Elisabeth Badinter. La identidad masculina

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RESENAS BADINTER, Elisabeth. XY de L'Identité masculine. Ed. Odile Jacob, París, 1992. Ser hombre hoy se ha vuelto difícil... Por lo menos mucho más que ayer. Hasta hace poco, hablar de mas- culinidad era referirse a la virilidad ya sus tradicionales atributos; era hablar siempre desde el Sujeto, el poder y la apropiación, lo que significaba seguridad, tranquili- dad y confort... Sin embargo y cuando falta poco para terminar el siglo, esta tranquilidad se está derrumban- do, paulatina y silenciosamente, pero sin retroceso posible, pues las mujeres abrieron camino hacia una redefinición de su identidad y en esta empresa de cons- truir una nueva femineidad, trastocaron obligatoria- mente los viejos parámetros de la masculinidad. Hoy los hombres tienen que mutar si quieren seguir con las mujeres. Era entonces tiempo de empezar a reflexionar sobre la identidad masculina y sus nuevos retos en un mundo patriarcal que se agrieta, como lo acaba de hacer magistralmente Elisabeth Badinter en su último libro "XY, de L'identité masculine" publicado recientemente y todavía sin traducción. Enmarcada claramente en los estudios de género, esta investigación sobre la identidad masculina es de una particular riqueza en sus fuentes bibliográficas que abarcan la genética, la neurobiología, la antropología, la psicología, la sociología, la economía, pero también otras mucho menos conocidas en nuestro medio acadé- mico, como las teorías feministas, los "men studies" y las reflexiones teóricas de los movimientos homosexuales. Además la autora revisó centenares de novelas y pelícu- las norteamericanas y europeas de la década de los ochenta. Claro que para los conocedores de la obra de Elisabeth Badinter, esto no es ninguna sorpresa pues ya conocíamos su manera de trabajar con sus precedentes libros tales como "L'amour en plus: histoire de l'amour maiernel" y "L'un est l'auire: des relations entre hommes et [emmes" (los dos traducidos al español), por no citar sino dos de los ocho o diez libros ya publicados por esta autora. "XY: de L'identiié masculine" se divide en dos gran- des partes precedidas de un largo prólogo que nos hace descubrir que no es la primera vez que existe en la historia una crisis de la masculinidad, refiriéndose par- ticularmente a algunos movimientos "emancipadores" de mujeres en los siglos XVII, XVIII Y XIX. En la primera parte del libro que se consagra a lo que llama Elisabeth Badinter "La construcción de un macho" (entendiéndase "masculinidad tradiciona1"), ella muestra en varios subcapítulos como procede la biolo- gía pero sobre todo la cultura (patriarcal) para construir un hombre. Dramático camino pues parecería que la construcción de la masculinidad opera sobre todo a partir de procesos de diferenciación, exclusión y nega- ción. Ser hombre es ante todo, y desde el embrión, "no seralgo" y particularmente no ser mujer, renunciar a esta especie de protofemineidad inicial de todo ser humano. El lugar mismo de nacimiento (un vientre femenino), la diada madre-hijo de los primeros meses o el dúo amoro- so que tocará romper para hacer parte del colectivo de los hombres; en general toda esta descontaminación de lo femenino, marcará la identidad masculina tradicio- nal. Definí tivamen te el primer deber para un hombre es el de no ser una mujer. Múltiples prácticas, ritos y escenarios sociales están previstos para la descontami- nación de lo femenino en la construcción de la masculi- nidad, con el resultado esperado que podríamos resu- mir por una profunda misoginia que connota también un tenaz odio al homosexualismo. Y allí me quiero referir a uno de los capítulos a mi juicio mas interesante, el que trata del homosexualismo, de la homofobia y la masculinidad patriarcal, capítulo que nos ilumina sobre las razones del odio hacia el homosexual, odio tan pronunciado en sociedades de estructura patriarcal, puesto que la heterosexualidad es finalmente la prueba definitiva de que uno es un hombre de verdad, y que la consigna implícita para un hombre, es como lo dice Elisabeth Badinter, "tener una mujer para noser mujer"; en este sentido el homosexual es un hombre que pone en tela de juicio los roles sexuales tradicionales y rompe el pacto fundamental del patriarcalismo. La conclusión de esta primera parte es que de la identidad masculina tra- dicional resulta un hombre profundamente mutilado y ambivalente frente a lo que le tocó abandonar a la fuerza: su feminidad. Un hombre que se volvió a la fuerza rudo, beligerante, maltratante y fetichizador de las mujeres. La segunda gran parte del libro se ubica más anivel de propuestas y por consiguiente, por lo menos para el lector colombiano, de utopías ... Se llama "construir un hombre", entiéndase, un hombre "reconciliado". La tesis central de dicha parte es que, no sólo el sistema patriarcal engendró un hombre mutilado inca- paz de reconciliar sus cromosomas X y Y, su herencia paterna y materna, sino que hoy, este hombre se encuen- tra doblemente mutilado pues la crítica feminista del REVISTA. COlClfl.eIANA. DE PSICOlOGlA 155

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"Ser hombre hoy se ha vuelto difícil... Por lo menos mucho más que ayer. Hasta hace poco, hablar de masculinidad era referirse a la virilidad ya sus tradicionalesatributos; era hablar siempre desde el Sujeto, el poder y la apropiación, lo que significaba seguridad, tranquilidad y confort... Sin embargo y cuando falta poco para terminar el siglo, esta tranquilidad se está derrumbando, paulatina y silenciosamente, pero sin retrocesoposible, pues las mujeres abrieron camino hacia una redefinición de su identidad y en esta empresa de construir una nueva femineidad, trastocaron obligatoriamente los viejos parámetros de la masculinidad".

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RESENAS

BADINTER, Elisabeth. XY de L'Identité masculine.Ed. Odile Jacob, París, 1992.

Ser hombre hoy se ha vuelto difícil... Por lo menosmucho más que ayer. Hasta hace poco, hablar de mas-culinidad era referirse a la virilidad ya sus tradicionalesatributos; era hablar siempre desde el Sujeto, el poder yla apropiación, lo que significaba seguridad, tranquili-dad y confort... Sin embargo y cuando falta poco paraterminar el siglo, esta tranquilidad se está derrumban-do, paulatina y silenciosamente, pero sin retrocesoposible, pues las mujeres abrieron camino hacia unaredefinición de su identidad y en esta empresa de cons-truir una nueva femineidad, trastocaron obligatoria-mente los viejos parámetros de la masculinidad. Hoy loshombres tienen que mutar si quieren seguir con lasmujeres. Era entonces tiempo de empezar a reflexionarsobre la identidad masculina y sus nuevos retos en unmundo patriarcal que se agrieta, como lo acaba de hacermagistralmente Elisabeth Badinter en su último libro"XY, de L'identité masculine" publicado recientemente ytodavía sin traducción.

Enmarcada claramente en los estudios de género,esta investigación sobre la identidad masculina es deuna particular riqueza en sus fuentes bibliográficas queabarcan la genética, la neurobiología, la antropología, lapsicología, la sociología, la economía, pero tambiénotras mucho menos conocidas en nuestro medio acadé-mico, como las teorías feministas, los "men studies" y lasreflexiones teóricas de los movimientos homosexuales.Además la autora revisó centenares de novelas y pelícu-las norteamericanas y europeas de la década de losochenta. Claro que para los conocedores de la obra deElisabeth Badinter, esto no es ninguna sorpresa pues yaconocíamos su manera de trabajar con sus precedenteslibros tales como "L'amour en plus: histoire de l'amourmaiernel" y "L'un est l'auire: des relations entre hommes et[emmes" (los dos traducidos al español), por no citar sinodos de los ocho o diez libros ya publicados por estaautora.

"XY: de L'identiié masculine" se divide en dos gran-des partes precedidas de un largo prólogo que nos hacedescubrir que no es la primera vez que existe en lahistoria una crisis de la masculinidad, refiriéndose par-ticularmente a algunos movimientos "emancipadores" demujeres en los siglos XVII, XVIII Y XIX.

En la primera parte del libro que se consagra a loque llama Elisabeth Badinter "La construcción de unmacho" (entendiéndase "masculinidad tradiciona1"), ella

muestra en varios subcapítulos como procede la biolo-gía pero sobre todo la cultura (patriarcal) para construirun hombre. Dramático camino pues parecería que laconstrucción de la masculinidad opera sobre todo apartir de procesos de diferenciación, exclusión y nega-ción. Ser hombre es ante todo, y desde el embrión, "noser algo" y particularmente no ser mujer, renunciar a estaespecie de protofemineidad inicial de todo ser humano.El lugar mismo de nacimiento (un vientre femenino), ladiada madre-hijo de los primeros meses o el dúo amoro-so que tocará romper para hacer parte del colectivo delos hombres; en general toda esta descontaminación delo femenino, marcará la identidad masculina tradicio-nal. Definí tivamen te el primer deber para un hombre esel de no ser una mujer. Múltiples prácticas, ritos yescenarios sociales están previstos para la descontami-nación de lo femenino en la construcción de la masculi-nidad, con el resultado esperado que podríamos resu-mir por una profunda misoginia que connota tambiénun tenaz odio al homosexualismo. Y allí me quieroreferir a uno de los capítulos a mi juicio mas interesante, elque trata del homosexualismo, de la homofobia y lamasculinidad patriarcal, capítulo que nos ilumina sobrelas razones del odio hacia el homosexual, odio tanpronunciado en sociedades de estructura patriarcal,puesto que la heterosexualidad es finalmente la pruebadefinitiva de que uno es un hombre de verdad, y que laconsigna implícita para un hombre, es como lo diceElisabeth Badinter, "tener una mujer para noser mujer"; eneste sentido el homosexual es un hombre que pone entela de juicio los roles sexuales tradicionales y rompe elpacto fundamental del patriarcalismo. La conclusión deesta primera parte es que de la identidad masculina tra-dicional resulta un hombre profundamente mutilado yambivalente frente a lo que le tocó abandonar a la fuerza:su feminidad. Un hombre que se volvió a la fuerza rudo,beligerante, maltratante y fetichizador de las mujeres.

La segunda gran parte del libro se ubica más anivelde propuestas y por consiguiente, por lo menos para ellector colombiano, de utopías ... Se llama "construir unhombre", entiéndase, un hombre "reconciliado".

La tesis central de dicha parte es que, no sólo elsistema patriarcal engendró un hombre mutilado inca-paz de reconciliar sus cromosomas X y Y, su herenciapaterna y materna, sino que hoy, este hombre se encuen-tra doblemente mutilado pues la crítica feminista del

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BADINTER, Elisabeth. XY de L'Identité masculine.Ed. Odile Jacob, París, 1992.

Ser hombre hoy se ha vuelto difícil... Por lo menosmucho más que ayer. Hasta hace poco, hablar de mas-culinidad era referirse a la virilidad ya sus tradicionalesatributos; era hablar siempre desde el Sujeto, el poder yla apropiación, lo que significaba seguridad, tranquili-dad y confort... Sin embargo y cuando falta poco paraterminar el siglo, esta tranquilidad se está derrumban-do, paulatina y silenciosamente, pero sin retrocesoposible, pues las mujeres abrieron camino hacia unaredefinición de su identidad y en esta empresa de cons-truir una nueva femineidad, trastocaron obligatoria-mente los viejos parámetros de la masculinidad. Hoy loshombres tienen que mutar si quieren seguir con lasmujeres. Era entonces tiempo de empezar a reflexionarsobre la identidad masculina y sus nuevos retos en unmundo patriarcal que se agrieta, como lo acaba de hacermagistralmente Elisabeth Badinter en su último libro"XY, de L'identité masculine" publicado recientemente ytodavía sin traducción.

Enmarcada claramente en los estudios de género,esta investigación sobre la identidad masculina es deuna particular riqueza en sus fuentes bibliográficas queabarcan la genética, la neurobiología, la antropología, lapsicología, la sociología, la economía, pero tambiénotras mucho menos conocidas en nuestro medio acadé-mico, como las teorías feministas, los "men studies" y lasreflexiones teóricas de los movimientos homosexuales.Además la autora revisó centenares de novelas y pelícu-las norteamericanas y europeas de la década de losochenta. Claro que para los conocedores de la obra deElisabeth Badinter, esto no es ninguna sorpresa pues yaconocíamos su manera de trabajar con sus precedenteslibros tales como "L'amour en plus: histoire de l'amourmaiernel" y "L'un est l'auire: des relations entre hommes et[emmes" (los dos traducidos al español), por no citar sinodos de los ocho o diez libros ya publicados por estaautora.

"XY: de L'identiié masculine" se divide en dos gran-des partes precedidas de un largo prólogo que nos hacedescubrir que no es la primera vez que existe en lahistoria una crisis de la masculinidad, refiriéndose par-ticularmente a algunos movimientos "emancipadores" demujeres en los siglos XVII, XVIII Y XIX.

En la primera parte del libro que se consagra a loque llama Elisabeth Badinter "La construcción de unmacho" (entendiéndase "masculinidad tradiciona1"), ella

muestra en varios subcapítulos como procede la biolo-gía pero sobre todo la cultura (patriarcal) para construirun hombre. Dramático camino pues parecería que laconstrucción de la masculinidad opera sobre todo apartir de procesos de diferenciación, exclusión y nega-ción. Ser hombre es ante todo, y desde el embrión, "noser algo" y particularmente no ser mujer, renunciar a estaespecie de protofemineidad inicial de todo ser humano.El lugar mismo de nacimiento (un vientre femenino), ladiada madre-hijo de los primeros meses o el dúo amoro-so que tocará romper para hacer parte del colectivo delos hombres; en general toda esta descontaminación delo femenino, marcará la identidad masculina tradicio-nal. Definí tivamen te el primer deber para un hombre esel de no ser una mujer. Múltiples prácticas, ritos yescenarios sociales están previstos para la descontami-nación de lo femenino en la construcción de la masculi-nidad, con el resultado esperado que podríamos resu-mir por una profunda misoginia que connota tambiénun tenaz odio al homosexualismo. Y allí me quieroreferir a uno de los capítulos a mi juicio mas interesante, elque trata del homosexualismo, de la homofobia y lamasculinidad patriarcal, capítulo que nos ilumina sobrelas razones del odio hacia el homosexual, odio tanpronunciado en sociedades de estructura patriarcal,puesto que la heterosexualidad es finalmente la pruebadefinitiva de que uno es un hombre de verdad, y que laconsigna implícita para un hombre, es como lo diceElisabeth Badinter, "tener una mujer para noser mujer"; eneste sentido el homosexual es un hombre que pone entela de juicio los roles sexuales tradicionales y rompe elpacto fundamental del patriarcalismo. La conclusión deesta primera parte es que de la identidad masculina tra-dicional resulta un hombre profundamente mutilado yambivalente frente a lo que le tocó abandonar a la fuerza:su feminidad. Un hombre que se volvió a la fuerza rudo,beligerante, maltratante y fetichizador de las mujeres.

La segunda gran parte del libro se ubica más anivelde propuestas y por consiguiente, por lo menos para ellector colombiano, de utopías ... Se llama "construir unhombre", entiéndase, un hombre "reconciliado".

La tesis central de dicha parte es que, no sólo elsistema patriarcal engendró un hombre mutilado inca-paz de reconciliar sus cromosomas X y Y, su herenciapaterna y materna, sino que hoy, este hombre se encuen-tra doblemente mutilado pues la crítica feminista del

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RESEÑAS

hombre patriarcal ha hecho de la masculinidad unimposible: a la prohibición tradicional de mostrar sufemineidad se añade la expresar una virilidad fuerte-mente cuestionada desde el final de los años 70;cuestio-namiento cuyos resultados se traducen por un granmalestar general de los hombres confrontados de unacierta manera a un vacío definicional. Mal estar, impo-tencia, angustia, fetichismo, homosexualismo latente ymal vivido entre otros síntomas, es el panorama que nospresenta Elisabeth Badinter del hombre norteamericanoy europeo de los ochenta.

En estos países, por múltiples razones descritascon mucha precisión por la autora, la masculinidadtradicional, a pesar de seguir potente en el inconscientemasculino y en los imaginarios sociales, se volvió unmito negativo. Yes entonces cuando Elisabeth Badinternos propone un modelo que todavía nos hace soñar (!):el hombre reconciliado. Este hombre que no será unasíntesis del hombre duro y del hombre blando (estehombre que capituló totalmente frente a las mujeres,desestructurado e incapaz de volverse adulto, el cual,según la autora, apareció como respuesta a la críticafeminista en algunos países, particularmente enlos paísesnórdicos) sino el que sabrá aliar solidez y sensibilidad,firmeza y ternura; ese hombre que encontró a su padrey reencontró a su madre, que se volvió un hombre sinherir de muerte lo femenino-materno. Pero este hombre

que necesita tanto este final de siglo, no podrá nacer sinoa partir de grandes cambios en relación a la paternidad-paternización. Es necesario una verdadera revoluciónpaterna para el nacimiento de nuevos hijos (e hijastambién ...pero no es el tema de este libro). Y ElisabethBadinter termina haciendo el proceso al padre mostran-do con cifras y resultados de múltiples investigacionesrecientes, el panorama de la paternidad- paternizaciónoccidental. Definitivamente para construir el nuevohombre es necesario empezar por poner en tela de juiciola paternidad tradicional y reinventar al padre, únicamanera de reinventar una virilidad capaz de respondera las grandes preguntas del fin de siglo ... Y como diceElisabeth Badinter, "mientras tanto las mujeres obseroamoscon ternura a estos mutan tes valientes que son los hombres dehoy ..."

Este libro de 300 páginas es, en mi opinión, unaherramienta de trabajo tan importante como lo fue en sumomento 11 El segundo sexo" de Simone de Beauvoir; y nosólo para las feministas sino para todos y todas las quepiensan que el concepto de género es uno de los concep-tos claves de las ciencias sociales hoy día, y creen que esurgente repensar a la luz de la modernidad el problemade la ética de la diferencia sexual 'l'

Pro! FLORENCE THOMASUniversidad Nacional de Colombia

GUTIERREZ, José. El sentido de Vivir. Bogotá, Spiridon, 1992(Tercera Edición, con ilustraciones del profesor Bruno Mazzoldi)

El título del libro encierra una polisemia muy sig-nificativa. Dice más que lo que parece decir. Porque sepodría trastocar la pregunta obvia -¿Qué es el sentido devivir?-, por otra: ¿Quién es el sentido de vivir? O paramejor comprensión - si se resuelve la elipsis -la preguntase podría enunciar de la siguiente forma: ¿Quién es elque está sentido de vivir?

Pues al mudar o preferir un sustantivo -la vida- porun verbo -vivir-, cierta ironía también ha sugerido que elotro verbo posible - el sentir- adopte la modalidad elparticipio, "el sentido". Yasí como el infinitivo disuelvelos géneros y subsume en la indefinición de lo imperso-nal la voz o las voces, es decir, el sujeto o los sujetos, eluso del participio, el sentido, sugiere una multiplicidad

156 No 2 A.ÑO MCM)(CIItu NACIONAL DE COlCM31A.BOGOTA, OC

de sentidos, pero por lo menos dos cruciales, a saber, laexploración del sentido o significado de vivir como unaaventura que encierra a dos sujetos: aquel -el paciente-que está sentido de vivir, o cuyo vivir parece ser un sinsentido, y el otro -el analista- cuya escucha paciente estáatenta a servir como eco reflexivo para que el vivirapenas sentido adquiera un nuevo sentido por su propiaanagnóris, es decir, por ese trocar el re-sentimiento enre-conocimiento.

Por supuesto, se trata de un juego de palabras, perolas palabras ya encierran en su ambigüedad la noción dela transferencia, que es ese vaivén que ocurre entre dospacientes, ambos iluminados en el vivo espejo tridimen-sional de lo émico, lo ético y lo cognoscitivo.

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RESEÑAS

hombre patriarcal ha hecho de la masculinidad unimposible: a la prohibición tradicional de mostrar sufemineidad se añade la expresar una virilidad fuerte-mente cuestionada desde el final de los años 70;cuestio-namiento cuyos resultados se traducen por un granmalestar general de los hombres confrontados de unacierta manera a un vacío definicional. Mal estar, impo-tencia, angustia, fetichismo, homosexualismo latente ymal vivido entre otros síntomas, es el panorama que nospresenta Elisabeth Badinter del hombre norteamericanoy europeo de los ochenta.

En estos países, por múltiples razones descritascon mucha precisión por la autora, la masculinidadtradicional, a pesar de seguir potente en el inconscientemasculino y en los imaginarios sociales, se volvió unmito negativo. Yes entonces cuando Elisabeth Badinternos propone un modelo que todavía nos hace soñar (!):el hombre reconciliado. Este hombre que no será unasíntesis del hombre duro y del hombre blando (estehombre que capituló totalmente frente a las mujeres,desestructurado e incapaz de volverse adulto, el cual,según la autora, apareció como respuesta a la críticafeminista en algunos países, particularmente enlos paísesnórdicos) sino el que sabrá aliar solidez y sensibilidad,firmeza y ternura; ese hombre que encontró a su padrey reencontró a su madre, que se volvió un hombre sinherir de muerte lo femenino-materno. Pero este hombre

que necesita tanto este final de siglo, no podrá nacer sinoa partir de grandes cambios en relación a la paternidad-paternización. Es necesario una verdadera revoluciónpaterna para el nacimiento de nuevos hijos (e hijastambién ...pero no es el tema de este libro). Y ElisabethBadinter termina haciendo el proceso al padre mostran-do con cifras y resultados de múltiples investigacionesrecientes, el panorama de la paternidad- paternizaciónoccidental. Definitivamente para construir el nuevohombre es necesario empezar por poner en tela de juiciola paternidad tradicional y reinventar al padre, únicamanera de reinventar una virilidad capaz de respondera las grandes preguntas del fin de siglo ... Y como diceElisabeth Badinter, "mientras tanto las mujeres obseroamoscon ternura a estos mutan tes valientes que son los hombres dehoy ..."

Este libro de 300 páginas es, en mi opinión, unaherramienta de trabajo tan importante como lo fue en sumomento 11 El segundo sexo" de Simone de Beauvoir; y nosólo para las feministas sino para todos y todas las quepiensan que el concepto de género es uno de los concep-tos claves de las ciencias sociales hoy día, y creen que esurgente repensar a la luz de la modernidad el problemade la ética de la diferencia sexual 'l'

Pro! FLORENCE THOMASUniversidad Nacional de Colombia

GUTIERREZ, José. El sentido de Vivir. Bogotá, Spiridon, 1992(Tercera Edición, con ilustraciones del profesor Bruno Mazzoldi)

El título del libro encierra una polisemia muy sig-nificativa. Dice más que lo que parece decir. Porque sepodría trastocar la pregunta obvia -¿Qué es el sentido devivir?-, por otra: ¿Quién es el sentido de vivir? O paramejor comprensión - si se resuelve la elipsis -la preguntase podría enunciar de la siguiente forma: ¿Quién es elque está sentido de vivir?

Pues al mudar o preferir un sustantivo -la vida- porun verbo -vivir-, cierta ironía también ha sugerido que elotro verbo posible - el sentir- adopte la modalidad elparticipio, "el sentido". Yasí como el infinitivo disuelvelos géneros y subsume en la indefinición de lo imperso-nal la voz o las voces, es decir, el sujeto o los sujetos, eluso del participio, el sentido, sugiere una multiplicidad

156 No 2 A.ÑO MCM)(CIItu NACIONAL DE COlCM31A.BOGOTA, OC

de sentidos, pero por lo menos dos cruciales, a saber, laexploración del sentido o significado de vivir como unaaventura que encierra a dos sujetos: aquel -el paciente-que está sentido de vivir, o cuyo vivir parece ser un sinsentido, y el otro -el analista- cuya escucha paciente estáatenta a servir como eco reflexivo para que el vivirapenas sentido adquiera un nuevo sentido por su propiaanagnóris, es decir, por ese trocar el re-sentimiento enre-conocimiento.

Por supuesto, se trata de un juego de palabras, perolas palabras ya encierran en su ambigüedad la noción dela transferencia, que es ese vaivén que ocurre entre dospacientes, ambos iluminados en el vivo espejo tridimen-sional de lo émico, lo ético y lo cognoscitivo.

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RESEÑAS

Bajo otra perspectiva, se podría indicar que en esarelación dialógica y reflexiva se propone algo que elfilósofo Kant consideraba como atributo propio de dio-ses: una intuición intelectual.

Para abreviar, dicha intuición intelectual consisti-ría en que la razón tenga sentido y el sentido sea razona-ble. Que la razón tenga sentido le parecía al filósofo algoimprobable, porque más allá del entendimiento, que sefunda en la experiencia, la razón en su vuelo sobre latotalidad de los fenómenos pronto se ve desistida por lalimitación de los sentidos. Yque el sentido sea razonableencierra paradoja similar: porque los sentidos tienden aquedar atrapados en la inmediatez del tiempo y elespacio.

Dicha antinomia fundó la escisión un tanto neuró-tica de la sensibilidad y de la mentalidad modernas. Porun lado, la rebelión romántica, con toda su ambivalenciade utopía y de regresión, con su descubrimiento de lanoche, los sueños, el cuerpo y los sentidos. Por el otro,la ciencia arropada en la ideología positivista, es decir,en un entendimiento cada vez más propicio a la disec-ción y más proclive al especialisimo, aquel saber cadavez más sobre cada vez menos, ajeno a toda emoción queno provenga del conocer o de la utilidad.

José Gutiérrez ha mostrado con gracia y con razónla singular fusión de estas corrientes antagónicas en elpensamiento de Freud, que, por ello mismo, cobra relie-ve como aventura de un titán.

y lo fue, porque rejuntó en la tradición dialógica(que, como sabemos por los estudios de Bajtin, es igua-litaria e innovadora, opuesta a todo discurso monológi-ca) el amor romántico con la capacidad analítica.

En tal sentido, el diálogo psicoanalítico se aproxi-ma a esa intuición intelectual que el filósofo predicaracomo asunto de Dioses. Y como tal, sobrepasa la priva-cidad de la clínica o del consultorio. Porque si el recono-cimiento o la catarsis que tal diálogo se propone aludena una recuperación de la memoria individual, por unaextensión todavía no clara, la memoria del sujeto estambién la memoria de la especie, la memoria de la viday la memoria de la naturaleza.

Tal es lo que sugiere José Gutiérrez cuando sedetiene con clarividencia en los ensayos hasta ciertopunto metafísicos - si el término no irritara al mismoFreud, muy cuidadoso en prodigar indulgencias a suatrevimiento - que siguieron a la muerte de su hija Sofía.En particular, a esa obra que merece una y otra relectura:Más allá del Principio del Placer.

Al modo de su arcano Freud, José Gutiérrez haseguido un curso intelectual signado por la persistencia,

no confinado a la reclusión -aunque infinita- de undiálogo sin diván. Su libro -El Sentido de Vivir- posee lagracia del fundamento, gracia que en vidas con perseve-rancia no desmerecen en riqueza con el paso de los díasy los trabajos.

Sus extravíos: gamines, doctores, la paz, la socie-dad, la novela, la historia hilan poco a poco una costuracuyo sentido (aquí, de nuevo, con el doble sentido dequeja y de razón) aún no se ha develado,

Una suerte de sombra cae indiferente sobre esezurcido intelectual. ¿Por qué no decirlo? Nuestra parro-quia intelectual está marcada por multiplicidad de fue-ros, celosos de los lindes. Cierta territorialidad nomenos agresiva que la territorialidad guerrera se adue-ña de las metáforas intelectuales, con un daño que nopor no ser físico no es menos grave. La tosudez de losduelos de las armas no hace más que velar los gravesduelos intelectuales. Los literatos excusan las novelasque no leen como cosa de un psicoanalista, en tanto queéstos demeritan al analista como autor de ficciones. Yasíse podría reproducir por ciento la lucha por los fueros,tan propios del dejo de una sociedad estamental.

¿No sugiere ello que el analista es también en estecaso, el que está sentido de vivir? ¿Yque la escucha o laatención que prodiga en el consultorio no serían tam-bién -por esa palabra no leída de las obras- una demandaa los otros de acogimiento y de atención?

No, por cierto, para un reconocimento personal,aunque no sobre, sino para una anagnóris plural, o sea,para la instauración de una polifonía, pues hasta elmomento -y vaya momento-las voces colombianas sonapenas heterofonía, por ser aún faltas de oído, de expre-sión y de acorde.

Tal es, me parece, el sentido de un libro sobre elsentido de vivir, una obra, como las otras del autor, quesi reflexiona sobre el silencio, en verdad no merece elsilencio como eco. Pues entre sus múltiples claves yregistros: conquistadores, aventureros, leguleyos, mís-ticos, gamines, doctores, guerrilleros, cafeteros, contra-bandistas, cocaineros, hay, como en el dicho paciente,algo no dicho -aún en la pausa, aún en el silencio, aún enel gesto- que es sin embargo el enunciado que acaso debadescifrarse de modo colectivo para ser dueños del des-tino, es decir, para que la razón de Estado en Colombiatenga sentido, es decir, se funda con la pluralidad delsentido nacional.'!'

GABRIEL RES TREPOProfesor Universidad Nacional

REVISTACOlOMBI,ANADE PS!COL QGlA. 157

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RESEÑAS

Bajo otra perspectiva, se podría indicar que en esarelación dialógica y reflexiva se propone algo que elfilósofo Kant consideraba como atributo propio de dio-ses: una intuición intelectual.

Para abreviar, dicha intuición intelectual consisti-ría en que la razón tenga sentido y el sentido sea razona-ble. Que la razón tenga sentido le parecía al filósofo algoimprobable, porque más allá del entendimiento, que sefunda en la experiencia, la razón en su vuelo sobre latotalidad de los fenómenos pronto se ve desistida por lalimitación de los sentidos. Yque el sentido sea razonableencierra paradoja similar: porque los sentidos tienden aquedar atrapados en la inmediatez del tiempo y elespacio.

Dicha antinomia fundó la escisión un tanto neuró-tica de la sensibilidad y de la mentalidad modernas. Porun lado, la rebelión romántica, con toda su ambivalenciade utopía y de regresión, con su descubrimiento de lanoche, los sueños, el cuerpo y los sentidos. Por el otro,la ciencia arropada en la ideología positivista, es decir,en un entendimiento cada vez más propicio a la disec-ción y más proclive al especialisimo, aquel saber cadavez más sobre cada vez menos, ajeno a toda emoción queno provenga del conocer o de la utilidad.

José Gutiérrez ha mostrado con gracia y con razónla singular fusión de estas corrientes antagónicas en elpensamiento de Freud, que, por ello mismo, cobra relie-ve como aventura de un titán.

y lo fue, porque rejuntó en la tradición dialógica(que, como sabemos por los estudios de Bajtin, es igua-litaria e innovadora, opuesta a todo discurso monológi-ca) el amor romántico con la capacidad analítica.

En tal sentido, el diálogo psicoanalítico se aproxi-ma a esa intuición intelectual que el filósofo predicaracomo asunto de Dioses. Y como tal, sobrepasa la priva-cidad de la clínica o del consultorio. Porque si el recono-cimiento o la catarsis que tal diálogo se propone aludena una recuperación de la memoria individual, por unaextensión todavía no clara, la memoria del sujeto estambién la memoria de la especie, la memoria de la viday la memoria de la naturaleza.

Tal es lo que sugiere José Gutiérrez cuando sedetiene con clarividencia en los ensayos hasta ciertopunto metafísicos - si el término no irritara al mismoFreud, muy cuidadoso en prodigar indulgencias a suatrevimiento - que siguieron a la muerte de su hija Sofía.En particular, a esa obra que merece una y otra relectura:Más allá del Principio del Placer.

Al modo de su arcano Freud, José Gutiérrez haseguido un curso intelectual signado por la persistencia,

no confinado a la reclusión -aunque infinita- de undiálogo sin diván. Su libro -El Sentido de Vivir- posee lagracia del fundamento, gracia que en vidas con perseve-rancia no desmerecen en riqueza con el paso de los díasy los trabajos.

Sus extravíos: gamines, doctores, la paz, la socie-dad, la novela, la historia hilan poco a poco una costuracuyo sentido (aquí, de nuevo, con el doble sentido dequeja y de razón) aún no se ha develado,

Una suerte de sombra cae indiferente sobre esezurcido intelectual. ¿Por qué no decirlo? Nuestra parro-quia intelectual está marcada por multiplicidad de fue-ros, celosos de los lindes. Cierta territorialidad nomenos agresiva que la territorialidad guerrera se adue-ña de las metáforas intelectuales, con un daño que nopor no ser físico no es menos grave. La tosudez de losduelos de las armas no hace más que velar los gravesduelos intelectuales. Los literatos excusan las novelasque no leen como cosa de un psicoanalista, en tanto queéstos demeritan al analista como autor de ficciones. Yasíse podría reproducir por ciento la lucha por los fueros,tan propios del dejo de una sociedad estamental.

¿No sugiere ello que el analista es también en estecaso, el que está sentido de vivir? ¿Yque la escucha o laatención que prodiga en el consultorio no serían tam-bién -por esa palabra no leída de las obras- una demandaa los otros de acogimiento y de atención?

No, por cierto, para un reconocimento personal,aunque no sobre, sino para una anagnóris plural, o sea,para la instauración de una polifonía, pues hasta elmomento -y vaya momento-las voces colombianas sonapenas heterofonía, por ser aún faltas de oído, de expre-sión y de acorde.

Tal es, me parece, el sentido de un libro sobre elsentido de vivir, una obra, como las otras del autor, quesi reflexiona sobre el silencio, en verdad no merece elsilencio como eco. Pues entre sus múltiples claves yregistros: conquistadores, aventureros, leguleyos, mís-ticos, gamines, doctores, guerrilleros, cafeteros, contra-bandistas, cocaineros, hay, como en el dicho paciente,algo no dicho -aún en la pausa, aún en el silencio, aún enel gesto- que es sin embargo el enunciado que acaso debadescifrarse de modo colectivo para ser dueños del des-tino, es decir, para que la razón de Estado en Colombiatenga sentido, es decir, se funda con la pluralidad delsentido nacional.'!'

GABRIEL RES TREPOProfesor Universidad Nacional

REVISTACOlOMBI,ANADE PS!COL QGlA. 157

Page 7: Elisabeth Badinter. La identidad masculina

RESEÑAS

OTALORA DE SEGURA, María Concepción y RAMIREZ DESALAMANCA" Ana Lucía. Comprensión de la violenciacotidiana desde el modelo teórico de la Acción

Comunicativa. XXIV Congreso Interamericano de Psicología. Memorias,Tomo 11,Resumen de Ponencias, Santiago. Chile, 1993.

El texto se fundamenta en la investigación desarro-llada en tomo al problema de la violencia cotidiana. EnColombia un gran porcentaje de mortalidad y trauma-tismos se debe al ejercicio de la violencia, el trabajo hacepropuestas para construir convivencia. Señalan lasautoras que el lenguaje orientado al entendimiento es lacondición necesaria para dicha construcción.EI trabajose orienta desde el modelo teórico de la Acción Comu-nicativa de Jurgen Habermas, que se explicita en elanálisis pragmático universal del lenguaje y tiene porobjeto reconstruir la base universal de validez del habla;es decir, el objeto de la pragmática universal radica en labúsqueda de condiciones para alcanzar un acuerdo en lacomunicación por medio del lenguaje cotidiano. Estemodelo pretende reconstruir una competencia comuni-cativa que permita proferir actos de habla que logren sufinalidad: el entendimiento y reconocimiento mutuopara llegar a acuerdos y a consenso no coactivo.

El trabajo expone primero, el acercamiento a la co-munidad para conocer la lectura que hacen sus miem-bros de la violencia y comunicación en términos deproducción cultural de sentido, y segundo, la promo-ción en la comunidad de procesos comunicativos que lespermita comprender y problematizar las relaciones de

violencia cotidiana para generar alternativas en la cons-trucción de la convivencia mediada por el lenguaje. Lainvestigación trabaja el espacio familiar y escolar. Lametodología utilizada (contextualización, descontextua-lización yrecontextualización) permite la posibilidad decrear condiciones reales para trabajar por una cultura dediálogo: la argumentación para dirimir conflictos y elreconocimiento del otro en un espacio argumentativo,crítico y mediado linguísticamente. Los mecanismosutilizados en este trabajo investigativo fueron: diálogosinformales, actividades recreativas, talleres y reunionesde discusión y tematización, cine-foro y sociodrama.

Las autoras señalan que los logros obtenidos eneste trabajo (aún no terminado) indican que la resignifi-cación de violencia y la comunicación permiten dar unnuevo sentido a las relaciones cotidianas y el reconoci-miento de la importancia de la comunicación orientadaal entendimiento para negociar situaciones de conflicto.Esto no es garantía para resolver los problemas deviolencia cotidiana en la comunidad pero si permite elenriquecimiento en alternativas que construyan formasde relación y de negociación 'P

ANA LUCIA RAMIREZPsicóloga

LEGENDRE, Pierre. Le50ns VIII:Le Crime du CaporalLortíe, traité sur le Pere. (El crimen del Caporal Lortíe.

un tratado sobre el Padre). Fayard, París, 1991.

"Cuando se mata a un padre es un hijo quien muere".Ese es el aforismo con el cual Pierre Legendre concluyeeste volumen, octavo de una serie de lecciones, queexponen la reflexión de un psicoanalista sobre la socie-dad occidental, sus instituciones, sus mecanismos defiliación y los impasses que atraviesa el pensamientoactual marcado por la tecnología y la ciencia.

El8 de mayo de 1984, un joven de 25 años, militar

158 No. 2 AÑO MCMXCIIIu NACIONAl DE COLOMBIA.BOGOTA, D.C

desde los 17, padre de familia, buen compañero y cum-plido con su trabajo, irrumpe en la Asamblea Nacionalde Quebec, disparando sobre quienes halla a su paso; ensu loca carrera deja un saldo de tres muertos y ochoheridos, entra a la sala del Congreso vacía, y se sienta enla silla del presidente. Denis Lortie había anunciado suproyecto asesino en tres casetes enviados pero que nuncallegaron a sus destinatarios: la esposa, un comentador

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RESEÑAS

OTALORA DE SEGURA, María Concepción y RAMIREZ DESALAMANCA" Ana Lucía. Comprensión de la violenciacotidiana desde el modelo teórico de la Acción

Comunicativa. XXIV Congreso Interamericano de Psicología. Memorias,Tomo 11,Resumen de Ponencias, Santiago. Chile, 1993.

El texto se fundamenta en la investigación desarro-llada en tomo al problema de la violencia cotidiana. EnColombia un gran porcentaje de mortalidad y trauma-tismos se debe al ejercicio de la violencia, el trabajo hacepropuestas para construir convivencia. Señalan lasautoras que el lenguaje orientado al entendimiento es lacondición necesaria para dicha construcción.EI trabajose orienta desde el modelo teórico de la Acción Comu-nicativa de Jurgen Habermas, que se explicita en elanálisis pragmático universal del lenguaje y tiene porobjeto reconstruir la base universal de validez del habla;es decir, el objeto de la pragmática universal radica en labúsqueda de condiciones para alcanzar un acuerdo en lacomunicación por medio del lenguaje cotidiano. Estemodelo pretende reconstruir una competencia comuni-cativa que permita proferir actos de habla que logren sufinalidad: el entendimiento y reconocimiento mutuopara llegar a acuerdos y a consenso no coactivo.

El trabajo expone primero, el acercamiento a la co-munidad para conocer la lectura que hacen sus miem-bros de la violencia y comunicación en términos deproducción cultural de sentido, y segundo, la promo-ción en la comunidad de procesos comunicativos que lespermita comprender y problematizar las relaciones de

violencia cotidiana para generar alternativas en la cons-trucción de la convivencia mediada por el lenguaje. Lainvestigación trabaja el espacio familiar y escolar. Lametodología utilizada (contextualización, descontextua-lización yrecontextualización) permite la posibilidad decrear condiciones reales para trabajar por una cultura dediálogo: la argumentación para dirimir conflictos y elreconocimiento del otro en un espacio argumentativo,crítico y mediado linguísticamente. Los mecanismosutilizados en este trabajo investigativo fueron: diálogosinformales, actividades recreativas, talleres y reunionesde discusión y tematización, cine-foro y sociodrama.

Las autoras señalan que los logros obtenidos eneste trabajo (aún no terminado) indican que la resignifi-cación de violencia y la comunicación permiten dar unnuevo sentido a las relaciones cotidianas y el reconoci-miento de la importancia de la comunicación orientadaal entendimiento para negociar situaciones de conflicto.Esto no es garantía para resolver los problemas deviolencia cotidiana en la comunidad pero si permite elenriquecimiento en alternativas que construyan formasde relación y de negociación 'P

ANA LUCIA RAMIREZPsicóloga

LEGENDRE, Pierre. Le50ns VIII:Le Crime du CaporalLortíe, traité sur le Pere. (El crimen del Caporal Lortíe.

un tratado sobre el Padre). Fayard, París, 1991.

"Cuando se mata a un padre es un hijo quien muere".Ese es el aforismo con el cual Pierre Legendre concluyeeste volumen, octavo de una serie de lecciones, queexponen la reflexión de un psicoanalista sobre la socie-dad occidental, sus instituciones, sus mecanismos defiliación y los impasses que atraviesa el pensamientoactual marcado por la tecnología y la ciencia.

El8 de mayo de 1984, un joven de 25 años, militar

158 No. 2 AÑO MCMXCIIIu NACIONAl DE COLOMBIA.BOGOTA, D.C

desde los 17, padre de familia, buen compañero y cum-plido con su trabajo, irrumpe en la Asamblea Nacionalde Quebec, disparando sobre quienes halla a su paso; ensu loca carrera deja un saldo de tres muertos y ochoheridos, entra a la sala del Congreso vacía, y se sienta enla silla del presidente. Denis Lortie había anunciado suproyecto asesino en tres casetes enviados pero que nuncallegaron a sus destinatarios: la esposa, un comentador

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RESEÑAS

de radio y un sacerdote. Estas grabaciones, así como lospreparativos, indican que se estaba entregando a lamuerte: "Hago el mal para hacer el bien, ouiero matar algoque quiere destruir la lengua francesa, nadie me detendrá, niejército ni policfa. [...1Antes de que me maten habré matadounos cuantos. Lo vaya hacer, no sé por qué, lo tengo quehacer".

La lectura de este crimen por Pierre Legendre es lade un parricidio; es para el autor el punto de partida deun cuestionamiento sobre el Padre y se trabaja con baseen una proximidad estructural al mito freudiano delparricidio original en la horda. En efecto, el delirioprevio y la ejecución llevan el sello de la referencia alpadre: viola imagen de su padreen el rostro del sargentoque le negó una autorización de salida, pensó matarlo yrenunció a ello pensando en la esposa y los hijos de éste;luego en la cárcel, veía la cara de un hombre de edad quele significaba que estaba perdonado. La idea del crimennació al ver al primer ministro por televisión.

El autor propone salir de las doctrinas banalizado-ras del parricidio o de herencia genética, preguntándosesobre lo que quiere el parricida en ese acto de horror queconfina a los límites del hablar; hace la interpretación deque es un "acto de justicia genealógica" para deshacer" elespantoso nudo de serpientes de los vínculos de sangre",como lo expresó Paul Eluard.

El padre de Denis Lortie había muerto cuando éltenía diez años, y en la familia era como un tiranoterrorista, "el macho que posefa a todas las mujeres", en unclima de confusión de generaciones, de violencia y deabusos sexuales (uno de los niños era fruto del incestocon una hija). Cuando se enteró del embarazo que iba adar a luz a Denis, entró en una crisis furiosa y elástica,de la que no tuvo memoria después.

La metáfora freudiana del padre de la horda abre elcamino para entender cómo en cada cultura se organizaun discurso de legalidad en cuyo centro se halla larepresentación de un padre mítico ante quien todos nosjugamos la vida. El padre de Lortie encarnaba, en larealidad de la familia, al padre mítico de la horda,ejerciendo un poder sin límites y negando la prohibicióndel incesto. Antes de su muerte, los hermanos mayoreshabían imaginado una revuelta, recogiendo barretones,garrotes y herramientas para utilizarlos contra él en laprimera oportunidad en que castigara a uno de ellos.Quince años mas tarde Denis actúa la misma fantasíabajo la forma de esa loca masacre. Agotado por unalucha contra la mala autoridad del padre, la sustituyepor la autoridad del gobierno entrando a la escena delsacrificio como héroe. La familia tenía la enfermedad deltabú; el desastre del padre afectó a los hijos. Para ellos laprohibición también estaba anulada.

Es determinante subrayar que el hijo Denis Lortiecomete el crimen cuando se confronta al fracaso de ser

padre. Así interpreta la prueba de tener un hijo que dejóde hablar a los dos años de edad.

Elparricida pide justicia, y entregando su vidaa losrepresentantes de la ley social, actúa el restablecimientodel orden, de la creencia del hijo hacia el padre y de ladeuda del padre hacia el hijo, orden desorganizado porla transgresión de la prohibición, en este caso, por unpadre, déspota privado, que nunca renunció a un estadode hijo no humanizado por un límite simbólico. Elsacrificio une al padre y al hijo en el sentido de que unpadre se instituye como el que liga o desliga al hijo enrelación al crimen, por su propia cuenta y por cuenta delhijo. El precio a pagar es la renuncia al todopoderosoabsoluto -en psicoanálisis: la castración simbólica-; esteprecio es la marca del padre.

El autor ha dedicado más de un seminario a anali-zar la sociedad occidental (Lección IV: L'Inestimable Dbjetde la Transmission. Etude sur le Principe Cénéalogique enOccideni. Le Dossier Occidental de la Paren té. Filiation:Fondement Généalogique de la Psychanalyse) para mostrar,entre otras, cómo se disuelve el vínculo genealógico enprácticas contractualistas entre padre e hijos "mutualadjusment". Estas prácticas conceden al padre mantenersu demanda de niño y encargan al hijo atender a aquellademanda, lo que tiene como resultado la desubjetiva-ción del hijo. En otros términos, no hay padre pensablesino bajo la égida del padre nútico y el hijo parricida nohace sino matar a otro hijo.

Frente a tal situación ¿qué hacen la justicia y lainstitución? Se supone que la ley conecta lo humanosocial y subjetivo con la ley de la especie. ¿Cómo enton-ces el juicio de un criminal, incluso delirante, puededesembocar en una sentencia que tenga sentido para elacusado? ¿Cómo el psiquiatra puede ser experto y nojuez? ¿Cómo separar al criminal de su crimen? ¿Cómodevolver al sujeto criminal su imagen fundadora? Lortiehijo respeta mucho a su madre, se juega su identificacióna Lortie padre y a la vez quiere escapar de ésta. Se trataentonces de volver a ensamblar el rompecabezas de laescena edípica y ayudar a este hijo nacido de una madrea nacer también de un padre. Las conclusiones delexperto y del juicio pueden tener este valor de interpre-tación psicoanalítica yde notificación de la ley del padre;en cambio, la inimputabilidad por demencia o locurahabitualmente la niegan. Lortie, delirante, no ha matadoa su padre, pero, condenado, se beneficia de un reorde-namiento de las condiciones de identificación a su padrey puede recuperar al final de una carrera loca el hilo dela vida. Así el ritual de la justicia puede ofrecer a uncondenado, sin anular los hechos pasados, apuestasnuevas para una relación vital con la Ley. 'JI

TANIA ROELENSPsiquiatra-Psicoanalista

REVISTACOLa..el~DE PSrcOlOGlA. 159

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RESEÑAS

de radio y un sacerdote. Estas grabaciones, así como lospreparativos, indican que se estaba entregando a lamuerte: "Hago el mal para hacer el bien, ouiero matar algoque quiere destruir la lengua francesa, nadie me detendrá, niejército ni policfa. [...1Antes de que me maten habré matadounos cuantos. Lo vaya hacer, no sé por qué, lo tengo quehacer".

La lectura de este crimen por Pierre Legendre es lade un parricidio; es para el autor el punto de partida deun cuestionamiento sobre el Padre y se trabaja con baseen una proximidad estructural al mito freudiano delparricidio original en la horda. En efecto, el delirioprevio y la ejecución llevan el sello de la referencia alpadre: viola imagen de su padreen el rostro del sargentoque le negó una autorización de salida, pensó matarlo yrenunció a ello pensando en la esposa y los hijos de éste;luego en la cárcel, veía la cara de un hombre de edad quele significaba que estaba perdonado. La idea del crimennació al ver al primer ministro por televisión.

El autor propone salir de las doctrinas banalizado-ras del parricidio o de herencia genética, preguntándosesobre lo que quiere el parricida en ese acto de horror queconfina a los límites del hablar; hace la interpretación deque es un "acto de justicia genealógica" para deshacer" elespantoso nudo de serpientes de los vínculos de sangre",como lo expresó Paul Eluard.

El padre de Denis Lortie había muerto cuando éltenía diez años, y en la familia era como un tiranoterrorista, "el macho que posefa a todas las mujeres", en unclima de confusión de generaciones, de violencia y deabusos sexuales (uno de los niños era fruto del incestocon una hija). Cuando se enteró del embarazo que iba adar a luz a Denis, entró en una crisis furiosa y elástica,de la que no tuvo memoria después.

La metáfora freudiana del padre de la horda abre elcamino para entender cómo en cada cultura se organizaun discurso de legalidad en cuyo centro se halla larepresentación de un padre mítico ante quien todos nosjugamos la vida. El padre de Lortie encarnaba, en larealidad de la familia, al padre mítico de la horda,ejerciendo un poder sin límites y negando la prohibicióndel incesto. Antes de su muerte, los hermanos mayoreshabían imaginado una revuelta, recogiendo barretones,garrotes y herramientas para utilizarlos contra él en laprimera oportunidad en que castigara a uno de ellos.Quince años mas tarde Denis actúa la misma fantasíabajo la forma de esa loca masacre. Agotado por unalucha contra la mala autoridad del padre, la sustituyepor la autoridad del gobierno entrando a la escena delsacrificio como héroe. La familia tenía la enfermedad deltabú; el desastre del padre afectó a los hijos. Para ellos laprohibición también estaba anulada.

Es determinante subrayar que el hijo Denis Lortiecomete el crimen cuando se confronta al fracaso de ser

padre. Así interpreta la prueba de tener un hijo que dejóde hablar a los dos años de edad.

Elparricida pide justicia, y entregando su vidaa losrepresentantes de la ley social, actúa el restablecimientodel orden, de la creencia del hijo hacia el padre y de ladeuda del padre hacia el hijo, orden desorganizado porla transgresión de la prohibición, en este caso, por unpadre, déspota privado, que nunca renunció a un estadode hijo no humanizado por un límite simbólico. Elsacrificio une al padre y al hijo en el sentido de que unpadre se instituye como el que liga o desliga al hijo enrelación al crimen, por su propia cuenta y por cuenta delhijo. El precio a pagar es la renuncia al todopoderosoabsoluto -en psicoanálisis: la castración simbólica-; esteprecio es la marca del padre.

El autor ha dedicado más de un seminario a anali-zar la sociedad occidental (Lección IV: L'Inestimable Dbjetde la Transmission. Etude sur le Principe Cénéalogique enOccideni. Le Dossier Occidental de la Paren té. Filiation:Fondement Généalogique de la Psychanalyse) para mostrar,entre otras, cómo se disuelve el vínculo genealógico enprácticas contractualistas entre padre e hijos "mutualadjusment". Estas prácticas conceden al padre mantenersu demanda de niño y encargan al hijo atender a aquellademanda, lo que tiene como resultado la desubjetiva-ción del hijo. En otros términos, no hay padre pensablesino bajo la égida del padre nútico y el hijo parricida nohace sino matar a otro hijo.

Frente a tal situación ¿qué hacen la justicia y lainstitución? Se supone que la ley conecta lo humanosocial y subjetivo con la ley de la especie. ¿Cómo enton-ces el juicio de un criminal, incluso delirante, puededesembocar en una sentencia que tenga sentido para elacusado? ¿Cómo el psiquiatra puede ser experto y nojuez? ¿Cómo separar al criminal de su crimen? ¿Cómodevolver al sujeto criminal su imagen fundadora? Lortiehijo respeta mucho a su madre, se juega su identificacióna Lortie padre y a la vez quiere escapar de ésta. Se trataentonces de volver a ensamblar el rompecabezas de laescena edípica y ayudar a este hijo nacido de una madrea nacer también de un padre. Las conclusiones delexperto y del juicio pueden tener este valor de interpre-tación psicoanalítica yde notificación de la ley del padre;en cambio, la inimputabilidad por demencia o locurahabitualmente la niegan. Lortie, delirante, no ha matadoa su padre, pero, condenado, se beneficia de un reorde-namiento de las condiciones de identificación a su padrey puede recuperar al final de una carrera loca el hilo dela vida. Así el ritual de la justicia puede ofrecer a uncondenado, sin anular los hechos pasados, apuestasnuevas para una relación vital con la Ley. 'JI

TANIA ROELENSPsiquiatra-Psicoanalista

REVISTACOLa..el~DE PSrcOlOGlA. 159

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RESEÑAS

SANCHEZ JIMENEZ, Francisco. De Primas Personas.&1. Colcultura, Bogotá, 1992. Premio Nacional de Literatura en la modalidad de cuen-too Imaginarios. Bogotá, Alcarabán. 1978. Sala Capitular. Bogotá, Planeta, 1984.

Reseñar a sobrevuelo la obra literaria de Fran-cisco Sánchez Jiménez en la Revista de Psicología encie-rra gran atractivo, pero a la vez alguna dificultad. Lavoluntad estética y estilística de Francisco Sánchez tras-ciende tanto el naturalismo, como esa suerte de animis-mo del realismo mágico. Con ello se sitúa en el terrenopropio del hombre escindido, es decir, del ser que esmecanismo y a la vez conciencia o razón intermitente.

Por las razones expuestas, la ficción se nutre -demodo muy afirmativo- con los paradigmas de la ciencianatural y de las ciencias humanas que hoy son impres-cindibles para "narrar" sobre el ser contemporáneo. Noextrañará pues que la aventura de su personajes seentrecruce con motivos extraídos de las leyes de latermodinámica, con los dilemas de la causalidad y delindeterminismo, con las controversias sobre la ontoge-nia y la filogenia.

Se diría que este fuera el camino de Musil. Si fueraepígono, ya bastaría esa voluntad racional para destacarla escritura de Francisco Sánchez en un subcontinenteque aún se resiste a mordisquear esos flancos de la mo-dernidad. Pero es más que epígono. Musil es sólo unhito sugerido en el génesis del escritor. Las "influencias"son múltiples, como quiera que el autor ha sido lectorigual que escritor.

Lector de las múltiples literaturas, pero también, yesto es notable -hay que repetirlo- de las ciencias natura-les y de las ciencias humanas. Sería tarea para otrasreseñas evaluar, por ejemplo, la incorporación de lasdiversas variantes del psicoanálisis en la escritura y en laconfiguración de los temas y de los personajes. Pues estáintegrado el psicoanálisis tanto como configurador desituaciones y motivos (el sadismo y el masoquismo enalgunas novelas inéditas), como también en la reflexiónmisma del narrador en algunas de sus narrativas, enpreguntas que conciernen a los límites de la subjetividaddentro del orden social y a la tensión entre introversióny extroversión.

¿Jung? ¿Freud? ¿Adler? ¿Todos ellos en una asimi-lación iconoclasta guiada por una lectura irreverente dela violencia colombiana menos visible, pero no menoslacerante? Para un lector de su obra interesado en elpsicoanálisis habrá un cierto misterio en el juego deortodoxia y heterodoxia que se exhibe en toda la obra deFrancisco Sánchez Jiménez.

Pero sería absurdo reducir el valor de la literaturaa los códigos implícitos en la construcción de las ficcio-

160 No :2 AI\K) MCMXCIIIu NACIONAl.. DE COLC*.eIABOGOTA, De

nes, por más que ello incite a indagaciones sugestivas.Pues la ciencia natural y social están al servicio de lanarrativa, que elude de modo deliberado el riesgo detoda novela de tesis.

Lo imaginario reclama su propia mirada. Yeste fuejustamente el emblema iniciático de la obra de FranciscoSánchez Jiménez: un libro de cuentos, Imaginarios. Aeste comentarista le llamó la atención, desde la primeralectura, un cuento especial: "Gallera".

Vale la pena dar la razón de esta preferencia. Laposibilidad del suicidio literario se adivinaba en la elec-ción del tema. Pues de gallos y galleras estaba inundadala literatura nacional. Y sin embargo, la imaginaciónhalló el camino más sorprendente. Pues de una formaasombrosa el ojo del narrador eludió el círculo de lacontienda y de la arena y se concentró en la trastienda:en la heterofonía de las voces de los otros animales depelea -los dueños o los tahures- en un momento quehabía escapado a la narrativa, pero que daría cuenta conmayor exactitud del clima de narcisismo y de violenciapropio de la "apuesta" de la riña de gallos: el jolgorio yel envalentonamiento de micciones adobadas por laexageración etílica.

Años más tarde el escritor confirmaría su oficio enSala Capitular, novela que mereció el primer lugar en elpremio Punch de literatura, en 1984. En algún pasaje, elpersonaje de la novela comienza a comprender que: "lavuelta al origen es más peligrosa que un viaje a lo desconoci-do".

En tal frase se encierran algunos tópicos de lanarrativa de Sánchez Jiménez: la oscilación del hombremoderno entre la casa y el mundo. Casa quiere deciraquí: 1) genealogía (con todas sus trapisondas dealcoba), 2) contienda doméstica de géneros, 3) imperio uorden de lo femenino (en los términos que Hegel en un-ciaen La Filosofía del Derecho), y 4) la impronta del padrecomo amenaza y como ausencia.

Amenaza y ausencia que evocan -literatura dentrode la literatura- a Kafka. Pero a su vez el padre represen-ta al mundo dentro de la casa, es decir, la fuerza delpoder económico y político, el orden exterior del Estado(Trasunto verdadero de la sociedad civil) que es con-gruente con el orden interior impuesto por la mujer.Uno y otro concuerdan en disponer la claudicación osometimiento del individuo ante la ley (de nuevo, pues,Kafka, pero en igual manera podrían hablarnos Hum-berto Eco o [acques Derridá en La Carta Postal).

Page 12: Elisabeth Badinter. La identidad masculina

RESEÑAS

SANCHEZ JIMENEZ, Francisco. De Primas Personas.&1. Colcultura, Bogotá, 1992. Premio Nacional de Literatura en la modalidad de cuen-too Imaginarios. Bogotá, Alcarabán. 1978. Sala Capitular. Bogotá, Planeta, 1984.

Reseñar a sobrevuelo la obra literaria de Fran-cisco Sánchez Jiménez en la Revista de Psicología encie-rra gran atractivo, pero a la vez alguna dificultad. Lavoluntad estética y estilística de Francisco Sánchez tras-ciende tanto el naturalismo, como esa suerte de animis-mo del realismo mágico. Con ello se sitúa en el terrenopropio del hombre escindido, es decir, del ser que esmecanismo y a la vez conciencia o razón intermitente.

Por las razones expuestas, la ficción se nutre -demodo muy afirmativo- con los paradigmas de la ciencianatural y de las ciencias humanas que hoy son impres-cindibles para "narrar" sobre el ser contemporáneo. Noextrañará pues que la aventura de su personajes seentrecruce con motivos extraídos de las leyes de latermodinámica, con los dilemas de la causalidad y delindeterminismo, con las controversias sobre la ontoge-nia y la filogenia.

Se diría que este fuera el camino de Musil. Si fueraepígono, ya bastaría esa voluntad racional para destacarla escritura de Francisco Sánchez en un subcontinenteque aún se resiste a mordisquear esos flancos de la mo-dernidad. Pero es más que epígono. Musil es sólo unhito sugerido en el génesis del escritor. Las "influencias"son múltiples, como quiera que el autor ha sido lectorigual que escritor.

Lector de las múltiples literaturas, pero también, yesto es notable -hay que repetirlo- de las ciencias natura-les y de las ciencias humanas. Sería tarea para otrasreseñas evaluar, por ejemplo, la incorporación de lasdiversas variantes del psicoanálisis en la escritura y en laconfiguración de los temas y de los personajes. Pues estáintegrado el psicoanálisis tanto como configurador desituaciones y motivos (el sadismo y el masoquismo enalgunas novelas inéditas), como también en la reflexiónmisma del narrador en algunas de sus narrativas, enpreguntas que conciernen a los límites de la subjetividaddentro del orden social y a la tensión entre introversióny extroversión.

¿Jung? ¿Freud? ¿Adler? ¿Todos ellos en una asimi-lación iconoclasta guiada por una lectura irreverente dela violencia colombiana menos visible, pero no menoslacerante? Para un lector de su obra interesado en elpsicoanálisis habrá un cierto misterio en el juego deortodoxia y heterodoxia que se exhibe en toda la obra deFrancisco Sánchez Jiménez.

Pero sería absurdo reducir el valor de la literaturaa los códigos implícitos en la construcción de las ficcio-

160 No :2 AI\K) MCMXCIIIu NACIONAl.. DE COLC*.eIABOGOTA, De

nes, por más que ello incite a indagaciones sugestivas.Pues la ciencia natural y social están al servicio de lanarrativa, que elude de modo deliberado el riesgo detoda novela de tesis.

Lo imaginario reclama su propia mirada. Yeste fuejustamente el emblema iniciático de la obra de FranciscoSánchez Jiménez: un libro de cuentos, Imaginarios. Aeste comentarista le llamó la atención, desde la primeralectura, un cuento especial: "Gallera".

Vale la pena dar la razón de esta preferencia. Laposibilidad del suicidio literario se adivinaba en la elec-ción del tema. Pues de gallos y galleras estaba inundadala literatura nacional. Y sin embargo, la imaginaciónhalló el camino más sorprendente. Pues de una formaasombrosa el ojo del narrador eludió el círculo de lacontienda y de la arena y se concentró en la trastienda:en la heterofonía de las voces de los otros animales depelea -los dueños o los tahures- en un momento quehabía escapado a la narrativa, pero que daría cuenta conmayor exactitud del clima de narcisismo y de violenciapropio de la "apuesta" de la riña de gallos: el jolgorio yel envalentonamiento de micciones adobadas por laexageración etílica.

Años más tarde el escritor confirmaría su oficio enSala Capitular, novela que mereció el primer lugar en elpremio Punch de literatura, en 1984. En algún pasaje, elpersonaje de la novela comienza a comprender que: "lavuelta al origen es más peligrosa que un viaje a lo desconoci-do".

En tal frase se encierran algunos tópicos de lanarrativa de Sánchez Jiménez: la oscilación del hombremoderno entre la casa y el mundo. Casa quiere deciraquí: 1) genealogía (con todas sus trapisondas dealcoba), 2) contienda doméstica de géneros, 3) imperio uorden de lo femenino (en los términos que Hegel en un-ciaen La Filosofía del Derecho), y 4) la impronta del padrecomo amenaza y como ausencia.

Amenaza y ausencia que evocan -literatura dentrode la literatura- a Kafka. Pero a su vez el padre represen-ta al mundo dentro de la casa, es decir, la fuerza delpoder económico y político, el orden exterior del Estado(Trasunto verdadero de la sociedad civil) que es con-gruente con el orden interior impuesto por la mujer.Uno y otro concuerdan en disponer la claudicación osometimiento del individuo ante la ley (de nuevo, pues,Kafka, pero en igual manera podrían hablarnos Hum-berto Eco o [acques Derridá en La Carta Postal).

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RESEÑAS

Primas Personas potencia los planos de la ficción yla precisión estilística de la escritura (por la capacidadde ironía del escritor se piensa en el "espíritu de fineza"de Pascal). Una precisión puesta al servicio de 10cuentos hilados con el mismo epígrafe de George Stei-ner: "La inmensa mayoría de las biografías humanasson un grisáceo relato que se desarrolla entre espasmosdomésticos yel olvido".

El epígrafe sugiere, pues, de nuevo la dialécticaexpuesta de una subjetividad formada con gran dedica-ción en el hogar, pero destinada a ser cosificada en elmercado o en el poder.

y sin embargo, la narrativa inventa en cada cuentouna maravilla para trasmutar lo trivial en extraordina-rio, lo epi fenoménico en epifanía y lo anodino en heroi-co. Magia -otra magia distinta a la del realismo mágico,pero magia al fin y al cabo- que, diríamos, no es la propiade la vida cotidiana, sometida a la ley del desgaste o,como diría Francisco Sánchez, del estropicio (por nodecir, del "revolcón"). Consiste, si se quiere, en elantiguo truco platónico de ponderar todos los planos dela vida como trasunto de las primeras formas.

Pero ahí está la ironía, en esa ambiguedad derealismo y de nominalismo, para emplear los términosde la filosofía del medioevo, por la cual los personajesson simples jugadores de billar, por ejemplo, pero a lavez supremos estilistas de un oficio que, aunque trivial,

es sacralizado por la voluntad del arte.Por ello, Primas Personas es también, o ante todo,

una ironía especular (y el motivo de los espejos y de losdobles es recurrente) sobre el oficio del creador o delnarrador, pues su oficio, el de la escritura, deviene todoslos oficios, como sucede con el poeta o el Dichter que sontanto más poetas cuanto menos aparezcan y se subsu-man en "10 otro" de que hablara Rimbaud (¿el ello de lahumanidad?).

Es lástima que por lo menos dos novelas Yotros doslibros de cuento de Francisco Sánchez Jiménez no hayansido publicados. ¿Tendrán que esperar los posibleslectores a que las editoriales se acomoden al éxito? ¿Nosería pensable que una Universidad como la Nacionaltuviera la osadía de anticiparse a esos otros "ratings" delas editoriales y apostara por la calidad, cuando esta esnotoria antes de toda consagración? ¿No debería laUniversidad Nacional afirmar su autonomía para crearun público lector universitario? ¿O deberíamos ensayarla hipótesis de que hay escrituras que son subversivaspor el hecho de ofrecer interrogaciones alternativassobre la condición humana o social y por lo tanto, debensometerse al kafkiano ritmo de la ley, que muchas veceses la ley del silencio en sus múltiples variantes? '1'

GABRIEL RESTREPOProfesor Universidad Nacional

SHIVA, Vandana. Abrazar la vida. Mujer, Ecología ySupervivencia. Ed. Instituto Tercer Mundo, Montevideo, 1991. 252 Págs.

Trad. Ana Elena Guyer y Beatriz Sosa Martínez.Título original: Women, Ecology an Survival in India

La autora de este libro, -Doctorada en Física-, rea-liza una denuncia sobre la violencia que se está ejercien-do en India y en la mayoría de países en vía de desarro-llo, sobre la mujer y sobre la naturaleza. Dicha violenciase ejerce en nombre de los modernos paradigmas de laciencia y del desarrollo que nadie se ha atrevido acuestionar por el mito creado alrededor de lo científico.Nos muestra la muerte de la naturaleza: de la contami-nación del aire, la extinción de bosques, los suelos, lasaguas y de las selvas que mantienen el clima del planetay garantía de riqueza en un ecosistema forestal; lascuales están siendo arrasadas, quemadas, arruinadas oinundadas acelerando el exterminio, de la diversidad dela vida de la que han sido soporte.

Con un estilo agradable, Vandana Shiva nos relata

las tradiciones de la India y cómo la mujer tradicional-mente ha estado vinculada a la naturaleza en una con-cepción de "madre naturaleza", "mujer y naturaleza".A ella le interesan los significados más profundos de lafeminidad, y hacerlos resaltar en su verdadero valorfrente al paradigma del conocimiento científico moder-no y el desarrollo económico, esencialmente machista ensu concepción. En esta perspectiva, logra vincular dosmovimientos igualmente importantes: el humanista y elecologista.

Nos describe las raíces histórico-conceptuales delproyecto "ideología de género"; nos habla del mito de laneutralidad y universalidad de la ciencia moderna, decómo la revolución científica por un lado subyugó a lanaturaleza y por otro excluyó a la mujer de los ámbitos

REVISTA 161COL~IANADEPStcOLOO.

Page 14: Elisabeth Badinter. La identidad masculina

RESEÑAS

Primas Personas potencia los planos de la ficción yla precisión estilística de la escritura (por la capacidadde ironía del escritor se piensa en el "espíritu de fineza"de Pascal). Una precisión puesta al servicio de 10cuentos hilados con el mismo epígrafe de George Stei-ner: "La inmensa mayoría de las biografías humanasson un grisáceo relato que se desarrolla entre espasmosdomésticos yel olvido".

El epígrafe sugiere, pues, de nuevo la dialécticaexpuesta de una subjetividad formada con gran dedica-ción en el hogar, pero destinada a ser cosificada en elmercado o en el poder.

y sin embargo, la narrativa inventa en cada cuentouna maravilla para trasmutar lo trivial en extraordina-rio, lo epi fenoménico en epifanía y lo anodino en heroi-co. Magia -otra magia distinta a la del realismo mágico,pero magia al fin y al cabo- que, diríamos, no es la propiade la vida cotidiana, sometida a la ley del desgaste o,como diría Francisco Sánchez, del estropicio (por nodecir, del "revolcón"). Consiste, si se quiere, en elantiguo truco platónico de ponderar todos los planos dela vida como trasunto de las primeras formas.

Pero ahí está la ironía, en esa ambiguedad derealismo y de nominalismo, para emplear los términosde la filosofía del medioevo, por la cual los personajesson simples jugadores de billar, por ejemplo, pero a lavez supremos estilistas de un oficio que, aunque trivial,

es sacralizado por la voluntad del arte.Por ello, Primas Personas es también, o ante todo,

una ironía especular (y el motivo de los espejos y de losdobles es recurrente) sobre el oficio del creador o delnarrador, pues su oficio, el de la escritura, deviene todoslos oficios, como sucede con el poeta o el Dichter que sontanto más poetas cuanto menos aparezcan y se subsu-man en "10 otro" de que hablara Rimbaud (¿el ello de lahumanidad?).

Es lástima que por lo menos dos novelas Yotros doslibros de cuento de Francisco Sánchez Jiménez no hayansido publicados. ¿Tendrán que esperar los posibleslectores a que las editoriales se acomoden al éxito? ¿Nosería pensable que una Universidad como la Nacionaltuviera la osadía de anticiparse a esos otros "ratings" delas editoriales y apostara por la calidad, cuando esta esnotoria antes de toda consagración? ¿No debería laUniversidad Nacional afirmar su autonomía para crearun público lector universitario? ¿O deberíamos ensayarla hipótesis de que hay escrituras que son subversivaspor el hecho de ofrecer interrogaciones alternativassobre la condición humana o social y por lo tanto, debensometerse al kafkiano ritmo de la ley, que muchas veceses la ley del silencio en sus múltiples variantes? '1'

GABRIEL RESTREPOProfesor Universidad Nacional

SHIVA, Vandana. Abrazar la vida. Mujer, Ecología ySupervivencia. Ed. Instituto Tercer Mundo, Montevideo, 1991. 252 Págs.

Trad. Ana Elena Guyer y Beatriz Sosa Martínez.Título original: Women, Ecology an Survival in India

La autora de este libro, -Doctorada en Física-, rea-liza una denuncia sobre la violencia que se está ejercien-do en India y en la mayoría de países en vía de desarro-llo, sobre la mujer y sobre la naturaleza. Dicha violenciase ejerce en nombre de los modernos paradigmas de laciencia y del desarrollo que nadie se ha atrevido acuestionar por el mito creado alrededor de lo científico.Nos muestra la muerte de la naturaleza: de la contami-nación del aire, la extinción de bosques, los suelos, lasaguas y de las selvas que mantienen el clima del planetay garantía de riqueza en un ecosistema forestal; lascuales están siendo arrasadas, quemadas, arruinadas oinundadas acelerando el exterminio, de la diversidad dela vida de la que han sido soporte.

Con un estilo agradable, Vandana Shiva nos relata

las tradiciones de la India y cómo la mujer tradicional-mente ha estado vinculada a la naturaleza en una con-cepción de "madre naturaleza", "mujer y naturaleza".A ella le interesan los significados más profundos de lafeminidad, y hacerlos resaltar en su verdadero valorfrente al paradigma del conocimiento científico moder-no y el desarrollo económico, esencialmente machista ensu concepción. En esta perspectiva, logra vincular dosmovimientos igualmente importantes: el humanista y elecologista.

Nos describe las raíces histórico-conceptuales delproyecto "ideología de género"; nos habla del mito de laneutralidad y universalidad de la ciencia moderna, decómo la revolución científica por un lado subyugó a lanaturaleza y por otro excluyó a la mujer de los ámbitos

REVISTA 161COL~IANADEPStcOLOO.

Page 15: Elisabeth Badinter. La identidad masculina

RESEÑAS

del conocimiento y de la técnica, nos argumenta sobre elreduccionismo científico eje de la violencia contra lamujer y contra la naturaleza.

En el contexto del mundo cotidiano de la India,Vandana Shiva nos muestra lo que ha representado lanaturaleza en el sistema de vida de las mujeres, cómo sefueron generando los movimientos en defensa de lamisma, en contra de la destrucción de los bosques ennombre de la llamada "silvicultura científica" que no esotra cosa sino la búsqueda del máximo beneficio. Unejemplo, es Cripko, (abrazo) nombre del famoso movi-miento de las mujeres campesinas de Garhwal, quienesen gesto de resistencia se aferraban a los árboles paraimpedir su destrucción, movimiento organizado quelogró detener la destrucción de los bosques y se expan-dió a través de las provincias indias.

Este movimiento es una ilustración de cómo en lasluchas por preservar el medio ambiente, las víctimas, yquienes primero actuaron contra las fuerzas destructi-vas fueron las mujeres, pilar de las comunidades, impul-soras y líderes de acciones comunitarias.

Para Vandana Shiva, la mujer india sabe protegerla naturaleza y regenerar los bosques en forma sustenta-ble y justa, sabe recuperar la diversidad y mantener elecosistema. El desarrollo de la ciencia y desarrolloagrícolas, introdujeron nuevos conceptos que destruye-ron el capital de la naturaleza y excluyeron a la mujercomo experta productora de alimentos. La revoluciónverde, por lo que respecta a la agricultura y la produc-ción de leche, llevan a un cambio de percepción en laalimentación, la cual se convierte en una mercancía quese produce e intercambia para obtener ganancias. Igualsituación es mostrada con el manejo de los recursoshídricos de la India. La tierra y el agua se vienen usandocon fines 1ucrativos. Los limitados recursos hídricos sonsuperexplotados o desviados de la satisfacción de nece-sidades de subsistencia para responder a la imperiosanecesidad de obtener ganancias. Esta visión contrastacon el manejo que han venido haciendo las mujeres deutilizar el agua para la subsistencia.

Por esto, el cuestionamiento total de la autora almodelo de desarrollo responsable de la destrucción dela naturaleza, contrasta con la reivindicación del princi-pio femenino como una alternativa no violenta, en unavisión holística que abarca a todos los seres humanos.

El mensaje de Vandana Shiva va para las mujeresdel Tercer Mundo en la lucha por la supervivencia, lareivindicación de la diversidad de culturas, y de lascomunidades que respetan y aman la naturaleza; encontra de las categorías patriarcales occidentales intro-ducidas en el mundo entero, que destruyen y arrasan lanaturaleza en su afán de homogeneizar el mundo consus paradigmas de beneficio, explotación y producciónde ganancias.

162 No. 2 AÑO MCMXCIltu NACI()I\IAlDECOl~IABOGOTA, D.C

Es importante resaltar la noción de feminismo quela autora maneja, muy diferente de algunos movimien-tos feministas donde la lucha es planteada en contra delhombre. Aquí la visión es holística, es un movimientodonde se están reivindicando unos principios básicos enel modo de percibir la vida, una filosofía de ser. Es unalucha por la defensa del ser humano en general lideradapor la mujer. La feminidad tiene un valor amplio, es unalucha de clase, de reivindicación de las diferencias, unalucha por los derechos humanos.

La autora presenta una concepción amplia de laecología, y nos muestra que la lucha de los sectoresmarginados y oprimidos es una lucha que en la India haestado ligada a la defensa de los recursos naturales ya lavida.

La ciencia yel desarrollo modernos son proyectosde origen masculino y occidental, tamo desde el puntode vista histórico como ideológico. Para Vandana Shivala revolución científica Europea transformó el conceptode naturaleza de "tierra madre" en una fuente inagota-ble de materias primas; se eliminaron en esta reconcep-tualización las restricciones éticas y cognoscitivas queimpedían violentarla yexplotarla. La revolución indus-trial entonces transformó la economía de prudenteadministración de los recursos para el sustento y satis-facción de las necesidades básicas en un proceso de pro-ducción de bienes para obtener el máximo de ganancias.

Las mujeres indias se han alzado para proteger lanaturaleza, preservar la vida y su sustento, ellas hanestado a la vanguardia de las luchas por conservar losbosques, las tierras y las aguas. Han reivindicado suconcepto de Prakriti, la fuerza viviente que sostiene lavida, concepto vivo y creativo, en contra del conceptooccidental de naturaleza como objeto de explotación.

La lucha ecológica en la India, según VandanaShiva, está orientada simultáneamente a liberar la natu-raleza de la incesante explotación ya ellas mismas de lailimitada marginación. Están creando una ideologíahumanista que trasciende la noción de "género", en unpráctica política que abarca a todos los seres humanos;están desafiando el concepto dominante de poder comoviolencia con el concepto alternativo de la no violenciacomo poder.

La obra al cuestionar con argumentos sólidos loendeble de los conceptos de ciencia y desarrollo, mues-tra que la destrucción no es inevitable y que es posibledefender la naturaleza, y a la vez hacer surgir a la mujerdel estado de marginación y postración que se le deseaimponer. 'JI

Prof MARIA ELSA GUTIERREZ M.Universidad Nacional de Colombia

Page 16: Elisabeth Badinter. La identidad masculina

RESEÑAS

del conocimiento y de la técnica, nos argumenta sobre elreduccionismo científico eje de la violencia contra lamujer y contra la naturaleza.

En el contexto del mundo cotidiano de la India,Vandana Shiva nos muestra lo que ha representado lanaturaleza en el sistema de vida de las mujeres, cómo sefueron generando los movimientos en defensa de lamisma, en contra de la destrucción de los bosques ennombre de la llamada "silvicultura científica" que no esotra cosa sino la búsqueda del máximo beneficio. Unejemplo, es Cripko, (abrazo) nombre del famoso movi-miento de las mujeres campesinas de Garhwal, quienesen gesto de resistencia se aferraban a los árboles paraimpedir su destrucción, movimiento organizado quelogró detener la destrucción de los bosques y se expan-dió a través de las provincias indias.

Este movimiento es una ilustración de cómo en lasluchas por preservar el medio ambiente, las víctimas, yquienes primero actuaron contra las fuerzas destructi-vas fueron las mujeres, pilar de las comunidades, impul-soras y líderes de acciones comunitarias.

Para Vandana Shiva, la mujer india sabe protegerla naturaleza y regenerar los bosques en forma sustenta-ble y justa, sabe recuperar la diversidad y mantener elecosistema. El desarrollo de la ciencia y desarrolloagrícolas, introdujeron nuevos conceptos que destruye-ron el capital de la naturaleza y excluyeron a la mujercomo experta productora de alimentos. La revoluciónverde, por lo que respecta a la agricultura y la produc-ción de leche, llevan a un cambio de percepción en laalimentación, la cual se convierte en una mercancía quese produce e intercambia para obtener ganancias. Igualsituación es mostrada con el manejo de los recursoshídricos de la India. La tierra y el agua se vienen usandocon fines 1ucrativos. Los limitados recursos hídricos sonsuperexplotados o desviados de la satisfacción de nece-sidades de subsistencia para responder a la imperiosanecesidad de obtener ganancias. Esta visión contrastacon el manejo que han venido haciendo las mujeres deutilizar el agua para la subsistencia.

Por esto, el cuestionamiento total de la autora almodelo de desarrollo responsable de la destrucción dela naturaleza, contrasta con la reivindicación del princi-pio femenino como una alternativa no violenta, en unavisión holística que abarca a todos los seres humanos.

El mensaje de Vandana Shiva va para las mujeresdel Tercer Mundo en la lucha por la supervivencia, lareivindicación de la diversidad de culturas, y de lascomunidades que respetan y aman la naturaleza; encontra de las categorías patriarcales occidentales intro-ducidas en el mundo entero, que destruyen y arrasan lanaturaleza en su afán de homogeneizar el mundo consus paradigmas de beneficio, explotación y producciónde ganancias.

162 No. 2 AÑO MCMXCIltu NACI()I\IAlDECOl~IABOGOTA, D.C

Es importante resaltar la noción de feminismo quela autora maneja, muy diferente de algunos movimien-tos feministas donde la lucha es planteada en contra delhombre. Aquí la visión es holística, es un movimientodonde se están reivindicando unos principios básicos enel modo de percibir la vida, una filosofía de ser. Es unalucha por la defensa del ser humano en general lideradapor la mujer. La feminidad tiene un valor amplio, es unalucha de clase, de reivindicación de las diferencias, unalucha por los derechos humanos.

La autora presenta una concepción amplia de laecología, y nos muestra que la lucha de los sectoresmarginados y oprimidos es una lucha que en la India haestado ligada a la defensa de los recursos naturales ya lavida.

La ciencia yel desarrollo modernos son proyectosde origen masculino y occidental, tamo desde el puntode vista histórico como ideológico. Para Vandana Shivala revolución científica Europea transformó el conceptode naturaleza de "tierra madre" en una fuente inagota-ble de materias primas; se eliminaron en esta reconcep-tualización las restricciones éticas y cognoscitivas queimpedían violentarla yexplotarla. La revolución indus-trial entonces transformó la economía de prudenteadministración de los recursos para el sustento y satis-facción de las necesidades básicas en un proceso de pro-ducción de bienes para obtener el máximo de ganancias.

Las mujeres indias se han alzado para proteger lanaturaleza, preservar la vida y su sustento, ellas hanestado a la vanguardia de las luchas por conservar losbosques, las tierras y las aguas. Han reivindicado suconcepto de Prakriti, la fuerza viviente que sostiene lavida, concepto vivo y creativo, en contra del conceptooccidental de naturaleza como objeto de explotación.

La lucha ecológica en la India, según VandanaShiva, está orientada simultáneamente a liberar la natu-raleza de la incesante explotación ya ellas mismas de lailimitada marginación. Están creando una ideologíahumanista que trasciende la noción de "género", en unpráctica política que abarca a todos los seres humanos;están desafiando el concepto dominante de poder comoviolencia con el concepto alternativo de la no violenciacomo poder.

La obra al cuestionar con argumentos sólidos loendeble de los conceptos de ciencia y desarrollo, mues-tra que la destrucción no es inevitable y que es posibledefender la naturaleza, y a la vez hacer surgir a la mujerdel estado de marginación y postración que se le deseaimponer. 'JI

Prof MARIA ELSA GUTIERREZ M.Universidad Nacional de Colombia