Exigencia o Disciplina
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Autor: Autor: Hctor Sanz Navarro - Coach de Deportistas y Entrenadores de lite - Coach para la Vida. - Experto en Coaching Deportivo (Escuela de Inteligencia Universidad Camilo Jos Cela). Fotos: Shutterstock
Exigencia o Disciplina?
Qu es lo ms conveniente para un entrenador de ftbol.
La forma habitual de tratar y educar a nios, trabajadores, pareja y
animales es realizada desde la exigencia.
Se exige tal o cual comportamiento u accin, solicitando una accin de
manera imperativa, sin preguntas.
Ya sin cadenas ni grilletes, la esclavitud psicolgica sigue totalmente
establecida en nuestras sociedades y, por extensin, en nuestros deportes y
deportistas. Se aboli la esclavitud fsica entre los siglos XIX y XX (s, has ledo
bien, hace prcticamente nada), dejando paso a otra forma de esclavitud ms
refinada y silenciosa, menos llamativa y ostentosa.
Se pas a la esclavitud psicolgica, en la que se te paga para que hagas
exactamente lo que te digan, ya que t no ests contratado para pensar en la
mayora de ocasiones. Hay quien dice que la esclavitud no se aboli, se puso en
nmina.
En el mbito deportivo, que es el que nos ocupa en este caso, sucede
demasiado habitualmente este tipo de situaciones, en las cuales el jugador se
convierte en el brazo ejecutor de un entrenador que, la mayora de las veces, no
tiene en cuenta las capacidades reales y las necesidades de sus jugadores. Se
olvida demasiado pronto cual fue el motivo por el que ese jugador empez a
jugar a ftbol, que siempre coincide en ser el mismo: disfrutaba jugando. Sucede
que al olvidar el motivo principal, pasamos entonces a otros motivos donde s
hay lugar a la exigencia, ya que en disfrutar no existe tal acaso alguna vez te
has exigido algo al ponerte a comer tu plato de comida preferido? Simplemente
te has sentado a disfrutar de ello, sin ningn tipo de imperativo ni obligacin. Y,
de hecho ha sucedido lo lgico y normal, has disfrutado mucho al comer tu plato
preferido.
As, muchos jugadores de ftbol dejan de disfrutar jugando cuando llegan
a la lite. Pasan de jugar a jugarse el sueldo. Pasan de disfrutar con lo que
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Autor: Autor: Hctor Sanz Navarro - Coach de Deportistas y Entrenadores de lite - Coach para la Vida. - Experto en Coaching Deportivo (Escuela de Inteligencia Universidad Camilo Jos Cela). Fotos: Shutterstock
hacen, a hacer lo mejor posible lo que antes disfrutaban. Y es que hacer no es
sinnimo de disfrutar, y es este segundo verbo precisamente el que traer
siempre el mximo rendimiento de un jugador durante el desempeo de sus
funciones profesionales.
Debido a que el jugador vive dentro de una sociedad profundamente
exigente, el Lo que realmente sucede es que se han confundido muchos
trminos, como sucede en muchos otros mbitos de la vida.
Deca antes que hacer no es lo mismo que disfrutar, as como
exigir no es lo mismo que pedir. Tampoco es lo mismo mandar que
guiar, y tampoco ser jams lo mismo educar que programar. De igual
manera vemos cmo creemos que disfrutar va de la mano de rer, cuando
tampoco es as. Alguna vez he visto un vdeo del campeonato del mundo de
ajedrez, y en ningn momento he visto carcajadas y risas en los finalistasy sin
embargo estn haciendo lo que ms les gusta y lo que ms disfrutan en el
mundo, jugar al ajedrez.
Tampoco tiene lgica que trabajar tenga que estar ms enfocado en los
resultados que en disfrutar, toda vez que vivimos en una sociedad que ya no
tiene en cuenta esto ltimo y s el conseguir a cualquier precio, como si eso
fuera todo lo necesario y til.
Me viene a la cabeza el ejemplo del que dicen que es el mejor golfista de
todos los tiempos, Tiger Woods.
Estoy profundamente convencido de que, debido al nivel de exigencia tan
grande al que fue sometido desde muy temprana edad, termin despus
reventando por los cuatro costados hace ahora pocos aos.
Seguramente no vivi en muchas etapas de su vida lo que necesitaba vivir
para crecer de una forma coherente, de ah que despus de muchos aos,
terminase comportndose como aquel al que no se le permiti ser. Le
preguntamos si conseguir a cualquier precio mereci la pena? entorno le
ha moldeado desde bien pequeo para, llegado el momento, no saber funcionar
de otra forma distinta a la exigencia o a la auto exigencia. En ambos casos
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Autor: Autor: Hctor Sanz Navarro - Coach de Deportistas y Entrenadores de lite - Coach para la Vida. - Experto en Coaching Deportivo (Escuela de Inteligencia Universidad Camilo Jos Cela). Fotos: Shutterstock
suceder lo mismo: el rendimiento jams ser el mximo que se pueda obtener
y la frustracin, en muchas ocasiones, aparecer como resultado y consecuencia
directa de dicha exigencia.
La mayora de promesas futbolsticas se pierden por el camino, y pocos
se preguntan por qu sucede realmente esto. La gente se limita a decir que fue
por su mala cabeza, o cosas como le gustaba demasiado la fiesta, no tena
ambicin suficiente, etc. No digo con esto que alguno de estos factores no
influyan en la debacle futbolstica de dichas promesas, s es cierto que muchas
influyen, no obstante suele haber ms temas de fondo en todo esto y el mayor
tema, bajo mi punto de vista, es la exigencia cada vez mayor que han de soportar
sobre una cabeza, unos hombros y un corazn no creados para soportarla.
Analizando qu es en s la exigencia, vemos como no es tanto el carcter
de una persona, sino la relacin que se genera entre dos o ms.
La exigencia no obtiene lugar para existir en donde no es aceptada, as
es que se necesita ms de una persona para que suceda (salvo la autoexigencia,
evidentemente).
Por un lado est el que exige (el exigente) y por otro lado est el receptor
de dicha exigencia (el exigido). Si el segundo no acepta las exigencias del
primero, la exigencia no tendr lugar para existir en dicha relacin. Por desgracia,
como veamos al inicio del artculo, la exigencia est profundamente instaurada
y aceptada en nuestro deporte y en nuestra vida, limitando entonces el verdadero
desarrollo de nuestras facultades y de nuestro verdadero potencial.
Se me ocurre una breve historia para ilustrar a lo que me refiero.
Haba una vez un anciano que viva en una remota aldea. Se haca mayor
y, habiendo trabajado toda su vida en las tierras de su familia, necesitaba que
alguien empezase a ayudarle con las tareas diarias para poder sacar adelante la
cosecha.
As fue como, finalmente, se decidi a pedirle a un joven de la misma
aldea que le ayudase, dndole a cambio algunas monedas y parte de la cosecha
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Autor: Autor: Hctor Sanz Navarro - Coach de Deportistas y Entrenadores de lite - Coach para la Vida. - Experto en Coaching Deportivo (Escuela de Inteligencia Universidad Camilo Jos Cela). Fotos: Shutterstock
que obtuvieran. El muchacho se alegr mucho con la noticia, su familia no
dispona de mucho para vivir y aquello les ayudara a todos a salir adelante.
Comenz entonces a recibir las rdenes del anciano para realizar las
labores necesarias para obtener buena cosecha. El anciano, que haba
acumulado gran sabidura con respecto a todo lo relativo a la tierra, a las semillas
y a cmo cultivar todo el conjunto durante tantos aos cosechando aquellas
tierras, iba transmitiendo rdenes al muchacho una tras otra y con gran
autoridad.
Cuando el joven intentaba interrumpirle o preguntarle algo, el anciano le
cortaba de inmediato y le recriminaba que se afanase ms en hacer y menos en
pedir, dando por sentado que sus indicaciones eran ms que suficientes y que
el rendimiento del muchacho tena que ser excelente. Pasaron algunos das
antes de que el anciano, afectado aquellos das por un gran resfriado, pudiese
finalmente ir hasta las tierras a cultivar para contemplar los trabajos realizados
por el joven al que haba instruido. Al llegar, se ech las manos a la cabeza.
Slo has arado este pequeo trozo de tierra?
Dijo con gran enfado el anciano.
S seor, es que llevo das intentando preguntarle murmur
temblorosamente el joven ante la furiosa mirada del anciano, el cual le
interrumpi antes de poder terminar la frase, una vez ms.
Basta! Me dijeron que eras un muchacho fuerte y voluntarioso, y que
tenas muchas ganas de poder trabajar las tierras.
Adems, es algo que segn me contaron te gusta mucho pues ya lo
veo! No has avanzado casi nada desde que te ped ayuda. Vete y no vuelvas!
Ya buscar a otro que realmente quiera ayudarme termin gritando el anciano
ante el triste muchacho que, acto seguido, se march del lugar cabizbajo.
Al rato el joven lleg a su casa y, al entrar, su madre le mir sorprendida
al haber vuelto tan temprano. Al ver la cara tan triste de su hijo, le pregunt:
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Autor: Autor: Hctor Sanz Navarro - Coach de Deportistas y Entrenadores de lite - Coach para la Vida. - Experto en Coaching Deportivo (Escuela de Inteligencia Universidad Camilo Jos Cela). Fotos: Shutterstock
Qu ha pasado para que vuelvas tan temprano, hijo? No te encuentras
bien? dijo la madre con tono carioso y preocupado.
S me encuentro bien, mam respondi el joven con voz compungida y
con una clara sensacin de impotencia lo que pasa es que el anciano se ha
enfadado mucho conmigo y me ha echado del lugar. Me he esforzado mucho en
estos das, he hecho todo lo que he podido con lo que tena.
Qu quieres decir con eso de con lo que tenas, hijo? Volvi a
preguntar la madre visiblemente preocupada, ya que conoca bien a su hijo y
saba que era voluntarioso y trabajador.
Quiero decir que el anciano no me permiti hacer ninguna pregunta.
Desde el primer da quise preguntarle dnde se encontraban las herramientas,
la azada, el rastrillo, los animales para arar la tierra y lo poco que hice lo tuve
que hacer con mis propias manos!
Se cuenta que el anciano tuvo a muchos jvenes a prueba, y que ninguno
supo ayudarle como l esperaba. FIN.
Moraleja: Si esperas que los dems puedan llevar a cabo tus
preferencias en cualquier trabajo, provee a dichas personas de todo lo
necesario para poder realizarlo.
En esta breve historia hay dos personajes principales, el anciano es el
diseador y el muchacho es el realizador. El anciano tena muy claro cul era
el trabajo necesario con respecto a sus tierras para conseguir una buena
cosecha.
As fue como intent transmitirle al joven cmo quera que fuera su obra,
sin embargo olvid algo importante, y es que el joven no dispona de todo lo
necesario por s solo para poder realizar los trabajos que se le pedan. As,
desaprovech los talentos y buena predisposicin del muchacho, y todo por no
tener en cuenta las propias inquietudes del mismo. Es as como el realizador
no puede llevar a cabo la tarea encomendada mientras que el diseador no le
provea de todo lo necesario.
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Autor: Autor: Hctor Sanz Navarro - Coach de Deportistas y Entrenadores de lite - Coach para la Vida. - Experto en Coaching Deportivo (Escuela de Inteligencia Universidad Camilo Jos Cela). Fotos: Shutterstock
Y esto mismo ocurre en un club de ftbol entre directivos y el entrenador,
entre el entrenador y los jugadores,
Vemos tambin cmo la exigencia, entonces, nos lleva a un estado de
incoherencia, en donde se terminar generando una situacin de alto estrs.
Varios sern los factores que aparecern en dicho proceso, entre ellos
estarn el agotamiento fsico y mental, el sobreesfuerzo y el no suficiente
descanso. Nada de todo esto traer consigo la obtencin del mximo rendimiento
del entrenador o el futbolista, todo lo contrario, el rendimiento decaer, la desidia
podra tambin aparecer, as como la falta de implicacin o disciplina, y los
bloqueos que sufrir el jugador sern continuos y frustrantes.
Queda claro entonces que la exigencia, en ningn caso, ser la puerta
hacia el mximo desempeo del rendimiento y talentos del futbolista. El futbolista
que es dirigido desde la exigencia actuar desde el miedo al error, ya que si sus
actuaciones no son las esperadas la frustracin personal y la del entrenador
aparecern, y eso es algo que no quiere que suceda, nadie querra que eso
sucediera, de hecho. De esta forma la atencin del futbolista extensin del
entrenador recae en lo que no quiere que suceda, en lugar de recaer en lo que
s quiere que suceda. Adems, desde la exigencia se enfoca al futbolista
nicamente en el resultado final, obviando entonces todo lo que sucede durante
el camino. Si se disfruta o no jugando poco importa ya, eso es algo que qued
relegado a la niezy poco ms.
Por otro lado, tambin se consigue algo ms que no favorece el
crecimiento y desempeo del jugador, y es que la exigencia penaliza el error,
hace ver el error como algo negativo y a evitar.
Bibliografa -MERRILL, A. R.; COVEY, STEPHEN R. y MERRILL, REBECCA R. (2000). PRIMERO, LO PRIMERO: VIVIR, AMAR, APRENDER, DEJAR UN LEGADO. Paidos Ibrica: Madrid. - http://www.stevepavlina.com Steve Pavlina - Diccionario de la RAE. - Wikipedia.