El milagro peruano

Después de haber superado el abismo al que nos llevaron los políticos tradicionales al finalizar la década de los ochentas, el Perú no ha parado de crecer y de resolver grandes y complejos problemas.

Nuestro Gladiador

Todo ese extraordinario potencial de trabajo y creatividad que encierra nuestra población, y que

fue anulado por los populismos nefastos desde 1963 hasta 1990, se ha puesto hoy en evidencia

como nunca antes en nuestra historia. Quiéranlo reconocer o no algunos, vivimos aún la

era Fujimori. Esa era se inició el 28 de julio de 1990, fecha en la que el Perú empezó su carrera

ascendente desde el fondo del abismo de la hiperinflación y la anarquía -producida por un

Estado a punto del colapso y un terrorismo que tenía presencia en tres cuartas partes del país- hasta alcanzar el lugar que ocupa hoy, que es el

de un país económicamente sólido, sobre los rieles del desarrollo.

Por supuesto que como somos todavía, lamentablemente, la república de la farsa y la impostura, un gobernante pésimo como Toledo, se vanagloria de la estabilidad económica que no construyó y un presidente como García no ha tenido aún el coraje de admitir públicamente, para que quede debidamente registrado ante la historia, que él, con todos los logros que exhibe, no hace otra cosa que administrar medianamente la prosperidad que solo es explicable por los sólidos pilares macroeconómicos plantados por el ingeniero Alberto Fujimori durante una década.

Ni las sorprendentes plataformas agroexportadoras que hoy exhibe el Perú, ni la infraestructura nada desdeñable que

vemos surgir en estos años, ni el desatado empuje de miles de micro y pequeños empresarios serían una realidad si

Fujimori no le hubiera puesto definitivo freno a esa enloquecida dinámica del subdesarrollo en la que nos

hallábamos al finalizar la década de los 80s. Vivimos la Era Fujimori, aunque los bufones que le hacen

coro al señor Toledo sigan repitiendo que su gobierno trajo estabilidad, orden y riqueza y que esto (¡imagínense!) lo

heredó García. En realidad el gobierno de Alejandro Toledo hubiera sido un completo desastre de no haber sido por el señor Kuczynski, a quien el primero debe la vida y la fama.

En el gobierno del permanente disparate y la borrachera que fue el de Perú Posible, Pedro Pablo Kuczynski tuvo, gracias a Dios, el control total de la economía y manejó ésta como

Boloña, Camet y Goldemberg. Imitando al recordado ministro de Energía y Minas del

primer Alanato, don Wilfredo Huayta, que dijo en los 80s que el APRA iba a gobernar por cincuenta años, el congresista Mauricio Mulder ha querido pasar también a la historia con otra desafortunada frase: “este es el mejor gobierno de la

historia republicana”.

No se ha equiparado con el recordado “Huaytita”; lo ha superado. Mulder no sabe que en el fondo es fujimorista, como su jefe, porque el modelo económico que aplica el actual gobierno aprista lo suscribirían Boloña, Camet y

Goldemberg. En consecuencia el gobierno que el cree aprista es criptofujimorista. Ergo la Era Fujimori es la mejor de la

historia republicana. Claro que la deficiente política social, la mano débil e inhábil

para combatir al terror renacido, y el desembozado prochilenismo son aportes que sería mezquino no reconocer

al ex partido de Haya de la Torre.

Pero yendo al fondo del asunto, mueve a profunda reflexión el hecho contundente de que el Perú actual, producto de la

nueva economía gestada en los 90s, de la paz interna y externa sacrificadamente obtenida, puede andar deprisa, a pesar de los políticos. El Perú progresa como pocas veces en su historia a pesar de la intrascendencia, la venalidad, la

estupidez de gran parte de su clase política. Casi se diría que la mayoría de los políticos son un estorbo para el

desarrollo de la nación.

¿Cuánto nos cuesta un Congreso con un elevadísimo número de pícaros y semianalfabetos? Sin duda muchísimos ceros a la izquierda. Y qué decir de otras instituciones del Estado, todas manejadas no por técnicos, sino por políticos, que hacen escarnio de la justicia, que hacen de todos los días de los peruanos de a pie, una auténtica vía crucis. Y sin embargo este gran país se mueve en la dirección correcta, hacia adelante. Bendito sea Dios, este es un verdadero milagro peruano.

Juan Gonzales Sandoval General PNP (r) Ex Jefe de la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (DINCOTE) de la PNP.

JALO

Que le pasa al pueblo peruano, por que dejamos que tantos miserables políticos manejen nuestra política del país a su antojo, son tan injustos y cobardes de no reconocer a los artífices del despegué de nuestro país al desarrollo; ellos fueron los que nos sacaron del abismo que tuvimos en los finales del 80; quien actualmente nos gobierna fue el culpable de esa crisis.

Esto si es de Ripley, el culpable de la crisis económica, que fue acusado por el Sr. Siracusa por solicitar una coima de S//. 500.000.oo mil dólares, rechazando los S//.300.000.oo, por considerarlo muy poco para un presidente, y el hombre que trabajaba las 24 horas para sacarnos de la crisis, este preso y condenado a 25 años de prisión, por jueces cobardes.

POR ESO, EN LAS NUEVAS ELECCIONES ELECTORALES, NO VOTEMOS POR VOTAR Y NO SEAMOS EL HAZME REIR DE OTRO PAISES, YA QUE ELLOS SABEN MAS QUE VARIOS PERUANOS QUE VIVIMOS ACA, LO INJUSTO QUE ESTAMOS HACIENDO CON UN PRESIDENTE QUE DIO TODO DE SI, TODO POR CULPA DE UN DELINCUENTE QUE TRABAJO A SU LADO, QUE NO VALE NOMBRARLO.

POR ESO, CUANDO TOMO LLORO

JALO

VOTEMOS POR KEIKO