El relato de Navidad de Don Orlando

download El relato de Navidad de Don Orlando

of 9

Transcript of El relato de Navidad de Don Orlando

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    1/9

    elatodeavida

    Flix era una ardilla gris queviva con su familia dentro deltronco de un majestuoso roble.Era invierno y las ramas peladas

    del rbol estaban cubiertas deescarcha.

    Apenas vio salir el sol en elhorizonte, Flix salt de la cama.Corri donde su mam, le dioun riqusimo abrazo de ardillade peluche (eso quiere decir que

    no solo la abraz con los brazossino tambin con su esplndidacola suavecita), y luego se senta tomar un delicioso desayuno.Era un da muy particular paraFlix, pues era el primer da de latemporada navidea.

    Elrelato de

    Navidadde Don Orlando

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    2/9

    elatodeavidaCuando termin de desayunar,Flix se dispona a salir a saltarvelozmente por las ramas de losrboles, cuando escuch que su

    mam lo llamaba.No tan de prisa, Flix le dijo

    su mam, no te olvidas algo?Ay, mam pero si estamos

    de vacaciones!

    Eso no importa le explicsu mam, de todos modos debeslavarte los dientes, hacer tu cama yterminar tus tareas del hogar.

    Tienes razn, mam! contest Flix. Saba que lo correctoera obedecer, pero por dentro noestaba muy contento que digamosde tener que hacer esas cosascuando haba tanto por hacer afuerapara divertirse y jugar en Navidad.

    Flix hizo sus tareas lo ms

    rpido posible y sali disparadohacia un rbol cercano, corriendo

    y saltando de rama en rama. Flixse diriga a ver a su buena amigaBlanca. Blanca era una conejita delmismo color de su nombre que vivacon su familia en una madriguera.

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    3/9

    elatodeavidaBlanca! la llam Flix.Sal a jugar conmigo!Blanca sali de muy mal humor.

    Tendrs que esperarme unrato. An me falta terminar algunastareas... envacaciones.

    Flix esper afuera de laconejera de la familia de Blanca.Una vez que Blanca huboterminado, los dos se fueroncorriendo a jugar.

    Flix poda trepar y saltar porlas ramas de los rboles, pero

    Blanca poda correr tan rpido quea Flix le resultaba difcil seguirle

    el ritmo.Transcurra el da, pas la

    maana y lleg la tarde. Losdos amigos se encontraron porel rbol de Don Orlando. DonOrlando era un viejo y sabiobho. Haba vivido muchotiempo ah, y siempre tena algnrelato interesante que contar. ADon Orlando le encantaban losanimales pequeos y se pusocontento de ver a Flix y a Blanca.

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    4/9

    elatodeavidaEn qu andan ustedesdos estos das? pregunt DonOrlando.Son las vacaciones de

    invierno y nos estamos divirtiendoun montn! respondi Blanca.

    Bueno, aunque nuestras mamstodava nos obligan a ocuparnos dealgunas tareas de la casa aadiFlix, con tono de queja.

    Ahhh vacaciones festasnavideas qu bonito. Recuerdoque, de joven, a m tambin me

    costaba mucho hacer las tareas de lacasa cuando estaba de vacaciones.Hasta que cierto invierno, mihermano y yo tuvimos que aprenderpor las malas por qu es importantehacer lo que mam nos peda. Lesgustara escuchar la historia?

    Nos encantara! corearon

    Flix y Blanca. Les gustaban mucholas historias de Don Orlando.

    El viejo bho baj volando y sepos en una roca que haba cerca.Flix y Blanca se sentaron en elsuelo, ansiosos por escuchar elcuento de Don Osvaldo.

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    5/9

    elatodeavidaCuando era buhito comenz Don Orlando mimam tuvo que salir de viaje porunos cuantos das. Mi hermano

    Edgar y yo ya ramos lo bastantegrandecitos como para cuidarnos

    solos. Mam nos dej instruccionesdetalladas, para que supiramosqu tareas tenamos que hacercada da en su ausencia. Nos dijoque nos asegurramos de tomarla siesta durante el da, ya quenecesitbamos fuerzas para cazarde noche. Tambin nos encargque mantuviramos el nido limpio.

    De veras? Tuvieron quelimpiar y ordenar, aunque estabande vacaciones? pregunt Blanca.

    S, eso fue lo que nos pidimam. Pero apenas se fue, a Edgar y

    a m se nos ocurri hacer otra cosa.

    Mam se ha ido medijo Edgar. Hagamos lo quequeramos hasta que vuelva.

    Podemos jugar todo el da!exclam yo. No hace faltaque tomemos la siesta ni quehagamos nuestras tareas.

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    6/9

    elatodeavidaNos pareca un planmuy divertido. De modo queempezamos el da jugando a

    escondernos entre los rboles.Jugamos todo el da y nos

    divertimos un montn. Pero alllegar la noche ambos tenamosmucha hambre, as que nospreparamos para buscar comidacomo nos haba enseado mam.Pero como estbamos cansadosporque nos habamos pasado el da

    jugando, no tenamos la agilidadnecesaria para atrapar ningunapresa.

    Por fn regresamos al nidoa dormir, pero todo estaba tandesordenado que no podamosdormir. Era incomodsimo! Dimosvueltas de un lado a otro durante

    toda la noche y cuando lleg lamaana estbamos muy cansados.Y claro, hambrientos tambin.Pero como de da no podamoscazar, tuvimos que esperar hasta lanoche siguiente.

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    7/9

    elatodeavidaIgual, en vez de ordenar elnido nos fuimos directamente a

    jugar. Jugamos y jugamos. Aquellanoche de nuevo estuvimos muycansados como para cazar, as que

    tratamos de dormir.Tras pasar varias horas

    dando vueltas en la cama, ycon el estmago rugiendo delhambre, Edgar y yo por fnnos dimos cuenta de que sihubisemos obedecido a mam,

    no estaramos ni cansados ni conhambre. Si le hubisemos hechocaso, nuestro nido habra estadoordenadito y habramos dormidocmodamente.

    Creo que debemos ordenarel nido sugiri Edgar; nopuedo dormir. Hay un montn de

    cosas que me incomodan.Pienso lo mismo le dije.

    Tambin debimos haber tomadola siesta, as no estaramos tancansados a la hora de cazar.

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    8/9

    elatodeavidaEdgar y yo nos pusimosa ordenar todo y luego nosquedamos plcidamente dormidos.

    Fue una agradable sensacin que

    todo estuviera limpio. A lo largo delda siguiente nos aseguramos dedescansar, de modo que cuandolleg la noche no estbamosdemasiado cansados paracazar. Ms tarde aquella nocheencontramos algo rico para comer.

    Al regresar mam le contamoslo que haba pasado y ella se puso

    muy contenta de que hubiramosaprendido eso. Le dijimos que enel futuro nos esforzaramos porobedecer lo que nos dijera.

    Aprendimos que, si bien jugary divertirse es algo bueno, tambin

    hay una buena razn para limpiar yhacer nuestras tareas. Aprendimosa apreciar a mam y todo lo quenos haba enseado. Desde aquelda nos esforzamos por hacer lascosas de buena gana cada vez quenos tocaba limpiar o dar una manoen el nido.

  • 7/30/2019 El relato de Navidad de Don Orlando

    9/9

    elatodeavidaBlanca y Flix se miraron.

    Luego miraron a Don Orlando. Apartir de entonces, ellos tambinharan todo lo posible por echaruna mano en sus respectivascasas, aun si estaban devacaciones.

    Gracias por contarnos eso,Don Orlando dijo Flix. Voya recordarlo cada vez que me

    cueste hacer mis tareas.

    No hay de qu dijo DonOrlando. Felices festas!

    Igualmente corearonBlanca y Flix. Los dos amigosregresaron a sus madriguerasdecididos a esforzarse al mximo.

    Contribucin de Devon T. Sommers(autor original desconocido). Ilustraciones:Didier Martin. Diseo: Christia Copeland.

    Traduccin: Quiti y Antonia Lpez.Publicado por Rincn de las maravillas.

    La Familia Internacional, 2011