Entrevista a Damián Szifron

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Entrevista a Damián Szifr ón Por Diego Maté Un colectivo va por la calle justo detrás de una moto; la moto para de golpe porque el semáforo se pone en amarillo, y el colectivo tiene que frenar bruscamente. El de la moto es quizás la persona menos amenazante que existe: lleva un pulover negro, un casco, un tubo de plástico y una cruz de madera (se nota que es estudiante). El colectivero, gordo y bigotudo, en cambio, parece fuerte y decidido: ni bien frena empieza a insultar al de la moto, como si algo de ese tácito desbalanceo de carácteres lo habilitara inmediatamente a pasarle por arriba. El de la moto le pide disculpas y lo trata con respeto porque, suponemos, está perfectamente enterado acerca del peligro de una pelea con el colectivero. Pero cuando el de la moto ve que la palabra es inútil y que las puteadas continúan, se baja y reta al conductor a que haga lo mismo. Curiosamente, el desafío no tiene respuesta; tras unos cuantos insultos más, el colectivero dobla y sigue su camino, abandonando la improvisada arena de combate como lo haría un cobarde. La escena es de El fondo del mar, la opera prima de Damián Szifrón de 2003, pero bien podría pertenecer a su tercera película, Relatos salvajes, realizada diez años después. De hecho, ese breve momento de tensión en el que el protagonista explota, olvida su lugar, sus miedos y se atreve a enfrentar físicamente al otro se parece bastante al episodio del auto y la camioneta en la ruta de Relatos salvajes. La última película de Szifrón habla mayormente de eso, de situaciones límites que fuerzan a los personajes a actuar de maneras imprevistas, a comportarse como jamás lo harían en otro contexto. Y era también el gran tema (junto con la amistad) de Tiempo de valientes, solo que allí ese forzamiento ocurría en dos niveles distintos: por un lado, el psicólogo Silberstein recibía

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Entrevista a Damián Szifron realizada para la revista Haciendo Cine, a propósito del estreno de Relatos salvajes, nominada a Película Extranjera en los premios Oscar.

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Entrevista a Damin Szifrn

Por Diego Mat

Un colectivo va por la calle justo detrs de una moto; la moto para de golpe porque el semforo se pone en amarillo, y el colectivo tiene que frenar bruscamente. El de la moto es quizs la persona menos amenazante que existe: lleva un pulover negro, un casco, un tubo de plstico y una cruz de madera (se nota que es estudiante). El colectivero, gordo y bigotudo, en cambio, parece fuerte y decidido: ni bien frena empieza a insultar al de la moto, como si algo de ese tcito desbalanceo de carcteres lo habilitara inmediatamente a pasarle por arriba. El de la moto le pide disculpas y lo trata con respeto porque, suponemos, est perfectamente enterado acerca del peligro de una pelea con el colectivero. Pero cuando el de la moto ve que la palabra es intil y que las puteadas continan, se baja y reta al conductor a que haga lo mismo. Curiosamente, el desafo no tiene respuesta; tras unos cuantos insultos ms, el colectivero dobla y sigue su camino, abandonando la improvisada arena de combate como lo hara un cobarde. La escena es de El fondo del mar, la opera prima de Damin Szifrn de 2003, pero bien podra pertenecer a su tercera pelcula, Relatos salvajes, realizada diez aos despus. De hecho, ese breve momento de tensin en el que el protagonista explota, olvida su lugar, sus miedos y se atreve a enfrentar fsicamente al otro se parece bastante al episodio del auto y la camioneta en la ruta de Relatos salvajes. La ltima pelcula de Szifrn habla mayormente de eso, de situaciones lmites que fuerzan a los personajes a actuar de maneras imprevistas, a comportarse como jams lo haran en otro contexto. Y era tambin el gran tema (junto con la amistad) de Tiempo de valientes, solo que all ese forzamiento ocurra en dos niveles distintos: por un lado, el psiclogo Silberstein reciba la arriesgadsima misin de acompaar en su trabajo a un polica desequilibrado por un engao amoroso, y no le quedaba otra que cumplir con el encargo; por otro, el personaje pareca arrancado de su zona de confort de gnero (la comedia, seguramente) y lanzado a la geografa spera del policial. Pero, en cierta medida, de todo esto trata siempre una buena parte del cine popular: de personajes comunes, cotidianos, que se nos parecen y que se ven inmersos en grandes conflictos para los que no estn preparados fsica ni psquicamente. Cuando le preguntamos a Szifrn por el matiz popular de su cine, el director explica que no le gusta el trmino porque se lo suele usar despectivamente, como si se menospreciara al pblico. Pero lo popular no necesariamente tiene que designar una clase de espectador, tambin puede informar sobre un conjunto de tcnicas narrativas y estticas. En este sentido, la escena de El fondo del mar tambin es esclarecedora, porque all ya estaba contenido el pulso cinematogrfico de toda la filmografa posterior del director: la msica que marca con nitidez el clima de la escena; el plano del protagonista bajando de la moto y apoyando los pies en el piso como si fuera un cowboy que desensilla en un western; la claridad con la que se traza el enfrentamiento sin que haya espacio para la ambigedad; el protagonista que se arma con la cruz de madera como si desenvainara una espada; la gente que se asoma a mirar expectante desde la vereda (de nuevo, el western). Esa escena, juguetona pero elegante, que apuesta por el humor sin desdear la gravedad del duelo, seala la pertenencia de la pelcula (y despus, quizs, de todos los trabajos del director) a una gramtica y una manera de contar que, a falta de una etiqueta precisa, podemos calificar de muchas formas: cine clsico, narrativo, popular, de gnero. Formas que en 2003, en pleno auge del Nuevo Cine Argentino, eran difciles de imaginar, o parecan agotadas, u olvidadas, o nadie saba ya cmo recrearlas. Sin embargo, el director vena trabajando en la misma lnea un ao antes para la televisin con Los simuladores. Ah ya era fcil percibir que la incipiente produccin de Szifrn tena una personalidad muy reconocible: su estilo consiste en recuperar un dispositivo narrativo y visual que requiere habilidad y destreza, que pide haber visto mucho cine, y que en el pas post-NCA solo parecen haber tratado de cultivar, cada uno a su modo, Campanella, Bielinsky y Szifrn. Los dos ltimos eran las grandes promesas de un cine en ese momento minoritario que, paradjicamente, interpelaba a muchsima gente. Bielinsky muri inesperadamente en 2006, el mismo ao en que Szifrn vuelve a la televisin con Hermanos y detectives, un producto capaz de aunar xito y calidad como pocas veces pudo verse en la tv local. Para que se entienda: la serie poda citar a El acorazado Potemkin en una escalera mecnica de Aeroparque durante el clmax de una escena culminante, y que esa cita no atente contra el vrtigo y el suspenso del conjunto. Pero terminada la serie, el rastro de Szifrn se perdi como el de un cowboy que, cumplida su misin, cabalga misterioso hacia el horizonte envuelto en una nube de polvo. No supimos nada de l hasta ahora. En los prrafos que siguen le preguntamos cmo fue volver y qu hizo todo este tiempo.

Cmo fue la experiencia en Cannes?Muy trascendente. Transformadora. Sent una expansin del horizonte, ya desde el momento que nos dijeron que bamos a Cannes. No s cmo explicarlo porque no soy un fantico de los festivales ni pienso demasiado en eso, pero este festival, en esa seccin y exhibida de esa manera rpidamente le dio una internacionalidad a la pelcula que fue apabullante. Y adems las pelculas que hice antes no viajaron tanto, como es el caso de Lisandro (Alonso) que todas sus pelculas estuvieron en Cannes, para l esa idea de la internacionalidad le es natural.

No habas pensado en Cannes, pero cuando la viste exhibida en la competencia, te pareci un espacio natural para la pelcula, creste que poda dialogar con las dems?La vi bien ah. Primero, no sabs cmo se ven las pelculas: con una definicin, una calidad, un sonido y un tamao esplendidos; cines que van desapareciendo. Hace poco fui a uno en Rosario que me impact, creo que era la sala 7 del Showcase; me pareci espectacular, una de las mejores salas de la Argentina. Salas como las de antes. Pero la vi bien y disfrut mucho de las reacciones entre la pelcula y la gente; creo que, dentro del contexto de Cannes, la pelcula se comunic a nivel masivo con la audiencia. Adems la pasamos brbaro, el hecho de ir en grupo... y probablemente tambin est en otro momento de la vida donde sufro menos la exposicin y la eventual repercusin negativa; medio que todo eso me va dejando de importar. Te dira que estoy tan satisfecho que hasta me parece bien que haya crticas negativas, incluso que me gusta: ya est, est perfecto. Hay un momento de la vida donde ya no quers caerle bien ni gustarle a todo el mundo, quers hacer lo que ms te representa, lo que mejor te expresa, con la mayor libertad posible. Quizs cuando era ms chico cualquier crtica negativa me resultaba hiriente o angustiante, y hoy no, para nada, tengo la sensacin de que est todo brbaro: que cada uno diga lo que quiera.

Ms all de la vocacin popular de Relatos salvajes, que est, que se siente, penss que es una pelcula que puede agradar menos que otros trabajos tuyos, quizs por la temtica, por cierto tono, por el hecho de que se habla de cosas como la violencia, la crispacin o el estado del pas? Cres que esta puede ser una pelcula menos amplia, que busca un choque?No, francamente no. Primero, yo siento distinto el concepto de una audiencia grande de lo popular. Porque popular es algo que incluye cierto rasgo despectivo del que usa el trmino, que no considera que los que componen ese colectivo son gente inteligente e interesante, y yo s pienso que lo son; individuos que viven en un sistema que distorsiona su naturaleza y limita bastante el rango de opciones. La potencialidad de todo el mundo es muy alta. Cuando escribo pienso en pares a los que no conozco. Hay otras pelculas que estn pensadas para el sector popular que subestiman a la gente a la que se dirigen: a la masa le va a gustar tal cosa. Despus, la repercusin que pueda tener Relatos salvajes me excede. Yo supongo que cuando se la mira con ingenuidad, la pelcula tiene un carcter mucho ms liberador y catrtico que opresivo, si bien hay violencia o situaciones que pueden incomodar moralmente. Al revs, pienso que la experiencia total de la pelcula derriba ciertas estructuras y solemnidades. Por ese lado me parece que puede conectar con una audiencia grande.

Hay una operacin muy clara en todas las historias, pero que se nota ms en la de Sbaraglia, que tiene que ver con cmo vos implics al espectador en el relato, cmo lo llevs a identificarse fuertemente con un personaje, desde el guin pero tambin desde la puesta en escena (como en los planos subjetivos del tipo adentro del auto), y lo iguals con alguien con el que es muy difcil acordar. Eso incomoda. Imagino que fue algo que trabajaste mucho.S, pero no suelo escribir a travs de dispositivos narrativos o mediante formas concretas, no soy ese tipo de autor. Yo vivo las situaciones, las transito, las experimento de la mano de los personajes que invent, y voy viendo cmo se desenvuelve el contexto, qu estmulos vienen del entorno y cmo reaccionan ante esos estmulos, y ah se empieza a tejer la cosa. Pero no recurro al artificio o una frmula, las propias situaciones me dictan cmo las tengo que dirigir. Es una potencialidad del cine que te identifiques con gente que no sos, pods estar viendo la realidad a travs de los ojos de un personaje al cual vos censuraras o al cual no te querras parecer. El caso paradigmtico es cuando Norman Bates est tratando de hundir el auto con un cadver y vos quers que el auto se hunda, empieza a amanecer y vos sufrs. Aunque vos no sos un asesino y no quers ocultar un cadver entends lo que le pasa al personaje. As que es cierto que la pelcula recurre a ese tipo de situaciones, pero no porque fuera algo que haya pensado de antemano sino porque las historias me fueron llevando por ah. Trat de no interferir en aquello que la imaginacin me iba gatillando.

Planifics ms lo que es puesta en escena?S, planifico, cada vez ms. Obviamente, por haber hecho tanta televisin tengo una serie de recursos que me permiten llegar a una escena y decidir cmo la filmo en el momento, s resolver. Pero eso era una virtud en la televisin, por el tiempo y por la cantidad de cosas que tens que hacer; en el cine trato de no utilizar esa habilidad. Sobre todo en esta pelcula, mucho ms que en las anteriores, trabaj una puesta en escena bien premeditada, fui varias veces a las locaciones, pas horas ah imaginando cmo se mueven los personajes, qu es lo importante de cada momento, tratar de ser sinttico... la brevedad era una de las potencias del proyecto. Salvo por un solo cuento, todos son casi una escena larga.

Cmo concebiste las historias y cmo las uniste?Yo estren Hermanos y detectives en 2006, a partir de ah me puse a desarrollar una historia de ciencia ficcin. Pens que iba a ser una pelcula, despus creci exponencialmente, se convirti en dos pelculas, tres, cuatro, una serie... hoy ya no s, es como una gran historia de ciencia ficcin. Fue un momento de muchsima creatividad, algn da quiero hacer una pelcula sobre el perodo que va del 2006 al 2013, creo que en esos aos ocurri algo que todava no llego a entender bien, en trminos de evolucin personal, de expansin del subconsciente, de mucho descubrimiento y mucha pasin, y de mucha produccin tambin. Gener muchas historias que no film. Fue una poca de bastante aislamiento y reclusin. Te dira que fueron aos de formacin, como cuando en una pelcula un personaje se aleja y despus vuelve. Haba hecho muchas cosas pero todas muy seguidas, no comprenda qu de la forma en la que trabajaba me era propio y de qu quera deshacerme. Haba mucha presin con los tiempos, era siempre estar escribiendo un episodio mientras diriga otro mientras compaginaba el que haba dirigido la semana pasada, y el aire; un montn de cosas con las que no quera convivir ms y con las que ya no necesitaba convivir ms. La gente me deca: pero bueno, es as. Y por qu es as? Bueno: pum!, no es ms as. Y me puse a escribir solamente sin fecha de culminacin, pero nunca cre que iban a ser siete aos de exilio. Fue sucediendo. Apareci esta historia de ciencia ficcin y el lado B de esa historia tambin; me interesaba ms la temtica que la pelcula en s, todo lo que lea para formarme y para desarrollar escenas me atrapaba y me subyugaba, y de pronto me iba a escribir sobre otras cosas, ms a modo de ensayo filosfico que de ficcin narrativa. Y lo disfrutaba una barbaridad, lo haca bajo las reglas del placer. Eso me generaba pensamientos a los que les daba cada vez ms lugar, entonces me iba a la montaa, a la playa en invierno, me pasaba noches enteras ah tirado en una manta mirando las estrellas; hice muchas cosas as, y calculo que en algn punto no quera que eso terminara. Eso produjo mucha creacin de historias mientras desarrollaba la pelcula de ciencia ficcin. Tanto que en algn momento pens en hacer algo con eso, y arm una especie de productora de contenidos: le puse Big Bang porque era eso lo que me suceda internamente, no paraban de aparecer ideas que podan ser convertidas en una pelcula, una serie o, incluso, una obra de teatro. Entonces convoqu a algunos colaboradores para que me ayuden a procesar el material y para tener a alguien a quien contarle todo lo que se me ocurra y que me ayudara a determinar qu historias valan realmente al pena y cules no. Empec a desarrollar varios largometrajes al mismo tiempo, en algn punto me pareca ms sencillo escribirlos porque ocupaban demasiado espacio mental. Cuando estaba con cuatro cosas a la vez, trat de comprimir las nuevas ideas que iban apareciendo para que no se convirtieran en un nuevo largometraje, y eso fueron esos episodios que ves ac: conflictos que yo comprim a su mnima expresin, casi una escena, y adems descubr el poder y la belleza de la brevedad.

Alguna vez pensaste que este formato de historias desconectadas narrativamente fuera difcil de estrenar?A m siempre me gust, siempre tuve confianza en que era una buena idea de pelcula. Como espectador me tienta. Me tienta menos cuando se cruzan entre todas, tanto esfuerzo puesto en eso, no (obviamente no es el caso de Pulp Fiction, que est perfectamente escrita y es bellsima y muy potente en ese sentido). A m me atrae mucho ms que sean historias que no tienen nada que ver. No s, New York Stories: ese afiche y esa idea de pelcula me encanta, es una idea comercial que me interesa. Cuentos asombrosos tambin. Es verdad que la industria le tiene un poco de miedo a lo episdico, pero me parece que es porque hay muchos ejemplos de antologas que son verdaderamente desparejas, donde cada director pens en lo suyo; ah quedaron la pelcula del 11 de septiembre o Paris Je taime.

Cmo fue trabajar con El deseo?Muy positivo. El nombre de esa compaa a m ya me gusta; es gente que hace las cosas por ganas. Pedro Almodvar es un director muy exitoso, y cuando decide hacer algo de otro director es porque le gusta. Y lo mismo te dira de Agustn Almodvar y Esther Garca, que son la cabeza de esa compaa. Fueron muy generosos, muy entusiastas, valoran mucho a los directores. Es difcil producir, sobre todo a otro director. Ellos fueron fantsticos.

Tens proyectos?Tengo un montn. Varios escritos, varios que estoy empezando a escribir, y a raz de Cannes tuve una enorme cantidad de propuestas que todava no llego a procesar, pero todava no dije que s ni que no a nada.

Recuadro. Mis placeres de cinfiloLe recordamos a Szifrn que cuando le habamos pedido en el nmero XXX sus diez pelculas preferidas, para acompaar la entrevista por Tiempo de valientes, mand una lista con diez grupos de pelculas que terminaron ocupando toda una pgina! Cambi en algo su gusto de cinfilo durante estos aos? Ahora me apareci un deseo raro que es el de ver pelculas medio de los 60 dobladas al espaol. No s por qu es, para ya lo hice varias veces. Voy a poner el DVD y cuando tengo que elegir el idioma elijo espaol. Creo que para recrear el clima de chico, cuando era un descubrimiento poder ver esas pelculas, que ya en los 80 eran viejas. Tambin me gusta la accin de no leer; uno piensa que est re acostumbrado a leer subttulos y que no se pierde nada, pero es impresionante la cantidad de informacin emocional, dramtica y esttica que perds cuando les un subttulo. Pero es menor esto, puede ser que me dure poco. Ante la pregunta de si va seguido a ver pelculas en sala, Szifrn cuenta que desde que es padre prefiere quedarse en casa con su familia, pero que de vez en cuando sigue yendo al cine: Deseo mucho que los cines se transformen en espacios para ver pelculas en buenas condiciones y no para ver pelculas nuevas. Y si eso no sucede creo que quiero inventar una cadena que se dedique a reestrenar pelculas buenas en excelentes condiciones. A El padrino fui, a Volver al futuro fui. No digo las copias de la Cinemateca, que estn todas rayadas. Ese gusto tarantinesco por las rayas, los saltos y los cortes no lo tengo. Nuevos DCP de grandes pelculas.