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Diez preguntas a Dolores S. AsoyanLas cuevas, un archivo paleosísmico
Farallones de Moa
¿Es posible unLa sobrerregulación del agua
Clasificación de las universidades cubanas
EL PUNTODE PARTIDA
Carta de Salvador Massip
a William Morris Davis ... p. 11
Me gustaría ofrecerle, personalmente, misMe gustaría ofrecerle, personalmente, mis
servicios, para todo el trabajo de camposervicios, para todo el trabajo de campo
que usted quiera que yo realice en Cuba”que usted quiera que yo realice en Cuba”
Salvador MassipSalvador Massip
“
NUEVOATLAS?NUEVOATLAS?
En el próximo número:
Abra del río Yumurí en Matanzas, vista desde el sureste.Al fondo, la superficie de nivelación superior de lasalturas del Norte de Habana-Matanzas, a la cual serefirió Salvador Massip en la carta de 1919 a WilliamMorris Davis (“...A unos 9 kilómetros tierra adentro, a100 metros de altura...”), que se reproduce por primeravez en la página 13 de este número de CubaGeográfica.
Portada
I
A unque conocida, la relación directa que existió
entre Salvador Massip y William Morris Davis es
escasamente tratada por sus biógrafos contemporáneos
en Cuba, que se enfocan con frecuencia en aspectos
irrelevantes para el aporte cardinal que hiciera a la
Geografía este hombre excepcional del siglo XX.
Encontrar un documento de su puño dirigido a Davis
hace casi un siglo obliga a reflexionar en el colosal salto
que Massip procuró para la enseñanza y la investigación
geográficas en Cuba sin más soporte que el de su tenaci-
dad y su clarísima inteligencia.
CubaGeográfica tiene especial gusto en hacer público
un documento seminal en la historia de la Geografía de
Cuba, una carta de dos páginas que se inserta en la tran-
sición –producida por Massip e inspirada en la geografía
norteamericana– entre la geografía escolástica colonial
y la de la época republicana.
Este número también se luce con un verdadero aporte
al conocimiento del karst de Farallones de Moa, esa
pieza de la geografía cubana que, por su aislamiento, ha
escapado a la atención de los especialistas. El trabajo se
ilustra con fotos fascinantes en todos los sentidos. Fa-
rallones se revela como una localidad única que de-
manda atención y preservación.
Las notas sobre las reservas de agua en Cuba y su
manejo traen a colación uno de los agudos problemas
geográficos que encara el país; mientras que la pro-
puesta de completar los registros paleosísmicos con for-
mas halladas en cuevas es interesante y original en Cuba.
Por último, Dolores S. Asoyan, nos concedió una en-
trevista que será de interés para muchos de sus colegas.
El resto de los materiales pueden resultar igualmente
frescos e interesantes. Justamente eso queremos.
Gracias
Una nota de introducción
FArALLonES DE MoA: Karst ytectónica en el norte de oriente
Asomarse al karst más aislado de Cuba revela la dinámica y laevolución de una morfoestructura cuyo agrietamiento controla eldesarrollo de su escultura superficial y subterránea elaborada porlas precipitaciones y el escurrimiento fluvial.
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Diez preguntas aDolores S. Asoyan
Figura clave en el desarrollo de la teledetección en la geografía,D.S. Asoyan habla de sí, de Cuba y de sus planes, justo cuandoel mundo académico ruso honra su fructífera carrera.
22Paleosismicidad y cuevas Los autores de este origi-nal trabajo proponen unainvestigación para ayudar areconstruir la paleosismici-dad en Cuba a través delestudio del daño o de ladestrucción total de lasformaciones secundariasen las cuevas.
Lazos entre los clásicos
Massip: Su último servico a la Geografía
El Instituto de Segunda Enseñanzade Matanzas y la Geografía de Cuba
El fundador de la Geografía moderna en Cuba escribe al padrede la Geografía norteamericana para ofrecerle sus servicios. Es elverano de 1919, la raíz misma del gran cambio en la enseñanza ymétodos de investigación que estaba a pocos años de producirse.
En cifras Una clasificación de las universidades de todo el mundo colocaa las cubanas bien alejadas de la punta.
29“..el mar, que siempre es cuna...” La geógrafa y prolífica autora Emma Romeu describe a Cubaen versos breves cargados de imágenes geográficas.
novedades de la Biblioteca Los recursos hidrográficos superficiales de la República Dominicana,de José L. Batista, es una obra con muy pocos precedentes, y elmás reciente aporte capital cubano a la geografía de otro país.
En EStE núMEro
24
La regulación del escurrimiento superficial Vea la página 16
Situados al sur de Cabañas y Mariel, los embalses San Francisco, izquierda, y Pinillos,tienen una capacidad de 51 y 19.5 millones de m3 respectivamente. Fueron creadospara servir a los centrales A.C. Sandino y O. Nodarse, desmantelados en el 2002.
Las reservas de aguaexceden a las necesi-dades de la economíacubana actual y supreservación es cos-tosa. La infraestructurahidráulica se deterioray se soslaya el costoambiental de retenerel 28% del escurri-miento superficialantes de llegar al mar.
II
n el karst cubano, que ocupa las
dos terceras partes del país y
dista mucho de ser un espacio
continuo, hay “islas calcáreas”
en medio de vastas superficies
elaboradas sobre rocas no karsti-
ficables. Este es el caso de los
Farallones de Moa, literalmente un
karst en medio de la nada.
La naturaleza impresionante de esta
unidad físicogeográfica se reseña en al-
gunos videos y escuetos artículos no
especializados, así como en los planos
de las cavernas y, en especial, en las
fotografías de un mundo subterráneo
fascinante, con lagos y ríos que, a la
luz de los exploradores, reflejan en sus
aguas los mármoles rosados y crema
de las paredes, con olistolitos de ser-
pentinitas verdes cubiertos por forma-
ciones secundarias de color blanco
brillante. El fantástico espectáculo que
muestra la impresionante colección de
fotos del Grupo Internacional La Salle
(www.lasalle3d.com) es casi descono-
cido y dio a CubaGeográfica motivos
más que suficientes para escribir este
articulo.
El mismo se ha realizado lejos del
pais, sin trabajo de campo, reuniendo
toda la información antes dicha y em-
pleando algunas imágenes de uso
abierto disponibles en Google Earth.
La información geológica local tam-
poco ha sido la más precisa posible.
UNA JOYA DEL KARST CUBANO
El sistema kárstico Farallones de
Moa esta situado a algo más de 18 Km.
al sursuroeste de la ciudad de Moa, en
las coordenadas 20º30’56” de latitud
norte y 75º00’36” de longitud oeste, a
1 km al sur del pequeño poblado Fara-
Antonio R. Magaz y Antonio Danieli
Sin la Sociedad Espeleológica de Cuba y el ex-
celente trabajo fotográfico del grupo internacional La Salle,
este sería un lugar desconocido de la geografia de Cuba, que
sigue brindando sorpresas gracias a la diversidad, singulari-
dad y belleza de sus paisajes en un espacio reducido como lo
es el archipiélago cubano.
Farallones de Moa vistos desde el noreste, con lapiés profundo penetrado por vegetación. Figura 3 en el texto.
Karst y tectónica en el norte de OrienteFARALLONESde
MOA
EFoto de Jesús M. Martínez / Grupo Humboldt
1
llones (Fig. 1). Si recurrimos al mapa
morfotectónico de la parte oriental de
Cuba (Fig. 2) (Hernandez et al, 1991),
el sistema Farallones ocupa un escalón
de premontaña (300-442 m de altitud)
en la vertiente noreste del bloque de las
Cuchillas de Moa, que alcanza una alti-
tud máxima de 880 m, o escalón de las
montañas pequeñas. Por el este, está
separado de la meseta Altos de la
Calinga (1,175 m. de altitud máxima)
por el sistema de fallas de los ríos
Moa-Calentura. Al norte, una falla
forma un escalón en el relieve y lo se-
para de las Alturas y llanuras septen-
trionales de Mayari-Sagua de Tánamo,
cuya altura máxima es de 280 m.
Se trata de un un gran lente calcáreo
incluido tectónicamente dentro de un
manto de serpentinitas, elevado neotec-
tónicamente y exhumado por la erosión
en el borde de una geoestructura de
bloque. Se expresa en el relieve por
una escarpa tectónico-denudativa que
forma un gran farallón en su lado norte
y le da nombre al sitio. Escarpas y
contactos petromórficos lo limitan por
su extremo meridional.
La escarpa septentrional está for-
mada en rocas calcáreas muy frac-
turadas y con lapiés profundo, con
alturas de 20-30 m en la mitad occi-
dental y de 40-47 m en su mital orien-
tal (Fig. 3). Por el sur las escarpas
petromórficas o litológicas son mas
bajas, con solo 23-40 m. Cuando dis-
minuye la altura de estas
escarpas petromórficas,
hasta que desaparecen
como morfoelementos,
solo se identifica el con-
tacto con las serpentinitas a través de la
interpretación fotogeológica y por la
morfoescultura, aunque esto último no
lo hemos podido comprobar.
Desde el punto de vista hidrográfico
el sistema esta compuesto por dos
unidades: la kárstica propiamente
dicha, formada por la exhumación ero-
sivo-corrosiva del lente calcáreo; y por
el influvium alóctono, la unidad ex-
trakárstica que se extiende hacia el sur
-sobre las serpentinitas- hasta las
cabeceras de las cuencas, a 700-880 m.
de altitud en la parte alta del bloque
morfotectónico de las Cuchillas de
Moa.
La unidad extrakárstica que alimenta
superficialmente al sistema a través de
tres valles ciegos (unos 21 km2) es 14
veces más extensa que la unidad
kárstica, la superficie calcárea que ali-
menta a la cuenca por influación, de
apenas 1,5 km2. (Fig. 4).
La unidad kárstica del sistema Fara-
llones de Moa (Figs. 5 y 6 ) se ex-
Figura 1. Sistema kárstico Farallones de Moa.
Figura 2. Posición morfotectónica.
Figura 4. El área de las cuencas colectoras extrakársticas (A) exceden variasveces al área de la zona kárstica. 2
tiende 2,2 km de este a oeste y forma
una superficie topográfica cóncava que
desciende desde 442 m y 421 m en los
extremos este y oeste respectivamente
hasta unos 300 m en el centro, para un
desnivel máximo de unos 140 m, con
pendientes superficiales entre 10%-
20% muy fracturadas en escalones pe-
queños y karstificadas, donde se identi-
fica un paleocauce.
De norte a sur esta morfoescultura
tiene 1,3 km y su morfologia es escalo-
Figura 6. Perfiles esquemáticos geólogo-geomorfológicos de Farallones de Moa
E W
3
nada, con dos niveles principales a 403
y 340 m. separados por una escarpa
tectónica de unos 60 m, en cuya base
se ha desarrollado una extensa depre-
sión erosivo-kárstica.
Al noreste, en el borde del farallón
hay un escalón menor de hundimiento
gravitacional, hundido 56 m con res-
pecto a la superficie de desprendi-
miento en el bloque contiguo. Este
hundimiento ocurre en una fractura de
distensión marginal y dentro de sus
limites se halla la galería del resollade-
ro del sistema.
Es de notar que el desnivel entre el
sumidero más alto -Ojo de Agua, a
382 m de altitud- (*) y el resolladero
del río Farallones (el único surgente y
colector del sistema, a 254 m. de alti-
tud) alcanza 128 m, lo que dividido por
los 1,292 m que separan a estos puntos
se obtiene un gradiente hidráulico
medio de 10%, el máximo a vencer por
los ríos del sistema, lo cual también da
una idea del corte erosivo-kárstico de
los cauces subterráneos. El espesor
total visible del sistema, desde la cota
máxima de la superficie kárstificada
(442 m) y el resolladero alcanza los
188 m.
SISTEMA DE AGRIETAMIENTO
El sistema de agrietamiento domi-
nante, descifrable en las imágenes de
satélite y visible en algunas fotos sub-
terráneas, forma una red de dirección
NW-SE y WNW-ESE. Otros sistemas
de fracturas importantes pero de menor
densidad y longitud mantienen direc-
ciones NE, NNE, submeridional y sub-
latitudinal.
La densidad del agrietamiento visi-
ble llega a 20 km /km2 con una sepa-
ración típica de 10-80 m entre las
grietas, lo cual, junto a sus direcciones,
condiciona la distribución, profundidad
y diseño del complejo de formas epi-
kársticas, incluidos los sumideros, el
resolladero, los campos de lenar
acanalado, las chimeneas verticales,
simas y las depresiones de disolución y
de disolución-desplome (Fig. 7).
Estas fracturas también condicionan
a otros complejos genéticos de formas
del relieve como el denudativo-gravita-
cional, donde las fracturas de disten-
sión determinan la distribución del
lajamiento secuencial del borde en las
escarpas, la posición de los circos de
derrumbe y corrimiento, los conos
coluviales y la caída frecuente de
rocas. Las fracturas influyen en la posi-
ción de los sumideros de los tres ríos
influentes del sistema y en el resol-
ladero. También condicionan el paleo-
cauce o cañón abandonado que se
aprecia en la superficie por encima del
nivel del sumidero del río Quebracho
así como en los vestigios de otro cauce
epígeo en el relieve relicto.
Figura 7.Depresión de
disolución-desplome.
Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.com
(*) La toponimia utilizada en este trabajo
es la misma que emplearon los espeleólo-gos del Grupo Humboldt. 4
El paleocauce que corta el epikarst
hasta los farallones del norte (sobre el
nivel del sumidero del Quebracho) está
muy bien conservado en el relieve, con
profundidad de unos 40 m, y se rela-
ciona con una cuenca alóctona de área
pequeña (2,75 km2 ) con 3 km de
cauce ciego y una pendiente longitudi-
nal cercana al 20%. Este paleocauce
fue abandonado cuando se formó el
sumidero para circular subterránea-
mente por la galería más occidental.
Entre los dos escalones del relieve,
visibles en el perfil norte-sur del sis-
tema, se aprecia una depresión erosivo-
kárstica de falla, alargada (esquema
geomorfológico y Fig. 6) que se ex-
tiende desde las inmediaciones de la
escarpa sur, (sobre al sumidero Vera
del Majá) y con una dirección WNW
se extiende 1 km para cambiar a una
dirección NNE y salir al farallón del
norte, al oeste del resolladero del río
Farallones, donde toma la forma de un
cauce estrecho casi paralelo al paleo-
cauce anteriormente descrito.
Conforme a la posición estructural
de las rocas vulcanógeno-sedimenta-
rias del arco cretácico y de los relictos
de la corteza oceánica, (Albear, J. F. et
al, 1988; Iturralde-Vinent, 2010), así
como de estas formas del paleorelieve,
se supone que las rocas de este lente
calcáreo se hallaban enterradas por un
manto de sobrecorrimiento potente del
complejo ofiolítico y por consiguiente,
estas formas inactivas de la escultura
fluvial y fluvio-kárstica constituyen re-
lictos de antiguos valles sobreimpues-
tos en el techo de las rocas calcáreas.
Estos valles abandonados eran acti-
vos antes de la formación de los sumi-
deros antiguos, los que desarticularon
la red fluvial durante el proceso de ex-
humación erosiva del lente carbonata-
do. De esta manera, el drenaje su-
perficial (sobre serpentinitas ) se con-
virtió en subterráneo (en los mármoles)
donde debe haber mediado una etapa
de drenaje mixto superficial-subterrá-
neo. Junto a los levantamientos neotec-
tónicos del bloque, este fue el mecanis-
mo escultural pasivo que explica la
existencia de cauces superficiales y
subterráneos inactivos en este sistema
kárstico.
Desde el punto de vista geomorfoló-
gico el sistema kárstico Farallones de
Moa es un merokart de vertiente, ya
que los arroyos situados al norte de la
unidad kárstica del sistema profun-
dizan sus cauces entre 4 y 30 m. por
debajo del resolladero, mientras que,
por el sur, las bases de la erosión se en-
cuentran entre 40-145 m por debajo de
la superficie kárstica y por el este y el
oeste están 130-160 m bajo las superfi-
cies mas elevadas del karst superficial.
Por esta razón, el acuífero instalado en
grietas y cauces es libre y de circula-
ción descendente hacia la red fluvial
epígea.
La existencia de rocas serpentiníticas
y de un melange en la base del lente
calcáreo (nivel de base parcial o muro
impermeable acuitardo) visible en los
cauces activos más bajos y la posición
y distribución de las redes de caver-
namiento fluvial del endokarst, sugie-
ren la inexistencia de fugas de cuenca
a través de vías de circulación
Figura 9. Las galerías fluviokársticas (amarillo) estan ajustadas al sistema de frac-turas. En rojo se muestran las escarpas y los contactos litoestraucturales que confi-nan al macizo kárstico y en verde los ríos influentes y efluentes.
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Figura 8. Melange de serpentinitas en el nivel de base kárstico.
5
holokárstica profunda por debajo de
las bases de erosión regional (ver
fig. 8).
A los efectos del análisis morfo-
métrico con fines hidrológicos,
pueden utilizarse sin reservas las
áreas de cuenca delimitadas a partir
de sus divisorias topográficas, ya
que los probables déficits hídricos
que pueden registrarse en las zonas
de surgencia, son en parte derivados
de las reservas presentes dentro de
estos sistemas kársticos, no exis-
tiendo fugas o escapes de cuenca
por la vía subterránea.
La morfología y el desarrollo de
las formas de conducción subterrá-
nea y su organización arquitectó-
nica en el interior del aparato kárs-
tico, están ligadas por una parte con
el tipo de roca marmórea solamente
permeable a través de diaclasas y
fallas, y por otra, con el diseño de la
red de agrietamiento en que se en-
cuentra fisurada su masa. Aquí pre-
dominan dos sistemas de dirección
dominante (NW-SE a WNW-ESE y
submeridional), con planos de frac-
tura subverticales.
Por otra parte, las características
espeleomorfológicas y genéticas
están condicionadas también con el
comportamiento dinámico del le-
vantamiento del bloque montañoso.
Así, en el plano realizado por los
Figura 10. Saltosde agua en el inte-rior del sistemakárstico. Arriba, en launión de la galeríadel río Quebrachocon la galería princi-pal, a unos 200 mdel resolladero. A laizquierda, el Saltodel Ranón, con másde 20 m de alto, enuna falla que se ex-presa en el relieve.
Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.comFo
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6
espeleólogos se revela que las galerías
excavadas por los ríos subterráneos
(Fig. 9) estan tectoalineadas en su
mayor longitud en estas direcciones
expresadas en el relieve del epikarst.
Las fotos disponibles del interior de
las cuevas muestran que en la vertical,
las secciones longitudinales de las ga-
lerias presentan saltos en diaclasas
transversas o fallas (Fig. 10). En su
sección transversal hay formas de
cañón típicas de la circulación por
grietas en un acuifero kárstico discon-
tinuo (Fig.11).
Algunas galerías tienen una sección
transversal mixta, propia de una circu-
lación inicialmente forzada (circular en
la sección) y luego de conducción libre
o fluvial, con un cauce en forma de
caja en la parte inferior de la sección.
Esto es evidencia del levantamiento
tectónico y del aumento de la capaci-
dad colectora del karst con flujo a
mayor escala (Fig. 12).
Los cauces subterráneos tienen tam-
bién altos pináculos -o lapiés estruc-
tural- en medio de algunas galerías, así
como scallops en las paredes, forma-
dos durante las avenidas.
Las galerías son más amplias y altas
cerca del resolladero y la parte centro-
oriental del sistema por los desplomes
subterráneos que aumentan el volumen
de espacio hueco (Fig. 13) aunque en
general el mayor desarrollo evolutivo
endokárstico lo tienen las galerías que
se desarrollaron a partir del actual
sumidero oriental (Vera del Majá),
relacionado con la mayor cuenca de
captación pluvial (17 km2) en el ex-
tremo este de la unidad alóctona del
Figura 11. Circulación por una grietaampliada por disolución .
Figura 12. Morfología mixta en la sec-ción transversal de una galería
Figura 13.Derrumbe en
una galeríaevolucionada.
Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.com 7
sistema (A en la fig. 4).
En comparación, los ríos subterrá-
neos formados a partir de los otros dos
sumideros (actuales Ojo de Agua y
Quebracho) son mucho más estrechos
y cortos y están conectados como aflu-
entes subterráneos con el cauce más
desarrollado y supuestamente más an-
tiguo. Estos cauces cortos y angostos
están formados por dos cuencas ciegas
de captación menores (1,5 y 2,75 km2)
al occidente de la unidad alóctona. (ver
Tabla)
Por el sur, la parte más alta del lente
calcáreo se halla hacia su mitad orien-
tal, que puede haber sido erosionada
(exhumada) antes que el resto del lente
de mármol. Esto permite suponer que
las galerías orientales son más antiguas
como formas subterráneas. La distan-
cia entre cada sumidero y el resollade-
ro colector es 740 m en Quebracho;
1292 m en Ojo de Agua y 1320 m en
Vera del Majá, con pendientes de 10%,
10% y 7% respectivamente.
Los datos morfométricos generales
reflejan que la subcuenca ciega de la
Vera del Majá además de ser la mayor
arealmente (17 Km2) también es la
más regularizada (menor pendiente,
con 8%). Lo mismo se revela subterrá-
neamente, pues las galerías proceden-
tes de este sumidero presentan también
la menor pendiente (7%) sin la existen-
cia de saltos de agua, lo que apunta a
una mayor antiguedad de estos cauces
con relación a las galerías procedentes
de los otros dos sumideros.
La cartografía disponible de las
cuevas muestra galerías activas direc-
tamente conectadas con los tres sumi-
deros actuales, pero sin información al-
titudinal. Esto impide emitir juicios
acerca de los niveles de cavernamiento
colgados o inactivos que existen y de
sus dimensiones. Sin embargo a juzgar
por las fotografias del grupo La Salle,
hay cauces merokársticos abandonados
totalmente decorados y revestidos por
espeleotemas. La suma de las galerias
cartografiadas en la unidad kárstica de
Farallones de Moa llega a unos 4 Km,
el triple de la longitud de la cueva
Jíbara del karst de Baire al norte de la
Sierra Maestra, aunque esta ultima
cavidad fluvio-kárstica posee un
desnivel escalonado de 248 m, casi el
doble de Farallones que apenas alcanza
los 130 metros (**).
EDAD RELATIVA DEL KARST
Los cálculos relacionados con la
edad Plioceno antiguo-Cuaternario In-
ferior (N21 – Q1) de la corteza de in-
temperismo de las rocas del oriente
cubano fueron realizados a través del
método hidrogeoquímico (absoluto)
por Buguelsky y Formell (1967) y
concuerdan con los datos geomor-
fológicos relativos a la edad de las
nuevas superficies plioceno-cuaterna-
rias “depositadas” sobre la inicial del
ortoplano Mioceno inferior y medio
(Del Corral, 1944.; Lilienberg, 1970,
Lilienberg, 1973; Portela, et al. 1989;
Magaz, 1996; Magaz, inedito). El área
de distribución de las cortezas analiza-
das y valoradas geomorfológicamente
comprende los niveles de planación de
800–900 m que se distribuyen en las
superficies planas de la meseta Altos
de la Calinga y en el resto de planalto
de las cabezadas de Cuchillas de Moa
en cuya vertiente se encuentra el sis-
tema kárstico de Farallones de Moa.
Como las cortezas de intemperismo
fijaron la edad de estas superficies del
relieve, los datos cronológicos permi-
ten asumir hipotéticamente una edad
del Pleistoceno temprano para la fase
erosiva y erosivo-kárstica de exhuma-
ción de las rocas del lente y del inicio
del drenaje subterráneo.
En consecuencia, a la fase kárstica
(del complejo de formas subterránea)
corresponde una edad del Cuaternario
medio al Holoceno (Q2, Q3 y Q4).
CONCLUSIONES
El sistema kárstico Farallones de
Moa es un merokarst de vertiente,
compuesto por una unidad kárstica y
otra extrakárstica o influvion alóctono
instalado en la pendiente norte monta-
ñosa de las Cuchillas de Moa.
La unidad kárstica del sistema es un
lente carbonatado incluido en el inte-
rior de un manto de sobrecorrimiento
serpentinítico, una paleoestructura ele-
vada y erosionada en el interior del
bloque neotectónico montañoso.
Los complejos de formas del relieve
de todo el sistema están condicionados
tectónicamente por varios sistemas de
fracturas antiguas y jóvenes (diaclasas
y fallas subverticales).
El lente calcáreo estuvo enterrado
bajo un espesor considerable de rocas
terrígenas hasta que el corte erosivo al-
canzó su superficie y se instalaron en
él valles sobreimpuestos (hoy relictos)
que comenzaron a karstificarse me-
diante sumideros y dieron lugar a una
red de conductos embrionarios con sa-
lidas al norte. La red superficial se des-
manteló gradualmente a medida que
ocurria la exhumación y el aumento de
la capacidad colectora del karst.
Las etapas de levantamiento de las
montañas y su respuesta erosiva con-
llevaron a la profundización de las
TABLA Morfometría de las superficies y formas del relieve
(**) La profundidad del karst de Baire se debe al espesor cercano a 300 m de las
calizas paleógenas de la formación Charco Redondo que cubren a las rocas volcánicasde la formación Cobre que son el nivel de base parcial kárstico
8
redes subterráneas. Algunos segmentos
y sumideros iniciales deben estar col-
gados y abandonados. De igual mane-
ra, algunas paleosurgencias aún no
identificadas quedaron suspendidas.
Las dimensiones y desarrollo de las
galerías del oriente del sistema de-
muestran la mayor antigüedad de estas
formas, lo cual debe ser una función de
dos variables importantes: la mayor al-
tura de las rocas calcáreas por el
sureste y la mayor cuenca de captación
pluvial que tributa al sumidero de la
Vera del Majá.
La edad de las cortezas de intempe-
rismo en las superficies extrakársticas
y la edad relativa del relieve relaciona-
do con el territorio de Farallones per-
mite asignar al karst local una edad del
Pleistoceno medio al Holoceno.
Es esencial proteger las formas del
relieve superficial y subterráneo, en
particular, los paleocauces y depre-
siones, las formaciones secundarias,
los sedimentos poligenéticos hipógeos
y superficiales y las formas de erosión
subterránea, elementos clave para las
reconstrucción paleoclimática, del pa-
leorelieve y de la evolución del karst y
de la biota. Se recomienda hacer un
levantamiento altitudinal de las gale-
rías, con control horizontal combinado
que, en conjunto con las campañas de
fechado, debe garantizar la elaboración
del esquema evolutivo del endokarst
como una contribución importante al
esclarecimiento de la dinámica neotec-
tónica del bloque montañoso de las
Cuchillas de Moa.
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Magaz, A.r. (inédito): Geomorfologia de Cuba.
REFERENCIAS
Galería fluvio-kárstica de lacueva deFarallonesde Moa.Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.com 9
E sta nota sobre Farallones de Moa no se hubiera escritode no ser por los formidables trabajos de La Salle 3D
Interantional team (www.lasalle3D.com) y del GrupoHumboldt de aficionados a la Espeleología.
El trabajo fotográfico de Antonio Danieli y otros autores deLa Salle, en colaboración con la Sociedad Espeleológica deCuba, escapa al alcance del elogio común.
Cuando se ven las fotos de Farallones de Moa, la primerareacción es de asombro. El sitio de internet donde aparecense revisa una por una y se vuelve a él rápidamente para dis-frutarlas, siempre con el temor de que hayan desaparecido lashipnóticas imágenes. Las galerías de mármoles rosa pulidos, lasaguas limpísimas de los ríos subterráneos, el melange de ser-pentinitas que más parece un dibujo para un libro de geologíao una escena de Viaje al Centro de la Tierra, la película de l959,y los saltos de agua subterráneos se quedan grabados en lamente por muchos días.
Al asombro inicial sigue una urgente necesidad de llamar acolegas de cualquier parte para compartir la maravilla irreal.Las fotos pasan de pantalla a pantalla por Facebook, email ocualquier otro medio de comunicación social.
Queda desear que se repita el esfuerzo de La Salle.
Por su parte, el trabajo de Grupo Humboldt lo hicieron es-tudiantes del Instituto Minero-Metalúrgico de Moa, jóvenesaficionados sin muchos más recursos que el tesón y la in-teligencia natural, guiados por Carlos E. Hernández en 1970.
Las descripciones del karst y la hidrogeología, y sobre todoel detallado mapa de las cuevas del sistema kárstico, entrañanuna información valiosa para comprender la génesis y ladinámica de esta joya de la naturaleza cubana que ojaláquede siempre preservada como un sitio de excepción.
Es tan cuidadoso el trabajo del Grupo que el plano de lascuevas tiene correspondencia con el sistema de fracturas visi-ble en la superficie, y la posición de las fotos marcadas en elmacizo no deja espacio a la duda de su coincidencia no for-tuita con elementos tectónicos y estructurales importantes.
Ambos trabajos -el fotográfico de La Salle y el espeleológi-co del Grupo Humboldt- están en la internet, y vienen a serun recordatorio para los geógrafos cubanos de que en estostiempos -y en los que vienen- el mensaje se transmite porahí; que ya no hay que esperar por aprobaciones intermina-bles, por capacidades de imprenta ni por inmanejables iniciati-vas ajenas.
Transmitir el mensaje profesional es hoy asunto de uno.
Quiénes inspiran este trabajo
Antonio Danieli es un prolíficocreador italiano de fotografías
subterráneas.
En su trabajo se descubre una habili-dad poco común por resaltar la belleza
de las cuevas a través del juego de las luces ysombras combinadas siempre con el elementohumano.
Danieli tiene también un tino exacto para captarlos elementos naturales que revelan detalles de lagénesis y el desarrollo de las formas subterrá-neas que de otra manera quedarían ocultos.
Es miembro fundador del Grupo La Salle, unaasociación sin ánimo de lucro dedicada a crearimágenes del mundo subterráneo y a difundirlaspor el bien de la educación y de la naturaleza.
Su cámara ha captado escenas fantásticas en dis-tintas partes del mundo, y en Cuba lo hizo con elProyecto Bellamar del 2003 en colaboración conla Sociedad Espeleológica.
Más allá de su nombre y filia-ción, casi no hay datos sobre el
autor del mapa de la intrincadacaverna Farallones de Moa.
Son unos 4 km de galerías, inundadas,secas, a distintos niveles, con importantes saltosde agua y grandes derrumbes, en ocasiones muylaberínticas. Cartografiarlas debe haber sido undolor de cabeza no libre de riesgos.
Claro que Martínez no pudo hacerlo solo, perono tenemos los nombres de otros cartógrafos.Se supone que todos sean -como el propioMartínez- miembros del Grupo EspeleológicoHumboldt, fundado en 1970 en el Instituto Supe-rior Minero-Metalúrgico de Moa.
Presidido hace 46 años por el joven espeleólogoCarlos E. Hernández, este fue el primerequipo en explorar Farallones, y puede habersido clave en salvar el sitio de la destruccióncuando se quiso abrir allí una cantera de mármol.
Antonio DanieliEspeleólogo y fotógrafo.
Fundador de La Salle International
Jesús (Musi) MartínezEspeleólogo Ingeniero geólogo
Miembro del Grupo Humboldt
CubaGeográfica 10
En el verano de 1919 un joven
tan talentoso como desconoci-
do, desde hace tres años profe-
sor de Geografía e Historia en el Insti-
tuto de Segunda Enseñanza de Matan-
zas, hace una estancia en la Universi-
dad de Columbia, Nueva York, y busca
contacto con William Morris Davis
(1850-1934), el “Padre de la Geografía
norteamericana”, a quien escribe una
carta cándida tentándolo a hacer algo
que parece su sueño urgente: le habla
de las terrazas y los corales del norte
de Matanzas, como invitándole a que
le preste atención al relieve y a la geo-
grafía de Cuba.
Sin embargo, muy a pesar del entu-
siasmo que se advierte en todo su men-
saje, no tiene éxito. Davis, con 69
años, profesor de Harvard, ícono cien-
tífico internacional, con casi todo su
currículum ya escrito y listo para em-
pezar a recibir homenajes, no parece
La carta que motiva estas líneas tendrá pronto cien años.
Su original se conserva en la Biblioteca Houghton de la Uni-
versidad de Harvard y allí la hallaron Yvonne Massip-Figue-
redo, decana de Admisiones de la Universidad de Rutgers,
en Nueva Jersey y nieta de Salvador Massip, junto con su
esposo Danilo Figueredo, historiador y prolífico autor de
Bloomfield College, en el mismo estado.
Al percatarse de su excepcional importancia, compartieron
con CubaGeográfica el singular hallazgo, como contribu-
ción a la historia de la Geografía de Cuba y tributo a la me-
moria de Massip.
Tesoros como este deben ser conocidos por todos. La Biblio-
teca Houghton se esmera en hacerlo posible.
Armando H. Portela
Salvador Massip a William Morris Davis“¿Pudiera verlo antes de regresar a Cuba? Me gustaría ofrecerle, personalmente, mis servicios...”
11
dispuesto a cambiar la rutina por la ha-
lagadora carta de un joven profesor
cubano.
El joven es Salvador Massip, el in-
fatigable fundador de la enseñanza
moderna y la investigación de la Geo-
grafía de Cuba, que con apenas 28
años y sin más respaldo que el de su
propia determinación –y el de una beca
para estudiar en Columbia– da sus
primeros pasos en el camino de
renovar la profesión que ha
abrazado.
Como hombre dotado de
una sensibilidad especial,
Massip anda solo. Su genio
le permite anticipar lo que
es necesario y su temple le
hace procurarlo sin esperar
por nadie. Anda contra la
corriente, porque en la segunda
década de su Independencia, a Cuba le
basta con lo que se sabe de su territorio
–que es casi empírico– y los naturalis-
tas se dedican a catalogar rocas y plan-
tas; los ingenieros a mejorar los planos
y el país a bañarse en el dinero del azú-
car, a asimilar tierras riquísimas y a
recibir cientos de miles de inmigrantes.
Sin embargo, el profesor de Matan-
zas no solo cree que Cuba demanda
otra Geografía, sino que está resuelto a
dársela. Por su cuenta y con sus medios.
Probablemente Massip tiene eso enla mente cuando le ofrece sus serviciosa Davis para hacer observaciones de
campo de las terrazas marinas de Ma-tanzas y de los depósitos de corales–que admite no conocer– y cuando lerevela que enseña en el bachillerato loselementos de la Teoría del Ciclo Geo-gráfico, la misma que en esa épocatrata de explicarlo casi todo, al menosen lo que se refiere a las etapas de laevolución del relieve y sus formas.Davis es la figura de referencia de la
Geografía de enton-ces, y sus
ideas, aúndemasiado frescas y potentes para ge-nerar mucha resistencia, son las quecaptan toda la atención. Hasta ese mo-mento no han surgido –o no se han di-fundido bien– los puntos de vista alter-nativos de Walther Penk, el alemán delos pedimentos, y se vive a una distan-cia astronómica de las ideas de Inno-kenti P. Gerasimov sobre las morfoes-
tructuras y el matrimonio de la geodi-námica endógena con la exógena.
Al gusto de Massip deben haber sido
irresistibles la claridad ejemplar de los
trabajos de Davis, la terminología tan
descriptiva que ha creado y la lógica
deductiva que despeja el desorden de
las formas del relieve en una serie ine-
vitable de etapas de desarrollo, como
los estadíos de la vida de un organis-
mo. Eso contrasta, como la luz y la
sombra, con “la tradición de los estu-
dios ambientales en Cuba, cuyos an-
tecedentes aparecen en el naturalis-
mo científico del siglo XIX, y
de cuya escuela había
surgido, por ejemplo,
Carlos de la Torre” [1].
La descripción geográ-
fica escolástica prevalece entonces en
Cuba y Massip -su enterrador- no
dejó de criticarla implacablemente ni
cuando esta ya no era más que un re-
cuerdo viejísimo.
Massip ha llegado al ciclo geográ-
fico bajo la tutela de Douglas W. John-
son (1878-1944), “el más distinguido
de los muchos discípulos de William
Morris Davis” [2]. Johnson enseña en
William M. Davis Salvador J. Massip Douglas W. Johnson
[1] ramos Guadalupe, Luis E., (2015) Sociedad Geográfica de Cuba.Medioambiente y Sociedad en la primera mitad del siglo XX. Revista Anales de laAcademia de Ciencias de Cuba. Vol. 5, Nº2.[2] Bucher, Walter H., (1946) Biographical memoir of Douglas Wilson Johnson(1878-1944), National Academy of Sciences of the United States of America,Biographical Memoirs, Vol. XXIV – Fifth Memoir. 12
Columbia desde 1912 y había sido pro-
fesor asistente de Davis en Harvard y
editor de los Ensayos Geográficos de
este. Es una autoridad internacional,
que estudió con detenimiento la corre-
lación de las terrazas marinas en la
costa atlántica de Norteamérica con las
de Europa, y extendió sus observacio-
nes al Mediterráneo y a Sudáfrica, a las
costas de Australia, Nueva Zelandia,
Japón y Hawaii. Como Davis, Johnson
tiene el don de la claridad en la exposi-
ción de las ideas, tanto ante su audito-
rio como en sus numerosos libros y
artículos.
Cuando Massip termina sus estudios
de Geografía en Columbia en 1922 y
mete en su equipaje de vuelta a Cuba
el diploma de Master of Arts, no ha lo-
grado llevar consigo a Davis ni a John-
son en persona, pero sí ha podido
cargar la experiencia y las ideas nuevas
de la Geografía Física del primero,
mientras que del segundo se lleva el
método de la observación geomorfoló-
gica y el cuidado exquisito del lengua-
je, que se disfruta tanto en cada trabajo
que luego él mismo dejara escrito. Dos
años después, en 1924, cuando ya en-
seña en la Universidad de La Habana,
y sobre todo cuando en 1927 crea la
Cátedra Libre de Geografía, impone el
razonamiento deductivo y comparativo
en la enseñanza geográfica e introduce
la práctica y la observación en el te-
rreno como manera de reflexión. Es así
que Davis y Johnson llegan a Cuba de
la mano de Massip y quedan sembra-
dos en la raíz de todos los geógrafos
que sucedieron a este.
Claro que es exagerado afirmar que
el “punto de partida” de la Geografía
moderna en Cuba sea la carta de Sal-
vador Massip a William Morris Davis
del 24 de julio de 1919 que se repro-
duce por primera vez aquí,
pero sin dudas este docu-
mento, que se encuentra de-
positado en la Biblioteca
Houghton de la Universidad
de Harvard, se asocia al nú-
cleo del esfuerzo inicial de
Massip y forma parte de la
época fundacional de la Geo-
grafía cubana contemporánea.
Hartley HallColumbia University
New York
24 de Julio de 1919Profesor William M. Davis31 Hawthorne St.,Cambridge, Mass.
Estimado Señor:
He recibido debidamente su favor del 18 de Julio en el queme hace saber que el Dr. Barbour le entregó uno de misartículos. Por más de tres años he expuesto y divulgado enCuba las ideas geográficas de las cuales es usted autor ylíder principal, y me agrada hacerle saber, para su satisfac-ción, que he tenido un éxito en mi propaganda que solopuede explicarse por el valor inigualado de las doctrinas, apesar del pobre talento del propagandista.
Lamento decir que no estoy familiarizado con los arrecifescoralinos de Cuba. Solo conozco la región de Matanzas,donde he hecho trabajo de campo. En lo que respecta a losarrecifes coralinos, no he hecho énfasis en ellos en mis sali-das al campo más que en otros rasgos. Le estoy enviando al-gunas fotos que me gustaría mucho que tuvieran algúninterés para usted. La Fig.1 representa una terraza, unospocos metros sobre el nivel del mar. Las Figs. 2 y 2a, uncoral típico encontrado en la misma terraza. La Fig. 3 lemuestra la extraordinaria abundancia de corales en la regiónde Matanzas. A 9 kilómetros tierra adentro, a unos 100 met-ros de altura, en los sitios a los que apuntan las flechas enlas Figs. 4 y 5, he encontrado corales, de los cuales recogíalgunos.
¿Pudiera verle antes de retornar a Cuba? Me gustaríaofrecerle, personalmente, mis servicios, para todo el trabajode campo que usted quiera que yo realice en Cuba, en lacosta sur (sic) o en cualquier otra parte.
Recibiré con gran agrado en Hartley Hall, Habitación 607,cualquier cosa que usted tenga la amabilidad de enviarme.
Muy Sinceramente SuyoSalvador Massip
A la izquierda, un fragmentode la carta de Massip aWilliam Morris Davis.
13
El Instituto de SegundaEnseñanza de Matanzasy la Geografía de Cuba
Hay una cifra que sorprende cuando
se examina la iniciativa de Salva-
dor Massip emprendida desde un aula
en el Instituto de Segunda Enseñanza
de Matanzas.
En 1919, cuando embarca a Nueva
York siendo profesor de Geografía e
Historia, la ciudad de Matanzas tiene
apenas 41,574 habitantes (tantos como
hoy tiene Güines) o el 1,4% de la po-
blación total de Cuba, y el Instituto de
Segunda Enseñanza contaba con unos
cientos de estudiantes.
El aula de Massip era probablemente
la única en América Latina donde se
enseñaba el Ciclo Geográfico y sus es-
tudiantes eran los únicos que salían de
excursión a ver las terrazas marinas y
los corales elevados a 100 m de altura
y a preguntarse por qué estaban allí.
Massip se había tomado muy en
serio la Reforma de la Enseñanza Su-
perior de Enrique José Varona (1900),
en la que este llama a “...observar más,
comparar más, meditar más, experi-
mentar más; interrogar más a la natu-
raleza...”. Varona abre la puerta para un
cambio y Massip está ávido de produ-
cirlo él. No ha ido a Europa por su
educación, como hicieron los naturalis-
tas que le precedieron, sino a Estados
Unidos, a la Universidad de Columbia,
donde se cocinan ideas nuevas que le
sirven de inspiración.
Conoce los trabajos de Douglas W.
Johnson -su tutor- sobre las terrazas
marinas y se da cuenta de que él mis-
mo -que vive y trabaja encima de ellas
en Matanzas-, tiene que llevar a sus
discípulos a verlas, probablemente los
primeros cubanos que aprendieron a
reconocerlas en el campo y los prime-
ros que escucharon a un maestro hablar
de oscilaciones eustáticas y empujes
tectónicos ¡hace 100 años!
Pero la determinación del maestro
no basta, porque además se requiere
espacio para que un genial renovador
como fue él imponga la razón que arra-
sa con la rutina vieja. Es obvio que la
enseñanza de entonces en Cuba admi-
tía y buscaba esas razones.
“Hoy, un colegio, un instituto, una
universidad, deben ser talleres donde
se trabaja, no teatro donde se declama”
dijo Varona en 1900.
Massip se lo tomó a pecho y en 1916
plantó esa semilla en Matanzas: “En
estas mismas aulas [del Instituto de Se-
gunda Enseñanza] se ha llevado a cabo
la transformación de nuestras ideas
geográficas. La tarea ha sido ímproba
y ha requerido un esfuerzo intenso y
constante, pero la transformación ha
sido hecha”, dijo en 1918 en su dis-
curso Tendencias de la Geografía mo-
derna.
Así fue exactamente.
La Universidad de Columbia en Nueva York, donde Massip obtuvo su diploma de Master of Arts.
El Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas a mediados del siglo XX,
Salvador Massip en una de las fotos queacompañan a la carta a W. M. Davis.
14
E n marzo de 1966, la revista
Izvestiya Akademii Nauk SSSR
en su Nº3, incluyó una nota bajo el
lacónico título de Salvador Massip (en
su 75 cumpleaños), firmada por I.P
Gerasimov, F.F. Davitaya, S.V. Zonn,
J.G. Mashbits y A.M. Ryabchikov, en-
tonces figuras prominentes de la Geo-
grafía en la antigua Unión Soviética.
Era una época de reaproximación
entre aquel país y Cuba, cuando se tra-
taba de cerrar el distanciamiento que
produjo la Crisis de Octubre. Prevale-
cía el interés por reparar los puentes,
en lugar de mantenerlos cortados por
algún encontronazo previo.
Los geógrafos soviéticos -que no
podían actuar por su cuenta- pasaron
por alto las duras críticas de Massip a
la URSS en sus libros de Geografía
Regional, y le dispensaron un trata-
miento envidiable, el que correspondía
a su talla académica, aunque inusual
para un geógrafo del Tercer Mundo.
En 1962, cuando Massip va a Moscú
por primera vez, a quien conocían me-
jor los soviéticos era a Leví Marrero,
cuyo libro Geografía de Cuba había
sido publicado en ruso años antes,
aunque Leví, que en 1960 se marchó
de Cuba, nunca estuvo en ese país.
Para entonces, su libro era inaccesible
para el público común en la URSS.
El trabajo de Izvestia... dice:
“El Dr. Salvador Massip, destacado
geógrafo cubano, marcó su 75 cum-
pleaños y el 50º aniversario del inicio
de su carrera el 19 de abril de 1966”.
“Los geógrafos soviéticos lo cono-
cen bien, no solo a
través de su trabajo,
sino también per-
sonalmente, desde
su visita a la Unión
Soviética en 1962,
como huésped de la
Academia de Cien-
cias. Los contactos
personales que se
establecieron en esa
ocasión promovie-
ron de diversas ma-
neras el desarrollo
de la geografía en
Cuba e inspiraron al
Dr. Massip a iniciar
el trabajo en el Atlas
Nacional de Cuba”.
Más adelante los
autores de la nota apuntan: “... la cola-
boración soviético-cubana demuestra
que el Dr. Massip valora la geografía
soviética y trata de establecer estrechos
contactos con ella. No hay dudas de
que esta colaboración será de gran be-
neficio y que el Atlas será terminado a
tiempo...”
Massip pasó meses en la URSS -al
menos en dos ocasiones-, pero no es-
cribió sobre el viaje, como acostum-
braba, y no se conservan conferencias
sobre sus estancias en Moscú, ni sobre
el desarrollo de la geografía soviética o
de sus viajes por el país. Se sabe que
visitó Leningrado y la Sociedad Geo-
gráfica de Rusia, cuya sede estaba allí
y de la cual lo hicieron Miembro de
Honor. También viajó a Kiev y proba-
blemente fue al sur, al Gran Cáucaso.
Pero a fines de los 60 Massip ya no
era el viajero incansable, conferencista
y autor compulsivo que iluminaba al
mundo académico cubano con sus ob-
servaciones sobre las tendencias mo-
dernas de la Geografía en otras partes
del mundo. Si vió allí algo que le gustó
o no le agradó, no lo sabremos nunca.
Parece que la revisión y edición del
Atlas de 1970 lo consumían hasta el
agotamiento, a juzgar por los relatos de
los geógrafos soviéticos que lo vieron
trabajar con lupas y lámparas entre
montañas de bocetos de mapas en una
suite del Hotel Ukraina, en Moscú,
junto a la doctora Sarah E. Isalgué.
Merece que se le recuerde ahora que
transcurre el medio siglo de su último
gran viaje – y de su último gran servi-
cio a la Geografía de Cuba.
En Kiev, ante el monumento al poeta ucraniano TarasShevchenko, en la década de 1960. Massip es el tercero dela derecha y Sarah Isalgué está al centro con vestido oscuro.
Su último servicioa la Geografía
SALVADOR MASSIP
15
as reservas de agua superficiales de Cuba excedenlas necesidades actuales de su economía, sin em-bargo, hay un déficit crónico para el uso cotidianoque se atribuye a las sequías. La solución siguesiendo construir obras hidráulicas complejas y cos-tosas (más embalses y trasvases), pero la conserva-
ción y el uso racional no tienen la prioridad merecida.El sistema hidráulico es insostenible y está forzosamen-
te subutilizado. Tampoco hay una evaluación clara abier tasobre las consecuencias ambientales de desviar de lasacuatorias por muchas décadas el 28% del escurrimientosuperficial [1] –y mucho más en algunas cuencas, comoen la del Cauto– sin que se conozcan bien los efectossobre los ecosistemas costeros, los humedales y en la se-dimentogénesis de la plataforma insular o en la abrasiónen las costas acumulativas.
Los gastos para el mantenimiento y rehabilitación hanaumentado en años recientes, pero son una fracción delo realmente requerido para hacer funcional el sistemahidráulico en su totalidad y preservar cerca de 250 em-balses en todo el país y sus miles de kilómetros de líneasde distribución. Hay embalses que quedaron abandona-
dos desde hace un cuar to de siglo y que no tienen posi-bilidades de ser reutilizados, lo que perjudica al escurri-miento superficial normal, e incide en procesos secunda-rios, –de deser tificación o salinización– que pueden sererróneamente atribuidos a tendencias climáticas globalesde calentamiento o al ascenso del nivel del mar.
El sistema hidráulico cubano se diseñó para unaeconomía planificada de escala que era par te de un blo-que regional coordinado de países (el desaparecido Con-sejo de Ayuda Mutua Económica), que para el año 2000se proponía alcanzar 1.5 millones de hectáreas de suelosirrigados, con producciones estables de 10 millones detoneladas anuales de azúcar. También debería servir a laproducción sostenida de más un millón de toneladas decítricos, más de mil millones de litros de leche, cerca deun millón de toneladas de arroz, desarrollando a la vezuna poderosa industria de derivados de la producciónagrícola –sobre todo azucarera. Cuando se ideó el sis-tema hidráulico se suponía que para el 2000 habría enCuba 11.7 millones de habitantes y más de 12 millonesen el 2015.
L
Armando H. Portela
Por favor, pase a la página 18 16
17
MENOS PRODUCCIóN, MENOS POBLACIóN
Hoy las producciones agrícolas mencionadas están muydeprimidas. La superficie cosechada de caña de azúcaren la actualidad es 31% de la cosechada en 1990/91, lade cítricos es el 9.8%, los pastos cultivados son el 23%, lasuperficie de arroz estatal de aniego es 11% mientrasque la leche producida en el 2015 es el 52% de 1989 [2].
No ha habido ni se prevé un aumento en la demandade agua para la población, toda vez que el número dehabitantes en la isla es 11.24 millones y la baja natalidad yla emigración continua desde 1994 mantienen la tasa decrecimiento demográfico cerca de cero. En 1994 el nú-mero de habitantes llegó a 11 millones y en el 2015 fue
de 11.24 millones, para una tasa de crecimiento prome-dio anual de 0.1% en las últimas dos décadas.
Se espera que en el 2030 la población alcance 11.29millones, para una tasa de crecimiento anual de 0.03% yque descienda a 10.88 millones en el 2050.
Por otra par te, la estructura actual de los ingresos delpaís descansa en la exportación de servicios profesiona-les (médicos principalmente), en las remesas de los cuba-nos emigrados, en el turismo, la minería del níquel y laproducción de medicamentos. Ninguno de estos pilarescontemporáneos es un gran consumidor de agua.
No parece probable que la economía y la agriculturacubanas vuelvan a depender de la producción de azúcar
Por favor, pase a la página 20
...viene de la página 16
La escena es frecuente enLa Habana y en otras ciu-dades: un grupo de per-sonas se para detrás deun camión cisterna parallevar a la casa el aguaque necesita la familia porunos días. Si se va la pipa,la semana se convierte enun serio problema.
En agudo contraste conlo anterior, se estima quela ciudad pierde entre el60 y 80% de 1.55 millo-nes de m3 de agua que sele envían diariamentedesde las fuentes deabasto. Conservadora-mente, son más de 100galones de agua perdidadiariamente por cada resi-dente de la capital, ypudieran ser tanto como160 galones per cápita.Equivale a más agua per-dida cada año por el 20%de la población cubanaque toda la presa Alacra-nes al tope de capacidad.
EL ABASto
18
L a presa Alacranes fue construida en 1972como el corazón de un gran sistema de re-
gadío y de abasto para la industria y la población delnorte de Cuba central. Hoy es probable que sea un elefanteblanco en deterioro con pocas probabilidades de volver afuncionar de la manera en que fue creada.
Alacranes era el primer paso de un plan de modernizaciónagrícola que incluía miles de hectáreas de caña de azúcar,una decena de centrales azucareros ligados a esas tierrascon una capacidad de molida sumada de 26,200 toneladasdiarias y el potencial de producir más de 350,000 toneladasde azúcar por año (un valor de unos $190 a $200 millonesa los precios preferenciales del CAMEde ese entonces). Servía también a laindustria química, incluyendo los mayo-res productores en Cuba de ácidosulfúrico, de compuestos de cloro, sosacáustica y acetileno, cuya producción sedestinaba en primer lugar a la indus-tria azucarera.
El cierre de los centrales y el aban-dono de cañaverales en el 2002 trans-formó este territorio, dejando lacapacidad industrial de molida y lastierras cañeras reducidas a la mitad.
En más de cuatro décadas de exis-tencia, a Alacranes le ha sido difícil lle-narse y aliviar. Ocurre en años dehuracanes o en períodos más húmedos
de lo habitual. En septiembre del 2015 en elapogeo del período húmedo, Alacranes acumulaba 38%de su capacidad. En noviembre del 2016 acumulaba 56.2%
Probablemente el embalse se ha hecho excesivo cuando laproducción de los centrales activos en toda la provincia essolo de 180,000 toneladas de azúcar y la de los servidos porel embalse es inferior a 100,000 t., un valor equivalente a$40 millones en el mercado mundial de hoy.
Central activo
Central desmantelado
1 - Panchito Gómez2 - Héctor rodríguez3 - Carlos Baliño4 - José R. Riquelme5 - Antonio Finalet6 - Mariana Grajales7 - Unidad Proletaria8 - El Vaquerito9 - Perucho Figueredo
3 7004 6002 2002 2003 2002 0002 0002 3004 000
nombreMolidaton/día
CENTRALES AZUCAREROS
LA PRESA ALACRANESUn proyecto de otro tiempo
19
u otros cultivos tradicionales. No existen los centrales nilos cañaverales para hacerlo y los mercados están abaste-cidos por productores mucho más eficientes y diversifica-dos. En un ambiente comercial normal debe ser másefectivo importar arroz de productores geográficamentecercanos antes que producirlo en Cuba con baja calidady con un elevado costo material y ambiental.
CUÁNTA AGUA REQUIERE CUBA
Depende por supuesto de la forma que adopte su eco-nomía y de si la proyección demográfica se sostiene.
Inversiones agrícolas mayores implicarían mayor de-manda de agua, y de igual manera sería necesaria másagua si se reanuda el crecimiento demográfico.
La pronta rehabilitación de las producciones agrícolasanteriores a 1991 no es previsible. Sin embargo, el creci-miento de la población podría cambiar con la reanima-ción significativa de la economía.
Una economía integrada regionalmente y basada en in-
gresos no agrícolas requeriría menos agua y menos obrasreguladoras.
En cualquier caso, la estrategia del desarrollo hidráulicodebe dejar atrás el gigantismo para enfocarse en la efi-ciencia del uso y la regulación de los recursos hídricos yen la preservación del medio ambiente.
La industria azucarera decrece desde 1990, y desde en-tonces ha sido reajustada varias veces, primero para pro-ducir de manera estable 7 millones de toneladas deazúcar (en el reajuste de 1997), 4.5 millones (en el 2002)y 2 millones (2008). En esas ocasiones lo que pudo real-mente alcanzarse quedó muy por debajo de lo previsto.
Si el sector azucarero se abre a la inversión extranjerapara buscar producciones de derivados, se reanimaríanalgunos centrales y plantaciones cañeras. Sin embargo,una administración celosa del costo de producción usaríael riego con más cuidado, en todo caso, conociendo y pa-gando el precio real del agua de irrigación..
En la agricultura, que hoy consume dos tercios del aguaentregada, el descuido en el manejo de los recursos hí-
Las producciones agrícola e in-dustrial son hoy una fracción delo que eran cuando se crearonlas reservas de agua..
La superficie de cosechada decaña de azúcar disminuyó enmás de dos tercios desde el finalde la década de 1980 hasta laactualidad. Otro tanto sucede conla superficie de cítricos existente,que cayó 77% en el mismoperíodo, mientras que la superfi-cie de arroz de aniego, cultivadoen granjas estatales o en coope-rativas con gran control estatal,es 22% de hace 25 años.
En el mismo período la pro-ducción industrial ha descendidoa la mitad (53.2%), pero las in-dustrias más consumidoras deagua han caído más que lamedia general. El índice de pro-ducción en la industria azucareraes hoy el 20.5% del de 1989,mientras que en la textil es el10.4% y en la industria del papeles el 8.9%. La industria alimenta-ria, la más consumidora de aguade todas, está actualmente a dostercios del nivel de 1989.
Agricultura e industria
...viene de la página 18
20
dricos está muy extendido.Hace unos cinco años (última información disponible)
el extenso sistema cubano de riego operaba al 16% desu capacidad nominal por causa del mal estado de la in-fraestructura de canales, estaciones de bombeo, deriva-doras, zanjas etc.
A los arrozales de La Sierpe, en el sur de Sancti Spíri-tus, llega solo la mitad del agua que se les envía desde elsistema hidráulico Zaza. En mayo del 2016 se terminóuna reparación 7 km del canal magistral de la presa Zazaa un costo de 8.5 millones de pesos. Esa extensión esuna fracción del sistema de La Sierpe, que tiene 1,450km de canales principales.
El costo de entregar un metro cúbico de agua en LaHabana es de 0.56 CUC (unos $0.60 USD). Pero solo el4% de los consumidores tiene un metro contador deagua y pagan un peso no convertible ($0.04 USD) pormetro cúbico. La diferencia –el 93% del costo real– esasumida por el Estado.
En Sancti Spíritus las autoridades cobran 5 pesos porcada 1,000 metros cúbicos de agua entregada a los arro-zales del sur del embalse Zaza. Eso es equivalente a doscentavos por metro cúbico, una fracción ínfima (el 1.5%)comparada con $1.30 USD que se les cobran a los hote-les de Cayo Coco, apenas a 160 km al noreste de Zaza.El costo real del agua servida a los arrozales es porsupuesto muy superior.
Los arrozales de La Sierpe, en Sancti Spíritus, produje-ron un promedio de 84,000 toneladas de arroz del 2009al 2014, que al precio prevaleciente en el mercado en el2014 representaron un valor de $33 millones USD [3].
“Llegamos a utilizar más de 28,000 m3 de agua porhectárea [en las arroceras del Sur del Jíbaro]; actualmenteempleamos entre 16,000 y 17,000 m3”, afirmó OrlandoLinares, director de la Empresa Agroindustrial de GranosSur del Jíbaro, al periódico Escambray de Sancti Spíritus[4]. Eso significa que en 1,250 hectáreas cosechadas enentre el 2009 y el 2013 en el Sur del Jíbaro se gastaron35 millones de m3 de agua al año, con un costo de $45.5millones, superior al valor en el mercado internacional detodo el arroz producido allí. En el mejor de los casos, elagua empleada costó unos $27 millones, muy poco pordebajo de todo el valor de la cosecha.
[1] Cubagua, Instituto Cubano de Recursos Hidráulicos(ICRH), Estado de los embalses del país. www.hidro.cu
[2] La información estadística ha sido tomada de los AnuariosEstadísticos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información(www.ONE.cu), a no ser que se especifique otra fuente.
[3] the World Bank, The Pink Sheet, December 2016
[4] Camellón, José L. Arroceros espirituanos consumen menosagua para la producción del grano. Periódico Escambray, SanctiSpíritus, 25 octubre, 2013
rEFErEnCIAS
La capacidad de embalse de agua en laIsla de la Juventud es de 229.58 Mm3
Su sistema hidráulico fue construido enlos 1970 y 1980, cuando el territorio pro-ducía 150,000 toneladas anuales de cítri-cos y era un productor importante deganado y lácteos. Hoy esos rubros casihan desaparecido y las reservas de aguacon su costoso sistema de irrigación sonexcesivos. La capacidad de los embalsesequivale a 2,800 m3 de agua per cápita,muy por encima de las necesidades de laeconomía y la población actual y las delfuturo previsible.
En la imagen compuesta del Landsat TM,los colores han sido tratados para realzarlos embaless, que se ven en un color azulintenso..
La Isla de la Juventud
21
La necesidad de prolongar los
registros sísmicos en zonas
donde los intervalos de recu-
rrencia son largos y exceden el período
cubierto por los registros instrumen-
tales e históricos de estos eventos re-
sultan fundamentales para garantizar la
prevención y la gestión adecuada de
los riesgos. De ahí que, en los últimos
años, diferentes centros de investi-
gación han promovido investigaciones
paleosismológicas como aproximación
a la solución de ese problema.
En el mundo se han hallado eviden-
cia de sismos marcadas en el registro
geológico, lo que permite complemen-
tar el registro instrumental e histórico
de terremotos con eventos prehistóri-
cos. Los resultados se han basado en
estudios tectónicos y en una cierta va-
riedad de archivos geológicos que con-
tienen evidencias de actividad sísmica,
como la deformación de sedimentos la-
custres, lentes de arena en sedimentos
acumulativos de inundaciones, inesta-
bilidad de pendientes, travertinos, de-
formación de terrazas y clastificación y
colapso de espeleotemas en cavernas.
Las espeleotemas –fracturadas o
sanas– se han tomado como evidencia
de antiguos sismos que trascienden los
registros instrumentales e históricos y
contribuyen a reconstruir la historia de
la sismicidad de una región dada.
El principio es simple: las formacio-
nes fracturadas o desplazadas son con-
secuencia de terremotos pasados, en
tanto que las sanas prueban que en la
región no ha habido sismos de una
magnitud determinada. Entre ambos
extremos hay un espectro bastante am-
plio de posibilidades, ya que el agrieta-
miento, colapso, desplazamiento,
recristalización y reparación de espe-
leotemas, así como la clastificación,
subsidencia de pisos, recrecimiento de
espeleotemas y reexcavación de gale-
rías no necesariamente están vincula-
das a eventos sísmicos, sino que pue-
den deberse a otras causas, desde la de-
formación de las estructuras cristalinas
de las propias concreciones hasta la
fatiga de los materiales, pasando por la
lamentable destrucción deliberada que
ocasionan los turistas.
Desde principios de la década de
1990 comenzamos a sistematizar las
observaciones que, desde mediados de
los años 70, nuestro grupo de trabajo
del desaparecido Centro de Hidrología
y Calidad de las Aguas del Instituto
Nacional de Recursos Hidráulicos
había comenzado a realizar en varias
cuevas cubanas (Molerio, 1990; Mole-
rio et al., 1990a, 1990b). La abundan-
cia de espeleotemas –particularmente
estalactitas y estalagmitas– fracturadas,
colapsadas, desplazadas y desprendi-
das de su base por razones naturales,
puede sustentar los registros tradicio-
nales de la sismicidad en un área.
En Cuba, los primeros resultados de
estos estudios se obtuvieron en la Cue-
va de La Incógnita, del Sistema de la
Gran Caverna de Santo Tomás, Pinar
del Río, entre 1924 y 1994, y se pre-
sentaron en 1995 al Congreso Interna-
cional LV Aniversario de la Sociedad
Espeleológica de Cuba (Molerio, 1995).
En el 2012, investigadores de varias
instituciones lideradas por el Centro
Nacional de Investigaciones Sismoló-
gicas de Cuba (CENAIS), se unieron
en el empeño de buscar huellas de la
historia sismológica no escrita en nues-
tro archipiélago. En el VIII Congreso
Cubano de Geofísica (realizado en la
Convención de Ciencias de la Tierra
Registro espeleológico de los terremotossismicidad y espeleotemas
Leslie F. Molerio-León, Eduardo Balado Piedra y Lizbeth Núñez Haugh
Formacionessecundariasquebradas ydesplazadasen la cueva
La Incógnita,Pinar del Río.
Este artículo se reproduce editado ☺–con autorización de su autor principal– delperiódico digital espeleológoico El Explorador, Nº 141, Cuba, Febrero del 2016
Foto
s de
Les
lie M
ole
rio
Leó
n
22
2015) Cuevas y sus colaboradores
(Cuevas et al., 2015) evaluaron, con
fines paleosismológicos, evidencias
geofísicas en la Falla Pinar. Pero en
Cuba faltan estudios sobre los indi-
cadores de paleosismicidad a partir de
espeleotemas fracturadas en cavernas.
ProBLEMA DIrECto YProBLEMA InVErSo
La mayor sismicidad en Cuba ocurre
en la parte oriental, en la sutura con la
placa tectónica del Caribe, pero en la
región centro-occidental también hay
terremotos con cierta frecuencia.
El primer estudio que vincula la pa-
leosismicidad con los espeleotemas
corresponde a Becker (1929), quien
halló una relación entre el agrietamien-
to de espeleotemas y los terremotos en
la cueva Bing en Alemania y en Han-
Sur-Lesse en Bélgica.
La información que suministran las
espeleotemas –fracturadas o no– es útil
para evaluar la paleosismicidad, por-
que permite resolver tanto el problema
directo como el inverso. Es decir:
1 Las espeleotemas colapsadas o
fracturadas pueden interpretarse
como indicadores de sismos en los que
la frecuencia del terremoto es mayor
que la frecuencia natural de la concre-
ción estalactítica o estalagmítica.
Cuando la frecuencia natural de las es-
talactitas, por ejemplo, es mayor que
las frecuencias sísmicas, la estructura
mantiene su estabilidad e integridad.
2 Las formaciones sanas o no frac-
turadas son indicadores de que no
han ocurrido eventos mayores de cierto
nivel, eso significa que las frecuencias
naturales de las espeleotemas son
mayores que el rango de frecuencia
sísmica y no sufren amplificación.
3 Una frecuencia natural mayor que
el rango de la excitación sísmica
significa que la espeleotema se mueve
como un objeto rígido conjuntamente
con su basamento.
EL ProYECto PaleoSis-Cuba5
El Proyecto PaleoSis-Cuba, que aquí
se presenta, debe producir datos de la
paleosismicidad a partir del estudio de
las estructuras secundarias en cavernas.
Retoma los objetivos básicos de las in-
vestigaciones hechas en polígonos del
Occidente y Oriente de Cuba en la dé-
cada de 1990 y busca resolver el pro-
blema directo e inverso de la asocia-
ción espeleotema–sismo con medicio-
nes directas en cuevas, ensayos de la-
boratorio, radiometría, desarrollo de
software y modelación matemática.
El proyecto desea publicar sus resul-
tados en dos años para ofrecerlos –con
publicaciones y conferencias– a cientí-
ficos y ejecutivos.
Su objetivo general es validar indica-
dores de paleosismicidad derivados de
espeleotemas fracturadas para identi-
ficar eventos paleosísmicos. Específi-
camente se busca:
• Perfeccionar la metodología de
identificación de evidencias pa-
leosísmicas en cavernas.
• Mejorar los estimados de peligro
sísmico para las normas construc-
tivas, la planificación urbana y la pre-
vención de desastres
Hoy se desarrolla un trabajo de do-
cumentación en los polígonos Varadero
(cuevas de Ambrosio, El Pirata y otras)
y Sierra de Quemado (Gran Caverna
de Santo Tomás) y se extiende hacia la
parte alta y media de la cuenca del San
Diego (Pinar del Río).
Inversiones Gamma, S.A. ha incor-
porado el estudio a algunos proyectos
que desarrolla el Grupo de Ingeniería
de su División Ambiental. Con la Fa-
cultad de Ingeniería Civil del Instituto
Superior Politécnico “José A. Echeve-
rría” la coautora Lisbeth Núñez Haugh
desarrolla su ejercicio de grado por el
título de Ingeniera Geofísica con la
tesis: Indicadores de paleosismicidad
derivados de espeleotemas fracturadas
en cavernas del campo gasopetrolífero
de Boca de Jaruco, Mayabeque, Cuba.
rEFErEnCIAS
Becker, H.K. (1929): Höhle und Erdbeben:MitÜber Höhlen-u.Karstf (1-4): 130-133.
Becker, A.; Ferry, M.; Monecke, K.;Schullmann, M. y Giardini, D. (2005): Mul-tiarchive paleoseismic record of Late Pleistoceneand Holocene strong earthquakes in Switzer-land.Tectonophysics 400:153-177.
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Lacave, C.; Levret, A.; Koller, M. (2000):Measurements of natural frequency and damp-ing of speleothems. 12WCEE, 2118.
Michetti, A.M.; Audenard M., F.A. y S.Marco (2005): Future trends in paleoseismol-ogy: Integrated study of the seismic landscape asa vital tool in seismic hazard analyses.Tectono-physics 408:3-21.
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Sebela, S. (2008): Broken speleothems as indi-cators of tectonic movements. Acta Carsologica37/1:51-62, Postojna.
Fractura con ligero desplazamiento enuna columna de la cueva La Incógnita.
23
En abril de 1978 Dolores S. Asoyan, junto a otros espe-cialistas de la extinta URSS, llevó a Cuba un instrumento
nuevo. Era un levantamiento aereofotográfico multizonalcon el que se querían conocer las claves del desciframientode los componentes de la naturaleza, un ensayo del primerlevantamiento multizonal cósmico soviético de la zona in-ter tropical, que llegaría poco después.
Pero Asoyan llevó mucho más que unas imágenes a lasque mirábamos una y otra vez con sorpresa o con dudas.Con una personalidad carismática y su espontánea sonrisa, aLola, (como siempre la llamamos) no le fue difícil ganarse elafecto de los geógrafos cubanos. Esta especialista de raíz ar-menia, que desde su infancia vive en Moscú, tomaba con maldisimulada satisfacción que en La Habana o en las expedi-ciones la creyeran cubana.
Asoyan es una conocida geomorfóloga, especialista en losmétodos de teledetección en la car tografía del relieve, queha trabajado –a distancia o en persona– en varios continen-tes y zonas geográficas.
Su nombre está ligado a un hito de la Geografía del sigloXX: en las primeras imágenes de una sonda interplanetariasoviética en los años 60, trabajando junto a su tutor Yuri A.
Mescheriakov, se percató de grandes alineamientos visiblesen el Sahara, un hallazgo que, sin saberlo entonces, fue elprimer paso de un nuevo método de investigación geográ-fica cuyo alcance no ha dejado de extenderse hasta hoy.Asoyan se convir tió en uno de los primeros especialistas delmundo en el uso de las imágenes espaciales para descifrar lasuperficie de la Tierra.
En sus 55 años de carrera la doctora Asoyan elaboró losmétodos del análisis morfoestructural y la metódica de lacar tografía ecólogo-geomorfológica en imágenes cósmicas ycreó una clasificación de los índices de desciframiento de losobjetos geográficos. Como prolífica autora, a ella se le de-ben más de 200 publicaciones, incluyendo ar tículos, mapas,atlas y monografías.
En la década de 1980, Lola Asoyan era una figura habitualentre los geógrafos cubanos, con quienes compartió suaguda visión interpretativa, par ticipó en expediciones y co-laboró como mentora y consultante de especialistas.
CubaGeográfica habló recientemente con la doctora D.S.Asoyan sobre sus proyectos, experiencias y sobre las figurasadmirables con quienes coincidió a lo largo de su extraordi-naria carrera científica.
Diez PregUntas a DOLORES S. ASOYANLa mayor satisfacción es ganarle al escepticismo
La entrevistada, Dolores S. Asoyan, ante el valle del río Bolshoi Zelenchuk, en el Cáucaso norte, en el verano del 2008.
24
CG: Con tu permiso, te vamos a
llamar Lola, como siempre hicimos
en Cuba. Eres una persona admi-
rada con la cual perdimos contacto
hace un cuarto de siglo.
D.A: Claro que sí, y para empezar
quiero enviarles un inmenso saludo y
desearles un feliz año 2017 –algo que
hace tiempo no puedo hacer directa-
mente– a todos los colegas y amigos
cubanos, tanto en Cuba como en otros
países. En estos 25 años ustedes han
estado siempre en mis recuerdos, por-
que los años de Cuba están entre los
mejores de mi vida.
CG: Lola, antes de comenzar
esta entrevista me dijiste que el
lunes irías al Instituto, como siem-
pre. A los 55 años de trabajo ¿có-
mo mantienes los deseos, la crea-
tividad, la capacidad de generar
ideas y hacer proyectos?
Me alientan mi interés por la Geo-
morfología y por el desciframiento ae-
rocósmico. También el sentido del
deber (después de todo mi signo es Es-
corpión): si me hago cargo de un
asunto científico, me siento obligada a
concluirlo por difícil que sea. Siempre
me atrajeron los problemas a los que
nadie les había prestado atención con
anterioridad.
CG: En ocasiones has elogiado el
ambiente de libertad académica de
tu Instituto, ¿no ha sido ese un es-
tímulo para la creatividad?
Absolutamente. En toda su historia,
el Instituto de Geografía, tanto en la
época de la URSS como hoy, se ha pre-
ciado por su ambiente de libertad para
la creación científica. Para quien fuera
capaz de trabajar con independencia, el
Instituto organizaba y proveía los me-
dios para hacer las expediciones más
complejas. Era como abrir una puerta
que daba acceso a la sexta parte de la
superficie terrestre [se refiere al área
de la antigua Unión Soviética, 202 veces
mayor que Cuba. CG]. Esa confianza
inspiraba, hacía trabajar con entusias-
mo, a pesar de las dificultades y de los
peligros de las expediciones. A cambio
debíamos entregar nuevos datos cientí-
ficos y publicaciones.
CG: Cuando iniciaste la era de
la teledetección en la Geografía en-
contraste escepticismo y resisten-
cia, ¿cómo prevaleció tu idea?
Mantuve mis posiciones a pesar de la
crítica e incluso de la desagradable re-
sistencia de gente autoritaria. Como
demostró el tiempo, a pesar del escep-
ticismo, mis resultados iniciales se re-
frendaron y los multiplicaron especia-
listas en otras instituciones; por ejem-
plo, en la interpretación y estudio de la
naturaleza de las zonas de alineamien-
tos visibles en las imágenes cósmicas.
Estas investigaciones evolucionaron
con éxito hacia la búsqueda de yaci-
mientos minerales y se integraron al
estudio de la sismicidad.
CG: Trabajaste en el trópico y
en zonas glaciales, en ambientes
continentales extremos y en zonas
insulares, en orógenos activos y en
plataformas. ¿Cuáles son los tra-
bajos que más te satisfacen?
Sin dudas, haber dado los primeros
pasos en el mundo con la interpreta-
ción de una imagen global de la sonda
interplanetaria “Zond-5”, que mostró
las extensas zonas de alineamientos del
Sahara. También me enorgullece haber
estudiado –de nuevo por primera vez
en el mundo– las posibilidades de uso
de las imágenes cósmicas televisivas
de escala pequeña con los satélites
“Meteor-Priroda”. Tengo crédito por
haber descubierto las huellas de una
glaciación antigua en la Meseta Chul-
manskii, al sur de Yakutia, gracias al
trabajo de campo y al análisis detallado
de los levantamientos aéreos.
En tantos años de trabajo hay mucho
más, como el “Atlas de la Naturaleza y
los Recursos de la Tierra” (1998) o el
“Atlas de las Islas Kuriles” (2010). Y
claro, mi tesis de candidatura, que de-
fendí en 1970.
CG: ¿Qué ha cambiado en los úl-
timos años en la teledetección?
En las últimas dos décadas la tecno-
logía de geoinformación con imágenes
cósmicas fue muy atractiva y relegó a
un segundo plano al análisis visual de
las imágenes. Pero ahora se escuchan
llamados a recurrir más a la interpreta-
ción visual para el control de las eta-
pas finales del trabajo cuando se hace
el desciframiento automático de imá-
genes. En mi opinión, comprobada por
los años, no hay ningún método que
reemplace por completo al cerebro y a
la visión de una persona, así como a su
capacidad de pensamiento asociativo,
tan necesarios en la interpretación de
imágenes.
En su mesa de trabajo del Laboratorio de Cartografía, en septiembre del 2008. 25
CG: Háblanos de tus maestros,
las personas junto a las cuales
diste tus primeros pasos.
Tuve mucha suerte en mi vida. Mi
primer mentor fue Yuri A. Mescheria-
kov, un geomorfólogo excepcional, de
gran remombre en el país y fuera de él.
Mescheriakov era un hombre de talen-
to notable, capaz de discernir el futuro
en la ciencia y de prepararle el camino.
Era mi tutor científico y murió súbita-
mente, justo antes de que yo terminara
mi tesis. Fue una enorme pérdida para
la Geomorofología. Aún hoy percibo la
influencia de Yuri Aleksandrovich en
mi trabajo.
Estoy en deuda con Mijail V. Pio-
trovskii, destacado geomorfólogo y
neotectonista, por su ayuda para asimi-
lar las técnicas complejas del descifra-
miento de imágenes. Y en la cartogra-
fía y en la preparación de Atlas, a A.A.
Liuty y N.N. Komedchikov.
CG: Dinos tus planes inmedia-
tos. En definitiva pareces ajena a
la idea de descansar.
Hay un tema que mantengo secreto
desde hace tiempo. Es un asunto
teórico que pospongo año tras año y
que nadie ha abordado antes. Pero
hablar de ello me compromete y no
quiero hacerlo, porque de repente ... va
y no puedo...
CG: ¿Te das cuenta, Lola, de que
hablar así es propio de gente muy
joven llena de energías e ideas?
[Por el teléfono se escucha una risa
explosiva, larga y contagiosa. Cuando
se calma, esboza su idea en pocas
frases. Es de verdad interesante, pero
no queremos traicionar su deseo de no
hablar de ella hasta tanto no comience
a trabajarla. Esperamos que pronto].
CG - Lola, por tu trabajo y tu in-
terés en Cuba, tu carácter y por la
manera en que te enamoraste de la
cultura, la arquitectura y la gente
de la isla, bromeamos con el tema
de darte la nacionalidad.
¿Qué recuerdas de aquello, y
sobre todo, qué quisieras decirles a
tus colegas cubanos, y a los jóvenes
que ni siquiera conoces?
¡Ay, ay ay. La epopeya cubana!
Los trabajos en Cuba en los experi-
mentos Trópico 1-2 y 3 entre 1978 y
1991 me produjeron una satisfacción
inmensa. Tengo el recuerdo cálido de
las expediciones por Cuba occidental,
central y oriental, del trabajo en el Ins-
tituto, de los contactos en otras institu-
ciones donde siempre me trataron con
gran respeto y sincero afecto. Recuer-
do los paseos por La Habana y su mag-
nífica arquitectura, los espectáculos de
ballet, la generosidad de la gente del
campo. Me acuerdo mucho de la natu-
raleza sorprendente de Cuba.
Me hice de grandes amigos y de
colegas notables
y esa amistad y
relación de tra-
bajo, a pesar de
todo lo que ha
sucedido en este
último cuarto de
siglo, se mantiene
hasta hoy y sigue
dando algún
fruto, como
muestra mi cola-
boración con
CubaGeográfica.
Hay algunos
colegas –triste-
mente la mayo-
ría– a los que no
he vuelto a ver y
con los que me
comunico muy
esporádicamente,
pero de todos
guardo una
memoria especial
y los sigo que-
riendo, quizás
más que cuando
estaban “cerca”.
En esos años
literalmente me
“zambullí” en un
ambiente de aten-
ción, respeto y
cariño. Lo repito,
esos años están
entre los mejores
de mi vida.
Sería injusto no
mencionar aquí a mi colega y amigo
Francisco Rivero Reyes, que fue el im-
pecable organizador e impulsor de los
trabajos conjuntos de teledetección, los
prime-ros que desarrollaron la Acade-
mia de Ciencias de la URSS y la de
Cuba en la región tropical.
¿Mi consejo a los más jóvenes? Tra-
bajar en el campo, y en épocas de esca-
sos recursos para las expediciones,
emplear los levantamientos aerocósmi-
cos y las claves de desciframiento.
Pero además, cuando tengan la infor-
mación científica comprobada y estén
convencidos de sus resultados, defien-
dan su posición siempre.
En la Cordillera Rocosa, al norte del Cáucaso. Verano del 2009.
26
En 1958 Cuba publicó un mapa que sigue hoy en uso y que seguramentecontinuará así hasta tanto no llegue la nueva generación de plataformasdigitales móviles interactivas y desaparezca el papel impreso que siempreviaja al campo en una carpeta segura. Quizás eso no esté tan lejos.
Pero hace casi 60 años, la edición del mapa 1:50,000 produjo tal impactoque el diario The New York Times le dedicó una breve nota que dice así:
Fragmentos del mapa topográfico 1:50.000 de Cayo Rosario, Sumidero y Trinidad.
Miércoles, Enero 8, 1958, página 88
La Habana — Acaba de ser
completado un mapa topográfico de
Cuba y pronto estarán disponibles las
copias. Cuba es el primer país en el
Hemisferio Occidental que tiene un
mapa semejante a escala 1:50,000.
El mapa consiste de 324 páginas
Levantamiento topográfico le
cuesta $1,000,000 al Gobierno
de 18x24 pulgadas en cinco colores.
Fue hecho a partir de 4,000 foto-
grafías aéreas tomadas a 30,000 pies.
Cada mapa muestra 18 millas cua-
dradas. El Gobierno ha hecho un pe-
dido de 5,500 copias.
El trabajo, que fue realizado por
Aero Service Corporation de
Filadelfia, requirió un año, y costó al
Gobierno $1,000,000.
Cuba Tiene un Mapa Nuevo
según el Departamento de estadísticas Laborales de estados Unidos,
$1 millón, en dólares de 1958, equivalen a $8.34 millones en el 2016
LA HABANA — La búsqueda depetróleo en Cuba, que ha traído a escenaa una ráfaga de operadores de petróleoindependientes y creó casi un boom en1954 y 1955, se ha calmado para darpaso a la exploración científica y la per-foración de prueba.
No ha habido ningún hallazgo grande,a pesar del hecho de haberse perforado100,000 (no indican las unidades, pre-
sumiblemente en pies -CG) de pozos enla Isla desde mayo de 1954. Los pozossomeros perforados en pequeños yaci-mientos de las provincias de Camagüeyy La Habana produjeron solamente de50 a 200 barriles diarios.
Según Cuba Petroleum News Digest
de La Habana, la producción depetróleo en Cuba fue de 57,163 barrilesen 1954, 381,824 barriles en 1955 y543,121 en 1956. En la primera mitadde 1957 se produjeron 193,160 barriles.Aún se perfora en yacimientos conoci-dos, pero la producción está declinando.
Muchas compañías de petróleo inde-pendientes han cedido sus concesiones acompañías mayores. Estas compañíastienen planes de perforar este año variospozos de prueba profundos.
Cuba consume de 55,000 a 60,000 ba-rriles diarios de productos de petróleo.
La capacidad de refinación en Cuba seincrementará a 85,000 barriles diariospara mediados de año. Shell-Mex Petro-leum Company, miembro del grupoRoyal Dutch-Shell, ha construido unaplanta de 28,500 barriles en la Bahía deLa Habana. Texas Company está termi-nando ahora una refinería en Santiagode Cuba y la Esso Standard Oil Com-pany ha expandido su refinería deBelot, del otro lado de la bahía, en LaHabana, hasta 35,000 barriles diarios.Todo el petróleo refinado, con la excep-ción de la pequeña producción cubana,es importado.
Impulsan la producciónde petróleo en Cuba ylas grandes compañíasadquieren derechosEspecial para The New York Times
8 de enero de 1958
La historia en pocas palabras
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EN CIFRAS (2016)
Las cifras de matriculados en las universidades (en verde) y de estudiantes graduados (naranja)están cayendo rápido. Corresponde con la disminución de la población joven en Cuba, pero quizás
también con la pérdida de atractivo de algunas carreras. El númerode matriculados en universidades es hoy menos de la cuarta partede lo que fue hace ocho años, mientras que el número de graduadoscayó 60% en los últimos cinco cursos. Los jóvenes en carreras de
Ciencias Naturales (donde se ubica la Geografía) sonhoy menos del 1% deluniverso total de ma-triculados y graduados.
Fuente: O.N.E.
La matrícula y los graduados en universidades cubanas
UNIVERSIDADES CUBANASCómo clasifican en el mundo
C lasificar las universidades es polémico. Peroen la medida en que la sociedad se hace más
competitiva y productiva, que crece el número deestudiantes y graduados y las universidades sonmás numerosas y accesibles, las clasificacionesganan popularidad e importancia.
Cada universidad tiene personalidad y proyec-ción propias, por tanto es difícil medirlas con unrasero común. Los argumentos empleados paraello deberían tener en cuenta sus puntos fuertes,su historia y la sociedad a la que sirven. Así, laclasificación no es un veredicto único o irreversi-ble. Basta modificar el peso de alguna variablepara cambiarlas de puesto.
Esta clasificación mundial de las universidadespublicada en julio del 2016 es obra del ConsejoSuperior para las Investigaciones Científicas de Es-paña y aparece en http://webometrics.info.
Considera la trayectoria académica y docente demiles de universidades a partir de su presencia,impacto, apertura y excelencia en el escenarioacadémico. Los detalles se explican en ese portal.
En la gráfica se muestran las universidades cuba-
nas en su entorno, con el acento en las universi-dades latinoamericanas y en las de la antiguaUnión Soviética, por donde pasaron decenas demiles de cubanos entre 1960 y 1990.
Desde inicios del siglo XX, en algunas universi-dades de EEUU y Puerto Rico han estudiado mi-les de cubanos y sus descendientes. En varias deestas ha habido tradición de mantener coleccio-nes y de hacer estudios cubanos. Hoy es posibleque alguna de estas universidades abra programasde colaboración directa con pares de la isla.
La posición de las universidades cubanas es muydesigual. Mientras la Universidad de La Habanaestá en el 6% superior de la escala (de casi 30000centros clasificados), y las de Las Villas y la CUJAEestán en el 10% de las mejores, el resto se alejarápido. Vale la pena considerar qué se requierepara mejorar en la escala.
Dr. José Ramón Hernández Santana
Nota: Los diez primeros puestos en la lista son:
1- Harvard, 2- Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT),
3- Stanford, 4- Berkeley, 5- Michigan, 6- Cornell,
7- Washington, 8- Columbia, 9- Pennsylvania y 10- Oxford.
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Emma Romeu Riaño
E mma Romeu es geógrafa, graduada en la Universidad deLa Habana en 1984, antigua auxiliar técnica del Instituto de
Oceanología, colaboradora de la Universidad Nacional Autónomade México, incansable viajera, periodista ambiental y poeta.
Artículos suyos han aparecido en National Geographic Magazine,para Latinoamérica y en otros medios.
Ha publicado más de una docena de libros de ficción y no ficción,entre ellos, un compendio de reportajes ambientales sobre Cuba yMéxico y decenas de artículos periodísticos. Es autora reconocidade literatura infantil, donde la biodiversidad, la Geografía y la con-servación del medio ambiente son temas principales.
Su obra ha sido publicada por Mcgraw Hill, Santillana, Scholastics,Alfaguara, etc., en Estados Unidos, México y España.
Su libro más reciente es “Ahora que me da un minuto la vida”.
En la actualidad vive y trabaja en Boston, Massachusetts.
Geografía cubana
San Antonio y Maisí desde sus puntas estiran el lienzo húmedo,
Zapata y Varadero también amparan la distancia,y malcrían colores que se burlan del fango
o son manto a delfines o velo a las gaviotas.Adentro del enmarque
las alturas se jactan vestidas por pinares, las lagunas son casas,
los ríos bañan pastos, las cuevas son prolíficas en los hongos de piedra.Hay cuatro mil cien islas
ajenas de vecinos que dan marco al lagarto,
y al sur un medallón guarda los mil tesoros, toronjas y muñecas,
y a todo el gran conjunto de pequeñas y grandes
los ciclones frecuentes le despeinan las palmas,le desbordan los llantos, le rompen las labranzas.
Y cuando todo pasa, o cuando nada pasa,
el mar, que siempre es cuna, consuela al archipiélago.
Poema de Emma romeu del libroRenovación de la luna,
Ediciones Alpsipa, 2013
Coloquioco-lo-quio Diccionario de la Real Academia Española
3. m. Reunión en que se convoca a un número limitado de personas para que debatan unproblema, sin que necesariamente haya de recaer acuerdo.
Las fracturas de distensiónCG., Nº3 junio-diciembre 2016
La revista me motiva a la ex-
ploración con nuevos elementos
importantes [...] El artículo de
las fracturas me ayuda mucho
en mis investigaciones y explo-
raciones.
Alfredo Contreras,
Matanzas, Cuba
Muy interesante; ahora veo
como un todo cosas que yo
conocía por separado [...] Es un
artículo dirigido a especialistas
y no al gran público.
Creo que el origen de todas las
caletas de esa costa entrando
desde Girón son las desembo-
caduras de ríos subterráneos,
como se afirma en el trabajo, al-
gunas más evidentes que otras.
Ahora veo el origen y la evolu-
ción [de las caletas y las cuevas
inundadas] con claridad.
Ing. Daniel del Valle,
Alicante, España
Escríbanos a:[email protected]@yahoo.como deje su opinión en el portalde internet de CubaGeográfica.Incluya, por favor, su nombre, di-rección y su correo electrónico.Su mensaje puede ser editadopara mayor claridad y paraajustarlo al espacio.
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NOVEDADES DE LA BIBLIOTECA GEOGRAFICA
AJosé Luis Batista le han publicado
un libro fuera de Cuba que puede
ser uno de esos permanentes manua-
les de consulta y referencia.
Se trata de un estudio minucioso de la
disponibilidad natural del agua en la
República Dominicana, de su balance
anual, distribución, uso y vulnerabilida-
des. Es de los que necesita estar en las
manos de cualquier especialista que deba
hacer alguna obra hidráulica, o algún
cálculo para el manejo del agua.
Recursos hidrográficos de la República Do-
minicana tiene un alto valor implícito al ex-
poner un método para el estudio del balance
hídrico que sirve en Dominicana o en otras
partes del mundo que tengan una geografía
razonablemente parecida.
Recursos... ha sido publicado con el auspicio
del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH),
una de las primeras instituciones académicas del Hemisferio,
bajo la sombrilla de la Organización de Estados Americanos, la
OEA, de la que Cuba no es parte desde 1960.
Cuba fue fundadora del IPGH, con Salvador Massip como uno
de sus primeros presidentes, por eso es penoso –por decirlo
de una forma mínima– que la geografía cubana haya estado
ausente de sus actividades por más de medio siglo. Sobre
todo por los adelantos que produjo en las ciencias naturales,
incluyendo en Hidrología e Hidrogeolo-
gía, lo que no debe asociarse nunca a
los problemas que hoy enfrenta Cuba
con la calidad, la administración y
disponibilidad de agua.
No es la primera vez que el IPGH pa-
trocina un libro de geografia hecho
por cubanos en tiempos recientes. En
el 2014 se publicó un estudio de las
costas dominicanas compilado por el
el doctor Elías Ramírez. Pero Recur-
sos… se aparta de ese por tratarse
de una monografía que revela el
beneficio, para algunos países de la
región, de contar con la experiencia
y la competencia de ciertos espe-
cialistas cubanos antes de que el
tiempo los agote sin reemplazo.
El libro de Batista recuerda esfuer-
zos que se hicieron en el pasado,
como el que produjo Los suelos de
Cuba, de Hugh H. Bennett y Robert V.
Allison en 1928, que echaron las bases para
el conocimiento y el manejo de los recursos natu-
rales. Para los dominicanos Recursos… dejará dividendos
en la creación de obras hidráulicas, o en la educación para el
manejo del agua superficial.
Satisface ver que el aporte que mucho antes hicieran en Cuba
extranjeros como Bennett, como el Hermano León o el padre
Viñes, hoy lo hace un cubano en Dominicana.
Ojalá que se sepa reconocer y que el Dr. Batista lo perciba.
Batista Silva, J. L. (2016) Recursos hidrográficos superficialesde la República Dominicana, Instituto Panamericano de Geografíae Historia, Santo Domingo, Editora Búho, 392 p.
Librerías Cuesta, Santo Domingo, www.libreriacuesta.com
RecuRsos hidRogRáficos
supeRficiales de la
RepúblicaDominicana
La revista Geomorfologia, de la Aca-
demia de Ciencias de Rusia, publicó
en su Nº2 de 2016 una nota en memoria
de Dmitri A. Lilienberg firmada por la re-
conocida especialista armenia Dolores S.
Asoyan y por geomorfólogos cubanos.
El trabajo se dedicó en primer lugar, a
destacar el “período cubano” de las sus-
tanciales investigaciones y observacio-
nes geomorfólogo-geodinámicas que
produjo Lilienberg en Cuba durante más
de un cuarto de siglo, las que lo convir-
tieron en un líder natural de las ciencias
geográficas en la isla y en una autoridad
internacional en la geodinámica endó-
gena y en el desarrollo de los arcos insu-
lares y las zonas montañosas
Los autores también destacaron el apor-
te de Lilienberg -como un educador na-
tural- a la formación de especialistas en
Cuba y en otras partes del mundo, a la
fundación del Polígono Geodinámico de
Santiago de Cuba y a la edición de los
Atlas Nacionales de 1970 y de 1989, las
mejores obras del Instituto de Geografía.
Se trata de un homenaje de geógrafos
cubanos a la memoria de su maestro.
Asoyan, D.S.; Portela, A.H.; Hernán-dez, J.r. y Magaz, A.r. (2016) Aporte alas ciencias geólogo-geográficas del desta-cado geomorfólogo, talentoso maestro ycolega Dmitri A. Lilienberg (1928-2005),Revista Geomorfologia, Academia deCiencias de Rusia, Ed. Nauka, Nº2, abril-junio, pp 121-129 (en ruso) 30
E ste número de CubaGeográfica (CG) fue editado porAntonio R. Magaz García y Armando H. Portela Peraza.
Desde La Habana, Leslie Molerio aportó una interpretaciónde la paleosismicidad a partir de indicadores espeleológicos.
CG necesita ahora de su auxilio para construir un mediode comunicación sostenible para todos los que se interesenen la geografía cubana.
Envíe su trabajo de hasta de 3,500 palabras, preferible-mente con fotos (JPEG, 150 Kb mínimo) mapas y gráficos(EPS, PDF, JPEG) con buena resolución, con textos insertadoslegibles, y con colores y trazos definidos.
Los temas son geográficos, los puntos de vista y enfoquesson libres y son responsabilidad única de los autores.
Los trabajos deben ser originales o copias de documentoshistóricos de valor para la Geografía cubana, debidamenteacreditados a la fuente inicial.
A los autores (y coautores) se les ruega que nos hagan lle-gar una foto reciente y una breve reseña (de 20 a 30 pala-bras) sobre sí mismos para ser utilizadas con su crédito en losartículos a publicar.
CG se reserva el derecho necesario de redactar y editarlos trabajos para su publicación.
Dirija su colaboración a:
Armando H. Portela - [email protected]
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Miami, 1º de enero del 2017CubaGeográfica ISSN 2473-8239