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ESCRIBEN: José Luis Martrnez Escribano Miguel Uceda lniesta Rosario Tapia Aragonés Angel Gregario Cano Vela Enrique Lara Flores

Fernando Olivares Escribano

PORTADA:

EDITA:

Fernando Olivares Escribano

Comisión de Festejos

E.A.T.l.M. Arenales

IMPRIME: Imprenta EVIGRAF

Hospital, 4 - Tell. (967) 180422 MOTA DEL CUERVO

Saludo del Alcalde·

Llegan de nuevo nuestras fiestas patronales en honor de San Gregario y la Inmaculada Concepción, cita entrañable para todos los arenaleros, y con el mismo deseo que en años anteriores, me acerco a vosotros, a través de estas páginas, para saludaros y desearos felices fiestas.

Ahora es el momento de reencontramos con viejos amigos o familiares que viven fuera de nuestra localidad, o, simplemente, disfrutar con todos nuestros vecinos de ese ambiente de sana cordialidad y camaradería que motivan las fiestas de Arenales.

Quiero desde este saludo hacer una mención especial a todas aquellas personas que hacen posible la celebración de estas fiestas, colaborando de una manera o de otra, o participando en ellas, con la seguridad de que serán un fiel reflejo de los hombres y mujeres que pueblan nuestra bella aldea.

Amigos, ¡pasadlo bien! José Luis Martfnez Escribano

ARENALES DE SAN GREGORIO FIESTA S'95

,

No creo que nadie se enfade si empiezo por pedir a San Gregorio que, este año, nos ·agüe" la fiesta, que nunca debe ser mal recibida el agua de mayo. Y menos, cuando todavía no se ha recibido ninguna otra y cada vez que se mira al cielo, se siente decepción y aburrimiento ante ese azul que no cesa y que parece que no volverá a cubrirse nunca.

Me he puesto a investigar sobre quién fue nuestro Patrón. Hay varios santos con el mismo nombre, (de origen griego y que significa "el que vigila y cuida") . Pero el San Gregorio cuya festividad se celebra el 9 de mayo, parece que fraguó, al menos en parte, su santidad, ayudando especialmente a la gente del campo en épocas difíciles.

Según los pocos datos que he podido reunir en tan poco tiempo, no está muy clara la fecha de su nacimiento, aunque si se sabe que murió en el año 1.048. San Gregorio fue cardenal y arzobispo de Ostia, localidad italiana muy próxima a Roma. A requerimiento del Papa, fue enviado a La Rioja y Navarra con la misión de ayudar a las gentes de estas provincias, ya que sus cosechas habían quedado arrasadas por una plaga de langostas y el hambre y la desesperación, se habían adueñado de aquellas tierras.

Dicen también, que las gentes estaban desanimadas, sin ganas ni fuerzas para continuar. Pero San Gregorio, sabía "predicar y dar trigo" al mismo tiempo y tanto con sus palabras y su apoyo, como con su trabajo y su ayuda a los más necesitados, logró alzar el ánimo de aquellos habitantes y la esperanza comenzó a impulsar de nuevo la vida.

Un filósofo de nuestro siglo dijo que hay que aprender a vivir sin miedo y sin esperanza. Pero yo creo, que vivir sin esperanza, es vivir con miedo, con preocupación o con resignación. Y de esta manera, la gente borra poco a poco la sonrisa y la alegría de sus caras y olvida mirar de frente y abiertamente a sus vecinos y a su mañana.

Por eso, en estas fiestas, me atrevo a pedirle a San Gregorio AGUA y ALEGRIA, ... y, aunque se nos pongan las cosas difíciles, que no nos quiten la esperanza de que todo puede mejorar. ¡Basta ya de agoreros empeñados en hacemos ver que todo está mal!

Aquí, como en todo tiempo y lugar, habrá de todo. Pero si alguien quiere quitarnos algo, prefiero que me quite el pan, antes que las ganas y la esperanza de conseguirlo de nuevo.

Lo dicho San Gregorio: En estas fiestas, mira a ver si hubiera algo de agua para Arenales y de no haberla, ... que no falte la alegría y el ánimo para seguir adelante ... Todo llegará y en los próximos San Gregorio, volveremos a disfrutar de nuestras fiestas al igual que pensamos hacer en este.

Miguel Uceda lniesta

ARENALES DE SAN GREGORIO FTESTAS '95

Pre~onera de las fiestas ' ·;~~~\~--~~~''B!

' Rosario Tapia Aragonés, granadina de nacimiento pero castella­

no-manchega de adopción desde 1975.

En su vida laboral ha sido propietaria de una librería, y después funcionaria de la Diputación en Ciudad Real , pero siempre dedicando parte de su tiempo al trabajo por la igualdad y las reivindicaciones de las mujeres. Participando activamente en Asociaciones Feministas cuando las circunstan­cias sociales eran más difíciles para ello.

Desde 1989 es la responsable de llevar a cabo los programas de Igualdad de Oportunidades del Gobierno Regional ; primero como Directora General de la Mujer y en 1990 fue nombrada Viceconsejera de la Mujer.

En la legislatura actual es también Diputada Regional en las Cortes de Castilla-La Mancha.

ARENALES DE SAN GREGORIO FIESTAS'95

Quiero una bici

Las preferencias de los niños han ido acomodándose al devenir de los

tiempos y a la mejora de la situación económica de sus padres. Basta con echar

un vistazo a las jugueterías o a la machacona publicidad de la televisión para

comprobar que los juguetes de antaño han quedado obsoletos. Pero curiosa­

mente el tener una bicicleta era un sueño casi imposible otrora y hoy un deseo

que todos o casi todos los padres concedemos a nuestros hijos desde la más

temprana edad. Lo que sí ha cambiado es el concepto, porque me resulta

inapropiado lo que algunos llaman "la filosofía de la bicicleta".

Me van a permitir unas breves pinceladas sobre la historia de la bici. Se

trata de un invento francés, aunque no se conoce la fecha exacta. Ya en 1691

el conde francés Méde de Sivrac lucía su celerífero, así llamado. En 1855 otro

francés, P. Micabaux , inventa una bici que constaba de una rueda grande y otra

pequeña. Y en 1867 Sargent idea la bicicleta con dos ruedas del mismo tamaño.

El americano Bradford introdujo la goma maciza, como precedente de los

neumáticos, inventados por el irlandés Dunlop en 1890. Pero volvamos a lo

nuestro.

Las bicicletas estaban asociadas en otro tiempo al paisaje de Arenales.

El ir en bici era entonces una sana costumbre que no distinguía sexo ni

condición . Desde el cura hasta el más humilde labrador, desde la más lozana

lugareña hasta la marujona entrada en años y en carnes, se desplazaban de

acá para allá haciendo gala de una destreza que hoy cuesta enseñar. Y puedo

dar fe de ello porque he dedicado bastantes horas en intentar que mi hija

mantenga el equilibrio en una bicicleta que ya la hubiese querido para mí. Los

chicos y chicas de antes aprendíamos a montar en bici de una manera casi

instintiva, porque se trataba de una costumbre heredada. Dudo que los críos

de ahora aprendiesen a montar en una bicicleta grande metiéndose bajo la

barra para poder alcanzar los pedales.

Pero volvamos a los años sesenta, que son los más lejanos que puedo

recordar. Por entonces la bicicleta era un medio de transporte muy eficaz en

ARENALES DE SAN GREGORJO FIESTAS'95

Arenales por tener un término municipal pequeño y Jlano. Para los agricultores era poco menos que imprescindible. Y la montaban hasta que el cuerpo aguantaba, armada de "aguaeras" y "azaón" en ristre. Junto a la bici de faena, sin faro y con freno "de zapatilla" o de abarca, solía haber en la casa una bici "de señora", sin barra y algo más cuidada. Era una delicia contemplar la suave ondulación de las faldas de las más osadas al son del cadencioso pedaleo. Porque para qué nos vamos a engañar: algunas lugareñas desafiaban a la estricta censura de entonces. A falta de otros destapes, era posible recrear la vista y hasta el gusto contemplando aquellas nalgas rollizas que los tiempos modernos han comprimido a fuerza de dieta y cyclostatic. ¡Qué mariconada!, con perdón. Una bici amarrada al suelo para castigar la grasa. Nuestros viejos sí que sabían sacar partido a sus bicicletas. Y qué me dicen de las indirectas de los mozos cuando se ofrecían para dar un paseo en su bici a alguna chica con aquel insinuante"¿ Te llevo en la barra?"

Pero los tiempos han cambiado y con ellos las formas y los usos de las bicicletas. Los éxitos de nuestros ciclistas han puesto de moda la bici "de carrera" . Y los domingueros exhiben sus bicicletas y sus flamantes indumen­tarias de competición. Los mozos de antaño se aventuraban en sus modestas bicis por aquellos caminos de Dios para ir a los alrededores a ojear a las mozas en tiempos de veda.

Mención aparte merece la bici de montaña o "mountain bike''. Conseguir una de estas bicicletas es el sueño de todo el que compra un boleto en una tómbola, si es que no la ha comprado ya en alguna oferta de hipermercado. ¡Habrase visto! Pero, por Dios, ¿para qué diantre queremos bicis de montaña en La Mancha? Recuperemos la bici con "aguaeras" de nuestros abuelos que se aviene mejor al paisaje de la estepa.

De todo lo dicho cabe sacar una conclusión : las bicis y las costumbres que llevan aparejadas han cambiado, pero muchos "bicicleteros" de hoy tienen el cerebro "de piñón fijo" .

No puedo terminar sin desear a todos los arenaleros y a cuantos visiten Arenales durante estos días unas felices fiestas 1995. Y que corra el vino, ya que el Córcoles pasó a peor vida.

Angel Gregario Cano Vela

ARENALES DE SAN GREGORJO FIESTAS '95

Curiosidades

•Mordiscos por teléfono. Algunas de las interferencias que se producen en las llamadas transatlánticas y del Pacífico se deben a los mordiscos que los tiburones propinan a los cables, según expertos de ITI.

• Lengua de trapo. Los niños aprenden por término medio 13 palabras diarias, es decir, unas 5.000 al año. Según los lingüistas, el vocabulario de un bachiller de 17 años consta de unos 80.000 vocablos.

• Ptnico en las butacas. En las representaciones teatrales, Nerón hacía ejecutar a los espectadores que consideraba que no habían aplaudido con suficiente entusiasmo.

•Los muy cafeteros. El rey Gustavo 111 de Suecia estaba convencido de que el café era un veneno. Y para demostrar su toxicidad condenó a un asesino a tomar café todos los días hasta que muriese y a otro delincuente le indultó con la condición de que bebiese té a diario. El experimento, que fue seguido por una comisión médica, resultó un fracaso : los primeros en morir fueron los médicos, después el rey, muchos años más tarde el condenado a beber té y por último el bebedor de café.

• Disléxicos históricos. El físico Albert Einstein y el político británico Winston Churchill fueron disléxicos, es decir, que tuvieron en su infancia dificultades para aprender a leer y escribir.

• Insecticida nocturno. Una colonia de murciélagos puede ingerir más de

150.000 kilos de insectos en una sola noche.

• Servicio doméstico muy mono. Los egipcios sabian entrenar a los mandriles para que sirvieran las mesas.

• Imprudencia animal. Cada año mueren atropellados 1 O millones de animales en las carreteras españolas.

• El mono precoz. Los chimpacés poseen el record de rapidez en el acto sexual entre mamíferos. Estos lo consuman en tan sólo tres segundos.

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• Lunas rotas. En Nueva York, la luna de Uf'! escaparate suele durar por

término medio una semana.

•Un verde abusivo. Un campo de golf de 18 hoyos consume diariamente

tantos litros de agua como una población de 9.000 habitantes.

• Sl es no. Los búlgaros dicen sí moviendo la cabeza de izquiera a derecha;

y no, moviéndola de arriba a abajo.

• Sanar a carcajadas. En algunos países, como Francia y Canadá, se ha

puesto de moda la risoterapia , un tratamiento que consiste en curar las en­

fermedades provocando la risa del paciente.

• Una boca mlllonarla. Los dentistas de todo el mundo emplean 50

toneladas de oro cada año en las reparaciones dentales.

•La pestaña Incansable. Una persona parpadea, por término medio, 25.000

veces al día.

• El lado bueno de la siesta. Para hacer bien la digestión, la mejor postura

es dormir sobre el lado izquierdo durante la siesta, según un estudio médico

publicado en la revista médica Prevention.

• El roce hace crecer. Un equipo de investigadores norteamericanos ha

descubierto en ratones que el roce con la madre estimula el crecimiento de

la prole. En humanos, se ha comprobado que el contacto del bebé con la

madre se traduce en un considerable aumento de peso y un acelerón en el

desarrollo del sistema nervioso.

• Toqueteo de los sesos. A mediados del siglo XIX se puso de moda en

Europa la Frenología, una pseudociencia que aseguraba predecir el poten­

cial y la capacidad intelectual de la persona palpando las protuberancias del

cerebro.

•¡Deja que corra el vino por los vasos!. Un estudio británico publicado en

la revista médica The Lancet afirma que el efecto protector del vino en las

enfermedades cardiovasculares se debe a que contiene ácido salicílico y

dos de sus derivados: el 2,3 hidroxibenzol y el 2,5 hidroxibenzol.

ARENALES DE SAN GREGORJO FIESTAS '95

Homenaje a las cinco últimas Reinas de Arenales

* 5tna6e[ Ortiz 5t[6erca

* :M. !! 'DoCores !l(uiz :Muñoz

* 'Bperanza Ortiz Cano

* % muáena :Muñoz SepúCveáa

* Paqui 'Bcri6ano o/e[a

¿Beldad o Mentira?· ' .

Di si me equivoco,

arenalero,

cuando considero

que de mentira hay poco.

Beldades son.

Surcan nuestro cielo

bellezas sin parangón:

como Boyero,

como Escorpión.

Son astros no errantes.

Deslumbra su radiación

tanto ahora como antes.

¡El tiempo pide perdón!.

Hollywood pequeño,

mas son estrellas de honor.

Arenales es el dueño

(para otros sería un sueño)

de su presencia y candor.

ARENALES DE SAN GREGORIO

E. Lara

Flf.ST AS ·95

Reina de las Fiestas

- Y, a continuación, la reina saliente impone la banda a la reina entrante ...

No me lo puedo creer, ¡soy yo esa reina entrante!; siento que me recorre un sudor frío al

contacto con la banda. Ayer noté la misma sensación al ponerme el cinturón cuando me dirigía a

Arenales en ese destartalado coche que hizo funcionar Gregorio, y todavía no sé cómo. Recuerdo los

días pasados, la llegada a la eslación de la ciudad. Quería comerme el mundo, probando suerte lejos

del ámbito rural. - Lo siento, sel\orita. Su equipaje no aparece por ningún sitio -me dijo el revisor-.

Estas palabras auguran un futuro incierto. Desprovista de todo, excepto de la ropa que

llevaba puesta, deambulo recorriendo calles y solares (insólitos entre tanto cemento armado

moldeado al antojo de caprichosas figuras monumentales, acongojantes, acopetadas). En uno de

ellos, la mayor parte son eriales, el aprovechamiento de la tierra es máximo; se suceden las hortalizas

en surcos temblorosamente trazados que mueren en una cuadrícula destinada a los frutales. Como

auxilio de la huerta se yergue, en su epicentro, un postinero espantapájaros. No hay mojones, ni falta

que hace: es obvia la linde porque el vergel de uno termina donde empiezan a acumularse escombros

de otros (viene a ser como la libertad rebajada a conceptos tangibles). El sudoroso hortelano de la

huerta temblorosa desconfía de mi presencia y hunde su azada con ahinco en señal altanera,

haciendo evidente que el dueño es él.

- Buenas tardes -le digo, para iniciar una conversación.

- Hola, buenas. - Qué bonito huerto tiene.

- iPs5sch!, no está mal.

- ¿Ueva mucho tiempo acondicionar esto?.

- Sí. No hay duda de que, una vez salvada la timidez inicial, si no es más explícito es porque no

quiere. Miro a mi alrededor sin decidirme adónde ir. El sol va sofocándose como cada atardecer y

apremia buscar cualquier albergue donde pasar la noche.

- ¿No tienes casa? ·replica el sudoroso hortelano de la huerta temblorosa, haciéndome salir

del ensimismamiento. - Sí, pero ... me he escapado -le replico, sin más explicaciones.

- iUhm, esta juventud tan moderna! ... ¿qué piensas hacer?

- Por lo pronto, intentar conseguir algún techo, ¿puede ayudarme?

- ¡No, no quiero líos con drogadictos!

Esas palabras me llegan al alma. Está claro que no va a hacer nada por mí y eso me crea un

sentimiento de desamparo. Me invade un silencioso ataque de lágrimas; mis ojos llorosos tornan del

ARENALES DE SAN GREGORJO FlESTAS'95

pálido al colorado. - ¡Toma, sécate! El sudoroso hortelano de la huerta temblorosa me ofrece su pai'luelo y ai'lade, bromeando: - Tienes los ojos más colorados que los tomates de mi huerta. - ¡Gracias!, ya se me ha pasado, he de irme. - ¡Espera, tengo una idea!. ¿Ves aquel coche azul junto a los frutales?. Yo lo utilizo de

gallinero; ahora no tengo gallinas y, si quieres, lo puedes usar para pasar la noche. Mejor eso que nada, ¿no?. Lógicamente deberás acondicionarlo un poco.

- Las plumas no me molestan. Es más, dormiré en un lecho de plumas -esgrimo una sonrisa. - No lo digo por las plumas precisamente. El caso es que me acomodo en mi pequeña residencia, la hago mía sin el menor derroche de

libido. Reconozco que la mansión es pequeña vista por donde se quiera, pero me parece muy confortable: sus asientos delanteros, abatibles; su salpicadero, elegante y sobrio; su guantera, amplia y de apertura fácil; sus ceniceros, a rebosar, aptos para contener gran número de colillas ... me preparo un cigarro con ellas. Tal es la zorrera que el sudoroso hortelano de la huerta temblorosa me increpa:

- ¿Ya te dije que no quería drogadictos! - ¡No es lo que usted cree! -vocifero altiva. La vida diaria acontece de forma monótona, sin altibajos, como vil vegetal . Pero me siento

feliz, libre, emancipada y ... hambrienta. Procuro no abusar de la hospitalidad y únicamente recurro al huerto cuando mi situación es precaria. Paseo mucho. Charlo con cualquiera, sobre todo con los dos guardias jurados del edificio de un Banco internacional, quienes me dan algún bocadillo. Cerca del huerto hay un matadero de cerdos; sus trabajadores muestran siempre innumerables manchas de sangre que resaltan del fondo supuestamente blanco de sus monos. Yo no entiendo mucho de eso, pero podrían ponerse vestimentas de tono más obscuro. Los dos guardias jurados del banco internacional me explican que es por razones de higiene.

- La sensación de limpieza es mayor cuanto más daro es el atuendo. -Eso sería si nunca se manchasen. Me da la impresión de que consiguen el efecto contrario. - ¡Qué importa! - ¡Eso ... qué importa!, los trabajadores de mono sangriento del matadero pueden llevar las

manchas que les dé la gana. Hay un taller mecánico en los alrededores. Los mecánicos de mono grasiento del taller

también me auxilian en ocasiones. Ellos me han proporcionado una batería para la iluminación nocturna de mi residencia.

Por la noche, me acomodo en la ventanilla derecha, con vistas al huerto, divino al caer el sol ; el viento se arremolina sobre él hasta cargarse del agradable olor de los rosales.

Gregario, uno de los mecánicos de mono grasiento del taller, me ha arreglado el coche. Subo en él y me abrocho el cinturón. Apenas si sé conducir.

- Y, seguidamente, le ofrece un bonito ramo ... E. Lara

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El Reloj de Kant

Se dice de lmmanuel Kant que era de costumbres tan regulares que los habitantes de Konigsberg aprovechaban su paso por determinados lugares para poner en hora sus relojes.

Una tarde, Kant tuvo la desagradable sorpresa de encontrarse con que el reloj de su casa se había parado. Era evidente que su criado, que tenía el día libre, se había olvidado de darle cuerda. El gran filósofo no se atrevió a ponerlo en hora porque su reloj de bolsillo estaba en reparación, y no tenía modo de saber la hora exacta. Poco después se fue caminando hasta la casa de su amigo Schmidt, un comerciante que vivía a un par de kilómetros de su casa. Al entrar en la casa de su amigo se fijó en la hora que marcaba un reloj de pared que estaba en el pórtico.

Tras pasar algunas horas en casa de Schmidt, Kant se fue y regresó a su casa por el mismo camino por el que había venido. Paseaba, como siempre, con el mismo paso constante y regular que no había cambiado en 20 años. No tenía la menor idea de cuánto había tardado en hacer el camino de regreso, pues Schmidt se había mudado recientemente y Kant no había cronometrado aún el trayecto. Sin embargo, apenas llegó a su casa, puso el reloj en hora.

¿Cómo pudo saber Kant qué hora era exactamente?

(Martín Gardner. "Nuevos pasatiempos matemáticos")

Intenta resolver el problema. Presenta tu solución a la Comisión de Fiestas antes de acabar San Gregorio. Se rifará un premio entre todos los acertantes.

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Las culturas orehistóricas !l1lllllllllllllllill.'lil!!l!l!llllllllllll!llll!llll!llllllill.'l!lllllllllllllllllllllli~m~::.~ ~11 .~:::~:~~:~:;:::::;:;::::~"\.™~~-==~~~:::::::::::::::::~::::::;:::-;.~=;.~:;:;.~~~=:::::::::::::::::

Según experiencias personales llevadas a cabo sobre los ríos Záncara y Córcoles, que bañan los términos de: Pedro Muñoz, Socuéllamos, Criptana y Arenales , sobre todo en la parte este de dicha comarca, las raíces de las culturas prehistóricas se encuentran unidas a la supervivencia del hombre.

La Prehistoria es una larguísima fase de la Humanidad que abarca desde hace 600.000 años hasta el año 6.000 a.d.C., aproximadamente. La evolución de la especie humana se desarrolló entre grandes cambios climáticos. La hominización de los primates comienza con la capacidad de fabricar útiles para organizar la supervivencia.

Por los restos encontrados, consta que en estos cursos acuíferos hay presencia del hombre primitivo en todas las etapas del Paleolítico.

En el Paleolítico Inferior, los primeros grupos de homínidos vivían en campamentos al. aire libre, ocupando las terrazas de los citados ríos (que a su vez, eran rutas de la fauna cuaternaria). Los utensilios humanos que he podido encontrar de esta época, son de piedra tallada toscamente y aparecen en forma de: hachas de mano, lascas, raederas, cantos trabajados, buriles y hendedores, que dan fe de que estas afluencias acuíferas eran recorridas por hordas poco numerosas en busca de caza y pesca. Eran, pues, nómadas. Su estancia en un lugar dependía del agotamiento de la caza o de los recursos del yacimiento sobre el que se encontraran. Cuando la noche les sorprendía, las copas de los árboles les servían de refugio de las temidas fieras y alimañas que poblaban la descomunal fauna prehistórica -osos, jaguares, hienas, lobos, cuones ... , formaban parte del peligro que les rodeaba-. Recolectaban frutos, especialmente de roble y encina, que -una vez desecados- se molían, y de cuya harina se hacía una especie de pan que se comía junto con la carne del cerdo salvaje. Los bebés eran largamente amamantados por sus madres quienes, para iniciarlos en la alimentación natural, masticaban ellas mismas los alimentos hasta triturarlos; una vez hecho esto, se los insuflaban boca a boca.

La presencia en el Paleolítico Medio está relacionada con el hombre de Neanderthal

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y abarca, aproximadamente, desde el año 100.000 hasta el 35.000-a.d.C. En este período se produce un avance en la evolución humana; el hombre descubre las posibilidades de protección que le brindan las cuevas y los abrigos naturales. Trabaja de modo más fino la

piedra; es lo que se ha dado en llamar la Revolución Industrial Musteriense: puntas de lanza, cuchillos, raederas para piel o madera, cepillos y buriles para perforar (esto es lo que he podido encontrar sobre estos parajes}.

También se encuentran restos de la cultura del Cro-magnon o Horno Sapiens-Sapiens, tipo antropomorfo, del que desciende el hombre actual. Aparece en el Paleolítico Superior; es la época de los grandes cazadores. El arco y la flecha les permiten mejores condiciones de vida. Elaboran la piedra y el hueso con tal complejidad que se pueden diferenciar por grupos técnicos. Utilizaron el fuego, con el que se defendían de las fieras y de las inclemencias

climáticas -similares, en estos parajes, a las que hoy se registran en Escandinavia-; también les sirvió para conservar las carnes (las preservaban de la descomposición, carbonizándolas}. Otras características son: desarrollo de la industria de fabricación de armas y vestidos, nacimiento de las primeras formas artísticas e inicio de actividades bélicas por competencias en la caza.

Esta es, en líneas generales, la descripción de unos antepasados comunes que, de forma inequívoca, hallaron estas tierras, dejándonos el rastro de sus restos (los que hoy, en forma de útiles tallados en piedra, podemos encontrar}.

UN DÍA EN LA VIDA DE ...

Aún no sabemos si los hombres que habitaron estas tierras en los tiempos prehistóricos

tenían unas determinadas costumbres sociales; tampoco sabemos lo que pensaban ni lo que sentían (probablemente, ésto se le escapará para siempre a la Ciencia}. Pero gracias a los hallazgos paleoarqueológicos, se han ido conociendo detalles que permiten esbozar, rellenando con fantasía, lo que fue un día cualquiera de aquel entonces.

Hace trescientos mil años, más o menos, un pequeño grupo de humanos salía a

caminar. No era un paseo, si no más bien una costumbre. Aunque también cazaban, aquellos

hombres eran merodeadores por excelencia y capaces de hincarle el diente a cualquier cosa.

ARENALES DE SAN GREGORJO FIESTAS'95

Sus alimentos eran toscos, crudos y sin ningún tipo de prep~ración: ni siquiera los lavaban. Eso sí, utilizaban mondadientes para eliminar los restos de comida (según demuestran los análisis hechos sobre las profundas estrías de sus molares). El estudio de las piezas dentales demuestra que, sobre todo los niños, tuvieron problemas de salud relacionados con la mala nutrición.

A veces, nuestros hombres ten ían suerte y encontraban en sus merodeos auténticos tesoros gastronómicos. Puede que algún despojo abandonado por un carnívoro saciado: un ciervo, un caballo salvaje, un gato montés, una paloma, una marmota o una codorniz. O el cadáver de una fiera derrotada por un rival más salvaje: un lince, un zorro, una pantera, un lobo o un temible cuón.

Es probable que el grupo llevara consigo una serie de herramientas para partir en trozos el banquete. No eran simples piedras afiladas; los tiempos en que unos cuantos golpes dados de cualquier manera convertían un simple canto en un utensilio, no estaban muy lejos. Estaban aprendiendo que tantos golpes dados por este lado y otros tantos por el otro, configuraban un objeto mucho más útil y especial izado. Empleaban piedras de cuarcita y arenisca que recogían en las riberas del río, y bloques de sílex que encontraban diseminados. Fabricaban instrumentos diferenciados para trabajar la madera, para elaborar útiles de caza y para el uso doméstico. Es probable que también los usaran para defenderse de las alimañas que encontraban a su paso.

Después de andar toda la jornada, nuestros hombres reposaban ; puede que antes degustaran otra suculenta comida, a la vez que sintieran la necesidad de resguardarse del frío de la noche. Seguramente, tuvieron que soportar temperaturas extremadamentes bajas, nieve y tormentas: todo lo contrario que algunos de sus antepasados, que gozaron de un clima cálido (aunque también con excesos). Y de haber sabido que sus descendientes, no tan lejanos, también disfrutarían de un ambiente veraniego, les hubiesen envidiado.

Pese a los peligros, lo cierto es que -a partir del estudio de sus restos fós iles- algunos de ellos pasaron los treinta y cinco años. Eran relativamente sanos, muy listos y estaban preparando el terreno a otros humanos, más parecidos a nosotros, que habitaron nuestra zona muchos años después.

Fernando Olivares

ARENALES DE SAN GREGORJO Fff.STAS '95

Paleollt/co medio Paleolftlco Inferior

Consultor/o médico

A M.<± José

vivaracha, extrovertida,

Dama de Honor con vida,

que desde la Gloria nos ve.

Hermano Vicentillo: lejanía.

Pero su herencia presente

ayuda a nuestra gente

a respirar cada día .

EVIGRAF Tett. (967) 180422

MOTA DEL CUERVO