En busca del hielo perdido - Jonatan Larra??aga, Gu??a de ...

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Escalada en Islandia En busca del hielo perdido Andaban ansiosos de hielo y se les ocurrió un destino remoto para buscarlo: ¡Islandia! Algo encontraron Carlos Logroño y Jonathan Larrañaga – acompañados del fotógrafo Israel Maciá – en su viaje, aunque sobre todo se trajeron de vuelta un buen aprendizaje: “En el Círculo Polar Ártico ¡el tiempo cambia muy rápido!”. VIAJE n ISLANDIA Carlos Logroño por la superficie helada de Islandia, en busca de terreno vertical... FOTOS: ISRAEL MACIÁ Texto: Carlos LOGROÑO Islandia:PLANTILLA DESNIVEL 06/12/11 11:05 Página 42

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Escalada en Islandia

En busca del hielo perdidoAndaban ansiosos de hielo y se les ocurrió un destino remoto para buscarlo: ¡Islandia! Algo

encontraron Carlos Logroño y Jonathan Larrañaga – acompañados del fotógrafo Israel Maciá –

en su viaje, aunque sobre todo se trajeron de vuelta un buen aprendizaje: “En el Círculo Polar

Ártico ¡el tiempo cambia muy rápido!”.

V I A J E n ISLANDIACarlos Logroño por la superficie helada de Islandia, en busca de terreno vertical... FO

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Te x t o : C a r l o s L O G R O Ñ O

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equipaje, nos desplazamos a Kalda-kinn, nuestra zona de escalada paralos próximos días, o eso era lo quenos pensábamos... Esta zona es idí-lica, ya que se mezcla la escaladaglaciar entre las olas del mar. Unavez allí descubrimos lo cambianteque es el tiempo, ya que pasas de unfrío intenso a un calor de muerte,vamos que se cae todo... Y eso es loque nos pasó. Mientras mirábamoslas líneas nos recibió un bonito des-

prendimiento de hielo del tamañode un coche y fuimos viendo ade-más cómo por momentos desapare-cían todas las lineas que queríamosescalar. Nos invitó a cenar la familiadonde nos alojábamos una bonitasopa con un cordero f lo tando,mientras Jonatan e Israel repetíantres platos, yo solamente la mirabay allí fue donde decidimos empezarnuestro periplo en busca de hielopor toda la isla.

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Todas las historias tie-nen un principio yun final, y ésta co-mienza en España,más concretamente

en el Valle de Boí, mirando un vasode whiski y viendo que en el centrohay un cubito de hielo rodeado delíquido... “¡Eureka! Islandia tío,una isla en el Círculo Polar Ártico,donde dicen que las formaciones dehielo salen por doquie”. La miradacómplice que intercambio con Jona-tan nos delata, ya estamos decidi-dos a irnos para allá, pero necesita-mos engañar un fotógrafo que nos-plasme las imágenes de lo que pen-samos escalar y ahí mismo se nosocurre la idea de convencer a Israel,quien ha participado en una sesiónde fotos en Gavarnie con el equiponacional de alpinismo y tiene expe-riencia en montaña como para par-ticipar en esta aventura, además deser un fotógrafo excelente.

Nos plantamos en Barajas, con lailusión de un colegial su primer día decolegio. De allí a Londres y de Lon-dres a Reykiavik (capital de Islandia).A partir de aquí comienza una aventu-ra sin control por no decir descontrol.De Reykiavik teníamos que tomarotro vuelo interno a Akureyri en unaavioneta, en medio de una tormentaespectacular y todo esto después depasar una bonita noche en una gasoli-nera tirados por los suelos...

Desprendimientos de hielo debienvenida

Una vez en Akureyri, y después derecoger lo que quedaba de nuestro

Izquierda, Car-

los Logroño en

la aproximación

a la cascada

Perseverance,

por nieve blan-

da y profunda...

Jonatan Larra-

ñaga en un mo-

mento de medi-

tación, y abajo,

géiseres, volca-

nes y laguna

glaciar: con-

trastes y belle-

za en el paisaje

islandés.

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verante. El silencio del fotógrafo de-lató sus dudas sobre el lugar al quehabíamos ido a parar. Nos preguntósi aquello era seguro, y le respondi-mos que iba a tener un curso acele-rado de alpinismo. Pero nunca pen-samos que fuese tan acelerado...

Durante la marcha de aproximaciónel viento era tan fuerte que continua-mente nos obligaba a parar e incluso atirarnos al suelo. Para acceder a la cas-cada había que hacer un corredor con

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El ansiado encuentro con elhielo

Lo primero era recuperar la partedel material que se había quedadoen Londres y después empezar a in-vestigar a golpe de teléfono, pre-guntando a todo el mundo dóndeestaba el hielo. Después de deambu-lar por el norte de la isla como des-esperados, aterrizamos en Skioada-lur y nos plantamos debajo de la pa-red; allí descubrimos la ruta Perse-

Jonatan Larra-

ñaga, por fin fe-

liz de clavar sus

piolets en la

cascada Perse-

verante, de la

zona de Skioa-

dalur. Para lle-

gar a su base

tuvieron que

recorrer un co-

rredor de esca-

lada mixta, no

sin complicacio-

nes dado el es-

caso material

de roca con el

que contaban.

sus pequeños resaltes de hielo, y esaquí donde empezó nuestra pequeñaaventura.

Cuando decidimos venir a Islandiasolo pensábamos en escalar en hielo, ypor motivos de peso no trajimos de-masiado material de roca, ya que se-gún la información de la que disponía-mos, las rutas previstas eran más dehielo que de roca. Así es que tuvimosque escalar la vía con menos materialde roca del que nos hubiese gustado.

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Hubo que racionalizar los dos friendsy los cuatro clavos que teníamos, queen realidad se quedaron en tres, ya queJon se encargó de dejar uno como unachincheta, así como la maza del pioletdel fotógrafo, que era la única que po-seíamos.

A una cierta altura decidimos po-nernos la cuerda y los piolets y Jon co-menzó a tirar de primero como un4x4; ya veíamos que ascendía a unavelocidad tremenda, tanto de pies

Carlos Logroño

“Citro” y sus ar-

mas de preci-

sión...

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hasta regresar al corredor y continuarnuestro meteórico descenso.

¡Lo habíamos conseguido! El cubitode hielo del vaso de whiski se habíahecho realidad, después de una sema-na buscando nuestro pequeño tesoroconseguimos escalar los hielos pola-res. Pero nuestra alegría iba a durarpoco, ya que lo cambiante del tiempoen la zona hizo que subiese la tempe-ratura de una forma increíble, así quenos tuvimos que dedicar a subir mon-tañas, lejos de las cascadas que tantoansiábamos.

como de manos. Ante nuestra incré-dula mirada, vimos cómo manejabalos piolets cual leñador maneja su ha-cha. Al poco tiempo vimos que se ter-minaba la cuerda y, tras dos tirones, in-tuimos que había montado reunión.Mientras comenzamos la escalada, ob-servo cómo el fotógrafo está “flipado”dando pioletazos con una alegría in-usitada, de repente descubro que va-mos en ensamble y se lo comunico aIsrael, el alegre fotógrafo, quien no tie-ne mejor respuesta que: “¡Tío!, ¿estoes seguro? ¡¡Ante todo seguridad!!”.

Al llegar a la primera reunión, ob-servamos que Jon la ha montado sobreun bloque lazado con una cinta. Y nosrecibe con una sonrisa maliciosa di-ciéndonos que esto aguanta 2.000 ki-los si nos quedamos quietos, colgandode ella... A partir de ahí cogimos el rit-mo y nos movimos con más fluidezpor la pared, montando reuniones so-bre friends y pasándonoslo bien hastaque una purga de nieve, (léase peque-ño alud) que casi entierra a Jon e Israelentre mi grito de ¡¡cuidado!! Porsuerte, todo quedó en un susto.

Hielo “cristalino”

Por fin conseguimos llegar debajo dela cascada, vimos que era de azulcristal con formaciones de tubo deórgano tapizadas de blanco. Jon deci-de emprender el primer muro y a lospocos metros se da cuenta de queeste hielo no es como lo que estába-mos acostumbrados a escalar, ya quede cristalino solo tiene el color... Lasensación de que se puede desmon-tar en cualquier momento nos sigue

durante toda la ascensión. A mí metoca una entretenida salida de reu-nión en la que paso más tiempoaguantando la purga de nieve (paradiversión de mis dos acompañantes)que escalando. Las duras condicio-nes climatológicas (debido a unagran nevada) y el hecho de dejarlosolo en la reunión (de dos pitones )hizo que el equipo fotográfico secongelase y le dificultara mucho sulabor. Después de montar unos aba-lakov empezamos una entretenida lí-nea de rápeles de 100 metros de hielo

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ISLANDIA n E N B U S C A D E L H I E L O P E R D I D O

La historia de la escalada enhielo en Islandia es relativa-mente corta. Las primeras in-formaciones sobre aperturasdatan de 1995, a cargo de es-caladores locales. A partir deahí, vinieron los más visiona-rios de esa época dorada delglaciarismo, como son los ame-ricanos Guy Lacelle, Jeff Lowe yWill Gadd, dejando su sello in-discutible y subiendo el listónde la dificultad hasta el WI 6+,M9. Más adelante y hasta la fe-cha se han abierto nuevos sec-tores y se han escalado nume-rosas formaciones de todos losniveles que hacen de este paísun destino exót ico para losamantes de la escalada en hie-lo al que hay que venir con lamente abierta a las alternati-vas, ya que el tiempo y las con-diciones son muy cambiantes yen una misma semana se pue-de pasar de “supercondición” aestar todo por los suelos.

CÓMO LLEGARLo más económico es volar des-de Madrid. A partir de ahí haydos combinaciones. Vía Lon-dres o Copenhage, para llegar ala capital de Islandia, Reykia-vik. Posteriormente y depen-diendo del destino conviene to-mar un vuelo interno o bien al-quilar un coche en la capital.En caso de coger un vuelo inter-no hay que cambiar de aero-puerto y desplazarse unos kiló-metros. En nuestro caso vola-

mos a una pequeña ciudad alnorte llamada Akureyri.(Costo total del billete incluyen-do el vuelo interno entre 700 y1.000 euros).A la hora de alquilar un vehícu-lo, tened en cuenta que las ca-rreteras están heladas y que alo largo del viaje habrá días enlos que la nieve y la ventiscaserán la tónica de la jornada.Información de las condicionesde carreteras en www.vegager-din.is

CUÁNDO IRLa mejor época para escalar enhielo es desde diciembre hastaabril, pero como bien he dichoantes, las condiciones son muycambiantes y en unos pocosdías se puede venir todo el hielopara abajo. Al haber mucha hu-medad en el ambiente y con lasráfagas de viento que soplan,es fácil que en pocos días apa-rezcan fo rmac iones en l osacantilados a nivel del mar.Webs ú t i l es de l t i empo :www.yr.no, www.snow-fore-cast.com y www.visitakureyri.is(información local).

GUÍAS DE MONTAÑAEN LA POBLACIÓN DEDALVIK• Joku l l Be rgmann (Gu íaUIAGM). Email : [email protected] y tel: 698.98.70• www.thule-tours.com. • Guesthouse Skeid (contactoMyriam Dalkstein)

ISLANDIA: el país del hielo

En la exótica

zona de Kalda-

kinn (al noreste

de Islandia), se

mezcla la esca-

lada glaciar con

las olas del mar,

si bien es muy

difícil encontrar

las cascadas en

buenas condi-

ciones. Abajo,

Carlos Logroño

“¡al ataquee!”, y

en la página de-

recha, descenso

por una arista

de roca.

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