El Sexto

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INTRODUCCION La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende. Para lo cual el Sexto es la cuarta novela del escritor peruano José María Arguedas publicada en 1961 La obra empieza con el ingreso de Gabriel Osborno a la cárcel y lo primero que escucha es la canción “La Marsellesa de los apristas”, que es cantada y tarareada por los presos políticos del tercer piso. Justamente él el conducido a dicho pabellón e introducido en una celda, donde conoce a Alejandro Cámac Jimenez de quien será compañero. Sin embargo, Cámac conforme pasaban los días, le fue enseñando a los presos uno por uno: Y así supo sobre Maraví, que era el amo de El Sexto. Además estaban el negro Puñalada, el Piurano, Rosita, el Pato, el Pacasmayo, entre otros. Luego le explica que en el primer pabellón están los vagabundos. En el segundo piso están los delincuentes más avezados (violadores, asesinos, estafadores, etc) y en el tercer piso se encuentran los presos políticos. 1

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INTRODUCCION

La producción intelectual de Arguedas es bastante amplia y comprende. Para

lo cual el Sexto es la cuarta novela del escritor peruano José María Arguedas

publicada en 1961 La obra empieza con el ingreso de Gabriel Osborno a la

cárcel y lo primero que escucha es la canción “La Marsellesa de los apristas”,

que es cantada y tarareada por los presos políticos del tercer piso. Justamente

él el conducido a dicho pabellón e introducido en una celda, donde conoce a

Alejandro Cámac Jimenez de quien será compañero.

Sin embargo, Cámac conforme pasaban los días, le fue enseñando a los

presos uno por uno: Y así supo sobre Maraví, que era el amo de El Sexto.

Además estaban el negro Puñalada, el Piurano, Rosita, el Pato, el Pacasmayo,

entre otros. Luego le explica que en el primer pabellón están los vagabundos.

En el segundo piso están los delincuentes más avezados (violadores, asesinos,

estafadores, etc) y en el tercer piso se encuentran los presos políticos.

En el trascurrir de la novela se narra la muerte del pianista, la violación de Libio

Tasaico por el negro Puñalada. También la muerte del segundo Pato a manos

del piurano, el suicidio de Pacasmayo, la muerte del japonés, la locura de

Clavel, la muerte del negro Puñalada, etc.

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BIOGRAFIA(ANDAHUAYLAS, 1911 - LIMA, 1969)

Escritor y etnólogo peruano, renovador de la literatura de inspiración indigenista

y uno de los más destacados narradores peruanos del siglo XX.

Sus padres, el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas Arellano, que se

desempeñó como juez en diversos pueblos de la región, y Victoria Altamirano

Navarro.

Después de realizar sus estudios secundarios en Ica, Huancayo y Lima,

ingresó en 1931 a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de

San Marcos de Lima para estudiar Literatura. Entre 1932 y 1937 trabajó como

auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima, pero perdió el puesto

al ser apresado por participar en una manifestación estudiantil a favor de la

República Española.

Después de permanecer alrededor de un año en la prisión El Sexto, fue

nombrado profesor de castellano y geografía en Sicuani, en el departamento de

Cuzco, cargo en que descubrió su vocación de etnólogo.

En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en

la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al

profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro

(1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales

Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima,

hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista.

En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el

Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la

Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52). En

1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la

Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folklore

Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era

secretario), la cual dirigió durante diez años.

Fue galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias

Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la

Vega (1968).

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ENSAYO SOBRE LA OBRA “EL SEXTO”

El Sexto es la cuarta novela del escritor peruano José María Arguedas

publicada en 1961 y que mereció el Premio Nacional de Fomento a la Cultura

Ricardo Palma en 1962. Es una breve novela basada en la experiencia

carcelaria del autor en la prisión limeña del mismo nombre, entre los años de

1937 y 1938, bajo la dictadura de Oscar R. Benavides. Aunque ambientada en

un contexto urbano y con personajes mayoritariamente costeños y criollos, no

deja de tener elementos en común con sus anteriores novelas neoindigenistas,

en especial con Los ríos profundos, pues su protagonista-narrador (que usa el

sobrenombre de Gabriel) es también un ser marginal, sensible e idealista,

escindido entre dos mundos (el serrano-andino y el costeño-criollo) y entre dos

culturas (la quechua y la castellana). Asimismo la novela es un cuadro

descarnado de la vida carcelaria, que se desarrolla en un edificio lóbrego

donde conviven presos comunes con presos políticos. El dolor, la angustia, el

sufrimiento y la muerte, son los elementos vitales que giran alrededor de la

obra.

1. CONTEXTO POLÍTICOEn el epígrafe de la primera edición de la novela, Arguedas afirma que

decidió escribirla en 1939, no bien salió de la cárcel, pero que solo empezó

a poner en práctica esta idea recién a partir de 1957.

General Óscar R. Benavides, presidente del Perú entre 1933 y 1939.

El escritor tenía 26 años cuando vivió dicha experiencia carcelaria. Ocurrió

durante la dictadura del general Oscar R. Benavides (aludido en la novela

como El General), bajo la cual se hallaban fuera de la ley los partidos aprista

y comunista. En realidad, Arguedas nunca fue un activo militante partidario,

pero sus simpatías estaban del lado del comunismo y en contra del

fascismo, pues se había formado intelectualmente con las lecturas del

amauta José Carlos Mariátegui. Fue por eso que cuando en 1937 se

anunció la visita del general italiano Camarotta (representante del dictador

Benito Mussolini) a la sede de la Universidad de San Marcos, un grupo de

estudiantes sanmarquinos se puso de acuerdo para organizar una protesta;

entre ellos se encontraba Arguedas. Todos ellos eran partidarios acérrimos

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de la Segunda República Española y como tales, opositores declarados de

la dictadura italiana, que por entonces apoyaba al bloque fascista en plena

guerra civil española. En el fragor del acto, los estudiantes rodearon al

general Camarotta e intentaron arrojarlo a la pila del patio de Derecho,

hecho que fue impedido por un grupo de profesores. La embajada italiana

protestó enérgicamente ante el gobierno peruano, y el general Benavides, a

fin de dar un escarmiento ejemplar, ordenó la prisión de todos los

estudiantes involucrados. Fue así como Arguedas fue a dar en El Sexto

(prisión llamada así por estar en la sexta zona policial de Lima), donde pasó

once meses, de noviembre de 1937 a octubre de 1938.

2. CONTEXTO IDEOLÓGICOEl mundo de los presos políticos en el Sexto refleja la realidad peruana de la

década de 1930: comparativamente, los apristas son mayoría y los

comunistas solo una minoría.2 Estos partidos, de carácter revolucionario,

habían surgido en los años 1920 con la pretensión de transformar

radicalmente al país; pero fue el APRA, fundado por Víctor Raúl Haya de la

Torre, que al comenzar la década de 1930 irrumpió como un partido de

masas, apoyado por obreros, campesinos, estudiantes y la clase media.

Participaron en las elecciones generales de 1931, que perdieron frente al

teniente coronel Luis Sánchez Cerro; no reconocieron el resultado y pasaron

a la más desaforada oposición, cuya cima alcanzó con la llamada revolución

de Trujillo de 1932, ferozmente reprimida por el gobierno. Apristas y

comunistas fueron perseguidos y puestos fuera de la ley bajo una norma de

la Constitución de 1933 que proscribía a los partidos de carácter

internacional; de esa época data la acuñación del término apro-comunismo.

Las cárceles se llenaron de presos políticos, situación que no varió tras el

ascenso al poder de Óscar R. Benavides luego del asesinato de Sánchez

Cerro en 1933 a manos de un militante aprista. La novela es un eco de la

lucha de los apristas y comunistas contra el régimen dictatorial de

Benavides, pero a la vez refleja el enfrentamiento de ambos grupos en el

plano doctrinario. Los apristas acusan a los comunistas de estar al servicio

de la Rusia y de ser antipatriotas; a la vez los comunistas consideran a los

apristas como intrigantes al servicio de los intereses de los explotadores

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para frenar así la auténtica revolución. Frente a esta disputa, el joven

Gabriel se muestra como un individualista acérrimo: no comparte ninguno de

esos fanatismos extremos, aunque se siente más cercano a los comunistas.

Se podría definirlo como un independiente.

3. ESCENARIOLos hechos narrados transcurren en el interior de El Sexto, una prisión

situada en el centro de Lima, en la Av. Bolivia con Alfonso Ugarte. Al inicio

del relato, el joven Gabriel cuenta su llegada luego de abandonar la

Intendencia; tras cruzar un patio inmenso fue conducido hacia el tercer piso

o pabellón de los presos políticos. En el primer piso se hallan los presos

comunes más peligrosos (asesinos, ladrones prontuariados) y en el segundo

los no avezados (violadores, estafadores, ladrones primerizos).

El nombre de la prisión se debía a que el edificio servía también de cuartel a

la sexta zona policial de la República.

4. PERSONAJES4.1. PRINCIPALES

GABRIEL, el narrador-protagonista, es un joven estudiante, serrano,

artista, idealista, apolítico. Es natural del pueblo de Larcay, cerca de

Chalhuanca. No se alínea ni con los apristas ni con los comunistas,

pues siente aversión por las doctrinas y disciplinas políticas que,

según él, limitan su libertad. Prefiere juzgar a los individuos no por sus

diferencias políticas, sino por su personalidad, y es así como se hace

amigo por igual del comunista Cámac y el aprista «Mok’ontullo». Es

muy sensible y le atormentan las terribles escenas que ve en la

cárcel. En los momentos de mayor angustia recuerda las bellas y

apacibles imágenes de su tierra natal, a manera de paliativo.

ALEJANDRO CÁMAC, hombre maduro, alto, flaco, serrano,

campesino de origen, carpintero de minas, sindicalista y comunista.

En Morococha (región minera en la sierra central del Perú) había

sufrido encierro y torturas, antes de ser trasladado a Lima.

Compañero de celda de Gabriel, quien llega a admirarle por su

sentido de justicia, que estaba por encima de su militancia partidaria.

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Muere en prisión y sus camaradas lo homenajean, sumándose incluso

los apristas al acto, pues todos le reconocen como un gran luchador

social. Pedro, el líder de los comunistas, pronuncia un discurso en su

honor.

JUAN, APODADO «MOK’ONTULLO», joven, alto, blanco,

arequipeño y aprista. Es la esperanza de su partido, aunque él se

define solo como el músculo del mismo, siendo otros los cerebros.

Empero, no es fanático y hace amistad con Gabriel.

FRANCISCO ESTREMADOYRO, apodado «Pacasmayo», por ser

natural del puerto de ese nombre, situado en el departamento de La

Libertad, donde tenía un negocio de lanchas. Estaba como acusado

de aprista, pero en realidad era apolítico y según su versión su

encierro era obra de un diputado liberteño a raíz de una disputa por el

amor de una mujer. Es muy jovial, conversador y lleno de energía,

pero de pronto es aquejado de una extraña enfermedad que le hace

enrojecer el rostro. Ello, sumado al deprimente espectáculo de la

prostitución de un muchacho apodado Clavel en plena cárcel, hace

que enloquezca y se suicide arrojándose contra los barrotes de la

celda del muchacho.

EL PIURANO POLICARPO HERRERA, natural de Chulucanas. Es un

hombre alto y fornido, pequeño propietario, agricultor cañavelero, que

según su versión estaba en prisión por su enemistad personal con el

subprefecto de su provincia. Como todo hombre andino siente

aversión hacia la homosexualidad; detesta por eso al Rosita y a los

violadores como el Puñalada y su banda de negros.

MARAVÍ, delincuente de alta peligrosidad, gordo, bajo y achinado. Es

uno de los jefes de El Sexto, rivalizando con Rosita y Puñalada por el

control de los negocios en el interior del penal.

PUÑALADA, es un negro ladrón y asesino. Es alto, corpulento y con

mirada de caballo. Es jefe de una de las bandas que existen dentro de

la prisión. Es también el encargado de llamar a los presos desde la

puerta del penal. Controla el negocio de prostituir a un joven llamado

Clavel, así como el tráfico de alcohol, hojas de coca y droga dentro de

la prisión. Se enamora del Rosita pero éste lo rechaza.

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ROSITA, homosexual y travestido, quien purga prisión por ladrón y

asesino. Es otro de los líderes del Sexto, en rivalidad con Maraví y

Puñalada. Es hábil con la navaja y muy respetado por todos. Su

pasatiempo favorito es el canto que entona con delicada voz. Convive

en su celda con «el Sargento», un preso común condenado por

estupro.

4.2. SECUNDARIOS LUIS PRESO POLÍTICO, natural de Cutervo en el departamento de

Cajamarca. Es el líder de los apristas. Estos, que entre sí se tratan de

«compañeros», son los más numerosos (más de 200).

PEDRO, preso político, viejo, limeño. Es el líder de los comunistas,

que conforman una minoría entre los presos políticos (unos 30

«camaradas»).

TORRALBA, preso político, obrero fornido, serrano y comunista.

«EL CLAVEL», un muchacho homosexual, de tez clara, que es traído

de la calle y encerrado en una celda donde el Puñalada y su gente lo

prostituyen, cobrando a cada usuario diez soles. Enloquece y los

guardias lo sacan de la prisión, desconociéndose su final. Se decía

que era hijo de unos inmigrantes serranos instalados en Cantagallo,

quienes lo abandonaron aun niño.

«EL PIANISTA» O «EL MÚSICO», es un preso vago, quien sufre de

maltratos, humillaciones y violaciones de parte de Puñalada y otros

presos avezados, y termina por enloquecer. Se le ve en los pasillos

simulando tocar el piano en el suelo y en los barrotes. Termina por

enfermar gravemente y Gabriel trata de paliar su sufrimiento

regalándole ropa y dándole comida, pero después aparece muerto en

su celda. Se contaba que antes de recalar en la prisión había sido, en

efecto, un estudiante de piano, que de día trabajaba de dependiente

en una tienda.

«EL JAPONÉS», es un preso vago, de ascendencia oriental, quien es

objeto de la burla y el maltrato de parte del Puñalada y otros presos.

Una de las torturas a la que le sometía el Puñalada consistía en

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impedirle que defecara tranquilamente, haciendo que se revolcara en

su suciedad.

UN NEGRO IDIOTA Y EXHIBICIONISTA, que enseña su enorme

miembro viril a cambio de unos centavos. Él es quien, al final de la

novela, mata al Puñalada cortándole en el cuello.

LIBIO TASAICO, un muchacho de 14 años, serrano y sirviente, quien

llega al Sexto acusado por su patrona de robar un anillo costoso.

Llevado a una celda, es abusado sexualmente por Puñalada y otros

negros. Rechaza el dinero que Puñalada le quiere dar. Se hace amigo

de Gabriel, de quien era paisano. Al día siguiente sale en libertad

pues su patrona avisa que ya encontró su anillo.

«EL PATO», inspector de la policía y soplón (informante o delator al

servicio del gobierno), odiado por los presos políticos, que es muerto

de una cuchillada por el Piurano, al final de la novela.

«PATE’CABRA», otro de los líderes del primer piso de El Sexto,

aunque no tiene protagonismo en el relato.

LOS VAGOS, son presos comunes encerrados por vagancia y por

andar indocumentados; algunos se ponen al servicio de los

delincuentes más avezados, como mandaderos o guardaespaldas.

LOS PAQUETEROS, vagos al servicio de Puñalada, Maraví y el

Rosita.

El COMISARIO DE LA PRISIÓN, que es un mayor de la policía, algo

loco y abusivo.

El Cabo, el Sargento, el Teniente y los guardias de la prisión.

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CONCLUSIONES

Para concluir con el desarrollo del presente ensayo, podemos decir que María

Arguedas al escribir sus obras, especialmente el SEXTO, relata hechos que

demuestran la riqueza cultural del Perú y los rasgos de discriminación que se

muestran del más fuerte sobre el débil.

Los libros de Arguedas han sido construidos a base de diálogos; en la que la

parte descriptiva es menos importante que la de la oral. Esto significa el cambio

en la narrativa de Arguedas. En El Sexto, con una sola excepción, quienes

hablan no son indios sino limeños, serranos que se expresan ordinariamente

en español y gentes de otras provincias de la costa. Arguedas trató de

reproducir las variedades regionales y sociales, el castellano de los piuranos,

de los serranos, de los zambos, de los criollos más o menos educados

mediante la escritura fonética, a la manera de la literatura costumbrista, y

aunque en algunos momentos acertó (por ejemplo, en el caso de Cámac), en

otros fracasó y cayó en el manierismo y la parodia. Esto es evidente cuando

hablan los zambos o don Policarpo; esas expresiones argóticas, deformaciones

de palabras trasladadas en bruto, sin recreación artística, consiguen un efecto

contrario al que buscan (fue el vicio capital del costumbrismo): parecen

artificios, voces gangosas o en falsete.

De todos modos, aun con estas limitaciones, por su rica emotividad, sus

hábiles contrastes y sus relámpagos de poesía, el libro deja al final de la

lectura, como todo lo que Arguedas escribió, una impresión de belleza y de

vida

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