En legitima desobediencia

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Tres decadas de insumisión y antimilitarismo en el Estado Español, contadas por sus principales protagonistas, el Movimiento Antimilitarista Español.

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  • 1. Una persona puede llegar a ser libre mediante actos dedesobediencia, aprendiendo a decir no al poder. Pero noslo la capacidad de desobediencia es la condicin de lalibertad; la libertad es tambin la condicin de la desobe-diencia. Si temo a la libertad no puedo atreverme a decirno, no puedo tener el coraje de ser desobediente. En ver-dad, la libertad y la capacidad de desobediencia son inse-parables; de ah que cualquier sistema social, poltico yreligioso que proclame la libertad pero reprima la desobe-diencia, no puede ser sincero. Erich Fromm,Sobre la desobediencia y otros ensayos (1980) En legtima desobediencia: Tres dcadas de objecin, insumisin y antimilitarismo.Editado por el Movimiento de Objecin de Conciencia y Traficantes de Sueos en 2002 [ISBN: 84-607-4295-4]. Ejemplares impresos pueden solicitarse a:traficantes de sueosalternativa antimilitarista - moc c/ Hortaleza 19, 1 Dcha.retirada(at)@xarxaneta.org 28004 Madrid traficantes(at)traficantes.net Esta edicin electrnica en formato PDF est bajo unalicencia Reconocimiento- CompartirIgual de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.- org/licenses/by-sa/2.5/ o envie una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California 94305, USA.

2. Es posible que la guerra como estrategia sea la continua- cin de la poltica. Pero no hay que olvidar que la poltica ha sido concebida como la continuacin, si no exacta y directamente de la guerra, al menos del modelo militar como medio fundamental para prevenir la alteracin civil. La poltica, como tcnica de la paz y del orden internos, ha tratado de utilizar el dispositivo del ejrcito perfecto, de la masa disciplinada, de la tropa dcil y til, del regimiento en el campo y en los campos, en la maniobra y en el ejer- cicio. Michel Foucault,Vigilar y Castigar (1975) 3. Si las alternativas son encerrar a los justos en prisin o renunciar a la guerra y a la esclavitud, el Estado no duda- r cul elegir. Si mil hombres dejaran de pagar sus impuestos este ao, tal medida no sera ni violenta ni cruel, mientras que si los pagan, se capacita al Estado para cometer actos de violencia y derramar la sangre de los inocentes. sta es la definicin de una revolucin pac- fica, si tal es posible. Henry David Thoreau, Sobre el deber de la desobediencia civil (1866) 4. NDICE Vicente Amurgos, Ovidio Bustillo, Guillermo Cereceda,Jos Dez, Jos Antonio Montesern, Jess Vias,Esteban Zabaleta:Un camino hacia la Paz: manifiesto de los Introduccin14 objetores de conciencia en Can Serra (1975)77 Pepe Beunza: Declaraciones ante elJordi Agull y Honori Pasqual: Consejo de Guerra en Valencia (23 abril 1971) 17 Cartas recientes (1996)81 LOS PRIMEROS PASOSLA OBJECINDE CONCIENCIAEN MOVIMIENTOArqueologa de la Objecin de Conciencia26 El origen del Movimiento de Objecin de Conciencia 90 Josemi Lorenzo Arribas: Introduccin a una memoria desobediente (2000)27 Ramn Carratal:Un poco de historia: el origen del Xabier Agirre: Movimiento de Objecin de Conciencia (1996)91 Los insumisos del 36: el movimiento- El primer ao97- El Gobierno se escaquea casi todo el rato101 antimilitarista y la Guerra Civil espaola (1996) 33- La legislacin sobre OC109- Estrategia de oposicin a la ley De los Testigos de Jehov al Voluntariado para el Desarrollo48 por medio de la insumisin: objecin colectiva 112 Pepe Beunza y los primeros objetores antimilitaristas 52 - Problemas en el MOC119 El Voluntariado para el Desarrollo y los objetores de Can Serra 54 - Servicio civil e insumisin126Pepe Beunza: Gnero e identidad sexual en la objecin antimilitarista 132 charla en Valencia con motivo del 25 aniversario de su primer Consejo de Guerra (1996)59 Colectivo de mujeres antimilitaristas del MOC:Mujeres en el ejrcito? (1988)137 Gonzalo Arias, Luis Fenollosa, Santiago del Riego, Mara Gonzlez, Colectivo de mujeres antimilitaristas del MOC: Mara de los ngeles Recasens: Las mujeres ante la militarizacin de la sociedad. (1986)141 Marcha a la Prisin en apoyo de Pepe Benza (1971)69Mariam Iglesia: Jordi Agull:Mujeres al ejrcito! Mujeres contra el ejrcito (1984)145 Carta al Centro de Reclutamiento (1971) 73Gais antimilitaristas de Madrid: Pepe Beunza: No podrn exiliar nuestras conciencias (1998)153 Carta al Capitn General en Valencia (1971) 759 5. Objecin de conciencia al gasto militar158 Insumisos 221Asamblea Andaluza de Noviolencia:Fernando Gonzlez: Por la vida, la paz y el desarme:Charla en las Jornadas sobre 25 aos de OC (1996) 225 no pagues impuestos para la guerra (1982)159Juicios. Sentencias. Condenas 232 Conclusiones del Primer Congreso Estatal de Objecin Fiscal (1989) 163 Santi Alminyana:Insumisin y Cdigo Penal: una pena de democracia (1996)241 Asamblea de Objecin Fiscal de Madrid: Objecin fiscal a los gastos militares (2000)165 Jos A. Estvez Araujo:La insumisin en el Nuevo Cdigo Penal (1995) 245 INSUMISINPrisin 250 Ley de Objecin de Conciencia174 Grupos de solidaridad 259La desobediencia al Tercer Grado263 Rafael Sinz de Rozas: Aspectos del sistema carcelario 265 Servicio Militar: prohibida la Objecin de Conciencia (1987) 183Carlos Beristain: MOC: Resistencia individual y colectiva frente a la crcel 269 Comunicado sobre la Sentencia del Tribunal Constitucional (1987)189 Perico Oliver, Lander Aurrekoetxea, Juan Manuel Martn:La experiencia anticarcelaria Reglamento de la Prestacin Social Sustitutoria. de los insumisos en Pamplona (1995) 273 Primeros insumisos 194MOC:SOBRE EL AHORA Y EL DESPUS Manifiesto de los insumisos (1989) 201Abolicin del SM e insumisin en los cuarteles282 COA-MOC Zaragoza: Qu es la insumisin (1991)203 MOC:Insumisin en los cuarteles, un paso adelante (1996)285 Javier de Lucas: La insumisin como Desobediencia Civil en democracia (1994)213 Carlos Prez Barranco:Insumisin en los cuarteles sobre un fondo de amapolas (1997) 291 Utopa Contagiosa: La insumisin como estrategia de lucha.Conclusin?298 Un crecimiento que pone en peligro la Mili (1994)217Jos Luis Gordillo:... Ni Ejrcito Profesional Sustitutorio (1989) 29910 11 6. Ramn Carratal: - Objetores (PSS) en Bosnia (1994)370 Sobre el ayer, el hoy y el maana (1996) 303 - Joaqun Navarro (2000)372- Ministerio de Justicia (1994) 374 Gonzalo Arias: - Grupo Parlamentario Socialista (1994) 375 Mirando atrs, mirando adelante (1998) 307 - Centro Superior de Investigaciones para la Defensa (1990) 376Rafael Ajangiz:Cronologa377 Es posible una sociedad insumisa? (1996)311Directorio383 Xabier Agirre: Referencias bibliogrficas392 Estn ustedes hablando con un delincuente (1997) 319Publicaciones 399 Rafael Sainz de Rozas: Para que la insumisin no muera de xito (1994)327 ndice de imgenes401MOC Valncia:Algunas siglas utilizadas en el texto Insumisin, claves de unas estrategia (1996) 331AIAmnista Internacional Juan Carlos Rois:ANAudiencia Nacional La objecin fiscal antimilitarista (1997)337 ANOCAsemblea Nacional de Obxeccion de ConscinciaAOC Asociacin de Objetores de Conciencia MOC: CNOCConsejo Nacional de Objecin de Conciencia Carta abierta ante el fin de la mili (2000)350 CPCdigo PenalCPM Cdigo Penal MilitarANEXOSDCDesobediencia CivilFAS/FFAAFuerzas Armadas Primera declaracin ideolgica del MOC (1979)355 JOC Juventudes Obreras CristianasLOC Ley de Objecin de Conciencia Seguna declaracin ideolgica del MOC (1986) 357 MOC Movimiento de Objecin de ConcienciaNCP Nuevo Cdigo Penal Algunas declaraciones sobreOCObjecin de Conciencia la Objecin de Conciencia en el Estado espaol 361 OTANOrganizacin del Tratado del Atlntico NortePSPrestacin Sustitutoria, - Agustn Garca Calvo (1992)361 PSS Prestacin Social Sustitutoria - Miguel Ramos Morente (1992)363 PSSMPrestacin Sustitutoria del Servicio Militar - Javier Sdaba (1992) 365 SCServicio Civil - Desmond M. Tutu (1992) 366 SMServicio Militar - Jos Luis Calvo Cabello (1992) 367 SMO Servicio Militar Obligatorio - Eduardo Haro Tecglen (1992)368 TCTribunal Constitucional - Noam Chomsky (1992)3691213 7. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIAINTRODUCCIN A MODO DE INTRODUCCINcias. Esperamos que contribuyan a cortocircuitar el criminalizador y/o tri- vializante discurso oficial, a dar cuenta del notable dinamismo, imagina- Este trabajo empez a nacer a mediados de 1996 en Valencia, a raz de uncin y capacidad de incidencia social de un movimiento que lleva acumu- ciclo de charlas que, insertadas en la campaa pblica de tres insumisos, lada una experiencia de aos de desobediencia civil y lucha noviolenta, de venan a celebrar el vigsimo quinto aniversario del consejo de guerra al resistencia a la intensa represin padecida, de creacin de redes de apoyo primer objetor de conciencia por motivos polticos del Estado espaol. Lasy solidaridad casi inimaginables 10 15 aos atrs, de organizacin de jornadas ofrecieron una panormica de la objecin transformadora inau-base y aprendizaje poltico. Experiencia a la espera todava de que se gurada en 1971, a travs de la voz y la experiencia directa de personas que encuentren los modos de socializarla y hacerla compartible con otros movi- participaron en distintos momentos de sta. La modesta idea inicial de edi- mientos. tar un pequeo dossier que recogiera lo que se dijo aquellos das, con algn Este trabajo asume plenamente su propia historicidad frente a cual- que otro texto adicional, experiment enseguida revisiones, mutaciones, quier pretensin de objetividad en la mirada hacia atrs. La necesidad de crecimientos, lagunas y relevos. En estos aos transcurridos hemos inten- editar esta coleccin de textos se da en unas circunstancias sociales con- tado que el proyecto ganara en participacin, profundidad, perspectiva ycretas, en un momento de cambio y transformacin dentro y fuera del detalle, y pudiera recoger lo sucedido recientemente dentro y fuera de la movimiento antimilitarista, y desde un grupo de personas ms o menos desobediencia civil antimilitarista. El resultado es el libro que tienes en las vinculadas al Movimiento de Objecin de Conciencia (MOC), la organiza- manos.cin ms veterana y quiz ms activa dentro del conglomerado antimilita-Estas metamorfosis, sin embargo, prcticamente no han hechorista, pero no la nica significativa. Especialmente en la etapa de insumi- variar los propsitos perseguidos ni la forma principal de la exposicin. sin, la Coordinadora anti-mili Mili-KK, Kakitzat en Euskadi, CAMPI, y Uno de los objetivos, digamos de puertas adentro, es que este libro sea los grupos libertarios y autnomos, han entendido el antimilitarismo y la herramienta para la gente activa en el patio antimilitarista. En los tiemposinsumisin desde su propia ptica haciendo de ste un movimiento diver- de la Historia-simulacro, del acontecimiento-imagen, de la experiencia sus- so y, probablemente por eso, exitoso. tituida por la informacin, parece una estrategia de resistencia fundamen- Este libro son muchos libros. En el estilo fragmentario y discontinuo tal la recuperacin de la profundidad histrica de las prcticas sociales, en del libro puede reconocerse la voluntad no slo de cuestionar las formas la tarea de volver a pensarnos histricamente a nosotros/as mismos/as y dominantes del discurso histrico tradicional, la mirada uniformizadora a nuestro tiempo. As, a treinta aos ya de los primeros pasos de la obje-del pasado desde el presente, sino tambin de entender la propia prctica cin antimilitarista, este libro quiere alejarse del tono autocomplaciente ypoltica antimilitarista de una manera ms plural. Huyendo en lo posible cuasi necrfilo que suelen tener todas las celebraciones. Mediante la pala- de la narracin hilada y annima, hemos estructurado el libro en forma de bra de las personas que han participado en el movimiento antimilitaristamosaico de textos (cartas, manifiestos, declaraciones, artculos, etc.) e im- fundamentalmente en diversos momentos, no buscamos historiogra-genes ordenadas cronolgicamente. Esperamos favorecer as que cada lec- fiar la objecin de conciencia, sino afirmar el carcter radicalmente con- tor/a realice su propia articulacin y montaje de los materiales presenta- temporneo de cada una de la respuestas que el antimilitarismo ha dadodos. a situaciones sociales concretas. La reflexin sobre las situaciones y Aunque pueda parecer una obviedad, dado el carcter coral de este coyunturas pasadas, y las respuestas consiguientes, pueden ser un buentrabajo, agradecemos su aportacin a todas las personas cuyos textos figu- contexto para repensar el presente, la desobediencia civil y el antimilita- ran a continuacin, a las que nos hicieron llegar sus reflexiones especfi- rismo en el marco del nuevo estado de cosas.camente para este libro y a las que no. Tanto en este aspecto como en elPor otro lado, esta recuperacin de la memoria de la lucha antimili- grfico, sera injusto no mencionar aqu, por el volumen de su ayuda, a tarista reciente tiene un primer sentido casi de autodefensa ante el inmi-Ramn Carratal y el Projecte CANVI, y a Pepe Beunza, por poner a nues- nente chaparrn de opinlogos, columnlogos y tertulianos explicndonos lotra disposicin su rico archivo de los primeros aos de andadura de la que realmente fueron la objecin y la insumisin. Algo tendrn que apor-objecin de conciencia. tar a ese debate, suponemos, la gente que particip y participa en esas movilizaciones o que las ha apoyado activamente. En estas pginas puedeCarlos Prez, Pau Serrano, Jaime Snchez, Marcelo Expsito encontrarse una pequea muestra de sus anlisis, reflexiones y experien- abril de 2001 14 15 8. DECLARACIONES ANTE EL CONSEJO DE GUERRAEN VALENCIA, 23 ABRIL 1971 Pepe Beunza Quisiera, si ustedes me lo permiten, y en atencin a los tres meses que llevo encarcelado y a los seis aos que an me quedan por cum- plir, salvo que antes se reconozca nuestro estatuto, explicar respe- tuosamente el porqu de este gesto que no dudo permanecer con- fuso para algunos de ustedes y para mucha gente en general.Todo hombre es mi hermano incluidos ustedes que me van a condenar y no hay nada personal contra ustedes en mis juicios, pero desde el momento en que se consideran en el deber de juzgar- me, tengo asimismo el deber de defenderme y aceptarles como representantes y defensores de una situacin social con la que no estoy de acuerdo. 17 9. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIAINTRODUCCINSi en algn momento mis ideas les parecen radicales o exage- fiero pudrirme en una crcel rodeado de homicidas antes que cons- radas, quisiera que vieran nicamente la fuerza de mis conviccio-truir mi propia autodestruccin. nes, profundizadas y clarificadas a travs de largos das de encierro y de la amarga experiencia que como preso empiezo a tener. Esto me lleva a plantearme la objecin de conciencia. Soy cat-lico, pero me parece equvoco alegar este motivo cuando en mi pas No puedo olvidar que del cuartel a la crcel fui trasladadolos obispos tienen graduaciones y honores militares y presiden los esposado y apuntado por dos metralletas como si de un asesinodesfiles, cuando la prctica oficial de la misa en cuarteles es ver- peligroso se tratara, cuando yo me he presentado voluntariamente,gonzosa, cuando en pases como Italia, Portugal y Espaa, donde la pues en noviembre pasado estaba de viaje por el extranjero y vineIglesia Catlica tiene mucha influencia, los objetores de conciencia precisamente para cumplir mis deberes con la patria, aunque para sufren grandes dificultades. m, mi patria es la Humanidad y no otra cosa puede creer un cat- lico despus de las palabras de Pablo VI en la Populorum Progressio:Creo mejor plantearlo por motivos ticos. Soy noviolento y con- El desarrollo integral del Hombre no puede darse sin el desarrollosidero que la Historia tiene suficiente experiencia de las consecuen- solidario de la Humanidad, por lo que creo que hay que superar la cias desastrosas de la violencia como para que nos sintamos obli- idea de fronteras arcaicas y glorias pasadas, que no sirve sino para gados a experimentar otras vas de cambio social. desarrollar el individualismo, la desconfianza, la competencia y elAdems considero que el derecho a la Objecin de Conciencia provecho de unos pocos en perjuicio de los dems.debe ser reconocido por motivos religiosos o cualquier otra convic-Pues bien, desde que Can mat a Abel con una quijada decin profunda, como est aceptado por la Iglesia Catlica en la reu- asno, hasta la bomba atmica y las modernas armas qumicas y nin mundial de todas las iglesias, en octubre pasado, en Kyoto; bacteriolgicas, se ve una evolucin regresiva de la Humanidad ensabiendo que segn el artculo 6 del Fuero de los Espaoles la pro- la que no quiero participar. fesin y prctica de la religin catlica, que es la del Estado Espaol,gozar de la proteccin oficial; y segn el Concilio Vaticano II en El mundo est enfermo, dice Pablo VI, su mal reside en la faltaDignitatis Humanae, que dice: El Hombre percibe, reconoce por de fraternidad entre los hombres y los pueblos.medio de su conciencia, los dictmenes de la Ley divina y para lle-gar a Dios que es su fin, tiene obligacin de seguir fielmente esaYo dira ms bien que estamos en manos de locos, y qu otra conciencia, en toda su actividad. cosa se puede pensar de una civilizacin que ha sido capaz de un derroche increble para llegar a la Luna con fines paramilitares, y Y aqu insiste Pablo VI: Ya es hora de que la opinin pblica que sin embargo sus dos terceras partes padecen y mueren de ham- haga presin en los gobiernos para que reduzcan lo ms posible bre. otros gastos, por ejemplo los militares. Cuando tantos hogares vivensumergidos en la ignorancia, cuando an quedan por construir tan- Esta situacin llega a ser dramtica cuando pensamos que por tas escuelas, hospitales, viviendas dignas de este nombre, todo primera vez en la Historia de la Humanidad, el Hombre tiene poderderroche pblico o privado, todo gasto de ostentacin nacional, toda para destruir todo rastro de vida sobre la Tierra, y si para esto bas- carrera de armamentos es un escndalo intolerable. tan 27.000 megatones tenemos almacenados ms de 200.000, con lo que el mundo se convierte en un inmenso polvorn en el quePero mi accin no es negativa. Ahora mismo estoy dispuesto a incluso por error podra surgir la chispa fatal. Este equilibrio decomenzar un servicio civil de incluso doble duracin que el servicio terror no puede llevarnos ms que al desastre final y ante esto pre- militar, pues teniendo nuestro pas tantas necesidades no puedo 18 19 10. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIAINTRODUCCINocupar mi tiempo en preparar desfiles militares; cuando, segn elMuchos nos preguntan alarmados qu haramos frente a una nada tendencioso informe FOESSA, hay en Espaa un milln de futura e irreal invasin. Creo que: nios sin escuela, un 20% de analfabetos que corresponde a 7.400.000 personas, un dficit de 4.300.000 viviendas y tantas 1) Tenemos suficientes problemas actuales para que nos otras necesidades culturales, sanitarias, agrcolas, forestales, etc. entretengamos con posibles problemas futuros. en las que podramos ser ocupados los 200 objetores encarcelados 2) Hay que reconocer que nuestro gesto no consigue la desa- actualmente, luchando as contra las causas de la guerra, puesparicin del ejrcito. Alemania tiene 36.000 objetores y eso no es segn Pablo VI las diferencias econmicas, sociales y culturales obstculo para tener el mejor ejrcito de Europa. entre los pueblos, cuando son excesivas, provocan tensiones y dis- cordias y ponen en peligro la paz. 3) Las invasiones actuales no tienen por qu serlo a sangre y fuego. Estamos invadidos por los americanos que nos dominan pol-Nos alarman datos como el de que el mundo gasta anualmen-tica, econmica, militar, culturalmente e impasibles dejamos que se te 10.500.000 millones de pesetas en armamentos y slo 700.000lleven nuestro dinero y nuestros cientficos. millones en ayuda a pases subdesarrollados. Siendo el desarme una necesidad imperiosa, creo que honradamente hay que empezar 4) Creo sobre todo en la eficacia de un entrenamiento para por uno mismo y llevar esta accin a escala internacional, que es una defensa noviolenta. No habra invasin capaz de resistir una como se debe de resolver. huelga general, una campaa de no-cooperacin y de desobediencia civil. Claro que para esto es necesario que la sociedad est entrena- El mismo Teniente General Dez-Alegra dijo recientemente enda, educada y descentralizada, y que cada uno sienta que lo que Lisboa: Acabar con la guerra es un imperativo que la Humanidad defiende es algo suyo. Mientras nuestra sociedad est en manos de debe tratar de cumplir por todos los medios posibles, la guerra es200 personas dueas de la banca y los monopolios, mientras que un un hecho ante el cual no se pueden cerrar los ojos. Yo creo que al 1% de los propietarios posean ms de la mitad de las tierras de aceptar la guerra como ltimo recurso y mal necesario se sientanEspaa, mientras que, como en nuestra provincia, 111 fincas ocu- las bases de su legitimacin y perpetuacin. Las normas de la gue-pen ms de la tercera parte de la superficie total, no podemos exi- rra justa no son en ningn momento aplicables a la guerra moder-gir, salvo engandolos, que hombres cuyo nico haber son la mise- na y sta se convierte en un crimen contra la Humanidad, pues ria y los callos en las manos arriesguen su vida por defender la aunque la causa sea justa, las armas actuales la convierten en unariqueza de los dems. masacre indiscriminada, por lo que toda persona tiene el derecho a negarse a participar en la guerra o en su preparacin.Estoy convencido de que, como dice Lanza del Vasto, el soli- tario, oscuro y silencioso sacrificio en todos los pases de quienesAfirmo, como el fsico Einstein: Los pioneros del mundo sin oponen razones de conciencia a la movilizacin, no llegar a resol- guerra son los jvenes que rechazan el servicio militar. ver el problema de la guerra, pues el ejrcito no es ms que el ins-Como muestra tenemos la guerra de Indochina. No podemostrumento de sta y no su causa, que es el abuso. Mas por lo menos permanecer indiferentes cuando leemos en la prensa que loslograrn hacer reconocer un derecho fundamental del hombre, EE.UU. han lanzado sobre Indochina el doble de bombas que el totalderecho que las democracias pisotean ms que lo hicieron los impe- de las que lanzaron en la Segunda Guerra Mundial. rios brbaros: el derecho de no matar. 20 21 11. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA Creo que estamos ante un signo de los tiempos, un signo bene- ficioso que ustedes no podrn frenar ni con crceles ni con castigos, y que cuanto antes lo reconozcan jurdicamente, antes se librarn de sus enojosas consecuencias de las que nosotros somos slo vc- timas.Soy inocente y repito que no son ustedes los que me juzgan sino yo el que se presenta voluntariamente para denunciar esta injusticia. Pueden ustedes condenarme, pero quiero antes decirles que la Objecin de Conciencia est reconocida por la Comisin Internacional de Juristas, Liga de Derechos Humanos, Consejo Ecumnico de las Iglesias, Concilio Vaticano II, Comisin Vaticana Justicia y Paz, Consejo Mundial de las Iglesias. Y para terminar, darles las gracias por esta experiencia tan interesante que me permite un conocimiento ms profundo de m mismo y de la sociedad en que vivo y tambin porque en m se puede realizar el bienaventurados los que sufren persecucin por defen- der la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, y el Reino de los cielos est en nosotros mismos. [El Tribunal Militar impidi a Pepe Beunza proseguir esta declaracin tras ser interrumpido a la altura del cuarto prrafo.] 22 12. los primeros pasos 13. LOS PRIMEROS PASOSINTRODUCCIN A UNA MEMORIADESOBEDIENTE (2000) Josemi Lorenzo Arribas La Historia tradicional, ms o menos, ha sido en Occidente el rela-to sucesivo y fatal de hechos y hazaas blicas protagonizado porsus caudillos militares. El culto a la sangre vertida por la violenciaha servido para amasar la Historia, para pensarla, para establecersu periodizacin, para nombrar las unidades histricas territoria-les... El antimilitarismo implica, en sus ltimas consecuencias, unalectura histrica radicalmente diferente o, mejor dicho: el antimili-tarismo se construye como un discurso y una prctica contra esahistoria, y por tanto contra la Historia. Nuestra tradicin arranca deexpresiones, principios y estrategias negativas: des-obediencia, in-sumisin, no-violencia, anti-militarismo, an-arquismo... Este tipode propuestas se resiste a ser documentado porque la Historia, laque construye el Poder para su beneficio, es pura positividad (>positum, =lo que se nos pone por delante). Frente a Su Historia,nuestra memoria, resistente, negativa y fragmentaria. Arqueologa de la objecin de conciencia 27 14. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIALOS PRIMEROS PASOS Un famoso historiador clsico dijo, refirindose a todo esecirlos de diferentes partes se buelven y dirigen por la Francia en pasado que atesoramos de nuestros antepasados, que somos ena- bito de peregrinos (Archivo Municipal de Murcia, caja 26, n 164). nos a hombros de gigantes, siendo tal gigantn la cultura, las ins- La propia intervencin del poder central en un asunto como ste da tituciones, la ciencia...: la Historia, para acabar antes. Los/as resis- cuenta de la importancia que debi alcanzar el fenmeno, sospecha tentes, antimilitaristas en este caso, aunque es extrapolable a otrasque se confirma con la existencia de otras noticias en fechas prxi- luchas, somos tambin esos/as enanos/as, pero la diferencia seramas, en el mismo archivo y en muchas otras partes del Reino. que no pretendemos estar a hombros del gigante, sino ms bien por debajo de sus pies, socavndolos, intentando demostrar cmo unaMenos de un siglo despus, en 1746, la desercin y su gene- masa tan imponente, tanto gigante, no tiene sino los pies de barro.ralizado apoyo exasperaban a los seores de la guerra porque nopodan hacer sta en condiciones, [p]or quanto es notoria y mani- No nos ha interesado esa Historia mayusculada, y hasta fiesta la omisin de los pueblos en la obserbancia de las repetidas hemos manifestado un cierto rechazo, a medio camino entre la Ordenanzas, promulgadas contra los desertores en conocido perjui- intuicin y la comodidad, para deslegitimarla en bloque. A veces y cio de mi Real Servicio, encubrindose y tolerndose libremente en forzados/as nos hemos acercado a ella cuando los sofistas de turno las ciudades, villas y lugares de mis reynos los desertores de mis la esgriman para negarnos la posibilidad (histrica y, en su enten- tropas, con cuyo seguro se ha introducido la desercin en tanto der, tampoco futura) de una sociedad donde la violencia no fuera unexceso, que ya no pueden mantenerse los regimientos espaoles vector transversal. Y unas cuantas (pocas) veces hasta nos hemos completos. Pobre Fernando VI!, pobres reyes de Espaa que se empeado en buscar y leer a la luz de nuestra desconfianza los quedan sin soldaditos para sus guerras, siempre justas! ya que son documentos histricos, encontrando exitosamente multitud depocos los que voluntariamente quieren sentar plaza y permanecer muestras que conformarn un mosaico del que hoy tan slo unasdespus en el servicio... (Libros de Acuerdos del Archivo Municipal cuantas teselas podemos admirar. Hemos aprendido de estos pri- de Mrida, 1747, ff. 6r-20v). Es decir, que ni obligado ni a sueldo meros pasos cmo en el empeo de negar el orden de la violenciaentiende el pueblo la milicia como una salida digna, y no se alista. siempre ha habido gente implicada, personas que desde las expre- Pero sospechamos que tambin late una soterrada propuesta polti- siones ms dispares han manifestado su rechazo a la prestacin ca por debajo de esa gente sencilla que se traduce en el hasto de la armada y al imaginario militarista, y muchas de ellas con un com-guerra. Esta permisividad del pueblo hacia los resistentes al promiso, una generosidad y un alcance poltico que nos sonaban a Ejrcito, cuando no franca colaboracin, debi perdurar. Lo referentes bien cercanos, fascinantemente biogrficos. Para nuestrademuestra un dato: hasta 1845 la captura de un desertor estaba suerte, la resistencia antimilitarista no era invento del siglo XX. Ni gratificada con 80 reales, lo que muestra que la gente no deba cola- del XIX, ni del XVIII... borar demasiado, y es en esta misma fecha cuando la Reina Isabelreconoce en un decreto firmado para paliar la desercin que Las...pero para nuestra desgracia nos han llegado tarde y momifi-diversas Reales rdenes que desde la publicacin de la ordenanza cados, en forma de ancdota amena en un pesado libro aburrido. se han expedido imponiendo penas a los desertores sin haber con- Unos ejemplos: si en 1665 el rey Felipe IV insta a llevar el registroseguido hacer desaparecer este delito, que destruye y desmoraliza a de peregrinos que salan de Murcia no es por afn estadstico ni los Ejrcitos, han demostrado la ineficacia de nuestra legislacin para medir la piedad pimentonera, sino porque ...Nos [el Rey] militar en esta parte.... somos informado que muchos soldados de nuestros exrcitos des- pus de haber hecho con ellos grandes gastos en traerlos y condu-28 29 15. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOS Acabamos con la historieta. En 1653 la pennsula estaba en podr recrearse con decenas de ejemplos suplementarios y mejor guerra. El decadente imperio espaol guerreaba contra Catalua, ycontextualizados. a Navarra se le piden 500 hombres para tres meses de campaa Pero decamos que adems (o por debajo) de la Historia est la blica contra los catalanes. El tercio, si bien al principio se form, a memoria, y la memoria es tambin patrimonio irrenunciable de los decir de la propia Diputacin se reconoci desde las primeras mar-pueblos. Memoria es resistencia. La Historia tradicionalmente ha chas la fuga de la mayor parte, de manera que no tuvo efecto el ser- sido el relato de los vencedores y un sutil instrumento diseado vicio. Se volvieron a pedir nuevos reclutas para sustituir a los hui- para controlarnos y vigilarnos. Lejos de esa concepcin fosilizada dos, pero no accedieron las autoridades locales. Al ao siguiente, elque nos hace pensar en historia como una suma de cosas inertes, rey prometi el perdn a todos los desertores de la anterior campa-ya muertas, la capacidad del relato de la memoria consiste en actua- a si se enrolaban en la nueva. Emocionados los transgresores porlizar su vigencia a base de enlazar con la experiencia que genera- tamaa muestra de bondad regia, ninguno hizo caso. ciones de gente como nosotros/as han ido atesorando, defendiendoy ofreciendo. Poner la experiencia a disposicin es tambin un actoY stas no son las primeras referencias documentadas con quepoltico, es seguir articulando redes mutuas, es hacer pblico un contamos: a mediados del siglo XIV, el infante Luis, gobernador delcaudal de resistencia. Es como una campana (de Gracia) llamando reino de Navarra, recibe la negativa de la villa de Monreal a sera la rebelin contra las quintas, contra los administradores de la reclutados, y tambin a financiar su guerra (non queriendo yr en el muerte, contra los Ejrcitos y sus valedores, en suma. dicto servicio o contribuyr). Por qu nunca, en tantos aos de escolarizacin, nos ensearon que la gente no quera servir en el ofi- cio de las armas?, ningun de nuestros numerosos/as maestros/as de historia lo sabra?, por qu saban ms de armas, cargos mili- tares, heroicidades suyas, pertrechos...?, por qu?Gracias a las fuentes oficiales se puede testimoniar este fen- meno de resistencia en la clandestinidad que transcurre en la ano- nimia, sin lderes ni sucesos espectaculares (mal curriculum para figurar en Manuales de historia) por lo que es portavoz autorizado de un sentir colectivo. Sentir que se expresa frecuentemente en la tradicin oral y en ese recelo atvico, fiable e intuitivo de las pobla- ciones hacia instituciones como la castrense. Podramos seguir recogiendo en gavillas muchas ms noticias antimilitaristas, paci- fistas, antibelicistas de aqu y de all donde nuestros/as predeceso- res/as sentaban las bases firmes de la actitud de quienes protago- nizan un libro como ste. Si hay sentido comn, hay antimilitaris- mo, y vlganos esta salida urgente para evitarnos relatar muchos ms ejemplos que los que en este apresurado acercamiento a la prehistoria antimilitarista aparecen como una ridcula muestra. En la bibliografa se recogen trabajos donde el/la lector/a curioso/a3031 16. LOS INSUMISOS DEL 36: EL MOVIMIENTO ANTIMILITARISTAY LA GUERRA CIVIL ESPAOLA1(1996) Xabier Agirre Aranburu Los insumisos no tienen memoria histrica. Quiz sea sta una de las causas de su xito, el no saber que tienen una historia y recre- arse despreocupados en las contradicciones de un presente infinito. Sin nimo de empaar esta joie de vivre insumisa, en este ao de aciagos aniversarios parece oportuno rescatar del olvido los prime- ros pasos del antimilitarismo en la Espaa de los aos treinta. Se trata de una experiencia modesta que, como la verdad, sera una de las primeras vctimas de la guerra, y ha permanecido durante dca- das sepultada entre la Historia de los vencedores, la nostalgia pica de los vencidos y la ignorancia de sus herederos lejanos.33 17. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOS El surgimiento del movimiento antimilitarista en los tiemposLa Repblica, el movimiento antimilitarista y la violencia de la II Repblica fue fruto principalmente del encuentro de dos revolucionaria corrientes. Por una parte, la tradicin autctona de oposicin al ejrcito, tanto en formas espontneas de evasin de quintas, como Las primeras noticias del movimiento antimilitarista en tiempos de en su vertiente obrera organizada (oposicin a las campaas dela Repblica se remontan a 1932, con la fundacin por Jos Brocca Marruecos, huelga general de Barcelona de 1909, crculos anar-de La Orden del Olivo, grupo integrado desde el primer momento en quistas, etc.). Por otra, los ecos pacifistas que siguieron a la prime- la Internacional de Resistentes a la Guerra. La prensa de la IRG ra guerra mundial en general y la Internacional de Resistentes a la informaba puntualmente desde Londres de la actividad de este Guerra como su expresin organizada en particular (IRG, fundada ncleo original, gracias a lo cual han llegado hasta nosotros noticias en 1921). como la aprobacin por unanimidad, en la conferencia anual de 1932 de la Federacin Provincial de Sindicatos de Almera, de una Los escasos testimonios que nos quedan de los antimilitaristasresolucin pidiendo la abolicin del servicio militar obligatorio, la espaoles de la poca nos hablan de las esperanzas alumbradas por prohibicin de la fabricacin de armamentos y el abandono de el rgimen republicano y sus reformas en la constitucin de 1931, Marruecos, suscribindose as mismo la declaracin de la como la separacin de Iglesia y Estado, libertad poltica y de cultos,Internacional3. La seccin del Partido Socialista de Almera, que o la abolicin de la pena de muerte. Particularmente alentadorcontaba con antimilitaristas entre sus filas, aprob tambin resolu- result el texto del artculo sexto de la constitucin, Espaa renun-ciones en la misma lnea. Estos posicionamientos fueron secunda- cia a la guerra como instrumento de poltica nacional, recogiendodos en Barcelona por la Asociacin de Idealistas Prcticos, que deci- as la frmula establecida en el tratado Briand-Kellog de 1928 de di tambin adherirse a la Internacional. prohibicin universal de la guerra (que, por cierto, nunca ms vol- vera a aceptarse en el orden constitucional espaol). El fracaso del A comienzos de 1934 se estimaba en varios centenares de acti- golpe del general Sanjurjo en 1932 y las medidas progresistas del vistas la composicin de diversos grupos coordinados en torno a La primer perodo, especialmente las de reforma militar de Azaa, fue- Orden del Olivo, dedicados a tareas de difusin, publicacin de un ron as mismo celebradas en los medios antimilitaristas2. semanario, acciones pblicas, programas radiofnicos, etc. El idea- rio de la IRG encontraba la mejor acogida en Catalua, con el lan- Estas esperanzas iniciales se desvanecieron a medida que se zamiento de un manifiesto a la juventud catalana llamando a la constataban las limitaciones de los programas republicanos, espe- resistencia a la guerra, organizacin de diversos seminarios de estu- cialmente a partir de la represin de Casas Viejas en 1933, dedios antimilitaristas y de un comit obrero de accin antimilitarista manera que los antimilitaristas mantenan en definitiva posturasen Barcelona. similares a las dominantes en la izquierda espaola con respecto a la II Repblica. Las discrepancias con el resto de la izquierda ven- Llegados los acontecimientos revolucionarios de octubre del dran principalmente con la crtica al uso de medios violentos por el 34, mientras socialistas y anarquistas glorificaban la fallida insu- movimiento obrero, cuestin que habra de revelar su inters en rreccin obrera, la prensa antimilitarista se desmarcaba de toda lec- torno a los sucesos revolucionarios de 1934, como veremos a conti-tura pica para calificar los sucesos de lucha fratricida y subrayar nuacin.sus desastrosas consecuencias:La guerra es la guerra... locura, matanza, sangre, destruccin, mise-ria. Cuando el intento fue aplastado el desconcierto de los trabajado-res fue completo. Las masas neutrales que carecen de convicciones3435 18. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOSpor s mismas y son influidas por las ltimas y ms fuertes impre- camente a incorporarse al servicio militar y decidieron presentarsesiones, alarmadas y llevadas por el instinto de supervivencia, se ali- a las autoridades. En medio de una campaa antimilitarista denearon con la derecha. Los partidos proletarios y de izquierda,apoyo, fueron puestos en libertad tras cuatro das de detencin ale-mediante el uso de la violencia, perdieron casi todas sus posiciones. gndose su estado de demencia. Al ser liberados expusieron en El debate sobre la legitimidad y oportunidad de la violencia revolu-pblico los motivos de su desobediencia y su ejemplo fue seguido cionaria no era nuevo. El holands Bart de Ligt, destacado idelogo por un grupo de en torno a un centenar jvenes dispuestos a recha- de la IRG en la poca y vinculado al movimiento obrero libertario,zar todo servicio militar, a modo de insumisos avant la lettre. informaba en un estudio sobre la guerra espaola publicado en El triunfo del Frente Popular en febrero del 36, a pesar de ter- 1938 acerca de los intentos de sindicalistas holandeses que, sin ser minar con el nefasto perodo derechista, abri una etapa de inesta- noviolentos por principio, haban defendido en la Asociacin bilidad que los antimilitaristas espaoles contemplaron con verda- Internacional del Trabajo (AIT) el uso sistemtico de mtodos novio- dero desaliento. En junio de ese ao responsabilizaban tanto al lentos, puesto que el desarrollo de la tcnica de la guerra deman-gobierno como al movimiento obrero de una situacin cuyas causas da una completa revisin de las tcticas revolucionarias. De Ligtdefinan como muchas y complejas. Si Azaa era responsable por observaba que en el seno de la AIT esta propaganda encontr unaexcesivas concesiones a los enemigos de la Repblica, en referen- fuerte oposicin entre los sindicalistas y anarquistas espaoles, locia a la derecha econmica y militar, el movimiento obrero era obje- que era an ms lamentable puesto que el movimiento obrero espa-to de crtica por complacerse en ejercicios militares y pronunciar- ol, especialmente la CNT y la FAI, ha estado dando durante mucho se en favor de la ms violenta accin. Con el pas al borde de la gue- tiempo prueba contundente de la efectividad de mtodos como los rra, se advierte que las peores consecuencias pueden seguirse de descritos [noviolentos: huelga, boicot, no-cooperacin].4una situacin en que por todas partes hay una explosin de odio y La Orden del Olivo se mostraba en este sentido crtica con losamenazas. Las pginas de The War Resister (Londres) recogan la sucesos de 1934, especialmente a la luz de su resultado, que afec-postura de los antimilitaristas espaoles a mediados de junio del 36 tara tambin a sus propias filas. A pesar de quedar formalmenteen los siguientes trminos: prohibidas, se mantuvieron las labores de agitacin antimilitarista, Los comunistas y socialistas buscan una dictadura roja, que per- ocasionalmente en colaboracin con entidades como el Liceo sonificaran en Largo Caballero, mientras que los partidos de la Teosfico, la Sociedad de Investigacin Psquica, Sociedad deDerecha albergan la esperanza de que en la medida en que los dis- Educacin Cvica para Mujeres, Asociacin de Estudiantes deturbios requieran la proclamacin de una ley marcial, la soldadesca Medicina, Sociedad de Jvenes Espiritistas Cristianos y otras mues-pueda aprovechar la ocasin para alzarse como dictadores y estable- tras del variopinto progresismo social republicano, adems de lascer un fascismo de sable y espuela. importantes conexiones con el activismo obrero socialista y anar- Unas pocas semanas bastaran para hacer realidad estos temores, quista. lo que en todo caso no impidi la organizacin de nuevas iniciativas.Al igual que con la insumisin de nuestros das, la desobe-As terminaba el ltimo escrito de que tenemos noticia antes del diencia civil al ejrcito era considerada un tema central. As, se rei- alzamiento fascista: vindicaban experiencias como la del piloto civil de correos Quirados En esta atmsfera tormentosa se ha formado la Liga Espaola de J. Gou, vctima de castigo gubernativo por negarse a participar en Refractarios a la Guerra como afiliada de la Internacional de los bombardeos areos de las posiciones obreras asturianas enResistentes a la Guerra. En el momento presente este movimiento no 1934. En 1935 tres jvenes anarquistas catalanes se negaron pbli- 3637 19. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIALOS PRIMEROS PASOSrepresenta ms que un grupo de convencidos entusiastas. Una inten-Hechas estas precisiones, quedaba an por ver qu margen dejabasa campaa de propaganda por los principios y tcticas de la resis- el credo antimilitarista para apoyar a la Repblica en armas, cues-tencia a la guerra se est llevando a cabo y encontrando la ms favo- tin que habra de resolverse con un apoyo a la resistencia armada,rable acogida entre organizaciones anarquistas y en la CNT, que espero desde tareas civiles auxiliares que salvaran por lo menos en lomuy importante en Espaa. Hasta que la fiebre de guerra, que en elms inmediato las contradicciones con los principios de resistenciamomento actual es rampante, remita, no se puede anticipar ningunaextensin o crecimiento rpido, pero se ha dado un comienzo..a la guerra. Es decir, se opt por una especie de prestacin socialsustitutoria, eso s, republicana y autogestionada. Pero dejemos quesea el propio Brocca quien lo explique en este excepcional testimonio: Quedaba de esta manera constituida la Liga Espaola deMe detuve unos das en Barcelona para tomar parte en el mitin de Refractarios a la Guerra, con la doctora Amparo Poch y Gascn masas contra la guerra que habamos organizado, pero que no pudo como presidenta, Fernando Oca del Valle en el cargo de secretario,llevarse a cabo, pues la misma noche que iba a celebrarse, estall la Jos Brocca como representante en el Consejo de la IRG, y contan- insurreccin militar-fascista, el peligro que ya os haba notificado. do entre otros representantes destacados a Juan Grediaga En Barcelona eran das de amarga lucha. Desde el primer (Barcelona), Mariano Sola (Valencia), y David Alonso Fresno momento me puse sin reservas al servicio de la libertad, sin renun- (Madrid). ciar, no obstante, a mis principios de absoluta resistencia a la gue- rra; es decir, he hecho y contino haciendo cuanto puedo de palabra Guerra y ayuda humanitariay obra, pero sin participar en acciones violentas, para la causa anti fascista, y dentro de las organizaciones proletarias y democrticas Qu hara yo si estuviera hoy en Espaa?, se preguntaba H. que estn luchando para salvar a Espaa de esta tirana reacciona- Runham Brown, secretario honorario de la IRG, en un artculo titu-ria. Mi trabajo es el de la informacin y propaganda. En Barcelona, lado Espaa. Un reto para el Pacifismo de diciembre de 1936. En en Valencia, en la provincia de Cceres y en Madrid he actuado, y busca de una respuesta a esta pregunta, adems de sus considera-contino actuando, en tareas tan interesantes como estimular, diri- ciones sobre teora, prctica, coherencia, etc., el inters del docu- gir y organizar los campesinos de manera que en lugar de abandonar mento reside en la reproduccin de una carta de Jos Brocca desde su labor agrcola, trabajen, incluso en aquellas reas abandonadas Madrid al poco de comenzar la guerra. Brocca comienza estable-por los fascistas en su huida, para evitar la interrupcin de la pro- ciendo su postura ante la contienda, en trminos que parecen aban-duccin y suministro de las ciudades; estableciendo y organizando donar anteriores repartos de responsabilidades y sumarse a la dia-escuelas y hogares para los nios de aquellos ciudadanos que han cado o estn luchando en los diferentes frentes, y en general sacan- lctica del momento: do partido de toda oportunidad para extender entre los combatientesEn las circunstancias en que ha tenido lugar el alzamiento fascista,nuestros ideales humanitarios y nuestra repugnancia a la opresin yel pueblo no tena otra alternativa que afrontar la violencia con vio- crueldad. 5lencia. Es lamentable, pero la entera responsabilidad por los trgicosy sangrientos das que estamos sufriendo reside en aquellos que, des-Por tanto, segn explicaran ms tarde los portavoces de la Liga enpreocupados por los ms elementales principios sociales de humani-un panfleto dirigido al pblico britnico, la propaganda de resis-dad, han dado rienda suelta a la destruccin y la matanza, para tencia a la guerra no era posible en este momento, y lo que lesdefender, no ideales, sino privilegios odiosos y caducos, para retroce- corresponda era la ayuda humanitaria, pues en aquellas circuns-der al barbarismo medieval.tancias el trabajo constructivo de este tipo, en el nombre del paci-fismo, es lo ms valioso.638 39 20. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOS La IRG estableci as un Fondo de Ayuda a Espaa, dedicado rra alemana durante la Primera Guerra Mundial, Kraschutzki se al envo de ayuda, recabar informacin sobre familiares y amigos volvi un activo resistente a la guerra, asumiendo la direccin de atrapados en el lado franquista, facilitar el intercambio de prisione- Das Andere Deutschlander (La otra Alemania), rgano de la ros, y el apoyo a un hogar para la acogida de nios refugiados en la Friedensgesellschaft (Consejo Nacional de la Paz). A raz de la localidad catalano-francesa de Prats de Mollo. La Liga contaba con publicacin por esta revista de informacin sobre los planes de rear- depsitos gestionados por sus activistas en Madrid, Valencia y me alemn en marcha, Kraschutzki fue procesado por alta traicin Barcelona en los que recogan donaciones provenientes de otras sec-y escap del pas, instalndose con su familia en Mallorca a partir ciones de la IRG, especialmente de la britnica (Peace Pledge Union).de 1932. A pesar de que haba evitado implicarse en actividades Sesenta nios vascos fueron igualmente acogidos en una Casa polticas en Espaa, Kraschutzki fue detenido por las fuerzas fas- Vasca organizada por este grupo en territorio britnico.7 cistas en agosto de 1936. Las autoridades franquistas fueron obje-to por una parte de las peticiones de liberacin de la IRG en cola-Gracias a estos fondos internacionales, por ejemplo, el propioboracin con el Foreign Office britnico, y por otra de las presiones Jos Brocca efectu en 1937 la compra de 19.200 latas de leche de los oficiales nazis en Espaa, que demandaban su entrega con el condensada en Holanda, que posteriormente fueron distribuidaspropsito de ejecutarlo. De manera un tanto salomnica, la junta de desde el almacn situado en los muelles de Valencia con destinos Burgos acord con las autoridades nazis que Kraschutzki no sera diversos. En Madrid los antimilitaristas participaron en la creacin ejecutado, pero tampoco sera nunca puesto en libertad, siendo con- de un Comit de Mujeres para la distribucin de ropa y comida, denado en consejo de guerra en octubre de 1938 a 30 aos de cr- donativos que aparecan identificados con tarjetas portadoras delcel. Al terminar la segunda guerra mundial la IRG retom las ges- texto Internacional de Resistentes a la Guerra: ayuda pacifista a lationes para conseguir su liberacin, en colaboracin de nuevo con poblacin civil de Espaa.el Foreign Office, y Heinz Kraschutzki fue finalmente puesto en liber- La doctora Poch y Jos Brocca emprendieron tambin una tad a finales de 1945, tras pasar ms de nueve aos en las crceles campaa para la abolicin de los orfanatos en el territorio controla-de Franco. Kraschutzki para ser liberado tuvo que esperar as a la do por la Repblica, criticados por su triste parecido con las crce- derrota de Alemania en una guerra cuya preparacin l mismo les, y su sustitucin por hogares infantiles que permitieran el alo-haba sido pionero en denunciar, a costa de largos aos de exilio y jamiento por grupos de no ms de 25 de nios en condiciones msla crcel.8 dignas. En 1937 organizaron as mismo la salida de un grupo de 500 nios a Mxico, donde fueron recibidos por los contactos de resistentes a la guerra mexicanos.El debate en el pacifismo internacional La ayuda antimilitarista internacional aport algunos volunta- El estallido de la guerra produjo una grave conmocin en la opinin rios, como fue el caso de Lucie Penru, enfermera y activista france- pblica internacional, que haba seguido ya con preocupacin la sa de la IRG que trabaj en el Hospital de Sangr de la Barriada encreciente agresividad alemana y la invasin de Abisinia por Barcelona desde el inicio de la guerra hasta que el centro fue cerra-Mussolini. Si la izquierda entendi el 18 de julio como una afrenta do en 1938 por falta de suministros, y a partir de esa fecha se hizo directa a sus programas en todo el mundo, para el movimiento paci- cargo de un hogar nios espaoles refugiados en Francia. fista internacional la guerra civil espaola supondra, como haobservado el historiador norteamericano Allen Guttman, la prime- Peor suerte corri Heinz Kraschutzki, destacado antimilitaris- ra crisis tras el fin de la Gran Guerra.9 ta alemn. Tras su experiencia como teniente en la marina de gue- 4041 21. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOSLa extensin del pacifismo en los aos veinte, la misma fun- Creo que es la va correcta pedir que los trabajadores sean abasteci- dacin de la IRG en 1921, estuvieron marcados por el legado dedos con las armas que estn siendo enviadas tan libremente por los horror de la Primera Guerra Mundial y sus ms de ocho millones de poderes fascistas a sus enemigos. Aprecio la actitud de los pacifistas muertos. El pacifismo se haba desarrollado sobre la llana convic-en Espaa quienes, al tiempo que desean el xito de los trabajadores, sienten que deben expresar su apoyo slo en servicio social cons- cin de que todo cuanto poda hacer una persona decente ante la tructivo. Mi inconveniente sobre esta postura es que si alguien desea guerra era oponerse frontalmente y negar su colaboracin, certeza que los trabajadores triunfen no puede, en mi opinin, dejar de hacer que queda cuestionada con los acontecimientos del 36. cuanto sea necesario para hacer ese triunfo posible.12 Qu est pasando en el movimiento pacifista?, titulaba el En el curso de la reunin trienal de la Internacional de verano de filsofo britnico C. E. M. Joad un artculo en mayo de 1937 en el 1937, Bart de Ligt rebatira la postura representada por Brockway que analizaba las reacciones pacifistas ante el auge del fascismoconfirmando el posicionamiento de pacifismo puro de la IRG con europeo. Si hasta entonces el movimiento haba coincidido en elrespecto a la guerra en curso. Nosotros, resistentes a la guerra apoyo a la Liga de las Naciones como instrumento de regulacin aceptamos la lucha de clases, pero no aceptamos la guerra de cla- pacfica internacional, la impotencia de esta institucin ante las cri-ses, comenzaba de Ligt su extensa intervencin. Tras considerar la sis de Abisinia y Espaa supone la quiebra de este consenso y la experiencia sovitica en detalle, con severas crticas al militarismo aparicin de nuevas corrientes. Dos tendencias opuestas ganan pro- de Stalin, se expone un minucioso relato de los acontecimientos en tagonismo amenazando la cohesin del movimiento; en palabras deEspaa, tomando partido abiertamente por CNT y POUM en la cues- Joad, el pacifismo puro, y las ideas asociadas con el Frentetin de la militarizacin de las milicias promovida por el PCE y las Popular. El enfrentamiento entre ambas posturas se hara inevita- fuerzas burguesas. A pesar de esta simpata por las fuerzas repu- ble en el debate sobre la guerra espaola.10 blicanas, los argumentos de Brockway son expresamente rechaza- Entre quienes se decantaron por la segunda opcin, acaso eldos: ejemplo ms destacado sea el de Albert Einstein, quien, en plenaNo tenemos ninguna razn para seguir el ejemplo de nuestro cama- transicin hacia la colaboracin en el desarrollo de la bomba atmi-rada Fenner [Brockway], quien desde el estallido de la guerra de cla- ca, pidi pblicamente en 1938 el levantamiento del embargo deses espaola acept los mtodos de guerra modernos como medios armas en apoyo a la Repblica11. Ya a finales de 1936 el propio inevitables para alcanzar nuestros objetivos sociales. Coincidimos secretario de la IRG, Fenner Brockway, renunci a su cargo en desa- con Fenner cuando insiste en la necesidad de la solidaridad prctica cuerdo con la postura adoptada ante la resistencia republicana. con el movimiento revolucionario en Iberia. Pero pensamos que se Para Brockway el apoyo slo en servicio social constructivo no eraequivoca cuando declara que la nica manera de probar esta solida- ridad consiste en renunciar a la accin noviolenta y aceptar la guerra suficiente, pues era preciso asumir la resistencia republicana con de clases con todas sus inevitables consecuencias. Si en cualquier todas sus consecuencias, incluyendo el suministro de armamento. caso de guerra de clases renunciamos a nuestra lucha noviolenta y As lo explicaba en su carta de dimisin: aceptamos provisionalmente la accin violenta, el resultado ser unaMuy a mi pesar siento que debo dimitir de la IRG. (...) Esta estrecha aceptacin permanente de la guerra en nombre de la revolucin y unvinculacin con el movimiento hace la decisin de dimitir difcil, perosocavamiento sistemtico de la revolucin por los medios ms ina-siento que es la nica va honesta que puedo tomar. Mi tempera-propiados.mento y filosofa esencial siguen siendo pacifistas. (...) Pero estoy Discusiones similares se reprodujeron en las ms diversas agrupa-enfrentado a este hecho. Si estuviera en Espaa en este momentociones pacifistas y antimilitaristas, llevando a antiguos camaradasestara luchando con los trabajadores contra las fuerzas fascistas. 4243 22. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIALOS PRIMEROS PASOS en la denuncia de la Primera Guerra Mundial a posturas irreconci-Se trataba de polmicas que anticipaban las contradicciones liables. Tal fue el caso de Norman Thomas y John Haynes Holmes, que la Segunda Guerra Mundial provocara en el pacifismo pocos ambos destacados lderes pacifistas norteamericanos y compaerosaos ms tarde, y que representan en definitiva el eterno filo de la en la War Resisters League (seccin norteamericana de la IRG). navaja en el que este discurso se revela en toda su grandeza y su Thomas, fundador de la No Conscription League y destacado promo-miseria. tor de la objecin de conciencia en EE.UU., organiz el recluta- miento de voluntarios para la Columna Eugene V. Debs (en honorDerrota, exilio y extincin del movimiento antimilitarista del histrico lder socialista norteamericano) dentro de las Brigadas Volviendo a las tareas que ocupaban a los miembros de la Liga Internacionales argumentando que es porque creo tan firmemente Espaola de Refractarios a la Guerra, al terminar la contienda en el horror y la inutilidad de la guerra por lo que pienso que debe- desde Londres se sugiri el cierre del hogar de Prats del Mollo tan mos ayudar a nuestros camaradas espaoles a detener la guerra depronto como todos los nios all acogidos encontraran un destino Franco. A la luz de la coyuntura internacional, Thomas defendadefinitivo, y se gestion al mismo tiempo un permiso para dar refu- que apoyar la resistencia militar de la Repblica significaba gio a Jos Brocca en Gran Bretaa. Sin embargo, dada la cercana aumentar grandemente la esperanza del mundo de evitar la cats-con la frontera, la Liga decidi mantener abierto el centro para cola- trofe de una segunda guerra mundial mucho peor que la primera.13 borar en el paso clandestino de refugiados a territorio francs. El En abierta contradiccin se situaba su compaero John Haynespropio Jos Brocca cruzaba la frontera repetidamente para contac- Holmes, con el respaldo de la War Resisters League, que respondatar y facilitar la huida de compaeros y allegados que permanecan pblicamente a Thomas comparando su iniciativa con la propagan- en Espaa. da para la movilizacin de la Primera Guerra Mundial, en cuya En aquella poca, entre la amargura de la derrota republicana y la denuncia ambos haban coincidido: inminente extensin de la guerra a Europa, Brocca responda a lasT y yo, Norman, hemos pasado por esto antes. Nos alzamos rpi- inquietudes de sus compaeros en Londres con un emotivo mensa-damente cuando los belgas geman de manera tan lastimosa como lo je:hacen hoy los espaoles. Nos negamos a or los llamamientos falacesNo os preocupis por m. Estoy perfectamente tranquilo y lleno de valorde 1917 de que el mundo deba defender la democracia, salvar la civi-para afrontar el futuro sin miedo, pase lo que pase. Me doy cuenta de quelizacin, y poner fin a la guerra para siempre, mediante el uso de lasel estallido de la guerra podra privarme de la oportunidad de ir aarmas para la muerte de los hombres en batalla. Vamos a quedar-Inglaterra. Tena tiempo para ir, pero no poda abandonar nuestro hogarnos cruzados de brazos ahora que una nueva generacin, tentadasin antes encontrar seguridad para todos los que estn en l. Me parecicomo nosotros lo estuvimos, cede a la llamada de otra lucha para sal-que mi deber es el del capitn de un barco; permanecer a bordo hasta elvar la democracia y una guerra ms para establecer la paz?final, y facilitar toda la seguridad posible al resto. Cuando todo mi traba- Para Holmes, como para la generalidad de la IRG, la guerra espa- jo est terminado intentar buscar una colocacin, pues nunca me he ola estaba llevando a leales y rebeldes a un terreno comn de vio- sentido deshonrado por los trabajos ms humildes. Si no lo consigo, ir auno de los campos de refugiados donde ya hay miles de espaoles hechos lencia, crueldad y odio, y la postura del movimiento pacifista pasa-del mismo cuerpo y alma que yo mismo. Quiero que estis seguros de que ba por la ayuda humanitaria: enviemos comida, material mdico enen estos tiempos de sufrimiento general, cualquiera que sea mi suerte, abundancia, pero ni un fusil, ni una bomba, ni un avin que pro- nunca caer en desnimo. Nada habr de apartarme de mis principios. Mi longue la guerra y extienda la devastacin y la muerte.14 resistencia moral es mayor que la fuerza de los acontecimientos. Nada ninadie ser capaz de romperla.44 45 23. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOS La vida del movimiento antimilitarista organizado, modesta durante NOTAS la Repblica y atormentada durante la guerra, se extingue definiti-1. La elaboracin de este artculo ha sido posible gracias a la colaboracin del Instituto vamente en el exilio republicano. El 23 de mayo de 1939, apenas un Internacional de Estudios por la Paz de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.) mes despus de la victoria fascista, el ncleo de cerca de una doce- y especialmente su profesor Robert Johansen, as como el apoyo y documentacin faci-litado por Howard Clark y la oficina de la Internacional de Resistentes a la Guerra en na de miembros de la Liga Espaola de Refractarios a la Guerra seLondres. El autor desea expresar su ms clido agradecimiento a ambas instancias. embarcaba en el puerto francs de Port Vendres con destino a 2. Para una lectura antimilitarista de las reformas militares de Azaa, ver por este Mxico, donde seran acogidos por los compaeros mexicanos de la mismo autor Objecin e Insumisin. Claves ideolgicas y sociales (Fundamentos, Madrid, IRG. Otras familias vinculadas al movimiento haban encontrado ya1992), pp. 226-227 (edicin Pedro Ibarra). refugio en Colombia, Cuba y Paraguay.3. Texto de la declaracin fundacional de la IRG, suscrito por todos sus miembros y sec-ciones: La guerra es un crimen contra la Humanidad. Nos comprometemos a no cola-Por aquella poca la IRG se empleaba ya en la acogida de cercaborar con ningn tipo de guerra y a luchar por la abolicin de todas sus causas. de un centenar de antimilitaristas de Alemania y Austria, la mayor 4. Bart de Ligt, Russia, Spain and violence, captulo IX de The conquest of violence parte rescatados de prisiones y campos de concentracin nazis, pro-(Nueva York: E. P. Dutton & Company, 1938), p. 194. longando las tareas de ayuda humanitaria y apoyo a refugiados ini- 5. H. Runham Brown, Spain a challenge for pacifism, en Unity, 21-XII-1936. ciadas con la contienda espaola y que continuaran durante losReproducido en Charles Chatfield, ed., International War Resistance Through World WarII (New York: Garland, 1975). aos de la Segunda Guerra Mundial.156. En cursiva en el original. Our work in Spain saving the children (Londres: WRI).Por lo que respecta a Jos Brocca, pionero histrico del movi-7. Ver Devi Prasad, ed., Fifty years of war resistance: what now? (Londres: WRI, 1972). miento, habiendo rechazado la posibilidad de escapar a Inglaterra, El Peace Pledge Union era en aquel momento la seccin ms importante de la IRG, con- fue detenido en varias ocasiones e internado en un campo de con- tando con unos 100.000 miembros y en torno a 500 grupos locales en Gran Bretaa. centracin francs. Sus compaeros consiguieron rescatarlo de la 8. The War Resister, n 51, verano 1946. Francia de Vichy, llegando a Mxico en octubre de 1942 acogido por9. Ver Allen Guttman, The Wound in the Heart. America and the Spanish Civil War, The los antimilitaristas de este pas.16 Free Press of Glencoe, Nueva York, 1962, pg. 111.Jos Brocca mora en Mxico en junio de 1950 a consecuencia10. C. E. M. Joad, What is happening in the peace movement?, The New Statesmanand Nation (Londres 15-V-1937). de una trombosis cerebral. Con l terminaba esta experiencia del movimiento antimilitarista y la presencia de la IRG en el estado 11. New York Times, 8-V-38. espaol. 12. The War Resister, invierno 1936, p. 3. Ms de tres dcadas despus, el Movimiento de Objecin de 13. Socialist Call, 13-II-37. Conciencia, desconociendo por completo este precedente, se consti- 14. The New Leader (Nueva York), 2-II-37. tua en seccin de la Internacional de Resistentes a la Guerra, lle-15. Ver Grace Beaton, 25 Years Work in the WRI (Londres: WRI, 1945), pgs. 15-17. gando a encarnar en la insumisin ante el poder militar de nuestros das el espritu de Jos Brocca, Amparo Poch, Heinz Kraschutki y 16. Ver Grace Beaton, Four Years of War (Londres: WRI, 1943), pgs. 27-28. todos los resistentes a la guerra que nos precedieron en los turbu- lentos aos treinta. 4647 24. La objecin de conciencia en el Estado Espaol no arranca ver- daderamente como movimiento con contenido poltico hasta que en los aos 70 surgi fuera del mbito de los Testigos de Jehov el primer objetor pacifista, noviolento, conscientemente antimilitarista. En el Estado Espaol se vena encarcelando a los Testigos de Jehov desde quince aos antes que Pepe Beunza irrumpiese en escena. Siguiendo la recensin de Xavier Rius, la mayora de los libros y artculos publicados [como es el caso de Garca, Porret et al.: 119] fijan el origen de la objecin de conciencia en el Estado Espaol en 1959, cuando el Testigo de Jehov Albert Contijoch se neg a ves- tir el uniforme. Eso, sin embargo, no es cierto; anteriormente se hab- an producido otros casos, tambin de ciudadanos de esa religin (Rius: 133); as en 1937, durante la Guerra Civil, cuando los barcelo- neses Ramn Serrano y Nemesio Ors se negaron a empuar las armas. Como hemos podido conocer mejor diramos recordar en fechas recientes, principalmente a raz de las investigaciones lleva- das a cabo por Xabier Agirre, no es rigurosamente cierto que los ni- cos casos de objecin de conciencia a partir de la Guerra Civil fuesen exclusivamente los protagonizados por Testigos: existe, por ejemplo, un pasado de pacifismo antimilitarista que ejerci la objecin de con- ciencia durante la dcada de los aos 30, aunque la memoria del mismo, como se desprende tambin del trabajo cuasi arqueolgico de De los testigos de Jehov alAgirre, haya permanecido sepultada a lo largo de tantos aos.Voluntariado para el Desarrollo 49 25. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIALOS PRIMEROS PASOSContinuando, pues, con los Testigos de Jehov, cabe indicar (...) la objecin es un acto y como tal tiene o puede llegar a tener, que en los aos 50 los escasos miembros de esta comunidad religio- sobre todo si es practicada por muchas personas, importantes con- sa que se encontraban en edad militar se negaron a empuar las secuencias pblicas o colectivas y, por tanto, polticas. Por consi- armas, aunque aceptaron la realizacin de servicios auxiliares desli-guiente, el acto de objetar, adems de la significacin moral quepueda tener para la persona que lo practica, es tambin (...) un acto gados de toda instruccin. En 1958, la polmica vuelve a surgir conpoltico. Otra cosa es que todos y cada uno de los objetores sean otro Testigo, el madrileo Martn Nohales, quien destinado en Melillaconscientes o no de las consecuencias polticas de su acto y que todos se negaba a empuar las armas y a acatar la obligatoriedad del ser-y cada uno de los objetores sean capaces de justificar la necesidad vicio militar. Condenado a 23 aos de prisin, lleg a cumplir 6 en el de provocarlas, o sean capaces de presentarlas como coherentes con penal de Ocaa, quedando posteriormente en libertad sin ser llama- los valores morales que les han llevado a objetar. (Gordillo: 121) do a reincorporarse a filas. En 1959 el mencionado Albert Contijoch Berenguer, carpintero de profesin, se neg a hacer la mili en elEl 25 de abril de 1970, once aos desde su primer encarcela- Regimiento Palma 47 en Mallorca. La situacin de quienes se miento, sali Contijoch en libertad merced a un indulto privado. Quien enfrentan en aquel momento a la conscripcin por motivos religiosos goza, sin embargo, del dudoso honor de ostentar un siniestro rcord es duramente penalizada en tanto que al no estar tipificada en elde estancia en prisin en aquel periodo es Antonio Snchez Medina, Cdigo de Justicia Militar la objecin de conciencia, se inician las lla- desde 1962 a 1974. En 1973 se encontraban encarcelados un total madas condenas en cadena, consistentes en condenar al objetor a de doscientos sesenta y cuatro Testigos de Jehov en las prisiones una pena de seis meses por desobediencia en aplicacin del archivodel Estado Espaol. En consecuencia, tras ms de una dcada de 328; una vez cumplida la pena es llamado de nuevo a filas y se vuel-continuos encarcelamientos de Testigos de Jehov, diversos miem- ve a condenar por desobediencia, y as ininterrumpidamente hasta la bros de los Cuerpos Jurdicos de los tres Ejrcitos y determinados consecucin de un indulto, o llegar al fin de la edad militar, fijada enmandos militares proponen al Gobierno una solucin definitiva a un aquel entonces a los 38 aos (Rius: 134). No es extrao que, comoproblema que, estaba sobradamente demostrado, no habra de verse consecuencia de tal dureza represiva oficial y oficiosa (se dieronresuelto con las condenas en cadena de los objetores, mxime cuan- casos de crueles torturas y violaciones para forzar al cumplimiento dedo stas no suponan freno alguno al incremento de quienes optaban la mili), cuando se celebra el primer juicio a Contijoch tan slo trespor tal actitud (Rius: 136). Testigos se encontraran en prisin, ya que la mayor parte de los potenciales reos optaban por el exilio. Pero su caso fue largo, y des- pus de su cuarto Consejo de Guerra en 1965 fue conducido a un penal de Santa Catalina en Cdiz donde se encontraban ya ciento cincuenta Testigos. En este contexto, dos aos ms tarde, y aprove- chando una ceremonia que se celebraba en prisin, un periodista de The Guardian consigui material suficiente para elaborar un reporta- je con fotografas que fue distribuido internacionalmente por la agen- cia de noticias Reuter. Tanto por el aumento vertiginoso del nmero de tales presos, como por la proyeccin internacional que dicho repor- taje tuvo, la cuestin de la objecin de conciencia no pudo ya ser sos- layada por el estado franquista (Rius: 135), haciendo buena la valo- racin de Jos Luis Gordillo: 50 51 26. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOSPepe Beunza y los primeros objetores antimilitaristasapoyado por el entonces Jefe del Alto Estado Mayor, teniente general Dez Alegra; sin embargo, el Proyecto es de nuevo rechazado y el Pepe Beunza, activista del Sindicat Democrtic dEstudiants, se niega Gobierno lo retira (Garca et al.: 120-121; Ibarra: 30-31; Rius: 137- a cumplir el servicio militar a principios de 1971 desde posiciones 139). muy alejadas del estoicismo apoltico de sus predecesores Testigos de Jehov, y de esta manera lo explicaba ante el Juez Militar en el En noviembre de 1971 son puestos en libertad Pepe y algunos Consejo de Guerra que le juzg en la ciudad de Valencia el 23 de abrilobjetores ms, pero dada la legislacin vigente la anteriormente del mismo ao: Soy catlico, pero me parece equivocado alegar este mencionada condena en cadena no quedan exentos de la mili, a la motivo cuando en mi pas los obispos tienen graduaciones y honoresque vuelven a ser llamados. Beunza rechaza de nuevo incorporarse a militares y presiden los desfiles... Creo mejor plantearlo por motivosfilas e inicia por el contrario un Servicio Civil en el barrio de Els Orriols ticos. Soy noviolento y considero que la historia tiene suficiente expe- (Valncia), siendo detenido seis semanas ms tarde y trasladado a la riencia de las consecuencias desastrosas de la violencia como paraprisin de Cartagena. En marzo de 1972 se le impone una condena que nos sintamos obligados a experimentar otras vas de cambiode un ao de crcel que ha de cumplir en un batalln de castigo en el social.... La estrategia de Beunza es, por lo tanto, el ejercicio de laSahara. La Junta de Facultad de Derecho, el Colegio de Abogados y objecin de conciencia mediante la desobediencia civil por mtodosel Rector de la Universitat de Valencia muestran su apoyo al caso y noviolentos: declaracin pblica de su condicin de objetor (soy ino-solicitan al Gobierno una Ley de Objecin. Mientras tanto, las accio- cente y repito que no son ustedes los que me juzgan, sino yo el que nes de solidaridad se multiplican: huelgas de hambre, interrupcin se presenta voluntariamente para denunciar esta injusticia), cons- del tren Barcelona-Ginebra... De esta manera, durante su estancia en ciencia de la dimensin poltica de la objecin (la objecin de con- el castillo de Cartagena, la necesaria y buscada proyeccin pblica ciencia es el camino de la paz y la independencia), contenido antimi-de la desobediencia civil continua creciendo: recibe la solidaridad y litarista (La nica defensa que tenemos es luchar por el desarme... Acomprensin de muchas personas, entre las cuales se encuentra Rafa la larga, los ejrcitos son mecanismos de poder concentrado que seRodrigo, pedagogo valenciano y sargento de milicias, quien le escribe trasforma en mecanismos contra el pueblo si no nos movilizamos apara comunicarle su intencin de declararse tambin objetor. La cen- tiempo... Mi oposicin es radical contra los ejrcitos). El resultado de sura militar controla el contenido de dicha carta y, en consecuencia, tal estrategia y su carcter asimismo pedaggico frente a la sociedad se le expulsa de milicias para ser acto seguido condenado tambin a a la que apela es casi inmediato: poco despus surgen tres nuevos un ao de prisin. casos de objetores no Testigos de Jehov. Son Vctor Boj de Reus, Jordi Agull de Alcoi y Joan Guzmn, a la sazn Cabo de Marina.En diciembre de 1973, el Gobierno aprueba una Ley de Negativa al Servicio Militar que introdujo en el Cdigo de JusticiaLa situacin de estos cuatro objetores de conciencia encarcela-Militar un nuevo artculo, el 383 bis, a consecuencia del cual los obje- dos conlleva una serie de acciones de apoyo en diversos lugares entores van a ser condenados a penas de tres a ocho aos de prisin. Europa. Tales acciones de apoyo no son exclusivamente consecuen- cia a posteriori del encarcelamiento de los objetores, sino un aspecto intrnseco de la estrategia de desobediencia civil noviolenta desde mucho antes de dar el paso, Beunza ha trabajado a fondo con colec- tivos sociales y grupos de apoyo la necesaria proyeccin del caso en el mbito pblico, y generan como es de esperar un tremendo males- tar en el Gobierno, que decide presentar un nuevo Proyecto de Ley 5253 27. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOS El Voluntariado para el Desarrollo y los objetores de Can Serra incorporacin al Servicio Militar: Ante una expresin tan vieja y acep- tada como Si quieres la paz, prepara la guerra, siento decirle que Tras la excarcelacin de Pepe Beunza en 1974, a travs de la orga-estoy en total desacuerdo (Bustillo), Me declaro objetor de concien- nizacin Justicia y Paz dirigida a la sazn por Joaqun Ruz-Jimnez, cia por considerarme noviolento, y querer vivir toda la vida conforme se presenta al Gobierno un proyecto de Voluntariado para el a estas ideas. Quiero aceptarlas con todas las consecuencias que me Desarrollo que viene avalado por mil doscientas cincuenta firmas de traigan (Amurgos), En primer lugar, he de decirle que mi postura jvenes que estn dispuestos a realizarlo. Se trata de una estrategia tiene la raz en una tica humanista de base. No he podido compren- diseada por Pepe Beunza y Gonzalo Arias para continuar la luchader que la mejor manera de respetar al prjimo es matarle. Tampoco antimilitarista, con el fin de propiciar el establecimiento de un servi-las bienaventuranzas me dejan duda sobre la postura pacfica del cio civil voluntario al cual, bajo el control del Ministerio de Trabajo y cristiano (Vias), El desarme universal quizs sea una utopa pero por lo tanto fuera de la jurisdiccin militar, se podran acoger perso- no lo es que empecemos por nosotros mismos (Cereceda), No creo en nas de ambos sexos, asimismo como una alternativa para la exencinla violencia como medio de lucha por la justicia, pues con ella la vic- del servicio militar. En el verano de 1975 tiene lugar una reunin en toria es para el ms fuerte y no para el ms justo, y la espiral de vio- Montserrat en la cual se acuerda que, como medio de presin a lalencia nos lleva inexorablemente al caos. Estoy convencido de que las negativa de respuesta del Gobierno, un grupo de jvenes con incor-guerras hoy en da son el gran negocio de los fabricantes de arma- poracin a filas en ciernes, iniciarn de forma inmediata un Servicio mentos y de que estamos abocados al suicidio de la Humanidad... Civil en la prctica y por cuenta propia. Se trata de la experiencia de por todo esto, me niego a participar en ninguna institucin que facili- Can Serra. (Garca, Porret et al.: 121-122; Ibarra: 31-32; Rius: 140).te las guerras, aunque estoy dispuesto a realizar un servicio civil deEl ex seminarista palentino Ovidio Bustillo, el tambin ex semi- ayuda al necesitado (Faixat) (Rius: 142). narista andaluz Vicente Amurgos, el maestro cataln Jess Vias, elUn mes despus de hacer pblica su situacin, los objetores de estudiante madrileo Guillermo Luis Cereceda y el asturiano JosCan Serra son detenidos por la Guardia Civil y trasladados a la pri- Dez Faixat, fueron los cinco jvenes que, habiendo firmado con ante- sin militar del Castillo de Figueres, en unas condiciones dursimas rioridad la propuesta al Gobierno, comienzan la realizacin del servi-de internamiento. Pero mientras tanto, como ya ocurri en el caso de cio civil en el barrio Can Serra de Hospitalet de Llobregat enBeunza, el carcter pedaggico de una estrategia de desobediencia Barcelona. Despus de ms de tres meses de puesta en marcha del civil noviolenta, colectiva y pblica, polticamente articulada, extiende proyecto, la noche del 24 de diciembre de 1975, los primeros cincolos valores que defiende por medios coherentes: una veintena de jve- objetores de conciencia de Can Serra hacen pblico el documento Un nes que deban incorporarse a filas a mediados de 1977, entre los camino para la paz: manifiesto de los objetores de conciencia, que se encuentran Mart Olivella o Francesc Riera, se incorporan por ampliamente recogido por la prensa y ledo en numerosas parroquias. el contrario al entonces llamado Grupo de Objetores de Conciencia de En l se exponen claramente las tareas que desarrollan en el barrio,Espaa (GOCE), y algunos de ellos continan la labor del servicio civil as como los motivos por los que no se incorporaran a filas. Esteban empezado en Can Serra. La organizacin y gestin del servicio civil Zabaleta, ex sacerdote vasco, y Jos Antonio Montesern, leons y responda al proyecto que se haba puesto en marcha en el barrio de licenciado en Filosofa y Letras, se unieron al proyecto del primer ser-Hospitalet y, de esta manera, atienden una guardera, la escuela de vicio civil.adultos y el hogar de ancianos. Bilbao, Madrid, Mlaga, Tarragona y Cada uno de los objetores de Can Serra remite una carta alVic son las siguientes ciudades donde cristalizan nuevos servicios Capitn General correspondiente explicando los motivos de la no civiles autogestionados por objetores. Entidades vecinales, cultura-5455 28. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOS les, religiosas y polticas dan cobertura a tales servicios y sirven al entre los objetores puesto que nunca fue publicada en el Boletn tiempo de colchn social, desde el cual se coordina una campaa deOficial del Estado ni en el Ministerio de Defensa, careciendo por lo apoyo basada en acciones de protesta como marchas hasta la prisintanto de toda validez jurdico-legal: todos aquellos reclutas que ale- de Figueres, manifestaciones y huelgas de hambre (Rius: 142-143). gasen objecin de conciencia quedaran en situacin de incorpora- La movilizacin de todas esas personas e instituciones que cuando cin aplazada; de la misma forma, a quienes la aleguen una vez comience la insumisin vendr a llamarse colchn social parece per-incorporados se les conceder una licencia temporal indefinida, sin seguir en principio tan slo un fin antirrepresivo. Sin embargo, susabonrseles el tiempo cumplido en el servicio militar. Esta maniobra resultados son muy superiores. En primer lugar, tanto el Gobierno del Gobierno pretende mantener la situacin congelada hasta que se como el Ejrcito ven cmo la represin aparentemente necesaria legisle la objecin y la prestacin social sustitutoria (Ibarra: 33-34; para controlar la desobediencia se vuelve contra ellos, convirtindo-Rius: 144-147). se en un importante coste poltico. En segundo lugar, la fortaleza del apoyo social a estos objetores anima a otros jvenes a emular su acti- Sea como fuere, lo ms trascendente es, sin duda, que en aquel tud. Y por ltimo, los agentes sociales movilizados se convierten enperiodo de efervescencia poltica, la experiencia de la objecin de con- va de extensin del mensaje y de los presupuestos ideolgicos de los ciencia y la desobediencia civil como luchas noviolentas va exten- desobedientes porque su decisin de apoyarles promueve un debatedindose y cristaliza poco a poco en numerosos colectivos en todo el interno y una empata social que antes no existan (Ibarra: 33). Estado. En los meses siguientes, tanto el Estado como los objetores resitan una y otra vez sus posiciones. El 30 de junio de 1976 se decret un indulto limitado para parte de los presos polticos y para todos los objetores de conciencia, y el 23 de diciembre el Gobierno de Adolfo Surez aprueba un Real Decreto regulador de la objecin de carcter religioso mediante un servicio cvico bajo la jurisdiccin mili- tar: setenta y cinco objetores lo rechazan y crean el Movimiento de Objetores de Conciencia del Estado Espaol (MOC). Algunos son dete- nidos, y el resto se entregan el 5 de mayo de 1977 en diversas ciu- dades, con desigual suerte, con el fin de forzar la situacin. El 11 y 12 de junio, al borde de las primeras elecciones libres tras cuatro dcadas de franquismo, 100 personas realizan una marcha a la pri- sin de Figueres donde se encuentran de nuevo 11 presos. La din- mica de confrontacin, encarcelamientos, movilizaciones, contina hasta que el 17 de octubre se publica en el BOE la Ley de Amnista que dejaba en libertad a doscientos veinte objetores de conciencia. La ley resuelve la situacin de los objetores encarcelados pero no pre- vea la situacin de los objetores de reemplazos inmediatos. Por ese motivo se producen nuevos encarcelamientos, lo que obliga al Ministro de Defensa Gutirrez Mellado a dictar la orden interna, conocida as5657 29. CHARLA EN VALENCIA CON MOTIVO DEL XXV ANIVERSARIO DE SU PRIMER CONSEJO DE GUERRA (1996) Pepe Beunza Yo he venido aqu para recordar que hay todava trescientos insu- misos presos en las crceles de Espaa, lo cual nos tendra que lle- nar de vergenza a un pas que se llama democrtico. Es una lucha que est ganada a nivel popular. La mayora de los jvenes estn en contra del servicio militar. Es una lucha que est ganada a nivel jurdico, ya sabis que ha habido muchos jueces que han absuelto a los insumisos. Cuando les condenan les piden indultos, no saben qu hacer con los insumisos pero falta que el Gobierno d una res- puesta adecuada a un problema que cree que con la represin y la crcel va a detener, con lo cual lo est complicando mucho ms. 59 30. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIALOS PRIMEROS PASOSSon trescientos presos de conciencia que poco a poco van res- Entonces, cmo empez todo esto? Es importante explicar la quebrajando un sistema de derecho y que por lo tanto es necesariocronologa, porque puede dar algunas luces y sobre todo porque que con la mayor urgencia se resuelva de una manera democrticaahora es un movimiento con la fuerza extraordinaria de 350.000 y justa. A la gente que no quiere aprender a matar y a destruir en objetores. Somos el pas de Europa con ms objetores y con ms 1996 no se le debe condenar a la crcel. Bien, yo por esto estoy aquinsumisos, y cuando hay un movimiento de esta fuerza, es impor- para recordar que hace veinticinco aos empezamos a trabajar estetante explicar la historia, sobre todo porque no son temas que con- tema, aunque merece la pena porque an queda mucho trabajo.tinuamente salgan en los medios de comunicacin, entonces un daque se puede vale la pena explicarlo. Ahora s tengo que explicar Hay dos temas para m importantsimos de explicar a la gente;batallitas porque me toca: el que no conoce la historia, pues repi- uno es que la vida es demasiado bella, bonita y demasiado cortate los errores. como para perderla en un cuartel obedeciendo rdenes absurdas (izquierda, derecha, izquierda) o aprendiendo a matar. Es una fuer-Yo viva en Valencia y participaba en las luchas universitarias, za que mirada desde fuera no se entiende muy bien. Y el segundolas tpicas carreras, encerrones, el miedo, la polica nos persegua, tema es que como personas estamos dotadas de razn y por tanto nos pegaba... Luchbamos dentro de la Universidad en el Sindicat no hemos nacido para obedecer rdenes, hemos nacido para actuarDemocrtic dEstudiants. Eramos un grupo de gente activa con con conocimiento, con conciencia y sobre todo con responsabilidad. ganas de libertad, con mucha represin y con ganas de cambiar Estas dos ideas hay que explicarlas muy bien para que la gente todo esto. Situaos: la poca del Che Guevara, la lucha armada en cuando vea la puerta de un cuartel salga huyendo lo ms rpido que Latinoamrica, Luther King, movimiento de defensa civil america- pueda. no... haba muchas actividades. Y todos los barbudos de Valencianos juntbamos en un bar de la calle la Nave y por all pasaban las Len Felipe deca que al hombre le han dormido con cuentos,ideas de libertad. Y por all pas un barbudo que iba a Sueca a y yo voy a contar un cuento para ver si logramos despertarnos. Diceaprender el cultivo del arroz. l vena de Francia, de una comuni- que se reunieron tres faquires, los mas poderosos de la India, paradad que se llamaba El Arca, fundada por Lanza del Vasto, discpu- demostrar su poder y su inteligencia, entonces el primero de ellos,lo de Gandhi, que era noviolento. Trabajaban la tierra, hacan agri- cogi unas ramas del bosque, las manipul, les dio forma y las tras- cultura ecolgica, y se nos pusieron los ojos como flanes al escu- form en huesos. El segundo cogi estas ramas de hueso, las mani-charle. Ese hombre sigui su camino. Ni siquiera sabr que fue el pul y las transform en pieles y msculos e hizo un animal muyque inici la movida aqu. Aquel verano dos compaeros del grupo bonito. El tercero lleg, le sopl, le dio la vida y lo transform en un fueron a esta comunidad de Francia y a m tambin me interesaba. tigre que se los comi a los tres. Entonces, esto es lo que estamosEn esta poca, si no salas al extranjero era muy difcil, y me fui haciendo con nuestra sociedad actual. Y el tigre en trminos de eco- tambin a verla. Me impact. noma se llama complejo militar industrial. Hemos llenado esta tie- rra tan hermosa que tenemos y tan vulnerable, la hemos transfor-Hacan yoga, iban todos con sandalias, vestan con algodn, mado en un inmenso polvorn que por la actuacin de cualquier loco eran vegetarianos, practicaban agricultura ecolgica y haban ocu- que tenga poder para apretar un botn nos har volar a todos. Opado una central nuclear unos aos antes. Aqu sabamos de las luchamos por el desarme o vamos al suicidio colectivo. No haycentrales nucleares y que eran peligrosas. Yo pas por all una muchas ms opciones. Son opciones evidentes. A m me gusta lasemana y cuando volv no dejaba de explicar lo que haba visto. vida, es evidente que luchar por el desarme.Conocimos a los primeros objetores de conciencia, que vivan en losPirineos, en Francia, y ayudaban a los agricultores en vez de hacer60 61 31. EN LEGTIMA DESOBEDIENCIA LOS PRIMEROS PASOS la mili. Cuando lo explicbamos, haba gente que nos escuchaba y momento me tena que preparar para ir una temporada larga a la gente que pensaba que estbamos locos. crcel. Es una cosa extraa prepararte para ir a la crcel. Aprenda hacer yoga, a tocar la flauta. El yoga me ayudara a estar cerrado Entonces entre carrera y carrera, manifestacin y manifesta- en un sitio, la flauta si me dejaban tenerla, pues una cosa ms, que cin , explicbamos lo que era la noviolencia. Era muy difcil porquecomo instrumento musical apacigua. Aprend a trabajar con las el ambiente en aquella poca era bastante afn a la lucha armada.manos, pens que como las manos tambin me las dejarn... Cuando explicbamos que no bamos a la mili era difcil. La genteTambin practicaba la huelga de hambre, as que un da a la sema- que luchaba contra el franquismo cuando la haca pasaba desaper- na no coma y me preparaba por si tena que hacer huelga de ham- cibida porque la represin en la mili era brutal. Ya pasabas fichado bre para saber lo que era eso. bamos al extranjero, hacamos huel- y te llevaban de guardin o no te dejaban llevar armas.ga de hambre en apoyo a objetores extranjeros, participbamos en Nosotros pensamos que tenamos que empezar la lucha por la manifestaciones para coger ms experiencia. objecin aqu tambin. Hacamos campamentos con Lanza del VastoCuando le deca a la gente que no iba a hacer la mili, que iba en un pueblecito de Barcelona y nos juntbamos todos los que est- a hacer objecin de conciencia, me decan que estaba loco, as que bamos en el tema de la objecin de conciencia: Dalmau, Xirinacs, fui a que me hicieran un reconocimiento psiquitrico, aunque yo Gonzalo Arias... nos juntbamos todos y nos bamos animandopensaba que estaba bien. Para m la accin tena dos finalidades: unos a otros. El tema de la objecin era desconocido y no habauna era aguantar el tiempo de crcel y seguir vivo y poder hacer forma de conseguir informacin. Aqu los nicos que hacan obje- muchas cosas, y la segunda era que durante el tiempo que estuvie- cin eran los Testigos de Jehov. As que fuimos a hablar con ellosra en la crcel el tema de la objecin cogiera un poco de fuerza y se pero nos dijeron que ellos iban a la crcel pero que esperaban que reconociera el derecho a negarte a hacer la mili. Un aspecto perso- viniera el fin del mundo y que no haba que hacer nada. Era gentenal y un aspecto sociopoltico. Me fui a hacer el reconocimiento, fui muy heroica y valiente pero un poco estril. Haba que hacer una a un gabinete psiquitrico de Barcelona y me dijeron si quera que lucha diferente. declararan que estaba mal de la cabeza para no hacer la mil. Yo lesLa lucha antimilitarista ya empez un siglo antes: la lucha dije que no, que quera que declararan que estaba bien de la cabe- contra las quintas, la Semana Trgica de Barcelona... Haba unaza para negarme a hacerla. Les cost un poco pero al final lo enten- fuerte tradicin antimilitarista en el movimiento obrero y en el movi- dieron: Ya ests preparado para negarte y en principio no tienes miento anarquista, pero con el franquismo desapareci hasta queninguna tecla rara que te pueda fallar. empezaron los Testigos en 1957. Como he dicho, era muy difcil con-Lo siguiente era crear grupos de apoyo para que cuando entra- seguir informacin as que bamos al extranjero a trabajar con lara en la crcel, este tema no pasara desapercibido. Hay que tener en gente, sobre todo con los objetores franceses. Todas las vacacionescuenta que haba mucha gente que d