuestras voces hablaban de cosasindiferentes,nuestrosojos,consulenguajemudo,contabanmilhistoriasquenuestroslabiosnohabríanpodidopronunciar.

Se despidieron de mí al cabo de una hora. Yo quedé contento,indescriptiblemente feliz. Los sonidos de la lengua humana no hacían faltapara contar la historia de mi éxtasis. Idris me ha visitado. He de volver averla...Miimaginaciónnoseapartabadelaplenituddeesaidea.Mispiesnotocabanel suelo.Nohabíaduda, temoroesperanzaquemeperturbaran.Mialmarozabaladichaabsoluta,satisfecha,colmada,beatífica.

Durante muchos días Adrian e Idris siguieron visitándome y, en eltranscurso de nuestros encuentros felices, el amor, disfrazado de amistadentusiasta,nosinfundíamásymássuespírituomnipotente.Idrislosentía.Sí,divinidaddelmundo,yoleíatuscaracteresensusmiradasygestos;oíatuvozmelodiosaresonarenlasuya...Nospreparasteunsenderomullidoyfloreadoadornadoporpensamientosamables.Tunombre,ohAmor,nosepronunciaba,perotealzabascomoelGeniodelaHora,velado,yseríatalvezeltiempo,yno la mano humana, el que retirara el telón. No había órganos de sonidosarmónicos que proclamaran la unión de nuestros corazones, pues lascircunstanciasexternasnonosdabanoportunidaddeexpresarloqueacudíaanuestroslabios.

¡Oh, pluma mía! Apresúrate a escribir lo que fue, antes de que elpensamientodeloqueesdetengalamanoqueteguía.Sialzolavistayveolatierradesierta,ysientoqueesosamadosojoshanperdidosubrillo,yqueesoshermosos labios callan, sus «hojas carmesíes» marchitas, enmudezco parasiempre.

Perotúvives,miIdris,ahoramismotemuevesantemí.Habíaunprado,oh lector,unclaroenelbosque.Losárboles, al retirarse,habíancreadounaextensióndeterciopeloqueeracomountemplodelamor.ElplateadoTámesis

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lobordeabaporunodesuslados,yunsauce,inclinándose,hundíaenelaguasuscabellosdenáyade,alborotadosporlamanociegadelviento.Losroblesqueallísealzabaneranmoradadelosruiseñores...Allímismomeencuentroahora; Idris, en el esplendor de su juventud, se halla ami lado... Recuerda,tengo apenas veintidós años y sólo diecisiete primaveras han rozado a laamadademicorazón.Elrío,crecidoporlaslluviasotoñales,hainundadolastierras bajas, y Adrian, en su barca favorita, se ocupa en el peligrosopasatiempodearrancarlaramamásaltadeunroblesumergidobajolasaguas.¿Estástancansadodelavida,Adrian,queasíjuegasconelpeligro?

Ya había obtenido su premio y guiaba el bote sobre la tierra inundada.Nuestros ojos temerosos se clavaban en él, pero la corriente lo arrastraba,alejándolo.Tuvoqueamarrarloríoabajoyregresarrecorriendounadistanciaconsiderable.

-¡Estáasalvo!-exclamóIdrisalverquealcanzabalaorilladeunsaltoyagitaba la rama sobre su cabeza como prueba del éxito de su hazaña-. Leesperaremosaquí.

Estábamos solos, juntos.El sol sehabíapuesto.Los ruiseñores iniciabansuscantos.Laestrellavespertinabrillaba,destacadaentrelafranjadeluzquetodavía iluminaba por poniente. Los ojos azules de mi niña angelical seclavabanenaqueldulceemblemadeellamisma.

-Cómotitila la luz-dijo-,quees lavidade laestrella.Subrillovacilanteparece decirnos que su estado, como el de los que habitamos la tierra, esinconstanteyfrágil.Sediríaqueellatambiéntemeyama.

-No contemples la estrella, querida y generosa amiga -exclamé yo-. Nohagas lecturassobreelamorensus rayos temblorosos.Noobservesmundoslejanos.No hables de lamera imaginación de un sentimiento.Llevomuchotiempoensilencio,tantotiempoquehellegadoaenfermarportenerquecallarlo que deseaba decirte, y entregarte mi alma, mi vida, todo mi ser. Nocontempleslaestrella,amorquerido,ohazlo,sí,ydejaqueesachispaeternatesupliqueenminombre.Queellaseamitestigoymidefensa,enelsilenciodesubrillo;elamoresparamícomolaluzdeesaestrella:puesmientrassigabrillando,noeclipsadaporlaaniquilación,yoseguiréamándote.

Velada para siempre a la mirada marchita del mundo ha de quedar laemocióndeesemomento.Todavíasientosugraciosoperfilapretadocontramicorazónacongojado.Todavíamivista,mipulsoymialientoseestremecenyflaqueanconelrecuerdodeeseprimerbeso.Lentamente,ensilencio,fuimosalencuentrodeAdrian,alqueoíamosacercarse.

Convencíamiamigoparaquevinieraavermeunavezhubieradejadoasuhermanaencasa.Yesamismanoche,mientraspaseábamosporlossenderos

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delbosque, iluminadospor la luna, leconfié loqueoprimíamicorazón,susemocionesyesperanzas.Duranteunmomentoparecióalterado.

-Debí haberlo supuesto -dijo-. Cuántas dificultades surgirán. Perdóname,Lionel,ynoteextrañessi tedigoquelacontiendaque,imagino,iniciarámimadre,medesagrada.Enlodemás,confiesoconagradoque,alconfiaramihermanaatuprotección,secumpleloqueyomásesperabavercumplido.Porsiaúnnolosabías,prontodescubriráselodioprofundoquemimadresienteporelnombredeVerney.HablaréconIdris.Yluegoharé todoloquepuedehacerunamigo.Aellalecorresponderepresentarelpapeldelaamada,siescapazdeasumirlo.

Mientras los dos hermanos dudaban sobre el mejormodo de guiar a sumadre hacia su terreno, ella, que había empezado a sospechar de nuestrosencuentros, lesacusódemantenerlos.Acusóasuinocentehijadeengañarla,derelacionarsedemodoindignoconalguiencuyoúnicoméritoeraserhijodeunhombredisoluto,elfavoritodesuimprudentepadre,yquesindudaeratanruin como aquél de quien se enorgullecía de descender. Los ojos de Idriscentellearonaloírsemejanteacusación.

-NoniegoqueamoaVerney.Demuéstremequeesindignoynovolveréaverlo.

-Querida señora -intervino Adrian-, permítame convencerla para que loconozca, para que cultive su amistad. Si lo hace, se maravillará, como memaravilloyo,delalcancedesusméritosydelbrillodesustalentos.(Disculpa,querido lector, pues esto no es inútil vanidad; en todo caso no inútil, puessaber que Adrian sentía de ese modo regocija incluso ahora mi corazónsolitario.)

-¡Necioylocomuchacho!-exclamóladama,airada-.Consueñosyteoríastehanpropuestoderrocarlosplanesquetengoparatupropiobeneficio.Perono derribarás los que he ideado referentes a tu hermana. Entiendoperfectamentelafascinaciónquelosdossentís.Puesyalibrélamismabatallaconvuestropadre,para lograrque repudiaraalprogenitordeese joven,queperpetraba sus malas acciones con la sutileza y la astucia de una víbora.Cuántas veces oí hablar de sus virtudes en aquellos días, de sus conocidasconquistas, de su ingenio, de sus maneras refinadas. Cuando sólo son lasmoscas las que caen en las telarañas, no tiene importancia. Pero ¿deben losnacidosde alta cunay lospoderosos someterse al frágil yugode sushueraspretensiones?Situhermanafueralapersonainsignificantequemereceríaser,debuengradolaabandonaríaasusuerte,laentregaríaasuinfelizdestinodeesposadeunhombrecuyasolapersona,tanparecidaaladesumalvadopadre,deberíarecordaroslalocurayelvicioqueencarna...Perorecuerda,ladyIdris,no es sólo la sangre otrora real de Inglaterra la que corre por tus venas.

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También eres princesa de Austria, y cada gota de esa sangre desciende deemperadores ymonarcas. ¿Crees ser la compañera apropiada para un pastorignorante,cuyasolaherenciaeselnombregastadodequienleprecedió?

-Sólopuedoplantearunadefensa-respondióIdris-,queeslamismaqueyalehaofrecidomihermano:recibaaLionel,converseconmipastor...

Lacondesa,indignada,lainterrumpió.

-¡Tupastor! -exclamó.Y antes de proseguir pasódel gesto apasionado aunasonrisadesdeñosa-.Yahablaremosdeelloenotraocasión.Loúnicoquetepidoporelmomento,loúnicoquetumadretepide,Idris,esquenoveasaeseadvenedizoduranteelplazodeunmes.

-Nopuedocomplacerla-dijoIdris-.Lecausaríademasiadodolor.Notengoderecho a jugar de esemodo con sus sentimientos, aceptar el amor quemeconfiesayluegocastigarloconmiindiferencia.

-Esto está llegando demasiado lejos -respondió su madre con labiostemblorososyojosllenosdeira.

-No,señora-intervinoAdrian-,amenosquemihermanaconsientaennovolveraverlo,serásindudauntormentoinútilsepararlosunmes.

-Porsupuesto-respondiólareinacontonoamargoyburlón-,suamorysusescarceos infantiles deben compararse en todo a mis años de esperanzas ytemores, a los deberes que corresponden a los descendientes de reyes, a laconductaintachableydignaquealguiendesurangodebeperseguir.Peroseríarebajarme tratar de discutir o lamentarme. ¿Tal vez serás tan amable comoparaprometermequenocontraerásmatrimonioenestetiempo?

Lopreguntócon tonoalgo irónico,e Idris sepreguntóporquésumadrequeríaarrancarlelapromesasolemnedequenohicieraalgoqueniselehabíapasadoporlacabeza.Contodo,lapromesasehabíasolicitadoyellaaccedióacumplirla.

Todoprosiguióalegrementeapartirdeentonces.Nosencontrábamoscomode costumbre y conversábamos sin temor de nuestros planes de futuro. Lacondesasemostrabatanamabley,ajenaasucostumbre,inclusotanafectuosacon sus hijos, que éstos empezaron a albergar esperanzas de que, con eltiempo,acabaracediendoasusdeseos.Setratabadeunamujermuydistintaaellos, en todo alejada de sus gustos, y los jóvenes no hallaban placer en sucompañía ni en la idea de cultivarla, pero sí se alegraban de ver que semostraba conciliadoray amable. Incluso enunaocasiónAdrian se atrevió aproponerlequemerecibiera.Elladeclinóconunasonrisa,recordándolequesuhermanalehabíaprometidoserpaciente.

Un día, cuando el lapso de un mes estaba a punto de expirar, Adrian

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recibió carta de un amigo de Londres en la que requería su presenciainmediatapara tratardeunasuntodecierta importancia. Inocentecomoera,nosospechóningúnengaño.Yo leacompañéacaballohastaStaines.Estabade buen humor y, como yo no podría ver a Idris durante su ausencia, meprometióregresarpronto.Sualegría,queeraextrema,logróelraroefectodedespertarenmílossentimientoscontrarios.Elpresentimientodealgomalonomeabandonaba.Medemoréenmiregreso,contandolashorasquemefaltabanparaverdenuevoa Idris. ¿Cuándo sería?¿Quécosasmalaspodían sucederentretanto?¿AcasonopodíasumadreaprovecharlaausenciadeAdrianparaacorralarla más allá de sus fuerzas, o incluso para encerrarla? Resolví que,sucediera loquesucediese, iríaasuencuentroaldíasiguienteyconversaríaconella.Aquelladecisiónmetranquilizóalgo.«Mañana,encantadoraybella,esperanzaydichademivida,mañanateveré.»Necioeselquesueñaconunmomentopostergado.

Meretiréadescansar.Pasada lamedianochemedespertaronunosgolpesviolentos en mi puerta. Era invierno y nevaba. El viento silbaba entre lasramas desnudas de los árboles, despojándolas de los copos blancos quedescendían. Aquel lamento temible y los insistentes golpes, se mezclabanlibrementeconmissueños,hastaquealfindesperté.Trasvestirmeatodaprisame apresuré a descubrir la causa de aquel revuelo y me dispuse a abrir lapuertaalvisitanteinesperado.Pálidacomolanievequecaíasobreella,conlasmanosentrelazadas,Idrisaparecióantemí.

-¡Sálvame! -exclamó, y se habría desplomado en el suelo de no haberlasostenidoyo.Con todo, se repusoalmomentoy, conenergía renovada, casiconviolencia,mepidióqueensillaraloscaballosylallevaralejos,aLondres,juntoasuhermano,oalmenosquelasalvara.

Peroyonoteníacaballos.

Idrisnodejabaderetorcerselasmanos.

-¡Quépuedohacer!-gritó-.Estoyperdida.Losdosestamosperdidosparasiempre.Peroven,venconmigo,Lionel.Aquínodeboquedarme.Tomaremosuna calesa en la primera posta. Tal vez todavía estemos a tiempo. ¡Oh, venconmigo,sálvameyprotégeme!

Al oír sus lastimeras súplicas, que pronunciaba mientras, con susmaltrechas ropas, despeinada y con el gesto desencajado, se retorcía lasmanos,unaidearecorriómimente:«¿Tambiénellaestáloca?»

-Dulceamadamía-ledijeestrechándolacontramipecho-.Serámejorquedescansesynoteaventuresmásallá.Descansa,miamor,queyoencenderéelfuego.Estáshelada.

-¡Descansar! -exclamó ella-. ¡No sabes lo que dices! Si te demoras,

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estamos perdidos. Ven, te lo ruego, a menos que quieras perderme parasiempre.

Que Idris, nacida de cuna principesca, rodeada de riquezas y de lujos,hubiera venido hasta mi casa desafiando la tormentosa noche de invierno,abandonando su regia morada y, de pie junto a mi puerta, me rogara quehuyeraconellacruzandolaoscuridadylaventiscadebíadeser,sinduda,unsueño; pero su tono desesperado, la contemplación de su belleza, measegurabanquenose tratabadeningunavisión.Mirandoconaprensiónasualrededor,comositemieraquepudieranoírla,susurró:

-He descubierto que mañana -es decir, hoy-, antes del amanecer, unosextranjeros, austriacos,mercenarios, vendrán para llevarme aAlemania, o aunacárcel,oacasarme,oaloquesea,lejosdetiydemihermano.¡Llévamecontigooprontoestaránaquí!

Suvehemenciameasustabaysupuseque,ensu relato incoherentedebíade haberse colado algún error. Pero no vacilé en obedecerla. Había llegadosola desde el castillo, a tres millas de distancia, de noche, desafiando laventisca. Debíamos llegar hasta Englefield Green, a una milla y media dedonde nos encontrábamos, para tomar el carruaje. Me dijo que habíaconservadolasfuerzasyelvalorhastallegaramicasa,peroqueahoraambosle fallaban.Apenaspodíacaminar.Apesardesujetarlayo,nose sosteníay,cuando llevábamos recorrida media milla, tras muchas paradas ydesvanecimientosmomentáneos en los que tiritaba de frío, se separó demiabrazosinqueyopudieraevitarloycayósobrelanieve,yentreuntorrentedelágrimasdeclaróquedebíallevarlayo,quenopodíaseguirporsupropiopie.Lalevantéenbrazosyapoyésucuerpofrágilcontramipecho.Nosentíamáscarga que las emociones contrarias que contendían en mi interior. Unacreciente alegría me dominaba. Sus miembros helados me rozaban comotorpedos,yyo también temblaba, sumándomea sudolory a su espanto.Sucabeza reposaba en mi hombro, su aliento me ondulaba los cabellos, sucorazónlatíacercadelmío, laemociónmehacíaestremecer,mecegaba,meaniquilaba... Hasta que un lamento acallado, que surgía de sus labios, o elcastañetear de sus dientes, que trataba en vano de reprimir, o alguna de lasotras señales del sufrimiento que padecía, me devolvían a la necesidad deapresurarmeasocorrerla.Finalmentepudeanunciarle:

-Esto es Englefield Green. Ahí está la posada. Pero, querida Idris, sialguien te ve en estas circunstancias, tus enemigos no tardarán en saber denuestrahuida.¿Noseríamejorquefuerayosoloatomarelcarruaje?Tedejaréabuenrecaudomientrastanto,yregresaréatideinmediato.

Convinoenlasensatezdemispalabras,ypermitióquehicieraconellaloque considerara mejor. Observé que la puerta de una pequeña casa estaba

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entreabierta, la abrí y, con algo de paja esparcida en el suelo, formé uncolchón, tendí su exhausto cuerpo sobre él y la cubrí con mi capa. Temíadejarla sola,puesestabaexangüeydesmayada,perono tardóen recobrar laenergía y, con ella, el miedo. Volvió a implorarme que no me demorara.Despertar a los que se ocupaban de la posada y obtener el carruaje y loscaballosmellevóbastantesminutos,todoselloscomosifueransiglos.Avancéunpococonelvehículo,esperéaquelosencargadosdelaposadaseretiraranyordenéalmuchachodelapostaquedetuvieraelcarruajeenellugarenqueaguardaba en pie Idris, impaciente y más recuperada. La subí al coche,asegurándole que, con nuestros cuatro caballos, seguramente llegaríamos aLondres antes de las cinco de la mañana, hora a la que, cuando fueran abuscarla, descubrirían sudesaparición.Le roguéque se calmaray se echóallorar.Laslágrimaslaaliviaronunpoco,ypocodespuésempezóareferirmesurelatodetemorypeligro.

Esa misma noche, tras la partida de Adrian, su madre había tratado dedisuadirladelaconvenienciadenuestrarelación.Envanoexpusosusmotivos,susamenazas, susairadascríticas.Parecíaconsiderarque,pormiculpa,ellahabíaperdidoaRaymond.Yoeralainfluenciamalignadesuvida.Meacusóincluso de haber aumentado y confirmado la loca y vil apostasía deAdrianrespectodetodaideadeavanceygrandeza.Yahoraesemontañésmiserablequeyoerapretendía robarleasuhija.Enningúnmomento, segúnmecontóIdris, la encolerizada señora se dignó recurrir a la amabilidad ni a lapersuasión. De haberlo hecho, la labor de resistencia habría resultadoexquisitamente dolorosa. Pero, de ese otro modo, la dulce muchacha, denaturaleza generosa, se vio obligada a defenderme y a aliarse con midenostada causa. Su madre concluyó la conversación con un gesto dedesprecioytriunfoencubierto,queporuninstantedespertaronlassospechasdeIdris.Antesdeacostarse,lacondesasedespidiódeelladiciéndole:

-Esperoquetutonoseaotromañana.Quetemuestresmáscompuesta.Tehealterado.Acuéstateydescansa.Ordenaréquetellevenlamedicinaqueyosiempretomocuandomesientoinquieta.Teayudaráadormir.

Cuando, presa de inquietantes ideas, Idris apoyó apenas lamejilla en laalmohada, la criada de su madre le trajo un brebaje. La sospecha volvió acruzarsumenteanteloatípicodelprocedimientoylaalarmóhastaelpuntodellevarla a decidir que no tomaría la poción. Con todo, su aversión a losproblemas,yeldeseodedescubrirsisusconjeturaseranfundadas,lallevaron,casiinstintivamente,airencontradesusinceridadhabitual,yfingióbeberlamedicina. Después, inquieta a causa de la vehemencia demostrada por sumadreydelostemoresdesacostumbradosquelaasaltaban,notóquenoteníasueñoyquecualquierruidolasobresaltaba.Alpocooyóquelapuertaseabríadespacio,yalincorporarseoyóunavozquesusurraba:

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-Todavíanoduerme.

Lapuertavolvióacerrarse.

Aguardó la siguiente visita con el corazón en un puño, y cuando,transcurrido cierto tiempo, sintió de nuevo invadida su cámara, después decerciorarsedequelasintrusaseransumadreyunaasistenta,decidiófingirsedormida. Unos pasos se acercaron al lecho y ella, sin osar moverse,esforzándoseporserenarloslatidosdesupecho,quecadavezresonabanconmásfuerza,oyómurmurarasumadre:

-Pequeña necia, qué poco imaginas que tu juego ha terminado parasiempre.

Porunmomentolapobremuchachaimaginóquesumadrecreíaquehabíaingerido el veneno: ya estaba a punto de levantarse de la cama cuando lacondesa, que se había alejado un poco de su lado, habló en voz baja a suacompañante,eIdrisvolvióaoír:

-Apresúrate -dijo-,nohay tiempoqueperder,yahandado lasonce.A lacinco estarán aquí. Coge sólo las ropas imprescindibles para el viaje, y sujoyero.

Lasirvientaobedeció.Intercambiaronalgunaspalabrasmássobreella,quetodoloescuchabaconcrecienteinterés.Oyóquemencionabanelnombredesupropiaayudadecámara.

-No, no -dijo su madre-. Ella no viene con nosotras. Lady Idris debeolvidarInglaterraytodoloqueaellapertenece.

Yalpocoleoyódecir:

-Nodespertaráhastabienentradoeldía,yparaentoncesyasehallaráenaltamar.

-Todo está dispuesto -anunció al cabo la criada. La condesa volvió aacercarseentoncesallechodesuhija.

-EnAustria,almenos-dijo-,obedecerás.EnAustria,dondelaobedienciaseimponeporlafuerzaynotendrásmásopcionesqueunacárcelhonrosaounmatrimonioconveniente.

Lasdosseretiraron,ymientraslohacían,lacondesaañadió:

-Despacio. Que todos duerman. Aunque no a todos los he inducido alsueño, como a ella.No quiero que nadie sospeche, pues tal vez ella podríadesvelarse y ofrecer resistencia, o incluso escapar. Acompáñame a misaposentos.Aguardaremosallíhastaquelleguelahoraconvenida.

Salieron.Idris,presadelpánicoperodesveladaeinclusofortalecidaporel

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gran temorque sentía, sevistió apresuradamentey,bajandoun tramode lasescaleras traseras, para evitar la proximidad de los aposentos de su madre,logróescaparporunadelasventanasbajasdelcastilloy,apesardelanieve,elvientoylaoscuridad,llegóamicasa.Noleabandonóelcorajehastaquesehalló ante mí y, depositando su destino en mis manos, se entregó a ladesesperaciónyalcansancioquelaabrumaban.

Laconsolé lomejorquepude.Me sentía felizy emocionadopor tenerlaconmigo y poder salvarla. Y sin embargo, para no despertar una nuevaagitación en ella, dominé mi entusiasmo, «per non turbar quel bel visosereno».Hacíaesfuerzospordetenerelbaile inquietodemicorazón.Apartédeellalosojos,quetantaternurairradiaban,ymurmuréconorgulloalanegranocheyalaatmósferainclementelasexpresionesdemiemoción.

Creo que llegamos a Londres muy temprano, mas no lamenté nuestrasprisasalsertestigodeléxtasisconquemiamadaniñasefundíaenunabrazoconsuhermano,asalvodetodomal,bajosuprotección.

Adrian escribió una breve nota a sumadre informándole de que Idris sehallababajosuprotecciónycuidados.Transcurrieronvariosdíasyalfinllególa respuesta, que enviaba desde Colonia. «No servirá de nada -escribió laaltivaydecepcionadadama-queelduquedeWindsorysuhermanavuelvanadirigirseasumadreherida,cuyaúnicaesperanzadetranquilidadderivadequeolviden su existencia.» Sus deseos habían sido aplastados, sus planes,desbaratados. No se quejaba. En la corte de su hermano hallaría, si nocompensaciónpor ladesobediencia(eldesdénfilialno laadmitía),almenosunestadodecosasyunmododevidaquetalvezcontribuyeranaaceptarsudestino. Bajo aquellas circunstancias, declinaba absolutamente todacomunicaciónconellos.

Esos fueron los extraños e increíbles acontecimientos que finalmentepropiciaron mi unión con la hermana de mi mejor amigo, con mi adoradaIdris.Haciendogaladegransimplicidadyvalor,ellaignorólosprejuiciosylaoposiciónqueeranlosobstáculosdemifelicidadynodudóendarlamanoaaquélaquienyahabíaentregadosucorazón.Serdignodeella,elevarmehastasualturamedianteelejerciciodemistalentosyvirtudes,pagarlecondevocióneinfatigableternuraelamorquemeprofesaba,eranenlasúnicasmuestrasdeagradecimientoquepodíaofrecerleantetaninmensoregalo.

CAPÍTULOVI

Queahoraellector,sobrevolandounbreveperiododetiempo,penetreen

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nuestro feliz círculo. Adrian, Idris y yo nos establecimos en el castillo deWindsor.LordRaymondymihermanaseinstalaronenunamansiónqueéstehabíaconstruidoalbordedelGranParque,cercadelacasadePerdita,comoseguíamosllamandoaaquellamoradadetechobajodondetantoellacomoyo,pobres incluso en esperanzas, habíamos recibido la confirmación de nuestrafelicidad respectiva. Manteníamos ocupaciones distintas pero compartíamosdiversiones.A veces pasábamos jornadas enteras bajo el follaje del bosque,que era nuestro palio, en compañía de nuestros libros y nuestra música.Ocurría sobre todo en los días, excepcionales en nuestro país, en que el solerige su trono etéreo en un cielo sin nubes, y reina sobre una atmósfera sinviento,apaciblecomounbañodeaguascristalinasyserenas,envolviendoconsu tranquilidad todos los sentidos. Cuando las nubes velaban el cielo y elvientolasesparcíaporél,rasgandosushebrasyesparciendosusfragmentosatravésdelasllanurasaéreas,salíamosacaballoenbuscadenuevoslugaresdebellezayreposo.Ycuandolasfrecuenteslluviasnosobligabanapermanecerencasa,elesparcimientodelasnochesseguíaalestudiodiurno,delamanodelamúsica y las canciones. Idris poseía un talentomusical innato, y su voz,cultivadaconesmero,sonabadulceypoderosa.Raymondyyoparticipábamosen el concierto, mientras que Adrian y Perdita asistían a él como públicoentregado. Por aquel entonces éramos felices como insectos de verano,juguetonescomoniños.Siemprenosrecibíamosconlasonrisaenloslabiosyleíamoslaalegríayladichaenlossemblantesdelosdemás.NuestrasmejoresfiestassecelebrabanencasadePerdita,ynuncanoscansábamosdehablardelpasadonidesoñarconelfuturo.Desconocíamosloscelosylasinquietudes,yni el temorni la esperanzade cambios alteraban jamásnuestrapaz.Tal vezotrosdijeran:«podríamosserfelices»;nosotrosdecíamos:«Losomos».

Cuandoalgunaveznosseparábamos,porlogeneralIdrisyPerditasalíanapasear juntas, y nosotros nos quedábamos a debatir sobre el estado de lasnacionesy la filosofíade lavida.Nuestrasdiferenciasdeopiniónaportabanvigor a nuestras conversaciones. Adrian contaba con la superioridad de suformación y su elocuencia, pero Raymond poseía rapidez y capacidad depenetración, así como un conocimiento práctico de la existencia que solíamostrarse en oposición a Adrian, lo que mantenía viva la danza de ladiscusión. En otras ocasiones realizábamos excursiones que duraban variosdíasyrecorríamoselpaísparavisitaralgúnlugarreconocidoporsubellezaoimportancia histórica. A veces nos llegábamos hasta Londres, dondegozábamos de las distracciones y el ajetreo. También nuestro retiro erainvadido por personas que venían a visitarnos desde la ciudad. Aquelloscambiosnoshacíanmásconscientesdelasdeliciasquenosproporcionabaelcontacto íntimo de nuestro pequeño círculo, de la tranquilidad de nuestrobosquedivino,delasfelicesveladasquepasábamosenlossalonesdenuestroamadocastillo.

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El carácter de Idris era un derroche de franqueza, dulzura y afecto.Siempreestabadebuenhumor.Yaunque firmey resueltaen todo loque lellegaraalcorazón,seplegabaalosdeseosdesusseresqueridos.Lanaturalezade Perdita eramenos perfecta, pero la ternura y la felicidad habían influidopara bien en su ánimo, suavizando su reserva natural. Su capacidad decomprensióneragrande,ysuimaginación,muyvívida.Semostrabasincera,generosayrazonable.Adrian,miinsuperablehermanodelalma,elsensibleyexcelenteAdrian,amabaatodosyeraamadoportodos,ysinembargoparecíadestinado a no encontrar su otra mitad, la que le aportaría una felicidadcompleta.Amenudonosdejabayseinternabasoloenlosbosques,osalíaanavegarensupequeñobote,consuslibrosportodacompañía.Confrecuenciaera el más alegre de todos nosotros, y a la vez el único que sucumbía aarrebatosdetristeza.Sudelgadezparecíaabrumadaporelpesodelavida,ysualma,másqueunidaasucuerpo,parecíahabitarenél.YosentíaapenasmásdevociónporIdrisqueporsuhermanoyellaloamabacomomaestro,amigoybenefactorquehabíahechoposiblelamaterializacióndesusmayoresdeseos.Raymond,elambiciosoeinquietoRaymond,seencontrabaenmitaddelgrancamino de la vida, y se alegraba de haber abandonado todas sus ideas desoberanía y fama para unirse a nosotros, flores del campo. Su reino era elcorazón de Perdita, sus súbditos, los pensamientos de su amada. Ella loadorabaylorespetabacomoaunsersuperior,loobedecíaentodo,loservía.Noexistíamisión,devociónovigilanciaqueleresultarafastidiosasisereferíaa él. Perdita se sentaba algo alejada del resto y lo contemplaba. Lloraba dealegría al pensar que era suyo.En lomás hondo de su ser había erigido untemploen suhonor,y todas sus facultadeseran sacerdotisasentregadasa suculto.A veces semostraba exagerada y caprichosa, pero su arrepentimientoerasincero,supropósitodeenmiendaabsoluto,einclusoloinconstantedesucarácterencajababienconRaymond,quepornaturalezanoestabahechoparaflotartranquilamentesobrelacorrientedelavida.

Durante su primer año de matrimonio, Perdita le dio a Raymond unapreciosa hija.Resultaba curioso descubrir en aquelmodelo enminiatura losmismos rasgos de su padre. Losmismos labios algo desdeñosos, la sonrisatriunfante, los mismos ojos inteligentes, la misma frente, el pelo castaño.Inclusosusmanos, susdeditos,eran idénticosa losdeél. ¡Cuánto laamabaPerdita!Conelpasodeltiempo,yotambiénmeconvertíenpadre,ynuestrospequeños, que eran nuestros juguetes y motivo de nuestra dicha, nosdescubríanmilsentimientosnuevosyfelices.

Asípasaronlosaños,unosañosplácidos.Acadamessucedíaotromes,yacada año otro año como el que dejábamos atrás. Nuestras vidas eran uncomentario vivo al hermoso sentimiento descrito por Plutarco, para quien«nuestras almas sienten una inclinación natural a amar, y nacen para amartanto como para sentir, razonar, comprender y recordar». Hablábamos de

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cambios, de metas por alcanzar, pero seguíamos en Windsor, incapaces deviolarelencantoquenosuníaanuestravidaretirada.

Pareamoaverquituttoilbenracocolto

cheframortaleinpiùpartesirimembra.

Yahoraquenuestroshijosnosmanteníanocupados,hallábamosexcusaspara el mantenimiento de nuestra ociosidad, pues nuestra idea eraproporcionarles una vida más espléndida. Finalmente nuestra paz se vioalterada y el curso de los acontecimientos, que durante cinco años habíaavanzadocontranquilidadserena,sehallóconimpedimentosyobstáculosquenosapartarondenuestrosueñofeliz.

Ibaa tener lugar la eleccióndelnuevoSeñorProtectorde Inglaterray, ainstancias de Raymond, nos trasladamos a Londres para presenciar lasvotacioneseinclusotomarparteenellas.SiRaymondsehubieraunidoaIdris,esepuestohabríasidolapalancahaciacargosdemayorautoridad;ysudeseodepodersehubieracoronadoensumásaltamedida.Perohabíacambiadoelcetroporellaúd,unreinoporPerdita.

¿Pensaba en todo ello mientras nos dirigíamos a la ciudad? Yo loobservaba, pero él revelaba poco de sus emociones. Se mostrabaespecialmentealegre, jugabaconsuhijitaysevolvíapararepetir,orgulloso,todas las palabras que ésta pronunciaba. Tal vez lo hacía porque veía lasombradela inquietudenlafrentedesuesposa.Ella tratabademantenerelánimo, pero de vez en cuando las lágrimas asomaban a sus ojos y parecíapreocupadaporRaymondysupequeña,comositemieraquealgúnmalfueraaalcanzarlos. Eso, precisamente, era lo que sentía. Un mal presagio pendíasobre ella.Contemplaba los bosques desde la ventanilla, y los torreones delcastillo. Al ver que éstos se ocultaban tras el paisaje, exclamóapasionadamente:

-¡Escenariosdefelicidad!¡Lugaressagrados,dedicadosalamor!¿Cuándovolveréaveros?Ycuandoregreseavosotros,¿serétodavíalaamadayfelizPerdita, o con el corazón destrozado, hundida, vagaré por entre vuestrosjardinescomofantasmadeloquefui?

-¿Porquéhablasasí,tonta?-exclamóRaymond-.¿Enquéestápensandotucabecita,quedeprontotesientestantriste?Alégrate,oteenviaréconIdrisypediré aAdrianque semonte ennuestro carruaje, puesveo, por susgestos,quesuhumorcoincideconelmío.

EneseinstanteAdrian,queibaacaballo,seacercóalcoche,ysualegría,unida a ladeRaymond, ahuyentó lamelancolíade suhermana.Llegamos aLondrespor la tarde, ynosdirigimos anuestras respectivasmoradas, en lasinmediacionesdeHydePark.

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AlamañanasiguientelordRaymondvinoavisitarmetemprano.

-Vengoaverte-dijo-sinestardeltodosegurodesimeasistirásenmiplan,perodecididoa llevarloacabo tantosimeapoyascomosino.Encualquiercaso prométeme discreción, pues si no contribuyes ami éxito, almenos nodebesimpedirlo.

-Cuentaconella.

-Y ahora, mi querido compañero, ¿para qué hemos venido a Londres?¿Parapresenciar la eleccióndelProtectorydarnuestro sí onuestronoa sutorpe Excelencia, el duque de ...? ¿O a ese escandaloso Ryland? ¿Crees deveras,Verney,queoshetraídoalaciudadparaeso?No,elProtectorsaldrádeentre nosotros. Escogeremos a un candidato y nos aseguraremos su triunfo.Nominaremos aAdrian y haremos lo posible por conferirle el poder que lecorrespondepornacimientoyquemereceporsusvirtudes.

»No respondas. Conozco tus objeciones y responderé a ellasordenadamente.Enprimerlugar,ladesiélconsentiráonoconvertirseenungranhombre.Déjamesobreestepuntoamílatareadepersuadirlo.Notepidoquemeayudesenello.Ensegundolugar,ladesidebecambiarsuempleoderecolector de moras y médico de perdices heridas en el bosque por el dedirigentedelanación.Miqueridoamigo,nosotrossomoshombrescasados,yhallamosocupaciónsuficienteentreteniendoanuestrasesposasybailandoconnuestros hijos. Pero Adrian está solo, no tiene esposa, hijos ni ocupación.Llevomucho tiempo observándolo y sé que anhela interesarse por algo. Sucorazón,exhaustoporsuspasadossufrimientos,reposacomounaextremidadreciéncurada,yseabstienedetodaemoción.Perosubuenjuicio,sucaridad,susvirtudes,necesitandeuncampoenelqueejercitarseyactuar.Yesoseloprocuraremos nosotros.Además, ¿no es una lástima que el genio deAdriandesaparezcade la tierra sin dar fruto, comouna flor en un sendero remoto?¿Acasocreesque lanaturalezacreó su incomparablemaquinaria sinobjeto?Créeme, está destinado a ser el autor de un bien infinito para su Inglaterranatal. ¿No le ha regalado ella tan generosamente todos sus dones? ¿Cuna,riqueza, talento, bondad? ¿No lo amay admira todo elmundo?Vamos, veoque ya te he persuadido, y queme secundarás cuando proponga su nombreestanoche.

-Hasexpuestotodostusargumentosenunordenexcelente-respondí-,ysiAdrianconsiente,resultanirrebatibles.Sólotepondríaunacondición:quenohicierasnadasinsuconsentimiento.

-Confíaenmí-insistióél-.Mantendréunaestrictaneutralidad.

-Por mi parte -proseguí yo-, estoy del todo convencido de la valía denuestro amigo, y de la inmensa cosecha que Inglaterra recogería con su

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Protectorado,comoparaprivaramiscompatriotasdesemejantebendición,siélaceptaadministrársela.

PorlatardeAdrianvinoavisitarnos.

-¿Tambiéntúconspirascontramí?-dijo,riéndose-.¿YharáscausacomúnconRaymondpara,arrastrandoaunpobrevisionariodesde lasnubesque lerodean, plantarlo entre los fuegos artificiales y los destellos de la grandezaterrenal, apartándolo así de los rayos y los aires celestes? Creía que meconocíasmejor.

-Teconozcolobastante-apostillé-comoparasaberquenoseríasmuyfelizentalsituación.Peroelbienqueharíasalosdemáspodríainducirteaaceptar,puesseguramentehallegadoelmomentodequepongasenprácticatusteoríasypropicieslareformayloscambiosquehandeconduciralaconsecucióndelsistemadegobiernoperfectoquetantotegustaesbozar.

-Hablasdeunsueñocasiolvidado-dijoAdrian,elgestoalgoveladoporlatristeza-.Lasvisionesdemiinfanciasehandesvanecidohacetiempoalaluzde la realidad. Ahora sé que no soy un hombre capacitado para gobernarnaciones.Bastantetengoconmanteneríntegroelpequeñoreinodemipropiamoral.

»¿Es que no comprendes, Lionel, la intención de nuestro noble amigo?Una intención que tal vez ni élmismo conoce, pero que amis ojos resultaevidente.LordRaymondnonaciónuncaparaserzánganoenunpanal,niparahallar contento en nuestra vida pastoral. Él cree que debe conformarse conésta. Imagina que su situación presente impide sus posibilidades deengrandecimiento.Yportanto,nisiquieraenlomásprofundodesucorazónpiensa en cambiar. Pero ¿no ves que, tras la idea de exaltarme a mí, estádibujandounanueva sendapara símismo? ¿Una sendade acciónde la quellevamuchotiempoapartado?

»Acudamosensuayuda.Él,elnoble,elguerrero,elmásgrandeentodaslas cualidades que adornan la mente y el cuerpo de un hombre... Él estácapacitado para ser el Protector de Inglaterra. Si yo, es decir, si nosotros loproponemosparaelcargo,sindudasaldráelecto,yhallará,eneldesempeñodel cargo, terreno para ejercer los crecientes poderes de su ingenio. InclusoPerditasealegrará.Perdita,encuyaambiciónanidabaunfuegoacalladohastaque se casó con Raymond, evento que durante un tiempo colmó todas susesperanzas...Perditasealegrarádelagloriayelascensodesuseñory,tímiday bella, no rechazará la parte que le corresponda. Entretanto nosotros, lossabios del campo, regresaremos a nuestro castillo y, como Cincinato, nosocuparemos de nuestras tareas ordinarias hasta que nuestro amigo requieranuestrapresenciayayudaaquí.

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Cuantomás razonaba Adrian en relación con ese plan, más factible meparecía.Laterquedadconquedefendíasunoparticipaciónenlavidapúblicaerainexpugnable,ysudelicadoestadodesaludparecíasuficienteargumentoafavordetaldecisión.SusiguientepasoeralograrqueRaymondconfesarasusdeseos secretos de reconocimiento y fama. Éste se presentó ante nosotrosmientrasnoshallábamosconversando.ElmodoenqueAdrianhabíarecibidosuplandeproponerlocomocandidatoalProtectorado,asícomosuspropiasrespuestas,habían logradoquedespertarayaen sumente el temaqueahoradebatíamos. Su semblante y sus gestos delataban indecisión y nerviosismo.Pero éste surgía del temor a que no secundáramos o a que no tuviera éxitonuestraidea;yaquéllalohacíadeunaduda,ladesidebíamosarriesgarnosauna derrota. Unas pocas palabras nuestras bastaron para que tomara ladecisión,y la esperanzay la alegríabrillaronen susojos.La ideade iniciarunacarreratanacordeconsusprimeroshábitosymásrecónditosdeseoshizoaflorar su naturaleza más briosa y atrevida. Conversamos sobre susposibilidadesdeganar, sobre losméritosde losdemáscandidatosysobre lapredisposicióndelosvotantes.

Perohabíamoserradoenelcálculo.Raymondhabíaperdidogranpartedesu popularidad, y sus peculiares partidarios habían desertado de él. Suausencia de la escena pública había propiciado el olvido de la gente. Susanterioresapoyosparlamentarioseransobre todode realistasque,cuandosehabía tratado de presentarse como heredero del condado de Windsor, semostraron dispuestos a convertirlo en su ídolo, pero que en realidad leprofesaron indiferencia cuando se presentó ante ellos sin más atributos nidistincionesque losqueellos,ensuopinión, tambiéncompartían.Contodo,conservaba muchos amigos, admiradores de sus conocidos talentos. Supresencia, elocuencia, aplomo e imponente belleza se combinaban paraproducir un efecto electrizante. También Adrian, a pesar de sus hábitossolitarios y sus teorías, tan contrarias al espíritu de partido, contaba conmuchosamigos,alosqueseríafácilconvencerparaquevotaranalcandidatoqueélproclamara.

Elduquede...,asícomoelseñorRyland,viejoantagonistadeRaymond,eran los otros candidatos.Al duque lo apoyaban todos los aristócratas de larepública, que lo consideraban su representante natural. Ryland era elcandidato popular. Cuando, en un primer momento, el nombre de lordRaymond se añadió a la lista, sus posibilidades parecían escasas.Abandonamoseldebatequesiguióasunominación:nosotros,suspostulantes,mortificados, y él desanimado en exceso. Perdita nos regañó duramente.Habíamosalentadoexageradamentesusexpectativas.Ensumomento,ellanosólo no se había opuesto a nuestros planes, sino que se había mostradoclaramente complacida por ellos. Pero el evidente fracaso de éstos habíamodificadoelcursodesusideas.Creíaque,unavezdespertado,Raymondya

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noregresaríadebuengradoaWindsor.Excitadossusviejoshábitos,sumenteinquietadesveladadesusopor,laambiciónseríayasucompañeradeporvida.Ysinoalcanzabaeléxitoenaquelprimerintento,preveíaquelainfelicidadyun descontento incurable se apoderarían de él. Tal vez su propia decepciónañadía dolor a sus pensamientos y palabras. No se calló nada, y nuestraspropiasideasnohacíansinoempeorarnuestrazozobra.

Debíamospromocionaranuestrocandidato,persuadiraRaymondparaquese presentara ante los electores la tarde siguiente. Él semantuvo obstinadolargo rato. Se montaría en un globo; navegaría hasta un confín lejano delmundo, donde su nombre y su humillación no se conocieran. Pero todo fueinútil.Sucandidaturayasehabíaregistrado;supropósito,dadoaconoceralmundo. Su vergüenza jamás se borraría del recuerdo de los hombres. Erapreferible fracasar tras someterse al combate que huir ahora, al inicio de suempresa.

Desde que adoptó esa idea, todo en él cambió. Se esfumaron de unplumazoeldesánimoyelnerviosismo.Pasóa serpuravidayactividad.Lasonrisa de triunfo brillaba de nuevo en su rostro. Decidido a perseguir suobjetivohastael fin, susgestosyexpresionesparecíanpresagiarel logrodesus deseos. No era ése el caso de Perdita. La excitación de su esposo laasustaba, pues temía que, al final, se tornara en una decepciónmayor. Si anosotrossualegríanosinfundíaesperanza,enellasóloalentabalazozobradesumente.Ledabamiedoperderlo,aunquenoseatrevíaadecirnadasobreloscambiosqueobservabaensucarácter.Loescuchabaatentamente,peronosesustraía de dar a sus palabras un significado distinto del que tenían, lo queminaba aún más sus expectativas. No tendría valor para presenciar lacontienda y permanecería en casa, presa de aquella doble preocupación.Lloraría con su hijita en brazos. Su mirada, sus palabras, demostraban quetemíaeladvenimientodeunahorriblecalamidad.Losefectosdesuagitaciónincontrolablelallevabanaenloquecer.

LordRaymondsepresentóenlacámaraconabsolutaconfianzaymanerasseductoras.Unavezelduquede...yelseñorRylandhubieronconcluidosusparlamentos,comenzósuintervención.Sinduda,nolallevabapreparadayalprincipiovaciló,deteniéndoseparameditarsusideasyescogerlasexpresionesqueconsiderabamásadecuadas.Gradualmenteadquiriósoltura.Suspalabrasbrotabanconfluidez,llenasdevigor,ysuvozganabaenpersuasión.Serefirióasuvidapasada,asuséxitosenGrecia,al favordequehabíagozadoensupaís. ¿Por qué había de perderlo, ahora que los años transcurridos, laprudenciaacumuladaylosvotosque,consumatrimonio,habíacontraídoconsupaís, lejosdemermarsuconfianza,nohacíansinoaumentarla?HablódelestadodeInglaterra.Delasmedidasqueeranecesarioadoptarparagarantizarsu seguridad y potenciar su prosperidad. Trazó un retratomuy vívido de su

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situaciónpresente.Amedidaquehablaba,losasistentesenmudecíanyseguíansuspalabrasconabsolutaatención.Suelocuenciaencadenabalossentidosdelosallícongregados.Enciertomodo,éleraelhombreadecuadoparauniralasdiversas facciones. Por su nacimiento complacía a la aristocracia. Y ser elcandidato propuesto por Adrian, un hombre íntimamente ligado al partidopopular,hacíaquemuchos,quenosesentíanespecialmenterepresentadosporelduqueniporRyland,sealinearanconél.

El debate fue intenso e igualado.NiAdrian ni yomismonos habríamosmostradomásinquietossinuestropropioéxitohubieradependidodenuestroesfuerzo. Pero habíamos empujado a nuestro amigo a la empresa, y noscorrespondía a nosotros asegurar su triunfo. Idris, que tenía en gran apreciosus habilidades, se mostraba muy interesada en el desarrollo de losacontecimientos.Ymipobrehermana,queno seatrevíaaesperarnada,yaquienelmiedosumíaenunestadolamentable,parecíapresadeunainquietudfebril.

Transcurrían los días. Planeábamos qué hacer por las noches, queocupábamosendebatesenlosquenoalcanzábamosconclusiónalguna.Porfinllegó el momento crítico: la noche en que el Parlamento, que ya habíademorado en exceso la elección, debía decidirse: cuando dieran las doce yllegara el nuevo día, habría de disolverse, según la Constitución, su poderextinto.

Convocamos a nuestros partidarios en casa de Raymond. A las cinco ymedia nos dirigimos al Parlamento. Idris se esforzaba por calmar a Perdita,perolaagitacióndelapobreniñaeratalquenolograbacontrolarse.Caminabadeunladoaotrodelasala,contemplabaconojosdesbocadosacualquieraqueentrara,imaginandoquetalvezletrajeralanoticiadesucondena.Parahacerjusticiaamidulcehermana,diréquenoeraporellaporquienagonizaba.SóloellasabíalaimportanciaqueRaymondotorgabaasupropioéxito.Fingíatantaalegría y esperanza, y las fingía tan bien, que nosotros no adivinábamos lassecretaspreocupacionesdesumente.Avecesuntemblornervioso,unabrevedisonancia en la voz, o cierta abstracción pasajera revelaban a Perdita laviolenciaqueejercíacontrasímismo.Peronosotros,concentradosennuestrosplanes,observábamossólosurisasiemprepresta,lasbromasquenosdedicabaalamenorocasión, lamareaaltadesubuenhumor,queparecíanoretirarsenunca.Perdita,encambio,seguíaasuladocuandoseretiraba.Ellaeratestigodel cambio de humor que llegaba tras su hilaridad. Sabía que le costabadormir, que se mostraba irritable... En una ocasión lo descubrió llorando.Desdeentonces,desdequefuetestigodeaquelllantocausadoporsuorgulloherido,unorgulloque sin embargoera incapazdedesterrar, las lágrimasdeellaapenasdejabandeasomarasusojos.Noeradeextrañar,entonces,quesussentimientos hubieran alcanzado aquellos extremos.Almenos yo trataba de

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explicarmeasísuestadodeagitación.Peroesonoeratodo,yeldesenlacenosrevelóotracausa.

Antes de partir nos demoramos un poco para despedirnos de nuestrasamadasniñas.Yoalbergabapocasesperanzasdeéxito,yroguéaIdrisqueseocuparademihermana.AlacercarmeaPerdita,ellametomódelamanoymellevóaotraestanciadelacasa.Allísearrojóenmisbrazosyllorólargorato,amargamente.Yotratédecalmarla.Apeléasuesperanza.Lepreguntéquéeraaquello tan tremendo que temía, incluso en el caso de que fracasáramos ennuestrosplanes.

-¡Hermano mío! -exclamó ella-. ¡Protector de mi infancia, mi queridoLionel,midestinopendedeunhilo!Ahoraos tengoa todosami lado,a ti,compañerodemi infancia, aAdrian, al quequiero como simeunieran a éllazosdesangre.AIdris,hermanademicorazón,yasuadoradoretoño.Esta...estapuedeserlaúltimavezqueostengaatodosconmigo.

Entoncessedetuvodeprontoydijo:

-¿Quéesloquehedicho?¡Quéneciayquéfalsasoy!

Memiróconojosdesbocadosy,serenándosedepronto,sedisculpóporloquedefiniócomopalabrassinsentido,diciendoquedebíadeestarlocapues,mientrasRaymondviviera,ellaseríafeliz.Yactoseguido,aunquenodejabade sollozar, me aseguró que podía irme tranquilo. Cuando Raymond sedespidiódeellaapenaslesostuvolamanoylededicóunamiradaintensa.Ellalerespondiósinpalabras,asintiendo,comprensiva.

¡Pobremuchacha! ¡Cuánto debió de haber sufrido!Nunca perdonaré deltodoaRaymondlaspruebasqueleimpuso,ocasionadas,comoloestaban,porunossentimientosegoístas.Habíaplaneado,sifracasabaenelempeñoqueleocupaba,embarcarseparaGreciasindespedirsedeningunodenosotrosynoregresar jamás a Inglaterra. Perdita había accedido a sus deseos, puescomplacerloeralasolametadesuvida,elcolmodesudicha.Peroabandonaratodossuscompañeros,alaspersonasamadasconlasquehabíacompartidosusañosmásfelicesy,mientras llegabaelmomento,ocultaraquella temibledecisión,eraunamisiónquecasiconsumiótodasufuerzamental.Llevabauntiempopreparandosupartida.LehabíaprometidoaRaymond,duranteaquellatardedecisiva,queaprovecharíanuestraausenciaparaavanzarseensuprimeraetapadelviaje.Él,trassuderrota,seausentaríadenuestroladoyseuniríaaella.

AunquealtenerconocimientodesemejanteplanmesentíofendidoengranmaneraporlopocoqueRaymondhabíatenidoencuentalossentimientosdemi hermana, pasado el tiempo reflexioné y pensé que en realidad habíaactuadobajoelpesodetalexcitaciónquenopensabaenloquehacíayque,

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portanto,debíaquedarexentodelpesodelaculpa.Sinoshubierapermitidoser testigos de su agitación, se habría halladomás bajo la guía de la razón;perosuempeñoenmantenerlacomposturaactuabacontalviolenciasobresusnerviosquedestruíasucapacidaddeautodominio.Estoyconvencidodeque,en el peor de los casos, habría regresado desde la costa para despedirse denosotros y hacernos partícipes de sus planes. Pero la tarea que impuso aPerditanoeramenosdolorosa.Habíaobtenidodeellapromesademantenerelsecreto,ysupapeleneldrama,quedebíarepresentarsola,debíadecausarleunaagoníainimaginable.Perodeboregresaramirelato.

Los debates, hasta el momento, habían sido largos y acalorados, enocasionesdilatadosconelúnicoobjetoderetrasarladecisión.Peroahoratodoelmundo parecía temer que elmomento fatal llegara sin que la elección sehubieraconsumado.Unsilencioatípicoreinabaenlacámara,cuyosmiembroshablabanensusurros.Losprocedimientoshabitualessezanjabansinrevueloycon premura.Durante la primera etapa de la elección, el duque de ... habíaquedadoeliminado,demodoqueladecisiónestabaentrelordRaymondyelseñorRyland.Éstesehabíamostradosegurodelavictoriahastalaapariciónen escena de lord Raymond. Pero desde que el nombre de éste se habíaañadido a las candidaturas, aquél se había dedicado a una intensa campañaparalaobtencióndeapoyos.Aparecíatodaslasnoches,laimpacienciaylairadibujadasensugesto,censurándonosdesdeelotroextremodeSaintStephen,comosifruncirelceñolebastaraparaeclipsarnuestrasesperanzas.

Todo en la Constitución inglesa se había redactado pensando en elmantenimientodelapaz.Así,elúltimodíasólosepermitíaquequedarandoscandidatosenliza.Además,paraevitarenloposiblelaluchafinalentreellos,seofrecíaunsobornoaaqueldelosdosquerenunciaravoluntariamenteasuspretensiones. Se le reservaba un cargo que le reportaba honor y pingüesingresos,yeléxitogarantizadoenunafuturaelección.Contodo,porcuriosoqueparezca,esecasonosehabíadadonuncahastaelmomentoylaleyhabíaquedado obsoleta (nosotros ni siquiera la habíamos tenido en cuenta en elcursodenuestrasconversaciones).Por tanto,supusoparatodosunasorpresamayúscula que, una vez se nos hubo pedido que nos constituyéramos encomitéparalaeleccióndelLordProtector,elmiembroquehabíanominadoaRylandsealzaraynosinformaradequesucandidatohabíarenunciadoasuspretensiones. En un primer momento aquella noticia fue recibida con elsilencio. A éste le siguió un murmullo confuso que, cuando el presidentedeclaróalordRaymondoficialmenteelecto,seconvirtióenaplausoyovacióndevictoria.Parecíaque,si ignorandotodotemoraladerrotaelpropioseñorRyland no hubiera presentado su renuncia, todas las voces se habrían unidoigualmente a favor de nuestro candidato. De hecho, una vez la idea de lacompetición se hubo disipado, los corazones regresaron al respeto y laadmiración anteriores para con nuestro amigo. Todo el mundo sentía que

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InglaterranohabíacontadojamásconunProtectortancapazdecumplirconlosresponsabilidadesdesualtocargo.Unasolavoz,hechademuchasvoces,resonóentodalacámara,gritandoelnombredeRaymond.

Elaludidohizoentoncesactodepresencia.Yomehallabaenunode losescañosmás elevados y le vi recorrer el pasillo en dirección al estrado. Ladiscreción natural de su carácter se imponía sobre su alegría por el triunfo.Miró tímidamente a su alrededor. Una tenue neblina parecía velar sus ojos.Adrian, que se hallaba junto amí, se apresuró a reunirse con él y, saltandoentre los bancos, no tardó nada en llegar a su lado. Su presencia animó anuestroamigo.Ycuandolellegóelturnodehablaryactuar,desvanecidasyasusvacilaciones,brilló, supremoensumajestadyensuvictoria.ElanteriorProtector le tomó juramento y le impuso la insignia del cargo, encumplimiento de la ceremonia de traspaso de poderes.El Parlamento quedódisuelto. Losmás altos dignatarios del Estado se congregaron alrededor delnuevo gobernante y lo condujeron al palacio del Protectorado. De prontoAdrianseesfumóy,cuandolospartidariosdeRaymondyanoeranmásqueunospocosamigosíntimos,regresóencompañíadeIdris,quequeríafelicitarasuamigoporeléxitoobtenido.

Pero, ¿dónde estaba Perdita? Concentrado en asegurarse una pronta ydiscreta retirada en caso de fracaso, Raymond había olvidado organizar elmodo de que su esposa pudiera enterarse de su éxito. Y a ella, demasiadoalterada,tambiénlehabíapasadoporaltoaquellacircunstancia.CuandoIdrisfueahablarle,hastatalpuntosehallabaélfueradesíquelepreguntópormihermana.Unsolocomentario,queleinformódesumisteriosadesaparición,lehizo recordarlo todo. Adrian, cierto es, había acudido ya en busca de lafugitiva, imaginando que su indomable angustia la habría conducido a lasinmediaciones del Parlamento, y que algún contratiempo la había retenido.Pero Raymond, sin darnos explicación alguna, se ausentó de pronto, y alinstanteoímoselgalopede sucaballopor lascalles, apesardelvientoy lalluviaquelatormentaesparcíasobrelatierra.Comodesconocíamosadóndesedirigía y cuánto tardaría en regresar, abandonamos el lugar, suponiendo quetardeotempranoregresaríaconPerdita,yquenolamentaríanversesolos.

Mi hermana, entretanto, había llegado con su hija a Dartford, llorandodesconsoladamente.Ordenóquetodosedispusieraparapoderproseguirviajey, acostando a su pequeña en una cama, pasó varias horas de agudosufrimiento. A veces observaba la violencia con que descargaban loselementos y pensaba que la atacaban a ella.Oía el golpeteo de la insistentelluvia,quelasumíaenlatristezayladesesperación.Enocasionessosteníaasu hija en brazos, buscándole parecidos con su padre, temerosa de quemásadelante demostrara también lasmismas pasiones e impulsos incontrolablesquetaninfelizlahacían.Perovolvíaaconstatarconunamezcladeorgulloy

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deliciaquealrostrodesupequeñaasomabalamismasonrisahermosaqueconfrecuenciailuminabaelsemblantedeRaymond.Suvisiónlaaliviaba.Pensabaeneltesoroqueposeíaalcontarconelafectodesuseñor;ensushazañas,quesuperabantodaslasdesuscoetáneos,ensugenio,ensudevociónporella.Yseleocurrióquerenunciaríadebuengradoatodoloqueposeíaenelmundo,salvoaél, comoofrendapropiciatoriaque leaseguraraelbien supremoquecon él conservaba.Yno tardó en imaginar que el destino exigía de ella esesacrificiocomopruebadequevivíaentregadaaRaymond,yquedebíahacerloconalegría.Seimaginósuvidaenlaislagriegaqueélhabíaescogidoparasuretiro,ydondeellatrataríadealiviarsudolor.Imaginóqueallícuidaríadesuhermosa hija Clara, que allí cabalgarían juntos, que allí se dedicaría aconsolarlo.Ylaimagenseformóanteellaconcolorestanvivosqueempezóatemerprecisamentelocontrario,lavidademagnificenciaypoderenLondres,dondeRaymondyanoseríasólosuyoniellalaúnicafuentedefelicidadparaél. Por lo que a ella respectaba, empezó a desear que su esposo salieraderrotado. Sólo teniéndolo en cuenta a él sus sentimientos vacilaron cuandooyó el galope de su caballo en el patio de la posada. Que acudiera a suencuentroasolas,empapadoporlalluvia,pensandosóloenelmododellegarantes,¿quépodíasignificarsinoque,derrotadoysolitario,debíaemprenderlamarchadesuInglaterranatal,elescenariodesuvergüenza,yocultarsejuntoaellaentrelosmirtosdelasislasgriegas?

De pronto se hallaba en sus brazos. El conocimiento de su éxito habíaimpregnado su ser hasta tal punto, que a Raymond no le pareció necesariotransmitirlanoticiaasuamada.Ellasólosintióensuabrazolaseguridaddeque,mientraséllaposeyera,nodesesperaría.

-Qué bueno eres -exclamó ella-. Qué noble, mi amado. No temas ladesgracianilosrevesesdelafortunamientrasestéscontuPerdita.Notemasla tristezamientrasnuestrahijavivaysonría.Vayamosdonde túquieras.Elamorquenosacompañaahuyentaránuestrospesares.

Rodeadaporsusbrazoshablódeesemodo,yechóhaciaatráslacabezaenbuscadeunasentimientoasuspalabrasen losojosdesuesposo.Yvioqueéstoslanzabandestellosdealegría.

-¿Cómodecís,pequeñaProtectora? -preguntóél,burlón-.¿Quées loquehabláis?¿Quéoscurosplanesdeexiliosytinieblashasurdido,cuandounatelamás brillante, tejida con hilos de oro, es la que, en verdad, deberías estarcontemplando?

Raymond le besó la frente, pero ella, lamentando a medias su triunfo,agitadapor tantoscambiossúbitosensupensamiento,ocultóel rostroensupechoylloró.Éllaconsolóalmomento,letransmitiósuspropiasesperanzasydeseos,yelrostrodePerditanotardóeniluminarse.¡Quéfelicesfueronesa

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noche!¡Cómorebosabasualegría!

CAPÍTULOVII

Trasdejaranuestroamigoinstaladoensunuevopuesto,volvimoslosojoshacia Windsor. Su cercanía de Londres atenuaba el dolor de tener quesepararnosdeRaymondyPerdita.NosdespedimosdeellosenelpalaciodelProtectorado.Meimpresionóbastanteveramihermanatratandodeinterpretarsupapel,intentandoocuparsunuevocargoconsuacostumbradadignidad.Suorgullo interior y su sencillez de modales se hallaban, más que nunca, enguerra. Su timidez no era un rasgo artificial, surgía del temor a no ser lobastanteapreciada,deciertaconcienciadelaindiferenciaconquelatratabaelmundo,quetambiéncaracterizabaaRaymond.Peroellapensabaenlosdemáscon más insistencia que él, y parte de su retraimiento nacía del deseo deextraerdequieneslarodeabanunsentimientodeinferioridad,unsentimientoqueaellanoselepasabaporlacabeza.Acausadesucunaydesueducación,Idrishubieraestadomejorcapacitadaparalasactividadesceremoniales,perolanaturalidadconqueellaacompañaba talesacciones,surgidadelhábito,selas hacía tediosas, mientras que, a pesar de todas las dificultades, no habíaduda de que Perdita disfrutaba de su posición. Estaba demasiado llena denuevasideascomoparasentirpesarcuandonosdijimosadiós.Sedespidiódenosotros afectuosamente y prometió acudir a visitarnos pronto. Pero nolamentaba las circunstancias causantes de nuestra separación. Raymond semostraba exultante: no sabía qué hacer con el poder recién adquirido. Milplanesbullíanensumente,aunquetodavíanohabíadecididoponerningunoenpráctica.Contodo,seprometíaasímismo,yprometíaasusamigosyalmundo entero, que su Protectorado estaría marcado por algún acto deinigualable gloria. Así, menguados en número, conversando sobre ello,regresamos al castillo deWindsor.Nos alegraba enormemente alejarnos deltumulto político que dejábamos atrás, y anhelábamos volver a nuestrassoledadesconenergíasredobladas.Noechábamosdemenoslasocupaciones.En mi caso, mis intereses se centraban exclusivamente en el ejerciciointelectual.Habíadescubiertoqueelestudioserioeraunaexcelentemedicinapara curar las fiebres del espíritu que, de habermemantenido indolente, sindudamehubieran asaltado.Perdita noshabíapermitido llevarnos aClara alcastillo,yellaymisdospreciososhijoseranmotivodeinterésydistracciónpermanentes.

LaúnicacircunstanciaqueperturbabanuestrapazeralasaluddeAdrian.Sudeterioroeraclaro,aunqueningunodesussíntomasnosllevabaaadivinarlaenfermedadquepadecía.Peroalgoenelbrillodesusojos,ensuexpresión

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arrebatada, en el color de sus mejillas, nos hacía temer que estuvieraconsumiéndose.Contodo,nuestroamigonosentíadolornimiedoalguno.Seentregabaconardoralalecturaydescansabadelestudioencompañíadesusseres más queridos, su hermana y yo. A veces se acercaba a Londres parareunirse con Raymond y ser testigo del desarrollo de los acontecimientos.SolíallevarseaClaraenaquellasvisitas,enparteparaquepudieraverasuspadres y en parte porque a Adrian le fascinaban el parloteo y el gestointeligentedeaquellaniñaencantadora.

Entretanto, en la capital todo marchaba bien. Las nuevas elecciones sehabíancelebrado.ElParlamentose reuníayRaymondvivíaocupadoenmilplanes de mejora. Se proyectaban canales, acueductos, puentes, edificiosestatales, así como varias instalaciones de utilidad pública. Siempre estabarodeadodeproyectistasyproyectosdestinadosahacerdeInglaterraescenariodefertilidadymagnificencia.Lapobrezaibaasererradicada.Loshombressetrasladaríandeun lugaraotrocasi con lamisma facilidadque lospríncipesHussein,AlíyAhmedenLasmilyunanoches.Elestadofísicodelhombreprontodejaríadedependerdelabenevolenciadelosángeles.Laenfermedadseríaabolidaydelostrabajossesuprimiríanlascargasmáspesadas.Nadadetodoelloparecíaextravagante.Lasartesdelavidaylosdescubrimientosdelaciencia, habían aumentado en una proporción que hacía imprevisible todocálculo. Los alimentos, por así decirlo, brotaban espontáneamente; existíanmáquinas que suministraban fácilmente todo lo que la poblaciónnecesitaba.Perolatendenciaalmalsobrevivíayloshombresnoeranfelices,noporquenopudieran,sinoporquenosealzabanparasuperar losobstáculosqueellosmismos habían creado. Raymond había de inspirarlos con su voluntadbenéfica, y el engranaje de la sociedad, una vez sistematizado según reglasprecisas,yanunca sucumbiría aldesorden.Para el logrode tales esperanzashabíaabandonadolaambiciónquedurantetanlargotiempohabíaalimentado:pasaralosanalesdelasnacionescomounguerrerovictorioso.Renunciandoalaespada,lapazysusgloriasduraderasseconvirtieronensumeta,yeltítuloalqueahoraaspirabaeraeldebenefactordesupaís.

EntrelasobrasdeartequepromovíaseencontrabalaconstruccióndeunaGaleríaNacionaldedicadaalaesculturaylapintura.Élmismoposeíamuchasobras,queplaneabacederalaRepública.Y,comoeledificioestaballamadoaconvertirse en la perla de su Protectorado, se mostraba muy puntilloso encuantoaldiseñodesuconstrucción.Selepresentaroncientosdeplanes,querechazabasinexcepción.LlegóaenviaradibujantesaItaliayGreciaparaquerealizaran bocetos. Pero como la Galería debía caracterizarse por laoriginalidad,ademásdeporlaperfeccióndesubelleza,duranteciertotiemposusesfuerzosnohallaronrecompensa.Alfinleenviaronundibujoanónimo,aunqueconunadireccióndecontacto.Eldiseñoresultabanuevoyelegante,aunque contenía defectos. Tantos que, aunque los trazos eran hermosos y

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elegantes, resultaba evidente que no era obra de un arquitecto.Raymond locontempló encantado. Cuanto más le gustaba, más complacido se sentía, apesar de que a cada inspección los errores se multiplicaban. Escribió a ladirección indicada expresando su deseo de reunirse con el dibujante paraproponerle cambios, unos cambios que se le sugerirían en el transcurso delencuentro.

Llegó un griego. Se trataba de un hombre demediana edad y físico tanordinario queRaymond dudaba de que pudiera tratarse de un proyectista, apesardesuexpresióninteligente.Élmismoreconociónoserarquitecto,perolaideadeaqueledificiosehabíaapoderadodeélyhabíadecididoenviarlasinesperanza alguna de que fuera aceptada. Era hombre de pocas palabras.Raymondleformulabapreguntas,perolaparquedaddesusrespuestaslellevóaconcentrarseeneldibujo.Leseñaló loserroresy loscambiosquedeseabaintroducir.Ofrecióalgriegounlápizparaquepudierarealizarloscambiosallímismo, pero el visitante rehusó, asegurando que había comprendidoperfectamenteloquelesolicitabayquepreferíatrabajarencasa.FinalmenteRaymondledejómarchar.Regresóaldíasiguienteconelbocetomodificado.Peroseguíanapareciendomuchosdefectosyhabíamalinterpretadoalgunasdelasinstrucciones.

-Vamos -dijoRaymond-.Ayer cedí a su petición.Hoy le conmino a queaceptemipropuesta.Tomeestelápiz.-Elgriegoobedeció,perosumaneradesostenerlodelatabaquenoeraartista.

-Le confieso, señor -admitió al cabo-, que yo no soy el autor de losbocetos.Peroes imposiblequeveaalverdaderodibujante.Sus instruccionesdebotransmitírselasyo.Leruego,pues,queseapacienteconmiignoranciaymeexpongaamísusdeseos.Estoysegurodeque,conel tiempo, se sentirásatisfecho.

Raymond le interrogóenvano.Elmisteriosogriegono revelónadamás.¿El artista aceptaría recibir la visita de un arquitecto? También se negaba aello.Raymond reiterósus instruccionesyelvisitante seausentó.Apesardetodo,nuestroamigosenegabaarenunciarasudeseo.Sospechabaquelacausadelmisterio estaba enunapobreza extrema, yque el artista nodeseabaquenadiefueratestigodelamiseriadesusropasydesumorada.TodoaquellonohacíasinoexcitarlacuriosidaddeRaymondpordescubrirdequiénsetrataba.Espoleadoporelinterésquesentíaporlostalentosocultos,ordenóaalguienexperto en tales menesteres que siguiera al griego la próxima vez que levisitaseyobservara la casa enque entrara.Su emisario lohizo así yvolviópara transmitirle la información. Había seguido al hombre hasta una de lascallesmásdestartaladasdelametrópoli.ARaymondnoleextrañabaque,enaquellasituación,elartistaprefirieramantenerseenelanonimato,peroeldatonolellevóacambiardeopinión.

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Aquellamismatardesepresentósóloenladirecciónindicada.Lapobreza,lasuciedadylamiseriacaracterizabanellugar.«¡Ah!-pensó-.Mequedatantopor hacer antes de que Inglaterra se convierta en un paraíso...» Llamó a lapuerta, que se abrió cuando alguien, desde arriba, tiró de una cuerda. Laescaleracochambrosaydecrépitaaparecióanteél,peronadiesalióarecibirlo.Volvióallamar,envano,eimpacienteporelretraso,decidiósubiraoscuraselprimer tramo de peldaños rotos. Su principal deseo, sobre todo después dehabervistoconsuspropiosojoselestadodeabyecciónenqueseencontrabalamoradadelartista,eraayudaraalguienque,dotadode talento,carecíadetodolodemás.Serepresentóenlaimaginaciónaunjovendeojosbrillantes,revestidodegenioperomenguadopor el hambre.Temíaque suvisitano leagradara, pero confiaba en saber administrar su generosa bondad condelicadeza, paranodespertar rechazo en él. ¿Qué corazónhumano se cierradel todo a la amabilidad? Y aunque la pobreza, cuando es excesiva, puedevolver a quien la padece incapaz de aceptar la supuesta degradación de unbeneficio, el celo de su benefactor ha de lograr al fin que muestreagradecimiento.AquellospensamientosalentaronaRaymond,quesehallabayafrentealapuertadelúltimopisodeledificio.Trasintentarsinéxitoaccederalasotrashabitacionesdelaplanta,percibió,justoenelrellanodeésta,unasbabuchas turcas. La puerta estaba entreabierta, pero tras ella reinaba elsilencio.Eraprobableque el inquilino sehubiera ausentado, pero segurodehaber dado con la dirección correcta, nuestro intrépido Protector sintió latentación de entrar para dejar una bolsa demonedas sobre lamesa antes deabandonardiscretamentelaestancia.Resueltoahacerloasí,empujódespaciolapuertayalmomentodescubrióqueelcuartoestabahabitado.

Raymondnohabíavisitadonuncalasviviendasdelosmásnecesitados,ylavisiónque sepresentó ante él le causóun fuerte impacto: el suelo estabahundido en varios lugares, las paredes desconchadas y desnudas, el techomanchadodehumedad.Enun rincónviouna camadestartalada.Sólohabíadossillasenelcuarto,ademásdeunamesaviejayrota,sobrelaquereposabaunapalmatoriadehojalataconunavelaencendida.Ysinembargo,enmediode toda aquella siniestra y abrumadoramiseria asomaba un aire de orden ylimpiezaquelesorprendió.Aquelfueunpensamientofugaz,puessuatenciónsedesvióalmomentohacialahabitantedeaquellatristemorada.Setratabadeunamujerque,sentadaalamesa,seprotegíaconunamanolosojosdelaluzde lavela.Con laotra sosteníaun lápiz.Observaba fijamenteelbocetoqueteníadelante,yqueRaymond reconocióalmomentocomoelmismoque lehabían presentado el día anterior. El aspecto de aquella joven despertaba sumásvivo interés.Llevaba loscabellosmorenospeinadosengruesas trenzas,comoenuntocadodeestatuagriega.Vestíaconmodestia,perosuactitudlaconvertíaenmodelodegracia.Raymondrecordabavagamentehabervistoaalguienparecido.Seacercóaella,quenoalzólavistadelpapelyselimitóa

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preguntarle,enromaico,quiénera.

-Unamigo-respondióRaymondenelmismodialecto.Ellaalzólacabezaentonces,sorprendida,yéldescubrióquesetratabadeEvadneZaimi.Evadne,enotrotiempoídolodelosafectosdeAdrianyque,porcausadelvisitantequeahorallegaba,habíadesdeñadoalnoblejovenyluego,rechazadaporelobjetodesuamor,conlasesperanzasrotasyatenazadaporeldolorpunzantedeladesgracia,habíaregresadoasuGrecianatal.¿Quérevolucióndelafortunalahabía llevado de vuelta a Inglaterra y la había instalado en semejantecuartucho?

Cuando Raymond la reconoció, sus maneras pasaron de la amablebenevolenciaalasmáscálidasmanifestacionesdeamabilidadycomprensión.Viéndola en aquella situación sentía su alma atravesada por una flecha. Sesentó junto a ella, le tomó la mano y le dijo mil cosas, movido por lacompasión y el afecto. Evadne no respondía. Sin alzar los ojos oscuros enningúnmomento,finalmenteunalágrimaasomóasuspestañas.

-Laamabilidadlograasí-exclamó-loquelanecesidadylamiseriajamáshanconseguido:quemedeshagaenllanto.

Vertióentoncesmuchaslágrimas,ysinsaberquéhacíaapoyólacabezaenel hombro deRaymond.Él le tomó lamano y le besó lamejilla hundida yhúmeda.Leaseguróquesussufrimientoshabíanterminado.Nadieeramejorque él en las artes del consuelo, pues no razonaba ni peroraba, sino que selimitaba amirar con ojos comprensivos. Recreaba imágenes agradables queplantaba en la mente de quien sufría. Sus caricias no despertabandesconfianza,puesnacíandelmismosentimientoquellevaalamadreabesarasuhijoherido:undeseodedemostrardetodoslosmodosposibleslaverdaddesusemociones,unanecesidaddeverterbálsamoen lamente laceradadelinfortunado.

CuandoEvadnerecobrólacompostura,Raymondempezóamostrarsecasialegre.Algoledecíaquenoeranlosmalesdelapobrezalosqueoprimíansucorazón, sino más bien la bajeza y la desgracia consecuencia de aquélla.Mientrasconversaban,élfuedespojándoladeambas.Aveceslehablabadesufortaleza con grandes elogios. En otras ocasiones, aludiendo a su estadoanterior, la llamaba «princesa camuflada».Le ofreció su ayuda sincera.Ellaestaba demasiado ocupada con otros pensamientos como para aceptarla orechazarla.AlcaboRaymondsefue,nosinprometerlequevolveríaavisitarlaal día siguiente. Y regresó a casa lleno de sentimientos contradictorios, deldolor que la desgracia deEvadne le despertaba y del placer ante la idea depoderaliviarla.Alguna razónqueni siquieraél lograbaexplicarse le llevóaocultarlelosucedidoaPerdita.

Aldíasiguientesecubrióconunacapaparapasardesapercibidoyvolvióa

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visitaraEvadne.Decaminocompróunacestadefrutascaras,comolasquesecultivabanensupaísy,decorándolaconflores,lallevópersonalmentehastaelmiserabledesvándesuamiga.

-Mire -le dijo al entrar- qué alimento de pájaros he traído para lagolondrinadeltejado.

EsedíaEvadnelerelatólahistoriadesusinfortunios.Supadre,apesardesuorigenaristocrático,habíadilapidadosufortunae inclusoacabadoconsureputación e influencia a causa de su vida disoluta. Su salud se resintió sinremedio, y antes demorir expresó sumás ferviente deseodemantener a suhijaalejadadelapobrezaquelaacecharíacuandoquedarahuérfana.DemodoqueaceptólapropuestadematrimoniodeunricomercadergriegoinstaladoenConstantinoplaylaconminóaellaaaceptarlaasuvez.AbandonóentoncessuGrecianatal.Supadrefalleció.Ellagradualmentefueperdiendoelcontactoyloslazosconsuscompañíasdejuventud.

Laguerra,quehacíaunañohabíaestalladoentreGreciayTurquía,supusograndesrevesesdefortuna.Suespososearruinóyposteriormente,duranteuntumulto y entre amenazas de masacre proferidas por los turcos, se vieronobligadosahuiramedianoche,ymontadosenunbotealcanzaronunbuqueinglésqueloscondujoalaisla.Laspocasjoyasquehabíanlogradoconservarlessirvieronparasobreviviruntiempo.Evadnededicabatodasufortalezadeespíritu a animar a su esposo, cada vez más abatido por el desánimo. Lapérdidadesuspropiedades,ladesesperanzasobresufuturo,laociosidadaquela pobreza lo condenaba, se aliaron para reducirlo a un estado rayano en lalocura.CincomesesdespuésdesullegadaaInglaterra,elhombresequitólavida.

-Mepreguntaráenquémeheocupadodesdeentonces-prosiguióEvadne-.Porquénohepedido auxilio a los griegos acaudaladosqueviven aquí.PorquénoheregresadoamiGrecianatal.Mirespuestaaestaspreguntashadeparecerlesindudainsatisfactoria,peroamímehabastadoparasoportardíaadía todos los reveses que he sufrido, en lugar de obtener ayuda por talesmedios.¿AcasolahijadelnobleaunquepródigoZaimi,hadeaparecercomouna mendiga ante sus iguales o inferiores, pues superiores a ella no tenía?¿Deboinclinarlacabezaensupresenciay,congestoservil,venderminoblezaparasiempre?Situvieraunhijo,oalgúnvínculoquemeataraalaexistencia,talvezmerebajaraaelloperoenmicasoelmundohasidoparamícomounamadrastra avara. Gustosa abandonaría yo la morada que ella parecereclamarme,yenlatumbaolvidaríamiorgullo,misluchas,midesesperación.Elmomentonotardará.Elpesaryelhambreyahanminadoloscimientosdemiser.Enbrevehabréfallecido.Limpiodelamanchadelaautodestrucción,libre del recuerdo de la degradación, mi espíritu se librará del su míseroenvoltorioyhallarálarecompensaquemerecenlafortalezaylaresignación.

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Talvezaustedleparezcalocura,ysinembargotambiénustedsienteorgulloyresolución.Noseasombre,puessienmíaquélesindomableyéstainalterable.

Tras completar su relato, tras explicar lo que estimó oportuno de suhistoria,delosmotivosquelahabíanllevadoaabstenersedepedirayudaasuspaisanos,Evadnehizounapausa,aunqueparecíatenermásquedecir,algoqueno era capaz de expresar con palabras. Entretanto era Raymond el que semostraba elocuente. Le animaba el deseo de devolver a su amiga al rangosocialalquepertenecía,asícomosuspropiedadesperdidas,ysesentíallenodeenergía,con todossusdeseose intencionesconcentradosen laresoluciónde ese asunto. Pero se sentía atado: Evadne le había hecho prometer queocultaríaatodossusamigossuestanciaenInglaterra.

-Los familiares del condedeWindsor -dijo altiva- creen sin dudaque lecausé una herida. Tal vez el condemismo sería el primero en perdonarme,pero seguramente no merezco el perdón. Actué entonces, como siempre,movidaporelimpulso.Quizásalmenosestapenosamoradasealapruebaquedemuestreeldesinterésquehaimpulsadomiconducta.Noimporta.Nodeseodefendermicausaanteningunodeellos,nisiquieraantesuseñoría,sinomehubieradescubierto.Eltenordemisaccionesdemostraráquepreferíamoriraconvertirmeenblancodeburlas:«¡MiradtodosalaorgullosaEvadnevestidacon harapos! ¡Mirad a la princesamendiga!» Lamera idea está cargada devenenodeáspid.Prométamequenoviolarámisecreto.

Raymond así lo hizo. Y acto seguido se enzarzaron de nuevo en laconversación.Evadnerequeríadeélotrocompromiso:quenoaceptaraningúnbeneficioparaellasinsuconsentimientoyquenoleofrecieraningúnalivioasusituación.

-Nomedegradeantemispropiosojos-dijo-.Lamiseriahasidominodrizadurantelargotiempo.Surostroesduro,peroeshonesta.Sieldeshonor,oloqueyoentiendocomodeshonor,seacercaamí,estoyperdida.

Raymondtratódedisuadirlarecurriendoasupoderdeconvicciónyamilargumentos, sin éxito. Y acalorada por el rumbo del debate, en el queparticipaba con pasión y vehemencia, Evadne prometió solemnemente quehuiría y se ocultaría donde él no pudiera encontrarla, donde el hambre notardaraenacabarconsuvidaysuspesares,siélinsistíaensuspretensiones.Segúndijo,podíamantenersepor símisma.Ymostrándolevariosdibujosypinturas, le contó que así era como se ganaba el pan. Raymond cedió demomento. Estaba seguro de que cuando llevara un tiempo animándola yalentándola,laamistadylarazónacabaríanganandolapartida.

Pero los sentimientos quemovían a Evadne estaban anclados en lomásprofundo de su ser y eran de tal naturaleza que él no podía entenderlos.EvadneamabaaRaymond.Éleraelhéroedesuimaginación,laimagenqueel

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amorhabíagrabadoenlafibrainalteradadesucorazón.Hacíasieteaños,enlacimadesujuventud,sehabíasentidounidaaél,quehabíaservidoasupaíscontra los turcos.En tierra griega había adquirido aquella gloriamilitar quetanquerida resultabaa loshelenos,pues todavíaseveíanobligadosa lucharpalmoapalmoporsuseguridad.Ysinembargo,cuandoregresóasupaísysedioaconocerpúblicamenteenInglaterra,elamorquesentíaporélnolefuecorrespondido,puesRaymondvacilabaentrePerditaylacorona.Mientrassehallaba en aquella indecisión ella abandonó Inglaterra. EnAtenas recibió lanoticia de su boda, y sus esperanzas, capullos de flor mal regados, semarchitaronycayeron.Lagloriadelavidaseesfumóparaella.Elhalorosadodel amor, que había teñido con sus tonos todos los objetos, desapareció. Seconformabacontomarselavidatalcomoselepresentaba,consacarelmejorpartido de una realidad pintada de gris. Se casó y, trasladando a otrosescenarioslainfatigableenergíadesucarácter,concentrósuspensamientosenlaambicióndelograreltítulodeprincesadeValaquia,asícomolaautoridadquedeélemanaba.Satisfacíasussentimientospatrióticospensandoenelbienquepodríahacerasupaíscuandosuesposogobernaraelprincipado.Perolaexperiencialedemostróquesusambicioneseranunailusióntanvanacomoelamor. Sus intrigas con Rusia para la consecución de su meta excitaron loscelos del gobierno otomano, así como la animosidad del griego. Ambos laconsideraron culpable de traición, a lo que siguió la ruina de su esposo.Evitaronlamuertesóloporquehuyeronatiempo,yellacayódelasalturasdesusdeseosa lapenuriaen Inglaterra.Granpartedeese relatose loocultóaRaymond.Tampocoleconfesóquelarepulsaylanegación,comolasquesearrojansobreuncriminalacusadodelpeordelosdelitos,eldetraerlahozdeldespotismo extranjero para erradicar las nuevas libertades que aflorabanportodoelpaís,habríanseguidoatodointentosuyodeponerseencontactoconsuscompatriotas.

Sabía que ella era la causante de la ruina absoluta de su esposo y seesforzaba por asumir las consecuencias: los reproches que en su agonía lehacíao,peoraún,ladepresiónincurableynocombatidaquesumíasumenteen el sopor y que no resultaba menos dolorosa por presentarse callada einmóvil.Ellasereprochabaasímismaelcrimendesumuerte.Laculpaysuscastigosparecíanacecharla;envanotratabadeaplacarlosremordimientosconelrecuerdodesuintegridad;elrestodelmundo,incluidaellamisma,juzgabasusaccionesporlasconsecuenciasdeéstas.Rezabaporelalmadesuesposo,rogabaalAltísimoquelaculparaaelladelcrimendesusuicidio,yprometíavivirparaexpiarsupecado.

Enmedio de toda aquella zozobra, que no habría tardado en consumirlapor completo, sólo en una idea hallaba consuelo. Vivía en el mismo país,respiraba el mismo aire que Raymond. Su nombre, una vez proclamadoProtector, estaba en boca de todos. Sus logros, sus proyectos y su

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magnificenciaeraneltemadetodaslasconversaciones.Nadaestanpreciosoalcorazóndeunamujercomolagloriaylaexcelenciadelhombrealqueama.Así,antetodossushorrores,Evadneseregocijabaenlafamaylaprosperidadde Raymond. Mientras su esposo vivía, ella se avergonzaba de aquellossentimientos, losreprimía,searrepentíadeellos.Cuandomurió, lamareadesuamorrecobrósuantiguovaivén,leinundóelalmaconsusolastumultuosasylaconvirtióenpresadesuincontrolablefuerza.

Peronunca,nuncaconsentiríaquelavieraenaquelestadodedegradaciónenqueseencontraba.Élnohabíadepresenciarjamáslacaídadesdeelorgullodesubellezahastaaqueldesvánmiserablequeocupaba,conunnombreque,ensupropiaalma,sehabíaconvertidoenreprocheyensinónimodepesadaculpa.Pero,aunqueinvisibleaojosdelProtector,elcargopúblicodeéstelepermitía a ella estar al corriente de sus actividades, de su vida cotidiana,incluso de sus conversaciones. Evadne se permitía un solo lujo: leía losperiódicos todos losdíasycelebrabaenormemente lasalabanzasque recibíaRaymond, así como sus actos, aunque su alegría no estuviera exenta delcorrespondiente pesar. El nombre de Perdita iba siempre unido al suyo. Sufelicidadconyugallacelebrabainclusoeltestimonioauténticodeloshechos.Estaban siempre juntos, y ladesdichadaEvadnenopodía leer el nombredeRaymond sin que simultáneamente se le presentara la imagen de ella,compañera fiel de todos sus esfuerzos y placeres. Ellos, «SusExcelencias»,aparecíanentodaslaslíneasqueleían,conformandounapócimamalignaqueenvenenabasusangre.

Fueprecisamenteenelperiódicodondehallólaconvocatoriadelconcursopara laGaleríaNacional.Combinando sugustopersonal con el recuerdodelosedificiosquehabíaadmiradoenLevante,ygraciasasuesfuerzocreador,quelosdotódeunidaddediseño,ejecutólosplanosquehabíahechollegaralProtector.Seregocijabaenlaideadeproporcionar,desconocidayolvidada,unbeneficio al hombre a quien amaba.Y con entusiasmo y orgullo aguardabaimpaciente la construcción de una obra suya que, inmortalizada en piedra,pasaríaalaposteridadunidaalnombredeRaymond.Aguardóinquietaaqueregresara el mensajero que había enviado a palacio. Escuchó con avidez elrelatoqueéstelerefiriódetodasycadaunadelaspalabrasdelProtector,decadaunodesusgestos.Sesentíadichosacomunicándoseasíconsuamado,aunque él no supiera a quién enviaba sus instrucciones.El propioboceto seconvirtió para ella en un objeto estimadísimo. Él lo había visto y lo habíaensalzado.Yluegoellaloretocó,ycadatrazodesulápizeracomoelacordedeunamúsicaencantada,que lehablabade la ideadeerigirun temploparacelebrar la emoción más profunda y más impronunciable de su alma. EnaquellasmeditacionessehallabacuandolavozdeRaymondllegóporsorpresahasta sus oídos, aquella voz que, una vez percibida, no podía olvidarse.Dominandoeltorrentedesentimientosquelaatenazaban,lediolabienvenida

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consosegadaamabilidad.

Suorgulloysuternuralibrabanunabatallaqueacabóentablas.AceptaríaveraRaymondporqueeldestinolohabíaguiadohastaellayporquesupropiaconstanciaydevociónmerecíansuamistad.Perosusderechosrespectoaélyelmantenimientode su independencia,nodebíanmancharsecon la ideadelinterésniconla intervencióndeunossentimientoscomplejosbasadosenlasobligacionespecuniarias,niconlaposicióndisparqueocupabanbenefactorybeneficiaria. La mente de Evadne mostraba una fortaleza poco común. Eracapaz de someter sus necesidades emocionales y sus deseosmentales, y desufrir frío, hambre ymiseria, por no dar la razón a la fortuna en su reñidocombate.¡Ah!¡Quélástimaque,enlanaturalezahumana,semejantemuestrade disciplina mental, de desprecio altivo a la naturaleza misma, no seacompañaradeexcelenciamoral!Pero laresoluciónquelepermitíasoportareldolordelasprivacionesnacíadeladesbordanteenergíadesuspasiones:ylafortalezadeespíritudequehacíagala,yqueeraunadelasmanifestacionesdeaquélla,estabadestinadaadestruirinclusoasuídolo,paralapreservacióndecuyorespetoseentregaríaatalniveldemiseria.

Surelacióncontinuó.Evadnefuerelatandoasuamigolospormenoresdesu historia, lamancha que su nombre había recibido enGrecia, el peso delpecadoaque sehabíahechoacreedoracon lamuertede suesposo.CuandoRaymondseofrecióalimpiarsureputaciónyademostraralmundoenterosusinceropatriotismo,elladeclaróqueerasóloatravésdesusufrimientocomoesperaba aliviar en algo los embates de su conciencia; que, en su estadomental,pormásperturbadaqueaéllepareciera,lanecesidaddeentregarseaunaocupacióneraunamedicinasaludable.Acabóarrancándolelapromesadeque,porespaciodeunmes,élseabstendríadehablaranadiedesusintereses,y ella, por su parte, se comprometió, transcurrido ese tiempo, a plegarseparcialmente a sus deseos. No podía ocultarse a sí misma que cualquiercambioqueseprodujeralasepararíadeél.Demomentoloveíatodoslosdías.Élnunca lehablabade su relaciónconAdrianyPerdita.Paraellaél eraunmeteoro, una estrella solitaria, que a la hora convenida se alzaba en suhemisferioycuyapresencia leaportabafelicidad,yque,aunqueseocultara,no se eclipsaba jamás.Acudía todos los días a sumorada de penurias y supresencialatransformabaenuntemploimpregnadodedulzura,iluminadoporla luzdel propio cielo.Él participabade sudelirio: «Construyeronunmuroentreellosyelmundo».Fuerarevoloteabanmilarpías,elremordimientoylamiseria,aguardandoelmomentopropicioparaabalanzarsesobreella;dentroreinaba una paz como de inocencia, una ceguera despreocupada, una dichaengañosa, una esperanza cuya serena ancla reposaba en aguas plácidas peroinconstantes.

Yasí,mientrasRaymondsehallabaenvueltoenvisionesdepoderyfama,

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mientras ansiaba dominar por completo los elementos y las mentes de loshombres,elterritoriodesupropiocorazónescapabaasucontrol.Ydeaquellafuente imprevista surgiría el poderoso torrente que dominaría su voluntad yarrastraríahastaelmarinmensolafama,laesperanzaylafelicidad.

CAPÍTULOVIII

¿QuéhacíaentretantoPerdita?

DurantelosprimerosmesesdeProtectorado,Raymondyellahabíansidoinseparables.Éllepedíaopiniónsobretodoslosproyectosytodoslosplanesdebían ser aprobados por ella. Jamás vi a nadie más feliz que mi dulcehermana.Susojosexpresivoserandosestrellas,ysuamor, losdestellosqueemitían. La esperanza y la despreocupación se dibujaban en su frentedespejada. A veces incluso se le saltaban lágrimas de alegría al ensalzar lagloriadesuseñor.Suexistenciatodaeraunsacrificioensuhonor,ysienlahumildaddesucorazónsentíaciertaauto-complacencia,éstanacíadepensarque había hecho suyo al héroe absoluto de su tiempo, y que lo habíaconservadoduranteaños, inclusodespuésdequeel tiempohubieraapartadodel amor su alimento más común. Ella, por su parte, seguía sintiendoexactamente lomismo que al principio. Cinco años no habían bastado paradestruir ladeslumbrante irrealidadde supasión.Lamayoríade loshombresrasgaban despiadadamente el velo sagrado de que se reviste el corazónfemeninoparaadornarelídolodesusafectos.NoasíRaymond.Éleraunserencantador, y su reinado jamás menguaba; un rey cuyo poder nunca sesuspendía. Aunque se le siguiera por los senderos de la vida cotidiana, elmismo encanto de su gracia y su majestad los adornaba. Tampoco sedespojaba jamás de la deificación innata con que la naturaleza lo habíainvestido.Perditaganabaenbellezay excelenciabajo sumirada.Yoapenasreconocía ya a la hermana abstraída y reservada en la fascinante y abiertaesposadeRaymond.Algenioque iluminaba su rostro se sumabaahoraunaexpresióndebenevolenciaqueconferíaunaperfeccióndivinaasuhermosura.

Lafelicidades,ensugradomáximo,hermanadelabondad.Elsufrimientoylaamabilidadpuedenirdelamano,yalosescritoreslesencantarepresentartal conjunción; existe una armonía enternecedora y humana en esarepresentación.Perolafelicidadperfectaesunatributodelosángeles.Yquienlaposeepareceunserangelical.Sehadichoqueelmiedoesparientede lareligión,einclusoquelareligiónessugeneradora,laqueconduceasusfielesa sacrificarvíctimashumanas en sus altares.Pero la religiónquenacede lafelicidadesdeunaclasemejor:lareligiónquenoshaceexclamarfervorosos

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agradecimientosynoshacederramarelexcedentedelalmaanteelcreadordenuestroser;laqueesprogenitoradelaimaginaciónyalimentodesupoesía;laqueotorgauna inteligenciabenévolaa losmecanismosvisiblesdelmundoyconvierte la tierra enun templo cuyopináculo es el cielo; esa felicidad, esabondadyesareligiónhabitabanenlamentedePerdita.

Durante los cinco años que habíamos pasado juntos, en la comunión denuestra dicha, la suerte que había tenido en la vida era tema recurrente deconversaciónparamihermana.Lacostumbreyelafectonaturallallevabanapreferirme amí,más que aAdrian o a Idris, como interlocutor en aquellasmuestrasdesbordantesdealegría.Talvez,aunqueenaparienciafuéramostandistintos,algúnpuntosecretodesimilitud,consecuenciadelaconsanguinidad,inducía su preferencia. Con frecuencia, cuando anochecía, paseaba con ellaporlossenderosumbríosdelbosque,ylaescuchabaalegreycomprensivo.Laseguridadconferíadignidadasuspasiones,lacertezadeunacorrespondenciaplenanodejaba lugar enellaparadeseos insatisfechos.Elnacimientode suhija,reproducciónexactadeRaymond,supusoelcolmodesudichaycreóunvínculosagradoeindisolubleentreellos.Avecessesentíaorgullosadequelahubiera preferido a ella a las esperanzas de una corona. En ocasionesrecordaba que había experimentado gran angustia cuando él se mostróvacilante en su elección. Pero el recuerdo de aquella desazón no hacía sinosubrayarsualegríapresente.Loquehabíaobtenidoconesfuerzoleresultaba,unavezalcanzado,doblementeencomiable.Loobservabadesde lejosconelmismoarrobamiento(«Oh,no,conunarrobamientomuchomásintenso»)quepodría sentir alguien que, vencidos los peligros de una tempestad, se vierafrentealpuertodeseado.Avanzabaa todaprisahaciaélpara sentirconmáscertidumbre,entresusbrazos,larealidaddesudicha.LacalidezdelafectodeRaymond,sumadaaloprofundodelacomprensióndePerditayalabrillantezdesu imaginación laconvertían,másalláde laspalabras,enunseradoradoporsuesposo.

Sialgunainsatisfacciónlavisitabaalgunavez,éstanacíadelaideadequeél pudiera no ser feliz del todo.No envano la característica de su juventudhabía sido el deseo de fama y la ambición presuntuosa. Aquélla la habíaadquiridoenGrecia,yéstalahabíasacrificadoenarasdelamor.Suintelectohallaba suficiente campo para ejercitarse en su círculo doméstico, cuyosmiembros,todosellosadornadosporelrefinamientoylaliteratura,tambiénsedistinguían,oalmenosmuchosdeellos,porsugenio.Contodo,lavidaactivaeraelabonoparasusvirtudes,yenocasionessufríaeltediodelamonotoníacon que se sucedían los hechos en nuestro retiro. El orgullo le impedíaquejarse, y la gratitud y el afecto que sentía por Perdita solían actuar comoadormideracontra todos susdeseos salvoelde serdignode suamor.Todosnos percatábamos de que le asaltaban aquellos sentimientos, y nadie loslamentabamás que Perdita. Su vida, que consagraba a él, era un sacrificio

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menor comparado con la decisión que él había tomado, pero aquello no erasuficiente.¿Acasonecesitabaélalgunagratificaciónqueellanopodíadarle?Ésaeralaúnicanubeenelcieloazuldesufelicidad.

Suaccesoalpoderestuvollenodedolorparaambos,aunque,él,almenos,satisfacíaasísusdeseos,cumplíaconaquelloparaloquelanaturalezaparecíahaberlo moldeado. Su actividad se veía colmada por completo, sin que seprodujeran cansancio ni saciedad. Su gusto y su genio hallaban expresiónplenaentodosycadaunodelosmodosquelossereshumanoshaninventadopara captar ymanifestar el espíritu de la belleza. La bondad de su corazónnuncasecansabadeprocurarelbienestardesuprójimo.Sualmagenerosaysusaspiracionesdeconseguirelrespetoyelamordelahumanidaddabanalfinsus frutos.Cierto;suexaltaciónera temporal.Talvezfueramejorasí.Elhábito no adormecería su disfrute del poder, y las luchas, decepciones yderrotas no le aguardarían al final de todo lo que expirase al alcanzar sumadurez.Estabadecididoaextraerycondensartodalagloria,todoelpoder,todosloslogrosquepudieranconseguirseenunreinadolargo,yejecutarlosenlostresañosquedurarasuProtectorado.

Raymonderaunsereminentementesocial.Todoaquellode loqueahoradisfrutaba habría estado exento de placer para él si no hubiera podidocompartirloconotros.PeroenPerditaposeíatodoloquesucorazóndeseaba.Del amor que ella le profesaba nacía la comprensión; la inteligencia quedemostrabalallevabaaentenderlosinnecesidaddequeentreellosmediaranlaspalabras.Durante losprimerosañosde suunión, sus cambiosdehumor,matizados por la contención que aplacaba su carácter, habían supuesto enRaymond cierto freno a la plenitud de sus sentimientos. Pero ahora que suserenidad inalterable y su conformismo tranquilo se sumaban a sus demáscualidades, el respeto que sentía por ella era tanto como su amor. Los añostranscurridosfavorecíanlasolidezdesuunión.Yanodebíanadivinar,avanzaratientastratandodeintuirelmejormododecomplaceralotro,esperandoquesu dicha se prolongara, y a la vez temiendo que terminara. Cinco añosaportabansobriacertezaasusemocionessinprivarlosporellodeloetéreodesu emoción. Habían tenido un hijo, lo que no había hecho menguar enabsoluto el atractivo personal de mi hermana. Su timidez, que en ella casihabíaequivalidoa incomodidad,seconvirtióenaplomosutil,y lafranquezasustituyóa la reservacomocaracterísticadestacadadesu fisonomía.Suvozibaadquiriendountonosuave,interesante.Acababadecumplirlosveintitrés,yelorgullodesufeminidadllenabasuspreciososdeberesdeesposaymadreyleotorgabatodoloquesucorazónsiemprehabíadeseado.Raymonderadiezaños mayor. A su belleza, dignidad y aspecto noble, añadía ahora gentilbenevolencia,irresistibleternurayunaatencióndelicadayfrancaalosdeseosdelosdemás.

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Elprimersecretoqueexistióentreellos fueron lasvisitasdeRaymondaEvadne. La fortaleza y la hermosura de la infortunada griega le habíancausado asombro. Al descubrir que ella demostraba por él un aprecioinquebrantable,éllepreguntó,sorprendido,porcuáldesusactosmerecíaserobjetodesuamorapasionadoynocorrespondido.Así,Evadneseconvirtió,duranteun tiempo, enelobjetoúnicode susensoñaciones.YPerdita sediocuenta de que los pensamientos y el tiempo de su amado se ocupaban enasuntosdelosqueellanoparticipaba.Mihermanaerapornaturalezaajenaalos celos angustiados e infundados. El tesoro que poseía en el afecto deRaymondleeramásnecesarioquelasangrequecorríaporsusvenas,yconmásmotivoqueOtelopodríahaberafirmado:

Estardudosounavez

esdecidirseunavez.

Enaquellaocasiónnosospechóningunaalienacióndesusafectos,ymásbiencreíaqueelmisterio sedebíaaalgunacircunstancia relacionadaconelaltocargoqueocupaba.Sesentíadesconcertadaydolida.Empezóacontarloslargos días, y losmeses, y los años que habrían de transcurrir hasta que élregresaraalaesferadeloprivadoyseentregaradenuevoaellasinreservas.Pero no se acostumbraba a que él le ocultara nada, y con frecuencia selamentaba.Con todo,mantenía inalterada la convicción de que era la únicaqueocupabaunlugarensusafectos.

Y cuando estaban juntos, libre de temores, abría su corazón a la máscompletadicha.

El tiempo pasaba. Raymond, en plena carrera, se detuvo a reflexionarsobre las consecuencias de sus actos.Y, contemplando así el futuro, ante élaparecierondosconclusiones:quedebíamantenerensecretosurelaciónconEvadne, y que si no lo hacía así Perdita acabaría por enterarse. La precariasituacióndesuamigaleimpedíaplantearselaposibilidaddealejarsedeella.Desde el primer momento había renunciado a mantener una conversaciónfrancaconlacompañeradesuvida,franquezaconquehabríapodidoganarsesucomplicidad.Ahora,elvelodebíasermásgruesoqueelinventadoporloscelos turcos,y elmuromásaltoqueeldel torreón inexpugnabledeVathek,paraocultarlelascuitasdesucorazónylossecretosdesusacciones.Perolaidealeresultabadolorosahastalointolerable.LafranquezaylaparticipacióndelosocialconstituíanlaesenciadelanaturalezadeRaymond.Sinellas,suscualidades desaparecían y, sin sus cualidades, la gloria que prodigaba en surelaciónconPerditaseesfumaría,ysudecisiónderenunciarauntronoporsuamorseconvertiríaenalgo tandébilyvacíocomo loscoloresdelarco iris,quedesaparecencuandoseocultaelsol.Sinembargo,nohabíaremedio.Nielgenio,niladevociónnielcoraje,queeranlosadornosdesumente,ejercidos

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alunísonoyconelmayordesusesfuerzos,bastaríanparahacerretrocederunápicelasruedasdelcarrodeltiempo.Loquehabíasidoestabaescritoconlaplumadiamantinadelarealidadenelvolumeneternodelpasado.Ynohabíaagoníanilágrimassuficientesparaborrarunasolacomadelactoconsumado.

Pero ése era el mejor aspecto de la cuestión. ¿Qué sucedería si lascircunstanciasllevaranaPerditaasospechar,yazanjarlasospecha?Todaslasfibras de su cuerpo cedieron y un sudor frío le cubrió la frente al pensarlo.Muchoshombresseburlaríandeesetemor.Peroélleíaelfuturo,ylapazdePerdita le importabademasiado,aunque laagoníamuda resultarademasiadocierta, demasiado temible como para no alterarlo. No tardó en decidirse: sisucedíalopeor,sielladescubríalaverdad,nosoportaríasusreprochesniseríatestigodesuexpresióndedolor.Laabandonaría,dejaríaatrásInglaterra,asusamigos, los escenarios de su juventud, las esperanzas del porvenir, e iría enbuscadeotropaís,yenotrosescenariosempezaríaavivirdenuevo.Cuandolohubodecidido,sesintiómássosegado.Pensabaconducirconprudencialoscorcelesdeldestinoporlasendatortuosaquehabíaescogido,ypondríatodosuempeñoenocultarloquenoeracapazdealterar.

LaconfianzaabsolutaqueseguíaexistiendoentrePerditayélhacíaquelocompartierantodo.Unoabríalascartasdelaotrapues,inclusoentonces,suscorazonesnoseocultabanmutua-menteni susplieguesmás recónditos.Así,un día llegó una carta inesperada y Perdita la abrió. De haber contenido laconfirmación, ella habría quedado aniquilada. Pero la misiva no era tanexplícitay ella, temblorosa, fríaypálida, fue enbuscadeRaymond,que seencontraba solo, estudiando unas peticiones presentadas últimamente algobierno.Entrósinhacerruido,sesentóenunsofá,frenteaél,yloobservócon tal expresión de desesperación que los gritos más estridentes y loslamentos más descarnados habrían sido desvaídas demostraciones de dolorcomparadasconlaencarnaciónvivadeéstequemostrabaella.

En un primer momento, él no levantó la vista de los documentos. Perocuandolohizo,leasustólazozobradibujadaensusmejillasy,olvidandoporuninstantesuspropiosactosytemores,lepreguntó,consternado:

-¿Quéocurre,querida?¿Quétesucede?

-Nada-respondióellaalmomento-.Aunqueenrealidadsí...-Pronunciabasus palabras cada vez más atropelladamente-. Tienes secretos, Raymond.¿Dóndehasestadoúltimamente?¿Aquiénhasvisto,quémeocultas?¿Porquéyanogozodetuconfianza?Peronoesestoloque...Nopretendoacorralarteconpreguntas.Unamebasta...¿Tanmalasoy?

Con mano temblorosa le alargó la carta y volvió a sentarse, pálida einmóvil, observándolomientras él la leía.Raymond reconoció al instante laletra deEvadne y se ruborizó.Agran velocidad imaginó el contenido de la

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carta.Ahora todopendíadeunhilo.La falsedadyelartificioeranminuciascomparadas con su inminente ruina. Debía disipar de un plumazo lassospechasdePerditaoabandonarlaparasiempre.

-Queridaniña-dijo-,soyculpable,perodebesperdonarme.Nodebíiniciaresteengaño,perolohiceparaahorrartesufrimientos,ycadadíasemehacíamásdifícilalterarmiplan.Además,lainfortunadaautoradeestaspocaslíneasmeinspirabadiscreción.

Perditaahogóungrito.

-¡Continúa!-exclamó-.¡Continúa!

-Esoestodo...estacartalodicetodo.Meencuentroenlamásdifícildelascircunstancias.Heobradolomejorquehesabido,yaunasítalvezheobradomal.Miamorportisemantieneinviolado.

Perditanegóconlacabeza,vacilante.

-Nopuedeser-dijo-.Séquenoesasí.Túquieresengañarme,peroyonomedejaréengañar.Teheperdido,meheperdido,heperdidomivida.

-¿Nomecrees?-lepreguntóRaymond,altivo.

-Paracreerte-exclamóella-,renunciaríaatodoymoriríafeliz,parasentir,despuésdemuerta,queloquedicesescierto.Peronopuedeser.

-Perdita-prosiguióRaymond-.Noveselprecipiciofrentealquetehallas.Tal vez creas que no accedí a la línea de conducta que he seguidorecientementesinvacilacionesnidolor.Sabíaqueeraposiblequedespertaratus sospechas. Pero confiaba en quemi sola palabra bastara para disiparlas.Construímiesperanzasobretuconfianza.¿Creesqueaceptaréserinterrogadoy que mis respuestas se rechacen sin más? ¿Crees que aceptaré que sesospechedemí,quetalvezsemevigile,quesemesometaaescrutinioyquesedesconfíedemitestimonio?Todavíanohecaídotanbajo.Mihonornoestáaún tan manchado. Tú me has amado. Yo te he adorado. Pero todos lossentimientoshumanoslleganasufin.Dejemosqueexpirenuestroafecto,peronoconsintamosenconvertirlo endesconfianzay recriminación.Hasta ahorahemos sido amigos, amantes; no nos convirtamos en enemigos, en espíasmutuos.Nopuedovivir siendoobjetode sospecha,y túnopuedes creerme.¡Separémonosentonces!

-¡Exacto! -exclamó Perdita-. ¡Sabía que acabaría así! ¿Acaso ya noestamosseparados?¿Acasoentrenosotrosnoseabreunríotananchocomoelmar,tanhondocomounasima?

Raymondsepusoenpiey,convozentrecortada,losrasgostensos,elgestosereno,comoeldelaireantesdeuntemblordetierra,respondió:

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-Me alegro de que te tomes mi decisión tan filosóficamente. Sin dudarepresentarásadmirablementeelpapeldeesposaultrajada.Avecesteasaltarála sensación de que te has equivocado conmigo, pero la condolencia de tusfamiliares, la lástimadelmundo, el bienestarque la concienciade tupropiainocencia inmaculada te concederá, será un bálsamo excelente... ¡A mí novolverásaverme!

Raymond se acercó a la puerta. Olvidó que todas y cada una de laspalabrasquehabíapronunciadoeranfalsas.Representabasuinocenciacontalconvicciónqueasímismoseengañaba.¿Nolloranlosactorescuandoactúansus pasiones imaginarias?Un sentimientomás intenso que la realidad de laficciónseapoderabadeél.Hablabaconorgullo.Sesentíaherido.Perditaalzólavistayviolairaensumirada.Raymondapoyabalamanoeneltiradordelapuerta.Sepusoenpiey searrojóa sucuello sollozando,gimoteando.Él letomólamano,lacondujohastaelsofáysesentóasulado.Ellaleapoyólacabeza en el hombro, temblorosa, mientras ráfagas abrasadoras y heladasrecorríanalternativamentesuser.Observandosuemoción,Raymondlehablócontonopausado.

-El golpe se ha asestado.Nome alejaré de ti sintiendo este disgusto.Tedebodemasiado.Tedeboseisañossefelicidadsinfisuras.Peroesosañosyahan terminado.Novivirébajo sospecha, siendoobjetode los celos.Te amodemasiado. En nuestra separación eterna sólo podemos esperar dignidad yrectitud de acción. Por tanto, no nos degradarán nuestros verdaderospersonajes. La fe y la devoción han sido hasta hoy la esencia de nuestrarelación.Perdidasambas,nonosaferremosalcaparazónestérildelavida,algranosinsemilla.Tútienesalaniña,atuhermano,aIdris,aAdrian...

-¡Ytú-exclamóPerdita-alaautoradeestacarta!

Un rayo de indignación incontrolable recorrió la mirada de Raymond.Sabíaque,almenosesaacusación,erafalsa.

-Alimenta esa creencia -dijo-, mécela en tu corazón, conviértela enalmohada donde repose tu cabeza, en opio para tus ojos. Yome conformo.Pero,porelDiosquemecreó,elinfiernonoesmásfalsoquelaspalabrasqueacabasdepronunciar.

APerditaleimpresionólaseriedadimpávidadesusafirmaciones.

-No me niego a creerte, Raymond -respondió, sincera-; al contrario.Prometodemostrarunafe implícitaen tumerapalabra.Asegúramesóloquenohasvioladonuncatuamorytufepormí.Ylasospecha,ladudayloscelossedisiparánalmomento.Seguiremoscomosiempre,unsolocorazón,unasolaesperanza,unasolavida.

-Yateheaseguradomifidelidad-dijoRaymondconfrialdaddesdeñosa-.

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Unatripleafirmaciónnovaledenadacuandosedespreciaaalguien.Nodirémás,puesnadapuedoañadiraloqueyahedicho,yquetúdespectivamentehas puesto en duda. Esta disputa es indigna de los dos, y confieso estarcansadodetenerqueresponderaunoscargosquesona lavezinfundadosycrueles.

Perditatratódeleerensurostro,queélapartó,airado.Habíatantaverdadynaturalidadensuresentimientoquesusdudassedisiparon.Elgestodeella,que durante años no había expresadomás que emociones ligadas al afecto,volvió amostrarse radiante y satisfecho. Con todo, no le resultó nada fácilablandar y apaciguar a Raymond. En un primer momento él se negó aquedarse para escucharla. Pero no hubo modo de disuadirla. Segura de suamor inalterado, estaba dispuesta a entregarse a cualquier esfuerzo, a usarcualquier artimaña, para apartarlo de su enfado. Finalmente él accedió aescucharlaysesentóensilencio,altivo.Primeroellaleaseguróquesentíaunaconfianza ilimitada en él. Eso debía saberlo bien, pues de no ser así nopretenderíaretenerlo.Enumeróentoncessusañosdefelicidad.Recreóparaélescenas pasadas de intimidad y dicha. Imaginó en voz alta su vida futura,mencionóasuhijitaylaslágrimas,inoportunas,inundaronsusojos.Tratódecontenerlassinéxitoyunsollozoquebrósuvoz.Hastaesemomentonohabíallorado.Raymondnopudosoportaraquellasmuestrasdedolor.Sesentía talvezalgoavergonzadodelpapeldehombreultrajadoquerepresentaba,cuandoen realidad era él el causante del ultraje. Y en ese instante sintió un amorabsolutoporPerdita.Lacurvadesunuca,losrizosresplandecientes,elángulodesucuerpoeranparaélmotivodeprofundaternurayadmiración.Mientrashablaba, su voz melodiosa se apoderaba de su alma, y no tardó encompadecersedeella,enconsolarlayacariciarla,tratandodeconvencerseasímismodequejamáslahabíaengañado.

Raymond abandonó el despacho tambaleante, como quien acaba de sersometido a tortura y aguarda impaciente que vuelvan a infligírsela. Habíapecadocontrasupropiohonorafirmando,jurandoalgoqueera,sencillamente,falso. Cierto que había engañado a una mujer, lo que tal vez pudieraconsiderarse menos vil... para otros, no para él. Pues, ¿a quién habíaengañado?APerdita,lamujerqueconfiabaenél,queloadoraba,queconsufe generosa lo hería doblemente cada vez que recordaba la exhibición deinocencia que había desplegado ante él. La mente de Raymond no era tandura,nilascircunstanciasdelavidalohabíantratadocontantacrudezacomoparavolverloinmuneatalesconsideraciones.Alcontrario,sentíalosnerviosdestrozados, y el espíritu en llamas que menguaban y se disipaban alcontagiarsedelosvaivenesdeunambienteviciado.Peroahoraesecontagiosehabíaincorporadoasuesenciayelcambioresultabamásdoloroso.Laverdadylafalsedad,elamoryelodio,habíanperdidosusfronteraseternas,elcielose aprestaba amezclarse con el infierno. Ymientras, sumente sensible, en

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mediodelcampodebatalla,sintióelaguijonazodelalocura.Sedespreciabaprofundamenteasímismo,estabaenfadadoconPerdita,ylaideadeEvadnese acompañaba de todo lo que resultaba odioso y cruel. Sus pasiones, quesiempre lohabíandominado,hacíanacopiodenuevasfuerzasdesdeel largosueño en que el amor las había acunado, y el peso inminente del destino loabatía;sesentíalanceado,torturado,enextremoimpacienteporlairrupcióndela peor de las desgracias: el remordimiento.Ese estado de congoja le llevó,gradualmente,aunaanimosidad taciturnaprimero,y luegoaldesánimo.Susinferiores, e incluso sus iguales, si es que en el cargo que ocupaba teníaalguno, se sorprendieron al hallar ira, amargura y sarcasmo en quien antesdestacabaporsudulzuraybenevolencia.Seocupabadelosasuntospúblicoscondesagradoyserefugiabaencuantopodíaenunasoledadqueeraalavezsu desgracia y su alivio.Montaba un caballo brioso, elmismo que le habíallevadoalavictoriaenGrecia.Sefatigabapracticandoejerciciosextenuantes,procurandoolvidarloszarpazosdeunamenteangustiadamediantelaentregaasensacionesanimales.

Fuerecuperándoselentamentey,alfin,comosidevencerlosefectosdeunvenenosetratara,alzólacabezaporsobrelosvaporesdelafiebreylapasiónyalcanzólaatmósferaserenadelareflexiónsosegada.Meditósobrequéeralomejor quepodía hacer.Enprimer lugar le sorprendió constatar el tiempoque había transcurrido desde que la locura, más que cualquier impulsorazonable,sehabíaerigidoenárbitrodesusacciones.Habíapasadounmes,ydurante todo ese tiempo no había visto a Evadne. La fortaleza de la jovengriega, vinculada a algunas de las emociones duraderas del corazón deRaymond,habíadecaídoengranmedida.Élyanoerasuesclavo,yanoerasuamante.Yanovolveríaaverlamásy,porloabsolutodesuenmienda,merecíarecuperarlaconfianzadePerdita.

Y sinembargo, apesarde sudeterminación, en su fantasía imaginaba lamiserable morada de la griega. Una morada que, movida por sus nobles yelevadosprincipios, senegaba a cambiarporotramás lujosa.Pensaba en lagraciaque irradiaba suaspecto laprimeravezque lavio; fantaseabacon suvida en Constantinopla, rodeada de magnificencia oriental en todacircunstancia,pensabaensupenuriapresente,ensustrabajoscotidianos,ensupenoso estado, en sus mejillas pálidas y hundidas por el hambre. Lacompasiónlehenchíaelpecho.Volveríaaverlaunavezmás,unasola.Idearíaunplanpararestituirlaalasociedadylograrquevolvieraadisfrutardetodolo que era propio de su rango. Y una vez lo hubiera hecho, de manerainevitable,seproduciríalaseparación.

También pensó en que, durante ese mes, había evitado a Perdita,apartándosedeellacomodelosaguijonesdesupropiaconciencia.Peroahorahabíadespertadoydebíaponerremedioaaquellasituación.Consudevoción

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futuraborraríaaquellamanchaúnicaenlaserenidaddesuvida.Alpensarenellosesintiómásanimado,yconseriedadyresoluciónfuetrazandolalíneade conducta que habría de adoptar. Recordó que había prometido a Perditaasistir esa misma noche (diecinueve de octubre, aniversario de su eleccióncomoProtector)alafiestaqueseorganizabaensuhonor,unafiestaquehabíadeserunbuenauguriodelosañosdefelicidadfutura.Peroantesseocuparíade Evadne. No se quedaría con ella, pero le debía una explicación, unacompensación por su larga e inesperada ausencia. Y después regresaría aPerdita, al mundo olvidado, a los deberes de la sociedad, al esplendor delrango,aldisfrutedelpoder.

Traslaescenadescritaenlaspáginasprecedentes,Perditahabíaasistidoauncambio radical en lasmanerasy la conductade su esposo.Ella esperabavolveralalibertaddecomunicaciónyalafectoensurelación,unafectoquehabíaconstituidoladeliciadesuvida.PeroRaymondnosehabíaunidoaellaen sus advocaciones. Se ocupaba de sus asuntos cotidianos lejos de ella, seausentaba de casa y ella no sabía adónde iba.El dolor infligido por aquelladecepción era intenso y le daba tormento. Ella lo veía como un sueñoengañoso y trataba de apartarlo de su conciencia. Pero como la camisa deNeso,seaferrabaasucarneyávidamenteconsumíasuprincipiovital.Poseíaaquello(aunquetalafirmaciónpuedaparecerunaparadoja)quepertenecesóloa unos pocos, la capacidad de ser feliz. Su delicada estructura y suimaginacióncreativalahacíanespecialmentesusceptibledesentiremocionesplacenteras.Lacalidezdesbordantede sucorazón,queconvertía el amorenunaplantade raícesprofundasymajestuosocrecimiento,habíadispuesto sualma toda para la recepción de la felicidad, y entonces había encontrado enRaymondtodoloquepodíaadornarelamorysatisfacersuimaginación.Perosielsentimientosobreelqueseapoyabael tejidodesuexistenciasevolvíaalgo manido por culpa de la participación, de la interminable sucesión deatencionesyaccionesbenéficasdepositadasenotros-eluniversodeamordeRaymond arrancadode ella-, entonces la felicidad se ausentaba de ella y seconvertíaensucontrario.Lasmismaspeculiaridadesdesucarácterconvertíansus penas en agonías; su imaginación las magnificaba, su sensibilidad ladejabasiempreexpuestaalamismaimpresiónrenovada;elamorenvenenabael aguijón que se clavaba en el corazón. No había sumisión, paciencia nientregaensudolor.Ella locombatía, luchabacontraél,yconsuresistenciavolvíamásdurosloszarpazos.Laideadequeélamabaaotraregresabaaellaunayotravez.Parahacerlejusticia,admitíaqueRaymondsentíaporellauntiernoafecto,peroconcederunpremiomenoraalguienque,enlaloteríadelavidafutura,hasoñadoconposeerdecenasdemiles,escausarleunadecepciónmayor que si no ganara nada. El afecto y la amistad de él podía resultarinestimable, pero, más allá de ese afecto, más profundo que la amistad, seocultabaeltesoroindivisibledelamor.Lasumacompletaeradetalmagnitud

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queningúnaritméticoseríacapazdecalcularsuvalor.Ysisesustraíadeellala porciónmás pequeña, si se daba nombre a sus partes, si se separaba porgradosysecciones,comolamonedadelmago,comoelorofalsodelamina,seconvertíaenlasustanciamásvil.Elojodelamorencierraunsignificado;existeunacadenciaensuvoz,unairradiaciónensusonrisa,eltalismáncuyoencantamiento sólo uno puede poseer. Su espíritu es elemental, su esencia,simple, su divinidad, unitaria. El corazón y el alma misma de Raymond yPerdita sehabían fundido, comodos arroyosdemontañaque seunen en sudescensoymurmuranydiscurrensobrelosguijarrosresplandecientes,juntoaflores que son como estrellas. Pero si uno de los dos abandona su carreraesencial,oquedaretenidoporalgúnobstáculo,elotrovemenguarsucaudal.Perdita sentía aquella disminución de la marea que alimentaba su vida.Incapaz de soportar el lentomarchitarse de sus esperanzas, se le ocurrió unplan con el que pensaba poner fin a ese periodo de tristeza y recobrar lafelicidadtraslosrecientesydesastrososacontecimientos.

EstabaapuntodecumplirseunañodelnombramientodeRaymondcomoProtector. Era costumbre celebrar ese día con una fiesta espléndida. Eranvarios lossentimientosque impulsabanaPerditaaduplicar lamagnificenciadelevento.Ysinembargo,mientrassepreparabaparalavelada,sepreguntabapor qué se tomaba tantasmolestias en celebrar tan suntuosamente un hechoque,asusojos,marcabaeliniciodesussufrimientos.Ladesgraciasecerniósobreaqueldía,pensó,ladesgracia,laslágrimasyloslamentoscayeronsobrelahoraenqueRaymondalbergómásesperanzasque laesperanzadelamor,más deseos que el deseo de mi devoción. Y tres veces dichoso será elmomentoenquemeserádevuelto.Diossabequedepositomiconfianzaensuspromesas, y creo en la fe queha proclamado, y sin embargo, de ser así, noperseguiríaloqueestoyresueltaaconseguir.¿Debentranscurrirdosañosmásdeestemodo,nuestraalienaciónaumentandodíaadía,cadaactoconvertidoenunapiedraquesirveparalevantarelmuroquenossepara?No,Raymondmío, mi único amado, sola posesión de Perdita. Esta noche, durante laespléndidarecepción,enestassuntuosasestancias,encompañíadetullorosaniñanosreuniremostodosparacelebrartuabdicación.Pormí,enunaocasión,renunciastealacorona.Fueenlosdíasprimerosdenuestroamor,cuandonopodía estar segura de nuestra felicidad yme alimentaba sólo de esperanzas.Ahorayaconocesporexperienciatodoloquepuedodarte,ladevocióndemialma, el amor inmaculado, mi sumisión inquebrantable a ti. Debes escogerentre todo ello y tu Protectorado.Ésta, noble orgulloso, es tu última noche.Perditahapuestoenellatodolomagníficoydeslumbrantequetucorazónmásama,perocuandosalgaelsoldeberásalejartedeestosespléndidosaposentos,de la asistencia de los notables, del poder y la elevación, para regresar anuestramoradadelcampo.Yonoaceptaríaunainmortalidaddedichasiparalograrlahubieradesoportaraquíunasemanamás.

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Meditandosuplan,dispuestaaproponérselo,llegadalahora,ydecididaainsistir en que él lo aceptara, segura de que la complacería, el corazón dePerditasesintióliberadodesucarga,exaltado.Elcolorvolvióasusmejillasconlaemocióndelaespera.Susojosbrillabanconlapromesadeltriunfoenlabatalla.Habiéndosejugadoeldestinoaunasolacarta,yconlaseguridaddeganar la partida, ella, de quien he escrito que llevaba el sello de reina denaciones en la frente, se alzó entonces por encima de la humanidad y,revestidadeunpodersereno,pareciódetenerconunsolodedolaruedadeloshados.Nuncacomoeneseinstantefuetanencantadora,tandivina.

Nosotros, los pastores arcadios del relato, habíamosmanifestado nuestraintencióndeasistiralafiesta,peroPerditanosescribióparapedirnosquenolo hiciéramos y que nos ausentáramos de Windsor, pues ella (que no nosreveló sus planes) pensaba regresar a nuestro querido refugio a la mañanasiguiente, para retomar el curso de una vida en la que había hallado lafelicidadcompleta.Mástarde,aquellanocheentróenlosaposentosdispuestospara lacelebración.Raymondhabíaabandonadoelpalacio lanocheanteriorcon la promesa de acudir a la velada, pero todavía no había regresado. Sinembargo,ellaestabaseguradequefinalmentellegaría.Ycuantomásparecíaabrirse labrechade la crisis,más seguraestabaelladeque lograría cerrarlaparasiempre.

Era,comohedicho,diecinuevedeoctubre,bienentradoellúgubreotoño.Elvientoululaba, losárbolesmediodesnudossedespojabandelrecuerdodesuornato estival.El aire, que inducía a la agoníade la vegetación, aparecíahostila todaalegríayesperanza.Ladecisiónquehabía tomadoRaymond lehabía alegrado el ánimo, pero a medida que moría el día, su humor seensombrecía. Primero debía visitar a Evadne, y después dirigirse deprisa alpalacio del Protectorado. Mientras caminaba por las callejuelas del barriodondevivíaladesdichadagriega,sucorazónseleencogíaalpensarenlomalque se había portado con ella. En primer lugar, había consentido quepermaneciera en aquel estado de degradación; y después, tras una breveensoñación desbocada, la había abandonado a su triste soledad, su ansiosaconjetura,suamarga,insatisfechaesperanza.¿Quéhabríahechoellamientrastanto?¿Cómohabríaresistidosuausenciayabandono?Laluzseextinguíaenaquellos callejones, y cuando se abrió la puerta que tan bien conocía, laescalera apareció envuelta en tinieblas. Subió por ella a tientas, entró en eldesványencontróaEvadnetendidaenellecho,muda,casisinvida.Llamóavoces a los vecinos, pero éstos no supieron decirle nada, salvo que nadasabían.Paraélsuhistoriaestabaclara,claraydiáfanacomoelremordimientoyelhorrorqueclavabaenélsuszarpas.Cuandoseviodesamparadaporél,perdió lasganasderecurrirasusadvocacionesmásfrecuentes.Elorgullo leimpedíapedirleayudaaél.Diolabienvenidaalhambre,queparaellaeralacustodia de las puertas de la muerte, entre cuyos pliegues, sin pecado, no

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tardaría en hallar reposo. Nadie acudía a verla mientras sus fuerzasflaqueaban.

Si moría, ¿dónde se hallaría constancia de un asesinato que pudieracompararse,ensucrueldad,alqueélhabríacometido?¿Quéserabyectomáscruel en su maldad, qué alma condenada más merecedora de la perdicióneterna?Mandóbuscar aunmédico.Pasaban lashoras,que la incertidumbreconvertía en siglos.A la oscuridad de la larga noche otoñal siguió el día, ysóloentoncessuvidaparecióasalvo.Entoncesordenósutrasladoaunlugarmás cómodo y permaneció a su lado para asegurarse de que seguíareponiéndose.

Cuando se hallaba así atenazado por la zozobra y el miedo, habíarecordado la fiesta que Perdita había organizado en su honor. En su honor,mientras la desgracia y la muerte se iban grabando, indelebles, sobre sunombre,ensuhonor,cuandoporsuscrímenesmerecíaelcadalso.Aquellaeralapeordelasburlas.YsinembargoPerditaloesperaba.Escribióunaslíneasinconexasenunpedazodepapelenlasqueleinformabadequeseencontrababien,yordenóalacaseraquelollevaraapalacioylopusieraenmanosdelaesposa del Protector. La mujer, que no lo había reconocido, le preguntódesdeñosacómocreíaqueibaarecibirlalaprimeradama,nadamenosqueeldía en que tenía lugar una celebración. Raymond le entregó su anillo paraasegurarleelcréditodelossirvientes.Así,mientrasPerditaseocupabadelosinvitados y aguardaba impaciente la llegada de su señor, unmayordomo lehizollegarlaalianzayleinformódequeunamujerpobretraíaunanotaquedebíaentregarleenmano.

La misión que le había sido encomendada azuzó la vanidad de la viejachismosa,apesardenocomprendersualcancepues,en realidad, seguíasinsospecharqueelvisitantedeEvadnefueralordRaymond.Perditatemíaquesehubieracaídodelcaballooquehubierasufridoalgúnotroaccidente,hastaquelasrespuestasdelamujerdespertaronenellaotrosmiedos.Recreándoseenunengañoejercidoaciegas,lamensajeraentrometida,sinomaligna,nolehablóde la enfermedad de Evadne. Pero sí le hizo un relato detallado de lasfrecuentesvisitasdeRaymond,salpicandosunarracióndeunosdetallesque,además de llevar a Perdita a convencerse de su veracidad, acentuaban lacrueldadylaperfidiadeRaymond.Ylopeordelcasoeraquesuausenciadelafiesta,queensumensajenisiquieramencionaba,leparecía,apartirdelasdesgraciadasinsinuacionesdeaquellamujer,elmásmortíferodelosinsultos.Observó de nuevo el anillo, con un pequeño rubí engarzado cuya forma seasemejabaauncorazón,yqueellamismalehabíaregalado.Observólaletradel mensaje, que le resultaba inconfundible, y repitió sus palabras para susadentros:«Teordeno,teruego,quenopermitasquelosinvitadosseextrañende mi ausencia.» Mientras, la vieja arpía seguía hablando y le llenaba la

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cabezadeunamezclararadeverdadesymentiras.FinalmentePerditalepidióqueseretirara.

Lapobremuchacharegresóalareunión,dondesuausencianohabíasidoadvertida. Buscó refugio en un rincón algo apartado, y apoyándose en unacolumnadecorativatratóderecobrarlacompostura.Sesentíaparalizada.Posólavistaenlasfloresdeunjarróntallado.Ellamismalashabíadispuestoallípor la mañana, flores preciosas y exóticas. Incluso ahora, abrumada comoestaba,observabasuscoloresbrillantes,susformasangulosas.

-¡Divina encarnación del espíritu de la belleza! -exclamó-. No osmarchitéisnioslamentéis.Queladesesperanzaqueoprimemicorazónnoseoscontagie.¿Porquénoseréyopartícipedevuestrainsensibilidad,devuestrososiego?

Sedetuvo.«Yahora,amistareas-prosiguiómentalmente-.Misinvitadosno deben percatarse de la verdad, ni en lo que concierne a él ni en lo queconcierneamí.Obedezco.Nadiesabránada,aunquecaigamuertaapenaselúltimodelosasistentesabandoneelpalacio.Elloscontemplaránlosantípodasdeloqueesreal,puesyo,anteellos,apareceréviva,cuandoenverdadestoy...muerta.»Tuvoquehaceracopiodetodasupresenciadeánimoparareprimirlaslágrimasqueaquellaidealeprovocaba.Lologrótrasmuchoesfuerzo,ysevolvióparareunirseconlosdemás.

Todo su empeño se concentraba ahora en camuflar su conflicto interior.Debía representar el papel de la anfitriona atenta; departir con todos lospresentes;brillarcomollamadealegríaygracia.Debíahacerloaunqueensuprofunda aflicción ansiaba verse sola, y habría cambiado gustosamente lossalones atestados por los recodos más umbríos de algún bosque, por unlúgubremonteengullidoporlastinieblas.Apesardeello,semostrabaalegre.Nopodíamantenerseeneltérminomedioniaparecer,comoerasucostumbre,comounajovenplácidayconformada.Todoelmundocomentabaloexaltadodesuánimo,ycomotodaaccióndelosmásencumbradosporelrangoseveconbuenosojos,susinvitadoselogiabansufelicidadaparente,aunquesurisasonara forzada y sus comentarios ingeniosos resultaran algo bruscos, cosasambas que habrían bastado a un observador atento para desvelar su secreto.Ella mantenía la farsa, sintiendo que si se detenía un instante, las aguasrepresadas de su tristeza le inundarían el alma, que sus esperanzas rotas seelevaríanenlamentosferoces,yquetodoslosqueahoraensalzabansudichasealejarían,temerosos,enpresenciadelasconvulsionesdesudesesperación.Sólo le proporcionaba consuelo, mientras contravenía con tal violencia suestadonatural,laobservacióndeunrelojiluminado,queleservíaparacontareltiempoquehabíadetranscurrirhastaquevolvieraaestarsola.

Finalmente los salones empezaron a vaciarse.Burlándose de sus propios

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deseos, regañaba a los invitados que se ausentaban temprano. Uno a uno,todosacabaronpormarcharse,y llegóelmomentodeestrechar lamanodelúltimo.

-¡Quémanomáshúmedaymás fría! -ledijo su amigo-.Estádemasiadofatigada.Acuéstesepronto.

Perdita esbozó una sonrisa vaga. El último invitado se marchó. Eltraqueteodelcarruaje,queseperdíaenlacalle,confirmabaquealfinestabasola.Entonces,comosialgúnenemigoquisieradarlealcance,comosituvieraalas en los pies, corrió hasta sus aposentos, ordenó a los criados que seretiraran,cerrólaspuertasysetendióenelsuelo.Mordiéndoseloslabiosparasofocarlosgritos,permaneciólargoratopresadelbuitredeladesesperación,esforzándose por no pensar, pero un remolino de ideas hacía nido en sucorazón. Unas ideas, horrendas como furias, crueles como víboras, quepasabanporél tanvertiginosamentequeparecíanempujarseyherirseunasaotras,transportándolaaellaalalocura.

Transcurridolargoratosepusoenpie,yamásentera,nomenostriste.Seacercóaungranespejoyobservósuimagenenélreflejada.Elvestidoetéreoy elegante; las piedras preciosas que adornaban sus cabellos, rodeaban susbrazosysucuello;suspequeñospies,revestidosdesatén;eltocado,brillantee intrincado; todo aparecía ante su semblante descompuesto y desgraciadocomo el hermosomarco que abrazara la pintura de una tempestad. «Soyunjarrón-pensó-,unjarrónrebosantedelaesenciamásamargadeldesconsuelo.Adiós,adiós,Perdita,pobreniña.Yanuncavolverásaverteasí.Ellujoylasriquezasyanoson tuyos.Enelexcesodesupobrezaenvidiarásalmendigosin techo.Yo,más que él, carezco de hogar.Habito un desierto baldío que,anchoeinfinito,nodaniflornifruto.Ensucentrosealzaunarocasolitariaalaquetú,Perdita,estásencadenada,yvessuextensióntemibleperderseenlalejanía.»

Abriódeparenparlaventanaquedabaaljardíndelpalacio.Laluzlibrabauncombateconlaoscuridad,yunasfranjasdeoroyrosapálidoteñíanelcielopor el este. Solo una estrella titilaba en las profundidades de la atmósferaapenasencendida.Elairedelamañanasopló,fresco,sobrelashojascubiertasde rocío y penetró en la estancia caldeada. «Todo sigue su curso -pensóPerdita-.Todoavanza,semarchitaymuere.Cuandoelmediodíaterminayeldía,fatigado,conducesusbueyeshastalosestablosdeponiente,losfuegosdelcielo se alzan por oriente y siguen su sendero acostumbrado, ascendiendo ydescendiendo por las colinas celestes. Cuando completan su ciclo, la esferaempiezaaproyectarporeloesteunasombraincierta:lospárpadosdeldíaseabren y las aves y las flores, la vegetación desconcertada, la brisa fresca,despiertan.Elsolaparecealfin,yenmajestuosaprocesiónasciendehastaelcapitoliodel cielo.Todosigue sucurso, cambiaymuere, excepto la tristeza

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quesientoenmicorazóndoliente.

»Ah, todo avanza y cambia. ¿Puede sorprender entonces que el amor sedirijahaciasuocasoyqueelseñordemividahayavariado?Decimosquesonfijaslasestrellasdelfirmamento,ysinembargovaganporllanuraslejanas,ysi volviera a mirar donde miraba hace una hora, hallaría alterado el eternorostrocelestial.Lalunavolubleylosplanetasinconstantesmodificantodaslasnoches su errática danza; el propio sol, soberano de las alturas, abandona adiario su trono y deja sus dominios a la noche y el invierno. La naturalezaenvejece y tiembla sobre sus miembros gastados. ¡La creación se arruina!¿Puede sorprender, entonces, que el eclipse y la muerte hayan traídodestrucciónalaluzdetuvida,oh,Perdita?»

CAPÍTULOIX

AsídetristesydesordenadoseranlospensamientosdemipobrehermanacuandoenellasedisipótodadudadelainfidelidaddeRaymond.Susvirtudesysusdefectossealiaronparaqueelgolperecibidofueraincurable.Elafectoque profesaba pormí, su hermano, porAdrian y por Idris estaba sujeto, enrealidad, a la pasión que dominaba su corazón: incluso su ternuramaternaltomabaprestada lamitaddesus fuerzasde ladichaquesentíaal recrear losrasgos y la expresión de Raymond en el semblante de su hija. Durante suinfanciahabíasidoreservadaeinclusoseria,peroelamorhabíasuavizadolasasperezasdesucarácter,ysuuniónconRaymondhabíahechoqueafloraransustalentosyafectos.Ahora,traicionadosunosyperdidoslosotros,enciertosentido retornó a su disposición anterior. El orgullo concentrado de sunaturaleza,olvidadodurantesusueñodefelicidad,saliódesuletargo,yconéllo hicieron los colmillos viperinos que llevaba clavados en el corazón. Lahumildaddesuespíritupotenciabalafuerzadelveneno;laestimaquesentíaporsímismaaumentómientrasseviodistinguidaconelamordesuhombre;pero¿quévalíaahoraqueél lahabíaapartadodesuspreferencias?Sehabíaufanado de haberlo ganado para sí, y de mantenerlo, pero ahora otra se lohabía arrebatado, y su confianza en símisma se había enfriadomás que uncarbónempapadodeagua.

Nosotros, en nuestro retiro, nos mantuvimos durante largo tiempoignorantesdesudesgracia.Pocodespuésdelafiestapidióquelemandaranasuhijita,yluegoparecióolvidarnos.Adrianobservóuncambioenelladuranteunavisitaposterior.Peronosupoconcretarsualcanceniadivinarsuscausas.Maridoymujerseguíanapareciendojuntosenpúblicoyvivíanbajoelmismotecho. Raymond se mostraba cortés, como siempre, aunque en ocasiones

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aflorara una altivez repentina o cierta brusquedad en sus maneras, quedesconcertó a su buen amigo.Nada parecía nublar su frente, pero una vagadesidia habitaba sus labios y cierta aspereza asomaba a su voz. Perdita eratodo amabilidad y atenciones para con su señor, pero apenas hablaba y semostrabatriste.Habíaadelgazado,selaveíapálidayconfrecuencialosojosse le llenabande lágrimas.AvecesobservabaaRaymondcomodiciéndole:«¿Por qué tiene que ser así?» En otras ocasiones su semblante expresaba:«Seguiré haciendo todo lo que esté en mi mano para hacerte feliz». PeroAdrian leía a ciegas el carácter reflejado en su rostro, y podía equivocarse.Clarasiemprelaacompañaba,yparecíasentirsemáscómodacuando,enalgúnrincón apartado, podía sentarse sosteniendo la mano de su hija, callada ysolitaria. A pesar de todo, Adrian no fue capaz de adivinar la verdad. Lesinvitó a visitarlos en Windsor, y ellos prometieron hacerlo durante el messiguiente.

Asu llegadaseadelantóelmesdemayo,quepoblódehojas losárbolesdelbosqueylossenderosdemilesdeflores.Supimosdesuvisitaconundíade antelación, y a la mañana siguiente, muy temprano, Perdita llegóacompañadadesuhija.Raymondnotardaríaenreunirseconellos,nosdijo;algunos asuntos lo habían retenido. Por lo que Adrian nos había explicadoesperaba hallarla triste, pero, por el contrario, llegó con el mejor de losánimos. Era cierto que había perdido peso, y que su mirada parecía algoperdida, y susmejillas algomás hundidas, aunque teñidas de un resplandorbrillante. Se mostró encantada de vernos. Acarició a nuestros hijos y semaravilló ante lomucho que habían crecido y aprendido. Clara también sealegró de encontrarse de nuevo con su joven amigo,Alfred. Jugamos amilcosasconellos,yPerditaparticipódebuenagana.Nostransmitíasualegría,ymientrasnosdivertíamosenlaterrazadelcastillo,sehabríadichoquenoeraposiblereunirgrupomásalegre.

-Esto es mucho mejor, mamá -dijo Clara- que vivir en ese horribleLondres,dondetantasveceslloras,dondenuncaríescomoahora...

-Calla, tontita -replicó su madre-, y recuerda que todo el que mencioneLondresserácastigadoconunahoraenCoventry.

Raymondllegópocodespués.Nosesumó,comodecostumbre,anuestroespíritu festivo, y trabó conversación con Adrian y conmigo; gradualmentefuimosseparándonosdenuestrascompañeras.Finalmente,sóloIdrisyPerditasequedaronconlosniños.Raymondnoshablódesusnuevosedificios,desuplanparamejorar laeducaciónde lospobres.Comodecostumbre,Adrianyyoempezamosadiscutir,yeltiempofuetranscurriendosinquenosdiéramoscuenta.

Volvimosa reunirnospor la tarde.Perdita insistióenque tocáramosalgo

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demúsica. Dijo que quería ofrecernos unamuestra de sus nuevos talentos,puesdesdequevivíaenLondressehabíaaplicadoensuestudio,ycantaba,nocongranpotencia,perosícondulzura.Nonospermitióqueseleccionáramosparaellamelodíasquenofueranalegres.DemodoquerecurrimosatodaslasóperasdeMozart,delasqueescogimoslasariasmásdivertidas.Entremuchosotrosatributos,lamúsicadeMozartposee,másqueningunaotra,laaparienciade nacer del corazón; accedes a las pasiones que él expresa y te transportahastaeldolor,ladicha,lairaolaconfusión,deacuerdoconloqueél,maestrodenuestraalma,decidainspirarnos.Poruntiempoelespíritudelahilaridadsemantuvoenlomásalto.PeroalfinPerditaseretiródelpiano,puesRaymondse había sumado al trío de «Taci ingiusto core», de Don Giovanni, cuyacondescendientesúplicaélsuavizóhastahacerlatierna,yllenósucorazóndelos recuerdos de un pasado que ya no existía. Era lamisma voz, elmismotono, los mismos sonidos y palabras que tantas veces, antes, él le habíadedicadocomohomenajedeamorporella.Peroyanoeraasí.Ylaarmoníadel sonido, en discordancia con lo que expresaba, la llenó de pesar ydesesperación.Pocodespués,Idris,quetocabaelarpa,atacólaapasionadaytriste aria de Fígaro «Porgi, amor, qualche ristoro», en que la condesa,abandonada, lamenta el cambio del infiel Almaviva. En ella se expresa unalma tierna, doliente, y la dulce voz de Idris, sostenida sobre los acordessentimentales de su instrumento, añadía emoción a las palabras. Durante lasúplica con que, llena de patetismo, ésta concluye, un sollozo ahogado noshizovolverlavistahaciaPerdita.Losúltimoscompaseslahicieronvolverensí,yabandonóatodaprisalasala.

Fui tras ella. En un primermomento pareció que quería estar sola, peroantemiinsistenciasincera,acabócediendo,searrojóamisbrazosyexclamó:

-Una vezmás, una vezmás sobre tu pecho amigo,mi amado hermano,puedePerdita,laperdida,vertersuspenas.Meheimpuestoamímismalaleydelsilencio,y lahemantenidodurantemeses.Ahoramismomeequivocoalllorar,ymeequivocoaúnmásalponerpalabrasamidolor.¡Nohablaré!Hadebastarteconsaberquesoydesgraciada,hadebastarteconsaberqueelvelodevidaquellevopintadoesfalso,quemehallosiempreenvueltaenoscuridadytinieblas,quesoyhermanadelapena,ycompañeradellamento.

Tratédeconsolarla.Nolepregunténadamásymelimitéaacariciarla,atransmitirleelmásprofundodemisafectosymimássincero interéspor loscambiosdesufortuna.

-Palabrasamables-exclamóellaentrelágrimas-,expresionesdeamorqueregresan amis oídos como los sonidos de unamúsica olvidada que en otrotiempoamé.Séquesoninútiles,inútilesdeltodoensuintentodealiviarmeoconsolarme.QueridoLionel:nopuedesimaginarlomuchoquehesufridoenestos largos meses. Por mis lecturas he sabido de las plañideras de la

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antigüedad, que se cubrían con tela de saco, se arrojaban polvo sobre lacabeza,comíanelpanmezcladoconcenizasymorabanenloaltodemontañasdesoladas, reprochando al cielo y a la tierra sus desgracias. Pues ése es elúnico lujo de la pena, poder ir de día en día acumulando extravagancias,recrearseen laparafernaliade lasmiserias,unirsea todos loscomplementosde la desesperación. ¡Ah! Debo ocultar para siempre la desdicha que meconsume.Debotejerunvelodecegadorafalsedadparaocultarmipenaaojosvulgares, serenar el gesto, pintarme los labios con sonrisas engañosas... Nisiquiera estando solame atrevo apensar en lo extraviadaquemehallo, pormiedoaenloquecerydelatarme.

Las lágrimas y la agitación de mi pobre hermana hacían imposible quevolvieraconelresto,demodoquelaconvencíparaquemedejarallevarlaalosjardines.Mientraspaseábamosporellos,lapersuadíparaquemerelatarasudesgracia,conelargumentodequeasíaliviaríaalgosupesadacargaydeque, si existía algún remedio para su mal, podríamos encontrarlo yadministrárselo.

Habíantranscurridovariassemanasdesdelafiestadeaniversarioyellanohabíalogradoserenarsumentenisometersuspensamientosalcursonormal.En ocasiones se reprochaba a símisma tomarse tan a pecho lo quemuchosconsideraríanunmalimaginario.Peroaquelasuntonocorrespondíaalarazóne,ignorantecomoeradelosmotivosydelaverdaderaconductadeRaymond,las cosas para ella adquirían un aspecto aún peor que el que la realidad lemostraba.Suesposoapenaspermanecíaenpalacio,ysólolohacíacuandoelcumplimientodesusdeberespúblicosleasegurabaquenohabríadequedarsea solas con Perdita. Casi nunca se dirigían la palabra, evitando darseexplicaciones, temiendoamboscualquier justificacióndelotro.Sinembargo,de pronto las maneras de Raymond cambiaron. Parecía propiciar ocasionesparamostrarsedenuevoamable,ybuscabarecobrarlaintimidad.Suamorporellaparecíavolverafluir.Noconseguíaolvidarladevociónquehabíasentidopor la mujer a la que había convertido en santuario y depósito en el queguardaba todas sus ideas, todos sus sentimientos. La vergüenza parecíaretenerlo, y sin embargo era evidente que deseaba renovar su confianza yafecto.DesdequePerditasehabíarecuperadolobastantecomoparatrazarunplandeacción,ideóunoqueentoncessedispusoaponerenpráctica.Recibíaamablemente aquellas muestras de amor y no rehuía su compañía. Pero seempeñaba en alzar una barrera que impedía una relación familiar o unadiscusióndolorosa,yRaymond,avergonzadoyorgullosoapartesiguales,nolograba vencerla. Gradualmente él empezó a dar muestras de ira eimpaciencia, y Perdita comprendió que no podía mantener el sistema quehabía adoptado. Debía darle alguna explicación, y como no reunía el valorparahablarle,leescribióesto:

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Teruegoque leasestacartaconpaciencia.Nocontieneningúnreproche.Puessindudaelreprocheesunapalabravana.¿Quéhabríadereprocharte?

Permítemequetratedeexplicartealgodemissentimientos,puessinolohago,losdosavanzamosatientasenlaoscuridad,confundiéndonos,errandoen el sendero que tal vez conduzca a uno de nosotros, al menos, hacia unmododevidamásdeseablequeelqueamboshemosseguidoenestasúltimassemanas.

Teheamado-teamo-,ynilairanielorgullomedictanestaslíneas,sinounsentimientoquevamásalládeellos,queesmásprofundoymásinalterablequeellos.Misafectosestánheridosyveo imposiblesucuración.Cesaen tuvanoempeño, si esaesoa loque tiende. ¡Elperdón! ¡El regreso! ¡Palabrasvanas!Perdonoeldolorquesufro,peroelsenderorecorridonopuedevolverarecorrerse.

Elafectocomúnpuedehabersesatisfechoconlosusoscomunes.Yocreíaquetúsabíasleerenmicorazónyquesabíasdesudevoción,desuinalienablefidelidad hacia ti.Nunca he amado a ningún otro hombre. Tu llegaste amíconvertidoenlapersonificacióndemissueñosmásdeseados.Elelogiodeloshombres,elpoderylasmásaltasaspiracionesteaguardabanentucarrera.Elamorquesentíaportibañabamimundodelucesencantadas.Yanocaminabasobre la tierra, la madre tierra común, que sólo proporciona la repeticiónmanidayranciadeobjetosycircunstanciasquesonviejasygastadas.Yovivíaenuntemploglorificadoporlamásintensasensacióndedevociónyentrega.Comounserconsagradocaminabacontemplandosólotupoder,tuexcelencia.

Pues,oh,comomijuventud,tehallabasjuntoamí

transformandomirealidadensueño

revistiendolopalpableyfamiliar

coneldoradoalientodelalba.

«Mividasehamarchitado»,noexistedíaenestanocheperpetua.Alsolponientedeesteamorno le sigue solnaciente.Enaquellosdíasel restodelmundonoeranadaparamí.Jamásconsideréalosdemáshombres,nimefijéenloqueeran.Niteveíacomoaunodeellos.Separadodeellos,exaltadoenmi corazón, poseedor único de mis afectos, objeto exclusivo de misesperanzas,lamejormitaddemímisma.

¡Ah, Raymond! ¿No éramos felices? ¿Brillaba el sol sobre alguien quegozara de su luz con dichamás pura ymás intensa?No fue, no es, de unainfidelidadordinariadeloquemelamento.Esdeladesunióndeuntodoquenoteníapartes.Esdeladespreocupaciónconquetehasdespojadodelmantodedivinidadconqueamisojostehallabasinvestido,ytehasconvertidoen

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unoentretantos.Nosueñessiquieraconalteraresto.¿Acasonoeselamorunadivinidad,puesesinmortal?¿Acasonomeveíayosantificada,inclusoantemímisma, porque este amor había escogidomi corazón por templo? Yo te hecontempladomientrasdormías,meheemocionadohastalaslágrimasalpensarque todo loqueposeíayacíaacurrucadoenaquellos rasgos idealizadosperomortales que aparecían antemí. E incluso entonces reprimíamis crecientestemoresconunaidea:nohedetemerlamuerte,pueslasemocionesquenosunendebenserinmortales.

Y ahora no temo la muerte. Cerraré con gusto los ojos y no volveré aabrirlosmás.Más sí la temo, como siento temor de todo, pues en cualquierestado del ser encadenado a este recuerdo, la felicidad no ha de regresar.Incluso en el paraíso debo sentir que tu amor era menos duradero que loslatidosmortalesdemifrágilcorazón,cuyosmazazosgolpeanconfuerza.

Lanotafúnebredelamor

bienenterrado,sinresurrección.

No,no,miserabledemí.¡Paraelamorextintonohayresurrección!Ysinembargo te amo.Ysinembargo,ypor siempre, contribuirécon todo loquetengoparalograr tubien.Porlashabladurías.Porelbiendemi...denuestrahija,mequedaríaatulado,Raymond,compartiríatusuerte,formaríapartedetu consejo. ¿Ha de ser así? Ya no somos amantes, ni puedo considerarmeamiga tuyani de nadie pues, perdida comoestoy, no tengo tiempomásqueparami desgracia. Perome complacerá verte todos los días.Oír que la vozpúblicatealaba,sertestigodelamorpaternalqueprodigasanuestraniña,oírtuvoz,saberquemehallocercadeti,aunqueyanoseasmío.

Sideseasromperlascadenasquenosunen,diloyasísehará.Yocargaréconlasculpasdelainsensibilidadylacrueldadaojosdelmundo.

Pero,comoyahedicho,hallaréplacer,almenosporelmomento,viviendocontigo bajo el mismo techo. Cuando la fiebre de mi juventud se apague,cuando la edad plácida aplaque al buitre queme devora, tal vez regrese laamistad, ya muertos el amor y la esperanza. ¿Podrá ser cierto? ¿Podrá mialma,inextricablementeunidaaestecuerpoperecedero,aletargarseyenfriarseamedidaqueestemecanismosensiblepierdasuelasticidadjuvenil?Entonces,con ojos apagados, canas en el pelo y la frente arrugada, aunque ahora laspalabras suenen huecas y carentes de sentido, entonces, tambaleándome albordedemitumbatalvezvuelvaaser...tuamigasinceraycariñosa.

Perdita

La respuesta de Raymond fue breve. ¿Qué respuesta podía dar a susquejas, a los lamentos en los que celosamente se recreaba, excluyendo todaposibilidaddereparación?«Apesardetuamargacarta-leescribió-,puesasí

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debo llamarla, eres la persona más importante de mi estimación, y es tufelicidadlaqueprincipalmentememueve.Hazloqueestimesmejorparati.Ysi recibesmásgratificación conunmododevidaque conotro, nopermitasqueyosuponganingúnobstáculo.Preveoqueelplanquedescribesentucartano durarámucho. Pero eres dueña de timisma, y esmimás sincero deseocontribuir,hastadondetúmepermitas,atufelicidad.»

-Raymondha sidobuenprofeta -dijoPerdita-, pues ah, así hade ser.Lavidaquellevamosnopuededurarmucho,aunquenoseréyolaquepropongaalterarla.Élveenmíaalguienaquienhaheridodemuerte.Yyonoextraigoningunaesperanzadesuamabilidad.Ni lamejordesus intencionesbastaríaparahacerposibleuncambio.AsícomoCleopatrasehubierapodidoadornarconelvinagrequeconteníasuperlaenéldisuelta,asíyomeconformaréconelamorqueRaymondpuedeofrecerme.

Admito que yo no veía su infortunio con sus mismos ojos. Creíafirmemente que la herida podía sanar y que, si seguían juntos, así acabaríasiendo.Por tanto, tratédealiviary suavizar sumente, aunque trasmúltiplesintentosdesistídeesatareaimposible.Perditameescuchóconimpacienciaymerespondióconciertaaspereza.

-¿Creesquealgunodetusargumentosmeesnuevo?¿Oquemisfervientesdeseosymiintensaangustianomeloshansugeridotodosmilveces,conmásconvicciónysutilezadelasquetúpuedesponerenellos?Lionel,túnopuedesentender qué es el amor de una mujer. En los días felices me repetía confrecuencia,concorazónagradecidoyespírituexaltado,queRaymondlohabíasacrificado todo por mí. Yo era una muchacha pobre, sin educación, sinamigos,unamontañesaalaqueélhabíasacadodelanada.Todosloslujosdelavidaqueposeía,losposeíagraciasaél.Élmediounnombreilustreyunanobleposición.El respetoquemeteníaelmundonacíadesugloria.Ytodoello,sumadoasuamorinfatigable,meinspirabaporélunassensaciones tanintensascomolasquesentimosporquiennoshadadolavida.Yosóloledabaamor.Meentreguéaélcondevoción.Imperfectacomoera,meesforcéenlatarea de llegar a ser digna de él. Moderé mi humor cambiante, controlé laimpaciencia de mi carácter, eduqué mis pensamientos egocéntricos,formándomehastaalcanzarlamayorperfeccióndequeeracapaz,paraqueelfrutodemisesfuerzoslehicierafeliz.Nomeatribuyoningúnméritoenello,pues todo el mérito es suyo; todo el esfuerzo, toda la devoción, todo elsacrificio.YohabríaescaladounosinescalablesAlpesparacogerunaflorquele gustara; estaba dispuesta a abandonaros a todos vosotros, mis amados yexcepcionalescompañeros,yavivirporyparaél.Nopodíaserdeotromodo,aunque yomisma lo hubiera querido, porque si se afirma que tenemos dosalmas,éleralamejordelasdosqueyoposeía,ylaotraerasueternaesclava.Sólo una cosa me debía, a cambio. Una fidelidad recíproca. Me la había

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ganado, lamerecía. Por haber nacido en lasmontañas, sin relación con losnobles y los ricos, ¿cree que puede pagarme degradando mi nombre ycondición?Quesequedeambas,puessinsuamornosonnadaparamí.Amisojos,suúnicovaloreraquelepertenecían.

Perdita siguióhablando con lamismapasión.Cuandoplanteé suposibleseparacióndefinitiva,ellarespondió:

-¡Que así sea!Algún día llegará esemomento.Lo sé, lo siento. Pero enestosoycobarde.Estarelaciónimperfecta,estafarsaqueesnuestraunión,meresulta extrañamente querida. Admito que me resulta dolorosa, destructiva,impracticable.Contagiamisvenasdeunafiebreconstante;hurgaenmiheridaincurable; destila veneno.Y sin embargo debo aferrarme a ella. Tal vezmematepronto,yasímebrindeunúltimoservicio.

EntretantoRaymond se había quedado conAdrian e Idris. Su franquezanatural, unida a lo prolongado demi ausencia y la de Perdita, le llevaron abuscaralivioa la tensiónde losúltimosmesesen laconfidenciacompartidaconsusdosamigos.LesrelatólasituaciónenquehabíahalladoaEvadne.Alprincipio,porconsideraciónhaciaAdrian,lesocultósunombre,quedetodosmodosrevelóeneltranscursodesurelato.Quienfuesuenamoradoescuchócon gran agitación la historia de sus sufrimientos. En su día, Idris habíacompartidoconPerditasumalaopiniónsobrelagriega.Perolasexplicacionesde Raymond la suavizaron, y se interesó por su suerte. La constancia deEvadne, su fortaleza, incluso su amor no correspondido, eran motivo deadmiración y lástima. Y más cuando, según lo sucedido el diecinueve deoctubre, parecía claro que la joven prefería el sufrimiento y la muerte a ladegradación que, a sus ojos, le supondría recurrir a la conmiseración y laayuda de su amado. Su comportamiento posterior no podía sino causar unaumentodeeseinterésporsupersona.Alprincipio,liberadadelhambreydelamuerte, cuidada por Raymond con gran tesón y dulzura, imbuida de esasensacióndeserenidadquedalaconvalecencia,Evadnesedejóarrastrarporel amor y el agradecimiento extático. Pero con la salud regresó el juicio: lepreguntó por los motivos que habían causado su prolongada ausencia.Planteaba sus dudas con sutileza griega y llegó a sus conclusiones con ladecisión y la firmeza que eran propias de su carácter.No imaginaba que labrechaquehabíaabiertoentreRaymondyPerditaerayainsalvable,perosabíaque,silascosasseguíancomoestaban,seensancharíacadavezmás,yquelafelicidad de su amado se destruiría, desgarrada por las zarpas delremordimiento.Desdeelinstantemismoenquevislumbróelcaminocorrectoque debía seguir, decidió emprenderlo y alejarse deRaymondpara siempre.Suspasionesconflictivas,suamorlargamenteesperado,ladecepciónqueellamismaseinfligía,lehacíancontemplarlamuertecomoelúnicorefugiocontrasusdesdichas.Perolosmismossentimientosyopinionesqueantes lahabían

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reprimido,actuabanahoraconfuerzaredoblada.Puessabíaquelaconcienciade que había sido él el causante de su muerte le perseguiría toda la vida,envenenando toda alegría, nublando toda posibilidad de futuro. Además,aunque la intensidad de su angustia le hacía odiar la vida, todavía no habíacausadoenellaesasensaciónmonótona,letárgica,detristezaperpetuaqueeslaque,engranmedida,llevaalsuicidio.Supresenciadeánimolaempujabaaseguircombatiendocontralosinfortuniosdelavida,einclusolosrelativosalamornocorrespondidosepresentabanmáscomoadversarioabatirquecomovictorias a las que debía someterse. Además contaba con el recuerdo demuestras de ternura, sonrisas, palabras e incluso lágrimas con las queconsolarse,puesaunquelasrecordaríaconpenaydolor,laspreferíaalolvidoconque lascubriría la tumba.Era imposibleadivinarquéplaneaba.LacartaqueescribióaRaymondnorevelabanadaalrespecto;enellaleasegurabaquenoteníaintencióndeabandonarestemundoyleprometíaperseverarpara,talvez,algúndíapresentarseanteélenunestadomásdignodeella.Yconcluía,recurriendo a la elocuencia de la desesperación y el amor inalterable,despidiéndosedeélparasiempre.

Ahora Adrian e Idris quedaban al corriente de todas aquellascircunstancias.RaymondlamentabaelinconscientedañoquehabíainfligidoaPerdita.Ydeclaróque,apesardeladureza,delafrialdaddesuesposa,seguíaqueriéndola.Yaenunaocasiónsehabíamostradodispuesto,conlahumildaddeunpenitente,coneldeberdeunvasallo,a rendirseaella,aabandonarelalmamismaasututela,aconvertirseensupupilo,suesclavo,sulacayo.Ellahabía rechazado aquellas aproximaciones, y el tiempo de aquella absolutasumisión,quedebebasarse en el amory alimentarsede él, habíapasado.Apesardeello,susdeseosyesfuerzoslosorientabaaqueellaalcanzaralapaz,y su principal inquietud nacía de sentir que se empeñaba en vano. Si ellaseguía manteniéndose inflexible en el comportamiento que demostraba,deberían separarse.La combinacionesyposibilidadesde la absurda relaciónquemanteníanloestabanllevandoalalocura.Contodo,nopensabaproponeréllaseparación.Loatormentabaelmiedodecausarlamuerteacualquieradelaspersonasimplicadasenaquelloshechos;ynosedecidíaadirigirelcursode los acontecimientos, no fuera a suceder que, ignorante de la tierra queatravesaba,condujeraalaruinaaquienesleacompañabanenelviaje.

Tras aquellas explicaciones, que se demoraron durante varias horas, sedespidió de sus amigos y regresó a la ciudad, pues nodeseaba reunirse conPerdita en nuestra presencia, consciente, como nosotros, de las ideas queocuparían las mentes de ambos. Perdita se mostró dispuesta a seguirle,acompañada de su hija. Idris trató de convencerla para que se quedara.Mipobrehermanaobservabaconaprensiónasuconsejera.SabíaqueRaymondhabía conversado con ella. ¿Le habría instigado él a hacer aquella petición?¿Ibaaseraquélelpreludiodesuseparacióndefinitiva?Yaheescritoquelos

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defectos de su carácter despertaron y adquirieron nuevo vigor a causa de laposición nada natural en que se encontraba.La invitación de Idris suscitabasussospechas.Meabrazó,comositambiénestuvieraapuntodeverseprivadademi afecto.Diciéndomeque yo era algomás que su hermano, que era suúnicoamigo,suúltimaesperanza,merogócongranpatetismoquenodejarade quererla, y con creciente angustia partió haciaLondres, el escenario y lacausadetodassusdesgracias.

Lasescenasquesiguieronlaconvencierondequenohabíaalcanzadoaúnel fondo del abismo insondable en que había caído. Su infelicidad adoptabanuevasformascadadía.Ycadadíaalgúnhechoinesperadoparecíaculminarlasucesióndecalamidadesquesecerníansobreella,aunqueéstasenrealidadseguíanproduciéndose.

LapasiónmásdestacadadelalmadeRaymonderalaambición.Larapidezdesutalento,sucapacidadparaadivinaryencabezarlasdisposicionesdeloshombres, el deseo sincero de destacar eran instigador y alimento de aquellaambición. Pero otros ingredientes se mezclaban con éstos, y le impedíanconvertirse en la persona calculadora y decidida que conforma al héroe deéxito.Eraobstinadosinserfirme;benevolenteensusprimerospasos;duroeimplacablecuandoseloprovocaba.Ysobretodocarecíaderemordimientosyno cedía en la persecución de cualquier objeto de su deseo, aunque fueraindigno. El amor por el placer y los estímulos voluptuosos de la naturalezaconstituían una parte prominente de su carácter y conquistaban alconquistador,reteniéndoloenelmomentomismoenquehabíadealcanzarsuobjetivo,retirándolelareddesuambición,haciéndoleolvidarelesfuerzodesemanasporculpadeunmomentodeindulgencia,deentregaalnuevoobjetode sus deseos. Obedeciendo a esos impulsos se había casado con Perdita;alimentándose de ellos, se había visto convertido en amante de Evadne. Yahora las había perdido a las dos. Carecía del consuelo que proporciona larenuncia asumida y que nace de la constancia, y también de la sensaciónvoluptuosa de entrega a la pasión prohibida pero embriagadora. Su corazónhabíaquedadoexhaustotraslosrecientesacontecimientos,ysentíadestruidosugocede lavidaporel resentimientodePerditay lahuidadeEvadne.Lainflexibilidad de aquélla grabó el último sello sobre la aniquilación de susesperanzas.Mientrassudesuniónsehabíamantenidoensecreto,albergabaelsueñodedespertardenuevo la antigua ternura en supecho.Pero ahoraquetodosestábamosalcorrientedelosucedidoydequePerdita,trasdeclararsusintencionesaotros,enciertomodosecomprometíaamantenerlas,renuncióalaideadelareconciliaciónypersiguiósólo-yaqueeraincapazdepersuadirlapara que cambiara- conformarse con el mantenimiento de aquel estado decosas. Hizo votos contra el amor y su sucesión de luchas, desengaños yremordimientos, y en elmero goce sensual buscó el remedio a los caminosinjuriososdelapasión.

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Elembrutecimientodelcaráctereslaconsecuenciadetalestendencias.Ysin embargo, en su caso no habría sobresalido con tanta inmediatez siRaymondhubiera seguido aplicándose en la ejecuciónde sus planes para elbeneficio público y en cumplimiento de sus deberes de Protector. Pero,extremoentodo,entregadoalasimpresionesmásinmediatas,sezambullóconahínco en su nueva búsqueda de placeres y se entregó a las incongruentesintimidadesocasionadasporellasinprevisiónnireflexiónalguna.Lacámaradel consejo quedó desierta; las multitudes que acudían a él en tanto queagentes de sus varios proyectos eran ignoradas. Las fiestas, e incluso ellibertinaje,estabanalaordendeldía.

Perdita asistía con espanto al creciente desorden. Durante un tiempo leparecióquepodríadetenereltorrente,queRaymondatenderíaasusrazones.¡Vana esperanza! Los tiempos de su influencia habían quedado atrás. Laescuchó con altivez, le replicó desdeñoso y, si en algo logró despertar suconciencia, fue precisamente para empujarlo más aún al desorden con quetrataba de olvidar los zarpazos del remordimiento. Con su determinaciónnatural,Perditatratóentoncesdesuplantarsupuesto.Suuniónaparentehabíadepermitirlehacermucho.PeroafindecuentasningunamujerpodíaaportarelremedioalacrecientenegligenciadelProtector,unprotectorque,alparecersumido en un paroxismo de demencia, despreciaba toda ceremonia, todoorden,tododeber,yseentregabaalavidalicenciosa.

Noticiasdeaquelprocederextrañollegaronanuestrosoídos,ydudábamossobrequémétodoadoptarparadevolveranuestroamigoasímismoyalpaíscuandoPerditavinoavernos.Nosdetallóeldeteriorode suconductaynossuplicó a Adrian y a mí que nos trasladáramos a Londres y tratáramos deponerremedioalcrecientemal.

-Decidle -nos rogó- decidle a lord Raymond que mi presencia no lemolestarámás.Quenodebeentregarsemásaesadisipacióndestructivaparacausarmedisgustoyconseguirqueloabandone.Halogradosupropósito:novolverá a vermemás.Pero dejadme, es lo últimoqueos pido, dejadmequebusquejustificarladecisiónquetoméenmijuventudenlasalabanzasdesusconciudadanosyenlaprosperidaddeInglaterra.

Mientras nos dirigíamos a la ciudad, Adrian y yo conversamos ydiscutimos sobre la conducta de Raymond, sobre su abandono de lasesperanzas de excelencia permanente que habíamantenido, y que nos habíallevado a compartir. Mi amigo y yo nos habíamos educado en la mismaescuela o,mejor dicho, yo había sido alumno suyo en la opinión de que laadhesión inquebrantablea losprincipioseraelúnicocaminohaciaelhonor;queunaestrictaobservanciadelasleyesdeutilidadgeneralconstituíalaúnicameta razonada de la ambición humana. Pero aunque los dos compartíamosesasideas,diferíamosensuaplicación.Elresentimientoseañadía,enmicaso,

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a mi censura, y reprobaba la conducta de Raymond en términos severos.Adrian se mostraba más benévolo, más considerado. Admitía que losprincipios que yo defendía eran los mejores, pero negaba que fueran losúnicos. Recurriendo a una cita del Libro: «En la casa demi padremuchasmoradas hay», insistía en que los modos de llegar a ser bueno, o grande,variaban tanto como las disposiciones de los hombres, de quienes podíadecirseque,comolashojasdelosárbolesdelbosque,nohabíadosiguales.

Llegamos a Londres sobre las once de la noche. A pesar de lo quehabíamos oído, creíamos que lo hallaríamos en Saint Stephen, y allí nosdirigimos.Lacámaraestaballena,perodelProtectornohabíanirastro,yenlos semblantes de los dirigentes asomaba un contenido malestar que,combinado con los susurros y los comentarios quedos de sus inferiores, nohacían presagiar nada bueno. Nos dirigimos con presteza al palacio delProtectorado,dondehallamosaRaymondconotrasseispersonas.Lasbotellascirculaban alegremente y su contenido ya había logrado entorpecer elentendimiento de una o dos de ellas. El que había tomado asiento junto aRaymond contaba una historia que causaba las risotadas convulsas de losdemás.

Aunque Raymond se hallaba sentado entre ellos y participaba de laanimacióndelavelada,nodesertabadesunaturaldignidad.Podíamostrarsealegre, jocoso, encantador, pero no iba más allá del decoro natural ni delrespeto que se debía a sí mismo, por más atrevidos que fueran sus agudoscomentarios. Sin embargo reconozco que, teniendo en cuenta la tarea quehabíaasumidoalconvertirseenProtectordeInglaterra,ylasobligacionesquele correspondía atender, sentí una creciente consternación al observar a laspersonas indignas con las que malgastaba su tiempo, así como su espíritujovial,pornodecirebrio,queparecíaapuntodedespojarlodelomejordesímismo.Permanecídepie,contemplandolaescena,mientrasAdrianavanzabacomo una sombra entre los presentes y, con una sola palabra y unamiradasobria, trataba de restaurar el orden en la reunión. Raymond se mostróencantadodeverloyloinvitóasumarsealaveladafestiva.

LareaccióndeAdrianmeenfureció,puesaceptósentarsealamismamesaque los compañeros deRaymond, hombres de carácter débil, o carentes porcompletodeél,deshechosdealtacuna,deshonradesupaís.

-PermítanmeinstaraAdrian-exclamé-aquenoacepte,yaqueseunaami intentodeapartara lordRaymonddeesteescenarioydevolverloaotrascompañías.

-Querido camarada -dijo Raymond-. Este no es momento ni lugar parapronunciarunaleccióndemoral.Deberábastartemipalabrasiteaseguroquemisdiversionesymiscompañíasnosontanmalascomoimaginas.Nosotros

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nosomoshipócritasninecios.Encuantoalosdemás,«¿creesacasoque,porsertúvirtuoso,nohadehabermáspastelesnicerveza?»

Apartélavistadeél,airado.

-Verney -dijo Adrian-, te muestras muy cínico, siéntate. O no lo hagas,pues,comonoeresunvisitanteasiduo,talvezlordRaymondtecomplazcay,tal comohabíamosacordadoya,nos acompañealParlamento. -Raymond lomiró fijamente; sólo veía bondad en sus dulces rasgos. Se volvió haciamí,observandoburlónmigestoadustoyserio-.Vamos-prosiguióAdrian-.Mehecomprometidoporti,asíquepermítemecumplirmipalabra.Venconnosotros.

Raymondserevolvióensusilla,incomodado.

-¡Noiré!-fuesurespuesta.

Entretanto el grupo se había dispersado. Unos miraban las pinturas quecolgabandelasparedes,otrosse trasladabanaotrosaposentos,sugeríanunapartidadebillar...Unoaunofuerondesapareciendo.Raymondcaminabaporla estanciadeun ladoaotro, enfurecido.Yoestabadispuestoa soportar susreprochesyadevolvérselos.Adrianseapoyóenlapared.

-Esto es del todo ridículo -exclamó-. Ni siendo colegiales podríaiscomportaros de modo más absurdo. No comprendéis -prosiguió- que estoformapartedeunsistema,deunplandetiraníaalquenomesometerénunca.¿Acaso por ser el Protector de Inglaterra debo ser el único esclavo delimperio?¿Miprivacidadhadeverseinvadida?¿Misaccionescensuradas,misamigosinsultados?Peropiensolibrarmedetodoesto.Vosotrosseréistestigos-se arrancó del pecho la estrella, insignia de su cargo, y la arrojó sobre lamesa-. Renuncio a mi cargo, abdico de mi poder... ¡Que lo asuma quienquiera!

-Dejaqueloasuma-declaróAdrian-aquélquesepronunciesuperioratioaquélaquienelmundoasílopronuncie.NoexistehombreenInglaterraconsemejante presunción. Conócete a ti mismo, Raymond, y tu indignacióncesará,ytucomplacenciaregresará.Haceunosmeses,cuandorezábamosporla prosperidad de nuestro país, de nosotros mismos, rezábamos al mismotiempoporlavidaylasaluddelProtector,queestabaindisolublementeunidoa aquélla. Dedicabas tus días a nuestro beneficio, tu ambición era obtenernuestra aprobación. Embellecías nuestras ciudades con edificios, nosentregabas establecimientos útiles, sembrabas nuestro suelo de fertilidad yabundancia.Lospoderososylosinjustosseacobardabanantelospasosdetubuen juicio, y los pobres y los oprimidos se alzaban como floresmatutinasbajo el sol de tu protección. ¿Te sorprende que nos sintamos todoshorrorizadosytristesalconstatarquetodoparecehabercambiado?Peroven,este arrebato tuyo ya ha pasado. Retoma tus funciones. Tus partidarios lo

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celebrarán. Tus detractores guardarán silencio. Volveremos a manifestartenuestroamor,honorydeber.Domínateatimismo,Raymond,yelmundosesometeráati.

-Todoloquedicesseríamuysensatosilohubierasdichodeotro-replicóRaymond-.Aplícateatimismolalección,ytú,primernobledelpaís,podrásconvertirteensoberano.Tú,elbueno,elsabio,eljusto,gobernarástodosloscorazones. Ahora me percato, demasiado pronto para mi propia felicidad,demasiado tarde para el bien de Inglaterra, de que asumí una tarea quemesupera.Nosénigobernarmeamímismo.Medominanmispasiones,mimáspequeño impulso esmi tirano. ¿Crees que renunciaría al Protectorado, y herenunciadoaél,enunarrebatodeira?ComohayDiosjuroquenovolveréalucir esta insignia. No volveré a cargar sobre mis espaldas el peso de lapreocupación y la desgracia de la que esa estrella es signo visible. En otrotiempodeseéserrey.Fueenelcénitdemijuventud,enelorgullodemilocurainfantil. Me conocía cuando renuncié a serlo. Mi renuncia me trajo unaganancia,noimportacuál,puesahoratambiénlaheperdido.Durantemuchosmeses me he entregado a esta farsa de majestad, a esta bufonada solemne.Perobastadenecedades.Serélibre.

»Heperdido loqueadornabayconferíadignidadamiexistencia, loquemeuníaalosotroshombres.Vuelvoaserunsolitario.Yvolveréaser,comoenmisprimerosaños,unviajero,unsoldadodelafortuna.Amigosmíos,puesati,Verney,tesientoamigo,notratéisdedisuadirme.Perdita,casadaconunaquimera, inconsciente de lo que se oculta tras el velo, con un carácter enverdad imperfecto y vil, ha renunciado a mí. Con ella me bastaba pararepresentarelpapeldesoberano.Yen losrecodosdevuestrobosqueamadojugábamos a las máscaras y nos creíamos pastores de la Arcadia,entregándonosa la imaginaciónmomentánea.Demodoqueacepté,másporPerdita que pormímismo, asumir el personaje de uno de los grandes de latierra,conducirlaa losescenariosdelagrandeza,alterarsuvidaconunactobreve de magnificencia y poder. Con él pondríamos el color; el amor y laconfianza,porsuparte,seríanlasustanciadenuestravida.Perodebemosvivirnuestras vidas, no representarlas. Siguiendo una sombra, perdí la realidad.Ahorarenuncioaambas.

»Adrian, me dispongo a regresar a Grecia, a convertirme de nuevo ensoldado, tal vez en conquistador. ¿Me acompañarás? Contemplarás nuevospaisajes,conocerásaotrasgentes,serás testigode lapoderosa luchaqueallílibran la civilización y la barbarie, presenciarás, y tal vez dirigirás losesfuerzos de una población joven y vigorosa por alcanzar la libertad y elorden. Ven conmigo. Te esperaba. Esperaba este momento, todo estádispuesto.¿Meacompañarás?

-Loharé-respondióAdrian.

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-¿Inmediatamente?

-Mañanamismo,siasílodeseas.

-¡Reflexionad!-exclaméyo.

-¿Paraqué?-preguntóRaymond-.Miqueridoamigo,llevotodoelveranoreflexionandosobreesteasunto.YnodudesdequeAdrianhacondensadounaeradereflexiónenestebreveinstante.Nohablesdereflexión:apartirdeestemomento, reniegodeella.Esteesmiúnicomomentodefelicidadenmuchotiempo.Deboir,Lionel,losdiosesmeloordenan,ydebohacerlo.Notratesdeprivarmedemicompañero,demiamigodesheredado.

»UnapalabramássobrelacrueleinjustaPerdita.Duranteuntiempopenséque,observandoobedienciaduranteunmomento,alimentandolascenizasaúncalientes,podríadevolverleelfuegodelamor.Perohaymásfríoenellaqueenunahogueraabandonadaporlosgitanoseninvierno,cuyoscarbonesapagadosyacen bajo una pirámide de nieve. Luego, tratando de ir en contra de minaturaleza,nologrésinoempeorarlascosas.Contodo,sigopensandoqueeltiempo,einclusolaausencia,meladevolverá.Recuerdaquesigoamándola,quemimayoresperanzaesquevuelvaasermía.Aunqueellaloignora,yosísécuánfalsoeselveloconquehacubiertolarealidad.Notratesderasgaresacapa de engaño,mas retírala lentamente. Ponla frente a un espejo para quepuedaconocerse.Ycuandoseaduchaenesaciencianecesariaperodifícil,sepreguntaráporelerrorqueahoracomete,yseaprestaráadevolvermeloqueporderechomepertenece,superdón,susbuenospensamientos,suamor.

CAPÍTULOX

Tras aquellos acontecimientos, tardamos largo tiempo en recobrar ciertogrado de compostura. Una tempestad moral había hundido nuestra pesadabarcaynosotros,supervivientesdeunamenguadatripulación,nossentíamosaterrorizadosporlaspérdidasyloscambiosquehabíamosvivido.Idrisamabaapasionadamenteasuhermano,ymalpodíatolerarunaausenciadeduraciónincierta. A mí mismo, su querida compañía me hacía mucha falta; habíainiciado con gusto una ocupación literaria bajo su tutela y asistencia; latolerancia de sus planteamientos, sus razonamientos sólidos y la amistadentusiastaqueprodigaba loconvertíanenelmejor ingrediente,enelespírituexaltado de nuestro círculo. Incluso los niños lamentaron la pérdida de subondadosocompañerode juegos.Perditasehallabasumidaenunapenaaúnmásprofunda.Apesarde su resentimiento, ni dedíani denochedejabadeimaginarlasfatigasylospeligrosdelosviajeros.Raymondausente,luchando

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contra las dificultades, perdido el poder y el rango que le otorgaba elProtectorado, expuesto a los avatares de la guerra, se había convertido enobjetodesuzozobraeinterés.Noesquedesearasuregreso,siporregresoseentendía una vuelta a su anterior unión, pues tal escenario le resultabainconcebible.Así,mientras eso creía, y lamentaba angustiada que las cosashubieranllegadohastaesepunto,nodejabadesentiriraeimpacienciaporelcausantedesusdesgracias.Aquellasperplejidadesylamentacioneslallevabanaempaparlaalmohadaconlágrimasnocturnasyaconvertirsupersonaysumenteenvagasombradeloquehabíasido.Procurabaestarsolaynosevitabacuando, alegres y derrochando afecto, nos reuníamos en familia. Sus únicospasatiemposeranlareflexiónsolitaria,loslargospaseosylamúsicasolemne.Inclusodescuidabaasuhija;cerrandosucorazónatodaternura,semostrabareservadaconmigo,sumejorymásentregadoamigo.

Yonopodíaverladeesemodosintratarderemediarsumal,quenoteníaremedio,losabía,amenosquelograrareconciliarlaconRaymond.Antesdelapartidadeéste recurría todos losargumentos,a todas laspersuasiones,parainducirlaaqueimpidieraaquelviaje.Ellarespondíaaéstasconuntorrentedelágrimas,asegurándomequelavidaylosbienesdelavidanobastabanparapersuadirla.Noeravoluntadloquelefaltaba,sinocapacidad;declarabaunayotravezqueresultaríamásfácilencadenarelmar,ponerriendasalasráfagasinvisiblesdelviento,quehacerletomarporverdadlafalsedad,porsinceridadel engaño, por amor fiel y verdadero la unión cruel. A mis razonamientosreplicabaconmayorbrevedad,declarando,desdeñosa,quelarazónerasuya;yquehastaquepudieraconvencerladequeelpasadopodíadeshacerse,dequela madurez podía retroceder hasta la cuna y de que todo lo que era podíatornarseenloquenohabíasidonunca,resultaríainútilqueleaseguraraqueensu destino no había tenido lugar ningún cambio. Y así, con terco orgulloconsintió que se fuera, aunque las fibrasmismas de su corazón se rasgaroncuando se consumó la partida, que alejaba de su vida todo lo que estimabavalioso.

Para que se aireara, y para que nosotros también cambiáramos de aires,cubiertos como estaban por la nube que se había posado sobre nuestrascabezas,convencíalasdoscompañerasquemerestabanqueseríamejorquenosotros tambiénnos ausentáramospor un tiempodeWindsor.Visitamos elnortedeInglaterra,miUllswaternatal,ynosrecreamosenunospaisajesquedespertabanmisrecuerdos.ProseguimosviajehastaEscociaparaconocerloslagos Katrine y Lomond. Desde allí nos dirigimos a Irlanda, donde, en lavecindaddeKillarney,nos instalamosdurantevarias semanas.Elcambiodeescenariooperóengranmedidalasmodificacionesqueesperaba.Trasunañode ausencia, Perdita volvió a mostrarse más amable y más dócil que enWindsor. Pero el regreso la alteró de nuevo por un tiempo. Allí todos loslugares parecían cargados de unos recuerdos que se habían vuelto amargos

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paraella.Losclarosdelbosque,loshelechos,laslomascubiertasdehierba,elpaisaje cultivado y alegre que se extendía junto al camino plateado delTámesis, todo le hablaba al unísono inspirado por la memoria, cargado depesaresylamentos.

Peromiintentodedevolverlaaunapercepciónmáslúcidadesímismanose detuvo ahí. Perdita seguía siendo, en gran medida, una persona sinformación.CuandoabandonósuvidacampesinaypasóaresidirconlacultayeleganteEvadne,elúnicoarteenelquealcanzóciertaperfecciónfueeldelapintura,paraelqueposeíaunasaptitudesrayanasenlagenialidad.Conellasehabía entretenido en su casa solitaria, cuando abandonó la protección de suamiga griega. Pero ahora paleta y caballete permanecían olvidados; cuandotratabadepintarlosrecuerdoslaatormentaban,lamanoletemblabaylosojosse le anegaban en llanto. Junto con aquella ocupación, había renunciadotambiénacasitodaslasdemás.Ysumentesereconcomíaensímismahastaconducirlacasialalocura.

Yo, pormi parte, desde los tiempos en queAdrian abandonómi remotamoradaenbuscadesupropioparaísodeordenybelleza,mehabíaempapadodeliteratura.Estabaconvencidodeque,pormásquelascosashubieransidode otro modo en épocas remotas, en el presente estadio del mundo lasfacultades del hombre no podían desarrollare, los principios morales delhombrenopodíanprogresar,sinqueexistierauncontactocontinuadoconloslibros.Paramíéstosequivalíanaunacarreraactiva,alaambición,asícomoaotras emociones palpables que resultan necesarias para la mayoría. Laasimilación de opiniones filosóficas, el estudio de hechos históricos, laadquisicióndelenguas,seconvirtieronalavezenmipasatiempoyenlametamás seria de mi vida. Yo mismo me convertí en escritor, aunque miscreaciones fueran poco pretenciosas. Se limitaban a biografías de mispersonajeshistóricosfavoritos,enespecialdeaquéllosalosquecreíaquenosehabíahechojusticia,oantelosquealzabauntelóndeoscuridadyduda.

A medida que mi creación literaria progresaba, iba adquiriendo nuevosinteresesyplaceres.Hallabaotroeslabónvaliosoquemeuníaamiprójimo;mipuntodevistaseensanchaba,ylasinclinacionesycapacidadesdetodoslossereshumanosibanresultándomecadavezmásinteresantes.Sehallamadoalosreyes«padresdesupueblo».Yyo,depronto,mesentíacomosifueraelpadrede toda lahumanidad.Laposteridad seconvirtióenmiheredera.Mispensamientos eran piedras preciosas con las que enriquecer el tesoro de lasposesiones intelectuales del hombre.Cada sentimiento era un regalo valiosoque le entregaba.Mis aspiraciones no deben atribuirse a la vanidad. No seexpresaban en palabras ni adoptaban forma definida en mi propia mente,aunque sin duda henchían mi alma y exaltaban mis pensamientos,iluminándomeconsuresplandor,conduciéndomeporlacalzadaoscuraporla

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quehastaentonceshabíacaminadoyllevándomehacialasendadespejadadela humanidad, bañada de luz, que me convertía en ciudadano del mundo,candidatoahonoresinmortales,aspiranteávidodelelogioylacomprensióndemisiguales.

Nadiegozabatantocomoyodelosplaceresdelacreación.Siabandonabalosbosques, lamúsicasolemnede las ramasmecidaspor labrisa,el templomajestuosodelanaturaleza,buscabarefugioenlosvastossalonesdelcastillo,ydesdeelloscontemplaba laextensayfértil Inglaterra,queseextendíabajonuestra regia colina, mientras escuchaba incitadores pasajes musicales. Enaquellas ocasiones las solemnes armonías de unas arias que elevaban elespíritudabanalas amispensamientos confinados,permitiéndoles, creíayo,traspasarelúltimovelodelanaturalezaydesuDios,ymostrarlamáselevadabelleza en una expresión visible a la comprensión del hombre. Mientrasproseguía la música, mis ideas parecían abandonar su morada mortal; seliberabandesusengranajesyemprendíanelvuelo,navegandoporlasplácidascorrientes del pensamiento, llenando la creación de nueva gloria, avivandoimaginacionessublimesquedeotromodohubieranpermanecidoadormecidas,mudas.Yentoncesmeprecipitabasobrelamesaytejíala telamentalreciénhalladacontexturafirmeycoloresvivos,dejandoparaunmomentodemayorsosiegolaordenacióndeaquellosmateriales.

Pero este relato, que tantopodría pertenecer a unperiodo anterior demividacomoalmomentopresente,mellevademasiadolejos.Fueelplacerqueobteníaconlaliteratura,ladisciplinamentalqueveíasurgirdeella,loquemeincitabaalograrquePerditaseaventuraraporelmismocamino.Empecéconmano ligera y sutil fascinación, excitando primero su curiosidad y luegosatisfaciéndolademaneraque, ademásdehacerleolvidar suspenasdándoleuna ocupación, llegara a encontrar en las horas siguientes un revulsivo debondadytolerancia.

Aunque no orientada hacia los libros, la actividad intelectual habíaformadosiemprepartedelanaturalezademihermana.Sehabíamanifestadodemaneratempranaensuvida,conduciéndolaa lareflexiónsolitariaensusmontañas natales, lo que a su vez la había llevado a formarse incontablescombinaciones a partir de los objetos cotidianos, y había conferido fuerza asus percepciones y rapidez a su juicio. El amor llegó, como la vara de unprofeta, y acabó con todos sus defectosmenores.El amorduplicó todas susexcelenciasytocósugenioconunadiadema.¿Ibaentoncesadejardeamar?Sería tan difícil apartar a Perdita del amor como extraer los colores y losperfumesdelasrosas,comoconvertirenhielyvenenoeldulcealimentodelalechematerna.LlorabalapérdidadeRaymondconunacongojaqueexiliabatodasonrisadesuslabiosysurcabasuhermosafrenteconarrugasdetristeza.Y sin embargo el paso de los días parecía alterar la naturaleza de su

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sufrimiento, y las horas transcurridas la obligaban a alterar (si así puededecirse) elvestidode lutoquecubría sualma.Duranteun tiempo lamúsicapareciósaciarelapetitodesumenteylasideasmelancólicasserenovabanconcada nuevo acorde, se alteraban con cada cambio de ritmo. La formaciónintelectual que le propuse la acercó a los libros, y si la música había sidoalimentodesupena,lasobrasdelossabiosseconvirtieronensumedicina.

El aprendizaje de nuevas lenguas resultaba una ocupación demasiadotediosaparaquienreferíatodaexpresiónasuuniversointeriorynoleía,comohacenmuchos,meramenteparapasarelrato,sinoqueseguíainterrogándoseasímismayalautor,modelandocadaideademilmodos,deseosadedescubriruna verdad en cada frase.Ella perseguíamejorar su comprensión.Y así, demanera automática, bajo aquella beneficiosa disciplina, su corazón y susdisposiciones se suavizaron y se dulcificaron.Con el tiempo descubrió que,entretodossusconocimientosreciénadquiridos,supropiocarácter,quehastaentonces creía conocer en profundidad, pasó a ocupar el lugar máspreeminente entre todas sus terrae incognitae, se convirtió en la selva másimpenetrable de un país no cartografiado. Errática, extrañamente, inició latareadeexaminarseyjuzgarseasímisma.Ydenuevoadquirióconcienciadesuspropiasexcelenciasyempezóaequilibrarmejorlabalanzadelobuenoylo malo que había en ella. Yo, que ansiaba en grado sumo devolverle lafelicidad que aún le quedaba por disfrutar, observaba con impaciencia elresultadodesusprocesosinternos.

Peroelhombreesunanimalraro.Nopuedenmedirsesusfuerzascomoside una máquina se tratara. Y aunque un impulso actúe con una fuerza decuarenta caballos sobre lo que parece dispuesto a plegarse a uno, elmovimiento,depreciandotodocálculo,nollegaaproducirse.Así,nieldolor,ni la filosofía ni el amor lograron quePerdita suavizara su opinión sobre eldescuidodeRaymond.Volvía agustar demi compañía, ypor Idris sentía ydemostrabadenuevototalaprecio.Unavezmásderramabasobresuhijagranternura y permanentes cuidados. Pero en sus comentarios yo detectaba unprofundo resentimiento contra Raymond, una inextinguible sensación deheridasincicatrizarquemealejabade todaesperanzacuandomáscercamecreíadematerializarla.Entreotrasdolorosasrestricciones,habíaconvertidoenleydeobligadocumplimientoentrenosotroselque jamásmencionáramoselnombre de Raymond en su presencia. Se negaba a leer cualquier noticiaprocedente de Grecia y me había pedido que me limitara a mencionarle sillegaba alguna, y si los viajeros se encontraban bien.Resultaba curioso queinclusoClaraacataraesaleyimpuestaporsumadre.Laencantadoraniñateníacasi nueve años.Había sido siempre una pequeña feliz, fantasiosa, alegre einfantil, pero tras la marcha de su padre su gesto quedó marcado por laseriedad. Los niños, poco hábiles en el uso del lenguaje, no suelen hallarpalabrasparaexpresarsuspensamientos,yningunodenosotrossabíadecirde

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quémodo sehabíangrabado en sumente losúltimos acontecimientos.Perosindudahabríarealizadoobservacionesprofundasmientrassedabacuentadeloscambiosquesesucedíanasualrededor.NuncamencionabaasupadreenpresenciadePerdita,parecíaalgoasustadacuandomehablabaamídeél,yaunqueyotratabadetranquilizarlaenrelaciónconeltema,disuadiéndoladelos temores que teñían las ideas que manifestaba en relación con él, no lolograba.Aunasí,esperabaconimpaciencialallegadadesuscartas,distinguíaa la perfección los timbres griegos y no me quitaba los ojos de encimamientras yo las leía. Con frecuencia la descubría leyendo en el periódicoartículossobreelpaísheleno.

No hay visión más dolorosa que la de un niño prematuramentepreocupado, más aún, como resultaba evidente en el caso que nos ocupa,cuando esa preocupación aparece en el ánimo de alguien que hasta esemomento se ha mostrado alegre. Y a pesar de todo Clara derrochaba unadulzuraydocilidadquemovíanalaadmiración.Ysiesciertoquelapurezadealmapintalasmejillasdebellezaydotadegracialosmovimientos,nohabíadudadeque susvisionesdebíande ser celestiales, pues su semblante era elcolmo del encanto y sus movimientos resultaban más armónicos que loselegantessaltosdeloscervatillosdesubosquenatal.AvecesyoabordabaconPerditaeltemadesureserva,peroellarechazabamisconsejos,pormásquelasensibilidaddesuhijalesuscitaraunaternuramásapasionadaaúnquelamía.

Transcurridomásdeunaño,AdrianregresódeGrecia.

Cuando nuestros dos exiliados llegaron a aquel país, turcos y griegosrespetaban una tregua, una tregua que era como el sueño para el cuerpo,preludio de una actividad renovada tras el despertar. Con los numerosossoldadosdeAsia,contodoslosarsenalesmilitares,losbarcosylasmáquinasbélicasdequeelpoderyeldineropodíanhaceracopio,losturcosdecidieronaplastarsindilaciónaunenemigoque,avanzandopasoapasodesdesuplazafuertedeMorea,habíaconquistadoTraciayMacedoniayhabíaconducidoasus ejércitos hasta las puertas mismas de Constantinopla. Las activasrelaciones comerciales de los griegos con las naciones europeas hacían queéstascontemplaransuéxitocongraninterés.Greciasepreparóparamanteneruna vigorosa resistencia y se alzó como un solo hombre. Las mujeres,sacrificando sus valiosos ornamentos, armaron a sus hijos para la guerrainstándolos, con el espíritu de madres espartanas, a vencer o morir. Lostalentos y el coraje de Raymond eran altamente estimados por los griegos.Nacido en Atenas, la ciudad lo reclamaba como hijo propio y le habíaconcedidoelmandodesudivisiónenelejército.Sóloelcomandanteenjefeposeíamáspoderqueél.Consideradounode sus ciudadanos, sunombre seañadióalalistadehéroesgriegos.Subuenjuicio,sucapacidaddeacción,suconsumada valentía justificaban la decisión. El conde de Windsor, por su

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parte,seconvirtióenvoluntarioalasórdenesdesuamigo.

-Bien está -dijoAdrian- hablar de guerra bajo estas sombras plácidas, ycongranprofusióndepalabrasconvertirloenespectáculo,puesmuchosmilesdecongéneresnuestrosabandonancondoloresteairedulceysutierranatal.Nosoysospechosodeirencontradelacausagriega;séysientosunecesidad.Es,másqueningunaotra,unabuenacausa,quehedefendidoconmiespada.Estabadispuestoamorirensudefensa.Lalibertadvalemásquelavida,ylosgriegos hacen bien en defender su privilegio hasta la muerte. Pero no nosengañemos. Los turcos son hombres. Todas sus fibras, todos sus miembrossienten igual que los nuestros, y tanto turcos como griegos sienten, en sucorazón o en su cerebro, los espasmos mentales o físicos con la mismaintensidad. La última acción que presencié fue la toma de ... Los turcosresistieron hasta el fin, la guarnición pereció en las murallas y nosotrosentramosal asalto.Todas las criaturasque aún respiraban intramuros fueronmasacradas.¿Creéisque,entrelosgritosdelainocenciavioladaylainfanciadesesperada,nooíayo,contodosmissentidos,elllantodemiprójimo?Antesquemahometanos, quienes así sufrían eranhombresymujeres, y cuando selevanten,sinturbante,delatumba,¿enqué,exceptoensusacciones,buenasomalas, seránmejoresopeoresquenosotros?Dossoldadospeleabanporunamuchacha, cuyagranbellezay ricos ropajesexcitaban losbajos instintosdeaquellosmalhechores, tal vez buenos hombres en familia, a quienes la furiadelmomentohabíaconvertidoenencarnacióndeldemonio.Unviejodebarbaplateada,decrépitoycalvo,quetalvezfuerasuabuelo,seinterpusoentreellosylajovenparasalvaraésta,yelhachadeguerradeunodelosdossehundióen su cráneo. Yo acudí en su defensa, pero la ira los cegaba y los volvíasordos.No repararon enmi atuendo cristiano ni escucharonmis voces. Laspalabras eran armas sin filo entonces, pues mientras la guerra gritaba«destrucción»,yelasesinatocumplíasusórdenes,¿cómopodíayo

revertirlamareadelosmales,aliviandoelerror

conleveofrecimientodeelocuenciabalsámica?

Uno de los dos tipos, indignado por mi intromisión, me golpeó en elcostadoconsubayonetaycaíalsuelo,inconsciente.

-Estaheridatalvezacortemivida,pueshasacudidomicuerpo,yadeporsífrágil.Peroacatolamuerte.EnGreciaheaprendidoqueunhombremásomenos importa pocomientras queden cuerpos humanos para reemplazar lasfilasmenguantesdelasoldadesca.Yheaprendidotambiénquelaidentidaddeun individuo puede ignorarse, siempre y cuando el pelotón siga completo.Todo esto tuvo un efecto distinto sobre Raymond. Él es capaz de tener encuentaelidealdelaguerra,mientrasqueyosoysensiblesóloasusrealidades.Él es soldado, general. Ejerce influencia sobre las alimañas de la guerra

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sedientasde sangre,mientras queyome resisto envano a sus impulsos.Larazónessencilla.Burkehaafirmadoque«entodosloscuerpos,aquellosqueordenandeben,ennopocamedida,obedecer».Yyonopuedoobedecer,puesno simpatizo con sus sueños de masacre y gloria... Obedecer y ordenar ensemejante carrera está en la naturaleza de la mente de Raymond. Siempretriunfa,ypareceprobableque,altiempoqueadquierehonoresycargosparasí,asegurelalibertaddelosgriegos,ytalvezunimperioextenso.

La mente de Perdita no se serenó al oír aquel relato, pues pensó queRaymond podía ser feliz y grande sin ella. «¡Ojalá yo también tuviera unacarrera! ¡Ojalá yo también pudiera fletar un barco nuevo con todas misesperanzas,energíasydeseos,ylanzarloalocéanodelavida,dirigirmeconélaalgúnpuntoalcanzable,conlaambiciónoelplacerportimón!Perovientosadversosmeretienenenlaorilla.ComoUlises,mesientoalbordedelaguayderramolágrimas.Peromismanosinertesnosoncapacesdetalarárbolesnide cortar tablones.» Influida por aquellos pensamientos melancólicos, seenamorómásquenuncade ladesdicha.Con todo, lapresenciadeAdrian lehizoalgúnbien,puesal instante el recién llegado rompió la leydel silencioque pesaba sobre Raymond. Al principio se sobresaltó al oír su desusadonombre, pero no tardó en acostumbrarse a él, en amarlo, y escuchaba conavidezelrelatodesuslogros.Claratambiénselibródesurecato;Adrianyélhabíansidocompañerosdejuegos,yahora,mientrascaminabanocabalgabanjuntos, él cedía a sus sinceras súplicas y le repetía por enésima vez ésta oaquélladescripcióndelactodecoraje,munificenciaojusticiadesupadre.

Entretanto,todoslosbuquesllegabanportadoresdenoticiasemocionantessobreGrecia. La presencia de un amigo en sus ejércitos y su gobierno nosllevaba a seguir con entusiasmo la evolución de los acontecimientos. Y enalguna carta breve que nos enviaba en contadas ocasiones, Raymond nosrelatabaloinmersoquesehallabaenlosinteresesdesupaísdeadopción.Elcomercioeradegranrelevanciaparalosgriegos,ysehabríanconformadoconsus posesiones territoriales si los turcos no los hubieran invadido. Pero lospatriotas, que obtuvieron victorias, se impregnaron del espíritu de conquistahasta el punto de ver ya Constantinopla como suya. La estimación queprofesaban por Raymond no dejaba de crecer. Pero en el ejército había unhombre quemandabamás que él. Era célebre por su conducta y por haberelegido una posición determinada en una batalla librada en las llanuras deTracia, a orillas del Hebrus, que había de decidir el destino del islam. Losmahometanos fueron derrotados y expulsados enteramente del territorio quequedabaaloestedelrío.Labatallafuesanguinaria,lapérdidadelosturcos,alparecer,irreparable.Losgriegos,porelcontrario,perdieronaunsolohombre,pero ello les bastó para olvidarse de lamultitud anónima esparcida sobre elcampo ensangrentado, y renunciaron a celebrar una victoria que les supusoperdera...Raymond.

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EnlabatalladeMakri,éstehabíadirigidolacargadecaballeríaypersiguióalosfugitivoshastaorillasdelHebrus.Traselcombatehallaronasucaballofavoritopaciendoenlariberadelmansorío.Nosesuposihabíacaídoentrelossoldadosdesconocidos.Peronoseencontraronornamentosrotosniarreosmanchados que revelaran cuál había sido su suerte. Se sospechaba que losturcos,hallándoseenposesiónde tan ilustrecautivo,decidieronsatisfacersucrueldadmás que su avaricia, y temerosos de la intervención de Inglaterra,optaron por ocultar para siempre el asesinato a sangre fría del soldadomásodiadoytemidodelosescuadronesenemigos.

Raymond no fue olvidado en Inglaterra. Su abdicación del Protectoradohabíacausadounaconsternaciónsinprecedentes.

Y cuando sus planes magníficos y bien ideados se contrastaron con laestrechezdemirasdelospolíticosquelesucedieron,elperiododesumandatoempezóarecordarseconnostalgia.Laconstantemencióndesunombre,unidaa los testimonios honrosos que llenaban las gacetas griegas, manteníandespierto el interés que había despertado. Parecía el hijo predilecto de lafortuna, y su prematura pérdida eclipsó al mundo y dejó al resto de lahumanidad huérfana de brillo. La gente se aferraba a la esperanza de quesiguiera con vida. Se instó al representante consular en Constantinopla arealizar las averiguaciones pertinentes y, en caso de que pudiera verificarsequenohabíamuerto,exigierasu liberación.Cabíaesperarquesusesfuerzosdieranfrutoyque,aunqueprisionero,blancodecrueldadyodio,pudieraserrescatadodelpeligroydevueltoalafelicidad,elpoderyelhonorquemerecía.

El efectoque causó la noticia enmihermana fue asombroso.Enningúnmomentodiocréditoalahistoriadesumuerte.ResolvióalinstantetrasladarseaGrecia.Tratamosderazonarconella,dedisuadirla,peroPerditanoconsintióque ningún impedimento, ningún retraso, se interpusiera en su decisión. Enhonor a la verdad debe decirse que si los argumentos y las súplicas logranapartar a alguien de un propósito desesperado cuyosmotivos y fin se basanexclusivamenteenlaintensidaddelasemociones,entoncesestábienqueasísea, pues tal renuncia demuestra que ni elmotivo ni el fin eran lo bastantefuertespararesistirlosobstáculosqueseinterpusieranensuconsecución.Si,por el contrario, resisten los intentos disuasorios, esa misma terquedadpresagia ya el éxito; y se convierte en deber de aquéllos que aman a esealguien contribuir a allanar los impedimentosque surjan en su camino.Conesos sentimientos actuamos en nuestro pequeño grupo. Comprendiendo quePerdita se mantendría insobornable, nos dedicamos a proporcionarle losmejoresmediosparaalcanzarsupropósito.Nopodíairsolaaunpaísdondecarecía de amigos, donde tal vez, apenas llegara, confirmaría la temiblenoticia, que sin duda la sumiría en el más hondo de los pesares y losremordimientos. Adrian, cuya salud siempre había sido frágil, se resentía,

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además,delagraviodesurecienteherida.Idrisseveíaincapazdeabandonarloen ese estado, y no era adecuado que nos ausentáramos los dos, ni que noslleváramos a nuestros hijos en un viaje de aquella naturaleza. Finalmentedecidíquesóloyoacompañaríaamihermana.LaseparacióndemiIdrismeresultó muy dolorosa, pero la necesidad nos consolaba en cierto modo. LanecesidadylaesperanzadesalvaraRaymond,dedevolverlelafelicidad,dedevolvérselo a Perdita. No había tiempo que perder. Dos días después detomadaladecisiónllegamosaPortsmouthyembarcamos.Eraelmesdemayoynosepreveíantormentas.Senosprometióunviajepróspero.Albergandolasmás fervientes esperanzas, adentrándonos en el vasto mar, observamosmaravillados alejarse las costas de Inglaterra, y en las alas del deseodesplegamoslasvelas,henchidasdeviento,rumboalsur.Nosimpulsabanlasolas livianas, y el viejoocéano sonreía con el pesodel amory la esperanzapuestos a su recaudo; amansando con delicadas caricias sus llanurastempestuosas, el sendero se allanaba apara nosotros. De día y de noche, elviento de popa impulsaba constante nuestra quilla, y ni galerna rugiente niarena traidora ni peñasco destructor interpusieron obstáculo alguno entremihermanay la tierraen laque ibaaentregarsedenuevoasuprimeramor,alconfesoramadodesucorazón,alcorazónquelatíadentrodesucorazón.

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