Envejecer en El Porfiriato - CEPE

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5/26/2018 EnvejecerenElPorfiriato-CEPE-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/envejecer-en-el-porfiriato-cepe 1/20 Título del trabajo. Envejecer en el porfiriato: Una propuesta didáctica  Autor: Mtro. Juan Pablo Vivaldo Martínez  Adscripción: Centro de Enseñanza para Extranjeros/ Facultad de Filosofía y Letras, U.N.A.M. Dirección Coruña #111. Departamento 403. Colonia Álamos. C.P. 03400. México, D.F. Teléfono celular: 044-55-1705-2626 Correo electrónico: [email protected] Licenciado y Maestro en Historia por la UAM. Profesor de asignatura en el CEPE. Cursa el doctorado en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras, U.N.A.M.

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  • Ttulo del trabajo. Envejecer en el porfiriato: Una propuesta didctica

    Autor: Mtro. Juan Pablo Vivaldo Martnez

    Adscripcin: Centro de Enseanza para Extranjeros/ Facultad de Filosofa y

    Letras, U.N.A.M.

    Direccin Corua #111. Departamento 403. Colonia lamos. C.P. 03400.

    Mxico, D.F.

    Telfono celular: 044-55-1705-2626

    Correo electrnico: [email protected]

    Licenciado y Maestro en Historia por la UAM. Profesor de asignatura en el

    CEPE. Cursa el doctorado en Historia en la Facultad de Filosofa y Letras,

    U.N.A.M.

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    ENVEJECER EN EL PORFIRIATO: UNA PROPUESTA DIDCTICA

    El objetivo del trabajo es mostrar la utilidad de abordar el periodo mexicano conocido como Porfiriato (1877-1911) a travs de una metodologa que ofrezca tanto a estudiantes como a docentes una alternativa para el anlisis de dicho proceso histrico. Como parte de la Historia Social, la historia de la vejez permite desarrollar aspectos del rgimen porfirista que an no han formado parte de trabajos acadmicos y que son fundamentales para tener una visin amplia del gobierno del general Porfirio Daz Mori. Buscando lo anterior, el texto se apoya en fuentes de archivo, pero tambin en hemerografa, diccionarios, as como en la revisin de literatura de la poca. Palabras clave: Porfiriato, historia, vejez, anciano, viejo, Porfirio Daz. The purpose of this presentation/paper is to demonstrate the pertinence of approaching the Mexican period in history known as El Porfiriato (1877-1911) from a methodological perspective that could offer both teachers and students a pedagogical alternative for the analysis of the aforementioned period. As a part of Social History, the study of the History of Old Age paves the way to the analysis of aspects of the Porfiriato regime that have not been addressed before by scholars in the discipline and that are fundamental for a broad understanding of the government of General Porfirio Daz Mori. Hence, this study is based on the analysis of archival and hemerographic sources as well as of dictionaries and selected sources of literature published during that period. Keywords: Porfiriato, History, elderly, old age, Porfirio Daz.

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    Con el nombre de Porfiriato se conoce al periodo en que Porfirio Daz Mori

    permaneci en la presidencia de Mxico y que se dividi en dos bloques: de 1877

    a 1880 y de 1884 hasta el jueves 25 de mayo de 1911, cuando en la Cmara de

    Diputados a las cuatro de la tarde y orillado por los revolucionarios encabezados

    por Francisco Madero, el viejo general present su renuncia a la primera

    magistratura del pas, a la edad de ochenta aos (PDHN, El Tiempo, 26 de mayo

    de 1911:1).

    La historiografa, es decir, los textos que se han ocupado del Porfiriato

    desde distintas metodologas ha sido vasta, incluso se ha calculado que en un

    periodo de sesenta y tres aos, los textos (entre artculos y libros) podran superar

    el millar (Tenorio,2006:23). En los ltimos aos no slo han cambiado los temas

    de investigacin, sino tambin los discursos sobre el pasado con los subsiguientes

    soportes tericos y las correspondientes referencias de autoridad (Prez Garzn,

    2008: 202), por lo que recientemente, las investigaciones acadmicas se estn

    ocupando cada vez ms de estudiar, debatir y plantear una serie de temas que

    haban sido escasamente tocados (en el mejor de los casos) como el

    envejecimiento.

    El inters en el tema (surgido sobretodo en la segunda mitad del siglo XX)

    lo han debatido principalmente disciplinas como la antropologa, la sociologa, la

    medicina, la geriatra y ms recientemente, la gerontologa. Los historiadores

    apenas han incursionado en l y no hay an un campo consolidado de estudios

    sobre la historia de la vejez, el envejecimiento o su tratamiento. Y es que, en una

    sociedad viejista (Martnez Maldonado, 2008:9) como la nuestra, hablar de

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    personas viejas es hacerlo desde la perspectiva del enfado, del rechazo, de la

    marginalidad o simplemente, desde un desinters que se traduce en la falta de

    trabajos acadmicos.

    Este trabajo, que forma parte de una investigacin ms amplia, intentar

    abordar a la vejez como una herramienta metodolgica para la enseanza de la

    historia mostrando, a su vez, la riqueza de fuentes para la [re]construccin del

    Porfiriato y una nueva aproximacin al tema. El presente texto se divide en tres

    apartados. El primero estar dedicado a inspeccionar un conjunto de informacin

    de distinta procedencia y que es fundamental para reconstruir la historia de la

    vejez en Mxico: las fuentes. Enseguida expondr lo que en aquella poca se

    entendi por anciano o viejo (que dicho sea de paso, las palabras no son

    necesariamente sinnimos). Finalmente, comentar algunas experiencias

    relacionadas con la actuacin de los ancianos en los asilos para ancianos pblicos

    y privados durante el periodo.

    Fuentes

    Para discutir las formas en que se envejeci en Mxico hace ms de cien

    aos, es imprescindible para quien est al frente del aula tener bases slidas para

    argumentar y hacer comprensible el tema. En ese sentido, presento en este

    apartado el corpus documental que hasta el momento he recabado y que

    constituye los cimientos para el anlisis del objeto de estudio.

    En el Archivo Histrico de la Secretara de Salud (AHSS) se encuentran el

    Fondo Beneficencia Pblica (BP) que contiene reglamentos y disposiciones

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    emitidos por las autoridades de dicho organismo. All es posible consultar los

    documentos del Hospicio de Pobres, establecimiento que desde la poca colonial,

    se ocup de la poblacin menesterosa de la Ciudad de Mxico.

    El Archivo de la Junta de Asistencia Privada (AJAP) contiene informacin

    sobre los establecimientos enfocados especficamente a los ancianos que se

    fundaron durante el periodo en cuestin: Casa Betti, Asilo Matas Romero y el

    Asilo Particular de Mendigos. Desgraciadamente, a diferencia de la informacin

    sobre las instituciones pblicas, los documentos se refieren exclusivamente a

    aspectos administrativos de los establecimientos y nada sobre los asilados.

    Otras fuentes fundamentales para entender lo que signific la vejez

    porfiriana son las impresas. En primer lugar, las publicaciones peridicas de la

    poca nos presentan varios enfoques de la poblacin anciana. Dichos materiales

    se pueden localizar en el Portal Digital de la Hemeroteca Nacional (PDHM), un

    instrumento de consulta de gran utilidad para la investigacin histrica.

    Por ltimo, el punto de vista literario representa una herramienta privilegiada

    para analizar la ambivalencia sobre la vejez, pues gracias a los textos de algunos

    escritores de la poca nos podemos dar cuenta que la idea actual que se relaciona

    con una vejez respetada en el pasado no necesariamente fue la dominante. Para

    ilustrar lo anterior me basar en algunos textos escritos por un par de escritores

    que compartieron sus reflexiones ante la sociedad porfiriana: Guillermo Prieto

    (1818-1897) y ngel de Campo (1868-1908).

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    Viejo y anciano. Realidades opuestas?

    Meditemos sobre siguiente idea: La vejez fue ms respetada en el

    pasado? Antes de responder, considero necesario hacer un breve recorrido

    histrico sobre algunas definiciones que dentro del terreno acadmico se

    esgrimieron sobre la vejez.

    La fecha ms temprana en la que encontr una definicin sobre el trmino

    viejo corresponde a 1555. En su obra Aqu comienza un vocabulario en la lengua

    castellana y mexicana, Alonso de Molina lo describe como un hombre de mucha

    edad, arrugado, que le cuelgan las arrugaduras como gualdrapa (Molina,

    1555:243r).1 La Real Academia Espaola, en su edicin de 1780, tambin define

    al anciano como la persona que tiene muchos aos (RAE, 1780:384).

    En 1876, para Joaqun Escriche en su Diccionario razonado de legislacin y

    jurisprudencia, la vejez representaba una edad de la vida que daba comienzo a

    los sesenta aos. Adems estableca una serie de caractersticas jurdicas para

    los ancianos que por alguna circunstancia deban ir a juicio penal, como el hecho

    de que al tener esa edad, la persona puede excusarse de admitir la tutela o

    curadura, y cualesquiera otros cargos pblicos y concejiles (Escriche, 1876:524).

    Fue en 1890 que en sus Sinnimos castellanos, el prolfico filsofo

    republicano espaol Roque Barcia, claramente mostr la ambivalencia entre lo

    que se deba entender por viejo y por anciano:

    1 Molina, 1555, f. 243 r.

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    Viejo se refiere a la edad. Anciano, a las cualidades del espritu.

    El viejo tiene achaques. El anciano, experiencia.

    Podemos notar en este par de comparaciones la diferencia diametral entre

    las concepciones de viejo y anciano. Si bien estos sinnimos aparecieron en

    Espaa y an no puedo establecer con certeza el grado de su adopcin en

    Mxico, se observa que hasta 1880 se reconoci al anciano como individuo

    poseedor de algunos derechos legales, as como de caractersticas positivas

    relacionadas con la acumulacin de distintos saberes adquiridos a los largo de su

    vida. En contraparte, la concepcin de la persona vieja tuvo un cariz ms

    vinculado con el deterioro fsico y mental que con otras cualidades. Por si esto no

    quedara suficientemente claro, el autor enfatiz:

    El viejo es raro, extravagante, grun, egosta. El anciano es discreto, prudente, previsor, resignado. El viejo es el censor constante de la juventud. El anciano es su gua, su maestro (Barcia, 1939:52-53). Algunos textos que aparecieron en diversas publicaciones mexicanas de la

    poca dan cuenta de la ambivalencia de sentimientos hacia la persona envejecida.

    En ellas, las miradas sobre el anciano aparecen cargadas de prejuicios. Es el caso

    de una nota aparecida en la publicacin citadina El Faro intitulada como Los

    extremos se tocan.

    La nota resalta la relacin entre una abuela y su nieta. El autor narra la

    ayuda que presta la abuelita a la nia para coser un abrigo. Vemos en este caso a

    la abuelita caracterizada como un derroche de bondad y de condescendencia,

    pues no da albergue en su corazn para sus nietos a otros sentimientos que los

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    que entraa [] el ms intenso y abnegado amor. La nota concluye con una

    reflexin del autor reforzando el hecho de que, de acuerdo con los pedagogos

    modernos el sistema de enseanza objetiva es el ms conveniente para la

    infancia y que cuando sta la da una querida abuelita sus resultados por fuerza

    tienen que ser inmejorables [] ella es toda ternura, toda abnegacin (PDHN, El

    Faro, 1 de julio de 1886:98).

    En el mismo tenor, una reflexin aparecida en El abogado cristiano

    ilustrado hizo alusin al sufrimiento y dedicacin de una madre por sus hijos. El

    texto intitulado Las manos de mi madre refiere a los esfuerzos incansables que

    se reflejaton en sus manos viejas y arrugadas que lo cuidaron durante su

    infancia, pero que en ese momento, cuando ella estaba a punto de dejar de existir,

    el autor estaba seguro que en el ms all, all donde los ancianos se rejuvenecen

    volvera a estrechar las manos de su madre (PDHN, El Abogado cristiano

    ilustrado, 15 de julio de 1886:1).

    La mancuerna vejez-bondad perme durante todo el siglo XX? Un par de

    textos, en distintas pocas de la vida de Guillermo Prieto (1818-1897) ilustra que

    no fue as. El joven Fidel, seudnimo del autor, a la edad veinticinco aos redact

    algunas lneas no dedicadas a la ancianidad respetable ni a la anciana

    venerable, [] ptalo medio seco de una edad muerta, sino a Canuta Cangarrina,

    vejestoria anfibia a quien retrata como el azote de los nios, el sarcasmo de los

    viejos y el descrdito de las momias.

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    Prieto relata as la crnica de la vieja que segn l, lo recibi al nacer y que

    le hizo amar la msica y la vida, aunque resalt en mayor medida una serie de

    atributos negativos como su fisonoma neutra, porque no perteneca a ninguno de

    los dos sexos. Tambin critic su gusto por dar malas noticias a quien pudiera, de

    llamar la atencin siempre con jaquecas o indigestiones y de inmiscuirse en la vida

    privada de los dems. Fidel termin su relato con una posdata en donde hace

    saber al lector que a Canuta amagan unas terribles viruelas, noticia que le hizo

    exclamar: Estoy vengado Dios es justo (Prieto, 2008:23-28).

    El siguiente texto se trata de un poema, Amor de viejo, escrito por Prieto a

    la edad de 58 aos. A continuacin, un fragmento:

    Como butaca de holgado asiento

    en que se tiende cmodo el cuerpo, y en que mecidos con vaivn lento nos entregamos a dulces sueos, medio en letargo medio despiertos, viendo a la tierra, los cielos viendo

    siempre apacibles, siempre contentos,

    as es, muchacha eso que llaman

    amor de viejo (Blanco, 2008:664).

    En los textos anteriores, no slo es patente la ambivalencia del significado

    de la vejez en Prieto, sino que somos partcipes del cambio en la concepcin del

    autor sobre ella, evento que indudablemente tuvo que ver con el avance de su

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    edad y con el cmulo de experiencias que coleccion a lo largo de su vida, pues

    de pasar de catalogarla como activamente perniciosa, termina siendo pasiva,

    tranquila, un estado en el que no se puede hacer dao a nadie, porque ya no se

    tiene fuerzas.

    El segundo autor que tratar en este trabajo es ngel de Campo (1868-

    1908), cronista de la Ciudad de Mxico. Lo que llama la atencin de los textos del

    joven escritor, es que en ellos aparecieron con mayor frecuencias personajes

    envejecidos (hombres y mujeres).

    En Micrs, no existi ambivalencia en cuanto a la concepcin de la vejez.

    Tal comportamiento se reflej en el caso del relato de la viuda Montalvn, que

    aunque pasaba de los cuarenta, la vida y las contrariedades la haban envejecido

    ms, afendola, pero que se sospechaba que en sus buenos tiempos deba haber

    sido, si no bonita, agradable. Madre de cuatro hijos y viviendo en una situacin

    penosa, la gran voz de la viuda Montalvn la llev a integrarse como corista en un

    teatro de variedad. All fue donde la reconoci ngel de Campo, quien en ese

    entonces era su vecino, y que al verla en escena no pudo ms que preguntarse:

    De dnde se le metera la idea de entrar al teatro, a su edad, con aquella cara de abuela, los miembros flacos, el color desastrozo, toda ella incapaz, sin dientes, semicalva, vamos!, una figura de pesadilla, de hacer rer, de causar disgusto contra una empresa que contrataba esperpentos?

    Tambin arremeti contra la empresa pues ya que cobrara caro por asiento

    deba, en pro de su prestigio, contratar coristas y no momias. Parece ser que

    entr la cordura en Micrs, pues una vez que reflexion sobre el comportamiento

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    de su entonces vecina concluy que quiz el corazn de la madre la impele a

    ponerse en ridculo, a exhibirse pobre, vieja, en la chillante luz de un escenario

    (Maulen, 2008:591-598).

    El Porfiriato visto a travs de los establecimientos para sus viejos

    Ahora explicar el sentido de mi propuesta metodolgica. Recordemos que

    uno de los aspectos por lo que se distingui el gobierno del general Daz fue el

    nfasis en el progreso y en el desarrollo. Se hizo necesario mostrar un pas que

    estuviera a la altura de las principales potencias (Francia, Inglaterra, Estados

    Unidos) y que reflejara un notorio avance en su desarrollo urbano, cientfico, social

    y cultural. En otras palabras, durante el Porfiriato se intent construir un Mxico

    moderno en el que no tuvieran cabida elementos que frenaran el avance que se

    tena proyectado en las distintas esferas nacionales.

    Uno de los principales impedimentos al desarrollo tan anhelado por el

    proyecto porfirista fue el grupo de la sociedad menos favorecido: los pobres,

    quienes se distribuyeron en todos los rangos de edad y a su vez se subdividan en

    otras clasificaciones como ladrones, vagos, mendigos, ebrios o enfermos. Para

    controlar a este sector de la poblacin, se proyectaron una serie de

    establecimientos enfocados a su control y, en algunos casos, a su regeneracin.

    Mi propuesta consiste en analizar el periodo a travs del sector envejecido

    de la poblacin que logr ser aceptado en los establecimientos porfirianos que se

    enfocaron en su asistencia o auxilio. En este sentido, a continuacin presentar

    una serie de experiencias relacionadas con la vejez en el Hospicio de Pobres,

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    institucin de Beneficencia Pblica y en los asilos privados Matas Romero, Asilo

    Particular para Mendigos y Casa Betti.

    Ancianos en el Hospicio de Pobres. Una experiencia decimonnica.

    Dentro del campo de accin de la Beneficencia Pblica destaco el papel del

    Hospicio de Pobres, establecimiento fundado en la segunda mitad del siglo XVIII

    dedicado a la atencin de los menesterosos entre quienes se encontraron nios,

    adultos y ancianos. Estableciendo una comparacin entre el reglamento de la

    Beneficencia Pblica de 1881 y el del Hospicio de Pobres de 1884, se observa

    que mientras el primero estableci que el objetivo del establecimiento era asistir

    tanto a los indigentes ancianos como a los nios pobres y hurfanos, el segundo

    declar que el nico propsito de la institucin era el cuidado de los nios

    (Mitchell, 1998:106). Es muy probable que aquella diferencia en los reglamentos

    obedeciera a la conviccin de que la inversin estatal deba enfocarse a nios y a

    jvenes quienes an no estaban encasillados, como los menores infractores o los

    ancianos, en el vicio y en la mendicidad (Lorenzo, 2012:212).

    Gracias a la revisin de solicitudes que fueron redactadas (o al menos

    firmadas) por los propios ancianos que creyeron ser merecedores del auxilio

    pblico, podemos conocer los motivos por los cuales pidieron su ingreso al

    establecimiento.

    Una solicitud de ingreso que llama la atencin es la de Telsforo Gonzlez,

    quien la dirigi al director de la Beneficencia Pblica para solicitar un lugar en el

    Hospicio de Pobres para su hijo pues Gonzlez, hallndose viejo, enfermo y sin

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    recurso de ninguna clase y en la ms grande miseria no poda mantenerlo. Por si

    fuera poco, el viejo enfatiz una vez ms que se vea en el indispensable caso

    de solicitar la ayuda porque yo ya estoy a la orilla del sepulcro y mi hijo no cuenta

    con ningn pariente [] pues su padrino de bautismo ya muri y el de

    Confirmacin es un hombre que se ha entregado a la prostitucin.

    De esta manera, Telsforo prepar el terreno para la peticin de acceso al

    Hospicio para su hijo puesto que dada la corta edad del nio, ste no podra ser

    admitido en el establecimiento. Por esa razn, Gonzlez se comprometa con la

    institucin a servirle en todo lo que fuera til sin que me d ningn sueldo para

    cuidar de mi hijo (AHSS, EA, HP, leg.9, exp.8, 14 de abril de 1880).

    Una vez que eran aceptados en el establecimiento, un indicador para que

    las autoridades de la Beneficencia Pblica decidieran continuar asistiendo a la

    poblacin asilada era la buena conducta de los internos, sin embargo,

    encontramos alguna informacin que cuestiona el hecho de que los ancianos

    mantuvieran un comportamiento disciplinado al interior del Hospicio, por lo que las

    autoridades justificaron su traslado del Hospicio de Pobres al Asilo Particular de

    Mendigos en 1884 (Mitchell, 1998:106).

    Su desplazamiento tuvo que ver con una visin ms asistencialista que se

    enfoc en el cuidado y proteccin de aquel sector de la poblacin, pero tambin a

    la necesidad por parte del Estado de separar a la poblacin que an se

    consideraba como una fuerza laboral activa y que poda continuar emplendose

    en distintas actividades. La cada vez ms compleja situacin del establecimiento

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    pudo ser otra razn para haber tomado la decisin de reducir el nmero de

    asilados en el Hospicio, reubicando as a los ancianos.

    El tratamiento a los ancianos en la beneficencia privada

    El 15 de marzo de 1899, el presidente Daz le encarg a Luis G. Labastida,

    entonces titular de la Secretara de Gobernacin, que redactara una ley para que

    la beneficencia privada acude solcita ah en donde haya un anciano que

    proteger, un enfermo que curar y as aliviar al Estado del enorme peso que

    soporta en el sostenimiento de las instituciones de la Beneficencia Pblica (Junta

    de Asistencia Privada, 2010:30-31).

    Uno de los establecimientos ms antiguos enfocados a poblacin anciana

    que surgieron bajo el cobijo de la Beneficencia Privada, fue el asilo Matas

    Romero. Su misin sera la de auxiliar a personas de ambos sexos las que

    recibirn habitacin, alimentos, vestidos y asistencia en caso de enfermedad

    siempre que esta no fuera contagiosa, ya que en ese caso se les trasladara a un

    hospital (Junta de Beneficencia Privada, 1934:431).

    Tambin se mencionaba que las personas internas en el asilo

    permaneceran en l durante toda su vida siempre que [] no contravengan los

    estatutos ni los reglamentos interiores del establecimiento. Asimismo, se

    procurara que los asilados trabajen, siempre que puedan hacerlo

    prudentemente, aunque se estableci que ste no sera obligatorio, es decir, que

    en caso de rehusarse a laborar, no perderan el derecho de permanecer en el

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    Matas Romero (AJAP, Asilo Matas Romero, leg.1, exp.099/96, 26 de marzo de

    1900:48).

    Para ser admitidos, se estipul que deberan tener cuando menos 50 aos

    de edad y que la preferencia se les dara a quien antes hubieran solicitado el

    ingreso, sin embargo, el factor fundamental para decidirlo sera siempre la

    necesidad de ser socorrido, para lo cual era necesario que dos personas de

    notorio buen nombre certifiquen que el solicitante es acreedor al socorro (AJAP,

    leg.1, exp.099/96, 26 de marzo de 1900:49).

    El segundo establecimiento que analizo es el Asilo Particular para

    Mendigos. Su fundador, Francisco Daz de Len tena claro que el establecimiento

    no sera asilo de la ociosidad y subrayaba que la puesta en marcha de talleres y

    de escuelas primarias seran los objetivos prioritarios de la Junta para evitar que

    el mal que se pretende extirpar, que es el hbito de la ociosidad tuviese en el asilo

    mayor incremento (Domnguez, 1893:7).

    Su objetivo fue el de ayudar a las personas que por su edad avanzada o

    por enfermedad estn impedidos para dedicarse a un trabajo lucrativo, y dar

    asistencia moral y religiosa a los nios que carezcan de personas obligadas a

    alimentarlos. Para ingresar, tenan que comprobar la necesidad imperiosa de los

    auxilios, ser de buenas costumbres y no padecer enfermedades crnicas que

    requieran cuidado especial o que sean contagiosas (Junta de Beneficencia

    Privada, 1934:206).

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    La ltima institucin de beneficencia privada y que brind apoyo exclusivo

    para las ancianas, es el Asilo Casa Betti. En ella seran admitidas las mujeres

    de avanzada edad que adolecieran de enfermedades crnicas. En cuanto a los

    requisitos para ser admitidas en el establecimiento, se mencionaba que la persona

    tena que solicitar a la administracin directamente o por conducto de la directora

    del Asilo su ingreso, redactar una solicitud en donde aadiera el nombre de otra

    persona que, en caso de ser necesario, se hiciera cargo de la asilada en caso de

    que sta fuera separada de la institucin y ser valoradas por el mdico para

    constatar que no tuvieran enfermedades contagiosas (AJAP, Asilo Casa Betti,

    leg. 1, exp. 095/11, 17).

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    Conclusiones

    Hasta hace algunas dcadas, la enseanza de la Historia se enfoc

    principalmente en aspectos polticos y econmicos tocando de manera escasa a la

    sociedad, sus conflictos y sus mltiples maneras de relacionarse de forma

    horizontal y vertical. Por fortuna, algunos historiadores con nuevas inquietudes,

    comenzaron a explorar otros mbitos poco investigados hasta ese momento, lo

    que se tradujo en una serie de nuevas preguntas, reflexiones frescas y

    experiencias docentes ms enriquecedoras.

    Contenida en la Historia Social, la historia de la vejez es un campo que

    recientemente ha comenzado a cultivarse y que debe ser nutrido con la

    informacin que se encuentra dispersa en fondos documentales, tribunales

    judiciales, publicaciones peridicas y en la literatura. As, considero que abordar al

    Porfiriato desde esta perspectiva, ofrece tanto al estudiante como al docente una

    visin ms amplia del periodo y de los procesos histricos que en l tuvieron lugar.

    En cuanto a la percepcin sobre la poblacin envejecida, debemos matizar

    la visin ambivalente sobre la vejez, esto es, ni todos los viejos fueron respetados

    en el pasado ms remoto, pero tampoco ensalzados en el ms prximo. Por lo

    general, al momento de ser joven se arremeti contra la vejez pero cuando se

    lleg a esa etapa de la vida, la percepcin dist de ser negativa.

    Respecto a la asistencia a la vejez, el nmero de ancianos asilados en el

    Hospicio de Pobres fue disminuyendo hasta el punto en que, en 1884 se decidi

    trasladarlos a un establecimiento de asistencia privada, probablemente debido al

    cada vez mayor cambio de prioridad en cuanto a la poblacin del establecimiento,

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    a su compleja situacin econmica, pero tambin a la necesidad de separar a la

    poblacin no productiva, es decir, a los ancianos.

    En sntesis, este trabajo muestra que no hubo una percepcin nica sobre

    la vejez durante el Porfiriato, lo que se opone a la idea comn de que antes los

    viejos eran ms respetados que ahora. Tambin explora las maneras en que el

    Estado y los actores privados auxiliaron a los ancianos, aunque uno de los

    elementos que dificultan esta tarea es la escasez de testimonios escritos por los

    asilados de los establecimientos privados, ya que sin ellos no existe la posibilidad

    de comparacin con los documentos oficiales.

    Por ltimo, slo quiero remarcar la importancia de abordar el conocimiento

    histrico desde otras metodologas, con enfoques que permitan a los estudiantes

    nacionales y extranjeros hacerse otro tipo de preguntas que los motiven para

    interesarse por la Historia nacional o internacional y, por qu no, para adentrarse

    en la investigacin histrica.

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    Siglas y referencias

    Fuentes primarias

    AHSS, EA, HP Archivo Histrico de la Secretara de Salud, Establecimientos Hospitalarios, Hospicio de Pobres. AJAP Archivo de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal.

    Publicaciones peridicas

    El Faro El abogado cristiano ilustrado El Renacimiento

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