ENSAYO FINAL -...

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TALLER DEREFLEXIÓN ARTÍSTICA III ENSAYO FINAL “La historia, la belleza y el cuerpo femenino” Alumna: Florencia Sterman Profesor: Manuel Carballo Ensayo acerca de las modificaciones en la percepción de la belleza subjetiva del ser humano a lo largo de la historia.

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TALLER DE REFLEXIÓN ARTÍSTICA III

ENSAYO FINAL “La historia, la belleza y el cuerpo femenino”

Alumna: Florencia Sterman

Profesor: Manuel Carballo

Ensayo acerca de las modificaciones en la percepción de la belleza subjetiva del ser humano a lo largo de la historia.

"La historia, la belleza y el cuerpo femenino"

Desde los comienzos de la prehistoria, el ser humano ha utilizado al arte

como una vía para expresar sus sentimientos, sus miedos, inquietudes,

creencias religiosas, etc., así como también, consciente o inconscientemente,

para documentar la realidad de aquél momento.

A partir del Neolítico, el ser humano comenzó a retratarse asimismo en las

paredes de las cuevas rupestres, cazando, en familia o realizando las

actividades de agricultura y ganadería. En aquellos tiempos, la forma humana

consistía en palitos y formas geométricas poco específicas más allá de una que

otra representación fálica para diferenciar los sexos de los personajes en

cuestión, aunque en las esculturas sí se encontraron pequeñas “venus”

abultadas que denotan los cuerpos promedio de la época.

A medida que fueron desarrollándose las civilizaciones humanas, cada cual

fue adoptando diferentes técnicas y características distintivas. En la civilización

egipcia, que hacía bastante hincapié en la estética en sí, los cuerpos femeninos

ya respondían a un estereotipo más esbelto, y en lo respectivo a la pintura, se

diferenciaban por la ley de cromatismo por sexo, donde las mujeres eran

blancas y los hombres de color cobrizo.

Estos constituyen algunos de los primeros “documentos” en la historia que

hoy nos remiten a cómo eran los cuerpos de las mujeres y cuáles eran los

ideales de belleza.

A medida que se van analizando obras y artistas de épocas más cercanas a

los tiempos contemporáneos, se hacen notorios otros cambios significativos en

las representaciones humanas, directamente ligados con los cambios socio-

económicos que acompañaron la evolución de las civilizaciones.

DESARROLLO

En el Renacimiento, período de mucha lucidez para la civilización europea,

las temáticas en las que más ahondarán los pintores renacentistas, girarán en

torno a las divinidades, el esoterismo y la mitología. Tal es el caso de la famosa

obra titulada “Nacimiento de Venus”, creada por Sandro Boticelli en el siglo XV,

donde los personajes pertenecen al reino de los cielos, y se constituyen por la

diosa Venus, las divinidades del viento: Céfiro y Cloris, y una de las tres Heras,

la Primavera. Una de las características que se verá repetida en las

representaciones que se remitan a las divinidades, será la desnudez. En este

caso, Boticelli cubre el cuerpo lampiño de Venus, apenas con su larga melena;

y los dioses del viento también se encuentran ligeros de prendas, exhibiendo

sus esbeltos cuerpos; mientras que la Primavera está más oculta entre sus

ropas y tapada. Otro ejemplo podría ser el cuadro “Las tres gracias” de Rafael,

donde estas tres mujeres están prácticamente desnudas sosteniendo unas

manzanas.

Lo más probable es que si se hiciese una encuesta para saber qué es lo que

más le llama la atención al humano del siglo XXI, su respuesta sea la diferencia

del ideal de belleza física femenina de la época. Esto es porque vivimos en un

mundo en el que el objetivo de las mujeres y adolescentes es parecerse a

arquetipos como Kate Moss, es decir, modelos cuyo índice de grasa en el

cuerpo se encuentra por debajo de lo normal, o al de mujeres que

quirúrgicamente han modificado sus formas. Entonces, al ver que Boticelli,

Rafael, Da Vinci u otros íconos renacentistas pudieran ver belleza en lo que

hoy nos parecería exceso de peso, imperfección y fealdad, nos desconcierta.

Los cambios físicos están estrictamente ligados con las condiciones socio-

económicas de una civilización. Hace millones de años, un cuerpo adiposo

significaba un buen almacenamiento de las grasas, un recurso alimenticio ante

tiempos de escasez, y fertilidad; en el siglo XV remitía a condición de riqueza,

al ocio, al poder, y en el siglo XXI es sinónimo de fealdad, dejadez,

enfermedades cardiovasculares, lo que se asume generalmente es que el

poder, el dinero y la belleza van de la mano.

Inclusive cuando no se pretende discriminar ni discernir entre formas, se lo

hace. Como es el caso del entrevistado para este ensayo, quien, si bien alega

que no hace distinciones físicas entre las modelos a las cuales fotografía,

investigando en sus trabajos, se podrá coincidir en que ninguna de esas

mujeres sería considerada gorda, rellena o no atractiva para el humano

promedio.

La sensualidad es otro de los conceptos que hoy por hoy tenemos ligados al

atractivo físico, nos choca y hace ruido pensar en modelos XXL (como les

dicen los editores de la revista Vogue a las mujeres de talla grande) en

actitudes sensuales, sexuales o provocativas. Para detallar gráficamente este

tema, se compararán obras de Rubens y de Lucas Vazquez.

En “Las tres gracias” versión de Rubens, podemos visualizar a tres mujeres

con adiposidades localizadas principalmente en las zonas de los muslos,

caderas, y costillas, sin dejar de lado tampoco a los brazos. Lo crudo del

detalle, los pliegues, los pozos, las arrugas, todos componentes de una estética

que Rubens consideraba bruta y sensual. Algo totalmente controversial para el

momento. A su manera, Vazquez también busca lo controversial, pero en un

entorno en que ya no hay límites, las costillas esqueléticas, los pechos

operados, la literalidad de lo sexual y lo lujurioso no extrañan. A su vez, las

técnicas también se distinguen; mientras que Rubens va a definir hasta el más

mínimo detalle del cuerpo, Vazquez va a tomar fotografías aplicando los

balances que a él le resulten más atractivos, y en el caso de tomar una foto y

aún luego no sentirse satisfecho con la misma, les retocará la resolución, la

saturación y los contrastes en programas de edición por computadora.

Igualmente, a su manera, los artistas de siglos anteriores, también van a hacer

modificaciones manuales de la realidad. Una característica que puede

llamarnos la atención, es la carencia de vello púbico y corporal en general.

Algunas personas sostienen la teoría de que era una manera de diferenciar a

las diosas que se retrataban de las mujeres corrientes; y a su vez, el retrato de

una diosa semi-desnuda sería parte de su naturaleza, mientras que una mujer

corriente en paños menores, sería asociada a algo vulgar.

En menor y mayor proporción, otro recurso que mantendrán los artistas a lo

largo de todos estos siglos con respecto a la mujer, será la fantasía de que el

misterio erotiza. Un ejemplo de esto es la "Gioconda" (imagen al final del

trabajo) de Leonardo Da Vinci, donde su autor busca transmitir la sensualidad a

través de un milimétrico escote, que sin embargo, consigue decodificar

claramente el mensaje. La "Gioconda" es sensual, insinua, pero no muestra,

invoca a la imaginación. En comparación, podemos ver la imagen de la modelo

retratada por Vazquez, donde ésta denota de forma bastante explícita la

sensualidad, la sexualidad, la lujuria. A pesar de la diferencia en las

expresiones faciales de las dos retratadas, la ligereza de las ropas de una en

comparación con la otra y los siglos que las separan, aun en el 2012, Vazquez

solicita a su modelo que se cubra los pechos (ver la fotografía titulada “Coni” al

final del trabajo), y ambos artistas coincidirán en el misterio y en lo oculto de las

formas femeninas.

Otro artista, esta vez del siglo XVI, que será reconocido por sus obras

controversiales y exhibicionistas será Tiziano; como por ejemplo en su cuadro “

Santa María Magdalena”, donde se ve cómo se asoman los pezones de la

retratada en cuestión por entre su melena. Este fanático de la voluptuosidad

femenina no tendría pudor en expresarse libremente, y sus retratos van a

contribuir a ejemplificar las diferencias en los esquemas de belleza de las

diferentes épocas. Mientras que las mujeres de Tiziano son regordetas, de

pechos normales o pequeños, de caderas anchas y de pubis lampiños como en

“El visitante de la Venus”; algunas de las que selecciona Vazquez, serán

angostas de cintura, abultadas de busto y en vez de mostrar la pelvis, es

posible que enfaticen más su parte trasera, como en las fotografías de su serie

“Girls at home”, esta característica femenina captará la atención masculina

desde los comienzos y continuará acrecentando el fanatismo por este sector a

pesar de los años

CONCLUSIÓN

En síntesis, tras todo lo analizado a lo largo del ensayo, se puede concluir en

que lo que se plantea a comienzos del mismo. Esta metamorfosis en los

conceptos de belleza asociados con el cuerpo femenino, definitivamente

demuestra cómo se fueron tergiversando los conceptos que se asociaban con

la salud y la estética, finalizando por priorizar a la segunda por sobre la

primera.

A su vez, otra sensación que surge tras la realización de este trabajo, es la

curiosidad, y se puede culminar con las siguientes incógnitas: ¿Qué nos depara

el futuro del arte? ¿Qué elementos controversiales aún no se han

implementado? ¿Se innovarán o se reciclarán conceptos?

AGRADECIMIENTOS

Se agradece la colaboración y buena predisposición del fotógrafo Lucas

Vazquez.

Bibliografía:

-Hauser, Arnold. (2002). Historia social de la literatura y el arte.

ANEXO

“Las tres gracias” – Rubens

“El nacimiento de Venus” - Botticelli

"Coni" por Lucas Vazquez1

1 Más imágenes disponibles en la web del autor: www.lucasvazquez.com

“La Gioconda” – Da Vinci

"El visitante de la Venus" de Tiziano

"Girls at home" de Lucas Vazquez