En Materia de Soberania

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EN MATERIA DE SOBERANIA Por: Melvin Mañón El gobierno dominicano puede escribir y poner en vigencia las leyes migratorias que entienda pertinentes conforme al derecho internacional así como a las normas de humanidad generalmente aceptadas como consignan las notas que los auditores externos escriben siempre al final de sus auditorías. Los dominicanos tenemos derecho a determinar a cuales haitianos documentamos para que puedan trabajar y vivir legalmente en nuestro país. Esa decisión soberana ni siquiera tiene que ser consensuada ni negociada con el gobierno haitiano. Es más, involucrar al gobierno haitiano en ese tema solamente complica las cosas porque si el gobierno dominicano es corrupto, mas o tan corrupto lo es el gobierno haitiano. Si Danilo Medina es un farsante y un impostor Martelly es un payaso descarado, sinvergüenza y socio del PLD que contribuyó copiosamente a su campaña electoral. Ellos podrían ser personajes de un “reality show” si no fuera por lo trágico que resulta el balance de la gestión de ambos. El tema haitiano en la República Dominicana tiene dos vertientes: una que concierne a la población haitiana, marginal, pobre y desamparada por los dos gobiernos y sus respectivas élites y otra que tiene que ver con las autoridades de cada país, ninguna de las cuales –como ya se ha dicho- está a la altura ni de las circunstancias ni de sus obligaciones. Entonces ¿Por que se ha armado tanto lio? El gobierno haitiano ha capitalizado a su favor la torpeza fraudulenta y canalla del Tribunal Constitucional dominicano al emitir la sentencia 168-13 y también ha sacado provecho de la campaña racista antihaitiana de la extrema derecha culpando y demonizando a gente cuyo único delito ha sido y es buscarse la vida trabajando donde encuentran la oportunidad. Si están aquí ilegalmente, como estoy seguro que es el caso de la inmensa mayoría, la culpa no es de ellos como personas sino de la desigualdad económica y de la corrupción de las autoridades dominicanas que durante muchos años y por dinero de peaje, contrabando y complicidades abandonaron la vigilancia y control de la frontera. Sin el abrumador control mediático del PLD, sin los sobornos oportunos y sin el miedo que inspira a muchos el gobierno, no era posible que en el extranjero la gente creyera en la sinceridad, en la veracidad ni en las buenas intenciones de las autoridades

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análisis de la problemática dominico haitiana

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EN MATERIA DE SOBERANIAPor: Melvin Man

El gobierno dominicano puede escribir y poner en vigencia las leyes migratorias que entienda pertinentes conforme al derecho internacional as como a las normas de humanidad generalmente aceptadas como consignan las notas que los auditores externos escriben siempre al final de sus auditoras. Los dominicanos tenemos derecho a determinar a cuales haitianos documentamos para que puedan trabajar y vivir legalmente en nuestro pas. Esa decisin soberana ni siquiera tiene que ser consensuada ni negociada con el gobierno haitiano. Es ms, involucrar al gobierno haitiano en ese tema solamente complica las cosas porque si el gobierno dominicano es corrupto, mas o tan corrupto lo es el gobierno haitiano. Si Danilo Medina es un farsante y un impostor Martelly es un payaso descarado, sinvergenza y socio del PLD que contribuy copiosamente a su campaa electoral. Ellos podran ser personajes de un reality show si no fuera por lo trgico que resulta el balance de la gestin de ambos. El tema haitiano en la Repblica Dominicana tiene dos vertientes: una que concierne a la poblacin haitiana, marginal, pobre y desamparada por los dos gobiernos y sus respectivas lites y otra que tiene que ver con las autoridades de cada pas, ninguna de las cuales como ya se ha dicho- est a la altura ni de las circunstancias ni de sus obligaciones.Entonces Por que se ha armado tanto lio?El gobierno haitiano ha capitalizado a su favor la torpeza fraudulenta y canalla del Tribunal Constitucional dominicano al emitir la sentencia 168-13 y tambin ha sacado provecho de la campaa racista antihaitiana de la extrema derecha culpando y demonizando a gente cuyo nico delito ha sido y es buscarse la vida trabajando donde encuentran la oportunidad. Si estn aqu ilegalmente, como estoy seguro que es el caso de la inmensa mayora, la culpa no es de ellos como personas sino de la desigualdad econmica y de la corrupcin de las autoridades dominicanas que durante muchos aos y por dinero de peaje, contrabando y complicidades abandonaron la vigilancia y control de la frontera. Sin el abrumador control meditico del PLD, sin los sobornos oportunos y sin el miedo que inspira a muchos el gobierno, no era posible que en el extranjero la gente creyera en la sinceridad, en la veracidad ni en las buenas intenciones de las autoridades dominicanas. Nunca fue difcil para el gobierno haitiano conseguir simpatas a expensas de la arrogancia y la estupidez del gobierno dominicano. Por lo dems, atribuirle al oportunismo, la corrupcin y la desvergenza de las partes la categora de planes estratgicos e intenciones maquiavlicas de dominacin haitiana es una estupidez a la que se refiri con claridad en su discurso de despedida Steven Fisher, embajador britnico en la Repblica Dominicana el 29 de abril de 2015 cuando seal:Al principio de este discurso mencion que no evadira todos los temas controversiales. Djenme honrar esa promesa tocando el tema de Hait. Para empezar, vamos a desenmascarar dos mitos.Mito nmero uno: Hay un complot internacional para forzar la unin de la isla La Hispaniola; esto es totalmente falso. Una anticuada versin de la Constitucin Haitiana contena dicha ambicin, la cual desapareci hace mucho tiempo. Nadie Estados Unidos, Francia, Canada, Reino Unido ha considerado, ni por un segundo, promover una poltica tan absurda.Mito nmero dos: La Comunidad Internacional espera que la Repblica Dominicana afronte toda la carga de rescatar a Haiti. Esto tambin es absurdo. La ayuda internacional, incluyendo la britnica, no cuenta con ninguna contribucin directa por parte de la Repblica Dominicana.El gobierno dominicano hizo trampa mltiple con la sentencia 168-13 mediante la cual, como se sabe, adems de la retroactividad, legal y jurdicamente inconcebible produjo una interpretacin absurda y perversa de las leyes y la Constitucin vigentes al momento de emitir dicha sentencia. Como haban hecho trampa, las autoridades dominicanas se apresuraron a tapar el engao empleando todos los recursos de control meditico que tienen a su disposicin. El engao prosper al interior del pas pero no en el extranjero donde fue denunciado. El haberse credo que el engao y las trampas que prosperan al interior de nuestro pas ser aceptado por la opinin pblica de otros pases es un error frecuente entre los polticos dominicanos.Prosper entre nosotros porque era fcil poner a todos los medios de comunicacin bajo su control a cabalgar sobre un antiguo prejuicio, ampararse en aos de discriminacin y adems servir en bandeja de plata una agenda de dominacin poltica del PLD; crear una cortina de humo para que el pas se aboque a discutir y a dividirse sobre el falso tema haitiano para ocultar el verdadero tema dominicano marcado por la inseguridad ciudadana, la desigualdad, la ilegalidad, el abuso fiscal, la corrupcin, la impunidad y lo menos mencionado pero igualmente terrible: el dispendio y la irracionalidad tanto en la inversin como en el gasto pblico. Porque debe reiterarse, los gobiernos del PLD no han sido solamente corruptos y perversos sino econmicamente estpidos y destructivos de la infraestructura productiva del pas. Termino reiterando una advertencia. As como los horrorosos crmenes de los ltimos das cometidos por colonos y religiosos fanticos judos contra nios, ancianos y mujeres en Palestina son producto del clima de odio creado, fomentado, alimentado y cultivado por la derecha poltica de Netanyahu y otros, as mismo, el linchamiento de varios haitianos, el ahorcamiento de otro en Santiago y varios casos mas son producto del clima de odio irracional sembrado por un grupo de estpidos, criminales e insensatos. Convertir a una poblacin tranquila, pobre, trabajadora y desamparada en vctima del odio los convertir en monstruos temibles y a futuro, cuando veamos un haitiano, tendremos que mirar en el una nueva amenaza creada por ese odio y capaz de hacerle dao incluso a quienes se opusieron. Ese dao enorme que estn infligiendo a la paz y la convivencia en suelo dominicano es adicional al dao inmenso e inconmensurable que le estn haciendo a los dos millones de dominicanos que viven desparramados por todo el mundo por aquello de que, lo que hagas, te harn y sobre ellos, caern pedazos de odio, discriminacin y prejuicio que afectarn y daarn sus vidas igual que muchos negocios, numerosos programas de cooperacin internacional y especial, pero no nicamente el turismo pueden sufrir severos daos de seguir con la cantaleta antihaitiana.