El Rancho 2013 - Segunda Parte del Blog Oficial de la ... · Reflejan las puntas como un mantel,...

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Ilustración: J.M. El Rancho 2013

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Ilustración: J.M.

El Rancho 2013

El Rancho - 2013

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El Rancho - 2013

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EL RANCHO

Número 5 - Edición 2013

Escuela 791 – Esquel, Chubut

Modalidad Educación en Contextos de Encierro

Sede Unidad Penal N° 14 SPF

Coordinador Taller Literario ECE 791:

Gustavo de Vera

Coordinadora Taller Libros Cartoneros ECE 791:

Yanina Dillon

Coordinadora Pedagógica ECE 791:

Nilda Bulzomi

Director Escuela 791:

Pablo Modugno

Agradecemos la colaboración de:

Biblioteca Popular Tolkeyén

Imprenta Escuela 758

Delegación Administrativa Ministerio

de Educación del Chubut

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En el taller de El Rancho

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Palabras preliminares

Del traje gris, de la multitud,Devuélveme al camino del sur

Joaquín Sabina

Andamos en la búsqueda desde siempre. Y en el encuentro.El trabajo en los talleres se fortalece y se va enredando con otros

espacios de la cultura del afuera. Manos que hablan y letras quepintan con los colores que enseñan a escucharnos y bocetan mañanasposibles.

Desde los pequeños y blancos rincones que nos consignan y apesar de los obstáculos y los obstaculizadores, la escuela sigueamasando el pan de la palabra.

Porque la cultura tiene las voces y los cuerpos de la gente que lamueve y la comparte. Y porque taladra con caricias o puños pero sabemuy bien hablada y escrita, la mesa está servida para esta nuevaranchada.

Nilda Bulzomi

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Qué viento hace en Gessel! Me dijo una vez mi vieja. Y como casisiempre tenía razón. Y hacia allá íbamos en un Renault 12. Mmi viejo alvolante, mi mamá de copiloto, mi hermana y yo atrás, molestandobásicamente.

Sonaban en el pasacassette (imaginate el año) Los Pasteles Verdes.Ja! hasta hoy me causa gracia darme cuenta lo que escuchaba.

Fuimos directo a la playa. Mi papá estaciona en la costanera y enese mismo instante mi hermana y yo saltamos del auto y corremoshacia el olor al agua salada. De soslayo veo a mi madre bajar con tresbolsos: uno con bronceadores y derivados, el otro con toallas, toallonesy ropa seca, en el último vaya uno a saber que llevaba. Mi viejo que megrita ‘esperame!’ y me freno un poco, yo que le grito a mi hermanita:‘Flor esperá ahí!’ Y por si faltaba algo mí viejita que nos grita a los tres:‘Esperen que hay que ponerse bronceador!’…

Imaginate la cara de todos nosotros, parecía una representaciónhumana del drama griego; de la comedia a la tragedia con tan solo 6palabras de por medio.

Luego de ser los tres (inclusive mi viejito) embadurnados en protectorsolar 85, finalmente nos vamos al agua. Mientras corría hacia ella untema de Los Piojos sonaba en mi mente: «Agua cómo te deseo, agua,te miro y te quiero…»

La más pequeña en la orilla con mi mamita, yo y mi padre a nadar.Nos separamos de ellas tan solo veinte metros, con el agua hasta el

No le digas nada a tu madre

Maximilano Cabral

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pecho. El viento soplaba, las olas estaban como locas. Y justamenteestando allí, a una de estas locas e incontrolables olas se le ocurrevenirse hacia nosotros.

Escucho un grito de desesperado: «A la orilla!!!» Era mi papá.Sinceramente no tuve tiempo a reaccionar, fue todo muy repentino, laola me chupó y cuando quise hacer pie, no pude. Estando debajo delagua no había forma de que pudiese salir de esa tremenda sucesión deolas… De la nada siento una mano que me toma el brazo y me ayuda asubir hacia la superficie. Era mi viejo. Me dice: ‘agárrate de mi cuello ymové los pies, no te desesperes’.

Cuando finalmente hacemos pie, abrazándome con una sonrisa ensu inmensa boca, me dice: ‘reíte,… y no le digas nada a tu madre’.

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Me miro al espejo. De momento todo en su lugar: Mi pelo bien, mipiel también, ni grasosa ni seca. Los dientes blancos (o casi).Cosquilleos en la panza, a full, lo normal para estos casos. El dilemaesta en: camisa o remera ajustada al cuerpo. Por los jeans no mepreocupo, corte clásico, color que contraste y listo.

Qué momento!!! Hoy es el día, por fin se me va a dar. Todo dependede la suerte. Pero la suerte ¿existe o es una invención para delegarresponsabilidades? Mejor lo dejo ahí…

Lo importante es verme bien. Pelo en su lugar, piel bien, camisatambién, y pantalón, bueno, un pantalón es un pantalón, no cambiamucho. Me olvidaba: el perfume, algo que no puede fallar, lo idealsería ni muy muy ni tan tan.

Ahora sí, repasemos: pelo bien, piel bien, vestimenta bien, aromabien, actitud mmm bueno, eso lo defino en el camino.

Bajo por el ascensor, sigo mirándome al espejo, por ahora todo sigueen su lugar. Hora de definir mi actitud.

No puedo demostrar tensión, pero tampoco extrema alegría. Deboconseguir un punto medio. Ah ya está! relajado pero desinteresado.

Salgo del edificio, veo un policía en la esquina con las manos en losbolsillos (todo un ejemplo del interés en su tarea), por supuesto ni meregistra, mejor, no llamo la atención, soy uno más el montón. Caminohasta la esquina, paro un taxi, me subo. El conductor con cara de«recién me levanto» me pregunta el destino y centra su atención en el

El Gran Día

Maximilano Cabral

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tráfico. Y mientras, yo pienso: cómo será, habrá muchas personas. Mimirada se pierde cuando veo chicos limpiar vidrios en cada una de lasesquinas en las cuales nos detenemos.

De repente despierto y pongo todos mis sentidos en alerta. Uncolectivo que nos roza y no nos mata de milagro, en la radio suenanLos Redondos «por fin esta vez vas a ganar mas que una puta guita…»,el asfixiante olor a lavanda, típico de taxi, y en la boca un sabor aMarlboro Común.

Llego, pago y me bajo. Este es el lugar indicado. Una menta sale demi bolsillo y me refresca el aliento. Hoy es el día, ahora es el momento.El metálico brillo a punto de ser utilizado me provoca mariposas en lapanza, y una pregunta justo antes de entrar me viene a la mente ¿serán

estas mariposas amor?

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Hay arroyos que traen inspiración a los poetasHay arroyos que son el comienzo, la fuente de los ríosque van llevando el caudal de vocesque corren entre bellezas naturales.Y van salpicando poesías en cada poeta,donde nacen coplas.

El viento va llevando las melodías a su paso,van mezclándose el canto lírico y las cumbresnevadas como en un cuadro mágico.Reflejan las puntas como un mantel,suspendidas sobre aguas serenas del sur,fuente de la inspiración naturalque va desde Los Andes,llevando un toque del brillo del oro escondido.Sos la poesía pura, sos el eco de Los Alerzales,sos mesón de lenga donde se comparte el pan,sos de los miles de sabores,la nostalgia de los arrayanes

J.M.

Las fuentes

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Ayer por la mañana sentí frío hasta en el alma.Ayer por la mañana me encontré con el esplendor más natural.La tomé entre mis manos y nos miramos por un instante.Su piel tan sensible, tan blanca, tan bella…Tan sublime.Encanto fue la sensación tan grande que me embargóque sentí frío, hasta el alma.Creo que al final fui torpe: en un instante más te fuistefugazmente, sin blanquear mi alma.

Sólo te pido que te quedes un poquito másaunque haga frío

Aunque haga frío

J.M.

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Pasaron horas y días en decidir lo que enviaría hasta que en el vacíodel silencio reconoció la soledad que acompañaría al destinatario. Así,fue llenando la caja con recuerdos pasados, plasmó sus sentimientosen una carta, garabateó unos dibujos para dale un toque de ternura, leagregó fotos donde revivía alegrías en pasajes paradisíacos, abrazados,distendidos con los pelos al viento, otras de vivencias en fiestas conamigos de siempre.

Acomodó en un rincón el mate artesano con bombilla de alpaca, ése,el que le llevó más tiempo elegir y que le hizo encender el motor de lanostalgia que no disimuló en apagar en rápido movimiento, secando elcristal húmedo que ya corría por su mejilla. Con asombro miró el papelbrillante donde la bella empleada de la bombonería de enfrente habíaenvuelto la variedad de golosinas y se dijo: «Al menos endulzará susdías por un tiempo».

Faltaban los CDs de música clásica que tanto le había encargado, elcuaderno, el libro de poemas de Neruda y listo, mientras una melodíainvadía la habitación, reordenó cada cosa como si fuera un experto. Sequitó el rosario de plata del cuello y acompañándolo con un beso loextendió como un broche de suvenir antes de cerrar todo. Condiscreción recubrió el paquete con papel madera, lo selló con cintatransparente, satisfecho y queriéndole transmitir el calor de su almaescribió con tranquilidad y claridad la dirección y el nombre de ella.

La cuadrada

Héctor Loncomay

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Recuerdo esos días de pesca como si fuera ayer…El día anterior nos preparábamos todo el equipo como si fuéramos

profesionales y con mucho entusiasmo, típico de la infancia. Teníamosentre 11 y 12 años y vivíamos en la bella ciudad de mercedes de laprovincia de buenos aires. Íbamos a pescar a un pueblito llamadoGarcía, a unos 15 Km. al sur.García era un rejunte de cinco casas y unalmacén en medio de la nada, solo campo virgen. Así y todo tenía suestación famosa por que no la conocía nadie, parecía de un pueblofantasma. A dos kilómetros de ahí pasaba el largo río Lujan, que en esetramo mostraba su versión natural limpia de la contaminación humana.

Nos levantábamos antes del alba, desayunábamos algo livianito,agarrábamos las bicis limpias y bien aceitadas que habíamos preparadominuciosamente el día anterior y partíamos hacia la travesía de todoslos fines de semana.

El cielo comenzaba aclararse poco a poco para por lo menospermitirnos esquivar los pozos, esos que golpean justo donde masduele. El camino de tierra largo e interminable se perdía en el horizontey a lo lejos se empezaban asomar los graciosos cuises que se cruzabande un lado al otro y miraban curisamente como invadíamos su territorio.Al mismo tiempo los pájaros iban tocando su natural sinfonía juntocon los grillos que acompañaban con su tan particular sonido

A mitad del camino nos parábamos y comíamos unos sándwich demortadela. Mientras miraba la hermosura del paisaje y escuchabanuestro alrededor quedaba atónito por como se reflejaba en todos los

Aquellos días de pesca

Pablo Lodola

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aspectos algo de sabiduría, poder, amor de la naturaleza y mepreguntaba a mi mismo ¿todo esto será casualidad o diseño?

Luego continuábamos pedaleando tres horas más y a lo lejosempezábamos a divisar un tanque viejo y oxidado que nos indicabaque faltaba poco para llegar a esa cuadra llamada pueblo

Cuando por fin llegábamos, exhaustos por el viaje preparábamos unrefugio acogedor para descansar un poco al lado del rio y al cabo demedia hora tirábamos la líneas con todas las expectativas de poderpescar algo

De pronto mi boya había desaparecido, me levante de un salto y lomás rápido que pude le pegue un tirón corto y seco, ni muy fuerte nimuy despacio. Cuando recogía vi a esa tarucha con sus dientes bienmarcados y afilados que parecía mirarme muy enfurecida así que porlas dudas le corte la cabeza enseguida.

Mis amigos también pescaron algunos bagres, mojarras, teníamossuficiente para comer algo.

Una vez que se cortaba el pique, como el calor era insoportable, nossacamos la remera, las zapatillas y nos tirábamos de un puente demadera que parecía que se nos iba a caer encima. Los patos que eranlos dueños del rio, se marchaban insultando en su idioma

Antes que oscurezca empezábamos a recoger leña y hacíamos unafogata en medio de los arboles mas alto y frondosos queencontrábamos cerca del rio. Cocinábamos los pescados y mientrascomíamos escuchábamos anécdotas fantasiosas de algunos de misamigos, como la de maxi cuando pesco la anguila con el dedo, ni él sela creía.

A mitad de la noche, con el silencio, se escuchaba los sonidos másincreíbles y raros que jamás escuche. Los búhos, lechuzas, comadrejas,grillos, ranas se ponían en complot para llamara la atención. En el cielose veían miles de estrellas. En ese momento sentía que no se necesitabanada más. La paz que abundaba era inigualable.

Al amanecer, la neblina espesa nos hacia imposible ver a mas de unmetro.

Comenzábamos a guardar todo. Pero siempre perdíamos algo.La energía positiva nos llenaba, ver tanta vida, en armonía, sin

destruir su habitad, conformados con lo que la naturaleza brinda. Mehacia reflexionar en lo equivocado que estaba el maestro. No somos laespecie más inteligente.

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El viaje era lento. Es que el FIAT 600 modelo 58 en el que íbamos noera muy rápido que digamos, sin contar con que nos teníamos que bajara empujarlo cada vez que se detenía el motor. Pero a pesar de todo , yoque tenia once años en esos momentos, iba contento y entusiasmadoen mi primera aventura de pesca, organizada por mi hermano Rubén ysu mejor amigo, el flaco Miguel , dueño del fitito rojo. Por supuesto ibatambién mi padre Pedro, por su gran habilidad para la pesca y porque allugar al que nos dirigíamos él lo conocía como la palma de su mano, yaque había habitado la mayor parte de su vida en ese fabuloso valle deConfluencia Traful, en la provincia del Neuquén, distante a ochentakilómetros de Bariloche, la ciudad donde vivíamos actualmente.

Después de varias horas de recorrido por la ruta 237, bordeando elmajestuoso Río Limay, y el increíble valle encantado, llegamos al lugardeseado, donde desemboca el río Traful en el lago homónimo, con susaguas tan limpias y cristalinas que se pueden ver las piedras y el relievedel fondo.

Empezamos a andar el camino de tierra que bordea el Traful, no sinantes empujar al fitito hasta que arrancó, y después de transitar doskilómetros aproximadamente, llegamos a una explanada, rodeada desauces y cipreses al borde del río. Ese terreno allanado indicaba que allíhabía habitado una familia.

Como todo niño curioso pregunté:- ¿Porqué paramos aquí?

- Acá teníamos la casa donde vivíamos con tu madre – me dijo miviejo orgulloso

Mi Viejo

Luis Carrasco

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– En este lugar nació tu hermano Rubén – acotó. Grande fue mi sorpresa, ya que no podía creer que allí hubiera

vivido mi familia por largo tiempo, antes de que yo naciera, un lugarmaravilloso, lejos de la ciudad, con una paz que permitía escuchar elsonido del silencio.

Me imaginaba viviendo ahí, en una pequeña cabaña como medescribió mi viejo, rodeada de la más majestuosa inmensidad. Era comosoñar despierto. Quedé tan fascinado que quería quedarme a vivir allípara siempre. Nunca olvidaré ese lugar y momento…

Mientras deambulaba con mis pensamientos, estacionó como adiez metros de nosotros una camioneta doble cabina verde imponente,que contrastaba en gran manera con nuestro fitito. Se bajaron dosgringos con ropa de pesca impermeables que nunca antes había vistoen mi corta vida, ni sabía que existían. Nosotros entretantopreparábamos nuestros humildes equipos de pesca: una simple cañapara cada uno, la mía era la más pequeña, con sus respectivos Rheel,y mi viejo…¡ Qué grande mi viejo ¡ pescaba con una lata de durazno,con toda la tanza enrollada a su alrededor, y en la punta de la misma unanzuelo de tres ganchos con una chapita que giraba, al que mi viejo lallamaba voladora, ya que cuando la hacía correr en el agua daba laimpresión que volaba. Él amaba esa voladora, porque según contabale había ayudado a sacar grandes peces.

Nos separamos de a dos, mi hermano y el flaco Miguel se fueronrío arriba, mientras tanto mi viejo y yo preparábamos nuestros equipos,mirábamos a los gringos con los suyos que eran caros y sofisticados.Ellos se quedaron en el pozón, donde se veían los peces en el fondo.

Mi viejo riéndose burlonamente me dijo:- Estos gringos no van a sacar nada ahí, vamos un poco más

arriba, en la correntada, allí sacamos seguro.- y volvió a sonreir. De la forma en que nos miraban los gringos parecíamos sapos de

otro pozo, como con desprecio, pero a mi no me importaba. Era felizdisfrutando ese momento.

Nos instalamos en la parte de la correntada del río y empezamos atirar ahí, mientras los gringos seguían en el pozón, como cincuentametros río abajo, pero sin éxito. A los diez minutos mi viejo tuvo unpique y al instante traía un gran pez, que sacó del agua con maestría.Era una trucha arco iris como de cincuenta centímetros y casi de treskilogramos; en menos de una hora mi viejo sacó dos truchas y un

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salmón con su voladora. Los gringos que nos miraban con gran sorpresa y estupor, se nos

acercaron para ver los peces, pero nunca iban a comprender cómo hizomi viejo para pescarlos con una simple latita de duraznos.

Transcurrieron los dos días de aventura. Habíamos acampado enun lugar a la orilla del río, comimos truchas a la parrilla que habíamospescado, y disfrutamos de la naturaleza que nos rodeaba.

Antes de volvernos, juntamos nuestras cosas, y para nuestrasorpresa mi viejo se había tomado una botella de vino él solo, así queimagínense el estado de embriaguez que tenía, pero era una personatranquila. Nos hacía reír con los chistes y anécdotas que nos contaba;y ya de vuelta de nuestro viaje de pesca en el fitito, mi viejo todavía enestado de embriaguez nos hizo de guía de turismo en el valle encantado,en casi todo el trayecto de ese fabuloso lugar, hasta que se quedódormido.

¡Qué grande que era mi viejo!

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Otro día que pasaentre broncas, risas,cansancio y soledad.Fortalecido y esperanzado,dejo mi cuerpo descansar.Cierro mis ojos…encuentro en mi mentelibertad.Mantengo los ojos cerradosy sigo escapandopor un camino interminable.Me pregunto por qué,pero no me detengo.Libero mis pensamientos,ágiles, inalcanzables,allí, allí, te encuentro,radiante, escondida en mis sueños.Sin poder mirarte te veo,sin tocarte, te siento.Para poder besartedejo mis labios al viento,sujeto tus manos,me aferro a tu afecto.Tu cuerpo encuadra a la distancia,el reloj me marca el tiempo.Paso la noche,abro mis ojos,un día menos…

Un día menos

Claudio Guerrero

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Claudio Guerrero

Para estar mejorhoy exploro un mundo distinto,lleno de posibilidadesque a mí me eran ajenas.Equivocado estuvea lo largo de mi vidapor pensar distinto.

Para estar mejorhoy me refugioen los que más quiero.Ellos están ahí.

Para estar mejorbusco dentro de mí,porque quiero saber quién soyy me encuentro…Para estar mejorcubro mis emociones,mis angustias y resurjo.Para estar mejortransformo castigosen pruebas que superoa cada momento.

Para estar mejordejo que mi corazónsea mi guíaal momento de amar.

Para estar mejor

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Ocurrió en villa rosario, Bahía Blanca; corría el año 1971/72 más omenos. Con mis amigos nos encontrábamos en el lugar de siempre, «laesquina». Uno de ellos –Hugo-, hermano de crianza, me dice: Che quete parece si chispeamos algún rancho y le caemos? – y dale – le dije.Empezamos a caminar mientras junabamos el movimiento, de repente,Hugo me dice – mira, ahí salen esos viejos y queda la casa sola! -. Ybueno, colamos por el patio, rompimos la ventana y entramos. ¡Hosorpresa!, el viejo no había salido y nos pesco en el hecho, para colmola ventana era chica y no pudimos rajar. Agarro un palo y acto seguidonos rompió los huesos, habrán pasado dos minutos (que se hicierondos años), cuando alcanzamos a ganar la ventana y rajamos. Ganamosla calle y cortamos campo para la casa de mi tío, y de ahí nos fuimoscada uno para su casa. Cuando llegue, mi viejo me dice,- de dondevenís-, - de la cancha- le conteste, pero yo no había mirado para elcostado. ¡Me quería matar! El viejo ya había hablado con mi viejo.Este agarro el cinto y agarate Catalina, me dejo la espalda como lapanza. Inflado de los cintazos y las patadas que me dio, y mientras mecascaba me decía, «esto es por la rastreada que le hicieron al ranchodel pobre viejo». De ahí en más jamás volvimos a rastrear, porquerobarle a un pobre no es robar, sino rastrear.

La rastreada

Raúl Alberto Oyarso

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Ingeniero Withe, febrero del 1977. Son las dos de latarde cuandogopean las manos en la puerta de mo casa. Me asomo y veo a Jorge,un amigo. Por su cara, estaba en desgracia.

- ¿Qué hacés por acá a esta hora? –le pregunto.- Mi viejo duerme lasiesta.

- Me echaron de mi casa y no tengo a dónde ir- respondió con caratriste.

- ¿Qué macana te mandaste?-le pregunté..- Una pavada- dijo.- Le choqué la camioneta.- Mirá que sos gil -le recriminé.- Pero bueno, sos mi amigo y sólo no

te voy a dejar. Mis viejos no te quieren, así que me armo un bolso ynos rajamos a buscar laburo.

- ¿A dónde vamos?- Y… a Saavedra –respondí.Saavedra es un pueblo de campaña, chiquito, lindo; a unos 140

kilómetros de Bahía Blanca,.Salimos a la ruta y empzamos a hacer dedo. Un camión que

transportaba trigo paró a unos 300 metros. Se bajó el chofer y nosllamó.

- ¿A dónde van?- A Saavedra-- Suban que los llevo.

Por un amigo

Raúl Alberto Oyarso

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Y así comenzó el viaje. Le tuvimos que cebar mate y charlar para queno se durmiera.

Así las cosas, llegamos a Saavedra.Empezamos a buscar trabajo, pero como era obvio, no conseguimos.

Éramos chicos y para colmo se notaba a la legua que no éramos de ahí.Comenzó a caer la tarde y con ella la nostalgia. Lejos de casa, sin

comida, y ni siquiera un peso para comprar pan.Nos preguntamos «¿qué hacemos?»- Y… ¿si nos robamos aquella moto y arrancamos de vuelta para

Bahía?-le propuse a mi amigo.- Y dale! –respondió-Cruzamos la vereda y ahí estaba. Una Gilera de color negra, 150 cc..

La agarramos y empezamos a correr para hacerla arrancar. Pero no hubocaso. No arrancaba. En una de esas aparece un hombre grandote, comode 45 años, y le preguntamos cómo podríamos arrancar la moto. Nosmiró y con voz gruesa nos dijo: - Le falta la batería y no tiene nafta,porque hace mucho que está parada.

Y siguió caminando. A los diez minutos apareció un patrullero. Paróal lado nuestro y el policía que venía manejando nos preguntó: - ¿Adónde van con esa moto?

- A Bahía- le respondimos.- ¿Y con una moto robada se piensan ir?No nos quedó más argumento. Nos llevaron en cana.A todo esto, resultó que a quien le preguntamos por qué no arrancaba

la moto había sido el dueño, y para que no nos rajáramos, siguió viaje,y nos mandó en cana. Terminamos en la comisaría.

Después de verduguearnos psicológicamente toda la noche, elcomisario, que tenía que viajar a Bahía Blanca, nos llevó y después deretarnos durante todo el viaje, nos largó a la entrada de Bahía. De ahí,caminamos 10 kilómetros hasta nuestras casas, de Ingeniero Withe.

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Recuerdo que cuando era niño, la ciudad en que nací, Pcia. RoqueSáenz Peña, era (y es) muy calurosa. La siesta es sagrada para losmayores, pero con mis amigos aprovechamos para hacer travesuras.

Hacíamos bolitas de barro y las secábamos al sol para salir a cazarcon las hondas, le tirábamos a todo lo que moviera, que eran lagartijas,por que allí abundan. El sol es tan fuerte que la tierra se raja, nosotrosestábamos negros de tan quemados, vestíamos solamente unpantaloncito corto y descalzos, pero estábamos acostumbrados.Rumbeábamos al monte a cazar y pasamos por algunos campossembrados de girasol, en los cuales elegíamos algunas tortas de lasmás grandes para comer por el camino.

Recuerdos

J.D.G.

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J.D.G.

Miramos la maldad en los otros, porque conocemos la maldad mediantenuestro comportamiento. Nunca perdonamos a los que nos hieren,porque creemos que nunca seriamos perdonados. Decimos la verdaddolorosa al prójimo, porque queremos ocultárnosla a nosotros mismos.Mostramos nuestra fuerza para que nadie pueda ver nuestra fragilidad.

Por eso, siempre que estés juzgando a tu hermano, ten conciencia deque eres tú quien está ante el tribunal.

Reflexiones

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Nada que ver un caso, con la caza, con una casa. Pero a la vez todotiene que ver con todo.

Un caso es analizable, medible, comparable. Es un suceso tratable.La caza es una persecución hacia un animal para atraparlo o matarlo.

Esta persecución debe tener una estrategia; un análisis del futuroaccionar.

Hasta aquí, podemos decir que la caza es todo un caso.Qué pasa con la casa, con el hogar. Es una construcción donde

viven personas, un domicilio. Donde se encuentra lo que es de uno,donde uno es «uno». Donde la persona tiene su pasado su presentey su futuro.

Entonces, como nosotros somos un caso, social, nos caza la mismasociedad, alejándonos de nuestra casa, para resocializarnos como un«caso» resuelto. Después nos persiguen para asegurarse que noreincidamos, lo que por cansancio nos lleva a alejarnos de nuestrohogar.

Sistema que necesita este infinito para mantener su propio estado

de necesidad. Un mal necesario circulo vicioso.

Caso, caza, casa

Héctor Solier

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El sale a comprar cigarrillos. Tiene tres cuadras de la casa al kiosco.Esa tarde de verano era calurosa, pero perfecta. Luego de trabajar todala semana se sentía bien y con pilas para disfrutar el fin de semana.

A su mujer y a su hija las dejo en la pileta de la casa para salir acomprar. Llevaba veinte años con ella; se conocieron en el secundario,y después de remarla por años pudo conseguir salir con ella. Tenia unahija de 11 años, y ya a sus 43 se sentía realizado. Amaba a su familia.Con su concesionaria le iba bien. Solo tenia que disfrutar lo que letrajera la vida.

Decidió cruzar la calle para cubrirse un poco de ese sol sofocante.

Empujando el auto, venia empapado bajo el sol. De no haber sido deel lo hubiese dejado esas seis cuadras atrás donde se paro. Pero lo deel baúl era solo responsabilidad de el. Jamás pensó que esto le podríaestar pasando pero de alguna manera lo tenía que solucionar.

Ya no podía más, y todavía le faltaban cinco cuadras hasta el garajedonde guardaba el auto. Ahí, por un par de días, nadie podríaencontrarlo, hasta que sepa que hacer con el cuerpo.

Justo delante de el cruzaba un hombre, y aunque iba en hojotas, elcansancio para pedir ayuda fue mas fuerte que el. La mentira le sirviópara que lo ayudara a empujar, así podría llegar mas rápido.

Entre los dos hicieron enseguida tres cuadras. Solo le faltaba la últimaexposición que era cruzar la avenida. El empujo lo más posible para quela policía no lo viera cruzar. Después se una cuadra mas creyó que yatodo había terminado. Solo le faltaba una, y el hombre al que le pidió

El fumar es perjudicial para la salud

Héctor Solier

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que lo ayudara se encontraba peor que el. Lo miraba con cara de,«espero que no falte mucho».

Le dijo que faltaba solo una cuadra, y empezó a agradecerle, cuandodetrás de ellos escucho la sirena del patrullero.

A pesar del nivel del termómetro, la humedad fría del calabozo sesentía. Ya hacia un ahora que había salido a comprar cigarrillos. Cuandola policía los freno y le pidió los papeles del auto al titular, pudo reconoceren la cabecera de los papeles el cello de su agencia. En ese momento sedio cuenta de que estaba en problemas.

Le pidieron al dueño que abriera el baúl, cuando lo hizo, el otroagente lo empujo contra el auto y lo esposo. Cuando lo llevaban a elhacia el patrullero pudo ver dentro del baúl una mujer, de unos 30 años,toda ensangrentada. No le tomo mucho tiempo entender cual iba a sersu destino.

Ahora, ahí solo, recordaba la última conversación con su mujer. «Elcigarrillo te va a arruinar lo que te queda de vida, no necesitas salir acomprar», le decía ella. El las miro, bajo el sol en la pileta; les sonrió,contento de la familia que tenia, y salio a la calle.

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Creo, que todo aquello que una persona, llega a ser por fuera,definitivamente es lo que vivió dentro de su corazón siempre.

Con el correr de los años, pensamos y creemos en lo mismo, con unasola diferencia: hay otras esperanzas, sueños diferentes, sentimientosnuevos y nuevos objetivos.

No creo que alguien pueda decir como persona, que es cuanto puedeser, si eso fuese así habrías dejado de crecer por dentro. En tu tiemponunca dejes e crecer, no deje de soñar, ni de ilusionarte. Por que creoque todo aquello que te da paz dentro de ti mismo, es lo que dejarasque lo demás te vea con el alma especial que en verdad eres.

Con cariño a mi hija Xiomara Magali .

A mi hija

Carlos García

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-¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué estás haciendo?-¿A mí me hablás?-Sí, pibe, a vos te estoy hablando. Vení, quedate tranquilo. No te

quiero hacer daño. Sòlo quiero hablar con vos.-¿Y por qué?-Porque te veo siempre y al igual que vos, a tu edad hacía lo mismo.

Creeme, te entiendo, pero está mal. Hay otra manera de resolverlo.Escuchame diez minutos. ¿Qué perdés? Hasta podés ganar algo muyvalioso, que no tiene precio: tu vida, tu libertad. Creeme, yo sé lo que teestoy diciendo. Las drogas y el camino fácil no son la solución, seacual sea el problema que vos tenés. Te quiero contar una historia.Después vos elegís lo que querès hacer y qué camino seguir. Siemprehay una opción.

Hace muchos años había un pibe que vivía con su mamá, sus cuatrohermanitos y su padrastro en una villa. Eran humildes y la peleaban díaa día. El marido de su mamá tomaba mucho y siempre lo golpeaba. Soloél sabía del odio y del rencor que iban creciendo dentro suyo. Sumadre trabajaba casi todo el día. Llegaba tarde. Aquel hombre siemprelo castigaba por cualquier cosa, le pegaba con cables o ramas de paraíso,lo hacía arrodillar dos o tres horas sobre sal gruesa, las rodillas lesangraban y el dolor lo dejaba sin palabras. Pero no callaba por eso,sino por no darle a su mamá más sufrimiento de lo que aquel hombre leprovocaba.

La golpeaba, la basureaba y él escuchaba todo. Quería defenderla,pero era muy chico. No tenía las fuerzas necesarias. Sólo pensaba en

Pibe, quiero decirte algo

Carlos García

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alejarse de esa casa, de esa vida y sacar a su madre y sus hermanos deese infierno. Cuando tenía catorce años, aquel hombre, ebrio, golpeó asu mamá hasta casi desmayarla. Quiso defenderla pero el hombre logolpeó, le rompió la mandíbula y lo desmayó. Cuando volvió en sí,estaba en el hospital.

Al regresar a su casa le dijo a su mamá que se iba. Como s i nadahubiera pasado, su padrastro dijo:

-Dejalo ir, negra, que el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lollaman.

Por primera vez, el chico pudo decir algo. Sacó fuerzas de lo másprofundo y le contestó:

-Jamás volverás a levantarme la mano, jamás volverás a golpearla.Y se alejó llorando.Pasó frío, hambre, durmió a la intemperie. Se encontraba solo, en la

calle. Conoció a otros chicos. Conoció la droga. Fue creciendo y regresóa su casa diez años después. Ya no era aquel pibito de catorce años.Era un hombre. Había crecido de golpe. La calle lo crió, lo educó. Habíatomado el camino equivocado.

En 1986 cayó preso por primera vez. Lo habían atrapado. Se le habíaacabado la suerte. Sufrió mucho, porque la policía quería que entregarasus compañeros. Conoció la bolseada, el submarino y hasta la picana.Jamás dijo nada. Se la aguantó como cuando era pibito. Lo llevaron aOlmos y salió en libertad el 21 de agosto de 1990.

Primero se acomodó de nuevo, solo que esta vez tenía su casa, suauto y mucho dinero. Era un ladrón. Ahora sí podía ir a buscar a sumadre y a sus hermanos.

Era un día nublado. Cuando la vio estaba lavando. Tenía puestosanteojos oscuros, de esos para el sol. Se los quitó y vio que estaballorando porque volvía a verlo después de tantos años. Pero ella nosabía que su hijo ya no tenía lágrimas. Se las habían robado cuando eraun pibito. La mujer tenía los labios rotos y los ojos morados, como lahabía visto tantas veces. No dijo nada. La besó y la abrazó como nuncalo había hecho antes. La miró a los ojos y le preguntó a qué hora veníael hombre.

« Eso no importa, hijo. Importa que hayas vuelto».Le dijo que volvería más tarde. A la noche subió a su auto, tomó su

pistola y regresó a la casa de su mamá.Cuando llegó, el hombre estaba sentado, tomando vino. Lo vio y le

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dijo a su mujer:-Mirá quién vino, negra. El bastado. Te dije que el que se va, vuelve

sin que lo llamen.El muchacho dio un paso:-Una vez te dije que jamás volverías a golpearla.Y dicho eso, lo arrastró hacia la calle.-Si mañana cuando vuelvo estás todavía en esta casa, te mato.Sacó su arma y le disparó. Subió a su auto y se alejó.Al regresar, a los pocos días, el hombre ya no estaba, se había ido

para siempre.Ahora escuchame, pibe. Todos tenemos problemas, de muchas clases.

Te puedo decir que las drogas y el camino fácil no son la solución.Creeme, hay mucha gente que te puede ayudar. Solo tenés que pedirayuda. No tomés el camino que tomó aquel pibe, el camino de ladelincuencia. Ese solo te lleva a la cárcel, al hospital o a tres metrosbajo tierra. Y créeme si te digo que esos caminos no son buenos. No selos deseo ni a mi peor enemigo.

Escuchame, pibe. Te lo digo sinceramente. Si tenés algún problema,si estás mal, aún estás a tiempo. Sos joven. Tenés toda una vida pordelante. Escuchá: en la vida tendrás que tomar muchas decisiones,pero lo importante no es la decisión que tomes, sino la razón por la quela tomaste.

No tomes la decisión que te quite todo. El chico de la historia con eltiempo perdió todo. Años de su vida tras las rejas. Perdió a su madre,sus hermanos, su esposa, una vida. Hoy ese pibe tiene cuarenta ycuatro años. Se va en libertad el 11 de diciembre de 2013. ¿Sabés quiénle espera en la calle? La experiencia vivida y una hija de diecisiete años,que no ve desde hace trece. Cuando era chiquita, lo iba a visitar estandopreso. Ahora hablan por teléfono y se cuentan todo. Son confidentes.No hay secretos entre ellos. Solo espera recuperar lo único que lequeda, lo más valioso, lo que más ama en su vida: su hija XiomaraMagalí y tratar de formar una familia, encontrar alguien a quien amar,una compañera, alguien con quien compartir la vida, caminar bajo la

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lluvia, salir de compras, dar un paseo, alguien a quien darle afecto, aquien abrazar, besar, querer.

Lo que aquel pibe perdió, ya lo perdió… Pero puede orientarte paraque no pases por lo que él pasó, para que no tomes el camino que éleligió. Porque ese pibe, hoy lo que más desea es que vos, pibe, nopierdas lo que él perdió: su llanto, su sonrisa y media vida en esteinfierno.

Ojalá que esta historia te ayude a reflexionar, a tomar decisionescorrectas. Sacá de tu mente el «no puedo». Siempre hay una salida,siempre hay una opción, pibe. Todo depende de vos. La decisión ahoraes tuya.

Jamás te olvides de que la vida no es un regalo. La vida es un don.

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Soy cardenal amarillo de plumas finas y doradas.Soy como un ave destinada a sufrir miles de martirios.El hombre en un presidio no goza de ningún placer. Mas nadie dice

«Voy a ver a aquel pobre desgraciado que se encuentra tras esas rejasmalditas, mientras su alma palpita bajo un techo abovedado».

Me acuesto y me pongo a pensar lo que tengo que aguantar mientrasesté en la prisión.

Yo también tuve la dicha de ser un hombre querido y viví en esosconventillos de barrio.

En las tardes de verano acompañaba la guitarra de Juan Carlos, elcantor.

En ese mismo sitio cayó la policía en busca, según ellos, de un fierocriminal.

Yo me entregué a la milicada. Nunca supo nadie por qué quise tanto los ojos más bonitos que

tuvo una mujer. Los quise con locura. Fue mi primer cariño. Pero ella,por el oro, se marchó con otro.

Desde entonces, llevo como una piedra dura aquello que la gentellama corazón.

En el mismo momento en que iban a llevarme, una mujer llegó con unhermoso regalo. Una dama muy esbelta de grandes ojos negros traía dela mano a un niño. Al verme, pronunció mi nombre.

«No llores, pibe», le dije, mirándolo con asombro, mientras él merepetía «Soy tu hijo, papá. Yo soy tu hijo»

Dice la gente del pueblo que en las noches de verano se oye canta aJuan Carlos, esperando al cardenal…

El cardenal amarillo

Antonio GonzalezColaboración del Espacio de Lengua y Literatura

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Está amaneciendo…Me encuentro sentado, admirado, ante una impactante masa de agua.Disfruto de su movimiento, que se aleja suavemente y en forma de

olas vuelve a acercarse, constante, sin descanso…Pequeños destellos, tímidos, se van mostrando lentamente. Es el sol,

que deja reposar su brillo incandescente sobre el agua, como si mostrarael comienzo y el final.

Cierro mis ojos, dejando que mis oídos sean invadidos por sonidos.Un alegre acto de gaviotas cubre las extensas playas de arena,

agradecidas por tan abundante alimento que éstas les dan. Peces encantidades y formas diversas, constituyen una vida enriquecida.

Pasan las horas y yo sigo aquí…Ha desaparecido la luz. Un inmenso paño oscuro me cubre. Llegó la

noche.Mi mirada hace nido en el horizonte, que me muestra luces lejanas.

Son barcos, monstruos como dormidos, cobijados por la luna que,como el sol de la mañana, deja descansar su brillo sobre las aguas.

Finaliza el día…Me supera el asombro. No puedo dejar de disfrutar el estar aquí,

sentado a la orilla del mar…

Claudio GuerreroColaboración del Espacio de Lengua y Literatura

Está amaneciendo

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La obra «El acompañamiento», de Carlos Gorostiza, cuenta la historiade dos amigos cuyos caminos fueron diferentes. Uno de ellos es Tuco,un empleado de fábrica a punto de jubilarse que deja todo porque tieneuna idea fija: poder cumplir el sueño de cantar como Carlos Gardel (elZorzal). Por otro lado está Sebastián, que trata de convencerlo paraque vuelva a su trabajo con el fin de adquirir una merecida jubilación.

Pero Tuco está atrapado en su encierro, permanece en un cuartoesperando su acompañamiento para realizar una audición, a través deun amigo, para la televisión. Lo que no sabe es que esa persona no esmás que un mentiroso con la capacidad de hacerle frustrar los sueñosa la gente. Es por eso que la familia de Tuco le pide a Sebastián quetrate de convencerlo para que pueda jubilarse, ya que trabajó tantotiempo para lograrlo.

Juntos, recuerdan esa libertad que años atrás los hacía tan felices,intentando recuperar esa rutina que los tenía a ambos esperando lossábados para la siestita, el mate y, a la tardecita, el baño con agua decolonia, la afeitada, la pilcha, el café y, por la noche, la milonga.

Tras tantos recuerdos, Tuco se siente frustrado, ya que él cree quesu amigo Sebastián pudo cumplir su sueño de tener su propio bolichemientras que él, por una cosa u otra, no pudo concretar su pasión porel canto.

Sin embargo, a medida que va transcurriendo la conversación,Sebastián se va dando cuenta que él también fue dejando sus sueños

«El acompañamiento»Obra y reflexión

Patricio ValenzuelaColaboración del Espacio de Lengua y Literatura

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por el camino, viéndolos pasar detrás de una ventana y soportando losdistintos caracteres de las personas y, tanto su tiempo como su vida,pasaron sin dejar nada productivo. Es por eso que decide abandonartodo para acompañar a su amigo en su afán de ser un cantor famoso yle ofrece su acompañamiento.

Yo pienso que en la vida, por más que se nos cierren las puertas,nunca hay que dejar de luchar por nuestros sueños. Uno tiene lacapacidad y libertad de elegir qué camino seguir, por más que no sea eladecuado.

Siempre existen dos tipos de personas: las que te quieren e intentanverte triunfar en la vida, y las que carecen de capacidad para elaborarun futuro y se acercan con el fin de arrastrarte a su miseria.

Desde mi punto de vista, estoy de acuerdo con la decisión de Sebastiánde acompañar a su amigo, aún en los peores momentos, ya que es unclaro acto de lealtad y compromiso a su amistad.

La otra tarde me puse a conversar con Claudia, una profe, porque medieron para hacer un trabajo práctico donde tenía que dar un ejemplode vida pero en ese momento estaba disperso y no se me ocurría nada.Ella, siempre tan gentil, me contó una historia. Me dijo que acá, enEsquel, hay una tienda –o había- y en ella trabajaban diez personas,una de las cuales era un familiar cercano suyo.

El dueño de esa tienda era una persona pudiente del pueblo y queríatener a todos a sus pies, desde su familia hasta sus empleados. Todo eldía los vigilaba, todo el tiempo los acechaba y controlaba; a qué horallegaban o si iban al baño o no.

Con el transcurrir del tiempo, fueron quedando sólo cuatro de esosempleados viejos. Siempre se iba uno pero al otro día algún pobreempleado llegaba a sus manos.

Juan, el tío de la profe, siempre fue una persona callada pero muytrabajadora. Con el tiempo fue cambiando, se lo veía mucho tiempo enla oficina del jefe y, cuando no lo estaba, andaba mirando qué hacíansus compañeros y qué no. Cambió mucho, y para mal. Sus compañerosmás antiguos se fueron alejando de él, ya no querían tomar mate en eldescanso.

Luego de unos meses, su hija más pequeña se enfermó (dicen quefue un problema de sangre y la única forma de curarla era contransfusiones mensuales para que pudiera recuperar la salud). Juanrecurrió a todos, primero a su jefe, pero lo único que consiguió fue un

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no y un portazo. Sin embargo, sus compañeros le dieron esa mano quenecesitaba y logró salvarle la vida a su pequeña niña.

Me contaba Claudia que desde ese día Juan cambió mucho: ahoradisfruta más de su familia y ni hablar de sus fieles compañeros. Eso sí.No trabaja más en esa tienda que lo estaba transformando en un objeto.

Y ese señor, dueño de aquel negocio, vivió algunos años más, lástimaque nunca pudo cambiar como Juan.

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Es un placer poderescribirle a la Red Jarillas ya toda esa gente involucradacon las plantas, para poderexpresarles mi sentir, mipensar y mis vivencias conrespecto al taller de plantaspara la salud que llevamos acabo en esta unidad 14 y eneste contexto. Desde que me

Héctor Luis Carrasco

Sobre el Taller de Plantasde la Escuela 791

El texto fue tomado del Boletín La Enredadera de la «Red Jarillasde Plantas Saludables de la Patagonia» (N° 49, Sept. 2013)

informaron que existía este taller, tuve una necesidad imperiosade inscribirme y participar del mismo, ya que desde niño megustó la naturaleza. Nací en un lugar donde estuve rodeado dela misma (S.C. de Bariloche), donde aprendí a respetarla yadmirar su inmensidad.

Mis padres y abuelos vivieron en un lugar fabuloso cerca deBariloche que se llama Confluencia Traful, donde tampoco lanaturaleza es escasa y sus paisajes son tan maravillosos comola gente del lugar.

Con la educación que me dieron mis padres, sus vivencias ysu sentir con respecto a las plantas y la naturaleza, fue un hechode que trataron de inculcarme la importancia de las mismas, elrespeto que hay que tenerles y sobre todo las propiedades ybeneficios que nos aportan.

Siempre recuerdo mi infancia , cuando mi madre Delia, que

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hoy tiene 80 años, me preparaba un té de tomillo cuando teníatos o una infusión de hojas de pañil cuando padecía colitis, yaque me aliviaba en gran manera y era como milagroso.

Con el correr del tiempo, en el afán por el progreso y siguiendola corriente del sistema del momento fui perdiendo esas sanascostumbres, pero nunca me olvidé de ellas. Después de variosaños vuelvo a esta bella zona cordillerana y creo que no escasualidad, porque después de participar en este taller de plantaspara la salud, me reencuentro con esos valores por la vida queme inculcaron mis antepasados; comprendí que fue una manerade recuperar el eslabón perdido que me conectaba con lanaturaleza.

Estoy complacido de participar en este proyecto, de estar encontacto con las plantas, de poder compartir con mi profe MaríaPemberton y mis compañeros un mismo y agradable sentimientopor las mismas; que con pocos recursos, tiempo limitado ydificultades a veces por estar en esta institución penitenciaria yencontrarnos en contexto de encierro, no disponemos el tiempoque quisiéramos para la elaboración de productos, para el trabajoy el cuidado de la tierra para el cultivo natural. Sin embargoseguimos uniendo fuerzas para seguir adelante con lo queamamos, este taller que avanza, quizás sin darnos cuenta,satisfechos con lo que realizamos.

He aprendido mucho con mi profe y compañeros, también através de los libros que muy amablemente nos donó la señoraAdriana Marcus a la cual admiro mucho.

He realizado un trabajo escrito sobre plantas y agriculturanatural que me hizo reflexionar, aprender y crecer; me complace

la idea decompartirlo con mimadre ya que esuna forma deretribuirle lossentimientos quenos unió con lasplantas, y el amorcon que siempreme preparó «susyuyos» que tanbien me hacían.También lo voy acompartir con mi

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hija Luciana que le fascina la naturaleza.Tuve la oportunidad de realizar compost, lo que enorgullece el

saber que puedo devolverle a la tierra y a la naturaleza susorganismos benéficos que necesitan para enriquecerla.

Tengo muchas expectativas con este taller de plantas, porquemirando hacia atrás me doy cuenta que está creciendo, que loseguirá haciendo por la voluntad de todos los que participamos,por la colaboración de todos los profesores y directivos de laEscuela 791 que siempre están dispuestos a ayudarnos en todolo que esté a su alcance, por el calor humano de la gente que heencontrado en este lugar y sólo tengo palabras de agradecimientopara todos ellos, como así también para todas las personas quenos visitaron y nos ayudan desde afuera, como Silvina Larrazaque nos donó semillas, Adriana Marcus, esa simple y agradabledoctora que nos brindó una charla y su saber, también nos donósus sabios libros que leo gratamente Agradecer también a AnaValtriani (ingeniera agrónoma) que nos enseñó a hacer nendodango, nos donó arcilla, herramientas y semillas. Y a todosaquellos que desinteresadamente nos ayudan a crecer comotaller y como personas.

Siento un profundo respeto y cariño por todos ellos que mehan ayudado en lo personal a recuperar valores tan esenciales ysimples como la vida misma; por eso eternamente gracias porqueme siento vivo nuevamente. Y estoy convencido de que encararcualquier emprendimiento con visión ecologista es una necesidadfundamental para lograr que nuestro mundo pueda seguir siendoel de nuestros hijos y de otras generaciones.

Por último quiero enviarles a todos los que integran la RedJarilla mis más cálidos saludos y felicitarlos por todo lo que haceny logran, motivarlos a que sigan adelante por tan noble labor querealizan y que tan bien le hace a la humanidad.

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Índice

Palabras preliminares .............................................................. 5Las fuentes ........................................................................... 11Aunque haga frío .................................................................. 12La cuadrada .......................................................................... 13Aquellos días de pesca .......................................................... 14Mi Viejo................................................................................. 16Un día menos ........................................................................ 18Para estar mejor ................................................................... 20La rastreada .......................................................................... 21Por un amigo ......................................................................... 22Recuerdos ............................................................................. 24Reflexiones ........................................................................... 25Caso, caza, casa ................................................................... 26El fumar es perjudicial para la salud ..................................... 27A mi hija ................................................................................ 29Pibe, quiero decirte algo ........................................................ 30El cardenal amarillo ............................................................... 34Está amaneciendo ................................................................. 35Sobre el Taller de Plantas ..................................................... 39de la Escuela 791 .................................................................. 39

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La presente edicion de ‘El Rancho - 2013’se terminó de imprimir en los

Talleres del Colegio 758

Coordinador del Taller:Prof. Raul Matelo

Octubre de 2013

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