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El Mensajero de San José Mayo-Junio 2014 El Mensajero de San José Mayo-Junio 2014 San Juan XXIII y San Juan Pablo II, los Papas más josefinos, canonizados el 27 de abril de 2014 «A ningún santo podía mejor ser encomendado el Concilio que al Bienaventurado José, Jefe augusto de la familia de Nazaret y Protector de la Iglesia Católica» «San José es Patrono de la Iglesia católica sobre todo como aliento en su renovado empeño de evangelización en el mundo y de reevangelización de aquellos pueblos, antes florecientes en vida cristiana»

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El Mensajerode San José

Mayo-Junio 2014

El Mensajerode San José

Mayo-Junio 2014San Juan XXIII ySan Juan Pablo II,los Papas más josefinos,canonizados el27 de abril de 2014

«A ningún santo podía mejor serencomendado el Concilio que alBienaventurado José, Jefe augusto dela familia de Nazaret y Protector dela Iglesia Católica»

«San José es Patrono de la Iglesia católicasobre todo como aliento en su renovado

empeño de evangelización en el mundo y dereevangelización de aquellos pueblos, antes

florecientes en vida cristiana»

San Juan XXIII y San Juan Pablo II.

Mayo-Junio 2014. Nº 447

REVISTA DE LAS ASOCIACIONESJOSEFINAS DE ESPAÑA

Editado por elCentro Josefino Español

Redacción y Administración:PP. CARMELITAS DESCALZOSC/ San Benito, 3Teléf. 983 / 33 01 6947003 Valladolid

Director:P. ROMÁN LLAMAS

Impresión:Gráficas Gutiérrez MartínC/ Cobalto, 7. Valladolid.

Depósito Legal: VA. 39.–1958 DONATIVO: 7 E al año

Habla el Papa Francisco:San José, modelo de educador 3-4

Dos Papas josefinos canonizados juntos 5

María, causa de nuestra alegría 6-7

Grandes devotos de San José:Culto y devoción a San Joséde Santa María Josefa delCorazón de Jesús 8-9

San José, el siervo fidelísimo para Juan XXIII 10-11

San Juan Pablo II (1920-2005) 12-13

El «abc» de la afectividad deladolescente:Apunte para un despertar 14-15

Un caso de protección especialde San José 16

San Juan de Ávila(1500-1569) (IV) 17-18

«Ríase por favor» 19

Sumario

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EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ¡ Gracias a todos!

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H oy, 19 de marzo,celebramos lafiesta solemnede San José, es-

poso de María y patrono de laIglesia universal. Dedicamos,pues, esta catequesis a él, quemerece toda nuestra gratitud ynuestra devoción por haber sa-bido custodiar a la Virgen San-ta y a su Hijo Jesús. Ser custo-dio es la característica de José:su gran misión es ser custodio.

Hoy quisiera retomar el te-ma de la custodia desde unaperspectiva especial: la pers-pectiva educativa. Contempla-remos a José como modelo deleducador, que custodia yacompaña a Jesús en su cami-no de crecimiento «en sabidu-ría,en estatura y gracia», co-mo dice el Evangelio. Él no erael padre de Jesús: el padre deJesús era Dios, pero él le hacíade papá a Jesús, le hacía de pa-

dre para que cre-ciera. ¿Y cómohizo que crecie-ra? En sabidu-ría, estatura y gracia.

Empecemos por la estatura,que es la dimensión más natural,el crecimiento físico y psicoló-gico, José, junto con María,cuidó de Jesús ante todo desdeeste punto de vista, es decir,que lo «crió», velando por queno le faltaba lo necesario paraun desarrollo sano. No olvide-mos que la custodia solícita delNiño implicó también la huidaa Egipto, la dura experiencia devivir como refugiados –Joséfue un refugiado, junto conMaría y Jesús– para librarse dela amenaza de Herodes. Des-pués, una vez regresados a supatria e instalados en Nazaret,discurre todo el largo períodode la vida de jesús en el senofamiliar. Durante aquellos

años, José también enseñó aJesús su oficio, y Jesús apren-dió a trabajar de carpintero co-mo su padre José. Así José crióa Jesús.

Pasemos a la segunda di-mensión de la educación: la dela «sabiduría». José fue paraJesús ejemplo y maestro de es-ta sabiduría, que se alimenta dela Palabra de Dios. Podemospensar en cómo educaría Joséal pequeño Jesús en la escuchade las Sagradas Escrituras, so-bre todo acompañándolo lossábados a la sinagoga de Naza-ret. Y José lo acompañaba paraque escuchara la Palabra deDios en la sinagoga.

Y, por último, la dimensiónde la «gracia». Dice San Lu-cas, refiriéndose a Jesús: «La

Habla el PapaFRANCISCO

SAN JOSÉ,MODELO DE EDUCADOR

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gracia de Diosestaba con él»(2, 40). Cierta-mente, aquí laparte reservada aSan José fue máslimitada respec-to a los ámbitosde la estatura yde la sabiduría.Pero sería un gra-ve error pensarque un padre yuna madre nopueden hacer na-da con vistas aeducar a sus hijospara que crezcanen la gracia deDios. Crecer enestatura, creceren sabiduría, cre-cer en gracia: es-ta es la labor que José llevó a ca-bo con Jesús; hacer que crecieraen estas tres dimensiones, ayu-darlo a crecer.

Queridos hermanos y her-manas: Ciertamente, la misiónde San José es única e irrepeti-ble, dado que Jesús es absolu-tamente único. Pero, en su co-metido de custodiar a Jesús,educándolo para que crecieraen estatura, sabiduría y gracia,él es modelo de todo educa-dor, y especialmente de todopadre. San José es el modelodel educador y del papá, delpadre. Encomiendo, pues, a suprotección a todos los padres,a los sacerdotes –que son pa-

dres– y a quienes cumplen unatarea educativa en la Iglesia yen la sociedad. De manear es-pecial quisiera saludar hoy,Día del Padre, a todos los pa-dres, a todos los papás: ¡Os sa-ludo de corazón! Veamos:¿Hay algún papá en la plaza?¡Que levanten la mano los pa-pá! ¡Pero cuántos papás! ¡Fe-licidades, felicidades en vues-tro día! Pido para vosotros lagracia de estar siempre muycerca de vuestros hijos, dejan-do que crezcan, ¡pero cerca deellos, cerca de ellos! Ellos osnecesitan; necesitan vuestrapresencia, vuestra cercanía,vuestro amor. Sed para ellos

como San José:custodios de sucrecimiento enestatura, sabidu-ría y gracia.Custodios de sucamino, educa-dores; caminadcon ellos. Y, conesa cercanía, se-réis auténticose d u c a d o r e s .Gracias por todolo que hacéispor vuestros hi-jos; gracias.Muchas felici-dades a voso-tros, y buen Díadel Padre a to-dos los papásque están aquí, atodos los papás.

Qué San José os bendiga y osacompañe. Algunos de noso-tros hemos perdido a nuestropapá, que se ha ido; el Señorlo ha llamado; muchos, en estaplaza, no tenemos papá. Pode-mos rezar por todos los papásdel mundo, por los papás vi-vos y también por los difuntosy por los nuestros, y podemoshacerlo juntos, cada uno re-cordando a su papá, ya esté vi-vo, ya haya muerto. Y recemosal gran Papá de todos noso-tros, al Padre. Un Padrenues-tro por nuestros padres: «Pa-dre nuestro…».

¡Y muchas felicidades a lospapás!

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L a fecha del 27 de abril de 2014, segundo domin-go de Pascua, hay que escribirla con letras deoro. Dos Papas y ¡qué Papas! Han sido canoni-

zados por el Papa Francisco, estando presente tam-bién el Papa emérito Benedicto XVI. Poker de Papas.Es un acontecimiento excepcional que abre unasperspectivas colosales para la Iglesia y para el mundo.Concelebraron con el Papa 150 cardenales, 1.000Obispos y 875 sacerdotes, participando en la ceremo-nia 800.000 personas. Es algo insólito en la historia dela Iglesia, pero altamente consolador y esperanzador.

Los medios de comunicación, en los días anterio-res a la canonización, el mismo día y el día después de-dicaron páginas a los dos papas detallando hechos yactos de los mismos y destacando su santidad y su hu-manismo. Me fijo solamente en algo que dijo el PapaFrancisco en la homilía de la canonización: «Dos Papasen los que se ha vivido una época sin precedentes en lahistoria de la Iglesia; dos grandes personalidades de lavida de la Iglesia que han marcado la historia de la se-gunda mitad del siglo XX. Modelos de profundo amora la Iglesia». Quizás el acontecimiento más destacablesea el de la convocación de un Concilio ecuménico, elvaticano II, por el Papa San Juan XXIII, el Papa bueno,en el que participó el obispo Wojtyla que «escribió ensu testamento que el acontecimiento más grande eimportante de la Iglesia católica en el siglo XX fue elConcilio Vaticano II que convocó Juan XXIII» (Card.Loris Capovial) y que luego desarrolló en una evange-lización incansable, y que cambió el curso de la histo-ria.

Yo voy a fijarme en un aspecto extraordinario enambos Papas: la devoción a San José que no he vistomencionar en ningún comentarista, y para mí es de

una importancia enorme. Santa Teresa atribuía, en pa-labras del P. Gracián, oídas, sin duda, de su boca, que to-dos los dones de naturaleza y de gracia, de que Dios lehabía dotado, se los debía a su devoción a San José. Tan-to San Juan XXIII como San Juan Pablo II son ejemplosadmirables de devoción al santo Patriarca. En la Euca-ristía de la canonización sentí gozo al oír el nombre deSan José dos veces. En las preces, en la primera, en es-pañol, la que la proclamaba comenzó: Por intercesiónde la Virgen María y de San José… y en el canon roma-no de la misa después del nombre de la Virgen María seoyó inmediatamente: Y San José su esposo, según lo ha-bía establecido el mismo Papa San Juan XXIII por sudevoción al santo Patriarca. Él, que confiesa que he ca-minado con San José toda mi vida, nos ha dejado unaCarta apostólica sobre la devoción a San José, Patronode la Iglesia. Es como su testamento josefino. Despuésde recorrer la devoción de los Papas de los cien últimosaños paso a hablar del Concilio Vaticano II, encomen-dado por él a la especial protección de San José y pidela ayuda de todos por el mismo.

El Papa San Juan Pablo II, que bebió de niño la de-voción a San José en el convento de carmelitas descalzosde Wadowice, en el que San José lo llena todo desde lalarga estancia en él del santo P. Rafael de San José Kali-nowski, gran devoto de San José, a quien San Juan PabloII canonizó más tarde, nos dejó su testamento josefinoen la maravillosa Exhortación apostólica Custodio delRedentor, el mejor y más rico documento papal de todoslos tiempos sobre la figura y misión de San José en la vi-da de Cristo y de la Iglesia. En ella vuelca su amplia sabi-duría josefina y su gran corazón.

P. ROMÁN LLAMAS, OCD

Dos PapasJosefinos

CANONIZADOSJUNTOS

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ios ha llenado a María de alegría,haciéndola la Virgen de la alegríay la Virgen siempre sonriente,para que pudiera comunicárnos-

la a nosotros en abundancia. Esa alegríaque nada ni nadie podía arrancar del co-razón de María, ni el dolor más intenso.Ella mejor que San Pablo podía decir:¿Quién me separará del amor de Cristo?¿Quién me separará de la alegría queproduce en mí el Espíritu Santo? Es esa

la alegría que nos comunica ynos hace partícipes a nosotros.

María es causa de nuestraalegría desde Dios y desdeCristo. Del mismo modo que escorredentora con Cristo, esconcausa de nuestra alegríacon él, porque la fuente de laverdadera alegría es sólo Dios,sólo Cristo y el Espíritu Santo.

¿No es Dios, no es Jesucris-to la fuente de la más genuina ydesbordante alegría? ¿la queles promete a sus discípulos?Pues, ¿quién nos da a Dios?¿Quién nos da a Cristo Jesús?María. Miremos la escena de lacasa de Isabel en Ain Karin.Después de una larga caminatallega María desde Nazaret. En-tra en casa de la prima y la sa-luda: La paz con esta casa. Y,apenas Isabel oyó el saludo, elniño que llevaba en su senosaltó de gozo. ¿Qué ha pasado?Qué María con su saludo ha co-municado al Jesús que llevabaen sus entrañas, a la alegríaque llevaba en su seno a Isabel.

María es la causa de la verdadera alegríaporque nos da a Jesús.

Estamos en una boda y llega a faltar elvino: El vino es para alegrar el corazóndel hombre. Faltar el vino es como faltarla alegría. María se da cuenta del detalley le dice a su Hijo: No tienen vino y Jesúsconvierte muchos litros de agua en vino.Cambia la tristeza en alegría. ¿La causa?María. María lleva la alegría donde quie-ra que va y que entra. Dejadla entrar de

DD

MARÍA, CAUSA DE NUESTRA AL

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lleno en vuestros corazones, en vuestroshogares, en vuestros círculos de acción ycon ella entra una alegría desbordada.

La Iglesia que en María ha alcanzadola perfección, la mira como modelo e ide-al de todas las virtudes que los hijos pe-regrinos tienen que vivir durante su pere-grinación de la fe, y entre estas virtudesdestaca la alegría, la afabilidad, la amabi-lidad, la dulzura.

Como cristianos e hijos de la Virgenestamos llamados a vivir la alegría: Ale-graos siempre en el Señor; de nuevo oslo digo: alegraos en el Señor. Que vues-tra amabilidad, cordialidad, afabilidad,bondad, –que todo eso significa el térmi-no usado por San Pablo–, sea conocidapor todos. Y ¿cómo la van a conocer si nola expresamos y vivimos? ¿A quién va-mos a ir a buscar la alegría? A María laMadre dulce y tierna. Todo en ella noshabla de alegría, de paz, de serenidad yafabilidad.

Mete a María en tu vida, en la vida de tufamilia y has metido la paz, la alegría, la se-renidad, has metido a la causa de nuestraalegría, porque con María has metido a Je-sús. María lo lleva siempre en su alma co-mo fuente de todos sus bienes inmensos.Porque con María has metido al EspírituSanto, desposado con María y el EspírituSanto es el que guía a los hijos de Dios y esfuente inagotable de alegría. Dice San Pa-blo: El fruto del Espíritu Santo es caridad,alegría, paz… (Gal. 5, 22-23). La presencia yactuación del Espíritu Santo se traducen enestas realidades vividas, que se reducen auna, la caridad, ya que la caridad es pacífi-ca, bondadosa, educada, alegre, paciente.La caridad lo es todo.

EGRÍAPodemos aplicar a María la canción

hermosa de Martín Jahn, a la que pusomúsica y corazón Juan Sebastián Bach.La coral de su cantata 147 reza así:

«Jesús sigue siendo mi alegría,/ elconsuelo y la dulzura de mi corazón./ Je-sús me protege de todo sufrimiento./ Éles la fuerza de mi vida,/ el placer de misojos/ el tesoro y el deleite de mi alma./Por eso Jesús no se aparta de mi cora-zón,/ ni de mi rostro./ ¡Bienaventurado demí/ porque tengo a Jesús! ¡Oh, qué fir-memente me adhiero a él!/ Él reanima micorazón,/ cuando estoy enfermo y triste./Tengo a Jesús que me ama y se me en-trega./ Por eso nunca abandono a Jesús,/aunque se me parta el corazón».

Meter a María en la vida es hacer expe-riencia de ella desde la fe y el amor; esamarla, venerarla, es vivir en su compañíay, sobre todo, es imitarla en sus virtudes yactitudes. Podemos aplicar y extender a laVirgen María lo que San Juan de la Cruz di-ce de Jesús: «Traiga un apetito ordinario deimitar a María en todas sus cosas, confor-mándose con su vida, la cual debe conside-rar para saberla imitar, y haberse en todaslas cosas como se hubiera ella» 1S 13,3.

Y es que María va tan íntimamenteunida a Cristo Jesús que no se puede se-parar. Para ser auténticos cristianos, de-cía Pablo VI, tenemos que ser verdadera-mente marianos.

Y esta alegría hay que vivirla no sóloen los momentos duros. Quien en los fra-casos, la enfermedad, los reveses, antelos ultrajes e injurias no sabe vivir la ale-gría, la paz, la serenidad, María no ha en-trado en su vida.

P. Román Llamas, ocd

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importantes del Instituto y tanto en la vida diariacomo en coyunturas de grandes dificultades; asu vez, el casto esposo de María Virgen se com-placía en escuchar y atender las súplicas que fer-vorosamente le dirigía.

Hay testimonios abundantes de lasReligiosas que vivieron con la Santa, que nosrefieren multitud de ejemplos que han llegadohasta nosotros, así como en sus cartas:

«Después del Sagrado Corazón y de laSantísima Virgen –escribe sor Sagrario Venegas,Religiosa que vivió con Santa Mª Josefa por másde veinte años– su devoción predilecta era a SanJosé, y viendo cómo la iglesia de la Casa Madrede Bilbao tan providencialmente se había edifi-cado bajo su advocación, pues estaba dedicadaal Tránsito de San José, decía con entusiasmo:«San José se lo ha proporcionado, se ha hechoel dueño de la casa».

Además de obsequiarle diariamente rezán-dole los Siete Dolores y Gozos, devoción esta-blecida por ella en todo el Instituto, era muyconstante para alcanzar del Santo que vinieranmuchas y buenas vocaciones.

Cuando sabía la gravedad de algún enfermo,si estaba sin preparar para recibir bien los últi-mos Sacramentos en seguida mandaba rezar encomunidad los Siete Dolores y Gozos.

En todas las Casas del Instituto deseaba quese honrase su imagen juntamente con la delSagrado Corazón de jesús y la Inmaculada; erasu trinidad de la tierra.

Todo le parecía poco para celebrar su nove-na y el triduo para su día con la mayor magnifi-cencia, no sólo en el adorno del templo, sinotambién con elocuentes y sabios oradores. ElSanto Patriarca la protegía mucho durante suvida, y parece quiso recompensarle todos susobsequios llevándola al cielo el día siguiente alde su fiesta; parecía que el bendito Santo anun-ciaba que él se la llevaría, porque sus padeci-mientos siempre se solían agrava en los días desu novena, siendo lo más admirable en nuestraMadre, que ni aun esto le impedía el ocuparseen todo para que resultasen los cultos lo mejorposible».

Santa María Josefa del Corazón deJesús, fundadora de las ReligiosasSiervas de Jesús de la Caridad, fuealma muy devota de los santos en

general, y de algunos en particular.Su particular devoción, después del Sagrado

Corazón de Jesús y de la Santísima VirgenMaría, era el glorioso Patriarca San José.

Era inmensa su confianza y devoción alSanto, encomendándole los negocios más

GRANDES DEVOTOSDE SAN JOSÉ

CULTO Y DEVOCIÓN ASAN JOSÉ DE SANTAMARÍA JOSEFA DELCORAZÓN DE JESÚS

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Por lo mismo, los días en que se celebrabanlas festividades en la Casa Madre de Bilbao,siempre se le oía decir al acercarse su fiesta:«San José bendito ya me mandará también esteaño su regalito; cúmplase la voluntad de su divi-no Hijo».

Pues lo que ella llamaba su regalito eranpenas morales o físicas, que le venían o laspedía; las que hemos vivido a su lado, podemosasegurar que en las mayores festividades casisiempre fue probada con alguna tribulación,bien fuera en su salud o en asuntos referentes alInstituto.

Para el día de San José se preparaba con lasolemnísima novena, obsequiando cuantopodía al Santo Patriarca, y en el triduo de losúltimos días han predicado siempre muy bue-nos oradores.

Cuando nuestra Madre hablaba de San José,se entusiasmaba y nos decía: «No me extrañaque santa Teresa recomendará tanto a sus hijascomo en sus escritos la devoción al Santo

Patriarca, pues sólo al considerar que fue elegi-do para custodio y guarda del tesoro de la Reinade la vírgenes, ¡qué virtudes tuvo que ver laSabiduría eterna en este bendito santo!».

Y hacía ver cómo nos habíamos de enfervori-zar «amando las virtudes que él amó y practicó».

Encomendaba con insistencia, una y otra vez,el ejercicio de los Siete Domingos, así como elmes de marzo en honra y devoción a San José:«Suponiendo que estarán haciendo los SieteDomingos –escribía a una religiosa– no se olvi-den de encomendar al Santo Patriarca nuestrasintenciones y las necesidades del Instituto, lasalud de las Hermanas y también para que ven-gan muchas y buenas vocaciones».

«Sean muy devotas del Patriarca San Jo-sé, –decía Santa Mª Josefa– como Maestro de lavida interior, pídanle que les alcance el don deoración. Mucho admiro y me entusiasma la vidaoculta de la Sagrada Familia en Nazaret; allí rei-naba la paz y el amor de Dios, el amor al trabajoy al sacrificio, unido al espíritu de fervorosa ora-ción».

Hna. LUCÍA RODRÍGUEZ, S. de JValladolid

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Para el Papa San Juan XXIII, San José esel siervo fidelísimo a quien el Señorconfió la custodia de sus mejores teso-

ros: Jesús y María, a quien nombró ministrode su casa y custodio de todas sus posesiones(Gen. 39, 4-5). El siervo fiel y prudente que ja-más falló en lo que el Señor esperaba de él.«Durante su vida, que fue una peregrinaciónen la fe, –dice el Papa San Juan Pablo II– José,al igual que María, permaneció fiel a la llama-da de Dios hasta el final» (RC 17).

Así le ve también el Papa San Juan XXIII.Destaca esta fidelidad con estas palabras en susApuntes: «El siervo fiel será colmado de bendi-ciones (Pro. 28, 20). Estas palabras de los Pro-verbios, la Iglesia las aplica a San José. La fide-lidad es la contención de pensamientos y afec-tos superiores ante todo asalto. Como le pasa aJosé con María también y especialmente en laangustiosa duda…, etc. Sabiduría y bondad desu comportamiento.

La fidelidad es contraria a la precipitación.Proceder con cautela antes de dejarse mover dela fidelidad y poner las leyes de la caridad antesde nada. Aplicaciones prácticas a las relacionesparticulares entre personas y personas, esposos,amigos, trabajadores, etc.

Otro pensamiento. La fidelidad de San Joséa María es un gran ejemplo de nuestra fidelidady amor a la dulce Madre.

Podemos decir que la fidelidad en su coti-diana devoción a San José, el Papa San JuanXXIII la descubrió claramente cuando todavíadelegado pontificio en Turquía y Grecia (1944)escribe así a su sobrina Josefina: «Ahora pon-gámonos ante la vida interior… Tú y yo esta-mos bajo la especial protección de San José,

que es el principal protector de la vida interior.¡Oh, como es suave el perfume de San José enel jardín de la Iglesia! San José es una flor queno se ve, tanto se esconde y huye de la vista…pero su fragancia se derrama por todas partes yhace decir: Aquí está San José. Quiera Dios quese pudiera decir de nosotros esto: santificarse ysantificar en humildad y escondimiento».

Aquí, podemos decir, está resumida toda laespiritualidad del Papa San Juan XXIII, escon-derse y huir de la vista de los demás para derra-mar por todas partes silenciosamente la fragan-cia de la santidad, como San José. Santificarsepara santificar.

Este modo de entender la fidelidad, pro-fundamente radicada en un ininterrumpido y

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serio empeño de vida interior lo vemos ex-presado en estas palabras: «Alguien paracomplacerme me habla de púrpura. No meinteresa nada. Repito lo que he escrito en otraparte. Cuando no me viniese, como puede su-ceder, lo tendré como una señal de predesti-nación y daré gracias a Dios. Por lo demás,reprenderá a la vuelta a París, mi vida ordina-ria sin manías, sino con fidelidad absoluta ami deber, al servicio del Santo Padre, conatención, con caridad, con paciencia, con ín-tima unión con Jesús, mi rey, mi maestro, conMaría mi dulce Madre y con San José, mi ca-ro amigo, ejemplar protector» Diario del al-ma. Ya el 19 de marzo de 1903 le decía a SanJosé: ¡Qué dulce, tranquilo, suave, sereno esel pensamiento de San José! y le pedía: Enmedio de mi persistente desgana le he pedidouna cosa: el verdadero espíritu de la vida in-terior» Diario del alma.

Y comentando esta fidelidad a la Iglesia, nobuscando su honor, añade: ¡Que el Corazón deJesús, a la Virgen bendita y San José, patronode los diplomáticos y mi especial inspiración,junto con todos los santos protectores de Fran-cia, me valgan de ayuda, consuelo, bendición»Diario del alma.

Hablando de la fidelidad de San José en lacustodia de Jesús escribe: «El que guarda a suSeñor, será glorificado (Pro. 27, 18). Así pro-sigue el libro de los Proverbios y así prosiguela Iglesia en su alabanza a San José. Su fide-lidad en la custodia de Jesús, el sagrado depó-sito a él confiado por el cielo. Razones paradudar o debilitarse en su fidelidad: el silenciode los hombres en torno a jesús, los dolores,las persecuciones…

«Sea igual nuestra fidelidad a nuestro rey,Jesucristo. También ante las mofas, los abando-nos y desprecios. Él es siempre Dios, el Vence-dor. Seamos fieles en la custodia de la divinaimagen en nosotros, en nuestros pensamientos,afectos y obras en las familias, en la sociedad yconfiemos en la protección válida de San José,un custodio fiel y un defensa válida». Apuntes.Sí, San José es el siervo fidelísimo y prudenteque no faltó en nada a la custodia de Jesús y Ma-ría para llevar a cabo la obra de la redención.Siempre fiel a la misión salvadora que el Señorle encomendó.

P. Román Llamas, ocd

ELÍSIMO PARA JUAN XXIII

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ción apostólica titulada Redemptoris custos(Custodio del Redentor). Era algo nuevo, muynuevo (por no decir insólito), en la Iglesia elque un Papa publicara un documento deesta índole, de esta importancia, y tan cerca-no a las encíclicas. De hecho, la ocasión deesta exhortación apostólica fue el cumplirseentonces (en 1989) el centenario de la prime-ra y única encíclica que un Papa haya publi-cado, la titulada Quamquam pluries(«Aunque muchas veces…») de león XIII, elPapa de la devoción a la Sagrada Familia, elde la conocida y rezada oración «A vos, bie-naventurado San José».

La exhortación «Custodio del Redentor»de Juan Pablo II estuvo precedida de peti-ciones numerosas de obispos, de superioresgenerales de órdenes religiosas, de centrosjosefinos como el nuestro de Valladolid, losde Italia, el de Montreal. Firmada el 15 deagosto de 1989, las tareas de traducción alos diversos idiomas, de impresión, explicanque no fuera publicada (presentada enprensa) hasta unos meses más tarde, hastaoctubre avanzado. La recepción fue entu-siasta por parte de los comprometidos conel estudio y la devoción a San José, comopuede verse, por ejemplo en la pronta cele-bración de la semana de estudios organiza-da al año siguiente por el Centro JosefinoEspañol de Valladolid y en la que intervinie-ron los mejores especialistas del mundocatólico. Las ponencias y documentos fue-ron publicados por la revista hermana delMensajero, por Estudios Josefinos. A ellaremitimos para quienes deseen y puedanprofundizar en la historia, en los contenidos,en la trascendencia de este documento sin-

No hace mucho dedicábamos enesta misma revista un artículo a la

relación el santo recientemente canoniza-do, San Juan Pablo II, tuvo con San Jose. Yes que la vida del Papa Woytila fue un cons-tante y variado testimonio de devoción alesposo de María y padre de jesús. Y esto,desde su mismo bautismo, donde Karol reci-bió por segundo nombre el de José («elsegundo Patrón de mi bautismo»), hasta lasucesión de gestos josefinos como el deregalar su anillo pontificio a imágenes jose-finas o a las carmelitas descalzas de SanJosé de Ávila, cuna de los carmelitas des-calzos de Santa Teresa. Como es sabido, en1982 Juan Pablo II hizo su viaje a España, enperegrinación que quería celebrar el cuartocentenario de la muerte de la Santa, elapóstol tan entusiasta y decisivo de SanJosé.

Y sin embargo, lo más significativo de supontificado (por lo que se refiere a San Josénaturalmente) fue su magisterio especial,único iba a decir, promulgado en la exhorta-

SSaann JJuuaann Pablo II (1920-2005)

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gular, de este regalo estupendo que a SanJosé hiciera San Juan Pablo II.

A nosotros no nos es posible entrar enanálisis exhaustivos y detallados de tanta ytan evangélica doctrina como atesora la«Redemptoris custos». Recoge lo mejor dela tradición doctrinal, espiritual (SantaTeresa está muy presente), la reflexión teo-lógica de la Iglesia a lo largo de los siglos.Pero es el evangelio el hontanar en el quese nutre y que dice de San José más de loque se suele afirmar por quienes no lo cono-cen a fondo.

Sintetizando demasiado, hay que decirque este hermoso documento sitúa a San

José en el pleno misterio de la redención, ensus ministros queridos por Dios. Téngase encuenta que la exhortación forma parte deuna trilogía pontificia elocuente ya en los mis-mos títulos: «Redentor de los hombres»(Cristo), «Madre del Redentor» (María), y«Custodio del Redentor». Lo cual indica lapredestinación y la función indispensable,querida por Dios, de San José en el proyectode salvación. A él confió «la fiel custodia desus tesoros más preciosos».

Es la de San Juan Pablo II una reflexiónbella y profunda que (hay que repetirlo)bebe en el evangelio. Y por ello propone aJosé en su misión y en su realidad de esposode María. Son bellas las reflexiones acercadel oficio paternal del Santo en tantas oca-siones salvadoras de Jesús. Insiste en elmodelo de fe para la vida interior. Y tieneinterés especial en resaltar cómo San Josétiene que ser mirrado, venerado, agradeci-do, como patrono de la Iglesia y, también,de nuestro tiempo.

Las palabras de San Juan Pablo II (todohay que decirlo) no han sido escuchadas nivaloradas por todos. Pero sí lo han sido pormuchos, que han sabido vivir y expresar laprofundidad de la enseñanza del nuevo Papasanto, que llega a afirmar (y ha resaltado elalcance de tales palabras Román Llamas):«Para la Iglesia, sí es importante profesar laconcepción virginal de Jesús no lo es menosdefender el matrimonio de María con José,porque jurídicamente depende de este matri-monio la paternidad de José… El hijo de Maríaes también hijo de José en virtud del vínculomatrimonial».

TEÓFANES EGIDO

San Juan PPaabblloo IIII ((11992200--22000055))

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Es una fase romántica, donde se hacenotoria una actitud estética de la vida.De aquí proviene el rasgo idealizador:en el TÚ amado se ven personificadostodos los valores de su roma más pura,se ve como algo distinto a todo lo co-rriente. Es un contemplar a la personaamada bajo una luz que todo lo transfi-gura, el mundo entero se percibe comonuevo resplandor. No se ve el mundocon los propios ojos, sino con los delser amado, y por eso no parece ser elmismo de antes. Es el despertar del pri-mer encuentro amoroso.

– Saber estar con el que despier-ta… es ayudarle a descubrir la ma-ñana de su vivir.

– Sentir belleza en el despertaradolescente… es orientar con proyec-to.

– Creer en tus sentimientos sinprejuzgarlos… es la mejor manerade orientarlos.

Esta apertura hacia el OTRO por laamistad y por el amor no deja de sentir-se con conflictos y dificultades. El mis-

El «abc» de la afectividad del adolescente:El «abc» de la afectividad del adolescente:

La afectividad del adolescente esun mundo de sugerencias vita-les… Un mundo que nos habla

de amistad… de amor…El amor durante la adolescencia se

deja sentir como una necesidad ardien-te, que se expresa en las amistades y enel mundo relación de chicas y chicos.En los amores adolescentes la imagina-ción y el ensueño juegan todavía ungran papel. El adolescente imagina,sueña el amor antes de experimentarlo:siente necesidad sexual y necesidad deternura.

Así, podemos afirmar que en la pu-bertad se produce el descubrimiento delYO, y en la adolescencia, el del TÚ.Descubrimiento que le va a permitir unincremento en las aspiraciones de parti-cipación social y relacional.

Su interioridad se hace profunda ysensible, adquiriendo diferenciacionesde expresión en la chica y en el chico.El YO se convierte para él en un UNI-VERSO de contemplación y proyec-ción.

APUNTEPARA UNDESPERTAR

APUNTEPARA UNDESPERTAR

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mo trabajo escolar se resiente, hacién-dose dificultosa la actividad intelectual.

Las experiencias prematuras no ayu-dan al crecimiento de este despertar.Todo lo contrario, hipotecan la reali-dad de un proyecto.

Pero, burlarse de este despertar porparte de Padres y educadores, es aho-gar un potencial vivencial.

FRANCISCO A. SEVILLANO SEVILLANOPsicólogo

LA ALEGRÍA DE «EL PIPAS»

Su nombre era Ángel. Su apodo: «el Pipas».Su profesión: taxista. Estuvo internadomuchos años en un hospital. «El Pipas» no

podía moverse. Padecía una parálisis total. Es-taba tendido en la cama. Su distracción era fu-mar en pipa. Tenía una pequeña bandeja demadera encima de su pecho. Cuando estabacansado de tener la pipa en la boca, la dejaba ca-er en aquella bandeja. Al llegar alguien le pedíaque limpiara la pipa, la cargara, se la pusiera ensu boca y se la encendiera. Un amigo, que cono-ció y visitó al «Pipas» era una persona de granfe y de mucha alegría. Siempre que podíaiba –mejor, lo llevaban– en peregrinación aLourdes. Allí cargaba pilas. Eran muchos losque lo visitaban en el hospital. «El Pipas» erasiempre motivo de alegría, de esperanza. Teníasiempre a punto un chiste, una palabra ocu-rrente, amable y se reía con mucha facilidad.«El Pipas» ponía siempre alegría entre los enfer-mos. Cuando íbamos a visitarle, salíamos siem-pre mucho más contentos y alegres, de comohabíamos entrado».

Hay enfermos que, crucificados como Jesús,se convierten en sembradores de energías, deconsuelos; transmiten paz, contento y alegría…Incluso llegan a ayudar a quienes, les visitan, yque debieran ser ellos, los que aportaran al en-fermo paz y alegría. He aquí la luminosa y con-soladora realidad –incomprensible para algu-nos–, que ofrece y da, todos los días, la fe y elseguimiento de Jesús.

JOSÉ MARÍA ALIMBAU

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Se trata de una señora de Madrid, Dña. MercedesGonzález, gran devota de San José, a quien yohabía conocido y tratado hacía muchos años, perode quien había perdido la pista. Providen-

cialmente me llamó un día por teléfono y vino a verme aValladolid. Charlamos y me dijo que tenían que operarlade un cáncer de endometrio. Le dije que se encomendasea San José que ayuda en todas las necesidades de alma yde cuerpo. Me dijo que se sabía de memoria y me recitóíntegra la oración: Oh bienaventurado San José… que sehabía aprendido de niña. Le insistí que se encomendasea San José en todo. Lleva siempre consigo una estatuillade San José que yo le regalé y alguna estampa. Le rezatodos los días dicha oración y a días varias veces. En lacalle de Bravo Murillo, cerca de donde ella vive, hay unaiglesia con un altar de San José a la que acude en variasocasiones para pasar un rato con su San José, y sobretodo es la vivencia que tiene a diario de San José.

Pues bien. El 17 de julio de 2013 la operó del cáncerla Doctora M.ª Dolores Diestro, cirujana oncóloga, consu equipo. Cuando la estaban preparando para la ope-ración, el anestesista al ponerle la anestesia para dor-mirla le dice: estás rezando. Sí a San José, y rezando aSan José se quedó dormida. Después de la operaciónuna amiga, de las que le acompañaron, le metió debajode la almohada una placa de San José, que ella le habíadado con este fin y desde allí le acompañó durante todoel tiempo que estuvo en el hospital.

Al darla el alta la Doctora vio que había alguna cosaque no le gustaba porque podía traer complicaciones yle mandó que se sometiera a unas sesiones de radiotera-pia y de quimio. A estas sesiones llevaba siempre a SanJosé y le rezaba la oración y con su ayuda las soportóbien y con calma y, aunque es agresiva la radioterapia yla quimio, no experimentó algunos de los efectos más lla-mativos y dolorosos propios de esta terapia, y siempredando gracias a San José.

Al acabar las sesiones de radioterapia la recibió laDoctora y le dijo: estás perfectamente curada, y se fun-dieron en un abrazo de gozo y agradecimiento. No quieroverte hasta octubre, le dijo, al despedirla. La alegría de

Merche era indescriptible y las mejores testigos de ellason sus amigas a quienes se lo iba comunicando conmucho sentimiento y muchas lágrimas de agradecimien-to a San José, a Dios Padre y a ellas mismas que a lo largode su enfermedad, en la operación y en las sesiones dequimioterapia se han portado maravillosamente, comoverdaderas y auténticas amigas, que con su comporta-miento confirman la verdad del dicho de la Escritura: Elque encuentra un amigo, encuentra un tesoro (Ecli. 6,14). Merche ha encontrado varios y preciosos tesoros.

Merche no se cansa de decir que para ella ha sido unmilagro que San José ha obrado con ella. Por eso propa-ga la devoción a San José y el encomendarse a él.Milagro o providencia especial es un caso concreto y pal-pable de que San José, cuando se encomienda uno a él,ayuda en todas las necesidades de alma y de cuerpo. Y elque no lo crea que haga la prueba, como dice SantaTeresa, que lo experimentó en santísimas ocasiones ynecesidades, como la ha hecho Merche.

P. ROMÁN LLAMAS, OCD

UN CASO DE PROTECCIÓN ESPECIAL DE

SAN JOSÉ

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Hémonos divertido de la historia de es-tos santos casados María y Josef. Tornémo-nos, pues, al lugar de donde salimos, que esla grande angustia que el santo Josef teníade ver preñada a su santa esposa sin haberél llegado a ella, y por otra parte conside-rando cómo podía caber tal maldad en va-so de bondad más que humano. Pensabaunas veces lo que la humana conjetura ledeclaraba por lo que veía, y otras decía en-tre sí: «¿Qué sé yo si Dios ha hecho algunaobra milagrosa de las que suele, sobre todahumana razón? Pues esta bendita mujer esdotada de tan excelente santidad, y por esomuy aparejada para que Dios haga en ellaobras excelentes y maravillosas. Y si esto esasí, yo no soy digno de estar en su compa-ñía; y si no es así, yo no la quiero infamarcon acusarla para que la apedreen, ni llle-varla l templo para que con el sacrificio dela ley se examinase la verdad de aquestenegocio. Y el medio más conveniente que

en caso tan dudoso me conviene tomar esdejarla e irme secretamente, porque nadieme pregunte el porqué; y así ni la infama-ré, ni me pondré a peligro de morar conella si no es buena, ni me atreveré a estarcon ella si es tan santa, que Dios ha hechoen ella milagro de haber concebido sin serde mí ni de otro varón».

Esta fue la resolución del santo Josef,con la cual, aunque hallaba camino paralo que había de hacer, mas no se mitigabapor eta vía su grande dolor, porque elgrande y casto amor que a su esposa Ma-ría tenía, infundido por Dios y conserva-do y acrecentado con la conversación san-ta de ella, le tenía el corazón tan hechouno con ella, que haberla de dejar eraarrancársele las entrañas y partírsele elcorazón; y así andaba lleno de dolor den-tro de sí, y daba muestra de ello en el gestode fuera; porque gran dolor o gran placer,mal se pueden disimular.

En gran tribulación, cierto, puso Dios aeste santo varón; mas no era menor la dela Virgen bendita, la cual, como por las se-ñales que veía, entendía la turbación ycausa de ella de su santo esposo, dolíalemucho el verlo penado como buena casa-da, y mucho más verse sospechada de co-sa tan lejos y tan aborrecida de su cora-zón. Llamaba el socorro del cielo, suplica-ba al Señor que remediase tanto trabajo yque, si Él era servido que ella padecieseaquella infamia, estaba aparejada para lohacer, y que no se quería tomar atrás dehaberse ofrecido por esclava suya cuandoconcibió por Espíritu Santo, para serviren este negocio y en todos, ahora fuese porbuena fama, ahora por mala, por vida opor muerte, por hiel o por miel; que nin-guna cosa tendrá tan amada que no la pu-siese debajo de los pies del Señor, y de muybuena gana, para que hiciese de ella su san-to contentamiento. «No tengáis cuenta, Se-

SAN JUAN DE ÁVILA (1500-1569) (IV)

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ñor –decía la Virgen–, con mi tribulacióno consolación; mas lo que os suplico es queno esté penado este santo varón por micausa; y lo que sobre todo me duele, y cu-yo remedio, con todo mi corazón os de-mando, es que, pues lo que tengo en mivientre es Hijo verdadero vuestro, cuya

AGRADECIENDO GRACIAS Y PIDIENDO FAVORES

OREMOS POR NUESTROSDIFUNTOS

CASTROMOCHO, Maximiliano García; ALDEA-MAYOR DE SAN MARTÍN, Basilio Sacristán; CI-GUÑUELA, Adriano Castaño; MUCIENTES, Ju-lia Barrigón.

ALDEANUEVA DEL CAMINO, Pilar Nieto, 50 ¤;ARRABAL DE PORTILLO, María Antonia García,13 ¤; BARCELONA, Escolástica Gil, 3 ¤; Mª Te-resa Sánchez, 3 ¤; CANTALAPIEDRA, Ana Ma-ría Álvarez, 3 ¤; CIGUÑUELA, Mª Luisa Velasco,3 ¤; Clotilde Álvarez, 7 ¤; COLOMBIA, EmilioBotero, 15 ¤; LA BÓVEDA DE TORO, SAYO, 11¤; LA CORUÑA, MM. Carmelitas Descalzas, 3¤; LOGROÑO; Tomasa Mayoral, 18 ¤; MA-DRID, Mª Pilar Garay, 3 ¤; Mª Mercedes Gonzá-lez, 30 ¤; MEDINA DEL CAMPO, Mª TeresaFranco, 13 ¤; MUCIENTES, una devota, 3 ¤;una devota, 1 ¤; una devota, 8 ¤; una devota,20 ¤; MURCIA, Francisco Carrión, 3 ¤; PAM-PLONA, MM. Carmelitas Descalzas, 3 ¤; PON-FERRADA, Florinda Rodríguez, 3 ¤; POZAL DEGALLINAS, Teófila Rodríguez, 5 ¤; Lucía Rodrí-guez, 3 ¤; Áurea Rodríguez, 3 ¤; Pilar Rodrí-guez, 3 ¤; Orosia Alonso, 3 ¤; Ceferina Marcos,3 ¤; María Alonso, 3 ¤; Estrella Heras, 3 ¤; Sa-grario García, 3 ¤; POZOBLANCO, Rosalía Al-calde, 6 ¤; PUERTOLLANO, Juan Vicente Rive-ra, 5 ¤; SALAMANCA, Cati Cilleros, 6 ¤; Teru-qui Elices, 23 ¤; Josefa Ángela Benito, 13 ¤;SAN AGUSTÍN DE GUADALIX, Belén de Mi-guel Moro, 28 ¤; SANTANDER, Antonia Cama-cho, 3 ¤; SANTIBAÑEZ DE BÉJAR, Mª CarmenSánchez, 12 ¤; TAGLE, María Luisa Pilar Fer-nández, 9 ¤; TALAVERA DE LA REINA, LucíaSánchez, 6 ¤; Dolores Pérez, 3 ¤; TURLEQUE,Irene Carmeno, 3 ¤; VALENCIA, Miguel Her-nández, 3 ¤; VALLADOLID, María Paz, 3 ¤; Do-rita Solla, 13 ¤; Puri, 6 ¤; Andrés Villate, 2 ¤;Carmen Prieto, 1 ¤; José Heras, 6 ¤; Inés Mar-tín, 3 ¤; María Ángeles Becerril, 30 ¤; Julia Ro-

GIROS RECIBIDOS

ALBA DE TORMES, ALDEADAVILA, CIGUÑUE-LA, GOTOR, LA BÓVEDA DE TORO, LA MUDA-RRA, MADRID (FELISA TABARÉS), MOJADOS,MUCIENTES, NAVA DEL REY, NAVA, OROPESA,POZAL DE GALLINAS, SAN ROMÁN DE HOR-NIJA, TORRECILLA DE LA ABADESA, TREMORDE ARRIBA, VALLADOLID (CARMEN TABA-RÉS), VIGO BOUZAS, VILLABRÁGIMA, VILLAL-BARBA, QUINTANAR DE LA SIERRA.

MISAS

VILLABRÁGIMA, 3 misas de la familia MartínezDíez. CIGUÑUELA, 1 misa por Adriano Casta-ño. TORRECILLA DE LA ABADESA, 6 misaspor Marina; 2 misas a San José encargadaspor Rosa Goberna; 2 misas difuntos de Car-men Guijarro; 2 misas familia Zazo López y Za-zo Barbero.

concepción fue por Espíritu Santo, ymuy ajena de toda maldad, que no per-mitáis vos que cosa tan limpia y tan ver-dadera sea tenida por mala y fuera deley, ni que el que es Hijo legítimo vuestrose piense ser hijo de hombre habido demala parte».

(CONTINUARÁ…)

dríguez, 3 ¤; Javier y Francisco Martín, 3 ¤; Ma-ría Fraile, 3 ¤; VILLABRÁGIMA, 6 ¤; VILLAL-BARBA, Milagros Tabares, 3 ¤; Ana Rosa Rico,3 ¤; Monse, 1 ¤; VILLORIA, Concepción Chapa-do, 3 ¤; Adoración Carrasco, 3 ¤; ZAMORA,Hna. Casimira, 3 ¤; ZARAGOZA, Casimira Sán-chez, 3 ¤; ZARATÁN, Laurentina Pérez, 3 ¤.

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Murió un señor muy rico y muy avaro yle pusieron este epitafio en la tumba:

«Sumó, multiplicó y nunca restó, perodespués de su muerte sus parientes divi-dieron».

* * *Un paciente va a visitar a su médico y

este le hace colocarse en la pantalla de losRayos X

–Pero, hombre ¿Qué es lo que veo? ¡Tie-ne Vd. el estómago lleno, no sé, pareceque de cucharillas.

–Pues claro que son cucharillas. ¿No medijo que para recuperarme al día una cu-charilla de las de café?

* * *–Papá ¿Quién es el presidente de Francia?–No lo sé, cariño.–¿Y cuál es el río más largo del mundo?–Tampoco, cariño.–Papá, no te molestará que te haga tan-

tas preguntas, ¿verdad?–Claro que no, preguntando se apren-

den las cosas.* * *

Dos amigos se encuentran en la calle:–¿Sabes? Los reyes magos me han traí-

do un reloj precioso.–¿Qué marca?–Pues que va a marcar, hombre, ¡las horas!

* * *–Querido, no te lo quería decir antes

hasta estar completamente segura: prontoseremos tres.

–¡Qué felicidad! –Salta de felicidad elemocionada marido–. Pero, cariño, ¿estástotalmente segura?

–Sí, he recibido un telegrama que dice:Llegaré mañana, Mamá.

* * *La noticia de la convocatoria del Vatica-

no II la dio el Papa San Juan XXIII de lamanera más inesperada a su secretariomonseñor Tardini. El Papa se limitó a de-cirle:

–Vamos a convocar un Concilio.–¿Para qué fecha, Santidad?–Para el año 1963.Su colaborador hizo un gesto de asom-

bro y rápido exclamó:–¡Eso es imposible!–Entonces lo convocaremos para el

1962, decidió con una sonrisa de acentua-da bondad.

* * *Una chica de un pueblo está sirviendo

en la ciudad y la patrona le paga con uncheque. Por primera vez en su vida tieneque ir al banco a cobrarlo.

–Tiene que endosarlo, le dice el cajero.–¿Endo qué?–Tiene Vd. que firmarlo como firma sus

cartas.La chica un tanto trabajosamente escri-

be en el cheque y, al cabo de un par de mi-nutos, vuelve para entregarlo al cajeroque se encuentra con el siguiente endoso:

«Tu Ufemia que te quiere».* * *

–¿Qué sabe del Éxodo y travesía de losisraelitas por el desierto?

–Que en el desierto los israelitas se ali-mentaban de patriarcas.

POR FAVORRíaseRíase

ESTUDIOS JOSEFINOSRevista de investigación y de información sobre la presencia de San José:

APARECE DOS VECES AL AÑOSUSCRIPCIÓN: 22 E. Misma dirección que «EL MENSAJERO DE SAN JOSÉ»

• En los Evangelios• En la Iglesia

• En la Historia• En la Actualidad

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EL MENSAJERO DE SAN JOSEP P. C A R M E L I TA S D E S C A L Z O S

Teléf. 983 33 01 69

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