Mi experiencia en el diplomado Sentido de Vida y Existencia desde la Logoterapia

Desde hace semanas una imagen recorre mi mente: me veo andando en patines, en una plataforma de cemento, feliz, a toda velocidad. Mientras el viaje transcurre viro a mi derecha y me observo alejarme de gente que actualmente está en mi vida y que amo profundamente, por un momento quiere embargarme la nostalgia mas la felicidad del panorama frontal no permite que se instale.

Justamente está imagen aparece en mis pensamientos cuando un mensaje llega a mi correo anunciando el diplomado. Días antes buscaba, sin dirección fija, páginas sobre Viktor Frankl y Logoterapia, en alguna de ellas puse mis datos y vaya sorpresa.

Inicié este diplomado con toda la intención de dejarme guiar; por supuesto que con ideas preconcebidas, como que sería un espacio sólo de ricas discusiones intelectuales, ya sea en grupo o conmigo misma, y no es que no lo sea, pero me encuentro con un extra verdaderamente sorprendente. Un trabajo personal.

Ha sido realmente disfrutable, puedo escribirlo como un proceso de sensibilización, rico, amoroso. De pronto me descubro muy emocionada ante una manifestación artística, me veo conmovida hasta las lágrimas.

Situaciones que en otros momentos me tendrían metida en la angustia, hoy dejo que pasen y aunque me resisto un poco a vivirlas, sé que no serán perpetuas en mi vida y que definitivamente suceden con un sentido. Dejo de temerle al sufrimiento en la medida en que me doy cuenta de que es una opción.

Reconozco que todos los días suceden cosas en bellas en mi vida, la mayor de ellas es que Dios me da permiso de ver los amaneceres. Sin que los demás me estorben, en este momento me disfruto mucho, fue realmente encantador recorrer la capital de Zacatecas en plena soledad; y no sé si el término soledad es el adecuado porque me siento tan conmigo, que no necesito más.

También disfruto de la compañía, la familia y los amigos se vuelven en un amor genuino por ambas partes.

La admiración por Frankl crece, pero lo hace más el deseo de ser congruente con lo que digo hago y pienso.