Érase una vez un niño llamado Juan que no sabía hacer

nada. Un día llegó al colegio, él no sabía hacer amigas

claro, porque no sabía hacer nada. Al día siguiente se dio

cuenta de que si estudiaba podía hacer algún amigo y dijo:

-Hoy voy a estudiar.

Al día siguiente estudió y una niña llamada Rosa le dijo:

-¿Quieres ser mi amigo?, y Juan contestó:

- ¡Claro que sí!.

Por la noche en casa antes de irse a dormir, la madre gritó:

-Es la hora de cenar.

-¡Papá a cenar!, exclamó Juan.

-Ya voy, contestó el padre.

Ahora todos están en la mesa.

-¡Mamá, papá, hoy he hecho una amiga llamada Rosa!, dijo

Juan.

-Muy bien hijo, dijo la madre. ¿Cómo es? y Juan contestó:

- Es rubia, pelo largo, le gustan las matemáticas y la

gimnasia, juega al tenis y además es alta, delgada, lista y

sobre todo guapa.

A Juan le compraron un perro y lo llamó Xuan, casi como

su nombre. A Xuan le gustaban cosas que llevaban

chocolate y a Juan las que tenían azúcar. Juan al final pudo

ser un niño feliz.

Paula Cadavieco Domínguez 4ºB