El Secreto de La Riqueza - Mauricio Rojas

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Tribuna Libre Mente Ágil 9 www.pulso.cl Martes 17 de junio de 2014 OPINION @pulso_tw facebook.com/pulsochile H ACE ALGUNOS siglos, la humanidad comenzó a aban- donar el estado de pobreza extrema que siempre había caracteri- zado su existencia. Ello ocurrió, como se sabe, en Europa Occidental a partir del renacimiento de las ciudades y el comercio en el siglo XI, y dio luego un salto espectacular con la Revolución Industrial inglesa del siglo XVIII y ahora, con la globaliza- ción en marcha, se está difundiendo por todo el planeta. Los investigadores concuerdan en que la razón principal del salto a la prosperidad fue de orden institucio- nal. No dependió de los recursos naturales, ni del nivel de conocimien- tos o la explotación de otros o la riqueza acumulada por las elites. Si así hubiese sido, ese salto se hubiese dado en China, India o el mundo islá- mico, pero no fue así. El cambio insti- tucional más significativo tuvo que ver con la relación entre Estado y sociedad. En algunas partes de Europa el poder del soberano dejó de ser ilimitado y antojadizo para some- terse a la legalidad y respetar a sus súbditos. Shakespeare lo reflejó muy bien en “El mercader de Venecia” (1600). La prosperidad veneciana dependía de la capacidad de atraer inversores y comerciantes que con- fiaban en que sus derechos serían respetados y la ley cumplida por todos, incluido el soberano. Casi dos siglos después, en 1776, Adam Smith dio su respuesta clásica a la pregunta sobre “la causa de la riqueza de las naciones”: somos más ricos porque somos más libres y sere- mos aún más ricos si incrementamos nuestra libertad. A su juicio, la divi- sión del trabajo y la especialización son la clave del aumento de la pro- ductividad, pero el motor más pode- roso del progreso es el interés propio, la búsqueda de mejorar la propia con- dición. Esta búsqueda ha existido siempre y condujo a mucha violencia y muy poco progreso mientras no fue encuadrada dentro de un marco de libertad para todos e intercambios voluntarios. Solo entonces nos vimos forzados a fomentar nuestro propio interés satisfaciendo a otros y no vio- lentándolos. Surge así un orden espontáneo, donde cada uno se especializa en ser- vir a los demás para servirse a sí mismo. Y la eficiencia de este orden crece en la medida que ampliamos la esfera de los intercambios volunta- rios. Es por ello que Smith afirma que “la división del trabajo se halla limita- da por la extensión del mercado” y predica, a fin de ampliarlo, la libertad de comercio. Más de medio siglo después encon- tramos a quien mejor y peor com- prendió la esencia del orden de la libertad, Karl Marx. “El manifiesto comunista” (1848) es una descripción insuperada de la fuerza creativa de “la burguesía”, que “no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción”. Ello a causa del elemen- to distintivo del capitalismo (palabra que Marx no usaba) u “orden bur- gués”: la competencia económica como medio para enriquecerse. D ONDE OTRAS “clases domi- nantes” usaban la fuerza, la burguesía usa su capacidad de producir más eficientemente. Por ello, “la burguesía ha cumplido un papel altamente revolucionario en la historia”, multiplicando la riqueza pero, a juicio de Marx, acumulándola en cada vez menos manos. Este fue su gran error, que lo llevó a profetizar el pauperismo masivo y la inevitable revolución comunista. A comienzos del siglo XX, el econo- mista austríaco Joseph Schumpeter profundizó nuestra comprensión de la creación de la riqueza poniendo el foco en los emprendedores. Lo que valoriza la naturaleza, el trabajo y el capital es la capacidad de los emprendedores para encontrarles usos socialmente provechosos bajo formas cada vez más eficientes. Para ello experimentan e innovan, es decir, asumen directamente la tarea de, como dijo Marx, “revolucionar incesantemente los instrumentos de producción”. Con ello se generan esas olas de avance tecnológico y “destrucción creativa” que agitan al capitalismo moderno, poniéndole un precio al progreso que no siempre comprendemos o estamos dispuestos a pagar. En décadas recientes, Douglass North y otros historiadores económi- cos han estudiando más en detalle las instituciones del progreso: Estado de Derecho, libertad civil y económica, propiedad privada, respeto a los con- tratos, limitación del poder. Para Nathan Rosenberg, gran estudioso de la historia de la tecnología, la superio- ridad decisiva del orden de la libertad reside en maximizar, al darnos a todos un espacio de soberanía indivi- dual, la cantidad de experimentos que se realizan en la sociedad. Con ello se potencia la capacidad de cam- bio y adaptación a nuevas condicio- nes, lo que es decisivo para la sosteni- bilidad del progreso. Al mismo tiem- po, la descentralización propia de la libertad hace que el costo de cada experimento fracasado sea limitado. Por el contrario, los órdenes centrali- zados tienden a reducir la cantidad de experimentos pero maximizan el costo social de cada fracaso. Por último, Daron Acemoglu y James Robinson hicieron en su obra “¿Por qué fracasan las naciones?” (2012) una importante contribución al destacar un aspecto central de las instituciones que generan progreso: su capacidad de incluir a la gran mayoría de la población en el proceso de desarrollo. Así, podemos comple- tar el aporte de Adam Smith diciendo que la profundidad del mercado y, por ello, el dinamismo del capitalis- mo, está dada por la igualdad básica de oportunidades que amplía la parti- cipación social en el mismo. Recordar estas cosas puede no estar demás en un momento en que muchos parecen estar obstinados en que Chile pierda el rumbo del pro- greso. P El autor es director Academia Liberal Funación para el Progreso (@MauricioRojasmr). El secreto de la creación de la riqueza El cambio institucional más significativo tuvo que ver con la nueva relación que se estableció entre el Estado y la sociedad. MAURICIO ROJAS El reglamento pendiente de la EAE Observatorio Global A la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente haga pública la nueva versión del reglamento de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), se siguen utilizando guías hechas en el pasado gobierno. JUAN JOSÉ TRONCOSO TIRAPEGUI P ESE A QUE la modificación de la ley 19.300 en enero de 2010 introdujo la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) de manera bastante general, dejan- do espacio para múltiples interpretacio- nes y en solo tres artículos (7° bis, ter y quáter), el 11 de marzo de 2014 el regla- mento de la EAE ya contaba con toma de razón de la Contraloría General de la República. Dicho reglamento había sido consensuado con profesionales de distin- tos ministerios sectoriales, albergados por un comité técnico que formaba parte de la orgánica de un proyecto que la ex Conama había cofinanciado con la Unión Europea el año 2008, y que el gobierno del Presidente Sebastián Piñera continuó y finalizó exitosamente en julio de 2012. En el marco de ese mismo proyecto, se contó con la asistencia técnica internacional for- mada por expertos europeos en EAE, que también hicieron aportes al reglamento. Así, y luego de casi tres años de intenso trabajo y muchas reuniones bilaterales con todos los ministerios, especialmente el Minvu y la Segpres, de más de 50 talle- res con los municipios y servicios públi- cos, y después de haber sido sometido a consulta pública en julio de 2012, en el año 2013 se logró el acuerdo con el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad para aprobar el reglamen- to de la EAE, y durante casi todo ese año estuvo bajo una intensa revisión de la Contraloría, para finalmente ser tomado de razón el 10 de marzo del presente año. Lamentablemente, la nueva administra- ción decidió no publicar en el Diario Ambiente se colaboró en procedimientos de EAE de más de 100 municipios, con las 15 seremis de Vivienda y Urbanismo y los 15 gobiernos regionales. Esta labor, aun sin la existencia del reglamento, se hizo gracias al convencimiento de que la EAE permite una mejora ambiental de los pro- cesos de planificación y de los instrumen- tos de ordenamiento territorial en sí. Asimismo, y con la identificación de crite- rios de sustentabilidad y de los objetivos y efectos ambientales de cada uno de los instrumentos, se lograron dar las bases territoriales para el desarrollo sustentable en gran parte de Chile. Hoy, a la espera de que el Ministerio del Medio Ambiente haga pública la nueva versión del regla- mento de EAE, se siguen utilizando las guías desarrolladas por el gobierno ante- rior, y mejorando ambientalmente, en el marco de lo que la ley 19.300 permite, los distintos instrumentos que han sido sometidos. Siempre se podrán incorporar mejoras, pero eso no debería detener los procesos. Es evidente que la ley requiere una nueva revisión, ya que gran parte de la problemática en la elaboración regla- mentaria radica en que la ley efectúa una regulación muy vaga que impide entrar en temas de fondo al reglamento. Es de esperar que esta situación no se mantenga en el tiempo, y podamos contar, cuanto antes, por el bien de Chile, con el nuevo reglamento de la Evaluación Ambiental Estratégica. P El autor es socio-director de Ecoplanning Consulting. Oficial el decreto que permitía la entrada en vigencia de dicha norma, proponiendo la introducción de cambios sin realizar nuevamente una consulta pública y sin interactuar con el resto de los ministerios que son relevantes al momento de su apli- cación. No obstante, y desde diciembre de 2010, a raíz del dictamen N° 78.815 de la Contraloría, la EAE se viene aplicando en base a guías e instructivos que, entre el Ministerio del Medio Ambiente, el Minvu y la Subsecretaría para las FFAA, se publi- caron a efectos de dar lineamientos a los distintos promotores de instrumentos de planificación territorial, zonificaciones del borde costero y planes regionales de orde- namiento territorial. De este modo, durante todo el gobierno del Presidente Piñera, desde el Ministerio del Medio b ¿Qué ha pasado? El actual gobier- no no publicó en el Diario Oficial el reglamento aprobado de la Evalua- ción Ambiental Estratégica (EAE). b ¿Cómo se hizo el proceso? La pa- sada administración desarrolló una extensa tarea de armonización y con- sulta para lograr un reglamento. b ¿Qué consecuencias tiene? El país requiere que la cartera de Medio Ambiente presente su fórmula nueva de reglamento para la EAE. P 7 4 6 2 7 6 5 4 5 3 2 1 7 5 6 3 8 9 6 3 2 7 1 5 8 5 7 4 Vea la solución en www.pulso.cl Completa la cuadrícula para que los números se conecten horizontal, vertical o diagonalmente. 135 127 128 70 76 69 66 64 121 131 75 58 60 119 138 132 73 57 117 115 86 17 37 113 16 19 21 39 51 90 13 24 42 92 103 25 34 49 94 102 9 33 48 109 95 99 101 10 4 32 47 97 31 140 1

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Columna de Mauricio Rojas acerca de cómo los países generan riquezas con un marco institucional coherente con la Libertad

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Tribuna Libre

Mente Ágil

9www.pulso.cl • Martes 17 de junio de 2014 OPINION@pulso_tw facebook.com/pulsochile

HACE ALGUNOS siglos, la humanidad comenzó a aban-donar el estado de pobreza

extrema que siempre había caracteri-zado su existencia. Ello ocurrió, como se sabe, en Europa Occidental a partir del renacimiento de las ciudades y el comercio en el siglo XI, y dio luego un salto espectacular con la Revolución Industrial inglesa del siglo XVIII y ahora, con la globaliza-ción en marcha, se está difundiendo por todo el planeta.

Los investigadores concuerdan en que la razón principal del salto a la prosperidad fue de orden institucio-nal. No dependió de los recursos naturales, ni del nivel de conocimien-tos o la explotación de otros o la riqueza acumulada por las elites. Si así hubiese sido, ese salto se hubiese dado en China, India o el mundo islá-mico, pero no fue así. El cambio insti-tucional más significativo tuvo que ver con la relación entre Estado y sociedad. En algunas partes de Europa el poder del soberano dejó de ser ilimitado y antojadizo para some-terse a la legalidad y respetar a sus súbditos. Shakespeare lo reflejó muy bien en “El mercader de Venecia” (1600). La prosperidad veneciana

dependía de la capacidad de atraer inversores y comerciantes que con-fiaban en que sus derechos serían respetados y la ley cumplida por todos, incluido el soberano.

Casi dos siglos después, en 1776, Adam Smith dio su respuesta clásica a la pregunta sobre “la causa de la riqueza de las naciones”: somos más ricos porque somos más libres y sere-mos aún más ricos si incrementamos nuestra libertad. A su juicio, la divi-sión del trabajo y la especialización son la clave del aumento de la pro-ductividad, pero el motor más pode-roso del progreso es el interés propio, la búsqueda de mejorar la propia con-dición. Esta búsqueda ha existido siempre y condujo a mucha violencia y muy poco progreso mientras no fue encuadrada dentro de un marco de libertad para todos e intercambios voluntarios. Solo entonces nos vimos forzados a fomentar nuestro propio interés satisfaciendo a otros y no vio-lentándolos.

Surge así un orden espontáneo, donde cada uno se especializa en ser-vir a los demás para servirse a sí mismo. Y la eficiencia de este orden crece en la medida que ampliamos la esfera de los intercambios volunta-rios. Es por ello que Smith afirma que “la división del trabajo se halla limita-da por la extensión del mercado” y predica, a fin de ampliarlo, la libertad de comercio.

Más de medio siglo después encon-tramos a quien mejor y peor com-

prendió la esencia del orden de la libertad, Karl Marx. “El manifiesto comunista” (1848) es una descripción insuperada de la fuerza creativa de “la burguesía”, que “no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción”. Ello a causa del elemen-to distintivo del capitalismo (palabra que Marx no usaba) u “orden bur-gués”: la competencia económica como medio para enriquecerse.

DONDE OTRAS “clases domi-nantes” usaban la fuerza, la burguesía usa su capacidad de

producir más eficientemente. Por ello, “la burguesía ha cumplido un papel altamente revolucionario en la historia”, multiplicando la riqueza pero, a juicio de Marx, acumulándola en cada vez menos manos. Este fue su gran error, que lo llevó a profetizar el pauperismo masivo y la inevitable revolución comunista.

A comienzos del siglo XX, el econo-mista austríaco Joseph Schumpeter profundizó nuestra comprensión de la creación de la riqueza poniendo el foco en los emprendedores. Lo que valoriza la naturaleza, el trabajo y el capital es la capacidad de los emprendedores para encontrarles usos socialmente provechosos bajo formas cada vez más eficientes. Para ello experimentan e innovan, es decir, asumen directamente la tarea de, como dijo Marx, “revolucionar incesantemente los instrumentos de

producción”. Con ello se generan esas olas de avance tecnológico y “destrucción creativa” que agitan al capitalismo moderno, poniéndole un precio al progreso que no siempre comprendemos o estamos dispuestos a pagar.

En décadas recientes, Douglass North y otros historiadores económi-cos han estudiando más en detalle las instituciones del progreso: Estado de Derecho, libertad civil y económica, propiedad privada, respeto a los con-tratos, limitación del poder. Para Nathan Rosenberg, gran estudioso de la historia de la tecnología, la superio-ridad decisiva del orden de la libertad

reside en maximizar, al darnos a todos un espacio de soberanía indivi-dual, la cantidad de experimentos que se realizan en la sociedad. Con ello se potencia la capacidad de cam-bio y adaptación a nuevas condicio-nes, lo que es decisivo para la sosteni-bilidad del progreso. Al mismo tiem-po, la descentralización propia de la libertad hace que el costo de cada experimento fracasado sea limitado. Por el contrario, los órdenes centrali-zados tienden a reducir la cantidad de experimentos pero maximizan el costo social de cada fracaso.

Por último, Daron Acemoglu y James Robinson hicieron en su obra “¿Por qué fracasan las naciones?” (2012) una importante contribución al destacar un aspecto central de las instituciones que generan progreso: su capacidad de incluir a la gran mayoría de la población en el proceso de desarrollo. Así, podemos comple-tar el aporte de Adam Smith diciendo que la profundidad del mercado y, por ello, el dinamismo del capitalis-mo, está dada por la igualdad básica de oportunidades que amplía la parti-cipación social en el mismo.

Recordar estas cosas puede no estar demás en un momento en que muchos parecen estar obstinados en que Chile pierda el rumbo del pro-greso. P El autor es director Academia Liberal Funación para el Progreso (@MauricioRojasmr).

El secreto de la creación de la riquezaEl cambio institucional más significativo tuvo que ver con la nueva relación que se estableció entre el Estado y la sociedad.

MAURICIO ROJAS

El reglamento pendiente de la EAEObservatorio Global

A la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente haga pública la nueva versión del reglamento de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), se siguen utilizando guías hechas en el pasado gobierno.

JUAN JOSÉ TRONCOSO TIRAPEGUI

PESE A QUE la modificación de la ley 19.300 en enero de 2010 introdujo la Evaluación Ambiental Estratégica

(EAE) de manera bastante general, dejan-do espacio para múltiples interpretacio-nes y en solo tres artículos (7° bis, ter y quáter), el 11 de marzo de 2014 el regla-mento de la EAE ya contaba con toma de razón de la Contraloría General de la República. Dicho reglamento había sido consensuado con profesionales de distin-tos ministerios sectoriales, albergados por un comité técnico que formaba parte de la orgánica de un proyecto que la ex Conama había cofinanciado con la Unión Europea el año 2008, y que el gobierno del Presidente Sebastián Piñera continuó y finalizó exitosamente en julio de 2012. En el marco de ese mismo proyecto, se contó con la asistencia técnica internacional for-mada por expertos europeos en EAE, que también hicieron aportes al reglamento. Así, y luego de casi tres años de intenso trabajo y muchas reuniones bilaterales con todos los ministerios, especialmente el Minvu y la Segpres, de más de 50 talle-res con los municipios y servicios públi-cos, y después de haber sido sometido a consulta pública en julio de 2012, en el año 2013 se logró el acuerdo con el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad para aprobar el reglamen-to de la EAE, y durante casi todo ese año estuvo bajo una intensa revisión de la Contraloría, para finalmente ser tomado de razón el 10 de marzo del presente año. Lamentablemente, la nueva administra-ción decidió no publicar en el Diario

Ambiente se colaboró en procedimientos de EAE de más de 100 municipios, con las 15 seremis de Vivienda y Urbanismo y los 15 gobiernos regionales. Esta labor, aun sin la existencia del reglamento, se hizo gracias al convencimiento de que la EAE permite una mejora ambiental de los pro-cesos de planificación y de los instrumen-tos de ordenamiento territorial en sí. Asimismo, y con la identificación de crite-rios de sustentabilidad y de los objetivos y efectos ambientales de cada uno de los instrumentos, se lograron dar las bases territoriales para el desarrollo sustentable en gran parte de Chile. Hoy, a la espera de que el Ministerio del Medio Ambiente haga pública la nueva versión del regla-mento de EAE, se siguen utilizando las guías desarrolladas por el gobierno ante-rior, y mejorando ambientalmente, en el marco de lo que la ley 19.300 permite, los distintos instrumentos que han sido sometidos. Siempre se podrán incorporar mejoras, pero eso no debería detener los procesos. Es evidente que la ley requiere una nueva revisión, ya que gran parte de la problemática en la elaboración regla-mentaria radica en que la ley efectúa una regulación muy vaga que impide entrar en temas de fondo al reglamento. Es de esperar que esta situación no se mantenga en el tiempo, y podamos contar, cuanto antes, por el bien de Chile, con el nuevo reglamento de la Evaluación Ambiental Estratégica. P El autor es socio-director de Ecoplanning Consulting.

Oficial el decreto que permitía la entrada en vigencia de dicha norma, proponiendo la introducción de cambios sin realizar nuevamente una consulta pública y sin interactuar con el resto de los ministerios que son relevantes al momento de su apli-cación. No obstante, y desde diciembre de 2010, a raíz del dictamen N° 78.815 de la Contraloría, la EAE se viene aplicando en base a guías e instructivos que, entre el Ministerio del Medio Ambiente, el Minvu y la Subsecretaría para las FFAA, se publi-caron a efectos de dar lineamientos a los distintos promotores de instrumentos de planificación territorial, zonificaciones del borde costero y planes regionales de orde-namiento territorial. De este modo, durante todo el gobierno del Presidente Piñera, desde el Ministerio del Medio

b ¿Qué ha pasado? El actual gobier-no no publicó en el Diario Oficial el reglamento aprobado de la Evalua-ción Ambiental Estratégica (EAE).

b ¿Cómo se hizo el proceso? La pa-sada administración desarrolló una extensa tarea de armonización y con-sulta para lograr un reglamento.

b ¿Qué consecuencias tiene? El país requiere que la cartera de Medio Ambiente presente su fórmula nueva de reglamento para la EAE.

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