Escuela de Gestión Pública Licenciatura en Administración ... · fundamental en grandes...
-
Upload
nguyendang -
Category
Documents
-
view
216 -
download
0
Transcript of Escuela de Gestión Pública Licenciatura en Administración ... · fundamental en grandes...
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 1
Universidad Mariano Gálvez de Guatemala
Escuela de Gestión Pública Licenciatura en Administración Municipal
CULTURA DEMOCRATICA
MÓDULO“A”UNIDAD “1 ” Punteo 5 puntos
Semana del 14/07/2014
al 21/07/2014
Nociones generales de la cultura democrática y educación para la paz componentes en el gobierno municipal
El Módulo A unidad 1 está orientado a lograr desarrollar la destrezas del pensamiento desde la visión de la Cultura democrática se delimita dentro del contexto de la acciones del gobierno y administración municipal, con énfasis en la participación ciudadana, la equidad de género y la multiculturalidad de los pueblos mayas en el Estado de Guatemala. La consolidación de la democracia como sistema de gobierno y como forma de vida solo puede ser posible con efectivo Estado de Derecho que le dé sustento y como la existencia de una cultura democrática con principios de legalidad, del permanente respeto y obediencia a las leyes que la sociedad guatemalteca misma se impone por consenso para su convivencia pacífica y armónica desde los Acuerdos de Paz Firme y Duradera.
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 2
GUÍA PROGRAMÁTICA MÓDULO “A ” UNIDAD “1”
Semana del 14/07/2014 al 21/07/2014
Estimado(a) estudiante: las actividades de enseñanza-aprendizaje-evaluación del curso
para la semana consiste en:
Mes de
Punteo Tiempo
estimado de realización
PLAZO JULIO
L M M J V S D
14 15 16 17 18 19 20
Revisar el portal con respectivo información. Participar en mensaje, foros, glosario, chat,
1
1 hora diaria
x x x x x
x x
Asistencia Participación en la clase presencial para los talleres 1 y 2: Debate, foros, exposiciones relacionado al módulo
1
2 horas
x
Autoevaluación de aprendizaje de acuerdo a las preguntas.
1 ½ hora
x
Leer, estudiar , analizar la documento diseñar y redactar Caratula e introducción
1 2 horas diarias
x x x x x
x x
Redactar las conclusiones planteadas en el MARCO TEORICO de la Unidad del Módulo
1hora x x x x x
x x
Plantar soluciones a corto plazo de acuerdo a las necesidades, intereses y problemas que requiere la oficina donde labora
1
1 hora x
Citar la bibliografía que cita la unidad
1 hora
x x
Subir la Tarea o entregarla 5 puntos
x
Mensaje de Motivación
Humberto Maturana en su obra “La democracia es una obra de arte” (1995) ha señalado que
para saber cómo surgió la democracia hay que reflexionar sobre la cultura porque la
democracia en América Latina hace parte de una cultura patriarcal (cultura greco-judeo-
cristiana) que genera conflictos por la continua presión patriarcal para su supervivencia y por la
restitución de la apropiación de los temas de la comunidad por una o por un grupo pequeño de
personas y esta es la primera fuente de conflictos de la historia occidental, en la historia del
intento del vivir democrático.
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 3
INTRODUCCIÓN1
El curso de Cultura Democrática tiene una base de ideología fundamental en grandes exponentes como: John Locke (1632-1704) desarrolla una teoría contractualista de la sociedad y del Estado, que anticipa muchos principios del liberalismo y que serían de gran influencia en la historia de la democracia. Estos principios son: la idea de una libertad y una igualdad natural de los hombres, el derecho del individuo a la propiedad (vida, libertad, propiedades),
tolerancia religiosa, la supremacía de la sociedad sobre lo política, la supremacía del derecho, la división de poderes entre legislativo y ejecutivo, y el derecho de resistencia de los ciudadanos contra un gobierno injusto, así como el gobierno por consentimiento dentro de unos fines y unos medios delimitados para ejercer el poder público.2 La democracia es para Montesquieu una de las formas de Estado en la que el poder está en manos del pueblo en su conjunto. Al clasificar las formas de Estado, Montesquieu establece una nueva tipología diferente de las formuladas con anterioridad. Su tipología tripartita habla de monarquía, despotismo y república. Llama monarquía a la forma de Estado en la que el gobierno está en manos de una sola persona, pero el poder se ejerce según leyes establecidas y promulgadas. Cuando el poder está en manos de una sola persona y se 3ejerce de manera arbitraria, sin leyes fijas y publicadas, estamos ante el despotismo. La aportación de Rousseau a la teoría de la democracia ha conocido un curioso fenómeno, no único, sin embargo, en la historia de la teoría política. Rousseau ha sido considerado un exponente clásico de la democracia, un apóstol de la democracia, el iniciador del concepto moderno de democracia, o incluso como el soñador de la democracia. Sin embargo, atendiendo a su obra Contrato social (1762)4 y a sus propuestas concretas de reforma política para Francia o Polonia, él no se vio a si mismo como se le ha visto después, es decir, como un pionero luchador o defensor de la democracia directa en territorios pequeños. En todo caso, su aportación más fundamental a la teoría política es su concepto de la soberanía, en relación con la cual se le ha adjudicado un concepto de democracia, que él mismo no había formulado, pues para él la democracia es una de las formas posibles de organización del poder ejecutivo, a la que no le concede por cierto mucha viabilidad.4 Tocqueville destaca numerosas cualidades positivas de la democracia (Democracia: I,226-240). Entre ellas señala que evita el centralismo de Francia y hace posible un desarrollo político tranquilo. Señala asimismo la capacidad del sistema democrático para corregir los fallos que se produzcan. Él sabe que los dirigentes elegidos son propensos a cometer fallos, a hacer malas leyes, por ejemplo. Pero estos fallos se pueden corregir, pues una mala ley se puede corregir fácilmente cuando la duración de los cargos políticos es corta. por lo que la elección de los cargos políticos para períodos cortos es una buena nota práctica. 5
2 John Locke, Dos Ensayos sobre el gobierno civil. Edición de J. Abellán. Madrid, Espasa-Calpe, 1991;
John Locke, Carta sobre la tolerancia. Edición de Pedro Bravo. Madrid, Tecnos, 1985. 3 Charles Montesquieu, Del espíritu de las leyes. Traducción de Mercedes Blázquez y Pedro de Vega. Madrid, Tecnos, 1972.
4 Jean-Jacques Rousseau, El contrato social. Traducción de Consuelo Berges. Madrid, Aguilar, 1969
5 Alexis de Tocqueville, La democracia en América. Edición crítica preparada por Eduardo Nolla.
Madrid, Aguilar, 1990, vols. I y II. El libro es el resultado de un viaje a los Estados Unidos, que Tocqueville emprende con su amigo Gustave de Beaumont en abril de 1831. A su regreso a Francia, en febrero de 1832, escribe el primer volumen de La democracia en América, que se publica en 1835. El
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 4
COMPETENCIAS
Unidad “3 y 4”
T E M A
MODULO Competencia
Describe los enfoques teóricos de la
cultura democrática dentro del contexto
del gobierno y administración municipal
segundo volumen se publica en 1840
LO QUE DEBO APRENDER
GLOSARIO QUE DEBEMOS
INVESTIGAR
Cultura
Democracia
Mapa conceptual
Cultura Democrática
Cultura Política
democrática
Ciudadana
democrática.
Democracia cultural
Tolerancia y cultura democrática
Los límites de la cultura democrática
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 1
CONTENIDO6
A. Descripción del contenido lo que va estudiar
1. 6 Salazar Ugarte, Pedro 2006 DEMOCRACIA Y (CULTURA DE LA) LEGALIDAD.México
Parte de la democracia moderna que deja entonces al pueblo las grandes decisiones y establece un sistema de representación para que, en su nombre, un equipo de personas que él designa en una asamblea, o en un acto que hace sus veces como es la votación general, adopte otras decisiones o realice otros nombramientos de autoridades y gobierne la comunidad. Los elegidos de acuerdo a las normas democráticas representan al pueblo en las tareas de gobierno (las autoridades del Poder Ejecutivo), o en el debate mismo (los parlamentarios). Los designados por quienes recibieron el encargo de hacerlo como consecuencia de la primera elección, representan también al pueblo en las distintas funciones que se les
encomienda desempeñar. Es el caso de los jueces que son normalmente nombrados
por procedimientos en los que intervienen los miembros de los poderes elegidos, o el Defensor del Pueblo, que es designado por el Congreso. Lo son también los miembros de los organismos electorales que a su vez son designados por quienes
tampoco fueron elegidos, sino designados a su vez.Pero hay que reparar que la representación del pueblo en la democracia moderna no significa el cumplimiento
inexorable de la voluntad de la mayoría. La voluntad del pueblo, que es más que la mayoría contingente, es la que se expresa en las competencias y en los límites constitucionales, es la que se expresa en las cartas de derechos y en los principios de protección de la persona que consagra el sistema.
Es importante
subrayar que
una cultura
democrática
A. 3 Preguntas Previas de conocimiento relacionado al
tema que deberá escribir en su tarea y explicarlo en las
clases presenciales.
1. Expectativas que tiene para el curso de Cultura
Democrática y cuál considera que sea la base legal
2. Explique en su tarea que significa Cultura Democrática
y por qué es importante para la ciudadanía
3. Explique por qué es importante que dentro de la
administración municipal debe implementarse la
formación de cultura democrática.
4. Los Acuerdos de Paz Firme y Duradero son parte de la
Cultura Democrática de Guatemala.
5. LE RECUERDO QUE EN CLASE DEBE EXPLICAR los
dos mapas conceptuales
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 2
¿Qué significa cultura?7
La Palabra Cultura proveniente del verbo latino colere, en su origen cultura significa cultivo, cuidado. Era el cultivo y el cuidado de la tierra (agricultura), de los niños (puericultura) y de los dioses y lo sagrado (culto). Como cultivo, la cultura era una acción que conduce a realización de las potencialidades de algo o de alguien, era hacer brotar, florecer y beneficiar.
En la historia de Occidente, este sentido se fue perdiendo hasta que, en el siglo XVIII, con la Filosofía de la Ilustración, la palabra cultura resurge, pero se convierte en sinónimo de civilización. Sabemos que civilización deriva de la idea de vida civil, de vida política y de régimen político. Con el
Iluminismo, es el patrón o el criterio que mide el grado de civilización de una sociedad. Así, la cultura pasa a ser un conjunto de prácticas que permite valorizar y jerarquizar los regímenes políticos, según un criterio de evolución. En el concepto de cultura se introduce la idea de tiempo, pero continuo, lineal y evolutivo, de tal modo que cultura se convierte en sinónimo de progreso. Se valora el progreso de una civilización por su cultura y se valora la cultura por el progreso que trae a una civilización.
El concepto iluminista de cultura, profundamente político e ideológico, reaparece en el siglo XIX, cuando se constituye una rama de las ciencias humanas, la antropología. En su comienzo, los antropólogos conservarán el concepto iluminista de evolución o progreso. Al adoptar esta noción, establecieron un patrón para medir la evolución o el grado de progreso de una cultura, y ese patrón fue el de la Europa capitalista. Las sociedades pasaron a ser evaluadas según la presencia o la ausencia de algunos elementos que son propios del Occidente capitalista y la ausencia de esos elementos fue considerada un signo de falta de cultura o de una cultura poco evolucionada. ¿Cuáles son esos elementos? El Estado, el mercado y la escritura. Todas las sociedades que desarrollaron formas de intercambio, comunicación y poder diferentes del mercado, de la escritura y del Estado europeo fueron definidas como culturas “primitivas”.
La noción de primitivo sólo puede ser elaborada si es determinada por la figura de no-primitivo, por lo tanto, por la figura de aquel que realizó la “evolución”. Esto implica no sólo un juicio de valor, sino todavía más: significa que aquellos criterios se convirtieron en definitorios de la esencia de la cultura, de tal modo que se consideró que aquellas sociedades que “todavía” estaban sin mercado, sin escritura y sin Estado llegarían necesariamente a ese estadio. La cultura europea capitalista no sólo se coloca como el fin necesario del desarrollo de toda cultura o de toda civilización, sino que al ofrecerse como modelo necesario del desarrollo histórico legitimó y justificó, primero, la colonización y, después, el imperialismo.
En el siglo XIX, la idea de cultura sufre una mutación decisiva porque es elaborada como la diferencia entre naturaleza e historia. Es la ruptura de la adhesión inmediata a la naturaleza, adhesión propia de los animales, e inaugura el mundo humano propiamente dicho. El orden humano es el orden simbólico, esto es, la capacidad humana para relacionarse con lo ausente y con lo posible por medio del lenguaje y del trabajo. La dimensión humana de la cultura es un movimiento de trascendencia, que coloca a la existencia como poder para superar una situación dada gracias a una acción dirigida a aquello que está ausente. Por eso mismo, y solamente en esa dimensión, es que se podrá hablar de historia propiamente dicha.
2. 7 Salazar Ugarte, Pedro 2006 DEMOCRACIA Y (CULTURA DE LA) LEGALIDAD.México
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 3
Qué significa Democracia.
Si definir la democracia es explicar lo que significa el
vocablo, el problema se resuelve rápidamente; basta
con saber un poco de griego. La palabra significa,
literalmente, poder (kratos) del pueblo (demos). Pero
así sólo hemos resuelto un problema de etimología:
solamente se ha explicado un nombre. El problema
de definir la democracia es mucho más complejo. El
término democracia quiere decir algo. ¿Qué? Que la
palabra "democracia" tenga un significado literal o
etimológico preciso no nos sirve de ayuda para entender qué realidad se corresponde con ella ni de
qué modo están construidas y funcionan las democracias posibles. No nos sirve de ayuda porque entre
la palabra y su referente, entre el nombre y el objeto, hay un trecho muy largo.
Una vez establecido que el significado literal del término se corresponde poco y mal con su referente,
¿cómo hacemos? A primera vista puede parecer que la solución es fácil. Si es cierto que la voz es
engañosa, ¿por qué no denominar las cosas con etiquetas que no lo sean? Se ha constatado que las
democracias son en realidad "poliarquías".1 Admitiendo que la constatación sea exacta, ¿por qué no
llamarlas así? La respuesta es que aunque el término "democracia" es engañoso a efectos
descriptivos, es necesario a efectos normativos. Un sistema democrático está sustentado en una
deontología democrática, y lo que la democracia es no puede separarse de lo que la
democracia debería ser. Una experiencia democrática se desarrolla a caballo del desnivel entre el
deber ser y el ser, a lo largo de la trayectoria marcada por unas aspiraciones ideales que siempre van
más allá de las condiciones reales.
La palabra democracia desde siempre ha indicado una entidad política, una forma de Estado y de
gobierno; y ésa sigue siendo la acepción primaria del término. Pero dado que hoy en día hablamos
también de democracia social y de democracia económica, estaría bien establecer en cada momento
qué queremos decir.
La noción de democracia social se plantea con Tocqueville en su obra La democracia en América. Al
visitar Estados Unidos en 1831, Tocqueville quedó impresionado sobre todo por un "estado de la
sociedad" que Europa no conocía. Cabe recordar que respecto a su sistema político Estados Unidos
entonces declaraba que era una república, todavía no una democracia. Y por lo tanto Tocqueville
percibió la democracia estadounidense en clave sociológica, como una sociedad caracterizada por la
igualdad de condiciones y preponderantemente guiada por un "espíritu igualitario". Aquel espíritu
igualitario reflejaba en parte la ausencia de un pasado feudal, pero expresaba también una profunda
característica del espíritu estadounidense.
Características de la democracia
1) La democracia es algo más que un conjunto de instituciones específicas de gobierno: se basa
en un grupo de valores, actitudes y prácticas bien comprendidas que adoptan diferentes
formas y expresiones en las distintas culturas y sociedades del mundo. Las democracias se
basan en principios fundamentales, no en prácticas uniformes.
2) La democracia es una forma de gobierno en la que todos los ciudadanos adultos ejercen el
poder y la responsabilidad cívica, ya sea directamente o por medio de representantes
libremente elegidos.
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 4
3) La democracia se basa en los principios del gobierno de la mayoría y los derechos
individuales. Las democracias evitan los gobiernos centralizados todopoderosos y los
descentralizan en múltiples niveles de regiones y localidades sabiendo que todos los niveles
del gobierno deben ser lo más accesibles y dúctiles al pueblo como sea posible.
4) Las democracias comprenden que una de sus principales funciones es proteger ciertos
derechos humanos básicos, como la libertad de expresión y de religión; el derecho a la
protección de la ley en un plano de igualdad; y la oportunidad de organizarse y participar
plenamente en la vida política, económica y cultural de la sociedad.
5) Las democracias realizan con regularidad elecciones libres y equitativas, abiertas para todos
los ciudadanos en edad de votar.
6) Los ciudadanos de una democracia no sólo tienen derechos, sino también la obligación de
participar en el sistema político y éste, a su vez, protege sus derechos y libertades.
7) Las sociedades democráticas se comprometen a respetar los valores de la tolerancia, la
colaboración y el compromiso. En palabras de Mahatma Gandhi, “La intolerancia es, en sí
misma, una forma de violencia y un obstáculo para el desarrollo de un espíritu
verdaderamente democrático
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 5
Pero que es la Cultura Democrática8
Entendemos por "cultura democrática" o "democracia de la cotidianeidad", formas de conducta que, generadas en las dimensiones moleculares de la sociedad (micro-organizaciones, espacios locales, relaciones a escala humana), estimulan, a la vez que respetan, el surgimiento de los potenciales contenidos en la diversidad, haciendo posible así conciliar participación con heterogeneidad. Afirmándonos en un principio sistémico ecológico, suponemos que el fomento de la diversidad es positivo, por cuanto: la vulnerabilidad de un sistema vivo es inversamente proporcional a la diversidad que contiene.
La cultura de la democracia
El ser humano siente los más diversos deseos, a veces contradictorios. La gente quiere seguridad, pero anhela la aventura; aspira a la libertad individual, pero exige la igualdad social. En la democracia ocurre igual y es importante reconocer que muchas de esas tensiones, e incluso paradojas, están presentes en todas las sociedades democráticas.
Por este concepto entendemos el conjunto de principios, políticas y acciones incluyentes, participativas, formativas, innovadoras, creativas, estimulantes, corresponsables, concientizadoras y legitimadoras de las diferencias encargadas de circunscribir, en el ámbito de la cultura, la puesta en escena de los valores democráticos que, en respeto, libertad y responsabilidad, la ciudadanía, a través de su diversidad y sus prácticas culturales (Democracia Cultural), pone de manifiesto al interactuar consigo misma, con el estado, con la institucionalidad, con la norma, con los otros, con la ciudad, con la naturaleza y con el mundo en general (Cultura Político Democrática).
En este sentido, puede entenderse como el conjunto de atributos éticos, estéticos y morales que, a través de las prácticas, actitudes y valoraciones de la ciudadanía, describen y califican la naturaleza incluyente y participativa de los valores democráticos en su correlato político y, por lo mismo, socio-espacial. Así, no sólo se sirve de los múltiples escenarios físicos y virtuales que, hoy en día, constituyen la noción de espacio público, sino que contribuye con la construcción democrática y pluralista de lo público en cuanto tal.
8 Barragán H, Rey. América Latina. Alternativas para la democracia. M.A. Caracas, 1992.
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 6
1) Cultura Política Democrática
Por este concepto entendemos tanto la percepción subjetiva que la ciudadanía tiene del estado, de la institucionalidad y del poder, como la capacidad que la misma tiene de validar, incidir o transformar, a través de su activa participación y desde sus actitudes, prácticas y valoraciones culturales, el poder mismo pudiendo contribuir en la toma de decisiones que tienen un claro impacto sobre lo social a la luz de dinámicas concretas de aceptación, apropiación, validación, rechazo, crítica o proposición; desde aquí, resulta esencial para que la ciudad alcance el grado de gobernabilidad democrática y democratizadora que permita que los ciudadanos y ciudadanas se sientan activamente comprometidos con su efectiva apropiación, cuidado y transformación.
2) Ciudadana democrática.
La entendemos como el medio y el fin de la Cultura Democrática. Como medio en tanto aporta la masa crítica social que, en atención a su diversidad cultural, su capacidad de expresión y su posibilidad de interlocución, afirma la base pluralista que anima, fortalece y recualifica la democracia. Como fin en tanto resulta ser la prueba fehaciente de un Estado que le apuesta a la diversidad, a la inclusión social, a la corresponsabilidad y a los derechos de la diferencia como sostén y soporte de su propia legitimidad.
3) Democracia cultural
Por este concepto entendemos aquella concepción de la cultura que, amparada en principios democráticos como la justicia, la inclusión, la libertad y la equidad, propende por la aceptación de las diferencias, por la promoción y defensa de la identidad y el patrimonio común y por el rechazo a toda forma de exclusión, prejuicio o discriminación que impida la afirmación y construcción diversa y colectiva de la ciudad a través de sus múltiples formas de expresión, participación, recreación y creación.
4) Corresponsabilidad democrática
La entendemos como el atributo político fundamental de la ciudadanía en tanto permite evaluar la naturaleza de ésta en su dimensión pro-activa y su papel potencial a la hora de construir una Cultura Democrática basada en la interacción consigo misma, con el Estado, con el otro, con la naturaleza, con la ciudad y con el mundo en general; en esta medida, promueve y posibilita la apropiación de los valores democráticos, en “clave” de participación, derechos y compromisos, traduciéndolos en práctica cultural, hábito y comportamiento. Satisfacción Ciudadana
La entendemos como soporte de la gobernabilidad democrática en tanto resultado efectivo de una eficiente administración del Estado derivada de su capacidad de interlocución con la ciudadanía, de su capacidad de respuesta a las necesidades básicas de la población, de su papel de garante en la realización de derechos y libertades, así como del adecuado manejo de la inversión social y el gasto público, requisito fundamental de toda forma de apropiación, realización y disfrute de la ciudad.
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 7
5) Cultura de Paz La Cultura de Paz es el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto de la vida, de la persona humana y de su dignidad, de todos los derechos humanos; el rechazo de la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de democracia, libertad, justicia, solidaridad, cooperación, pluralismo y tolerancia, así como la comprensión tanto entre los pueblos como entre los grupos y las personas sin importar sexo, etnia, religión, nacionalidad o cultura.”
6) La tolerancia en la cultura democrática La tolerancia como presupuesto fundamental para la construcción de una cultura de la democracia no debe interpretarse como la fundación de una sociedad permisiva donde no haya límites a sus libertades porque la tolerancia también tiene sus límites. La sociedad no debe tolerar los actos terroristas, la corrupción administrativa y las políticas antidemocráticas, porque ello sería negarse como sociedad que pretende fundar una cultura de la democracia en sus prácticas sociales o políticas. La sociedad debe tolerar todas las manifestaciones culturales que profundicen en el reconocimiento y respeto por el otro, en las prácticas sociales que fomente el pluralismo, el multiculturalismo y la ética y, debe tolerar todas las manifestaciones culturales y políticas donde la sociedad se reconozca a sí misma al reconocer a los demás. Ahora bien, el modelo de la democracia representativa y pluralista consideran muchos analistas que en la realidad no existe porque en este continente han imperado las dictaduras y los regímenes militares, y la democracia ha sido una excepción que la mayoría de los casos son democracias restringidas. La tolerancia debe trascender ese nivel del respeto por la diferencia y acentuarse hacia un reconocimiento del otro para confluir en un pluralismo que garantice el diálogo y la concertación política. El pluralismo abre espacios en la sociedad para el reconocimiento político y la reconstrucción social de un país en sus diferencias multiculturales. Este es un proceso ético y político bajo los presupuestos de la sensibilidad social que descubre el sentido genérico de la solidaridad y la reciprocidad.7 La concepción del respeto no es la de la aceptación, sin lugar a ser susceptible de duda, en donde se anula la crítica ni la del acatamiento por la imposición vertical de una autoridad en donde se expresan comportamientos como la obediencia, cumplimiento del deber y temor.
7) Los límites de la cultura democrática En la democracia moderna se ha establecido una división no sólo en razón de las funciones, sino también en razón de las circunscripciones territoriales con el propósito de permitir una más cercana participación en la toma de decisiones por parte de los ciudadanos de un Estado. Por eso se han repartido las competencias y se encomiendan determinadas tareas al gobierno central y otras se encargan a las autoridades regionales o municipales. Así se fijan una serie de límites de índole territorial que hacen que los actos desarrollados por autoridades fuera de su circunscripción no sean estimados como válidos y sean, por el contrario, rechazados por el ordenamiento jurídico.
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 8
En forma de conferencia
¿Por qué estudiar la cultura democrática?
La cultura democrática es una construcción continua en disputa por toda la sociedad y no la marca registrada de ciertos sectores privados; dicha cultura democrática no puede sostenerse en privatizar la esfera y la opinión pública o privilegiar la pureza idealista de las instituciones mientras las mayorías aún padecen los riesgos continuos de la concentración de la riqueza en pocas manos. Una cultura
democrática en construcción exige modificaciones en el diseño institucional centrado en lo humano-naturaleza y no en la maquinaria de acumulación capitalista.
La más común definición del concepto de cultura nos dice que se llama así al “bagaje de conocimientos, habilidades y costumbres que un pueblo tiene”. Pero cuando éste se proyecta sobre el tema de la política sufre ya un cambio connotativo importante. Por eso cultura, en un sentido político, más bien son los principios y valores que definen la conducta y el orden político de una sociedad. Y por eso también, de la observación de aquella conducta y de aquel orden político, se puede extraer el verdadero perfil cultural de una nación. De lo que entiende como bueno o malo, como útil o innecesario, como racional o irracional. En síntesis, cultura no es otra cosa que conducta y organización, es decir, cómo hace su vida un país; o, en otras palabras, qué cosas le parecen importantes y qué cosas no, desde el punto de vista político y social.
Es bueno entonces preguntarse dónde reside la fuerza de un Estado democrático, porque aunque estos tienen la facultad legal de imponer el orden por la fuerza, ninguno se maneja por la sola presión estatal, ya que en eso consiste la esencia democrática, en un acuerdo de conducta voluntario, no obligado. El verdadero elemento cohesionador de una sociedad democrática es la común aceptación de unas determinadas ideas basadas en la libertad y el respeto a los derechos individuales. En el caso de las democracias modernas las ideas liberales, que ponen los derechos de las personas como asunto central, si bien también piensan que los Estados son necesarios, pero para proteger a las personas de las agresiones externas, y para cuidar el orden social y la propiedad de las personas: Nunca para dictar la vida de la gente, es decir, decirle cómo tiene que pensar o qué trabajo debe hacer, o cuanta riqueza puede acumular.
En otras palabras, sin el elemento de la racionalidad social (que traduce la cultura democrática) y de la cual deriva el valor de la libertad individual, no hay convivencia democrática. No se puede imponer los valores ni las ideas democráticas a palos, también porque en su base filosófica está el respeto por los derechos individuales.
Por eso es preciso recordarle a todos aquellos que defienden la idea de una revalorización de la identidad de los grupos sociales originarios o minoritarios, que si bien es legítima la defensa de esta identidad eso no debe concebirse en términos de confrontación, ni de negación de otros sectores sociales (que es como hoy el populismo de izquierda entiende esa reivindicación) porque no es sobre la base de la pelea y la confrontación social que se fundan los países democráticos, sino más bien sobre la idea de respeto por los derechos generales, y para esto es preciso el sentimiento de sociedad común, con metas y ambiciones comunes (disminuir la pobreza, una de ellas).
Veamos sino el caso de países como Inglaterra o Estados Unidos. Allí viven en armonía una diversidad de culturas provenientes de todos los lugares del mundo, algunas con ideas y costumbres casi contradictorias de las demás, sin embargo de lo cual no viven atentando contra los derechos de los demás, ni agarrándose a palos. ¿Por qué eso es así? Pues porque han
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 9
aceptado los valores democráticos como de obligatorio cumplimiento. Es decir, han hecho suya una misma cultura política como el referente de organización y conducta de su sociedad. Éste es, en última instancia, su verdadero vínculo cohesionador y lo que se podría llamar también su denominador cultural común.
Otra aclaración, la referida a la equivocada idea que la Democracia debe uniformizar la sociedad, es decir, que en Democracia todos deben ser iguales, igualdad que se la entiende en función de las condiciones económicas de las personas. En las democracias occidentales las personas son iguales, pero se trata de una igualdad más bien formal, porque como dicen algunas Constituciones, los hombres “nacen libres e iguales” pero en cuanto a su condición de personas. Es decir, tienen los mismos derechos y pueden disfrutar de las mismas libertades en condición de igualdad con sus semejantes. Una cosa es que las personas tengan los mismos derechos y obligaciones sociales y otra muy diferente que el espíritu de la Democracia tenga que ver con la uniformización de la sociedad.
Las democracias, más bien, son sistemas que sirven para ordenar la vida en comunidad de los desiguales, sirven para que lo que no es igual encuentre un vínculo de cohesión, equilibrio y respeto. La desigualdad de inteligencia, de capacidades o de posición económica entre las personas deviene de la propia naturaleza de las cosas; de ahí que quienes afirman que las democracias deben tender a la abolición de las desigualdades, no entienden el fondo del asunto, ni la naturaleza de la misma y suelen terminar imponiendo regímenes fascistas. La pretensión de abolir las desigualdades económicas mediante la intervención del Estado implica siempre la negación de la libertad esencial de los hombres. La misma que les permite a unos prosperar más que otros, o desarrollar diferentes capacidades para la sobrevivencia y por eso mismo acumular más que otros. Tal aspiración es propia de los regímenes autoritarios, y la historia nos muestra que esas experiencias de igualación social forzadas, han devenido, más bien, en la supresión de las libertades democráticas y en pobreza catastrófica. Hay que tener cuidado con los que pregonan tal entendimiento porque en el fondo lo que quieren suprimir son las libertades democráticas.
A. Preguntas generadoras de aplicación como futuro profesional
ocupando el puesto de funcionarios o empleados públicos que
aspectos debería aplicarse
1. Qué retos tiene el gobierno municipal en promover la cultura
democrática para los ciudadanos
2. Cómo aplicaría en el quehacer laboral de la administración municipal
la cultura democrática
3. Plantee 4 soluciones que considera importante para implementar la
cultura democrática donde labora
Módulo “A” | Universidad Mariano Gálvez de Guatemala | 2014
Página 10
BIBLIOGRAFÍA LIBROS CONSULTADOS
1. Cortina, Adela. La ética de la sociedad civil. En ética ciudadana y derechos humanos de los niños. Ed Magisterio. Bogotá, 1998.
2. Barragán H, Rey. América Latina. Alternativas para la democracia. M.A. Caracas, 1992.
3. Flores Dávila, Julia Meyenberg Yolanda. 2000 Ciudadanos y Cultura De la Democracia. Relas, instituciones y valores de la democracia. México. IFE
4. Mendoza, Carlos 2000 Guatemala: más allá de los Acuerdos de Paz La democracia en un país multicultural
5. Mendoza, Carlos (1999), Aproximación al funcionamiento de los mercados indígenas de
Guatemala (Universidad Francisco Marroquín, Guatemala).
6. Salazar Ugarte, Pedro 2006 DEMOCRACIA Y (CULTURA DE LA) LEGALIDAD.México ENLACES http://www.las2orillas.co/una-cultura-para-la-democracia-la-tolerancia/