El Self y Sus Pluralidades

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Complejidad Self

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  • ANLISIS

    EL SELF Y SUS

    PLURALIDADES:

    UN ANLISIS DESDE

    EL PARADIGMA DE

    LA COMPLEJIDADNuria Codina

    Departamento de Psicologa Social. Universidad de Barcelona

    e-mail: [email protected]

    Resumen Acerca de la diversidad de definiciones ytrminos autorreferenciales se considera la opinin

    compartida sobre la problemtica de la misma. Se valo-ra el alcance real de dicha diversidad y se observa questa puede ser interpretada como pluralidad necesaria

    en el anlisis de un fenmeno complejo como el self(s mismo). Se consideran algunos anlisis autorrefe-

    renciales que se practican desde concepciones lineales ycomplejas y se muestran algunas de las mayores dife-rencias segn el enfoque epistemolgico. A partir de

    aqu se presenta un modelo terico basado en una con-cepcin compleja del self y, tomando como referencia

    este modelo, se explica la problemtica de la diversidaden la investigacin del self y se plantean criterios para

    el desarrollo de una concepcin integradora de diversasorientaciones. En esta misma lnea, atendiendo a la

    dimensin interactiva del self se propone un anlisis deciertos aspectos complejos de la influencia del medio

    sobre el sistema de autorreferencias. En esta propuestase consideran algunos tipos de fuerzas interactivas sedan en la microfsica y un efecto que contradice las

    concepciones clsicas sobre el poder de las fuerzas deinteraccin: la libertad asinttica. En relacin con lovisto a lo largo del trabajo, se plantea un anlisis quepone de manifiesto ciertos aspectos complejos de la

    influencia de los otros sobre el self.

    Palabras clave Complejidad. Self. Autorreferentes.Interaccin.

    Abstract It is considered shared opinions about the diverse self-referents definitions and terms. Thisdiversity is valued in its real scope, and interpreted as anecessary pluralism to analyze a complex phenomenonsuch as the self. In this sense, some self-referentialanalysis from linear and complex perspectives are con-sidered, showing some of their main differences accor-ding to an epistemological standpoint. Following this,a theoretical complexity-based model of the self is pre-sented; this model permit to explain the question ofdiversity in self research, and to set forth some criteriato develop an integrated self conception coming fromdifferent theories. Besides, considering self interactiveaspect makes to propose an analysis of complex nuan-ces in environmental influences that affect self-refe-rents system; specifically, those related to an interacti-ve power studied in Microphysics, and the asinthoticfreedom -which contradicts the classical views aboutthe load of the interaction strength. This analysis istranslated into some complex elements in others'influence in the self.

    Key words Complexity. Self. Self-referents.

    , : -

    THE SELF AND

    ITS PLURALITIES:

    AN ANALYSIS FROM

    THE COMPLEXITY

    PARADIGM

  • LA PLURALIDAD AUTORREFERENCIAL Y EL PROBLEMA DE

    LA DIVERSIDAD

    Parece que los trabajos que actualmente se publicansobre el self (en adelante: self o s mismo), necesitanhacer algunos comentarios cuestionando los conceptosautorreferenciales. Se trata de reflexiones que, por ejem-plo, exponen el dilema que provoca tener que optar poruna entre distintas definiciones que existen para unamisma autorreferencia; o la desorientacin que generaque no se explicite qu se entiende por expresionescomo autoconcepto o autoestima. Asimismo, enmuchos trabajos se ameniza la problemtica conceptualremarcando, en tono de desaprobacin, la variedad detrminos autorreferenciales que existen en la literaturaespecializada1 (Bracken, 1996; Burns, 1979; Codina,2005; Epsein, 1981; Harter, 1999; Hattie y Marsh,1996; Mruk, 1995; o, Wylie, 1979; entre otros).

    Este tipo de observaciones, al margen de su impor-tancia como crtica, se repiten de manera que parecenresponder a ciertos estereotipos. Como se dira desde lateora del caos, las valoraciones tienen "un atractor depunto fijo", en el sentido de que quedan atrapadas o fija-das en un argumento. En el caso de las autorreferencias,las denuncias a las que nos referimos, tienen como atrac-tor de punto fijo la idea de "diversidad", atractor al quese llega despus de pasar por trayectorias en las que secataloga como problemtica la variedad de trminos ode definiciones.

    Las crticas relativas a la dificultad de precisar con-ceptualmente las autorreferencias y los cuestionamien-tos sobre la diversidad de las mismas, generalmente,giran en torno a las empleadas con mayor frecuencia.Pero, paradjicamente, esta restriccin analtica no faci-lita que se alcance lo que se querra conseguir: una ideaclara de las diferencias entre autorreferentes; una expli-cacin que justifique la falta de acuerdo en las definicio-nes; o un argumento sobre la diversidad de autorrefe-rentes. Estos retos tienen un pronstico incierto si seanalizan desde perspectivas lineales, pues el sistema deautorreferencias encierra una entramada red de cone-xiones e interdependencias (Murk, 1995). No obstante,desde el paradigma de la complejidad son posibles otrasinterpretaciones y otras metas. Una de estas se adviertecuando se va ms all de los autorreferentes utilizadoscon mayor frecuencia en relacin con el s mismo (auto-concepto, autoestima o autoimagen).

    ANLISIS

    EL SELF Y SUS PLURALIDADES: UN ANLISIS DESDE EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD / NURIA CODINA

    Para no quedarse slo con estos autorreferentes olimitarse a los empleados en unas perspectivas de anli-sis concretas, es preciso tener documentado el alcance dela diversidad de autorreferencias a travs de unos ndiceso registros especializados. Dado que aqu no interesatanto la informacin contrastada, como un registro sis-tematizado de distintos autorreferentes, se opta por laalternativa de considerar los trminos reconocidos por laAmerican Psychological Association e indexados en el Thesaurus of Psychological Index. En este sentido, la edi-cin del ltimo glosario terminolgico (Gallegher,2005) muestra que el nmero de expresiones con el pre-fijo self asciende a 53 (ver tabla I). Este dato pone demanifiesto que ciertamente son numerosos los trminosque se han acuado en relacin con el s mismo, muchosms de los que con frecuencia se piensa cuando se cues-tiona la diversidad de autorreferencias.

    Si se atiende nicamente al nmero de autorreferen-tes, las evaluaciones que se puedan hacer sern limitadas.En cambio, las posibilidades de anlisis crtico sonmayores si se consideran algunas caractersticas ms cua-litativas. En relacin con la problemtica de la diversi-dad de autorreferencias puede observarse que stascubren un amplio y tupido abanico autorreferencial,pues van desde la automedicacin a la autoestima pasan-do por la automutilacin, la autorrealizacin o la autoe-ficacia. As pues, respecto a las 53 autorreferencias hayque hacer, al menos, dos observaciones. Por una parte,que algunos autorreferentes son prximos, tanto que elmismo Thesaurus establece relaciones de equivalencia yrelaciones asociativas entre ellos. Y, por otra parte, que apesar de su esencia autorreferencial, hay trminos queson propios de unas perspectivas de anlisis especficas yque, por su alto grado de concrecin, mantienen pocasconexiones con otros autorreferentes.

    En el plano de la investigacin, tras la diversidad deautorreferencias y definiciones se encuentra un fenme-no que es aprehendido y estudiado por partes, lo queresponde al objetivo de investigarlo de forma precisa yprofunda. Esta orientacin se ha ido desarrollando yganando terreno de forma progresiva, tal como parecemostrarlo la informacin que ofrece el Thesaurus desdelos aos 70. En efecto, por la dinmica de la investiga-cin, el nmero de autorreferentes, en trminos absolu-tos, ha experimentado un importante incremento, y,paralelamente, algunas entradas se han eliminado,renombrado, o, cambiado de categora dentro de lajerarqua que establece el ndice terminolgico. Yendo alos datos concretos que evidencian el incremento deautorreferentes, en la ltima edicin de este registro ter-minolgico se incluyen autorreferentes que, incorpora-dos edicin a edicin, han ido engrosando el apartado

    1 En un tono similar a las crticas sobre la diversidad terminolgi-ca y conceptual destacan las denuncias respecto a la cantidad de ins-trumentos que se construyen y se utilizan puntualmente para estu-diar autorreferentes como autoestima o autoconcepto.

  • del self. Un anlisis por dcadas de este Thesaurus mues-tra la siguiente distribucin: de los aos 60, de los tr-minos que utilizaba el Psychological Abstracts, se incluyen4; de los 70, primera y segunda edicin de los Thesau-rus, se conservan 10 descriptores; de los 80, tercera,cuarta y quinta edicin, se consideran 14 autorreferen-tes; de la dcada de los 90, sexta, sptima y octava edi-cin, se incluyen 9 trminos, y, finalmente, en el perio-do que va de 1997 a 2005, se han incorporado 4 auto-rreferencias nuevas. Adems, de estas inclusiones, en elapartado del self hay otras 12 entradas remiten directa-mente a otro descriptor como trmino preferido por ser

    NURIA CODINA / EL SELF Y SUS PLURALIDADES: UN ANLISIS DESDE EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD

    ANLISIS

    sinnimo o casi-sinnimo (ver tabla I, autorreferentescon asterisco).

    La ampliacin de autorreferencias puede ser interpre-tada como una muestra de un incremento de perspecti-vas de anlisis interesadas por el tema. Tambin el incre-mento, como apuntbamos, puede ser entendido comoel resultado del trabajo realizado para alcanzar mayorprecisin en la explicacin del fenmeno por la va deparcelar el anlisis del self; de ah que frente a la fuerteapuesta por esta lnea de trabajo generen incomodidadlas confusiones, los solapamientos o las ambigedades.

    No obstante, el aumento del nmero de autorrefe-rencias admite otra interpretacin compatible y comple-mentaria con las anteriores. Esta consiste en ver que elself es un fenmeno complejo y que se investiga desdepresupuestos lineales que reducen lo complejo y simpli-fican la realidad. Por ello tiene sentido que desde unaconcepcin lineal se cuestione la diversidad indefinida ydesde perspectivas complejas se pueda valorar la diversi-dad en trminos de pluralidad necesaria para el anlisisde este fenmeno complejo.

    ENTRE LA AUTOESTIMA Y EL COMPORTAMIENTO:

    UNA RELACIN NO LINEAL

    El trmino "complejo" y otros de la misma familiatambin figuran en algn lugar del texto de muchaspublicaciones sobre el self, pero se incorpora de maneraque "complejo" parece ser un adjetivo indiscutiblemen-te unido al self. Este tipo de consideraciones, sin embar-go, no implica que se asuma la complejidad del fen-meno o que se investigue el self desde la complejidad.Aqu se observan dos acepciones por la forma de utilizarel trmino: una cosa es afirmar que el self es complejo yestudiarlo desde la simplicidad; y otra es aceptar su com-plejidad e investigar sus dinmicas complejas.

    Dentro de la primera acepcin, que es la predomi-nante, hay autores que destacan y discuten ciertas con-tradicciones en torno a determinados modelos linealessobre el self. En esta posicin se encuentra una de lasteoras ms popularizadas sobre el self, la defendida porel "self-esteem movement". La teora, en concreto, sebasa en el postulado de que a mayores niveles de auto-concepto y autoestima, mejores consecuencias.

    Esta presuposicin, en los aos setenta, estimul eldesarrollo de intervenciones educativas orientadas aincrementar los niveles de autoestima, ya que asegurababeneficios en el rendimiento acadmico y disminucinde conductas socialmente problemticas. Sin embargo,al menos desde finales de los ochenta, se ha objetadoseriamente los postulados del movimiento.

    TABLA 1

    RELACIN DE AUTORREFERENTES EN ELTHESAURUS OF PSYCHOLOGICAL INDEX TERMS (2005)

    Relacin de descriptores autorrefereciales incluidos en el Thesaurus Psychological IndexTerms de 2005.

    1. Self acceptance

    2. Self Actualization

    3. Self Administration (Drugs)

    (Drug Self Administration)*

    4. Self Analysis

    5. Self Assessment (Self

    Evaluation)*

    6. Self Care Skills

    7. Self Concept

    8. Self Confidence

    9. Self Congruence

    10. Self Consciousness (Self Per-

    ception)*

    11. Self Control

    12. Self Criticism

    13. Self Defeating Behavior

    14. Self Defense

    15. Self Destructive Behavior

    16. Self Determination

    17. Self Directed Learning (Indivi-

    dualized Instruction)*

    18. Self Disclosure

    19. Self Efficacy

    20. Self Employment

    21. Self Esteem

    22. Self Evaluation

    23. Self Examination (Medical)

    24. Self Fulfilling Prophecies

    25. Self Handicapping Strategy

    26. Self Help Techniques

    27. Self Hypnosis (Autohypnosis)*

    28. Self Image (Self Concept)*

    29. Self Inflicted Wounds

    30. Self Injurious Behavior (Self

    Destructive Behavior)*

    31. Self Instruction (Individualized

    Instruction)*

    32. Self Instructional Training

    33. Self Management

    34. Self Managing Work Teams

    35. Self Medication

    36. Self Monitoring

    37. Self Monitoring (Personality)

    38. Self Mutilation

    39. Self Observation (Self Monito-

    ring)

    40. Self Perception

    41. Self Preservation

    42. Self Psychology

    43. Self Realization (Self Actualiza-

    tion)*

    44. Self Reference

    45. Self Referral

    46. Self Regulated Learning

    47. Self Regulation

    48. Self Reinforcement

    49. Self Report

    50. Self Respect (Self Esteem)*

    51. Self Stimulation

    52. Self Talk

    53. Selfishness

  • Entre las crticas, Mecca, Smelser y Vasconellos(1989, 15) muestran la ausencia de linealidad entreniveles de autoestima y comportamiento. Estos autoresencuentran que las consecuencias de determinados nive-les de autoestima "son mixtas, insignificantes o ausen-tes". La constatacin de relaciones no lineales tambinlas relatan Baumeister, Smart y Boden (1996), quienesmuestran que personas con una alta autoestima, cuandose les amenaza su ego o estatus, incurren ms a menudoen actos de violencia. En esta lnea de trabajos, reciente-mente, Pyczynski, Greenberg, Solomon, Arndt y Schi-mel (2004) por una parte, y, Baumeister, Campbell,Krueger y Vohs (2003) por otra, explican que la altaautoestima tiene efectos contradictorios sobre la ansie-dad, la depresin y la satisfaccin. Ms detalladamente,Baumeister et al. (2003) cuestionan los beneficios de laalta autoestima sobre los resultados escolares, el xitoprofesional, la felicidad, los estilos de vida saludables,etc. Y, reafirmando esta postura, observan que hay pocaevidencia de que los delincuentes sufran de baja autoes-tima; que est poco demostrado que la alta autoestima,o, la mejora de la autoestima promueva un mejor rendi-miento acadmico y funcionamiento laboral; y, queexisten datos contradictorios acerca de la influencia de laautoestima sobre comportamientos relacionados con lasalud, como el fumar, el uso de drogas o los embarazosadolescentes.

    El que los resultados no suscriban que la alta autoesti-ma cause beneficios y resultados positivos, para la mayo-ra de estudiosos no se debe a que el modelo lineal no secorresponda con la realidad compleja del fenmeno. Seespecula que el problema se debe a que las conceptuali-zaciones del constructo son demasiado simples; la tipo-loga de autoestima empleada no guarda relacin con lavariable dependiente que se estudia; los instrumentosutilizados para medir este autorreferente son distintos; o,las estrategias de intervencin son poco elaboradas y ate-ricas (Croker y Wolfe, 2001; Rosenberg, Schooler,Schoenbach y Rosenberg, 1995; Wiley, 1979). En rela-cin con estas convicciones, para lograr un grado de pre-diccin aceptable y adecuar el modo de estudiar el fen-meno a la realidad del mismo, una opcin es investigarniveles de autoestima en reas especficas pensando questas son mejores predictoras del comportamiento que laautoestima global (Crocker y Wolpe, 2001; Marsh,1986; Pelham, 1995; Rosenberg et al., 1995).

    Los trabajos que se desarrollan en esta lnea parecenavanzar en algunos aspectos como es el conocimientosobre la estructura jerrquica y multidimensional delfenmeno, lo que ha dado lugar a la propuesta de diver-sos modelos explicativos (Boersma y Chapman, 1985;Byrne, 1996; Harter, 1996; Marsh y Hattie, 1996;

    ANLISIS

    EL SELF Y SUS PLURALIDADES: UN ANLISIS DESDE EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD / NURIA CODINA

    Marsh y Shavelson, 1985). No obstante, como algunosde los investigadores reconocen, no se logra dar con unmodelo que explique satisfactoriamente los autorrefe-rentes y sus repercusiones sobre determinadas conductas(ver por ejemplo: Harter, 1999; o, Marsh, 1990; 2001).

    El problema de establecer unas relaciones lineales enuna realidad compleja no lo tienen las teoras de la com-plejidad. Precisamente desde stas se percibe que lasautorreferencias constituyen un escenario en el que serequieren unas explicaciones no lineales y, ms especfi-camente en el sistema de autorreferentes, podran estu-diarse procesos en los que son protagonistas aspectos dela complejidad como caos, borrosidad o catstrofes(Btz, 1992; 1993; Codina, 2005; Eiser, 1994; Munn,1995; en prensa)

    En la acepcin de reconocer la complejidad del self einvestigar sus aspectos complejos, aunque son aporta-ciones que no tratan directamente de las consecuenciaso efectos de unos determinados niveles de autoestima,son sugerentes los planteamientos que han desarrolladoBtz y Eiser.

    En efecto, desde una orientacin psicodinmica, refi-rindose fundamentalmente al caos como generador deorden, Btz (1992; 1993) sostiene que a lo largo del ciclode vida y en el proceso psicoteraputico es necesario quela persona tenga la experiencia emocional de caos, puescon ella es posible el cambio y el desarrollo adaptativo. Deacuerdo con la teora del caos, en su propuesta, Btz noentiende el caos como desorden ni como un orden azaro-so, sino como un orden determinista pues tiene un patrnregulador, un atractor extrao cuyas variables no se repi-ten exactamente pero tienen unos valores que se encuen-tran dentro de los mrgenes de la llamada "rea del espa-cio de fases" (ver figura I).

    FIGURA 1IMAGEN DE UN ATRACTOR EXTRAO

  • Por su parte, desde un enfoque sociocognitivo, Eiser(1994) analiza el self como autoconciencia y sostieneque la autoconciencia y la capacidad para la autorrefle-xin se establece a partir de un patrn de informaciones,el cual ser altamente complejo, pero generado por prin-cipios sorprendentemente simples. Los planteamientosde Eiser acerca de la autorreflexin, Regis (1996/1990.)los considera en la revisin de su tesis doctoral comouna alternativa para interpretar los datos obtenidos enrelacin con los niveles de autoestima y la tolerancia a ladisonancia cognitiva.

    Siguiendo las tesis de Btz y Eiser se podran recon-siderar algunos planteamientos del movimiento de laautoestima. As, por ejemplo, respecto al contenido desus propuestas de intervencin se pondra en duda quelas actuaciones se orientaran a que la persona se valore osienta bien consigo misma. Tambin, desde la compleji-dad se cuestionaran los anlisis que van a la bsquedade unos principios complicados que se organizan enunos patrones de comportamiento lineal; pues los patro-nes de comportamiento complejo pueden ser explicadosa partir de modelos de anlisis sencillos.

    Aunque el enfoque analtico que proponen estosautores es muy distinto de los tradicionales, podraentenderse que tratan de explicar el self al igual que lohacen otras teoras, ya que no explican la totalidad delfenmeno. Este es un prejuicio que, con frecuencia,desde la simplicidad se dirige a las teoras de la comple-jidad, pues se tiene la idea de que desde la complejidadse va a explicar la totalidad de un fenmeno. Pero desdeestas teoras no se persigue este objetivo, sino que preci-samente se entiende que la realidad compleja no puedeexplicarse en su completitud.

    MANIFESTACIONES DEL S MISMO: PLURALIDAD Y

    COMPLEJIDAD

    Para mostrar mejor las limitaciones que existen paraexplicar el fenmeno complejo del self; ofrecer unavisin de conjunto de los anlisis que se vienen desarro-llando; y, entender el sentido de las diversidades auto-rreferenciales, es esclarecedor el modelo de "las cuatrocaras del self" que Munn (1997; 2000; en prensa) hapropuesto desde la epistemologa de la complejidad.Para una rpida descripcin, es de gran ayuda su repre-sentacin grfica, una figura geomtrica. El modelo ori-ginal es un rombo en cuyos lados figuran como autorre-ferentes: el autoconcepto, la autoestima, la autorrealiza-cin y la autoimagen, los cuales se entiende que sonmodos de manifestarse el self.

    NURIA CODINA / EL SELF Y SUS PLURALIDADES: UN ANLISIS DESDE EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD

    ANLISIS

    El hecho de que los autorreferentes no sean vistoscomo componentes del self sino como modos de mani-festarse el fenmeno, es un matiz importante para com-prender la gran actividad que tiene lugar en el sistema deautorreferencias2. En este sentido, y para concretar,entendemos que los distintos autorreferentes estn dina-mizados por aspectos complejos como caos, catstrofes,borrosidad o turbulencias; y que entre ellos mantienenuna relacin de interdependencia, en la que tambinestn presentes estos aspectos de la complejidad (sobrelos aspectos de la complejidad ver: Munn, 1995; 2000;en prensa).

    Este modelo, que podramos denominar "modelointegrador", permite hacer un anlisis de diferentesenfoques en la actividad investigadora sobre el self ytambin facilita la comprensin de muchos aspectos delproceso del s mismo tal y como se dan en la realidad.De acuerdo con lo que se ha visto aqu, se pueden haceralgunas reconsideraciones respecto a la problemtica dela variedad de definiciones autorreferenciales, altos ybajos niveles de autoestima y autoconcepto y diversidadde autorreferencias.

    Por lo que se refiere a dificultad de establecer y acor-dar delimitaciones conceptuales, esta se comprendemejor al considerar, de una parte, que entre autorrefe-rentes se da una relacin de interdependencia con aspec-tos complejos y, de otra, que los autorreferentes, pornaturaleza y por estas interacciones, constituyen unarealidad imprecisa. En definitiva, aqu se puede ver quehay un problema de querer dar definiciones precisas deuna realidad borrosa (sobre la borrosidad ver: Kosko,1995, Munn, 1995; 1997; en prensa; y, especficamen-te en el campo del self, Codina, 2005).

    2 Sobre la polmica acerca de la estabilidad - inestabilidad del self,ver los planteamiento de Gergen (1982) y una sntesis de la discusinen Fierro (1985).

    Fuentes: Codina (2000). Basado en Munn (1998).

    FIGURA 2MODELO DE LAS CUATRO CARAS DEL SELF

  • Respecto al proceso del s mismo tal y como se da enla realidad, la interdependencia de autorreferentes den-tro de un sistema dinmico complejo hace que, entreestas, se establezcan determinadas relaciones para man-tener un equilibrio tendencial. Tambin en estas rela-ciones entre autorreferentes se perfilan diferencias deprotagonismo dentro del sistema del self. De este modo,los que adquieren mayor importancia para la persona,los "sobreautorrefetentes", podrn tener un cierto poderde control y condicionar los autorreferentes restantes.

    Finalmente, respecto a esta dinmica intra-autorrefe-rencial se sigue un proceso de autoorganizacin quepuede ser fluida o desarrollarse con cierta direccin porparte de la propia persona, como ocurre cuando se tratade incrementar el protagonismo de un autorreferenteconcreto para compensar las deficiencias de otro. Ilustraeste proceso que describimos alguien que se orientara aincrementar su nivel de autorrealizacin laboral paracompensar un dficit en su autoestima familiar, y, mstarde, podra enfatizar su autoimagen en el deporte parahacer llevadero un bajo autoconcepto.

    Con estas consideraciones se pueden entender algu-nas de las contradicciones que se han observado en rela-cin con los postulados del movimiento de la autoesti-ma. Esto es, al margen del abordaje emprico que hagapara aprehender el fenmeno, parece que limitarse acontemplar un aspecto autorreferencial tiene sus riesgos,ya que puede que ste no sea la manifestacin msimportante para la persona y se ignora parte de lo queeste autorreferente constituye en otros y los otros cons-tituyen en este.

    En relacin con la diversidad de autorreferentes, en elmodelo integrador se destacan cuatro autorreferencias,pero el nmero se puede incrementar y la figura adop-tar otras formas. El criterio para crear una figura alte-rando el nmero de autorreferentes consiste en conside-rar que hay autorreferentes genricos basados en unmarco terico o paradigma y que hay autorreferentesque son especificaciones (teoras de alcance medio ymicroteoras) de otro ms genricos (marcos tericos).En el caso de la figura romboide, Munn explica que encada lado hay un marco terico que se ocupa de investi-gar ms propiamente un autorreferente. De este modo,dir que la orientacin cognitiva resalta los aspectos deautoconcepto; la psicoanaltica, la autoestima; la inte-raccionista simblica y teoras del rol, la autoimagen; yla humanista, la autorrealizacin.

    La figura romboide, como apuntbamos, puedeadoptar otras formas o incluso volmenes si vara elnmero de marcos tericos o se contemplan teoras msconcretas. La organizacin y ubicacin de distintosautorreferentes en la figura geomtrica depende del

    ANLISIS

    EL SELF Y SUS PLURALIDADES: UN ANLISIS DESDE EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD / NURIA CODINA

    lugar que ocupa en el cruce de pluralismos vertical yhorizontal (ver los niveles de formalizacin del conoci-miento psicosocial en Codina, 1997; 1999; 2004; 2005;Munn, 1993; en prensa).

    Atendiendo a la prctica investigadora y al conceptode pluralismo horizontal, si se ampliaran las perspectivasde anlisis y se contemplara, por ejemplo, el conductis-mo sociocognitivo, la figura geomtrica podr adoptarla forma de pentgono. En esta misma lnea, en el plu-ralismo vertical se pueden considerar dentro de unmismo marco teoras ms concretas, de manera que,dentro del sociocognitivismo se podran diferenciar teo-ras como la de los "possible selves" de Marcus y Nurius(1986), o, la de la autodiscrepancia de Higgins (1989).En este caso, las teoras apuntadas sern algunas especi-ficaciones que se situaran en el lado de la figura dondese haya colocado un enmarque terico ms abstracto, elparadigma cognitivo3 (Codina, 2000; 2004).

    HETERORREFERENTES DEL S MISMO: LIMITES DE LO

    LINEAL Y PROPUESTAS COMPLEJAS

    El modelo integrador, adems del proceso interno delself, contempla la faceta ms psicosocial del fenmeno atravs de las que denominamos "fuentes del self" o"heterorreferentes". Como ha apuntado Munn (2000),las autorreferencias conectan con el exterior, haciendoque el sistema personal sea un sistema abierto y, en defi-nitiva, social. Para ser ms exactos, aqu se puede enten-der que los heterorreferentes estn relacionados con lasrespuestas que la persona recibe del entorno al interac-cionar con ste.

    La interaccin social constituye un aspecto bsico delproceso del self que es aceptado implcita o explcita-mente por los especialistas. Los que tratan de manerams directa esta caracterstica mencionan a James, Coo-ley o Mead como autores de referencia en la considera-cin del proceso interactivo como base del s mismo. Noobstante, a pesar de reconocer la dimensin social delself, la mayor parte de las teoras se centran en la estruc-tura interna y diferencial del autoconcepto (Brewer,2001). La dimensin social de los autorreferentes secontempla, con frecuencia, de manera implcita comodimensin constituyente del self en los modelos multi-dimensionales que valoran la relacin con los padres, losiguales, o, la percepcin de competencia en actividadesacadmicas, deportivas, etc.

    3 La posicin de estas teoras ms concretas depender tambin delos aspectos que compartan con otros marcos tericos.

  • En el abordaje ms frontal del aspecto interactivo,tradicionalmente se ha partido de la idea de que elmedio influye de manera lineal y directa sobre el self. Asse ha planteado que los nios de medios desaventajadosson vctimas de un autoconcepto bajo debido a que ladiscriminacin, la situacin de pobreza y la escasez deestmulos de su medio, afectan negativamente a la valade la persona. Pero, frente a estas concepciones, algunosestudios han revelado que los nios desaventajados pue-den tener autoconceptos positivos e incluso ms altosque los de los grupos favorecidos (Rosenberg, 1973;Trowbridge, 1972). De forma similar se han estudiadoaspectos particulares de las influencias de la interaccin.En este sentido, se ha considerado que las conductas deayuda a los otros y las acciones positivas incrementan laautoestima (Flay, Allred, Ordway, 2001; Pyszczynski yCox, 2004), pero los resultados tampoco lo confirman(Cardenal y Fierro, 2003; Crocker, Luhtanen, Cooper yBouvrette, 2003).

    Frente a estas y otras realidades que, de alguna mane-ra, contradicen ciertas teoras se tiende a buscar razonesespecficas para cada caso. Actualmente uno de los temasms debatidos es el de los efectos beneficiosos de lasacciones de ayuda sobre las autorreferencias, respecto alque se ha precisado que este efecto ocurre siempre ycuando la persona pueda validar o probar sus habilida-des o cualidades en dominios que valora (Crocker yPark, 2004). En paralelo a esta lnea de trabajos, que estsiendo seguida de cerca en los ltimos nmeros del Psy-chological Bulletin, por nuestra parte, proponemos unabordaje que permita identificar patrones de comporta-miento complejo y enfatizar la influencia del entornosobre el self.

    Desde la perspectiva de la complejidad y de acuerdocon el modelo integrador, se puede considerar que la nolinealidad entre la influencia del entorno y la autoestimase debe a la dinmica compleja que se da en el sistemasde autorreferencias (como se ha visto antes). Pero en estecaso, al tratar directamente del entorno nos centraremosms en la dinmica compleja intra-heteroreferencial einter-auto-heterorreferencial. Esta propuesta, no obs-tante, requiere atender primero los planteamientos deMead (1934) y, posteriormente, para concretar una apli-cacin a partir de estos planteamientos, nos referirnos aunos conceptos importados de la microfsica.

    INTERACCIONES SOCIALES Y CONDICIONANTES DEL S

    MISMO

    Uno de los anlisis ms directos sobre el aspecto inte-ractivo del self, es el de Mead (Hewitt, 1998). En su teo-

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    ANLISIS

    ra sobre la naturaleza del self y la sociedad, una de lasideas centrales es que el self se configura a travs de laobservacin de s mismo desde el rol de los dems, loque implica que el self surge de la experiencia de la per-sona al interaccionar y a travs de los juicios que, sobreella, le ofrece el otro. El self, sin embargo, no es un sim-ple reflejo de los juicios del otro. El s mismo precisa dela reflexividad de la persona como sujeto; la que le per-mite ser un objeto para s misma, tomar las actitudes delotro sobre ella y verse a s misma desde la perspectiva delos otros.

    El hecho de que en el proceso autorreflexivo se adop-ten las actitudes de los otros no comporta que el selftenga una composicin disgregada o una expansin acu-mulativa de la sensibilidad de otros organismos aislados.Esto lo supera la persona en cuanto es capaz de conside-rar "el otro generalizado", "la comunidad organizada ogrupo social que dan al individuo la unidad del smismo" (Mead, 1934, 131). En este proceso de interac-cin, los grupos a los que pertenece el individuo le dana conocer actitudes, normas, expectativas, etc., lo cual,en cierto modo, sirve de marco de referencia en la cons-titucin del s mismo.

    Este planteamiento de Mead parece inspirar algunosanlisis de los efectos del medio sobre la autoestima. Sinembargo, los resultados poco esperados sugieren que sedeberan precisar determinados aspectos en el conceptode otro generalizado, como es: quienes son los otros,uno o varios; prximos o lejanos; con mucho o pocopoder, etc.

    Una posible explicacin de la relacin entre el otrogeneralizado y el self, o, de acuerdo con el modelo inte-grador, entre auto y heterorreferencias (Codina, 2003),la sugiere la dinmica de fuerzas de la naturaleza y unimportante fenmeno que se ha descubierto en elcampo de la microfsica: la libertad asinttica.

    Segn los conocimientos actuales, las fuerzas de lanaturaleza son cuatro: la de la gravedad, que hace que losobjetos caigan al suelo y dirige el movimiento de plane-tas y galaxias; la electromagntica, que hace que los elec-trones orbiten en torno del ncleo atmico; la dbil, quees la responsable de la radioactividad natural o la desin-tegracin nuclear; y, la fuerte, que mantiene unidos losquarks. En este ltimo tipo de fuerzas se da la libertadasinttica, un fenmeno por el que sus descubridores,David Gross, David Politzer y Frank Wilczek, han reci-bido en el ao 2004 el Nobel de fsica.

    Para comprender la importancia del hallazgo se ha deconsiderar que los quarks son partculas que slo se detec-tan de forma indirecta, pues tienen masa pero no dimen-sin. Otro aspecto importante de los quarks es algunas desus relaciones con otros elementos que, en sntesis, es la

  • siguiente: los quarks forman protones y neutrones, stosconstituyen ncleos atmicos, que con electrones formantomos, y, estos ltimos, forman molculas.

    Del comportamiento de quarks, lo que descubren losinvestigadores mencionados es que los tres quarks queconfiguran un protn, interaccionan con una libertadde movimiento extraa. Los quarks, que se mantienenunidos por los gluones (pegante), no pueden aislarse.Cuanto ms se intenta alejar un quark de los otros dos,la fuerza que los une se incrementa. En cambio, cuandoestn muy cerca la fuerza que los mantiene unidos espequea, se mueven como si estuvieran libres, en liber-tad asinttica. Con esto, los cientficos galardonadosmostraron por primera vez cmo funciona la energaentre quarks, la esencia de todo lo que tiene materia enel universo.

    La peculiaridad de la libertad asinttica es que des-cribe un fenmeno que va en contra de nuestra percep-cin en el mundo macroscpico. Esto es, intuitivamen-te, se piensa que la fuerza disminuye al aumentar la dis-tancia, pero lo que se observa experimentalmente es locontrario. Una consecuencia importante de esta extraaatraccin segn la distancia, es que los quarks no puedenvivir aislados, no pueden ser libres y siempre se agrupan,un hecho conocido como confinamiento de los quarks.

    Este concepto de libertad asinttica que ha sidorecientemente considerado por Munn (2004) paraexplicar el comportamiento grupal y la libertad de com-portamiento, tambin puede ser de gran inters parareflexionar sobre la influencia del medio sobre el self y,especficamente, plantear la posibilidad de investigarciertas caractersticas complejas del concepto de "otrogeneralizado".

    Posiblemente un hecho que actualmente requiere serconsiderado es que los otros generalizados de Mead nose limitan a la familia o el entorno ms inmediato de lapersona. Al menos hoy, se ha de entender que la relacincon estos otros viene dada por un determinado aspectoque une a la persona con el mbito de la familia, el tra-bajo, el deporte o la universidad. Con lo cual el concep-to de otro generalizado no es simple. A partir de los tiposde fuerza en la naturaleza entendemos que los otros, aligual que los grupos humanos de los que habla Munn(2004), pueden ser vistos desde la ptica de las fuerzasinteractivas de la naturaleza. Por nuestra parte, aqu, nosceiremos a plantear la posibilidad de operacionalizar yencontrar patrones de comportamiento en el otro gene-ralizado aplicando las categoras de interaccin fuerte odbil. Presumiblemente se debera diferenciar entre"otros generalizados dbiles" y "otros generalizadosfuertes" y advertir que las influencias que ejercen unos yotros son inversas en relacin con la distancia. En el pri-

    ANLISIS

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    mer caso, los "otros" tienen un control directo y cons-tante sobre la persona. En el segundo caso, con los"otros fuertes" hay que diferenciar entre interaccin acorta y a larga distancia. A corta distancia es suficienteun control indirecto que a la vez es abierto y flexible; y,a larga, la fuerza de atraccin y control incrementa.

    Este posible modo de darse la interaccin con losotros, ampla y matiza la concepcin del "otro generali-zado", pero no slo esto. Adems hay que considerarque en las interacciones que se establezcan se dan aspec-tos complejos. De este modo, para ilustrar la compleji-dad del proceso de interaccin con el otro, observemosque las distintas fuerzas con las que puede actuar el otrose dan de forma sucesiva; que simultneamente puedendarse distintas fuerzas; y que unas u otras fuerzas estarnpresentes de una forma y otra en funcin de la situacin.

    Los tipos de fuerza e influencia que se han apuntadojunto con algunas de las posibilidades de anlisis, llevana sugerir que mediante anlisis complejos como los quese estn desarrollando en lgica borrosa (Codina, 2005)pueden diferenciarse ciertos patrones de influencia delotro sobre el self, los cuales sern difciles de detectar conprocedimientos y planteamientos tradicionales.

    CONCLUSIONES

    La diversidad que envuelve al campo de los autorre-ferentes, con frecuencia, resulta incmoda tanto a estu-diosos del self, como a profesionales que se aproximan ala investigacin psicolgica del s mismo. Esta vivencia,en parte, deriva de las expectativas de trabajar con con-ceptos claros, precisos y bien delimitados. Pero la orga-nizacin del campo autorreferencial en categoras exclu-yentes no parece ser efectiva, ya que se trabaja sobre unarealidad que es compleja.

    Por lo que se refiere a la investigacin, el anlisis ydescubrimiento de ciertos episodios de linealidad haparcelado el conocimiento del self y, paralelamente, haincrementado la diversidad de autorreferencias. El desa-rrollo de conocimientos siguiendo esta tendencia, tal ycomo se refleja en las sucesivas ediciones del ThesaurusPsychological Index Terms, ha sido intenso en las ltimasdcadas; hasta el punto de que en la actualidad los regis-tros con la entrada "self" superan el medio centenar.

    El desconcierto o incluso desorientacin que puedegenerar esta diversidad autorreferencial disminuye con-siderablemente en cuanto se advierte que tras la diversi-dad se encuentra un fenmeno con aspectos caticos,borrosos, fractales y turbulentos. Estos aspectos comple-jos que en una vertiente ms epistemolgica han sidotrabajados por Munn (1997; 2000), y, en una vertien-

  • te ms aplicada los han constatado Btz (1992; 1993) yEiser (1994), permiten comprender tanto la pluralidadde autorreferencias, como las contradicciones que seestablecen entre ciertas teoras formuladas con criterioslineales y la realidad emprica del self.

    Si para una mejor comprensin del self y su diversi-dad es preciso verlo como fenmeno complejo, parece-ra que esta consideracin no comporta muchos cam-bios. La afirmacin de que el self es complejo, hoy, pare-ce ser una observacin que va asociada a los numerosostrabajos, conceptos, trminos, o, instrumentos de eva-luacin. Pero el aspecto cuantitativo es complementariode esta caracterstica. La complejidad del self se apreciaen cuanto se advierte que los aspectos complejos antesmencionados afectan a toda la dinmica del sistema dereferencias. Es decir, los distintos autorreferentes queforman parte del sistema del self junto con los hetero-rreferentes (elementos que conectan el sistema con elexterior) interaccionan unos con otros experimentandosimultnea y sucesivamente distintos aspectos comple-jos.

    Contrariamente a lo que se podra pensar, el hecho deaceptar la diversidad autorreferencial y ver el sistema dels mismo como sistema complejo no implica rebajar elrigor de la investigacin, sino que ms bien puede llegara incrementarla. En este sentido, con el objetivo de cla-rificar posiciones dentro de la investigacin del self enrelacin con la pluralidad de autorreferentes, a partir delmodelo del self que ha propuesto Munn, planteamosunos criterios para comprender la pluralidad de autorre-ferentes e integrarlos en el modelo. En este caso, semuestra que la tarea requiere que las teoras, conceptosautorreferenciales o instrumentos de anlisis, definan suposicin dentro del panorama epistemlgico, situn-dose en un espacio dentro del pluralismo horizontal yvertical.

    Adems de poder dar esta visin integradora con cri-terio y rigor, desde la complejidad se pueden reconside-rar algunos planteamientos lineales. As se plantea unadinmica de interacciones persona-medio que matizaconceptos y generaliza conocimientos especializadossobre esta relacin sobre la que se construye el s mismo.En concreto la propuesta que se hace desde la compleji-dad es que en relacin con el aspecto ms psicosocial dels mismo, los heterorreferentes pueden ser analizadossegn distintos tipos de fuerza de influencia (aplicandoalgunos conceptos de la microfsica) que presentanaspectos complejos, y que las interacciones entre hetero-referentes y entre auto y heterorreferentes se manifiestandistintos aspectos complejos. Con todo esto, parececlaro que se atienden de forma amplia a la riqueza de los

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    ANLISIS

    procesos interactivos entre el self y el entorno de la per-sona.

    En definitiva pues, ms all de la posibilidad de con-tribuir a aclarar la, aparentemente, caprichosa diversi-dad de autorreferencias y la dinmica del sistema deautorreferentes, la perspectiva de la complejidad ponede manifiesto aspectos del proceso del self que sugierenque reconsiderar algunos de los anlisis tradicionales enla investigacin del fenmeno.

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