Ev.sinopticosTrabajoFinal SamuelLagunas

11
Diplomado de Biblia - Evangelios sinópticos Prof. Moisés Pérez Espino Trabajo final- Samuel Lagunas Cerda 20 de noviembre de 2013 Lectura comparada de “Las bienaventuranzas”:Mt. 5, 1-12 yLc. 6, 20-23 Oímos que somos bienaventurados y entretanto la miseria más espantosa nos oprime. Karl Barth Las bienaventuranzas, en su versión mateana, constituyen uno de los discursos de Jesús más comentados en la historia del cristianismo. Menos socorrido, el texto lucano, probablemente el más antiguo de ambos, presenta también una versión mucho más breve que la mateana y con diferencias que resulta importante recalcar y analizar. En las siguientes páginas abordaré las discrepancias y similitudes que encontramos en los dos textos y haré mención de algunas posibles razones que explican esas diferencias. Finalmente, conduciré el ensayo hacia una interpretación propia de esta importante perícopa. Lugar en el evangelio y destinatario Tanto en Mateo como en Lucas, este discurso es presentado al inicio del ministerio de Jesús aunque no en el mismo momento. En Mateo sucede al llamamiento de los primeros cuatro discípulos y a las primeras curaciones en Galilea (4, 18-25); sin embargo, en Lucas el discurso está precedido por una mayor cantidad de curaciones y milagros así como por la elección de los doce (6,12-19). No obstante, el destinatario resulta en apariencia el mismo: los discípulos; no necesariamente los doce, pues aún en Lc. 6,17 el autor se refiere como discípulos nos a los doce sino al resto de los hombres y mujeres que seguían a Jesús: “Y descendió con ellos [los doce], y se detuvo en un lugar llano en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de 1

description

sobre las bienaventuranzas

Transcript of Ev.sinopticosTrabajoFinal SamuelLagunas

Diplomado de Biblia - Evangelios sinpticosProf. Moiss Prez EspinoTrabajo final- Samuel Lagunas Cerda20 de noviembre de 2013

Lectura comparada de Las bienaventuranzas:Mt. 5, 1-12 yLc. 6, 20-23

Omos que somos bienaventurados y entretanto la miseria ms espantosa nos oprime. Karl Barth

Las bienaventuranzas, en su versin mateana, constituyen uno de los discursos de Jess ms comentados en la historia del cristianismo. Menos socorrido, el texto lucano, probablemente el ms antiguo de ambos, presenta tambin una versin mucho ms breve que la mateana y con diferencias que resulta importante recalcar y analizar. En las siguientes pginas abordar las discrepancias y similitudes que encontramos en los dos textos y har mencin de algunas posibles razones que explican esas diferencias. Finalmente, conducir el ensayo hacia una interpretacin propia de esta importante percopa.

Lugar en el evangelio y destinatarioTanto en Mateo como en Lucas, este discurso es presentado al inicio del ministerio de Jess aunque no en el mismo momento. En Mateo sucede al llamamiento de los primeros cuatro discpulos y a las primeras curaciones en Galilea (4, 18-25); sin embargo, en Lucas el discurso est precedido por una mayor cantidad de curaciones y milagros as como por la eleccin de los doce (6,12-19). No obstante, el destinatario resulta en apariencia el mismo: los discpulos; no necesariamente los doce, pues an en Lc. 6,17 el autor se refiere como discpulos nos a los doce sino al resto de los hombres y mujeres que seguan a Jess: Y descendi con ellos [los doce], y se detuvo en un lugar llano en compaa de sus discpulos y de una gran multitud de gente. Las bienaventuranzas, pues, son un mensaje dirigido a todo aquel que ha decidido seguir a Jess.En el texto mateano, las bienaventuranzas encabezan el primer gran discurso tradicionalmente llamado El Sermn del monte (5-7) que compendia gran parte de los dichos de Jess. En Lucas, las bienaventuranzas se hallan acompaadas de 4 ayes o amenazas que guardan una perfecta correlacin con cada bienaventuranza (Lc. 6,24-26); estos ayes no aparecen en ningn momento en Mateo.

Escenario1 Viendo la multitud, subi al monte; y sentndose, vinieron a l sus discpulos. 2 Y abriendo su boca les enseaba diciendo:Mt. 5,1-2

20 Y alzando los ojos hacia sus discpulos, deca:Lc. 6,20a

Ambos discursos son pronunciados durante la estancia de Jess en Galilea como refiere Mt. 4,23 y Lc. 4,44; o, mejor dicho, ambos discursos son colocados por los evangelistas en el primer bloque que narra el ministerio de Jess en Galilea. Sin embargo, en la versin mateana Jess sube al monte mientras que en el texto lucano Jess desciende del monte en el cual haba pasado una noche orando a Dios (6,12). Esta primera diferencia del texto mateano respecto a Lucas tiene su explicacin en el deseo del autor de Mateo de establecer un paralelismo entre Jess y Moiss. En x. 19,20 se lee: Y descendi Jehov sobre el monte Sina, sobre la cumbre del monte; y llam Jehov a Moiss a la cumbre del monte y Moiss subi. As como Moiss recibi en la cima del monte la ley de Dios para su pueblo, Jess, en una nueva cima otorgar una nueva ley a sus discpulos. Al mismo tiempo, la descripcin mateana denota realeza, pues la expresin abriendo su boca era comnmente utilizada para remarcar que aquello que se pronunciara sera importante, tal era el caso de los edictos o las noticias imperiales, como lo menciona Alberto Maggi en su exgesis del pasaje[footnoteRef:2]; lo mismo que la accin de sentarse en el monte semeja a un rey ocupando su trono. Mateo aqu resalta la actitud de Jess como maestro o rab al calificarsus palabras como una enseanza (). No ocurre lo mismo en el evangelio de Lucas donde Jess desciende del monte a una llanura y all, al mismo nivel que su auditorio, comienza a decir () su mensaje. [2: Vase Maggi, Alberto. Las bienaventuranzas. trad. de Jess Pelez. Crdoba: El Almendro, 1995.]

En ambas percopas hay una distancia inicial entre los discpulos y su maestro. En el evangelio de Lucas es Jess quien decide acabar esa lejana llamando a sus discpulos (6,13) y mirndolos a los ojos (6,20). No obstante, en Mateo son los discpulos los que recortan esa distancia caminando hacia Jess.

Estructura y vocabulario

3 Bienaventurados los pobres en espritu,porque de ellos es el reino de los cielos.4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirn consolacin.5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirn la tierra por heredad.6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos sern saciados.7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarn misericordia.8 Bienaventurados los de limpio corazn, porque ellos vern a Dios.9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos sern llamados hijos de Dios.10 Bienaventurados los que padecen persecucin por causa [de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardn es grande en los cielos; porque as persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Mateo 5, 3-12

Bienaventurados vosotros los pobres,porque vuestro es el reino de Dios.

21 Bienaventurados los que ahora tenis hambre,porque seris saciados.Bienaventurados los que ahora lloris,porque reiris.

22 Bienaventurados seris cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de s, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.

23 Gozaos en aquel da, y alegraos, porque he aqu vuestro galardn es grande en los cielos; porque as hacan sus padres con los profetas.

Lucas 6,20b-23

En su versin mateana, el pasaje consta de 8 macarismos porel trmino griego cuya traduccin literal es felices, dichososcon estructura idntica (5,3-10), y unomucho ms largo con sintaxis distinta que funciona como conclusin (11-12). Lucas rescata solamente cuatro macarismos, dos que comparte con Mateo (Lc. 6, 20b-21a) y uno propio (21b); adems del macarismo ltimo que tambin tiene en comn con Mateo (22-23).

1) Losmacarismos cortos: Mt. 5,3-10;Lc. 6,20b-21.Los primeros ocho macarismos poseen una estructura paralela que corresponde a la poesa tradicional hebrea aparecida en numerosas ocasiones en los libros poticos del Antiguo Testamento. Acorde a la taxonoma establecida por Robert Lowth en el siglo XVIII, las bienaventuranzas son paralelismos sintticos donde la segunda lnea potica complementa la idea expresada en la primera y, de alguna manera, la modifica (Zogbo, 27); en el macarismoB complementa A en una relacin de causa-consecuencia[footnoteRef:3]. [3: En el texto lucano el paralelismo es an ms complejo pues las tres bienaventuranzas se correlacionan con los tres ayes () de los versculos 24 y 25: los pobres se oponen a los ricos; los hambrientos, a los que ya han sido saciados; los que lloran, a los que ren. Incluso, existe un paralelismo entre los versculos 22-23 y el 26 donde los perseguidos se contrastan con los que son alabados. En ambos casos, la relacin de paralelismo es antittica: los ricos, los saciados, los que ren y los alabados ya han recibido en el tiempo presente su recompensa porque se han conformado a este tiempo, a ellos ya no les espera mayor dicha. En cambio, los pobres, los hambrientos, los que se duelen y los perseguidos son dichosos porque tendrn una recompensa mayor.]

Bienaventurados los pobres en espritu,Aporque de ellos es el reino de los cielosB

Esta estructura A-B, presente en todos los macarismos cortos, puede tambin ser analizada sintcticamente como una oracin coordinada de causa cuyo nexo es porque. Pero veamos antes la estructura tradicional de las oraciones coordinadas de causa.Yo soy felizporquegan la lotera.Consecuencia nexo causa

En esta oracin la causa remite a un hecho concreto del pasado: ganar la lotera; mientras que la consecuencia indica un estado presente: la felicidad. Las bienaventuranzas pronunciadas por Jess, en cambio, poseen una estructura distinta en cuanto a la temporalidad.

Felices los que lloran porquereirn.Consecuencianexocausa

En la gramtica del macarismo la consecuencia alude a una condicin oculta en el presente a travs de una paradoja: la felicidad de la tristeza; la causa, en vez de ser un hecho pretrito, es un hecho que habr de manifestarse en el futuro: la risa. Sin embargo, este hecho futuro tiene sus races en el presente debido al anuncio y la llegada del Reino. Esto se verifica en Mt. 5,3 y Lc. 6,20b donde el verbo aparece en tiempo presente: . El Reino ya es de ellos porque ya se ha comenzado a manifestar en la persona del Mesas.

Bienaventuranzas compartidas Mateo comparte con Lucas dos bienaventuranzas aunque con modificaciones. En la bienaventuranza de los pobres, Lucas solamente menciona pobres () mientras que Mateo aade en espritu ( ). Lo mismo ocurre en la bienaventuranza de los que tienen hambre donde la versin lucana utiliza solamente el sustantivo hambrientos (); en cambio, el texto mateano ampla la expresin: hambrientos y sedientos de justicia ( ).

Bienaventuranzas propiasLucas posee solamente una macarismo propio: Bienaventurados los que ahora lloris, porque reiris. Hay aqu un elemento a destacar y es el adverbio temporal ahora () presente tambin en la bienaventuranza de los hambrientos. El texto mateano incluye seis macarismos propios: los que se duelen (), los mansos ()[footnoteRef:4], los piadosos o misericordiosos (), los de corazn claro o puro ( ), los pacificadores () y los guardianes de la justicia ()[footnoteRef:5]. [4: En algunos manuscritos estas bienaventuranzas aparecen en un orden inverso; primero aparece la bienaventuranza de los mansos y despus la de los dolientes, tal es el caso de la Vulgata o la versin siriaca de Curetn; sin embargo, los manuscritos ms antiguos consignan el orden de los dolientes y, luego, los mansos. ] [5: era un epteto comnmente utilizado para nombrar a Zeus.]

Desde mi punto de vista, las diferencias entre ambos evangelios se justifican a la luz de cmo cada autor entiende e interpreta el Reino, tema que discutir ms adelante.

2) El ltimo macarismo: Mt. 5,11-12; Lc. 6,22-23Ambos discursos finalizan con una bienaventuranza larga cuya estructura y lenguaje es ms cercano a la prosa que al verso. Tanto en Mateo como en Lucas se deja claro cul es el centro de ste y de cada uno de los macarismos: el Hijo del Hombre, la persona de Jess. Si ellos permanecen en l y, como consecuencia son aborrecidos y excluidos, sern dichosos pues estarn recibiendo el mismo trato que los profetas veterotestamentarios. Es sta la primera vez que en los evangelios se menciona el vnculo entre el discpulo de Jess y el profeta enviado por Dios; as como cada uno recibe una misin, tambin cada uno es vctima del rechazo y del insulto[footnoteRef:6]. [6: En Mt. 5,11 la palabra mintiendo()no aparece en varios manuscritos siracos as como en mltiples referencias patrsticas.]

El Reino de los cielos en Mateo y el Reino de Dios en LucasPara concluir esta lectura de las bienaventuranzas es necesario referirnos a la concepcin que cada autor presenta del Reino a fin de entender las diferencias ya mostradas en los prrafos anteriores. En primer lugar debemos recordar que el griego utiliza un nico trmino: para expresar tres realidades distintas en hebreo: 1) Melukah: el hecho de ser rey y ejercer la autoridad propia del cargo; 2) malkut: espacio de tiempo que transcurre entre la subida al trono y la muerte del rey y 3) mamelakah: territorio sobre el cual ejerce su poder el rey (Evangelio, 7). En este sentido, cuando el evangelista emplea la palabra bien puede referirse a uno de los tres significados o a los tres juntos: realeza, reinado y reino. Teniendo en mente esto podemos ver algunas particularidades de los evangelistas.En Mateo aparece nicamente en cuatro ocasiones. Esta parfrasis de escribir cielos en vez de Dios se atribuye a la prctica juda de evitar pronunciar el nombre divino, de ah que se suponga que el autor de Mateo pudo haber sido un escriba o un rabino. En este evangelio, la realeza de Jess va adquiriendo consistencia desde el comienzo de su realidad terrena, as lo evidencia Mt. 2,2 cuando los magos preguntan: Dnde est el rey de los judos?. As, slo Jess merece este ttulo y, a diferencia de cualquier monarca anterior, l busca establecer un orden basado en la justicia, en el respeto a la ley divina y la observancia de la Torh; solamente un comportamiento concreto valida el reconocimiento de la realeza de Jess, de su reinado en la vida del discpulo. nicamente as se explica, en mi opinin, que los macarismos en Mateo posean una dimensin tica, cada uno de ellos tiene alude claramente al carcter y al comportamiento del discpulo en relacin a su prjimo. De igual modo, se entiende la modificacin de los macarismos lucanos: pobres pobres en espritu; hambrientos hambrientos y sedientos de justicia. En el evangelio de Mateo, el reino tambin se presenta como una heredad de los justos (Mt. 25,34) y una eleccin que tiene que tomar el discpulo; por lo tanto, es l quien decide acercarse y escuchar las enseanzas de Jess.En Lucas el reino es el contenido fundamental del mensaje evanglico y siempre es introducido por un verbo de diccin. A diferencia de Mateo, donde el Reino posee una marcada dimensin escatolgica, en Lucas el Reino se hace presente ya plenamente durante el ministerio pblico de Jess a travs de los milagros de sanidad. Entonces, las bienaventuranzas lucanas estn dirigidas a aquellos que padecen en el presente algn malestar fsico (hambre), econmico (pobreza) o emocional (dolor); y el mensaje que se les predica es que por medio de la intervencin concreta de Jess en su historia esos sufrimientos se tornarn en gozo y victoria. La respuesta del discpulo a la obra de Jess es la fe y la bsqueda activa de ese Reino.

En conclusin, las diferencias entre los macarismos en Mateo y Lucas difieren debido a la concepcin que cada evangelista posee del Reino; a Mateo le importa resaltar la dimensin tica y a Lucas la transformacin de una realidad concreta de enfermedad y de opresin. Ambos aspectos son parte fundamental del mensaje de Jess y no se excluyen el uno al otro; al contrario, se complementan. Jess nos llama felices cuando le obedecemos en nuestras actitudes y en nuestro comportamiento y cuando nos descubrimos en nuestra oquedad y en la necesidad que tenemos de l. Al final, la percopa nos recuerda que el centro de cada una de nuestras actividades y de nuestras pasividades debe ser Jess, su persona, su obra y sus palabras.

Fuentes consultadas:

Aland, K (ed). NovumTestamentumGraece. Roma: Societ Biblica Britannica, 1996.

Maggi, Alberto. Las bienaventuranzas. trad. de Jess Pelez. Crdoba: El Almendro, 1995.

VV. AA..Evangelio y reino de Dios. Navarra: Editorial Verbo Divino. 1995.

Zogbo, Lynell. La poesa del Antiguo Testamento: pautas para su traduccin. trad. de Alfredo Tepox. Miami: Sociedades Bblicas Unidas, 1989. pp. 13-40.2