El Puente Viejo de Piura
-
Upload
jorge-del-valle-mueller-vargas -
Category
Education
-
view
93 -
download
0
Transcript of El Puente Viejo de Piura
El “Puente Viejo” o San Miguel de Piura
Autor: Jorge Enrique Junior Del Valle Müller Vargas
Introducción
El tema que en esta oportunidad desarrollaremos es el del puente San Miguel,
también llamado “Puente Viejo” o simplemente puente Piura, enfocado en los años de
1940 a 1960. Mediante un trabajo exhaustivo de recopilación, selección y análisis de
fuentes orales y documentales se pudo realizar esta investigación cuyo producto final
presentamos en esta ponencia.
El puente se localiza en el centro de la ciudad de Piura, entre los puentes
Sánchez Cerro y Bolognesi, sobre una sección de la cuenca del río Piura cuyo ancho de
cauce es de unos 115 metrosaproximadamente.
El “Puente Viejo”, uno de los primeros sobre el río de nuestra ciudad, hecho de
madera, piedra, ladrillo y hierro, fue levantado para poder pasar de Piura, al vecino
distrito de Castilla, por la calle Huancavelica, ingresando por la avenida Ramón
Castilla, o viceversa.
El “Puente Viejo” ha sido reestructurado y reconstruido en varias ocasiones
puesto que se ha caído o destruido por diversos motivos, ya sea por las fuertes lluvias
piuranas, por estructuras debilitadas por el paso del tiempo o por descuido de los
usuarios.
Posee en su haber una rica tradición centenaria y por ende está enraizado en la
historia social de nuestra región. Dada su originalidad e impresionante diseño se ha
convertido en un legítimo e histórico monumento de la piuranidad.
1
El “Puente Viejo”, de construcción inglesa, pero piuranizado por su gente por el
devenir del tiempo, es parte esencial del paisaje piurano dentro de la época de la
República, que sigue vigente, pues a pesar de haber sido instalado el año 1893 subsiste
hasta nuestros días ya no con aquel diseño que muchos tuvieron la oportunidad de
conocer y transitar, pero sí como lo que significa su presencia para la tierra del “Eterno
Calor”.
La última reconstrucción se dio en el año 2014, debido a que en 1998 se cayó a
causa del Fenómeno El Niño, cuya magnitud fue extraordinaria, por lo que el Estado se
vio forzado a construir un puente peatonal provisional, pero debido a que este
presentaba inadecuadas condiciones en su servicio, lo que era un riesgo para la
seguridad de los transeúntes, tuvo que ser reconstruido y cambiado por el moderno
puente que tenemos en la actualidad.
Hoy en día, y pese a los enormes esfuerzosdel Gobierno Regional de Piura por
reconstruirlo, no es descabellado pensar que nada le devolverá la grandeza e imagen
imponente a aquel puente que se mantuvo en uso desde la última década del siglo XIX,
y que fue dañado gravemente el 26 de agosto de 1981 por la imprudencia del conductor
de un camión quien se atrevió a pasar por él, ignorandodeliberadamente las
disposiciones para la circulación vehicular que prohibían su ingreso, causando su
derrumbe. Esto es lo que nos cuentan tantola edición del día siguiente del diario El
Tiempo, como los testigos María Jiménez, Everarda Jiménez y Juan José Díaz, este
postrero sin relación con el excongresista de la República. Sin embargo, su destrucción
final ocurrió aquel marzo de 1998, fecha en la cual el gran caudal del río Piura produjo
su deterioro y postrimeracaída, de la cual ya no se volvería a recuperar.
2
Inicios
Sabemos por nuestros mayores que el“Puente Viejo” fue un imponente distintivo
de la sociedad piurana de antaño que guarda testimonios de muchas vivencias poéticas o
románticas de aquellos paseos refrescantes, tal y como nos lo cuentan quienes
transitaron por él, los ciudadanos no sólo de los distritos de Castilla y de Piura sino de la
población piurana en general, que se vinculabadesde hacía 117 añospor su vía,y del cual
se habla, y al cual se le recuerda como un distintivo de la Ciudad de los Algarrobos.
Esto último es lo que nos dice Juan Alvarado Chuyes en su libro Temas piuranísimos.
No cabe duda de que su vida como signo de Piura empieza desde 1893, cuando fue
inaugurado, y pervive hasta hoy en los recuerdos de muchos.
Es el 22 de octubre de 1891, día en el que es convocada una reunión por José
María Rodríguez, Prefecto de Piura y Presidente de la Junta Departamental de Obras
Públicas.Miguel Checa y Checa,personaje emblemático de Piura que trajo mucho
progreso para nuestra región, miembro de una familia histórica piuranavanguardista del
agro y de las irrigaciones en la Región Piura, planteó al prefecto la necesidad
deconstruir un nuevo puente que uniera Piura con Castilla, puesto que el anterior, de
construcción precaria,había sido destruido por las aguas que trajo consigo el Fenómeno
El Niño de 1891. La aceptación de este planteamiento se produjo gracias a la mediación
de Roberto Temple quien, en representación de la Casa Duncan Fox Cía., la propuso
para financiar la mencionada obra. Sin embargo, laCasa Duncan requería de un garante
de este financiamiento. Entonces, como la Municipalidad de Piura no podía asumir
dicho compromiso, un vecino de Piura,el mencionado Miguel Checa,se comprometió a
asumir la condición de deudor de la Casa Duncan a fin de poder realizar este proyecto
ambicioso, pues es de resaltar que Piura, y en sí todo el Perú, atravesaba, como lo
cuenta Antonio Mabres en la edición del Suplemento Semana del diario El Tiempo de
3
22 de mayo de 2016, por una aguda depresión económica desde hacía años, que le hacía
imposible asumir muchas más deudas que las indispensables para el desarrollo y
subsistencia de la población.
Por aquellas fechas Piura se había quedado sin puente, sin embargo, y debido al
entusiasmo de Miguel Checa y Checa, al amor que tenía por su tierray gracias a su
enorme fortuna que entregó como garantía, la Casa Duncan Fox, a través de su gerente,
el señor Roberto Temple, se ofreció parafinanciar dicha obra, dándose paso a la
construcción del puente San Miguel.
Es importante mencionar que para la ejecución de dicho proyecto fue necesario
contar con la presencia de un ingeniero inglés, según consta en la cláusula 22° del
contrato de obra que se encuentra en el Archivo Regional de Piura. El ingeniero fue el
señor Findlay, quien le mostró a Miguel Checa y Checa el diseño del puente que se
llamaría San Miguel, que en un principio estaba destinado al Asia, pero que se quedó en
nuestra ciudad. Se le adjudicó al ingeniero Findlay mediante concurso público el
ensamble y construcción del puente metálico a cambio de un pago de sesenta mil soles
de la época, que hoyequivaldrían a un aproximado de unos seis millones de soles.
Todo lo anteriormenteexplicado lo sabemos por la escritura pública 314, foja
660 del contrato de construcción del “Puente Viejo”, que lo encontramos en el Archivo
Regional de Piura en el área de Protocolos Notariales históricos,así como en las
ediciones del diario La Industria de 2 de enero de 1892 y de 5 de agosto de 1927,y en la
edición del diario El Sol de 22 de abril de 1910. Todas estas publicaciones están en la
hemeroteca del mencionado archivo histórico.
La visión del Puente de los años 1940 a 1960
4
Era un puente muy hermoso, de fierro, con balcones conocidos como semilunas
donde la gente se sentaba para disfrutar del aire fresco que circulaba por él y para
sostener muchas y muy buenas, entretenidas y amenas tertulias. Florieta Boero Medel,
unaseptuagenaria ama de casa,quien vivió en Piura entre los años 1950 y 1960, nos
contesta con nostalgiacuando le preguntamos qué es lo que nos puede contar del
“Puente Viejo”:
[…] fui a Piura en el “50”, por mi papá, un teniente del ejércitoque lo habían
mandado para allá[…], recuerdo que tenía 10 años y vivíamos en la calle Ayacucho de Piura, en
casa de unos tíos que los sábados, al atardecer, a las cuatro de la tarde, aproximadamente, me
llevaban al puente a jugar con mis primos y nos compraban una bolsa de pan. Mis tíos se
sentaban en las bancasa conversar y a reír. Recuerdo los árboles alrededor, el fuerte viento, las
farolas, las bancas, los techos y las rejas del puente. Jugábamos hasta las 6de la tarde, luego
regresábamos a casa para el lonche […].
Estructura
Antes de hablar de la estructura propiamente dicha, es necesariohacer un breve
comentario sobre el tan bello malecónbordeado por muchos algarrobos que se extendía
a lo largo de toda la riberaderecha, yque hacía un conjunto hermoso con el puente,ya
que tenía estéticamente elmismodiseñoarquitectónico del viaducto sanmiguelino con
unos hermosos barandales hechos de madera, tal y como lo recuerda María Jiménez
Estrada, octogenaria, piurana de nacimiento que nos dice,con mucho esfuerzo al
consultarle a su memoria lo siguiente:
[…], nací en 1927 en la calle Cusco de Castilla y viví ahí toda mi vida hasta que me
comprometí. Mi papá vendía mucho ganado y mi mamá se quedaba con nosotros cuidandoa
missiete hermanos y a mí. Cuando tuve 8 años fue la primera vez que fui al “Puente Viejo”.
Recuerdo a los 14 cuando iba al puente con mi tía Luz, los viernes, caminando por el borde
izquierdo del río. El caminoera de tierra y había muchos algarrobos. A lo lejos se veía y
5
reconocía el“Puente Viejo”, todo de fierro negrocon rejas preciosas, bancas y balcones. Al llegar
nos parábamos para verel otro ladoque se veía un lugar bonito. Lindo era el malecón que daba a
Piura, barandas parecidas al puente de madera y había bancas para sentarse a la sombra de los
algarrobos que también había en el lado de Piura […].
Dicho ello, es tiempo de hablar propiamente de su estructura. Estaba alumbrada
por doce faroles con lámparas a kerosén y posteriormente, hacia la década del
cincuenta, ya con faroles eléctricos que reemplazaron a los de combustible tal y como
nos lo recuerda el diario La Industria en su edición de 16 de marzo de 1956; tenía cuatro
pérgolas y asientos de madera como lo podemos apreciar en las fotos del Archivo
Histórico de Piura.
María Jiménez, asimismo, nos habla un poco de su estructuradiciéndonoslo
siguiente:
[…]parecía tener tres partes al serlos balcones los que lo dividían. Había dos balcones
en forma de arco por cada lado del puente. En la parte de abajode los balcones habíaunasrejas de
fierro que lo hacíanresistir al río cuando crecía por las lluvias de verano […].
Lo que nos dice nuestra testigo se condice con las fotos de la época que detallan
gráficamente lo que nos cuenta. Cabe resaltar que las rejillas a lasque hace mención en
su testimonio fueron el mecanismo de protección ideado por los ingenieros
constructores frente a la fuerza del río en su época de avenida en elverano, teniendo
como experiencia que el anterior “Puente Viejo”, el primero que hubo, se destruyó
como consecuencia de un incremento muy fuerte del caudal del río que hizo
quecolapsara el 12 de abril de 1891, tal y como lo confirma la edición del diario La
Industria del día siguiente.Esto también lo comentó la señora Jiménez en su entrevista,
yque le contó su padre y lo que podemos reafirmar en las fotos y en la edición del diario
La Industria del sábado 2 de enero de 1892 y la del diario El Tiempo del día 13 de
6
marzo de 1998.Gracias a estas rejillassoportó el Fenómeno El Niño de 1942que, según
los registros históricos de la Sociedad Geográfica de Lima,en su boletín del año de
1942, lo calificó de gran intensidad para la Región Piura.
Igualmente, estas fuentes citadas concuerdan enotro dato relevante sobre este
puente, es que el mismo servía como medio de pase del ferrocarril que iba de Piura a
Catacaos.Estolo recuerda y lo cuenta a la perfección María Jiménez, con lo que nos deja
en claro que el “Puente Viejo” no solo era exclusivamente peatonal, sino que también
era una permanente vía de paso de este medio de transporte de carga y, desde 1926, de
otros vehículos pequeños y pesados, gracias a la Resolución Suprema del Gobierno de
15 de noviembre de 1925. Para las décadas del “40” y del “50”ya se había masificado
este medio de transporte.
El “Puente Viejo” y la sociedad piurana: un personaje de nuestra piuranidad
El “Puente Viejo”es uno de los símbolos que tiene Piura y que se menciona cada
vez que se habla de ella. Un puente cuya vida en la sociedad piurana empieza desde
aquel 1893, fecha en la cual fue inaugurado hasta aquel fatídico12 de marzo de 1998 en
quese destruyó definitivamentepor acción de la imponente naturaleza. Son los años de
1940 a 1960 aquellos en los que el “Puente Viejo”, como lo llamaban los habitantes de
Piura y Castilla, luciría su mayor grandeza, hermosura y lustre que le hicieron ganarse el
cariño y el aprecio de la sociedad llegando a ser el más romántico y el más querido de
toda la historia de Piura. Muchos piuranos y turistas disfrutaron de su acogedora
elegancia, soberbio diseño, y de una cálida pero refrescante estancia en sus bancas, en
los balcones, tal vez brevísima, pero placentera; un viaducto que tan sólo quedará en
nuestro recuerdo y en la memoria de las generaciones pasadas, de los padres de nuestros
padres, quienes conectaron sus vidas a este signo de la excelencia de la ingeniería.
7
Son nuestros abuelos y todos aquellos que tuvieron la dicha y la suerte de gozar
de este puente emblemático de la Ciudad Errante quienes mejor recuerdan la historia y
la tradición piurana ligada a este pasadero. Muy pocos, pero concisos testimonios
recogidosen esta investigación son los que nos sirven de trampolín para ahondar en la
indagación por vía oral de la historia del puente Piura.Tenemos, por ejemplo, a Juan
José Díaz,a José Estrada Morales y Everarda Jiménez Estrada, todos ellos piuranos de
nacimiento, y la señora Florieta Boero Medel, natural de Lima,quienes nos narran sus
vivencias en la plataforma de San Miguel. A partir de sus testimonios llegamos a la
conclusión que el “Puente Viejo”, desde antaño, ha sido siempre una vía de acceso y de
comunicación masiva para la población de Piura y Castilla, así como un lugar de venta
ambulante de productoscomo dulces, caramelos y bocadillos, panes, hiervas naturales,
carteras, etc., a 20 centavos las golosinasy 10 centavos los panecillos y las hiervas. Los
alimentos eran consumidos por los transeúntes y las personas que se sentabanen las
bancas a refrescarse.El puente era un lugar que no solo servía para el tránsito de
personas, de vehículos y de trenes, sino que fue un foco de socialización, de turismo y
de distracción para toda la gente que diariamente pasaba por ahí, así como los que
compartían ratos amenos con bellas conversaciones con familiares, con amigos, en
pareja o con desconocidospor lo hermoso, romántico y acogedor que era el viaducto.
Los días preferidos para estos encuentros espontáneos eran los fines de semana y
feriados, en las tardes, e inclusive hasta muy altas horas de la noche.
[…] recuerdos demi niñez se me vienen a la mente, los viernes por las noches, mi papá,
mi mamá y yo nos sentábamos a tomar el fresco escuchando a mi padre hablar de cómo le fue en
su día. Recuerdo que nos quedábamos hasta las diez de la noche sentados en una banca hasta que
el frío nos corría. […]. Todo era mucho más sano y más seguro en la noche en aquellas épocas,
8
todo era mucho más tranquilo que ahora[…],afirma Juan José Díaz con una mirada
ilusionada al remembrar pasajes de su vida.
En un esfuerzo por contarlas memorias de José Hipólito Estrada Morales lo más
fielmente posible, consultándolas páginas del texto Piura en la Colección Algarrobo
dela Biblioteca Municipal de Piura, pudimos conocer lo que nos cuenta este piurano
ferviente de corazón quien nos dice que el puente San Miguel o “Puente Viejo”fue el
lugar favorito parael descanso y placentera distracción de los piuranos de todo el siglo
XX, en especial entre los de 1940 a 1960. “La gente queda atrapada por su
impresionantediseño que llamaba a tomarse un descanso y compartir experiencias y
tener tertulias muy interesantes,”asevera el profesor Estrada Moralescon profundo
sentimiento de orgullo al acordarse del puente de su adolescencia.
Este viaducto tiene una muy variada tradición de piuranidad. Durante la década
del cincuenta del siglo pasado parte de la historia social de nuestra región se llevaba a
cabo en él. Es ya desde esos tiempos, y es lícito y apropiado considerarlo así,un
histórico monumento de la piuranidad. Este puente se encuentra en las páginas de la
historia de la Región de los Algarrobos como un personaje piurano de la época
republicana. Mucha vida social y mucha tradición piurana se llevó a cabo sobre su
estructura, como por ejemplo conversaciones, juegos, fotos, aventuras, romances,
salidas, paseos, diversiones, festividades de Piura o celebraciones por “la venida del río
en época de lluvias”, como nos lo cuenta el maestro Jorge Humberto Rosales Aguirre en
sus clases universitarias del curso de Seminario de Temas Históricos Regionales III,en
la Universidad de Piura.Además, desde el puente se podía escuchar la música que salía
de la rockola del cercano Ríobar.
9
El sentarsey tomar un descansoen los asientos de madera de aquellas semilunas
con finos acabados arquitectónicos, bajo la protección de sombrillas, ante el inclemente
sol piurano,a contemplar el paisaje de la naturaleza era una exquisitez y una delicia muy
sublime que disfrutaban los transeúntes, visitantes y turistas que atraía a diario nuestro
extrañado “Puente Viejo”. Y cómo no mencionar aquellos bellos e interesantes
atardeceresque la gente observaba mientras reposaba, como mencionan nuestras testigos
vivenciales las hermanasamas de casa María y Everarda Jiménez,o el evento más
esperado por la sociedad y lleno de celebraciones, que era el producido por el
incremento del caudal de las aguas del río, conocido como la avenida del río. El
profesor Rosales nos cuenta con añoranza: “[…]que era un acontecimiento local de
mucho júbilo y de gran envergadura en nuestra sociedad de inicios y mediados de siglo
pasado, en donde se recibía al río Piura con bandas de música, toques de campanas y
petardos en honor a la venida del río, mientras la gente gritaba “YA VIENE EL RÍO”,
[…]”.
No debemos dejar de mencionar que durante las festividades populares que se
realizaban en Piura, el “Puente Viejo”era lugar preferido para la venta de
productosartesanales en las ferias que se realizaban en el malecón Eguiguren, así como
para la venta de productos comestibles y objetos diversos por parte de ambulantes que
comerciaban en estas fechas de tradición popular. Dos de nuestros testigos lo reafirman
comentando lo siguiente al respecto:
“[…]se armaban y se realizaban ferias de productos en el malecón que da hacia
el lado de Piura[…]”, nos dice Everarda Jiménez Estrada con gran emoción y lucidez.
Las referidas feriasimplicabantambién contar con la presencia de vendedores
ambulantes en el puente como parte de esta tradición popular,afirma Juan José Díaz,
septuagenario padre de familia y profesor jubilado. A lo dicho, el profesor Rosales
10
agrega, “[…] los comerciantes del mercado de Piura, que en esos años se ubicaba en la
calle Lima en el lugar donde actualmente se encuentra la Corte Superior de Justicia de
Piura,utilizaban el lecho del río en épocas de sequía para la venta de productos de
diversa índole[…]”.
El diario La Industria de 16 de marzo de 1956 nos dice:
[…]la presencia de este puente perenniza nuestros recuerdos del pasado, las vivencias
de nuestro presente y las tradiciones sociales y culturales piuranas de nuestro puebloque definen
suimportancia para Piura y su gente. De estas tradicionestodos nos sentimos orgullosos y las
hacemos a gustoaludiendo a lo que nos es propio, que nos es nuestro, […].
En 1956, el alcalde de la ciudad de Piura Guillermo Artaza Pérez hizo las
coordinaciones respectivas para hacerle reparaciones al puente emblemático de la Piura
de nuestros antepasados. Esto le permitió resistir firmemente el embate del Fenómeno
El Niño que entre 1957 y 1958 azotó nuestra región desértica. Dichas obras se
empezaron el mismo año de 1956 por la importancia del “Puente Viejo” como vía local
de comunicación, así como por ser una reliquia histórica de la ciudad.
El Puente Piura,para la década del “60”,siguió siendoel ancestral, clásico, bello,
romántico y querido puente de Piura, que tendió lazos y se interrelacionó íntimamente
no solo con el río que atravesó, sino con su gente, que hizo de él un personaje que era
parte de su vida, de sus tradiciones y de su identidad yuno de los elementos más
importantes y representativosde Piura y de nuestra piuranidad.
Conclusión
El “Puente Viejo”, como hemos comentado, contado por quienes tuvieron la
dicha de gozar de él en los años de 1940 a 1960,no es un simple puente que forma parte
del ornato local de la provincia y que une a los distritos de Piura y Castilla, sino que es
11
en sí mismo un personaje del que todos nos hemos de sentir orgullosos, que vive en
cada uno de nosotros, al ser parte de nuestra historia y de nuestra identidad
piurana.Nuestros antepasados tuvieron la suerte de tener bellas experiencias personales
y sociales como lo hemos visto a lo largo de esta ponencia, todos ellos evocan muchas
experiencias en el “Puente Viejo” que permiten que este muy recordado viaducto sea
una herencia patrimonial y representativa piurana no sólo por ser una reliquia histórica
de nuestra ciudad, sino por ser parte de la ciudad misma, y parte de su gente, de sus
sentimientos yde sus vivencias. Hablar del “Puente Viejo” ya desde 1940 era hablar de
Piura y viceversa. Es sin duda un objeto y personaje de indudable y emblemática
importancia para todos los piuranos y para el Perú en general.
Queremos terminar con una frase de nuestros mayores que en mi labor
investigadora me llamó mucho la atención, es de Enrique Santiago Ramos, quien dice
que el “Puente Viejo” era el lugar preferido por nuestros antepasados “para hacer la
conversa, refrescados por el viento de las tardes”. Esto era lo que para nuestros abuelos
representaba el puente en la tradición cultural y social de nuestra Piura.
12