Estrategias para ser más feliz

Mario Pereyra

El GPS dE la fElicidad

Estrategias para ser más feliz

Mario Pereyra, es doctor en Psicología, psicólogo clínico, terapeuta de familia, investi-gador, docente universitario y escritor. Lleva publicado 25 libros, 84 trabajos científicos y cerca de 400 artículos de divulgación. Ha ejercido la do-cencia en Uruguay, Argentina,

Chile, Perú, Costa Rica, México, Puerto Rico, Haití y España. Ha sido director del Servicio de Bienestar Mental del Sanatorio Adventista del Plata, Argentina, director de la Carrera de licenciatura en Psicología, en la Universidad Adventista del Plata. Trabajó durante diez años en la Universidad de Montemorelos, México, como docente del posgrado y del doctorado en la Facultad de Psicología. Actualmente se desempeña como psicólogo clínico en terapia on line (http://mariopereyra.com/web) y es super-visor de psicoterapia por la página de Internet, psyson.org, Christian Mental Care. Asimismo, es docente de la maestría de administración de la Hebert Fletcher University, Puerto Rico y pro-fesor de Psicología en la Universidad Adventista del Plata, Argentina.

Mario PErEyra

EL GPS DE LA FELICIDAD

Estrategias para ser más feliz

PEREYRA, Mario

El GPS de la felicidad: estrategias para ser feliz / Mario Pereyra / Valencia: Fortaleza Ediciones, 2018. Prólogo Ricardo Bentancourt.

15,24 x 22,86 cm. 146 páginas

1. Felicidad. 2. Estrategias de vida. 3. Psicología positiva.

Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipu-lación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo y por escrito del editor.

Fortaleza ediciones

[email protected]

Copyright © Mario Pereyra, 2018

Dirección editorial: Miguel Ángel Núñez

Fortaleza ediciones

Quart de les VallsValenciaEspaña

contEnido

Introducción .................................................. 7

1. La importancia de ser feliz ...................... 11

¿Qué es ser feliz? La Psicología Positiva y la felicidad. La felicidad de las naciones. Los beneficios de la felicidad. “Ética para Amador”

2. ¿Cuán feliz soy? ...................................... 29

La medida de la felicidad. El PANAS. La Escala de Felicidad Subjetiva (EFS). La Escala de Afectividad Positiva y Negativa (PANAS)

3. La ciencia de la felicidad ......................... 37

La virtud de ser feliz. Se puede alcanzar un 40% más de felicidad. Felicidad y estado civil. Determinantes de la felicidad. La felicidad en el tiempo. El modelo PERMA del bienestar. “Busca la felicidad en el dolor”.

4. Estrategias para ser más feliz - 1 .............. 53

Las 12 claves de la felicidad. 1. La gratitud. 2. Cultive el optimismo y la esperanza. 3. Evite la comparación social. 4. Practique la amabilidad. 5. Cultive las relaciones sociales. 6 Desarrolle buenas estrategias de afrontamiento.

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El GPS de la felicidad

5. Estrategias para ser más feliz - 2 .............. 77

7. Aprenda a perdonar. 8. Disfrute más. 9. Saboree las alegrías de la vida. 10. Tenga buenos propósitos y objetivos. 11. Haga actividad física. 12. Cultive la religión y la espiritualidad.

6. Para promover la alegría de vivir - 1 ...... 103

Nuevas estrategias. 1. El contentamiento. 2. La sabiduría. 3. “Ocupaciones felicitarias”. 4. Actitud positiva. 5. Cómo endulzar las amarguras.

7. Para promover la alegría de vivir - 2 ...... 119

6. El pecado de no ser feliz. 7. No postergar la vida. 8. Cerrando etapas. 9. Experiencias cumbres. 10. El hábito de ser alegre.

Anexo ........................................................ 135

Referencias bibliográficas............................ 139

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introducción

“El corazón alegre es una buena medicina”.

Salomón (Proverbios17:22)

La felicidad es una terapia eficaz, lo ha comprobado fehacientemente la ciencia. Un espíritu dichoso nos pone a salvo de los virus del pesimismo, la amargura y el abatimiento; es salud para el alma y para el espíritu. Por eso nos adherimos al manifiesto del escritor Mario Benedetti (1993, 437), quien proponía defender la alegría a través del siguiente testimonio poético.

“Defender la aleg ría como una trinchera / defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables / de las ausencias transitorias y las definitivas


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defender la aleg ría como un principio / defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones / de las dulces infamias y los g raves diagnósticos

defender la aleg ría como un destino / defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas / de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar aleg res.”

Pensamos que se defiende la alegría ejercitando un cuerpo sano y un espíritu contento, cultivando la capacidad de sonreír y comiendo moderadamente. Emitiendo ondas serenas y apacibles. Se defiende la alegría con la fe y la esperanza. Decía Herman Hesse, con un dejo de pesimismo: “Pero, nada es más difícil que llevar un hombre a la felicidad”. Es cierto, como lo hemos comprobado algunas veces en el consultorio. Pero, es mucho más cierto que la felicidad no es la ausencia de problemas sino la habilidad de salir adelante con ellos. Y como habilidad es posible aprenderla, entrenarla y cultivarla. Así entendida, la felicidad se construye, somos arquitectos de nuestro propio bienestar, como proponemos y promovemos en este libro.

El objetivo de esta obra es sintetizar los descubrimientos más importantes de la ciencia de la felicidad. Hemos tratado de no ser técnicos y ejercitar una plática espontánea, franca, con un

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estilo ágil, para trasmitir las luces de la esperanza y lanzar líneas que conduzcan al bienestar. Para ello, enumeramos explicaciones y sugerencias, realizamos prescripciones breves, ofrecemos una guía orientadora para que el lector búsque por sí mismo, los recursos para salir adelante. Presentamos varios cuadros sinópticos y dos tests de autoevaluación para que cada quien pueda diagnosticar el grado de la felicidad y de las emociones positivas.

Este libro procura suscitar la alegría y el buen humor. Busca desarrollar la gratitud, ejercitar el perdón, cultivar la capacidad de disfrutar, estimular el contentamiento, la confianza en Dios y promover la esperanza de un futuro mejor; en síntesis, se trata de una especie de GPS que indica la ruta de la felicidad.

Esperamos que esta obra tenga una acogida fructífera y cumpla con su finalidad de proteger la felicidad de los embates del pesimismo y el desasosiego, elevando la calidad de vida y el bienestar de nuestros amables lectores.

Dr. Mario Pereyra

7 de mayo del 2018, Colina de la Esperanza, Libertador San Martín, Entre Ríos, Argentina

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Capítulo 1

la iMPortancia dE SEr fEliz

“Todos los días del afligido son difíciles; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo”.

(Proverbios 15:15)

¿Qué ES SEr fEliz?

Para Débora Alessandria su experiencia de felicidad la manifestó en el testimonio siguiente:

Tenía 25 años y estaba recibiendo a mi primer hijo, Franco. Como madre primeriza, lo esperaba llena de incertidumbres y temores. Luego de un trabajo de parto extenso y finalmente una cesárea, lo tuve en mis brazos. Sumamente pequeño, lleno de ar ruguitas, ni siquiera cejas tenía porque había adelantado un mes su lle gada… Requería mucha atención para


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ganar peso y paciencia hasta que su aparato digestivo madurara completamente. Alimentarlo era el objetivo fundamental de mi vida. Pero él se encargaba de alimentar mi corazón de amor cada vez que lo ponía en mi pecho. Eso era sublime. Nos conectábamos desde las miradas. Ese momento era nuestro, una paz deliciosa nos envolvía y si por alguna razón yo me distraía y cor ría mi mirada un momento, al volver ahí, lo encontraba nuevamente, con sus ojitos fi jos en mí, esperándome… recuerdo ese tiempo como un estado de felicidad absoluta (¡creo que sólo las mamás podrán entenderme plenamente!).

Por su parte, Mónica Liliana, expresó su idea de lo que significa ser feliz, con estas palabras:

La felicidad es para mí una elección, pase lo que pase eli jo ser feliz, ya que esto genera en mi organismo serotonina que es una sustancia imprescindible para tener buena salud y relaciones sanas. El momento más feliz de mi vida fue cuando nacieron mis hijas Alejandra y Lucia, maravilloso, pelan y hoy al verlas crecer sanas, atinadas en la vida, sigo sintiendo esa misma felicidad de cuando nacieron, son mis aleg rías de vivir, me llenan y las amo profundamente. Cuando conocí el amor incondicional, cuando ame profundamente me sentí plena y feliz, fueron esos instantes en la vida donde todo es maravilloso y tocas el cielo con las manos.

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Hoy soy plenamente feliz ya que hago lo que me gusta, conozco el propósito de mi vida, doy sin esperar nada a cambio, tengo un alto nivel de autoconciencia y sobre todo en mi vida me hace feliz tener una relación con Dios. Tengo momentos plenos de felicidad, eli jo la felicidad como camino, ya que es el mejor estado de ánimo que podemos tener como humano, al igual que el optimismo, la compasión y el amor.

Otro testimonio verídico de felicidad es el caso que relata María Rosa Serra, un episodio muy emotivo de felicidad compartida.

Me sucedió hace unos años un 24 de diciembre. Eran las tres de la tarde e iba camino de la estación de tren para venir hacia mi casa. Nos habían dado la paga extra, entregado el lote y además yo tenía unos días de vacaciones. Recuerdo que iba pensando en lo afortunada que era cuando me paró un mendigo y me pidió algo de dinero para comer. Abrí el monedero y solo tenía un billete de €50, mi primera reacción fue decirle que lo sentía pero que no llevaba nada más pequeño no obstante en ese momento fue como si alguien me pusiera un espejo delante y me hiciera ver que yo iba a mi casa, con mi familia, calentita y contenta a celebrar las fiestas y a saber que drama había dejado a ese hombre en la calle. Le di los €50. Cogió el billete y se lo quedó mirando como si no entendiera, hizo ademán de devolvérmelo como si yo me hubiera equivocado y


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cuando le dije ‘quédeselo y feliz navidad’ me miró a los ojos con una expresión tan elocuente que no olvidaré nunca lo que me transmitió. Continué mi camino y a los pocos segundos me g ritó ‘y yo que no creía en los ángeles’… Probablemente parezca una idiotez no obstante, en ese momento me sentí la persona más feliz del mundo.

Estos testimonios han sido extraídos del Libro conseguirlafelicidad.com (ver en la Internet). Débora hablaba de una “felicidad absoluta” al contemplar a su hijita, para Liliana la felicidad es una decisión de sostener el espíritu contento, en tanto, María Rosa experimentó ser la “persona más feliz del mundo” al ayudar a un necesitado. Cada uno vive la felicidad a su modo y medida, lo importante es encontrar lo que a uno le hace feliz. La ciencia ha descubierto determinadas actitudes y acciones que facilitan la felicidad. Cada uno debe encontrar la que se ajusta mejor a la propia persona.

la Psicología Positiva y la Felicidad

Con la aparición de la Psicología Positiva (PP) en el siglo XXI, se acrecentaron los estudios científicos acerca de la felicidad. A partir de la década del 90 se fue imponiendo un cambio de enfoque en los estudios que fueron interesándose más en la promoción de la salud y en los aspectos

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positivos del ser humano, en lugar de la reparación de los aspectos negativos y las enfermedades.

Se ha entendido la felicidad en un sentido amplio, como el bienestar subjetivo, el bienestar psicológico, la satisfacción con la vida o sentir la vida en forma placentera. Los investigadores de la PP han consensuado una definición del concepto de felicidad en base a tres componentes claves:

1. Experiencias de afecto positivo frecuentes (v.gr., alegría, placer, amor);

2. Experiencias de afecto negativo infre-cuentes (v.gr., tristeza, ansiedad, dolor); y

3. Altos niveles de satisfacción vital, es decir, la evaluación cognitiva global de valoración personal de la vida.

Así, pues, una persona sería feliz si tiene muchas experiencias positivas y pocas negativas, y se percibe satisfecha con su vida. Para los expertos de la PP no existe un indicador objetivo de felicidad, sino que se trata de un estado subjetivo del individuo que se obtiene directamente de la realización de un auto-informe, como el que presentaremos en el próximo capítulo para que el lector pueda hacer su propia evaluación.

El bienestar subjetivo incluye la satisfacción con la vida, el matrimonio, el trabajo y otros dominios importantes de la vida como la salud


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y experiencias positivas de disfrute. Quienes experimentan un nivel alto de bienestar subjetivo suelen tener bajo niveles de miedo, ira y depresión. Por lo tanto, una persona con alto bienestar siente satisfacción con su vida, vive en forma placentera la mayor parte del tiempo y sólo experimenta ocasionalmente sentimientos negativos. En resu-men, una persona feliz piensa que su vida va bien y tiene sentimientos congruentes con esa idea.

la Felicidad de las naciones

En las últimas décadas, la ciencia de la felicidad ha realizado hallazgos notables que abren nuevos horizontes de comprensión. Se ha visto que la felicidad es más que una medida de bienestar individual, tiene la capacidad de generar una gran cantidad de efectos benéficos. Cuando las personas están contentas son más productivas, creativas, útiles y tienen mejor salud. La felicidad favorece tanto a la persona como a toda la sociedad. Este descubrimiento hace que las sociedades y los estados debieran considerar la felicidad popular como una política prioritaria de gobierno.

El 2 de junio de 1974, en su discurso de coronación, Jigme Singye Wangchuck, cuarto rey de Bhután, dijo: “La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto”. Tenía 18 años y se convertía en el monarca más joven del

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mundo y el primero en priorizar la felicidad sobre la economía. Ese pequeño país del sur de Asia, enclavado en la cordillera del Himalaya, entre China e India, estableció un camino de desarrollo integral. Siguiendo esa histórica declaración, Bhután desarrolló un Índice de Felicidad Nacional Bruta (IFN) como herramienta de evaluación de todas las nuevas políticas. Proclamaron que la Felicidad Nacional Bruta mide la calidad de un país mejor que el Producto Nacional Bruto (PNB) o el Producto Interno Bruto (PIB), privilegiando los beneficios espirituales y emocionales de la sociedad al desarrollo material.

La adopción de este revolucionario paradigma buscó favorecer el desarrollo humano a diferencia de la medida del Producto Nacional Bruto (PNB), que se basa en el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos por un país en un período determinado. El sistema basado en el PNB o PIB da prioridad al crecimiento material y al consumo, dejando la naturaleza, las personas, la comunidad y la cultura en un nivel secundario. Ese enfoque se traduce en poseer cada vez más, donde el “tener” es más importante que el ser, el sentir o el disfrutar. El sistema actual incrementa el consumismo, agota los recursos, degrada los ecosistémicas, produce mayores emisiones de gases, disminuye la biodiversidad, y amenaza la supervivencia del ser humano y de otras especies. Además, crea enormes desigualdades y genera


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economías inseguras, endeudamiento, inestabilidad y conflicto. El sistema económico actual perjudica el planeta, y la felicidad humana, haciendo que todo el mundo tenga que vivir corriendo por producir más y no hacer que la gente sea más feliz.

los beneFicios de la Felicidad

El gobierno de Bhutan publicó un informe en el 2017, de casi 500 páginas, titulado: Happiness. Transforming the Development Landscape (Felicidad. Transformando el paisaje del desarrollo), donde presenta una enorme cantidad de evidencias acerca de la importancia de mejorar la felicidad de la población. Uno de los capítulos de ese material presenta una “revisión científica de los notables beneficios de la felicidad para una vida exitosa y saludable”, escrito por uno de los mayores expertos en la materia, Ed Diener (Centre for Bhutan Studies, 2017, 90-106).

Durante muchos años los especialistas consideraron la felicidad como equivalente al hedonismo, la experiencia del placer por sí misma. Ahora, la investigación ha demostrado que el bienestar va más allá del hedonismo, abarcando los valores y las metas de las personas, como otros factores ambientales y sociales. La felicidad es un recurso psicológico y social beneficioso para lograr una amplia variedad de resultados deseables, ya

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que ayuda a ser mejor amigo y vecino, empleado y ciudadano. En síntesis, la práctica de la felicidad produce muchos beneficios prácticos y tangibles, por eso vale la pena ser lo más feliz posible.

Se ha descubierto que la felicidad produce una serie de beneficios en varios dominios vitales. Diener, los resume en los siguientes puntos.

• La felicidad ayuda a la salud y la

longevidad

En un estudio realizado por Strine y sus colegas, en 38 estados de USA, sobre una población de 217.379 personas, se encontró que quienes padecían de depresión o ansiedad eran significativamente probable que fumasen, fuesen obesos, físicamente inactivos y fuertes consumidores de alcohol. Por otra parte, una gran cantidad de estudios han demostrado que las personas felices tienen mejor salud, viven más y gozan de mejor calidad de vida. Por ejemplo, Diener y Chan (2011), hicieron una revisión de decenas de estudios estadísticos y experimentales, con poblaciones de muchos miles de sujetos, a las cuales se les daba seguimiento durante varios años, encontrándose evidencias muy fuertes y consistentes de que la felicidad, la satisfacción con la vida, la ausencia de emociones negativas y el optimismo producían mejor salud y promovían la longevidad. Descubrieron que las personas con estados de ánimo positivos participaban con más frecuencia


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en conductas positivas para la salud, como hacer ejercicio y consumir una dieta nutritiva. Además, los sentimientos positivos se asociaron con marcadores biológicos beneficiosos como la disminución de la grasa sanguínea y la presión arterial, y un índice de masa corporal más saludable.

Mencionamos dos ejemplos ilustrativos de los tantos que estudiaron Diener y Chan. El primero fue realizado por Brummett et al. sobre 4,989 estudiantes que ingresaron a la universidad entre 1964 y 1966 y fueron seguidos durante 40 años. Evaluaron el optimismo y el pesimismo al iniciar la universidad, encontrando, 40 años después, que los pesimistas tenían muy bajos niveles de longevidad comparados con los optimistas.

Quizás el estudio más importante sobre la felicidad y la longevidad realizado hasta el momento haya sido el hecho sobre 180 monjas (Danner, Snowdon y Friesen, 2001). En torno a los años 1930, cuando ingresaron al monasterio, las monjas escribieron diarios autobiográficos. Así se pudo identificar quienes eran optimistas, de ánimo eufórico, de aquellas otras más melancólicas o tristes. Los investigadores descubrieron que el 90% del grupo más alegre seguían vivas a los 85 años, en contraste con el 34% de las menos alegres. En otra evaluación posterior, el 54% de las optimistas seguía viva a los 94 años, en contraste con el 11% del grupo menos alegres.

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Otros estudios fueron realizados con animales, donde también se pudo observar que la felicidad se relaciona con la longevidad. Weiss, Adam y King (2011) descubrieron que los orangutanes distinguidos como más felices por sus cuidadores vivían más tiempo. La diferencia entre los simios felices y los tristes era de 11 años. Debido a que estos animales viven cerca de 50 años, la felicidad significa un aumento muy grande en la longevidad.

• La felicidad mejora las relaciones

sociales

Las buenas relaciones sociales promueven la felicidad y, a la vez, los más felices tienen mejores relaciones. Esto se debe a que la felicidad aumenta la sociabilidad y mejora la calidad de las interacciones. Este hecho se ha comprobado en un experimento de laboratorio, donde personas estimuladas a tener un ánimo positivo mostraron mayor interés por las actividades sociales en comparación con quienes se encontraban en un estado neutro o con ánimo negativo. Quienes están de humor positivo son más habladores que aquellos de mal humor.

En una encuesta mundial realizada en 123 naciones reveló que la experiencia de sentimientos positivos estaba fuertemente relacionada con las buenas relaciones sociales entre diferentes regiones socioculturales (Tay y Diener, 2011). También la felicidad puede producir efectos positivos para la


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sociedad. Las investigaciones han mostrado que las personas más felices traen felicidad a quienes les rodean, generando redes de personas felices.

• La felicidad mejora el éxito en el

trabajo

El sentir felicidad es beneficiosa para el éxito en el trabajo porque promueve la productividad, la creatividad y la cooperación. Las emociones positivas motivan a las personas a persistir en sus objetivos. Además, tienen más probabilidades de estar sanos, toman menos días de enfermedad y son más productivos. También, como tienden a tener mejores relaciones sociales presentan mayor cooperación, confianza y lealtad con los colaboradores y los clientes. Erdogan y su equipo (2012) revisaron una gran cantidad de estudios encontrando que las personas con mayor satisfacción en la vida son más propensas a tener mayores niveles de satisfacción profesional y mayor compromiso organizacional. Observaron que los trabajadores más felices son mejores trabajadores y más remunerados. Un mayor bienestar se asocia con mayores ingresos y futuros ingresos.

• La felicidad contribuye a ser mejor

ciudadano

Los estudios indican que existe un vínculo entre la felicidad y ser un mejor amigo, vecino

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y ciudadano. También se aplica al trabajo. Las personas más felices suelen ayudar a otros en el trabajo, hacen las tareas en forma más concienzuda, más allá de los requisitos mínimos y no tienen comportamientos contraproducentes como robar. Las personas de buen ánimo son más comprensivas, tienen menos prejuicios raciales, son más compasivos, simpatizando con las personas angustiadas.

También los felices dan más en lugar ocupan más tiempo en actividades solidarias y contribuyen con más dinero a la comunidad. Morrison, Tay y Diener (2012) encontraron que quienes tenían sentimientos positivos donaron más dinero a la caridad, ayudaban a los extraños (como el ejemplo de María Rosa que mencionamos al principio del capítulo) y realizaban más actividades de voluntariado. En un estudio sobre 136 países, en todos ellos encontraron que las personas felices donaron más dinero en las diferentes regiones del mundo. Incluso observaron que hasta donaban más sangre que los individuos menos felices.

• La falta de felicidad puede ser

muy perjudicial para funcionar

eficazmente

Hay evidencias que la depresión interfiere con la buena salud. Por ejemplo, las personas deprimidas son propensas a padecer enfermedades cardíacas y


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sufrir derrames cerebrales. También las personas enojosas y hostiles tienen más probabilidad de enfermar del corazón. Asimismo, la ansiedad se relaciona con un sistema inmunológico débil. Por ejemplo, en parejas que están tratando de tener un bebé es mucho más difícil el embarazo si la mujer está deprimida. Aún en el caso de que la esposa infeliz quede embarazada, tiene más probabilidad de tener un hijo prematuro, con bajo peso al nacer, correr el riesgo de tener un niño anormal o que muera al nacer.

Si se experimentan pocos sentimientos positi-vos o se está deprimido es posible tener problemas matrimoniales, ya que la depresión aumenta las tasas de divorcio. Las personas deprimidas sufren déficits en la capacidad de resolución de problemas y de la planificación. Tal hecho tiene efectos perjudiciales en el trabajo y en el estudio, ya que los deprimidos presentan mayor deserción escolar.

La depresión se asocia con menor probabilidad de contraer matrimonio, pero si se casa tiene mayor probabilidad de divorciarse. Los hijos de padres deprimidos también experimentan ma yo-res dificultades. Los deprimidos son más pro pen-sos a tener artritis, asma, enfermedades cardio-vasculares, diabetes y dolor crónico.

En síntesis, los efectos calamitosos y lamentables que producen las personas que no son

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felices demuestra cuán necesario es el bienestar para funcionar bien en la vida y la conveniencia de ser lo más feliz posible.

• La felicidad no es mágica ni cura

todo

Aunque las personas y las sociedades felices tienen grandes beneficios, esto no significa que las emociones positivas sea una panacea que resolverá todos los problemas y producirá todos los bienes. Para tener alta calidad de vida son necesarias otros ingredientes como la educación, los valores de integridad y honestidad, hábitos saludables, convicciones trascendentes, relaciones familiares y sociales positivas. La felicidad es útil pero no suficiente por sí misma. Del mismo modo, la educación es útil para el éxito, pero tampoco es suficiente por sí sola.

“Ética Para aMador”

El filósofo español Fernando Savater (2009) le escribió un libro a su hijo Amador, un libro de ética. En el mismo le explica que la ética “consiste en apostar a favor de que la vida vale la pena, ya que, hasta las penas de la vida, valen la pena” (Ídem, 157). En definitiva, se trata de un libro que enseña a vivir, de cómo debe ser la mejor vida posible. Le dice al hijo: “No quiero placeres que


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me permitan huir de la vida, sino que me la hagan interesantemente grata” (Ibíd.).

Para luego llegar al punto central. “Y ahora viene la pregunta del millón: ¿cuál es la mayor gratificación que puede darnos algo en la vida? ¿Cuál es la recompensa más alta que podemos obtener de un esfuerzo, una caricia, una palabra, una música, un conocimiento, una máquina, o de montañas de dinero, del prestigio, de la gloria, del poder, del amor, de la ética o de lo que se te ocurra?”. Luego de despertar el interés por saber que es lo esencial en la vida, le advierte: “la respuesta es tan sencilla que corre el riesgo de decepcionarte: lo máximo que podemos obtener de lo que sea es alegría.” Nosotros diríamos que lo esencial de la vida es la felicidad. Continúa el filósofo: “Todo cuanto lleva a la alegría tiene justificación y todo lo que nos aleja sin remedio de la alegría es un camino equivocado.

Savater se pregunta: “¿Qué es la alegría? Un “sí” espontáneo a la vida que nos brota de dentro, a veces cuando menos lo esperamos. Un “sí” a lo que somos, o mejor, a lo que sentimos ser. Quien tiene alegría ya ha recibido el premio máximo y no echa de menos nada; quien no tiene alegría –por sabio, guapo, sano, rico, poderoso, santo, etc., que sea- es un miserable que carece de lo más importante. Pues bien, escucha: el placer es estupendo y deseable cuando sabemos ponerlo al servicio de la alegría, pero no cuando la enturbia

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o la compromete” (Ídem, 157-158). Y finalmente el filósofo le aconseja a su hijo: “Ya que se trata de elegir, procura elegir siempre aquellas opciones que permiten luego mayor número de otras gracias posibles, no las que te dejan de cara a la pared. Elige lo que te abre a los otros, a nuevas experiencias, a diversas alegrías. Evita lo que te encierra y lo que te entierra.” (Ídem, 188).

Compartimos y aplaudimos la idea de Savater de que la felicidad es una decisión que es necesario tomar, un ejercicio de la voluntad a realizar, un desafío a asumir con firmeza y cierta tenacidad. Por lo tanto, ¡decidamos ser feliz!

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Capítulo 2

¿cuán fEliz Soy?

Cada persona que he conocido que ha sido verdaderamente feliz, ha aprendido a servir a los

demás.

Albert Schweitzer

Considerando que es tan provechoso ser feliz y que se debe hacer todo lo posible para cultivar una disposición dichosa, estimamos importante valorar el grado de la propia felicidad y buscar incrementarla. En el presente capítulo exponemos dos pruebas para que el lector pueda hacer la evaluación de su estado anímico. Para ello damos una explicación previa de los modelos de medición de la felicidad y para luegro presentar los cuestionarios respectivos, con las indicaciones para su llenado. Para conocer los resultados debe revisar las claves de corrección e interpretación de las pruebas en el anexo, al final del libro. Con respecto a cómo acrecentar la alegría personal, hay que leer los capítulos 4 y 5, donde exponemos


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las estrategias comprobadas científicamente para ser más feliz.

la Medida de la Felicidad

En los estudios sobre la felicidad se han empleado diversas técnicas para evaluar el nivel de contentamiento, desde encuestas con preguntas generales (por ejemplo, “¿Hasta qué punto se considera usted feliz o infeliz?”), con escalas de respuestas de distinta gradación (de 5, 7 o 10 alternativas), hasta instrumentos complejos de varias preguntas. Quizás las pruebas más reconocidas por la literatura especializada sean la Oxford Happiness Scale (Escala de felicidad Oxford, de Hills y Argyle), muy usada en el Reino Unido; la Satisfaction with Life Scale (Escala de Satisfacción con la Vida de Diener, Emmons, Larse y Griffin), muy aplicada en los Estados Unidos de Norteamérica.

En los últimos años se ha destacado, a nivel internacional y en América Latina, la Subjective Happiness Scale o Escala de Felicidad Subjetiva (EFS), desarrollada por Sonja Lyubomirsky y Heidi Lepper (Lyubomirsky, 2008). Ésta escala presenta una medida general de la felicidad evaluando el bienestar como un fenómeno psicológico global.

La EFS considera la felicidad desde la perspectiva de quien responde, presuponiendo que

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“todos sabemos por instinto si somos felices o no lo somos” (Ídem, 48). Se trata de “la experiencia de alegría, satisfacción o bienestar positivo, combinada con la sensación de que nuestra vida es buena, tiene sentido y vale la pena” (Ibíd.). Aunque puede haber razones objetivas para ser feliz, todas las personas tienen su propia idea de qué es ser feliz y en qué medida lo son, siendo capaces de reportarlo, según Lyubomirsky.

La prueba es muy simple, se trata de cuatro afirmaciones, que debe responderse ubicando el propio sentir en una escala de siete puntos graduados de un máximo a un mínimo (ver las instrucciones del EFS). El instrumento fue validado inicialmente con muestras estadounidenses y rusas, luego traducido a diferentes idiomas siendo aplicado en diferentes países (por ejemplo, China, Malaya, Alemania, Filipina, España, México y diversos países latinoamericanos), encontrándose en to dos los casos que se trata de una estructura unidimensional, con buena consistencia interna y validez. Lo hemos seleccionado para este libro por su brevedad y por contar con la versión española validada en casi todos los países de América Latina.

el Panas

La otra prueba que incluimos en este libro es la Escala de Afectividad Positiva y Negativa (PANAS;


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Watson, Clark y Tellegen, 1988), que presenta descriptores de las emociones, tanto positivas como negativas. Las escalas PANAS desde su creación, se ha constituida en una de las medidas más utilizadas por la investigación internacional, generando un número incalculable de estudios. Su diseño permite la aplicación en personas adultas y también en adolescentes. Además, esta prueba ha sido corroborado en diferentes países y ámbitos diversos. Personalmente la aplique en un estudio transcultural comparando una población haitiana de habla francesa con una población mexicana, de Nuevo León (Pereyra, 2008), entre otras investigaciones realizadas. De esos estudios, realizamos el baremo que presentamos en el Anexo para la interpretación de la prueba.

El PANAS responde al Modelo Circumplejo de las emociones, según se diagrama en la Figura 1. Tanto los afectos negativos como positivos, pueden estar alta o bajamente activados, ya que algunas expresiones que definen uno u otro tipo de emociones pueden ser más o menos intensos. De allí que se puede sentir, en mayor o menos medida, un desgraciado o af ligido como feliz y contento. Por supuesto, que lo ideal es que dominen los afectos positivos en un alto nivel (ej., entusiasmado, eufórico, lleno de vida, en lugar, de los afectos negativos, como angustiado, irritado o temeroso.

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ALTO EFECTONEGATIVO

ALTO EFECTOPOSITIVO

Activado Asombrado Pasmado Estimulado Sorprendido

AnsiosoAngustiado

IrritadoTemerosoNervioso

EntusiasmadoInteresadoEufóricoExcitadoCon energíaLleno de vida

Desgraciado Afligido

Triste DesoladoDeprimido

Desanimado

Feliz ContentoAlegre AfectuosoComplacido Satis-fecho

BAJO AFECTOPOSITIVO

BAJO AFECTO NEGATIVO

Callado Tranquilo Calmado Inactivo Ocioso Pasivo

Alta activación

Activado ActivadoAfecto desagradable Afecto agradable

Desagradable Agradable

No activado No activadoAfecto desagradable Afecto agradable

Baja activación

CansadoAburrido

SomnolientoPesado

Desganado

RelajadoContentoDescansadoCalmadoSerenoTranquilo

Figura 1.Modelo Circumplejo de las emociones.Nota: Este modelo circumplejo es una adaptación del modelo circumplejo presentado por Averill (1997); Larsen & Deiner (1992).


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escala de la Felicidad subjetiva (eFs) (Lyubomirsky,

2008)

Nombre: Fecha:

INSTRUCCIONES: Para cada una de las preguntas o afirmaciones siguientes, marque en la escala con un círculo el número que le parece más adecuado para describirle. (Observe bien los comentarios que aparecen al pie de las escalas del 1 al 7, porque varían en cada una de los cuatro declaraciones).

1. En general me considero:

1 2 3 4 5 6 7

Muy poco feliz Muy feliz

2. En comparación con la mayoría de mis pares, me considero:

1 2 3 4 5 6 7

Menos feliz Más feliz

3. Algunas personas en general son muy felices y disfrutan la vida, pase lo que pase, aprovechándola al máximo. ¿Hasta qué punto esta descripción es válida para usted?

1 2 3 4 5 6 7

En lo más mínimo En gran medida

4. Algunas personas en general no son demasiado felices y, aunque no están deprimidas, nunca parecen tan contentas como podrían estarlo. ¿Hasta qué punto esta descripción es válida para usted?

1 2 3 4 5 6 7

En gran medida En lo más mínimo

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EScala dE afEctividad PoSitiva y nEGativa (PanaS)

CONSIGNA

Esta escala consta de una serie de palabras que describen distintos sentimientos y emociones. Lea cada una y haga una cruz en la columna que mejor responda lo que usted siente. Indique en qué medida experi-menta actualmente (es decir, en este momento) cada una de ellas.

PAL

AB

RA

S

Mu

y p

oco

o n

ada

Un

poc

o

Med

ian

amen

te

Bas

tan

te

Mu

cho

Tot

al

1. Interés

2. Aflicción

3. Animación

4. Disgusto

5. Enérgico

6. Culpa

7. Susto

8. Enojo

9. Entusiasmo

10. Orgullo

11. Irritación

12. Alerta

13. Vergüenza

14. Inspiración

15. Nerviosismo

16. Decidido

17. Atento

18. Intranquilidad

19. Activo

20. Temor

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Capitulo 3

la ciEncia dE la fElicidad

“Ser más felices no sólo nos hace sentir bien, sino que resulta que la felicidad trae consigo múltiples ventajas adicionales. En comparación con lo que

son menos felices, las personas más felices son más sociables y tienen más energía, son más generosas, están más dispuestas a cooperar y caen mejor a los

demás”.

Sonja Lyubomirsky (2008, 41)

la virtud dE SEr fEliz

Se atribuye a Jorge Luis Borges el conocido poema, “Remordimiento”, que testifica:

He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer.

No he sido feliz.


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Mis padres me engendraron para el juego ar riesgado y hermoso de la vida

para la tier ra, el aire, el fuego.

Los defraudé. No fui feliz.

Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.

No me abandona. Siempre está a mi lado la sombra de haber sido un desdichado.

Si es un pecado no ser feliz, es una virtud serlo. En lugar de llevar siempre la sombra de la desdicha, ¿porque no llevar la luz de una sonrisa? Si Dios y nuestros padres nos crearon para “el juego arriesgado y hermoso de la vida”, ¿por qué derrochar las energías en “naderías” que no contribuyen a la auténtica felicidad? ¿Por qué no lograr una vida más alegre?

La buena noticia es que en los últimos años se ha desarrollado “La ciencia de la felicidad”. La investigación científica ha descubierto que se puede incrementar de manera duradera un sentimiento de dicha.

Una serie de estudios han descubierto que puede incrementarse el nivel personal de felicidad en la medida que se ejerciten ciertas estrategias, como si fuera un tratamiento, aplicado con

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disciplina y constancia, para producir el bendito sentimiento de la alegría perdurable.

También se ha descubierto que vale la pena ser más feliz, ya que los felices viven mejor, consiguen trabajos mejor remunerados, tienen una buena familia y muchos amigos, además de vivir más tiempo con mejor calidad de vida. De modo que es beneficioso conocer como hacer para incrementar el contentamiento personal.

En este capítulo presentamos los asombrosos descubrimientos de la Psicología Positiva que dan cuenta de las claves de la felicidad y cómo aplicarlas a la propia vida.

se Puede alcanzar 40 % Más de Felicidad

Una pariente que transitaba por los 50 años, fue sorprendida con la aparición de un cáncer grave, que gracias a Dios pudo superar con un tratamiento efectivo. Esa experiencia la golpeó fuertemente, haciéndole ref lexionar sobre la fragilidad de la vida.

Entonces decidió disfrutar más, ser más feliz y cambiar su estilo de vida austero y ahorrativo. Empezó viajar a otros países y lugares turísticos, gastar sus ahorros en lugar de dejarlos en el Banco y gozar lo más posible. Tomó vacaciones y días


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libres para recorrer Europa, USA y hermosas playas. Por supuesto que esos viajes trajeron momentos dichosos y grandes satisfacciones, pero poco después de regresar los recuerdos placenteros se fueron diluyéndose y paulatinamente volvió a su estado anímico característico, un tanto nostálgico. ¿Por qué no consiguió una felicidad duradera?

También un tío mío tuvo la suerte de ganar la lotería en dos ocasiones obteniendo un premio con una abultada suma de dinero. Desconozco como lo gastó, temo que derrochó el dinero porque siguió viviendo en la misma casa, sin cambios en su estado económica y al poco tiempo continuó quejándose que no le alcanzaba la plata para vivir.

Las investigaciones de la ciencia de la felicidad han demostrado que apenas un 10% del contentamiento depende de las circunstancias placenteras y las situaciones agradables que nos rodean.

Estudios realizados con gemelos han descubierto que el 50% de la felicidad que mostramos la traemos al nacer, depende de los genes, no de los placeres, viajes, ganar la lotería, recibir una herencia u otras situaciones agradables.

Ese “valor de referencia” inicial (set point, lo llaman en inglés), no se puede modificar. Lo que realmente se puede modificar es el 40% restante, un margen de felicidad importante que

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depende de lo que cada uno haga, de su esfuerzo para incrementar el júbilo en forma duradera (ver imagen).

¿Qué se puede hacer para ser más dichosos con el margen del 40% que poseemos para mejorar nuestra vida? Las investigaciones han descubierto que hay estrategias probadas con evidencias empíricas consistentes que ayudan a ser más felices en forma duradera, además de ciertas condiciones de vida, situaciones y actitudes que favorecen la felicidad.

Las investigaciones revelan que la gente feliz suelen ser más amistosas, más sanas, más cooperativas y mejores ciudadanos. Además, es más probable que sean exitosos y productivos en el trabajo, y que ganen más dinero. En otras

Factores que inFluyen en los niveles de Felicidad

40%Actividades

intencionales

50%Genética

10%Circunstancias


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palabras, la felicidad conduce a circunstancias asociadas con una mejor calidad de vida. Los beneficios de la felicidad se generalizan al nivel social en el sentido de que las sociedades felices son, por término medio, más sanas y tienen un mayor capital social.

Felicidad y estado civil

En un estudio basado en 35.024 personas encuestadas por el General Social Survey, de la National Opinion Research Center, de USA, durante los años 1972-1996, reportó que el 40% de los casados dicen ser “muy felices”, en comparación al 23% de las mujeres solteras, el 17% de los divorciados y el 15% de los separados (ver Figura 2). Estas proporciones se mantuvieron en otro estudio realizado en 17 naciones, según informan Stack y Ross (1998).

Figura 2 – Felicidad y estado civil (Cit. por Carr, 2007, 45)

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Hay otros estudios que discuten si los casados son más felices que los solteros, considerando que muchos están atrapados en matrimonios desgraciados experimentando malestares y disgustos frecuentes. Alan Carr (2007, 44), explica la relación entre la felicidad y el matrimonio, dando dos razones: “Una es que las personas más felices se casan y las más infelices no porque las primeras son más atractivas como cónyuges que las segundas. Otra es que el matrimonio confiere a las personas una gama de beneficios que las hacen felices.” La misma idea manifiesta Sonja Lyubomirsky (2008, 159), cuando afirma: “Cuánto más feliz sea una persona, más probable que este casado y tenga un matrimonio satisfactorio y duradero.” La clave estaría en la importancia de la red social o de las buenas relaciones interpersonales.

En otra investigación de la Universidad de Palermo (2013), de Buenos Aires, Argentina, se preguntó: “¿Si tuviera que definir con una sola palabra la felicidad que palabra sería?” La palabra más mencionada fue “familia” (17%), seguida por amor (13%) y salud (10%). También se preguntó: “¿Cuál es la principal razón por la que Ud. es feliz?” La respuesta más frecuente fue: “Por mi familia”, 39%, seguido por “Buena salud” (29%) y porque “Tengo trabajo” (22%). Este estudio exhibe que la noción de familia está asociado a la felicidad.


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En México también se han repetido resultados similares. En una encuesta aplicada en cinco estados del centro-sur de México (Puebla, Oaxaca, Veracruz, Tlaxcala y Estado de México) y en la ciudad de México, a 1540 personas, en regiones urbanas, suburbanas y rurales, se encontró que las personas casadas reportaron ser más felices, que las solteras, separadas, viudas y en unión libre (ver Tabla 1).

Promedio Desviación estándar

Solteros

Casados

Unión libre

Viudos

Divorciados

5,40

5,49

5,34

4,74

5,12

0.99

0.86

0.84

0.98

0-90

Otros estudios confirman estos resultados, que muestran a la familia “como la principal fuente de felicidad”, donde “las personas casadas se encuentran más felices y satisfechas que las solteras” (Moyano y Ramos, 2007).

deterMinantes de la Felicidad

Martin Seligman, director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania y

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fundador de la Psicología Positiva, distinguió tres niveles de felicidad:

• Vida placentera: Se trata del placer que nos invade al gozar de la comida, el sexo, al sumergirnos en el mar un día de verano u otros gustos parecidos. Seligman criticó este tipo de felicidad, diciendo que es poco duradera.

• Vida de compromiso o vida buena: Una vida en que el trabajo, la crianza de los hijos, el amor, el tiempo libre es lo más importante. Se trata de la felicidad que nace en cada uno, cuando disfrutamos haciendo algo que somos capaces o tenemos talento para hacerlo. Para conseguirlo es necesario desarrollar las virtudes o las fortalezas del carácter.

• Vida significativa: Es la mejor forma de felicidad, porque es la más duradera. Se trata de encontrar aquello que realmente creemos y de poner todas las fuerzas a su servicio. Lo que más gratifica son las obras de caridad, el compromiso religioso, el ejercicio de una profesión loable y otras actividades que hagan sentirse realizado con la actividad que se realiza.

En resumen, los determinantes de la felicidad para Seligman, serían alcanzar una vida con sentido y una buena vida, con algún toque de vida placentera (ver Figura 3)


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Figura 3 – Los 3 niveles de la felicidad según Seligman (2003)

la fElicidad En El tiEMPo

Otro planteamiento importante que hizo Seligman (2003) fue que para aprender a ser felices es necesario ejercitar las emociones positivas en sus respectivas dimensiones temporales. Se puede pensar la felicidad como una modalidad de percibir el tiempo. Como todos sabemos, el tiempo se revela en tres dimensiones básicas: pasado, presente y futuro. Entonces tendríamos:

• La felicidad en función del pasado. Se puede distinguir dos actitudes básicas: el agradecimiento (valorar los buenos momentos del pasado) y el perdón (transformar los malos momentos en buenos).

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• La felicidad que se vive en el presente. También hay dos manifestaciones: el disfrute (un sentimiento de novedad y realización) y el contentamiento (temple anímico contento, el estado de ánimo satisfecho consigo mismo).

• La felicidad que se proyecta al futuro. El bienestar que se extrae del porvenir, como el sentido de la vida (encontrar significado a los actos y, en general, a la vida toda) y la esperanza (esperar lo mejor, creer que vendrán tiempos mejores).

el Modelo PerMa del bienestar

Luego de varios años de estudios y debatir el tema de la felicidad, Martín Seligman escribió otro libro clave, titulado: “F lorecer. La nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar” (2011). En esa obra reconoce que sus ideas anteriores tenían algunos defectos, promoviendo nuevas perspectivas de entender la felicidad. Dijo al respecto:

“Antes pensaba que el tema de la psicología era la felicidad, que la norma de oro para medir la felicidad era la satisfacción con la vida, y que la meta de la psicología positiva era aumentar la satisfacción con la vida. Ahora pienso que el tema de la psicología positiva es el bienestar,

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que la norma de oro para medir el bienestar es florecer, y que la meta de la psicología positiva es aumentar el florecimiento” (Seligman, 2011, 27).

En la nueva teoría del bienestar propone Seligman cinco factores claves, que los define con la abreviación PERMA (ver Figura 4), las iniciales en inglés de las cinco palabras esenciales: Positivity (positividad), Engagement (compromiso), Relationship (relaciones), Meaningful (significado) y Accomplishment (logro). Procederemos a explicar las cinco dimensiones claves del nuevo modelo del bienestar.

1. Positividad: Se refiere a las emociones positivas, que corresponde a la “vida placentera”, en el modelo de los niveles de la felicidad, como el placer, éxtasis, comodidad, calidez y otras emociones por el estilo. La satisfacción con la vida sigue siendo una medida subjetiva importante en el logro del bienestar. Estas emociones se “cultivan”, en el sentido de que se necesita ejecutar acciones específicas para poder experimentarlas. Es bueno diseñar acciones concretas para construir esas disposiciones positivas.

2. Compromiso: Se refiere a la capacidad de permanecer atento con lo que se está ejecutando. Es importante vivir el presente, disfrutarlo y poner toda nuestra voluntad en hacer cualquier cosa que estemos realizando, con el mayor compromiso

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posible. Por ejemplo, en el trabajo, implica hacer la actividad practicando un involucramiento pleno y efectuando el quehacer de la mejor manera posible.

3. Relaciones: Los seres humanos nos constituimos como tales en la relación con otros. Nuestra personalidad está atravesada por la interacción y los vínculos con los otros. Por ese motivo, la cantidad y calidad de las relaciones que establezcamos resulta esencial para producir bienestar. De las relaciones surgen las redes de apoyo que nos contienen en caso de sufrir una crisis y sustentan nuestros emprendimientos. Especialmente Seligman propone cultivar relaciones de bondad, ya que esos actos “producen el aumento más confiable de bienestar que cualquier otro ejercicio que hayamos probado” (Ídem, 35).

4. Significado: Se corresponde a la “vida con sentido”. Es decir, descubrir las condiciones o ingredientes que necesitamos poner en lo que hacemos para que nos parezca significativo. Es como alguien que comentaba en el trabajo que su significado más importante no lo encontraba en lo que hacía, sino con quién lo hacía. A tal punto era así que estaba dispuesto a renunciar a proyectos y dinero sino no tenía el equipo de personas de su confianza. El sentido suele estar relacionado con el ser y la trascendencia más que con el hacer.


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5. Logro: El modelo PERMA propone no sólo ver lo logrado sino “saborearlo”. Es la satisfacción por lo realizado, no por los beneficios que pueda proporcionarle, sino por el logro en sí mismo. Implica repasar los detalles de lo alcanzado, revisar y visualizar lo hecho y o que lo hizo posible, agradeciendo a quienes contribuyeron a ese logro. La cuestión es no caer en la vorágine del hacer por el hacer, perdiendo de vista el para qué y el logro en sí mismo.

Figura 4 – El modelo PERMA del bienestar

“busca la Felicidad en el dolor”

El gran escritor ruso, Fedor Dostoyevsky, en su obra cumbre, “Los hermanos Karamazov”, presenta una declaración sorprendente, por su carácter paradojal. El sabio monje del monasterio, aconseja al joven seminarista, Aliosha, que está

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saliendo a cumplir su misión de vida, diciéndole: “Verás un dolor enorme y en ese dolor te sentirás feliz. Este es el precepto que te doy: busca la felicidad en el dolor.” ¿Se puede encontrar la felicidad en el dolor? En realidad, el consejo del eremita ruso es copiado de Jesucristo, quién fue quien enseñó a sus discípulos que la alegría surgía del sufrimiento. Lo ejemplificó con la experiencia de la parturienta. Declaró: “Cuando una mujer va a dar a luz, se af lige porque le ha llegado la hora; pero después que nace la criatura, se olvida del dolor a causa de la alegría de que haya nacido un niño en el mundo.” (Juan 16:21-22).

Incluso la paradoja cristiana va todavía más lejos, cuando Jesús dijo: “Dichosos los que sufren persecución por hacer lo que Dios exige. Dichosos cuando la gente los insulte y los maltrate…” ¿Cómo se puede ser feliz en la persecución? ¿Es necesario llegar al suplicio para experimentar la gracia del gozo divino? Por supuesto que no. Eso sería masoquismo. Pero las crisis sobrevienen muchas veces sin buscarlas. La injusticia puede alcanzarnos contra nuestra voluntad. La vía de la dicha no está exenta de espinas y sobresaltos, especialmente en la vida cristiana más expuesta que ninguna a los ataques del enemigo. Y, en esas circunstancias, cuando la fatalidad golpea y sobreviene la catástrofe es cuando se revela el temple anímico, la capacidad para conservar el espíritu feliz. Es la prueba más difícil.

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¿Cómo afrontar el dolor, el agravio y la humillación? ¿De qué manera se puede mantener el mundo personal a salvo de la disolución? Allí es donde se da la respuesta del alumbramiento. En la agonía del dolor la madre se aferra a la esperanza del hijo. La vida que anuncia su llegada al mundo con sufrimiento ilumina el futuro y anestesia el presente o ayuda a sobrellevarlo. En el Sermón del Monte, la esperanza del alumbramiento se expresó en aquellas palabras: “Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”. Dice el libro “A los Hebreos” que esa fue la experiencia de Cristo, “el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio”.

No se trata de tomar el dolor o la agresión en forma autorreferente sino como parte de la gran cruzada de Dios para restaurar al mundo, siendo el perseguido el llamado a dar testimonio de la fe como mártir de la redención. Lo que significa, que aún en el dolor se puede experimentar la alegría de vivir.

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Capítulo 4

EStratEGiaS Para SEr MáS fEliz - 1

las 12 claves de la Felicidad

La doctora Sonja Lyubomirsky (2008; 2014) graduada de Harvard y profesora de la Universidad de California, investigadora de la Psicología Positiva, ha hecho una recopilación de los estudios más importantes que se han realizado en los últimos años sobre la ciencia de la felicidad, para concluir en cuáles son las claves comprobadas experimentalmente que producen la dicha y el bienestar.

Las resume en 12 estrategias básicas que han sido verificadas científicamente, con estudios controlados aplicados a miles de personas. La investigadora concluye que si se practicaran asiduamente estas aptitudes produciría un mayor


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bienestar en forma permanente, logrando ampliar la felicidad personal hasta ese 40% disponible. Ellas son:

• Expresar gratitud.

• Cultivar el optimismo y la esperanza

• Evitar la comparación social.

• Practicar la amabilidad.

• Cuidar las relaciones sociales.

• Desarrollar estrategias para afrontar las dificultades o adversidades.

• Aprender a perdonar.

• “Fluir” más (“estar completamente absorto en lo que uno hace”).

• Saborear las alegrías de la vida.

• Comprometerse con objetivos.

• Practique actividad física

• Cultivar la religión y la espiritualidad

A continuación, desarrollaremos en este capítulo los primeros seis recursos para ser más feliz, dejando para el capítulo siguiente los seis restantes. Se fundamentan cada una de las estrategias en las investigaciones que las avalan y se indica cómo se pueden practicarlos. Se trata de maniobras sencillas que requieren de cierta constancia en su ejercitación hasta convertirlas en hábito, que es el ideal. No es necesario practicarlas

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todas a la vez, sino aquellas que a cada uno le vaya mejor o le resulte más fácil realizar.

la Mejor estrategia es la que Mejor se adaPta a cada uno

1. la gratitud

“Mientras el río cor ra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar

la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido”.

Virgilio

Noción: La gratitud es “un sentimiento de asombro, agradecimiento y apreciación por la vida” (Emmons et al., 2003). Es mirar el lado bueno de las cosas, comprender la abundancia, agradecer a alguien, dar gracias a Dios. El agradecer no es un simple acto, es una manera de ser. El agradecido lleva siempre a encontrar motivos para reconocer los bienes. El agradecimiento contiene una bendición doble, ya que recibe los beneficios del dar y también de recibir. Al agradecer se vuelca la dádiva en otro, luego de haber sido su receptor. La


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gratitud es virtud poderosa bendecida por partida doble.

Un ejemplo impresionante de gratitud: Esta historia aparece en muchas páginas de Internet todas coinciden que es verídica. Se le atribuye su divulgación al rabino Issocher Frand. Es una historia sorprendente y admirable de gratitud recompensada. Quizás algunos la conozcan, pero la transcribimos en beneficio de los que nunca la escucharon.

En el mes de agosto de 2001, Moshe (nombre ficticio), un exitoso empresario de Nueva York, viajó por negocios a Israel. El jueves 9, entre una reunión y otra, el empresario aprovechó a comer algo en una pizzería de la esquina, en el centro de Jerusalén. El lugar estaba llenísimo. Moshe se dio cuenta que iba a tener que esperar mucho si quisiese comer algo, pero no tenía mucho tiempo. Indeciso e impaciente, se acercó al mostrador esperando un milagro. Viendo la angustia del extranjero, un israelí le ofreció pasar primero que él. Muy agradecido, Moshe aceptó. Hizo su pedido, comió rápidamente y se dirigió a su reunión. Menos de 2 minutos después de haber salido, oyó una gran explosión. Asustado, le pregunto a un muchacho que había acontecido. Le dijo que un hombre bomba había detonado un aparato explosivo en la pizzería Sbarros. Moshe se puso blanco. Por solo 2 minutos había escapado al atentado. Inmediatamente se acordó del israelí que

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le ofreció su lugar en la fila. Seguramente todavía estaba en la pizzería. Aquel hombre salvo su vida y ahora podría estar muerto. Asustado, corrió al lugar del atentado para ver si encontraba aquel hombre y si necesitaba ayuda. Encontró un caos total. Además del terrorista, otras 18 personas estaban muertas y 90 más heridas, algunas de gravedad. Las sillas de la pizzería estaban desparramadas por la calle, las personas gritaban y lloraban. Policías y voluntarios socorrían a todos los heridos. Moshe busco a su salvador entre ese maremágnum de gente, sirenas y movimiento, sin conseguir encontrarlo. Intentaría por todos los medios saber lo que ocurrió con su salvador. Estaba vivo gracias a él y necesitaba saber si estaba vivo o no, para ayudarlo y agradecerle por su vida. Comenzó a recorrer hospitales, y finalmente lo encontró herido pero fuera de peligro. Conversó con el hijo de este israelí que estaba con su padre y le contó lo sucedido. Le dijo que le debía su vida, por podían contar con él para cualquier ayuda que necesitasen. Le dejo su tarjeta personal e insistió que le avisaran en caso de que precisaren algo. Un mes después, Moshe recibe un llamado de este muchacho en Nueva York, diciendo que su padre necesitaba hacerse una operación de emergencia y según el médico, el mejor hospital para ese tipo de cirugía estaba en Boston. Moshe no lo pensó dos veces y organizó todo para la operación. Además, insistió en ir a recibirlo y acompañarlo hasta Boston personalmente. Tal vez otra persona


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no hubiese hecho tanto, pero Moshe se sentía en la obligación de devolver el gran favor. Ese martes por la mañana, Moshe dejo de ir a trabajar para viajar a Boston y recibir a su amigo. Por lo tanto, ese día, a las 9 hs de la mañana, del 11 de setiembre de 2001, no estuvo en su oficina del piso 101 de las Torres Gemelas, salvándose nuevamente de la catástrofe. El hecho fue que por ser agradecido nuevamente salvó su vida.

Investigaciones: En una de las primeras investigaciones experimentales sobre la gratitud se le pidió a un grupo de personas que escribieran cinco cosas por las que estuvieran agradecidos. Debieron hacer este ejercicio 1 vez por semana, durante 10 semanas seguidas. A otro grupo (de control) se les pidió que escribieran sobre cinco problemas cotidianos o cosas importantes ocurridas. Los resultados fueron asombrosos. Los que manifestaron gratitud, en comparación con el otro grupo, tendieron a ser más optimistas, más satisfechos con la vida, su salud mejoró y dijeron que habían padecido menos malestares (como dolores de cabeza, acné, tos o náuseas) y dedicaron más tiempo a hacer ejercicio. Otros estudios posteriores, mostraron que los agradecidos experimentaban más emociones positivas (como entusiasmo, alegría, satisfacción), se sintieron más conectados con los demás y habían dormido mejor más horas. Otra investigación, realizada por la Dra. Lyubomirsky, descubrió que aquellos

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que habían escrito sobre 5 cosas por las cuales estaban agradecidos durante 6 semanas, tenían un alto nivel de felicidad que el grupo de control, incluso conservaban esa disposición gozosa en evaluaciones posteriores.

Resultados: Los estudios han comprobado que las personas agradecidas son más felices, tienen más energía, son más optimistas y experimentan emociones positivas más frecuentemente. También son más amables, manifiestan más empatía, son más espirituales y religiosos, más indulgentes y menos materialistas. Asimismo, los agradecidos presentan menos probabilidades de deprimirse, estar preocupados, sentirse solos, o de tener envidia.

cóMo Practicar la gratitud:

• Diario de gratitud: Escriba todos los días de tres a cinco cosas por las que se siente agradecido.

• Agradezca a alguien: En forma personal, por teléfono, enviándole un e-mail o por medio del chat. Dígale a esa persona que le agradece alguna acción positiva que ha tenido hacia usted con énfasis y sentido reconocimiento.


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• Cartas de gratitud: Recuerde algún favor grande que ha recibido en el pasado y quien se lo hizo. Envíele una carta (o tenga una entrevista personal) y agradézcale en forma especial.

• De gracias a Dios: Cada noche, antes de dormir, agradézcale a Dios todas las bondades recibidas durante ese día.

2. cultive el oPtiMisMo y la esPeranza

“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tier ra nueva, en

los cuales mora la justicia.”

2 Pedro 3:13

Noción: Por esperanza se entiende esperar un futuro deseable, pero también la decisión de alcanzar un objetivo y la creencia de que se conseguirá. La esperanza consiste en esperar lo mejor, en creer que el porvenir traerá abundantes bendiciones. También es una actitud de fortaleza interior, de no darse por vencido, de luchar a pesar de las dificultades. Por el contrario, los desesperanzadas no esperan nada o esperan lo peor, tienden a ser nostálgicos, a mirar hacia atrás y ante la adversidad bajan los brazos y capitulan, se sienten derrotados. Desde la perspectiva

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cristiana, la esperanza consiste en confiar en Dios y en sus promesas, especialmente en la “esperanza bienaventurada” de un mundo nuevo (ver Salmo 14:6; 39:7; 62:5; 71:5).

Ejemplo: Un caso extraordinario del poder transformador y motivador de la esperanza fue una experiencia de Víctor Frankl cuando estuvo prisionero en un campo de exterminio durante la segunda guerra mundial. El relato es el siguiente:

“Un día iba andando a través de un campo con una cuadrilla de trabajo. No llevaba ropa adecuada, tenía agujeros en las suelas y estaba muy débil y enfermo a causa de los malos tratos y la desnutrición. Era un día muy frío de invierno y el suelo estaba cubierto de nieve. Empecé a toser y me dio un ataque de tos tan fuerte que caí de rodillas. No podía dejar de toser ni levantarme del suelo. Un guardia empezó a golpearme con un bastón diciéndo que me dejaría ahí tirado para que me muriera si no me levantaba y empezaba a andar de inmediato. Pensé que me iba a morir. De un instante a otro, me encontré dando una conferencia imaginaria sobre la ‘La psicología de los campos de exterminio’ a un público totalmente entregado. En la conferencia estaba describiendo, precisamente, lo que estaba pasando en ese campo de Polonia. Era como si estuviera separado de aquello y simplemente estuviera contando lo que había pasado. Describí cómo me levanté del suelo aunque pareciera imposible y cómo había


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seguido andando, logrando sobrevivir un día más. Seguí describiendo al público (imaginario) cómo había conseguido sobrevivir psicológicamente a la experiencia de un campo de exterminio. Al final de esta conferencia imaginaria, recibía una ovación con todo el público puesto en pie. Precisamente, más de 40 años después, estuve dando esa misma conferencia a más de 7000 personas, en una sala de Los Ángeles. Al final de la presentación recibí una ovación con todo el público puesto en pie, tal cual me lo había imaginado”.

Investigaciones: Hay centenares de artículos científicos que han estudiado los beneficios de la esperanza en la salud, en las interrelaciones, en el estudio, el trabajo y prácticamente en todas las áreas de la vida humana. En una reciente revisión de la literatura basada en 2464 estudios, Schiavon et al., (2017), confirmó que el mayor optimismo y esperanza se asocia a conductas saludables y mejor desempeño para afrontar las enfermedades graves. Los esperanzados son más felices, sufren menos ansiedad y temores, y "da sentido a la vida, evita el colapso psicológico durante la aparición de dificultades y crisis de la vida“ (Taraghi et al., 2017, 166). El “Oxford Handbook of Hope“ (Gallagher y López, 2018), concluye el capitulo sobre la Esperanza y la salud física, diciendo: “La esperanza juega un importante rol en la salud física. Las personas que tienen altos niveles de esperanza probablemente se involucran con conductas

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saludables y existe muy baja probabilidad que tengan comportamientos riesgosos para la salud.“ Afirma que la gran mayoría de las investigaciones muestran que la esperanza favorece la salud física, se relaciona con la satisfacción con la vida y un buen afrontamiento al estrés y la enfermedad.

Resultados: Por nuestra parte, elaboramos un instrumento de evaluación de la esperanza, el Test de Esperanza-Desesperanza (TED), con el cual, junto con unos 40 investigadores, realizamos diversos estudios. En la última revisión encontramos 50 investigaciones (Pereyra, 2017), basadas en 8138 sujetos, donde la esperanza apareció asociada a, por lo menos, diez y siete aspectos positivos, como alta cohesión familiar, alta satisfacción conyugal, lealtad matrimonial, satisfacción con la vida, emociones positivas, bienestar, alta calidad de vida, hábitos sanos, dieta sana, buen nivel de aprendizaje escolar, entre otras. Por su parte, la desesperanza mostró estar asociada, a por lo menos, quince aspectos negativos, como depresión, ansiedad, paranoia, desconfianza, alcoholismo, pesimismo, duelo, fatalismo, emociones negativas, como venganza, resentimiento y hostilidad, y también con intentos suicidas, entre otras variables.

Cómo ser más optimista: Hay varios recursos para incrementar el optimista y la felicidad, a saber:


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• Describa el mejor futuro posible: Dedique entre 20 a 30 minutos a pensar como espera que será su vida en 1 año, 5 o 10 años y escríbalo. Visualizar el futuro ayuda a conseguirlo.

• Tenga objetivos de vida: Complementando el ejercicio anterior, escriba cuales serían los pasos o etapas previas para alcanzar el futuro anhelado.

• Mañana será mejor: Mire más allá de los males presentes. El sol brilla sobre las nubes negras que amenazan el presente. Piense en el “día después” a la crisis actual pensando que la situación mejorará.

• Confíe en las promesas de Dios: Dice la Palabra de Dios: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Confíe que Dios le ayudará, así que podemos estar “contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5).

3. evite la coMParación social

Noción: “Observar lo que otros hacen o tienen puede ser pernicioso. Comparar ‘hacia arriba’ (por ejemplo: ‘él gana más’, ‘ella es más delgada’) puede provocar sentimientos de inferioridad, disgusto y pérdida de autoestima,

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mientras que comparar ‘hacia abajo’ (por ejemplo: ‘lo han despedido’, ‘el cáncer se le ha extendido’) puede provocar sentimientos de culpa, la necesidad de hacer frente a la envida y al resentimiento de los demás, y el temor a sufrir el mismo destino” (Lyubomirsky, 2008, 135).

Investigaciones: Se realizó un estudio comparativo entre dos grupos, uno de personas felices y otras infelices. A ambos se los sometió a una prueba donde debían compararse con otros, donde en la prueba salían perdidosos. Los resultados fueron impresionantes. Al terminar los infelices se sentían más tristes, frustrados y con peor concepto de sí mismos, en cambio, los felices estaban más optimistas y felices. ¿Qué pasó? Descubrieron que los felices no prestaban atención al éxito de los demás y cuando lo hacían se sentían contentos por el triunfo ajeno, en cambio, los infelices se sentían muy mal cuando otros lo superaban.

Cómo librarnos de las comparaciones sociales.

Algunas sugerencias para practicar esta estrategia son las siguientes:

• Ignore las odiosas comparaciones: Siempre habrá quienes sean mejores o tengan cosas que carezcamos. En lugar de envidiar procure elogiar. El elogio es la cura de la envidia.


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• Procure mejorar cada día: Busque satisfacciones con sus propios logros, perseverando en mejorar. Centre sus anhelos en usted mismo más que en los demás.

• Confíe en sus propios objetivos: Los que se valoran a sí mismos son más felices que aquellos que se valoraran en función de compararse con los demás.

4. Practique la aMabilidad

“Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a

compartir lo que tienen.”

1 Timoteo 6:18 (NVI)

Noción: Muchas veces se ha dicho, “La verdadera felicidad consiste en hacer felices a otras personas”. Ahora, la ciencia de la felicidad ha demostrado científicamente la verdad de esa y otras declaraciones semejantes. Se ha descubierto que los bondadosos se sienten útiles, tienen mejor autoestima, son más tolerantes y experimentan mayor satisfacción personal.

Ejemplo: Uno de los ejemplos paradigmáticos de bondad lo expusó Jesús a un intérprete de la ley. La narración del evangelio lo describe en estos términos:

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“Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús:

—¿Y quién es mi prójimo?

Jesús entonces le contestó:

—Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva”. Pues bien, ¿cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos?

El maestro de la ley contestó:

—El que tuvo compasión de él.

Jesús le dijo:


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—Pues ve y haz tú lo mismo.” (Lucas 10:29-38; DHH)

Investigaciones: Se realizó un experimento con un grupo de personas que se les pidió que hicieran cinco cosas amables por semana durante 6 semanas. Todos los domingos por la noche los participantes presentaban un “informe de amabilidad”. Describían actos como: “doné sangre”, “visité un hogar de ancianos”, “di 100 pesos a un hombre que vivía en la calle”, “di las gracias a un profesor por sus enseñanzas”, etc., etc. Al terminar el estudio, los resultados fueron sorprendentes.

Se encontró que los participantes que hicieron actos amables experimentaron un aumento significativo de la felicidad. Se sintieron más serviciales y útiles, les mejoró la autoestima, percibieron a los demás en forma más benévola, experimentaron menos culpa, malestares o sufrimientos. También se observó que al realizar acciones en favor de los demás, muchas veces desencadenaba una cascada de consecuencias sociales positivas, porque los destinatarios de la amabilidad respondían con reciprocidad.

Cómo practicar la amabilidad. Las posibilidades de ayudar a otros y ser amable son infinitas. Cada uno puede elegir que hacer, como hacerlo y con qué frecuencia. He aquí algunas sugerencias:

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• Ejercite el voluntariado: Por ejemplo, ir a un hospital u hogar de ancianos para ayudar o acompañar al solitario, participar en programas solidarios para ayudar a necesitados. Un ejemplo ilustrativo. Magda, era una paciente de 28 años, poco agraciada físicamente (nunca tuvo novio) y un coeficiente intelectual reducido. Tenía ciertos trastornos psicológicos. Sin embargo, Magda poseía un gran corazón y amaba a los niños. Tenía un hábito loable, dos veces a la semana iba a un orfanatorio y sacaba un niño a pasear. Lo llevaba al zoológico, al parque o al cine. Le daba de comer y compartía la tarde con ese huérfano. Todos los niños se desesperaban por salir con Magda y para ella esas salidas eran los momentos más importantes de su vida. Esos actos de amor fueron los que sostuvieron su salud mental y dieron sentido a la vida.

• Hago algo amable por los demás, por lo menos una vez por semana. No se lo cuente a nadie y no espere recibir recompensa alguna. Continuamente la necesidad golpea a nuestra puerta reclamando asistencia. No deje de ayudar.

• Sea compasivo: El ser compasivo, generoso y benévolo produce más felicidad que el dinero. Bill Gates dejó su trabajo en Microsoft para dedicarse a su fundación, donando


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varios miles de millones de dólares para la vacunación infantil, la investigación médica y educar a los pobres. Gates ha declarado que le produce más satisfacción regalar dinero que ganarlo.

• Practique la empatía. Hacer un hábito, el ponerse en los zapatos de la otra persona (seres queridos, compañeros de trabajo, gente de la calle, cualquier persona). Tratar de comprender lo que siente al ser ellos, lo que está pasando y por qué hacen lo que hacen.

• Escuche a los demás. Todos queremos hablar, pero muy pocos queremos escuchar. Sin embargo, todos queremos ser escuchados. Así que tome tiempo para escuchar a la otra persona, en lugar de simplemente esperar su turno para hablar. Eso ayuda a entender mejor a los demás.

5. cultive las relaciones sociales

Noción: “Cuanto más feliz sea una persona, más probable será que tenga un gran círculo de amigos o compañeros, una pareja romántica y mucho apoyo social” (Lyubomirsky, 2008, 159). El vivir aislado es un factor de riesgo elevado que predispone a la enfermedad y a la muerte. Los vínculos sociales proporcionan apoyo en momentos

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de estrés, af licción y crisis. Por eso, las personas que cuentan con una amplia red social son más sanas, viven más y son más felices.

Investigaciones: Un notable estudio realiza-do en Suecia sobre 90.111 madres solteras compa-rándolas con 622.368 madres que convivían con su esposo, descubrió que las madres que viven solas, en comparación con las que tienen pareja, presentan un 70% más de riesgo de fallecer en forma prematura (Ringbäck et al., 2000). Otro estudió sobre la demencia en personas de la tercera edad, encontró que el hecho de estar casado, convivir con alguien y tener interrelaciones sociales satisfactorias son factores que atenúan el desarrollo de la demencia (Fratiglioni et al., 2000).

“Cómo ganar amigos”: El célebre Dale Carnegie, autor del best sellers del siglo XX, Cómo ganar amigos, proponía 25 estrategias para ese fin. Aquí resumimos las cinco más importantes.

• Elogie sinceramente: No se trata de adular sino de elogiar con franqueza. Trate de pensar en las buenas cualidades de la gente que le rodea y dé prueba de una apreciación honrada y sincera de esas cualidades.

• Sonría: No se trata de una risa por compromiso o fingida sino una risa auténtica, que provenga de adentro y diga: “Me alegro mucho de verte”. Como dijo William James: “Ríe y estarás contento”.


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• Llámelo por su nombre: El nombre de una persona es para ella el sonido más dulce e importante que pueda escuchar. Haga el esfuerzo por aprender el nombre de su interlocutor. El nombre hace sentir única a la otra persona.

• Sea un buen oyente: Aliente a los demás a hablar de sí mismos. Recuerde que la persona con quien habla está cien veces más interesada en sí misma y en sus necesidades y en sus problemas que en usted y sus dificultades.

• Mantenga una actitud amistosa: “Una gota de miel caza más moscas que un galón de hiel”. Si usted quiere ganar a alguien a su causa debe convencerlo de que es usted un amigo sincero. Dijo Lincoln que la suavidad y la amistad son más poderosas que la furia y la fuerza.

6. desarrollar buenas estrategias de aFrontaMiento

“Sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación

produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza”

Romanos 5:3-4

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Noción: Continuamente enfrentamos presiones (ej., en el trabajo, en el hogar), angustias (un hijo enfermo, por ej.), pérdidas económicas o de otros tipos, temores (a robos o asaltos), malestares, etc., etc. ¿Cómo ser feliz con tantas adversidades y sufrimientos? Sabiendo enfrentar las circunstancias difíciles o dolorosas. Hay personas que los problemas los doblegan y avasallan, en tanto, hay otros que los estimulan, motivan y los hacen sentir fortalecidos. El apóstol Pablo decía que se “gloriaba” (“regocijaba” traduce otras versiones) en las “tribulaciones” sabiendo que ellas producen resultados beneficiosos para el desarrollo del carácter, como la paciencia, la firmeza y la esperanza.

Investigaciones: Los estudios y la expe-rien cia han mostrado que los más felices son aque llos que han aprendido a soportar los males sin dejarse vencer por ellos. Una abundante bibliografía ha estudiado las reacciones de las personas ante diversos traumas, como una enfermedad terminal, perder la casa, un divorcio, una agresión sexual, tener un hijo disfuncional u otras por el estilo. En una recopilación realizada por Tedeschi y Calhoun (2004), encontraron dos patrones de comportamientos opuestos. Están quienes experimentan, ansiedad, miedos, tristeza, depresión y diferentes malestares físicos, en tanto, hay otros que se focalizan en los aspectos positivos, promoviendo la capacidad para soportar y salir


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adelante. Ellos adquieren una actitud compasiva, desarrollan buenas amistades y adquieren una filosofía de vida más profunda y satisfactoria.

En una reciente revisión de la bibliografía, realizada por Compas et al. (2017), sobre 212 estudios, con un total de 80,850 participantes, sobre el afrontamiento de las emociones y los síntomas psicopatológicos, se encontró que aquellos que regulaban sus emociones y adoptaban un afrontamiento adaptativo, presentaban niveles más bajos de síntomas de psicopatología, en relación de quienes tenían un afrontamiento inadaptado, con actitudes de retirada del problema, procurando suprimir, evitar y negar sus emociones.

Mejore sus estrategias de afrontamiento: Los siguientes son algunos recursos que han demostrado ser útiles a muchas personas. Esperemos que puedan resultar de utilidad para el amable lector de estas líneas.

• Encuentre sentido en la desgracia: “A los que a Dios aman, todas las cosas ayudan a bien” (Romanos 8:28), dice la Biblia. Hay un dicho popular que dice algo parecido: “No hay mal que por bien no venga”. ¿Qué tiene de positivo perder el trabajo, sufrir una enfermedad o padecer un infortunio? Siempre se puede extraer algo positivo aún de una tragedia. Mi esposa sufrió un accidente cerobrovascular y quedó hemipléjica con

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trastornos del habla. Al principio no encontré nada bueno a esa desgracia, pero después descubrí que nos unió más como pareja, me jubilé para cuidarla y ahora dedico más tiempo a escribir libros que supongo puede ayudar a otros, además de darme muchas satisfacciones.

• Pregúntese para que, en lugar de por qué: Cuando uno pregunta: “¿Por qué me sucedió esto? ¿Por qué justamente a mí?”, se profundiza el mal, aumenta la angustia y las dudas y, por lo general, no se logra nada positivo. En cambio, cuando uno pregunta: “¿Para qué puede servir esto?”, la mente puede abrirse para descubrir beneficios impensados y entender los misteriosos caminos de la benevolencia divina.

• Busque el apoyo social: En un estudio realizado con 86 mujeres con cáncer de mama metastásico, 50 de ellas recibieron un tratamiento de apoyo social en grupo, en tanto, el resto continuaron con el tratamiento habitual. Los resultados fueron que las mujeres con apoyo social sobrevivieron promedio de un año y medio más que el grupo de control (Spiegel et al., 1989).

• Exprese sus emociones por escrito: Las personas que dedican 3 días a escribir sus pensamientos y sentimientos en relación a una experiencia traumática, acuden

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Capítulo 5

EStratEGiaS Para SEr fEliz - 2

7. aPrenda a Perdonar

Los estudios cor relacionales y experimentales han demostrado que quienes

perdonan tienen mejor salud, paz y son más felices.

Noción: El perdón es el proceso de curar la herida producida por una ofensa grave, que significa un “cambio de corazón” hacia el agresor, a través del cual se abandonan las conductas de enojo o represalia, recuperando paulatinamente el amor y la confianza hacia el otro, que puede llegar a la reconciliación o no, según el caso (Pereyra, 2010).


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Ejemplo: Lewis Smedes (2002), en su libro “Perdonar y olvidar”, presenta una alegoría sugestiva y aleccionadora, que nos servimos sintetizarla. Ella describe admirablemente uno de los significados más relevantes del perdón. Dice así:

“En la aldea de Faken, en lo más recóndito de Friesland, vivía un panadero alto y delgado llamado Fouke. Era un hombre recto, de barbilla y nariz largas y delgadas, que trasmitía una rígida severidad, por lo que la gente de Faken prefería mantenerse alejada de él. La esposa de Fouke, Hilda, era pequeña y redonda, sus brazos eran redondos, su vientre era redondo, sus caderas eran redondas. La suave redondez de Hilda y su afabilidad parecía invitar a todos a que se acercaran para compartir la calidez de su corazón abierto. Hilda respetaba a su virtuoso esposo y lo amaba también en la medida en que él se lo permitía; pero su corazón anhelaba de él algo más que su valiosa rectitud. Y ahí, en el lecho de su necesidad, yacía la semilla de su tristeza.

Una mañana, habiendo trabajado desde el amanecer, amasando la pasta para los hornos, Fouke llegó temprano a casa y encontró a un extraño en su recámara, recostado sobre la cadera redonda de Hilda. El adulterio de Hilda pronto se convirtió en la conversación de la taberna y en el escándalo de la congregación de Faken. Todo el mundo supuso que Fouke echaría a Hilda de

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su casa, ya que era tan recto. Pero sorprendió a todos al mantenerla como esposa, diciendo que la perdonaba como la Biblia decía que debía hacerse. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, Fouke no podía perdonar la traición de Hilda. Cada vez que pensaba en ella, sus sentimientos eran de rabia y dureza; la despreciaba como si fuera una prostituta. Fouke sólo fingió perdonar a Hilda para poder castigarla con el peso de su recta misericordia. Pero la falsedad no tiene lugar en el cielo. Así que cada vez que Fouke sentía su odio secreto, un ángel llegaba hasta él y dejaba caer una piedrita en su corazón. Cada vez que una piedra caía, Fouke sentía un dolor tan agudo como el que sintió cuando encontró a Hilda alimentando su hambriento corazón a expensas de un extraño. Por lo tanto, la odió más; su odio le trajo dolor y su dolor nuevos odios. Las piedrecillas se multiplicaron y el corazón de Fouke creció por el peso; tan pesado se hizo que la parte superior de su cuerpo se dobló, y para poder ver para adelante debía forzar el cuello. Abrumado por el dolor, Fouke quería morir. Una noche, el ángel que dejaba caer las piedras en su corazón llegó hasta él y le comunicó que su dolor sería curado.

—Hay un solo remedio para tu corazón lastimado —dijo el ángel—, son los ojos mágicos.

El ángel le explicó:


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—Necesitas ojos mágicos para ver a Hilda no como quien te traicionó sino como una mujer débil que te necesitaba. Sólo una nueva manera de verla a través de los ojos mágicos puede sanar el dolor que f luye de las heridas del pasado.

Fouke protestó:

—Nada puede cambiar el pasado —dijo-. Hilda es culpable, eso ni siquiera un ángel puede cambiarlo.

—Sí, hombre dolorido, tienes razón —res-pondió el ángel—. Tú no puedes cambiar el pasado, sólo puedes curar el dolor que te llega de él. Y sólo puedes sanarlo a través de la visión de los ojos mágicos.

—¿Y cómo puedo conseguir los ojos mágicos? —refunfuñó Fouke.

—Sólo pídelos con ansias y te serán otorgados. Y cada vez que veas a Hilda a través de tus nuevos ojos, una piedra será removida de tu corazón agobiado.

Fouke no pudo hacer su petición inme-diatamente, pues había aprendido a amar su odio. Pero el dolor de su corazón abrumado finalmente lo condujo a desear los ojos mágicos que el ángel le había prometido. Así es que pidió y el ángel otorgó.

Pronto Hilda comenzó a cambiar ante los ojos de Fouke maravillosa y misteriosamente. Él empezó

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a verla como una mujer necesitada que lo amaba, en lugar de la mujer vil que lo había traicionado. El ángel cumplió su promesa, empezó a remover las piedrecillas del corazón de Fouke, una por una, por lo que se tardó bastante en removerlas todas. Fouke sintió gradualmente que su corazón se aligeraba, empezó a caminar erguido nuevamente, y, de alguna manera, su nariz y su barbilla dejaron de ser tan delgadas y agudas. Invitó a Hilda a entrar en su corazón nuevamente –lo que ella hizo- y juntos empezaron un viaje hacia una segunda etapa de felicidad”.

Investigaciones: Hay estudios que muestran que los niveles del perdón están relacionados con “marcadores biológicos”, componentes del sistema inmunológico, revelándose que a mayores niveles de perdón (medido por pruebas psicométricas) hay un mejor funcionamiento inmunológico del organismo y una mejor salud (Owen et al., 2011). Hay muchas evidencias en relación de que le perdón favorece la salud física y mental, las relaciones conyugales y sociales, contribuyendo a una mejor calidad de vida (ver Toussaint et al., 2015).

Ejercite el perdón y la reconciliación: Se propone una serie de medidas concretas para poder aplicar conductas de perdón.

• Aplique la empatía (ponerse en lugar del otro) para entender cómo se vive el problema


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desde el agresor. Trate de entender los pensamientos, sentimientos e intenciones de esa persona. ¿Por qué actuó así? ¿Qué podría explicar su conducta? Muchas veces los agresores han sido agredidos o violados cuando chicos y repiten conductas que han aprendido.

• Escriba una carta de perdón a quien le haya hecho daño. No es necesario enviarla. Es un ejercicio para liberarse de su rabia, amargura y sentimientos de injusticia. Perdonar requiere mucho esfuerzo, motivación y fuerza de voluntad. Hay que practicarlo. Una carta puede ser un medio para ejercitar el perdón

• Deje de “darse manija”:1 Recordar cons-tantemente el episodio ofensivo es revivirlo y volver a sufrirlo. Hay que dejar de elucubrar y frenar el pensamiento, porque puede convertirse en una obsesión, en un recuerdo pertinaz. Concentre su pensamiento en cosas positivas, mire hacia adelante, no hacia el pasado.

• Actúe como si ya hubiera perdonado: A mu chos le ayudan pensar que el asunto ya fue superado y dan vuelta la página, aunque el agresor no se haya arrepentido ni pedido perdón. Una vez le preguntaron a

1Expresión Argentina que significa “darse manivela” o “dar vuelta un asunto en la cabeza”. Nota del editor.

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Nelson Mandela como pudo perdonar a sus carceleros. Dijo: “Cuando atravesé la puerta me di cuenta de que, si continuaba odiando a aquellas personas, seguía en la cárcel”.

• Pida la ayuda de Dios para perdonar: Jesucristo enseñó a orar, diciendo: “Señor perdona nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben” (Lucas 11:4). Cuando todas las estrategias fracasen, pedir la ayuda de Dios para perdonar puede ser el único recurso que funcione.

8. disFrute Más

Noción: Cuando se le pregunta a la gente qué es la felicidad, las respuestas más frecuentes son alegría, éxtasis, tranquilidad, entusiasmo, euforia, placer y la más importante, el estado de “f luir” (“f low”) de la conciencia. Mihaly Csikszentmihalyi ha sido quien más ha investigado este concepto. Entrevistó a miles de personas de diferentes edades y culturas para conocer que sienten las personas cuando están felices. “De sus relatos sobre cómo se sentían al hacer lo que estaban haciendo —explica Csikszentmihalyi (2004, 16)—, elaboré una teoría de la experiencia óptima basada en el concepto del f lujo, el estado en el cual las personas se hallan tan involucradas en la actividad que nada más parece


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importarles; la experiencia, por sí misma, es tan placentera que las personas la realizarán, incluso, aunque tenga un gran coste, por el puro motivo de hacerla”.

Investigaciones: En un estudio de seguimiento de un grupo de 250 adolescentes, con elevado nivel de flujo comparado con otra muestra similar en el número que exhibían bajo nivel de flujo, encontraron que el primer grupo tuvo mayor cantidad de actividades gratificantes, prácticas deportivas y dedicaban más tiempo a realizar sus trabajos escolares. En los años posteriores, el grupo de mayor flujo emprendió estudios universitarios, tuvo relaciones sociales más profundas y gozó de mayor éxito en la vida, en contraste con los menos felices. La conclusión del estudio fue que “la fluidez es el estado que aumenta el capital psicológico, al cual la persona podrá recurrir en el futuro” (Seligman, 2003, 164). También descubrieron que los felices recuerdan más sucesos buenos de los que en realidad sucedieron y olvidan más los malos, a diferencia de las personas depresivas, que recuerdan más los malos eventos que los buenos.

¿Qué ayuda a fluir más? De acuerdo con Csikszentmihalyi (2007, 86):

“No todas las actividades de tiempo libre son iguales. Existe una diferencia fundamental entre el ocio activo y el ocio pasivo, que producen efectos psicológicos muy diferentes. Por ejemplo, los

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adolescentes estadounidenses experimentan estados de fluidez (definidos como momentos de alto nivel de desafíos y de capacidades) aproximadamente un 13% del tiempo que pasan viendo la televisión, un 34% del tiempo dedicado a sus aficiones y un 44% del tiempo en que practican deportes y juegos. Esto sugiere que las aficiones tienen dos veces y media más de probabilidades de producir un estado de elevado disfrute que la televisión, y los juegos y deportes activos, más de tres veces. Pero estos mismos adolescentes pasan al menos cuatro veces más de sus horas libres mirando la televisión que dedicándose a alguna afición o practicando un deporte. Similares proporciones pueden aplicarse a los adultos. ¿Por qué pasaríamos cuatro veces más de tiempo haciendo algo que tiene menos de la mitad de posibilidades de hacernos sentirnos bien?”

Cómo f luir más: Cuando se habla de la mejor experiencia de la vida, la mayoría de la gente cree que consiste en experimentar placer: la buena comida, el sexo y todas las comodidades que el dinero puede comprar. Mihaly Csikszentmihaly no comparte esa idea y afirma que: “el placer es un componente importante de la calidad de vida, pero por sí mismo no trae la felicidad”, debido a que no produce “crecimiento psicológico, ni agrega complejidad a la personalidad” (2004, 77,78). Lo que se propone es desarrollar una actitud favorable y realizar actividades como las que se proponen a continuación.


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• Cultive la capacidad para disfrutar. Se caracteriza por un sentimiento de novedad y realización. Por ejemplo, leer un libro que enseña ideas nuevas, platicar con alguien que nos descubre cosas de nosotros mismos, la satisfacción de contemplar el trabajo bien hecho, etc.

• Este abierto a experiencias nuevas y diferentes, que resulten gratas y un desafío para usted. Puede ser hablar una lengua extranjera, hacer un curso de cocina, aprender a tocar un instrumento musical, dibujar o pintar, integrar un equipo de futbol u otro deporte atractivo, etc.

• Transforme las tareas rutinarias en algo significativo y estimulante. Si tiene que viajar diariamente como dos horas, puede escuchar música de su interés, leer mientras espera que el médico lo atienda, imaginarse cómo diseñaría en forma más atractiva la sala de espera, pensar cómo describiría el lugar, etc.

9. saborear las alegrías de la vida

“El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se

obtiene”.

Ralph Waldo Emerson

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Noción: “Saber disfrutar de las experiencias positivas de la vida es uno de los principales ingredientes de la felicidad” (Lyubomirsky, 2008, 217). Consiste en la capacidad para producir, prolongar e intensificar el placer. Es apreciar, alegrarse o contentarse con las cosas lindas, como una zambullida en las aguas frescas y trasparentes un día de verano, pero también deleitarse observando la puesta del sol o una buena música. “El hábito de disfrutar está relacionado con la felicidad intensa y frecuente” (Ídem, 218).

Ilustración: Jorge Buscay, en uno de sus libros, “Cuentos para pensar”, presenta un relato encantador, que enfatiza la importancia del disfrute. Lo tituló: “El Buscador”. Narra que:

“Un día el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y f lores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Debido a que sus ojos eran


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los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción… “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla, decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

—No ningún familiar —dijo el buscador—¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?

El anciano sonrió y dijo:

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—Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fue lo disfrutado…, a la derecha, cuánto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?… ¿Una semana, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? … ¿y el casamiento de los amigos…? ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…? ¿Cuánto duró el disfrutar de esas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.”

Muy bonito cuento que nos relata que la vida auténticamente vivida es aquella que dedicamos a disfrutar de la alegría de vivir.

Investigaciones: Varias investigaciones han comprobado que las personas que tienden


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a disfrutar poseen más confianza en sí mismas, son más extrovertidas, estaban más satisfechas y padecían menos de estrés y ansiedad. La práctica de revivir acontecimientos felices de la vida se encontró que prolonga las emociones positivas e incrementan el bienestar (Bryant y Veroff, 2006).

Estrategias para disfrutar más

Reviva los días felices: Un estudio descubrió que revivir los eventos más felices de la vida prologan y refuerzan las emociones positivas y ayudan a sentirse más feliz. Aquellos que recordaron un momento feliz, durante 8 minutos, tres días seguido, experimentaban más felicidad cuatro semanas después. No es cuestión de recordar detalles o analizar ese día, sino simplemente revivirlo y deleitarse nuevamente. ¿Por qué no hace la prueba?

• Permanezca abierto a la belleza y la excelencia: Es la capacidad para encontrar, reconocer y disfrutar de las cosas bonitas, de la belleza de la naturaleza, de apreciar virtudes y talentos. Es sentir admiración y respeto por las excelencias. A veces quedamos maravillados por la hermosura de un bebé, por los árboles en f lor en primavera, al escuchar el canto de los pájaros o ver paisajes naturales, como las imponente montañas nevadas de la cordillera, las arenas doradas de playas color turquesa o los árboles de un

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bosque mecidos por el viento. Quienes tienen esta capacidad de apreciación tienen más probabilidad de sentirse alegres y encontrar conexiones profundas en la vida (Peterson y Seligman, 2004).

• Disfrute del futuro que esperas: Se puede saborear alegrías del pasado, del presente y también del futuro. Tenía un primo que le encantaba viajar a diferentes partes del mundo. Por supuesto, disfrutaba de sus viajes, pero luego de concluirlos ya empezaba a planificar el próximo, pegando un mapa en la pared de los lugares que visitaría, leía sobre esos sitios y pegaba fotografías, armando el itinerario día por día. Disfrutaba por anticipado de su viaje imaginando todo lo que pensaba hacer y conocer.

10. tenga buenos ProPósitos y objetivos

“No responsabilizarse de los propios objetivos vitales es dejar que la propia

existencia sea un accidente”.

Irvin Yalom (2005, 237)

Noción: Una persona sin sueños ni metas significativas en su vida no sabe adónde ir, no tiene incentivos y le falta razones para ser. En


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cambio, quienes tienen propósitos definidos, que saben lo que quieren, sienten que controlan sus vidas. Esas personas presentan mayor autoestima, están más motivados, se esfuerzan por alcanzar sus aspiraciones, son optimistas, se llevan mejor con la gente y experimentan más felicidad.

Investigación: Hay diferentes tipos de objetivos. Se los han clasificados en, intrínsecos/extrínsecos, auténticos/no auténticos, de apro-ximación/evitación, armoniosos/contrapuestos, ba sados en una actividad/o en las circunstancias y f lexibles/rígidos. Los intrínsecos son los propios, los que elige la persona, los extrínsecos son los impuestos por los otros. Las personas más felices tienen más objetivos intrínsecos que extrínsecos. También los felices tienen más objetivos auténticos, los que responden a los intereses y valores de sí mismo. Además, se puede buscar objetivos de aproximación, como, por ejemplo, comer sano para sentirse bien, u objetivos de evitación, por ejemplo, no comer mucho para no engordar. Las investigaciones encontraron que los más felices son los que tienen más objetivos de aproximación. Otra cosa importante es que los objetivos armonicen entre sí y sean f lexibles o adecuados. Por ejemplo, a medida que envejecemos los objetivos deberían variar, no son los mismos los intereses a los 20, que a los 40 o 60 años. Las investigaciones han descubiertos que los objetivos que promueven la felicidad son intrínsecos, auténticos, orientados

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hacia la aproximación, armoniosos, activos y f lexibles.

Mejore sus objetivos: Analice el tipo de objetivos que tiene en su vida. A esos fines le proponemos realizar el siguiente ejercicio que ha sugerido Sonja Lyubomirsky (2008, 244-245).

Mis objetivos de vida

Instrucciones: Los objetivos son aspiraciones, deseos y propósitos de vida. Piense en cuáles son sus objetivos más importantes. Haga una lista entre tres y ocho objetivos más importantes y significativos.

Escriba a continuación sus objetivos en las líneas en blanco.

A continuación, para cada uno de los objetivos escritos, verifica los atributos que lo caracterizan, si corresponde a la columna de la izquierda o de


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la derecha que aparecen más abajo. Si alguno de los objetivos tiene características de la izquierda, le recomendamos que lo replantee y si es posible modifíquelo.

Elige este tipo de

objetivosEn lugar de estos

Intrínseco Extrínseco

Auténtico No auténtico

Orientado hacia la aproximación

Orientado hacia la evitación

Armonioso Contrapuesto

Basado en una actividad Basado en las circunstancias

Flexible / adecuado Rígido / inadecuado

11. Haga actividad Física

“Es muy posible que el ejercicio sea la actividad más eficaz para incentivar la

felicidad de forma instantánea.”


Noción: La actividad física se define como el gasto de energía por encima del nivel de descanso. Lo que significa que son muy amplias las posibilidades de superar esa norma, con moverse un poco más ya estamos haciendo algo. Se puede practicar un deporte formal o simplemente

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tirar una colchoneta en la sala y hacer algunos ejercicios. Lo importante es convertir la actividad en un hábito; se lo va agradecer su salud y va sentirse más feliz.

Investigaciones: Len Kravitz (2007) resumió las investigaciones más importantes sobre los beneficios que tiene para la salud la actividad física, encontrando 25 beneficios probados con múltiples evidencias empíricas. Algunos de esos beneficios son: mejora las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el metabolismo de la glucosa, decrece la hipertensión, disminuye los triglicéridos y el colesterol, reduce la incidencia del cáncer de colon, de pecho y otros melanomas, preserva mejor el organismo de la osteoporosis y la artritis, al fortalecer los huesos, los músculos y las articulaciones, atenúa la obesidad, mejora la autoestima y, como se ha dicho, reduce la ansiedad, el hiper estrés y la depresión. Pero además de todas estas propiedades, el ejercicio estimula la felicidad. Es sabido por todos que cuando se hace un ejercicio intenso se experimenta una agradable sensación de bienestar.

Ejemplos: “Una vez que empezás a entrenar, no querés parar y ponés cada vez más alta la vara”, reconoce Fernando Galiano, quien comenzó a correr hace algunos años para combatir su sobrepeso y por su sedentaria tarea de enfermero. Hoy forma parte de la elite del running argentino. Explica: “Al finalizar cada carrera, termino pute..


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y exhausto, pero pasa un segundo y me invade una inmensa felicidad por el deber cumplido y por no haber claudicado en el intento. Y ahí ya empiezo a planear el próximo entrenamiento o carrera. Cuando terminé la primera Maratón de Buenos Aires que corrí de 42 kilómetros, esa misma noche, en la que no podía más con mi cuerpo ni con mi alma, me puse la meta del Cruce de los Andes. La corrí este año y ahora voy por la Maratón de París”.

Los 10 mil pasos. El peor enemigo del hombre son los trastornos cardiovasculares. Es el asesino serial número 1. Pero el problema principal no es el corazón sino lo que causa los infartos y otros fallos cardíacos. Se ha dicho que el verdadero asesino es la obesidad. Una extensa literatura muestra que la gente obesa muere de enfermedades cardiovasculares con mayor frecuencia que la gente delgada. Por supuesto, que también son factores de riesgo el fumar, el alcoholismo, el estrés, la tensión arterial, el colesterol y otros. Sin embargo, las personas gordas con buena condición física, tiene casi la mitad del riesgo de muerte que la persona obesa sin condición. Por ese motivo, autores como Steve Blair, considera que la verdadera epidemia y el peor asesino es la inactividad. Los estudios han mostrado que un mal estado físico se correlaciona de forma importante con la mortalidad por cualquier causa, y en especial con las enfermedades cardiovasculares.

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Ya en el siglo XIX, decía Federico Nietzsche, en forma irreverente y de manera sarcástica, con algo de verdad: “El verdadero pecado contra el Espíritu Santo es el sedentarismo”.

Ahora, la obesidad se ataca con las dietas. Martín Seligman ha dicho en forma concluyente, “las dietas son una estafa”, porque seguir cualquier dieta reconocida, posibilita bajar un 5% del peso corporal. El problema es que del 80 al 95% de las personas que han hecho dietas recuperan el peso o lo aumenta en los siguientes 3 a 5 años. Las dietas suelen tener una eficacia pasajera. Por lo contrario, lo que no es una estafa y ataca el verdadero enemigo del sedentarismo, es el ejercicio. Un porcentaje alto de personas que hacen ejercicio, perseveran y adquieren una buena condición física. El ejercicio es duradero y se automantiene, a diferencia de las dietas. Los efectos benéficos del ejercicio han sido reconocidos por la comunidad médica. En el año 2008, la secretaría de Salud de Estados Unidos ha enfatizado en la necesidad de que los adultos hagan el equivalente a 10 mil pasos por día. Un estudio científico ha determinado que caminar menos de 5 mil pasos por día indica que la persona tiene un estilo sedentario y, por lo tanto, mayor riesgo de repercusiones negativas para la salud. Las personas que dan entre 5 mil y 7499 pasos por día, se consideran “poco activas”. Las que dan entre 7500 y 9999 se consideran “algo activas”. El límite para categorizar a las personas como


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“activas” son los 10 mil pasos al día. Aquellas que dan más de 12500 se consideran “muy activas”.

¿Cómo sabemos cuántos pasos damos al día? Por medio de un podómetro, esto es, un relojito que se pone en la muñeca, que además de decirle la hora, el ritmo cardíaco y otras funciones, va contando los pasos que damos. Hay una aplicación para celulares que también cuentan los pasos, pero hay que tener siempre el celular encima. El reloj es más fácil de llevar. Les puedo confesar que el podómetro me ha cambiado la vida. Tengo que esforzarme para llegar a los 10 mil pasos, pero lo estoy logrando. Ahora siempre voy por el camino más largo, si tengo que ir algún lado, no tengo inconveniente en ir varias veces, e incluso cuando me olvido de algo, antes decía “qué cabeza la mía”, ahora pienso “genial, me ayuda a dar más pasos”. Así que favorece la autoestima, pero especialmente nos permite vivir más saludablemente y gozar mejor la alegría de vivir.

Cómo hacerlo: Presentamos algunas suge-rencias para empezar a poner en práctica una rutina de actividad física. Esperamos que le resulten útiles.

• Empezar poco a poco. Lo ideal es alcanzar unos 30 minutos por día, 4 o 5 días por semana.

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• Tener días y horas fijas para empezar, con el tiempo de duración. Respete esos horarios como si fueran compromisos de trabajo.

• Si ya hace actividad física con regularidad, aumente un poco más.

• La rutina de ejercicio es como un régimen alimenticio. Es importante darle continuidad. Si un día no pudo hacerlo, no importa, al otro día retome el hábito.

12. cultive la religión y la esPiritualidad

“Una cor riente cada vez mayor de la ciencia de la psicología sugiere que las personas

religiosas son más felices, más sanas y se recuperan mejor de un trauma que las personas

que no son religiosas.”


Noción: Durante mucho tiempo la psico-logía fue reacia a estudiar la espiritualidad y la religiosidad. Sin embargo, en las últimas dé-cadas se han revertido significativamente esas aprehensiones haciendo que muchos psicólogos investiguen las conductas religiosas, más allá de las creencias o ideas que puedan tenerse acerca de Dios. Así se descubrió que asistir a la iglesia, tener momentos devocionales, participar en asambleas

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religiosas, entre otras actividades eclesiásticas, ejercen una inf luencia significativa en la salud mental, física y la longevidad. De allí que se hayan hecho más frecuentes los estudios sobre religiosidad, salud y felicidad.

Investigaciones: Se ha encontrado que quie nes asisten a servicios religiosos sobreviven más tiempo y son más sanos en general (Oman et al., 1998). En un seguimiento de 31 años, de 6545 personas, también se comprobó que los religiosos tienen mayor sobrevida (Oman et al., 2002). Asimismo, los religiosos soportan mejor la pérdida, por ejemplo de un bebé, que aquellos que no son religiosos (McIntosh et al., 1993), cuidan mejor de la diabetes (Rivera, 2016), padecen menos ansiedad y depresión, e incluso mejora a los pacientes con HIV (Bryan et al., 2016), entre otros beneficios. Una explicación es que los religiosos fuman y beben menos que los no religiosas y algunos, como los adventistas del séptimo día, recomiendan una alimentación sana, prohíben el alcohol, el tabaco y el uso de drogas, fomentando un estilo de vida positivo, con menos estrés, teniendo promedios más altos de longevidad (Koenig et al., 1997).

Practique la religión: La investigadora Lyubormisrsky (2008, 266-270), quien ha confesado no ser religiosa, pero que reconoce la importancia de serlo, propuso las siguientes actividades para practicar la religión y ser más feliz.

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• Asista a un servicio religioso una vez por semana.

• Dedique 15 minutos por día a leer un libro religioso.

• Escuche un programa religioso (por radio o TV) una vez por semana.

• Preséntese como voluntario en alguna obra de caridad de fe.

Propuestas por Snja Lyubomirsky en su libro La ciencia de la felicidad.

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Capítulo 6

Para ProMovEr la alEGría dE vivir - 1

“Felicidad de existir que se vive en la experiencia de la alegría de estar en el mundo, en la alegría de

existir plenamente.”

Gilles Lipovetsky (2016, 20)

nuEvaS EStratEGiaS

Desde varios años atrás grabo un micro radial, titulado: la “Alegría de vivir”. Decenas de emisoras de Argentina y toda Sudamérica pasan el programa, que ha creado un público importante de audiencia. He realizado hasta el momento alrededor de 300 presentaciones, que continuamente aumentan ya que todavía sigo grabando a razón de unos cinco programas por semana. Se trata de mensajes breves, de cinco minutos, donde exponemos ideas,


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informaciones y datos de investigaciones que contribuyen a desarrollar la alegría de vivir en la gente. De esos temas hemos seleccionados diez que transcribimos en este y el próximo capítulo.

La idea es agregar a las doce estrategias de Lyubomirsky para ser más feliz, estas otras diez para completar el libro con nuevas vías de acceso al espacio apetecible de la felicidad. A diferencia de las estrategias de la investigadora de la Psicología Positiva, que provienen de estudios estadísticos y de laboratorio, las que el autor está proponiendo provienen de la experiencia clínica del psicólogo y de la lectura de obras literarias y filosóficas, que aportan saberes sobre el tema. Así que, a continuación, les proponemos que nos acompañéis en esta aventura escrita final en pos de los secretos del gozo de vivir; un paseo por el lado soleado del pensamiento.

1. el contentaMiento

“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y

abrigo, estemos contentos con esto”.

1 Timoteo 6:6-8

El apóstol Pablo propuso en una de sus cartas, la receta precedente para cultivar la alegría de

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vivir. La sugerencia es contentarse con lo que se tiene, es decir, cultivar el temple anímico contento, el estado de ánimo satisfecho consigo mismo, a pesar de las circunstancias adversas o frustrantes. Lo explica mejor en otro escrito donde contrasta dos variedades del ánimo que puede llegar a confundirse, pero que son radicalmente diferentes y antagónicos. Una es recomendable, el otro, repudiable. Declara el Apóstol: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efes. 5:18,19).

Hay muchos —demasiada gente— que, para liberarse de esa sombra pegajosa de la desdicha, recurren al alcohol. La droga etílica, por algunos momentos, produce un estado de euforia, que parece desvanecer mágicamente las oscuridades del mal, haciendo resplandecer nuevos fulgores, incluso generando clarividencias de genialidades, proporcionando la ilusión de la felicidad. Es como si la vida riese a carcajadas, cargada de una energía que electrificara todo el cuerpo con un nuevo vigor. Pero todo es falso, una burda mentira; es pura excitación bioquímica efímera. El frenesí pasa y queda la amarga y la abrumadora sensación de vacío y una desgracia mayor. Muchos se obstinan en prolongar el éxtasis, incrementando la ingesta, hundiéndose en el deterioro y la


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degradación alcohólica, que cada vez los aleja más de la auténtica felicidad y los conducen a la internación hospitalaria con trastornos físicos incapacitantes que a la larga llevan a la muerte. Muy diferente es el estado anímico que aconseja Pablo que ocurre cuando el Espíritu Santo llena el corazón. Lo describe bellamente, como un cantar, un himno de alabanza en el corazón. Podríamos definirlo como el espíritu de contentamiento que todos deberíamos tener.

¿Cómo definir ese sentirse contento? Es un estado de riqueza interior, de sentirse satisfecho con lo que se tiene. Es todo lo contrario de la avidez insaciable por tener más, que experimentan los insatisfechos de rostro avinagrado. Ese estar alegre es un estado de plenitud interior, de conformidad y bonanza, que no se encrespa —por lo menos fácilmente— con las tormentas cotidianas.

Pablo da testimonio de su propia experiencia, ampliando la explicación del contentamiento. Confiesa: “he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación... A todo puedo hacerle frente, pues Cristo es quien me sostiene” (Fil.4:11-13; DHH). Es claro, entonces, que el estar contento se cultiva, se aprende ejercitando una fe arraigada en la convicción profunda de que Dios suplirá toda las necesidades. Si tememos al futuro, si desconfiamos de quienes nos rodean,

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si la inseguridad nos carcome, seguramente el descontento se filtrará en el interior para agriar el espíritu. Pero si creemos realmente que Dios suplirá todas las necesidades, que ha perdonado nuestros pecados, que nos protege y nos cuida, entonces surgirá un sentimiento fresco y alegre, como las mañanas luminosas de la primavera. Una generosa fuente de alegría y bienestar producirá la conciencia de que la dicha habita en nosotros; eso es precisamente la alegría de vivir.

2. sabiduría

“La señal más manifiesta de la sabiduría es una alegría continua. Su estado es algo claro y sereno que se compara a lo que se encuentra en

las regiones sobre la luna.”

Montaigne

Otro filósofo, Tomás de Aquino escribió: “De todas las actividades humanas, la sabiduría es la más perfecta, la más sublime, la más provechosa, la más deliciosa.” Ahora, ¿tiene la sabiduría algo que ver con la felicidad? ¿Son los más sabios más felices? El filósofo inglés John Suart Mill, por su parte agregaba: “No hay ninguna razón para esperar que un cerdo que rueda alrededor en el fango sería más feliz que un Sócrates”. Entendía que alguien que ref lexiona sobre la realidad y dureza de la vida no sería tan feliz como otra


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persona que vive en el presente sin ninguna preocupación.

¿Qué es la sabiduría? Es un concepto complejo y difícil de definir. Históricamente ha sido considerado el pináculo del desarrollo humano. Las personas sabias presumiblemente poseen más cualidades positivas, como una personalidad madura, habilidades especiales para resolver asuntos difíciles y problemáticas importantes de la vida. No es lo mismo una persona sabía que alguien inteligente, porque el inteligente puede ser muy pobre en cuestiones prácticas y en la parte social. Un sabio se entiende que tiene un nivel excepcional de competencia intrapersonal e interpersonal, que incluye la capacidad de escuchar, evaluar y dar consejo, utilizando su saber para aumentar el bienestar propio y ajeno.

Desafortunadamente no hay muchas investigaciones sobre la sabiduría y la felicidad. Quizás el estudio más importante sea el de Ad Bergsma, de la Universidad Erasmus, de Roterdam, Holanda, del año 2012, quien hizo un rastreo de las opiniones de diferentes autores y luego aplicó por Internet unos tests sobre la felicidad y la sabiduría, donde participaron 7307 personas. Encontró que algunos autores analizaron diferentes definiciones donde identificaron varios componentes que incluiría la sabiduría, como ser actitudes prosociales; un conocimiento pragmático de la vida, la ref lexión; tolerancia, saber manejar

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la incertidumbre y la ambigüedad, entre otras características. En los antecedentes encontró que algunos pensadores consideran que los sabios tendrían mayor grado de felicidad ya que saben cómo enfrentar las dificultades y adaptarse mejor a la vida. Otros investigadores han argumentado que los individuos sabios saben el ‘’arte de vivir “o cómo vivir una vida que sea buena para uno mismo y para la sociedad”. Cómo son capaces de ver más allá de los intereses personales o egoístas, sus consejos contribuirían al bienestar de los demás, algo que, como un bumerang, siempre vuelve sobre uno mismo en forma de gratificaciones.

El análisis de los resultados del estudio de Bergsma, encontró que efectivamente, en términos globales la sabiduría se correlaciona significativamente con la felicidad, en todas las dimensiones. También encontró que la sabiduría es igualmente beneficiosa para hombres y mujeres por igual y además es valiosa para todos, a lo largo de todas las etapas del ciclo vital. Sin embargo, las personas que eran mayores de 60 años, tenían niveles de felicidad mucho mayor que las personas jóvenes. Las personas más jóvenes no gozarían de tanta felicidad al ejercitar la sabiduría. El efecto positivo sobre las edades más avanzadas ilustra la bien conocida paradoja de que la felicidad tiende a aumentar con el avance de la edad pese que con los años se sufren más pérdidas que en la juventud. La opinión de los investigadores es que


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la búsqueda de la sabiduría y la felicidad, aunque son cosas diferentes, se facilitan mutuamente.

Siempre recuerdo un amigo que una vez me dijo: “Mira, tienes dos posibilidades o te conviertes en un viejo sabio o en un viejo choto”. En Argentina esa palabra significa “decrépito”. Lo que se entiende que es mejor procurar ser sabio, porque eso además favorece la alegría de vivir.

3. “ocuPaciones Felicitarias”

“Felicidad es la vida dedicada a ocupaciones para las cuales cada hombre tiene

singular vocación.”

J. Ortega y Gasset (1999, 21)

El insigne filósofo español Ortega y Gasset declaró que hay tres formas principales de dividir el uso del tiempo: 1) el empleado en lo necesario, el que se ocupa en las actividades forzosas, por ej. el trabajo retributivo; 2) el tiempo que se pierde en cosas superf luas, como aguardando que el semáforo pase a verde, llenando declaraciones, haciendo trámites administrativos o filas interminables; y 3) el tiempo propio, personal, elegido, el que se invierte en uno mismo. Este último es para el filósofo el tiempo que conduce a la felicidad, el que puede entregarse a las “ocupaciones felicitarias”. Para Ortega las tareas dichosas son esencialmente la caza, la danza, el deporte y la tertulia.

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Personalmente comparto la preferencia por las dos últimas –el deporte y el diálogo- pero no por la caza y la danza. Antes me proporcionaba gran placer jugar al fútbol, ahora solo lo veo por TV, sólo juego ping-pong. También me encanta hablar con la gente. Lo que no me divierte es deambular por los campos matando animalitos o brincar al inf lujo de la música. Otro filósofo español, Julián Marías, discípulo de Ortega, agregó a la lista de su compatriota, los quehaceres regocijantes de las vacaciones, la lectura, las fiestas, la televisión, el cine, la amistad y el trato con el otro sexo, al cual consideró como la “máxima ocupación felicitaria”. Posiblemente muchos coincidirán con Julián Marías en estas actividades, sin embargo, conozco personas que aborrecen algunas o todas de estas formas de utilizar el tiempo. Por ejemplo, un paciente laboradicto, de esos que viven metidos en su trabajo todo el tiempo posible, me confesó que odiaba las vacaciones, que no podía soportar la tranquilidad de las playas o los lugares de veraneo, prefería mil veces estar trabajando en su negocio. Otro de mis pacientes tampoco compartía la idea de acercarse a una mujer, le producía espanto; era un misógino que sufría esa extraña enfermedad que lleva a huir de los encantos del sexo femenino. Asimismo, hay otros que les producen gran alegría otras ocupaciones como tocar el piano, contar chistes, juntar estampillas o monedas y aún meditar en las noches de insomnio, como el autor del salmo 63, que hacia propicias esas horas de la


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madrugada para sentirse “bajo las sombras de las alas” de Dios. Lo que queremos decir es que no son las ocupaciones en sí mismas lo que engendra la felicidad sino la disposición anímica, los intereses y las actitudes que se tiene hacia las cosas.

Podemos permanecer en una paradisíaca isla del Caribe con todos los deseos satisfechos y aún sentirnos desgraciados y, por otra parte, estar sufriendo carencias y adversidades con un espíritu alegre. Dice la leyenda que el hombre feliz no tenía camisa. Ahora, bien, si la felicidad depende de la actitud interior con que desempeñamos las tareas y ocupamos el tiempo, ¿cómo adquirir esa disposición? ¿De qué depende? ¿Por qué hay personas que poseen esa inclinación y otros no? La Biblia afirma que el gozo es un don del Espíritu Santo, una gracia implantada por Dios en la vida de aquellos que le permiten realizar esa operación constructora de la existencia. Seguramente que el don de la felicidad se construye aplicando las tantas cosas que venimos diciendo aquí, pero en definitivo es solo el Arquitecto celestial el único capaz de diseñar el perfil de la felicidad propia. Es nuestro privilegio sintonizar el canal de la felicidad, pero la programación que emiten los colores de la alegría solo proviene del Cielo. ¿Por qué entonces no permitir que las ondas gozosas del Espíritu Santo nos alcancen con la virtud del sano contentamiento de modo que todo lo que hagamos, pensemos o sintamos irradien la fragancia de la

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dicha genuina? Así gozaremos más la alegría de vivir.

4. actitud Positiva

“…Contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: no te desampararé, ni te dejaré”

Hebreos 13:5

Una ex alumna de los años 70 me hizo una confesión sugestiva por facebook. Comentó que, en esa época, le resultó fuertemente traumática su internación en el colegio, convirtiéndose en una adolescente rebelde, conflictuada, hostil a la religión y a toda autoridad. Peleada con la vida y consigo mismo vivió durante muchos años: “hasta que la maternidad transformó mi mundo”, confesó. Esa experiencia la convirtió de una hija revoltosa y descontenta en una madre responsable. Un cambio que transmutó su visión de sí misma y del mundo.

Hay personas que nunca llegan a reformar su concepción del mundo a pesar de padecer infinitas angustias y malestares. Una paciente que estoy atendiendo hace un tiempo, en la última consulta, me dijo: “Quiero que me entienda Dr. Pereyra, lo siguiente que voy a compartir es para que usted pueda entender mejor por qué no he estado bien últimamente. Me pasaron varias cosas que pienso han causado un retroceso. He tenido un incidente con mi hijo y me sentí pésimo. Me


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tiró cosas de valor a la basura. Demoré como cuatro horas en revisar completamente el tarro de basura y encontré fotos, mi timbre profesional oficial y unos libros que eran especiales para mí, que estaban totalmente destrozados. Fue bien doloroso encontrar todo esto. Esa semana fue mi cumpleaños lo cual me trajo muchos recuerdos desagradables. Mi padre vino a mi casa tres veces lo cual me incomodó y afectó bastante.” Continuó su relato con otros episodios que la hicieron sufrir. ¿Cuál es la visión de la vida que tiene esta señora? La de ser víctima pasiva de gente malvada que le hace sufrir. Siente que vive en un mundo hostil y persecutorio, contra el cual parece no poder hacer nada para cambiarlo, sólo sufrirlo pasivamente.

Cuán diferente es el caso de una pequeña y bien perfumada anciana de 92 años, que se presentó en un hogar de ancianos para ser admitida. A las 8 en punto, con su cabello arreglado y el maquillaje perfectamente aplicado, se presentó en el lugar. El esposo, con el cual había compartido 70 años de su vida, había muerto recientemente, lo que motivó la mudanza. Después de varias horas de esperar pacientemente en el recibidor, sonrío dulcemente cuando se le dijo que su cuarto estaba listo. Mientras se desplazaba con su andadera hacia la habitación la recepcionista le dio una descripción detallada del pequeño cuarto que la esperaba. La anciana respondió con entusiasmo:

—Me encanta.

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—Sra. J, no ha visto el cuarto... espere”.

—Eso no importa —respondió—. Si me gusta o no mi cuarto no depende de cómo estén arreglados los muebles, depende de cómo arregle mi mente. Ya decidí que me gusta. Es una decisión que hago cada mañana cuando me levanto. Tengo la elección de pasar el día en la cama repasando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las partes que si funcionan. Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos, me enfocare en el nuevo día y en los recuerdos felices que he almacenado.... solo por esta vez en mi vida.

Tener una actitud positiva, construir un mundo personal feliz cada día para habilitarlo con satisfacción, asumir una postura activa para enfrentar las adversidades, ¿no es acaso una excelente manera de experimentar la alegría de vivir?

5. cóMo endulzar las aMarguras

Hay un sugestivo relato en el Antiguo Testamento de la Biblia, que narra una situación de amargura que logró transformarse en algo dulce, resultando finalmente en algo muy satisfactorio. Es posible extraer de esa historia aplicaciones para tratar las amarguras de la vida cotidiana. Se trata de un episodio de la historia del pueblo de


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Israel que narra vívidamente el libro del Éxodo, en estos términos:

E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Y lle garon a Mara y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara (significa, “amargura”). Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los e gipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Y lle garon a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas. Éxodo 15: 22-27 (VV).

Durante tres días el pueblo de Israel estuvo caminando por el desierto de Shur sin encontrar agua, hasta descubrir un oasis. La gente corrió a su encuentro, ávida del vital elemento. Probablemente se lanzaron al agua para saciarse y refrescarse. Pero sufrieron una cruel decepción, las aguas eran amargas, de gusto repulsivo. El grito de desazón e impotencia dio nombre a ese

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sitio: Mara, amargura. La gente estaba frustrada e indignada. El malestar fue incrementándose hasta alcanzar el clímax. Criticaron duramente a Moisés, su líder, y al mismo Dios. Entonces, Moisés, buscó la ayuda divina. Dios le reveló la fórmula para resolver el problema. Un arbusto del paraje produciría la alquimia de la trasmutación del sabor. Así, el matorral fue lanzado al agua y esta se volvió dulce y todos pudieron saciar sus ansias. El episodio concluye en el oasis de Elim, una suerte de metáfora de la dulzura, ya que ese lugar poseía doce fuentes de aguas frescas y gozaba de la sombra refrigerantes de setenta palmeras, que mitigaban el agobio. Entonces, los espíritus se pacificaron y experimentaron la reconfortante sensación del sosiego. La dulzura coronó la historia. Ahora, pues, ¿qué mensaje enseña este relato?

El mismo informa que fue una “prueba” de Dios con fines sanitarios. Por eso Dios se reveló como “tu sanador”. Si estamos en un contexto medicinal, entonces, ¿cuál fue la enfermedad y cuál el remedio? La enfermedad fue la amargura, la frustración, el desengaño, es decir, las emociones tóxicas que desquician y producen ansiedad y angustia. El remedio fue encontrar el recurso que transformó la amargura en dulzura. Comentando el incidente, dice Elena de White (1975, 191): Dios siempre tiene “deparado algún auxilio” en la prueba. El Señor, “no proporcionó ningún remedio

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nuevo, sino que dirigió la atención del pueblo a lo que tenía a mano”. Cuando hubieron usado ese recurso disponible —el arbusto— lograron superar la crisis. Agrega la autora cristiana, si ante la dificultad recurrimos a Dios, recibiremos la ayuda necesaria, consistente en que: “Nuestros ojos se abrirán para discernir las promesas de curación consignadas en su Palabra. El Espíritu Santo nos enseñará cómo aprovechar cada bendición como antídoto contra el pesar. Encontraremos alguna rama con que purificar las bebidas amargas puestas ante nuestros labios” (Ídem, 191-192).

En esencia, el remedio para superar las pesadumbres es descubrir una nueva percepción de los hechos, encontrar las alternativas de solución. En Psicología se denomina “resignificación”. Es la capacidad para descubrir nuevas fórmulas o interpretaciones para resolver los problemas, es decir, poder mirar los hechos para encontrar los recursos dulcificadores que devuelvan la esperanza. Por ejemplo, lo que se considera un mal, puede verse como un desafío para desarrollar el ingenio o aplicar la fe en la ayuda divina que permita superar la desdicha. Siempre puede encontrarse recursos humanos o trascendentes para alejar la amargura del camino y alcanzar el ánimo satisfecho y feliz, que proporciona la alegría de vivir.

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Capítulo 7

Para ProMovEr la alEGría dE vivir - 2

6. el Pecado de no ser Feliz

Se le atribuye a Jorge Luis Borges la siguiente poesía, titulada, ¡Ar repentimiento!

He cometido el peor de los pecados / que un hombre puede cometer.

No he sido feliz.

que los glacieres del olvido / me ar rastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego / ar riesgado y hermoso de la vida / para la tier ra,


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el agua, el aire, el fuego. / Los defraudé. No fui feliz.

Cumplida no fue su joven voluntad. / Mi mente se aplicó a las simétricas porfías / del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente. / No me abandona. Siempre está a mi lado / la sombra de haber sido un desdichado.

Diariamente contemplamos los rostros de hombres y mujeres que aparecen ensombrecidos por las desdichas. Caras crispadas y hostiles, arrugadas por la tristeza y el sufrimiento; almas surcadas por el desaliento y el infortunio, que hablan de amarguras y de gravosas pruebas que añaden a su desgracia. ¡Cuántos han perdido la capacidad de sonreír y la alegría celebratoria de la vida! “Yo soy candidata al premio limón”, me dijo una paciente con agria ironía. ¡Qué grandioso sería sustituir los humores ácidos de la amargura por las dulzuras de la sonrisa! Además de alegrar la vida, la risa es un tranquilizante e hipnótico natural sin efectos secundarios.

Por otro lado, hay millones que recurren a la felicidad química que proporciona esa fórmulas de alquimia moderna que son los psicofármacos. Otros encuentran un oasis paradisíaco de éxtasis en las drogas alucinógenas y estimulantes. Los más se aturden con la música, el trabajo, orgías, alcohol

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y tantas otras formas de narcotizar la angustia nuestra de cada día. La auténtica felicidad es una expresión de vitalidad profunda, de buena salud del cuerpo y el alma, es muy diferente de esas risas superficiales y huecas, de las algazaras bulliciosas y las excitaciones químicas. Son diferentes maneras de fracasar en alcanzar la felicidad.

Ahora, bien, si es un pecado no ser feliz, entonces, es una virtud serlo. Así, pues, ¿cómo se adquiere esa apreciada virtud? ¿Cuál es el secreto que desarrolla la dicha de una disposición contenta, satisfecha y alegre? Como hemos estado viendo hay una multiplicidad de vías y medios para ser feliz. En la Internet hay decenas de páginas y videos en youtube con diferentes “clave” para ser feliz. Aquí, en forma breve, diremos que la felicidad es un producto, efecto o consecuencia de una vida sana, útil, rica y creativa. Emana espontáneamente de eso que llamamos “calidad de vida”, de igual modo como la fragancia se desprende de la f lor y la belleza de la estatua. Por lo tanto, si la felicidad no está en un instante exaltado de estremecimiento placentero, sino en los resultados de una vida armoniosa y abundante, la dicha se construye conjuntamente con la historia personal, está arraigada en la estructura biográfica del ser. Eso significa que cada día podemos construir la alegría de vivir.


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7. no Postergue su vida

“De tanto cor rer por la vida sin freno / Me olvidé que la vida se vive un momento

De tanto querer ser en todo el primero / Me olvidé de vivir los detalles pequeños”

Julio Iglesias

Se me ocurrió la pregunta del título al ref lexionar en el caso de Raúl (42 años, médico). Realmente me impresionó el drama de su vida. La historia comenzó casi 20 años atrás cuando, después de una infancia carenciada y una carrera hecha con mucho esfuerzo, logró recibirse y se casó con una hermosa joven. Lleno de energías y fervor, teniendo a su lado a la mujer de sus sueños y ante un porvenir de brillantes perspectivas económicas, Raúl pensó en las alternativas futuras y decidió su destino. Le propuso el plan a su f lamante esposa: “vamos a dedicarnos algunos años a progresar económicamente y luego disfrutaremos de la vida”. Hombre inteligente y dotado de una notable capacidad de trabajo, Raúl se dedicó por entero a hacer dinero. Trabajó día y noche. Hizo todos los sacrificios posibles. Me explicaba, con su lenguaje f lorido y expresivo, que no tomaba tiempo ni para ir al baño. Se olvidó de su esposa y de los dos hijos que llegaron al hogar, pero alcanzó sus objetivos materiales. El dinero fue ingresando abundantemente. Todas las necesidades fueron

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satisfechas con holgura. Compraron una casa suntuosa que llenaron de confort. Adquirieron otras propiedades valiosas. Sin embargo, Raúl persistía en su avidez materialista a pesar de los reclamos de atención de su esposa. En un principio había calculado el esfuerzo intenso en 7 u 8 años, pero todavía se sentía con fuerzas para continuar algún tiempo más. Llegaron los 10, 12, 15, finalmente a los 17 años, la esposa se cansó. Teniéndolo todo pero faltándole lo más importante, el amor, no pudo resistir la tentación de otro cariño. Una noche que Raúl llegó a la casa antes de lo anunciado descubrió la ausencia de su cónyuge. Cuando ésta regresó se lo confesó todo. Tenía un amante. El matrimonio sucumbió violentamente. Se produjo el divorcio. Al realizarse la separación de bienes, Raúl tuvo que comprarle a su ex-mujer una casa de U$S 150.000.-, amueblarla y darle cierta suma importante de dinero. Actualmente, todos esos bienes, que tanto sacrificio le costó a Raúl, lo está disfrutando otro hombre que nada hizo para conseguirlos, excepto dar amor.

“Me olvidé de vivir”, cantaba años atrás la voz melodiosa de Julio Iglesias, con un dejo nostálgico, dando testimonio de una realidad tantas veces repetida. La letra de esa canción es muy expresiva.

De tanto jugar con los sentimientos / Viviendo de aplausos envueltos en sueños / De


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tanto g ritar mis canciones al viento / Ya no soy como ayer, ya no sé lo que siento

Me olvidé de vivir / Me olvidé de vivir / Me olvidé de vivir / Me olvidé de vivir

De tanto ocultar la verdad con mentiras / Me engañé sin saber que era yo quien perdía / De tanto esperar, yo que nunca ofrecía / Hoy me toca llorar, yo que siempre reía

Me olvidé de vivir / Me olvidé de vivir / Me olvidé de vivir / Me olvidé de vivir

¡Cuánta gente comete el pecado imperdonable de postergar la vida tras ilusiones que jamás se concretarán! ¡Cuántos hombres o mujeres sacrifican su matrimonio, sus hijos o su familia en aras del bienestar económico! Le sucede lo de aquel hombre de la parábola del evangelio que habiendo ganado una fortuna y no encontrando mejor idea que reinvertirla toda para que le produjera mayores intereses. Mientras se felicitaba a sí mismo por su idea mezquina, fue sorprendido por la muerte. Sospecho que esto no pasó una sola vez sino muchas. Y si la muerte no hubiese llegado esa noche, igualmente lo habría encontrado en medio de su avaricia.

Como le ocurrió a Raúl, quienes razonan bajo la fascinación de las riquezas, tarde o temprano se convierten en adictos al dinero. Es un tipo de dependencia de muy difícil curación, que igual como ocurre con otras drogas suele asociarse a

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otras formas de esclavitud. Raúl, por ejemplo, se convirtió en adicto al trabajo. Otros pueden serlo a los lujos, al afán consumista, la ruleta u otros juegos de azar. La declaración bíblica increpa estas conductas con dureza, “Necio, esta noche vas a morir, y lo que tienen guardado, ¿para quién será?” (Lucas 12:20 DHH).

Otra solemne y sabia ref lexión interroga, “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y pierde su alma?” (Marcos 8:36). Por todas estas razones, no postergue el disfrute, procure cada día gozar de la alegría de vivir.

8. cerrando etaPas

Una paciente que estoy tratando me comentó que pasó en su auto por cierto lugar, donde años atrás se había celebrado su matrimonio y no pudo evitar que los recuerdos la invadieran y recordara aquel momento de felicidad allí vivido. Se sintió trasportada a ese día dichoso cuando había encontrado el amor, que en ese momento se convirtió en ausencia entrañable, para dejarla dividida en sentimientos antagónicos, “una mitad de amor perdido y otra de rencor encontrado” (Benedetti), ya que la nostalgia le hizo sentir mucho enojo contra la mujer que le quitó su marido. Hace más de un año que no puede terminar de aceptar la extinción del matrimonio, elaborar la pérdida


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y conseguir que las heridas del alma puedan finalmente cicatrizar. No ha logrado cerrar esa etapa, padeciendo una depresión que tampoco cesa, extendiendo sin fin las angustias y tristezas.

No se puede vivir añorando el pasado, preguntando por qué sucedió, que debería haber hecho para que no sucediera. Es necesario aceptar la realidad, desprenderse del pasado, mirar al futuro “olvidando lo que quedó atrás” —aconseja el apóstol Pablo (Filipenses 3:13)—, y proseguir a la meta. No es posible ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni vivir soñando con aquellos que se han ido o abandonado.

Paulo Coehlo ha escrito un artículo titulado “Cerrar etapas”. Dijo: “Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó? Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los porqués, en reproducir el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, todos y todas estamos abocados a ir cerrando

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capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.”

Se hace necesario, pues, invertir el signo de la nostalgia, que el pasado se convierta en historia maestra de la vida o en presente bienhechor. En uno de mis libros propuse dos maneras de cerrar con el pasado, según éste haya sido bueno o malo. El pasado dorado, dichoso o venturoso debe convertirse en gratitud. Esta virtud mira el pasado como regalo, reconociendo a quienes nos han beneficiado, especialmente agradeciendo a Dios, de quien proviene todo lo bueno recibido. El agradecido ve la parte positiva y luminosa de la vida y experimenta el deseo de retribuir tantos obsequios. Sintoniza el tiempo de la alabanza, con espíritu festivo. Por eso el Salmo 103 exhorta: “no olvides ninguno de sus beneficios”, presentando una larga lista por la cual deberíamos estar agradecidos a Dios.

La otra vía para cerrar el pasado infausto, nefasto o adverso —como el caso de mi paciente—, es el camino del perdón. Consiste en transformar el pasado enojoso en experiencia gratificante y pacífica. El perdón es un don que necesitamos conceder a los demás y también a nosotros mismos para dejar de castigarnos y recuperar la paz del alma. El perdón es el remedio para la enfermedad del rencor, es lo que pone palabras al silencio que envuelve las espesuras pantanosas del alma, lo que ilumina el lado oscuro del corazón, quien nos libera


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de las ataduras dolorosas del pasado. Seguramente es Dios, símbolo por antonomasia del perdón, el único que puede producir el milagro de ablandar un corazón endurecido por el rencor. La medicina del perdón, a diferencia de otras que a veces la farmacia no tiene a disposición, está a la mano de la voluntad y la decisión.

Gratitud y perdón son dos puertas para cerrar el pasado e inaugurar un futuro promisorio y satisfactorio, diríamos para gozar la alegría de vivir.

9. exPeriencias cuMbres

El filósofo Karl Jaspers denominó “situaciones límites” a esos momentos estremecedores, de crisis aguda, cuando nos enfrentamos al fracaso, la culpa, la muerte y otras circunstancias extremas angustiosas. Se trata de los abismos de la existencia, los picos más bajos de nuestro transitar vital. En contraste con esas circunstancias, el psicólogo norteamericano Abraham Maslow se refirió a las “experiencias cumbres”, las que estarían en las antípodas de las “situaciones límites”. Se refiere a los momentos de plenitud, creatividad o de mayor realización humana. No son los picos de “abajo”, sino los de “arriba”. No son los momentos de desesperación, “cuando se toca fondo”, sino cuando se alcanza la gloria y el éxtasis, es decir,

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“cuando se toca el techo” de la existencia. Para Maslow esas experiencias son las que expresan los niveles más altos de la madurez, el desarrollo y la salud que puede alcanzar un ser humano.

Con el propósito de investigar ese fenómeno, Maslow, estudió el testimonio de 270 personas, a quienes les preguntó acerca de las “experiencias más maravillosas” o los momentos de mayor “felicidad”, “de éxtasis” o “de rapto” que habían vivido. Descubrió que esas vivencias se caracterizaban por ser intensas y gozosas, por asombrar, absorber y fascinar. Son momentos cuando se alcanza “el conocimiento del Ser”, una percepción globalizante y unitario de la realidad, que se diferencia del conocimiento ordinario, que es selectivo, parcial, esquemático y relativo, es decir, deficiente. La descripción de las personas examinadas coincidía en reconocer que, si bien esas experiencias exaltadas habían resultado duras y aún demoledoras, eran dignas de cualquier esfuerzo y que ellas solas justificaban el hecho de haber nacido. Las veían como algo tan grandioso —alguien dijo, “son demasiado maravillosas para mi”—, llenas de júbilo y alegría que opacaban cualquier otra experiencia anterior. Era algo inefable que ningún lenguaje podía describir con exactitud. Esos estallidos, según los testimonios, tienen la capacidad de elevar la existencia y promover una actitud de admiración, reverencia, humildad y rendimiento. Además,


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agregó Maslow, esas experiencias-cumbres poseen efectos terapéuticos notables, por ejemplo, “hacen desaparecer los síntomas neuróticos de una manera definitiva”. Pueden “cambiar el concepto que de sí mismo tiene la persona”, mejoran las relaciones con los demás y aún “facilitan una mayor creatividad, espontaneidad, expresividad e idiosincrasia”.

Por lo general, las personas investigadas se refirieron a esas experiencias asociadas a encuentros con Dios, a episodios de conversión religiosa, cuando la persona despertaba a la realidad de lo trascendente y adquirían una nueva visión y sentido de la vida. Es como si los horizontes de la existencia se ampliaran y profundizaran. La conciencia es impresionada por la voluntad de Dios, captándose propósitos y metas que antes no existían. Especialmente se adquiría un sentido de plenitud que llena el vacío de la vida, coloreando todas las tareas y estados con una atmósfera nueva, fresca y brillante.

La conciencia secular se olvida de Dios o más bien, es indiferente a Él. Siente que puede prescindir de su ayuda y protección, se las arregla sola. En cambio quien ingresa al mundo de la fe “entra en el santuario de la vida”, decía Paul Tillich. En la precipitación febril de la vida moderna, se vive sin levantar los ojos al cielo, se trata a Dios con disimulo, quedando expuesto al estrés, a la angustia, la culpa y las enfermedades;

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quien encuentra a Dios experimenta la gracia del perdón, vive sin remordimientos y duerme bajo el amparo apaciguador del Omnipotente. Puede desarrollar una calidad de vida más profunda, rica y superior. Por eso al acceder a la dimensión sagrada se alcanza una “experiencia cumbre” y se adquiere la vivencia refrigerante y novedosa de la alegría de vivir.

10. el Hábito de ser alegre

En cierta ocasión estuve asistiendo a un pastor religioso que tenía algunos problemas de relaciones y esporádicamente experimentaba picos depresivos, que lo abatían profundamente. Avanzamos muy bien con las dificultades interrelacionales, a diferencia del problema anímico que persistía sin encontrar vías de superación claras. Me di cuenta que este hombre tenía una suerte de filosofía pesimista de la existencia que alimentaba sus episodios depresivos. Era una persona seria, sonreía muy poco, tenía el rostro acartonado, con cierto dejo de amargura. Le pregunté si acaso creía que la esencia del mensaje cristiano era de alegría, algo para sentirse sumamente dichoso. Me dijo que no pensaba de esa manera. “En este mundo domina el mal, como podemos constatarlo observando la realidad o escuchando los informativos. Existe mucho sufrimiento y dolor, niños que mueren de hambre, gente sin trabajo,


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tantas personas af ligidas por enfermedades, o por la muerte de seres queridos u otras pérdidas. La realidad es tan lamentable que no veo motivos para sentirse alegre. Al contrario, hasta me parece un pecado estar contentos cuando hay tanta gente sufriendo.”

Le contesté que, a mi criterio, no había entendido bien el mensaje de Cristo, que habla de la felicidad. En toda la Biblia se insiste en ser alegres, como lo reclama reiteradamente el texto de Filipenses 4:4. “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!” Entonces, concluí con una exhortación, que dije con cierta solemnidad: “Pastor, debería estudiar más la Biblia para conocer la enseñanza de “la alegría en el Señor”. Le voy a dar una tarea para la próxima consulta. Busque en su Biblia todos los textos que tratan de la alegría, el gozo, el júbilo y la felicidad para explicarme su significado. Nos vemos la semana próxima.”

Me parece que por respeto no me contestó, pero hizo lo que le pedí. En la siguiente sesión tenía una opinión diferente acerca de como debe sentirse el cristiano. Reconoció que debía cultivar una disposición anímica dichosa. Me comentó que se había sorprendido con algunos textos. Entre ellos me leyó un pensamiento que no recordaba haber leído, siendo para mí una grata revelación. Es el pasaje que está en la lista de las maldiciones que recaería sobre el pueblo de Israel si desobedecían

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a Dios o no seguían sus enseñanzas. Reza así: “Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviara Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte” (Deuteronomio 28:47-48).

Creo que mi paciente se vio ref lejado en ese texto. Un servicio a Dios sin alegría significa caer bajo el poder de los enemigos, sufrir carencias, necesidades, penurias por “falta de todas las cosas” y especialmente soportar el “yugo de hierro sobre el cuello”. Creo que entendió que su estado amargado y apesadumbrado era un yugo que padecía por no haber descubierto el componente gozoso de la adoración.

Si es una maldición una religión sin alegría, es una bendición cuando se adora a Dios con “gozo de corazón”. Mi paciente lo entendió muy bien. Contestó con una sabia ref lexión: “Tengo que formar el hábito de ser alegre –me dijo–. Es una decisión que tengo que tomar, una acción de la voluntad, como poner el cambio en el coche para que ande. No puede avanzar sin tener un espíritu feliz”. Estas palabras las expresó dibujando una sonrisa en el rostro. Encontré en esa gesto una expresión cálida y contagiosa, algo suave que ablandaba sus facciones, como si su rostro se

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hubiera iluminado por la vivencia bienechora de la alegría de vivir.

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anExo

claves Para corregir la escala de Felicidad subjetiva (eFs)

Luego de marcar una cruz en cada uno de los cuatro casilleros de los respectivos ítemes, proceda de la siguiente manera:

1. A la derecha de cada una de las 4 preguntas, coloque el número de la respuesta dada, esto es un número entre 1 y 7, que indica el grado de felicidad elegido.

2. Luego de determinado el puntaje de cada uno de las 4 preguntas, sume y extraiga el total.

3. Luego divida la suma entre 4 para obtener el promedio de la prueba

4. Observe la Tabla de Interpretación que aparece a continuación para hacer el diagnóstico respectivo

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Tabla de interpretación

Muy poco feliz Poco feliz Promedio normal de felicidad FelizMuy feliz

Puntaje comprendido

entre los siguientes

promedios

1,00 y 3,53,6 y 4,54,6 y 5,75

5,76 y 6,756,76 y 7,00

clavES Para corrEGir la EScala dE afEctividad PoSitiva y nEGativa (PanaS)

Se trata de una prueba que evalúa 10 términos que se refieren a emociones positivas y otros 10 que corresponde a emociones negativas. Se proceda de la siguiente manera:

En primer lugar hay que diferenciar las 10 palabras de emociones positivas de las 10 negativas. Las 10 positivas son los Nos. 1,3,5,9,10,12,14,16,17 y 19. Las 10 negativas son: 2,4,6,7,8,11,13,15,18 y 20.

Deben evaluarse en forma separadas los 10 términos positivos de los 10 negativos, adjudicando en ambos casos a la columna “muy poco o nada” l punto; “un poco”, 2 puntos; “medianamente”, 3 puntos; “bastante”, 4 puntos y “máximo”, 5 puntos. El puntaje de los términos positivos se ubican en la sección de Total, que tiene una P y los términos negativos debajo de N

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1. Sume el total de P y N y luego verifique en la “Tabla de Interpretación” a que categoría le corresponde. El puntaje de P hay que calcularlo en la sección de Emociones Positivas y el de N en Emociones Negativas.

Tabla de interpretaciónEmociones

positivas (p)Emociones negativas

(n)

10 a 22 puntos Muy bajo

10 puntos Muy bajo

23 a 27 puntos Bajo

11 y 12 puntos Bawjo

28 a 38 puntos Medio o normal

13 a 21 puntos Medio o normal

39 a 42 puntos Alto

22 a 30 puntos Alto

43 a 50 puntos Muy alto

31 a 50 puntos Muy alto

Para mejorar la evaluación del PANES puede

ser de utilidad aplicar el cuadro que aparece en el texto en la página 33. Los términos que definen tantos las emociones positivas como negativas no presentan el mismo grado de valor o intensidad. El cuadro indica cuales son los términos que corresponde a alto afecto, medio o bajo, tanto negativo como positivo. También se puede apreciar las relaciones entre las emociones positivas y negativas en el círculo.

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Otras obras de Mario Pereyra en Fortaleza ediciones

• Biografía bíblicas.

• Construyendo familias felices.

• Reconciliación.

• Terapia de la esperanza.

• El valor terapeútico del perdón.

• Psicología de los personajes bíblicos.

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