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Reseas

Malas compaasA propsito de Bernardo Arias Trujillo

Pablo Arango

El fondo editorial Alma Mater acaba de reeditar la novela Risaralda, uno de los libros ms

singulares y olvidados de la literatura colombiana. He aqu la resea de un paisano del

escritor caldense.

Creo que fue en 1990 que las autoridades del municipio de Manzanares, Caldas, decidieron rendirle un

homenaje al escritor local Bernardo Arias Trujillo poniendo su nombre a la calle en la que queda el colegio

de monjas del pueblo. Las hermanas recibieron muy bien la iniciativa y nos recordaron a todos los

estudiantes que Arias Trujillo era el escritor caldense ms importante y uno de los ms reconocidos de la

primera mitad del siglo XX en Colombia. Nos invitaron a leer su obra. El profesor de literatura no la haba

ledo, las monjas tampoco y ni siquiera los promotores del homenaje. En las bibliotecas solo haba una

novela suya, Risaralda. Las nicas referencias a otros de sus escritos nos las proporcion un alma perdida,

pintor y reconocido en el villorrio principalmente como cacorro. Nos mostr entonces un poema, que

recitaba emocionado, en el que se relata en tono autobiogrfico un episodio de prostitucin casi infantil y

homosexual. Ni las monjas ni las gentes de bien se dieron cuenta y hasta el da de hoy la calle lleva el

nombre del ilustre ciudadano.

De manera parecida, el nombre de Arias Trujillo aparece en las historias de la literatura colombiana y

latinoamericana, y en unos cuantos comentarios crticos. Y casi siempre como el autor de esa nica novela,

y como una suerte de escritor maldito. Tambin se sugiere que su vida como escritor le qued inconclusa,

que hay que leerlo no como un autor sino como un proyecto de algo que no se sabe bien qu iba a ser

finalmente. Porque de todo lo que escribi solo perdura Risaralda y porque se mat a los 34 aos; eso dicen.

Arias Trujillo naci en Manzanares el 19 de noviembre de 1903. Desde muy joven comenz a publicar: en

1924 la revista La Novela Semanal public las novelas breves Luz, Muchacha sentimental y Cuando cantan

los cisnes. Luego de graduarse de abogado en Bogot y de esperar en vano un puesto de funcionario, regres

a Manizales en 1930, esperanzado por el triunfo del liberalismo en las elecciones presidenciales que gan

Olaya Herrera. Asumi la direccin de El Universal, peridico progresista en el que editorializ

sonoramente contra varias figuras importantes de la poltica local. Como era de esperarse, esta actitud le

vali el recelo de conservadores y liberales, pues si un liberal colombiano es un oxmoron, uno caldense es

una imposibilidad metafsica. En uno de los editoriales resume su visin del liberalismo como un partido de

centro. Y en el centro est siempre la verdad. En retrospectiva, parece un anhelo del equilibrio que no tuvo.

En los editoriales se hace cada vez ms claro el desencanto de Arias Trujillo con el gobierno liberal, y apenas

tres meses despus de abierto el peridico debe cerrarlo, segn sus palabras, debido a las circunstancias

polticas y la obediencia a los jefes del liberalismo.

En 1932 fue nombrado secretario de la Embajada colombiana en Argentina, gracias a los oficios del

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entonces ministro plenipotenciario de Colombia en Argentina, Uruguay y Paraguay, Jos Camacho

Carreo, muy amigo suyo. El suceso recuerda el apunte de Ambrose Bierce de que un ministro

plenipotenciario es un diplomtico a quien se otorga absoluta autoridad con la condicin de que nunca la

ejerza, pues el puesto ofrecido a Arias Trujillo no tena sueldo aunque debe agregarse que Camacho

Carreo lo asisti econmicamente. La falta de plata fue una constante en su vida, y en ste su perodo

diplomtico era ms grave pues no solo no tena salario, sino que, como le explica a su mam en una carta,

cuando se es diplomtico se pisan los mejores salones Pero todo eso exige dinero. Estando en Buenos

Aires aparece en 1932 la novela Por los caminos de Sodoma: confesiones ntimas de un homosexual,

publicada por la Editorial Pagana y firmada por sir Edgar Dixon. Es una suerte de alegato a favor del

homosexualismo; un alegato ambivalente en el que se deja ver cierta culpa. Luego de esperar, otra vez en

vano, un nombramiento diplomtico pero con sueldo, regres a Manizales a comienzos de 1934. En otra

carta temprana dirigida a su madre desde Argentina ya es evidente el desencanto con el gobierno liberal: El

favoritismo sigue y la rosca conservadora contina disfrutando de lo mismo, como si no hubiramos

triunfado. Yo no me explico cmo hay todava godos que nos insultan, cuando Olaya Herrera nos ha

resultado ms godo que el general Arias. En la correspondencia se ve que el paso por Buenos Aires fue una

de las pocas ms importantes de su vida. All hizo amistad con Federico Garca Lorca, de quien escribi

luego: Para poder penetrar en los hontanares del espritu de este poeta indefinible, es necesario poseer

cierta tristeza sexual como la suya, tristeza que es ddiva y suplicio de los dioses, no de todos conocida por

fortuna.

Apenas lleg a Manizales complet el panfleto En carne viva, un libro de ms de doscientas pginas en el

que arremete contra figuras como Lpez Pumarejo, Olaya Herrera y otra lista de notables a quienes

considera traidores a la patria. El libelo se vendi muy bien y logr el efecto esperado, si ste era el de

ganarle ms enemigos a su autor y cerrarle ms puertas. A esta hostilidad contribuy la difusin de Por los

caminos de Sodoma y la certeza de que sir Edgar Dixon era Arias Trujillo. En esa poca comienza a viajar al

pueblo de La Virginia, en Risaralda, por invitacin de su amigo Francisco Jaramillo, y en 1935, fruto de esas

visitas, publica la novela Risaralda en la editorial de Arturo Zapata. Casi de inmediato el libro se convirti

en un doble xito de crtica y de ventas.

La nueva vorgine

La novela relata la colonizacin del valle anchuroso de Risaralda, cercado por los ros Risaralda y Cauca

en Sopinga, poblacin as bautizada por los negros colonizadores y luego renombrada como La Virginia por

las autoridades blancas al considerar que el nombre primigenio era inmoral, de notoria salvaja, sabor

negroide y ninguna significacin castellana. Presenta las costumbres de los negros y sus relaciones con los

blancos. Deja caer apuntes sociolgicos, antropolgicos, filosficos, csmicos; elogios del machete (limpia

hoja de servicios a la Independencia de Amrica), la ruana (que, agarrada solo de un canto, significa

desafo para que sea pisada por el que se sienta macho), el tiple (hermano y compinche de todas nuestras

desventuras y glorias), el aguardiente de contrabando (que es herosmo, simpata, pundonor, sangre y

espritu de la raza nuestra, y que es mejor que el del gobierno porque tiene el encanto de la

clandestinidad), la naturaleza virgen y luego desvirgada por el hombre, la virilidad, los cuerpos de las

mujeres y de los hombres, la violencia, el honor

En medio de todo eso cuenta una historia de amor o, mejor, de eso que a falta de mejores palabras

llamamos amor, pues el narrador advierte desde el comienzo que, por lo que respecta a las negras, era un

misterio saber si en realidad amaban a sus hombres. El amor entre un blanco, un manizaleo andariego y

vaquero, y la negra Canchelo, un trozo de muchacha pintona, de carnes prceres y provocativas. Con los

antecedentes expuestos, no sorprende que el romance termine mal, de varias maneras.

Mark Twain aconsejaba con respecto al adjetivo: Cuando ests en duda, suprmelo. Arias Trujillo no



pareca dudar nunca y era prdigo. Para l, la hoja en blanco era una invitacin al epteto. As, mientras el

ro Cauca es silencioso, el Risaralda discurre filosfico; los rayos del sol son equitativos; el valle es

esmeraldino y fanfarrn como un cadete de primeras armas; los negros de Sopinga practican una

barbarie erudita; el tiple es al mismo tiempo guerrillero liberal y ravacholista conservador y

promesero godo y ultramontano sentimental y macho; en una ria un negro le asesta a otro un

machetazo perfecto, matemtico, preciso; el ganado tiene ojos apostlicos; en una tormenta se dejan or

los anarquistas estampidos de los truenos; las colinas de Manizales son, por supuesto, griegas

Los personajes son llamados por el narrador muecos animados, y la denominacin no solo se ajusta a las

pretensiones cinematogrficas del relato. Con frecuencia tiene uno la impresin de asistir a las vicisitudes de

unos estereotipos, si tal cosa es posible. Pero los arquetipos se concretan finalmente gracias al vigor y la

riqueza con que se describen las acciones y el paisaje, el recurso al habla ordinaria de los negros y la vvida

presentacin de las costumbres. El efecto general es como de un cuadro manierista hecho con paladas de

color local.

Arias Trujillo llam a su libro pelcula de negredumbre y de vaquera filmada en dos rollos y en lengua

castellana. Racionaliz luego esta denominacin diciendo: El procedimiento mecnico de su construccin

y estilo tiene conexiones elctricas y luces de gran voltaje que dan a la filmacin de mi libro una

originalidad de gnero nuevo. Enrique Anderson Imbert parece aceptarlo cuando dice que la novela es

como una pelcula. Raymond L. Williams se muestra escptico pero concede que por lo menos el captulo

XXX tiene un pulso como de filmacin en cmara lenta. All se describe la inundacin del valle por la

crecida de los ros, con un ritmo lento y una visin antropomrfica del valle. Vuelve a aparecer la

naturaleza que haba sido presentada en los comienzos, con una fuerza y un lirismo notables. Es uno de los

pasajes que justifica la alusin de algunos comentaristas a la influencia de La vorgine. En ambos casos

hay esa suerte de epopeya salvaje de los hombres enfrentados a la naturaleza y a s mismos, el

antropomorfismo, las analogas sorprendentes, la adjetivacin exuberante. Al final del captulo, cuando

terminan las lluvias, la tierra se va purificando lentamente, con aguas de dolor, de todos los pecados de los

hombres.

Final

Luego del xito de la novela, Arias Trujillo intent una vez ms conseguir trabajo en Bogot, pero no pudo.

Volvi entonces a Manizales, donde ocup un cargo como juez en 1936. Ese mismo ao public su

traduccin de La balada de la crcel de Reading, incluyendo una cida crtica a la versin de Guillermo

Valencia, lo cual suscit una polmica de resonancia nacional. En su nota, Arias Trujillo remat as:

Merece ms la horca don Guillermo Valencia por haber adulterado tan criminalmente la Balada de Wilde

que el propio soldado Carlos T. Wooldridge ajusticiado en Reading. En 1937 public Diccionario de

emociones, un libro de ensayos. El 4 de marzo de 1938 muri en la casa de su hermana. Las dudas sobre la

causa de su muerte fueron disipadas por su amigo, el mdico Jaime Robledo Uribe: una sobredosis de

morfina.

Hernando Salazar Patio dice en un escrito de finales de los ochenta que Arias fue hereje, sentimental y

demonaco por su influencia. Y agrega que se le persigui poltica y socialmente cuando viva.

Persecucin que no ha terminado an, despus de medio siglo de muerto. Jos Naranjo dice que sobre

Arias se fabric una leyenda negra. Albeiro Valencia dice que en Manizales se quemaron casi todos los

ejemplares que llegaron de Por los caminos de Sodoma.

Y est Roby Nelson, el nico poema de Arias Trujillo que ha alcanzado cierta popularidad. Y se recuerda

entonces el elemento que redondea la aureola malditista de la leyenda del manzanareo: el

homosexualismo. Robledo Uribe sugiere este factor como una de las causas del suicidio. En una pequea



publicacin de Impresos Cardona que recoge cuatro escritos de Arias Trujillo, entre los que est el poema, se

advierte al comienzo: Al lanzar sobre el ambiente social este modesto folleto, no ha tenido nuestra

voluntad de hombres de mundo un pice de maldad, de perversidad, de odio sobre ningn sector

ciudadano.

Para que haya escndalo se requiere que alguien se escandalice. Y haba muchos dispuestos a hacerlo en la

Colombia de los aos treinta, y an hoy. Podra esperarse que despus de tanto Freud, tanto Mayo del 68, la

cosa haya cambiado. Por lo menos en los estudios literarios lo ha hecho: el balcn del mojigato es ahora la

tribuna del crtico acadmico. Williams, por ejemplo, se lamenta de que Arias Trujillo, al igual que

Carrasquilla, desafortunadamente expresa en ocasiones actitudes racistas estereotpicas, caractersticas de

su poca. Describe, por ejemplo, las expresiones de emocin de los negros como pasiones salvajes. Williams

se refiere a un pasaje en el que se cuenta que un muchacho de Sopinga desde nio haba amado a la

Canchelo con todas sus [perdn por lo que sigue] pasiones salvajes. Ya en 1947 Gerald E. Wade

recomendaba Risaralda como una de la mejores tres novelas colombianas, y adverta que, aunque la

narracin sigue la moderna tendencia realista que algunas veces la aproxima a la pornografa, la

sensibilidad moderna no se ver ofendida. Hace poco un acadmico gringo edit a Mark Twain de tal

modo que en Huckleberry Finn todas las apariciones de negro fueron reemplazadas por esclavo. En

2009 otro profesor gringo escribi: Ha llegado el momento de actualizar la literatura que usamos en los

colegios. Barack Obama es el presidente electo de los Estados Unidos y las novelas que usen la palabra-con-

N repetidamente deben salir. En estas circunstancias es fcil predecir la reaccin de la crtica literaria

acadmica multicultural, feminista y decente ante un poema que relata un encuentro prostibulario entre un

hombre y un muchacho de catorce aos que vende estupefacientes en los bares de Buenos Aires.

Hernando Salazar Patio dice que la muerte de Arias Trujillo es la mxima frustracin intelectual de la

historia de Caldas. No s qu significa eso exactamente, pero la sugerencia siempre es la misma en estos

casos: un talento que no alcanz a ser. Pero es lo que fue. Ah quedan una novela y un poema memorables.

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