El riesgo de los desechos

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El riesgo de los desechos A pesar de que una resolución obliga a los importadores a reciclar una parte de sus ventas, sólo el 13% de las firmas la cumplen. Según cálculos oficiales, en 2013 el país sumó 140 mil toneladas de desechos. Hace 20 años eran muy pocos los afortunados que en Colombia habían visto o tenido contacto con un teléfono celular. De hecho, aunque se habían entregado las primeras licencias en la historia del país, no sería hasta un año después que el servicio entraría en operación. Diez años más tarde, con dos operadores consolidados y un tercero incipiente, la industria ya contaba con más de 10 millones de líneas. Hoy, con ocho operadores activos y servicios de datos de alta velocidad (4G), en el país hay, según cifras oficiales a marzo pasado, 51,5 millones de líneas. Oficialmente hay más abonados de telefonía celular que habitantes en el país (47,6 millones) y muchos de ellos han cambiado de celular al menos cuatro veces en su vida. Eso sin contar con el cambio de computadores de escritorio, portátiles, tabletas o dispositivos que hace muchos años pasó de moda (como el beeper). Todos ellos hacen parte hoy de la abultada lista de residuos tecnológicos que hay en el país, los cuales, según proyecciones del Ministerio de Ambiente, habrían llegado a 140.000 toneladas el año pasado. Un dato impreciso, con toda seguridad, si se tiene en cuenta que cada año entran

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El riesgo de los desechosA pesar de que una resolución obliga a los importadores a reciclar una parte de sus ventas, sólo el 13% de las firmas la cumplen.

Según cálculos oficiales, en 2013 el país sumó 140 mil toneladas de desechos.

Hace 20 años eran muy pocos los afortunados que en Colombia habían visto o tenido contacto con un teléfono celular. De hecho, aunque se habían entregado las primeras licencias en la historia del país, no sería hasta un año después que el servicio entraría en operación. Diez años más tarde, con dos operadores consolidados y un tercero incipiente, la industria ya contaba con más de 10 millones de líneas.Hoy, con ocho operadores activos y servicios de datos de alta velocidad (4G), en el país hay, según cifras oficiales a marzo pasado, 51,5 millones de líneas. Oficialmente hay más abonados de telefonía celular que habitantes en el país (47,6 millones) y muchos de ellos han cambiado de celular al menos cuatro veces en su vida. Eso sin contar con el cambio de computadores de escritorio, portátiles, tabletas o dispositivos que hace muchos años pasó de moda (como el beeper).Todos ellos hacen parte hoy de la abultada lista de residuos tecnológicos que hay en el país, los cuales, según proyecciones del Ministerio de Ambiente, habrían llegado a 140.000 toneladas el año pasado. Un dato impreciso, con toda seguridad, si se tiene en cuenta que cada año entran al país cerca de 6,5 millones de piezas nuevas de tecnología, lo que implica un incremento anual de 20.000 toneladas.“Es una situación preocupante, si tenemos en cuenta que gran parte de sus componentes terminan en un reciclaje anti técnico, donde la mayoría de las partes se queman sin ningún control para extraer los minerales preciosos que contienen, liberando, de paso, sustancias tóxicas para el medio ambiente”, explica Juan Carlos Moya, gerente general de Clic on Green, una entre la decena de compañías en el país dedicadas al reciclaje de estos desechos.

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Ellas nacieron a partir de la resolución 1512 de 2010, expedida por el Min ambiente, la cual obliga a las importadoras tecnológicas (se cree que hay poco más de 800) a entregarles residuos correspondientes al 15% del total de la mercancía legalizada. Pero, a pesar de que la regulación implica que ese porcentaje se incremente 5% cada año hasta lograr el 50% en 2021, se estima que menos de un centenar (sólo el 13% de ese universo) lo cumple.“Los factores son diversos, comenzando por el desconocimiento de la norma. Lo único cierto es que a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) le ha faltado mayor contundencia a la hora de exigir su cumplimiento”, señala Moya.Tal vez ese desconocimiento disminuyera si se advirtiera que, de no cumplirse, no sólo es posible recibir una multa económica o la suspensión de la licencia de importación. O que, más allá del daño ambiental, la falta de control puede favorecer al lavado de dinero. Después de todo, muchas partes tecnológicas tienen minerales como coltán, oro o cobre, con alta salida en el mercado negro. [email protected]