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“Si fuera ministro de Economía lo que haría

sería renunciar”

Escritor y profesor.texto y fotografia: María Pineda Lázaro

Leopoldo Abadia

Simpático, divertido, entrañable, cercano y optimista, Leopoldo Abadía ha-bla por segunda vez con Gran Empresa, “tengo una cita anual con los lecto-res de la revista”, afirma. Convertido ya en un fenómeno de masas, gracias a teorías económicas como “ la Crisis Ninja ”- afronta el futuro incierto de la crisis con más de 160.000 ejemplares vendidos, más de tres millones de visitas en su blog y con casi un millón y medio de entradas en Google. Su visión de la actual situación económica le ha llevado a principios de año a publicar ‘La hora de los sensatos’, su segundo libro, donde anima a los españoles a tomar decisiones adecuadas basadas en el más estricto sentido común. ¿Cuáles son entonces las cualidades del hombre sensato? Abadía nos responde a esta pregunta, a la vez que realiza un certero análisis de la situación por la que actualmente atraviesa España. Un análisis que no debería perderse ningún sensato…

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MÁS PERSONAL

Hábleme de sus retos personales y profesionales para este año.

Conseguir acabar el año… ¡ileso! (Risas). Entre otras cosas, hincarle de verdad el diente al nuevo libro.

¿Se siente satisfecho con lo que ha conseguido hasta el momento?

Por supuesto… pero más en lo per-sonal que en lo profesional.

¿Qué es lo que más valora de su vida?

Mi familia, sin duda alguna.

Usted es una persona reconocida a nivel internacional. ¿Qué es lo más importante que deben tener presen-te los “sensatos” en estos momen-tos? ¿Qué aconsejaría a los para-dos, a los empresarios que lo están pasando mal, a los padres de fami-lia que no llegan a fin de mes…?

A los sensatos, que remuevan con-ciencias y muevan actitudes.

A los parados, que busquen ince-santemente y que cuenten a todo el mundo que buscan trabajo: nunca sa-ben de dónde puede salir algo. O, si se ven capaces, que imaginen y que inventen y monten un negocio.

A los empresarios les diría que es su momento, que sean austeros, que trabajen incansablemente y que asu-man que van a dormir poco, con lo que deben imaginar y crear.

A las familias, lo mismo que a to-dos: que sepan que es su momento y que hagan lo que esté en su mano. Y a todos, en general, que repasen su manual de instrucciones personal y sean mejores personas.

¿Se puede ser optimista estando en el paro o siendo empresario sin fi-nanciación?

Se debe ser optimista siempre, pero hay que definir lo que es el optimismo. El optimismo no es decir que aquí no ha pasado nada. Eso es una estupi-dez. El optimista es aquel que sabien-do lo que ha pasado lucha con todas

sus fuerzas por salir adelante de esa situación. Estoy viendo mucha gente optimista en este sentido. El clásico se-ñor que trabaja más horas que nunca, que le da vuel-tas a la cabeza como nunca. El clásico parado que se pasa el día en la calle buscando em-pleo, yendo a los bares, hablando con sus amigos... Para mí eso es un ejemplo de gente optimista.

LA HORA DE LOS SENSATOS

¿Podría explicarnos que le motivo para escribir ‘La hora de los sen-satos’?

A lo largo del último año he dado más de 300 conferencias y siempre terminaban con un coloquio. Pues bien, la gran mayoría de las preguntas que me planteaban venían de gente normal con sentido común; eran pre-guntas sensatas. Me preguntaban por el paro, por sus pensiones, por si el Gobierno nos sacaría de la crisis...

Es la hora del sentido común…Sí, y de la revolución civil, que es

eso mismo. Es la hora de que ma-duremos, de que asumamos que ya somos mayores. Por ejemplo, si cojo una tarjeta de crédito la tengo que coger responsablemente. Y gastar con

ella, pero responsablemente. ¿Qué hay que consumir? Pues sí, pero lo que se tenga que consumir. Es decir, ahora sólo debemos comprar lo que realmente podemos comprar. Si esa es la actitud, ningún banco nos ven-derá productos imposibles de pagar y ningún político nos venderá promesas que son mentira.

¿Cómo detectar a una persona sensata?

Por su sentido común (compra lo que entiende), por su optimismo, su austeridad, su prudencia… Además, la persona que es sensata no se dis-trae. Desgraciadamente, no nos diri-

gen personas sensatas.

Usted lamenta en su libro ‘La hora de los sensatos’ la cantidad de car-

gos y gastos superfluos que existen.

Efectivamente, sin ellos nos ahorra-ríamos miles de millones de euros.

Y como solución propone que use-mos el Safety Car…

Porque ante esta situación el pro-blema no es que se vaya o no Zapa-tero; porque si se va Zapatero, ¿quién va a venir? Porque aún es peor lo mal que lo está haciendo la oposición. Y entonces se me ocurrió que debería-mos hacer lo mismo que lo que su-cede en una carrera de Fórmula Uno -cuando hay problemas sale el Safety Car y dice “vayan ustedes despacito”, retirándose cuando está ya todo arre-glado.

¿Las condiciones? Cuanta menos gente vaya en ese coche, mejor. Basta con cuatro: el que se encargue del di-nero, el que se encargue de la paz, el que se encarga de las relaciones con la gente y el encargado de la buena educación. Y a este planteamiento se le añade el presupuesto cero. Cuando haces el presupuesto de una casa, por ejemplo, cuentas cuánto te gastaste el año anterior y calculas lo que gasta-rás el siguiente. ¿Qué me gasté 100? Pues, este año, 110. Pero en esta si-tuación tenemos que partir de cero y ver de verdad qué necesitamos. Y así poder ver cuánto dinero hace falta realmente para gobernar España. Por-que lo demás nos lo hemos inventado.

EL EMPRESARIO

¿Qué grado de “sensatez” se le pide a los empresarios en estos momen-tos? ¿Qué medidas se deben adop-tar para ayudar a las empresas?

La responsabilidad de las empresas recae en hacer muy bien el trabajo y velar por la prosperidad del negocio y de los empleados para que todos salgan beneficiados. La empresa es la única que puede generar empleo. Por tanto, si las empresas dependen del crédito se debería obligar a los

“En España nos hemos decidido a no tener hijos; y, por otro, los viejos no se mueren ni a tiros”

“Todos deberíamos repasar nuestro manual de instrucciones personal y ser mejores personas”

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bancos y cajas a dar créditos a em-presas antes que a ellos mismos, por ejemplo.

¿Cuál es su diagnóstico de la situa-ción política?

En España, es un drama que el Gobierno no sepa por donde va, pero otro drama mucho peor es que la oposición tampoco lo sepa. Mira, si un Gobierno funciona mal esta-mos en un sistema democrático, se vota al otro y ya está. Pero, en estos momentos, ¿para qué votar al otro? El día que haya elecciones me miraré al espejo y me diré: Leopoldo, ¿qué vas a hacer? ¿Abstenerme? Con todo, creo que la abstención nunca debería darse; sí voto en blanco, aunque yo no sepa votar en blanco.

¿Qué opina de los bancos y cajas que después de haber recibido di-nero del Estado no financian a los empresarios?

Es que todavía tienen mucha, mu-cha porquería. Están en pérdidas, están haciendo unas provisiones bru-tales, tienen una cantidad de pisos y suelos propios mayores que las inmo-biliarias... y, otra cosa, el día que sa-quen a la venta todo eso, o el día que pongan todos esos inmuebles al valor real, saldrán unas pérdidas terribles.

MEDIDAS ANTICRISIS

¿Qué opina de las nuevas medidas de Zapatero para afrontar la cri-sis? (subida del IVA, reducción del sueldo de los funcionarios, conge-lación de las pensiones, etc).

Todo lo que implique reducir el gasto es bueno. En este caso, es poca cantidad -son 15.000 aunque en su momento anunció 55.000, con lo que quedan recortes por valor de 40.000-y no ha quitado lo esencial.

¿Qué le parece que se amplíe la edad de jubilación?

No me gusta, aunque a mí ya no me toca porque tengo 76 años, lo que pasa es que esto quiere decir que an-damos mal de dinero. En España, nos ha pasado dos cosas. Por un lado,

hemos decidido no tener hijos; y por otro, los viejos no se mueren ni a ti-ros. Vamos mal. Por tanto, la situación de base es muy mala. Si retrasan dos años la jubilación son dos años que no cobras y que cotizas. ¿Qué quiere el Gobierno? Que entre dinero y no salga, es así de simple. ¿Me gusta? No, ¿Lo harán? Sí porque no tienen dinero. Es como cuando me pregun-tan si subirán los impuestos. Claro que subirán, les digo. Si es la cuenta de la vieja: si ingresas 100 y gastas 700...

Si usted fuera ministro de Econo-mía, ¿Qué medidas tomaría para salir de la crisis?

No lo sé. Quizá dejaría de dar mu-chas de las subvenciones, cuantificaría el ingreso y el gasto, reduciría costes

absurdos e inútiles, replantearía el mo-delo económico, potenciaría el turis-mo como el motor de constancia del

país y dejaría todo en manos de gen-te experta que tengan el modelo en la cabeza… Aunque lo que realmente haría sería renunciar.

¿Qué cosas buenas podremos sacar de la crisis?

Creo que nos hará volver a la reali-dad, a vivir los valores de la austeridad y el sentido común; y, posiblemente, a actuar con decencia y a gastar sólo lo que se tiene.

EL FUTURO DE BALEARES

Baleares ha dado muestra de per-der competitividad en los últimos años. Han aparecido destinos fue-ra de la conocida Zona Euro que ofrecen su producto turístico a un menor precio. ¿Qué pasos son los necesarios para afrontar con éxito el turismo del futuro?

El Turismo, creo yo, es el motor natural de nuestro país. Mallorca debe ser excelente en su atención al público. Ése es el secreto: dar el mis-mo producto con una atención y una calidad excepcional. Y eso es una cosa que deben hacerlo todos y cada uno de los empresarios, empleados, locales... Sólo el buen trato humano puede convertir a nuestra tierra en un lugar mejor que los demás.

“Es la hora del sentido común y de la revolución civil”

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Leopoldo Abadía nació en Zaragoza, España, hace 76 años. Es un doctor ingeniero industrial, pero, además, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y durante 35 profesor del IESE, la Escuela de Dirección de la Universidad de Navarra. Además, fundador y presidente de la consultora Grupo Sonnenfeld, con sede en Espa-ña y en varios países de América Lati-na. En Argentina, está afincada en la provincia de Tucumán. Pero su orgullo son sus 12 hijos y 36 nietos.

Su trabajo ha sido considerado tal vez como la mejor explicación en español sobre la crisis económica mundial al alcance de cualquier lector no espe-cializado. Cientos de medios de co-municación se han hecho eco de este documento en todo el mundo hispa-nohablante.

Su blog www.leopoldoabadia.com tiene actualmente más de 1.200.000 visitas procedentes de todo el mundo (incluso de Irán y Burundi) y ha con-vertido a su autor en una persona de referencia a la hora de analizar los he-chos económicos surgidos a raíz de la crisis.

En ciertas empresas se ha acuñado la expresión “Explíquelo a lo Leopoldo” para pedir que las cosas se expliquen con sencillez.

“Sólo el buen trato humano puede convertir

a nuestra tierra en un lugar más competitivo”