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En los estudios de Geografía Histórica es imprescindible el uso de fuentes docu- mentales como instrumento metodológico. En el marco de la Biogeografía, el análisis de la dimensión temporal del paisaje vege- tal (Fidalgo, 1987, 1996 y Sancho, 2003) requiere el manejo de diferentes documen- tos que permitan la reconstrucción de la vegetación en el pasado e inferir, mediante el análisis comparativo con la situación actual, la evolución experimentada. Las fuentes documentales susceptibles de suministrar información sobre el poblamien- to vegetal son numerosas y variadas. Entre ellas cabe mencionar los Catastros, docu- mentos generalmente utilizados para estu- dios ligados a aspectos fiscales, económicos, agronómicos, de evolución de la propiedad, etc. Hasta ahora su uso en la investigación biogeográfica ha sido escaso, limitándose, en el mejor de los casos, al Catastro de Ensena- da realizado entre 1750 y 1757 en los territo- rios de la Corona de Castilla. En este trabajo se lleva a cabo un estu- dio de la evolución experimentada por la vegetación en el entorno de la comarca madrileña del Alberche durante el siglo XX. Para ello nos hemos basado en la informa- ción suministrada por el Catastro como fuente documental que permite, tras un reconocimiento de la vegetación actual y mediante un exhaustivo trabajo de campo, interpretar la evolución experimentada por las distintas comunidades vegetales en la zona en los últimos años. Es importante tener presente que en el momento actual el paisaje ha pasado a ser un “activo” en una sociedad que valora el medio natural, desde una óptica proteccio- nista, tendente a la conservación, si bien no exenta de manipulación y adaptación de los recursos medio ambientales y en espe- cial el vegetal con fines recreativos, econó- micos, etcétera. Actualmente el abandono de las prácticas agrícolas, ligado al cambio en el uso del suelo, ha supuesto, en muchos casos, la recuperación de la vegeta- ción. Hoy no es posible interpretar los cam- bios que se producen en la cubierta vegetal y, consecuentemente en el paisaje, sin tener en cuenta las interferencias generadas por las actividades humanas y los aspectos cul- turales que subyacen a las mismas. Al tiem- po hay que considerar que esas dinámicas 55 Evolución del paisaje vegetal en el siglo XX a partir del Catastro de la Propiedad Rústica (Comarca del Alberche, Madrid) Inés Sancho García Concepción Fidalgo Hijano Departamento de Geografía Universidad Autónoma de Madrid Octubre 2004

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En los estudios de Geografía Históricaes imprescindible el uso de fuentes docu-mentales como instrumento metodológico.En el marco de la Biogeografía, el análisisde la dimensión temporal del paisaje vege-tal (Fidalgo, 1987, 1996 y Sancho, 2003)requiere el manejo de diferentes documen-tos que permitan la reconstrucción de lavegetación en el pasado e inferir, medianteel análisis comparativo con la situaciónactual, la evolución experimentada.

Las fuentes documentales susceptibles desuministrar información sobre el poblamien-to vegetal son numerosas y variadas. Entreellas cabe mencionar los Catastros, docu-mentos generalmente utilizados para estu-dios ligados a aspectos fiscales, económicos,agronómicos, de evolución de la propiedad,etc. Hasta ahora su uso en la investigaciónbiogeográfica ha sido escaso, limitándose, enel mejor de los casos, al Catastro de Ensena-da realizado entre 1750 y 1757 en los territo-rios de la Corona de Castilla.

En este trabajo se lleva a cabo un estu-dio de la evolución experimentada por lavegetación en el entorno de la comarcamadrileña del Alberche durante el siglo XX.

Para ello nos hemos basado en la informa-ción suministrada por el Catastro comofuente documental que permite, tras unreconocimiento de la vegetación actual ymediante un exhaustivo trabajo de campo,interpretar la evolución experimentada porlas distintas comunidades vegetales en lazona en los últimos años.

Es importante tener presente que en elmomento actual el paisaje ha pasado a serun “activo” en una sociedad que valora elmedio natural, desde una óptica proteccio-nista, tendente a la conservación, si bien noexenta de manipulación y adaptación delos recursos medio ambientales y en espe-cial el vegetal con fines recreativos, econó-micos, etcétera. Actualmente el abandonode las prácticas agrícolas, ligado al cambioen el uso del suelo, ha supuesto, enmuchos casos, la recuperación de la vegeta-ción. Hoy no es posible interpretar los cam-bios que se producen en la cubierta vegetaly, consecuentemente en el paisaje, sin teneren cuenta las interferencias generadas porlas actividades humanas y los aspectos cul-turales que subyacen a las mismas. Al tiem-po hay que considerar que esas dinámicas

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Evolución del paisaje vegetalen el siglo XX a partir del Catastrode la Propiedad Rústica(Comarca del Alberche, Madrid)

Inés Sancho GarcíaConcepción Fidalgo Hijano

Departamento de GeografíaUniversidad Autónoma de Madrid

Octubre 2004

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guardan relación con los factores ecológi-cos, variables a lo largo del tiempo, y conlas dinámicas naturales propias de lascomunidades vegetales.

El siglo XX es un periodo histórico en elque los cambios experimentados por elmedio natural han sido extraordinariamen-te rápidos y se han superpuesto, lógica-mente, a las modificaciones acaecidas enetapas anteriores. Dada la proximidad tem-poral y los intereses de toda índole quesubyacen detrás de las actuaciones que elhombre ha generado en el territorio, lainformación documental se erige en ele-mento incontestable que corrobora o reba-te hipótesis de dinámica vegetal. En lareconstrucción de la vegetación de esteperiodo el actual Catastro ofrece un con-junto de datos imprescindibles.

Caracterización de la fuente:el catastro del siglo XX

A principios del siglo XX se extiende atoda España el catastro, iniciado de modoexperimental en Granada (Reforma fiscalde Villaverde de 1900). El 23 de marzo de1906 se redacta la Ley de Catastro Parcela-rio de España, sancionada por Alfonso XIII,en el que se establece que su objeto es “ladeterminación y representación de la pro-piedad territorial en sus diversos aspectoscon el fin de lograr que sirva eficazmentepara todas las aplicaciones económicas,sociales y políticas, con especialidad para elequitativo reparto del impuesto territorial”(F. Sánchez-Casas, 1989).

Desde 1980 las competencias las tienela Dirección General de Catastro, integradaen la Secretaria del Estado de Hacienda delMinisterio de Economía y Hacienda, cuyasfunciones son la elaboración, manteni-miento, gestión y revisión del Catastro, quedesde el punto de vista tributario se estruc-tura en Catastro de Propiedad Rústica y dePropiedad Urbana.

Información suministradapor el catastro. Su validez parala investigación biogeográfica

El uso de la información proporcionadapor los catastros para la determinación de lasmasas vegetales existentes ha sido objeto detrabajos de investigación referidos a la docu-mentación del siglo XVIII contenida en elCatastro del Marques de la Ensenada. Estafuente documental constituye una obligadareferencia para el establecimiento del paisajevegetal del siglo de la luces, fuente no exen-ta de numerosas dificultades a la hora de suutilización para delimitar la superficie y laubicación de las diferentes masas vegetales,entre otras razones por las inherentes a latransformación de las antiguas medidas cas-tellanas al Sistema Métrico Decimal.

En el siglo XX el estudio de la vegetaciónrequiere los datos suministrados por elCatastro de Propiedad Rústica elaborado porel Ministerio de Hacienda. En él se atiende ala enumeración y descripción literal y gráficade las propiedades rústicas de todo tipo:forestales, mineras, salinas, edificios, solares,etc.; con indicación de la superficie, la situa-ción, los linderos, los cultivos o aprovecha-mientos, las calidades, etc. La información seorganiza por municipios, divididos en polí-gonos y éstos en parcelas y subparcelas.

Junto a las características físicas, econó-micas y jurídico-fiscales, se añade la cartogra-fía de cada término municipal, utilizandocomo base los mapas del Instituto GeográficoNacional a escala 1:25.000, sobre los que serepresentan polígonos catastrales subdividi-dos a su vez en parcelas y subparcelas, repre-sentadas éstas en mapas a escala 1:4.000.

De cada uno de estos ámbitos, ademásde la ubicación que queda reflejada en lacartografía, se recoge información sobredistintos aspectos: datos del propietario,límites de las parcelas, presencia o ausenciade agua, superficie de la parcela y de cadasubparcela con el uso de la tierra, etcétera.

El objetivo principal es la calificación delos distintos cultivos y aprovechamientos, así

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como la identificación de edificios y solares. Sufinalidad última es económica y fiscal, no es,por tanto, la determinación de la vegetaciónnatural presente en ese momento en un térmi-no municipal, sino el tipo de categorías pro-ductivas; por ello, tan sólo de manera indirec-ta, se puede obtener la información requeridapara la reconstrucción del poblamiento vegetalen el periodo de realización del catastro.

La existencia de catastros elaborados enfechas diferentes, el primero entre 1942 y 1946,el segundo en 1969 y el tercero en el 2000, queestá siendo constantemente actualizado, posi-bilita el estudio de la evolución experimentadapor las distintas masas vegetales mediante unanálisis comparativo de la información catas-tral. En dicha comparación se ha de tener encuenta que el de 1969 es tan sólo una actuali-zación en el formato de los datos de los añoscuarenta y no tanto en el contenido de los mis-

mos; ello motiva que únicamente deba ser con-siderado para momentos y casos concretos, querequieran un análisis más detenido.

El de 1942 – 1946 (fig. 1) cuenta con elproblema de haber sido realizado de formamanual por técnicos distintos, sin que exis-tiese una coordinación entre ellos, por loque en la información recabada en los dife-rentes municipios se han utilizado distintasdenominaciones para hacer referencia a unmismo tipo de comunidad vegetal. Por elloen este trabajo ha sido necesario proceder auna unificación de las distintas denomina-ciones para realizar las comparacionesnecesarias de los distintos catastros.

El catastro actual está informatizado (fig.2), lo que permite que las modificaciones deuso de suelo sean prácticamente a tiempo real.Por otra parte, al ser una única base de datospara todos los municipios no existe el proble-

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Figura 1Catastro de 1942-1946. Aldea del Fresno

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ma del manejo de distintas denominacionesimputable a catastros anteriores. En contra-partida, se han reducido sustancialmente lascategorías o los tipos de usos de suelo.

La utilización de fuentes documentales,como es este caso, en el que la informaciónsuministrada es indirecta obliga tanto a untratamiento de la misma para adecuarla alobjetivo de la investigación como, lógica-mente también, a ser extremadamente cautocon las conclusiones que se extraen que, enocasiones, no dejan de ser meras interpreta-ciones del investigador ante unos datos queel técnico ha referido a un objetivo distinto.

El análisis comparativo exige por tantoun trabajo previo de equiparación de deno-minaciones en las calidades establecidas

entre uno y otro catastro, bien sea debido aldesuso de una denominación en el últimode los Catastros o bien a causa de su susti-tución por otra que se ha estimado más per-tinente. De este modo, en el trabajo, algu-nos términos los hemos modificado alconsiderar que de este modo se facilitaba suinterpretación; así, la labor o labrandío conencinas de secano y cereales con encina loshemos unificado en el término dehesas (1);

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(1) Algunos autores reservan el término dehesaspara cuando el suelo se destina a pasto entendiendocomo formación vegetal que el hombre utiliza el suelopara cultivo, generalmente de cereales y en el vuelopermanecen los árboles predominantes de la vegeta-ción natural, en nuestro caso Quercus ilex subsp. ballo-ta en distintos grados de cobertura.

Figura 2Aldea del Fresno. Catastro actual

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los sotos, los hemos asimilado con árboles deribera, o se han unificado los términos deleña y leñas altas con monte alto, y leñasbajas, con matorral o monte bajo.

A ello hemos de añadir que el manejotan sólo de la fuente del Catastro de Rústi-ca lleva a que aquellas parcelas o polígonosque cambian de denominación y pasan aser urbanas simplemente desaparecen dedicho catastro y ha de consultarse tambiénel de Urbana para poder comprobar sucambio de uso y su nueva dedicación.

Por todo lo dicho anteriormente, lainformación suministrada por esta fuenteprecisa estar acompañada de un importan-te trabajo de campo para poder caracterizaralgunas denominaciones imprecisas y cote-jar los datos, ya que hemos constatadocómo algunas parcelas modificaban su usoen el catastro dependiendo de las ventajasfiscales que obtuvieran con ello, sin quehubiese un cambio real del mismo.

El resultado final de la investigación sobrela base de datos catastrales permite tanto unmero análisis descriptivo o cuantitativo comola elaboración de un mapa derivado, nítidoreflejo gráfico de la evolución experimentadapor las formaciones vegetales.

Tratamiento de los datos

La utilización de esta informaciónrequiere, para poder adecuarla a los finesde la investigación biogeográfica, tal ycomo se ha comentado, una cierta aco-modación de los datos suministrados. Elproceso seguido para el estudio de losdos catastros es distinto, ya que en el del2000 y posteriores se parte, como yahemos indicado, de una base informati-zada con los datos de las parcelas y losusos de cada una de ellas, mientras quepara los más antiguos hemos debido pro-ceder a la extracción manual de los datoscontenidos en las fichas que en sumomento se elaboraron. El resultado dela primera fase de la investigación es lageneración de un tipo de informacióncontenida en el mismo soporte y extraí-da de ambos Catastros. Ello nos permiteabordar una fase posterior en la que sehan de unificar los términos empleados,asimilándolos a conceptos biogeográfi-cos y proceder al análisis y cartografía dela información obtenida, a fin de carac-terizar la evolución experimentada.(Cuadro 1)

Cuadro 1Desarrollo de la segunda fase de la investigación

Descripción Unificación de las categorías establecidas en cada Catastro y equiparacióncon conceptos de índole biogeográfica

Análisis de la cartografía de cada polígono en los municipios a estudiar;si el estudio es de mayor detalle, debemos analizar también la cartografíade las parcelas o subparcelas

Definición de los tipos de vegetación presentes en las distintas unidades objetode estudio (polígonos, parcelas o subparcelas)

Análisis Comparación de los datos a nivel de las unidades objeto de estudio (polígonos,comparativo parcelas o subparcelas)

Análisis de los datos obtenidos a nivel municipal

Plasmación cartográfica, a escala municipal, de la evolución experimentada por lavegetación

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Una vez realizados todos estos pasos, lainformación sobre las modificaciones quese han generado a lo largo del periodo deestudio en las distintas parcelas es fácil-mente detectable y cartografiable.

Para nuestro estudio hemos utilizadolos mapas de los polígonos a escala1:25.000, añadiendo la información de lasparcelas y subparcelas cartografiables a estaescala (muchas de ellas son de dimensionesinferiores a media hectárea y no se puedenrepresentar en la escala mencionada).

Aplicación a un ámbitoterritorial

La zona de aplicación que hemosseleccionado se localiza en el área madri-leña de la Cuenca del Tajo y dentro de ellase circunscribe a la subcuenca del ríoAlberche (2). Situada al SW de la Comu-nidad Autónoma de Madrid, en las estri-baciones de las Sierras de Guadarrama yGredos, limita al norte con la provincia deÁvila y al sur con la de Toledo.

Localización y caracterización

Abarca una extensión de 409 km2 ysus cotas están comprendidas entre los1.770 m, del Alto del Mirlo en el munici-pio Las Rozas de Puerto Real, y los 434 mdel Alamín en Villa del Prado. Conformauna unidad geográfica articulada entorno al río Alberche, que la recorre denorte a sur en su parte central, descri-biendo en este recorrido un meandro de180º que le hacen abandonar la zona condirección este-oeste. Está integrada por

una serie de municipios con entidad jurí-dica propia que forman parte de la cuen-ca del propio río (fig. 3). Esta comarcadel Alberche (según la denominaciónestablecida por la Comunidad deMadrid) se caracteriza por la compleji-dad y variedad de paisajes. Desde elpunto de vista del medio natural, la zonapresenta una clara gradación en suscaracterísticas en un doble sentido norte-sur y este-oeste.

El sector occidental, integrado por losmunicipios de Cadalso de los Vidrios,Cenicientos y Rozas de Puerto Real, consti-tuye el área climatológicamente más lluvio-sa y fresca, evolucionando hacia el este acondiciones de mayor termicidad y sequía.Se caracteriza por su accidentada topogra-fía, lo que ha dificultado la acción antrópi-ca. Es la zona de mayor variedad biótica,con comunidades de castañares (Castaneasativa) en Las Rozas de Puerto Real (3),robledales (Quercus pyrenaica), pinares(Pinus pinaster) y algunas masas de encina(Quercus ilex sp. ballota) en Cenicientos. Ladedicación al cultivo es inferior al resto dela comarca, aunque casi abarca la mitad delterritorio, junto a ella destaca la extensiónocupada por el pinar.

El norte y noroeste se define como unárea de transición, constituida por losmunicipios de San Martín de Valdeigle-sias, Pelayos de la Presa y Navas del Rey.En ellos también convive la dedicación alas prácticas de cultivo con las masas depinares. Es de destacar el caso de Pelayos

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(2) Esta zona ha sido objeto de la Tesis Doctoralde Inés Sancho García, leída en la Universidad Autó-noma de Madrid, en el 2003 con el título “Estudio delpaisaje en la cuenca del río Alberche a su paso por laComunidad de Madrid. Fitoclimatología y dinámicavegetal”, dirigida por Concepción Fidalgo.

(3) El castaño, planta indicadora de la provin-cia biogeográfica Carpetano-Ibérico-Leonesa, seencuentra presente en tres localidades del SWmadrileño formando comunidades vegetales más omenos importantes. En la zona de estudio se loca-liza históricamente en los municipios de Cadalsode los Vidrios y Las Rozas de Puerto Real siendoespecialmente importantes las comunidades deeste último municipio. Entendemos que se trata deuna especie propiciada por el hombre y ecológica-mente se encuentra en un área propicia para sudesarrollo.

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de la Presa, cuyo territorio tiene un usoeminentemente urbano. Desde el puntode vista biogeográfico, cabe resaltar lagradación que se percibe entre las masasde pinares de la parte septentrional, que

se van mezclando paulatinamente conencinares hacia el sur; así mismo hay quereseñar la presencia en este sector nortede especies vegetales como el madroño(Arbutus unedo) o la pistacia (Pistaciaterebinthus) entre otras, indicadoras de unambiente relativamente más húmedo res-pecto al territorio analizado y hoy reduci-das a ejemplares aislados en puntos muyconcretos.

Figura 3Localización del área de estudio (4)

Altitud Superficieen km2

1. Navalcarnero 671 101,002. Villamantilla 561 23,683. Chapinería 680 25,394. Navas del Rey 709 50,805. Pelayos de la Presa 570 7,676. San Martín de Valdeiglesias 681 114,997. Cadalso de los Vídrios 802 47,118. Rozas de Puerto Real 886 33,009. Cenicientos 775 67,05

10. Villa del Prado 510 77,9011. Aldea del Fresno 476 51,0712. Villamanta 561 63,57

(4) Todas la imágenes y figuras que aparecen enel artículo son de elaboración propia a partir de losdatos facilitados por el Catastro de Propiedad Rústicade diferentes fechas.

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Finalmente, la zona oriental, en lamargen izquierda de los ríos Perales yAlberche, la más calurosa y seca, se carac-teriza por haber sufrido una fuerte inter-vención humana como muestran las gran-des extensiones de territorio dedicados acultivos y la reducción de la cubierta vege-tal natural a encinares, ubicados en laspeores localizaciones o a matorrales muydegradados, como retamares (Retamasphaerocarpa, Cytisus scoparius) o jarales(Cistus ladanifer).

Constituye, pues, la zona de estudio,un medio integrado por tres unidadesnaturales definidas tanto por su morfolo-gía como por sus rasgos climáticos y fito-climáticos a las que se superpone unacolonización vegetal, reflejo de esa diver-sidad, poblada por diversas comunidadesdesde castañares y robledales a encinaresy pinares, y a todo ello sumado la pre-sencia de comunidades riparias del ríoAlberche que va a ser el eje motriz delpaisaje.

A este medio natural se yuxtapone laacción antrópica, antigua y diversa. Elterritorio estudiado está constituido pormunicipios con comportamientos pobla-ciones diferentes, en función de varia-bles tales como la gran influencia queejerce la urbe madrileña, junto con lasvariables mesológicas ya analizadas. Asíse puede establecer una clara diferenciaentre aquellas localidades ubicadas apoco más de 30 km, de Madrid capital,dotadas de buenos accesos, y los munici-pios más distanciados, a unos 80 km,con peores opciones de comunicación; obien, entre los municipios con claravocación agrícola, situados en zonas devalle con proliferación de huertas, y losde montaña, con mayor tradición fores-tal y ganadera.

La zona, no obstante, es en rasgosgenerales tradicionalmente agrícola: lamayor parte de la superficie de sus térmi-nos municipales está dedicada a tareas decultivo; a partir de los años 50 y 60 empe-

zó un auge del “turismo”, que tuvo suboom en los años 70, con el inicio de laconstrucción de viviendas de segundaresidencia, lo que ha supuesto un notablecrecimiento urbanístico y una considera-ble modificación del medio a todos losniveles.

En el presente siglo la acción humanatiene su máximo exponente en la construc-ción de embalses que han regulado el cursodel río actual y que, además del aprovecha-miento hidroeléctrico, han generado unaactividad ligada al uso recreativo por partede una población esencialmente madrileña.Ello, junto al avance inexorable de lasurbanizaciones, sobre todo de la segundaresidencia, ha reducido las masas vegetalesy en ocasiones modificado, incluso, ladinámica vegetal.

Robledales y encinares quedan hoyconstreñidos a los límites de las grandespropiedades presentes en numerosospuntos del territorio o bien a pequeñosretazos, incluso ejemplares aislados, delas antiguas comunidades. La gran pro-piedad se comporta como un factor con-servador de la vegetación arbórea, si bienes cierto que sujeta a un importante gradode transformación de la misma ya que haengendrado una simplificación de laestructura vegetal con desaparición ennumerosos puntos de los estratos arbusti-vos, e incluso arborescente, para facilitarel tránsito de los animales a través de lamisma, debido al uso cinegético que sehace de ellas. Al tiempo se favorece lapresencia de determinados ejemplaresfrente a otros, y se tiende hacia formacio-nes aclaradas con aspectos más o menosadehesados.

Así mismo la existencia de estas comu-nidades afectadas por la fuerte antropiza-ción del medio ha originado la prolifera-ción de comunidades mixtas y lasconstantes introgresiones de unas comu-nidades en otras, lo que enriquece consi-derablemente la tipología de formaciones,a la par que dificulta considerablemente

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su caracterización y, evidentemente, sudeterminación o identificación.

El abandono del cultivo, general entodo el territorio español, no ha supuestoen esta comarca el avance esperado decomunidades subseriales típicas de lasetapas de sustitución de la vegetaciónarbórea sino que la dedicación de estosantiguos cultivos a urbanizaciones o a unuso intensivo por parte de la poblacióntambién genera la limitación de estascomunidades subseriales a ámbitos muyconcretos.

Por lo tanto, en una zona como la quenos ocupa, la vegetación natural estáconstituida por los restos de masas anta-ño más extensas, que hoy ocupan aque-llos territorios que no se han dedicado nial cultivo ni se han destinado a urbanizar.La acción antrópica, el uso del suelo y laevolución experimentada por las masasde cultivo son variables sustanciales a lahora de establecer con la mayor exactitudposible la dinámica experimentada por lamasa vegetal.

Evolución de la vegetación a escalamunicipal. Estudio de casos

La comparación entre la informaciónsuministrada por el Catastro actual y el de1940 nos ha permitido establecer un análi-sis de la evolución experimentada tantopor las comunidades vegetales como por eluso del suelo en términos generales.

Nuestra atención se ha centrado en laevolución experimentada por las superficiesde cultivo frente a aquéllas en las que exis-te vegetación natural. Dentro de estas últi-mas, y a partir de las categorías establecidasen el Catastro, hemos podido determinar elgrado de avance y retroceso que las masasvegetales han experimentado, con especialatención a las formaciones arbóreas.

Ese análisis comparativo nos ha permi-tido elaborar una cartografía con la base dela de los polígonos facilitada por el Castro

en la que, mediante fondos de color, se hadiferenciado el retroceso, avance o estabili-zación de la vegetación natural y con sím-bolos la existencia de pinar, encinar, pas-tos, monte bajo y vegetación de ribera (vid.mapas de evolución).

El estudio realizado sigue un métododiacrónico en el que, a partir de la situa-ción actual y de la información de losaños 40, se infiere la evolución experi-mentada.

Aldea del Fresno

Es, de los municipios estudiados, el queen la actualidad tiene mayor proporción desu territorio dedicada a encinar (fig. 4), lle-gando a ocupar una superficie de más del50% (incluyendo comunidades arbóreas,monte bajo y dehesas). También es el tienemás terreno dedicado a vegetación de ribera,que, aunque sólo representa un 3,44 %, es elmayor porcentaje de todo el área estudiada.

Tal y como puede observarse en la figura4, la máxima superficie (un 23%) está dedi-cada a encinar, distribuido por todo el muni-cipio salvo en las zonas más meridionales. Elmonte bajo ocupa una extensión del 15%fundamentalmente en los terrenos limítrofesdel término municipal, las dehesas el 14%,la vegetación de ribera, el 3,44% a lo largode toda la margen del río Alberche y Perales,y el pino está presente tan sólo en 18 hectá-reas (un 0,38%), situadas en la propiedadprivada del Santo, junto al río Alberche.

En 1940 (tabla 2) este término muni-cipal estaba dedicado esencialmente alcultivo de cereales, frecuentemente enforma de dehesas con encinas de portearbóreo de gran envergadura, comparti-mentando así doblemente el espacio,mientras el suelo tiene un uso totalmen-te antrópico, sobre éste aparece unaimportante vegetación natural residual.Este hecho es de gran importancia a nivelbiogeográfico ya que, si se produce unabandono del cultivo, la vegetación natu-

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ral se recupera rápidamente, borrandocualquier resto de estos cultivos en pocosaños.

Los encinares puros se situaban en eloeste del municipio, zona montañosa,

mayoritariamente de propiedad privadadedicada a la explotación cinegética basa-da en la realización de cacerías. Es de des-tacar la presencia de formaciones conimportante densidad de enebros localiza-

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Tabla 2Distribución de uso del suelo, 1940. Aldea del Fresno

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Pinar ✗ ✗

A. ribera ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Dehesas ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Enebro ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Figura 4Uso del suelo en Aldea del Fresno. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 252,96 5,04Cultivos 1.990,76 39,65Encinar 1.147,54 22,86Árboles de ribera 172,67 3,44Dehesas 703,54 14,01Monte bajo 734,84 14,64Pinar 18,31 0,36

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dos en la margen derecha del río Alberche.También es digna de mención la existenciade vegetación de ribera, no tanto por suextensión pues, si bien se menciona envarios polígonos, sólo ocupa pequeñasparcelas situadas justo en la margen delrío, como por su significación como ele-mento de mantenimiento y conservacióndel río y sus márgenes.

Comparando ambas informaciones,hemos elaborado un análisis evolutivo delas masas vegetales, plasmado cartográfica-mente en la figura 5.

Los polígonos situados al noroeste (1 y2) están poblados en la actualidad por

monte bajo y encina, mientras que en losaños 40 eran calificados como de encinar;estimamos, por tanto, que en ambos se pro-duce un retroceso de la vegetación arbóreahacia formaciones de monte bajo. De igualmanera el polígono 3, dedicado a dehesasactualmente, en los años 40 estaba califica-do también como encinar.

El polígono 4 corresponde a la propie-dad del Santo donde hay una gran variedadde formaciones, manteniendo importantesespacios dedicados a la vegetación de ribe-ra, si bien no se trata de comunidades natu-rales sino de plantaciones maderables, quevan ganando espacio a los eriales.

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Figura 5Aldea del Fresno. Evolución de las comunidades vegetales

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En el polígono 5 se advierte un aumen-to de la encina y de la vegetación de riberasobre las dehesas y los eriales, desapare-ciendo el pinar como tal. En trabajos decampo realizados hemos podido constatarla presencia de pinos dispersos y aisladosde gran tamaño.

En los polígonos 6, 7, 9, 14 y 15 se evi-dencia un abandono del cultivo de cerealesy se inicia un proceso de recuperación delmonte bajo y encinar. Este progreso partede los ejemplares aislados de encina exis-tentes en dehesas, lindes o zonas margina-les donde en muchas ocasiones se mante-nían pequeños setos de vegetación natural.En el polígono 15 destacamos varias parce-las dedicadas en la actualidad a encinas,mientras que en los años 40 se clasificancomo tierra dedicada a enebros y pastos;trabajos de campo nos han permitidoconstatar que estos enebros siguen exis-tiendo, constituyendo una formación deencinar-enebral, lo que nos hacer pensarque el nuevo sistema informatizado delcatastro resta información sobre comuni-dades de menor envergadura espacial den-tro del territorio español, pero que, paranuestro estudio, tienen especial importan-cia por su singularidad.

El polígono 8 ha experimentado unaumento del monte bajo pero en detrimen-to de la vegetación de ribera, en su mayoríade uso maderero.

El 10 mantiene las dehesas con cultivosde secano, aunque desaparece la parceladedicada a castaños. De esta parcela nohemos encontrado ningún documento ni

escrito, ni oral, ni observaciones de campoque nos corroboren la posible existencia deesta especie en la década de los 40. Todoello, unido a la caracterización ecológica deeste ámbito (rasgos fitoclimáticos, litológi-cos, referencia a su vegetación potencialetc.), nos hace pensar en un error de trans-cripción, aunque nos ha parecido impor-tante resaltarlo.

Los polígonos 16, 18 y 19 se mantienencon vegetación de ribera, al tiempo que en elpolígono 20 si bien se mantiene también lavegetación de ribera y las dehesas, han desa-parecido y los enebros en la informacióncatastral. Sin embargo, hemos constatadomediante trabajo de campo que, como en elpolígono 15, los enebros siguen mantenién-dose. Finalmente en el 23 hay un retrocesodel encinar hacia formas adehesadas.

Cadalso de los Vidrios

Históricamente este municipio presentasu término dividido entre pinares, comomáximo representante de la vegetaciónnatural, y cultivos, fundamentalmente fru-tales y vid. Tiene una importante propor-ción de territorio improductivo, dedicado ala extracción de áridos.

En el catastro actual (fig. 6) los cultivosocupan la máxima superficie mientras quela vegetación natural mayoritariamenteestá representada por pinar (20%) con pre-sencia de encinas en forma de monte bajo yuna pequeña representación de vegetaciónde ribera.

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INÉS SANCHO GARCÍA Y CONCEPCIÓN FIDALGO HIJANO

Tabla 3Distribución de uso del suelo, 1940. Cadalso de los Vidrios

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗

Pinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

A. ribera ✗ ✗

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En el Catastro de 1940 (tabla 3) lospinares se encuentran distribuidos prácti-camente por todo el sector oriental, mien-tras que el occidental estaba dedicado acultivos. En el resto, las masas vegetalesestaban representadas por encinares yvegetación de ribera, bien fuese compar-tiendo espacio con los pinares o en peque-ñas parcelas dentro de los polígonos dedi-cados a cultivo. Por último, hemos demencionar los polígonos situados al sur,zona del “Cerro el Olivar”, con monte bajoy presencia de castaños en el este. Estaespecie no aparece representada en la tablade datos por no ser representativa de nin-guno de los polígonos, pero ha de ser men-cionado por su singularidad en la zona.

El análisis comparativo (fig. 7) permiteapreciar cómo la zona central es la que per-

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Figura 6Uso del suelo en Cadalso de los Vidrios. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 711,78 14,46Cultivos 3.041,27 61,80Monte bajo 164,97 3,35Pinar 1.002,76 20,38Árboles de ribera 0,34 0,01

Figura 7Cadalso de los Vidrios. Evolución de las

comunidades vegetales

Page 14: Evolución del paisaje vegetal en el siglo XX a partir …...el catastro del siglo XX A principios del siglo XX se extiende a toda España el catastro, iniciado de modo experimental

manece estable, mientras que los sectoresoriental y occidental evolucionan hacia unaumento de la vegetación natural o etapasmás maduras en la serie evolutiva.

En 1940 la vegetación natural estabaconstituida por pinos, mientras que en laactualidad se aprecia una importantesuperficie dedicada a monte bajo. La causade ello radica en el abandono de las explo-taciones de pinar y la recuperación de lavegetación natural. De destacar es el polí-gono nº 20 que, según el catastro, evolu-ciona desde castañar a monte bajo; ahorabien, tras los estudios de campo, compro-bamos que se dedica a explotación madera-ble de castaño, por lo que la fisonomíapuede parecer un monte bajo típico deencinar, pero la especie arbórea no es laencina sino el castaño.

Cenicientos

La mitad de su término está dedicado acultivo y el resto se distribuye entre enci-nares, pinares y monte bajo.

En el Catastro actual (fig. 8) la mayorparte del territorio dedicado a vegetaciónnatural está ocupado por encinar, esencial-mente en el suroeste (19%), el monte bajo(16%) se localiza en el este y centro y el pino(9%) en el norte, con un uso maderero.

Según la información suministrada porel Catastro en 1940 la vegetación naturalestaba constituida fundamentalmente porpinares en el norte, con presencia de pinosdispersos en algunas parcelas del sureste; elmonte bajo aparecía ampliamente distribui-do por el este, prolongándose hacia el sur.Los encinares puros y las dehesas de cerea-

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INÉS SANCHO GARCÍA Y CONCEPCIÓN FIDALGO HIJANO

Figura 8Uso del suelo en Cenicientos. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 306,98 4,59Cultivos 3.386,95 50,60Monte bajo 1.101,24 16,45Pinar 631,30 9,43Árboles de ribera 1.266,52 18,92

Page 15: Evolución del paisaje vegetal en el siglo XX a partir …...el catastro del siglo XX A principios del siglo XX se extiende a toda España el catastro, iniciado de modo experimental

les con encina sólo aparecen mencionadosen parcelas concretas mientras que el restodel término estaba ocupado por cultivos.

El análisis comparativo (fig. 9) manifies-ta una tendencia general a la homogeneiza-ción del uso del suelo, hacia un montepinar, pasando por distintos estadios, monte

bajo, monte alto y pinar maderable. De des-tacar son las masas de encinares de diferen-tes tamaños (5 hectáreas en el polígono 30,2,66 hectáreas en el 18) o las distintas mani-festaciones de avance del encinar (parcelas26, 27, 28 y 29), evidentemente a costa de lasuperficie antes cultivada (tabla 4).

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Tabla 4Distribución de uso del suelo, 1940. Cenicientos

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Monte bajo ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Pinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

A. ribera ✗

Dehesas ✗ ✗ ✗

Figura 9Cenicientos. Evolución de las comunidades vegetales

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Chapinería

Este municipio presenta actualmente suterritorio distribuido en partes práctica-mente iguales entre monte bajo (51%) ycultivos, no existiendo ninguna masa deencinar ni de pinar.

En 1940 (tabla 5) la vegetación natu-ral estaba presente en algunas zonas delas márgenes del río y en forma de dehe-sa de encinas con cereales en la mayorparte del territorio. Existía una pequeñamancha de encina muy localizada (polí-gono 11).

El estudio de ambos Catastros permiteestablecer cómo todo el municipio ha expe-rimentado un abandono de la explotacióntradicional de cereales con encinas adultasy recuperación del monte bajo, que supo-nemos una fase reciente de evolución haciael encinar (figs. 10 y 11).

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Figura 10Uso del suelo en Chapinería. Año 2000

Hectáreas PorcentajeCantera 5,39 0,21Improductivo 215,30 8,56Cultivo 1.016,13 40,41Monte bajo 1.277,49 50,81

Figura 11Chapinería. Evolución de las comunidades

vegetales

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Navas del Rey

Una importante parte del territorioestá dedicado a pinar (el 30%), repartidopor todo el municipio a excepción de lossectores más orientales; hay una peque-ña extensión de encinar en el sur(3,21%), el monte bajo (17%) está pre-sente por todo el espacio menos en elárea noroccidental y el 41% está dedica-da a cultivo.

Según el Catastro de 1940 (tabla 6), enel término existía una alternancia de culti-vos y pino, generalmente de repoblación,con pequeñas manchas de encinar enforma adehesada.

La evolución manifiesta que, mien-tras actualmente la mayor parte delmunicipio está dedicado a monte bajo,en los años 40 eran cultivos de cerealescon algunas encinas en forma adehesada.En los polígonos 1 y 4 que se mantieneuna explotación de pinar maderable.(figs. 12 y 13)

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Tabla 5Distribución de uso del suelo, 1940. Chapinería

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗

Monte bajoPinarA. ribera ✗ ✗ ✗

Dehesas ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Figura 13Navas del Rey.

Evolución de las comunidades vegetales

Tabla 6Distribución de uso del suelo, 1940. Navas del Rey

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗

Pinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

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Pelayos de la Presa

Es un territorio eminentemente urbano,la mayor parte de él se califica en elmomento actual como improductivo(40%), existe un 20% del mismo cubiertopor pinar, repartido por todo el municipioaunque con mayor intensidad en el norte;aproximadamente un 17% (125 hectáreas)está ocupado por monte bajo, fundamen-talmente localizado en la zona occidental;por último, un tercio del territorio estádedicado a cultivos (fig. 14).

En los años 40 (tabla 7) era un muni-cipio sin dedicación agrícola, su términomunicipal mantiene vegetación naturalde pinares mayoritariamente, con algúnencinar en distintos estadios de evolu-ción y formaciones mixtas de encina y

pino, pero donde predomina esta ultimaespecie con vegetación de ribera es en lamargen del embalse de San Juan. Elpinar en estado más puro se encuentraen el polígono 1.

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INÉS SANCHO GARCÍA Y CONCEPCIÓN FIDALGO HIJANO

Tabla 7Distribución de uso del suelo, 1940.

Pelayos de la PresaPolígonos 1 2 3 4 5 6CultivosEncinar ✗

Monte bajo ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Pinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

A. ribera ✗

Figura 12Uso del suelo en Navas del Rey. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 447,33 8,82Cultivos 2.058,62 40,60Encinar 162,69 3,21Monte bajo 857,70 16,92Pinar 1.544,31 30,46

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Por comparación (fig. 14) se aprecia enel norte del municipio un aumento delpino en detrimento del monte natural de

encina; ello se explica por la creación confines recreativos de pinares junto al men-cionado embalse; la situación contraria esla que se da en los polígonos 1, 2 y 4, queen la actualidad se dedican a pinar y pre-sentan manchas dispersas de monte bajo deencina, en los años 40 la importancia dedichas manchas era más considerable.

Las Rozas de Puerto Real

En el momento actual este municipiotiene la mitad de su territorio dedicado acomunidades vegetales constituidas por pina-res (5) (39%) y monte bajo (10%) (fig. 16).

En 1940 el 40% de su extensión territo-rial estaba dedicada a pinar. De destacar,

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Figura 14Uso del suelo en Pelayos de la Presa. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 299,47 39,38Cultivos 186,31 24,50Monte bajo 125,37 16,49Pinar maderable 149,36 19,64

Figura 15Pelayos de la Presa. Evolución de las

comunidades vegetales

(5) Tenemos que considerar que en el dato de pinarse han incluido otras especies como el castaño o el roble.

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tanto por su abundancia como por su sin-gularidad, son las referencias al castaño,que unas veces en forma de dehesas, otrascomo monte bajo o alto, cubre grandesextensiones del municipio. Los topónimosnos indican la presencia de castaño desdetiempos históricos: “Casa del Castañar”,por ejemplo. En la tabla 8 aparece la cate-goría “otros” a la que hemos atribuido loscastaños, que, aunque en el catastro suelenaparecer asimilados a otras categorías, enlos trabajos de campo realizados hemos

comprobado que era esa especie vegetalque estaba mayoritariamente presente, enlos territorios indicados.

El estudio comparativo (fig. 17) de lasinformaciones de ambos Catastros ha per-mitido hacer un completo seguimiento dela evolución experimentada. Así, en loscatastros de principio de siglo se mencio-na en el polígono 2 una gran propiedadpoblada de castaños y monte bajo conrobles, mientras que en la actualidad pasaa calificarse como de pinar maderable; tras

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Figura 16Uso del suelo en Las Rozas de Puerto Real. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 290,45 9,46Cultivos 1.246,50 40,62Monte bajo 333,26 10,86Pinar maderable 1.198,75 39,063

Tabla 8Distribución de uso del suelo, 1940. Las Rozas de Puerto Real

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Pinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Otros ✗ ✗ ✗ ✗

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el trabajo de campo realizado hay queseñalar que sólo en la zona más accesibley en las lindes con otras propiedades apa-rece pinar de pino silvestre, y que en elinterior de esta propiedad se sigue mante-niendo la explotación de castaño, general-mente maderable, y en los sectores demenor altitud con presencia de robles.

El polígono 3 en la actualidad se califi-ca como pinar maderable, con pequeñasáreas de monte bajo, mientras que en losaños 40 no hay referencia ninguna a pinar,y en cambio se mencionaba la existenciade monte alto con castaños, comunidadesmezcladas de castaños y fresnos y prados.En el trabajo de campo se corroboró queseguía existiendo la vegetación indicadaen los años 40, pero que se han introduci-do algunos pinos dispersos.

En el polígono 4 se aprecia una evolu-ción hacia el estrato arbóreo, se mantie-nen las mismas especies vegetales, pasan-do de una calificación de monte bajo conpino y pradera a monte bajo con pinarmaderable y también de monte alto con

pino a pinar maderable. De igual maneraen el 5 se produce el tránsito de pastizal yprados con pequeñas parcelas de montebajo con pino a la mayoría de pinar made-rable, también en el 10 y en el 13 se apre-cia una evolución del pinar con retrocesodel pastizal. Los pinares se mantienenestables en los polígonos 14, 15, 16 y 17.

Los polígonos 6, 8 y 9 que en los años40 se dedicaban a castaños y pinar convegetación de ribera en las áreas cercanas alos riachuelos, en la actualidad se dedican apastos y praderas, con algunas viñas.

Los polígonos 18 y 19 se dedicaban acastaños, mientras que en el catastro actualse denominan en realidad pinar maderable,aunque el trabajo de campo realizado nosha permitido constatar que se dedica a cas-tañar maderable.

Como conclusión, cabe señalar una evo-lución general hacía el porte arbóreo desdeel monte bajo y los prados y una dedicación,según el catastro actual, a pinos de usomaderero, si bien, tras el oportuno trabajode campo, hemos de matizar esta afirmaciónya que las masas de pinar comparten espaciocon otras especies como el castaño destina-do a uso maderable.

San Martín de Valdeiglesias

En la actualidad (fig. 18) la vegetaciónexistente está constituida por masas depinar, ocupando todo el norte y el sur(33%), y por monte bajo, situado funda-mentalmente en el sureste.

En 1940 su territorio estaba reparti-do a partes iguales entre pinares y culti-vos (tabla 9), algo más del 30% cadauno, seguido de monte bajo con un 18%.Contaba con importantes masas de pina-res de antiguas repoblaciones situadasen las zonas que rodean el embalse y enel este del municipio. Mientras que eloeste se dedicaba a la agricultura. Losencinares se ubicaban en el área de “LaGranjilla” (polígonos 13 y 14).

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Figura 17La Rozas de Puerto Real. Evolución

de las comunidades vegetales

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El estudio comparativo (fig. 19) per-mite señalar la desaparición de los pastosque pasan a convertirse en masas de pinarmaderable y monte bajo; así, el polígono1, que se dedicaba en su totalidad a pinar,

en la actualidad la mayor parte está dedi-cado a monte bajo a causa del abandonode las repoblaciones. También se apreciaun aumento del pinar sobre el montebajo.

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INÉS SANCHO GARCÍA Y CONCEPCIÓN FIDALGO HIJANO

Figura 18Uso del suelo en San Martín de Valdeiglesias. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 1.580,50 13,49Cultivos 4.073,51 34,78Monte bajo 2.139,31 18,27Pinar 3.918,52 33,46

Tabla 9Distribución de uso del suelo, 1940. San Martín de Valdeiglesias

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗

Monte bajoPinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Ribera ✗

DehesasPinar encinar ✗ ✗ ✗ ✗

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Villa del Prado

El terreno agrícola es mayoritario(46%) si bien, una gran parte del resto deltérmino municipal está dedicada a monte

bajo (36%) y hay pequeñas extensionesdedicadas a pinares (17 hectáreas en elnoreste de la población) y encinares (4%),ocupando varias parcelas separadas unas deotras, estando algunas en forma adehesada.

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Tabla 9 (Continuación)Distribución de uso del suelo, 1940. San Martín de Valdeiglesias

Polígonos 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

EncinarMonte bajoPinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

A. riberaDehesasPinar encinar

Figura 19San Martín de Valdeiglesias. Evolución de las comunidades vegetales

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Es el segundo municipio, después de Aldeadel Fresno, en vegetación de ribera, con un1,43% de la superficie municipal. (fig 20).

En la información extraída del Catas-tro de 1940 (tabla 10) el municipio esta-ba poblado por encinares. Importantesformaciones de encinas se localizaban enel este y norte y en las cercanías del

núcleo urbano; la zona central del muni-cipio tiene monte bajo.

En la actualidad (fig. 21) la vegetaciónnatural es de monte bajo, a excepción delpolígono 1 y alguna parcela del 8 que mantie-ne la vegetación de encinar que tenía en losaños 40. Sigue estable el pinar del polígono 31y el 41 pasa de ser una dehesa a un encinar.

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INÉS SANCHO GARCÍA Y CONCEPCIÓN FIDALGO HIJANO

Figura 20Uso del suelo en Villa del Prado. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 881,59 11,34Cultivos 3.617,08 46,53Árboles de ribera 110,89 1,43Encinar 281,53 3,62Monte bajo 2.842,85 36,57Pinar 17,44 0,22Dehesas 22,30 0,29

Tabla 10Distribución de uso del suelo, 1940. Villa del Prado

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23Cultivos ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Monte bajo ✗ ✗ ✗ ✗

Pinar ✗ ✗ ✗ ✗

A. ribera ✗ ✗

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Tabla 10 (Continuación)Distribución de uso del suelo, 1940. Villa del Prado

Polígonos 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Monte bajo ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Pinar ✗ ✗ ✗

A. ribera ✗ ✗ ✗

Figura 21Villa del Prado. Evolución de las comunidades vegetales

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Villamanta

En 1940 (tabla 11) se caracteriza por serprincipalmente cerealista; en el norte mantie-ne pequeñas manchas de encinares puros yalgunas propiedades conservan encinas adul-tas en terrenos de cultivos de cereales, aun-que no se puede definir como dehesas ya queson encinas muy aisladas y utilizadas, gene-ralmente para sombra, dentro de los cultivos.

Según la información del Catastroactual, (fig. 23) el municipio cuenta consólo el 19% de su territorio ocupado por lavegetación natural, bien sea encinares(15%) al norte y uno muy pequeño en elsur, o monte bajo (5%) en los límites deesas formaciones de encinar.

La comparación de los datos (figs. 22 y23) permite apreciar un abandono de loscultivos, produciéndose una evolución

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INÉS SANCHO GARCÍA Y CONCEPCIÓN FIDALGO HIJANO

Tabla 11Distribución de uso del suelo, 1940. Villamanta

Polígonos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21Cultivos ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Encinar ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Figura 22Uso del suelo en Villamanta. Año 2000

Hectáreas PorcentajeImproductivo 87,98 1,44Cultivos 4.812,58 78,68Árboles de ribera 24,39 0,40Encinar 900,05 14,72Monte bajo 291,48 4,77

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hacia el monte bajo y encinares. Permane-ce la vegetación de ribera con álamos, en sumayoría para uso maderero.

Conclusiones

La comarca madrileña del Alberche secaracteriza por su complejidad y variedadde paisajes. A este medio natural se yuxta-pone la acción antrópica antigua y variada,desde las actividades típicas del sector pri-mario, agricultura, ganadería, etc, a lasactividades ligadas a un sector servicios, ausos de índole recreativo, cinegético, turís-tico, segunda residencia, etcétera

Todo este conjunto de acciones huma-nas han remodelado el paisaje del quepuede afirmarse que:

– el avance inexorable de la urbaniza-ción sobre todo de la segunda resi-dencia ha reducido las masas vegeta-les y en ocasiones ha modificadoincluso la dinámica vegetal;

– la construcción de embalses ha redu-cido o hecho desparecer la vegeta-ción riparia;

– el abandono del cultivo no hasupuesto el avance de comunidades

subseriales típicas de las etapas desustitución de la vegetación arbóreasino que, la dedicación de estos anti-guos cultivos a urbanizaciones o a unuso intensivo por parte de la pobla-ción eminentemente urbana, tam-bién ha supuesto la limitación deestas comunidades subseriales ámbi-tos muy concretos;

– la gran propiedad se comporta comofactor conservador de la vegetaciónarbórea, si bien es cierto que sujetaa un importante grado de transfor-mación de la misma, ya que se haengendrado una simplificación de laestructura de estas comunidadescon desaparición en numerosospuntos de los estratos arbustivo eincluso arborescente para facilitar eltránsito a través de la misma. Altiempo, se favorece la presencia dedeterminados ejemplares frente aotros, y se tiende hacia formacionesaclaradas con aspectos más o menosadehesados;

– por otra parte, robledales y encinaresquedan hoy constreñidos a los lími-tes de las grandes propiedades pre-sentes en numerosos puntos delterritorio o bien a pequeños retazos,incluso ejemplares aislados, de lasantiguas comunidades;

– la mayor parte de las tierras en laactualidad están dedicadas al cultivo.El porcentaje más elevado correspon-de al municipio de Villamanta, concerca del 80% del territorio dedicadoal cultivo, seguido de Cadalso de losVidrios, con un 61%. El menor por-centaje aparece en Pelayos de la Presa,con menos del 25%, y San Martín deValdeiglesias, con 35%. El resto delterritorio está en torno al 40-50%;

– el terreno improductivo está ocupa-do en su mayor parte por zonas urba-nas. Supone el 40% en Pelayos de laPresa, el 14% en Cadalso de losVidrios y San Martín de Valdeiglesias

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EVOLUCIÓN DEL PAISAJE VEGETAL EN EL SIGLO XX A PARTIR DEL CATASTRO DE LA PROPIEDAD RÚSTICA

Figura 23Villamanta. Evolución de las comunidades

vegetales

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y el 11% en Villa del Prado. El muni-cipio que menos territorio tieneimproductivo es Villamanta, que nollega al 0,5%.

El análisis pormenorizado, municipio amunicipio, permite apreciar algunas singu-laridades. No hay una tendencia general entoda zona con respecto al uso del suelo,aunque sí se puede establecer que lasmayores extensiones de encinares aparecenen el este, siguiendo los municipios queestán en la línea de la carretera que uneNavalcarnero con Aldea del Fresno, favore-cidos por la existencia de grandes propie-dades donde se ha protegido la masa deencina por el uso recreativo o cinegético.

A partir de la información suministradapor los Catastros de Propiedad Rústicahemos seleccionado especies vegetales deinterés bien por su importancia en el terri-torio, encina y pino o por su singularidad einterés biogeográfico, castaño y enebro, yhemos confeccionado la tabla 12 que poneclaramente de manifiesto el avance experi-mentado por el pinar, grosso modo el man-tenimiento de los encinares, y cabría pen-sar en la desaparición de las masas mássingulares de castaño y enebro. En realidady sobre todo en el caso del castaño, el tra-bajo de campo ha permitido matizar estasinformaciones y señalar su pervivenciasobre todo en la localidad de Las Rozas dePuerto Real.

Finalmente, cabe concluir la importan-cia del Catastro de Rústica de diferentesfechas como fuente documental para lareconstrucción del paisaje vegetal de cual-quier zona y su evolución, si bien ello noexime, sino todo lo contrario, de la necesi-dad de realizar un riguroso trabajo decampo que permita corroborar las informa-

ciones en él recogidas. Dicha importanciacobra mayor entidad en ámbitos como elque hemos analizado, donde la propiedadprivada se erige en garante de la conserva-ción de las formaciones arbóreas, siendouna variable antrópica primordial paraentender el mantenimiento o la desapari-ción de algunas masas vegetales.

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INÉS SANCHO GARCÍA Y CONCEPCIÓN FIDALGO HIJANO

Encina Pino Castaño Enebro1940 2000 1940 2000 1940 2000 1940 2000

Aldea del Fresno ✗ ✗ ✗ ✗

Cadalso de los Vidrios ✗ ✗ ✗ ✗ ✗

Cenicientos ✗ ✗ ✗ ✗

Chapinería ✗ ✗ ✗

Navalcarnero ✗

Navas del Rey ✗ ✗ ✗ ✗

Pelayos de la Presa ✗ ✗ ✗

Rozas de Puerto Real ✗ ✗ ✗ ✗

San Martín de Valdeiglesias ✗ ✗ ✗

Villa del Prado ✗ ✗

Villamanta ✗ ✗ ✗

Villamantilla ✗ ✗ ✗

Tabla 12Presencia de vegetación en los catastros del siglo XX

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