El Método Científico en El Psicoanálisis

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EL MÉTODO CIENTÍFICO EN EL PSICOANÁLISIS 1 Nuestro discurso ha de ser un discurso científico Jacques Lacan 2 El método y la ciencia La palabra método (camino) significaba para los griegos el modo o vía para buscar la verdad. Los chinos consideraban el Tao (camino) el concepto fundamental de su filosofía y su ética. La ciencia es ‘un conjunto de conocimientos articulados que resultan de la aplicación del método científico, de acuerdo con los requerimientos de la comunidad científica de una época’. Algunas culturas, en un momento de su historia, han producido su forma particular de ciencia cuando han utilizado el método científico. Sin embargo, todas esas diferentes ciencias se han caracterizado por eso que algunos han llamado el espíritu científico, que preferimos designar como el método científico, que definiremos como ‘la contrastación dialéctica entre la teoría y la práctica’. La dialéctica implica una interrelación, un diálogo, que permite que la práctica determine, modifique y verifique la teoría, y esta, a su vez, opere de igual manera sobre la práctica, en una contrastación mutua, que produce una transformación reiterada de la ciencia. La práctica científica busca comprobar en la experiencia (contrastar) las formulaciones teóricas. Esta experiencia puede ser de dos formas: 1. Discursiva: cuando la práctica se efectúa sobre un discurso. Los estudios de consistencia, independencia de axiomas, la verificación de una solución de un problema teórico y los procedimientos deductivos en general, son de este tipo. 3 También lo son el comentario de significantes y el análisis de un discurso (literario, filosófico, científico, subjetivo). 2. Empírica: opera sobre objetos materiales o sobre las imágenes en un animal. El método experimental y la observación son experiencias empíricas. Un experimento es ‘una experiencia provocada y repetible, en condiciones controladas por el experimentador’. Mientras menor sea el número de factores intervinientes, más fácil será efectuar un experimento. En los casos en que este número es muy grande o indeterminado, el método experimental se vuelve impracticable. Es el caso de la psicología, la historia, la economía y otras ciencias sociales, en las cuales pueden realizarse experimentos solo en contadas ocasiones o en contextos muy restringidos, que a veces resultan contrastando sólo aspectos poco importantes de la teoría. En estas ciencias, también los valores culturales y morales restringen la experimentación. 1 Artículo publicado en la Revista Universidad de Antioquia. Volumen LX, N.° 224. Abril/Junio 1991. Universidad de Antioquia, Medellín, pp. 35-41. 2 Jacques Lacan. Seminario del 5 de marzo de 1958. Las formaciones del inconsciente. Paidós, Buenos Aires, 1999, p. 259. 3 Imre Lakatos. Matemáticas, ciencia y epistemología. Alianza Editorial, Madrid, 1981.

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EL MÉTODO CIENTÍFICO EN EL PSICOANÁLISIS1

Nuestro discurso ha de ser un discurso

científico

Jacques Lacan2

El método y la ciencia La palabra método (camino) significaba para los griegos el modo o vía para buscar la verdad. Los chinos consideraban el Tao (camino) el concepto fundamental de su filosofía y su ética. La ciencia es ‘un conjunto de conocimientos articulados que resultan de la aplicación del método científico, de acuerdo con los requerimientos de la comunidad científica de una época’. Algunas culturas, en un momento de su historia, han producido su forma particular de ciencia cuando han utilizado el método científico. Sin embargo, todas esas diferentes ciencias se han caracterizado por eso que algunos han llamado el espíritu científico, que preferimos designar como el método científico, que definiremos como ‘la contrastación dialéctica entre la teoría y la práctica’. La dialéctica implica una interrelación, un diálogo, que permite que la práctica determine, modifique y verifique la teoría, y esta, a su vez, opere de igual manera sobre la práctica, en una contrastación mutua, que produce una transformación reiterada de la ciencia. La práctica científica busca comprobar en la experiencia (contrastar) las formulaciones teóricas. Esta experiencia puede ser de dos formas: 1. Discursiva: cuando la práctica se efectúa sobre un discurso. Los estudios de consistencia, independencia de axiomas, la verificación de una solución de un problema teórico y los procedimientos deductivos en general, son de este tipo.3 También lo son el comentario de significantes y el análisis de un discurso (literario, filosófico, científico, subjetivo). 2. Empírica: opera sobre objetos materiales o sobre las imágenes en un animal. El método experimental y la observación son experiencias empíricas. Un experimento es ‘una experiencia provocada y repetible, en condiciones controladas por el experimentador’. Mientras menor sea el número de factores intervinientes, más fácil será efectuar un experimento. En los casos en que este número es muy grande o indeterminado, el método experimental se vuelve impracticable. Es el caso de la psicología, la historia, la economía y otras ciencias sociales, en las cuales pueden realizarse experimentos solo en contadas ocasiones o en contextos muy restringidos, que a veces resultan contrastando sólo aspectos poco importantes de la teoría. En estas ciencias, también los valores culturales y morales restringen la experimentación.

1 Artículo publicado en la Revista Universidad de Antioquia. Volumen LX, N.° 224. Abril/Junio 1991. Universidad de

Antioquia, Medellín, pp. 35-41. 2 Jacques Lacan. Seminario del 5 de marzo de 1958. Las formaciones del inconsciente. Paidós, Buenos Aires, 1999,

p. 259. 3 Imre Lakatos. Matemáticas, ciencia y epistemología. Alianza Editorial, Madrid, 1981.

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Hay otras ciencias donde los experimentos son imposibles o de muy difícil realización, como la matemática o la astronomía, que deben limitarse a la experiencia discursiva o a la observación. La mayor parte de las ciencias realizan tanto experiencias discursivas como empíricas. Una teoría recibe el nombre de científica cuando ha emprendido el camino de la matematización. En último término se llega a la formalización. Un matema es un elemento formal; esto es, transmisible íntegramente y articulado en una teoría matematizada. La matematización no necesariamente se refiere a la metrización; la ciencia utiliza también la lógica, la teoría de grupos y clases, la topología, que no operan con el número y la medida sino con la relación. La validez en la ciencia Una hipótesis es ‘una conjetura encuadrada en una teoría científica’. Una conjetura se considera científica si puede ser falsada,4 esto es, si puede ser sometida a procedimientos que decidan sobre su validez. Los criterios que los científicos utilizan para determinar si una hipótesis es válida, son dos: 1. Consistencia: de orden discursivo, teórico. Evalúa la coherencia de la conjetura con la teoría de la que se supone ella deriva. La hipótesis puede ser incongruente, contradictoria; o consistente. 2. Eficacia: de orden práctico. Explora los efectos que la hipótesis produce. Se verifica en una experiencia discursiva o empírica. Los efectos obtenidos pueden convalidar o invalidar la hipótesis. La no verificación completa de una conjetura es fuente de nuevas preguntas y replanteamientos teóricos y prácticos. La ciencia avanza aprovechando los errores y los efectos inesperados de las experiencias científicas.5 Por esta razón, se puede valorar la eficacia de una conjetura, no tanto desde una perspectiva inmediata, sino por su fecundidad en el avance del discurso científico. El método de “contrainducción” propuesto por Feyerabend6 es un ejemplo claro de cómo puede lograrse que la “ruptura epistemológica” de que habla Gastón Bachelard en sus obras,7 se convierta en una ruptura recurrente, que no permita la fosilización de las teorías científicas. El método analítico El método analítico es ‘la aplicación del método científico al análisis de un discurso’; esto es, un “comentario implacable de significantes”8 que busca llevar el análisis de un discurso hasta sus últimas consecuencias (significantes). Es el método preconizado por Jacques Lacan, Michel Foucault, Claude Lévi-Strauss y muchos otros filósofos y científicos. El análisis de un discurso requiere tres pasos:

4 Karl Popper. Conjeturas y refutaciones. Paidós, Barcelona, 2ª ed., 1983.

5 Mario Bunge. La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires, Siglo veinte, 1970.

6 Paul Karl Feyerabend. Contra el método. Orbis, Barcelona, 2ª ed., 1985, p. 25.

7 Gaston Bachelard. La formación del espíritu científico. México, Siglo XXI, 8ª ed., 1979.

8 Jacques Lacan. La ética del psicoanálisis. Seminario 1959-1960. Paidós, Buenos Aires, 1988, p. 303.

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1. Entender: según Lacan: “darse cuenta de qué 'modo' está escrito (en sentido musical), en qué registro, implica muchas otras cosas, y sobre todo, penetrar en la lógica interna del texto en cuestión”.9 2. Criticar: consiste en una comparación: interna, que estudia la consistencia, la recurrencia, la complementación entre las diferentes partes de un mismo discurso; y externa: que compara el discurso con otros del mismo autor o de autores diferentes. 3. Contrastar: que verifica el discurso en la práctica, mediante una experiencia discursiva o empírica. Un analista es ‘alguien que se ha apropiado del método analítico singularizándolo en un estilo de vida’. Busca lograr en el análisis del discurso un cuarto nivel, el de la incorporación, esto es, que las consecuencias del discurso lleguen hasta el cuerpo del sujeto. Es el proceso que Freud, en su Proyecto10 llamaba “comprender”. Ya Platón en la carta VII y en el diálogo Alcibíades plantea este problema, ampliando el concepto de parrhesia de Eurípides, retomado por Foucault como veridicción, para quien

se trata de la curiosidad, esa única especie de curiosidad, por lo demás, que vale la pena de practicar con cierta obstinación: no la que busca asimilar lo que conviene conocer, sino la que permite desprenderse de uno mismo.

Se refiere también a “una prueba modificadora de sí mismo en el juego de la verdad” que sería “una 'ascesis', un ejercicio de sí”.11 Para Lacan, la singularización implica llegar hasta la diferencia absoluta, producto de una forma peculiar de goce; y admitir el exilio de la relación sexual, en un modo singular de asumir la ley y el deseo. Comenta la frase de Buffon “el estilo es el hombre”, explicando cómo su propio estilo al escribir constituye su manera peculiar de mostrar y producir los efectos de un discurso analítico. La diferencia entre los dos autores reside en la técnica utilizada, que para Foucault es la “analítica del discurso”, y para Lacan el psicoanálisis y su dispositivo terapéutico. El dispositivo psicoanalítico El psicoanálisis aplica el método analítico a un proceso de ascesis subjetiva; esto es, lleva el análisis de un discurso subjetivo hasta sus últimas consecuencias (significantes y existenciales) mediante la vía del dispositivo freudiano. Cuando se intenta aplicar el método analítico al propio discurso del cual se es sujeto, surge un escollo aparentemente insalvable: el desconocimiento propio del Yo, el autoengaño, el rechazo de saber las verdades que nos conciernen más entrañablemente. Se produce una resistencia creciente al

9 Paolo Caruso. Conversaciones con Lévi-Strauss, Foucault y Lacan. Anagrama, Barcelona, 1969, p. 95.

10 Sigmund Freud. Obras completas, Vol. I. Amorrortu, Buenos Aires, 1982, pp. 377 y 414.

11 Michel Foucault. Historia de la sexualidad, 2. El uso de los placeres. Siglo XXI, Bogotá, 1986, p. 12.

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análisis del discurso subjetivo, ante la cual han fracasado las formas tradicionales del método analítico. El aporte de Freud aparece allí con su insólito artificio metodológico: el dispositivo psicoanalítico. El propósito de la técnica de la asociación libre es explicado metapsicológicamente por Freud en su Proyecto.12 En el pensar práctico o común, la defensa de pensar primaria toma el desprendimiento de displacer como señal para abandonar cierto camino (o sea, para dirigir hacia otra parte la investidura atención); en el pensar crítico o examinador, la regla de la defensa ya no es observada, puesto que se trata de discernir todos los caminos, por lo cual, no debe ser descartado ninguno, así esté afectado de displacer. El dispositivo se funda en la regla de la asociación libre para el analizante, con su contrapartida en el analista: la atención flotante o escucha analítica; procedimiento paradójico que logra llevar mucho más lejos el discurso del sujeto, mediante una aparente dispersión o desviación que, sin embargo, permite recorrer los meandros del deseo manifestándose en la transferencia. La transferencia es la puesta en acto de la relación con el Otro, representante de la ley, en una repetición de las vicisitudes del proceso de sujetación, esto es, del ingreso a la cultura. Dicha reviviscencia permite el análisis “en presencia” de la historia del sujeto, quien supone al Otro encarnado en el analista, produciendo formaciones de lo inconsciente que develan las huellas del discurso del Otro en su historia. El manejo de la transferencia es la responsabilidad principal del analista, quien recurre para ello a la técnica de la interpretación. Para Freud, la interpretación es una conjetura sobre el sentido de una formación de lo inconsciente. Esta conjetura puede ser elaborada por el paciente o por el analista, quien sólo en algunas ocasiones la comunica al analizante. Sin embargo, esa interpretación determina su proceder. Lacan enfatiza mucho más el carácter de acto de la interpretación, como una intervención del analista que busca llevar el discurso del analizante más allá, en una apertura múltiple del sentido. No resulta de una comprensión consciente en el analista, sino que es un producto de lo inconsciente. El dispositivo psicoanalítico es, según Freud, el “camino real” en un proceso de ascesis subjetiva. Un psicoanalista es alguien que recorre dicho camino, y puede asumir la dirección del recorrido de otros, aceptando ser supuesto en el lugar del Otro, para que opere la transferencia. El psicoanálisis y la ciencia ¿Es el psicoanálisis una ciencia? En 1948 escribía Lacan:13

¿Pueden sus resultados fundar una ciencia positiva? Sí, si la experiencia es controlable por todos. Ahora bien, constituida entre dos sujetos uno de los cuales desempeña en el diálogo un papel de ideal impersonalidad, […] la experiencia, una vez acabada y bajo las únicas condiciones de capacidad exigible para toda investigación especial, puede ser retomada por el otro sujeto con un tercero. Esta vía aparentemente iniciática no es sino una transmisión por recurrencia, de la que no cabe asombrarse puesto que depende de la estructura misma, bipolar, de toda subjetividad.

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Sigmund Freud. Obras completas, Vol. 1. Amorrortu, Buenos Aires, 1982, pp. 408-436. 13

Jacques Lacan. La agresividad en psicoanálisis. Escritos II. Siglo XXI, México, 6ª ed., 1980, p. 67.

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En su seminario de 196414 la pregunta por la ciencia aparece desde la primera lección, y en la cuarta propone una “ciencia conjetural del sujeto”; para terminar planteando en la reseña del seminario: “Permanente, entonces, seguía siendo la pregunta que da radicalidad a nuestro proyecto: la que va de ¿es el psicoanálisis una ciencia?, a ¿qué es una ciencia que incluya al psicoanálisis?”15 En 1965 dedica la sesión inaugural de su seminario sobre el objeto del psicoanálisis al problema de La ciencia y la verdad, título del texto que después publicará en sus Escritos. Habla allí de “la vocación de ciencia del psicoanálisis”, y como réplica a los que critican el “cientifismo” de Freud, dice que la vía del psicoanálisis

[…] no se desprendió nunca de los ideales de ese cientifismo, ya que así lo llaman, y que la marca de él que la señala no es contingente sino que sigue siéndole esencial. Que es por esta marca por la que conserva su crédito, a pesar de las desviaciones a las que se ha prestado, y esto en la medida en que Freud se opuso a esas desviaciones, siempre con una seguridad sin vacilaciones y un rigor inflexible. Prueba de ello su ruptura con su adepto más prestigioso, Jung.

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En una conferencia en Londres el 3 de febrero de 1975, afirma: “No es por casualidad que el psicoanálisis apareció bastante después de la instalación del discurso científico. Es de la misma naturaleza que éste”. Es claro, entonces, que la pregunta por el estatuto científico del psicoanálisis fue una cuestión permanente en el trabajo de Lacan, que la consideraba de importancia primordial para el desarrollo del psicoanálisis. Es conocida, y muy criticada por algunos, la inquebrantable fe de Freud en la ciencia: “No; nuestra ciencia no es una ilusión. Sí lo sería creer que podríamos obtener de otra parte lo que ella no puede darnos”.17 Dice, para culminar su principal libro sobre el tema, en 1927; donde también afirma: “El psicoanálisis es un método de investigación, un instrumento neutral, como lo es por ejemplo, el cálculo infinitesimal”.18 En casi cada uno de sus escritos se puede encontrar una referencia metodológica que muestra al psicoanálisis como un procedimiento científico. Por ejemplo, a la pregunta: ¿cómo sabemos si una interpretación es correcta?, responde en la tercera de sus Conferencias de introducción del psicoanálisis19 utilizando implícitamente los dos criterios que hemos enunciado para verificar una conjetura: 1. Consistencia: la interpretación debe ser coherente con el discurso del paciente, con su historia y sus circunstancias personales.

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Jacques Lacan. La ciencia y la verdad. Escritos I. Siglo XXI, México, 2ª ed., 1972, p. 342. 15

Jacques Lacan Reseñas de enseñanza. Manantial, Buenos Aires, 1988, p. 28. 16

Jacques Lacan. La ciencia y la verdad. Óp. cit., p. 342. 17

Sigmund Freud. Obras completas, Vol. XXI, El porvenir de una ilusión. Amorrortu, Buenos Aires, 1979, p. 55. 18

Ibídem, p. 36. 19

Sigmund Freud. Obras completas, Vol. XV, Conferencias de introducción del psicoanálisis. Amorrortu, Buenos Aires, 1978, pp. 45-46.

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2. Eficacia: que los efectos producidos por la interpretación hagan avanzar el análisis, generando sueños, asociaciones, recuerdos, formaciones de lo inconsciente y comportamientos, que confirmen o invaliden la interpretación. Estos criterios de validez son preferidos a la aceptación del paciente, a la brillantez de la interpretación o a su aparente evidencia, no solo en este sino en los otros textos que se refieren a la técnica analítica. Para Freud, “El progreso en el trabajo científico se consuma exactamente como en un análisis […] sólo del auxilio que el experimento significa para la investigación es forzoso privarse en el análisis”.20 De hecho, nunca abandonó su proyecto de construir, como producto del método psicoanalítico, una psicología que fuese una ciencia natural. Sin embargo, nunca confundió el método de investigación con sus resultados teóricos, a los que consideraba provisionales y perfectamente modificables y desechables, aunque sin negar la gran importancia que las concepciones teóricas tienen para el desarrollo de la ciencia.21 En un artículo para una enciclopedia22 dio tal vez la descripción más completa de su proyecto científico:

El psicoanálisis es el nombre: 1) de un procedimiento que sirve para indagar procesos anímicos difícilmente accesibles por otras vías, 2) de un método de tratamiento de perturbaciones neuróticas, fundado en esa indagación, y 3) de una serie de intelecciones psicológicas, ganadas por ese camino, que poco a poco se han ido coligando en una nueva disciplina científica.

Esta formulación nos ha de servir para intentar una respuesta a la pregunta sobre las relaciones entre el psicoanálisis y la ciencia. Como método de investigación, el psicoanálisis es un método científico, pues se basa en una contrastación dialéctica entre el discurso (la teoría) y la experiencia (la práctica). El analista verifica en su trabajo clínico los enunciados propuestos por la teoría, y transforma esta de acuerdo con los resultados de su práctica, y las elaboraciones teóricas que efectúa consecuentemente. También el analizante verifica en su experiencia cotidiana los descubrimientos e interpretaciones que se le ocurren en el análisis. Su discurso y su existencia misma se transforman dialécticamente, hasta hacer del método ana1ítico la base de su propio estilo de vida. Sobre el conjunto de conocimientos adquiridos mediante el método psicoanalítico, hemos de hacer las siguientes consideraciones: 1. Algunos de estos conocimientos pueden servir de base a una psicología psicoanalítica23 que, aunque no se ocupe de todos los temas de la psicología, como la inteligencia y el aprendizaje cognitivo, objeto de estudio de otras ramas de la psicología como la psicología genética de Jean Piaget, brinda sin embargo, una teoría del aparato psíquico y del proceso de sujetación que incluye temas como el de la conciencia, del cual da Freud uno de los desarrollos más completos en la tercera parte de su Proyecto, y

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Sigmund Freud. Obras completas, Vol. XXII, Conferencia 35. Amorrortu, Buenos Aires, 1979, pp. 160-161. 21

Sigmund Freud. Óp. cit. Conferencia 32, p. 75. 22

Sigmund Freud. Obras completas, Vol. XVIII, Dos artículos de enciclopedia. Amorrortu, Buenos Aires, 1979, p. 231. 23

Néstor Braunstein y otros. Psicología, ideología y ciencia. Siglo XXI, México, 6ª ed., 1979, p. 312.

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en otros textos metapsicológicos. En 1925, dice: “El psicoanálisis deberá calificarse como una psicología del Ello (y de sus acciones eficaces sobre el Yo)”.24 2. Con el saber acumulado acerca de la técnica de la terapia analítica, difícilmente podrá construirse una teoría científica. Algo similar ocurre en la práctica de las ciencias, según Bunge:

Como toda otra experiencia, la investigación puede ser comprendida por otros pero no es íntegramente transferible. […] Por consiguiente, los escritos sobre el método científico pueden iluminar el camino de la ciencia pero no pueden exhibir toda su riqueza.

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Freud fue bastante reacio a escribir sobre la técnica, y solo publicó algunos artículos muy generales para satisfacer el insistente pedido de sus discípulos. De una manera más radical, Platón en su carta VII, se muestra escéptico sobre la posibilidad y la conveniencia de escribir sobre estos temas.26 3. Aunque la matematización fue tomada como un objetivo por Lacan (“nuestro ideal”, dice en la lección del 23 de octubre de 197327), y recurrió a los conceptos de la lógica, la teoría de conjuntos y clases, y la topología; hubo de concluir que la formalización del psicoanálisis solo se logra de una manera muy parcial, y que “de lo que no puede ser demostrado, algo verdadero puede, empero, ser dicho”.28 El concepto de matema difícilmente puede ser aplicado a los símbolos de los esquemas lacanianos, ya que no son transmisibles íntegramente ni están articulados en una teoría estructurada unívocamente. El carácter de univocidad es muy importante en la ciencia, que exige un sentido único (en ocasiones, un sentido formal, al cumplir unas reglas de construcción) y permite, en cambio, múltiples significaciones. Es el caso de la matemática formal, en la que los signos solo tienen un sentido estructural y aceptan cualquier contenido de significación. El discurso analítico, por el contrario, recurre a una homología con el discurso inconsciente, que se caracteriza por la polisemia y por las leyes de la metáfora y la metonimia; leyes ajenas a las del discurso científico que opera con otra lógica, la del preconsciente. Esto nos llevaría a una divergencia con la frase de Lacan citada en el epígrafe, que contradice sus propios comentarios sobre su estilo, mencionados antes. 4. La dificultad más grave proviene de la exclusión del sujeto, que marcó el surgimiento de la llamada ciencia moderna en el siglo XVII. Lo que caracteriza al psicoanálisis es precisamente su referencia al sujeto. Podría pensarse (y Lacan lo hizo en la fase de un estructuralismo radical) que el sujeto pueda convertirse en objeto de la ciencia, como sostenía Claude Lévi-Strauss. Sin embargo, la experiencia clínica mostraba siempre a Lacan un resto que escapa a la simbolización y al discurso científico, y es en este resto donde se afianza el sujeto. Cualquier teoría que se construya para explicar los trucos defensivos del Yo, será aprovechada inclusive por este Yo para ingeniarse nuevos escondites, como lo muestra la evolución de las resistencias a partir de la difusión de la teoría analítica.

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Freud, S. Obras completas, Vol. XIX, Breve informe sobre el psicoanálisis. Amorrortu, Buenos Aires, 1979, pp. 220-221. 25

Mario Bunge. La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires, Siglo veinte, 1970, p. 62. 26

Platón. Obras completas, Carta VII, 341b. Aguilar, Madrid, 1966, p. 16O8. 27

Jacques Lacan. Seminario 21. Los desengañados se engañan o los nombres del padre. 1973-1974. Lección del 23 de octubre de 1973. 28

Jacques Lacan. Seminario 20. Aún. Paidós, Buenos Aires, p. 145.

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Ya en el Menón y el Teeteto se preguntaba Platón si la virtud era enseñable y si podía convertirse en un saber articulado o episteme, que constituye la ciencia. Antes de él, Parménides había llamado doxa a “una cuasi-ciencia que servía al hombre para ordenar las contradicciones de su trastornado universo”.29 En el siglo XI, los hermanos Tch'eng Hao y Tch'eng Yi30 construyeron dos escuelas opuestas al discutir sobre si es posible, como fruto de un largo trabajo de investigación racional, llegar al mismo principio último de todas las cosas que se descubre mediante una ascesis no racional. Idéntica preocupación manifiesta Platón que, al igual que después lo hizo Hao, responde negativamente en la carta VII. Resulta sorprendente que, después de Gödel y Heisenberg, Stephen Hawking sea optimista respecto a la posibilidad de una “teoría unificada completa” que explique incluso por qué llegamos a construir dicha teoría.31 5. Para el psicoanálisis, el criterio de eficacia tiene su significado fundamental a muy largo plazo, como lo tiene para el científico auténtico, a quien le interesa el desarrollo de la ciencia, y no necesariamente los resultados inmediatos. La cura de los síntomas y perturbaciones del paciente viene después de su transformación subjetiva, y es el llevar el análisis de su discurso hasta las últimas consecuencias lo que intenta el analista. Por eso algunos han comparado su labor con la de los antiguos alquimistas, que iniciaban su obra con la ilusión de encontrar la piedra filosofal o lograr la transmutación de los metales, para poco a poco ir entendiendo de otra forma estas ideas y dedicarse a la Gran Obra de la transmutación de sí mismos. En 1954 (Seminario sobre el Yo) Lacan comenta en las dos primeras lecciones el Menón de Platón, y muestra cómo Sócrates diferenciaba la ciencia, saber articulado o episteme, de la opinión verdadera u ortodoxa. Queda fuera del campo de la ciencia la transmisión de las vías que conducen a la virtud:

La meta y la paradoja del Menón es mostrarnos que la episteme, el saber ligado por una coherencia formal, no abarca todo el campo de la experiencia humana, y en particular que no hay una episteme de aquello que realiza la perfección, la areté de esa experiencia.

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Lo verdadero que hay en la ortodoxa no es aprehensible por un saber articulado. No hay que apresurarse a pensar que al final todo se arreglará, “que un día u otro la ciencia conseguirá recuperar eso mediante una acción retroactiva. Empero, en el transcurso de la historia, nada hasta hoy nos lo ha probado”.33 Para la escuela de Francfort, el materialismo dialéctico y el psicoanálisis no son ciencias sino métodos críticos de la ciencia y del proceso de sujetación.34 Por nuestra parte, hemos de expresar como conclusión final de las reflexiones anteriores, que el método psicoanalítico es un método científico, pero el psicoanálisis no es una ciencia, porque no se ajusta a los requerimientos de la comunidad

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Clémence Ramnoux. Historia de la filosofía, tomo 2. Siglo XXI, México, 9ª ed., 1980, p. 18. 30

Nicole Vandier-Nicolas. Historia de la filosofía, tomo 1. Siglo XXI, México, 3ª ed., 1973, p. 346. 31

Stephen Hawking. Historia del tiempo. Grijalbo, Bogotá, 1989, p. 31. 32

Jacques Lacan. Seminario 2.El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Paidós, Buenos Aires, 1983, p. 31. 33

Ibídem, p. 14. 34

Theodor W. Adorno y otros. Teoría crítica del sujeto. Siglo XXI, México, 1986. Henning Jensen, compilador.

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científica actual, que no podrá satisfacer (ni lo intenta) pues su interés fundamental es el sujeto de esa ciencia, que siempre eludirá su inclusión en un conjunto articulado de conocimientos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Lacan, Jacques. Seminario del 5 de marzo de 1958. Las formaciones del inconsciente. Paidós, Buenos Aires, 1999. 2. Lakatos, Imre. Matemáticas, ciencia y epistemología. Alianza Editorial, Madrid, 1981. 3. Popper, Karl. Conjeturas y refutaciones. Paidós, Barcelona, 2ª ed., 1983. 4. Bunge, Mario La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires, Siglo veinte, 1970. 5. Feyerabend, Paul Karl Contra el método. Orbis, Barcelona, 2ª ed., 1985. 6. Bachelard, Gaston La formación del espíritu científico. México, Siglo XXI, 8ª ed., 1979. 7. Lacan, Jacques. La ética del psicoanálisis. Seminario 1959-1960. Paidós, Buenos Aires, 1988. 8. Caruso, Paolo Conversaciones con Lévi-Strauss, Foucault y Lacan. Anagrama, Barcelona, 1969. 9. Freud, Sigmund. Obras completas, Vol. 1. Proyecto de una psicología para neurólogos. Amorrortu, Buenos Aires, 1982. 10. Foucault, Michel. Historia de la sexualidad, 2. El uso de los placeres. Siglo XXI, Bogotá, 1986. 11. Lacan, Jacques. La agresividad en psicoanálisis. Escritos II. Siglo XXI, México, 6ª ed., 1980. 12. Lacan, Jacques. Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, 1986. 13. Lacan, Jacques. Reseñas de enseñanza. Manantial, Buenos Aires 1988. 14. Lacan, Jacques. La ciencia y la verdad. Escritos I. Siglo XXI, México, 2ª ed., 1972. 15. Freud, Sigmund. Obras completas, Vol. XXI, El porvenir de una ilusión. Amorrortu, Buenos Aires, 1979. 16. Freud, Sigmund. Obras completas, Vol. XV, Conferencias de introducción del psicoanálisis. Amorrortu, Buenos Aires, 1978. 17. Freud, Sigmund. Obras completas, Vol. XXII, Conferencias 32 y 35. Amorrortu, Buenos Aires, 1979. 19. Freud, Sigmund. Obras completas, Vol. XVIII, Dos artículos de enciclopedia. Amorrortu, Buenos Aires, 1979. 20. Braunstein, Néstor y otros. Psicología, ideología y ciencia. Siglo XXI, México, 6ª ed., 1979.

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21. Freud, Sigmund. Obras completas, Vol. XIX, Breve informe sobre el psicoanálisis. Amorrortu, Buenos Aires, 1979. 23. Platón. Carta VII, 341b. Aguilar, Madrid, 1966. 24. Lacan, Jacques. Seminario 20. Aún. Paidós, Buenos Aires. 25. Ramnoux, Clémence. Historia de la filosofía, tomo 2. Siglo XXI, México, 9ª ed., 1980. 26. Vandier-Nicolas, Nicole. Historia de la filosofía, tomo 1. Siglo XXI, México, 3ª ed., 1973. 27. Hawking, Stephen. Historia del tiempo. Grijalbo, Bogotá, 1989. 28. Lacan, Jacques. Seminario 2. Paidós, Buenos Aires. 29. Adorno, Theodor. y otros. Teoría crítica del sujeto. Siglo XXI, México, 1986.