El Origen de Los Incas

9
El Origen De Los Incas EL ORIGEN DE LOS INCAS, según el Quipucamayoc Catarí, una nueva interpretación. Veamos quienes fueron los padres de este Manco Capac, y de donde nació, Noticia será esta que no se hallara tan fácilmente en las historias, Después del Diluvio universal, que tomo la vida de muchos seres en el mundo, llamándole a este fenómeno Pachacuti, desde el mar llegaron unos viajeros, navegando en largas balsas y muy pertrechados; a las tierras del Dios Kon, luego de deambular por llanos y montes, se detuvieron y poblaron un lugar al que llamaron Caraquez, donde vivieron e hicieron alto por un tiempo, luego de lo cual juntaron partida para seguir viajando siguiendo los llanos próximos al mar, cuentan ellos mismos que llegaron por el mar luego de una gran tempestad, que los arrojo a la costa para su suerte y fortuna. De Caraquez pasaron estos viajeros, a un lugar que llamaron Sumpa, paraje muy adecuado para poblar, y por esto establecieron una gran población en el mismo,

description

Una nueva interpretación sobre la leyenda narrada por el Quipucamayoc Catarí.

Transcript of El Origen de Los Incas

Page 1: El Origen de Los Incas

El Origen De Los Incas

EL ORIGEN DE LOS INCAS, según el Quipucamayoc Catarí, una nueva interpretación.

Veamos quienes fueron los padres de este Manco Capac, y de donde nació, Noticia será esta que no se hallara tan fácilmente en las historias, Después del Diluvio universal, que tomo la vida de muchos seres en el mundo, llamándole a este fenómeno Pachacuti, desde el mar llegaron unos viajeros, navegando en largas balsas y muy pertrechados; a las tierras del Dios Kon, luego de deambular por llanos y montes, se detuvieron y poblaron un lugar al que llamaron Caraquez, donde vivieron e hicieron alto por un tiempo, luego de lo cual juntaron partida para seguir viajando siguiendo los llanos próximos al mar, cuentan ellos mismos que llegaron por el mar luego de una gran tempestad, que los arrojo a la costa para su suerte y fortuna.

De Caraquez pasaron estos viajeros, a un lugar que llamaron Sumpa, paraje muy adecuado para poblar, y por esto establecieron una gran población en el mismo, siguiendo sus tradiciones y forma de vida, nombraron por gobernante de estos a un fuerte y noble guerrero, siendo justiciero y pacifico llamado Tumbe.

Pero su espíritu viajero, los motivo a seguir conquistando territorios de este modo Tumbe despacho una expedición al sur, al mando iba un Sinchi muy valeroso, que

Page 2: El Origen de Los Incas

se había hecho notable durante la ocupación, seguido de hombres de su confianza y entereza partieron, teniendo como plazo para retornar un año, al final del cual deberían volver trayendo noticias de sus hallazgos, pero al transcurrir el tiempo pactado nunca más retornaron, dándosela entonces por perdida, esto causo mucha tristeza al Curaca Tumbe y a su gente, en un último acto Tumbe dio a conocer públicamente su decisión, el mismo al no ser de edad joven y tener fuerzas para ir a la búsqueda de los desdichados desaparecidos. Se considero incapaz y se echo a la pena seguido de toda la comunidad.

Luego de un tiempo de esta época de tristeza Tumbe murió, siendo enterrado bajo las antiguas costumbres, quedando como herederos sus dos hijos, de caracteres muy distintos, Quitumbe, el mayor de los dos, sagaz, precavido, sereno y animado de un gran espíritu, y el Otro Otoya quien era el lado opuesto de la moneda, deseoso de poder y la gloria de su padre, ambos naturalmente se recelaban.

Quitumbe se había casado con LLira “Mujer muy inteligente y hábil” estaba gestando cuando Quitumbe partió, prometiéndole volver apenas tuviera nuevas tierras bajo su dominio.

Para evitar la lucha fratricida, que consideraba inevitable si se quedaran en el mismo sitio, Quitumbe decidió abandonar el pueblo. Partió con sus partidarios rumbo a otras tierras cercanas al mar, el cual además era un lugar muy apropiado y favorecido por la naturaleza, en donde fundó el pueblo de Tumbes, así nombrado en memoria de su padre.

Llira acogió en su corazón la promesa de su amante de retornar por ella, y al cabo de un tiempo de la partida de este, pario un niño muy bello, al que puso el nombre de Guayanay “tronco de la familia”.

Desde la recién fundada ciudad de Tumbes, donde solo había resuelto por el momento establecerse, Quitumbe antes de pensar en su mujer, que lo esperaba con su vástago en el vientre, decidió enviar expediciones en busca de nuevas tierras y sobre todo, para obtener noticias de los infelices grupos perdidos en la época de su padre.

Al cabo de muchos días, viajando por las costas cercanas al mar, llegaron los enviados de Quitumbe a un lugar en donde desembocaba un rio al que llamaban Rimac, pues decían los lugareños que el sonido que hacía “era como hablar”.

De ahí retornaron tras la inspección de las tierras cercanas y pobladas que hallaron agradables, para informar a su caudillo de lo visto por ellos.

Quitumbe seguía más preocupado por las tierras por colonizar que la mujer que lo esperaba con su hijo. Mientras tanto, Otoya el hermano díscolo y receloso de

Page 3: El Origen de Los Incas

Quitumbe quien se había quedado gobernando en Sumpa, llevando una vida irregular y licenciosa como era su costumbre, descubrió una conjura contra su gobierno, detenidos los conspiradores, no se detuvo en contemplaciones y a todos los ejecuto, aplicándoles muertes barbarás como escarmiento.

Continuo su vida de disipación y vicio, hasta que de pronto fue sacado de sus desenfrenos por la noticia terrible de la llegada de unos hombres gigantes “tan deformes y temerarios en el aspecto, cuanto crueles en las obras” que entraron a saco por todo el país desolándolo con sus sanguinarios sistemas de guerra. Dominaron la Tierra y por ultimo capturaron a Otoya, Poco después el Curaca moría en prisión, pasando al olvido por su mala fama y las desagracias acaecidas durante su gobierno.

Dentro de sus inhumanas costumbres los Invasores esclavizaron a los hombres de Sumpa, obligándolos a trabajar en su extraña industria, por medio de la cual quemaban las rocas y obtenían duros metales, convivían con todas las mujeres y a muchas preñaron, practicaban la sodomía, entre ellos y con todos los prisioneros capturados, en sus rituales comían carne humana y bebían la sangre de los sacrificados a sus numerosos dioses, por todo esto un día escucharon los ruegos de la gente de Sumpa, Kon El señor del mar, quien los azoto con toda su furia y el Señor Inti de los cielos, hizo caer piedras de fuego sobre ellos, que los consumió por completo.

Luego de estos acontecimientos los sobrevivientes de Sumpa quedaron libres, pero entre ellos no hallaron quien pudiera dirigirlos. Los gigantes habían llegado a Sumpa manejando unas largas balsas, las cuales eran ingobernables para los náuticos de Sumpa, acostumbrados a sus canoas pequeñas, aun así algunos trataron de navegarlas, y otros continuaron trabajando en las fraguas que los gigantes con tanto esmero habían construido, Algunos de los gigantes del pie a la cintura eran del tamaño de un Hombre ordinario. Lo único bueno que dejaron estos, fue el haber confeccionado unos pozos hondos de los que brotaba agua fresca, trabajando la dura roca, mudo recuerdo de su invasión.

Cuando tuvieron noticias de lo ocurrido en Sumpa, Quitumbe decidió escapar de la invasión de los gigantes, abandono Tumbes y ni remotamente se le ocurrió regresar a Sumpa por su mujer e hijo, “Mandó hacer unas canoas largas y se metió con su gente en la mar”, arribando a una isla a la que llamo Puna, pero al carecer agua en ella cruzo las aguas del mar y arribo a la tierra amplia de los llanos, luego se interno en expedición a las sierras cruzándolas hasta llegar a un lugar apacible al que nombro Quitu, fundando una gran ciudad en aquella villa, luego envió varias expediciones hacia el sur, para saber quiénes habitaban esos

Page 4: El Origen de Los Incas

rumbos, luego de un tiempo supo de la llegada de los suyos hasta un lugar llamado Qusqu.

Pero Quitumbe como era hombre de buen entendimiento, no permaneció en las tierras recién conquistadas, sino que saliendo de Quitu con lo mejor de su gente, viajo por los llanos desérticos hasta aquel lugar llamado Rimac del cual ya tenía referencias, ordeno poblar aquellos llanos y pantanos, habiendo mucha cacería, decidió realizar trabajos de regadío y edifico altos templos, y trajo consigo a los dioses que lo habían acompañado en su periplo tanto por el mar como por las sierras, edificándoles amplios templos y ofreciéndoles grandes sacrificios.

Andando los años Quitumbe el conquistador murió, y lo enterraron en un paraje de la sierra, a donde había llegado en su última expedición, con otra mujer tuvo un hijo al cual llamo Thome, su hijo mayor entre sus hombres era de condición cruel y rigurosa, hombre de malos instintos, perverso y buscador de guerras.

Mientras atrás había quedado la dama Llira, mujer abandonada por Quitumbe, viendo que su marido nunca regreso, a cumplir con su promesa llena de Odio y aborrecimiento por tamaña infidelidad, ante la llegada de los gigantes se fue a la montaña de Tancar con su hijo Guayanay, y ofreciéndolo en sacrificio le pidió al Dios Inti que la vengase.

Oída por el Gran Dios de los Cielos se desato una tempestad de vientos, truenos y relámpagos, luego cayeron granizos y ocurrieron terremotos que parecían los dioses tener contienda entre sí. Agradecida Llira por haber sido escuchada por los dioses se preparo a ofrecer a Guayanay en sacrificio, pero en el instante en que iba a iniciar el ritual según sus costumbres, apareció en los cielos un majestuoso Anka, que tomo al joven entre sus enormes garras y se lo llevo a una isla de blancas montañas en medio del mar, llamada tierra de Wayau.

Cuando Guayanay se convirtió en un fuerte guerrero, decidió escapar de aquella isla que lo había protegido por muchos años, habiendo comido frutos, peces y raíces, siendo fuerte y rudo para el mar decidió enfrentarlo y confecciono una canoa, luego de vencer las fuertes olas y escapara de seres marinos monstruosos, llego a las costas, pero Kon el dios del mar, le tenía una última prueba a Guayanay, le volteo y hundió su débil canoa, quedando nadando en las tempestuosas aguas no pudiendo acercarse a sus costas, nado por muchos días hasta quedar débil y moribundo pero, antes de darse a desfallecer fue sujetado por los brazos de unos hombres que navegaban en unas pequeñas canoas, llegando a tierra firme, temeroso escapo de sus salvadores, internándose en los valles y luego en las sierras, en donde fue capturado por hombres salvajes, la horda lo llevo ante su Curaca llamado Cañas, quien dispuso que sea sacrificado, fue retenido en un profundo hoyo de donde no podía escapar y al cual le traían los

Page 5: El Origen de Los Incas

alimentos, sus días estaban contados y triste se hundió en la desesperación, preguntándole al Dios del cielo, si para este final había sido rescatado por aquella fantástica ave, y en sus meditaciones le pidió al Señor Inti, su salvación.

Guayanay se había criado de buena estatura, de hermoso rostro, blanco y de largos cabellos ondulados, de miembros fornidos y bien formados, en su soledad había sido educado por el Shin espíritu del mar, y los demás elocuentes seres divinos que lo visitaban en su destierro. Cierto día fue visitado por Cigar la hija del curaca Cañas, que quería ver al futuro sacrificado, al verlo a los ojos, la joven quedo prendada de él. Los dos jóvenes se amaron al instante, Ella prometió liberarlo pero con la condición que la lleve consigo, lo cual Guayanay acepto.

Al día siguiente caída la noche, Cigar se acerco al hoyo arrojo una cuerda por donde el joven pudo trepar y escapar, luego le dio una Chimpa para que se defienda si es que alguien los seguía, y al amparo de la noche sin la Quilla escaparon. Ella guiaba por su buen conocimiento del terreno y El, alerta listo para pelear con quien osara perseguirlo, ahora luchaba por su vida y la de su amada, mutuamente se alentaban, fueron alcanzados por un grupo de guerreros que obedientes a su Curaca, debían capturarlos vivos o muertos, pero Guayanay con gran habilidad los enfrento acabando con todos.

Continuaron su fuga de otro grupo más numeroso que viajaba detrás de ellos rastreándolos para lo cual eran muy buenos, hasta que retorno al poblado de los hombres náuticos, que lo habían rescatado de las bravas aguas marinas. Guayanay les pidió una embarcación para continuar su fuga, los Yuncas como se hacian llamar lo ayudaron por considerarlo un Wiracocha “hijo de los dioses”, y en una balsa lo llevaron hasta Wayau, su protección, con la llegada de Cigar, la isla floreció, se pobló de vegetación y animales, el espíritu de la Naturaleza habitaba con ellos y le rendían culto, vivieron en aquella isla por mucho tiempo, los Yuncas que lo rescataron con el tiempo llegaron a poblar Wayau, con los hijos de Guayanay, formaron una comunidad dichosa, desarrollando su existencia dentro de normas de sencillez y armonía.

A la muerte de Guayanay lo sucedió el mayor de sus hijos llamado Atau “Dichoso y feliz”, y después a este lo sucedió su hijo Manco, que significa “nacido en medio del mar”.

Thome hijo de Quitumbe, gobernó a las gentes y las tierras del Rimac, los llanos y se declaro señor de Quitu, gobernaba estas tierras después de la muerte de su padre, siendo de naturaleza cruel aunque justiciero, había dispuesto en su gobierno entre otras normas, la pena de muerte para los adúlteros, y quiso la desgracia que uno de sus hijos fue acusado de este delito. El hijo confiado que, con el tiempo, el padre se apiadara de él, huyo en una balsa con un grupo de

Page 6: El Origen de Los Incas

yuncas náuticos, “con la intención de ir viajando de costa en costa por el mar” hasta que la ira paterna cediera. Pero en el mar los acogió una tempestad, la cual duro varias semanas, terminando en hacerlos llegar a la Isla de Wayau, los recibió el Curaca llamada Atau, quienes escucharon los relatos de lo existente en la Tierra, de sus pueblos y gobernantes, dejando la misión a Manco para que conociera y conquistara todo aquello.

Cuando nació Manco hubo en el mar una terrible tempestad, que hizo retumbar muchas veces la isleta, pero apenas termino el nacimiento, el mar se calmo, y todos supieron que por ese muchacho, Había intervenido el mismísimo Pachacamac poniendo sosiego a los elementos.

Manco “era mozo de altos pensamientos y de buen gobierno, prudente, afable con sus deudos y vasallos y sobre todo intrépido, para cualquier trabajo y empresa”

A la mitad de su vida Manco, decidió cumplir el mandato de su padre y preparo una expedición, construyendo para ello largas canoas y enormes balsas, según la industria de aquellos tiempos, en las que se embarcaron varios cientos de hombres según cada cual su habilidad y tripulación, y sin saber exactamente el paradero al cual irían se entregaron a las olas y a la decisión de los Dioses que los acompañaban tallados en los palos delanteros de las embarcaciones.

Debido a las neblinas y los irregulares vientos, Dos tercios de su flota continuo rumbo al sur, y lo quedaba desembarco acompañando a Manco en la desembocadura del rio que llamaban Rimac, del cual decían “hablaba en rugidos”.

En estas costas los viajeros, decidieron no entrar más a la mar por la falta de gobierno de sus navíos, y “los muchos trabajos que habían padecido en ellas” desmontaron los mismos no dejando fabrica de ninguno, y penetraron en los valles lentamente siguiendo las aguas del Rimac, Manco dejo que el señor Inti le muestre el camino a seguir, cruzaron infinidad de cordilleras y evadieron a los hombres salvajes que temerosos solo los observaban en su discurrir, dejaron Marcas e Hitos, a lo largo de su camino para saber por dónde retornar, hasta que llegaron al Omapacha, establecieron el poblado llamado Chucuito, y poblaron aquellos lares, sometiendo a los hombres salvajes que poblaban sus alrededores, adorando en todo momento y en toda ceremonia al señor Inti que los había guiado en la mar, así como en aquellas cumbres, diciéndose por esto Hijos del Inti.

Pero Manco no conforme que esta expedición, continuo recorriendo los valles, esta vez en compañía de salvajes que se habían torcido a su causa y obediencia,

Luego Manco y sus parciales llegaron luego de penoso viaje hasta una montaña en cuyas faldas se hallaban tres ventanas llamando a ese lugar Mamaota, Manco

Page 7: El Origen de Los Incas

solo ingreso por la ventana del medio a la que llamo Capactoco, o Ventana Señorial, mientras tanto sus acompañantes, fueron a buscarlo por los alrededores, al no encontrarlo retornaron a los poblados cercanos al Omapacha, luego de construir unas balsas flotantes, ingresaron a las aguas de la laguna navegando hasta una isla, en la cual había un enorme templo, ricamente decorada por dentro con metales preciosos.

Temiendo ser rodeados por los hombres que habitaban aquellos lares, y ante la presencia de los lideres de estos, pidieron ser conducidos ante el Hijo del Inti, que había llegado antes que ellos, el sacerdote al examinarlos, reafirmo su misión ofreciéndoles sacrificios al igual que al ídolo que habitaba ese lugar, sorprendidos por la llegada de gente tan extraña,

Luego al no encontrar a su curaca, convinieron abandonar la isla, retornando a tierra firme, emprendiendo la marcha hacia el Qusqu, durante el viaje llego hasta ellos un mensajero que pregonaba la salida del Hijo del Inti, en el cerro Pacarictampu, vestido de Oro, al igual que su padre, y les narro como al salir de esta ventana Manco había disparado su honda causando gran estruendo, tanto que repercutió en los montes asustando a sus pobladores, dando el proyectil contra una enorme peña, en la que se abrió una enorme grieta, como un portal.

Entonces todas las gentes de la región, acordaron acompañar a sus Curacas, para ver a este Hijo del Inti, al día acordado y cuando llegaron todos los lugareños debidamente representados se acercaron a las tres ventanas, y cuando surgió el Sol, al este, salió de ella Manco, con tanta majestad y autoridad, como si verdaderamente fuera un Dios, y señor natural de toda la tierra, recibiendo primero a los suyos que sumisos, le honraban y luego a los principales de todos los estados vecinos, y ellos le dieron obediencia por “si y por los suyos”.

De este modo y no de otro, ni una sola arma fue usada, ni derramada sangre hermana, Manco Capac como lo comenzaron a llamar, tomo posesión de esas tierras y dio principio al señorío de los Incas, como los llamaban a ellos y a sus descendientes, cuidándose de hacer justicia y equidad a sus vasallos.

Luego de establecerse como señor, mando llamar a los más fieles a su causa, encomendándoles la orden de someter a Thome y a sus descendientes.