El niño y el dibujo

16
1 Del garabato al dibujo. Una mirada diacrónica del dibujo infantil Autora: Silvina Cohen Imach _________________________________________________________ Sobre el garabato y el dibujo espontáneo La literatura sobre la historia de los pueblos refleja el singular papel del dibujo y la pintura, previos aún a la escritura. Ya en la Prehistoria fueron utilizados como medio de comunicación, expresión y figuración histórico, social y cultural (Caligor, 1971). A pesar de esto, no siempre se ha entendido al dibujo como un modo de expresar y simbolizar cuestiones vinculadas a la subjetividad. De hecho, a finales del siglo XVII, con un criterio de realismo estético, las características de los dibujos, tales como la desproporción, el uso inadecuado de los colores, la falta de "objetividad", entre otros, se clasificaban como errores (Levín, 2005). En cuanto al dibujo infantil, tanto en la Antigüedad como la época medieval, al no existir en aquellas sociedades el sentimiento de la infancia tal como lo concebimos en la actualidad, son escasos los vestigios de dibujos realizados por niños. En cambio, cuando la niñez adquiere reconocimiento social, como una etapa distintiva de la vida, a la que es preciso atender, cuidar, enseñar, surge también la Pedagogía moderna, que posteriormente impactará en la psicología infantil. Es pues en el siglo XIX, a partir de esa disciplina, que se empieza a valorar especialmente los dibujos infantiles para el estudio y la evaluación pedagógica. Dan cuenta de este desarrollo las obras de Ruskin, 1875; Rucci, 1883; Perez, 1888; Sully, 1895 (citados en Levín, 2005) y, un poco más tarde la obra de Luquet (1927), texto que constituye una recopilación de artículos publicados por él a partir de 1905. El hallazgo del lápiz de grafito, también en el siglo XIX, permitió a su vez una amplia difusión del dibujo, el cual aún en la actualidad es utilizado con portaminas o con envoltura de madera (Levín, 2005). Es recién a comienzos del siglo XX, a partir de los postulados de Spencer 1 (1853), sumados a los desarrollos de la pedagogía, y posteriormente de Universidad Nacional de Tucumán Facultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach 1 Spencer (1853) sostenía que el desarrollo del individuo seguía las mismas leyes que el desarrollo de la especie, con lo cual también en sujeto humano la evolución sería del dibujo y la palabra a la escritura.

Transcript of El niño y el dibujo

Page 1: El niño y el dibujo

1

Del garabato al dibujo. Una mirada diacrónica del dibujo infantilAutora: Silvina Cohen Imach

_________________________________________________________

Sobre el garabato y el dibujo espontáneo

La literatura sobre la historia de los pueblos refleja el singular papel del

dibujo y la pintura, previos aún a la escritura. Ya en la Prehistoria fueron

utilizados como medio de comunicación, expresión y figuración histórico, social y

cultural (Caligor, 1971).

A pesar de esto, no siempre se ha entendido al dibujo como un modo de

expresar y simbolizar cuestiones vinculadas a la subjetividad. De hecho, a

finales del siglo XVII, con un criterio de realismo estético, las características de

los dibujos, tales como la desproporción, el uso inadecuado de los colores, la

falta de "objetividad", entre otros, se clasificaban como errores (Levín, 2005).

En cuanto al dibujo infantil, tanto en la Antigüedad como la época

medieval, al no existir en aquellas sociedades el sentimiento de la infancia tal

como lo concebimos en la actualidad, son escasos los vestigios de dibujos

realizados por niños. En cambio, cuando la niñez adquiere reconocimiento social,

como una etapa distintiva de la vida, a la que es preciso atender, cuidar,

enseñar, surge también la Pedagogía moderna, que posteriormente impactará en

la psicología infantil.

Es pues en el siglo XIX, a partir de esa disciplina, que se empieza a

valorar especialmente los dibujos infantiles para el estudio y la evaluación

pedagógica. Dan cuenta de este desarrollo las obras de Ruskin, 1875; Rucci,

1883; Perez, 1888; Sully, 1895 (citados en Levín, 2005) y, un poco más tarde la

obra de Luquet (1927), texto que constituye una recopilación de artículos

publicados por él a partir de 1905. El hallazgo del lápiz de grafito, también en el

siglo XIX, permitió a su vez una amplia difusión del dibujo, el cual aún en la

actualidad es utilizado con portaminas o con envoltura de madera (Levín, 2005).

Es recién a comienzos del siglo XX, a partir de los postulados de Spencer1

(1853), sumados a los desarrollos de la pedagogía, y posteriormente de

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

1 Spencer (1853) sostenía que el desarrollo del individuo seguía las mismas leyes que el desarrollo de la especie, con lo cual también en sujeto humano la evolución sería del dibujo y la palabra a la escritura.

Page 2: El niño y el dibujo

2

Claparède (1909) y Luquet (1927), cuando se empieza a pensar que esas

particularidades del dibujo remitían a determinados aspectos psicológicos.

Sin embargo, y dado que la psicología privilegiaba en sus inicios los

aspectos intelectivos de la personalidad, el dibujo se articuló, en ese primer

momento, casi exclusivamente con la inteligencia. Algunos tests, como el test de

la Figura Humana (DFH) de Goodenough (1926), se construyeron así como

instrumentos para medir el nivel intelectual en la infancia.

Con los avances del psicoanálisis, el grafismo cambia de estatuto en la

psicología. Surge la idea del dibujo en cuanto comportamiento espontáneo e

inconsciente, que se pone en relación con aspectos del mundo interno y la

personalidad. Con esto, el dibujo ya no es sólo ni principalmente la expresión de

la inteligencia, sino que se vuelve ahora en un medio para expresar la vida

afectiva y emocional del sujeto.

Las primeras psicoanalistas de niños, como Sophie Morgestern (1948),

Anna Freud (1979) y Melanie Klein (1964), descubrieron en el ámbito

terapéutico, que los niños evidenciaban la necesidad y la posibilidad de

manifestarse a través de sus dibujos, como el adulto lo hace por medio de la

palabra. Descubren además, que los dibujos utilizan, al igual que los sueños, un

lenguaje simbólico que se expresa en imágenes plásticas (Febbraio, 2002).

Actualmente no caben dudas, pues, que el dibujo infantil constituye una

combinación de aspectos motrices, cognitivos y de personalidad, que imprime un

testimonio visual y gráfico del particular modo de funcionamiento psicológico de

un sujeto, al estilo del juego en el niño y de la palabra en el adulto.

Algunas funciones del dibujo en la infancia

Distintos autores coinciden en señalar que el dibujo constituye un aspecto

de suma importancia en el desarrollo infantil, principalmente en los primeros

años hasta los nueve a diez años. El comportamiento gráfico presenta múltiples

funciones en el desarrollo de un niño, ya que brinda la posibilidad de dominar el

movimiento, permite la comunicación interpersonal, expresa el mundo interno

del sujeto y hasta tiene una función de elaboración de conflictos.

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 3: El niño y el dibujo

3

1. Domina el movimiento: el dibujo constituye una actividad motora

espontánea, que gradualmente se vuelve más coordinada y compleja, que

contribuye a la formación de la personalidad; tal como en el juego, el niño

dibujando y garabateando, siente el placer del movimiento. Dominar el

movimiento supone un determinado nivel de maduración psicomotriz,

intelectual y afectiva. Muchas conexiones cerebrales permanecerán

estables en el sujeto precisamente a continuación de las primeras

experiencias de movimiento y de control del trazado gráfico. Tanto en el

garabato como en el dibujo, el niño desarrolla aspectos fundamentales

para su evolución, tales como cimentar las bases esenciales para la

lectura y la escritura, la confianza en sí mismo, la experiencia de la

motivación interior y la creatividad.

2. Permite la comunicación interpersonal: es una forma de

comunicación interpersonal (tanto conciente como inconsciente) y por lo

tanto constituye un lenguaje denominado desde el psicoanálisis como

"latente", "silencioso", no verbal.

3. Expresa el mundo interno del sujeto: supone un medio para expresar

las fantasías y la creatividad. El dibujo constituye un complejo proceso a

través del cual el niño reúne elementos diversos de su experiencia en una

unidad distinta y con un nuevo significado. Sophie Morgestern (1948)

afirma que el niño se permite ser él mismo y representar, algunas veces,

situaciones complicadas utilizando símbolos más o menos trasparentes.

4. Tiene una función de elaboración de conflictos: el dibujo le permitirá

al niño expresar su realidad de una manera concreta pero, al mismo

tiempo, mediatizada, deformada, cumpliendo con una función de

descarga, de sublimación, como así también de elaboración de distintas

situaciones, sentimientos o temores del sujeto.

Diacronía del grafismo en los niños

De acuerdo con Philippe Wallon (1995) los primeros trazos infantiles

aparecen entre los 9 o 10 meses de edad, mientras que Jean Piaget (1972), al

realizar estudios desde la perspectiva psicogenética sobre los procesos de

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 4: El niño y el dibujo

4

construcción del pensamiento de los niños, concluyó que durante el período

preparatorio de los 2 a los 7 años, el niño desarrolla la habilidad para dibujar. El

desarrollo de la motricidad fina se presenta entre el primer y el cuarto año,

cuando los niños aprenden a manipular los objetos y comienzan a desarrollar los

músculos, y es a partir de esta adquisición de habilidades que se pueden

desarrollar otras más complejas.

Según Piaget (1972), el dibujo, o la imagen gráfica que produce,

representa un esfuerzo en el niño por acercarse e imitar la realidad y es

considerado como un intermediario entre el juego y la imagen mental, que se

manifiesta alrededor de los 2 años.

Es posible realizar un recorrido del grafismo infantil, desde sus orígenes

hasta su establecimiento, que va generalmente desde el garabato al dibujo

complejo, atravesando por diferentes etapas. Son muchos los autores que se

han dedicado al tema, diferenciándose entre ellos tanto en relación al número de

etapas como a los nombres de las mismas (Luquet, 1927; Lowenfeld, 1972;

Osterrieth, 1976), aunque registran, en realidad, más semejanzas que

diferencias.

Luquet (1927), quien realiza importantes investigaciones en el campo del

dibujo infantil, divide este proceso en cuatro fases: 1) realismo fortuito, que se

da entre los 3 y 4 años; 2) realismo frustrado, entre los 4 y 6 años; 3) realismo

intelectual, entre los 6 y 10 años, y, por último 4) realismo visual entre los 10 y

16 años.

Según Viktor Lowenfeld (1972), investigador austríaco, el dibujo infantil

progresa en seis etapas: 1) el garabato, entre los 2 y 4 años; 2) el estadio pre-

esquemático, entre los 4 y 6 años; 3) el periodo esquemático, entre los 6 y 9

años; 4) el realismo gráfico, entre los 9 y 12 años, 5) el pseudonaturalismo,

entre los 12 y 13 años; y, por último 5) la crisis de la adolescencia entre los 13

y 16 años.

Según Osterrieth (1976), en el proceso del dibujo se dan los siguientes

estadios: 1) el garabateo, entre el 1 y los 4 años; 2) el período esquemático,

entre los 4 y 9 años; 3) el realismo convencional, entre los 9 y 13 años; y, 4) el

agotamiento y las diferencias individuales, entre los 13 años o más.

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 5: El niño y el dibujo

5

En este trabajo se hará referencia a las etapas de Lowenfeld (1972) ya que

son las que más se acercan a la realidad local actual, aunque se realizan algunas

modificaciones y agregados, conforme a lo registrado a través del quehacer

profesional.

Período agráfico

Se trata del periodo que va desde el nacimiento hasta los 18 meses o 2

años, y se caracteriza por la ausencia de la actividad gráfica.

1. Período del garabato (2 a 4 años)

Se denomina así al período que abarca desde los 2 a los 4 años. Estos

primeros trazos, denominados garabatos, no siempre efectuados sobre papel,

suelen realizarse a partir del año y medio y constituyen la primera expresión

gráfica de lo que más irán tomando progresivamente forma y contenido. Son los

precursores del dibujo y la escritura.

Sus primeros contactos con el lápiz y el papel van a ser exploratorios y muy

condicionados por las limitaciones propias de su nivel de maduración visomotora

y sus habilidades personales. Al igual que los otros aspectos de su desarrollo,

cada niño seguirá su propio proceso, por lo que déficits a esta edad no son

necesariamente indicadores o síntomas de retraso futuro.

La etapa del garabato ha sido clasificada por los autores en tres sub-estadios

(garabato desordenado, garabato ordenado y garabato con nombre).

a. Garabato desordenado: A los 18 meses, el pequeño comienza a

expresarse gráficamente realizando sus primeros garabatos. Estos

primeros garabatos se caracterizan por ser grafismos sin intención ni

capacidad para representar formas, figuras u objetos. Su aparato

neuromotor solo le permite al niño mover todo el brazo y aún no posee

coordinación ojo-mano. Son capaces de tomar un objeto (tiza, lápiz,

crayón) y realizar trazos en forma de garabatos, sin una forma definida,

como un intento de imitar el movimiento del adulto (la escritura). Es tal su

deseo de imitación que a veces se puede ver que usan el lápiz al revés,

para imitar la escritura del adulto. Se caracteriza por ser un movimiento

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 6: El niño y el dibujo

6

impulsivo, rápido y sin control. Por ello, sus trazos pueden ser

indistintamente fuertes o débiles. No hay un reconocimiento del papel

como espacio o límite, por lo que puede dibujar en el piso, la mesa o las

paredes (Febbraio, 2002).

b. Garabato ordenado: A los 20 meses, el codo comienza a funcionar

provocando la aparición de los garabatos de vaivén, denominados

"barridos" y el pequeño no observa aún lo que hace. Posteriormente el

garabato se hace circular. A los 2 años y medio, tiene un mayor control

de la muñeca y del movimiento de pinza pudiendo realizar trazos

independientes. Sigue los movimientos de la mano con su mirada aunque

el acto motor es todavía independiente del acto visual. Le interesa sobre

todo el placer que obtiene con el movimiento. A esta edad el niño es

capaz de dibujar círculos y combinarlo con líneas para crear nuevas

formas. Su trazo y presión se hacen más fuerte, debido al placer que

otorga el dibujar. Sus dibujos aún no tienen la forma de los objetos y

figuras humanas que representa. Con respecto al color, puede empezar a

experimentar con diferentes colores, pero éste aún desempeña un papel

secundario en esta etapa.

c. Garabato con nombre: A los 3 años, suele comenzar a aparecer la

coordinación óculo-manual y entra en juego la percepción. El niño mira lo

que dibuja y trata de controlar el movimiento de la mano. Tiene un mayor

interés y atención por sus obras. Empieza a no salirse del papel,

respetando los límites del espacio. Combina los colores llenando páginas

enteras. Da nombre al dibujo que realiza, pero sólo después que lo dibuja,

y aún puede pasar que después de un tiempo el niño se olvide de lo que

dijo. Esto significa que el grafismo va tomando valor de signo, de

representación de algo. Al principio no hay relación o semejanza entre el

dibujo y lo que dice que es, y poco a poco esta relación va siendo mayor.

La forma se perfila y podemos reconocer en el dibujo del niño el primer

esbozo de la figura humana, aunque sólo con cabeza y piernas. Esta

primera representación o esquema gráfico de sí mismo es de gran

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 7: El niño y el dibujo

7

importancia para la estructuración del psiquismo en el niño, y está

vinculado a la construcción del esquema corporal y la imagen corporal.

Por ello, el este tema un capítulo aparte, que en el presente trabajo, se

intentará sólo hacer una reseña del concepto y de la evolución de la figura

humana (para mayor profundidad, ver Koppitz, 1995).

El término imagen corporal fue acuñado por Paul Schilder (1958) -

psiquiatra vienés, contemporáneo a Sigmund Freud- para definir la idea,

representación o imagen que del propio cuerpo tiene cada sujeto, que se

construye según la información que a través de él se recibe.

Entre los 2 y 3 años surgen los primeros ensayos gráficos, que se

convierten entre los 4 y 5 años, en una verdadera representación (Hervás

Anguita, 2006). Hasta los 5 años, los niños dibujan la figura humana con

un círculo, que representa la cabeza, y dos líneas verticales, que

representan las piernas. Así, el primer esquema identificable de un niño es

habitualmente la figura humana, que los especialistas mencionan

utilizando el término “monigote” o “renacuajo”, que suele aparecer a partir

de los tres años.

Otros objetos de interés para el niño pueden ser graficados, tales como el

auto, la casa, animales, aunque no pueda graficar la forma real. Es

frecuente la aparición del dibujo del “sol”, como un círculo y muchas rayas

a su alrededor para dar la forma de rayos. El gráfico puede tener ya una

intención clara de comunicar situaciones, personajes y emociones, pero

principalmente a través de las formas.

En cuanto al color, si bien se empieza a interesar por utilizar diferentes

colores en el dibujo, no existe relación entre éste y el objeto que dibuja.

Investigaciones realizadas con niños de esta edad (Hervás Anguita, 2006),

concluyen que aquellos que utilizan a menudo los colores cálidos en sus

gráficos revelan un comportamiento emocional libre, con relaciones

afectivas cálidas y cordiales; mientras que niños que prefieren el azul

tienden a ser más controlados en su comportamiento, y los que utilizan

principalmente el negro tienden a revelar introversión o timidez en el

comportamiento emocional. Si bien es importante este dato, debe ser

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 8: El niño y el dibujo

8

relativizado debido a que hay suficientes investigaciones actuales, sino

que responde más bien a casuísticas propias.

El emplazamiento generalmente es en el centro; el tamaño de lo graficado

es grande y el trazo es fuerte.

2- Período Pre-esquemático (4 a 6/7 años)

Esta etapa abarca, en general, de los 4 a los 6 o 7 años. A partir de los 4

años surge en el niño la intencionalidad y el sentido de representación, cuando

comienza a decir antes lo que va graficar. Empieza a elaborar esquemas, aunque

aún no totalmente estructurados, siendo la figura humana el primer pre-

esquema, que consigue desarrollar en el papel. El comportamiento gráfico se

caracteriza en este momento por el descubrimiento de relaciones entre la

representación y el objeto representado, y se busca un concepto recurriendo a

diferentes símbolos. Aún no hay un orden espacial y las relaciones se establecen

en función del significado emocional.

La figura humana es representada mediante un círculo grande con dos

círculos internos, ya que da una importancia máxima a la cabeza y a los ojos,

incluyendo más o menos detalles, y que gradualmente, conforme a su propia

experiencia perceptiva, irá enriqueciendo. A lo largo de esta etapa, la figura

humana evoluciona hacia una figura más completa en las que ya se han

incorporado el cuerpo y los brazos. En los niños más detallistas puede que

también se incorpore el pelo como un elemento más. Según el grado de

madurez del pequeño es posible observar cómo unos niños no dibujan ni brazos

ni manos, y a la cabeza tan sólo le pone los ojos, mientras que otros dibujan

boca y nariz, brazos, y hasta pueden haber descubierto los dedos, que incluyen

de forma destacada.

Estas producciones gráficas se irán perfeccionando a medida que

evolucionen otras áreas como la cognitiva, la afectiva y la social, proceso que se

da de forma continua pero no uniforme ni igual en todos los niños.

Si bien el niño distribuye el espacio de manera anárquica, a los 6 o 7 años

comienza a perfilarse una planificación en el espacio y el orden. En cuanto al

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 9: El niño y el dibujo

9

tamaño de las personas y objetos que grafica está en función de la significación

que tienen para el niño, y aparecen como flotando, sin base de sustentación.

Los colores que utiliza en esta etapa son elegidos de forma emocional por

lo que el hecho de utilizarlos supone una experiencia gratificante. En esta etapa

el niño está más preocupado por conseguir la semejanza de la forma que por

representar otras cualidades de los objetos (Hervás Anguita, 2006).

En cuanto al tiempo que le dedican a esta actividad, no hay criterios

científicos estandarizados. Cuando el niño llega a la etapa de poner nombre a

sus dibujos puede mantenerse interesado durante 20 minutos. El mismo es

quien decide cuándo ha acabado su obra, y no entenderá su interrupción.

A esta edad las figuras humanas y los objetos se articulan dentro del

papel, y el niño puede plasmarlas no sólo como formas individuales sino

formando parte de una escenificación, de una situación concreta.

Si bien ya se señaló que cada niño sigue su propio proceso de desarrollo

del comportamiento gráfico, según su grado de maduración y su historia

personal, en general, se espera que entre los seis y siete años el dibujo de la

figura humana esté consolidado.

3- Período esquemático (6/7 a 9 años)

Esta etapa, también l lamada del realismo incipiente, abarca

aproximadamente desde los 6 a los 9 años, en la cual el ingreso escolar tiene

una gran influencia. A partir de esta edad surgen nuevas realidades y un interés

más centrado en la lectoescritura que en el grafismo, lo que produce cierto

“estacionamiento” gráfico debido a la dificultad de los nuevos aprendizajes. Así,

la miniaturización que se produce por la enseñanza de la lectura y la escritura

constituye un ejemplo de ello.

Debido a la repetición, característica de esta etapa, los conceptos se

convierten en esquemas, es decir, en conceptos definidos, lo cual se visualiza a

través de:

- El dibujo de la figura humana expresada por líneas geométricas;

- el establecimiento de la línea de base como primer concepto espacial y

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 10: El niño y el dibujo

10

- la coherente relación entre el color y el objeto (Cabezas López, 2007).

Ahora el color coincide con el objeto (dibuja al cielo azul, al sol amarillo),

debido a su realismo incipiente.

En este momento se va consolidando la imagen corporal y el gráfico del

niño se asemeja a la realidad en relación a la forma y al color, dibujando ya con

esquemas muy claros. En relación a la forma de la figura humana, se puede

observar ahora una distinción entre cabeza, tronco y extremidades.

4- Período del realismo gráfico (9 a 12 años)

Luego de las etapas precedentes, surge el período denominado realismo

visual o gráfico, que se da aproximadamente entre los 9 y 12 años. Durante esta

etapa se produce el descubrimiento de la realidad social, lo que influirá

notablemente en su grafismo. Es la edad en que los iguales (sus pares)

adquieren una gran importancia, época en que descubren su independencia

social y disfrutan con sus reuniones y códigos propios por lo que la actividad

gráfica, en general realizada en forma individual, deja de ser frecuente.

En este nuevo escenario, la representación esquemática y las líneas

geométricas no alcanzan para que el niño se exprese, por lo cual intenta ahora

enriquecer su gráfico y adaptarlo a la realidad.

5- Etapa del pseudonaturalismo (12 a 13 años)

Esta etapa, que se da entre los 12 a los 13 años, el producto gráfico final

adquiere cada vez más importancia para el niño ya convertido en adolescente. El

dibujo tiene ahora una perspectiva espacial, por lo cual pueden dibujar figuras

tridimensionales. El grafismo del cuerpo del cuerpo humano adquiere un mayor

significado, aumentando las características sexuales en el dibujo.

6- La crisis de la adolescencia

Finalmente, entre los 13 y 16 años de edad, sobreviene la crisis de la

adolescencia. A medida que el niño crece y se acerca a la etapa adolescencial,

comienza a apartarse del dibujo. Luquet (1927) sitúa este “enfriamiento” entre

los 10 y los 15 años. Después de este estacionamiento, según el autor, se

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 11: El niño y el dibujo

11

renueva la afición al dibujo entre los 15 y los 20 años, aunque sólo en aquellos

sujetos que presentan mayores habilidades para la expresión artística. Es por

ello, que los dibujos de un adulto que en su juventud y adultez no se dedicó a

dibujar, se diferencian muy poco de los dibujos de niños de 8 o 9 años.

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 12: El niño y el dibujo

12

Edad

Etapa Subestadio Características principales

2 a 4 años Del garabato

Garabato desordenado(18 meses)

Primera expresión gráfica de lo que luego tomará forma y contenido. El movimiento es impulsivo, rápido y sin control.

2 a 4 años Del garabatoGarabato ordenado(20 meses a 3 tres

años)

El garabato se hace circular. Tiene un mayor control de la muñeca y del movimiento de pinza. Combina los círculos con líneas para crear nuevas formas.

2 a 4 años Del garabato

Garabato con nombre(3 a 4 años)

El niño mira lo que dibuja y trata de controlar el movimiento de la mano. Tiene un mayor interés y atención; respeta los límites de la hoja; Da nombre al dibujo que realiza, pero sólo después que lo dibuja. Puede aparecer el “renacuajo” o “monigote”.

4 a 6 años Pre-esquemáticoPre-esquemático

Aparece la intencionalidad y el sentido de representación Comienza a elaborar pre-esquemas, y la figura humana es el primero. Algunos niños no dibujan aún brazos ni manos, y a la cabeza sólo le pone ojos; otros dibujan brazos, manos, boca y nariz, y hasta dedos. El niño distribuye el espacio de manera anárquica. El tamaño de las personas y objetos graficados está en función de la significación subjetiva, y aparecen como flotando, sin base de sustentación.

6 a 9 años EsquemáticoEsquemático

El gráfico del niño tiene un sentido en forma y color. Dibuja un esquema muy claro. La figura humana progresa discriminando cabeza, tronco y extremidades.

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 13: El niño y el dibujo

13

9 a 12 años Realismo gráficoRealismo gráficoLa representación esquemática y las líneas geométricas no bastan para permitir al niño su expresión; enriquece su gráfico y lo adapta a la realidad.

12 a 13 años PseudonaturalismoPseudonaturalismo

Interesa ahora el producto gráfico final. Puede dibujar la perspectiva y figuras tridimensionales. El grafismo del cuerpo humano adquiere un mayor significado, aumentando las características sexuales en el dibujo.

13 a 16 años Crisis de laadolescenciaCrisis de la

adolescenciaEnfriamiento del comportamiento gráfico.

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 14: El niño y el dibujo

14

Evaluación psicológica en la infancia a través de dibujos

En cuanto lenguaje cifrado y expresión del desarrollo madurativo e

intelectual, los dibujos son importantes instrumentos de evaluación psicológica,

válidos y al mismo tiempo, económicos en tiempo y material, y relativamente

fácil de aplicar.

La finalidad de estos instrumentos de evaluación es la de explorar

distintos aspectos psicológicos del sujeto, tales como características de

personalidad, aspectos emocionales, aspectos vinculares, desarrollo de la

maduración visomotriz, nivel intelectual. Mientras algunos autores enfatizan el

valor del dibujo como índice de maduración y desarrollo intelectual, otros

priorizan el valor proyectivo, a través de indicadores de la dinámica de la

personalidad (Casullo, 1988).

Entre las técnicas gráficas que evalúan aspectos relacionados con la

evaluación del nivel intelectual por lo general se aplica el Dibujo de la Figura

Humana de Goodenough (1926), mientras que para el diagnóstico de la

maduración visomotriz se utiliza el Test de Bender-Koppitz (Bender, 1964;

Koppitz, 1974).

Entre las técnicas gráficas proyectivas más utilizadas, se pueden

mencionar el Test de la Figura Humana (Machover, 1949), Test de la Casa, el

Árbol y la Persona –HTP- (Buck, 1948), Test del Árbol (Koch, 1962), Test de la

Familia (Corman, 1967), Test de los Garabatos (Corman, 1971) y Dibujo de la

Familia Kinética (Frank de Verthelyi, 1985), entre otras.

Después que Florence Goodenough (1926) ideó su test de inteligencia

basado principalmente en el número de detalles que el examinado incluye en el

Dibujo de la Figura Humana (DFH), observó que su test ponía en juego no sólo

la capacidad intelectual sino también factores de personalidad (Hammer, 2005)

“Los músculos no mienten”, diría Hammer (2005), ya que aún cuando el niño

dibuja con una consigna dada un tema específico, expresa a través de sus

grafismos sus vivencias personales, que se manifiestan, aunque de modo

encubierto o disfrazado por el mecanismo de la proyección, su propio mundo

interno. Esto significa que frente a estímulos nuevos, en apariencia neutros, el

niño responde en base a su propia estructura de personalidad. Dibujando, por lo

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 15: El niño y el dibujo

15

tanto, el niño expresa su nivel de desarrollo intelectual, y también proyecta

espontáneamente el propio mundo interno, habla de sí mismo y de su relación

con los otros.

Referencias bibliográficasBender. L. ( 1938). Test guestáltico visomotor. Usos y aplicaciones clínicas.

(B.G.). Buenos Aires: Paidós.

Buck, (1948). The HTP technique. Journal of Clinical Psychology. Monograph nº

5.

Cabezas López, C. (2007). Análisis y características del dibujo infantil. España:

Ittakus.

Caligor, L. (1971). Nueva interpretación psicológica de dibujos de la figura

humana. Buenos Aires: Editorial Kapelusz.

Casullo, M.M. (1988). El test gráfico del Dibujo de la Figura Humana. Normas

regionales argentinas. Buenos Aires: Editorial Guadalupe.

Claparède, E. (1909). Psychologie de l'enfant et pédagogie expérimentale.

Francia.

Corman, L. (1967). El test del dibujo de la familia en la práctica médico-

pedagógica. Buenos Aires: Editorial Kapelusz. Versión original 1961.

Corman, L. (1971). El test de los garabatos (Exploración de la personalidad

profunda). Buenos Aires: Cáelas.

Febbraio, A. (2002). Desarrollo y Evolución de la evolutiva gráfica. Criterios de

interpretación de las pautas evolutivas en las técnicas gráficas. En G.

Celener (Coord.), Técnicas proyectivas. Actualización e interpretación en

los ámbitos clínico, laboral y forense. Buenos Aires: Editorial Lugar.

Frank de Verthelyi, R. (1985). Interacción y Vínculo familiar. Buenos Aires:

Paidós

Freud, A. (1979) Psicoanálisis del niño. Buenos Aires: Editorial Hormé.

Goodenough, F. (1926). Measurement of intelligence by drawings. Harcourt. New

York: Brace and World.

Hammer, E. (2005). Tests proyectivos gráficos. Buenos Aires: Paidós. 1º edición

1969.

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach

Page 16: El niño y el dibujo

16

Hervás Anguita, E. (2006). “Etapas del desarrollo gráfico-expresivo en el niño/a

de educación infantil”. Revista Digital Investigación y Educación,

Recuperado el 26 de marzo de 2011, de http://www.csi-csif.es/andalucia/

modules/mod_sevilla/archivos/revistaense/n22/

nivel_educacion_infantil_titulo_etapas_desarrollo_grafico_en_educacion_i

nfantil_autora_esther_hervas_anguita.pdf

Klein, M. (1964). Situaciones infantiles de angustia reflejadas en una obra de

arte y en el impulso creador. En M. Klein, Contribuciones al psicoanálisis.

(1929). Buenos Aires: Ediciones Hormé, pp. 201-208.

Koch, R. (1962). El Test del Árbol. Buenos Aires: Editorial Kapelusz. Versión

Alemana original 1942.

Koppitz, E. M. (1974). El test Guestáltico Viso-motor para niños. Buenos Aires:

Guadalupe.

Koppitz, E. M. (1995). El dibujo de la figura humana en los niños. Buenos Aires:

Editorial Guadalupe.

Levín, R. (2005). La escena inmóvil. Teoría y clínica psicoanalítica del dibujo.

Buenos Aires: Editorial Lugar.

Lowenfeld, V. (1972). Desarrollo de la capacidad creadora. Buenos Aires:

Editorial Kapelusz.

Luquet, G.H. (1927). El dibujo infantil. Barcelona: Editorial A. Redondo.

Machover, K. (1949). Personality projections in the drawings of the human

figure. Springfield: Charles Thomas.

Morgestern, S. (1948). El simbolismo y el valor de los dibujos infantiles. Revista

de Psicoanálisis, V, (3), pp. 760-770.

Osterrieth (1976). La psicología y el niño. Madrid: Editorial Morata.

Piaget, J. (1972). Memoria e inteligencia. Buenos Aires: El Ateneo.

Schilder (1958). Imagen y apariencia del cuerpo humano. Buenos Aires: Paidós.

Spencer (1853). The Principles of psychology [Principios de psicología]. Londres,

Willams & Norgate.

Wallon, P. & Domínguez Cruz, R. A. (1995). El dibujo del niño. México: Editorial

Grijalbo.

Universidad Nacional de TucumánFacultad de Psicología Ficha de Cátedra – Año 2012 Silvina Cohen Imach