Espontáneo I

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LAS PANZAS VÍRGENES. APUNTES. Myriam Pulido Villarreal ESPONTÁNEO I Recién termina de llover en la ciénega de mis recuerdos, la polución se disuelve lentamente y la niebla que emerge es promesa de nuevas esperanzas. De un capullo suspendido asoma la mirada desconcertada de un ser que sorprende a la madrugada. El sol naciente hace eco en la piel recién mudada, en la conciencia redescubierta, en los ojos pudorosos, en los labios entreabiertos. Pequeña y frágil, muda y salvaje, extiende sus alas prístinas y se eleva por encima del barro. A contracorriente, el viento que golpea en la cara le da su primera lección de vida. Al calor del sol, su piel se tiñe con matices insospechados y expone su desnudez a la fragua vital del mediodía. Su primera lágrima es para el capullo abandonado y el primer gesto de sus labios es para las promesas de la ciénega. En la eternidad del primer día descubre todas las palabras, todos los sentimientos, todas las posibilidades, su vuelo es infinito entre el sol y el barro. Ubicua entre todos los mundos imaginables, el horizonte atraviesa sus ojos cristalinos y abre su pecho a todas las novedades.

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Las Panzas Vírgenes. Apuntes.

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LAS PANZAS VRGENES. APUNTES.Myriam Pulido Villarreal

ESPONTNEO IRecin termina de llover en la cinega de mis recuerdos, la polucin se disuelve lentamente y la niebla que emerge es promesa de nuevas esperanzas. De un capullo suspendido asoma la mirada desconcertada de un ser que sorprende a la madrugada. El sol naciente hace eco en la piel recin mudada, en la conciencia redescubierta, en los ojos pudorosos, en los labios entreabiertos. Pequea y frgil, muda y salvaje, extiende sus alas prstinas y se eleva por encima del barro. A contracorriente, el viento que golpea en la cara le da su primera leccin de vida. Al calor del sol, su piel se tie con matices insospechados y expone su desnudez a la fragua vital del medioda. Su primera lgrima es para el capullo abandonado y el primer gesto de sus labios es para las promesas de la cinega. En la eternidad del primer da descubre todas las palabras, todos los sentimientos, todas las posibilidades, su vuelo es infinito entre el sol y el barro. Ubicua entre todos los mundos imaginables, el horizonte atraviesa sus ojos cristalinos y abre su pecho a todas las novedades.