Escuela Itinerante de Formación Política, Educación para ... itinerante... · de confesar los...

40

Transcript of Escuela Itinerante de Formación Política, Educación para ... itinerante... · de confesar los...

Escuela Itinerante de Formación Política, Educación para la Paz y la Democracia - “Trenzando saberes y poderes”ISBN - 978-958-98619-1-2

Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armadoElaborado por: Marina Gallego Zapata - Abogada, aspirante a magister Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Cortes Internacionales - 2010.

Ruta Pacifica de las MujeresCoordinación Nacional:Marina Gallego Zapata

Coordinaciones Regionales: Antioquia – Laura Zuleta OrtizBolívar – Dunia León FajardoCauca – Alejandra Miller RestrepoChocó – Nubia Castañeda BustamantePutumayo – Amanda Lucía Camilo IbarraRisaralda – Sonia Pachón FernándezSantander – Ana Mendoza Díaz / Sandra Liliana Luna DelgadoValle del Cauca – María Teresa Arizabaleta de García

Módulos Escuela Itinerante de Formación Política, Educación para la Paz y la Democracia - “Trenzando saberes y poderes”:No. 1 - Guía para emprender la ruta educativa: marco conceptual y pedagógico - Laura VitaleNo. 2 - Las rutas de los feminismos, pacifismos y resistencia – Diana María MontealegreNo. 3 - En ruta con los derechos humanos de las mujeres - Diana GutiérrezNo. 4 - Rutas para la transformación de los conflictos - Laura Badillo RamírezNo. 5 - Verdad, Justicia y Reparación: deuda pendiente con las mujeres - Olga Amparo Sánchez GómezNo. 6 - Incidencia política feminista - Alejandra Miller RestrepoNo. 7 - Enfoque de paz de la Ruta Pacífica de las Mujeres – Olga Lucía Ramírez RamírezNo. 8 – Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado – Marina Gallego Zapata

Diseño y Diagramación:Sergio Andrés Yepes S. - Núcleo Comunicaciones &1/2ª

Fotografía Original:Santiago Aguirre S.

Impresión:Gurú - Comunicación Creativa

Con el apoyo financiero de:Unión EuropeaAgència Catalana de Cooperació al DesenvolupamentCooperaccióIntermón OxfamSuippcol

Una publicación de la Ruta Pacífica de las Mujeres - 2010

«Este documento se ha realizado con la ayuda financiera de la Comunidad Europea, en el marco del Proyecto 5457 – “Participación de las mujeres en la defensa de su derecho a una vida libre de violencias y por la resolución negociada del conflicto armado en Colombia”. El contenido de este documento es responsabilidad exclusiva de la RUTA PACIFICA DE LAS MUJERES y en modo alguno debe considerarse que refleja la posición de la Unión Europea».

3Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

5

13

30

29

27

23

31

36

8

21

37

I. Introducción

II. La violencia contra las mujeres: un continuo entre lo privado, lo público y la guerra

III. La violencia contra las mujeres en el contexto del conflicto armado

IV. La impunidad, otra forma de violencia contra las mujeres

V. La memoria de las mujeres

VI. Documentar

VII. Guía para la documentación de casos

VIII. Conclusiones

IX. Anexo

X. Bibliografía

XI. Notas al final

Tabla de contenido

5Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

La Memoria Histórica se constituye en un proceso indispensable en la búsqueda de la verdad en Colombia, país donde persiste

el conflicto armado que ha tenido particulares afectaciones en millones de mujeres, y que generalmente son invisibles, minimizadas o puestas en contraposición de otras violaciones de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario.

A 10 años de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,1 no sólo el Estado no ha adoptado medidas para la protección de las mujeres de las acometidas de la guerra, sino que día a día las mujeres continúan expuestas a violencias en su vida privada y pública, cada vez más agravadas por el conflicto armado.

La Ruta Pacifica de las Mujeres por la salida negociada del conflicto armado, desde una concepción feminista, ha hecho seguimiento y denuncias de las graves afectaciones que el conflicto ha tenido en las mujeres. Por ello, considera fundamental los procesos de memoria y documentación de los hechos que sufren las mujeres como consecuencia de la guerra: memoria para que la voz de las mujeres relate su cotidianidad, las secuelas del conflicto armado y el afrontamiento que hacen para continuar con sus vidas.

Reescribir de las violencias generales, las consecuencias que para las mujeres ha tenido en sus vivencias y proyecto de vida,

no pasa sólo por dar su testimonio de lo ocurrido a otros, debe darse con una mirada de su propia identidad y su papel como sujeta activa en el proceso.

Cabe resaltar que muchas de las situaciones traumáticas para las mujeres en el contexto del conflicto armado se conectan con su historia personal; y, generalmente, en sus testimonios enlazan sus sufrimientos por los hechos violentos o vivencias traumáticas ocurridas desde la niñez o en relaciones emocionales con sus parejas, padres, madres, hijos e hijas.

Se hace necesario entonces hacer memoria de la violencia contra las mujeres, desentrañar cómo en el conflicto armado el patriarcado exacerba estas violencias, que también se ejercen en tiempos de paz. Una memoria demostrativa de que no han sido adecuadamente prevenidas ni sancionadas por el Estado colombiano y que en muchos casos han sido producidas por las propias fuerzas de seguridad, lo cual las hace más invisibles en contextos de guerra.

Para las mujeres, la memoria es un elemento fundamental en la construcción de sujeta activa en la dinámica política, del conflicto armado y como víctima, para la exigibilidad de los derechos a la verdad, justicia y reparación; y, finalmente, para la reivindicación de transformaciones estructurales que propendan por erradicar las violencias, generar condiciones de igualdad para las mujeres que las legitime como constructoras de una sociedad pacífica, ética y

I. Introducción

6 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

respetuosa de las diferencias, como la de hombres y mujeres, entre otras.

El presente módulo “Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado” se constituye en una herramienta para ahondar en los procesos pedagógicos y formativos para las mujeres. Se trata de un instrumento conceptual y metodológico con aportes para la construcción de la memoria de las mujeres a través de la documentación.

Se parte de los conceptos de violencias contra las mujeres desde una perspectiva feminista y recogiendo el Derecho Internacional de los Derechos Humanos en esta materia, plasmado en convenciones y tratados internacionales. En la segunda parte, abarca las formas de expresión de la violencia contra las mujeres en el contexto del conflicto armado y sus principales efectos.

Por último, se trabaja la memoria y la documentación recogiendo los aportes que la Ruta Pacifica ha desarrollado con relación a la memoria y documentación. Y finalmente, se brindan elementos metodológicos para la construcción de la documentación y la memoria histórica de las mujeres, basado en experiencias de otros países y los aprendizajes propios.

Algunos elementos del contexto

En Colombia, con el proceso de desmovilización de los grupos paramilitares, se visibiliza con mayor fuerza el protagonismo de las víctimas, generándose nuevas organizaciones de víctimas y el fortalecimiento de las organizaciones existentes.

Este dinamismo de las víctimas se evidencia y se expresa de manera más contundente en los procesos de negociación con los grupos paramilitares, donde el marco normativo que se pactó (Ley 975 de 2005) representaba para los victimarios beneficios que dejaban en la práctica por fuera los estándares internacionales de verdad, justicia y reparación, así como las garantías de no repetición; es decir, a cambio de confesar los crímenes cometidos, se aplica una pena alternativa que con respecto a los crímenes ejecutados es altamente favorable para los presuntos perpetradores. De igual forma, la reparación quedó atada a la confesión de los bienes obtenidos de forma ilícita, que en versión libre el versionado entregaría, quedando una ley a la medida de los victimarios y con poca o escasa intervención de las victimas al proceso.

Con el activismo de las víctimas y organizaciones acompañantes se logra que la Corte Constitucional module la Ley 975, llamada también Ley de Justicia y Paz, y le otorgue a las victimas un mayor protagonismo; además, condicionó las penas de los paramilitares a la confesión de crímenes, al aporte para el esclarecimiento de la verdad y obligó a tomar como bienes de los victimarios tanto los lícitos como los ilícitos, así como los confesados y no confesados. Estos irían a formar parte del Fondo Nacional de Reparación.

Para las víctimas del conflicto armado, reivindicar la verdad, justicia y reparación requiere de políticas que garanticen conocer lo que ha pasado y sigue pasando en dicho contexto y la aplicación de justicia con mayor proporcionalidad a los crímenes cometidos, así como la reparación para millones de víctimas.

En este proceso, las organizaciones de víctimas, de derechos humanos, organizaciones de mujeres y de paz, exigen la aplicación de

7Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

estándares internacionales en cuanto a verdad, justicia y reparación integral así como la necesidad de construir la Memoria Histórica, que sea complementaria a la búsqueda de la verdad.

En el país se cuenta con procesos incipientes para el conocimiento de la verdad de la violencia que ha padecido el país y que aún no termina. Diversos sectores sociales propugnan por el conocimiento de los hechos, de los contextos, los responsables, las consecuencias y afectaciones sociales, política y psicosociales en las personas, comunidades y la sociedad en general.

En este panorama se ha podido confirmar que la mayoría de victimas sobrevivientes son las mujeres, quienes han luchado incansablemente por conocer el paradero de sus seres queridos, por reconstruir su vida después de ser expulsadas y desplazadas hacia las ciudades y poblados; son quienes han padecido las violencias perpetradas por los grupos armados contra sus familiares y también han sido víctimas

de violencia sexual, feminicidio, reclutamiento forzado, tortura y desaparición forzada.

Sin embargo, también se puede verificar que es poco lo que se ha avanzado en las propias vivencias de las mujeres como fruto de los hechos violentos producidos contra sus familiares y contra sí misma; en muchos casos, opera el silencio o la negación por parte de ellas con relación a las afectaciones y consecuencias en su propia existencia.

Es imperativo que las mujeres propugnen por la elaboración de su memoria histórica, que elaboren y reelaboren la permisividad que la sociedad ha tenido para justificar las violencias cotidianas e invisibiliza la tragedia que se esconde tras los hechos de violencias en el país, donde las mujeres son el principal soporte para la continuidad de la vida y de la esperanza.

8 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

“M uchas culturas tienen creencias, normas e instituciones sociales que legitiman y por ende perpetúan la violencia contra la

mujer. Los mismos actos que se castigarían si estuvieran dirigidos a un empleador, un vecino o un conocido, suelen quedar impunes cuando el hombre lo dirige a la mujer, especialmente en el seno de la familia”2.

La violencia contra las mujeres, una práctica social instalada e históricamente aceptada, legitimada, normalizada por la cultura socio sexual patriarcal, asignándoles un carácter privado con connotaciones de problema de menor entidad en medio de las violencias de todo tipo que se dan en el país.

“En los sistemas socio sexuales patriarcales, las mujeres están expuestas desde la infancia a las violencias. La pertenencia al sexo femenino se constituye en el factor de riesgo. Como lo muestran las estadísticas, la violencia está dirigida fundamentalmente a las mujeres y es infligida por los varones tanto en el ámbito privado como en el público. El continuum de las violencias contra las mujeres y las niñas se ancla en relaciones de poder, subordinación y opresión y en prácticas que las legitiman y naturalizan. Prácticas fundamentadas por el hecho de ser mujeres. La legitimación procede de la conceptualización de las mujeres como inferiores y como propiedad de los varones, a los que deben respeto y obediencia. Una de las intenciones del ejercicio de la violencia es reforzar, reproducir y recrear la desigualdad sexual, la subordinación y la

opresión; su amenaza real o simbólica doblega la voluntad de las mujeres e impide los deseos de autonomía de ellas”3.

“La violencias que se ejercen dentro de las familias tiene sus especificidades, pero también raíces y lazos comunes con las diversas formas de violencia que hoy conocemos y sufrimos en el país. La violencia en las familias tienen actores definidos; generalmente, son quienes asumen posiciones de poder, autoridad y liderazgo dentro de los grupos familiares, sus víctimas concretas son esposas, amantes, madres, mujeres, niñas, niños”4.

“La violencias que se perpetra contra las mujeres en el marco del conflicto armado, como las acontecidas en el ámbito privado, son experiencias del cuerpo sexuado. Son los cuerpos los que la infligen y las violencias se ejercen sobre esos cuerpos. Son los cuerpos de los guerreros los que ejercen control y poder sobre los cuerpos de las mujeres, y son los cuerpos de las mujeres los que son humillados, ultrajados, violados con la pretensión de generar terror y control. Es de resaltar que los cuerpos de las mujeres no son espacios para el ejercicio de la violencia; también son cuerpos que resisten, exigen y vindican su derecho a vivir una vida libre de violencias”5.

Al igual que en el espacio privado, las violencias contra las mujeres se manifiestan física, psicológica, sexual y el sometimiento por dependencia económica o emocional; estas formas de violencias

II. Las violencias contra las mujeres: un continuo entre lo privado, lo público y la guerra

9Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

se trasladan y se expresan de igual manera en el conflicto armado: las mujeres son usadas, castigadas, torturadas, asesinadas, controladas, puestas bajo sospecha por el hecho de ser mujeres. Son indicadores de las condiciones que viven las mujeres en su casa, trabajo, escuela, calle y en escenarios de guerras. El sustrato y naturaleza de las violencias ejercidas se sustenta en la condición de subordinación de las mujeres.

Por esta razón, la violencia contra las mujeres no es una expresión en un contexto de guerra, simplemente se prolongan sea real o potencialmente ante escenarios autoritarios y militaristas; las mujeres quedan expuestas, con riesgos exponenciales basados en la subordinación y discriminación y las condiciones de injusticia en que viven. Estas circunstancias tienen profundas secuelas en la vida de las mujeres y su manera de vivir esta experiencia.

Por lo anterior, para documentar y para la memoria de la experiencia de las mujeres en el contexto del conflicto armado, es necesario profundizar en los hechos de violencia que generalmente han sufrido las mujeres en su historia de vida, y como se enlazan con los hechos de violencia padecidos en contexto de la guerra en el país, lo que posiblemente aportará para el análisis del continuum de las violencias contra las mujeres, como se prolongan desde el espacio privado al público y como se retroalimentan y se exacerba.

¿Qué es la violencia contra las mujeres?

Marco internacional de la violencia contra las mujeres

A pesar de la gravedad y sistematicidad de los hechos de violencias contra las mujeres en el mundo, el reconocimiento como una

violación a los derechos humanos en conferencias, declaraciones o convenciones internacionales, ha sido reciente.

En la Convención de Viena de 1993 de las Naciones Unidas, como consecuencia de una sistemática incidencia de los movimientos feministas y de mujeres, se declara por primera vez que la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos; a la vez que resalta la inalienabilidad de sus derechos como una urgencia internacional:

“Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo, son objetivos prioritarios de la comunidad internacional.

La violencia y todas las formas de acoso y explotación sexuales, en particular las derivadas de prejuicios culturales y de la trata internacional de personas, son incompatibles con la dignidad y la valía de la persona humana y deben ser eliminadas. Esto puede lograrse con medidas legislativas y con actividades nacionales y cooperación internacional en esferas tales como el desarrollo económico y social, la educación, la atención a la maternidad y a la salud y el apoyo social. La cuestión de los derechos humanos de la mujer debe formar parte integrante de las actividades de derechos humanos de las Naciones Unidas, en particular la promoción de todos los instrumentos de derechos humanos relacionados con la mujer”6.

10 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

La Declaración de Viena da un salto cualitativo al reconocer la violencia en el espacio privado y público, lo que permite conectar las violencias contra las mujeres como un continuum que tiene las mismas manifestaciones y se da tanto por actores con relaciones interpersonales como por agentes del espacio público como: la calle, el trabajo y las instituciones estatales, las que reproducen las mismas formas y contenidos de las violencias ejercidas en lo privado. “El espacio privado no es ajeno al público con fronteras rígidas, sino un conjunto de prácticas materiales que forma al padre de familia-trabajador, educador, soldado o funcionario. La familia y el Estado moderno no son, dos espacios, el privado y el público equidistantes y distintos que se limitan mutuamente, sino uno, soporte del otro”.7

La Convención abre una brecha importante en la conformación de los derechos humanos, puesto que existían interpretaciones que justificaban las diferencias culturales como excusa para la no aceptación y aplicación de los derechos humanos de las mujeres. Además de ponerle diferencia sexual a la Declaración Universal, reconoce que los derechos humanos de hombres y mujeres y su violación tienen características, causas y consecuencias diferenciales.

Posteriormente, la Organización Panamericana de la Salud declaró la violencia contra las mujeres, como un problema de salud pública por el daño causado en la salud física y mental y la recurrencia de esta práctica en el mundo; asimismo, Unifem señala que ésta se convierte en un obstáculo para el desarrollo humano de las mujeres.

La inclusión en los discursos oficiales constituyen conquistas que marcan referentes y estándares que entran a tenerse en cuenta en las legislaciones de los diferentes países.

Estos avances tienen significancia en la medida que retoma la gravedad del problema desde la esfera privada –donde el Estado no interfería- a buscar salidas tendientes a la protección de las mujeres como un asunto de carácter público, que requiere políticas y compromisos institucionales para su erradicación. El tema de las violencias contra las mujeres se configura como un problema de seguridad ciudadana, del cual aún hay poca conciencia.

Estas conquistas no son una dádiva del sistema de Naciones Unidas ni de los Estados. Han sido producto de una larga y persistente lucha de las mujeres feministas y el movimiento de mujeres, que a partir de estudios, fundamentos y análisis de la situación de subordinación de la mujer, desentrañaron las causas y consecuencias de la violencia y el núcleo que sustenta el poder de los hombres sobre las mujeres; así como también las denuncias permanentes y la presión política lograron posteriormente el reconocimiento en convenciones internacionales y el compromiso de los Estados por erradicar y prevenir las violencias contra las mujeres.

A pesar de lo anterior, después de 17 años de aprobación queda al descubierto las graves deficiencias, omisiones, negligencias y en últimas, la falta de protección de los derechos humanos y en especial de la vida y la integridad de las mujeres. Los Estados continúan subordinando el tema, tal como se expresa la subordinación de las mujeres en todos los ámbitos de su vida.

Lograr una definición ha hecho parte de un proceso que tiene que ver con desentrañar la precariedad en la que viven las mujeres en una cultura y sociedad patriarcal, que desvela tal como

11Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

lo describen las feministas de la Escuela de Milán: la miseria simbólica de la vida de las mujeres fruto la violencia estructural y la discriminación por parte del Estado y la Sociedad. Por ello, la tarea de visibilizarlas nombrarlas, explicitarlas, desnaturalizarlas, sigue siendo una constante del feminismo, no sólo están las violencias reconocidas en las legislaciones, son también las violencias que se reinstalan en el sistema y la cultura patriarcal; aunque las democracias modernas reconocen los derechos de las mujeres, estas siguen siendo víctimas de una violencia que no se alcanza a explicar.

La aspiración a la eliminación de las violencias contra las mujeres se ha consignado en convenciones, declaraciones, resoluciones, tratados internacionales, conferencias y cortes internacionales; los Estados los suscriben y aprueban, lo que los obliga entre otros deberes, a adecuar las legislaciones y políticas institucionales internas. Estas son algunas de las obligaciones de los estados:

§ Erradicar esta práctica y minimizar los efectos

§ Investigar y sancionar a los responsables

§ Aceptar y hacer los correctivos necesarios de las recomendaciones de los organismos internacionales de derechos humanos. (Comisión Interamericana de derechos Humanos, Consejo de Naciones Unidas)

§ Cumplir las sentencias de las Cortes (Corte Interamericana de Derechos Humanos - CIDH y la Corte Penal Internacional – CPI, siempre y cuando dicho Estado les haya otorgado competencia). Las cortes internacionales aportan jurisprudencia y doctrina en sus sentencias

La Convención Belém Do Para:

Una de la convenciones aprobadas que trata la problemática y expide artículos basados en los derechos humanos de las mujeres por una vida libre de violencias, es la Convención Belém do Pará, aprobada en 1994.

“Debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado. Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y psicológica:

a. Que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende entre otros, violación, maltrato y abuso sexual.

b. Que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que comprende entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar.

c. Que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, dondequiera que ocurra8.

La definición internacional en esta convención se constituye en un avance al hacer un reconocimiento explícito a diversos actores que la ejercen y las formas en que se expresa. Además, reconoce la sistematicidad de este delito y pone una carga de obligatoriedad a los estados partes. En la prevención, investigación, sanción y

12 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

erradicación de la violencia contra las mujeres, que se traduce en el deber del Estado a la debida diligencia, “Los Estados condenan todas las forma de violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados, políticas orientadas a erradicar dicha violencia y se compromete a: actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer”9.

Además, al ser un tratado internacional reconocido por Colombia, entra a integrar el bloque de constitucionalidad, lo que en el análisis de las violencias contra las mujeres y el incumplimiento por parte del Estado hace parte integrante de los análisis constitucionales y las sentencias judiciales.

Resumiendo, la violencia contra la mujer tiene expresiones diversas tales como: la violencia en la familia, las violaciones, el control de las mujeres en la casa y en la calle, el acoso sexual, la violencia psicológica, el maltrato, la publicidad que denigra a las mujeres, la prostitución forzada, la esclavitud doméstica, el secuestro, el encierro, la trata de mujeres y niñas; la violencia en situaciones de

conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; los feminicidios, la anticoncepción forzosa, la mutilación genital femenina y otras prácticas y tradiciones perjudiciales.

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos ha hecho sustanciales aportes para la normativa que proteja los derechos humanos de las mujeres y ha reconocido que la violencia contra las mujeres en sus espacios privados y públicos es una violación de sus derechos, instando a los gobiernos a adoptar políticas para la protección y garantía de una vida libre de violencia en todos los espacios de su vida. Por ello, la Convención Belém do Pará y la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el Estatuto Penal Internacional, son instrumentos importantes para su logro. Los estándares internacionales para la protección de las mujeres aportan los marcos para la construcción de la memoria y la documentación de las violencias que han padecido las mujeres, abonando el camino contra la impunidad de los delitos cometidos contra las mismas.

13Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

En las guerras internacionales y los conflictos armados internos, la situación de las mujeres queda subsumida frecuentemente en

acontecimientos violentos no visibles que generalmente esconden la gravedad de los hechos.

La militarización que se exhibe en estos contextos tiene consecuencias para las mujeres en pérdidas de autonomía, se instala el miedo que escinde sus vidas, la pérdida de bienes materiales, la pérdida de sus seres queridos, el empobrecimiento, el control que ejercen los grupos armados y la afirmación del poder de los actores legales e ilegales quienes “ordenan” la vida de las mujeres en su casa en las calles y poblados.

Para la Ruta Pacifica de las Mujeres el militarismo es una de las expresiones del orden simbólico patriarcal, se manifiesta de la forma más brutal al eliminar, excluir, subordinar y humillar la condición del otro a través de la fuerza (el enemigo, el contradictor, el que no está conmigo). Para las mujeres, el militarismo se revela en forma alarmante en su vida cotidiana, porque exacerba las formas de violencias instaladas en la cultura, agravando aún más su vulnerabilidad.

Las mujeres y las niñas, son víctimas de violaciones a sus derechos humanos, entre otras muchas razones, por vivir en los territorios en disputa, por tener relaciones afectivas o familiares con algún integrante de grupos armados, por ser líderes comunitarias, pero fundamentalmente por su condición de mujeres.

Representaciones de la violencia contra las mujeres en el marco de la guerra

En los conflictos armados, la violencia se acentúa y adquiere diversas y variadas expresiones, se acrecientan las vulnerabilidades y los riesgos para las mujeres, los efectos en su vida y cuerpo suelen ser devastadores.

La Alta Comisionada de los Derechos Humanos para la Mujer en su informe del 2004 expresa que “la seguridad de las mujeres y de las niñas se ve agravada por la presencia de los diferentes grupos armados en la vida cotidiana y por el control social que éstos ejercen en sus vidas, en los espacios públicos y privados, en particular en las mujeres campesinas, indígenas y afro descendientes, y en especial en aquellas que se encuentran organizadas, desplazadas, retornadas o confinadas. Las mujeres y las niñas han sido víctimas de amenazas, de atentados contra su vida, su integridad personal y su libertad individual por el sólo hecho de ser familiares o de tener relaciones afectivas con algún integrante de los actores armados, así como por impedir el reclutamiento forzoso de sus hijos e hijas, particularmente por parte de las FARC-EP y de los paramilitares. Las mujeres y las niñas son las principales víctimas de la trata de personas”10.Susana Villarán, la Relatora Especial para la Mujer de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en visita “in loco” en el 2006, constató que “En cuanto a la situación particular de las

III. La violencia contra las mujeres en el contexto del conflicto armado

14 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

mujeres colombianas, el conflicto armado ha profundizado la discriminación y violencia que históricamente han sufrido las mujeres.  Las necesidades específicas de las mujeres todavía no reciben una atención integral de parte del Estado colombiano y sus voces no son efectivamente incorporadas en el diseño de políticas públicas para remediar el impacto especial del conflicto armado en ellas”. 11

“Esta situación refleja el riesgo y las condiciones de vulneración de las mujeres en forma permanente, la que tiene múltiples caras, expresiones y manifestaciones, que sin embargo es invisible, no se reconoce y cuando logra detectarse se minimiza, lo que refleja que la violencia, la exclusión, la discriminación, la subordinación y la injusta inferioridad son la base para tal desconocimiento, como pasa cuando se reconoce la violencia sexual contra las mujeres, pero se minimiza ante la superioridad del número de muertes violentas de los hombres”12.

La multiplicidad de violencias en el conflicto armado que afectan a las mujeres tienen impactos específicos en su cuerpo y en su proyecto de vida, resultan a la hora de resumirlas innumerables. Veamos algunas:

✦ El desplazamiento de las mujeres

Las mujeres en situación de desplazamiento son algo más de la mitad de las personas desplazadas del país, que superan las 3.500.000 víctimas13. Esta ha sido una de las tragedias humanitarias y consecuencias más visibles del conflicto armado sin que haya tenido tratamiento por parte de los entes oficiales.

La Corte Constitucional expidió una sentencia (Auto 092 del 2008) donde define de manera clara los riesgos y las vulnerabilidades a que se ven expuestas las mujeres a diferencia de los hombres:

“En la Categoría 1 se cuentan los riesgos acentuados de las mujeres desplazadas de ser víctimas de patrones estructurales de violencia y discriminación de género tales como (i) la violencia y el abuso sexuales, incluida la prostitución forzada, la esclavitud sexual o la trata de personas con fines de explotación sexual; (ii) la violencia intrafamiliar y la violencia comunitaria por motivos de género; (iii) el desconocimiento y vulneración de su derecho a la salud y especialmente de sus derechos sexuales y reproductivos a todo nivel, con particular gravedad en el caso de las niñas y adolescentes pero también de las mujeres gestantes y lactantes; (iv) la asunción del rol de jefatura de hogar femenina sin las condiciones de subsistencia material mínimas requeridas por el principio de dignidad humana, con especiales complicaciones  en casos de mujeres con niños pequeños, mujeres con problemas de salud, mujeres con discapacidad o adultas mayores; (v) obstáculos agravados en el acceso al sistema educativo; (vi) obstáculos agravados en la inserción al sistema económico y en el acceso a oportunidades laborales y productivas; (vii) la explotación doméstica y laboral, incluida la trata de personas con fines de explotación económica; (viii) obstáculos agravados en el acceso a la propiedad de la tierra y en la protección de su patrimonio hacia el futuro, especialmente en los planes de retorno y reubicación; (ix) los cuadros de discriminación social aguda de las mujeres indígenas y afro descendientes desplazadas; (x) la violencia contra las mujeres líderes o que adquieren visibilidad pública por sus labores de promoción social, cívica o de los derechos humanos; (xi) la discriminación en su inserción a espacios públicos y políticos,

15Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

con impacto especial sobre su derecho a la participación; y (xii) el desconocimiento frontal de sus derechos como víctimas del conflicto armado a la justicia, la verdad, la reparación y la garantía de no repetición.

La Categoría 2 incluye (xiii) los especiales requerimientos de atención y acompañamiento psicosocial de las mujeres desplazadas, que se han visto gravemente insatisfechos; (xiv) problemas específicos de las mujeres ante el sistema oficial de registro de la población desplazada, así como ante el proceso de caracterización; (xv) problemas de accesibilidad de las mujeres al sistema de atención a la población desplazada; (xvi) una alta frecuencia de funcionarios no capacitados para atender a las mujeres desplazadas, o abiertamente hostiles e insensibles a su situación; (xvii) el enfoque a menudo “familista” del sistema de atención a la población desplazada, que descuida la atención de un altísimo número de mujeres desplazadas que no son cabezas de familia; y (xviii), la reticencia estructural del sistema de atención a otorgar la prórroga de la Atención Humanitaria de Emergencia a las mujeres que llenan las condiciones para recibirla”14.

Estos efectos directos y discriminados contra las mujeres desplazadas comparadas con otras no desplazadas, aunque estén en las mismas condiciones de pobreza, es una realidad que apenas empieza a conocerse, que requiere profundizarse y tomar las medidas necesarias para su tratamiento. Las mujeres en situación de desplazamiento tienen la conjugación de todas las violencias y violaciones a sus derechos humanos hasta quedar en un estado de cosas inconstitucionales tal como lo afirma la Corte Constitucional15 que no tienen ni los mínimos para sostener su sobrevivencia, deben restablecérsele sus derechos pero además deben ser sujetos de políticas de reparación integral.

✦ Control de la vida de las mujeres

Los contextos armados generan dinámicas militaristas que permean las comunidades y la vida de sus integrantes. Los grupos armados reglamentan a través de códigos de conductas, autoritarias, prohibitivas e impositivas, so pena del desplazamiento, el uso de castigos ejemplarizantes, denigrantes y públicos o la pérdida de la vida. Estas circunstancias afectan de forma particular a las mujeres tanto porque ellas son objeto de estos “códigos de control social” como por los efectos psicosociales producidos por el miedo, la angustia y el cuidado para que su familia no infrinja las normas impuestas.

✦ Prohibición del duelo

No permitir que los familiares velen y entierren sus parientes asesinados, es una de las reglas prohibitivas, lo que genera mayores cargas emocionales al no poder hacer los rituales y ceremonias de despedida así como sepultarlos y las conmemoraciones de recordación del ser que perdieron, además del impacto en la pérdida traumática y violenta en que perecieron en muchas ocasiones con sevicia y crueldad.

✦ Secuestro

Las organizaciones armadas infringen el Derecho Internacional Humanitario ejecutando acciones militares como el secuestro contra mujeres de cualquier edad. Prueba de ello han sido los secuestros producidos por las guerrillas y los paramilitares a mujeres que han hecho parte de partidos políticos tradicionales y de la oposición. Las

16 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

circunstancias y la vivencia del secuestro deja secuelas diferenciadas entre hombres y mujeres pues son sometidas a los rigores de la selva para lo cual se requiere ciertas condiciones físicas; generalmente, tienen hijos pequeños, lo que las somete a presiones emocionales y afectivas mayores. Son vulnerables a acosos sexuales al no separarlas de otros secuestrados, entre otras circunstancias.

✦ Confinamiento

El confinamiento ha sido una forma de controlar las comunidades, tanto en campos como en ciudades cuando se hacen control de alimentos, medicinas, combustibles, también cuando se prohíbe la locomoción o salir de alguna zona; igualmente, cuando se minan los campos. Aunque son los hombres y niños las principales víctimas de las minas anti persona, a las mujeres les queda el cuidado de sus familiares afectados por mutilaciones. El confinamiento tiene efectos particulares para las mujeres por la presión psicológica del encierro y del abastecimiento alimentario, si se tiene en cuenta que son ellas quienes garantizan el cuidado de la familia, lo que también afecta la seguridad alimentaria de las comunidades y las familias.

✦ Incremento de las violencias domésticas

El poder simbólico que crea en los imaginarios el conflicto armado y la preponderancia del control militar se manifiesta de forma particular en la violencia al interior de las familias. En el espacio privado o familiar se reproduce lo que socialmente es aceptado; son las relaciones violentas y antidemocráticas al interior de la familia las que prevalecen, máxime cuando alguno de sus miembros hombres es portador de armas y/o pertenecen a grupos armados. Algunos estudios o seguimientos de la desmovilización paramilitar lo han

afirmado, como también el regreso de soldados secuestrados a sus familias. Estos actores generan dinámicas de violencia y agresión contra las mujeres y sus familias, creando ambientes de zozobra y miedo.

✦ Feminicidios

Este término viene siendo acogido por las organizaciones de mujeres para definir el asesinato de mujeres por el hecho serlo. Puede decirse desde el punto de vista penal que la intencionalidad (el dolo) del delito de homicidio tiene circunstancias agravantes cuando detrás del motivo del crimen está la misoginia o un crimen de odio16. La legislación penal requiere modificaciones que agraven las circunstancias o que defina el feminicidio en el ordenamiento jurídico como un delito autónomo.

En el conflicto armado también se presentan estos crímenes contra las mujeres, en las retaliaciones entre enemigos, con el asesinato antecedido por una violación o actos degradantes contra la dignidad y el cuerpo de las mujeres, en los cuerpos se expresa la simbología sexual del terror a través de la tortura y tratos crueles e inhumanos, como la introducción de objetos en la vagina y el ano o cuando abren el vientre de las mujeres. Estas conductas y prácticas contra las mujeres en no pocas ocasiones las lleva a ser asesinadas, lo que genera para el colectivo de mujeres un estado de terror, miedo e impotencia.

El feminicidio es perpetrado por diferentes personas: conocidos, desconocidos, enemigos de familiares, delincuentes, narcotraficantes, grupos paramilitares, guerrillas y fuerzas armadas y sus signos generalmente son de crueldad y ensañamiento,

17Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

“todos los crímenes tienen en común que las mujeres son usables, prescindibles, maltratables y desechables. Todos coinciden en su infinita crueldad y son crímenes de odio contra las mujeres, crímenes misóginos acunados en una enorme tolerancia e impulso social y estatal a la violencia genérica contra las mujeres”17.

✦ Desaparición

En Colombia hay alrededor de 49.90018 desaparecidos, de los cuales diez mil son judicialmente reconocidos. Las cifras no están discriminadas por sexo; sin embargo, es un delito del cual también las mujeres son víctimas, entre ellas jóvenes menores de edad. La desaparición no sólo afecta a las mujeres en forma directa contra ellas, son las principales víctimas sobrevivientes de sus seres queridos, quienes tienen que vivir el padecimiento de la búsqueda de su familiar, en la averiguación de la verdad y la justicia y las consecuencias de la sobrecarga afectiva y social.

✦ Tortura

La tortura ha sido un crimen utilizado por el Estado bajo formas represivas que se manejaron en los años 70 y 80 por las fuerzas militares en Colombia. Esta práctica se continúa perpetrando. Las mujeres militantes de organizaciones de izquierda, tanto legal como armada, fueron sometidas a tortura, tratos crueles e inhumanos y parte de la tortura se ejecutaba con violencia sexual. Los grupos paramilitares han ejercido tortura contra las mujeres que se expresa en tratos crueles humillantes e inhumanos, como desvestirlas en vías públicas, raparlas y marcarlas. Estos crímenes tienen graves impactos físicos y psicológicos, que además afecta a su entorno familiar y social. El Comité contra la Tortura en noviembre del 2009

reconoce que “la incidencia de la tortura en el Estado sigue siendo alta y corresponde a patrones específicos que indican una aplicación generalizada”.

✦ Estigmatizaciones

Las mujeres son estigmatizadas como informantes del bando contrario, por los estereotipos que se tienen de ella, lo cual puede acarrearles la muerte, desaparición y desplazamiento, entre otras consecuencias.

✦ Persecución por su participación y liderazgo social y político

Las organizaciones de mujeres han sido objeto de graves amenazas y hechos, como asesinatos, detenciones arbitrarias, torturas, secuestro y desapariciones; son sucesos que afectan las dinámicas organizativas y, en no pocas ocasiones, el quiebre de las mismas.

A estos actos contra los derechos a la participación y organización se suma la impunidad e impotencia para afrontarlo, pues la denuncia pone a estas organizaciones bajo la óptica de servir al enemigo o ser aliadas o colaboradoras. El desconocimiento de funcionarios públicos de su situación de vulnerabilidad, la no credibilidad en su palabra, el tratamiento como hechos menores, sumado a la ausencia de un política de protección con enfoque desde las mujeres por parte del Estado, son elementos que se adicionan en esta persecución.

En los últimos años, la amenaza y hechos contra mujeres lideresas y sus organizaciones se ha incrementado, a través de panfletos, crímenes de violencia sexual, hostigamientos, robo de información y

18 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

amenazas directas y detenciones arbitrarias de las dirigentes. Según la Mesa Mujer y Conflicto Armado19, las organizaciones de mujeres se ven afectadas por las detenciones arbitrarias de sus dirigentes sociales. Muchas mujeres se han visto obligadas a abandonar o reducir su trabajo organizativo, lo cual afecta gravemente el ejercicio de sus derechos políticos y libertades individuales20.

✦ Reclutamiento

La Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer21, Radhika Coomaraswamy, en visita realizada a Colombia en el 2000, recibió testimonios de jóvenes reclutadas y empleadas por los grupos armados como esclavas sexuales, combatientes, informantes, guías y mensajeras22.

El mismo informe señala que, “se dice que los grupos de guerrillas han secuestrado a jovencitas para que sirvan de pareja a sus jefes. También se tienen informes de haber llevado con engaño a las FARC a jovencitas de las que luego se abusó. El denominado “reclutamiento” se hace por la persuasión, ya que son pocas las alternativas. También se dice que los grupos de autodefensa o paramilitares han secuestrado a muchachas que han usado como esclavas sexuales. Es difícil que se hagan denuncias oficiales, ya que quienes han escapado viven en el temor permanente de represalias contra ellas o su familia”23.

✦ Violencia sexual

Una de las violencias atroces que padecen las mujeres en contextos de conflicto armado son las violencias sexuales. La violencia sexual se convierte en arma de guerra por parte de todos los grupos

armados. La violencia sexual expresa el sentimiento de desprecio y misoginia del actor contra las mujeres, es un acto de terror, de humillación e indignidad para estas. Se vuelve instrumento de venganza contra la mujer violada y a su vez contra su familia y comunidad a la que pertenece y supuesto grupo contrario o condenado como enemigo.

Esta forma de violencia contra las mujeres deviene de las relaciones de poder-subordinación24 que deriva en el control y dominación sexual de las mujeres. En este tipo de violencias, la esencia está en la división sexual o contrato sexual, que no sólo trata de asignación de roles sociales, culturales y sexuales que discriminan y subordinan a las mujeres, sino que esa división lleva en su concepción el sometimiento de un sexo sobre otro y la cosificación del cuerpo y la sexualidad femenina, lo que se ha dado en llamar por varias autoras feministas, pacto simbólico del patriarcado, explicitado en las prácticas culturales y sociales.

La violencia sexual en el conflicto armado tiene diversas formas de actuarse por parte de los victimarios.

✦ La Violación:

§ Según la definición en el Código Penal Colombiano la violación se encuentra dentro de los delitos contra la libertad, integridad y formación sexuales. El que realice acceso carnal con otra persona mediante la violencia25… El que realice en otra persona acto sexual diverso del acceso carnal, mediante violencia26… El que realice acceso carnal con personal a la cual haya puesto en incapacidad de resistir o en estado de inconsciencia o en condiciones de inferioridad síquica que le impidan comprender la relación sexual o dar su consentimiento27…

19Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

§ La legislación penal separa las formas de violación: las que se realizan con órgano sexual y las que se realizan con otros objetos o cosas, que, aunque no haya acceso carnal se constituyen en actos de violación. Cabe anotar que la legislación penal colombiana ha armonizado el articulado aprobado en la reforma del código penal del 1980 al contexto del conflicto armado, con lo cual integra las normas internacionales de los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario, llevando estas conductas al tipo penal de violación en los contextos de conflicto armado cuando define la persona protegida y dentro de ella incluye

“los integrantes de la población civil”28.

§ La legislación internacional ha adaptado la legislación contra la violencia sexual y la violación de acuerdo a la ocurrencia y gravedad de los hechos presentados en los conflictos armados en el mundo, algunos de estos han llegado a los Tribunales Internacionales ad hoc como el Tribunal de Ruanda y antigua Yugoslavia, donde se ha confirmado la gravedad de la violencia sexual contra las mujeres en las guerra y la utilización de las mujeres como botín de guerra. Estos tribunales y una amplia movilización de los movimientos feministas y de mujeres fueron el precedente y la fuente para la tipificación e inclusión de estos crímenes en la Corte Penal Internacional.

§ Esta Corte señala que: “La violación constituye un delito contra la integridad física y mental de la víctima. Según la situación en la que se haya perpetrado el delito, la violación puede constituir un crimen de guerra o un crimen de lesa humanidad29. Un acto de penetración oral puede constituir tortura30. Incluso, la leve penetración de cualquier parte del cuerpo de la víctima con un órgano sexual o la apertura anal o genital de la víctima con un objeto y otra parte del cuerpo, como los dedos o las manos, puede constituir

violación31. Violación es cualquier penetración cometida por el perpetrador mediante coacción o aprovechando un entorno coactivo32.

§ La conceptualización y la inclusión de la violencia sexual en legislaciones internacionales y nacionales constituyen un avance en la lucha contra la impunidad de estos crímenes, aunque es aún insuficiente para lograr justicia, debido a los obstáculos e impedimentos prácticos para que las mujeres accedan a la justicia y, además por los prejuicios sociales y culturales, jurídicos y políticos que permanecen. Es imprescindible habilitar debates públicos de la gravedad de esta práctica y amenaza constante para las mujeres para que se genere políticas de protección, prevención, investigación y justicia en forma efectiva y eficaz que las erradique de sus vidas.

✦ Otras expresiones de violencia sexual

§ Acoso sexual: Son formas de hostigamiento sexual que se produce por parte de los grupos armados contra las mujeres civiles o combatientes, en razón de su superioridad de mando o la superioridad que le da portar armas.

§ Esclavitud sexual: Se presenta cuando las mujeres son sometidas mediante estrategias engañosas, una de ellas es los servicios sexuales o labores domésticas con el fin de acceder sexualmente a las mujeres. Otra forma que se asimila a la esclavitud sexual es la trata de mujeres, mujeres jóvenes, menores de edad, trasladadas desde municipios o sacadas de los planteles educativos para que ejerzan prostitución.

§ Control social y sexual: son violencias contra el cuerpo de las mujeres que se producen por los códigos impuestos por los grupos armados. Incluyen medidas obligatorias en cuanto a

20 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

la forma de vestir, la movilidad, el control de su vida afectiva o social; los castigos como exposición pública, prohibiciones, obligarlas a bailar desnudas, marcas como raparles el cabello y untarles pegantes, marcarlas con tinta indeleble o con cuchilla, entre otras.

§ Violencia sexual contra las niñas: En las niñas se da de dos formas, una a través de la vinculación a grupos armados desde temprana edad, entre 12 y 13 años, donde empiezan a tener sexualidad con los combatientes, incluso con alto índices de enfermedades de transmisión sexual. Las niñas son constreñidas a usar métodos anticonceptivos, a abortos obligados o a abandonar a su hijo si prospera el embarazo. Según la Defensoría del Pueblo “la mayoría de las muchachas que han dejado de pertenecer a grupos guerrilleros en Suratá (Santander) estuvieron sexualmente activas y algunas de ellas tenían colocados dispositivos intrauterinos”33. La otra forma de violencia sexual contra las niñas se da cuando los comandantes de grupos armados ofrecen dinero u obligan a las familias a entregarle a sus hijas “vírgenes” para ser desvirgadas por los comandantes.

Este aterrador panorama hace que las niñas y menores de edad en los contextos de conflicto armado presenten una alta vulnerabilidad y una grave desprotección por parte de su familia, los organismos estatales y la sociedad que no cuestiona y obliga a mecanismos idóneos para que esto no ocurra.

§ Embarazo en jóvenes adolescentes: Es otra de las formas de violencia contra las adolescentes. Cuando llegan contingentes armados legales e ilegales proliferan las jóvenes embarazadas, que aunque sean con su consentimiento y fruto de una relación no forzada, genera un impacto en la vida de las niñas al

convertirse en madres a temprana edad. No sólo las afectan a ellas, también a su familia y comunidad. Generalmente, son abandonadas por los hombres armados responsables de su estado.

§ Persecución por su opción sexual: La persecución a las mujeres por su opción sexual hace parte de las violencias perpetradas por los actores armados en el marco del conflicto. Las mujeres son sometidas a violencias, incluyendo la violación sexual, si no acatan las disposiciones segregacionistas, homofóbicas y xenofóbicas impuestas por estos34.

§ Anticoncepción obligada, abortos obligados, embarazo forzado: Estas formas de violencia se dan al interior de grupos armados donde las mujeres combatientes son obligadas a asumir su sexualidad y maternidad, además de ser obligadas a dejar a sus hijos luego del parto. La Relatora Especial Radhika Coomaraswamy tuvo noticia de muchas mujeres que habían muerto tratando de escapar y de proteger al nonato, ya que los campamentos están a entre 15 y 20 días de marcha de los asentamientos humanos donde podían pedir ayuda”35.

Estas formas de violencias en el marco del conflicto armado demuestran las graves consecuencias que sobre el cuerpo y la vida de las mujeres ha tenido el mismo.

Para que en el país se logre caminos de búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación, es menes ter que se conozca la verdad de estas violencias; es necesario que la sociedad proporcione justicia para las mujeres que soportaron tratos crueles e inhumanos y que fueron el soporte de reconstrucción individual y colectivo de muchas comunidades. Sólo así el país podrá construir horizontes de reconciliación, cuando tenga la capacidad de reconocer esa historia de las mujeres víctimas, que por lo general queda oculta en los procesos de verdad, justicia y reparación.

21Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

La impunidad frente a los delitos y la violencia contra las mujeres en Colombia tiene un alto impacto en la dignidad y la humanidad de mujeres. Los sistemas de información apenas comienzan a desagregar los datos por sexo y arrojan algunas cifras que aún no descubren la profundidad y la gravedad del problema humano, social, cultural y económico que ello implica.

Se puede decir que los avances en la justicia frente a las violencias contra las mujeres son exiguos frente a la dimensión del problema, que no sólo es social, político o jurídico, sino que implica una problemática de salud pública. Las medidas jurídicas y judiciales terminan siendo caricaturas de “justicia” porque aunque se ha avanzado, la tipificación de conductas penales e incluso el Código Penal se adaptó al Derecho Internacional de los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario. La eficacia de la justicia para las mujeres sigue siendo una aspiración.

Lo anterior se debe a que no existen las herramientas ni los mecanismos para que las mujeres accedan a la administración de justicia. Problemáticas como las que se evidencian en Colombia con las mujeres requerirían de medidas dirigidas a erradicarlas, tal como lo afirma la Convención de Belém do Pará, donde el Estado debe actuar con la Debida Diligencia, lo que implicaría políticas públicas que garanticen la adecuada atención a las mujeres, cifras que muestren la dimensión del problema, unidades especiales en fiscalía, jueces especiales que tengan la sensibilidad para la atención a las mujeres víctimas, medidas de protección eficaces para que tengan

las debidas garantías, además de adecuar los instrumentos teniendo en cuenta las condiciones de las mujeres para las investigaciones y la justicia.

Una dinámica que muestre el compromiso institucional frente a las violencias contra las mujeres, generaría nuevos imaginarios y dignificaría a las mujeres quienes históricamente han padecido la desidia de los Estados.

Con relación al conflicto armado, los obstáculos y las barreras para acceder y lograr justicia, aumentan por variadas razones:

a. Las mujeres no se atreven a denunciar: dado el contexto militarizado, de control y amenazas en que se produce la violencia, incluso la que se desarrolla en el espacio doméstico, puesto que muchas mujeres conviven con varones armados sean delincuencia, paramilitares, guerrillas y militares en servicio.

b. La falta de legislación adaptada a los estándares internacionales: en los casos de violencia contra las mujeres hay conductas violatorias de los derechos humanos que no están en el ordenamiento jurídico; es decir, no hay normas que orienten a los funcionarios de la administración de justicia para iniciar el proceso investigativo y, aunque es deber de los fiscales y jueces analizar los hechos a la luz de los derechos fundamentales y los tratados internacionales firmados por Colombia, este procedimiento no se realiza en la mayoría de los casos denunciados, lo que permitiría valorar los hechos de violencia de forma amplia.

IV. La impunidad, otra forma de violencia contra las mujeres

22 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

c. Falta de confianza en la justicia: no hay confianza en la administración de justicia debido a la impunidad estructural y a la poca justicia aplicada para los casos de las mujeres víctimas; además, que persisten en los funcionarios estereotipos sexistas, como la no credibilidad en la palabra de las mujeres, la sospecha y acusación por la presunción de haber provocado los hechos.

d. La re-victimización de las mujeres: cuando acceden a la justicia, la exigencia de la carga de la prueba a las mujeres y estas a su vez carecen de posibilidades de aportarla, especialmente cuando se trata de delitos sexuales.

e. La ausencia de políticas efectivas de protección: Las mujeres después de la denuncia quedan expuestas a nuevas retaliaciones, ya que el programa de protección no tiene entre sus políticas la protección a las mujeres y sus familias, que las amparen y valoren. Las mujeres tienen mayores factores de riesgo y vulnerabilidad que los varones y cualquier acto violento es desencadenante en nuevas y repetidas violencias hasta llegar a los feminicidios.

En resumen, no existe un sistema de administración de justicia, accesible que a prevenga, investigue, sancione y repare a las mujeres, como lo afirmó la Relatora Especial para la Mujer de Radhika Coormaroswamy: “el sistema judicial sigue siendo ineficaz para atender los casos de violencia de género (considerando que) persisten estereotipos sexistas en la atención de los casos de violencia intrafamiliar y sexual, así como, una ausencia de experiencia por parte de los operadores judiciales en asuntos de género. Esta situación conlleva a desincentivar la denuncia y a aumentar la desconfianza en la justicia generando una mayor impunidad”36.

La Relatora Especial señaló que “el hecho de que no se haya investigado, procesado y castigado a los responsables de violaciones y otras formas de violencia por motivo de género, ha contribuido a crear en Colombia un clima de impunidad que perpetúa la violencia contra la mujer, entre otras cosas las violaciones y la violencia doméstica”. En dicho contexto, exhorta al Estado a “adoptar de inmediato medidas concretas para luchar contra el elevado porcentaje de casos de impunidad que existe respecto de las violaciones de los derechos de la mujer; por lo tanto, el Estado debería garantizar un sistema de justicia independiente que se encargue de investigar y condenar a los responsables de violaciones de los derechos de la mujer”37.

Los procesos de reparación tendrían que tener en cuenta la impunidad que ha se ha destacado en los procesos judiciales que tienen relación con crímenes cometidos contra las mujeres. La impunidad no sólo se expresa en la denegación y falta de acceso a la justicia, también se refleja en la invisibilidad social y cultural de la violencia contra las mujeres, en la falta de reconocimiento de las consecuencias para las mujeres que esta situación acarrea y la naturalización de la misma. En este sentido, la documentación y la memoria aportan la voz y la perspectiva de las mujeres víctimas para el logro del reconocimiento de la verdad, de contribuir a la justicia para las mujeres y una reparación que recoja el sentir y las propuestas de las mujeres.

23Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

“Porque no hay futuro posible sin memoria y no habrá paz sin memoria”

La Memoria Histórica de los hechos de violencia es un conjunto de narraciones, sentimientos, subjetividades, experiencias, resistencias, alteridades que se condensan para auto reconocerse como sujeto político del devenir de la guerra y la represión política y re-conocer las crueldades, las manipulaciones, la indiferencia y permisividad social frente a los hechos. La memoria es el espejo en que la sociedad se ve obligada a mirarse, a ser conscientes del horror permitido. También facilita entender las causas y consecuencias de las violencias y su recurrente reproducción, que generalmente escala mayores niveles de degradación. Pero, fundamentalmente, la memoria histórica hace un reconocimiento a la experiencia de las víctimas y de su dignidad, reconoce que sobre ellas se levantaron las infamias y que a su vez fueron el sostén de la dignificación humana. Sin la voz de las víctimas los vencedores quedan en el imaginario colectivo como salvadores, héroes y portadores de la verdad oficial cubierta por el manto de la impunidad.

✦ La memoria de las mujeres

Para no renunciar a la memoria de las marcas visibles e invisibles que quedan en el cuerpo como lugar de enunciación del patriarcado, del dolor de una guerra que no se eligió, de los muertos, de los desaparecidos, de las masacres, las violencias sexuales, los feminicidios, del desplazamiento, del desastre depredador para la humanidad que son las guerras. En aras de la desestructuración

V. La memoria de las mujeres

La recuperación de la memoria colectiva, hace parte de los procesos que se encaminan a construir la paz en sociedades en conflicto,

porque una paz que no redimensione el pasado está expuesta a volver sobre sus pasos para repetirlo, puesto que no logra dirimir, analizar, recuperar las causas y las consecuencias que las violencias dejan y/o persisten.

Tras la finalización de conflictos o dictaduras, muchas sociedades se han planteado la necesidad de conocer el pasado para dar voz a las víctimas cuya experiencia había sido silenciada o manipulada y para que la sociedad entera, una buena parte de la cual había vivido al margen de esas atrocidades, reconociera lo que había sucedido38.

En ella, se materializan las maneras como se han afrontado las violaciones a los derechos humanos y las atrocidades que durante los conflictos se surten. En la mayoría de las veces se trata de ocultarlas, de minimizarlas, silenciarlas, justificando lo sucedido. Sólo cuando la voz de las víctimas toma el aliento para sacar el dolor, la rabia, la impotencia y la sociedad está dispuesta a escucharla, puede decirse que una nación tiene la capacidad de reconstruirse. Entonces, cuando la memoria de la violencia se convierte en una realidad tangible y en una perplejidad para todos, pasa a ser un hecho políticamente relevante. La memoria se está tratando de convertir en la conciencia sobre el mundo y la realidad vivida, pero no es aún conciencia moral, asumida como parte de los valores de la reconstrucción39.

24 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

del patriarcado que deshumaniza, cuyo parámetro es el dominio, el poder de la apropiación de cuerpos, territorios y bienes; de no renunciar a la denuncia sobre la injusticia; de la solidaridad, de construir la historia de las (os) vencidas (os) y sus resistencias, de no olvidar los crímenes contra la humanidad, las mujeres construyen memoria, una memoria que muestra la insubordinación, la insumisión, la desobediencia, la persistencia a mirar la vida de frente.

El feminismo ha sido el catalizador de la memoria de las mujeres a través de las historización de su vida, de la construcción teórica, del rescate del conocimiento subjetivo y del aporte de los sujetos sociales a este. Hay que explicitar el conocimiento de la historia de las mujeres, que también recupera la memoria, desde las interacciones entre saber y poder para construir un conocimiento colectivo incluyente40 del lugar de las mujeres en este.

La lucha por mantener la memoria de las mujeres pasa por la superación de la jerarquización y dicotomización de las diferencias que ponen lo masculino superior y lo femenino inferior desvalorizado, así “el poder de los hombres de nombrar, significar y asignar espacio se convierte en un instrumento de dominación. Ellos al centro y nosotras en la periferia; lo que se asigna a lo masculino valorado y lo que se asigna a las mujeres, devaluado”41. El esfuerzo por diferenciar la forma de memoria de las mujeres, rescata la experiencia histórica y subjetiva de las mismas, recuperando el saber de las mujeres, sus voces y su forma de asimilar la violencia ejercida contra sus familiares y contra ella misma.

Para las mujeres, la memoria significa mantener la constante del relato permanente de su historia de subordinación, de opresión y discriminación ancestrales, que son expresiones violentas, siempre en la búsqueda de

transformar lo que se aparece como un destino para las mujeres. Es reescribir sobre la memoria de los vencedores y del patriarcado, la invisibilidad de los aportes sociales, culturales, económicos que las mujeres han tejido en el desarrollo histórico de la humanidad, como sujetos históricos mantienen viva la memoria de la injusticia justificada contra más de la mitad de la población mundial. Es recordar para sí, y para los otros, las violencias ejercidas contra la psiquis, el cuerpo y el alma de las mujeres, que aún en pleno Siglo XXI campean bajo la aceptación implícita y explícita de los Estados y sociedades modernas.

Por ello, la memoria de las mujeres tiene que ver con su condición oprobiosa en la sociedad, con sus subjetividades, con sus formas de habitar y estar en el mundo, con la deconstrucción de una subjetividad marcada y muchas veces silenciada. También busca dejar legados a las generaciones futuras para no permitir retrocesos en los avances y continuar reivindicándose como sujetos, creadoras, autónomas y libres con opciones y oportunidades.

Las mujeres víctimas de las violencias en el conflicto armado hacen su memoria desde la periferia, la marginalidad, la subjetividad en la construcción de realidades político-sociales. Esta memoria “nos permite entonces inferir que las mujeres afectadas por los conflictos armados narran sus dramas, aspiraciones por fuera del lugar esperado, para situarse en sus territorios emocionales de padecimientos y de esperanzas, relatos en las que ellas son actoras y autoras al anudar el yo individual con el colectivo, pero reconociendo y sintiendo la distancia entre sus muchos yoes en su propio cuerpo y corazón”42.

La Ruta Pacífica de las Mujeres ha hecho camino en la recuperación de la memoria histórica de las mujeres víctimas de las violencias del conflicto armado a través de diversas estrategias:

25Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

§ Con la visibilización de las mujeres víctimas.

§ Explicitando los efectos devastadores de las violencias del conflicto en la vida y cuerpo de las mujeres.

§ Se constituye en espacio social y político para que las mujeres tramiten sus dolores y miedos.

§ Ha documentado las historias y hechos contados por las mujeres.

§ Conjuntamente con las mujeres se buscan salidas individuales y colectivas.

§ Se ha movilizado para denunciar y hacer visible el silencio y la iniquidad que recae sobre las mujeres víctimas.

§ Ha recogido y presentado propuestas desde las mujeres víctimas a gobiernos y Estado y actores armados43 para aminorar las consecuencias de la guerra en territorios y ciudades.

§ Ha jugado un papel reparador acogiendo y acompañando a las mujeres.

Como producto de este proceso, la Ruta Pacifica ha trabajado desde la perspectiva de acompañamiento a las mujeres desde el enfoque feminista, la recuperación de la subjetividad extrañada por los hechos violentos a través del acompañamiento sicosocial y jurídico y la incidencia en la reivindicación de la memoria de las mujeres víctimas, como el pacto que no permitirá que esta se construya sin sus voces.

✦ La memoria se ha trabajado desde las siguientes perspectivas

1. La memoria como reconstrucción de identidad: hablar, contar, recordar, comprender el entramados de hechos, el quiebre en sus subjetividades silenciadas, sus renuncias sus sueños frustrados, los relatos de sus luchas por sobrevivir, por adaptarse, las formas de afrontamiento y la capacidad de volver a empezar, permite que la memoria cumpla el papel de afianzar su identidad y su subjetividad como mujer víctima, pero superando la posición victimizante que paraliza y culpabiliza reduciéndolas a la mendicidad tanto simbólica como real.

2. La memoria como re-vindicación política: Documentar las violencias contra las mujeres, denunciar la dimensión del problema, lograr el reconocimiento del continuo de las violencias, desentrañar las consecuencias del militarismo en el cuerpo de las mujeres, corroborar la sistematicidad de la violencia sexual, mantener el movimiento, la organización y la deliberación política, son los mecanismos necesarios para mantener la memoria que se encamine a reparaciones y reformas estructurales desde la perspectiva política, económica, social y cultural para la erradicación de las violencias contra las mujeres en sociedades en guerra o en sociedades pacificas.

3. La memoria como dignidad: Dignificar las mujeres víctimas significa conocer la verdad de quienes cometieron los crímenes, porque lo hicieron, entender la importancia de la lógica patriarcal y exacerbada del conflicto armado; asimismo, significa justicia y reparación y garantías de no repetición; es decir, significa el reconocimiento del Estado y la sociedad frente a la permisividad y el olvido, hacer reformas estructurales que ataquen las causas

26 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

de la violencias contra la mujeres y las erradiquen para que ni en tiempos de guerra ni en tiempos de paz se repitan.

4. La memoria como prevención individual y colectiva: La memoria cumple también una función preventiva para que no se repitan los hechos o para que las actoras sociales no lo permitan. En la medida que hay reconocimiento de las consecuencias que deja en las mujeres las violencias ejercidas, que los hechos y el problema se vuelven públicos, se crean diques simbólicos y sociales para su rechazo y la no aceptación de las violencias como algo “normal”. La memoria colectiva les brinda espacios sociales jurídicos y políticos de seguridad. Desde el punto de vista de la subjetividad de las mujeres, también genera mecanismos individuales e interpersonales para establecer medidas preventivas y de autoprotección, además de generar la confianza necesaria para saber que con la memoria se crean las condiciones para que los perpetradores sean sancionados.

5. La memoria se expresa desde lo simbólico: Hablar desde el lenguaje de lo simbólico ha sido para la Ruta Pacifica de las Mujeres la forma de deconstruir el otro lenguaje, el de las armas, el militarismo, el autoritarismo; es la manera de expresar las propuestas políticas desde una ética y estética que lleve los significados del hacer femenino no violento, otro lenguaje, con medios y slogans, lo artístico, el lenguaje de lo simbólico, los sentires, el silencio. A través del lenguaje simbólico la Ruta Pacifica de las Mujeres quiere rescatar los sonidos y ver las imágenes de las mujeres ancestrales, esas tatarabuelas, bisabuelas y abuelas, mujeres indígenas y afro descendientes. Con ellas, con su recuerdo en nuestras pieles, empezamos a rescatar de la memoria del olvido todos esos lenguajes tatuados por las capas del tiempo en nuestro nombre de feministas colombianas; escritos en la memoria que nos acercan a explicaciones y sustentos de ese mundo

misterioso de lo femenino que quedó oculto por los estragos de los impuestos culturales, la subvaloración, los silencios, la subordinación, las violencias, las exclusiones y las sumisiones44. También, lo manifestamos con la primera acción movilizadora de la Ruta Pacifica, rescatando del olvido las violencias contra las mujeres en la guerra. Con esta acción, estamos llenando de contenido ancestral y primigenio la generación de resonancia nacional y mundial respecto a la violencia ejercida contra las mujeres en Colombia y contra la Madre Tierra, que ve amenazado uno de sus más importantes pulmones situado en el Tapón del Darién ante la confrontación bélica en su territorio”45.

27Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

Cuando las mujeres documentan y narran su historia, pueden elaborar sus propias experiencias, pueden encontrar formas de afrontarlas y sienten que hay espacio para acoger sus miedos,

inseguridades, emociones y tristezas.

víctimas, sujeto de exigibilidad de derechos. Para ellas, las víctimas son su hijo (a), esposo, familiar, sin asumir las consecuencias que tuvo en su proyecto de vida y las afectaciones emocionales, económicas, sociales y culturales que sufrieron como sobreviviente de estos hechos violentos.

La documentación es la forma como se deja testimonio de los hechos violentos padecidos y un insumo básico en la reconstrucción de la Memoria Histórica desde la perspectiva de las mujeres y hacia el esclarecimiento de la verdad en la sociedad. Una verdad que sin las voces de las mujeres quedaría inconclusa.

La documentación contribuye a:

§ Conocer y dar a conocer lo que sucedió y los efectos que dejaron los hechos violentos en las mujeres y su entorno.

§ Aportar a la memoria y a elaborar la historia de las mujeres.

§ Una aproximación o como parte de la elaboración del duelo.

§ Dignificar a las mujeres víctimas.

VI. Documentar

La documentación es una de las formas de reconstruir la memoria, rehacer los hechos, elaborarlos, hacer conciencia de lo sucedido,

escribirlo o hablarlo. Es una de las acciones en la lucha contra la impunidad y la desmemoria.

✦ ¿Qué es la documentación?

La documentación es el conjunto de informaciones relevantes que contribuyen a esclarecer la verdad desde las mujeres víctimas. Es el relato de los hechos de violencia que sufrieron o sufren las mujeres en el contexto del conflicto armado o en situaciones de postconflicto. En este proceso de recuperación de la información se consignan también los por qué de lo que ha sucedido, las esperanzas, así como también la memoria subjetiva46. Es decir: como fue la experiencia, cuáles fueron las afectaciones y que conexiones tiene con otras violencias pasadas o las que desencadenaron a raíz de los acontecimientos.

Para las mujeres se dificulta reconocer las diferentes formas de violencias que sufrieron a raíz de un hecho violento debido a que por lo general hay una negación al derecho de reivindicarse como

28 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

§ Tener en cuenta la dimensión subjetiva.

§ Facilitar las condiciones para hacer posible los testimonios de las mujeres.

§ Que se tomen las medidas para que no se repitan las violencias.

✦ Como documentar y recoger testimonios de las mujeres víctimas

Para hacer una documentación que contribuya a recoger la memoria de las mujeres deben de tenerse en cuenta algunos de los problemas más frecuentes que invisibilizan sus experiencias: (a) la naturalización de la violencia que generalmente han sufrido las mujeres en el transcurso de su vida, lo cual hace que su narración incorpore esta como algo “normal”; (b) la negación de las mujeres a apropiarse de su situación como víctima directa o sobreviviente. Para las mujeres las violaciones a los derechos humanos perpetrados contra sus familiares no se narran desde los efectos que tiene en ella los hechos y las consecuencias en su subjetividad y contexto personal. (c) A su vez, debe tenerse en cuenta sus condiciones, su disposición, la confianza que debe generarse y la protección y seguridad de las mujeres para contar su experiencia.

Además de lo anterior,

§ Se debe tener claros los objetivos del para qué y lo que se busca en la recopilación de información.

§ La contribución de su testimonio a un proyecto47 que busca la verdad, justicia y reparación y la memoria para las mujeres.

§ El aporte de los testimonios a la construcción de la memoria

histórica que recupere el transcurrir de la historia de las mujeres en el conflicto armado.

✦ Las documentadoras

Las documentadoras, quienes recogen los testimonios de las mujeres, deben:

§ Generar confianza para que las mujeres les aporten la información.

§ Conocer con claridad la importancia de recoger los testimonios para la memoria de las mujeres.

§ Tener conocimiento de las violencias estructurales que tienen las mujeres para que puedan acoger las narrativas sobre violencias pasadas o familiares, porque generalmente las mujeres no hacen referencia a ellas.

§ Recoger las formas de afrontamiento que las mujeres han creado para rehacer su vida y para la búsqueda de justicia. Generalmente, hay una enorme riqueza en su experiencia de reconstrucción individual, familiar y comunitaria.

✦ Documentar las violencias sexuales

Para documentar las violencias sexuales debe tenerse los cuidados y las precauciones que generen en las mujeres víctimas, la confianza necesaria y su propio ritmo para relatar la experiencia. Es importante que se tenga siempre una actitud de respeto y de empatía para que la mujer se sienta acogida y comprendida en su relato. La confidencialidad y el manejo de la información es un aspecto clave.

29Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

La recolección de información puede hacerse individual o colectivamente, dependiendo de las circunstancias los procesos organizativos y niveles de confianza que tenga o se generen en el grupo.

VII. Guía para la documentación de casos

Nombre:

Edad:

Sexo: Femenino: Masculino: Otro:

Etnia:

Profesión:

Estado civil:

Nº Hijos (as):

Las preguntas deben abarcar el conjunto de la experiencia vivida, auscultado los hechos, así como sus consecuencias en el plano físico, psíquico y emocional, también debe buscar cuales han sido las alternativas o formas de afrontamiento y lo que se espera o los anhelos hacia el futuro.

30 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

Las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado expresan las formas de violencias “permitidas” social y

culturalmente; por ello, el trabajo de documentación y las forma de historización de las mujeres también recaba sobre los hechos traumáticos que las mujeres han vivenciado, porque en el relato las mujeres estas vinculan los hechos a situaciones subjetivas, de vida cotidiana y vínculos emocionales.

Recordar y volver a los hechos y circunstancias es un evento doloroso y traumático, no pueden asumirse como recoger la documentación; generalmente, se requiere apoyos psicosociales para las mujeres que aportan sus historias.

La memoria histórica en el país debe recoger las perspectivas de las mujeres victimas con sus diferencias de clase, etnia y edad, cosmovisión y sus opciones sexuales, participación política, entre otras; esto podrá representar una memoria que tiene en cuenta las formas como se dieron los hechos y diferenciar los crímenes que se cometen contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, así como estas violencias constituyen formas de afrenta para atacar el enemigo.

VIII. Conclusiones

Por último, la memoria histórica contada desde la perspectiva de las mujeres devela el carácter patriarcal de la guerra que pone en escena el miedo, la militarización con la exhibición de armas, uniformes, controles sociales, controles sobre las mujeres, los castigos, los imaginarios masculinos exacerbados con identidad militar y escenificación o representación en los cuerpos y espacios de control, donde los grupos armados lo tienen.

31Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

Manual de entrevista de Proyecto Remhi - Reconstrucción de la Memoria Histórica / Guatemala - 1996

✦ Actitud del entrevistador

Los entrevistadores debemos prepararnos bien para recoger los testimonios. El trabajo del entrevistador es importante y

delicado: puede ayudar a muchas personas y comunidades a aliviar su sufrimiento, a salir del miedo y a recuperar su esperanza. Para ello vamos a escuchar y recoger el testimonio de las personas con respeto por su experiencia e interés por ayudarle:

§ - Respetar su idioma y su modo de hablar.

§ - Escuchar con gran atención.

§ - Cuidar que las personas se encuentren bien con nosotros.

El entrevistador tiene que acoger a la persona, ayudarle a que exprese su experiencia y recoger su testimonio de forma fiel:

1. Preparar un lugar adecuado, con la suficiente intimidad para que la persona este tranquila. También darle seguridad que su testimonio será confidencial, que los datos y nombres son

importantes para recoger la verdad, pero que no van a ser utilizados de forma pública.

2. Durante la entrevista, el entrevistador debe concentrarse en escuchar el testimonio de la persona y tratar de ayudarle a que se exprese, pero sin hacerle muchas preguntas, sólo como una forma de animarle a explicar su experiencia. El entrevistador tendrá una actitud tranquila e intervendrá poco. Estará mirándola la persona con atención, no escribiendo ni mirando a la grabadora.

3. Cuando la persona haya terminado de dar su testimonio, el entrevistador podrá repasar el relato de la persona y hacer preguntas más directas para concretar las informaciones (para ello, utilizará una guía de preguntas).

En todo momento es importante que el entrevistador no juzgue a la persona ni la trate como si fuera pobrecita, ni se asuste. A todas las personas se les tratará con comprensión.

Después de las entrevistas, el entrevistador deberá guardar completo secreto de lo que le cuenten y quien se lo contó: a nadie va a decir lo que él escuche, ni siquiera a la familia o amigos íntimos. De esto depende la confianza de la gente y el papel que el entrevistador puede jugar en su comunidad como agente de reconstrucción social y reconciliación comunitaria. Esta actitud de confidencialidad es importante mantenerla también con los materiales, casetes y hojas de entrevista.

IX. Anexo

32 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

✦ Actitudes básicas de la persona que entrevista:

§ Empatía: Comprender y transmitir comprensión.

§ Respeto: aceptación de su experiencia y la persona.

§ Interés: mostrar que los hechos y la persona me importan.

§ Calidez: cercanía, proximidad afectiva.

4. Ayudar a analizar la realidad de lo que pasó y de cómo se siente (ayudarle a reinterpretar sentimientos como la culpa, el enojo, entre otros, ayudándole a salir de situaciones de confusión).

5. Controle sus reacciones para no bloquear la comunicación.

✦ Que no hay que hacer:

§ Extrañarse

§ Victimizar, tratarle como enferma

§ Bloquear la comunicación sobre algunos temas

§ Tener actitud distante

§ Recriminar de forma directa o indirecta

§ Hacer valoraciones sobre las personas

§ Preguntarle por detalles poco significativos

§ Darle expectativas poco realistas

§ Decir que entiende, pero de una manera que no es real

6. Proporcionar un ambiente adecuado, con la suficiente intimidad. Dar seguridad de la privacidad de la entrevista y la confidencialidad de los datos y experiencias, si “fuera necesario”.

7. Evitar que la forma de recogida del testimonio interfiera en el clima (presentar la forma en que se va a hacer, pedir permiso para grabar, evitar desviar la atención).

8. Respetar el lenguaje y forma de narrar los hechos a sentimientos que tiene la persona.

✦ Como ayudar a la persona durante la entrevista:

1. Utilizar un lenguaje sencillo y en el idioma principal de la persona.

2. Tranquilizarles antes de que cuenten su testimonio: “no se preocupe si usted se pone nerviosa, descansamos cuando quiera”. Explicarles por qué es importante su testimonio.

3. Si las personas lloran, el entrevistador será muy comprensivo, pero no se va a emocionar mucho. Le deja llorar y le pregunta cómo se siente y si puede seguir o lo dejan para otro momento.

4. Escuchando y teniendo una buena actitud durante la entrevista.

5. La grabadora estará bien colocada, pero no ser el centro de la conversación.

6. Después de terminar, hablar con la persona de cómo se ha sentido, como se encuentra. Decirle que su testimonio ha sido

33Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

importante y explicarle como el proyecto del área de Memoria Histórica quiere devolver a las comunidades su memoria.

✦ Conducción de la entrevista

La entrevista debe ser conducida de una manera poco directiva, es decir, la persona debe poder contar su experiencia sin que la entrevistadora le dirija. Pero es importante seguir algunos pasos básicos. De todas maneras hay que ser sensibles, no sólo al tiempo de entrevista, sino a las necesidades de la persona.

✦ Los pasos pueden ser:

1. Presentación personal.

2. Presentación del método: “primero le voy a hacer algunas preguntas más formales como su edad, donde vive y luego, si le parece, pasamos al testimonio de su experiencia”.

3. Darle seguridad y mostrar comprensión: “tal vez sea duro hablar de lo que pasó, volver a recordar estas cosas. Si se pone nerviosa, no se preocupe. Si ve que no puede continuar, hacemos un descanso”.

4. Apoyar el relato de la persona mediante:

§ - Actitud de escucha (con palabras de apoyo, mirada, gestos).

§ - Señalar datos o problemas para profundizar (“me puede explicar mas lo de...”).

§ - Pedir aclaraciones y no hacer interpretaciones sobre los hechos (“si he entendido bien, los hechos fueron... ¿Es así?”).

5. Si la persona está muy afectada por la situación, tal vez en el momento puede ponerse más triste.Por eso, si llora, déjela que se exprese, pero después ayúdele poco a poco a reponerse.

6. Al finalizar el testimonio, dejar espacio por si la persona quiere añadir algo más.

7. Después de terminar, hablar con la persona sobre cómo se ha sentido, como se encuentra. Reforzar y dar valor a la experiencia.

✦ Situaciones difíciles en las entrevistas

1. Si la persona no concreta la información o la entrevista se dispersa mucho, el entrevistador debe tratar de orientar más la entrevista con la guía de preguntas y en todo caso, si la entrevista no es de buena calidad anotarlos a la hora de hacer el resumen. Si la actitud de la persona es poco colaboradora o manipuladora, el o la entrevistadora debe tratar de concentrarse en la entrevista y no ponerse nervioso (a) Centrarse en el tema y no dar más información de la habitual.

2. Si la persona se bloquea en un momento porque no quiere dar algún dato o tiene miedo el o la entrevistadora deberá tener paciencia, preguntar y animar a la persona respetando su derecho a no hablar. Si está afectada por los recuerdos, dejar tiempo para que la persona se reponga y preguntarle si quiere continuar.

✦ Algunas de las situaciones difíciles que pueden darse en las entrevistas son:

Entrevista dispersa. Ya sea debido a la necesidad de la persona de hablar de sus vivencias o a sus recuerdos poco concretos, la entrevista puede convertirse en algo disperso, en la quo se concreta poco o con información aparentemente contradictoria. En este coso, la persona

34 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

quo entrevista debe tratar de concretar la información y guiar un poco más la entrevista con las preguntas de la hoja de testimonio, así como tener una actitud más directa de guía de la entrevista. En todo caso, dar valor a la entrevista como tal y ver posteriormente el grado de utilidad para el informe.

3. Bloqueos en la comunicación. Pueden ser debidos a falta de confianza, miedo a hablar de algunos temas o actitud muy distante del entrevistador. Para evitar esos bloqueos es importante seguir los pasos explicados anteriormente. De esta manera se puede construir una relación de confianza. En caso de bloqueo sobre un tema (nombre de un responsable, etc.), se puede:

§ Abordarlo de manera explícita con la persona, demostrando

§ Comprensión por el problema: ¿no quiere usted decir quién era? ¿Ve usted problemas para...? entiendo que tenga miedo pero sería importante... etc.

§ Posponerlo para otro momento de la conversación. A veces es difícil abordar temas más problemáticos en los momentos iníciales de la entrevista.

§ Si la persona se encuentra muy afectada por el recuerdo, dejar un tiempo de silencio y preguntar si quiere continuar.

4. Actitud poco colaboradora o manipuladora. Se pueden dar algunos casos de personas quo tienen una actitud poco colaboradora en la entrevista, debido que su intención no es tanto dar su testimonio sobre unos hechos sino busca información o boquear el trabajo del entrevistador. Es el caso de “orejas” o personas con intereses particulares.

Hay distintos indicadores que nos pueden ayudar a identificar estas situaciones:

Personas que hacen muchas preguntas sobre el proyecto, que buscan datos, que acusan sin fundamentos a otras, que hablan de hechos distintos sin conexión o sin interés para el trabajo, etc. En estos casos es importante que el entrevistador no pierda la dirección de la entrevista y no se deje llevar por actitudes manipuladoras. De todas formas, para evitar estas situaciones es importante: no dar más información del proyecto de la necesaria a nadie; mantenerse en el papel; tratar de concretar los datos de la entrevista, etc.

Dilemas en los entrevistadores:

Al escuchar tristezas y problemas, el entrevistador puede quedarse también a afectado y más si él sufrió o fue testigo de violencias. Puede entonces cansarse de la gente sin ganas de seguir su trabajo, le entra el miedo, se mantiene enojado o muy emocionado.

También puede suceder que alguien lo asuste o amenace. ¿Qué conviene hacer entonces?

1. Dialogar de éstas cosas con su coordinador.

2. Comentar con otros entrevistadores sobre los problemas que encuentran y apoyarse entre sí.

3. Si se empieza a dudar del trabajo, pensar en el sentido profundo que tiene.

4. Hacer menos entrevistas o incluso descansar unos días.

35Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

5. Combinar las entrevistas con otros trabajos para descansar su mente.

6. Si no puede seguir sus entrevistas con el corazón sereno, platicar con su coordinador para dejar su trabajo.

Las formas en que el trabajo con las víctimas puede afectar a las personas entrevistadoras pueden ser:

§ Quedarse afectado por lo que se escuchó.

§ Que al escuchar experiencias de otros, nos vengan a la cabeza nuestras propias experiencias personales.

§ Que debido al estrés que puede producir el escuchar muchos testimonios y sufrimientos de gente que está mal o por tener mucho trabajo, se llegue al cansancio o distancia emocional.

¿Cómo se nota que la persona que entrevista se está afectando mucho? Por ejemplo, no quiere ya recoger testimonios; se desmotiva para su trabajo; empieza a no escuchar o no creer a la gente; cada vez que escucha un testimonio se pone mal; tiene mucho miedo, etc.

Para evitar estos problemas es importante tomar algunas precauciones.

✦ Algunas sugerencias son:

Limitar el número de casos atendidos, combinar esta con otras tareas, cambiar a la persona entrevistadora, buscar formas de liberar la tensión y darse apoyo mutuo entre las personas que realizan esta tarea (sentido de la tarea, reconocimiento de emociones, generalización de experiencias, etc.), en caso necesario con apoyo de supervisor.

36 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

A/CONF. 157/23 12 junio 1993.A/CONF. 157/23 12 junio 1993.Mazo Clara Inés, Lo simbólico en la Ruta. Ruta Pacifica de las Mujeres. Página 123.Código Penal Colombiano. Título II Delitos contra las personas y bienes protegidos. Art 135.Código Penal Colombiano. Título II Delitos contra las personas y bienes protegidos. Art 139.Código Penal Colombiano. Título II Delitos contra las personas y bienes protegidos. Art 14.Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Convención de Belém do Pará, aprobada en la Asamblea General de la OEA el 9 de junio de 1994.Corte Constitucional - Auto 092 del 2008. Corte Constitucional - Sentencia T 025 2005.E/CN.4/2002/83/Add.3.E/CN.4/2002/83/Add.3 Enero 28.Documentos Ruta Pacifica de las Mujeres, sin editar.Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.(Prosecutor v. Furundzija, Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, 1998).E/CN.4/2005/10, 28 de febrero de 2005.Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la Oficina en Colombia (E/CN.4/2000/11), Párr. 90.

Informe del Representante Especial del Secretario General encargado de la cuestión de los niños en los conflictos armados, A/54/430, Párr. 122 a 127.Martin Beristaín Carlos, Al lado de la gente. Acompañamiento a comunidades en medio del conflicto armado. Colección Papeles de Paz página 15 año 2000.Martín Beristaín, Carlos. Justicia y reconciliación. El papel de la verdad y la justicia en la reconstrucción de sociedades fracturadas por la violencia. No 27 Hegoa.María Suarez Toro. Mujeres metamorfosis del efecto mariposa. Pág. 7. Editorial Norma. 2008.Olga Amparo Sánchez G, Socorro Corrales, Sandra López. Alejandra Miller, Marcela Uribe S, Palabras Representaciones y Resistencias de mujeres en el contexto del conflicto armado colombiano. Historias de vida de las mujeres de: Chocó Cauca, Medellín y Putumayo. Ruta pacifica de la Mujeres, Bogotá, Noviembre 2006.Olga Amparo Sánchez G.Las violencias contra las mujeres en una sociedad en Guerra. Ruta Pacifica de las Mujeres Colombianas. 2008.Ramírez Patricia, Ciudadanías negadas: victimización histórica, reparación y (re)integración de mujeres y niñas en Colombia. Reflexión política año 11.No 21 junio 2009 pág. 93.Ritual acto fundante por la vida en Urabá. La Paz en Urabá es Vida en el Planeta. Ruta Pacifica de las Mujeres. 1996.RUSSELL Diana y RADFORD Jill, han desarrollado el concepto en su texto Femicide, the politics of women killig, Twayne Publishers, 1992, New York.

X. Bibliografia

37Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

1 Resolución declarada en el 2000 y por la cual insta a los Estados miembros a velar por que aumente la representación de la mujer en todos los niveles de adopción de decisiones de las instituciones y mecanismos nacionales, regiovnales e internacionales para la prevención, la gestión y la solución de conflictos. Resolución 1325 aprobada por el Consejo de Seguridad en su sección 4213, celebrada el 31 de octubre del 2000.

2 Sin referencia 3 Casa de la Mujer, Ruta Pacifica de las Mujeres, Violencia sexual. VIII Informe sobre

violencia sociopolítica contra mujeres, jóvenes y niñas en Colombia 2008 pág. 17, 20

4 Ídem5 Ídem6 A/CONF. 157/23 12 junio 19937 Olga Amparo Sánchez G, Las violencias contra las mujeres en una sociedad en

guerra, Ruta Pacifica de las Mujeres, Bogotá, Colombia junio 2008.8 Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra

la mujer Convención de Belém do Pará, aprobada en la Asamblea General de la OEA el 9 de junio de 1994.

9 Ídem 10 E/CN.4/2005/10, 28 de febrero de 200511 Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Las mujeres frente a la violencia y

la discriminación derivadas del conflicto armado en Colombia. Xii. Susana Villarán. Relatora especial para la Mujer.

12 Ídem13 Codhes, Consultoria para los derechos humanos y el desplazamiento. www.codhes.

org.14 Corte Constitucional Auto 092 del 2008. 15 Corte Constitucional Sentencia T 025 de 200516 RUSSELL Diana y RADFORD Jill, han desarrollado el concepto en su texto Femicide,

the politics of women killig, Twayne Publishers, 1992, New York. 17 Sin referencia bibliográfica.18 Revista Semana Abril 2009.19 Mesa Mujer y Conflicto Armado, Informe sobre violencia sociopolítica

contra mujeres, jóvenes y niñas en Colombia. 2004,2005.

XI. Notas al final

20 ANMUCID, Organización Femenina Popular, entre otras.21 E/CN.4/2002/83/Add.3.22 Véase más información sobre el reclutamiento de menores en los informes del

Representante Especial del Secretario General para la protección de los niños en los conflictos armados, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el informe de la Coalición de organizaciones no gubernamentales, Human Rights Watch y el informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la Oficina en Colombia (E/CN.4/2000/11), Párr. 90; véase también el informe del Representante Especial del Secretario General encargado de la cuestión de los niños en los conflictos armados, A/54/430, Párr. 122 a 127; el tercer informe sobre la situación de los derechos humanos en Colombia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos, 1999; Human Rights Watch, “Los niños afectados por el conflicto armado”, de 31 de marzo de 2000.

23 Ob. cit, Pág. 14.24 Olga Amparo Sánchez G.Las violencias contra las mujeres en una sociedad en Guerra.

Ruta Pacifica de las Mujeres Colombianas - 2008.25 Código Penal Colombiano. Título II delitos contra las persona y bienes protegidos

art 135.26 Ídem artículos 138.27 Código Penal Colombiano. Título II delitos contra las personal y bienes protegidos

art 139.28 Código Penal Colombiano. Título II delitos contra las personal y bienes protegidos

art 141.29 Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.30 ‐ (Prosecutor v. Furundzija, Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia,

1998).31 Estatuto de Roma, Elementos de los Crímenes, 2002).32 Prosecutor v Akayesu, Tribunal PenalInternacional para Ruanda, 1998.33 E/CN.4/2002/83/Add.3 enero 28.34 Documentos Ruta Pacifica de las Mujeres, sin editar.35 E/CN.4/2002/83/Add.3 Enero 28.

38 Documentación y memoria de las violencias contra las mujeres en el marco del conflicto armado

36 Ibídem.37 Ibidem, Pág. 28.38 Martín Beristain, Carlos. Al lado de la gente, acompañamiento a comunidades en

medio del conflicto armado. Colección papeles de paz. Cinep 2000.39 Martín Beristain, Carlos. Justicia y Reconciliación. El papel de la verdad y la

justicia en la reconstrucción de sociedades fracturadas por la violencia. No 27. Hegoa.

40 María Suarez Toro. Mujeres metamorfosis del efecto mariposa. Pág. 7. Editorial Norma. 2008.

41 Ídem pág. 19.42 Olga Amparo Sánchez G, Socorro Corrales, Sandra López. Alejandra Miller, Marcela

Uribe S, Palabras, representaciones y resistencias de mujeres en el contexto del conflicto armado colombiano. Historias de vida de las mujeres de: Chocó, Cauca, Medellín y Putumayo. Ruta Pacífica de la Mujeres, Bogotá - Noviembre 2006.

43 Cuando ha habido espacios de negociación.44 Clara Inés Mazo, Lo simbólico en la Ruta. Ruta Pacifica de las Mujeres. Pág. 123.

2002.45 Ritual acto fundante por la vida en Urabá. La paz en Urabá es vida en el Planeta.

Ruta Pacifica de las Mujeres. 1996.46 Martin Beristain Carlos, Al lado de la gente. Acompañamiento a comunidades en

medio del conflicto armado. Colección Papeles de Paz página 15 año 2000.47 Idem