Escolástica y Patrística
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INTRODUCCIÓN
Razas salvajes y pueblos sin historia, cual impetuosa avalancha desprendida de
las regiones desconocidas de la Europa y del Asia, habían caído en siglos
anteriores sobre el carcomido imperio romano, para ejercer las venganzas del
cielo sobre su corrupción y sus injusticias, y para señalar nuevo rumbo a la
historia. Por espacio de más de cuatro siglos, la Iglesia había luchado y seguía
luchando para traer al Cristianismo, dulcificar las costumbres y amansar los
instintos de aquellos pueblos, que sólo pensaban en amontonar ruinas y más
ruinas en su rededor. Bajo la influencia tan poderosa como benéfica y
moralizadora del Pontificado; a la voz de aquellos misioneros que recorrían los
pueblos y naciones evangelizando la paz y los bienes; a la sombra y bajo la
civilizadora protección de aquellos monasterios-escuelas, que conservaban oculto,
pero vivo, aunque cubierto de ceniza, el fuego sagrado de la ciencia, la luz
comenzó a penetrar en aquel caos social, religioso, intelectual y científico, y la
filosofía, que casi había desaparecido sepultada entre ruinas, pero cuya semilla
habían conservado y transmitido a las siguientes generaciones y cuyas relaciones
con la Filosofía griega y con el neoplatonismo nunca se habían cortado totalmente,
gracias a la comunicación entre la Iglesia oriental y la occidental por medio de los
Concilios y de las controversias doctrinales o dogmáticas, renació con nuevo vigor
y lozanía desde el momento que las condiciones externas y sociales permitieron el
desarrollo y expansión del principio cristiano que en su fondo anidaba
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CAPITULO I
ESCOLÁSTICA
A. Definición:
Se conoce como Escolástica al movimiento doctrinal que, sin emplear el
movimiento racional-conceptual que se enseñaba en las escuelas, se
mueve en el mismo entorno y contexto. Buen ejemplo de esto sería la
mística así como buena parte de la filosofía musulmana y judía que, a lo
largo del período señalado, entró en contacto con la filosofía de la
Escolástica propiamente dicha. El movimiento escolástico se manifestaba a
través de dos vertientes: la enseñanza y las formas literarias
La denominación "escolástica" procede del latín scholasticus, el que enseña
o estudia en la escuela. El término que, desde el Renacimiento, se aplica al
pensamiento filosófico que se desarrolló a lo largo de la Edad Media en
todo el ámbito conocido de la cristiandad
B. Los elementos internos y generadores: Son:
1) La concepción oidea cristiana , según que entraña la solución de los
problemas más trascendentales de la ciencia, en la forma y sentido
que se ha dicho ya al hablar de la Filosofía patrística;
2) La concepción o doctrina aristotélica , especialmente en la parte que
se refiere a la lógica, a la física general, a la psicología y a la
metafísica;
3) La concepción platónica , y acaso más todavía la neoplatónica,
especialmente en lo que se refiere a la teodicea y a la teoría del
conocimiento
4) La concepción ascética o místico-cristiana , cuya influencia se deja
sentir en no pocos escritores y en algunas escuelas de la época que
nos ocupa.
La relación diferente de estos cuatro elementos internos con los dos
caracteres fundamentales y generales de la Filosofía escolástica, junto
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con las combinaciones parciales y el predominio relativo de uno o más
de estos factores, dieron origen y contienen la razón suficiente de la
diversidad de sistemas, direcciones y escuelas que entraña la Filosofía
escolástica, y que el observador atento y concienzudo ve surgir, luchar,
aparecer y desaparecer, resucitar y sucumbir sucesivamente en este
gran período, reproduciendo unas veces teorías antiguas, renovando y
desenvolviendo otras veces ideas que parecían estériles y no lo eran;
sembrando con frecuencia pensamientos que entrañaban el germen de
sistemas que habían de hacerse famosos con el tiempo; abriendo
algunas veces los cimientos y sentando las bases de teorías y escuelas
destinadas a hacer mucho ruido en siglos posteriores, y que habían de
afectar una originalidad que no les pertenece realmente
C. Características
Los caracteres más generales y propios de laFilosofía escolástica, tomada
en conjunto, son dos.
El primero y principal es la unión o conciliación entre la razón
humana y la revelación divina, entre la Filosofía racional y la teología
cristiana.
El segundo es la incorporación progresiva de la Filosofía de
Aristóteles a la Filosofía cristiana, incorporación en virtud de la cual
la Filosofía escolástica vino a ser y constituir como un todo orgánico
vivificado por el pensamiento teológico del Cristianismo, e informado
por la lógica y la metafísica.
Esto, sin embargo, no debe tomarse en sentido exclusivo, puesto que el
platonismo entró también, y entró como elemento importante, en el origen,
constitución y desarrollo de la Filosofía escolástica. Precisamente el
predominio relativo de este elemento platónico es el que explica y contiene
en mucha parte la razón suficiente de la variedad de sistemas, teorías y
direcciones que se observan en ciertas épocas y en ciertos escritores de la
Filosofía escolástica
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D. Periodos de la filosofía Escolástica
La filosofía escolástica tiene a lo largo de la Edad Media tres períodos. El
de formación que va desde el siglo IX al siglo XII. El de apogeo que
abarca el siglo XIII, donde aparecen los pensadores más importantes como
Santo Tomás, San Alberto Magno, San Buenaventura, etc., y el periodo
de transición a la filosofía moderna.
Las causas del apogeo de la filosofía escolástica se debieron en una gran
parte a la ingente labor de la Escuela de Traductores de Toledo, en la
España musulmana, gracias a estas traducciones al árabe y al latín, se
conocieron todas las obras de Aristóteles, que en un principio fueron
acogidas con recelo. Fue mérito de Santo Tomás de Aquino, el integrarlas
en la filosofía cristiana. También fueron muy importantes las universidades
que divulgaron y extendieron los conocimientos. Por último el gran impulso
de la filosofía y teología medievales, lo dieron las dos órdenes mendicantes
dominicos y franciscanos. En su afán de vivir con plenitud la pobreza
evangélica, se centraron en el estudio de la filosofía y de la teología; todos
los grandes pensadores de esa época son dominicos (S. Tomás) o
franciscanos (San Buenaventura).
En los tres periodos de la filosofía escolástica, el tema fundamental de las
discusiones, disputatio, y de las Sumas, sigue siendo el tema de Dios,
principalmente el problema de la fe y de la razón, de la Teología y de la
Filosofía, ya que la filosofía es un medio para profundizar en la fe.
En esta polémica surgen tres posturas:
1) Los dialécticos; creen que la fe debe ser analizada y demostrada por
la razón, como Juan Escoto Erígena, Berengario de Tours, etc.
2) Los antidialécticos, sostienen que la única sabiduría es la que da la
fe, y la postura anterior es mero orgullo o soberbia de la razón
humana. La filosofía es en todo el sentido de la palabra sierva de la
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teología PhilosophiaancillaTheologiae. Representantes importantes
son Lanfranc de Parísy Pedro Damiano.
3) Una postura intermedia es la que sostiene por primera vez en el
siglo XI, Gerberto de Aurillac y que continúa Santo Tomás en el siglo
XIII. Fe y razón son distintas, son dos caminos que confluyen a un
mismo mar de la Verdad. Ambas proceden de Dios, por tanto si la
razón funciona bien, no puede llegar a conclusiones opuestas a las de
la fe. La Filosofía y la Teología son saberes distintos que se
complementan. La Filosofía alcanza algunas verdades de la fe, como
la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. La Teología, amplía
nuestro conocimiento de Dios a través de la Revelación. Por ejemplo,
Dios es Trinidad.
En resumen, la Filosofía ayuda a la Teología demostrando algunas de las
verdades reveladas, preámbulos de la fe, y viendo la racionalidad de otros
misterios de fe, como la Trinidad. Estas verdades no son irracionales sino
suprarracionales. Por su parte, la Teología ayuda a la Filosofía, aportando
nuevos conceptos filosóficos, como el de creación del mundo o el de la
dignidad de la persona humana en el orden moral
E. Crisis
La Escolástica entra en crisis a partir del siglo XIV cuando se pone en duda
el pilar central que daba sustento a todo el sistema y unificaba de común
acuerdo a las distintas tendencias existentes en su seno. La síntesis
realizada por Santo Tomás parecía perder fuerza y vigencia, pues si nadie,
hasta entonces salvo los averroístas, negaba la complementariedad de
razón y fe, comenzaba a sostenerse que la razón poseía límites y que estos
eran considerablemente más estrechos que los de lo que cabía pensar
entonces.
Escoto señalará que la definición tomista a posteriori, esto es, del efecto a
la causa, no es realmente demostrativa y muchas verdades pueden quedar
fuera del alcance con semejantes planteamientos. El número de
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proposiciones teológicas indemostrables, siendo esto así, iría desde los
Diez mandamientos hasta la misma existencia de Dios. La teología dejaría
de ser una ciencia al verse incapaz de resolver cuestiones fundamentales.
Pasando a ser un conjunto de saberes prácticos que, aunque no poseyeran
carácter científico, conducirían a la persona a la salvación de su alma.
Los caminos de la teología y la filosofía comienzan entonces a separarse
progresivamente, no tanto por un desprecio por lo teológico sino, más bien
al contrario, por un respeto reverencial a todo lo que tuviera que ver con
este ámbito. Se pretende segregar la teología de las demás disciplinas por
el valor supremo otorgado a la fe, pues esta disciplina podía quedar
contaminada por otro saber de raíces precristianas como era la filosofía.
Mientras los teólogos desechan el racionalismo por una completa
inclinación hacia lo revelado, los filósofos volcarán su atención en la ciencia
y la naturaleza, tendencia que se mantendrá y reforzará durante la siguiente
centuria, hasta desembocar en la revolución intelectual que dará lugar al
Renacimiento y, dentro del contexto de esta nueva etapa, a la Reforma de
la Iglesia.
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CAPITULO II
LA PATRÍSTICA
A. Definición
Se ha denominado Patrística a la especulación de los Padres de la Iglesia.
Con la extensión del Cristianismo en el mundo greco-romano en los
comienzos del s. II de nuestra era, surge el desafío a los cristianos cultos
de la época, no sólo de vivir el cristianismo, sino de exponerlo y hacerlo
comprensible a la mentalidad culta de los paganos. Este esfuerzo de
interpretación constituye el quehacer filosófico de los Padres de la Iglesia.
La Patrística se caracteriza por su defensa racional del cristianismo frente a
los ataques del paganismo filosófico y religioso, y por su aceptación de las
verdades filosóficas que convienen con la revelación cristiana. Así, al
mismo tiempo que se forja la filosofía cristiana, se forma la dogmática del
cristianismo
B. Fuentes.
Refiriéndonos exclusivamente a las fuentes filosóficas, señalemos ante todo
que el cristianismo aparece en un escenario histórico-cultural dominado por
el platonismo medio, cuyos principales representantes (Gayo, Apuleyo,
Albino, etc.) influyen sobre los PP.; influencia que es continuada y
profundizada por los neoplatónicos (v.) Jámblico, Teodoreto, etc., y
especialmente Plotino (v.), con sus Enéadas. Se advierten también huellas
de algunos neopitagóricos, como Apolonio de Tiana, Numenio, Moderato,
etc. Remontándonos hacia atrás, apenas son utilizados los elementos
filosóficos procedentes del escepticismo y del epicureísmo, como tampoco
los del aristotelismo (aunque hay nociones aristotélicas -esencia, sustancia,
naturaleza, etc- que darán mucho juego en las controversias trinitarias y
cristológicas). Más abundante e importante es la aportación estoica,
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algunas de cuyas nociones (el logos, el concepto de sabiduría, las razones
seminales) serán muy aprovechadas por los PP.
La mayor influencia es la ejercida por Platón y sus seguidores,
aunque no resulte fácil determinar los medios por los que han
penetrado en los Patristicos, las expresiones y las teorías platónicas;
de todos modos, en Justino, Atenágoras, Eusebio de Cesarea, S.
Agustín, etc., hay citas concretas procedentes de obras de Platón:
República, Fedón, Fedro, Gorgias, Apología, Critón, Timeo, Leyes,
etc.
C. Periodos de la filosofía patrística
Lo fundamental sobre la patrística es saber que es, por llamarlo de algún
modo, el movimiento, tanto literario y filosófico como cultural, que imperó en
la Edad Media. Es el movimiento de asentamiento del cristianismo en la
sociedad (sobre todo occidental) desbancando a las otras religiones
paganas añadiendo que la religión cristiana era la única y verdadera porque
era la “Palabra de Dios”. Este movimiento tuvo tres etapas fundamentales,
la Primera Patrística (ss. II y III), la Alta Patrística (ss. IV y V) y finalmente la
Patrística Tardía (ss. VI y VII).
1) La primera patristica (ss. II y III)
Con esta premisa, los primeros Padres, se inspiraron en la teoría estoica
del logos espermatikos, que se basa en que las religiones hasta la fecha
lo que habían hecho era una especie de adaptación de la Palabra de
Dios (eterna y presente desde el inicio de los tiempos) por no saber
interpretarla correctamente. De este modo lograban explicar ciertas
similitudes entre las mitologías paganas y la nueva mitología cristiana.
La primera patrística se desarrolló simultáneamente en dos ámbitos
distintos, Oriente, representado por Grecia y Occidente por Roma.
Estéticamente se produce un cambio sustancial entre la concepción
pagana de los antiguos poetas griegos y la nueva literatura religiosa.
Mientras aquellos buscaban el placer y la belleza de su obra utilizando
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para ello artificios y retóricas varias, el cristianismo defiende la palabra
pura, según ellos para preservar la verdad de la palabra divina. Pero
existía más afinidad entre ambas culturas de la que cabría esperar, ya
que los ideales defendidos por los Padres Primitivos (ss. II-III) se
correspondían en buena medida con las ideas destacadas por Platón en
sus planteamientos filosóficos. Para los Padres la palabra del poeta es
falsa ya que la única verdad es la que de mano directa del Espíritu
Santo recibe el profeta. No obstante, aceptan estos padres cierto nivel
de verdad en la obra de los poetas, la parte de inspiración que los
griegos atribuían a la Musa y que los cristianos llaman inspiración divina,
pura y libre de parafernalias.
2) La alta patristica (ss. IV y V)
En esta época se produce el asentamiento definitivo de la iglesia
cristiana en Occidente por encima del paganismo, lo cual significa
también la consecuente politización de la iglesia. Sin embargo, y en
contra de lo que cabría esperar por las ideas del periodo anterior, este
asentamiento trae consigo un amplio desarrollo de la literatura
eclesiástica integrando a su vez los modelos helenos. Al igual que en la
primera patrística, ésta también se desarrolla en dos vertientes
geográficas, la oriental y la occidental
3) Patrística tardía
Es un periodo tortuoso, con un importante deterioro social y cultural
debido en gran medida a las guerras y las invasiones bárbaras que
sumieron la cultura occidental de aquel momento de lleno en la Edad
Media. Únicamente destacaron por su labor de recopilación más que
creativa Boecio, Casiodoro e Isidoro de Sevilla.
Los dos primeros, Boecio y Casiodoro, conocieron antes de la
decadencia un periodo de plenitud artística.
Boecio estudió las obras de Platón y Aristóteles con intención de
traducirlas en su totalidad aunque por desgracia sólo consiguió
hacerlo con una pequeña parte de ellas, que, no obstante, fueron
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suficientes para constituir la base de lo que más adelante sería la
escolástica.
Casiodoro por su parte concluyó que había dos Artes
fundamentales, la gramática como grupo de artes de la palabra y
la aritmética presidiendo el de las cosas. Al igual que su
coetáneo Boecio, Casiodoro incluyó la literatura dentro de las
artes musicales. En cuanto a la finalidad de las artes, decía éste
que era instruir, conmover y complacer. La concepción de
Casiodoro de la belleza era más sensorial que la de los otros
pensadores de su época, casi se podría decir extrasensorial
D. Los Padres Griegos
Los primeros Padres Apologetas aparecieron en Grecia, donde se fundó
también la primera escuela de teosofía cristiana, con base en Alejandría. Se
dedicaron a defenderse de los ataques de los paganos desmintiendo que la
iglesia fuera una amenaza para el Estado hablando de su forma de vida
casta y austera y a su vez atacaron el politeísmo pagano, ya que sólo
existía un Dios, que era por supuesto el cristiano y la única verdad era su
Palabra, ya que envió a su propio hijo para difundirla.
Uno de los máximos exponente de esta vertiente oriental de la primera
patrística fue San Clemente de Alejandría, pagano converso que alrededor
del año 200 heredó del filósofo Panteno la dirección de la escuela
alejandrina antes citada. Concluyó, San Clemente, que existían tres
estratos de perfección entre los seres humanos. El más bajo entre los altos
es el filósofo a quien Dios dota de la razón y la inteligencia, en segundo
lugar se encuentran los cristianos cuya fe los eleva por encima de toda
razón, finalmente encontramos a los gnósticos en los cuales se unen la
razón y la fe, la máxima aspiración que puede tener un cristiano. Este
hombre defendía que existía cierta ambigüedad en la expresión literaria,
que permite al autor dejar impresa su personalidad en retóricas y enigmas y
al lector le proporciona el placer de la interpretación correcta. El otro gran
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representante de la patrística oriental era el gnóstico cristiano Orígenes.
Éste, al igual que el resto de los Padres, defiende la idea de que la manera
de narrar de los griegos, abundante en florituras y embellecimientos, induce
a la mentira, mientras que la literatura cristiana, austera, como su forma de
vivir, despojada de toda retórica es la única verdad posible. Y refuerza su
teoría argumentando que cuando Jesús escogió a sus apóstoles, lo hizo
entre gente sencilla para lograr llegar con la revelación divina a todo el
pueblo tuviera el nivel cultural que tuviera y sin recurrir además al
encantamiento de las formas que no lleva más que a la mentira. Defendió
también, Orígenes, una especie de actualización de la antigua dualidad
res/verba estableciendo tres niveles distintos de interpretación de la
palabra, desde la más simple que se queda en lo más superficial hasta el
sentido espiritual que sólo aquellos dotados de la gracia divina pueden
trascender. Pero estas ideas unidas a la obsesión por alejar la tentación y el
pecado de la carne motivaron su auto mutilación y su posterior expulsión de
la iglesia alejandrina
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CAPITULO III
GRANDES REPRESENTANTES
A. SAN AGUSTÍN
San Agustín, obispo de Hipona, es considerado el gran maestro de la
Edad Medía. Este elaboró el primer sistema completo del pensamiento
cristiano que nace como consecuencia de las polémicas que surgen al
tratar de definir la verdadera doctrina cristiana. Inició esta tarea desde su
conversión en el 386 d. C. cuando escribe su obra “Contra los
Académicos”. En un esfuerzo por precisar el sentido correcto de los
conceptos cristianos San Agustín fija la terminología de la filosofía
cristiana predominante hasta el siglo XIII.
Este polemizó fundamentalmente contra tres movimientos:
• Maniqueísmo. Admite la existencia de dos princípios originarios en
el mundo en permanente lucha, Ormuz(luz, bien) y Arimán
(obscuridad, mal). Ambos estan presentes en el hombre, a través
del alma corpórea.
• Donatismo. Defiende la separación total y absoluta de la Iglesia y el
Estado. Según ellos los eclesiásticos que colaboraban con el
Estado perdían su pureza y no podían administrar los sacramentos,
por lo que era dificil establecer una jerarquía eclesiástica, así lo
constaba el hecho de que los obispos, equivalentes a los
gobernadores de las provincias romanas, podían dictar sentencias
de carácter inapelable.
• Pelagianismo. Admite que el hombre puede obrar el bien por sí
mismo, rechazando así el pecado original.
1) El Hombre, la Moral y la Política
Cada hombre concreto sujeto de redención, posee dentro de sí una
realidad que se muestra como razón. Esta razón es el alma en el
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sentido propiamente humano, aquel aspecto que lo diferencia de los
seres vivos. Esta alma posee diversos niveles, relacionados con los
niveles del conociminento.
El alma es lo que define propiamente al hombre y es una sustancia
dotada de razón destinada a regir su cuerpo. Esta concepción
manifiesta una visión dualista, al estilo platónico, según el cual el
hombre es un compuesto de dos elementos: alma y cuerpo.
Estos dos componentes pertenecen a dimensiones distintas: el alma es
algo inmortal, espiritual y sede de la inteligencia; el cuerpo es un
componente material que debe ser dirigido por el alma. Sin embargo,
por el pecado original el hombre es un ser caído y su alma no tiene
fuerza para dominar el cuerpo sino que éste domina a aquella.
Las consecuencias que se derivan de la interpretación del hombre
como un ser caído afectan a la explicación del comportamiento
humano desde el punto de vista de la moral.
En Grecia el comportamiento moral estaba ligado al conocimiento, en
la mentalidad Agustiniana la moral va unida a la voluntad.
2) El Libre Albedrío
El hombre nace con una voluntad débil. Esta voluntad se entiende
como libre albedrío, es decir, la capacidad de elegir libremente. Es esta
la que se encuentra deteriorada en el hombre e inclinada más a favor
del mal que del bien.
Para solucionar este problema, San Agustín acude a una intervención
exterior, derivada de la redención, que ayuda al hombre a recuperar su
estado de equilibrio y le da la posibilidad de tomar las decisiones. Es la
ayuda de la gracia que transforma el libre albedrío en libertad.
La libertad lleva al hombre a obrar el bien y, en su grado máximo, a no
poder obrar el mal. Este grado de libertad no se puede alcanzar en
este mundo. La libertad en su grado máximo el denominado libertas
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maior, propia de la vida de los santos, mientras que la libertad que
posee el hombre y le lleva a obrar el bien, la libertas minor, es
suficiente para su vida ordinaria.
3) Dios y la Creación. El problema del mal
En todo sistema Agustiniano hay un constante recurso a Dios presente
en el interior del hombre y término de la historia. La existencia de Dios
es exigencia de todo su pensamiento. No es necesario demostrarla
sino descubrirlo en el interior del hombre, este es el único modo de
superar las limitaciones y la mutabilidad de las cosas terrenas.
Este Dios es el creador, No el hacedor de los griegos. La creación no
es una constucción sino la formación a partir de la nada de todo lo
existente de acuerdo con las ideas eternas.
La creación es un acto libre de la voluntad divina, es su propio plan.
Las cosas fueron hechas no como cosas sino como semillas que se
despliegan en el tiempo. Este mundo es un conjunto de seres que
tienen diversos grados de perfección, ordenado de acuerdo con los
planes divinos. Esta escala de seres es tomada por los renacentistas
para entender la continuidad de la naturaleza.
San Agustín considera que el mal no puede ser objeto de creación
divina porque denotaría imperfección, sino una carencia y por lo tanto
no es algo realmente existente.
A esto San Agustín escribe que lo que existe como bien creado es
susceptible de corrupción y por lo tanto de alteración, sin embargo, no
es cambiar la sustancia sino modificarla y esta modificación es el mal;
el cual solamente puede existir como una modificación del bien. Es
pues, requisito necesario para que se dé el mal la existencia del bien.
El mal es algo que se ha introducido en el mundo a partir de la
aparición del pecado, por tanto el mal es responsabilidad del hombre.
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B. SANTO TOMAS
Santo Tomás de Aquino comenzó a estudiar a Aristóteles lo que le
llevó a la conclusión de que la incompatibilidad que se mantenía entre
la filosofía aristotélica y la fe cristiana eran falsas. Estas conclusiones
le proporcionaron un gran prestigio al lograr unir a Aristóteles con la fe
cristiana gracias a la agudeza y un amplio sentido intelectal. Él es el
creador del sistema filosófico cristiano que más ha influido en la
cultura del Occidente y el autor más importante en la enseñanza
académica de la Iglesia y en el amplio ámbito de influencia de la
misma.
Santo Tomás se muestra abiertamente partidario de la autonomía de
la razón en aquello que le es propio. Afirma la capacidad del hombre
para captar el universo y sus leyes. Pero esto no significa que haya
dos verdades como formulaban los averroistas, sino una única verdad
a la que se puede acceder por caminos distintos pero convergentes.
Según él el objetivo final de todo conocimiento es Dios. A este
llegamos mediante la revelación, pero tambien puede ser conocido
mediante la razón. La capacidad de conocer el universo limitado y
finito no es compatible con la existencia de una mente infinita, sino
exponente y resultado de ésta, como lo es el efecto respecto de la
causa
1) Naturaleza de Dios
Al decir que Dios es el existir puro, Santo Tomás afirma que Dios el la
plenitud absoluta. Este afirma que es patente la dificultad de
expresarnos repecto del tal Ser con un lenguaje limitado como el
nuestro.
Una primera vía para acercarnos es la vía de negación: se trata de
separar de Dios todo lo que no puede pertenecerle. Llegamos así, a
afirmarlo como inmóvil, inmutable, acto puro. Una segunda vía es la
analogía: nos lleva a afirmar en él todas las perfecciones que
observamos en las criaturas, lo afirmamos respectode Dios pero
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elevandolo al grado de infinitud. Según Santo Tomás: Dios posee en sí
todas las perfecciones que tienen los seres y además, en grado sumo.
Nuestra limitación nos hace concebir estas perfecciones como
separadas de su esencia, cuando en realidad, son la manifestación de la
única perfección de un ser.
2) Propiedades del Alma
Santo Tomás recoge la idea aristotélica de alma como vida o principio
de automovimiento. Esto lo lleva a deducir la existencia del alma y la
particularidad de la misma. El proceso de entender es concebido por él
como un rocesodesmaterializador por el que elentendimiento llega a leer
dentro y captar, superando lo corpóreo indvidual.
En ese mismo proceso se irá derivando las demás propiedades:
Substancia inmaterial con posibilidad de actividad propia y de
existencia independiente del cuerpo, por cinsiguiente
Inmortal, que sobrevive al cuerpo, como consecuencia de lo
anterior.
Única, este defiende la unicidad del alma del hombre y la carencia
de partes.
Creada. Cada alma individual es obra de Dios, según un plan
tratado por él desde el principio. Descarta la preexistencia, el
traduccianismo y el generacionalismo.
Dotada de entendimiento y voluntad. El alma racional tiene
facultades que les son propias, el entendimiento y la voluntad.
Estas no estan localizadas en ningun órgano del cuerpo.
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CONCLUCION
El carácter más fundamental y universal de la Filosofía escolástica,
es la unión de la Filosofía con la teología, o, si se quiere, de la
ciencia humana y natural, con la ciencia divina y revelada
La patrística es aquella fundamental fue la de redactar obras que
exponían la doctrina cristiana. Son los verdaderos iniciadores de la
filosofía cristiana al mismo tiempo que desarrollan la estructura
eclesial.
La tarea que realizó la patrística fue la de iniciar la construcción de
un pensamiento cristiano a partir del pagano
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BIBLIOGRAFIA
José Joaquín Pi Yagüe, colaborador de ARTEGUIAS
M. GRABMANN, Historia de la teología católica, Madrid 1985
P. PÉREZ GOYENA, Las escuelas teológicas españolas, “Razón y
Fe”, España
Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu Diccionario de filosofía
Herder, Barcelona, Herder, 1991
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991