El miedo a la libertad

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El miedo a la Libertad

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Page 1: El miedo a la libertad

Departamento de Ciencias de la Educación

Carrera: Pedagogía Lenguaje, comunicación y Filosofía

Docente: Fernando Fuica

El hombre frente al mundo y el miedo a la Libertad

Alumna: Dámaris Neira Benítez

Se dice que si se habla de Libertad, ésta tiene que estar ligada casi la mayoría

de las veces a problemas políticos o a la elección sobre una determinada posición

dentro del marco de una composición en sociedad, así también se puede decir

que la libertad cabría dentro de problemas económicos el cual se asocia muchas

veces, a formar parte de la jerarquía que esta misma sociedad impone, pero casi

nunca se nombra qué pasaría si hablásemos de Libertad, arraigándola y

enfocándola a un plano netamente ligado a la imposibilidad o al miedo que ocurre

en el fuero interno del hombre , sobre esa parte que no está presente en lo que

podríamos llamar situación positiva, sino más bien, sobre una mirada más

abstracta, por ello se puede preguntar qué sucede en el hombre al verse

enfrentado a un mundo tan grande y diverso, que incita a la elección, por decirlo

de algún modo, de escoger mis propias posibilidades y la creación de un yo

distinto al resto.

A lo largo de la historia se ha visto reflejado la lucha constante en los hombres

por ser libres, pero esa libertad se direcciona siempre a la opresión de terceros

“…Al luchar una clase por su propia liberación del dominio ajeno creía hacerlo por

la libertad humana como tal y, por consiguiente, podía invocar un ideal y expresar

aquella aspiración a la libertad que se halla arraigada en todos los oprimidos…”i,

pero a decir verdad si se logra tener una comprensión que va más allá se puede

decir que el verdadero miedo y lucha contra libertad, ocurre en el interior de cada

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ser humano, se creyó estar luchando por un común, pero ello no correspondía a la

lucha por mi Libertad.

Todo parte cuando el hombre quien al adquirir conciencia de sí mismo, se da

cuenta que es una entidad separada y distinta del mundo que lo rodea, se sale de

esa imagen de colectivo y se da cuenta que es un individuo, pero aún en esa

conciencia no todo es claro para él, ya que sigue sintiéndose ligado de una u otra

forma, se puede decir, al mundo social, al sistema, se reconoce como una entidad

distinta, pero sigue siendo parte del mundo, de aquel mundo sobre el cual nació,

pero del cual aún no ha elegido sobre la base de sus propios propósitos.

Claramente un ejemplo está, en lo que Erich Fromm intenta transmitir en Miedo

a la Libertad, es como cuando un niño deja de formar un solo ser con su madre, es

decir, cuando el pequeño nace desde el vientre y sale a la luz del mundo, pero

que aun cuando existe esa separación, el niño permanece unido, teniendo

siempre esa conexión constante con su madre, como un lazo que escapa al

entendimiento y se puede decir que corresponde a una unión de sentimiento, una

unión más abstracta y de la cual el propio ser humano la hace un tanto necesaria,

ya que así el niño se siente seguro, y acompañado como es posible de apreciar en

la siguiente cita “… El individuo carece de Libertad en la medida en que todavía no

ha cortado enteramente el cordón umbilical que-hablando en sentido figurado-lo

ata al mundo exterior; pero estos lazos le otorgan a la vez la seguridad y el

sentimiento de pertenecer a algo y de estar arraigado en alguna parte…” ii De esto

se puede decir que corresponde a como si ya existiera de antemano la necesidad

en el hombre de tener esa conexión, como si se naciera así, como si realmente

dentro de cada ser existiera el miedo a verse en un mundo solo, sin esa compañía

que me puede proveer de ayuda, en este caso el soporte que da la madre, que

me soporta, que me ayuda, que me encauza y que me da la posibilidad de

sentirme seguro, esto y tomando de referencia lo que se suscita en el texto de

Fromm, formaría parte de una etapa antecesora a la que el hombre llega antes de

individualizarse, o en las palabras del propio autor a quien me refiero en el ensayo

“individuación”, y reconocerse como un sujeto libre y distinto de otros, cuando se

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presenta en esta etapa es cuando se pone a prueba su orientación en el mundo.

Es así cuando el hombre toma plena conciencia de la separación primaria y

dependiente, de la cual hablaba, y se va trazando el camino desarraigado de todo

aquello que le daba todo para sentirse en esa seguridad y comienza un rumbo

individual, es cuando surge la conciencia real de una existencia propia, como una

entidad separada de todos los demás. Es por lo mismo que a raíz de lo que se ha

planteado se puede llegar a una idea de que somos libres en la medida en que se

es capaz de dar conciencia a la comprensión de renuncio sobre los factores o

modos de vivir que me protegen.

Claro está, el hombre forma una parte integral del mundo, pero ¿Por qué temerle

a las posibilidades, responsabilidades o proyecciones de uno mismo? ¿Será que

realmente el miedo surge al darse cuenta que no hay quien me apoye ni me

sustente en mis propias decisiones? Que es lo que me dicta a responder, puede

ser que al tomar conciencia, nace en el hombre el miedo a ser libre, puesto que

estoy solo, y el mundo se me presenta con todo lo que el provee ante mis ojos, y

debo enfrentar libremente, como un individuo particular, en todo su esplendor lo

que estoy viendo. Es ahí cuando a mi parecer, surge el verdadero sentimiento de

soledad y angustia, y que de modo posible se relacione direccionalmente al miedo

de la propia libertad, ya que hoy no tengo a esa madre, no estoy ligado a ese

cordón umbilical que me hace ser parte de otro, sino que mi angustia está en

darme cuenta que ante todo debo hacer mis elecciones sin tomar en cuenta a otro.

Ya Fromm lo postulaba, hay cosas que nos llevan a diferenciarnos del animal

como ser biológico, debemos pensar para poder encontrar alimento, cobijo, y lo

que necesitemos mientras que los animales no necesitan pensar, pues les

protege su instinto, eso que el ser humano no tiene y que reemplaza la razón, es

allí en donde se ve que nuestra libertad es en la medida que nosotros como

humanos tenemos la posibilidad de elegir, se debe pensar para encauzar la vida,

pues ya no le protegen sus padres como cuando era un niño y lo que intenta

explicar el autor del Miedo a la Libertad, se debe pensar para decidir un modo de

vida, que corresponda y sea consecuente con lo que uno quiere y espera de ella.

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“…La existencia humana empieza cuando el grado de fijación instintiva de la

conducta es inferior en cierto límite, cuando la adaptación a la naturaleza deja de

tener un carácter coercitivo…”iii

Es decir, que la existencia en el hombre y la libertad son procesos imposibles de

separar, son inherentes. El hombre parte con la dependencia, pero crece con el

miedo de los temores que le provoca el reconocerse como un individuo, ya que a

diferencia del animal carece de instintos, como ya se había mencionado.

Aquí pareciera ser que el miedo a la libertad parte y comienza en el hombre,

pero el miedo a la elección, ya que con ello también surge la posibilidad de errar,

que forma parte de toda la historia de la humanidad “…Una imagen

particularmente significativa de la relación fundamental entre el hombre y la

libertad la ofrece el mito bíblico de la expulsión del hombre el Paraíso. El mito

identifica el comienzo de la historia humana con un acto de elección, pero acentúa

singularmente el carácter pecaminoso de ese primer acto libre y el sufrimiento que

éste origina. Hombre y mujer viven en el Jardín edénico en completa armonía

entre sí y con la naturaleza. Hay paz y no existe la necesidad de trabajar; tampoco

la de elegir entre alternativas; no hay libertad, ni tampoco pensamiento. Le está

prohibido al hombre comer del árbol de la ciencia del bien y del mal: pero obra

contra la orden divina, rompe y supera el estado de armonía con la naturaleza de

la que forma parte sin trascenderla. Desde el punto de vista de la Iglesia, que

representa a la autoridad, este hecho constituye fundamentalmente un pecado.

Pero desde el punto de vista del hombre se trata del comienzo de la libertad

humana. Obrar contra las órdenes de Dios significa libertarse de la coerción…”

ivmuy bien y por consiguiente se podría llegar a concluir que la propia libertad

significa ser vulnerable ante la posibilidad de equivocarse, pero es allí donde surge

ese miedo que se posiciona en el ser del hombre. “…el acto de desobediencia,

como acto de libertad, es el comienzo de la razón…”v(Extracto que hace referencia

al primer acto de libertad).

Es necesario decir también que el hombre encuentra ese miedo a la propia

libertad no solo en un aspecto dentro de su vida, si no también encontramos el

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miedo en la imposibilidad de ser quienes somos realmente, la libertad supone un

aumento de la inseguridad y aislamiento, y una duda creciente acerca del propio

papel en el universo, del significado de la vida. El miedo supone por otro lado, que

una vez cortados los vínculos de los cuales se comentó en el principio de este

ensayo, vínculos primarios, es imposible volver a unirlos, por lo tanto se debe

hacer responsable de lo que sigue, ya que no hay forma de llegar a tener esa

estabilidad que no recaía en uno mismo sino en la sustentabilidad que se

desprendía de otro ser.

Por otro lado y dentro de los parámetros tratados por Erich Fromm, existe otro

tema que no deja de ser inapropiado para tratar en las nociones que se tienen

sobre libertad, aparece la sumisión: “…Surgen así poderosas tendencias que

llevan hacia el abandono de este género de libertad para buscar refugio en la

sumisión o en alguna especie de relación con el hombre y el mundo que prometa

aliviar la incertidumbre, aun cuando prive al individuo de su libertad…”vi que la

aceptación y el miedo que provoca la libertad en el hombre, lo hace buscar un

refugio en la sumisión de algo que se vea aún más poderoso y que le dé reglas o

modos de seguir en el mundo encauzado por lo que la sumisión le provoca, todo

ello se resume en la incapacidad que surge en el hombre de confiar en sí mismo y

por ello busca la necesidad de someterse, para que no sea el quien tenga que

preocuparse, sino otro.

De esta forma es posible darse cuenta que la libertad no siempre está tomada y

relacionada con temas políticos, ni económicos, que es posible tratarlos desde una

perspectiva más psicológica como lo quiso hacer Erich Fromm, sentando bases no

solamente visibles en la sociedad, se descubre por mi parte que la libertad es

tratada en un sentido más metafísico, ya no es lo más importante lo que el mundo

quiere darme, sino que me provoca el mundo, cuales son las maneras de

relacionarme con él, aquí se vio con creces que esa libertad no siempre es

positiva para el hombre, pues también puede ser la responsable de la inestabilidad

en él, es que sin lugar a duda se crece en una primera instancia con la solidez de

estar al lado de un ser que es inmenso y que todo lo puede, como una madre, a

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pasar y tomar conciencia que soy yo contra todo un mundo de posibilidades, es

momento de comenzar a visualizar la importancia que recae en mí, como un ente

solo, aislado del mundo, individual, aspectos que parecen solo atañen a la

sociedad, como un colectivo.

i Erich Fromm, El miedo a la Libertad, Versión y presentación de la edición castellana Gino Germani, Director

del instituto de sociología de la Universidad de Buenos Aires, Editorial Paidos Buenos Aires, Pág. 22 (Versión online) ii Ibídem, Pág. 45 iii Ibídem, Pág. 58 iv Ibídem, Pág. 54 v Ibídem, Pág. 55 vi Ibídem, Pág. 57