EL MODELO DEL CUBO: PARTICIPACIÓN DE NIÑAS Y NIÑOS...

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144 EL MODELO DEL CUBO: PARTICIPACIÓN DE NIÑAS Y NIÑOS 1 Neill Stevenson ¿Por qué es importante la participación de los jóvenes? L a participación de los jóvenes es importante porque es un derecho y porque tiene beneficios para la juventud, las organizaciones civiles y la sociedad en ge- neral. La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CDN) menciona que los jóvenes deben tener voz y voto en los asuntos que les afectan y que sus puntos de vista deben ser tomados en cuenta. Sudáfrica ha firmado este tratado internacional, uno de los más ratificados con excepción de EE.UU., y Somalia, además de contar con otros instrumentos en la materia como la Carta Africana sobre los Derechos y el Bien- estar de Niño, la Constitución de Sudáfrica y la Ley sobre la Infancia. Así, se garantiza el derecho a participar de los jóvenes. Pero, no sólo tienen el derecho, sino que también es de gran utilidad su participación pues desarrollan habilidades, confianza, adquieren experiencia y están más comprometidos con los proyectos y las organizaciones civiles con las que se involucran. Las organizaciones que prestan servicios a los jóvenes se benefician al entrar en conocimiento con ellos, que son a las personas que intentan servir, pues los jóvenes conocen mejor que nadie su realidad, ellos y ellas saben lo que es importante para sí mismos y cómo los proyectos y programas de las organizaciones les afectan. Por ello es necesario que se les involucre en la planificación de los proyectos de las organiza- ciones; los jóvenes pueden ayudar a ejecutar proyectos pero también pueden apoyar Consultor en desarrollo de liderazgo con un enfoque en el sector sin fines de lucro. Durante los últimos cinco años se ha dedicado a la gestión de un consorcio de cuatro Organi- zaciones No Gubernamentales en el sur de África. El programa ofrece un paquete integral de servicios a más de cincuenta mil niños y niñas huérfanos o vulnerables a causa de la epidemia de VIH y SIDA en la provincia de KwaZulu-Natal, Sudáfrica. Contacto: [email protected]. 1 Esta obra se publicó en 2007 bajo la Licencia Creative Commons Attribution 2.5 South Africa. La traducción del artículo estuvo a cargo de Emmanuel Soriano Morales. El texto en su idioma original está disponible en: http://es.scribd.com/doc/36930463/The-Children’s-Participation-Cube.

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EL MODELO DEL CUBO:

PARTICIPACIÓN DE NIÑAS Y NIÑOS1

Neill Stevenson

¿Por qué es importante la participación de los jóvenes?

La participación de los jóvenes es importante porque es un derecho y porque tiene beneficios para la juventud, las organizaciones civiles y la sociedad en ge-neral. La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CDN) menciona que

los jóvenes deben tener voz y voto en los asuntos que les afectan y que sus puntos de vista deben ser tomados en cuenta. Sudáfrica ha firmado este tratado internacional, uno de los más ratificados con excepción de EE.UU., y Somalia, además de contar con otros instrumentos en la materia como la Carta Africana sobre los Derechos y el Bien-estar de Niño, la Constitución de Sudáfrica y la Ley sobre la Infancia.

Así, se garantiza el derecho a participar de los jóvenes. Pero, no sólo tienen el derecho, sino que también es de gran utilidad su participación pues desarrollan habilidades, confianza, adquieren experiencia y están más comprometidos con los proyectos y las organizaciones civiles con las que se involucran.

Las organizaciones que prestan servicios a los jóvenes se benefician al entrar en conocimiento con ellos, que son a las personas que intentan servir, pues los jóvenes conocen mejor que nadie su realidad, ellos y ellas saben lo que es importante para sí mismos y cómo los proyectos y programas de las organizaciones les afectan. Por ello es necesario que se les involucre en la planificación de los proyectos de las organiza-ciones; los jóvenes pueden ayudar a ejecutar proyectos pero también pueden apoyar

Consultor en desarrollo de liderazgo con un enfoque en el sector sin fines de lucro. Durante los últimos cinco años se ha dedicado a la gestión de un consorcio de cuatro Organi-zaciones No Gubernamentales en el sur de África. El programa ofrece un paquete integral de servicios a más de cincuenta mil niños y niñas huérfanos o vulnerables a causa de la epidemia de VIH y SIDA en la provincia de KwaZulu-Natal, Sudáfrica. Contacto: [email protected] Esta obra se publicó en 2007 bajo la Licencia Creative Commons Attribution 2.5 South Africa. La traducción del artículo estuvo a cargo de Emmanuel Soriano Morales. El texto en su idioma original está disponible en: http://es.scribd.com/doc/36930463/The-Children’s-Participation-Cube.

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Participación de niñas y niños

en el seguimiento y evaluación de los mismos. Los jóvenes que han vivido experien-cias de participación están mejor preparados para incorporarse al mundo laboral.

De esta manera, tanto los jóvenes como las organizaciones se benefician. Pero, también la sociedad se favorece al contar con jóvenes que saben lo que es trabajar con otras personas para alcanzar metas comunes. La experiencia de participación ayuda a la juventud a desarrollar confianza y compromiso con la democracia.

Pero, ¿cuál es el sentido de la participación?

Participar significa que la “voz” de los jóvenes debe ser escuchada y que tienen que estar involucrados en la toma de “decisiones”. Para que esto se cumpla es necesario transitar por varias etapas o pasos. El primero de ellos es “escuchar”. Los adultos nece-sitan oír lo que los jóvenes tienen que decir, pero para que éstos sean capaces de escu-charlos, los jóvenes necesitan saber comunicarse. Hay muchos factores que impiden que los jóvenes tengan la confianza para decir lo que piensan y sienten, por ello el segundo paso de la participación es “facilitar” la comunicación de los jóvenes, elimi-nando los obstáculos que les impiden expresarse, para lograrlo los adultos necesitan apoyar a los jóvenes con formación y recursos para que su participación sea posible.

Una vez que la voz de los jóvenes ha sido escuchada, ¿qué se debe hacer al res-pecto? ¿Lo que han dicho se ignora, mientras los adultos siguen delante y toman decisiones sin tener en cuenta lo que han expresado los jóvenes? El siguiente paso de la participación es la influencia que ejercen las voces de los jóvenes en la toma de decisiones, “incluir” lo que los jóvenes han expresado en las decisiones que toman los adultos. Por lo tanto, la juventud debe estar facultada para hablar y los adultos para escuchar. En este tercer paso los adultos deben considerar lo que han oído de los jóvenes y esto ejercer una influencia sobre lo que deciden. Sin embargo, en este nivel las decisiones todavía son tomadas por los adultos.

Por último, el cuarto paso es cuando los jóvenes son involucrados en la toma de las decisiones. Este es el más alto nivel de la participación. Un ejemplo de esta etapa es cuando los jóvenes eligen a un representante, el cual está presente en las reunio-nes donde los adultos toman decisiones y, al igual que ellos, posee voz y voto. De esta manera, la juventud tiene poder directo sobre los asuntos que les conciernen.

Es importante saber que el cuarto paso no es siempre el ideal, dependerá de cada circunstancia. A veces escuchar es suficiente y todo lo que se necesita, por lo tanto la participación tiene que tomar en cuenta la capacidad de los jóvenes en sus diferentes etapas de desarrollo.

Si la participación es tan beneficiosa para todos, ¿por qué no practicarla más seguido?

No todos aprecian el valor de la participación de los jóvenes, sólo en tiempos recien-tes la participación de la juventud ha sido ampliamente reconocida, en la mayoría de las culturas no es “correcta”, sin embargo esto está cambiando, pero lentamente.

La participación a menudo toma tiempo, no es algo que se dé a corto plazo. A veces requiere esfuerzo y dinero, sin embargo, a largo plazo la participación es be-néfica. Existen otros factores, a parte del esfuerzo y el dinero, que también pueden inhibir la participación de la juventud como el tiempo limitado, esto a menudo hace que la participación sea una difícil elección, pues además de los recursos destinados está el hecho de que los adultos compartan el poder ante el protagonismo de los jó-

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venes. Hablar de participación es más fácil en la teoría que en la práctica, por ello es necesario que la actitud de los adultos cambie, de lo contrario la participación puede representar sólo un escaparate y no una participación significativa, en este sentido, tanto los adultos como los jóvenes necesitan conocimientos, habilidades, recursos, motivación y un entorno propicio que favorezca una verdadera participación.

¿Cómo se ejerce en la práctica una participación significativa?

Comienza con la actitud y el compromiso. El compromiso tiene que traducirse en acciones a través de diferentes estrategias y formas de hacer las cosas, para lo cual si se requiere implementar un proyecto de participación deben existir políticas

que todos conozcan, se debe de comunicar qué se espera conseguir con las accio-nes a implementar y establecer un encargado de comprobar su cumplimiento. Hay muchos modelos que hacen valiosas contribuciones para comprender la

participación significativa. Ninguno de ellos incluye todos los aspectos, por ello no es recomendable utilizar diferentes modelos de manera simultánea para cubrir to-das las dimensiones de la participación.

No siempre es claro cómo la teoría puede ser llevada a la práctica; en un intento por resolver estas dificultades se propone un modelo tridimensional denominado “El cubo de la participación de los niños y niñas”, desarrollado por Neill Stevenson,2 el cual se basa e integra los aspectos de los modelos de Kathleen Comeau (La participa-ción de niños en la Toma de Decisiones3) y de Harry Shier’s (Vías de Participación4).

El cubo de la participación de los niños y niñas

Este modelo de participación es representado como un cubo, con cuatro lados, un techo y un suelo. El suelo representa el “soporte”, el techo la “seguri-dad” y los lados las etapas del ciclo del proyecto.

A cada lado del cubo le corresponde una celda de la tabla que se presenta a continuación. El lado vertical “¿Qué?”, de cada cuadro corresponde al nivel, grado o extensión de la participación; el lado horizontal muestra “¿Cómo?” hacerlo. Den-tro de cada celda de la tabla se encuentra una pre-gunta enfocada. La respuesta a la pregunta mues-tra los cambios que se necesitan y qué hacer al respecto, da un diagnóstico y sugiere un recurso.

2 Desarrollado para Stop AIDS Now! Asociación de 10 organizaciones sudafricanas que trabajan con jó-venes afectados o infectados por el VIH y el SIDA. Para mayor información sobre el proyecto consultar “¡Escucha nuestras voces! Asegurando que las voces de los jóvenes son escuchadas”, en: http://www.stopaidsnow.org/documents/HearOurVoices_UK.pdf.3 Kathleen Comeau (2005). Los niños en la toma de decisiones: un modelo para el desarrollo de la participación infantil. Obtenido en: www.surreyca.org.uk/pdfs/cf_participation_model.pdf.4 Shier, H. (2001). Rutas hacia la participación: aperturas, oportunidades y obligaciones. Los niños y la Sociedad, 15 (2), 107-117.

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Participación de niñas y niños

Preguntas sobre la participación significativa de los jóvenes

Pasos A) Actitud B) Acción C) Responsabilidad

Están los adultos comprometidos con la participación de

los jóvenes

Posee una estrategia o alguna actividad

que …

Existe una política que tenga como

expectativa que …

Voz

Paso 1Escuchar

1) ¿… escucha lo que los jóvenes tienen que decir?

5) ¿… hace posible que los adultos es-

cuchen las opiniones de los jóvenes?

9) ¿… los adultos se aseguren de que

los jóvenes sean escuchados?

Paso 2Facilitar

2) ¿… se asegura de que los jóvenes son capaces de ex-presar su opinión?

6) ¿… facilita la participación de los

jóvenes para que manifiesten su opin-ión sobre los asuntos que les conciernen?

10) ¿… los jóvenes reciban asistencia y apoyo para que

puedan ser escuchados?

Toma de decisiones

Paso 3Incluir

(Estándar mínimo)

3) ¿… incluyen lo que los jóvenes

tienen que decir en el proceso de toma

de decisiones?

7) ¿… se asegura de que dicen los jóvenes

se piense con detenimiento?

11) ¿… lo que los jóvenes tienen que

decir es considerado en el proceso de toma

de decisiones?

Paso 4Implicar(Mejores prácticas)

4) ¿… anima a los jóvenes a tener un papel protagónico en el proceso de la

toma de decisiones?

8) ¿… ofrece a los jóvenes la opor-tunidad de tener

un papel real en el proceso de la toma de

decisiones?

12) ¿… los jóvenes tendrán un papel importante en el proceso de toma de decisiones y

recibirán retroalimentación?

El lado izquierdo del cuadro corresponde al nivel alcanzado de participación, ésta comienza cuando los jóvenes tienen voz y lo que dicen es escuchado por los adultos, este es un buen comienzo, pero no es suficiente. Hay muchos obstáculos que impiden a los jóvenes hablar, éstos deben ser eliminados y substituidos por recursos y capacitación. Por lo tanto, los adultos necesitan facilitar los procesos de expresión de los jóvenes.

Sin embargo que los jóvenes adquieran la facultad para expresarse y los adultos la capacidad de escucha, no garantiza que sus puntos de vista puedan ser tomados en cuenta al momento del proceso de la toma de decisiones. Por lo tanto, la partici-pación debe incorporar las opiniones de la juventud en las decisiones que les con-ciernen. Finalmente la expresión máxima de la participación se produce cuando se incluyen las voces de los jóvenes en el proceso de toma de decisiones.

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Las preguntas que se plantean en el cuadro son una manera fácil de entender y recordar los puntos clave sobre la participación, por ejemplo: ¿la voz de los jóvenes es escuchada? ¿Lo que dicen ejerce un impacto en las decisiones?

Hemos planteado que para tener un impacto en las decisiones se debe incluir la voz de los jóvenes además de que ellos y ellas participen en el proceso de toma de decisiones. Pero, ¿cómo se hace eso? La fila superior de la tabla (cuadrícula, matriz) nos da la respuesta a la pregunta “¿Cómo?”; desarrollando los adultos una actitud apropiada, actuando y siendo responsables.

Los adultos deben tener una actitud comprometida e involucrar a los jóvenes, escuchando sus voces y animándolos a tener un papel real en la toma de decisio-nes. Sin embargo, actitud sin acción no produce ningún resultado. Por lo tanto, las organizaciones, deben tener una estrategia y un proceso que permita a los adultos escuchar las opiniones de los jóvenes, ayudarles a expresar su opinión, garantizar que sus puntos de vista sean tomados realmente en cuenta y ofrecer oportunidades para que tengan un papel protagónico en la toma de decisiones.

Para que las estrategias y procesos de las organizaciones sean eficaces se requiere de personas responsables. Por ello, debe existir una política organizacional que pro-mueva procesos que garanticen que los jóvenes serán escuchados, recibirán ayuda y apoyo para que puedan expresarse, que sus opiniones serán incluidas, que desem-peñarán un papel importante en la toma de decisiones y que tendrán retroalimen-tación respecto a las contribuciones que realicen.

Para obtener estos tres elementos (actitud, acción y responsabilidad adecuada) se requiere un enfoque participativo, centrado en la juventud. El desarrollo de un enfoque participativo requiere escuchar activamente a los jóvenes, adaptar sus ne-cesidades y apoyarlos con materiales amigables, figuras familiares y entornos cono-cidos. Además de considerar sus puntos de vista y que éstos estén representados con exactitud a través de los mismos jóvenes o de un representante; los adultos deben de garantizar que la participación sea auténtica, esto implica consultarlos, informarlos, que la toma de decisiones sea compartida y asignándoles tareas. De igual forma ofrecerles una retroalimentación oportuna, enfatizando en la forma en que sus opi-niones han influido en las decisiones.

Volviendo al cuadro de las preguntas sobre la participación significativa de los jóvenes, el lado izquierdo y superior de la tabla responde a las preguntas, ¿Cuál es la participación?, y ¿Cómo se puede hacer efectiva la participación? Los cuatro lados del cubo de la participación de los niños y las niñas implican el ¿Qué?, y ¿Cómo?, a las diferentes etapas del ciclo del pro-yecto y responden a la pregunta ¿Cuándo obtenemos la participación de los jóvenes? El ciclo del proyecto puede resumirse en las palabras de las tres fases principales de cualquier proyecto, “Planear”, “Ejecu-tar” y “Revisar”. El cuarto lado del cubo de participación de los niños y las niñas representa “Administración y Dirección”, que se lleva a cabo durante todo el ciclo del proyecto.

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Participación de niñas y niños

En la fase de planificación (Plan) del ciclo de los proyectos, los jóvenes pueden participar en el análisis de la situación, la exploración de posibilidades, elaboración de propuestas y en la propia planeación.

En la aplicación (Ejecución) de la etapa del ciclo del proyecto hay muchas ma-neras en las que se puede incluir la participación de la juventud, dependerá de la especificidad de cada proyecto.

La fase de revisión del ciclo del proyecto incluye la supervisión y evaluación (Ad-ministración & Dirección presente en todo el proyecto), identificando lo que salió bien y contemplado los diversos aprendizajes para mejorar. Esta información pasa a la fase de planificación del próximo ciclo.

Uno de los desafíos más importantes de la participación activa de los jóvenes está en la fase de la “Administración & Dirección”, que son funciones que se producen durante todo el ciclo del proyecto.

En el esquema del cubo de participación de los niños y las niñas se utilizan los cuatro lados para representar las fases y las funciones del ciclo del proyecto (Plan, Ejecución, Revisión, Administración y Dirección), con lo que se asegura que la par-ticipación significativa de los jóvenes se aplica de manera sistemática y en forma integral a todos los aspectos del funcionamiento de la organización.

El techo del cubo representa la “seguridad”. Los niños, niñas y jóvenes tienen derecho a la protección. Sin embargo, en ocasiones la protección entra en conflicto con el derecho a la participación. Algunas veces los adultos pueden recurrir a la necesidad de proteger a los niños y niñas como una excusa para obstaculizar su participación. No obstante, es prioridad que toda persona abogue por una mayor participación de la juventud con el objetivo de garantizar que no estén expuestos y que estén protegidos contra todo tipo de daños. Por ejemplo, los jóvenes pueden ser propositivos, si se les enseña a hacer valer sus derechos, pero en algunos contextos culturales y nacionales esto puede exponerlos a diferentes abusos. Al colocar la se-guridad como el techo del cubo de se nos indica que la seguridad de los jóvenes es más importante que todos los demás factores.

Los cimientos, o el suelo, del cubo de participación de los niños y las niñas son el “soporte”. Esta es la base de todas las dimensiones y fases. Tanto los jóvenes como los adultos necesitan apoyo, estímulo, formación y recursos para garantizar una ver-dadera participación de los jóvenes.

Finalmente los jóvenes tienen derecho a la participación y todos se benefician de ella, en este sentido, “El cubo de participación de los niños y las niñas” nos ayuda a entender qué es, cómo y cuándo llevarla a cabo.