Escuelas que dejan escuela

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Congreso Internacional 189 Desde la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Oriente y como un macroproyecto del SER surge “Escuelas que dejan escuela”, es una lí- nea mas de investigación que, mediante sub-proyectos, recoge experiencias sig- nificativas, les aporta sentido, las apoya y fortalece, al mismo tiempo las sistema- tiza y da a conocer como posibilidad de réplica en otros entornos. La Universidad Católica de Oriente desde su Facultad de Educación y el grupo de investigación SER conoció la experiencia desarrollada en Marinilla con Escuela Campesina, ejecutada por la Secretaría de Agricultura y Ambiente de Marinilla, en distintas veredas desde 1998; pensó, entonces, que articulando esta forma- ción a las escuelas de dichas veredas, el resultado podría tener garantía de conti- nuidad, de esta manera invitó a la UCO para que hiciera el acompañamiento en la construcción de material educativo que se implementaría desde los grados 4º y 5º; esta iniciativa fue acogida por la administración municipal desde donde se creó como “cátedra agroecológica”. La universidad aceptó esta invitación asumida desde entonces por la facultad de educación, acompañó la orientación pedagógica y la construcción de media- dores textuales que apoyaran el desarro- llo de dicha cátedra, lo cual suponía un estudio del contexto y una orientación de quienes la servirían. Durante esta dinámica, las personas en- cargadas de esta tarea encontraron me- ritorio recoger toda la experiencia de Escuela Campesina por sus particulari- dades y el impacto positivo que estaba causando. De ahí se generó la denomi- nación: “Escuelas que dejan escuela”, como aquellas acciones que dejan una estela de formación humana y cultural. ¿Por qué en Marinilla? Marinilla es un municipio del oriente antioqueño, despensa agrícola colom- biana y como tal, afectada durante mu- cho tiempo por fungicidas y fertilizantes que no le hicieron ningún bien, es de recordar aquella estrategia denomina- da “Revolución verde”. Su cultura se ha destacado por su emprendimiento y creatividad, expresada en la pintura y la forma de degustar la música instrumental y de cuerda, folclórica y clásica. Se con- servan muchos de sus valores morales y culturales ancestrales, a pesar de algunos factores externos que han incidido en su cambio, tales como: La construcción de ESCUELAS QUE DEJAN ESCUELA Por: Noelia Amparo Valencia Jaramillo* * Docente Investigadora Servicio Educativo Rural –SER–, Universidad Católica de Oriente. Colombia

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Subproyecto SER

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Desde la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Oriente y como un macroproyecto del SER surge “Escuelas que dejan escuela”, es una lí-nea mas de investigación que, mediante sub-proyectos, recoge experiencias sig-nificativas, les aporta sentido, las apoya y fortalece, al mismo tiempo las sistema-tiza y da a conocer como posibilidad de réplica en otros entornos.

La Universidad Católica de Oriente desde su Facultad de Educación y el grupo de investigación SER conoció la experiencia desarrollada en Marinilla con Escuela Campesina, ejecutada por la Secretaría de Agricultura y Ambiente de Marinilla, en distintas veredas desde 1998; pensó, entonces, que articulando esta forma-ción a las escuelas de dichas veredas, el resultado podría tener garantía de conti-nuidad, de esta manera invitó a la UCO para que hiciera el acompañamiento en la construcción de material educativo que se implementaría desde los grados 4º y 5º; esta iniciativa fue acogida por la administración municipal desde donde se creó como “cátedra agroecológica”. La universidad aceptó esta invitación asumida desde entonces por la facultad de educación, acompañó la orientación pedagógica y la construcción de media-

dores textuales que apoyaran el desarro-llo de dicha cátedra, lo cual suponía un estudio del contexto y una orientación de quienes la servirían.

Durante esta dinámica, las personas en-cargadas de esta tarea encontraron me-ritorio recoger toda la experiencia de Escuela Campesina por sus particulari-dades y el impacto positivo que estaba causando. De ahí se generó la denomi-nación: “Escuelas que dejan escuela”, como aquellas acciones que dejan una estela de formación humana y cultural.

¿Por qué en Marinilla?Marinilla es un municipio del oriente antioqueño, despensa agrícola colom-biana y como tal, afectada durante mu-cho tiempo por fungicidas y fertilizantes que no le hicieron ningún bien, es de recordar aquella estrategia denomina-da “Revolución verde”. Su cultura se ha destacado por su emprendimiento y creatividad, expresada en la pintura y la forma de degustar la música instrumental y de cuerda, folclórica y clásica. Se con-servan muchos de sus valores morales y culturales ancestrales, a pesar de algunos factores externos que han incidido en su cambio, tales como: La construcción de

EsCuElas QuE DEJaN EsCuElaPor: Noelia Amparo Valencia Jaramillo*

* Docente Investigadora Servicio Educativo Rural –SER–, Universidad Católica de Oriente. Colombia

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la autopista Medellín-Bogotá que dividió su geografía e incrementó el crecimien-to urbanístico y propició la llegada de nuevos pobladores; la construcción de la represa del Peñol, la cercanía al aero-puerto José María Córdova, y la violen-cia a la que no fue ajena y que produjo desplazamientos; a todo esto se le suma el auge de los medios de comunicación. En estas condiciones la SAYA, empren-de acciones que superan estas situa-ciones difíciles en el campo y una de sus estrategias es la Escuela Campesina que, como experiencia que mejora la calidad de vida, protege el ecosistema, impulsa el desarrollo y la educación, es asumida por Escuelas que dejan escue-la como objeto de investigación y pro-puestas de cualificación.

De acuerdo con todo lo anterior se propone:

• Recoger esta experiencia y validarlaen muchos ámbitos.

• Apoyar la escuela campesina desdelo humano-formativo y académico.

• Dinamizar losprocesosdesde lodi-dáctico y pedagógico.

• Articular las institucioneseducativasy los centros educativos rurales al cu-rrículo que se propone desde y para la escuela campesina y de esta mane-ra fortalecer sus PEIs.

• Dinamizar las redes entre entidadeseducativas agroecológicas y los cen-tros educativos.

• Crearlaconcienciadeterritorio.

• Acompañareldesarrollodeproyectospedagógicos productivos pertinentes.

• Propiciareldesarrollodecompeten-cias laborales y empresariales.

Escuelas que dejan escuela pretende im-pactar en las escuelas formales para que

sean: Escuelas que dinamizan procesos, escuelas de formación humana integral, Escuelas que dinamizan la familia y la comunidad. Escuelas que desarrollan te-rritorio. Todo a partir de Currículos inte-grativos e integradores.

Como proyecto de investigación, se fun-damenta en el diseño de la investigación Acción participativa, con enfoque etno-gráfico y hermenéutico. Ambos enfoques nos orientan la recolección de datos con y desde las personas, su cultura, sus vi-vencias y creencias y su realidad desde el contexto mismo con todo lo que esto supone, e interpretarlos con la seriedad y rigurosidad de la investigación, así como la planeación y ejecución de acciones que logren transformaciones significati-vas para ellos y su entorno.

La primera estrategia fue la sistemati-zación de la experiencia formativa que venía aplicando la SAYA mediante la Escuela Campesina, esto nos llevó a re-coger información de archivos, testimo-nios de las personas, habitantes de las veredas que pasaron o no por la Escuela Campesina, interpretar los antecedentes que generaron dicha iniciativa, estudiar experiencias similares dentro y fuera del país, constatando que todos presentaban la inquietud común por la conservación del ambiente, la recuperación del equi-librio y la biodiversidad amenazada, temas que vienen preocupando desde hace muchísimos años. Todo esto nos in-teresó para hacer mención de un estado del arte con relación a la preocupación ambiental, lo cual queda consignado en la primera parte del informe.

Otra preocupación nos generó la inves-tigación, al hacer el recorrido por los Centros Educativos Rurales, la poca arti-culación de los maestros con su contexto y con enfoques pedagógicos flexibles que permitieran la ejecución de currículos

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pertinentes. Coincidió que este año había cambio de maestros en casi todas las es-cuelas, llegaron personas jóvenes, recién salidos de sus centros de formación, de todas maneras ellos y ellas no encontra-ron un PEI construido, un currículo defi-nido, solo las cartillas aun no renovadas de Escuela Nueva, de las que poco co-nocimiento tenían. Aquí nace la idea de proponer un currículo cuyos pilares prin-cipales fueran la formación humana inte-gral, el desarrollo rural y la agroecología, que se pudiera articular en red para todas las escuelas y a la vez orientara pedagógi-camente a la Escuela Campesina.

Este trabajo nos ocupó casi todo el año, los primeros tres meses, recogiendo da-tos, visitando veredas y escuelas, simul-táneamente se iba construyendo el diag-nóstico que fundamentara la propuesta de currículo, Luego se fueron buscando antecedentes de la educación en el me-dio rural, se estudiaba una nueva mirada al campo, ver críticamente esta nueva ruralidad que se presentaba con sus de-mandas propias, sus potencialidades así como la construcción de un sentido nue-vo de territorio.

El análisis partió del recorrido realizado por la SAYA en Escuela Campesina des-de 1998, se estudió en detalle su ejecu-ción, la movilización que generó en las personas, dándonos cuenta que no fue-ron terratenientes ni gente de plata quie-nes asistían a la escuela, sino personas que buscaban mejores opciones de vida, cansados del “jornaleo” y de andar de finca en finca en busca de un chancecito para trabajar y poder mantener su fami-lia. Lo más significativo es que quienes primero acudieron a este llamado fueron las mujeres, los hombres no se atrevían a dejar su trabajo o la finca arriesgando la comida de los hijos. Las mujeres man-tuvieron su ánimo al darse cuenta que podían trabajar con sus propios medios,

sin mayores gastos y que podían elabo-rar elementos básicos para la casa como el jabón, el talco para los pies y el sham-poo, igualmente podían transformar los productos de la finca en postres, tortas, mermeladas, yogures. Todo esto fue siste-matizado como experiencias que valían la pena rescatarse. Mas adelante cada una de las personas que asistía, debía te-ner su huerta casera, para esto aprendie-ron a elaborar los riegos y fertilizantes a bajo costo, aprovechando todo lo de la finca sin mayor inversión económica, así mismo a crear el ambiente alelopático para frenar las plagas, las trampas para el cucarrón marceño, pero lo mas impor-tante aprendieron a valorarse como seres humanos pensantes, con iniciativas y ca-pacidad de emprendimiento.

El proyecto Escuelas que Dejan Escuela ha ido mas allá de la investigación bus-cando mejorar la calidad de vida de las personas, apoyando sus iniciativas, co-nociendo sus historias de vida, además, ha acompañado las sesiones de Escuela Campesina, estimulando a sus partici-pantes, posibilitando talleres de bien-estar humano, construyendo y dando a conocer la propuesta de un currículo para la nueva ruralidad, orientando los mediadores que han de acompañar a los participantes.

En este año se ha ocupado de acercar-se mas a los centros educativos rura-les, a sus maestros, a partir de un se-gundo subproyecto: “Educación inicial en agroecología”, con la inquietud de orientar al maestro para que desde los primeros años se sensibilice al niño por el amor a todos los seres vivos que lo ro-dean, aprecien su entorno, valoren los recursos naturales y mediante estos pro-cesos sensibilizar a los padres y madres de familia hacia el buen trato, las me-jores relaciones humanas y con la natu-raleza y se promuevan buenas acciones

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hacia la comunidad y el ambiente. Esto conlleva la formación del maestro quien es el primero que debe apropiarse de su contexto, conocerlo y propiciar espacios para un mayor conocimiento de la ve-reda por los niños, asuman su práctica pedagógica articulando los saberes en la transversalidad de la agroecología, y en red con las demás escuelas o SER. En esta línea los SER se convierten en otra expe-riencia significativa que recoge Escuelas que dejan escuela en Marinilla.

Escuelas que dejan escuela como ma-croproyecto de investigación ha logrado recoger en un texto el avance de Escuela Campesina para darlo a conocer y po-sicionarlo como experiencia válida del Oriente antioqueño, es recoger una ac-ción investigativa que va transformando poco a poco la cultura productiva e im-pactando de una manera significativa en las familias que las conduce a un mayor bienestar humano en las comunidades; ha sido un programa que de una mane-ra muy sencilla, ha logrado sensibilizar a los maestros para que sus metodolo-gías sean pertinentes, amen su labor en la ruralidad, comprendan la importancia que para sus estudiantes y comunidad en general tiene el campo. Se ha logrado un acercamiento a la gente del campo, conocer sus potencialidades animarlos hacia el emprendimiento y la organiza-ción solidaria.

Cuando se tuvo la idea de trabajar, Escuelas que dejan escuela, se vio la ne-cesidad, en primer lugar de trabajar con el apoyo de las autoridades del munici-pio de Marinilla y específicamente con la SAYA, ellos serían objeto y sujeto de la investigación que se iniciaba a partir de esta inquietud, luego se vio la necesidad de hacerlo en convenio con entidades que pudieran financiar estas acciones, se invitó, entonces a las fundaciones: Dividendo por Colombia y Fraternidad

Medellín, quienes una vez conocido el proyecto no dudaron en apoyarlo, con estas dos fundaciones se trabajó el pri-mer año, se tuvo la oportunidad de rea-lizar una pasantía al Sumapaz a conocer la experiencia que allí se desarrollaba, de allá igualmente vinieron a conocer la de acá, las diferencias nos enriquecieron enormemente pues nos aportamos ex-periencias mutuamente para mejorar los procesos llevados a cabo.

Para este segundo año y con el fin de dimensionar la actividad de la Escuela Campesina, con proyección ética, so-cial, política, hacia la productividad y desarrollo equitativo, sostenible, com-petitivo, hacia el real mejoramiento de la calidad de vida en comunidades ru-rales así como dar una cobertura desde el preescolar, mejor calidad educativa, producción de insumos del trabajo an-terior, impulsar la asociación y la micro-empresa agroecológica, mayor impac-to en lo educativo formal, se sumaron dos fundaciones más: Suramericana y Bancolombia.

El impacto de la Escuela Campesina dirigido por la SAYA y orientado peda-gógicamente desde Escuelas que dejan escuela se evidencia en “la feria agroeco-lógica”, cuando las personas que partici-pan en ella muestran los resultados de su producción, sacan los productos frescos desde las fincas de los participantes en la E.C., productos que garantizan la ali-mentación sana y libre de tóxicos. Es una forma de integración de la escuela con la vida y con todos los sectores sociales del municipio. Es una invitación a una vida más saludable que justifica el apoyo a las potencialidades que manifiesta el habitante del campo.

Todas estas acciones son dignas de apo-yo y fortalecimiento, que sea este enton-

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ces un espacio para hacer un llamado a empresarios colombianos y del mundo, a los entes administrativos en todos los ámbitos, para que respalden estas di-námicas del campo que promueven el mejoramiento de la calidad de vida, la protección del ambiente y sobre todo

impulsan una paz evidente al reconocer las potencialidades del habitante rural. Es preciso integrar acciones efectivas y eficaces desde áreas como la salud, la educación, el desarrollo social, infraes-tructura vial y de servicios públicos y de tecnologías entre otros.

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