El Manifiesto Del Hombre Libre

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MANIFIESTO DEL HOMBRE LIBRE Alvin Reyes "Cuando el súbdito niegue su lealtad y el funcionario sus oficios, la revolución se habrá conseguido". Henry David Thoreau

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Hoy el hombre continua soñando con ser libre pero esa libertad pasa por un lugar donde el hombre aún no ha buscado, después de miles de años, el hombre ha luchado contra otros hombres en busca de libertad y no comprendido que el primer campo de batalla debe ser su interior, porque solo dentro de este reside la fuerza, el material necesario, para derrotar a la Máquina y colocar de nuevo al hombre en el lugar que le corresponde en la historia

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MANIFIESTO DEL HOMBRE LIBRE

Alvin Reyes

"Cuando el súbdito niegue su lealtad y el funcionario

sus oficios, la revolución se habrá conseguido".

Henry David Thoreau

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INTRODUCCION

Hubo un tiempo en que el hombre fue libre. Hace unos miles de años.

Fue vulnerable también. Al frio, a las fieras, a la naturaleza, pero fue

libre. Luego llegaron los Dioses y con los Dioses los Reyes, y con los

Reyes la Máquina.

Desde la aparición de esta el hombre no ha vuelto a ser libre. Ha

luchado, ha soñado, pero en el medio de esas luchas y sueños lo único

que ha logrado ha sido cambiar a los administradores del sistema. La

opresión, la explotación del hombre y de la naturaleza se han mantenido

inalterables lo mismo bajo el Imperio Romano, bajo el Feudalismo,

después de la Revolución Burguesa y también, y con horror, después de

la Revolución de Octubre y tras la aparición del Nacional Socialismo.

Hoy el hombre continua soñando con ser libre pero esa libertad pasa por

un lugar donde el hombre aún no ha buscado, después de miles de

años, el hombre ha luchado contra otros hombres en busca de libertad y

no comprendido que el primer campo de batalla debe ser su interior,

porque solo dentro de este reside la fuerza, el material necesario, para

derrotar a la Máquina y colocar de nuevo al hombre en el lugar que le

corresponde en la historia.

Este manifiesto tiene la pretensión de señalar las pautas para que el

hombre pueda escapar de la prisión del sistema, para que disfrute de la

libertad y al mismo tiempo se capaz de vivir una vida plena y en

equilibrio con la naturaleza y los otros compañeros animales habitantes

de este planeta. Trata de hacer entender que la humanidad es parte de

una naturaleza más amplia que su propia existencia. El hombre es solo

un eslabón más del círculo de la vida. Quiero que este pequeño aporte

sirva para despertar y demostrar que la vida es más que una casa, un

carro y un celular. Que los sueños del hombre, la mayoría de las veces,

no son sueños materiales, son abstractos porque son eso: sueños. Si el

sueño no lleva a un estado de alma purificada no es un sueño, es una

meta, un objetivo material, que generalmente asociamos a una cuenta

abultada de banco, una casa en la playa, o el último modelo de Ferrari.

Quiero que el ser humano se dé cuenta de que es único, que, cada

hombre y mujer a pesar de que pertenecer a una especie, son únicos

dentro de ella, por lo que no tiene que usar los pantalones que usa todo

el mundo para ser aceptado, cada uno de nosotros es un ser humano

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independiente de lo que comas, vistas, del auto que conduzcas y de tu

celular. Una de las cosas más reales que he leído, de todas los millones

que cruzan a diario por el internet, es: “Si un amigo se ríe de tu

celular, no cambies el celular, cambia el amigo”.

“Regenerar una sociedad ya casi al completo embrutecida

y envilecida por los peores vicios burgueses exige reconstruir

una nueva concepción del individuo en que las nociones de deber

autoimpuesto, esfuerzo desinteresado, renuncia al ego, espíritu

de servicio y disposición para el sacrificio prevalezcan.

Deseamos una existencia ética dirigida a evitar el mal y a

realizar el bien. Una sociedad inmoral es necesariamente

totalitaria y policial, por eso el Estado es el principal enemigo de

la rectitud ética.” Félix Rodrigo Mora.

1.- Aceptación de la esclavitud

No puede decírsele a nadie que se libere si antes no sabe que es

esclavo. Lo primero que se debe reconocer sin más miramientos es que

los seres humanos somos esclavos. Así que el primer paso para ser un

hombre plenamente libre es reconocer nuestra esclavitud.

Tal vez alguien crea que porque no está fichado por ninguna institución

de persecución contra el crimen o porque camina por las calles

libremente sin que nadie le detenga, es una persona libre. Si crees que

porque puedes elegir cada cuatro o seis años a tu dictador de turno eres

un hombre libre. A lo mejor como has podido comprar una casa, viajar

al exterior, recorrer las calles de tu país con “libertad”, eres libre. Esas

son las migajas del sistema, ese es la cortina de humo de una falsa

libertad.

En verdad eres esclavo de algo más grande que tu gobierno, más

grande que los gobiernos, más grande que los hombres mismos que la

dirigen. Eres esclavo y propiedad de un sistema al que, de ahora en

adelante, llamaremos la máquina.

“Cuando use el término “la maquina” me referiré como una

referencia abreviada a todo el complejo tecnológico.” Lewis Mumford

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Para intentar explicar cómo se es esclavo del sistema sin darse cuenta

les contaré el caso de Tulio. Tulio fue durante un tiempo asistente de calidad en un laboratorio farmacéutico. Le faltaban una o dos materias

para terminar su carrera, era soltero y su vida era de la casa al trabajo

a la universidad. Un día se me acerca y me dice que necesita un permiso porque quería comprar un computador nuevo y vio en el periódico una

oferta de computadores a plazos. Al día siguiente le pregunté si pudo comprar su computador y me contó que no le podían vender el artículo a

plazos porque él nunca había comprado nada a crédito, no era por tanto sujeto de crédito. La máquina, el sistema, simplemente no lo aceptó

porque no era esclavo, la solución propuesta por la máquina era, el primer paso a la esclavitud, solicitar una tarjeta de crédito, demostrar

que era un buen ciudadano y poder entonces comprar su equipo.

“La gente que se niega a gastar dinero que no ganó y se abstiene de pedirlo prestado no resulta útil a los prestamistas, así como

tampoco las personas que (motivadas por la prudencia o por un sentido anticuado del honor) se apresuran a pagar sus deudas a

tiempo. Para beneficio suyo y de sus accionistas, los bancos y

proveedores de tarjetas de crédito dependen ahora de un "servicio" ininterrumpido de deudas y no del rápido reembolso

de las mismas. Por lo que a ellos concierne, un "deudor ideal" es el que nunca reembolsa el crédito por completo.” Zygmunt

Bauman

La máquina está diseñada para que caigamos en su trampa en su trampa, una vez en ella solo se sale por dos razones: O te desplomas y

caes al vacío o te liberas y aprendes a vivir libre de las ataduras de la máquina.

La máquina transforma los seres humanos en simple piezas de un engranaje, los convierte en marionetas que solo se dedican a seguir un

guion diseñado de antemano. La mayoría de nosotros alguna vez en la vida hemos entrado a un restaurant de esos de comida rápida

(McDonald’s, Burger King, etc.), han visto ustedes los jóvenes que los atienden con esa sonrisa artificial, sus audífonos en las orejas y la

misma estúpida pregunta de siempre: “ Gracias por venir a … puedo tomar su orden”, y cuando terminas de ordenar todos, sin excepción

hacen la misma pregunta: “Porque no agranda su combo con esto y lo otro”... y luego: “Para comer aquí o para llevar”. Estos jóvenes

entrenados más que seres humanos parecen máquinas.

“Lo que es importante entender es que la automatización en su

forma final es un intento de ejercer control, no solo del proceso

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mecánico en sí, si no del ser humano que una vez lo dirigió:

convirtiéndolo de ser una parte activa a una parte pasiva, y, finalmente, eliminándolo” Lewis Mumford.

Otro ejemplo de sistemas hombre/maquina son los servicios telefónicos de atención al cliente. Miles de nosotros hemos hecho reclamaciones por

teléfono a nuestros proveedores de telefonía, cable, internet, servicios bancarios, reclamaciones de seguro, etc. Lo primero es que no hablamos

en principio con un ser humano igual que tu o yo, es una grabación que debes seguir también paso a paso, ojo en este punto, la máquina nunca

te dará opciones abiertas, todas son cerradas: para esto marque 1, para lo otro marque 2, para etcétera marque 3…. Y cuando puedes hablar con

un “ser humano” te das cuenta de que este ser también ha sido automatizado: Gracias por llamar a…fulano le asiste. (No esperen

otro saludo). Cuando le dices tú problema tienes que identificarte, la

maquina es muy incrédula, tienes que dar tu número de contrato, tu cedula, fecha de nacimiento y el nombre de dos tías que no vivan con

usted para que puedas reclamar, algo a lo que tienes derecho a hacer porque al final de cuentas tu eres el que paga. Te toman tus datos, te

llenan una reclamación, dentro de los límites definidos por la máquina. Por cierto todos sin excepción cuando están investigando algo al pasar

unos segundos se disparan con la misma imbecilidad aprendida: aunque no me escuche estoy trabajando con usted, no importa a

que compañía llames siempre es lo mismo.

No importa de qué lado estés en el proceso o como cliente o como

empleado actúas conforme a un partitura compuesta en los estadios superiores del dominio corporativo de la máquina.

Así como el cristianismo está basado en el decálogo de Moisés la religión

de la máquina tiene sus mandamientos: Estudia, trabaja, cásate, consume, compra, gasta, vístete, maquíllate………consume.

2.- El hombre: Único

Una vez que hayamos reflexionado y nos hayamos dado cuenta de nuestra esclavitud, antes de cualquier otro paso debemos saber que

somos un ser humano y que como tales tenemos todos los defectos y las virtudes que nos son propias en cuanto humanos.

Comemos, reímos, cantamos, lloramos, dormimos, hacemos el amor,

sentimos envidia, alegría, creemos en Dios, somos ateos, tenemos

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pasión. Todos esos atributos y muchos más son los que nos hacen

humanos, lo que nos colocan en estadio superior de conciencia muy por encima de las demás criaturas del planeta. Pero además tenemos la

capacidad de ser uno en la diversidad. Yo soy único y como tal tengo

libertad de pensar de acuerdo a mis principios y conceptos. Aceptemos de una vez que un tinte para ponernos el cabello rubio no nos va a dar

otra personalidad. La máquina quiere que aceptemos sus mentiras. Como la que un nuevo tipo de rasuradora va a hacer que todas las

mujeres se enamoren de ti. O que una marca de perfume va a lograr que los hombres caigan rendidos a tus pies. O que una toalla sanitaria

te va a dar libertad.

Somos criaturas de la naturaleza, demonio o divino, pero somos importantes para nosotros y para quienes nos rodean y ningún artilugio

técnico por avanzado, bonito, interesante, oloroso, nos va a hacer diferentes. El hombre libre, sin necesidad de artilugios técnicos ni

afrodisiacos maravillosos ni costosos tratamientos para el pelo, marca su diferencia.

“La hormiga era un trabajador más industrioso que el hombre primitivo y tenía una organización social más articulada; pero

ninguna otra criatura tuvo la capacidad que tiene el hombre para crear, a su propia imagen, un mundo simbólico que refleja

oscuramente, a la vez que trasciende, su propio entorno. Comenzando por el conocimiento de sí mismo, el hombre inició el

largo proceso de ampliar los límites del universo y dar al mudo espectáculo cósmico el atributo que le faltaba: un conocimiento

de hacia dónde ha estado marchando durante miles de millones de años.” Lewis Mumford

Creo que al final de todo somos más espíritu que carne. Es más estoy

casi seguro que somos 100 % espíritu, el cuerpo, la carne que poseemos es solo un medio usado por natura para expresar lo que

somos. En ese sentido yo soy lo que me sienta por dentro. No soy mi

pelo, ni mis uñas, ni el color de mis ojos, ni mi panza crecida, todo eso es azar, genética pura. Pero mucho menos soy los zapatos que calce, el

celular que use ni la marca de auto que tenga, eso es comercio.

Nuestra sociedad premia, valora, estimula, la riqueza material por encima de la espiritual. Así la gente admira más la colección de autos

del boxeador Floyd Mayweather que a Simon el estilista. Desde que tenemos uso de razón se nos traza la pauta del éxito: “Debes ser un

gran profesional, un hombre de éxito”. “Quiero que mi hija sea una gran artista”. Bueno si lo logran bienvenido sea. Pero he visto padres partirse

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el espinazo para que sus hijos tengan lo ellos no tuvieron. Pero al

referirse a eso solo lo hacen a lo material, se olvidan de que a lo mejor sus padres le dieron, de lo que tenían, lo mejor de ellos, le dieron amor,

un amor que no estaba envuelto en celofán material, que no se reflejaba

en colegios caros ni en costosos aparatos de juegos, se basaba en el deber de padre y en el estar ahí en el momento indicado.

El ser espiritual debe prevalecer siempre sobre el ser material como

condición única para alcanzar esa felicidad, esa panacea, ese estado de gracia perpetua que hemos confundido con la consecución de artilugios

materiales. Un espíritu rico, un espíritu autosuficiente siempre estará por encima de las apetencias materiales por lo que tendrá un alto

porcentaje de posibilidad de alcanzar, al menos conocer bien de cerca el rostro de la felicidad. La riqueza espiritual te permite necesitar menos,

ser más feliz con poco. El hombre que logra en su vida incrementar su riqueza espiritual por encima de las apetencias materiales vivirá mejores

años que un hombre esclavo de las posesiones materiales.

Es posible que muchos consideren que nosotros propugnamos por una

existencia miserable, vivir en andrajos por la calle con el rostro feliz. No. De ninguna manera, aspiramos a que los seres humanos vivan una vida

digna donde sus necesidades estén cubiertas. A lo que nos oponemos es al culto al lujo y a la opulencia y al sacrificar lo poco que se nos da de

vida en la búsqueda de objetos materiales, porque es una búsqueda sin fin ya que siempre los fabricantes de juguetes tendrán la inventiva

suficiente para crear artefactos novedosos en comparación con el que ya tienes y tú, al ver que se han creado objetos mejores que el que ya

posees solo sentirás que tu existencia es miserable no apreciando las virtudes del que ya has logrado obtener.

Quiero aclarar que la espiritualidad a la que me refiero no tiene nada

que ver con religión. La religión es otro tipo de esclavitud que en su momento trataré. Acá solo quiero dejar por sentado que eso, que se ha

dado en llamar alma, espíritu, ese yo interior de cada uno, ese es

nuestro verdadero ser. Se debe todos los días del mundo hacer crecer ese yo interior, esa persona que somos, eso es lo que nos dará la

fortaleza necesaria para enfrentar los aciagos días de destrucción y locura que estamos viviendo.

3.- Las cosas importantes de la vida

“Podemos esperar....que un día nuestra era de rugientes factorías y gigantescos almacenes terminará….Y entonces

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nuestros descendientes, al no tener que preocuparse ya por las

posesiones materiales, recordaran lo que muchos de nosotros hemos olvidado que las únicas cosas que realmente importan en

el mundo son las imponderables como la belleza y la sabiduría, la

risa y el amor.” Arthur C. Clarke.

Uno de los triunfos más acabados de la maquina ha sido desplazar al hombre del centro del universo. En una época de la humanidad se

despojó a Dios de su preeminencia sobre la vida y se le dio al hombre el lugar primordial sobre las demás criaturas. Se expandió la navegación y

se conquistó el nuevo mundo y el hombre se vio libre para desplazarse por el planeta. Nuevos inventos y descubrimientos ampliaron los

horizontes del desarrollo humano. Pero entonces el hombre se convirtió en esclavo de la nueva religión que se estaba expandiendo, poco a poco

se fue haciendo dependiente del oro y de las nuevas tecnologías. El cuerpo humano fue comparado con una maquina ya que la maquina se

identificó desde entonces como símbolo de perfección. El recorrido puede resumirse de la siguiente manera: al principio adoró a los Dioses,

después se adoró a sí mismo y al final adoró la máquina.

Entonces, en lugar de darle a la humanidad la oportunidad de reinar en

armonía con la naturaleza, estos inventos y descubrimientos se destinaron al único fin del enriquecimiento. Todas las actividades

humanas, en mayor o menor medida, están destinadas a la acumulación de riqueza y poder. Aquel que hace las cosas porque si, sin esperar a

cambio nada más que su sustento básico, es un romántico, idealista e iluso. El propósito de la vida debe ser adquirir riqueza y poder, cuanta

más mejor, las consecuencias, las victimas que dejaremos en el camino no cuentan por que al final o somos nosotros o son ellos, no son seres

humanos igual que tú, son competidores que luchan contra ti por hacerse de riqueza infinita en un mundo de riqueza ilimitada.

“En todas partes y sólo con algunas variaciones en la intensidad,

la gente, no sólo los más pobres, dedican sus mejores esfuerzos

a perseguir –sin saberlo- una versión nueva, distinta y

eminentemente perturbadora de lo que años atrás conocíamos

sin sobresaltos, como prosperidad. Nadie parece tener tiempo

para preguntarse si alcanzar algún nivel tangible de esta, le ha

reportado más calidad de vida o le ha hecho más feliz. La

prosperidad es hoy día un fin en sí mismo y a la vez, la medida

de todas las cosas. De igual manera, la diversión ficticia o real,

se ha convertido en una noción equiparable y sustituta de la

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felicidad a la vez que funge de contrapartida a la prosperidad.”

Melvin Mañón. La Prosperidad.

En el proceso de desarrollo de esta nueva ideología, el culto a la

máquina y a sus recompensas más tangibles la riqueza y el poder, el hombre se ha ido despojando de sus atributos esenciales, de aquellas

cosas que le hacen realmente humano.

El hombre libre, el hombre que quiera llevar una vida plena, debe entender que todos los inventos como el automóvil o el papel moneda

fueron ideados en otras épocas por hombres iguales que él y que están

hechos para servirnos a los seres humanos no para que nosotros les sirvamos a ellos. El dinero es un valor de cambio que facilita las

transacciones comerciales entre individuos y países, se debe entender que, después de esto, el dinero no sirve para más nada. A más dinero,

más poder, pero el hombre libre no necesita poder porque sabe que la naturaleza está ahí afuera para él y que con su conciencia y el disfrute

de la naturaleza puede crear el mundo que desee para sí mismo y los suyos en la medida en que este hombre libre se acepte, con humildad,

como parte de un todo que le incluye, no un erial que esta hecho para ser conquistado, explotado y sometido a sus dominios. El hombre libre

debe reír, cantar, hacer poesías, trabajar, educarse sin pensar nunca, pero nunca, en que su único objetivo, el fin que lo trajo a este mundo

haya sido la riqueza y el poder, sobre todo cuando es en detrimento de sus pares humanos y de las demás criaturas del planeta.

“Ritos, arte, poesía, drama, música, danza, filosofía, ciencia, mitos, religión... son todos componentes esenciales del alimento

cotidiano del hombre, pues la auténtica vida de los seres humanos no solo consiste en las actividades laboriosas que

directamente los sustentan, sino también en las actividades simbólicas que dan sentido tanto a los procesos de su quehacer

como a sus últimos productos y consecuencias.” Lewis Mumford

4.- Trabajo

No se puede trabajar, mejor dicho, no se puede vivir del trabajo si no se

está atado al complejo de la máquina. Da lo mismo que seas un empleado a sueldo fijo, que un vendedor independiente o un pequeño

empresario. Estamos sujetos a las reglas creadas por la máquina. Una

vez que el hombre se liberó de Dios y de sus evangelios se instauró el evangelio del trabajo. El sistema educativo del complejo está diseñado

para producir mano de obra para la máquina. Hace tiempo que

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quedaron atrás los días del artesano, que decidía su tiempo de acuerdo

a sus necesidades vitales no a la velocidad que la máquina lo requiere. Esto no es un canto de nostalgia pero el sastre, el zapatero, el relojero,

el peluquero del barrio que, según la noción actual del progreso

económico representan un atraso para la economía, vivían una vida más rica, en términos puramente humanos, que un operario que tiene que

colocar su pulgar a una hora determinada sobre un sensor de un reloj so pena de ser sancionado.

“La dificultad sobresaliente fue, no tanto el invento de un

mecanismo efectivo automático como la distribución de los diferentes miembros del aparato en un cuerpo cooperativo,

impulsar cada órgano con la suavidad y velocidad apropiadas, y sobre todo, entrenar a los seres humanos a renunciar a sus

intermitentes hábitos de trabajo e identificarlos con la regularidad invariable del complejo autómata” Andrew Ure.

¿Cómo se puede ser realmente libre entonces en estas condiciones?

Mientras el sistema automático de trabajo a velocidad desenfrenada y

de consumo compulsivo se mantenga el hombre libre debe tener claro cuál es su posición frente al complejo de explotación actual.

Actualmente si decides quedarte en la ciudad y pertenecer al complejo, pero quieres ser libre, dentro de los límites a los que se puede llegar,

libre de las ataduras de la máquina, necesitas casa, vestido, alimento y educación. Trata de que no se te vaya la vida en ello. El hombre libre no

puede ser un conformista que viva desnudo debajo de un puente o en un banco de un parque, esa no es nuestra propuesta. El hombre libre

debe ser plenamente feliz y tener las necesidades básicas cubiertas para disfrutar su humanidad de manera plena. Trabaja, pero trabaja con el

fin de que este sea el medio que te va a permitir disfrutar de otras cosas, aquellas que te hacen humano. Estudia la carrera que desees la

que satisfaga tu alma. No estudies, digamos computación, porque está de moda o porque consigues empleo rápido. No estudies derecho porque

los abogados ganan dinero y con un golpe de suerte te puedes hacer

rico. El que hace eso lo sufrirá eternamente porque solo encontrará dinero pero no recompensa espiritual. A cuantos de ustedes que tienen

hijos varones no le han recomendado: “Pon ese muchacho a jugar pelota que eso deja dinero”. Si al joven le gusta el deporte bienvenido

sea, pero no lo pongas en una academia pensando en un bono millonario a la vuelta de unos años.

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5.- Consumo y moda

El consumo de bienes, servicios, tecnología, etc., es la savia que

mantiene a la máquina, al sistema, en funcionamiento. No es posible que la máquina haya alcanzado el éxito absoluto del que goza ahora sin

que haya sido aupada por el consumo irracional de todo tipo de artículos. Al principio el hombre uso sus habilidades y destrezas para

crear los inventos y medios adecuados para poner la naturaleza a su servicio y aumentar su capacidad de producir energía. Pero luego con el

avance de la ciencia y el método científico se empezaron a descubrir nuevos materiales y nuevas técnicas que liberaron fuerzas capaces de

producir objetos antes ni imaginados. Esto provocó una espiral creativa que alimentaba a la máquina.

“De este hábito surgió un nuevo fenómeno: la invención

sistemática y premeditada. He aquí un nuevo material: problema: buscarle una nueva utilización. O bien he aquí un

nuevo instrumento: problema: buscar la fórmula teórica que

permita producirlo”. Lewis Mumford.

Las fuerzas que esta nueva capacidad productiva e inventiva del hombre desataron le dieron una expansión tal al comercio y al consumo que el

sistema ya no puede vivir más sin este combustible que le alimenta constantemente. De las invenciones industriales y militares se pasó a la

producción de artículos de consumo masivo primero para el hogar: refrigeradores, estufas eléctricas, hornos, aspiradoras, etc. Y de desde

aquí se el paso siguiente fue democratizar el lujo. La moda en el vestir, exclusivo de las cortes francesas en siglos pasados, podía ser alcanzada

por cualquier persona de a pie siempre que estuviera dispuesta a pagar el precio por ella.

En palabras de Gilles Lipovetsky: “Es innegable que existe una

tendencia a la democratización del lujo en los pequeños

accesorios, los perfumes, las cosas de baño, todo eso está ampliamente democratizado, pero cuando uno habla de

democratización del lujo es algo que uno tiene que repensar. Cuando uno es pobre o de clase media no considera el lujo como

una opción. Soy de un medio muy modesto y cuando era joven no sabía nada del tema del lujo. Hoy, en cambio, no hay un joven

que no conozca las marcas de lujo. Hay una democratización de los nombres y las marcas, ellos los conocen porque los ven en los

medios, entonces existe el deseo de esa apropiación”.

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Pero esa democratización del lujo de la que habla Lipovetsky no es más

que prometer al ciudadano de a pie el paraíso en la tierra. Para poder mantener las maquinas funcionando se necesita que el consumo

continúe aumentando y que tienda al infinito lo que ha provocado el

salto siguiente: el hiperconsumo.

Vivimos rodeados de avisos publicitarios que anuncian los más variados productos desde prometer erecciones sin límites hasta eliminar la

calvicie. Es aquí donde quiero llamar la atención a aquellos que realmente desean ser libres. La mayor parte de las cosas que nos

anuncian no las necesitamos. La mayoría de sus promesas son mentiras. Es mentira que una navaja de afeitar va a lograr que las mujeres se

enamoren de ti. Es mentira que un tinte de pelo va a hacer que los hombres caigan rendidos ante las mujeres. Como también es mentira

que un aparato de telefonía móvil te va a dar libertad. Tu libertad esta en tu elección. Eres libre de elegir por tu propia voluntad y de acuerdo a

tu bolsillo. No malgaste tu dinero, escaso de por si, en tonterías, en baratijas y espejos porque al final no vas a ser más feliz, serás mas

esclavo y menos humano porque a cada compra compulsiva que hagas

de algo que no necesitas sigue una etapa de ansiedad que te hará seguir consumiendo exponencialmente mientras el planeta sufre y la

maquina se fortalece.

“Un reciente informe del Parlamento Europeo concluye que la sociedad europea despilfarra 179 kilos de alimentos al año por

habitante, 89 millones de toneladas de comida al año, la mayor parte en perfecto estado de consumo. Casi la mitad de esos

alimentos (42%) corresponde a lo que tiran los consumidores particulares por falta de concienciación, por deficiencias en el

envasado o por confundir las fechas de caducidad y de consumo preferente.” Ecologistas en acción.

6.- Hacia la libertad

“En la orquesta de IAFO aprendí por primera vez cómo ser

subversivo, cómo destruir el sistema para lograr una perfección

personal inmaculada.” Gilad Atzmon (Músico Judío)

Gilad Atzmon es un jazzista judío. Su abuelo, un terrorista de las años

post II Guerra Mundial, le educó y le inculcó que esa tierra donde vivían

les pertenecía a él y a su pueblo “Mi abuelo fue un veterano terrorista poético y carismático, un ilustre ex comandante de la

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organización terrorista de derechas Irgún. Debo admitir que tuvo

una enorme influencia sobre mí en mi primera infancia. Su odio hacia cualquier cosa que no fuese judía fue un estímulo muy

importante.” Pero entonces Gilad descubrió el jazz y ya no le

importaba ni Israel, ni la causa judía ni el ejército israelí, solo importaba tocar el saxofón. Pero como tenía que hacer el servicio militar

obligatorio logró, luego de varios intentos, ser aceptado en la orquesta del ejército, IAFO. Entonces en 1984 fue enviado al Líbano para una

serie de conciertos y lo que vio allí le despertó. Junto con los demás músicos fue guiado por un oficial a una visita por los campamentos:

“Era un día abrasador de principios de julio. Por un camino

polvoriento llegamos al infierno en la tierra, un inmenso centro de detención rodeado de alambradas. De camino hacia las

oficinas centrales del campamento pudimos ver a miles de

prisioneros calcinándose bajo el sol. Es difícil de creer, pero las bandas militares reciben siempre tratamiento de VIPS. Una vez

en los barracones del mando nos llevaron a una visita guiada del campamento. Íbamos andando junto a las interminables

alambradas y las torres de vigilancia. No podía creer lo que veían mis ojos. “¿Quiénes son esas personas?”, le pregunté al oficial.

“Son palestinos”, dijo. “A la izquierda están los de la OLP y a la derecha los de Ahmed Jibril, que son mucho más peligrosos (el

Frente Popular para la Liberación de Palestina), así que los mantenemos aislados.

Miré a los prisioneros y me parecieron muy diferentes a los de Jerusalén. Los que vi en Ansar parecían disgustados. No estaban

derrotados y eran muchos. Conforme avanzábamos a lo largo de las alambradas y miraba fijamente a los prisioneros me di cuenta

de algo insoportable: llevaba puesto un uniforme militar israelí. Mientras que pensaba en mi uniforme y trataba de

sobreponerme a un profundo sentido de vergüenza, llegamos a una gran explanada en medio del campamento. Nos quedamos

allí alrededor del guía oficial, que nos contó más mentiras sobre aquella guerra que combatíamos para defender nuestro refugio

judío. Mientras que nos aburría a muerte con embustes irrelevantes observé que estábamos rodeados por dos docenas

de bloques de hormigón de un metro cuadrado de base y unos 130 cm de altura. Tenían una pequeña puerta de metal y me

sentí horrorizado ante el hecho de que mi ejército pudiese haber

decidido encerrar a los perros guardianes en aquellas construcciones durante la noche. Haciendo uso de mi descaro

israelí, le pregunté al guía oficial qué eran aquellos horribles

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cubos de cemento. Respondió con celeridad: “Son bloques de

reclusión incomunicada, al cabo de dos días en uno de ellos cualquiera se convierte en un sionista fiel.

Aquello fue la gota que desbordó el vaso. Me di cuenta entonces, ya en 1984, de que mi aventura amorosa con el Estado israelí y

el sionismo se había acabado. A pesar de todo, sabía muy poco sobre Palestina, sobre la Nakba o incluso sobre el judaísmo y la

judeidad. Únicamente sabía que, para mí, Israel era una mala noticia y no quería tener nada que ver con él. Dos semanas

después entregué mi uniforme, agarré mi saxo contralto, tomé el autobús del aeropuerto Ben Gurion y volé en dirección a Europa,

donde permanecí varios meses. Estaba disfrutando de la calle. A mis 21 años era libre por primera vez.”

Traigo esta historia, a riesgo de hacer esta reflexión muy larga, porque Atzmon encaja perfectamente con el ejemplo de un hombre libre. No

importa lo que su abuelo le dijo, no importa como la propaganda sionista le haya doctrinado, él decidió por si mismo. Al encontrarse con

los campos de concentración en el Líbano se dio cuenta de que no todo era como le habían dicho y eligió su forma de pensar. Ese fue su

despertar. Su único guía, ahora, es su propia consciencia, equivocada o no, pero es su decisión.

Quiero, con este ejemplo, que nos demos cuenta de que se puede ser

perfectamente librepensador en este mundo. No todo lo que nos han

dicho es verdad, pero nadie nos lo va a revelar, algunos de nosotros podemos intentar decir lo que consideramos es correcto, pero nada de

eso servirá si la liberación no ocurre dentro de cada ser humano. Ese ser humano, adoctrinado desde su nacimiento para que acepte sin chistar

todo lo que le dicen quienes le han alimentado, educado, corrompido y vendido, es la cosa más importante del universo.

No importa lo que te hayan dicho antes vales por lo que eres, ¿sabes

por qué?: Porque eres único, solo existe alguien como tú en este mundo.

Tu sonrisa es única ninguna pasta dental te hará mejorar tu sonrisa.

Tus ojos son únicos, ningún color de lente contacto que elijas los hará

mejor.

Page 15: El Manifiesto Del Hombre Libre

Tu rostro es único y ninguna marca de máquinas de afeitar hará que las

mujeres se enamoren de ti, ni ninguna crema de noche logrará que los hombres se derrumben ante ti.

Podía hacer esta lista infinita pero sería redundar. Acepta tu humanidad como algo especial, no deje que nadie te haga sentir mal por las cosas

materiales de las que careces, después de todo naciste desnudo.

La máquina está ahí afuera dominándolo todo, comercializándolo todo. Es un gigante, un inmenso robot con miles de alambres y ondas

inalámbricas adoctrinándote, educándote. Sus sacerdotes desde el amanecer de bombardean con propaganda solo para venderte cosas que

tu no quieres, pero que no sabes que no quieres porque ella te dice que un juego de futbol de Barcelona vs Madrid es más importante que

aprovechar esa tarde leyéndolo un cuento a tu hijo, que la última marca de celular traerá emoción a tu vida y que si no vas al concierto de tal

artista te lamentaras el resto de tu vida.

Concluyendo: al principio de tu liberación te vas a sentir solo,

incomprendido, desencantado. Pero tengo la fe en que llegará un día, cuando los hombres libres alcancemos una “masa crítica”, donde con

nuestro actuar, sin violencia, simplemente cambiando nuestro modo de vida, podamos detener la savia vital que alimenta el sistema, espero

que un día no necesitemos el dinero, ese día la maquina se ahogara en su último estertor.

Y voy a terminar aquí usando una metáfora de Lewis Mumford, las

cadenas de la prisión a las que nos tiene sometido la máquina están ahí, viejas, oxidadas. Pero para aquellos que deseen liberarse solo bastara

empujar la puerta y esta se abrirá. Es tu decisión.

Santo Domingo

18 Mayo 2014